el caso de mexico rocio enriquez rosas

Anuncio
1
DINAMICA DE LAS REDES SOCIALES Y DE APOYO
EMOCIONAL EN HOGARES POBRES URBANOS:
EL CASO DE MEXICO
ROCIO ENRIQUEZ ROSAS
INVESTIGADORA DEL CENTRO DE INVESTIGACION Y FORMACION SOCIAL.
UNIVERSIDAD ITESO.
GUADALAJARA, JALISCO. MEXICO.
TEL. (3) 669 34 93 EXT. 3116
EMAIL: [email protected]
“PREPARED FOR DELIVERY AT THE 2000 MEETING OF THE
LATIN AMERICAN STUDIES ASSOCIATION, HYATT
REGENCY MIAMI, MARCH 16-18, 2000”
1
2
DINAMICA DE LAS REDES SOCIALES Y DE APOYO EMOCIONAL EN
HOGARES POBRES URBANOS:
EL CASO DE MEXICO
ROCIO ENRIQUEZ ROSAS
1. Introducción y antecedentes teóricos
Las redes sociales, redes de relaciones, de intercambio recíproco, de
solidaridad… han sido abordadas a lo largo de varias décadas y desde
diferentes disciplinas tanto en nuestro país como en diferentes regiones de
nuestro mundo. Una de las obras clásicas sobre este tema es el “Ensayo sobre
el don” de Marcel Mauss (1974). Este trabajo analiza a partir de material
etnográfico diverso, las formas que adquiere el intercambio en grupos
socioculturales específicos. Centra su atención en esa triple relación que
implica el dar, el recibir y el devolver
A partir de la obra de Mauss, se han desarrollado diversos estudios
donde un elemento que ha estado presente en la mayoría de ellos es la
relevancia que tiene para el ser humano, el contar con un tejido social que le
permita hacer frente a las diversas demandas de la vida cotidiana, sean éstas
de carácter económico, social, emocional, etc.
Existen también diversas investigaciones realizadas en América Latina y
en México, a partir de la década de los setenta, donde se ha buscado
profundizar en las características específicas de las redes sociales en
poblaciones pobres y en extrema pobreza. Algunos de los autores que han
hecho aportaciones importantes sobre este tema son: Lomnitz (1975 y 1994),
González de la Rocha (1986 y 1994), García y de Oliveira (1994), Bronfman
(1993) y Estrada (1996), entre otros. Un común denominador de estos estudios
ha sido el entendimiento de las redes sociales y de intercambio recíproco como
una de las estrategias más exitosas para sobrevivir en condiciones de pobreza.
Sin embargo, el caso de México así como de otras regiones
latinoamericanas, donde el deterioro en las condiciones materiales y sociales
de vida parece no tener freno, ha generado en los últimos años de este siglo,
profundos y necesarios cuestionamientos que buscan confrontar a la
comunidad académica, a las autoridades y a la sociedad en general, sobre los
alcances y limitaciones actuales de las redes de relaciones y de intercambio
recíproco, como estrategias exitosas de sobrevivencia cuando se vive en
pobreza.
Nuevas y brillantes reflexiones académicas, producto de un trabajo
etnográfico serio y sostenido, han puesto sobre la mesa de discusión las
posibilidades reales que hoy tienen las familias empobrecidas de nuestro país
para sobrevivir haciendo uso de sus redes familiares, vecinales y de amistad,
donde el elemento “reciprocidad” juega un papel fundamental (González de la
Rocha, 1999a; Estrada, s/f; Bazán, 1998; González de la Rocha, 1999b;
Salazar, 1996 y Abello, 1997).
De igual manera, uno de los elementos que ha sido poco abordado en el
campo de las Ciencias Sociales, específicamente de la Antropología Social, ha
sido el rostro emocional de las redes sociales; es decir, el nicho de relaciones
que el ser humano entreteje a lo largo de su vida para hacer frente al dolor, a la
adversidad, a la dicha, a la felicidad… me refiero a esos espejos sociales que
2
3
nos permiten reconocernos en los otros, encontrarnos con ellos, compartir
nuestra intimidad, dejar aflorar nuestra vulnerabilidad, descubrir nuestras
historias en común y continuar caminando. Son esos vínculos emocionales que
actúan como agentes protectores ante la soledad, el aislamiento social, el
desamparo y la desesperanza.
Aún cuando en diversos estudios que he revisado, se analiza el papel
moral y emocional que desempeñan las redes sociales en la vida de los seres
humanos, el abordaje en esta materia no ha sido central, la función emocional
es percibida como una más de las cualidades y atributos propios de las redes
sociales. De la misma manera que las redes sociales no son recursos
inagotables para hacer frente a la pobreza, tampoco lo son cuando nuestro
punto de interés es el bienestar subjetivo y la salud mental de los individuos.
En este sentido, me parece necesario el análisis profundo y sistemático
de los determinantes sociales, culturales y económicos actuales que
mantienen, fortalecen o bien, erosionan las redes sociales y de apoyo
emocional entre los más pobres de nuestro país, específicamente el caso de
los hogares pobres urbanos y de las mujeres-madres que habitan en ellos.
Este documento tiene entonces como objetivo principal el analizar las
características de las redes sociales y de apoyo emocional en mujeres-madres
urbanas en condiciones de pobreza extrema.
Para ello, iniciaré primeramente con la descripción y análisis de la red
social de las mujeres en cuanto a su tamaño y distribución de acuerdo a los
diferentes cuadrantes. Posteriormente, pretendo profundizar en las
características de las redes de apoyo emocional a las cuales tienen acceso
estas mujeres-madres. Para ello, abordaré las siguientes dimensiones:
• Dimensión estructural de la red: Se refiere al tamaño, densidad,
composición o distribución de la red, dispersión (distancia geográfica y
accesibilidad a la red ante necesidad emocional), y homogeneidad o
heterogeneidad del vínculo (sexo, nivel de educación y edad).
• Dimensión Funcional de la red: Se refiere a funciones tales como compañía
social, apoyo emocional, guía cognitiva, consejos, regulación o control
social, ayuda material y de servicios, acceso a nuevos contactos, apoyo
económico y temática conversacional.
• Atributos del vínculo: Se refiere a las funciones prevalecientes en la red del
individuo, a la multidimensionalidad, la reciprocidad, la intensidad o
compromiso, la frecuencia de contactos y la historia de la relación.
Finalmente, pretendo establecer un panorama amplio y detallado acerca
de las formas en las que operan las redes sociales y de apoyo emocional en la
población estudiada, de manera que a partir de la evidencia pueda aportar al
análisis y discusión teórica sobre este tema.
2. Sobre el método
Para abordar el tema de las redes sociales y específicamente de apoyo
emocional en la muestra elegida, trabajé simultáneamente con tres estrategias
metodológicas:
• Cuestionario sobre “Redes sociales y de apoyo emocional”. Este
cuestionario de preguntas cerradas fue diseñado por el equipo de
3
4
•
•
investigación del cual formo parte1. Para ello, retomamos principalmente el
esquema de indagación propuesto por Burt (1993)2 y lo modificamos a
partir de los objetivos de nuestro estudio. Este cuestionario cuenta en total
con 19 items y a través de ellos se abordan las características estructurales
y funcionales de la red así como los atributos del vínculo. EL cuestionario
fue aplicado a un total de sesenta mujeres-madres que se encuentran
ubicadas en la Col. “Las Flores”, asentamiento irregular en la zona sur del
área metropolitana de Guadalajara, Jal. Este cuestionario forma parte de
una encuesta levantada en “Las Flores” durante 1998-1999, donde se
tuvieron cuatro sesiones de dos horas con cada una de las mujeres
elegidas aleatoriamente.
Entrevistas en profundidad de enfoque biográfico. Una vez realizada la
encuesta, elegimos de acuerdo a criterios cualitativos a doce mujeres de la
muestra. Con ellas, realizamos entrevistas no estructuradas donde a partir
de un guión preestablecido, abordamos entre otros temas, las
características de las redes sociales y de apoyo emocional en las mujeres a
lo largo de su historia de vida. Para este trabajo seleccioné una de las
entrevistas dada su relevancia y pertinencia en el tema que pretendo
analizar.
Diario de Campo. Me refiero al trabajo etnográfico que he realizado en la
Colonia elegida, principalmente observación participante que me permitiera
dar cuenta del acontecer cotidiano en la vida de las mujeres y de sus
familias. Mi foco de atención ha estado orientado a la observación y
registro de las redes cotidianas con las cuales las mujeres hacen frente a su
condición de pobreza y a su malestar-bienestar emocional.
Considero que la combinación de estas tres estrategias metodológicas
ha sido sumamente positiva para abordar integralmente el objetivo que me he
propuesto para este trabajo. La incorporación de material cualitativo, producto
de las entrevistas en profundidad y de material etnográfico, resultado de la
observación participante y de las pláticas informales con la gente; ha sido pieza
clave para entender, matizar, confrontar e ilustrar el material obtenido a partir
del cuestionario sobre redes.
3. Resultados
3.1 Contexto socio-demográfico
Primeramente quiero ofrecer al lector algunas de las características
sociodemográficas más importantes de las sesenta mujeres entrevistadas, esta
información fue desarrollada más ampliamente en trabajos anteriores. Pienso
que en la medida en que tenga claro el escenario social y doméstico del cual
forman parte estas mujeres, las relaciones y asociaciones que desarrolle,
estarán mejor fundamentadas y logradas.
Se trata entonces de sesenta mujeres-madres en su totalidad, entre las
edades de 18 a 76 años, que viven en la Colonia "Las Flores", comunidad de
escasos recursos y de reciente formación (alrededor del año de 1995), situada
1
Este equipo esta compuesto por cinco tesistas de la Carrera de Psicología de ITESO y la que escribe
(directora del proyecto).
2
Burt, R. 1993. Network items and the general social survey in: Network Models of Diffusion:
Intellectual spinoffs of the medical innovation study. Thomas W. Valente. The Johns Hopkins University
Baltimore, MD 21202, April.
4
5
en las orillas de la ciudad de Guadalajara. La Colonia no cuenta con servicios
públicos y esta compuesta por una población aproximada de 550 familias, con
un promedio de 5.45 miembros por unidad doméstica, donde 2.95 son mujeres
y 2.50 son hombres. Las familias que llegan a este asentamiento lo hacen
principalmente por el deseo de contar con un terreno propio para la
construcción de sus viviendas, sin embargo, ninguna de ellas cuenta con
papeles que legalicen la propiedad de la tierra. Sobre el lugar de origen de las
mujeres, casi el 70% de ellas son originarias de diversas localidades rurales del
interior del estado de Jalisco, de Zacatecas, de Michoacán y de
Aguascalientes, entre otros. El 30% restante son mujeres originarias de la
Ciudad de Guadalajara. Del total de las 60 mujeres, el 43% son amas de casa
exclusivamente, se dedican al trabajo doméstico de su propio hogar y al
cuidado de sus hijos. El 57% restante desempeñan algún tipo de actividad
económica, en la mayoría de los casos se trata de trabajos principales o
secundarios no formales, con las implicaciones que esto tiene.
El 70% de los hogares en los que viven estas mujeres son unidades
nucleares y el 30% restante son unidades extensas. En cuanto a la etapa del
ciclo doméstico de los hogares, se encontró que el 40 % de ellos se encuentran
en fase de expansión, 27% en fase de consolidación y el 33% restante en fase
de dispersión. Sobre el tipo de jefatura de hogar, en esta muestra se
encontraron 11 hogares de jefatura femenina (equivalente al 18.33%): tres de
mujeres separadas, seis de mujeres viudas y dos de madres solteras. Al
abordar la jefatura femenina económica (mujeres que viven con su pareja y que
son ellas las perceptoras principales o exclusivas) se encontró que 23.33% de
los hogares se encuentran en esta situación. Finalmente el porcentaje de
hogares de jefatura masculina, asciende al 58.33%.
3.2 Características de la red social.
Dado que nuestro interés es conocer primeramente la red social de cada
una de las sesenta mujeres que conforman nuestro estudio, partimos del
concepto de red social propuesto por Sluzki (1996): La red social del individuo
puede ser definida como la suma de todas las relaciones que un sujeto percibe
como significativas o define como diferenciadas de la masa anónima de la
sociedad. Esta red corresponde al nicho interpersonal del individuo y
contribuye substancialmente a su propio reconocimiento como individuo y a su
imagen de sí mismo.
