Editorial Un año de Contrapunto Dirección Coordinación FERNANDO LARRAZ VERÓNICA ENAMORADO CRISTINA SOMOLINOS Miradas De aquí y de allá Alrededores Polifonías Diálogo con las Artes Biblioteca Clásica Voces Artículos Inéditos Página 3 AMANDA HURTADO CRISTINA SOMOLINOS SARA GÓMEZ CRISTINA RUIZ MÍRIAM RODRÍGUEZ PATRICIA PIZARROSO ALEXANDRA CHERECHES MARÍA LORIENTE AINHOA RODRÍGUEZ SARA GÓMEZ Corrección EDITORIAL YARA PÉREZ Dirección de Arte GEMA CUESTA Diseño GEMA CUESTA MIRADAS Página 4 BIBLIOTECA CLÁSICA Página 8 INÉDITOS Página 10 NOTICIAS Y EVENTOS Página 12 AINHOA RODRÍGUEZ Difusión Maquetación AINHOA RODRÍGUEZ GEMA CUESTA RESEÑAS Página 14 VERÓNICA ENAMORADO Intervienen en este número: Cindy Abregu De Marco. Alexandra Chereches. Verónica Enamorado. Carmen G. de la Cueva. Sofía González Gómez. Amanda Hurtado. Ana Jimena. Fernando Larraz. María Loriente López. Patricia Pizarroso Acedo. José Luis Ramírez Luengo. Alejandro Rivero Vadillo. Ainhoa Rodríguez. Míriam Rodríguez Torres. Marta Sobas. Cristina Somolinos. Jesús Villaverde Sánchez. VOCES Página 35 ARTÍCULOS Página 40 Un contrapunto es una concordancia armoniosa de voces contrapuestas o un contraste entre dos cosas simultáneas. Cuando hace un año decidimos idear una revista de crítica e información literaria y una de nuestras compañeras sugirió este nombre, estuvimos de acuerdo en que en la voluntad contrapuntística —concordar y contrastar— podíamos hallar una seña de identidad para nuestro proyecto: hicimos nuestro el objetivo de contribuir a racionalizar la pluralidad de voces y realidades diversas —de géneros y manifestaciones artísticas, de intereses, de concepciones de la literatura y del arte— que concurren en un espacio cultural para hacer un conjunto armonioso e inteligible. Para entonces ya nos habíamos dado cuenta de que, entre todos los que formábamos aquel grupo inicial, existía una enriquecedora diversidad de inclinaciones y aptitudes que nos ayudaría a alcanzar esa aspiración contrapuntística: el teatro y las artes escénicas, la novela, la poesía, el cuento y el microcuento, las artes plásticas, la creación literaria, el cine... junto con otras capacitaciones (diseño, edición, maquetación) que nos serían indispensables. Asumimos que hoy, cuando Contrapunto cumple un año de existencia, la clave de nuestro futuro es seguir ejerciendo la tarea colectiva del contrapunto. Contrapunto fue concebida al calor de unas prácticas para la asignatura Producción Literaria y Medios de Comunicación, del Grado de Estudios Hispánicos. Nos planteamos llevar a cabo, a la vez, un complemento a de qué es la literatura para un lector del siglo XXI. Todo ello a partir de unos principios que nos impusimos: la libertad de pensamiento, la independencia respecto de todo criterio externo, el respeto y la aceptación de posiciones divergentes y también la expresión de cierto sentimiento de gozo que la comprensión profunda de la literatura —y de otras manifestaciones artísticas y culturales que también habían de hallar cabida en nuestras páginas— puede proporcionarnos. Un año después, con once números publicados, nos permitimos pensar con cierta dosis de orgullo que hemos sabido mantener esos propósitos y que nuestro aprendizaje de críticos literarios ha dado frutos sorprendentes. El grupo inicial —compuesto únicamente por alumnas de 3.º y 4.º Grado de Estudios Hispánicos y por un profesor— ha ido enriqueciéndose con voces de compañeros y compañeras de otros cursos y de otras titulaciones. Gracias a los profesores que nos han regalado sus excelentes “Firmas invitadas”, a los autores a los que hemos entrevistado en las “Voces” y a los que nos han entregado sus textos “Inéditos”, y, claro, gracias también al entusiasmo y el trabajo de quienes integramos el Comité de Redacción, celebramos con este número un año de intensa y enriquecedora existencia. No olvidamos el apoyo que también hemos hallado en la Facultad de Filosofía y Letras, la Delegación de Estudiantes de la Facultad, el Consejo de Estudiantes y el Área de Literatura Española cuando hemos requerido su ayuda, ni el aliento de los profesores del Departamento de Filología, Comunicación y Documentación que nos han hecho llegar sus felicitaciones. Sin ánimo de ser ejemplo para nadie, consideramos que a través de Contrapunto hemos concretado lo entre estudiantes y profesores; de aprendizaje práctico; de responsabilidad pública; y de libertad y respeto. Nos enfrentamos a diversos retos, entre los cuales, quizá, el más espinoso sea el de la mera supervivencia. La Universidad es lugar de paso para la mayoría de estudiantes, por lo que necesitamos cubrir bajas que, inevitablemente, se irán produciendo. Por ello, queremos ofrecer —como lo hemos hecho siempre— las páginas de Contrapunto a todo el alumnado y profesorado de la UAH que quiera participar en este proyecto, bien de manera esporádica o bien regularmente, para que, mediante la adición de voces, el contrapunto adquiera mayor resonancia y complejidad. El equipo de Contrapunto 2 3 Miradas Reportaje Fundéu BBVA, la lengua a la velocidad de la actualidad E n un mundo globalizado en el que la actualidad corre a una velocidad vertiginosa, la lengua tiene que pisar el acelerador. Las nuevas tecnologías y la especialización del lenguaje están provocando la invasión de términos ajenos a una lengua lo suficientemente rica como para tener que pedir prestado nada. El español se ha convertido, según el último informe presentado por el Instituto Cervantes, en la tercera lengua más utilizada en Internet y la segunda con mayor presencia en Twitter, una de las redes sociales con mayor impacto informativo. La inmediatez es el rasgo que mejor define este momento en el que la lengua necesita respuestas y las necesita ahora. Surgen conceptos y, con ellos, nacen palabras. ¿Selfie? ¿app? ¿making of? Salta la alarma en los hablantes y es entonces cuando aparecen las dudas: “¡¿cómo escribo esto?!”. Los medios de comunicación se han convertido en el referente con mayor influencia lingüística en la sociedad ya que están en contacto directo diariamente con los hablantes. Son los primeros en recoger y expandir nuevos usos y términos, siendo una profesión en la que la herramienta principal de trabajo es el lenguaje. En un marco como este surge la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) con el objetivo de ser una herramienta útil e inmediata para todos aquellos que trabajan diariamente con la lengua española. La Fundéu BBVA cree en la necesidad de “impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación”. No tiene una finalidad normativa, como sí le corresponde a la Real Academia Española, sino que se centra en recomendar los usos que considera más adecuados con una inmediatez imposible de imaginar en el trabajo académico. El equipo de expertos que forma la Fundéu BBVA publica diariamente recomendaciones lingüísticas enmarcadas en la más 4 inmediata actualidad y resuelve dudas todos los días de la semana. Esta fundación, sin ánimo de lucro, nace bajo el amparo de la Agencia Efe, el patrocinio del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) y está asesorada por la Real Academia Española. Ya en la década de 1970 se encargó al académico Lázaro Carreter la redacción del primer manual de estilo para los redactores de la Agencia Efe. En 1980 se creó el Departamento del Español Urgente (DEU) que sería la antesala para la creación en 2005 de la Fundéu BBVA. Actualmente, está presidida por el presidente de la Real Academia Española, José Manuel Blecua Perdices, y dirigida por el periodista Joaquín Müller-Thyssen. Mantiene convenios con multitud de entidades entre las que se encuentran medios de comunicación, universidades y empresas relacionadas con la lengua. Además colabora activamente con la Liga de Fútbol BBVA a través de la publicación de crónicas futbolísticas y píldoras lingüísticas con un creciente éxito. La Fundéu BBVA es consciente de la enorme variedad léxica de una lengua como la española que está asentada en diferentes territorios con características lingüísticas propias. Por ello, se suscribe al concepto del panhispanismo y dirige sus consultas y recomendaciones sin obviar esta enorme variedad lingüística. Esta variedad, lejos de perjudicar nuestra lengua, la enriquece aportando términos y alternativas válidas e interesantes que surgen en un lugar y terminan por expandirse por gran parte del territorio hispanohablante. Tiene en cuenta, además, que la globalización que trae consigo Internet facilita que se pueda acceder a cualquier noticia de cualquier región sea cual sea el lugar desde el que se conecta el usuario, por lo que las diferentes variedades del español están más en contacto que nunca. En la Fundéu BBVA trabajan periodistas, lingüistas, correctores, escritores y traductores que intercambian conocimientos en sus reuniones matinales facilitando y enriqueciendo la labor de esta entidad. El equipo formado por Javier Lascurain, Victoria Alcázar, Javier Bezos, David Gallego, Fernando de la Orden, Celia Villar, Yolanda Tejado y Judith González analiza cada día la actualidad y revisa los medios de comunicación para proponer soluciones y alternativas adecuadas a las dudas y errores más comunes del lenguaje informativo. darse, en ocasiones, a causa de la confusa traducción de los anglicismos en el lenguaje financiero. A dicho consejo se llevan los temas más controvertidos, los que necesitan de un apoyo extra para convertirse en una recomendación destinada a los hablantes y periodistas. Sin embargo, en un debate que tiene a la lengua española como protagonista y en el que intervienen filólogos y profesionales de los medios de comunicación se sabe el punto de partida pero no el final del viaje, pues nunca dejarán de surgir cuestiones sobre la lengua. En la tarea de resolución de dudas lingüísticas, la Fundéu BBVA no está sola, ya que cuenta con la ayuda de un consejo de expertos con el que se reúne cada dos semanas. Destaca la importancia del asesoramiento de la Real Academia Española. Forman parte del Consejo Asesor los académicos Víctor García de la Concha, Humberto López Morales, Salvador Gutiérrez Ordóñez y Gregorio Salvador Caja así como los prestigiosos lingüistas Leonardo Gómez Torrego y Pilar García Mouton. Tratándose de una fundación que trabaja al ritmo de la actualidad, no puede faltar el apoyo de periodistas como Soledad Gallego-Díaz, Victoria Prego y Mario Tascón. Recientemente, se ha unido a este Consejo Asesor el economista Manuel Conthe, cuyo asesoramiento está destinado a solventar los problemas lingüísticos que pueden Pese a ser una fundación que vela por el buen uso del lenguaje en los medios de comunicación, la Fundéu BBVA ofrece un servicio de consulta y asesoramiento lingüístico abierto a todos los curiosos de la lengua y a los que necesitan resolver dudas urgentes. Así, mediante vía telefónica, correo electrónico, rellenando un sencillo formulario en su página web (www.fundeu.es) o a través de las redes sociales, podemos encontrar respuesta a nuestra inquietud lingüística; por ejemplo, “¿Los movimientos literarios, se escriben con mayúscula o minúscula?”. Las consultas más frecuentes suelen ser sobre la escritura de abreviaturas, topónimos y gentilicios, el uso de mayúsculas o minúsculas y la traducción de algunos anglicismos. La fundación está muy presente en las nuevas plataformas de comunicación y, además Fotografía cedida por Fundéu BBVA 5 de resolver las consultas casi de forma inmediata, a través de Twitter o Facebook, se busca la colaboración de los usuarios para que sean ellos mismos los que propongan alternativas a, por ejemplo, extranjerismos como flashmob. Mediante las redes sociales también se informa a los seguidores sobre las novedades de la Fundéu BBVA y las últimas recomendaciones publicadas. Las consultas resuelven dudas individuales pero, teniendo en cuenta el número de hispanohablantes que acuden a la fundación, se pueden encontrar muchas consultas similares. La forma idónea de solventar una duda lingüística común es la de publicar una recomendación; así, podemos encontrar recomendaciones que aclaran el uso de la tilde en el adverbio solo o cómo es la escritura preferible de un determinado topónimo. La publicación de recomendaciones diarias en la página web está condicionada por el ritmo de la actualidad. El destinatario principal de las recomendaciones, además del propio hablante de español, es el periodista. De este modo, y en relación con los acontecimientos sociales y culturales, desde la Fundéu BBVA se ofrecen claves de redacción para que el periodista elabore adecuadamente las noticias correspondientes a la actualidad, como la celebración de los Premios Goya, de los Juegos Olímpicos o del Día Internacional de la Mujer. Entre las recomendaciones lingüísticas de la Fundéu BBVA, destacan las que hablan del uso y significado de algunos neologismos (que, como incorporaciones recientes en la lengua, necesitan de una explicación para su adecuada utilización) y se proponen diferentes opciones a anglicismos frecuentes en el español de los medios. Contando con alternativas igualmente válidas y funcionales en nuestra propia lengua no parece necesario que el periodista use el término en inglés, facilitando así la comprensión del receptor. Desde la Fundéu BBVA, se han propuesto, entre otras cuestiones, que se use el término boletín frente al anglicismo newsletter o que tanto el sustantivo wasap y el verbo wasapear son formas adecuadas en español. Recientemente, la Fundéu BBVA se ha asociado con Molino de Ideas, una empresa especializada en el procesamiento del lenguaje natural y dedicada al desarrollo web y de aplicaciones informáticas. A finales del mes de marzo de 2014, la Fundación del Español Urgente presentó su aplicación para dispositivos móviles (desarrollada por Molino de Ideas) desde la que se facilita al usuario el acceso a las recomendaciones publicadas a diario, así como la resolución de dudas a través de las consultas. Fotografía cedida por Fundéu BBVA 6 Fotografía cedida por Fundéu BBVA acostumbrado a la inmediatez de la información y a la continua aparición de nuevos términos e ideas que se van integrando con gran rapidez en una sociedad en la que las formas de comunicación cambian a cada segundo. Pero lo que no cambia es que la lengua es una herramienta básica de comunicación humana, ya sea a través de la prensa escrita, de la radio, de la televisión, de las publicaciones digitales, de las redes sociales o, incluso, de las aplicaciones de mensajería instantánea. Por ello, necesita diariamente una revisión y un Esta fundación trabaja por impulsar el uso lavado de cara para presentarse ante los hablantes con adecuado del español en los medios de comunicación una imagen alejada del estancamiento y cercana a la funcionando como puente entre la norma dictada por actualización, gracias a la cual los usuarios pueden la Academia y el uso diario que los hablantes hacen de sentirse identificados con ella. La lengua tiene que ser su lengua. Además, demuestra, a través de la multitud para los hablantes un instrumento útil que cuente con de consultas que reciben diariamente, el enorme interés los recursos suficientes para comunicarse y expresarse que suscita la lengua entre sus usuarios. La lengua es, en una realidad en continuo cambio. Somos testigos por lo tanto, una herramienta que está en constante de una era en la que la información está al alcance cambio; la Fundéu BBVA supone una respuesta rápida de todos desde cualquier dispositivo, vivimos en una a las innovaciones que se dan en el español, siempre realidad en la que la actualidad ha pisado el acelerador con vistas a que el lenguaje usado en los medios de y la lengua no podía quedarse atrás. Con la Fundéu comunicación sea un lenguaje claro para los hablantes. BBVA, la lengua avanza a la velocidad de la actualidad. Internet y los medios de comunicación resultan piezas claves para la difusión de la lengua española que goza Ainhoa Rodríguez Leal de una enorme riqueza y variedad léxica gracias a Míriam Rodríguez Torres la multitud de territorios en los que está asentada. Los ciudadanos nos hemos adaptado e incluso 7 palma de la mano es el día a día de la vida japonesa en las ciudades, los pueblos pequeños y en el campo. Cada historia es una joya en miniatura, rica en imaginería poética y urdida con una economía de palabras que no resta valor al estilo de contar natural de Kawabata. Es como si el autor hubiera cogido una historia larga y la hubiera diseccionado y librado de detalles superfluos sin diluir el poder de su mensaje o lo atractivo de su premisa. Algunos de los relatos tienen una sentimentalidad agridulce, pero el estilo del autor es principalmente realista, especialmente en su retrato de las relaciones deterioradas por palabras que no se han dicho o pequeñas acciones llenas de significado. Algunos textos tienen componentes muy líricos en su representación del espacio, el tiempo y la naturaleza, pero muchos golpean al lector como pequeños misterios sobre los que pensar y descifrar. Su extrema brevedad reduce vidas completas a unos pocos momentos, y el lector debe leer entre líneas. Biblioteca clásica Sección de clásicos Maestría literaria en miniatura: las manos de Kawabata “H istorias de la palma de la mano” es el nombre que el autor japonés Yasunari Kawabata (Osaka 1899 - Zushi 1972) dio a más de 140 textos cortos que escribió a lo largo de su carrera. El primero fue publicado en 1923 y el último apareció póstumamente en 1972, lo que refleja cincuenta años de cambios considerables en Japón durante este periodo. Se caracterizan por su brevedad y por su concisión dramática; y el título se refiere a la miniaturización de la forma, ya que estos cuentos son tan cortos que, idealmente, caben dentro de la palma de la mano. en el que recibe el Nobel. El 16 de abril de 1972, enfermo, deprimido y, probablemente, dolido por la muerte de su amigo Yukio Mishima, se suicidó en un pequeño apartamento a orillas del mar. Ese mismo año se publicaría póstumamente la biografía ficticia El maestro de Go, uno de sus libros más conocidos en Occidente junto con País de nieve y La casa de las bellas durmientes. La edición de Historias de la palma de la mano reúne setenta de aquellos textos breves del autor. Kawabata consigue condensar vidas enteras en momentos puntuales y quizá estos textos estén más cerca de la poesía que de la narrativa; de hecho, en ocasiones se Yasunari Kawabata (a la manera occidental; Kawabata los ha calificado de haikus narrativos. El autor escribe Yasunari a la oriental), el primer japonés en ganar como un perpetuo extranjero que observa y absorbe el premio Nobel, nació en Osaka en 1899. Huérfano la realidad a su alrededor. Juega a la sutileza con a los tres años, insomne perpetuo, cineasta en su una finísima atención al detalle, es como un pintor juventud, lector voraz tanto de los clásicos como de las impresionista, experimentando con luces y colores a vanguardias europeas, fue un solitario empedernido. gruesas pinceladas y dejando al lector ver el cuadro En 1917 se traslada a Tokio para cursar estudios completo por sí mismo. La mayoría del tiempo universitarios y se especializa en Literatura Inglesa y, únicamente presenta una escena que deja al lector más tarde, en Literatura Japonesa. Mientras estudia preguntándose qué sucede después. en la universidad publica algunos de sus trabajos, con Había muchas posibilidades de que estas historias lo que se abre camino en el mundo literario. En 1924 fueran artificiosas o forzadas, pero Kawabata siempre termina la universidad, y aparece el primer número de añade el toque de humanidad necesario para apoyarlo Bungei Jidai (Edad Literaria), la revista del grupo de intelectuales al que pertenecía. Esta publicación reunía a nuevos y prometedores autores en el Shinkankaku Ha, la Escuela de la Nueva Sensibilidad, que buscaba una alternativa centrada en el arte, distinta de la ficción del naturalismo o de orientación política de la literatura proletaria de la época. El grupo estuvo muy atraído por los movimientos europeos posteriores a la Primera Guerra Mundial y proclamaron su interés en la importancia del ritmo, las imágenes, el simbolismo y la capacidad para describir cosas sorprendentes. Debuta como escritor al publicarse La bailarina de Izu en 1927, alcanzando la consagración en Japón diez años más tarde con País de nieve y aumentando su popularidad con cada novela hasta el año 1968, 8 todo. Los personajes son personas reales, nunca son marionetas al servicio de una idea o un concepto. A lo largo de las setenta historias los personajes predilectos de Kawabata se vuelven reconocibles: las chicas tristes, los hombres mayores, los aficionados al arte o los ciegos, pero estos nunca son estereotipos, y muchas veces sus acciones o pensamientos son impredecibles. Incluso en historias que podrían resultar “sensibleras” en manos de otros escritores, como “Barquitos de hojas de bambú”, en el que una joven incapacitada espera el retorno de su prometido de la Segunda Guerra Mundial, Kawabata se distancia del melodrama con un final neutral y alejado de lo que el lector espera. Siguiendo la doctrina aristotélica de que la virtud está en el punto medio, las historias de la palma de la mano gozan de un equilibrio perfecto que nunca se desborda. Da la sensación de que muchas de estas historias podrían ser fácilmente expandidas hasta convertirse en novelas. Haciendo zoom se revelan otros puntos sobre los que construir, posibilidades ya exploradas o latentes. Fábulas míticas, relatos humorísticos, reflexiones de hombres corrientes, muchachas que se enamoran de Dios y se convierten en lirios… la variedad de temas sirve al autor para reflejar la existencia humana. La intensidad de estos textos deriva de su carencia de elementos innecesarios. El japonés usa la concisión y el detalle con la precisión de un cirujano. El telón de fondo de Historias de la Tres meses antes de su muerte, en abril de 1972, Kawabata realizó una operación inédita: redujo su novela País de nieve a una historia de la palma de la mano. La miniaturización consistió en convertir la primera cuarta parte de la novela en una sucesión de escenas y después reducir la totalidad de la historia a su última esencia. Como resultado, doscientas páginas de una novela magistral reducidas a cinco páginas en un relato delicado, onírico y sorprendente. Estos breves textos tienen una característica común, el uso de la metáfora, con un estilo evocador y sublime como, por ejemplo, en “Medias blancas”, en la que la blancura de una lombriz intestinal se enlaza en la mente de la narradora al recuerdo de sus medias tradicionales, y esto conecta con un profesor muerto del que la chica estuvo una vez enamorada. Este tipo de conexiones parecen más cercanas a los procesos mentales que la corriente de conciencia que practicaban los contemporáneos de Kawabata, y parece menos forzada. El autor también era aficionado a las metáforas sinestésicas, y muchas veces entre términos contradictorios en los que cosas convencionalmente feas se convierten en bellas, y a la inversa. En estas piezas está el reflejo del experimentalismo de Kawabata, su visión sobre la literatura, y su concepto del mundo durante los cincuenta años de su carrera literaria: “Muchos escritores, en su juventud, escriben poesía: yo, en lugar de poesía, escribí los relatos que caben en la palma de una mano. Entre ellos hay piezas irracionalmente construidas, pero hay otras que fluyeron naturalmente de mi pluma, con espontaneidad… El espíritu poético de mi juventud vive en ellos”. Verónica Enamorado 9 Inéditos Sección de creación hermana. Su pequeño