Febrero de 2016 Reporte sectorial del Estudio de Monitoreo de la Economía Informal: Recicladores y recicladoras - Resumen ejecutivo Los recicladores y recicladoras1 realizan la recolección de residuos sólidos en diversas ciudades alrededor del mundo y se sustentan revendiendo o haciendo uso personal de los materiales reciclables. Los recicladores del Sur Global y más allá, incluyen: personas que criban la basura en busca de comida, ropa y otras necesidades básicas diarias; recolectores privados informales de materiales reciclables que venden a intermediarios o a empresas; o incluso recolectores/clasificadores de materiales reciclables que están organizados en sindicatos, cooperativas o asociaciones. A pesar de circular por diversos espacios públicos, los recicladores son mayoritariamente invisibles y estigmatizados. Las contribuciones –de muchas maneras– medioambientales y económicas de estos trabajadores en empleo informal a los gobiernos locales, a las comunidades locales y a las cadenas de valor no son reconocidas. Los recicladores son uno de los tres grupos de trabajadores urbanos en empleo informal, junto con los vendedores ambulantes y los trabajadores a domicilio, que son el foco del Estudio de Monitoreo de la Economía Informal (EMEI) en 10 ciudades. El EMEI busca proporcionar evidencias más recientes y exhaustivas de las contribuciones y retos a los que este grupo de trabajadores en empleo informal se enfrenta en varias ciudades. Además, mira el modo en que dichos trabajadores responden a tales desafíos y cómo las instituciones les ayudan o dificultan en el proceso. El EMEI fue un esfuerzo colaborativo entre investigadores y organizaciones con base de miembros (OBM) de trabajadores en empleo informal en cada ciudad. Recicladores de Belo Horizonte, Brasil; Bogotá, Colombia; Pune, India; Nakuru, Kenia; y Durban, Sudáfrica participaron en el estudio. El EMEI se basa en métodos tanto cuantitativos como cualitativos. El componente cualitativo del estudio consiste en un diseño participativo que buscó captar las propias percepciones de los trabajadores y el entendimiento de sus realidades a través de grupos focales. En cada sector de la ciudad se realizaron quince grupos focales de aproximadamente cinco participantes. El componente cuantitativo del estudio está compuesto de un cuestionario administrado a los 75 participantes en cada grupo focal por sector urbano además de otros 75 trabajadores que no participaron en el grupo focal. Un total de 760 recicladores participaron en el estudio. 1 Hallazgos clave Individuos, hogares y empresas Los recicladores de la muestra toman parte en varias actividades relacionadas con el tratamiento de los desechos: recolectar, compostar, clasificar, procesar y vender. Algunos recicladores están también involucrados en actividades administrativas y en representación política. A menos que los recicladores formen organizaciones y elijan trabajar colectivamente, el reciclaje es típicamente una forma de trabajo altamente autónoma en la que el 1 Para hacer constar nuestra preocupación por el potencial ocultamiento de la desigualdad de sexos que se presenta a nivel discursivo, y de realizar textos cuyos contenidos sean accesibles para toda nuestras audiencias, en nuestras publicaciones haremos un desdoblamiento de los sustantivos al principio para denotar que nos referimos tanto a hombres como mujeres, y a partir de entonces, de no existir alternativas, seguiremos las reglas gramaticales del español y recurriremos al uso de genéricos masculinos en el plural EMEI Estudio de Monitoreo de la Economía Informal trabajador determina su propio horario de trabajo, decide qué recolectar, dónde recolectarlo, cómo recolectarlo y a quién vender. El reciclaje no es una actividad estacional en ninguna de las cinco ciudades. En Pune, por ejemplo, el 90% de los recicladores trabajó los 12 meses del año. Fuerzas motoras Los hallazgos derivados del estudio revelan cómo los trabajadores en las ciudades están principalmente preocupados por dos fuerzas motoras negativas: las dinámicas de la cadena de valor y las políticas urbanas o gubernamentales. Los precios bajos y las fluctuaciones de los precios fueron quejas comunes, en todas las ciudades, relacionadas con las fuerzas de la cadena de valor. La falta de leyes, políticas y programas que servirían para proteger a los trabajadores en empleo informal y mejorar sus condiciones laborales fue también mencionada como importante factor urbano negativo. Cabe señalar que hay diferencias notables entre las ciudades. En Nakuru y Durban, el 72 y el 73% de los encuestados, respectivamente, afirmaron que la falta de permiso formal para trabajar afectó negativamente a su trabajo. Estas diferencias pueden atribuirse a diferentes factores, como el nivel de organización del sector y la buena voluntad y compromiso gubernamentales hacia la inclusividad. Factores como el acoso y la falta de infraestructura básica fueron también mencionados como otras relevantes fuerzas urbanas negativas. En todas las ciudades, aunque significativamente menos en Belo Horizonte, los datos de los grupos focales destacaron problemas con algún tipo de abuso de autoridad. El 47% de los encuestados en la muestra afirmó