Para este autor, la red social personal puede ser registrada en forma de
un mapa mínimo que integre los cuadrantes o áreas básicas de la vida
relacional de un individuo dado: la familia, las amistades, las relaciones
laborales y escolares, las relaciones comunitarias y de servicio o credo.
En este sentido y tomando en cuenta los hallazgos obtenidos por
Estrada (s/f) sobre el deterioro agudo de las redes horizontales y verticales a
partir de la crisis del 95, pretendemos abordar primordialmente las redes
sociales horizontales de las mujeres, pero también conocer los vínculos
verticales que forman parte del nicho interpersonal de las mujeres; como
porejemplo, las relaciones que establecen con las patronas a través del trabajo
doméstico en diferentes zonas de la ciudad de Guadalajara.
También, es importante explicitar que la manera en que defino y abordo
metodológicamente la red social tiene semejanzas y también diferencias con
las propuestas originales de Lomnitz (1975 y 1994). Ella define a la red social
5
6
como el conjunto de relaciones de intercambio recíproco de bienes y servicios
en un espacio social determinado. Aún cuando aborda la red egocéntrica y
exocéntrica, ésta última adquiere especial relevancia en su estudio.
En mi caso, defino la red social en un sentido más amplio es decir, no
únicamente en cuanto al intercambio de bienes y servicios sino también, en
cuanto a los vínculos emocionales y las transferencias simbólicas; además, la
pregunta con la que indago es lo suficientemente abierta como para que la
entrevistada pueda reportar aquéllos vínculos que son importantes para ella y
que no se encuentran en un espacio físico y social determinado. Por último, yo
trabajo principalmente con las redes egocéntricas; es decir, con los vínculos
que establece cada mujer con los otros, tomando a ego como punto de
referencia.
3.2.1 Tamaño (número de personas que integran la red) y distribución de
la red social.
Iniciaré entonces con las características de la red social en cuanto a
tamaño y distribución por cuadrantes. En el cuadro No. 1, muestro el total de
vínculos reportados por las sesenta mujeres en cada uno de los cuadrantes y,
en la segunda columna, el promedio de vínculos del total de las mujeres en
cada uno de los cuadrantes. Posteriormente en la gráfica No. 1, muestro la
misma información a través de porcentajes por cuadrantes.
Cuadro No. 1. Número de vínculos por cuadrante y promedio por mujer
Cuadrante
No. de vínculos
Casa
Parientes
Trabajo/Escuela
Iglesia/acts. Recreativas
Vecinos
Servicios formales
Otros
225
309
92
54
93
44
28
Promedio de vínculos
por mujer
3.7
5.1
1.5
0.9
1.5
0.73
0.46
Gráfica no. 1
Distribución (cuadrantes) de la red social
de la mujer
Vecinos
11%
Servicios
formales
5%
Personas de
la misma
casa
27%
Otros
3%
Iglesia
act.rec.
6%
Trab/escuela
11%
Familia
37%
Con la idea de profundizar en los datos, menciono a continuación el tipo
de relaciones que se incluyen en cada cuadrante así como las frecuencias
6
7
obtenidas y si se trata de relaciones con hombres o con mujeres. Esto último
me permitirá ir analizando también desde una perspectiva de género las
características de la red social de las mujeres.
En el cuadrante casa las relaciones incluidas y sus frecuencias fueron:
hijas (74), hijos (68), pareja (48), nieto (8), nieta (5), madre (5), nuera (3),
padre (1), hermano (2), cuñado (1), suegra (1) mascotas (3), familia política
lejana (3).
En el cuadrante de parientes, las relaciones incluidas y sus frecuencias
fueron: hermana (94), hermano (77), madre (30), hija (25), padre (19), hijo
(16), cuñado (7), cuñada (6), suegra (6), tía (5), nieta (4), nieto (4), sobrina (3),
suegro (3), sobrino (3), nuera (2), tío (2), padrastro (1), primo (1), prima (1),
En el cuadrante que incluye trabajo y/o escuela, las relaciones incluidas
y sus frecuencias fueron: amiga (23), compañera (24), patrona (15), maestra
(10), patrón (8), amigo (4), compañero (3), trabajadora social (2), cliente (1),
amigo (1), maestro (1).
En el cuadrante que incluye Iglesia y actividades recreativas, las
relaciones y frecuencias son las siguientes: sacerdote (14), compañera
cristiana (10), amiga (7), compañera Banca Promex (5), compañero cristiano
(5), suegra (2), amigo (2), compadre (2), maestra de hijo (2), concuña (1),
cuñado (1), Doctora (1), maestro pláticas bíblicas (1), profesor (1).
En el cuadrante que incluye vecinos, los datos son los siguientes:
vecina (66), amiga-vecina (10), vecino (7), comadre (2), vecina-comerciante (2),
vecina-costurera(2), vecino comerciante (2), vecino que presta dinero (1),
vecina que regala ropa (1).
En la categoría servicios formales, los resultados son los siguientes:
maestra (12), trabajadora social de Banca Promex (10), Doctor (8), Doctora
(4), maestra de Banca promex (4), Gobierno (2), Secretaría de Salud (1),
Director de la Escuela de los hijos (1), enfermera (2).
¿Qué nos dicen los datos? En primer lugar, es evidente que la red social
de las mujeres entrevistadas esta concentrada principalmente en el ámbito del
hogar y de las relaciones de parentesco. En promedio la red social de las
mujeres está conformada por 14.08 vínculos, de ellos casi 9 vínculos
pertenecen al ámbito familiar. Es decir, el 64% de los vínculos que las mujeres
consideran importantes en su vida cotidiana se encuentran ubicados en las
relaciones por parentesco. Esta concentración de la red social en únicamente
dos cuadrantes, puede ser leída en términos de Sluzki (1996) como redes muy
localizadas y que pueden presentar menor flexibilidad y ser menos efectivas ya
que generan menos opciones que las redes de distribución más amplia. Desde
mi punto de vista, es necesario ir aún más dentro de las características de la
red para dar una apreciación que tome en cuenta elementos tales como el tipo
de relaciones de parentesco.
En el caso del cuadrante “casa” me parece sumamente interesante que
las mujeres atribuyen el vínculo más importante a las hijas y posteriormente a
los hijos. El tercer lugar lo ocupa la pareja, aún cuando este último dato debe
ser matizado por
los casos de mujeres que no cuentan con pareja
actualmente; de cualquier manera el vínculo con las hijas y los hijos viene a
reconfirmar el papel central que ellos juegan en la vida de las mujeres.
En el cuadrante sobre “parientes”, las relaciones más importantes son
con aquéllas personas que pertenecen a la misma generación que las mujeres
7
8
entrevistadas, es decir las hermanas y, en segundo lugar, los hermanos. La
madre y las hijas (que viven fuera del hogar de las entrevistadas), son vínculos
también importantes. Nótese también como el padre y los hijos varones
empiezan a jugar una posición más periférica en la red social de las mujeres.
Además, me parece sumamente importante ir señalando las diferencias en
cuanto a género; los datos nos refieren claramente una red familiar altamente
femenina.
Es también interesante el porcentaje de vínculos que existen en el
cuadrante “vecinos”, estamos hablando de las personas que viven en la misma
Colonia y que no son parientes (de éstos últimos algunos viven también en la
misma colonia). El porcentaje total de vecinos asciende al 11% de la red social
total de las mujeres, es decir, en promedio 1.5 vínculos con vecinos por mujer.
Este dato es importante, nos habla por un lado sobre la prevalencia de las
relaciones de parentesco en la red social de las mujeres y de un índice bajo en
cuanto a relaciones con personas de la misma colonia con las cuales no les
unen lazos de parentesco.
Desde el punto de vista de Bazán (1998) y Estrada (s/f), las
posibilidades de ayuda mutua y de reciprocidad se han deteriorado
significativamente en los últimos años, debido principalmente a la crisis
económica en la que se encuentran muchos hogares donde no es posible
seguir manteniendo las estrategias de subsistencia que implicaban relaciones
recíprocas más allá de los límites del hogar. La familia extendida ha cedido su
espacio a la familia nuclear y esta se ha volcado hacia su interior en búsqueda
de los recursos necesarios para sobrevivir ante la precariedad económica.
González de la Rocha (1999ª ) cuestiona certeramente las posibilidades reales
que tienen los hogares pobres urbanos en la actualidad para alimentar y
mantener las relaciones de ayuda mutua y de reciprocidad que en otros
momentos fueron estrategias para sobrevivir. Con estos primeros datos que
muestro sobre la composición de la red social en las mujeres entrevistadas,
podemos observar que la proximidad física no implica actualmente
posibilidades de un vínculo significativo en la vida cotidiana de las mujeres. Las
redes vecinales son incipientes y no parecen jugar un papel determinante en la
vida de estas mujeres.
La situación de los pobres urbanos en la actualidad dista enormemente
de lo que Lomnitz (1974) encontró en la década de los setenta en “Cerrada del
Condor”. Esas redes sociales nutridas de relaciones de parentesco, de
afiliaciones por compadrazgo y por cuatismo, que representaban el colchón
social para quienes migraban a la ciudad de México, han quedado
desmembradas en la actualidad y expuestas a una serie de factores tanto de
carácter económico como social que amenazan con fragmentarlas aún más. Un
ejemplo es el caso de los compadres y las comadres, relación estudiada por
Lomnitz (1975 y 1994) y que según encontró, es utilizada como mecanismo
para reforzar los vínculos con el otro, una especie de “parentesco ficticio”. En el
caso de la Col. “Las Flores” solo existen en el total de vínculos reportados por
las mujeres (845), dos personas que son reportadas como comadres y dos
personas reportadas como compadres.
El papel que juega el salario en el mantenimiento y fortalecimiento de las
redes de intercambio recíproco es fundamental, González de la Rocha (1999ª y
b) ha mostrado clara evidencia sobre ello. Los ingresos promedio de los
hogares en la Colonia que hemos estudiado están por debajo de la línea de
8
9
pobreza, en estas condiciones las posibilidades de ayuda mutua se ven
seriamente amenazadas.
Considero además que así como el salario tiene un impacto importante
en las relaciones de reciprocidad, existe otro factor que me parece sumamente
relevante y que no he encontrado de manera explícita y central en los trabajos
revisados, se trata del fenómeno de la inseguridad que se vive actualmente en
estos asentamientos urbanos.
A partir del trabajo etnográfico que he realizado en la colonia, considero
que el bajo porcentaje en las redes vecinales tiene que ver claramente con los
problemas de delincuencia y violencia en general que se viven cotidianamente
en este lugar, así como en muchos otros. Todos sabemos que un elemento
sustantivo en la creación y fortalecimiento de las redes sociales es la confianza
(Lomnitz, 1975), sin ella hay pocas posibilidades para la construcción de un
tejido social. Actualmente, las familias pobres urbanas, prefieren invertir en
levantar una barda y una puerta que proteja de los otros, aún cuando detrás de
esa puerta se tenga un solo cuarto y muchas carencias. Las mujeres están
atemorizadas por los problemas de drogadicción, alcoholismo y delincuencia
que existen al interior de la Colonia. Una de sus preocupaciones fundamentales
es el ambiente de inseguridad en el que viven sus familias, el problema de las
adicciones en los jóvenes ha traspasado en muchos casos sus propios hogares
o bien, los hogares de los vecinos. El clima de desconfianza y de temor tiene
un efecto importante en la conducta de retraimiento y aislamiento social que
están viviendo actualmente muchos hogares mexicanos, especialmente
aquéllos que viven en pobreza extrema y que no cuentan por ello con recursos
que otras familias más acomodadas han desarrollado para hacer frente a esta
situación. A continuación muestro una cita de mi diario de campo que permite
conocer un poco más sobre esta situación de inseguridad que se vive en la
Colonia.