cuerpo blanco y frágil. Su cuerpo delgado con las costillas entreviéndose. Los ojos tristes, hoy, de una niña que no tiene lo que quiere. Sus ojos, que miran a otro lado, representan una renuncia. La renuncia a una piscina esta vez. Mañana, quizás, será la renuncia a otros sueños. Y qué más da. Ya vendrán otros sueños y sus ojos seguirán fieles. Estos son los días más hermosos. Los hermosos días de la infancia. La Nada Atravesamos Düsseldorf, Duisburg y Oberhausen y nos incorporamos a la carretera 31. Después de casi una hora de viaje llegamos al Parque Natural Barenborg. Paramos unos minutos para descansar las piernas y despejarnos, aunque ya nos quedaba poco para llegar. Era un parque pequeño que tenía una fortaleza fronteriza en el siglo IX que ya estaba destruida, pero era acogedor, tenía los típicos árboles altos de Alemania que nos hacen sentir protegidos y alejados del resto del mundo. Nos adentramos un poco y encontramos una pareja haciendo fotos en una zona de agua estancada y familias de patos. Nos contó Ulli, el marido, que solían ir allí de niños y les traía buenos recuerdos. Nosotros sabíamos que nuestras experiencias estaban empezando entonces y que recordaríamos todo lo que pasara a partir de aquel momento. Seguimos nuestro camino. Tras una hora un poco más larga conseguimos llegar, casi sin gasolina, a nuestro destino. Entramos en el pueblo y todo parecía bastante calmado, la tranquilidad de las afueras de cualquier otra ciudad germana se había trasladado a cada rincón. En la calle no había nadie y una llovizna molesta nublaba la vista del parabrisas. Llegamos al centro de la ciudad y nos detuvimos en Heimspiel, Matt pidió una cerveza negra y yo una con sabor a cereza. Todos se daban la vuelta para escucharnos, no era usual que los extranjeros visitaran la zona, no es un pueblo conocido, pero más que nada nos miraban. Según parece, lo normal es que la cerveza con sabor a cereza la tomen los niños por contener un bajo volumen de alcohol, sin embargo, yo ya me había olvidado de la infancia hacía mucho tiempo. Dejamos las risas y las mejillas rojas atrás. Todo era tal y como esperábamos: las casas de diferentes colores, la cantidad de árboles en las calles, el ambiente fresco que no llegaba a calar los huesos, las bicicletas y ese acento fuerte que escondía conversaciones cotidianas… Tardamos pocos minutos en abandonar todo aquello para avanzar por una de las calles que dejaría atrás la ciudad, pero justo cuando llegamos a la zona más alejada, a la zona más despoblada y desprovista de casas, nos detuvimos. Ante nosotros, en el medio de aquel gran terreno fértil, se situaba la única casa en varios kilómetros a la redonda. No se trataba de una casa cualquiera, parecía una mansión por su gran tamaño, como una casa rural para pasar las vacaciones. La Pensión Harkotten, con servicio de buffet en el desayuno y la comida, habitaciones para grupos y duchas externas, como hace unas décadas atrás. Todo parecía muy cómodo, habría vendedores de carne asada y cerveza, manualidades y música en directo: todo lo necesario para sobrevivir varios días apartados de cualquier problema que pudiera preocuparnos. Nosotros, a pesar de tener todo ello a nuestro alcance, decidimos apartarnos de la casa y dormir en la furgoneta, como en los viejos tiempos. Eso hacía que pareciera más aún que estábamos en el medio de la nada. Para Mitchell, por los recuerdos. Cindy Abregu De Marco 10 En los días en los que las ganas de escribir o contar algo están ausentes, me basta con mirar el rostro de mi Carmen G. de la Cueva Sucede a veces que me canso de ser mujer que despierto asqueada de mi cara y de mis manos de palparme las costillas cada noche. Me bato entonces con el armario con la hilera de cuellos vueltos con el gris y el negro y los zapatos fríos y húmedos el mismo elevar los ojos y fruncir la boca si me miran el mismo leer siempre en el tren en vez de jugar los ojos con el cielo; con el no poder nunca no hacer y no decir o hacer tanto que la vida vuelque o arrasar la garganta diciendo y volverme muda (siempre la estéril mesura, el mismo frotar los dedos como alimaña tras decir sólo la mitad) Me aterra que un poco de aire pudiera resquebrajar las finas capas de soledad que me he ido untando mirar a los ojos y no poder esconder el pozo de horror y desarraigo y manos quemadas la tristeza que llevo siempre y que no comprendo. Ana Jimena 11 Noticias y eventos Relacionados con la UAH Nota de prensa D Encuentro Internacional de Mitología urante los pasados días 8, 9 y 10 de abril ha tenido lugar en la Universidad de Alcalá el II Encuentro Internacional de Mitología de la UAH, organizado por el Departamento de Filología, Comunicación y Documentacion, las Áreas de Filología Griega y Filología Latina de la Universidad de Alcalá, coordinado por Margarita Paz Torres y con las doctoras Mª Dolores Jiménez López y Mª Val Gago Saldaña como directoras. El tema elegido para las ponencias de este año ha sido Espacios Infernales: brujas, demonios y otros personajes literarios del Más Allá. El encuentro contó con las comunicaciones de profesores de la facultad, jóvenes investigadores y alumnos, que expusieron una extensa variedad de conceptos atrayentes y en su mayoría desconocidos, como “El infierno de Dante en el siglo XX”, por Joaquín Rubio Tovar, “De héroes cojos y diablos cojuelos”, por José Manuel Pedrosa, “Infiernos de amor”, por Teresa Jiménez Calvente, “Cupido crucificado: un dios castigado en los Infiernos”, por Antonio Alvar, “Hablando a los fantasmas de otros mundos: los relatos verídicos de Luciano de Samosata y las Crónicas marcianas de Ray Bradbury”, por Marta López Vilar, o “La Patasola colombiana… o una pedagogía contra el deseo”, de Danilo Millán; entre muchos otros. El aula se llenó de asistentes, que entablaron debates con los ponentes gracias a sus preguntas y observaciones. Al final del acto, las organizadoras comentaron su intención de celebrar una tercera edición de este Encuentro Internacional de Mitología de la UAH. Proximamente FACULTAD DE SILENCIO, grupo de creadores de la UAH, organizará dos nuevos eventos en el próximo mes de Mayo - El día 7 de mayo, miércoles, a las 18:00 en la UAH (aula por confirmar), tendrá lugar el acto anual de “Facultad de Silencio”, que consistirá en un recital de la poeta Marta López Vilar, precedido de una conferencia sobre el silencio a cargo del profesor Manuel Martí. Tras finalizar, habrá “micrófono abierto” para quien quiera recitar alguno de sus textos. - El día 9 de mayo, viernes, a las 18:00 en la UAH (aula por confirmar), tendrá lugar un ciclo de conferencias sobre literatura rumana (el país de Tzara, Ionescu, Cioran o Blaga, entre otros) auspiciado por el CENTRO DE LENGUAS EXTRANJERAS: el acto, organizado y conducido por Javier Helgueta y Alexandra Cherecheș, estará dividido en tres secciones: en la parte académica, se incluirá una presentación de la profesora Ileana Bucurenciu y dos ponencias a cargo de Dana Giurca (“Ideología y censura en la novela policíaca rumana durante el régimen comunista”) y Lavinia Dragotã (“Paseos metafísicos en Emil Cioran”). En la parte creativa, la poeta búlgara Zhivka Baltadzhieva recitará algunos de sus poemas. La clausura del acto estará a cargo del violinista Bruno Marín González (Fyodor Druzhinin, Sonata para viola. Vivace, adagio quasi lento, maestoso). Para estar al tanto de las últimas novedades, participar u obtener más información, pueden contactar con: FACULTAD DE SILENCIO (vía Facebook (https://www.facebook.com/FacultadDeSilencio?fref=ts), o Twitter (@FaculSilencio https://twitter.com/FaculSilencio), o bien a través del correo electrónico: [email protected] 12 13 Diálogo con las artes Teatro, cine y exposiciones El público está de enhorabuena porque el Teatro Español ha decidido prorrogar en su Sala Principal una nueva Bernarda Alba, que la compañía Tribueñe convierte una delicia digna de saborear. El sonido limpio del agua volcada en una vasija precede a un espectáculo puro, que trabaja el texto sin más aditivos que la luz, la música y las telas de colores simbólicos que danzan y ciegan en una coreografía más que acertada. Una nueva visión, una nueva perspectiva y un pilar básico en torno al cual construir el espectáculo: la pasión. Esa pasión que entrelazaba Lorca con el miedo y la valentía para bordar con pequeñas puntadas estos personajes femeninos tan ansiados por cualquier actriz. Un velatorio y cinco hermanas de luto que avanzan en escena balanceándose como vírgenes en su trono desfilando por cualquier calle andaluza en plena Semana Santa. Hacer de la pasión religiosa y la pasión amorosa una sola esencia facilita la construcción de un montaje compacto en el que nada sobra y nada falta. Cornetas y tambores, acordes de guitarra, quejíos flamencos y oportunos silencios que envuelven a la perfección personajes con un alma escondida que se va desnudando en cada diálogo. Es un espectáculo que estira el texto hasta llegar a dos horas y media de emoción en las que se construye un montaje a partir de una estética tan bella que, en ocasiones, sobrepasa a la historia y a los personajes. Quizá sea la interpretación empalagosa y sobreactuada de alguna de las actrices lo único que desluce tanta belleza en escena. La interpretación se desploma al gritar palabras que solo necesitan ser susurradas desde el sentimiento que Lorca dejó guardado en el texto. 14 “L (José Luis Gómez, Discurso de ingreso en la Real Academia Española, enero del 2014) La pasión de la Bernarda L José Luis Gómez sube el telón en la RAE con Cómicos de la lengua a palabra es un gesto alterado que busca provocar algo en el otro, palabra en acción es el texto del autor que brota en el actor” Teatro a casa de Bernarda Alba es uno de los textos más representados no solo de la obra del gran Federico García Lorca sino de toda la historia de la literatura dramática española. Surgen miedos cada vez que se vuelve a coger el texto para darle vida, surge miedo cuando vuelves como espectador a enfrentarte a la misma historia, a los mismos personajes, a las mismas emociones, una y otra vez. Probablemente sea uno de los pocos textos que cada vez que se repone no se rescata sino que se redescubre. La última tragedia rural de Lorca vuelve, si es que alguna vez se fue, a los escenarios. Teatro Parece intuirse que no es un problema del trabajo actoral sino que son entonaciones y giros marcados desde la dirección con un objetivo que no queda del todo claro. Tres personajes (Bernarda, Poncia y Adela) son los únicos que consiguen escapar de esta exageración de sentimiento innecesaria; aunque la que demuestra que no existen personajes pequeños es María Josefa, la madre de Bernarda, esa mágica abuela vestida de novia que lanza verdades en discursos llenos de locura. Que no se deje pasar esta oportunidad pensando que la historia volverá, porque solo regresará el texto pero sin esta original belleza con la que Tribueñe le ha dado vida. Una belleza que parece evidente cuando la disfrutas, pero que resulta valiente, innovadora y responsable en su puesta en escena. Un montaje que demuestra que no es una trama gastada, que no son unos personajes desteñidos por el uso. Una cruz como arma, una casa con complejo de prisión, un calor agobiante, paredes que escuchan y mujeres reprimidas que arrancan aplausos y anudan gargantas en las butacas. Una autoritaria Bernarda a la que se le ha concedido la humanidad de llorar mientras cae el telón demostrando que todavía faltaba por subir al escenario la pasión de la Bernarda. Míriam Rodríguez Torres La casa de Bernarda Alba Autor: Federico García Lorca Dirección: Irina Kouberskaya y Hugo Pérez de la Pica Reparto: Carmen R. de la Pica, Chelo Vivares, BadiaAlbayati, Natalia de Azcárate. Lugar de representación: Teatro Español (Sala Principal) Dos acontecimientos han tenido que suceder para que el público volviese a acercarse al teatro de la mano de la Real Academia Española. Por un lado, la triunfal entrada que ha hecho José Luis Gómez en una de sus preciadas sillas con un discurso de ingreso en el que ya nos dejaba entrever que su actividad iba a ir más allá. Por otro, el tercer centenario de esta institución, trescientos años de experiencia en eso de limpiar y dar esplendor a la lengua española. Cómicos de la lengua se pone en marcha con el apadrinamiento de la Real Academia y con la inestimable colaboración la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), el Teatro Español, el Centro Dramático Nacional (CDN) y el Teatro La Abadía, dirigido por el mismo José Luis Gómez desde hace años. La iniciativa saca del desván al teatro leído limpiándole el polvo que había acumulado durante años encerrado y lavándole la cara hasta que quedase perfecto para encajar hoy en una sala. Que el teatro leído estuviese guardado al fondo del cajón tiene razones que se justifican en la pobreza que aportaba este tipo de transmisión del texto en un mundo en el que comenzaba a explosionar una creatividad artística ante la que quedaba insuficiente. Pero el promotor de la idea, experimentado actor, autor y director teatral, es consciente de ello y nos presenta (en una carta enviada a los actores y publicada en el programa oficial) un nuevo concepto en el que el objetivo es transmitir el texto con todo lo que este lleva implícito y que, a pesar de que no es el mismo trabajo de interpretación que se realiza en el teatro, el trabajo actoral resulta esencial para llegar a conseguir lo que se pretende. Gómez define el proyecto como “lecturas de la vida, situadas por un comentario académico”. Para los actores es un desafío profesional el de enfrentarse al texto, con diálogos y narraciones simultáneas y sin otro instrumento más que su voz dispuesta a transmitir hasta el último renglón de cada obra. Se ha propuesto un recorrido en el que durante diez semanas consecutivas la Real Academia y los “cómicos” harán un repaso a las obras más representativas de la literatura española. El cantar de Mio Cid, El Libro de Buen Amor, El Quijote, La vida es sueño, Duelo de plumas, Cartas marruecas y Valle Inclán: Visión estelar de un momento de guerra son los textos seleccionados. Carlos Hipólito, Beatriz Argüello, Israel Elejalde, Carme Machi, Julia Gutiérrez Caba, Ernesto Arias, Blanca Portillo, Helio Pedregal, José Sacristán, Emilio Guitiérrez Caba y el mismo José Luis Gómez son los grandísimos “cómicos” elegidos para dar vida a los textos. Y José Antonio Pascual, Inés Fernández-Ordóñez, Víctor García de la Concha, Francisco Rico, Aurora Egido, José Manuel Blecua, Pedro Álvarez de Miranda, Carme Riera y Darío Villanueva son los académicos que pondrán su particular perspectiva sobre los textos además de enmarcar la obra en su contexto histórico, político, social y filológico. Sin duda alguna, es una oportunidad única para poder disfrutar de alguna de estas lecturas. Las que ya se han llevado a cabo han cosechado un enorme éxito de crítica y público que anima al resto de espectadores a atreverse con una idea diferente en la que la Real Academia y el teatro se han encontrado en un camino común con destinos todavía difusos pero que sin duda ayudarán a su enriquecimiento mutuo. El director de la RAE, José Manuel Blecua, reconocía que, aunque la Academia ha prestado atención al teatro, nunca lo había hecho de una forma tan explícita y volcándose en su parte más práctica, aunque sin olvidarse de la teoría. Con este proyecto, la Academia da un giro correcto y adecuado y los “cómicos” entran a revitalizar un terreno que envejecía por el abandono. Ya advertía José Luis Gómez a sus compañeros que “no es mala forma de volver a los orígenes”. Míriam Rodríguez Torres Consultar programa en la web la Real Academia Española www.rae.es 15 Teatro Cine El arte de la entrevista que convierte a la persona en personaje Un espejo decolorado E l arte de la entrevista es uno de esos montajes que te va atrapando en cada uno de los diálogos que desnudan vidas puestas ante una cámara. Era necesario y complicado conseguir demostrar que la vida de cualquier ser humano puede funcionar como trama en un escenario y que no es necesario recurrir a grandes personajes con nombre propio para acariciar la sensibilidad del público. Juan Mayorga lo logra, como ha logrado con cada uno de sus trabajos convertirse en uno de los premios de Literatura Dramática de los últimos años más presente en carteleras y reseñas en prensa nacional e internacional. Con un preestreno en el teatro Palacio Valdés de Avilés que auguraba un tremendo éxito de público y crítica y tras varias funciones en gira, El arte de la entrevista se instala durante más de un mes en Madrid en el teatro María Guerrero del Centro Dramático Nacional. Es un texto sencillo construido a través de diálogos que se alejan de la crítica para mostrar sin aditivos al espectador una historia cercana. Son tres generaciones de una misma familia en las que Mayorga inserta las inquietudes de la juventud entremezcladas con la experiencia que dan los años y la aparición de una cámara. La cámara se convierte en el eje a través del cual el texto parece ir escribiéndose solo. El público se encuentra con una nieta curiosa que cree haber descubierto en su abuela una historia que contar sin ser consciente realmente de lo que supondrá comenzar a grabar. Tres valientes e inconscientes que se atreven a enfrentarse a esta entrevista. Es una entrevista que comienza con la inocente e incluso insípida pregunta “¿Cuál es tu película favorita?”, a partir de la cual, las confesiones irán destapando unas vidas que convierten a las personas en personajes en los que la línea de la realidad del quiénes han sido se muestra en ocasiones difusa ante el anhelo de quiénes querrían haber sido. Es un texto de detalles, de referencias, de risas y de llantos que no nacen de ingeniosos chistes o profundas tragedias, nacen del día a día, de la existencia, de la vida, del presente, del pasado y del futuro. Las interpretaciones están en su punto justo. Una perfección en la que no hay excesos ni defectos y que se consigue con un detallado proceso de dirección con el que no defrauda Cuco Afonso y con una calidad interpretativa de un alto nivel. No se ha caído en edulcorar el trabajo de los actores con un texto y una escenografía que podría haberse prestado a ello. La naturalidad es el resultado de un trabajo excepcional en el que el espectador puede disfrutar de la vitalidad de la entrañable Alicia Hermida, de la capacidad de Luisa Martín para transmitir mientras consigue que el público empatice con su personaje y de la transparencia de Elena 16 Rivera, actriz curtida ante las cámaras de televisión que se descubre en este montaje como una revelación para el teatro. Sin unas interpretaciones de este nivel la calidad del texto podría haberse visto sacudida y es por ello que el elenco se convierte en este montaje tan íntimo en una pieza clave para que todo funcione. Quizá el espectador salga del teatro con la sensación de no haber descubierto el lado oscuro de nada, de no haber reído lo suficiente o de no haber tenido que deshacer un nudo en su garganta. Faltan estos tres pilares sin los que parece no poder funcionar un montaje para la sociedad en la que vivimos. Gracias Mayorga por demostrarnos que no, que es ahí donde está la brillantez de este montaje. Huye de la tendencia de la crítica y de los nombres propios, huye de presentar verdades absolutas, huye porque su propósito es distinto: necesita mostrarnos pequeñas verdades íntimas y personales. Un regalo para los enamorados de las historias pequeñas y de los personajes anónimos. Y tras esta sensación de vacío que quizá le invada al salir de la sala, el espectador podrá ser consciente de la maravilla a la que acaba de asistir y habrá descubierto que hay historias con mayúsculas en vidas sencillas, que hay personas anónimas que pueden transformarse personajes y que una inofensiva entrevista ante una cámara puede desvestir vidas invisibles que, una vez están desnudas, se convierten en auténticas joyas, como esta. Míriam Rodríguez Torres El arte de la entrevista Texto: Juan Mayorga Dirección: Cuco Afonso Reparto: Ramón Esquinas, Alicia Hermida, Luisa Martín, Elena Rivera Lugar: Teatro María Guerrero (CDN) Fechas: Del 21 de febrero al 13 de abril ¿Q ué necesita el veterano cineasta Alexander Payne para impactar y encandilar de nuevo a la crítica cinematográfica? Fácil, su tierra natal, Nebraska, y al mítico Bruce Dern como protagonista. Nominado a más de una decena de premios entre Oscars y Globos de oro, Nebraska, el nuevo proyecto del director de Entre copas y Los descendientes nos mostrará una emotiva historia sobre un anciano padre y su hijo en busca de riqueza y reconciliación familiar, una road-movie a lo largo y ancho de las grandes llanuras de este estado del Medio Oeste norteamericano acompañada siempre de la brillante banda sonora del gran Mark Orton, quien compone la sinfonía de la mayor parte de la película. Así, durante las casi dos horas de duración del largometraje, Payne, de la mano del guionista Bob Nelson, alegorizará el colapso de la sociedad rural norteamericana, cuyo sustento no serán solo las situaciones cotidianas, a veces disparatadas y cómicas, a las que deberán enfrentarse los protagonistas de la cinta, Woody Grant (Bruce Dern) y su hijo Dave(Will Forte), sino también las trabajadas panorámicas de los paisajes del estado nebraskeño, que nos enseñarán el deterioro ético y cultural de la nación más poderosa del mundo. El nuevo trabajo de Payne es sin duda una sátira grisácea de la crisis social y moral que arrastra Estados Unidos desde finales de los 80. Nuestro primer contacto con Woody será viéndole deambular por una autopista a la salida de Billings, ciudad de Montana donde reside el anciano y hastiado exmilitar. Aquí será detenido por un agente de policía y llevado de vuelta a casa, donde nos revelará sus intenciones de viajar hasta Lincoln, Nebraska, lugar en el que pretende cobrar un cheque promocional por valor de un millón de dólares que cree verdadero. Su testarudez en tamaña e inútil empresa será aprovechada por Dave, su hijo, quien pretenderá recuperar el tiempo perdido con su anciano padre y se ofrecerá a acompañarle en su inútil travesía. Así comenzará un viaje que les llevará a pasar unos días en el pueblo de Woody, Hawthorne, lugar de paso antes de llegar a Lincoln, donde se reencontrarán con sus familiares y amigos haciendo de la misión de ambos protagonistas el chismorreo principal del pueblo. La noticia de la posible nueva fortuna del anciano, de este modo, sacará a la luz las distintas rencillas y deudas entre los habitantes del pueblo y Woody, quienes no sabiendo que el cheque es falso intentarán sacar partido del senil septuagenario. De esta manera, se generará una trama cuya finalidad emocional acaba suplantando a la en principio finalidad económica del viaje. Un guion que unirá a padre e hijo ante una sociedad amoral que cargará contra ellos. Así pues, estas acciones nos mostrarán uno de los temas principales de la película, clásico objeto de análisis en la filmografía de Payne: el deterioro de las relaciones sociales y familiares a causa de la crisis económica. En cuanto a los elementos emocionales del film, parece que el cine cotidiano nos haya acostumbrado a que estos nos parezcan extraños y no terminen de convencernos como audiencia; sin embargo en este caso el director logra empatizar con el público desde el primer minuto del film gracias a la gran construcción psicológica del personaje de Woody, quien más que atezado por la senilidad, es carcomido por un sentimiento de melancolía producto de su vejez y distanciamiento familiar, y a la magnífica