que el acoso fue un tema clave, dado que el 54% de los hombres y el 41% de las mujeres mencionó el problema. Además, la falta de, y/o mejora de la infraestructura existente para la clasificación, el almacenamiento y el tratamiento de los materiales reciclables y de medidas de seguridad también afectan a los trabajadores, visto que influyen negativamente sobre su productividad y aumentan las posibilidades de que les roben sus materiales e incluso sus objetos personales. Las fuerzas macroeconómicas fueron citadas especialmente por los recicladores de Pune y Bogotá, lo que no significa que estas fuerzas no afectan negativamente a los recicladores en otras ciudades. Más bien indica que los recicladores podrían no ser tan conscientes de cómo las políticas macroeconómicas afectan a su trabajo o que tienden a prestarle más atención en tiempos de graves crisis. Entre las fuerzas macroeconómicas que los recicladores observaron hubo la creciente competencia de otros recicladores, los precios en aumento y el bajo precio de los materiales reciclables. En tres grupos focales en Bogotá, Reciclador en Bogotá. Foto: J. D. M. Mulford Más del 43% de los hombres y mujeres recicladores encuestados tenían entre 26 y 40 años, y casi el 21% tenían entre 41 y 50. Aproximadamente el 80% de los recicladores de la muestra en las cinco ciudades tenía algunos estudios básicos o secundarios. Solo el 25% de los encuestados informó tener otra actividad laboral, indicando esto la relevancia del reciclaje informal como fuente principal de ingresos. Además, el 56% de los recicladores y el 61% de las recicladoras han trabajado en el sector por cinco o más años. En conformidad con lo que los trabajadores perciben como beneficios de una forma autónoma de organización del trabajo, dos tercios de los recicladores encuestados en las cinco ciudades informaron ser trabajadores por cuenta propia. los participantes relacionaron la bajada de los precios de los materiales reciclables con el Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado entre Colombia y los Estados Unidos en 2011, demostrando una conciencia de cómo una más amplia política macroeconómica dio forma a las dinámicas dentro de la cadena de valor del reciclaje en su país. Los hallazgos de los grupos focales también identificaron los factores positivos en las ciudades. Las dinámicas de la cadena de valor fueron la fuerza motora positiva más frecuentemente identificada en Durban, Nakuru y Pune. Las políticas y prácticas gubernamentales fueron citadas con mayor frecuencia en Belo Horizonte y “otras” fuerzas motoras fueron mencionadas con mayor frecuencia en Bogotá. Belo Horizonte sobresale cuando se trata del rol de la ciudad/gobierno como un factor positivo, reforzando la importancia de establecer canales de negociación para el reconocimiento de los roles de los recicladores en la gestión de los residuos sólidos. Cuando los participantes de los grupos focales mencionaron el rol positivo de las prácticas urbanas/gubernamentales, a menudo destacaron los departamentos gubernamentales nacionales y municipales y el suministro de materiales y equipos. Respuestas e instituciones mediadoras En términos generales, los datos de los grupos focales mostraron que cerca de dos tercios de los recicladores están respondiendo a diferentes tipos de factores negativos de forma individual. Menos de un cuarto de las respuestas suceden en las organizaciones/colectivos, mientras que una pequeña parte ocurre en el hogar/familia. Los factores macroeconómicos eran la única fuerza motora negativa para la que había un número significativo de respuestas desde el ámbito del hogar. Las respuestas organizativas/colectivas figuraron más prominentemente en Bogotá y en Belo Horizonte, donde, durante muchas décadas, los recicladores han estado organizados y las organizaciones son fuertes. La única situación anómala fue en Pune, donde solo poco más de un quinto de las respuestas fueron organizativas/ colectivas, a pesar de la larga historia y fuerte presencia en la municipalidad del sindicato Kagad Kach Patra Kashtakari Panchayat (KKPKP) y de la cooperativa SWaCH. Vínculos y contribuciones Los hallazgos del EMEI provenientes de las cinco ciudades muestran que los recicladores no son solamente uno de los principales actores involucrados en los sistemas formales de gestión de residuos sólidos, confluyendo con estos sistemas en varios puntos de maneras complementarias, sino que también son una parte integral de la cadena de valor del reciclaje y por lo tanto, de la economía formal. Los hallazgos del cuestionario revelan que más del 75% de los recicladores informaron de que las empresas formales son los principales compradores de productos, demostrando la estrecha vinculación entre los trabajadores en empleo informal y la economía formal. Los recicladores en todas las ciudades del EMEI informaron sobre una gama de servicios ofrecidos por ellos, que varia según la ciudad: remoción de desechos (en algunas ciudades, en áreas concretas, esto es el único servicio disponible), transporte, recuperación de materiales reciclables, agregación de valor, semiprocesamiento, y hasta compostaje y producción de biogás (solo en Pune). Además de los servicios públicos