…otro dato interesante es que al patio del templo le pusieron un enrejado
que lo rodea completamente, además el cancel estaba cerrado con
candado. Algunas señoras que andaban por el Templo me comentaron
que en cosa de semanas han asaltado la casa del Padre (vive junto al
Templo) en dos ocasiones, además de que le robaron su carro y su
teléfono celular. Ellas consideran que tiene que ver lo del enrejado con la
necesidad de protección que impera por toda la Colonia debido al alto
índice de delincuencia.3 Me llama la atención que un lugar que
culturalmente es considerado como "un espacio sagrado" y de respeto, al
igual que la figura que representa el sacerdote... por una u otra razón en
esta Colonia se han rebasado esos límites o barreras simbólicas; muchas
de las pandillas se juntan por la tarde y hasta muy noche alrededor del
templo. Las mujeres hablan de que las pandillas ponen el radio a todo
volumen y el padre permanece encerrado y sin poder dormir hasta altas
horas de la noche. Todo esto refleja un problema social que va más allá
de un simple "vandalismo", tiene que ver con las pocas opciones que
actualmente tienen los jóvenes pobres y excluidos de nuestra ciudad y de
nuestra sociedad. La mayoría de ellos sin empleo, sin oportunidad de
estar en la escuela, con la presión de la familia para que aporten ingresos
a la misma y con problemas de consumo de drogas y alcohol. (Diario de
Campo, 11 de Oct. 99).
3
Lo que aparece en letras cursivas, son comentarios míos sobre lo observado en campo.
9
10
De igual manera, Verónica, una mujer joven, casada y madre de tres
niñas pequeñas, comenta que ella no conoce a la gente de la Colonia (tiene 4
años viviendo en ella), que ella tiene mucho trabajo en el hogar como "para
andar comadreando" como lo hacen otras mujeres de la Colonia. Además,
comenta: "...muchas mujeres dejan solos a sus hijos en su casa o los mandan
solos a la tienda, a la escuela... no saben dónde andan sus hijos, muchos
chiquitos ahí nomás en la calle. Yo no soy así, ni a mi hija grande (de 7 años) la
dejo andar sola por la Colonia, a todos lados tiene uno que acompañarlas, está
refeo por aquí..." (Diario de Campo, 5 de Nov. de 99)
El panorama social que presenta la Colonia "Las Flores" tiene
similitudes con lo que Salazar (1996) encontró recientemente en sectores
marginados de la ciudad de México. Las mujeres desconfían de su entorno y
prefieren resolver sus problemas cotidianos de manera autónoma y
"autosufciente", estableciendo límites espaciales bien definidos para evitar la
cercanía social. Los lazos entre vecinas son escasos y en muchas ocasiones
de simple cortesía. La siguiente cita de campo expresa el sentir de Verónica al
respecto:
... cuando le pregunto a Vero acerca de qué hacen cuando se ven muy
apretados económicamente, ella me comenta que pues "aguantarse",
que a los vecinos a nadie le piden, que ella solo saluda y ya, que no
conoce a casi nadie de la Colonia y que "ya cuando de a tiro está muy
difícil la situación", pues que le piden prestado a un hermano de su
marido o al papá de Vero (ambos viven fuera de la Colonia). Esta
situación, comenta Vero, no es muy común y prefieren no hacerlo pues ni
Vero, ni su esposo tienen posibilidades de regresar el favor recibido y
comenta: "luego queda uno mal y se vienen los problemas con la propia
familia de uno..." (diario de campo, 5 de Nov. 99).
Quisiera por último, hablar acerca de los datos obtenidos en el cuadrante
referente a vínculos en el trabajo y/o escuela. Este cuadrante obtuvo el 11%
de la red social total de la mujer. Al analizar el tipo de relaciones existentes en
este rubro, encontré que las más importantes son con amigas, compañeras y
patronas. Por un lado y tomando en cuenta el bajo porcentaje obtenido en este
cuadrante, me parece que la red laboral de estas mujeres no representa el
punto de soporte que otros vínculos como los del parentesco parecen jugar.
Recordemos que el tipo de trabajo femenino que desempeñan la mayoría de
las mujeres entrevistadas no genera las condiciones necesarias para alimentar
y fortalecer nuevos vínculos. Varias de ellas son trabajadoras domésticas con
las implicaciones propias de este tipo de actividad como: el aislamiento, la
ausencia de prestaciones, la posible explotación, etc. Sin embargo, me parece
importante rescatar que la relación de amistad parece tener un peso importante
en este cuadrante (es la frecuencia más alta), lo cual nos habla también de las
posibilidades de ampliar la red social cuando se tiene acceso al trabajo, por
precario que este sea o bien, cuando se participa en alguna actividad educativa
informal (cursos que imparten las trabajadoras sociales de Banca Promex en la
Colonia).
10
11
3.3 Características de la red de apoyo emocional
3.3.1 Estructura y distribución
Una vez revisados el total de vínculos que las mujeres consideran
importantes en las diferentes áreas de su vida, tocaré aquéllas relaciones que
las mujeres han señalado como emisoras y receptoras de apoyo emocional.
Me refiero a esos vínculos sociales donde el apoyo moral, el consejo, la
compañía y la convivencia cotidiana juegan un papel fundamental. Son esos
espacios de relación donde es posible compartir, platicar, desahogar y recargar
los ánimos para continuar la jornada.
En un trabajo presentado anteriormente y denominado: “sobre tristezas,
enojos y preocupaciones… : malestar emocional en mujeres pobres urbanas”,
di cuenta de los diferentes sentimientos que las mujeres reportan vivir de
manera cotidiana así como las maneras en las que los significan y enfrentan.
Las mujeres4 nos hablaron sobre sus nervios, sus tristezas, sus enojos, sus
miedos y sus preocupaciones. Las situaciones sociales que ellas consideraron
como especialmente relevantes en su situación de malestar emocional fueron:
los problemas con la pareja (no tener apoyo del esposo, celos, infidelidades,
alcoholismo de la pareja, abandono y maltrato); la falta de recursos económicos
(el no tener dinero, el no contar con un trabajo, el no poder enfrentar
adecuadamente las enfermedades ni los requerimientos escolares de los hijos
por falta de recursos, entre otros); los problemas con familiares (conflictos con
la familia de origen y la familia política, problemas en la educación de los hijos,
entre otros); la muerte de familiares (en primer lugar, la muerte de los hijos y
posteriormente de los padres, principalmente de la madre); la soledad y la
ausencia de seres queridos ("el quedarse huérfano y que no hay quien vea por
uno y de quedar uno solo en el mundo", "el querer ver a mi mamá y no poder
porque vive en otro lugar", "extraño a mi casa de origen a mi familia", "el
haberme salido tan chica de mi casa y sentirme tan sola", "sentir a mi familia
muy despegada, que no se preocupen por uno", "como yo soy la más pobre,
mis hermanos no me visitan por eso", "que no me visiten mis hermanos, mi
gente"... A partir de este contexto, donde las emociones experimentadas por
las mujeres están encarnadas en situaciones sociales concretas, trataré de
mostrar el papel que juegan las redes sociales, especialmente de apoyo
emocional en la vida y el bienestar de las mujeres entrevistadas.
Un primer dato (ver gráfica no. 2) importante y esperado, es el descenso
de la red cuando abordamos de manera explícita la función moral y emocional
de la misma. Es decir, del 100% de la red social, solo el 26.9% corresponde a
los vínculos que implican apoyo emocional. El promedio de personas por mujer
en cuanto a apoyo emocional es de: 3.8 en comparación con 14.08 vínculos
por mujer en la red social amplia. De las 60 mujeres, hubo tres personas que
mencionaron no contar con nadie para platicar sobre sus sentimientos y sus
preocupaciones. Las personas que conforman la red de apoyo emocional se
muestran en el cuadro No. 2 al igual que su ubicación dentro o fuera de casa
de la entrevistada.
4
Quiero explicitar que se trata del mismo grupo de mujeres (sesenta) con quienes trabajamos la cuestión
del malestar emocional y de las redes sociales y de apoyo emocional.
11
12
Gráfica No. 2 “red social y de apoyo emocional”
Red social y red emocional de la mujer
1000
845
800
600
228
400
200
0
Red Social
Red Emocional
Cuadro No. 2
Red de apoyo emocional
Tipo de relación
Sexo Viven en Casa
Hija
F
22
Hermana
F
--Pareja
M
30
Hijo
M
14
Amiga
F
--Mamá
F
4
Vecina
F
--Papá
M
--Sacerdote
M
--Comadre
F
--Patrona
F
--Nuera
F
2
Compañera
F
--Nieto
M
1
Cuñada
F
--Sobrina
F
--Compadre
M
--Tía
F
1
Enfermera
F
--Maestra
F
--Nieta
F
1
Hermano
M
--Abuela
F
--Doctor
M
--Doctora
F
--Cuñado
M
--Amigo
M
--Sobrino
M
--Suegra
F
--Tío
M
--Total
18F
75
12M
Total
32.89%
12
No viven en casa Total Frec.
16
39
28
29
--26
11
26
22
23
17
21
20
20
5
5
5
5
3
3
3
3
1
3
3
3
1
2
2
2
2
2
2
2
1
2
1
1
1
1
--1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
153
228
67.10%
100.00%
13
Al tomar en cuenta la jerarquización que hacen las mujeres de sus vínculos
en cuanto a apoyo emocional y retomando que de las 60 mujeres, 49 viven
actualmente con su pareja; esta última solo aparece como apoyo emocional en
primer lugar, en 18 casos; en cuatro casos aparece en el segundo lugar de
jerarquía y, de igual manera en el tercer lugar; posteriormente el vínculo:
pareja, desaparece por completo. Estos datos parecen tener una relación
importante sobre lo que Burín (1991) afirma: el matrimonio es factor de
protección para los hombres y factor de riesgo para muchas mujeres. La
cercanía física por sí sola, como bien expresa Lomnitz (1975) no garantiza un
vínculo de apoyo emocional importante, los problemas propios de pareja
parecen jugar un papel clave; el desempleo que viven muchos hombres ha
orillado a un gran número de mujeres a ir en búsqueda de trabajo y esto ha
ocasionado conflictos y violencia en las relaciones de pareja. Eva, una mujer
que ha participado a lo largo de esta investigación, jefa económica y casada
con un hombre que tiene problemas con el alcohol, nos narra lo siguiente:
... cuando me iba yo a trabajar (empleada doméstica)... a veces también
bueno y sano (se refiere al esposo en momentos de no haber ingerido
alcohol) ... decía que yo andaba con los hombres que porque yo llegaba
tarde; y yo le decía: "yo del trabajo a mi casa, si me entretengo es porque a
veces hay mucho quehacer, me pongo a lavar y a planchar y a hacer toda la
casa de la patrona", el me decía: "no pero que esto y el otro... si te quieres ir,
vete, está la puerta libre..." (entrevista en profundidad, Junio de 1999) .
La situación social señalada por Eva y los problemas de alcohol y de
desempleo experimentados por el marido, generaron situaciones de
violencia física y emocional contra Eva que, aunque ya se habían
presentado antes, durante esta época se exacerbaron considerablemente.
Además, Eva nos deja ver a través de su relato la ausencia de vínculos
emocionales que le permitieran sobrellevar estas experiencias de una
manera diferente:
... sí, él me pegaba y yo no podía hacer nada porque yo me sentía sola
en el mundo, no sentía con quien apoyarme, que me apoyara pues,
porque yo era persona que tenía menos experiencia, yo pensaba que si
me iba de la casa (abandonar al esposo), nadie me iba a ayudar y pues
no sentía a alguien que me dijera: "oye, pos qué te pasa, en qué te
ayudo?"... cuando menos platicar con alguien, yo no tenía amigas, yo no
tenía con quien desahogarme, nomás yo me estaba enfermando, había
días que perdía hasta el sueño, hasta el hambre, hasta para caminar no
tenía juerzas, sentía como un deshuese del cuerpo (...) se va enfermando
uno y no siente uno como desahogarse, no puede uno defenderse (ante
los golpes del marido), porque es uno muy miedoso, como un animalito
que le pegan y le vuelven a pegar y tiene que obedecer uno, uno tiene
que sentir miedo porque siente uno que le duelen los golpes a uno.
(entrevista en profundidad, Junio de 1999).
Una siguiente mirada al cuadro no.2 nos permite conocer quiénes
permanecen presentes como apoyos emocionales en la vida de las mujeres;
destacan rápidamente las hijas y las hermanas. En un cuarto lugar aparecen
también los hijos varones. Nuevamente, al igual que en la red social amplia, la
13
14
red emocional, se presenta fuertemente femenina y orientada sobre todo a
lazos estrechos y directos de parentesco.