interpretación de Bruce Dern, reinventándose como actor a su avanzada edad. No hemos de olvidar sin embargo la capacidad interpretativa de Will Forte y June Squibb, quien hará de la esposa de Woody. Si bien sus papeles quedan algo eclipsados por la grandiosa actuación de Dern, hacen un magnífico apoyo al anciano protagonista y cimentan aún más la credibilidad tanto de la trama como de los personajes. El reflejo de la identidad americana que observamos en Nebraska hace de esta película una de las obras maestras de Payne. El espíritu decadente de la sociedad americana mostrado por el director nos hace percatarnos de nuestro propio acercamiento a la realidad, incluyendo la percepción de la familia, dinero y amistades. En definitiva, la perfecta armonía que el cineasta consigue entre fotografía, guion y banda sonora hace de esta película la entrada de Payne en el gran círculo de directores americanos, haciendo de él un inmejorable heredero de los hermanos Coen. Nebraska es la disección del alma de una nación carente de color. Alejandro Rivero Nebraska Dirección: Alexander Payne Guion: Bob Nelson Interpretes: Bruce Dern, Will Forte, June Squibb, Bob Odenkirk, Stacy Keach Duración: 115 minutos 17 Cine Cine Romanticismo en una realidad virtual El gran hotel Budapest, sutil e inteligente locura Q uerido lector: Tú, que vives en un mundo virtual, imperado por la metódica llegada de nuevas tecnologías que nos sirven como coraza para refugiarnos del mundo somático y tangible que nos rodea. Tú, que has encontrado el escondite perfecto en la pantalla del móvil o del ordenador, donde Facebook, Twitter o Google son los nombres de tus mejores amigos. A ti, que formas parte de esta sociedad abocada a la ciencia tecnológica, he de plantearte una pregunta: ¿sería posible que entre un ser humano y un sistema operativo se crease una relación amorosa, profundamente verdadera (o verdaderamente profunda)? La respuesta a esta pregunta es llevada a la pantalla por Spike Jonze en su última película, Her. Podemos experimentar, durante los 126 minutos que dura el largometraje, el nacimiento de una tierna amistad entre un hombre (Joaquin Phoenix) en pleno proceso de separación de su mujer y un sistema operativo, basado en un modelo de inteligencia artificial. La dulce, sensual y divertida voz de Samantha (Scarlett Johansson) cautiva a Theodore, creándose un vínculo que hace crecer esta amistad hasta convertirse en una relación amorosa gobernada por las palabras de dos voces que se funden en un solo cuerpo. Es en la sonoridad y en las voces de los actores donde recae el peso del cariño y el sentimiento que se crea entre estos dos “seres” tan diferentes y a la vez tan parecidos que pertenecen a mundos ajenos. Prescindiendo del efecto visual, lo físico y real ha dado lugar, junto a lo etéreo, a escenas en las que el cuerpo de Joaquin Phoenix es suficiente para transmitir la sensación de pareja, quedando la soledad relegada al pasado. Un pasado que continúa presente mediante la técnica del flashback, que consigue la confrontación entre las dos relaciones que vive el protagonista. A través del trabajo del director de fotografía Hoyte Van Hoytema, que nos regala magníficas imágenes con una luminosidad en la que destacan el rojo y el amarillo, Jonze nos sitúa en un marco futurista verosímil y cercano, un futuro que posibilita la fusión de las dos caras imperantes en la sociedad. El trabajo que desempeña Theodore se debe a la frialdad de las relaciones y el sentimiento despersonalizado de la población. Esta parte de ordenador que tiene el personaje, pues se ocupa de escribir las cartas de aquellas personas que no son capaces de hacerlo por sí mismas, liga perfectamente con el lado humano de Samantha, que busca su propia identidad y actúa con plena libertad, tratando de definirse y demostrando que un “robot” también es capaz de sentir, de vivir e, incluso, de amar. Mientras que Theodore vuelve a amar a través del perdón y el olvido de una vida marcada por el recuerdo, Samantha 18 define la idea de querer a través de las sensaciones que van brotando en su “interior”. Se plantea así la duda de si una relación como la que estos dos personajes viven es verdadera y se lanza al aire la pregunta de qué es sentirse vivo y qué es real. Al igual que en la memorable película Blade Runner, Her nos lleva a evaluar qué significa ser humano. ¿Acaso no es Samantha tan humana como Catherine, exmujer del protagonista? ¿Es de locos enamorarse de una voz que provoca emociones tan o más fuertes como el tacto de un cuerpo de carne y hueso? Y a esto precisamente responde la mejor amiga de Theodore, Amy: “enamorarse es como una forma de locura socialmente aceptada”. Entonces, si una sociedad tan tecnológica ha permitido el enfriamiento de las relaciones entre las personas, ¿por qué no aceptar la existencia de relaciones virtuales? Incluso el sentimiento físico tiene cabida en este tipo de vínculos y Spike Jonze lo esboza con una escena donde ha bastado un fondo negro y dos voces desenfrenadas para conseguir que un acto sexual entre un hombre y una máquina trascienda más allá de lo físico. Her, que cuenta con un maravilloso reparto, ha ganado el Óscar al mejor guion original. La conmovedora actuación de Joaquin Phoenix, la dulce voz de Scarlett Johansson, y el excelente trabajo musical y de fotografía crean una perfecta amalgama que hacen de Her una de las más brillantes y atractivas obras de Spike Jonze. Un retrato de la sociedad tan contemporáneo como original. Y aquí concluye, querido lector, mi reflexión. ¿Cuál es la tuya? Atentamente, Amanda Hurtado Her Dirección y guión: Spike Jonze Reparto: Joaquin Phoenix, Scarlett Johansson, Amy Adams, Rooney Mara, Olivia Wilde, Chris Pratt. Duración: 126 min. E l gran hotel Budapest requiere la aceptación total del pacto narrativo. Si no estás dispuesto a consentir lo que te van a contar, tal vez sea recomendable que no traspases el portón. Pero si decides aceptarlo, puede que pases uno de los ratos más divertidos en el cine de los últimos años. Wes Anderson nos cuenta, con su reconocible estilo, una extravagante historia de enredos y aventuras. Nos situamos en la república de Zubrowka en los años sesenta, más concretamente en el Grand Budapest Hotel, en el que Moustafa Zero se dispone a relatar su pasado a un escritor. Este encuentro sucede a su vez en las páginas de una novela, lo que justifica las exageraciones en la historia. Dicho mecanismo narrativo recuerda al escritor Stefan Zweig, en el que Anderson se basó para escribir esta historia, y al que guarda un homenaje en ella. Nos encontramos, de este modo, ante una historia contada dentro de otra que está siendo leída. Y a pesar de la aparente complejidad, los engranajes funcionan a la perfección. El director vuelve a concentrar la acción en un lugar central desde el que se ramifica la historia. Ya lo hizo en The Royal Tenenbaums (la casa familiar), en Life Aquatic (el barco) o en su última película Moonrise Kingdom(la isla). The Grand Budapest Hotel vuelve a demostrar la enorme importancia que juegan los espacios en la filmografía del director. Todo parte y apunta hacia el hotel, una estructura rosácea que, gracias a un impresionante trabajo de atrezzo, recuerda a una de esas maquetas con las que todos hemos querido jugar o a una estructura de caramelo a la que cualquiera desearía hincarle el diente. Los protagonistas son Gustave H., reputado conserje del hotel, y Zero, un aprendiz que llega en los años treinta. El duelo interpretativo entre Ralph Fiennes y Tony Revolori se mantiene durante todo el metraje, en el que el joven le aguanta el pulso al veterano. El resto del reparto eleva la película a la categoría de obra coral. Todos completan grandes actuaciones, todos están pasadísimos de vueltas, todos conforman un conjunto memorable por unas interpretaciones brillantes y por un notable trabajo de caracterización. Resultan destacables la cadavérica fachada de una Tilda Swinton casi irreconocible, un Willem Dafoe tosco y cómico, y un Adrien Brody que, con su semblante, recuerda a aquellos lúgubres y arquetípicos villanos de las historias de la Rusia zarista. El sello de Wes Anderson está impreso en cada esquina. Desde el tratamiento colorista de la imagen hasta las composiciones fotográficas, El gran hotel Budapest recoge todos los rasgos del cineasta y los traslada a la pantalla con una nueva vuelta de tuerca. La estructuración del guion en capítulos también se vuelve a repetir. El asiduo del director detectará que estamos ante uno de sus trabajos con solo observarlo un instante. Por otra parte, el habitual toque cómico y descarado del director reside en cada uno de los giros. Ese humor de situación tan propio vuelve con una renovada energía. Los gags, a veces absurdos y otras algo más confeccionados, aceleran y refrescan el avance de la historia. El director caricaturiza con sutileza todo lo que encuentra a su paso: desde los imperios y los autoritarismos (con una metáfora de la Europa de entreguerras), hasta la unidad familiar, la codicia, y todo lo que rodea a los personajes en su viaje. El gran hotel Budapest es una historia completamente chiflada, excéntrica en ocasiones, con muchísimo humor y una banda sonora remarcable (gran trabajo, otra vez, de Alexander Desplat), con la que Wes Anderson (re)consolida y acentúa, más si cabe, los rasgos de su filmografía. El director repite las fórmulas que vertebran su cine para virar un grado más. The Grand Budapest Hotel supone una representación nostálgica y lúcida de su particular mundo narrativo vestida de una sutilidad inteligentísima a la hora de tocar (y desarmar) determinados temas. Una de las mejores películas de un director cuya filmografía se agiganta con cada nuevo trabajo. Jesús Villaverde Sánchez The Grand Budapest Hotel Dirección y guión: Wes Anderson Reparto: Ralph Fiennes, Tony Revolori, Saoirse Ronan, Edward Norton, Adrien Brody, Bill Murray, F. Murray Abraham, Willem Dafoe, Jeff Goldblum, Jude Law, Tilda Swinton, Mathieu Amalric, Harvey Keitel, Tom Wilkinson, Jason Schwartzman, Owen Wilson, Lea Seydoux. Duración: 99 minutos 19 De aquí y de allá Narrativa española e hispanoamericana Pragmatismo del amor y de la lluvia A nagrama, una vez más, apuesta por Sergi Pàmies (París, 1960), como ya hizo con La gran novela sobre Barcelona, Debería caérsete la cara de vergüenza, Infección, La primera piedra y los libros de relatos El último libro de Sergi Pàmies, Si te comes un limón sin hacer muecas y La bicicleta estática. Este lanzamiento lleva por título Canciones de amor y de lluvia, una traducción al español de su libro Cançons d’amor i de pluja, publicado el año pasado en la editorial catalana Quaderns Crema. Pese a que ha sido el mismo autor el que lo ha traducido, no ha caído en la tentación de corregir fragmentos, solamente algún detalle. El libro está compuesto por un conjunto de veintiséis relatos independientes entre ellos. Sin embargo, todos están escritos con el mismo estilo y con un marco común que se esconde tras el título. Los besos que se dan bajo la lluvia llegan al espectador, tienen algo de especial que hacen que sintamos un pequeño vuelco. ¿Cursi? Posiblemente, pero esta idea que se pueda tener a priori del libro queda desmentida a lo largo de sus ciento cincuenta páginas en las que nos encontramos, en su mayoría, con personajes vulnerables, solitarios y oprimidos por la angustia. Canciones de amor y de lluvia no solo es un libro más de cuentos. Pàmies nos sorprende con reflexiones irónicas (en el relato Humor se pregunta por qué si donamos nuestro cuerpo a la ciencia no podemos hacerlo a las letras) que construyen por sí solas un relato, y con hechos y acciones cuyo fundamento está en el juego narrativo, a través del que consigue manejar al lector a su antojo dirigiéndose directamente a él (“que tú, lector, no lo consideres lo bastante inteligente provoca que el hombre que mira por la ventana se ofenda” en La llave del sueño). No hay una línea de todo el compendio en la que no veamos el estilo de Pàmies: sencillez, intensidad, sorpresa, humor, conmoción, desenfado, ironía. No hay artificios que ensucien su prosa y sin embargo hay muchos mensajes sutiles que se esconden tras ella. A partir de una materia trivial, Pàmies despliega todo un abanico de posibilidades con las que nos enseña otra realidad. Hace creíble lo increíble: en uno de sus cuentos sentimos la urgencia de un hombre con 20 Sergi Pàmies, Canciones de amor y de lluvia Barcelona, Anagrama 160 páginas, 13,90 euros escopeta en mano por matar el tiempo, sentimos en nuestro cuerpo esa agitación interior que consigue manifestarse. Son relatos muy cortos, pero como bien había declarado Pàmies “la brevedad es un mérito”. La ficción es libertad, y como buen conocedor de esto, explota esta oportunidad para tapar pequeños detalles de su biografía: la pérdida de su madre (la escritora Teresa Pàmies) y de su padre, la visita a Paul Auster en Nueva York hace casi veinte años... ¿Hay más vida de Pàmies en el libro de la que creemos? Pàmies se sale de lo común con su despliegue imaginativo. Cuando sus relatos flojean en la primera línea, nos sorprenden gratamente en la última. Cuando sus finales nos dejan indiferentes, es que hay que releerlo. Tras la lectura de este libro, cuesta negar que Sergi Pàmies es uno de los mejores cuentistas españoles contemporáneos. María Loriente Autopsia del yo, autopsia de un tiempo y de una ciudad “¡O tra maldita novela sobre el yo!”, podría pensar el lector que se acerque a Autopsia, la primera novela de Miguel Serrano Larraz (Zaragoza, 1977): una vez más un narrador-personaje cuyo nombre coincide con el del autor, que habita los mismos espacios y tiempo histórico, tan bien detallados que solo podrían ser recreados con tal cercanía por alguien que los haya hecho vida propia. En efecto, el protagonista de Autopsia es un Miguel Serrano nacido en 1977 en Zaragoza, donde se crio y vive, y que publicó hace algunos años un libro de relatos titulado Órbita. El lector asume además que otros datos seguramente coinciden igualmente con la biografía del autor: procedencia social, barrios y entornos, centros educativos, relaciones, gustos, empleos, sucesos... Y sin embargo, Autopsia aporta a una larga lista de textos ficcionales construidos sobre la identidad del autor y publicados en los últimos diez años elementos que la hacen destacar. En primer lugar, la presencia de un hilo vertebrador en la conformación de la identidad de este personaje, pues los acontecimientos que selecciona para su propia autopsia están caracterizados bien por la violencia o bien por la amistad: la violencia que él mismo ejecuta o bien que se ejerce contra él —unos skinheads le dan una paliza y la experiencia provoca su primer poema; pero él mismo acosa y veja a una compañera cuando ambos son niños—, a menudo más difusa —violencia económica del empleo precario; pero también resulta violenta su impasibilidad ante el dolor ajeno—; y la amistad como refugio, sobre todo a través de dos personajes extraordinarios y contradictorios. A la vocación artística de la novela contribuye asimismo la estudiadísima fragmentación del tiempo. El lector debe ordenar cronológicamente las setenta y seis piezas o capítulos de los que se compone, con repeticiones, escenas, elipsis... Cada uno de ellos deja pendiente de concreción un acontecimiento del que se ofrece una cara, una perspectiva insólita que queda interrumpida hasta un nuevo aporte de datos que solo llegará —de nuevo parcialmente— páginas más adelante. Con ello se genera una impresión de completitud imposible que coadyuva a esa especie de descargo de conciencia, una retrospectiva necesaria impuesta por el paso del tiempo y por la necesidad de abrir una nueva etapa en su existencia. La actitud escéptica del narrador impide que el tema de la violencia derive en una especie de moralismo; no hay una búsqueda de respuestas ni siquiera una intención por despejar; tan solo una gran incógnita que permanece latente: por qué esa vida y no otra. Por el contrario la hipersubjetivización del relato impuesta Miguel Serrano Larraz, Autopsia Barcelona, Candaya 398 páginas, 18 euros por la autoficción provoca una perfecta exhibición de la conciencia atónita, compleja y confusa del personaje, el cual no deja de ser resultado de sus circunstancias. Si acaso, hacia el final, va aclarándose la clave de este examen de conciencia: el nacimiento de su hija Sara ha despertado en él la necesidad de conjurar esa violencia explicándosela. Algún pasaje metanarrativo añade interés a este ejercicio que no se sabe bien si es autoficcional o puramente autobiográfico: “Me pregunto hoy por qué cambio los nombres de mis personajes [...]. Pienso que el cambio de nombres me permite la libertad de decir toda la verdad y, al mismo tiempo, de inventar lo que quiera, aunque en realidad no invento nada”. De todo este ejercicio sale bien beneficiado el retrato vívido y preciso de un espacio físico —la Zaragoza de los años noventa— y del consiguiente espacio psicológico de quienes lo habitan. Pero acaso la sensación que predomina después de la lectura de Autopsia sea la opresiva dictadura del tiempo. Aquel niño que evoca el narrador se ha convertido en un adulto insatisfecho que no sabe cómo hacerse cargo de las marcas que los años han ido dejando sobre sí. De ahí la incapacidad de reaccionar, de borrar caminos erráticos del pasado, de edificarse sobre otro yo que parece ser sentida como una tragedia. Serrano Larraz es además un escritor cuidadoso con el lenguaje, que fluye de una manera natural, sin histrionismos, barroquismos ni efectismos gratuitos. Ha dado con la manera —el estilo— de decirse a sí mismo. El resultado no es pues otra maldita novela sobre el yo, sino la demostración de que el género autoficcional sigue gozando de buena salud más allá de modas y amaneramientos. Fernando Larraz 21 Miguel Gila, Watson español en África S idi Ifni, ese lugar que formó parte de nuestra historia reciente, tan deliberadamente. David Torres (Madrid, 1966) recupera esa memoria de una guerra que no se ha querido apenas investigar, ya sea por su tenor o por la tendencia al olvido de nuestro país, especialmente a lo concerniente a lo ocurrido durante el franquismo. Y va más allá: redime a los “buenos soldados”, como reza el verso de Mateo Flecha El Viejo (“La Guerra”), aquellos en la guerra de Sidi Ifni combatieron: cientos de jóvenes militares cuyo uniforme y armamento eran más que deficientes, como se refleja en la foto de portada del libro, pero Todos los buenos soldados hace referencia a la figura del militar, diseccionada en la nueva novela de David Torres, que suma ya casi una decena (Niños de tiza, Punto de fisión…) en un corpus que reúne un amplio abanico de géneros. Es obligatorio mencionar su labor periodística en el periódico Público, donde tiene alojado un blog que actualiza regularmente y en el que poder asomarse a la actualidad con críticas mordaces y agudas dosis de ironía es su atractivo principal. Decía Manuel Chaves Nogales que “Marruecos es un hecho tan confuso que todo es posible”, lo cual se hace patente en el libro. Como punto de partida, nos encontramos con una Nochevieja particular: Carmen Sevilla y Miguel Gila visitan a los soldados que están en tierras africanas para amenizar la noche. Enseguida, se descubre que se ha cometido un asesinato, cuyo investigador principal apunta al humorista. Lo que podría parecer el planteamiento para una novela negra quizá con algún tinte morboso, teniendo en cuenta los cameos mencionados, se convierte en una introspección en la psicología humana con el humor (que deja de serlo) como telón de un escenario de miseria, rencor y venganza, pues como afirma uno de los personajes: “cualquier guerra es una guerra civil”. Insistimos en “civil” como concerniente al individuo, pues esta novela ha podido caer en el riesgo de resultar maniquea, dados los actantes y la circunstancia política. Torres trasciende todo lo anterior. Todos los buenos soldados se compone de dieciséis capítulos, cuyos títulos son una síntesis de lo que se va a contar (por ejemplo, el capítulo II: “Diana” porque un soldado llama “rojo” a Gila, convirtiéndolo entonces en diana del caso), unas “Hojas sueltas del diario de Alonso Díaz”, un epílogo y una nota final. El autor juega con las posibilidades narrativas, incluso hace un guiño al tópico del manuscrito encontrado en esas “Hojas”, que, junto con el epílogo, constituyen las partes más íntimas del relato, ya que nos adentran en las vidas personales de Alonso Díaz y de Gila, respectivamente. La acción se desarrolla progresivamente, con Esnaola, aspirante a ser 22 David Torres, Todos los buenos soldados Barcelona, Planeta 272 páginas, 19 euros trasladado a la Península, como detective y Gila como ayudante, conformando una suerte de pareja a lo don Quijote y Sancho; en este caso, los papeles se invierten. Paralelamente, encontramos otra pareja constituida por el alférez Alonso Díaz y Adela, aunque nunca lleguen a formarla como tal, ya que la relación es muy compleja, por un conflicto que se resolverá al final de la obra y que hace que podamos catalogar al único personaje femenino como principal, salvando a muchos otros que no dejan de ser estereotipos y que se tornan planos en algunos diálogos, a veces, acartonados por su patente escrituralidad. “La sencillez es lo más difícil de todo”, se dice en una ocasión en la novela. En efecto, Torres da muestra de un lenguaje cercano, conciso, sin ostentaciones; a pesar de que el léxico escatológico se hace pesado, se explica dado el contexto, en el que la palabrota era —y sigue siendo en ciertos niveles sociolingüísticos— una prueba de virilidad, y nos confundan algunas construcciones del narrador omnisciente, como “El sol no quema y el agua fría”, “índice como una butifarra”, “lloriqueaba un caño de agua” y el uso de “maja”, que se documenta bastante poco en el CORDE en la segunda mitad del siglo XX. Torres ha demostrado que, además de periodista crítico, puede serlo tanto o más como novelista, pues en casi trescientas páginas hemos asistido a un abanico de tumores de nuestra sociedad, desde la pederastia hasta el papel de la mujer, pasando por la manipulación de la historia por parte del poder político, todo ello perpetuado en nuestros días. Una novela imprescindible, que supera cualquier adscripción a un subgénero que, en esta reseña, no podemos proponer y que rinde homenaje, como ya hizo Ramón J. Sender con Imán (1930), a todos aquellos soldados que combatieron en la última aventura colonial española. Sofía González Gómez L Obra póstuma y suma literaria a obra narrativa de Javier Tomeo (Huesca 1932 – Barcelona 2013) es inasequible al realismo. Mediante el recurso a lo insólito, casi todas sus novelas rozan cuestiones centrales de nuestra constitución humana -la libertad y la alienación, la identidad del sujeto, la posibilidad de conocer el mundo exterior, la cultura...- que enseguida deja abandonadas en manos de un humorismo desconcertante y de la brevedad de la mayor parte de sus novelas. Estamos pues ante un espíritu escéptico y burlón que niega la posibilidad de acotar cabalmente estos graves temas a los que hace asomarse a sus estupefactos personajes. En líneas generales, cabe aplicar lo dicho también a esta novela póstuma, El hombre bicolor, que si bien no figurará en la lista de los mejores títulos de Tomeo — esa que incluye novelas como Diálogo en re mayor, El unicornio, El cazador, El castillo de la carta cifrada, Amado monstruo...