de limpieza y de proveer a las industrias con materiales reciclables, los trabajadores también informaron de ingeniosas maneras de comercializar los materiales recolectados. Muchos participantes de los grupos focales declararon que contribuyen en su ciudad de diversas formas: protección del medioambiente, limpieza urbana, creación de empleo, seguridad, desarrollo local, salud pública y estímulo hacia el cooperativismo, entre otras. Implicaciones teóricas y en políticas Implicaciones teóricas A pesar de las propias percepciones de los recicladores sobre cómo contribuyen a la economía y al medioambiente, los hallazgos del estudio revelan una serie de limitaciones ligadas a la integración de los recicladores dentro de los sistemas formales de gestión de residuos sólidos. Las dificultades enfrentadas por los recicladores son amplificadas cuando el sector público es débil o ausente, que también afecta a su posición en la cadena de valor. Es importante aclarar que la integración formal de organizaciones con base de miembros (OBM) dentro de la gestión de los residuos sólidos no implica una carencia de conflictos o desafíos, puesto que los Recicladoras en Belo Horizonte. Foto: S. Dias Tanto los grupos focales como los datos del cuestionario buscaron captar las formas en que las instituciones mediadoras afectan positiva o negativamente sobre los recicladores. De las 402 menciones totales de instituciones importantes, las empresas privadas fueron nombradas más a menudo (131 referencias) en las cinco ciudades, seguidas por el gobierno local (95 referencias), las instituciones y actores comunitarios (58 referencias) y las organizaciones y redes de recicladores (50 referencias). Las empresas privadas figuran como instituciones más importantes porque crean un excedente de materiales reciclables, especialmente cuando las empresas donan materiales en lugar de venderlos a los recicladores. También hubo consenso general sobre que las organizaciones y redes de recicladores, las ONG y las instituciones financieras internacionales desempeñaron un papel positivo y ayudaron a los recicladores en las cinco ciudades. sistemas socio-técnicos están en constante transformación como resultado de los procesos globales, de los cambios en el panorama institucional (gobiernos/OBM, etc.) y de los cambios en la legislación, etc. Una de las mayores limitaciones destacadas en el estudio incluye la incapacidad por parte de los recicladores de negociar con los grandes generadores de desechos. Esto es porque los trabajadores no pueden lidiar con el proceso de hacer presupuestos y hacer ofertas por los materiales reciclables. El estudio también señala que los problemas de salud y seguridad ocupacional aumentan la vulnerabilidad de los trabajadores. Los mayores problemas enfrentados por los recicladores tienen que ver con la contaminación por residuos biológicos y químicos peligrosos, los problemas de ergonomía, problemas músculo-esqueléticos, accidentes, mordeduras de perro, lesiones por objetos afilados, incendios causados por líquidos inflamables dentro de los contenedores y con la vulnerabilidad emocional, entre otros. Del estudio se extrapolan dos lecciones teóricas importantes. La primera se refiere a cómo los hallazgos del EMEI contribuyen al debate en curso sobre el rol del estado y los modos de gobierno transformadores. El estudio mostró no solo cómo las subvenciones del gobierno podrían funcionar como respaldo en tiempos de inestabilidad, sino cómo la falta de dichos programas añade capas de vulnerabilidad a las vidas de los trabajadores. Además, el estudio también reveló cómo los contextos que integran formalmente a los trabajadores en los sistemas de gestión de residuos sólidos y el papel del gobierno (en todos los niveles) son factores fundamentales para apoyar a los recicladores. En segundo lugar, el estudio también proporciona evidencias que ayudan a desmontar algunos mitos sobre los trabajadores en empleo informal y más específicamente en el sector de los recicladores. Estos mitos están todos relacionados con varios debates teóricos actuales acerca de los procesos organizativos entre los trabajadores en empleo informal, el sector informal y la gestión de residuos sólidos. El primer mito es que los recicladores no son sujetos activos y son víctimas. La falta general de entendimiento del reciclaje como una ocupación a menudo ignora el hecho de que los recicladores son capaces de tomar decisiones y son importantes actores económicos dentro de la gestión de residuos sólidos. El segundo mito está relacionado con la idea de que los recicladores no están (o no pueden estar) organizados. Hasta hace poco, los recicladores eran invisibles no solo para los funcionarios de las ciudades y los especialistas en residuos, sino también para los movimientos laborales y los científicos sociales. Los hallazgos del EMEI revelaron cómo los recicladores desarrollan especializaciones y establecen territorios basados en acuerdos a los que pueden llegar con propietarios de tiendas o residentes. Mientras que el proceso de formación de las OBM es todavía reciente en todo el mundo, el estudio provee de ejemplos de ciudades donde existe organización y esta ha adquirido varios formatos: cooperativas, asociaciones de primer y tercer nivel y sindicados. Por último, los hallazgos ayudan a desafiar el mito de que los modernos sistemas de gestión de residuos no pueden incluir a los recicladores. Los especialistas en residuos que suscriben los paradigmas convencionales en gestión de residuos a menudo recurren al argumento de que el reciclaje informal es un componente de los sistemas premodernos. La visión de sistemas de gestión de residuos sólidos modernos está, por lo tanto, asociada con la mecanización, el uso de tecnología intensiva en capital y del suministro de servicios por empresas privadas. Los hallazgos afirman que integrar formalmente a los recicladores tiene sentido ya que en muchas áreas de algunas de las ciudades estudiadas, estos trabajadores son los que ya están proporcionando la única recolección de residuos domésticos. Como se ha expuesto anteriormente, el significado de integración varia dependiendo del contexto nacional/ urbano, pero también de la perspectiva de varios actores –ingenieros, científicos sociales y activistas– quienes atribuyen a la integración diferentes significados. El EMEI encontró dos maneras principales de integración: la integración como reconocimiento, que incluye medidas que facilitan el acceso a residuos varios, registro y asistencia a las familias; y la integración formal, considerada como una manera de introducir a los recicladores en la recolección de los residuos y/o en la recuperación de recursos dentro de los esquemas de separación de residuos en origen con pagos a los recicladores a través de contratos o subvenciones. Estas últimas garantizarían a los recicladores un tipo de estatus semiformal mediante acuerdos formales. Implicaciones en políticas Una lección general de políticas de este estudio es que los recicladores son figuras vitales en la economía mundial contribuyendo a mejorar la salud pública, reduciendo los costes asociados con la gestión municipal de residuos sólidos y reduciendo significativamente las emisiones de gas de efecto invernadero en el medioambiente. Por lo tanto, es importante reconocer que las políticas gubernamentales juegan un rol importante. Los gobiernos pueden catalizar procesos ayudando a los recicladores a formar asociaciones y/o cooperativas, abriendo canales de diálogo con los trabajadores informales dentro de las instituciones gubernamentales e incluso animando a otras organizaciones a hacer esto creando plataformas con varias partes interesadas para una planificación participativa y dando incentivos a las cooperativas/asociaciones y a las microempresas para que puedan acceder a nuevos nichos. Los gobiernos pueden también implementar procesos de integración formal ideando un sistema en el cual a los recicladores se les permite el acceso a materiales reciclables formalizando alianzas con OBM de recicladores a través de memorandos de entendimiento u otros acuerdos formales; proveyendo una infraestructura para clasificar, empacar, etc.; llevando a cabo campañas educativas para ayudar no solo a cambiar los prejuicios que el público en general tiene hacia los trabajadores en empleo informal, sino además a promover una mayor separación de materiales reciclables; y por último, ofrecer, con regularidad, cursos de desarrollo de capacidades y de gestión. El estudio también sugiere la importancia de un enfoque holístico e integral a la integración formal, tanto para las OBM como para los gobiernos. Las organizaciones de recicladores así como los gobiernos deberían prestar atención al hecho de que un enfoque holístico es necesario junto con una evaluación meticulosa de lo que la integración formal podría traer como desafíos para ambas partes. Para las OBM, por ejemplo, habrá presión para la profesionalización de los servicios prestados por los trabajadores. En este sentido, podría haber la necesidad de que las OBM y sus aliados busquen, de manera profesional, expertos con reconocida experiencia técnica para formarles. Por otro lado, los gobiernos urbanos deberían comprender que el proceso de integración de los recicladores es un compromiso a largo plazo. Por último, los hallazgos de la investigación indicaron claramente que las OBM son figuras fundamentales para los recicladores. Son relevantes para construir autoestima y para representar los intereses de los trabajadores frente a los actores gubernamentales y de mercado. Son relevantes para la formación y cualificación de los recicladores como proveedores de servicios y como actores políticos. Son también relevantes en contextos donde se han aprobado leyes progresistas para que puedan supervisar si la legislación ha sido implementada y/o evaluar resultados inesperados de la misma. En este sentido, las organizaciones de recicladores cumplen funciones sociales, políticas y culturales. Huelga decir que, para cumplir mejor sus roles, las OBM deberían prestar atención a la importancia de fortalecer la democracia interna y el flujo de comunicación entre los miembros, que incluye compartir información sobre investigaciones relevantes para el sector. Para leer el informe global completo y los informes de las ciudades y de los sectores completos del EMEI, visite www. inclusivecities.org/es/emei o www.wiego.org