Retomando el caso de Eva, me parece sumamente interesante la forma en
que ella enfatiza el tipo de apoyo emocional que recibió y sigue recibiendo de
sus hijas e hijos ante los problemas con el marido. Además, podemos ver la
forma en que ella aconseja y conforta a sus hijas ante los problemas de pareja
que ellas viven en el presente. Actualmente, los hijos de Eva han formado sus
propias familias, sin embargo, todos viven físicamente cerca de la vivienda que
ocupan Eva y su marido. Como veremos a continuación, el apoyo emocional
funciona también desde un consenso de lo que socioculturalmente se espera
de la gente en un contexto específico. Las redes sociales operan a través de
sanciones no formales que permiten reestablecer el equilibrio perdido (Lomnitz,
1975) y, de regulación o control social ( Sluzki, 1996).
Eva: ... no pos ellos (los hijos), ellos nunca me dijeron: "mamá déjelo (al
esposo)", no , hasta eso, ellos me decían: "mamá vámonos a pasear por ahí,
vamos a pasearnos en lo que se le pasa la borrachera". Yo les decía: "hijos
yo ya voy a largar a su papá" y ellos me decían: "no mamá, no lo largues,
aguántalo mamá, que al cabo ya está viejo mi papá, tú también ya estás
mayor y qué vas a hacer, aguántalo y verás que ya va a cambiar, porque si tú
lo dejas mamá, tú te vas a trabajar (de empleada doméstica), tú no vienes a
verlo, tú no lo ves y él va a agarrar la borrachera de diario, de diario, de
diario... y se va a morir, y tú vas a llevar esa consciencia, tú misma te vas a
arrepentir por haberlo abandonado, mamá... hasta que Dios diga que estén
juntos los dos; no lo dejes porque va a andar todo borracho y enfermo, todo
distraído, todo mugroso, sin comer y sin dormir, de todos modos mamá...
nunca se va a largar para toda la vida".
Entrevistadora: entonces usted siempre les hizo caso a sus hijos?
Eva: Sí, yo les hice caso… bendito sea Dios, y ahora yo les digo a mis hijas...
porque mis hijas nunca han largado a sus maridos, les digo: "miren hijas,
ustedes y sus hermanos así como me aconsejaban, así ustedes llévensela
bien con sus maridos... ¿yo cuándo largué a su papá?... porque yo si me
daban ganas de largarlo y él se iba a morir y a enfermar y yo iba a llevar eso
en la consciencia, y ustedes iban a decir, si se moría, que era mi culpa por
haberlo largado, otra cosa hubiera sido si se lo hubiera llevado Dios, ven
hijas?" y , deveras que nunca lo largué, ni una vez, ni de jugarrera...
El relato de Eva nos permite también observar la forma en que se
transmiten generacionalmente las pautas de comportamiento femenino en un
contexto de pobreza. Quiero remarcar ahora, la situación de la pareja de Eva y
el discurso que arman Eva y los hijos de ella, con respecto a él. Se trata de un
hombre, desde el punto de vista de la familia, que quedaría completamente
desamparado si Eva decide abandonarlo. Para Eva y sus hijos, no parecen
existir apoyos sociales que permitan mantener con vida al señor más allá de las
fronteras familiares. Los servicios formales y no formales dentro o fuera de la
Colonia en ayuda a personas alcoholizadas permanecen ausentes. Las
posibilidades de apoyo por parte de los vecinos tampoco parecen jugar un
papel importante en el relato de Eva. Todo esto, me hace recordar lo que
Castel (en Dabas, 1993) denomina como zona de desafiliación; es decir,
vínculos sociales desdibujados y situaciones de exclusión social sin retorno.
14
15
Para el esposo de Eva, ser "largado de casa", no solo significa perder los
vínculos familiares sino, caer en un vacío social sin retorno donde lo único
predecible, es la muerte. Retomo también las ideas de Bazán (1998) en cuanto
al proceso de nuclearización y descomposición familiar, cuando habla de la
supuesta inagotable elasticidad de los vínculos familiares que permiten hacer
frente a situaciones adversas de todo tipo y mantenerse como la única célula
social que no perece...
Volviendo al cuadro No. 2, podemos observar que las siguientes
relaciones que obtienen frecuencias altas son las de: madre, vecina y amiga.
Me parece importante recuperar este punto, los vínculos son nuevamente con
mujeres y en dos de ellos: la vecina y la amiga; el lazo de parentesco no está
presente. Esta información nos habla de que aún cuando no son los vínculos
de mayor frecuencia ni con mayor jerarquía, sí están presentes para un grupo
importante de las mujeres entrevistadas. Más adelante iremos conociendo con
mayor especificidad las características funcionales y los atributos del vínculo de
la red emocional de las mujeres.
3.3.2 Comparando la red de apoyo emocional con la red de apoyo
económico…
Quisiera comparar ahora los datos obtenidos en el cuadro no.2
(composición de la red emocional) con los resultados obtenidos ante la
pregunta: "Mencione por orden jerárquico, quiénes son las personas a las que
usted puede acudir en caso de necesidad económica? (Ver cuadro no. 3). . En
primer lugar, sabemos que del 100% de la red social, solo el 26.9%
corresponde a los vínculos que implican apoyo emocional y, cuando se trata de
apoyo económico, la red se contrae a un 18.09 %. El promedio de personas
por mujer en cuanto a apoyo emocional es de: 3.8 en comparación con 14.08
vínculos por mujer en la red social amplia. En el caso de apoyo económico el
promedio de vínculos por mujer desciende a: 2.2. Además de las 60 mujeres,
hubo cinco de ellas que mencionaron no contar con nadie en caso de
necesidad económica.
Cuadro No. 3. Red de apoyo ante necesidad económica.
Nota: 5 mujeres comentaron no recibir ayuda de nadie.
Tipo de Relación.
Hermana
Amiga
Hermano
Mamá
Vecina
Hijo
Papá
Pareja
Hija
Cuñada
Comadre
Tío
Suegra
Cuñado
Conocido
que
presta $
Patrona
Sexo
F
F
M
F
F
M
M
M
F
F
F
M
F
M
M
Vive en casa
------2
--4
--6
3
-------------
Vive fuera de casa
17
13
11
11
11
10
9
2
5
7
6
4
3
2
2
F
---
2
15
16
Tipo de Relación.
Expatrona
Sacerdote
Compadre
Suegro
Amigo
Totales
Sexo
F
M
M
M
M
Fem
10
Masc. 11
Vive en casa
----------15 apoyos de
casa
Vive fuera de casa
1
1
1
1
1
121 apoyos de
fuera de casaTotal: 136 vínculos
Prom. 2.2 vínculos
por mujer.
Hay varios puntos que me parecen relevantes en cuanto al
comportamiento de la red social de las mujeres, de acuerdo al tipo de pregunta
con la cual la abordamos. En el caso de la red de apoyo emocional (cuadro
no.2), que sabemos está compuesta en promedio por cuatro vínculos, los que
concentran las mayores frecuencias son: la hija, la hermana, la pareja y el
hijo. Por otro lado, ante la pregunta sobre a quién pueden acudir en busca de
ayuda ante necesidad económica, y tomando en cuenta que el promedio de
vínculos es dos por mujer, los datos nos hablan de que se trata principalmente
de la hermana y la amiga; posteriormente seguirían el hermano y la mamá.
Los datos nos indican que la red de apoyo emocional está orientada
principalmente hacia la familia nuclear y, en el caso de los apoyos económicos,
se trata sobre todo de la familia de origen de la entrevistada. Me parece muy
interesante que tanto en el apoyo emocional como en el económico la hermana
aparece como uno de los principales vínculos.
Lara (1996) y Salgado (1992) han realizado diversos estudios
epidemiológicos en materia de salud mental en nuestro país, en ellos indican
que son los familiares con quienes las mujeres acuden cuando experimentan
malestar emocional. En este trabajo, podemos observar que en mujeres
pobres urbanas esos apoyos emocionales están concentrados en los propios
miembros de la familia nuclear. Bazán (1998) menciona acerca de las
tendencias actuales de las familias urbanas empobrecidas, a volcarse
forzadamente hacia su interior en búsqueda de soluciones que les permitan
sobrevivir. A partir de la evidencia, considero que estas mujeres cuentan con
vínculos escasos en situaciones de necesidad económica, recordemos que se
trata en promedio de dos vínculos. Sin embargo, me parece relevante el dato
de que son principalmente miembros de la familia de origen de la entrevistada
los que en algún momento son percibidos como posibles ayudas ante la
necesidad económica. Además, al mirar el cuadro no. 3 en comparación con el
cuadro no.2, podemos observar que en cuanto a apoyo económico, la
distribución de los vínculos por sexo es mucho más homogénea. Este dato nos
confirma también algunos consensos socioculturales que conceden a la mujer
un papel importante en el campo de las emociones y al hombre, un rol
primordial como proveedor. Un ejemplo ilustrativo es el caso de los hermanos
varones, mientras que en la red de apoyo emocional su presencia es mínima,
en la red de apoyo económico aparecen en tercer lugar, antes de la madre y de
las vecinas. Todo esto me lleva a pensar que aún en contextos de pobreza
extrema, donde las posibilidades de intercambio y ayuda mutua son
extremadamente restringidas, las relaciones de parentesco, sobre todo las más
directas, parecen tener actualmente un papel crucial para que la gente logre
16
17
sobrevivir. No se trata ya de redes de parentesco sumamente ricas y nutridas
como las que encontró Lomnitz (1975) en Cerrada del Cóndor, sino de los
vínculos de parentesco más estrechos que milagrosamente han logrado
perdurar y que permiten mantener la esperanza de la ayuda y del apoyo en
muchas madres mexicanas, en situaciones de carencia cotidiana.
Quiero compartir con el lector algunos casos que considero elocuentes
acerca de las características del apoyo económico que existe en la Colonia
“Las Flores”: En primer lugar, quiero mostrar el caso de Doña Chayito y su
marido Don Severino.
Saludé a Doña Chayito con mucho gusto, ella es una mujer ya
mayor, alrededor de 70 años. Es de estatura baja, de piel morena, se
arregla el pelo con un pequeño chongo, tiene un rostro muy dulce y unos
ojos negros y brillantes. Sus piernas casi siempre están hinchadas y ella
se queja mucho de las dolencias que tiene en estas extremidades. Ella ha
participado durante las diferentes fases de la investigación. Comenté a
Chayito que la fui a buscar y no la encontré. Chayito me contó acerca de
su peregrinar...
"No seño... ya tengo tiempo que no vivo en ese cuarto, mi señor y
yo nos pusimos muy enfermos, de a tiro no podíamos ni salir, ni caminar,
ahí solos y sin podernos mover... hasta que un hijo vino por nosotros
(después de tres semanas) y ya nos trajo a un cuarto que está más
cerca de aquí del movimiento (más cerca del templo y del mercado). Yo
he estado muy enferma, con muchas dolencias en mis piernas, mire
nomás cómo se me pusieron (me muestra sus piernas que lucen muy
hinchadas y la piel agrietada) y pos ahí la estamos pasando ahora en ese
cuarto, días comemos y días no, ahí cuando nos trae mi hijo algo de
dinero o cuando consigo alguna cosa pos ya comemos algo mi señor y
yo. Y luego la Vero del Promex (se refiere a las trabajadoras sociales de
Banca Promex) pues me quitaron la despensa (cada mes Banca Promex
da una despensa a las familias necesitadas de la Colonia; a cambio, las
mujeres tienen que asistir a algún curso de los que ofrece el Voluntariado:
corte y confección, hoja de maíz, etc.) que porque no fui a los cursos,
pero pos cómo voy a ir si andaba tan enferma que ni caminar podía y pos
bajar hasta el templo, no podía..." (Diario de campo, 15 de Octubre de
1999)
Doña Chayito siguió narrándome la situación que ha vivido últimamente
y la falta que le hace su despensa, finalmente ella y su señor se alimentaban
de esa despensa y al quedar fuera de la lista, sus posibilidades de sobrevivir se
deterioran enormemente. Aunado a esto, los problemas de salud de Doña
Chayito y su señor son realmente incapacitantes, el simple hecho de caminar
para allegarse de recursos y contactarse con los otros es difícil para ellos.
Desde lo narrado por Chayito, la condición de aislamiento que cotodianamente
viven y que se agudizó últimamente, reitera lo que he encontrado en los datos
de las encuestas y de las entrevistas en profundidad; los ancianos se
encuentran doblemente excluidos y es uno de los grupos (por edad) que viven
situaciones de vulnerabilidad económica y social más graves. Ellos en muchas
ocasiones quedan a merced de la caridad, que en estos tiempos no es mucha y
de las buenas intenciones y el apoyo de los hijos. Hallazgos similares han sido
reportados por Estrada (s/f) en ciudad de México y por Sluzki (1996) en
migrantes ilegales en los Estados Unidos.