— es una buena suma de su pensamiento literario. Un recaudador de impuestos llega, en pleno siglo XIX, a una aldea para hacer la recolecta periódica en nombre de su majestad el rey. Pero hete aquí que ninguna autoridad municipal de Boronburg lo recoge en la estación, como habían hecho en su última visita, y que cuando llega al pueblo lo encuentra totalmente vacío. En el Ayuntamiento, una voz le responde cada vez que llama por teléfono “aquí no hay nadie” o “aquí no queda nadie”; un perro ladra en alguna parte del pueblo; tañen ocasionalmente las campanas de la catedral; aparte de esto, no hay más movimiento ni señal de vida. Pero el recaudador no abandona el lugar porque en ello se cifra su honor y su profesionalidad, como ha aprendido bien de los refranes y aforismos que limitan su comprensión del mundo y que fueron inculcados por su tía, ya fallecida, que fue quien lo crio, y por su maquinal aceptación de su lugar en el Estado —aquí, equivalente a mundo— como Oficial de Segunda Categoría del Cuerpo de Recaudadores (nomenclatura que encierra ya la visión paródica del mundo burocratizado, habitual en otras obras de Tomeo). De ello da buena cuenta ante el lector en los diálogos que entabla con su “otro yo” en la soledad en que transcurren sus días a la espera de la vuelta de los súbditos de Boronburg. Ese “otro yo” supone otra marca reconocible de la obra de Tomeo: la presencia del “doble”, típico de la literatura fantástica e instrumento para desvelar narrativamente la enajenación del sujeto. Otros rasgos de este “hombre bicolor” también son usuales en el corpus literario de su autor: es un individuo solitario, extraño, incapaz de comunicarse con el exterior; se le impone un entorno repentinamente absurdo que, paradójicamente, le servirá para explicarse la realidad. Tomeo reincide asimismo en la propensión a desnudar la anécdota a su mínima expresión, sin personajes ni Javier Tomeo, El hombre bicolor Barcelona, Anagrama 120 páginas, 12,90 euros tramas secundarios. Y otra vez nos encontramos en cada página al maestro reconocido: Kafka sosteniendo a este nuevo agrimensor —también hay un castillo lejano y singular en Boronburg—. Al final, es mediante lo extraordinario como el narrador consigue redimirse del tiránico imperio de una razón opresora: “Ha sido necesario este viaje para que por fin acabase comprendiendo que dos y dos no siempre son cuatro, como en todo momento he pensado, y que la vida es más complicada que esos tantos por ciento que preocupan a los recaudadores de contribuciones”. Nuestro hombre llevará este descubrimiento a sus últimas consecuencias: la asunción de que el mundo es más complejo que un conjunto de fórmulas y de obligaciones y que la libertad debe ser ejercida para romper con todas las ataduras que constriñen nuestra identidad: la tía Rosamunda, como una especie de censura cuyo tiempo termina por decretar periclitado; el Fisco, cuyos principios y legitimaciones esconden la injusticia; la razón instrumental, en suma, que puede dar al traste con una existencia plena. El universo literario de Tomeo, a modo de epitafio, queda pues recogido en esta novela, que es una excelente llave para adentrarnos en uno de los escritores más originales, independientes y necesarios de los últimos cinco decenios. Fernando Larraz 23 ¿Qué queda de nosotros sin una memoria que nos recuerde? F rancisco González Ledesma (Barcelona, 1927) deja a un lado el género policiaco, que define la mayor parte de su carrera como narrador, y escribe El adoquín azul, una novela que realza la importancia de la memoria para el ser humano. El adoquín azul es una novela rescatada de las entrañas del olvido, pues con anterioridad ya había sido publicada como obsequio promocional de una revista y traducida al francés. Por ello, supone un tesoro para los fieles lectores de González Ledesma, cuyo primer reconocimiento literario fue en 1948 al ganar el Premio Internacional de Novela por Sombras viejas. González Ledesma, como muchos escritores de su generación, vio coartada su carrera literaria en España por la censura del franquismo. No vuelve a publicar con su nombre real (usando, anteriormente, el seudónimo de Silver Kane) hasta 1977 con la novela Los Napoleones y en 1983 con El expediente Barcelona. En 1984 su carrera como novelista se consagró al recibir el Premio Planeta por Crónica sentimental en rojo. Con El adoquín azul el lector vuelve a esos años duros de posguerra tan frecuentes en nuestra literatura con un personaje, Montero, que es víctima de la represión política que se daba en la España de 1945. En la novela, un narrador anónimo se dirige a dios y habla sobre un tal Montero que conoció cuando era niño. La trama narrativa tiene como espacio literario la ciudad de Barcelona. Toda la acción narrada transcurre entre sus calles y, aunque el lector conocerá algunos detalles sobre los viajes de Montero, la historia acabará y empezará en los aledaños de la ciudad catalana. El adoquín azul se presenta como la historia de un amor frustrado pero esta novela es mucho más que eso. Montero es un poeta republicano en una Barcelona de posguerra y, en una sociedad en la que aún se perseguía a los vencidos, Montero estaba en el punto de mira. Herido de bala por la policía, Montero es auxiliado por una mujer misteriosa, de la que más adelante se conocerá su nombre: Ana. La mujer lleva Montero a un piso, del que se desconoce su ubicación, y que poco a poco se convertirá en un refugio para él. Montero debe ser cauto para no poner en peligro a Ana; en el silencio de la noche dibujaba la situación del lugar: escuchaba cómo el tranvía llegaba a la esquina de la calle y el sonido del ascensor, también veía las sombras de las estatuas de la fachada; eran sonidos e imágenes que jamás quiso olvidar. Con el tiempo surge la complicidad entre Montero y Ana, quien resulta ser la mujer del comisario Ponce, 24 Francisco González Ledesma, El adoquín azul Palencia, Menoscuarto 80 páginas, 11 euros el mismo que dio la orden de captura contra Montero. Ana es escritora y solamente usa el piso para escribir, pues en aquel tiempo “todas tenían que hacerlo en bancos de los parques, o medio escondidas en su dormitorio, o en el descanso del trabajo, o en el mejor de los casos bajo la lámpara del comedor, vigiladas por un marido paciente”. En este piso es donde Ana puede actuar con libertad y escribir, pero no es más que una libertad controlada por el comisario Ponce. Ana, como muchas mujeres de la época, es una mujer sometida por su marido. Frente a esta situación tan complicada, Montero no tiene más remedio que huir y dejar atrás Barcelona y a la mujer que lo salvó. El exilio: ese es el lugar de los incomprendidos, de los que no pueden pensar con libertad o de los que necesitan algo más que un piso para escribir a escondidas poemas que serán destruidos o, en el mejor de los casos, guardados en un cajón que nadie abrirá nunca. Somos quienes somos porque dejamos nuestro rastro en la historia; una historia que tiene tintes claros y oscuros; una historia con hombres como Montero y mujeres como Ana. En la novela, González Ledesma habla de unos años que no pueden quedarse en el olvido y que tienen que ser objeto de crítica y reflexión. Montero se marchó de Barcelona, pero Barcelona siguió en él, así como el adoquín azul que estaba enfrente del piso de Ana. Montero volvió muchas veces a buscar ese adoquín, esperando que el día que lo encontrase, no lo hubiese olvidado. Ainhoa Rodríguez Leal C El trasfondo de La revuelta de las Quintas arla Gràcia Mercadé es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Ramon Llull de Barcelona. Después de realizar un posgrado en Gestión y Resolución de Conflictos, un MBA internacional y de vivir en Francia, Inglaterra y los EE.UU., emprendió la aventura de dar la vuelta al mundo. Fue en este viaje donde descubrió su vocación por escribir. Editora durante más de dos años de la revista D+ Magazine y directora del programa radiofónico Plusvàlua, sobre economía con valores, ha colaborado con distintos medios de comunicación. Es miembro del Grupo de Investigación sobre Ética Aplicada de la Universidad Ramón Llull y profesora de Ética. Formada como escritora en la Escuela de Escritura del Ateneo Barcelonés, después de la publicación de su último libro de ensayo Las parejas felices, decidió dejar la seguridad de un trabajo estable y la ciudad para retirarse a un pequeño pueblo de montaña y así acabar la presente novela, que llevaba más de cuatro años escribiendo. Ubicar al lector en un marco bélico permite su concesión a una asociación emocional con cada uno de los sucesos que la autora expone en la presente obra. Su contextualización en un telón histórico conflictivo intensifica la emoción de cada descripción, enmarcando la materia argumentativa. La intensidad de las reacciones que los personajes experimentan son asumibles por cualquier lector contemporáneo; el paralelismo entre las dificultades sociales desencadenadas por la Guerra de los Siete Días y las dificultades económicas malévolamente establecidas en la actualidad potenciadas por la crisis económica, se hace palpable a través de la lectura de la presente obra. Cada percepción expuesta hilvana el hilo de la trama argumental, concediéndole al lector la intromisión en este particular nudo sucesorio. No es posible comprender las coordenadas militantes de la obra (el quién, el cómo, el cuándo y el dónde) sin reflotar en cada angustia vital transcripta sobre sus hojas. La rebeldía de las mujeres Lledó, Mariana y Elena, madre e hija, ejemplifica la valentía y la voluntad para reaccionar ante cualquier muro aparentemente inquebrantable: la autoridad del falso líder que no sentimos como propio. Percibimos el miedo y las lágrimas de las damas indignadas, pero también su dignidad sin equivocarnos, olvidando nuestras propias dolencias para sumergirnos en las de ambas sufridoras. La codicia de unos pocos no logra quebrar la riqueza interna de la trama argumental, alimentada por la esencia vital de las dos heroínas. El lector permanece atrapado en la dualidad conflictiva de cada elemento Carla Gràcia Mercadé, Siete días de Gracia Barcelona, Grijalbo 384 páginas, 15,90 euros literario, fortalecido por el drama que tiñe las páginas de la obra. No le importará asumir la fortaleza de cada uno de sus actos; devaluando su pasado como ellas mismas hacen. La sumisión de las dos inconformistas termina con su lucha, permitiendo la interpretación de sus expresiones,, perdonables y anunciadas con preaviso. La densidad psicológica de cada pariente Lledó le conquistará sin despreciar la ambición que solamente las dificultades militares pueden despertar. Golpes y brotes reaccionan agresivamente en la emoción del lector, resistiendo con grandeza en la progresión de la lectura. Conseguirá obedecer el transcurso de la historia, pero no lo hará con tranquilidad favorable: las conversaciones manifiestan la rudeza guerrera en cada uno de los secretos que toda familia alberga (o eso nos quieren hacer creer) y, mientras tanto, usted se preguntará: “¿quiénes sois de verdad?”; precisamente, este interrogante adivina el despliegue argumental de la trama. Imágenes solemnes construyen grandes ventanas a la sonrisa de Consuelo ante la frustrante mirada de su marido Paciano, desértica de calor humano. La lentitud del tiempo emerge con la revitalización de la fuerza expresiva de cada renglón, haciéndolo más deseable. El lector accede a la trama con el alivio de la insolencia vital, saboreando cada palabra con predisposición temporal. Densidad emocional e intencional son los dos aspectos omnipresentes en toda la trama para concluir el placer de leer la primera novela de Carla Gràcia. Marta Sobas 25 Alrededores S Narrativa traducida Manual de cómo luchar contra la decrepitud A l nombrar a Max Frisch (Zurich, 1911) es inevitable que títulos como Homo Faber o No soy Stiller sean los primeros en venirnos a la cabeza, pues no en vano fueron las obras que catapultaron a la fama a este novelista y dramaturgo suizo. No obstante, Frisch esconde muchas otras obras que tienen tanta o incluso más importancia en su carrera literaria, obras que divergen del clásico acercamiento intensivo a la búsqueda de identidad del individuo moderno. Gracias a la traducción de Eustaquio Barjau podemos disfrutar de uno de estos casi desconocidos títulos, El hombre aparece en el Holoceno, una de sus últimas novelas, en la que Frisch demostró que, pese a su vejez, aún podía seguir creando una narrativa innovadora y humanamente introspectiva. Una obra que si bien mantiene al individuo moderno como objeto de análisis, se diferencia de sus escritos precedentes en que esta vez será la agonía del hombre ante la muerte el elemento que forma la columna vertebral de la acción. El hombre aparece en el Holoceno puede ser tomada por tanto como un autorretrato alegórico, descarnado e inexpresivo del autor en el cual observaremos los sentimientos y emociones de un Frisch ya maduro aquejado de las desavenencias de la vejez. En El hombre aparece en el Holoceno, Max Frisch, haciendo uso de un magistral flujo de consciencia, nos narrará las ideas y pensamientos que van pasando por la mente del señor Geiser, un anciano habitante de un pueblo del cantón suizo de Tesino que comienza a ver cómo las inclemencias meteorológicas comienzan a romper su tranquila rutina obligándole a enclaustrarse en su hogar. Esto, junto con la amarga compañía de la soledad y la perdida esporádica de memoria, producto de su edad, harán que el anciano empiece a actuar de una manera inusual. Geiser, viéndose atrapado en su propia casa, comenzará su particular guerra contra la amnesia recortando definiciones de enciclopedias o versículos de la Biblia y apuntándose datos culturales que según él será necesario recordar, pues cualquier estrategia es útil para evitar olvidar. Tras empapelar por completo su casa y aprovechando una tregua marcada por la tormenta, Geiser decidirá llevar más adelante su cruzada contra el olvido y decidirá adentrarse en las montañas con la seguridad de saber volver sano y salvo a casa. Tras más tiempo del esperado y con la resurrección de la tempestad, el anciano Geiser conseguirá volver a su hogar. Esta victoria será sin embargo amarga, pues sus problemas de memoria se harán más palpables, dando como resultado saltos temporales e inconexiones en el pensamiento a lo 26 largo de la narración. Paulatinamente la calma atmosférica volverá al pequeño pueblo de Geiser pero no por esto su vida volverá a la normalidad. El protagonista, como ser humano que es, no podrá hacer más que sucumbir ante el mayor enemigo del hombre, la caducidad de su cuerpo y alma. La evolución climatológica y los símbolos ligados a ella (rayos, truenos o desbordamientos) serán de suma importancia a lo largo del monólogo interior de Geiser, pues estos serán reflejo de la lenta pero incesante decadencia de las facultades del personaje. Encontraremos alegorías del fin también en los cuantiosos recortes que interrumpirán la narración, los cuales a simple vista parecen irrelevantes pero en su conjunto serán de vital importancia a la hora de comprender los sentimientos del anciano. No obstante, la finalidad de todos estos símbolos será doble, ya que también le servirán a Frisch para ejemplificar la insignificancia de la existencia humana; el suizo nos muestra que nada esencial en el funcionamiento del mundo cambiará con la inexorable muerte del hombre. El hombre aparece en el Holoceno es sin duda una de las obras más personales y reflexivas de Frisch, quien con esta novela consigue dominar el género alegórico y poner su obra a la altura de titanes de este estilo literario como el italiano Dino Buzzati o incluso nuestro contemporáneo J. M. Coetzee. Alejandro Rivero Max Frisch, El hombre aparece en el Holoceno Barcelona, Alpha Decay 136 páginas, 14,90 Euros Traducción: Eustaquio Barjau Una escritora de Nebraska prevé su muerte i hay un tema digno de análisis históricoliterario es sin duda la aparentemente ilógica permanencia de la corriente norteamericana de “La Causa Perdida” hasta los albores de los años 40 en el famoso país de la libertad, incluso cuando ya la influencia del movimiento del Renacimiento Sureño propio de William Faulkner o Flannery O’Connor parecía bastante implantada en los círculos literarios de la época. Y es que aunque pasados casi ochenta años de la guerra civil americana, los ideales románticos sureños pervivían en el arte. ¿Quién no recuerda los clásicos celuloides de El nacimiento de una nación o Lo que el viento se llevó, adaptación de la novela homónima de Margarett Mitchell? Al igual que en el cine, en la literatura algunos escritores conservaron el modelo prototípico del Nuevo Sur, el cual rompía con la visión norteña de los estados secesionistas en la que estos eran retratados como unos odiosos esclavistas atrapados en una ideología demasiado conservadora. La última novela de la denominada gran dama de las letras americanas Willa Cather (1873-1947), Sapphira y la joven esclava, la cual podemos disfrutar gracias a la traducción de Alicia Frieyro, será en gran parte fiel reflejo de esta idealizada visión del Sur, en la que prevalecerá una representación mucho más sosegada de la esclavitud y un mayor sentimiento de comunidad entre los habitantes, sin distinción entre abolicionistas y esclavistas. Un retrato de una romántica y noble sociedad irreal con el que si bien al principio la crítica fue benevolente, con el paso de los años esta tendencia se revirtió, siendo considerada por algunos académicos modernos como una reminiscencia indirecta del racismo en la sociedad. ¿Pero es Sapphira y la joven esclava solo otra novela más anclada en un pasado inexistente? Al contrario que en la ya citada obra de Mitchell, en la novela de Cather esta visión de su tierra natal pasará a ser simplemente una serie de perennes componentes de fondo que formarán el escenario de la verdadera acción del texto, una acción que como veremos, contrastará con el entorno descrito. Así, Cather nos narra mediante el uso de técnicas descriptivas la historia de los habitantes de una granja en la Virginia del año 1856, en la etapa justamente previa a la guerra civil. La narración circula entorno a Sapphira Dodderigde Colbert, una infeliz matriarca esclavista de avanzada edad que sufre los horrores de una hidropesía que ya la ha dejado paralítica y que amenaza con acabar con ella. Dejándose llevar por los chismorreos de una de sus esclavas, desarrollará la paranoia de que otra de ellas, la mulata Nancy, está teniendo una aventura con su marido Henry Colbert, el molinero, al cual apenas ve a lo largo del día y con el que solo comparte una fría relación de respeto mutuo. Será así como la esclavista intentará hacer de la vida de Nancy una pesadilla de la cual su condición de “propiedad” le impida escapar. Finalmente, será ayudada por la hija de Sapphira, Rachel, y algunos vecinos abolicionistas para escapar de la granja y emigrar a Canadá, donde irónicamente vivirá el sueño americano y hará fortuna. Curiosamente destaca el contraste entre la relación entre Sapphira y Nancy y la relación de los demás personajes con los esclavos. Si bien solo uno o dos más demostrará prejuicios contra los negros, los demás personajes, como la hija de Sapphira o Henry Colbert, se mostraran amigables con este colectivo e incluso gracias a la abolición de la esclavitud al final de la novela, intentarán imponer en los esclavos una condición de libertad que, tal como muestra Cather, ni siquiera ellos mismos desean. En definitiva, con la publicación de esta novela finaliza la carrera de una escritora cuyas obras a lo largo de su vida no han dejado indiferente a ninguno de sus lectores. En Sapphira y la joven esclava, Cather nos muestra no solo un retrato de la concepción social del sur de su país sino que gracias a su gran habilidad para describir las distintas y complejas emociones humanas, creará también una disección de su propia psique, una psique devastada por la edad, la enfermedad y el desprecio social. Alejandro Rivero Willa Cather, Sapphira y la joven esclava Salamanca, Impedimenta 272 páginas, 22,70 euros Traducción: Alicia Frieyro 27 “E Un pájaro con nombre incómodo n el Diccionario Osmanlí, publicado en 1905, la definición de la palabra democracia rezaba: ave exótica de América”. Como hace casi todas las tardes de hastío y soledad, el viejo Simonović, acomodador del cine Sutjeska de Kraljevo, en Serbia, intenta, todavía sin éxito, enseñarle a hablar a su loro Democracia. Nada interesante parece suceder hasta ahora, pero, el 4 de mayo de 1980, una de las películas proyectadas se interrumpe repentinamente: se acaba de anunciar la muerte de Josip Broz Tito. Goran Petrović (Kraljevo, 1961) ofrece en su última obra un retrato de la sociedad serbia que vive tanto el antes como el después del mandato de Tito y que participa, voluntaria o involuntariamente, de esos decisivos acontecimientos históricos. El autor de la aclamada novela La mano de la buena fortuna, presenta en Bajo el techo que se desmorona a todos los espectadores del Sutjeska, uno por uno, como teselas de un mosaico que no es más que un reflejo de la sociedad de esos tiempos e, incluso, de la actual. Así, el escritor nos advierte de que “algunos personajes son inventados, pero algunos eventos son reales. Y viceversa”. Entre todos ellos, destaca, por ejemplo, Laza Jovanović, un infatigable zapatero que acaba padeciendo de estrabismo por dedicarse a emparejar un vagón entero de botas militares desechadas por el ejército. Gracias a su constancia y sagacidad, Laza funda en Kraljevo el exitoso Hotel Jugoslavija, donde terminarán hospedándose las personalidades más destacadas de la esfera social, un conjunto de holgazanes que, en vez de dedicarse a su país, son el ejemplo de la inoperancia y la inutilidad. Con el paso del tiempo, “el amo Laza Jovanović se iba convirtiendo paulatinamente en solo aquel viejo Laza trabajador y ahorrador, el simple zapatero, y no un supuesto hotelero, completamente derrotado por el comportamiento de sus propios huéspedes, por su despilfarro, su infinita palabrería ociosa…”. El negocio se hunde inexorablemente. La antigua gran sala para fiestas y espectáculos del hotel, cuyo techo viene decorado con la imagen del universo, termina convertida en el cine Uranija, adquirido por el inolvidable checo Rudi Prohaska, espiado por el régimen y sospechoso de disensión. Con el paso de los años, el cine Uranija pasa a ser el nuevo Sutjeska y, mientras se proyectan las películas que el Estado permite, poco a poco van lloviznando de la cubierta “silenciosamente, de un modo apenas perceptible, las cascaritas de cal casi invisibles” (167). Ya en una obra anterior, Atlas descrito por el cielo, Petrović emplea con acierto el techo y el cielo como símbolos; en Bajo el techo que se desmorona 28 el título es muy revelador, puesto que el fallecimiento del mariscal Tito es un punto de inflexión para la antigua Yugoslavia. En pocas páginas, Petrović sintetiza en su novela de cine o cinéroman, con agudeza y un humor muy fino, los padecimientos de una tierra asolada por los conflictos, rica y multiétnica, aparentemente cohesionada bajo el lema de la hermandad y la unidad, pero visiblemente fracturada hasta hoy por las diferencias nacionalistas: “ignoro el hecho de si el funeral de Tito terminó realmente. A saber, en el antiguo Egipto existía la costumbre de que junto con el faraón partiera al otro mundo, ya sea voluntariamente o a la fuerza, todo su séquito, las esposas y las amantes, los consejeros y los jefes militares, los arquitectos y los escribanos, los astrólogos y los cocineros, los entrenadores de caballos, de perros y de aves… Pero en los Balcanes nunca hay prisa, todo dura un poco más; así, han