17
18
En el caso de Chayito y su pareja, finalmente uno de los hijos (recuerdo
al lector que los hijos varones aparecen como el sexto vínculo más importante
ante necesidad económica) llevó a cabo hechos concretos para amortiguar un
poco la situación de crisis económica y enfermedad que viven sus padres. Sin
embargo, las posibilidades económicas que este hijo tiene, según comenta
Chayito, para alimentarlos y cuidarlos son muy escasas, él cuenta ya con su
propia familia y vive en una situación de pobreza similar a la de muchas
familias de esta Colonia. Con esto quiero decir, que las redes de ayuda, sobre
todo aquéllas que no garantizan la reciprocidad, debido a la situación
incapacitante en que se encuentran Chayito y su marido, no se activan
oportunamente ante la situación de crisis y enfermedad (Sluzki, 1996). Chayito
y su pareja tuvieron que pasar varias semanas antes que uno de sus hijos
hiciera algo al respecto. Además, la permanencia de las funciones de la red, en
este caso, de abastecer a esta pareja anciana de dinero y de víveres, no se da
de manera continua, ni con un patrón en el tiempo ni en la forma, depende en
mucho de las posibilidades sociales (por su propia familia nuclear) y
económicas que el hijo tenga o los vecinos de la Colonia. En términos de
Lomnitz (1975 y 1994) estaríamos hablando de que algunos de los factores
más importantes que regulan la intensidad de un vínculo, en el caso de Chayito
y su pareja están sumamente debilitados: la distancia física que separa a
Chayito de su hijo es determinante, la distancia social ha quedado amenazada
ante las propias demandas que el hijo tiene sobre su nueva familia y; por
último, la distancia económica: Chayito y su pareja no tienen posibilidades de
reciprocar, lo cual convierte este vínculo en una relación asimétrica que pone
en desventaja y en entredicho el bienestar de Chayito y Don Severino.
Por último, las redes sociales verticales (trabajadas por Estrada (s/f), en
este caso sostenidas con Banca Promex por más de 2 años, que
garantizaban una despensa básica al mes, de pronto, justo en el período
agudo, también desaparecen. Nuevamente me queda claro cómo las
condiciones propias de vida, la edad y las limitaciones físicas, que no permiten
cumplir con ciertos requisitos exigidos por el vínculo (en este caso, Banca
Promex), ponen fuera de alcance las posibilidades de bienestar y de simple
sobrevivencia para los más pobres.
El segundo caso que quiero comentar es el de Doña Mary, ella es una
mujer mayor, tiene alrededor de 80 años y ha participado con nosotros a lo
largo de la investigación. Doña Mary es una mujer alegre, platicadora y llena de
historias. Ella vive desde hace mucho tiempo sola (hogar unipersonal) y tiene
un puesto de guaraches en el mercado de la Colonia. Llama la atención su
puesto porque la mayoría de los que existen, son puestos de venta de verdura
y de algunos otros alimentos. De un total de 30 locales, actualmente solo
están ocupados alrededor de nueve, las ventas son muy escasas y la gente
sólo compra los alimentos que resultan más económicos. Doña Mary me ha
comentado que ese local se lo presta un hijo y que los guaraches que "vende"
se los proporciona el hijo; además, la nuera le da mochilas para que venda.
Doña Mary comenta también que el hijo le da un poco de dinero cuando vende
guaraches pero que la nuera no le da nada por lo de las mochilas. En el local
de Doña Mary rara vez se vende algo, en diversas ocasiones que he estado
con ella, no me ha tocado ni una sola venta. Doña Mary expresa lo siguiente:
18
19
"... las ventas andan muy mal, yo de a tiro no vendo nada, nomás cuando
viene mi hijo y me pregunta que si vendí algo, yo le digo: ay sí, sí, pero ni
es cierto... yo sé que este hijo es el único que se mortifica por mí, pero
me da pena decirle que no vendí nada porque luego se pone retriste y no
me gusta verlo triste..."
Doña Mary tiene dos hijas y un hijo vivos, de las dos hijas, una de ellas
vive en la misma colonia pero pocas veces visita a Doña Mary: “esa hija casi
no se "mortifica" por mí”. Su otra hija, comenta Doña Mary: "esa está bien bien
de dinero, pero casi nunca la veo, vive en otro lado de la ciudad y no
acostumbra venir a la Colonia; a veces, será como cada dos o tres meses,
viene y me regala que un reloj... y yo pa qué quiero eso?, a mí que me traiga
comida que eso es lo que necesito...". Finalmente el hijo varón es el que al
parecer está más cercano a la vida y las necesidades de Doña Mary.
La red de relaciones basada en el parentesco parece no operar
adecuadamente en la vida y la lucha por la sobrevivencia cotidiana de Doña
Mary. Sin embargo, en el caso de esta anciana, existen redes vecinales que le
han brindado el soporte necesario para su subsistencia y su bienestar más allá
de las meras condiciones materiales de vida. La pregunta central sería: ¿cuáles
son las estrategias que utiliza Doña Mary para dar mantenimiento a su red
social a diferencia de las estrategias y consecuentes condiciones de vida en
que se encuentra Doña Chayito?
• En primer lugar, el mercado es el escenario social en el cual Doña Mary
entreteje sus relaciones de ayuda mutua y de intercambio recíproco. Doña
Mary “no va al mercado”, ella: “está en el mercado”. Su pequeña silla va de
un puesto a otro conforme va visitando y saludando a sus gentes, de vez
en cuando echa un vistazo hacia su puesto de guaraches y nuevamente
continua su rutina social. El puesto de Doña Mary no representa su medio
de subsistencia, simboliza más bien un puente importante a través del cual
da estructura a su rutina diaria y alimenta sus relaciones de apoyo y
reciprocidad con los vecinos. La reciprocidad, elemento indispensable para
el funcionamiento de las redes sociales de ayuda mutua (González de la
Rocha, 1999ª ) está presente en la faena cotidiana de Doña Mary. Además
de platicar con los demás locatarios, Doña Mary se “acomide” y ayuda a
limpiar los puestos, a acomodar la mercancía, etc. A cambio, recibe bienes
en especie que le proporcionan lo necesario para su subsistencia. Su
puesto, es mucho más que un espacio de compra- venta, las funciones
sociales y de interacción cotidiana que desempeña en este escenario social
(el mercado) definen y soportan, en buena medida, la vida de Doña Mary.
• Otro factor importante son los rasgos de personalidad del individuo, que de
acuerdo con Bronfman (1993) influyen significativamente en el grado de
conectividad de la red. En el caso de Doña Mary es muy evidente que uno
de sus recursos más importantes es su habilidad social para establecer
relaciones y mantenerlas, sobre todo con los vecinos de su Colonia.
• Por último, otro elemento importante que nutre la red social de Doña Mary
es que ella es "sobadora": "yo sobo, per no compongo güerita.... componer
es otra cosa (se refiere a poner los huesos en su lugar cuando a alguien se
le salieron de sitio)... eso se lo dejo a los ángeles, yo sobo... y si vieras
cómo me buscan aquí la gente. Mi papá cuando yo era niña me enseñó
esta ciencia y ya tengo mucho, mucho sobando...". Doña Mary, aún cuando
19
20
es más anciana que Chayito cuenta con habilidades como "el sobar" que
tienen fuerte demanda en la Colonia y que le permiten en un acto de
reciprocidad, regresar los favores recibidos y mantener las posibilidades de
intercambio.
3.3.3 Densidad de la red de apoyo emocional
La densidad de la red de acuerdo a Sluzki (1996) se refiere a las
conexiones entre los miembros independientemente de ego (de la señora
entrevistada). Bott (1980) se refiere a esta característica de las redes sociales,
denominándola: conectividad y la define como la medida en que las personas
conocidas por un individuo o una familia, se tratan y reúnen entre sí de manera
independiente del individuo o de la familia.
Para evaluar esta variable en el estudio realizado, se utilizó una matriz y
una serie de preguntas al respecto. Los resultados se muestran en el cuadro
no. 4:
Cuadro No. 4 Densidad de la red de apoyo emocional.
no. de casos
no. de personas que
Densidad
de un total
conforman la red
de 60.
emocional.
51
promedio de
personas por
mujer (60 muj).
Extraños
14
0.85
Cercanía emocional
38
177
2.9
Cercanía física
34
141
2.3
Además de conocer si los miembros que componen la red emocional de
las mujeres son extraños o conocidos entre sí, buscamos también analizar si
existe cercanía emocional y cercanía física (sin ser categorías excluyentes)
entre ellos. Los datos nos muestran que el nivel de conectividad de la red
emocional es alto: el promedio de personas “extrañas” entre sí por mujer es de:
0.85; mientras que el promedio de personas cercanas emocionalmente entre sí
por mujer es de: 2.9 y por último, el promedio en cuanto a cercanía física es de
2.3. Los datos nos muestran que existe un índice alto de conectividad en los
vínculos que unen a las diferentes personas que forman parte de la red
emocional de las mujeres (Bott1980) .
En términos de Turner (1980) estaríamos hablando de redes de tejido
cerrado. El autor considera que los miembros que componen una red participan
en procesos de intercambio recíproco tanto en el campo de lo material como de
lo emocional. En las redes de tejido cerrado o de conectividad alta, los
individuos están más expuestos y sensibles a la opinión y comportamiento de
los otros debido a que la mayoría se conocen entre sí y además comparten los
mismos valores. Esto da lugar a que puedan aplicarse entre los diferentes
miembros de la red sanciones informales importantes. Para Sluzki (1996) una
red con densidad alta puede promover la conformidad entre los miembros ya
que ejerce presión para que los individuos se adapten a las normas y pautas
sociales. Además, puede promover la exclusión del individuo cuando se violan
las reglas prescritas.
20
21
Es importante recordar que la densidad o conectividad alta que presenta
la red de apoyo emocional de las mujeres entrevistadas, tiene mucho que ver
con que se trata principalmente de vínculos por parentesco. Esto, como
mencionan diversos autores, puede ser un “arma de doble filo”; por un lado,
puede permitir la ayuda oportuna y efectiva en momentos de crisis, por ejemplo
la enfermedad de los hijos, pero por otro lado, puede restringir las posibilidades
de soluciones creativas que rompan o amenacen los valores y normas de la
familia. Un caso interesante sobre ello, lo comenté anteriormente, se trata de
“Eva”, quien es aconsejada por sus hijos para que no “largue al marido” aún
cuando éste se encuentra alcoholizado constantemente y la maltrata física y
emocionalmente desde hace muchos años.
3.3.4 Dispersión de la red de apoyo emocional: Distancia geográfica.
Este punto ha sido abordado por autores importantes como: González
de la Rocha (1986, 1994); Bronfman (1993); Lomnitz (1975, 1994); Salazar
(1996); Abello (1997); entre otros. La distancia geográfica es uno de los
elementos principales para que puedan florecer las relaciones de intercambio y
ayuda mutua. En este caso, nos interesa sobre todo conocer el papel que juega
la cercanía o lejanía física en la existencia de las redes de apoyo emocional en
la vida de las mujeres. (Ver Gráfica no. 3)
Distancia Geográfica.
Gld, Zap,
Tlaq.
12%
Jalisco
3%
col. vecinas
24%
fuera Jal.
fuera de Mex.
3%
1%
casa
29%
mi colonia
16%
cuadra
12%
Gráfica no. 3. Distancia Geográfica
Los datos nos muestran que por lo menos un 57% de la red de apoyo
emocional de las mujeres se encuentra: en la misma casa, en la misma cuadra
o bien, en la misma Colonia. Sin embargo, un 43 % de su red emocional se
encuentra fuera de esta Colonia: ya sea en colonias vecinas, en otros
municipios o bien, fuera de la ciudad, del estado de Jalisco o del país (con
porcentajes decrecientes). Si tomamos en cuenta que en promedio las mujeres
cuentan en su red de apoyo emocional con 3.8 vínculos y que los de mayor
frecuencia son: la hija, la hermana, la pareja y el hijo; estamos hablando de que
los vínculos emocionales más cercanos físicamente son con la propia familia y,
en menor medida con la familia de origen. Más adelante veremos qué tan
accesibles son cada uno de estos vínculos ante necesidad de presencia
inmediata.
Por ahora, los datos nos muestran una dispersión geográfica mayor de
la red (en este caso, acentuando su dimensión emocional) a lo encontrado por
21
22
Lomnitz (1975) en Cerrada del Cóndor. No existe un patrón de movilización
urbano en las mujeres entrevistadas y sus familias. Muchas de ellas vienen a
conocerse cuando se establecen en “Las flores”. Además, varias de ellas han
dejado vínculos importantes fuera de la Colonia, fuera del municipio, de la
ciudad y en algunos casos, del estado y del país. Todo esto, torna más difícil y
compleja la creación de redes sociales y más aún, cuando se trata de redes
que impliquen inversión emocional y apoyo moral y por lo tanto, un alto grado
de intimidad.
Eva por ejemplo, ha logrado que cada uno de sus hijos se case y se
quede a vivir en la Colonia, incluso en el mismo lote y en diferentes cuartos.
Aunque la red de apoyo emocional de Eva no es fuerte en cuanto a lazos de
parentesco más allá de su familia actual, sí cuenta con sus hijos e hijas que la
han apoyado cuando el marido enferma y ella ha correspondido también
cuando existen crisis en las familias de sus hijos. Actualmente una de sus hijas
está enferma y Eva se preocupa por el bienestar de esta hija.
En el caso de Doña Mary podemos ver también que la cercanía física de
una de sus hijas, no garantiza un apoyo importante para ella. Sin embargo, las
relaciones vecinales (íntimamente asociadas con la cercanía física), más allá
de las relaciones de parentesco, han jugado un rol importante en la vida social
y emocional de Doña Mary.
3.3.5 Dispersión de la red de apoyo emocional: Grado de accesibilidad a
la red.
Cuando se aborda la red de apoyo emocional, es muy importante
conocer el grado de accesibilidad que tienen las mujeres a su red en momentos
de crisis o de necesidad importante. Con esto, tengo claro que además del
apoyo emocional, muchos de los vínculos existentes pueden auxiliar de
diversas maneras como: información y orientación, bienes en especie,
alojamiento, etc. Sin embargo, al explorar la red emocional ponemos especial
atención en aquéllos vínculos donde hay un grado de intimidad suficiente para
el desahogo, la escuha activa, el consejo, el apoyo moral, el intercambio de
historias en común, etc.
Bronfman (1993) analiza los conceptos: “presencia o ausencia de red”.
Para él, la ausencia de red no se refiere a que la red no exista sino, a que no
está presente en el momento clave en que es requerida. Por su parte,
González de la Rocha (1999ª ) enfatiza acerca del costo en tiempo y
disposición, que implica mantener activa una red social.
Finalmente, en este estudio, entiendo por accesibilidad a la red
emocional, la disposición en tiempo y presencia inmediata de cada uno de los
vínculos que componen la red emocional, ante situaciones de crisis que
experimentan las mujeres entrevistadas y sus familias.
En el caso específico de las mujeres-madres de “Las Flores”, algunas de
las situaciones sociales que les implican mayor angustia y sufrimiento y, por lo
mismo, mayor necesidad de apoyo, consejo y compañía, están relacionadas
con los problemas de salud de los hijos, los conflictos recurrentes con la pareja,
la soledad y la falta de apoyo por la ausencia o lejanía de seres queridos, el
dolor ante la muerte de los hijos y en segundo lugar, de los padres; las
preocupaciones económicas, principalmente de falta de recursos para atender
la alimentación y la salud de los hijos; entre otras. Sobre este contexto general,
22
23
analizaremos el grado de accesibilidad de la red, según la percepción de las
mujeres entrevistadas. (Ver cuadro no. 5)
Cuadro No. 5. Accesibilidad a la red (disposición en tiempo y presencia inmediata).
Relación.
Lugares jerarquizados / frecuencias
Total
1
2
3
4
5
6
7
8 general
Hermana
3 6
Hija
11 8
Esposo
18 5
hijo
3 8
Mamá
5 5
Vecina
4 2
Amiga
3 5
Padre
1
Fam. política
2 1
Hermano
1 1
Comadre
3
Cuñada
2
Sacerdote
1
Fam. cercana 1
Compañera
2
Doctora
1
Nuera
1
Pareja
1
Compadre
1
Doctor
Maestra
Total general 58 46
9
6
1
3
2
4
1
2
1
5
3
2
1
3
3
2
2
2
2
4
1
1
1
1
2
2
1
2
1
1
1
2
1
1
25
11
1
1
1
1
1
36
6
3
1
31
29
27
17
16
15
13
6
6
3
3
3
3
3
2
2
2
2
1
1
1
186
¿Qué nos dicen los datos? En primer lugar, el número total de personas
nombradas ante esta pregunta, fue de 186 vínculos de los 228 que conforman
la red emocional completa. Esto implica que ante la pregunta sobre el grado de
accesibilidad, la red se acota en un 18.5%. Es decir, de los 228 vínculos que
integran el 100% de la red emocional, el 81,5% de los vínculos permanecen
activos ante una situación que requiera tiempo y presencia inmediata. Esto
quiere decir que la red se reduce de cuatro vínculos en promedio por mujer a 3
vínculos en promedio por mujer.
Otro dato interesante, retomando la óptica de género, nos permite ver
que al indagar sobre el grado de accesibilidad de la red ante una necesidad de
ayuda emocional, la red se incrementa significativamente en los vínculos
femeninos (el 74.7% son vínculos femeninos y el 25.2% son vínculos
masculinos) y presenta un decremento en los vínculos masculinos. Es
interesante nuevamente observar cómo las redes se comportan de manera
singular de acuerdo al tipo de necesidad requerida por alguno de los miembros
que la componen. Cuando la necesidad es de carácter económico, la presencia
masculina mostró un ascenso significativo, cuando la necesidad es de carácter
emocional, la presencia femenina es la que prevalece. En este sentido, las
normas y los valores del grupo social en estudio, son determinantes en cuanto
a lo que se espera de los individuos y conforme a las construcciones
socioculturales de la identidad masculina y de la identidad femenina existentes.
23
24
El cuadro no. 5 nos permite ver también la jerarquización de los vínculos.
Los cinco vínculos más importantes son: la hermana, la hija, el esposo, el hijo y
la mamá. Nuevamente podemos ver que las principales expectativas de ayuda
están concentradas en la propia familia (los datos son similares a lo que
encontraron Bazán (1998) y González de la Rocha (1999ª ) al indagar sobre
vínculos que participan en el intercambio recíproco de bienes y servicios). Las
relaciones de parentesco con la familia de origen de la entrevistada o de su
pareja, tienen una influencia menor ante situaciones críticas. La misma
situación se presenta con los vecinos que componen únicamente el 8.0% de la
ayuda ante situaciones críticas.
Otro dato importante es la manera en que las mujeres jerarquizan el
apoyo de las “hermanas”, sabemos que ellas han estado presentes en el primer
o los primeros lugares a lo largo de las diferentes preguntas que hemos hecho
sobre las redes sociales y de apoyo emocional. El cuadro no. 5 nos permite
analizar cómo las hermanas aún cuando obtuvieron la frecuencia más alta, no
son percibidas por las mujeres entrevistadas como los vínculos más accesibles
en tiempo y presencia inmediata. Esto puede estar determinado en muchos
casos, por la distancia física que separa a las mujeres de sus hermanas y
también, por las propias demandas cotidianas que experimentan sus hermanas
al interior de sus hogares y en su entorno social específico.
Me parece importante también la percepción que tienen las mujeres
sobre el apoyo de la pareja ante una situación crítica y de presencia inmediata.
La pareja parece ser uno de los vínculos con mayor disposición y mayor
presencia.
Un ejemplo interesante que nos permite ver cómo se activa la red de
apoyo con la pareja, aún cuando puedan existir problemas diversos con la
misma, es el caso de Angelina. Ella es una mujer joven, madre de una hija
adolescente y de dos hijas pequeñas. Su pareja, Roy, estuvo desempleado o
con empleos temporales durante mucho tiempo y, también ha tenido
problemas con el alcohol y ha presentado conductas violentas hacia Angelina
desde hace varios años…
Hace unos meses la hija adolescente de Angelina y Roy fue atropellada por
un carro cuando salía de la secundaria, estuvo hospitalizada dos semanas y
tuvieron que operarla en dos ocasiones de un pie.
A Angelina, quien tiene problemas del corazón, no le dijeron que su hija
había sido atropellada en el momento del accidente, solo le comentaron su
esposo y su hermana, que Maye (la hija) se había luxado un pie y que la
estaban atendiendo. Finalmente Eva supo sobre el accidente de su hija y
estuvo las dos semanas cuidando de ella en el hospital. La madre de Eva,
que vive en la Col. Polanquito, la ayudó a cuidar de sus hijas pequeñas. El
esposo de Eva también cooperó, dejó de trabajar una semana pues estaba
"mortificado" por el problema de la hija.
Angelina comenta que el accidente de su hija, aunque implicó mucho
desgaste físico y preocupación para toda la familia, finalmente trajo buenas
cosas, dice: "no hay mal que por bien no venga", resulta que su pareja
cambió bastante a raíz de este accidente: "en lo que va del año... sólo ha
tomado tres veces y ahora cuando anda tomado se queda aquí afuerita en el
patio y yo le digo: "vente gordo, vámonos a dormir, ya ponte en paz. Desde
hace varios meses no me ha maltratado y anda muy cambiado". Angelina
comenta también que después del accidente, a las dos semanas, asaltaron a
su pareja para quitarle un radio ahí en la Colonia y que le dieron tres
24
25
"piquetazos" y que eso también lo hizo cambiar. Otro punto importante es
que su pareja entró a trabajar desde Enero pasado en una fábrica como
operador y se ha mantenido ahí: “va un mes de día, un mes de noche y el
otro de comodín”. Además, comenta Angelina: "ahora, en su nuevo trabajo le
depositan en banco y como él no sabe nada de esas cosas, pues ahora yo
soy la que tengo el dinero… voy y saco y yo me encargo de los dineros. Un
día lo llevé al banco, pa no verme egoísta y le dije: “ven gordo yo te enseño
esto de los manejos en banco”, pero él no quiso… ahora yo soy la del dinero.
(Diario de campo, 13 de Octubre de 1999)
•
•
•
El caso de Angelina y Roy nos permite ver varios puntos importantes:
El accidente de Maye, activó rápidamente la red de apoyo de Angelina. La
participación de su pareja fue importante en dos niveles: en primer lugar,
asumió un papel protagónico en la búsqueda de ayuda para atender
adecuadamente a Maye y; en segundo lugar, asumió una función
protectora hacia Angelina debido a su condición delicada de salud.
Podemos ver también claramente la participación de otros dos actores
sociales que funcionaron como apoyos importantes ante esta crisis familiar.
Se trata de la hermana y de la madre de Angelina (ambos actores están
presentes y con frecuencias importantes en el cuadro no.5). Ambas
ofrecieron apoyo a la familia que implicó por un lado, estar al tanto de la
salud de Maye y por otro lado, cuidar que el accidente pudiera repercutir
en la salud de Angelina. La madre, al igual que la pareja, ofrecieron su
ayuda para cuidar de las hijas pequeñas y favorecer así las visitas
hospitalarias de Angelina hacia su hija.
¿Quiénes son los ausentes? Me extraña sobre todo la ausencia de los
vecinos en el relato de Angelina. Ella me comentó posteriormente lo
siguiente:
“… gastamos muchísimo dinero con el accidente de Maye, pues aunque
la atendieron en el Seguro (gracias al trabajo actual de su pareja),
tuvimos que pagar el aparato especial para la pierna de Maye y muchas
idas y venidas en taxi para revisiones médicas, en cada taxi eran 100.00
de ida y 100.00 de regreso…”
Lo que me extraña es sobre todo la ausencia de los vecinos en
apoyos puntuales como porejemplo: un medio de transporte para llevar y
traer a Maye del hospital. Los vecinos cercanos de Angelina (que son
además de los más cercanos al templo de la Colonia), son también algunas
de las muy contadas personas de esta colonia que cuentan con carro. Me
llama la atención también porque Angelina es una mujer sociable que
actualmente participa como maestra en los talleres de hoja de maíz, que el
voluntariado de Banca Promex ha puesto en la colonia.