pasado décadas y todavía no se han matado entre sí absolutamente todos los que habían servido fielmente al amo. Por eso, a veces parece que se trata del funeral más largo de la historia…”. Algunos episodios violentos y trágicos vienen equilibrados por la ironía amable del narrador; al final de esta inolvidable fábula, cualquier lector se negará a que Democracia solo sea el nombre de un loro. Pero, como siempre, “el pájaro no dijo nada. Los que hablaban eran los hombres”. Alexandra Chereches Goran Petrović, Bajo el techo que se desmorona Madrid, Sexto Piso 176 páginas, 18 euros Traducción: Dubravka Sužnjević T Autoficción, internet y antidepresivos ao Lin (Nueva York, 1983), uno de los máximos representantes de la nueva ficción norteamericana, regresa a las librerías españolas con Taipéi. Portavoz de la generación hipster, como Allen Ginsberg o Jack Kerouac lo fueron de la beat, a Tao Lin se le ha calificado como el nuevo Douglas Coupland, como un digno sucesor de Bret Easton Ellis o como el heredero de David Foster Wallace. Taipéi es su tercera novela, después de un libro de poemas, “You Are a Little Bit Happier Than I Am” (2006), y otras dos novelas: Robar en American Apparel (2009) y Richard Yates (2010). Es el representante de lo que se conoce como Alt-Lit, Literatura Alternativa, o la rama moderna de la última narrativa americana, una etiqueta que engloba a un conjunto de escritores que incluyen en sus trabajos internet y el uso de las redes. En Taipéi seguimos a Paul, un joven escritor, mientras deambula por Brooklyn esperando a que empiece su gira promocional por un libro que ha publicado. Asistimos a una ruptura, a algunas fiestas, a cómo “trabaja en algunas cosas” y a extrañas interacciones sociales con sus pseudo-amigos. Durante la gira conoce a Erin, una mujer tan perdida como él. Se convierten en pareja y pasan sus días tomando drogas, discutiendo qué sienten el uno por el otro, yendo a la compra, twitteando películas en directo y haciendo videos de baja calidad en sus MacBooks. Constantemente actualizan sus Tumblr, Twitter y cuentas de Gmail y los links a otros blogs son su forma de relacionarse. La Taipéi del título no es más que la isla de origen de los padres de Paul, y su hipotético y humillante retiro si fracasa como escritor. Los personajes en las novelas de Tao Lin se distinguen por la apatía: son jóvenes en la veintena, bohemios que se sienten aquejados de mal de vivre, lo que les impide relacionarse con normalidad con las personas de su entorno y canalizar sus intereses y conocimientos en actividades productivas. El estilo de Taipéi es minimalista, con un narrador al que no le interesa describir en detalle el entorno ni los personajes, ni siquiera los hechos que suceden, simplemente porque el tedio de vivir y la indiferencia son demasiado (Paul va a la biblioteca a trabajar “en cosas”, reacciona poniendo “cara neutral”, sale de un bar junto con “cuatro o seis personas”). El affectless style del libro (que podríamos traducir como estilo distante), hace que en ocasiones parezca una mezcla entre un texto periodístico y las entradas de un diario, algo parecido a un blog. Paul no tiene mucho que decir, pero lo dice de todos modos. En palabras del autor: “No veo mi memoria como algo preciso o estático y, en la ficción autobiográfica, mi objetivo es crear un efecto, no documentar la realidad”. Lin convierte a Paul, el protagonista, en un alter ego de sí mismo. Los dos comparten varios rasgos, desde su origen taiwanés hasta su uso de las drogas. Tao Lin afirmó en una entrevista con Entertainment Weekly: “No me he guardado nada para un futuro libro. He usado, como fuentes, todo lo que sé o he sentido o experimentado, o he podido imaginar saber o sentir o experimentar, hasta este punto de mi vida”. Taipéi es a veces magnífica y a veces exasperante, se balancea entre la monotonía y la belleza. Casi todas las metáforas de este libro tienen relación con la experiencia online del autor y su perspectiva de cómo está colonizando la conciencia. Por ejemplo, cuando Paul se despierta por las mañanas, siente sus memorias descargándose en su mente, como si fueran archivos PDF. Esta novela va dirigida a un público concreto, aquellos que pueblan las redes y el cibermundo, pero es un relato necesario que refleja la actualidad. Taipéi despierta amor y odio por igual, lo mismo que la generación que retrata, que se ama y se odia a sí misma. La generación del yo, de la publicidad de uno mismo, de la autocompasión y del voyeurismo. Una generación contenida en 295 páginas. Verónica Enamorado Tao Lin, Taipéi Barcelona, Alpha Decay 295 páginas, 21,90 euros Traducción: Marta Alcaraz 29 Polifonías Reseñas de otros géneros Violencia, dominación L a marca del escándalo no apoya la lectura ponderada de determinados textos que abordan de una manera directa y descarnada el sexo. Vale lo dicho para numerosas obras a lo largo de la historia, de Sade a D. H. Lawrence, de Nabokov a Henry Miller a Christiane Rochefort a Françoise Sagan, autores —algunos, a veces— de narraciones extraordinarias cuyo significado se ha opacado por una recepción social inclinada a la indignación y no a la lectura desprejuiciada de una parcela de la realidad —psíquica, social— perteneciente al territorio del tabú. Lo dicho vale para una de las últimas autoras precedidas de este soplo de controversia, Christine Angot (Châteauroux, 1959), quien ya prendió la llama de la algarabía a propósito de su primera novela, El incesto, a finales del pasado siglo. Un escándalo que poco favor hizo a la consideración ecuánime de su valor literario y que se debió a que aquella novela narraba en clave autoficcional o autobiográfica —que no queda claro—la relación incestuosa de la autora/narradora/protagonista con su padre. En Una semana de vacaciones la diferencia de edad entre los dos protagonistas y la ausencia de referencias hace pensar si no estaremos ante una derivación de aquella historia que daba pie a su primera novela. El primer sobresalto lo produce la felación con que se inicia. Pero el lector menos impresionable enseguida empezará a percibir otros rasgos que le resulten más dignos de interés. El primero, la sequedad del lenguaje, casi notarial, carente de una voluntad de estilo propio y, sobre todo, indiferente a la aflicción de sus personajes. Todo está presentado en su máxima crudeza, aparentemente sin elaborar. Y digo aparentemente porque la anulación de la voz narrativa, el carácter estrictamente descriptivo y denotativo, a la manera de acotaciones teatrales, la renuncia a toda retórica... es la manera más efectiva que ha encontrado Angot para relatarnos el quid de esta historia: la profunda —muda, salvaje— violencia que encierra la dominación sexual de quien toma el poder en una relación —en esta historia, un maduro, casado, cínico profesor universitario— sobre quien la padece —una joven sumisa y enamoradiza muchacha—. Aunque en realidad sí hay una retórica: la del hombre para satisfacer su rijosidad, impasible ante los deseos y necesidades de su pareja. Sus palabras, estratagemas de dominación y alienación, encierran tanta o más violencia que los actos sexuales que perpetra y que son narrados con una frialdad en nada atemperada. Ambos protagonistas, únicos personajes de la novela, pasan unos días del verano de 1975 en una casa rural del sur de Francia. Los cambios de humor del hombre, que pasa de la adulación a la furia y el desinterés una vez que 30 sus apetitos sexuales son saciados, desestabilizan a la joven, apenas incapaz de expresar su voluntad y con una enfermiza relación de dependencia. Apenas sabemos nada de ellos; solo las escasas informaciones que se transmiten a través de las intervenciones del hombre, quien entre consideraciones sobre las prácticas sexuales que a él puedan apetecer más —una buena parte de sus palabras se dedican, por ejemplo, a convencer a la adolescente de los placeres que para ella puede encerrar la sodomía—, contrasta cínicamente el cuerpo de su amante adolescente con el de su esposa y el de otra amante. La joven apenas emite palabras, salvo para pedirle, infructuosamente, una tregua sexual. Pero el hombre la busca en la noche, durante las excursiones que realizan, mientras conduce, en una rapacería sexual incontenible y desagradable. El conjunto es, de hecho, de una crudeza feísta acentuada por la reiteración en las escasas cien páginas de la novela de escenas lúbricas en la que uno de los dos actores está padeciendo. La historia no da para más y la más destacable virtud del texto es precisamente la contención. Tema repetido mil veces, no da lugar en la mano de Angot a la elaboración de personajes sino de estereotipos; un boceto de novela cuyas lecturas nos resultan demasiado alicortas al no hallar sutilezas psicológicas en ninguno de personajes ni en el conflicto que se establece entre ellos. No era esa la intención de la autora, claro está; pero más allá de la depredación sexual del victimario y de la sumisión alienada de la víctima, referida reiterativamente en cada página, no vemos qué otra exploración humana cabe hallar en Una semana de vacaciones. Fernando Larraz Christine Angot, Una semana de vacaciones Barcelona, Anagrama 102 páginas, 12,90 euros Traducción: Rosa Alapont Ignacio Vleming y Clima artificial de primavera. O cómo poetizar nuestra vida cotidiana de los cuales se compone de una serie de poemas que, íntimamente ligados, establecen una estrecha y profunda relación entre sí; como resultado de lo anterior, salta a la vista que la misma estructuración del poemario determina de forma natural una lectura onstituye Clima artificial de primavera si se quiere constructiva del texto, que solo encuentra el primer poemario escrito por Ignacio su razón de ser última como suma y ensamblaje de Vleming que ve la luz, en concreto como las diferentes partes que lo componen. resultado de la consecución del V Premio Por lo que se refiere ya a los poemas en sí, quizá uno de Poesía Joven Pablo García Baena, que organiza la de los aspectos que más los caracteriza —y que, por editorial La Bella Varsovia, la cual se ha hecho cargo tanto, más fundamental parece ser en la poética del de su publicación en una edición hermosísima; autor— sea la permanente poetización de las cosas nadie piense, sin embargo, que estamos ante un libro vulgares, esto es, la transformación de la vida cotidiana poéticamente primerizo pues, muy al contrario, en materia poética de altísima trascendencia, en un la obra tiene detrás —y así se percibe claramente rasgo que se repite como una constante a lo largo de en sus páginas— un trabajo muy concienzudo toda la obra —véanse, a manera de ejemplo, “Área de desde muchos y muy diferentes puntos de vista, servicio en autopista”, “Falso viejo” o “Questa selva y en especial en lo que tiene que ver con aspectos selvaggia”— y que supone una cauta aproximación como la exploración y el manejo del ritmo de una a cierta idea de barroquismo por parte de Vleming; forma tan sutil como efectiva, el diálogo con los barroquismo, por supuesto, entendido en este clásicos — ­ y no tan clásicos—, que el autor convierte caso como el intento de acercar lo que parecen ser en interlocutores constantes de su poesía, y, en opuestos, o mejor, de encontrar rasgos comunes definitiva, en la creación y el desarrollo de un código en realidades que aparentemente no los tienen, así personal de expresión poética que, luminosamente como —derivado, quizá, de lo anterior— en cierto expuesto a lo largo de los 30 poemas que componen tono lúdico que en el caso de Clima Artificial de el volumen, explica y justifica las características de la Primavera termina por convertirse en una finísima obra que nos ofrece hoy su autor. ironía —a veces entristecida, en ocasiones más En concreto, estos 30 poemas están distribuidos intrascendente— que constantemente permea los en cinco secciones que se definen con una única poemas y en ocasiones parece darles su propia razón palabra —indicios, escenas, viajes, revoluciones e de ser, en lo que probablemente constituye una clave, invocaciones— y se encabezan con una cita, algo si no de la poesía del autor, al menos del presente que inevitablemente (¿buscadamente?) convierte a poemario. Ignacio Vleming, Clima artificial de primavera Córdoba, La Bella Varsovia 72 páginas, 12 euros C ambos elementos, denominación y cita, en piezas nada inocentes que van construyendo una lectura coherente —o, al menos, una lectura posible— del itinerario poético que encierra Clima Artificial de Primavera: de este modo, el autor guía de forma sutil al lector por estos cinco apartados, cada uno Tampoco es menos barroca —entendiendo de nuevo este concepto como mera actitud poética— la suma de elementos variados, de procedencias muy diversas, en una unidad que resulta armónica más allá de sus partes, algo que Vleming lleva a cabo, por ejemplo, por medio de la introducción 31 en sus poemas de elementos de la denominada alta cultura —tales como las referencias a la ópera y a la mitología clásica (“Al buio non si trova”, “Komunnalka”), o el manejo de topoi literarios como el collige virgo rosas (“El aroma imperceptible de las flores de plástico”)— en pie de igualdad con otros que ni de lejos caben en este concepto, y que se relacionan muy especialmente con lo popular (“Karaoke”; “La melancolía del turista”) o incluso con lo kitsch (“Vintage”); y lo interesante es que esta suma de contrarios, este manejo de discordancias que no disuenan, es totalmente indiferente a los temas en torno a los que giran los poemas, que, por otra parte, suelen constituir una vuelta a los ejes fundamentales de la poesía —alguna forma de amor, sí (“Crucero”; “Sucedáneo de amor”), pero también la barroquísima oposición entre el ser y el parecer, muy presente en el poemario (“El tedio se esconde detrás de las fotografías”; “Ojos que no ven”), el tiempo y sus efectos (“Efectos del cambio climático en las pinturas del museo”; “Aire acondicionado”) o la pregunta acerca de la propia existencia (“Buzón de voz”)—, en lo que no solo constituye un trabajo de repensar desde la modernidad de la expresión los contenidos clásicos de la poesía, sino también una demostración palmaria de algo evidente: que los temas universales nunca dejan de estar —insistente, recurrentemente— en el centro de la reflexión poética. Junto a la visita continuada a ciertos temas, también es interesante descubrir ciertos recursos — repeticiones y acumulaciones, el empleo preferente de la yuxtaposición o el constante, y a veces duro, encabalgamiento— que se reiteran en los poemas y los estructuran formalmente, así como una serie de vocablos (tristeza, felicidad, belleza, luz y sus derivados, ilusión) que dejan vislumbrar las claves poéticas de Vleming y —más importante aún— van generando ecos entre los poemas y reforzando, así, la unidad de un poemario que a simple vista —pero solo a simple vista— puede parecer disperso en cuanto a los temas en los que el autor posa su mirada. Una mirada, por cierto, tan capaz de describir la realidad que lo sorprende y azora como de dotar de múltiples significados, profundos en su trascendencia, a un detalle que se puede antojar aparentemente nimio; en este sentido Vleming se convierte en un lector privilegiado de la realidad que se oculta más allá de lo intrascendente o cotidiano, lo que probablemente explique ese afán del que ya se ha hablado, constante en el poemario, de poetizar las cosas vulgares. 32 Describiendo —o burlándose tiernamente— de Un burgués diminuto, dice el autor que “su único crimen es buscar la belleza en las cosas nimias”; quizá no haya mejor descripción de Clima Artificial de Primavera que estos dos versos, donde no solo se condensa el motor básico que define y da aliento a sus poemas, sino también una actitud que, en estos días tan aciagos, constituye sin duda toda una declaración de principios, y ciertamente envidiable. La lección histórica de un humanista Richard Sennett, El extranjero. Dos ensayos sobre el exilio Barcelona, Anagrama 134 páginas, 14,90 euros Traducción de Marco Aurelio Galmarini José Luis Ramírez Luengo D os ensayos, unidos por un mismo vínculo temático, conforman El extranjero, libro del sociólogo e historiador Richard Sennett (Chicago, 1943). El primero de ellos se titula “El gueto judío de Venecia. El exilio crea un hogar” y analiza la constitución e implicaciones de aquel gueto en el siglo XVI. Venecia, la ciudad más cosmopolita y moderna de aquel tiempo, una sociedad plenamente cohesionada, y la particular situación que viven en ella los extranjeros, confinados en áreas acotadas de la ciudad, conforman un contraste agudo que sirve a Sennett para llevar a cabo una reflexión acerca de la relación entre lugar y derecho guiada por la convicción de que “las formulaciones culturales de derechos en el discurso y en el espacio pueden resultar ilusorias o autodestructivas”, por lo que el Estado debe intervenir para corregirlas mediante un acto legal que legitime un espacio de justicia, así como para garantizar el respeto a los derechos de las minorías oprimidas, derechos que no se derivan naturalmente de la mera cohesión social. De esta tesis encuentra ejemplos más que elocuentes y hábilmente relacionados en estas páginas: la misma historia del gueto judío de Venecia, la marcación física de los judíos y de las cortesanas como individuos marginales, una convincente exégesis de El mercader de Venecia de Shakespeare o la biografía de Leon Modena, historias que permiten leer el ensayo como una narración o conjunto de narraciones conducentes a una exégesis clara y bien estructurada. El segundo artículo, más complejo, titulado “El extranjero”, parte de la explicación de uno de los más enigmáticos cuadros de Édouard Manet, El bar del Folies-Bergère, para analizar la noción de extrañamiento que, según Sennett, el artista quiso plasmar en la expresión de la figura principal y en el alejamiento de las imágenes contenidas en el espejo que se sitúa al fondo del lienzo. Establecido este marco general, el lector es transportado a la historia de un ruso, intelectual y errante por la Europa de aquel mismo siglo XIX, de nombre Alexandr Herzen, y nos transmite su particular visión de la identidad del desplazado: su conflicto entre la necesidad de asimilación y de olvido por una parte y la nostalgia por la identidad perdida por la otra; el proceso de autocensura que lo lleva a dejar de lado el pasado por ver en él algo vergonzoso; y en general, cómo la experiencia de desplazamiento ofrece un dique para el individualismo excesivo. Tales experiencias, sentidas por Herzen, permiten a Senett realizar una crítica a los esencialismos identitarios que, desde su perspectiva de liberal clásico, cercenan el concepto ilustrado de libertad personal en nombre del dogma restrictivo de la pluralidad, entendida como convivencia de comunidades culturales aisladas entre sí que impiden la cohesión de una sociedad. Sennet ancla en aquel revolucionario siglo XIX estas dificultades que plantea ser extranjero, incluso —o particularmente— en una ciudad cosmopolita, destino de numerosísimos refugiados y desterrados de todo el mundo, como París. De aquellas dificultades deriva la necesidad del exiliado de hacer un uso artístico de los materiales de la propia identidad. Esa es, quizá, la gran enseñanza de este ensayo: “lo mismo que Manet, Herzen trató de comprender el desplazamiento no como algo que ha fallado, sino como un proceso con su propia forma y sus propias posibilidades. Sobre todo Herzen vio que su desplazamiento de Rusia había dado lugar a un nuevo tipo de libertad en su vida, una libertad interior independiente del ligar, libertad que él sentía con mucha fuerza, pero como algo tan nuevo, tan moderno, que no acertaba a definir”. Más allá de la lucidez de sus planteamientos —y también de ciertas posiciones discutibles— Sennett es un gran escritor: lo evidencian la claridad expositiva y la organización de las narraciones que le sirven de argumentario, la viveza de las descripciones, y el estilo. Pero es algo más: es un humanista que busca en la experiencia histórica respuestas a nuestro complejo y a veces en apariencia inextricable presente. Fernando Larraz 33 Voces Entrevista Sueños de un hombre traducido John Mateer, Emptiness: Asian Poems 1998-2012 Fremantle, FremantlePress 128 páginas A la hora de hablar de escritores australianos contemporáneos no son muchos los que en este viejo continente podrían nombrar a más de dos o tres autores cuya predilección literaria fuera el noble arte de la poesía (aparte por supuesto del imponente Les Murray). John Mateer (1971), no obstante, es un perfecto ejemplo de que esta literatura originaria de esas antípodas a las que llamamos Australia puede sin duda alguna derribar cualquier frontera cultural que se precie. Y es que este autor, considerado por World Literature Today como “la más reciente reencarnación del poeta internacional” debido a la temática y ubicación de su obra, ha publicado su poesía no solo en Australia sino también en países tales como Portugal, Sudáfrica, Indonesia o Japón. Mateer publica ahora Emptiness: Asian Poems 1998-2012, volumen recopilatorio de un gran número de poemas revisados ya publicados en otros de sus poemarios como This Dark Book o Mister! Mister! Mister! y que sirve además de acompañante y contrapunto de su célebre predecesor The West: Australian Poems 19892009. Así pues, en esta ocasión el poeta hará de bardo y guía etéreo a través de los paisajes, gentes y culturas del mítico continente asiático. En un inglés con ansias de escapar de sí mismo aguardando a ser traducido, el siempre fantasmagórico poeta nos hablará de sueños, templos y situaciones cotidianas con la atonalidad poética que lo caracteriza. Una poesía que si bien no puede escapar de su naturaleza y herencia europea, consigue mimetizarse con el contexto étnico-cultural de una manera perfecta y hermosamente desoladora. Ya el mismo título del libro señala el sentimiento sempiterno que envolverá la mente del lector durante 34 la lectura o recital de sus poemas. Emptiness, un vacío con el que Mateer identificará los distintos lugares y situaciones que describirá, desde las cálidas aguas la isla de Sentosa en Singapur hasta los industriales parques tokiotas plagados de vagabundos. Es en estos poemas dedicados a la sociedad y entorno de ciudades orientales como Tokio, Singapur o Beijing donde Mateer hará uso de una poesía completamente descriptiva, la cual poseerá unos elementos tan bellos y exóticos como políticamente viperinos. Si bien es cierto que a lo largo del poemario encontramos cuantiosos ejemplos de esta crítica social, será en la última sección, Mirror, dedicada a China, en la que podremos vislumbrar un mordaz ataque tanto contra el régimen comunista como contra la sociedad occidental que indirectamente lo apoya. Sin embargo no es este el único objetivo de Mateer, ya que este también está interesado en las relaciones históricosociales que surgen entre el Lejano Oriente y sus países de inspiración por excelencia: Sudáfrica, Australia y Portugal. La finalidad de estas conexiones no será otra que una búsqueda de identidad, pues como veremos en poemas como Translated Man o The Hikayat Abdullah, Mateer se considera un ser sin historia y vacío, un espectro salido de la nada. En este aspecto tiene una gran importancia la concepción budista de la realidad que tanto caracteriza al poeta y si bien en su anterior trabajo, Unbelievers, or the Moor, la religión islámica jugaba un papel fundamental, en este serán los preceptos de Siddharta Gautama los que tomen el relevo, como veremos en The Rock o This Path. Sin embargo, no por esto la religión musulmana quedará apartada del elemento poético, ya que en secciones como The Orientalist veremos cómo consigue aunar la filosofía de ambas religiones creando una simbiosis única e, irónicamente, dotada de una compleja identidad. El sujeto poético de Mateer, como si del gran Fernando Pessoa se tratara, adoptará distintos nombres y cuerpos que expresarán unos mismos sentimientos y preocupaciones, distintas reencarnaciones del ánima de un poeta que rechaza cualquier clasificación social, nacional o incluso racial. En conclusión, Emptiness es una obra clave para entender a este a veces demasiado abstruso poeta capaz tanto de combinar su herencia literaria con elementos temáticos y estilísticos basados en las premisas budistas e islámicas como de crear una poesía política y socialmente preocupada, que en ciertos aspectos hace evolucionar el movimiento literario poscolonial, dotando de una personalidad única a la nueva poesía del siglo XXI. Sin lugar a dudas, John Mateer se ha convertido en un icono de la poesía australiana de entresiglos. Alejandro Rivero Hablando entre susurros con el eco de un espíritu J ohn Mateer, (Roodepoort, 1971) es uno de los pocos poetas sudafricanos que tiene el honor de poder decir que es conocido internacionalmente. Y es que este autor ha publicado sus obras en multitud de países y estas han sido ya traducidas a idiomas como el portugués, el alemán o incluso el japonés. Su poesía, intercultural y comprometida, ha sido alabada por numerosos críticos, incluyendo entre estos al premio Nobel de Literatura J. M. Coetzee. En su haber constan además premios como el Victorian Prize de poesía o la Medalla del Centenario por su contribución a la literatura australiana, entre otros muchos galardones. Conversamos con él sobre su poesía y sobre Unbelievers, or the Moor, uno de sus últimos proyectos, en el que la Península Ibérica es protagonista indiscutible de su poesía. A la hora de recitar, los silencios parecen ser uno de los elementos más controvertidos de su trabajo. ¿Cómo afecta esto a su poesía? ¿Cuál es su raison d’être? Esta es una de las cosas en las que ya había pensado antes, ya que un amigo mío, profesor de la universidad de Coimbra, me ha preguntado un par de veces algo muy parecido. Por un lado, está el acto de recitar poesía, puesto que los sonidos y silencios del lenguaje son la base del lenguaje poético. Por otro, está el elemento semántico; los silencios son claves, no solo en poesía, sino también en el lenguaje cotidiano, ya que me permiten hablar por implicación, o sea, “decir” cosas que no pueden expresarse abiertamente. En circunstancias políticamente sensibles, esto es, por lo general, inevitable. En mi obra, tan dedicada a los viajes y encuentros y a la política en la historia, los silencios son una manera muy útil de dejar que las circunstancias y acciones de la gente “hablen por sí mismas”. En un gran número de mis poemas hay discusiones reales y muy embarazosas entre gente que se contenta dejando que parte de lo que está implícito, de lo que podría ser dicho, se disipe con un silencio. Para mí, y esto es algo que a los académicos no les gusta tratar en estos días, hay un aspecto metafísico en los silencios. El silencio como una especie de vacío budista o taoísta, ese enigma del que todos provenimos. Puede ser que el concepto de vacío esté también representado en esa clase de silencios que evita conflictos, que nos permiten volver a respetar la pacífica distancia que encontramos entre una persona y otra. Al final del epílogo de Unbelievers, or the Moor, usted señala que el tono se suele olvidar a la hora de analizar poesía. Me resulta muy interesante la relación que surge al aplicar este concepto al campo de la traducción. ¿Cuáles son las particularidades del tono de su poesía y cómo cree que esta debiera ser “traducida” a la hora de recitar? No creo que yo te pueda responder a eso. Esto solo te lo podría contestar alguien con un gran conocimiento tanto del español como del inglés. Esta persona necesitaría adaptar el tono del poema a dicha lengua de destino. Respecto a esto, lo que yo diría es que muchas veces a lo largo de mi carrera se ha dicho que mi poesía carece de un tono o sonido adecuado. Esto se ha dicho desde mis primeros trabajos y ha seguido así hasta uno de mis últimos libros, extrañamente el poemario sobre Portugal. Esto siempre me ha inquietado y he pensado mucho sobre ello. A mí me parece que aquí entran en acción dos aspectos; el primero es el problema de la voz poética y, el segundo, el tema del tono en sí mismo. En Europa, los lectores abordan mi obra primero como poesía en inglés, una clase de poesía algo diferente al inglés británico, pero no lo suficientemente alejada para ser un dialecto o un idioma criollo. Este es justo el caso de los lectores norteamericanos y, en cierto nivel, en Gran Bretaña. Allí mi obra se ve como si procediera de “las antiguas colonias”, siendo así una subclase de poesía británica. Ahora, y esto es lo raro, la voz de mis poemas, Los silencios son una manera muy útil de dejar que las circunstancias y acciones de la gente “hablen por sí mismas”. 35 influida por mi interpretación de la traducción y mi procedencia sudafricana, suele escucharse en Australia y, hasta un cierto punto perdonable, en Sudáfrica, como algo extraño, atonal y extranjero. Así, mi voz aparenta ser fantasmal. En cuanto al tono…, el problema que esto genera a la hora de recitar el tono es que se establece un grado de ambigüedad en el lenguaje, se crea el problema sobre si el lector comprende por completo el componente emocional del habla que el poema pretende representar. Mi impresión es que los lectores que sienten que hay algo raro en el tono, algo externo, tienden a veruna “ausencia” de este. El problema es que cuando estos poemas se traducen, según tengo entendido, dicha ausencia desaparece. Mejor dicho, quizás en las traducciones los poemas adquieren una sutil complejidad, una tonalidad que no aparecía en el original. Lo que me gustaría es que cuando los poemas de Unbelievers se traduzcan al español, suenen como si hubiesen sido escritos originalmente en español. Quiero escapar del inglés. Escapar del inglés. Eso me recuerda a una respuesta que dio usted en una entrevista con David Shook en la que decía que normalmente sentía que escribe “pensando en la traducción” y que solo considera la obra completa una vez se ha traducido. Parece que se siente muy distante de su lengua materna, ¿a qué se debe? Sí, la verdad es que, como dice una expresión inglesa, me siento como pez fuera del agua con este idioma. ¿Por qué? Hay un gran número de razones; una de ellas es que el inglés que hablo desde mi juventud en Sudáfrica no tiene nada que ver ni con el estándar de Gran Bretaña ni con la variedad dialectal con la que me encontré cuando mis padres nos llevaron a vivir a Australia. Hay otras razones, por supuesto, pero no estoy seguro de poder dilucidarlas todas. Quizás es tanto el sentimiento de alienación en mi supuesta lengua materna, ya que me mudé tres veces durante mi juventud —emigrando a Canadá desde Sudáfrica, mudándome después de nuevo a este país y desplazándome finalmente a Australia—, como el problema del lenguaje poético, que hace referencia a cómo sentía que era escribir poesía en cualquier idioma y en cualquier variedad del inglés. Ahora, la primera era personal, emocional y psicológica, mientras que la segunda me llevó a mirar a la poesía y sus posibilidades como una especie de emancipación de las presiones normativas del lenguaje desde un punto de vista cultural. En principio me interesaba sobre todo la poesía europea traducida (Baudelaire, los surrealistas o los poetas italianos de posguerra) y después, más adelante, la poesía en afrikáans, mi segundo idioma. Podría decir muchas cosas sobre mis intereses en el afrikáans y su poesía, un idioma que cuando crecí en Sudáfrica representaba el idioma del apartheid, “el idioma del opresor”, como lo solían llamar. Sería suficiente con decir que una de las cosas que más me impactaron sobre la tradición poética afrikáans fue su gran tradición histórica de disidentes y su percepción tan intensa de sí mismo como una tradición nacional. Aunque había poetas de derechas escribiendo en este idioma, los mejores y más sensacionales se encontraban en la izquierda y fueron muy críticos con su propia cultura, no solo en el sentido político, sino también a nivel poético y técnico. Esta dinámica tan extraña, que tanto me impresionó cuando empecé a interesarme por la poesía, ha permanecido conmigo; aún me siento extraño con la sensación de sentirse cómodo con el uso del idioma de uno mismo en la poesía. En cualquier caso, en la mayoría de ocasiones me resultan más interesantes las posibilidades que te ofrece otro tipo de poesía que las que dispones en la mayor parte de la poesía inglesa, exceptuando a poetas anteriores a la era moderna —Blake, Donne, Claire, etc.— y en algunas ocasiones la poesía americana de Gary Snyder, la primera generación de poetas de la escuela neoyorquina o Jorie Graham. Algunos de estos, sin embargo, están bastante influidos por la poesía de inicios del siglo xx. En Unbelievers, en concreto en la sección de “Al’Andalus”, podemos apreciar la importancia que España y su cultura tienen en tu poesía. ¿Qué clase de relación establecería entre España y los otros países de los que toma inspiración, como Portugal, Sudáfrica y Australia? En Unbelievers, or the Moor mi trabajo se orienta desde Andalucía, el famoso centro cultural de Al’Andalus. Una lectura con más detalle revela que el libro contiene poemas sobre Dubai, la aldea portuguesa de Monsanto (justo en la frontera con España), Lisboa, algunas ciudades de Andalucía, Estambul, Viena, Sudáfrica y Egipto, todo esto está solo en este libro. Después, está el libro sobre Portugal, que tiene relación con ese país, pero también con Mozambique, Angola, Sudáfrica y Macao. Esto no quiere decir que todos estos lugares tengan gran relevancia, sino que a veces solo los uso como lugares “de paso”. La respuesta a por qué esto me interesa tanto es de hecho bastante simple, algo que todo el mundo sabe en España y Portugal, pero no en esa parte del mundo de Debido a que me crie en Sudáfrica durante los años más violentos del Apartheid, nunca tuve la sensación de ser parte de ese lugar, parte de esa traumática realidad. Siempre tuve la sensación de que yo era, como el poeta persa Rumi dijo, “de otro sitio y acabé allí”. 36 la que procedo, el tratado de Tordesillas. Es extraño porque, de hecho, he tenido la oportunidad de ver el propio documento en una exposición en Ciudad de México… Del mismo modo que el mundo europeo se dividía entre moros y cristianos en la Edad Media, en la época de la expansión colonial el recientemente descubierto mundo se dividió de nuevo, esta vez entre España y Portugal, de la mano del Papa Alejandro VI. Ahora esto tiene sus consecuencias para África y Australia. España apenas tuvo influencia en África, aún fuertemente controlada por Portugal, y esto se reproduce en la mayor parte de Asia. La historia de Asia me interesa mucho, ya que Australia, tan alejada como puede parecer, fue, según dicen, descubierta por primera vez por los portugueses, principalmente porque más de la mitad del continente caía en el hemisferio portugués. Hubo también desembarcos muy pronto en Australia, pero pensaron que era mucho menos importante que las Filipinas. La razón por la que todo esto es importante para mí en un sentido poético es que esta historia, la historia que al menos conecta Lisboa, Ciudad del Cabo (donde nacieron mis padres) y Australia occidental (donde vivo ahora), coloca estos lugares aparentemente marginales y poco importantes dentro del marco de las grandes circunstancias de la historia mundial, permitiéndome comprender la lógica de por qué, por ejemplo, mis antepasados emigraron en el sentido en que lo hicieron. Un fantasma, un don nadie, invisible. Este es el modo en el que el Poeta es normalmente descrito; sin embargo también he visto esta clase de atributos en otros sitios, por ejemplo, en su representación de Australia en su libro The West. ¿Es así como se ve a sí mismo y a su patria? En el libro que estoy escribiendo ahora, un poemario de sonetos basados en mis viajes por varias partes del globo en los últimos quince años, el Poeta no es un fantasma o un don nadie, sino más bien una segunda persona llamada Joao. Por supuesto, tienes razón en cuanto a la figura espectral del Poeta en mis poemas. Por un lado, yo diría simplemente que la silueta, el fantasma, el don nadie, el infiel, el invisible, todo esto refleja la concepción que tengo de mi propia persona. Alguien sin historia. También diría que siento que yo, entendiéndome como un Ser, como un Alma, si pudiera decirse, me muevo a través de un mundo que es intangible, insustancial. Así sería mi concepción de la realidad con base en la religión budista. Es más, diría que no existo excepto cuando es necesario. En tu pregunta está el tema de Australia y de mi “patria”, como tú dices. Esto son dos preguntas muy diferentes: Australia es una colonia cultural, una especie de mutación de la cultura británica en una tierra que se dice que aún pertenece a los aborígenes, lo que significa que gran parte de Australia parece que no tiene historia, que es irreal, insustancial y superficial, en cierto modo, invisible. Pero la pregunta sobre mi “patria” tiene que ver con mi país de nacimiento, Sudáfrica. Debido a que me crié allí durante los años más violentos del Apartheid, nunca tuve la sensación de ser parte de ese lugar, parte de esa traumática realidad. Siempre tuve la sensación de que yo era, como el poeta persa Rumi dijo, “de otro sitio y acabé allí”. Durante mucho tiempo sentí que esto era algo terrible y anormal, pero, ahora, sin embargo, creo que esta es la naturaleza del Ser y que la gente obsesionada con los conceptos de identidad, nación e historia se preocupa innecesariamente. 37 Cuando aceptas el principio de la reencarnación, muchas cosas extrañas empiezan a tener una clase de sentido distinta. Por poner un ejemplo, la obra tan misteriosa de William Blake me hace pensar que él era en realidad un tibetano reencarnado. Nos ha hablado de un nuevo nombre para el Poeta, “Joao”, quien también ha aparecido en un par de poemas en Unbelievers. ¿Cuáles son las diferencias, si es que existen, entre él y el fantasma que estamos acostumbrados a ver? ¿Y por qué decide “cambiar” el nombre de su voz poética? ¿Cuál es la diferencia entre Joao y el fantasma o entre Joao y yo? ¿O entre Joao, el fantasma y yo? En parte, pienso que es cuestión de la naturaleza del lenguaje poético en sí. No sé si en España o en algún otro lugar de Europa será igual, pero, en Australia, siguiendo el ejemplo americano, ha habido muchas críticas en cuanto al uso de lo que ellos llaman la primera persona como “yo” poético, diciendo que es poéticamente enfermizo, una mera figura romántica que debilita cualquier tipo de crítica en el lenguaje. Al contrario: a mí me parece que el uso de la primera persona en la lírica es increíblemente ambiguo y su poder reside en el hecho de que puede identificarse con uno mismo, el sujeto político, la representación del individuo expresándose a sí mismo. Además, si la “persona” del poema tiene un nombre que no es exactamente el del poema, ¿significa que necesariamente nos hemos introducido en el mundo de la ficción? ¿Y, además, no asumimos simplemente como innegable el hecho deusar el nombre de uno mismo y el “yo” a la vez cada vez que hablamos? A lo largo del libro es inevitable fijarse en las constantes referencias a las tres religiones del pasado por excelencia. ¿Cuál es el enlace entre estas y sus escritos? No estoy seguro de por qué las llamas “religiones del pasado”… ¿No son aún religiones del presente? Es interesante que hayas notado esto (la presencia del cristianismo, el Islam y el budismo). Por supuesto, en los libros sobre España y Portugal, que son Unbelievers y SouthernBarbarians, tenía que haber algo relacionado con el cristianismo y el Islam, ya que ambos son clave en la historia de la Península Ibérica. Pero, aparte de esto, esa clase de conflicto que se entiende que ocurre entre la Cristiandad y el Islam, entre los europeos y los musulmanes, genera un gran parecido con aquello que se utilizaba para hacer crecer el apoyo de la denominada guerra contra el terror. En este sentido, la concepción medieval del conflicto Oriente-Occidente aún sigue vigente. En estos dos libros, aunque especialmente en Unbelievers, hago brotar preguntas sobre esta percepción de división. Al leer el libro verás que estas “marcas” del Islam se encuentran en Occidente, 38 igual que hay rastros de la historia judía en Lisboa o Viena. Más importante, no obstante, es que veo que estas marcas de esta clase de transmisión cultural se encuentran también en el lenguaje e, incluso, en la propia poesía. Hasta la poesía lírica que se hace en Occidente puede tener su origen en Arabia, el Islam y Persia. Ahora, en cuanto al budismo, me siento muy atraído por él, tanto porque me permite comprender ciertas cosas sobre la naturaleza de la realidad que creo que otras religiones no explican, como porque, a través del cristal de la historia política y filosófica de Asia, me da la posibilidad de conocer la historia de la región del océano Índico, que se vio afectada por el imperialismo portugués y, si bien indirectamente, también por el español. Mi interés en el budismo es mucho más palpable, como podrás imaginar, en mi libro Emptiness: AsianPoems 1998-2012. Me gustaría decir también que cuando aceptas el principio de la reencarnación, muchas cosas extrañas empiezan a tener una clase de sentido distinta. Por poner un ejemplo, la obra tan misteriosa de William Blake me hace pensar que él era en realidad un tibetano reencarnado. Hablando de religiones, me viene a la cabeza una pregunta más. Parece que el judaísmo también es relevante en Unbelivers, como podemos ver en poemas como “LaNação” o “Homage to Avraham Ben Yitzhak”, aunque parece tener un papel secundario en relación con el cristianismo y el Islam. ¿Qué clase de rol juega esta religión en la transmisión cultural entre artes poéticas? Por supuesto, tienes razón. Creo que, debido a que he trabajado últimamente en un libro de recopilación de mis poemas sobre Asia, el budismo no ha parado de rondar por mi mente. Estaba pensando en el budismo como la tercera religión, no el judaísmo. Sin embargo, no puedo estar realmente de acuerdo con lo que has dicho sobre que este tiene un papel secundario, ya que es la raíz tanto del cristianismo como del Islam. Estamos tan acostumbrados a ver estas religiones tan separadas que olvidamos fácilmente lo mucho que se parecen entre sí en realidad. Desde luego, todo esto depende de en qué punto de la historia se ponga uno a hacer estas comparaciones. En términos de poesía (y esto destaca más en la historia de Al’Andalus), hubo un período en el que en el que hubo una interacción muy dinámica entre judíos, cristianos y musulmanes, y esto se manifestó en que otros poetas escribían poesía perteneciente a otras tradiciones y, en algunos casos, usando el lenguaje de estas. Una obra muy reveladora en este aspecto sería The Dream of the Poem: Hebrew Poetry from Muslim and Christian Spain 950-1492, de Peter Cole. En mi ensayo al final de Unbelievers hablo también de otros dos libros que tratan el tema de la transposición de lenguajes en la poesía: Shards of Love: Exile and the Origins of the Lyric de María Rosa Menocal y Echololias: On the Forgetting of Language, de David Heller-Roazen. La editorial de Cole, Ibis Editions, con sede en Jerusalén, publicó las obras de Avraham ben Yitzhak, el poeta judío cuya obra explora el rastro de sus orígenes en Europa central, y las del francés Marcel Cohen, quien escribe ocasionalmente en ladino, que creo que es llamado a veces judeo-español. Cohen fue un descendiente de aquellos judíos expulsados de Al’Andalus a los que les fue dado un pasaje seguro a Estambul hace varios cientos de años. También existe un aspecto más personal en este asunto, y es que mi abuela paterna era judía y gracias a esto pude conocer de primera mano la historia de esta religión y el sentimiento de la diáspora. Su padre vino a Sudáfrica desde Lituania, pasando por París y Gran Bretaña. En Ciudad del Cabo, cuando era aún una niña, la mayoría de sus amigos eran judíos, gente que había huido de Europa. Cide Hamete Benengeli Cide Hamete Benengeli -El verdadero autor de Don Quijote de la Mancha, en su eterno cautiverio -The True Author of Don Quixote of La Mancha, on His Eternal Captivity “Camões perdió su ojo, “Camões lost his eye, y Cervantes su mano. and Cervantes his hand. Mi alma la robó My Soul was stolen un esclavista: John By a slaver, John Nosequién: el africano blanco.” Someone: the White African.” Los traductores son ángeles Translators are Angels Los traductores son ángeles, susurré Translators are angels, I whispered al oído de mi ángel guardián en la biblioteca Joanina. into the ear of my guardian-angel in King João Library. Están detrás de nosotros, escuchando nuestros pensamientos, They stand beside us, hearing our thoughts, solo murmurando lo justo y necesario. Sonriendo delicadamente, only muttering what’s necessary. Smiling slightly, escuchando atentamente al orador que diría mi nombre, listening carefully to the speaker who’d mentioned my name, ella dijo: Somos el perfecto don nadie, sin nombre, she said: We are perfect nobodies; nameless, sin voz, incandescencia alada, menos cuando somos malos. voiceless, winged incandescence, except when we’re bad. Luego se volvió hacia mí–como ahora, si no te digo lo que ha [dicho. Then she turned to me: Like now, if I don’t tell you what he [said – Finalmente, me gustaría saber si existen planes para publicar alguna traducción al español de sus poemas. Me parece que Maya García de Vinuesa va a traducir Unbelievers, or the Moor este año para publicarlo el próximo. Anteriormente se han traducido dos poemas al español que se publicaron en una revista alicantina. El traductor que lo hizo estaba trabajando en un libro de todos mis poemas sudafricanos, pero hace muchos, muchos años que no tengo ninguna noticia de él, o sea que asumo que no tiene nada en mente. Por supuesto, aceptaría con mucho gusto más traducciones de mis obras. Entrevista y traducciones al español de Alejandro Rivero 39 Artículos La representación del mundo árabe en tres cantares de gesta: “El cantar de Roldán”, “El cantar de Guillermo” y “El cantar de Mio Cid” Patricia Pizarroso Acedo Introducción Génesis y exégesis de los tres cantares de gesta En todas las culturas ha estado o sigue estando presente una poesía épica tradicional, en la que se cuentan historias sobre héroes, sobre un pueblo, sobre luchas… A la épica francesa pertenecen el Cantar de Roldán y el Cantar de Guillermo. El Cantar de Roldán es la pieza más antigua y que mejor se conserva de la epopeya francesa. Este poema, de finales del siglo XI, está inspirado en dos sucesos: la batalla de Roncesvalles y la del Ebro. Por otro lado, se cree que el Cantar de Guillermo fue elaborado hacia la mitad del siglo XII. El primer manuscrito es del primer cuarto del siglo XIII y no sería descabellado pensar que durante este periodo de tiempo surgieran alteraciones en la transmisión del texto. Esta obra es producto de dos focos distintos, los cuales dieron lugar a dos núcleos épicos diferentes. El primero se compone de dos tradiciones literarias del siglo XI: la derrota del conde Guillermo de Tolosa junto al río Orbieu y la batalla de Vivién contra los bretones (este se convierte en sobrino de Guillermo y combate contra los sarracenos). El segundo surgiría a finales del siglo X y su héroe central es Guillermo de Orange y el héroe de la región del Ródano: Renuard (Rubio Tovar 1997 26-28). Por último, el Cantar de Mio Cid es un poema épico español perteneciente al siglo XII. Esta obra narra la vida de Rodrigo Díaz de Vivar, concretamente los acontecimientos ocurridos al final de su vida. Dicha poesía presenta una “dimensión mítica [que] da a las historias recordadas una validez intemporal y, por tanto, explicativa como fuentes de identidad, como garantías de autoridad, como señales de legitimidad y como confirmación de que sus antepasados eran dignos de alabanza” (Montaner Frutos y Rico 2011: 19). Así pues, con la finalidad de presentar una visión coherente del pasado, los poetas épicos alteraban y seleccionaban los sucesos históricos, otorgándoles unos personajes históricos reelaborados y dándoles un fondo moral. Con esta recreación “satisfacían necesidades artísticas (función estética y de entretenimiento), pero también propagandísticas (funciones informativa y ejemplar) y socioeconómicas (funciones sancionadora y preservadora)” (Montaner Frutos y Rico 2011: 20). Por otro lado, hay que señalar que el lugar, el tiempo y el público van a determinar“la orientación dominante en el poema, en tanto a ella se pliegan los principales factores del argumento, la estructura o la ideología, desde los recursos menudos de la técnica narrativa a las grandes líneas en la selección y disposición de la materia, pasando por los perfiles y matices en el retrato de los personajes o por la imagen de la sociedad que les sirve de fondo” (Montaner Frutos y Rico 2011: XII). Todo ello nos lleva a tener en cuenta la época en la que se formaron los tres cantares de gesta. 