Finalmente, considero que las redes vecinales, tal como demuestra el
cuadro no.5, no son actualmente los apoyos más importantes en la vida de
muchas familias urbanas en condiciones de pobreza. Posiblemente estos
hallazgos tengan que ver con lo que Bronfman (1993) denomina como: “la
falta de cohesión e identificación en el barrio o la Colonia”, donde
sentimientos como la desconfianza y la hostilidad se conjugan para
obstaculizar un adecuado establecimiento de las redes vecinales. Otra
explicación que proporcionan tanto Bronfman(1993) como Salazar (1996)
es que actualmente en este tipo de asentamientos urbanos, las familias
25
26
desean mantener en privado sus asuntos o como afirman Leñero (1994) y
Bazán (1998): las familias pobres urbanas tienden a nuclearizarse y a
perder sus redes de intercambio y ayuda mutua que tradicionalmente
habían existido con los vecinos y con los parientes de la familia extendida.
• Por último, me parece muy importante entender el comportamiento de
las redes sociales y de apoyo emocional, como procesos dinámicos y
complejos, no estáticos y permanentes. González de la Rocha (1999ª y
b) enfatiza la necesidad de este tipo de lecturas cuando se analizan las
redes sociales y de ayuda mutua. En el caso de Angelina es evidente
que existieron diversos factores que contribuyeron a la participación de
su pareja en el momento crítico: tenía varios meses de haber
disminuido su consumo de alcohol; contaba también desde meses atrás
con un trabajo estable que le permitía nuevamente ser el proveedor
principal en el hogar; contaba con el Seguro Social a través de su
empleo; gracias a los adelantos tecnológicos bancarios, Angelina tenía
ya un mayor control de los ingresos del marido. Todos estos factores
participaron en la activación de un vínculo de la red de Angelina: su
pareja. La complejidad podemos ver, es enorme y sobre todo, es
indispensable entender la dinámica siempre viva y siempre cambiante
de las redes sociales, estamos tratando con tejidos sociales vivos,
dinámicos y creativos que no podemos abarcar de una sola vez, sino,
que necesitamos mirar continuamente y aprehender los nuevos
dinamismos que se van construyendo a la par que la realidad social de
nuestro país va transformándose.
3.3.6 Homogeneidad o Heterogeneidad del vínculo: por sexo, nivel
educativo y edad.
a) Homogeneidad o heterogeneidad del vínculo por sexo.
Como he venido mencionando, la red de apoyo emocional de las
mujeres entrevistadas es principalmente femenina (67% mujeres y 33%
hombres). En términos de promedios: 2.5 vínculos son femeninos y 1.2 son
masculinos. Es innegable el trasfondo sociocultural que está detrás de
esta evidencia, las mujeres se sienten con mayor confianza e identificación
para expresar su malestar y sus preocupaciones con personas del mismo
sexo. González de la Rocha (1986) comenta que las redes sociales
femeninas suelen ser relaciones locales entre vecinos y parientes cercanos
ya que se utilizan en la vida cotidiana y tienen que ver sobre todo con las
tareas reproductivas. De cualquier manera, considero también importante
la repercusión que tiene una red altamente femenina ante situaciones de
crisis familiar o individual; las alternativas de solución y la creatividad
misma estarán dependiendo sobre todo de las mujeres, dejando de lado las
aportaciones y apoyos masculinos.
b) Homogeneidad o Heterogeneidad del vínculo: por nivel de
educación.
Los niveles de educación de la red de apoyo emocional de las
mujeres son los siguientes:
• Primaria: 48%
• Secundaria: 20%
• Ninguna: 12%
26
27
•
•
•
•
Preparatoria: 7%
No sabe: 6%
Universidad: 4%
Carrera comercial: 3%
Uno de los criterios que comenta Lomnitz (1975, 1994) como
importante, para que exista una relación recíproca es la igualdad de
carencias y de condiciones entre los vínculos. Las relaciones asimétricas
no permiten de la misma manera el flujo de bienes, de servicios y de
transferencias simbólicas.
El nivel de educación formal de la red de apoyo emocional de las
mujeres, es sumamente parecido al nivel educativo de las propias mujeres
entrevistadas. Alrededor del 80% se concentran en su mayoría, en estudios
de primaria y en porcentajes menores, en estudios de secundaria o bien,
en no haber estudiado.
Aún cuando los vínculos que tienden a la semejanza parecen jugar un
papel fundamental en el intercambio recíproco de bienes y servicios, en el
caso del apoyo social y emocional; y tomando en cuenta lo propuesto por
Sluzki (1996), considero que las redes sumamente homogéneas restringen
las posibilidades de ayuda; de acceso a nueva información y de nuevas
maneras de percibir y abordar la problemática en cuestión; de cotejamiento
de impresiones; de búsqueda de soluciones; entre otras cosas.
c) Homogeneidad o heterogeneidad del vínculo: por edad.
Al analizar la variable edad, observamos también que las edades
coinciden en su mayoría, de acuerdo a las edades de las mujeres
entrevistadas. En este sentido, la edad de la red emocional sí presenta
heterogeneidad ya que la muestra de mujeres entrevistadas incluye tanto a
mujeres jóvenes como mujeres ancianas.
Las edades que se presentan van desde los dos años (algunas
mujeres que consideran a sus nietos o hijos pequeños como parte de su
red) hasta los 87 años. Las edades con mayor frecuencia se encuentran
entre los rangos de 20 a 30 años y de 31 a 40 años.
3.3.7 Funciones de la Red de apoyo emocional.
Se refiere a las funciones que cumplen cada uno de los miembros
que conforman la red de apoyo emocional de las mujeres entrevistadas.
Diferentes autores, como Bronfman (1993); Lomnitz (1975 y 1994) y
Sluzki (1996), ponen especial atención en aquéllas funciones de la red que
forman parte de sus propios objetos de estudio y preguntas de
investigación. Bronfman y Sluzki abordan principalmente la relación entre la
red social y la salud del individuo, en este sentido, existen ciertas funciones
de la red que son más relevantes que otras. Lomnitz por su parte, trabaja
las redes de intercambio recíproco de bienes y servicios, su foco de
atención está orientado a la función que desempeñan las redes sociales en
la lucha cotidiana por la supervivencia cuando se vive en la ciudad y se es
pobre.
Para propósitos de este estudio, hemos buscado abordar las
funciones de la red social a partir principalmente de su dimensión
emocional. Con ello, sabemos que los vínculos que cada mujer reporta,
estarán desempeñando más de una función a la vez; en este sentido,
27
28
queremos conocer cómo se interconectan y vinculan diferentes funciones
entre los individuos que componen la red. (Ver cuadro no.6 ).
Cuadro No. 6. Funciones de la Red de Apoyo Emocional.
Funciones
Consejos
Apoyo emocional
Compañia
Apoyo material
Apoyo económico
Información
Contacto nuevas personas
indicar formas comptamiento.
Frec.:
Promedio:
175
173
135
131
128
117
81
77
2.9
2.8
2.2
2.1
2.1
1.9
1.3
1.2
% total
17%
17%
13%
13%
13%
11%
8%
8%
Los resultados nos permiten observar que prevalece el apoyo emocional
entre los demás tipos de ayuda: los porcentajes de apoyo emocional, consejos
y compañía ascienden al 47% del total de las funciones de la red. También
están presentes los apoyos materiales y económicos en un 26 %; los
porcentajes disminuyen en funciones tales como: información, indicación de
formas de comportamiento y contacto con nuevas personas.
Estos datos nos permiten reflexionar acerca de la diversidad de
funciones que desempeñan los diferentes miembros de la red. Sin embargo,
también podemos pensar que pueden existir vínculos donde posiblemente el
intercambio recíproco de bienes y servicios no esté presente o sea escaso y;
aún así, existan posibilidades de apoyo emocional, de compañía y de consejos
entre los miembros de la red. En este sentido, considero que las redes
sociales no se nutren exclusivamente del intercambio recíproco de bienes y
servicios, sino también y en buena medida, de intercambios simbólicos que
tienen que ver con la posibilidad de acompañar, escuchar y aconsejar al otro
cuando enfrenta situaciones difíciles en su vida cotidiana.
Una última observación sobre las funciones de la red tiene que ver con
el bajo porcentaje que presenta la función: “contacto con nuevas personas”.
Hemos visto en apartados anteriores que las mujeres entrevistadas presentan
redes sumamente densas, de conectividad alta y de tejido social cerrado. Estas
características de la red afectan la posibilidad de acceder a nuevos vínculos
que permitan abrir las posibilidades de ayuda en diferentes sentidos. Estamos
hablando en términos de Bronfman (1993) de redes con porosidad cerrada que
impiden y restringen el acceso a nuevos miembros que puedan enriquecer,
cuestionar, matizar o bien, complementar los “mapas de realidad” existentes en
la red y las rutas de acción a seguir ante situaciones cotidianas y críticas de la
vida de las mujeres y de sus familias.
a) Temática conversacional.
En el cuestionario que aplicamos se contempla un apartado sobre temas
conversacionales, donde buscamos explorar el tipo de temáticas que las
mujeres abordan con sus vínculos, los asuntos que no se tocan y; por último,
los temas de los cuales nunca hablarían con los miembros de su red. En estos
temas incluimos también los diferentes sentimientos de los cuales las mujeres
28
29
nos han hablado a lo largo de esta investigación y que cada uno de ellos
incluye situaciones sociales y cotidianas concretas. En el cuadro no.7 se
muestran los resultados obtenidos…
Cuadro No. 7. Temática Conversacional.
Temas:
si hablan de:
Probl. económicos
Preocupaciones
Sentimientos
Enojos
Religión
Tristezas
Nervios
Miedos
Probl. de la colonia
Angustias
Vecinos
Violencia familiar
Sexo
80.5%
77.9%
69.6%
67.5%
63.6%
59.7%
57.5%
57.1%
57.1%
54.9%
48.4%
49.3%
33.7%
no hablan de: nunca hablaría de:
19.4%
22 %
30.3%
32.4%
36.3%
40.2%
42.4%
42.8%
42.8%
45 %
51.5%
50.6%
66.2%
2.5
5.1%
5.6%
6.4%
7.3%
6.9
7.3%
8.6%
8.2%
6.4%
12.1%
11.6%
37.6%
Los porcentajes obtenidos nos permiten analizar que existen ciertos
temas que están más presentes en las conversaciones que sostienen las
mujeres con sus vínculos y, otros temas que son abordados escasamente.
Los problemas económicos y las preocupaciones son los temas
fundamentales, sabemos la situación de precariedad económica en que
viven el total de estas mujeres y de sus familias. Las preocupaciones
cotidianas en torno a la alimentación, la salud y el bienestar de los hijos son
ejes rectores en la vida de estas mujeres. Es interesante también observar
que el compartir los sentimientos, es una de las tareas conversacionales
en las redes de las mujeres entrevistadas.
El compartir experiencias
cotidianas y situaciones críticas donde sentimientos como el enojo, la
tristeza, los nervios, el miedo y la angustia; están presentes, permite que
las mujeres construyan significados compartidos y sobre todo, que se
sientan acompañadas e identificadas con las historias de los otros y con las
posibles soluciones y evaluaciones que hacen los demás sobre las
experiencias compartidas.
3.3.8 Atributos del vínculo de la red de apoyo emocional
Los atributos del vínculo se refieren a: las funciones prevalecientes
en la relación; es decir, la multidimensionalidad o versatilidad del vínculo; la
reciprocidad existente; la intensidad o compromiso en el vínculo; la
frecuencia de los contactos y por último, la historia de la relación. A
continuación, abordaré cada uno de estos puntos:
a) Funciones prevalecientes en el vínculo y multidimensionalidad o
versatilidad del mismo.
El punto: funciones prevalecientes, se refiere a las funciones que de
manera relevante connotan la relación. Para conocer esta variable, se le
presentó a la entrevistada una lista de posibles relaciones que puede tener
29
30
con la gente, pidiéndole que mencionara qué tipo de vínculo tiene con cada
una de las personas que conforman su red de apoyo emocional.
La lista de relaciones resultante, esta compuesta por once tipos de
relación; pareja, padres, hermanos, hijos, familiares, compañeros de
trabajo, conocidos, vecinos, amigos, jefes y compadres. Estas relaciones
no son excluyentes unas de otras; una misma persona puede tener la
función de ser la pareja y también el compañero de trabajo, familiar y
amigo; de acuerdo a la percepción de la mujer entrevistada.