40 Respecto a la épica francesa cabe preguntarse cuál es la razón por la que los cantares presentan hechos situados en la época carolingia (siglos VIIIIX). Señala Rubio Tovar que la elección de los sucesos ocurridos en tiempos de Carlomagno y la modificación de estos sucesos que aparecen en los cantares hay que entenderla en función del presente histórico en el que se escribe y que la presencia de la historia debe aclararse de acuerdo a la ideología y los intereses del periodo histórico que se trae al presente. Por tanto, con el Cantar de Roldán se pretendía presentar, por un lado, los problemas de la estructura feudal y, por otro lado, mostrar a los héroes épicos como caballeros de cruzadas. El Cantar de Roldán es una obra que sirve como ejemplo y contraejemplo a otras.El Cantar de Mio Cid es una negación del Cantar de Roldán. El autor de la epopeya castellana conoce perfectamente la tradición de Roldán, pero el Cantar de Mio Cid no sucede en un espacio mítico. Por otra parte, el responsable del Cantar de Guillermo también sabe del Roldán y se burla de él. Cabe destacar que el juglar del Mio Cid introdujo novedades en el texto por varias razones. Una de ellas estaría motivada por la constante repetición de historias sobre las imposibles hazañas de héroes franceses. La segunda causa, puede buscarse en la necesidad de crear un producto nacional. Y por último, el deseo de introducir novedades en la epopeya (Montaner Frutos y Rico 2011: XXXVIII). Así pues, el alcance de estas epopeyas es completamente distinto. Por un lado, el Cantar de Roldán es una obra que busca defender un determinado orden del mundo: un mundo cristiano, en el que los paganos sean convertidos o exterminados. Esta idea está en consonancia con la época de cruzadas en las que se hallaban entonces. Por otro lado, el Cantar de Guillermo, como parodia del anterior, copia dicho ideal, sin embargo, resulta curioso (y, tal vez, sea otra ironía) la elección de dos conversos como salvadores de dicha lucha: Guiburc y Renuard. Por último, el Cantar de Mio Cid refleja el denominado espíritu de frontera, en el que moros y cristianos conviven. Además, hay que añadir que mientras que en el Mio Cid lo que se persigue reflejar son las hazañas de un Rodrigo Díaz de Vivar y si sus luchas “sirvieron históricamente la causa de la nación y de la religión, poco le interesan al poeta vistas bajo este aspecto militante”. Sin embargo, en el Cantar de Roldán se produce una defensa de la cristiandad, en la que “los ejércitos francos, los de Dios y el Bien, vencen a los sarracenos, los de los ídolos y del Mal (Horrent 1955: 356). Así pues, el espacio en el que se suceden los poemas es distinto. Mientras que en Roldán se asiste a un “enfrentamiento de principio opuestos”, al igual que sucede en Guillermo (aunque en clave paródica), en Mio Cid “el bien y el mal son únicamente categoría morales, no cósmicas ni metafísicas” (Montaner Frutos y Rico 2011: 18-19). El Cantar de Roldán y el Cantar de Guillermo: En el Cantar de Roldán se pone en evidencia el deseo de defender la idea de una guerra santa. Al autor no le interesa reflejar verdaderamente cómo es el mundo árabe, sino qué es lo que les caracteriza o más bien cómo los caracterizaba el cristianismo. De manera que se va a tomar un hecho histórico en el que los franceses se enfrentaron contra los árabes, sin embargo, “los Anales más antiguos dicen que fueron los vascones y los navarros, aunque también podría haber sido posible los gascones o los árabes” (Riquer 1999: 13-14). Por tanto, cabe la posibilidad de que la lucha hubiera sido contra otro pueblo. En cualquier caso, como ya se ha indicado el reflejo que hace el autor del pueblo árabe es irreal. Este hecho, se observa en numerosos aspectos: su organización, sus nombres, los pueblos de donde proceden… Así pues, desde el primer momento los árabes tienen la misma organización feudal, militar y religiosa que los franceses. La obra va a describir que hay doce pares sarracenos, un consejo de varones, relaciones familiares… Esto se puede demostrar con este fragmento: El rey Marsil acabó su consejo. Llamó a Clarín De Balaguer, a Estramarín y a su par Eudropín, a Priamón, a Garlán el barbudo, a Maquiner y a su tío Maheu, a Jouner, a Malbién de Ultramar y a Blancandrín para exponer el acuerdo. Ha llamado a diez de los más pérfidos (Riquer 1983: 55). Con respecto al tema religioso, se crea un mundo en el que sus dioses están formados por una trinidad y por rendir culto a imágenes, ambos hechos impensables en su religión. Así, a lo largo de la obra se encuentran nombres de tres dioses: “La posee el rey Marsil, que no ama a Dios; sirve a Mahoma e invoca a Apolín” (Riquer 1983: 49); “Sálvente Mahona y Apolín, cuyas santas leyes guardamos” (Riquer 1983: 89); “Hay allí mucha gente pagana que llora, grita y manifiesta gran dolor. Lamentan a sus dioses, que ya no tienen: Tervagán, Mahoma y Apolín” (Riquer 1983: 267) y Aquel Mahoma, que nos tiene bajo su dominio, y Tervagán y Apolín, nuestro señor, salven al rey y guarden a la reina”. Dijo Bramimonda: “Gran necedad estoy escuchando. Estos dioses nuestros se han acobardado y malos milagros obraron en Roncesvalles (Riquer 1983: 269). O también estatuas a las que adoran: Corren hacia Apolín [que está] en una gruta; lo increpan 41 y lo insultan ignominiosamente: ¡Ah dios malvado!, ¿por qué nos haces tal afrenta? ¿Por qué permitiste que nuestro rey fuera derrotado Mal salario das a quien te sirve mucho.” Luego le quitan el cetro y la corona; con las manos lo cogen de encima deuna columna, lo tiran al suelo entre sus pies y con gruesos garrotes lo apalean y lo destrozan. Quitan a Tervagán su carbunclo y echan a Mahoma dentro de un foso y cerdos y perros lo muerden y pisotean (Riquer 1983: 259). El emir invoca a Apolín, a Tervagán y también a Mahoma: “Mis señores dioses, yo os he servido mucho; haré todas vuestras imágenes en oro puro (Riquer 1983: 331). ortentoso escudo […] se lo envió el emir Galafe, a P quien un diablo se lo había dado en Val Metas (Riquer 1983: 189-191). arganices, que posee Cartagena, Alfrera, Garmalía y M Etiopía, una tierra maldita. La gente negra que está bajo su dominio; tiene grandes las narices y anchas las orejas (Riquer 1983: 209). alaguer […] es muy famosos por su bravura: si fuera B cristiano tendría mucha nobleza (Riquer 1983: 131). l emir bien parece barón: blanca tiene la barba, E igual que la flor; es muy sabio en las cosas de su ley y en la batalla fiero y orgulloso. Su hijo Malpramis es muy caballeroso; es grande, fuerte y parecido a sus antepasados (Riquer 1983: 303). En el caso del Cantar de Guillermo, las menciones a su religión son menores, sin embargo, En la epopeya de Guillermo, se dan también también se encuentra algún ejemplo en el que se menciona a una divinidad diferente a la de Mahoma: estas referencias: “Glorián de Palermo, un sarraceno felón de estirpe: ha traído dolor y ruina a los cristianos” “adorar a Tervagant” (Rubio Tovar 1997: 191). (Rubio Tovar 1997: 179); Se les caracteriza con palabras degradantes, abur de Canalonia […] grueso es su cuerpo y curvo T negativas… Muchas veces se les describe como el espinazo, largos los dientes y es velludo como un oso. seres dotados de una gran fealdad: “Un Almanzor No lleva armas salvo el pico y las uñas […] la piel era de Moriana: no hay otro más pérfido en la tierra dura (Rubio Tovar 1997: 180). de España” (Riquer 1983: 133); o “Son pérfidos y traidores engañosos” (Riquer 1983: 135). Sin embargo, Tabur abre las fauces. Roe y devora las lamas de acero a los sarracenos más ilustres se les reconoce dignidad, con sus grandes dientes (Rubio Tovar 1997: 181). sabiduría y valor en el combate, solo son moralmente Así pues, en las dos obras francesas se descubre inferiores por no tener la fe verdadera: que la relación que existía entre la fealdad y la maldad, Chernublo de Monegro […] en la tierra donde él vive el se aplica al caso del pueblo árabe, pues entienden que sol no luce, el trigo no puede crecer, no cae la tener una religión equivocada les hace malvados y, lluvia, no se cuaja el rocío y no hay piedras que no sea por tanto, feos. completamente negra: algunos dicen que allí mean los diablos (Riquer 1983: 137). Sus nombres son extraños: Esperverís, Escremiz, Malculd, Malduit, Falsaron, Torleu… Por Falsarón […] no existe bajo el cielo truhán más otra parte, muchos de los nombres paganos son de endurecido. Entre los ojos tiene un espacio de origen francés, otros son juegos de palabras… frente muy ancho, en el que se puede medir más de medio pie (Riquer 1983: 157). Los sarracenos provienen de diversos lugares, muchas veces ilocalizables. Además en ellos se Valdabrún […] es señor en la mar de cuatrocientas incluyen todo los pueblos que se enfrentaron contra galeazas y no hay marinero que no se proclame Carlomagno: suyo. Conquistó Jerusalén a traición, violó el templo de Salomón y mató al patriarca delante de las aguas bautismales (Riquer 1983: 179-181). Abismo, el más pérfido que hubo en su compañía. Tiene malas tachas y muy gran perfidia; no cree en Dios, el hijo de Santa María; es tan negro como la pez derretida. Ama más la traición y el homicidio que todo el oro de Galicia. Nadie lo vio jamás jugar ni reír. Tiene mucho valor y gran arrogancia; por esto es favorito del pérfido rey Marsil. Lleva su dragón, alrededor del cual se agrupa su gente (Riquer 1983: 189). 42 El otro siguiente, el de los micenos de cabezas gordas: en el espinazo que tienen en medio de la espalda son sedosos igual que puercos. El tercero es de nublos y de blosos; el cuarto, de brunos y esclavones; el quinto, de sobros y de sores; el sexto de armenios y de moros; el séptimo es el de los de Jericó; el octavo es de nigros y el noveno de groos; y el décimo es de los de Balida la Fuerte: es una gente que jamás quiso el bien […] el primero es el de los feos canelios, que han llegado a través de Val Fuit; el segundo es el de turcos y el tercero de persas; el cuarto, de diversos pechenegos; el quinto de soltranos y de ávaros; el sexto, de ormaleos y de eugesios; el séptimo es el de la gente de Samuel;el octavo es de Brusia; el noveno de claveros, y el décimo de los de Occián la desierta: es una gente que no sirve a Nuestro señor y jamás oiréis hablar de otros más pérfidos; tienen el cuero duro como el hierro, y por eso no precisan de yelmo ni de loriga, y en la batalla son viles y agresivos […] el primero es el de los gigantes de Malpresa; el otro es de hunos; el tercero, de húngaros; el cuarto es de los Baldisa la Larga; el quinto es de los de Val Penosa; el sexto es de los Aiglent y de Marosa; el séptimo es de los de Leus y de astrimonios; el octavo es de los de Argolla; el noveno, de los de Clarbona; y el décimo es de los barbudos de Fronda: es una gente que jamás amó a Dios (Riquer 1983: 301-313). En esta enumeración, se aprecian tanto pueblos reales como otros inventados. Aunque la descripción de estos es escasa, destaca el hecho de que a la mayoría de casos se les atribuyen elementos negativos y malignos. En el Cantar de Guillermo la relación de dichos pueblos es mucho menor, pero en ella también se mezclan distintas culturas: Deramé le tendió una emboscada con quince reyes que os voy a nombrar: Encas de Egipto y el rey Ostromai, Butifer el valiente y el esforzado Garmais, Turlen de Dosturges y su sobrino Alfais, Nubles de India y Ander el persa, Aristragot, Cabuel y Morant, Clamador, Salvain y Varians, el rey de Nubia y el belicoso Fornas (Rubio Tovar 1997: 131). Sarracenos y eslavos se precipitan contra él […] el rey Mathamar y un rey de los Ávaros, Basumet y el rey Defamé, Sultán de África y el esforzado Eaduel, Aelrán y su hijo Aelred, el rey Sacealme, Aufamé y Destourbé, Golías, Andafle y Wanibled (Ruvio Tovar 1997: 144). El poema refleja que los sarracenos pierden porque están equivocados de religión: “Si Mahoma me quiere proteger liberaré todos los territorios de España” (Riquer 1983: 129); “Dios le protegió porque no le ha tocado el cuerpo” (Riquer 1983: 165); “El sarraceno cae; los diablos se llevan su alma” (Riquer 1983: 179); o “Ha muerto de dolor y tan agobiado por el pecado que entrega el alma a los diablos vivos” (Riquer 1983: 343). Este hecho también se observa en el Cantar de Guillermo: “¡Combatir, nada más puedo deciros, con la gracia de Dios les venceremos del todo!” (Rubio Tovar 1997: 91). Según el Cantar de Roldán, los árabes se convierten al cristianismo cuando se dan cuenta de que se han equivocado de creencias. En el caso de la reina, esta es tratada como su condición lo exige: Se han bautizado bastante más de cien mil como verdaderos cristianos, excepto la reina: será llevada cautiva a la dulce Francia; el rey quiere que se convierta por amor (Rubio Tovar 1997: 343); o Ha escuchado tantos sermones y ejemplos que quiere creer en Dios y pide el cristianismo. Bautizadla para que Dios tenga su alma (Rubio Tovar 1997: 367) Por otro lado, me inclino a pensar que el tema de aquellos que se convirtieron al cristianismo en el Cantar de Guillermo es otro de los elementos paródicos del poema. Así, como ya señalé con anterioridad, es llamativo que sean Guiburc y Renuard los salvadores de la cristiandad. Si nos detenemos en el personaje femenino, se observa que ella es la responsable de procurarle a Guillermo hombres para que luchen con él, es la que le insufla ánimos, es la que vigila el castillo… Por otro lado, es reseñable también que Guillermo la estimara aún cuando era árabe, si bien la prefiere cristiana: “Feliz fue la hora en que te tomé como compañera, pero mejor todavía fue aquella en la que te hiciste cristiana” (Ruvio Tovar 1997: 106). Si se piensa en el personaje de Renuard, el responsable de la victoria cristiana, se aprecia que no es un héroe al uso como muestran la descripción de su físico, su comportamiento…: De la cocina real sale un joven sin calcetines ni zapatos que viste un traje de lana. Sus pies son enormes y sus calzones están desgarrados. Lleva una gruesa maza apoyada en el cuello. Ningún hombre sería capaz de cargar con ella (Rubio Tovar 1997: 165). ¡Es el diablo en persona! Es todavía peor que cuando tenía la maza. A los mismos demonios podríamos encomendarlo. Nadie en el mundo podrá vencerlo (Rubio Tovar 1997: 185). Además, es llamativo que este personaje venza a los árabes si se tiene en cuenta que se bautiza tras la batalla y que debido a este hecho no debería contar con el favor de Dios: “Jamás fui bautizado ni sacado de la pila bautismal. Jamás entré en un iglesia para rezar a Dios” (Rubio Tovar 1997: 186); “[Guillermo le dice] te haré bautizar y te daré la santa fe cristiana” (Rubio Tovar 1997: 190). Por último, considero que otro de los elementos irónicos del Guillermo se encuentra en estas frases: Alderufe yacía en el campo y se lamentaba por su caballo […] No hay corcel mejor en la cristiandad, ni tampoco podrías encontrarlo entre los paganos” (Ruvio 43 y Rico 2011: 149). Por tanto, musulmanes y cristianos hacían una vida en común y la lealtad de cada pueblo no dependía de la religión, sino de otro tipo Resulta curioso que el caballo sea equiparado de intereses (económicos, fundamentalmente). Otro con un héroe, es decir, no son las pérdidas humanas caso es el del conde don Remont de Barcelona, un la verdadera tragedia, sino la del caballo. En cierto príncipe cristiano, el cual actúa en defensa del mundo modo, esto recuerda a la pena que sentían los franceses musulmán y tiene moros entre sus tropas (Montaner y los árabes cuando sufrían la muerte de una persona Frutos y Rico 2011: 153). querida en el Cantar de Roldán, sin embargo, en Por otro lado, como ya se ha dicho, las luchas Guillermo se observa que este lamento solo se da con del Cid no son una defensa del cristianismo, sino de sus el caballo. intereses para recuperar de nuevo la confianza del rey. Esta nota de humor es una prueba más de que Sin embargo, en algún fragmento se puede observar la intención del Cantar de Guillermo no es la misma la defensa de una reconquista de carácter territorial: que la del Cantar de Roldán. Así, como ya se marcado “Viniesse a mio Cid, / que á sabor de cavalgar, cercar con anterioridad, el Roldán es la defensa de un mundo quiere a Valencia /por a cristianos la dar” (Montaner cristiano, y el Guillermo es una parodia de este, pero Frutos y Rico 2011: 174). Tovar 1997: 149); “¡No existe mejor caballo bajo el cielo! El pueblo pagano sentirá una honda pena (Rubio Tovar 1997: 139). Bibliografía Anónimo (1983): Chanson de Roland. Cantar de Roldán y el Roncesvalles navarro. Barcelona: El festín de Esopo, Ediciones del Quaderns Crema. Ed. de Martín de Riquer. Anónimo (1999): Cantar de Roldán. Madrid: Gredos. Ed. de Isabel de Riquer. Anónimo (1997): Cantar de Guillermo. Madrid: Gredos. Ed. de Joaquín Rubio Tovar. Anónimo (2011): Cantar de Mio Cid. Madrid: Real Academia Española. Ed. de Alberto Montaner Frutos y Francisco Rico. Horrent, Jules (1955): “El Cantar de Mio Cid frente a la tradición rolandiana”. En: Coloquios de Roncesvalles, Zaragoza. sigue manteniendo la deformación de dicho pueblo. Las circunstancias y la fecha de creación del Cid van a dar lugar a una descripción de lo árabe completamente distinta. Por último, a diferencia de las otras dos epopeyas francesas, el Cantar de Mio Cid no presenta a los musulmanes como seres sin escrúpulos debido a su religión, sino que su comportamiento viene determinado por su calidad humana y no por sus creencias religiosas. Así por ejemplo, en el tercer cantar El Cantar de Mio Cid: un alcaide moro hace numerosos regalos a los infantes Ruy Díaz de Vivar es el héroe más rezagado de la de Carrión. Estos, cegados por la avaricia deciden senda épica romance: ningún otro protagonista de una asesinarle. De manera que se pone en evidencia un canción dista tan poco del texto que hoy sobrevive. Esa “marcado contraste entre la lealtady categoría humana cercanía y las implicaciones de actualidad que ayudaba del gobernador musulmán y la creciente vileza de los a insuflar en el relato de sus hazañas contribuyeron sin infantes de Carrión” (Montaner Frutos y Rico 2011: duda a que el poema se beneficiaria de una peculiar 254): patente de veracidad y durante largo tiempo disuadiera de alterarlo con postizos y ornamentos demasiados fantásticos. Pero, por otro lado, la patente en cuestión no era mera ilusión óptica: los caracteres de historicidad y verismo entraban decisivamente en el designio con que lo concibió el juglar, no solo porque con ellos se le había ofrecido la estampa del Campeador en las tierras de la Extremadura, sino igualmente porque al mantenerlos en la raíz del Cantar se proponía componer una epopeya nueva, mudar audazmente los patrones usuales de la épica (Montaner Frutos y Rico 2011: XXXVII). A causa de su destierro, el Cid se va a ver obligado a ganarse la vida. Así pues, él y sus hombres cruzan la frontera de Castilla con los territorios musulmanes para conseguir el botín de guerra y el cobro de los tributos a los musulmanes. En estos enfrentamientos, el Cid y los musulmanes van a convivir. Un ejemplo de ellos, es la toma de Alcocer y la ayuda de estos para mantener el castillo: “A so castiello a los moros / dentro los an tornados; mandó mio Cid / aún que les diesen algo” (Montaner Frutos 44 Si no lo dexás /por mio Cid el de Bivar, t al cosa vos faría /que por el mundo sonás, e luego levaría sus fijas /al Campeador leal, ¡Vos nunca en Carrión /entrariedes jamás! (Montaner Frutos y Rico 2011: 262) Conclusiones Como ya se señaló, los cantares de gesta fueron elaborados en función de las necesidades artísticas, propagandísticas y económicas, y su argumento e ideología venían determinados por el espacio, el tiempo y el público. De esta manera, el Cantar de Mio Cid va a representar un mundo árabe más fiel a la realidad, un mundo que conocían bien los españoles y que por tanto el autor no podía deformar, a diferencia de lo que hacen las epopeyas francesas. Por otro lado, no solo la distancia de los receptores de la obra va a marcar la plasmación de lo arábigo, sino también los intereses, pues no hay que olvidar que el Cantar de Roldán es un canto a la guerra santa, y el Cantar de Guillermo una burla de cómo esta es narrada. 45 El asesinato del nuevo hombre europeo: Análisis y significado de las relaciones de autoridad entre los personajes de Andorra de Max Frisch Alejandro Rivero Introducción se intentará conseguir no solo una disección del ¿Hasta qué punto podríamos considerar que funcionamiento del concepto del poder en la sociedad poseemos un libre albedrío? ¿Podríamos considerarnos sino también una reconstrucción de la psique de la herederos de una sociedad completamente alienada? sociedad suiza de posguerra. ¿Y cómo funciona el poder que actúa sobre nosotros? Max Frisch responde a todas estas preguntas en Consideraciones previas Andorra1, su pieza teatral más conocida. Así pues, en Así pues, previo al estudio de los personajes se este artículo se ahondará en el análisis del ejercicio han de aclarar algunos conceptos específicos relativos del poder entre los distintos personajes de la obra y su relación con el contexto histórico que les rodea. Así, este a la perspectiva literaria empleada en este escrito. drama frischiano será utilizado para hallar una mayor Primeramente hemos de responder a la pregunta sobre comprensión del contexto histórico directamente qué es el poder. Foucault define el poder como “el modo posterior a la caída del nacionalsocialismo, haciendo de actuar sobre uno o varios sujetos en virtud de su hincapié en el papel de la nueva psique europea, las capacidad de acción”(1982:220).No es pues el poder ideas preconcebidas sobre judaísmo y la concepción un mecanismo con base en una autoridad soberana (como por ejemplo una determinada clase social) de la mujer en la sociedad de la época. sino que más bien podríamos considerar que todos los ámbitos de la sociedad son raíz descentralizada del Metodología poder. En base a esta definición, el filósofo establece En lo relativo al criticismo literario empleado que el poder “fluye” entre individuos de manera en este escrito, se tratará de seguir una línea basada horizontal y recíproca (Díaz 2005:104). Es por esto por en las premisas propias del Nuevo Historicismo. Así, lo que todos los individuos de la sociedad participan las cualidades estéticas del texto serán consideradas en lo que él denomina “las relaciones de autoridad”. meramente un constructo cultural y, por tanto, no Esto significará que una sociedad, como por ejemplo serán de especial relevancia en el análisis; por el la andorrana, debe ser entendida y analizada como un contrario, serán las características contextuales de la entramado de poder fluyendo entre los individuos. obra en las que se centre este estudio. De este modo, se pondrá especial énfasis en las bases filosóficas diseñadas por Michel Foucault, en concreto sus aportaciones relativas al concepto de poder y de relaciones de autoridad. Por otro lado, se acentuará en gran medida la influencia de conceptos propios de la teoría de la imagen, o Bildnistheorie, en la cual la obra filosófica de Frisch tiene un gran valor. De este modo, se explicaran previamente dichas bases teóricas para después dar paso al análisis de los personajes con el propósito deaunar ambas tesis. De esta manera, 1 Cfr. No confundir con el país europeo con el mismo nombre (Frisch 1961:04), en lo sucesivo el uso del gentilicio se referirá específicamente a los habitantes del ficticio país retratado por Frisch. 46 al individuo ejercer poder sobre otro. Las diferencias establecidas entre judíos y arios durante el nacismo serían un buen ejemplo de esto. b) Los objetivos: Esta será la motivación de un individuo para actuar sobre otro. Por ejemplo, la conservación de privilegios. c) Los medios para poner el poder en práctica: Estos cambiarán dependiendo de cómo se ponga en práctica el poder, por ejemplo la amenaza por medio de armas o por medio de cámaras de vigilancia. ya que para Frisch la nueva estructura social del siglo XX ha exterminado por completo el pensamiento individual de cualquier tipo, lo que impide un juicio crítico del entorno y, como consecuencia, se generan Bildnisse prejuiciosas. El ser humano ya no puede entonces discernir si tiene un pensamiento propio o si por el contrario es la sociedad la que controla su comportamiento. La mayoría de protagonistas de las obras de Frisch verán aquí un problema obsesivo, el cual creerán que solo podrá ser solucionado mediante un proceso de búsqueda interior o Selbstwerdung2. Sin embargo, en la mayor parte de las ocasiones esta búsqueda finalizará con la aceptaciónde una identidad arquetipo que ellos adoptaran como propia y auténtica. El concepto de relaciones de autoridad puede parecer en principio oscuro e inaccesible, sin embargo Foucault en “The Subject and Power” nos propondrá distintos métodos de análisis de estas. Son estos métodos los que nos permitirán estudiar la sociedad andorrana y en especial el comportamiento del personaje de Andri, protagonista de la obra. Sin embargo esto no ha de ser únicamente entendido como un modo de entender el funcionamiento del poder sino también como un método para describir el contexto histórico y cultural de la época. Así pues, Foucault establecerá cinco características (1982:223): d) Las formas de institucionalización: Estás se refieren a cómo se legaliza y legitima el poder, ya sea gracias al concepto de “tradición” Con este contexto teórico expuesto, solo queda o a la creación de estructuras como el Estado. preguntarnos cuál es la relación entre losl conceptos de e) Los grados de racionalización: Se Bildnis y de poder foucaultiano. Cómo ya se ha dicho, refiere al nivel de aplicación del poder o las Bildnisse generan unos prejuicios que afectan de la intensidad de este en relación con la al comportamiento humano, es pues en este punto efectividad de los instrumentos utilizados y la donde podemos observar las características del poder descritas por Foucault. La sociedad otorgará así una fiabilidad de los resultados. Bildnis determinada al individuo y en consecuencia Por otro lado, para alcanzar una completa se establecerán unas relaciones de autoridad con este comprensión de la obra, se ha de explicar primero individuo que motivarán en mayor o menor medida el concepto de imagen o Bildnis, el cual es un sus acciones. El individuo estará sometido entonces a fundamento básico de la teoría filosófica de Frisch. los deseos de la sociedad, impidiendo que este pueda Según Yolanda García este concepto en Frisch no se realizar una búsqueda interna de su propia identidad. refiere solo a el conjunto de elementos que caracteriza Como resultado, este estigma permanecerá inmortal a al hombre de cara a la sociedad, sino que también lo largo de su vida. a “un conjunto de rasgos ficticios asignados por los demás o por él mismo, y que a su vez enmascaran su verdadera identidad bajo unacareta o rol ficticio Análisis del poder en Andorra que le permita una más fácil adaptación a su Frisch nos contará en Andorra la historia del entorno social”(2003:87). Una reacción a la eterna Identitätsfrage, o cuestión de identidad, característica joven Andri, el aparentemente hijo adoptivo de un de la filosofía alemana contemporánea. Así pues, la profesor andorrano. El protagonista en vano intentará identidad auténtica del hombre parece esconderse encontrar su aceptación en la sociedad, la cual le tras una máscara social que facilita la adaptación del discrimina por su supuesto origen judío y ya desde el individuo a su entorno. Aparentemente no hay nada principio podremos observar una serie de escenas al negativo en esta reflexión, sin embargo, tras un análisis final de cada acto en las que los distintos habitantes de de las distintas obras de Frisch, como Homo Faber, Andorra se sentarán en el banquillo de los acusados Stiller y, como veremos, Andorra, se pueden apreciar y justificarán su conducta en relación al destino final las connotaciones negativas relativas al concepto de del chico, el cual sabemos desde el primer acto que Bildnis. De acuerdo a expertos como Yolanda García, habrá sido ejecutado. Así pues, Andri será a lo largo el problema reside en que estas representaciones que de la obra víctima de prejuicios hacia los judíos, que creamos de nosotros o de otras personasarrastran le condicionaran de una manera u otra. Sin embargo consigo prejuicios imposibles de evitar y estas tienen es con la amenaza de invasión de la nación vecina, los Schwarzen, cuando su vida comienza a correr peligro. su reflejo en nuestro comportamiento (2003:89). a) El sistema de diferenciaciones: Este se refiere a las diferencias sociales que permiten “El largo y fatigoso proceso que el hombre del siglo XX La Bildnis ha de ser entendida así como una 2 debe sufrir para poder llegar finalmente a encontrar su identidad consecuencia de la alienación del hombre moderno, y, en consecuencia, a definirse como persona”(García 2003:70). 47 Ni siquiera el descubrimiento de la verdad, que hace de la vida de Andri una mentira, pues nunca había sido ni judío ni el hijo adoptivo del profesor sino su verdadero hijo producto de una relación extramatrimonial con una Schwarze, impedirán la muerte del joven, pues la Bildnis que le define será imposible de eliminar tanto entre los andorranos como en sí mismo y por tanto los Schwarzen, alegoría de la Alemania nacionalsocialista, con el apoyo indirecto de los andorranos harán que sea ejecutado. sociales contra los judíos, mostrando en este caso un alto grado de racionalización del poder, es decir, estas convenciones sociales crearán unas relaciones de autoridad muy efectivas para ejercer poder sobre Andri con el objetivo de sacar beneficio del él. Así también se puede establecer que estas convenciones sociales generan una institucionalización del poder, se crea un sistema de diferenciación entre Andorranos auténticos y judíos, el cual tiene su base en Bildnisse prejuiciosas. A continuación se ahondará entonces en Estos prejuicios y el poder que ejercen pueden la disección en profundidad de los personajes. En encontrarse por ejemplo en el comportamiento del primer lugar se hará una relación entre las bases carpintero frente a Andri. teóricas dadas y el comportamiento de las distintas Tengo otro trabajo para ti. ¡Quítate ese delantal! Te voy figuras para posteriormente dar paso a un análisis a enseñar cómo se hacen los encargos. ¡Escucha cuando de la relación de estos con el entorno socio-político tu jefe te está hablando! Por cada encargo que consigas de la sociedad de mediados del siglo XX. Así pues, se gracias a esa charlatanería tuya, te daré media libra. Y analizará la sociedad andorrana, reflejo del entorno digamos…una libra entera por cada tres encargos. ¡Una social, a Andri, reflejo del individuo y a los personajes libra entera! Estas cosas son las que los de vuestra clase femeninos, quienes, como veremos, tendrán unas lleva en la sangre, créeme, y cada uno debería hacer lo cualidades especiales en contraste con los personajes que lleva en la sangre. Puedes ganar pasta, Andri, pasta, masculinos de la obra. mucha pasta.(1961:35) Los Andorranos A la hora de entender la relación entre las Bildnisse y las relaciones de autoridad en Andorra hemos de analizar primeramente a la comunidad andorrana, estereotipo inequívoco de la sociedad suiza. Así pues, el primer personaje a definir no es otro que el mismo estado de Andorra, ya que la propia idiosincrasia de este será fiel reflejo de la sociedad que lo habita. Frisch nos retrata una de iure Andorra utópica en la cual reina el orden y la tranquilidad, una Andorra con una Bildnis libre de prejuicios y en principio perfecta. Sin embargo tras esta imagense esconderán unos ciudadanos cobardes y temerosos de las naciones rivales. Así pues la propia Andorra se habrá asignado su Bildnis de perfección para conseguir la aceptación social de su entorno. En cuanto a sus habitantes, la primera cualidad que salta a la vista es su carencia de identidad. Frisch hará pasear por el escenario a personajes sin nombre de los que solo conoceremos su oficio, producto del efecto distanciamiento brechtiano3, quienes serán el objeto directo del poder de las convenciones Es interesante también remarcar la influencia y autoridad que el lector o espectador ejerce sobre los personajes, ya que al final de cada acto la audiencia juzgará el comportamiento de cada habitante de Andorra, guardándose el veredicto para sí mismo. Así pues, los distintos acusados intentarán desde el banquillo convencer a la audiencia de su inocencia, intentando infructuosamente cambiar la Bildnis que nosotros hemos creado de ellos. Pese a su defensa, se observa que ninguno de ellos guarda un sentimiento real de culpabilidad, ya que su justificación será culpar a la Bildnis que ejerció influencia sobre ellos. Es así como Frisch nos muestra el grado de alienación al que ha llegado la sociedad y nos plantea la pregunta de si se puede culpar a un conjunto de autómatas por sus acciones. De este modo, Frisch alegoriza sobre la cualidad alienante/alienada de la sociedad europea moderna, que por culpa de la ideología derivada de la industrialización, las convenciones sociales y las representaciones siempre prejuiciosas ha perdido su libertad de pensamiento. Así, debido a su trasfondo histórico, político y social el mundo para Frisch se ha convertido en lo que podríamos considerar una 3 “Crear una escena de tal modo que para la audiencia sea pesadilla pseudo-orwelliana, en la que la psique del difícil identificarse con los personajes de la obra. La aceptación individuo se ve incapaz de discernir su verdadero o el rechazo de sus acciones se entiende que ha de tener lugar en modo de ser. De esta manera, Andorra y los andorranos un plano consciente, en vez de, como hasta el momento, en el serian una metáfora de la concepción germana de la subconsciente de la audiencia”(Willet 1964:91). 48 sociedad de posguerra. No obstante, no se ha de culpar le aplican: únicamente a los totalitarismos de esta situación sino ¡Eso es mentira![...] no voy a retirar lo que he dicho. Se que también podemos apreciar la alienación social en ha sentado en mi silla, le digo que usted está mintiendo la propaganda aliada tras la segunda guerra mundial, [...] ¡Usted, sí, usted! Uy sí, da usted mucho miedo, sí, que otorgó una Bildnis determinada y cargada de estoy temblando. ¿Por qué no tengo ningún derecho prejuicios a la nación alemana con el objetivo de sobre usted? Soy joven y pensé que tenía que ser erradicar cualquier sentimiento de comunidad que humilde [...] Usted no quiere que yo valga para esto. pudiera hacer resucitar a Alemania y devolverla a su ¿Por qué me insulta? [...] Todos me insultan, se ríen de anterior estatus de potencia mundial. mi desgracia y encima no me dejan en paz. ¿Por qué sois más fuertes que la verdad? (1961:34f) Andri y la cuestión de identidad Y de esta manera al final de la obra, cuando ya Si hay un personaje en la obra que refleja a ha aceptado por completo la personalidad que se le la perfección la alienación del individuo es sin duda atribuye: Andri. Este, a diferencia de otros protagonistas de las Yo soy diferente. Me han dicho cómo se mueven los de obras de Frisch como Walter Faber o AnatolStiller, mi clase, tal y tal, y me he mirado en el espejo casi todas se nos presenta como un joven sin ninguna clase de las tardes. Ellos tienen razón, me me tal y tal.. No sé aspiración intelectual. Andri solo deseará ser un clásico hacerlo de otra manera. Me he fijado si es cierto que carpintero andorrano, para lo que demostrará grandes estoy pensando todo el rato en el dinero, cuando los aptitudes, y desposarse con Barblin, hija también, en andorranos me observan y piensan que estoy pensando este caso reconocida, del profesor. Sin embargo las en el dinero, y una vez más tienen razón [...] Es así. intenciones de Andri se verán truncadas ya que tanto (1961:86) el carpintero, que impedirá que Andri conquiste su Pese a que Andri es comúnmente entendido sueño profesional, como su padre, que prohibirá el como un reflejo del individuo europeo moderno, no enlace de sus dos hijos, crearán una frustración vital se ha de pasar por alto las implicaciones que Frisch en el protagonista, quien encontrará una excusa para nos muestra del pueblo judío y su nuevo papel en aceptar una “auténtica” identidad en los prejuicios el subconsciente internacional. Así, previamente sociales contra los judíos latentes en Andorra. Una vez al holocausto, de hecho desde el asentamiento del aceptada esta Bildnis, Andri se negará a despojarse de cristianismo en Europa, gran parte de la sociedad ella, incluso cuando se descubra su verdadero pasado. imponía un rol peyorativo al pueblo judío, la cual, La alienación es tal que ni ante una verdad irrefutable como se observa en la obra, responde a los estereotipos será capaz el joven de cambiar la imagen que la de codicia, sectarismo y desprecio a la población sociedad le ha asignado. Ha de decirse sin embargo europea que le da cobijo. Sin embargo, tras la Shoa, las que la alienación de la personalidad de Andri no se potencias vencedoras en la segunda guerra mundial, debe únicamente a su funcionamiento como imán sobre todo las de orden capitalista, hicieron uso de las de los prejuicios antisemitas de los andorranos, sino connotaciones traumáticas del genocidio para cambiar que también se debe a un factor lucrativo por parte la Bildnis tradicional del judaísmo, que pasará de ser la de la sociedad. Así, Andri será usado, por ejemplo, representación de la causa del mal en Europa a ser la por el carpintero para ganar dinero, por el cura para imagen prototipo de víctima de la crueldad europea. dar la imagen de buen samaritano o por el soldado Intencionadamente o no, la elección de Frisch al para arrebatarle a Barblin. Así pues, el beneficio elegir los prejuicios antisemitas como dinamizador personal será el objetivo primordial de la saturación del guion de la obra nos muestra la influencia de la de relaciones de autoridad en Andri. ideología que el capitalismo ha cultivado en nuestro Se ha de puntualizar también que la alienación de Andri no es un estado permanente desde el principio del drama sino que mediante el abuso de la discriminación prejuiciosa la sociedad andorrana, a lo largo de la obra, va minando paulatinamente su voluntad. De este modo, veremos que el comportamiento de Andri será al principio de la obra rebelde y contrario a las imposiciones sociales que se inconsciente (Awad-Popendiek 2010:197). El rol de la mujer A lo largo del drama Andri se relacionará con tres mujeres: Barblin, la Madre y la Señora. Estas, aunque con escaso resultado, serán de gran importancia a la hora de impedir que la influencia de 49 la sociedad andorrana se apodere de la identidad de Andri. La primera será al principio su amante, pero cuando se descubre el origen, acabará su relación con él generando, como veremos a continuación una serie de consecuencias. La segunda y tercera mujeres serán una su madre adoptiva (La Madre) y otra su madre biológica (La Señora) y ambas serán la representación de la razón e incorruptibilidad. En las siguientes líneas veremos qué clase de relaciones de autoridad se establecen entre Andri y estos personajes y cómo funcionan. influencia social podrá hacer que ella cambie de idea en cuanto a su propio hijo, en un mundo irracional, la Madre representará el último resquicio de razón. No obstante, esta relación no tendrá el mismo grado de reciprocidad por parte de Andri, por lo que esto no hará que entre en razón sobre su verdadera identidad. Por otro lado, la Señora, madre biológica del personaje principal, actuará como catalizador de la verdad, pues es su aparición en escena, breve pero impactante, lo que hace posible que el padre de Andri le confiese a su hijo la verdad sobre su origen (aunque Primero ha de explicarse el personaje de este se niegue a aceptarla). Además de esto, la Señora Barblin, ya que es seguramente la persona que, debido tendrá la oportunidad de hablar con Andri, pese a al amor, más influencia tiene en el protagonista. A que este jamás sabrá que ella es su madre. Así, esta lo largo de la historia ella, a veces conscientemente intentará también ayudar a su hijo a superar su crisis y a veces no, ejercerá poder desde 2 focos distintos. de identidad y para ello le dirá: Te han insultado y Por un lado ella es su compañera sentimental y maltratado, Andri, pero esto va a acabar. La verdad como tal influencia las distintas decisiones de Andri, les señalará y tú, Andri, eres el único aquí que no principalmente será la barrera principal de que las tiene nada que temer”(1961:79). Finalmente la relaciones de poder que ejerce el colectivo andorrano Señora correrá la misma suerte que su hijo, pues será sobre él consigan su alienación total. A su vez, Andri asesinada por los andorranos, al temer estos que se creará una relación reciproca con ella y por tanto trate de una espía del enemigo. ella tampoco se dejará influenciar por una sociedad Este acercamiento a la mujer nos desvela la andorrana que la incita a alejarse de su amado. Sin percepción que Frisch tenía de este género. Así, al embargo, tras saber que su amante es en realidad su igual que con la concepción del semitismo tras la hermano carnal, la Bildnis creada por ella desaparece segunda guerra mundial, la visión del papel de la por completo, generando un cambio en el sistema de mujer en la sociedad cambió radicalmente y es por diferenciación de la relación de autoridad que ella esto por lo que en esta obra podemos observar cómo ejerce sobre él. La relación novio-novia pasará a ser los personajes femeninos, en especial las madres, hermano-hermana y como consecuencia el medio ejercen gran poder en la unidad familiar a la vez que por el que el poder se pone en práctica, el amor, será son inmunes a cualquier imposición de autoridad. La eliminado de la ecuación, haciendo que ella pierda la guerra mundial conllevo la muerte de muchos de los influencia sobre él y, por tanto, consiguiendo que la hasta entonces padres de familia, personajes que en identidad de Andri caiga definitivamente en las fauces una sociedad aún más machista que la actual tenían a de la sociedad. La destrucción de esta relación también su cargo, al menos socialmente, la dirección del hogar. traerá consecuencias traumáticas para Barblin, pues De este modo el autor nos retratará a unas mujeres ella enloquecerá y será incapaz de superar la muerte fuertes, incorruptibles y racionales en contraste con de su hermano. unos hombres cobardes, codiciosos y débiles. No La representación de la maternidad, o Mutterimago, es un concepto que a lo largo de la carrera literaria de Frisch siempre tendrá un rol positivo (García 2003:210). En este caso la Mutterimago será encarnada por dos personajes, la Madre y la Señora. La primera, aunque no es la madre biológica de Andri, será la persona que lo ha criado desde su llegada siendo un bebe a Andorra. Ella será la única persona que no abandone a su suerte al protagonista hasta el amargo final de la obra. Con esto se puede establecer que la relación de autoridad que se establece entre la Madre y Andri será tan fuerte que ni siquiera el peso de la 50 Conclusión Cómo se ha intentado demostrar, el análisis del funcionamiento del poder en Andorra no solo nos ha mostrado una perspectiva epistemológica sobre el comportamiento de este en la sociedad sino que también nos ha permitido comprender el contexto histórico que rodea la elaboración de la obra. Así, hemos de considerar Andorra como un recurso más para el análisis de la psique europea de los años 50, de la cual aún se conservan reminiscencias hoy en día. De esta manera, podemos concluir que la nueva Europa mostrada por Frisch tiene por habitantes a unas marionetas sin un maestro definido, ya que no existe un foco central del poder sino que está compuesto por todos los individuos que forman la sociedad. No obstante queda para reflexión del lector la cuestión de si estos mismos patrones que nos muestra Frisch en su obra son aplicables solo a la sociedad de la época o si por el contrario en estos tiempos que corren estamos viviendo la pesadilla de Max Frisch, la muerte del individuo. Cómo ya dijo una vez el autor: “Andorra es el nombre para un modelo” (1961:04). Bibliografía Fuentes primarias: Frisch, Max (1961): Andorra. Frankfurt am Main, Suhrkamp. Fuentes secundarias: Awad-Poppendiek, Nele(2010): Die Problematik der Identitätsfindung im Werk Max Frischs. Heidelberg: Ruprecht-Karls-Universität Heidelberg. Foucault, Michel: “The Subject and Power”, in Dreyfus, Hubert L., Rabinow, Paul (ed.): Michel Foucault: Beyond Structuralism and Hermeneutics.1982, S. 208-226. Chicago: U of Chicago Press Díaz, Esther (2005): La filosofía de Michel Foucault. Buenos Aires, Biblos. García, Yolanda (2003): Bildnistheorie e itinerarios de identidad en la obra de Max Frisch. Madrid. U. Complutense. Willet, John(1964): Brecht on Theatre. New York, Hill & Wang. obstante, se ha de denotar otro aspecto concerniente a los personajes femeninos de Frisch y es que, pese a su increíble fuerza, jamás conseguirán que su esfera de poder se amplíe fuera del contexto familiar, pues ni Barblin ni la Madre ni la Señora conseguirán convencer a la sociedad de la inocencia de Andri. Así, el autor nos muestra la realidad de un género que, pese a que los resultados de la segunda guerra mundial han propiciado un aumento de su influencia, aún sigue oprimido por una sociedad marcadamente machista. 51