En el cuadro no. 8, podemos ver que la cantidad total de relaciones
que se registraron fue de 372 de las sesenta mujeres entrevistadas. Las
frecuencias y los porcentajes nos permiten observar que el tipo de función
prevaleciente es la que implica una relación de amistad; esta relación es
alta debido, en parte, a que es la que se puede conjugar con todas las
demás relaciones. Además se confirman también las funciones de
parentesco a través de los hijos y de los familiares en general.
Cuadro No.8. Funciones prevalecientes
Función
(tipo de relación)
Amigo
Hijos
Familiar
Vecinos
Esposo / pareja
Hermanos
Padre
Compañero de trabajo
Compadre
Conocido
Otra relación
Jefe
Frecuencia
114
62
38
28
28
26
25
14
14
10
7
6
Porcentaje
30%
16%
9%
8%
8%
7%
7%
4%
4%
3%
2%
2%
b) Reciprocidad.
Un elemento clave en la conformación y el mantenimiento de una
red social es la reciprocidad entre los miembros que componen este tejido
social. La reciprocidad determina la simetría o asimetría existente en una
relación. Para conocer esta variable, se le preguntó a la mujer, cómo es el
tipo de ayuda entre ella y las personas de su red emocional, dándole las
opciones siguientes: de ayuda mutua, de mí hacia él o ella y de ella o él
hacia mí. Los resultados se muestran en la gráfica no. 4:
30
31
Gráfica no. 4
Reciprocidad.
de mi hacia
ellos
12%
de ellos
hacia mi
17%
ayuda mutua
71%
Como podemos observar, la reciprocidad está presente en la
mayoría de las relaciones que las mujeres establecen con su red. En los
casos donde las mujeres reportan una relación asimétrica “de ellos hacia
mí”; pudimos corroborar que se trata de mujeres de edad mayor donde las
posibilidades de reciprocar son mucho menores; un ejemplo de ello es el
caso de Doña Chayito y su pareja, que en apartados anteriores expuse.
Cuando la relación asimétrica es “de mi hacia ellos”; se trata principalmente
de el apoyo que brindan las mujeres hacia sus hijos pequeños o hacia
personas ancianas donde las posibilidades de devolver el favor y la ayuda,
son menores.
Diversos autores como Lomnitz (1975, 1994); González de la Rocha
(1986, 1994 y 1999); Bronfman (1993); Bazán (1998); Estrada (s/f); Sluzki
(1996); entre otros, han evidenciado la importancia de la relación recíproca
para que las redes puedan florecer y mantenerse. Los hallazgos que
presento permiten observar que cuando indagamos sobre el nicho de
relaciones que posibilitan el apoyo emocional, la reciprocidad es un
elemento fundamental.
c) Intensidad o compromiso.
Este punto explora el nivel de intimidad que existe con los miembros
de la red. El tener intimidad con otra persona se refiere a sentirse cómodo
y en confianza para compartir experiencias importantes de la vida personal.
Para indagar sobre este punto, se utilizaron las siguientes opciones de
respuesta: muy intenso, intenso, poco intenso y nada intenso. La
importancia de analizar este aspecto del vínculo, tiene que ver con el
interés de conocer las características de la red de apoyo emocional de las
mujeres, donde el grado de intimidad condiciona las posibilidades de
intercambio afectivo y de ayuda mutua. Los resultados se muestran en la
gráfica no. 5:
31
32
Intensidad o compromiso (grado de intimidad)
nada intenso
6%
poco intenso
31%
muy intenso
26%
intenso
37%
Gráfica No. 5
En la gráfica podemos observar que el grado de intimidad en las
relaciones de las mujeres entrevistadas, se comporta de la siguiente
manera: relaciones intensas, relaciones poco intensas, relaciones muy
intensas y por último, relaciones nada intensas. Estos datos nos permiten
observar que se trata principalmente de relaciones que permiten rebasar
las fronteras de la cortesía y avanzar hacia la intimidad. Mucho tiene que
ver que la mayoría de los vínculos descritos por las mujeres son con
personas de su familia actual o bien, de su familia de origen.
Es también importante destacar que la intimidad permite que un
vínculo sea duradero a través del tiempo y en muchas ocasiones, del
espacio físico. Sin embargo, sabemos que existen vínculos
emocionalmente significativos con personas mayores que ellas,
especialmente con sus madres, donde la variable tiempo determinará que
en un futuro no muy lejano, este vínculo se pierda, como muchas de las
mujeres ya lo han experimentado. En este sentido, mi cuestionamiento es:
¿qué posibilidades tienen las mujeres de reforzar la intimidad con otros
vínculos de su red, como por ejemplo las vecinas y las compañeras de
trabajo; que les permita un intercambio emocional significativo cuando los
seres queridos dejan de estar… En trabajos anteriores he hablado acerca
de la soledad y la tristeza que muchas mujeres experimentan por la
ausencia de seres importantes en su vida (sobre todo se refieren a la
familia de origen), sus nexos se han roto por las constantes movilizaciones
del campo a la ciudad y posteriormente en la ciudad misma; además,
muchas de ellas no tienen la posibilidad económica de trasladarse en
transporte urbano para alimentar los vínculos más significativos en la
esfera afectiva y emocional.
d) Frecuencia de contactos.
Este atributo del vínculo tiene que ver con qué tan seguido se ven
las mujeres entrevistadas con los diferentes miembros de su red de apoyo
emocional. Un factor que determina esta variable es: la distancia geográfica
que abordé en apartados anteriores. Los resultados de la frecuencia de
contactos se muestran en la gráfica no.6:
32
33
Gráfica no. 6
Frecuencia de contactos
cada 2 meses
3%
varias / mes
3%
c/ 6 meses
2%
1 vez / año
1%
1 vez/ mes
3%
varias / sem.
12%
entre 2 y 5
años
1%
diario
52%
una vez/sem.
23%
Podemos observar que la frecuencia de contactos tiende a ser alta;
sin embargo, es necesario matizar estos hallazgos con datos anteriores
que muestran que las redes de apoyo emocional de las mujeres están
sumamente concentradas en el cuadrante “miembros que residen en la
misma casa” y, posteriormente parientes cercanos. De cualquier manera,
estamos hablando de la presencia de intercambios cotidianos donde el
apoyo emocional está presente.
e) Historia de la relación.
Este atributo del vínculo tiene que ver con el tiempo que llevan las
mujeres entrevistadas, de conocerse con cada uno de los miembros de la
red. Los resultados muestran que la mayoría de los vínculos son “de toda la
vida”; nuevamente podemos observar que las relaciones de parentesco
son las determinantes en estos datos. También podemos deducir que para
que un vínculo sea significativo en la vida emocional de las mujeres, el
factor tiempo es determinante; las relaciones que implican en promedio tres
años o más, son aquéllas en las cuales las mujeres abren sus puertas y
permiten la entrada hacia el mundo de sus emociones y experiencias
significativas.
Historia de la relación
menos de 6
meses
1%
menos de un
año
1%
de 1 a 3
años
18%
mas de 5
años
27%
toda la vida
53%
Gráfica no. 7
33
34
Comentarios Finales
• Las redes sociales en condiciones de pobreza urbana, presentan
actualmente comportamientos diferentes a décadas anteriores. La
participación de las redes vecinales es significativamente menor. Las redes
se concentran en las unidades nucleares y en menor medida en los
parientes cercanos.
• La diversidad de orígenes de las personas de la Colonia estudiada, es un
factor determinante en la construcción de redes sociales y de apoyo
emocional; aún cuando algunas parejas son originarias de la ciudad de
Guadalajara, no existe un patrón definido de movilización en la ciudad. En
este sentido, la gran mayoría de las familias vienen de diferentes
municipios, colonias, etc; y pocas de ellas entretejieron sus vínculos
anteriormente. Además, hay un porcentaje muy alto de mujeres-madres que
son originarias de diferentes estados de la República y tampoco existe un
patrón en cuanto a la migración interna: existe una gran diversidad de
localidades rurales de origen. Este contexto afecta profundamente las
oportunidades de construcción de redes sociales, las diferencias socioculturales tienen una repercusión clara en las posibilidades, sobre todo a
un corto y mediano plazo, de establecimiento de redes de intercambio
recíproco y de intensidad alta.
• La confianza, elemento indispensable para la producción de redes sociales,
está seriamente amenazada en este tipo de poblaciones urbanas pobres.
Las relaciones vecinales son pobres y los vínculos se centran en las
relaciones de parentesco más cercanas. Todo esto tiene mucho que ver con
el problema de inseguridad y de violencia que se respira cotidianamente en
estos asentamientos. Las mujeres, prefieren mantener a sus hijos dentro de
las viviendas y evitan intimidar con los vecinos; los problemas de alcohol y
droga no les son ajenos y temen por el bienestar de sus familias.
• La sobrecarga que viven muchas mujeres que realizan dobles y triples
jornadas diariamente afectan seriamente las posibilidades de construcción y
mantenimiento de redes de apoyo social y emocional. Las oportunidades de
inversión de tiempo son escasas y esto genera comportamientos más
individuales para la resolución de los conflictos y necesidades que imperan
en los diferentes grupos domésticos y en la Colonia misma.
• Las redes sociales generadas a través de organizaciones de colonos en
búsqueda de los servicios públicos y de la consolidación urbana no son lo
suficientemente fuertes. La desconfianza, la inseguridad, la falta de tiempo y
de recursos afectan también la posibilidad de que se mantengan este tipo
de agrupaciones sociales.
• Finalmente, hace falta conocer con mayor profundidad las condiciones
actuales de los diferentes tipos de escenarios familiares y la calidad de las
redes sociales con las que cuentan. De igual manera, es necesario conocer
en el contexto actual, ante qué eventos de la vida familiar es posible
acceder a un mayor apoyo por parte de los otros. Considero que una
pregunta fundamental tiene que ver con …cuáles son los mecanismos
actuales que los pobres están utilizando para sobrevivir material y
emocionalmente cuando los recursos que mantenían activas a las redes
sociales y de intercambio recíproco, parecen estar agotándose?
• Por último, me queda claro que las mujeres construyen sus esperanzas día a
día, sus fortalezas se encuentran en esas relaciones cotidianas que
34
35
posibilitan el encuentro y el compartir. Tal vez, no toca seguir buscando en
las redes de los pobres, los recursos para la sobrevivencia, sino, en esa
sociedad entera que nos incluye a unos y a otros y que nos convoca, como
nunca antes… al DON y a una distribución más justa y equitativa.
Bibliografía:
Abello, R., Madariaga, C. Y Hoyos, O.1997. Redes sociales como mecanismo
de supervivencia: en estudio de casos en sectores de extrema pobreza.
México. Revista Latinoamericana de psicología, Vol. 29, pp. 115-137.
Bazán, L. 1998. El último recurso: Las relaciones familiares como alternativas
frente a la crisis. Ponencia preparada para LASA 98, Chicago.
Bott, E. 1980. Familias urbanas: Papeles conyugales y redes sociales. En:
Sociología de la Familia. Selección de Michael Anderson. Fondo de Cultura
Económica.
Bronfman, M.1993. Multimortalidad y estructura familiar. Escola de Sáude
Publica. Fundación Oswaldo Cruz. Ministerio de Saúde. Tesis doctoral.
Burín, M; Moncarz, E; Velázquez, S. 1991. El malestar de las mujeres: la
tranquilidad recetada. Argentina. Paidós.
Cufré, L. 1995. Crisis y Salud Mental. Revista: Psicología y Salud Mental.
Número especial: pp. 53-62.
Dabas, E. 1993. Red de redes. Las prácticas de la intervención en redes
sociales. Paidos.
Estrada, M. (s/f). En el límite de los recursos. El impacto de la crisis de 1995 en
familias de sectores populares urbanos. Manuscrito.
García, B y de Oliveira, O. 1994. Trabajo femenino y vida familiar en México.
México. El Colegio de México.
Godelier, M. 1998. El enigma del Don. Editorial Paidós.
González de la Rocha, M. 1986. Los recursos de la pobreza. Familias de bajos
ingresos en Guadalajara. Guadalajara, Jal. México. El colegio de Jalisco,
CIESAS.
González de la Rocha, M. 1994. The resources of poverty. Women and survival
in a mexican city. Basil Blackwell, Oxford.
González de la Rocha, M. 1999ª . La reciprocidad amenazada: Un costo más de
la pobreza urbana. En: Hogar, pobreza y bienestar en México. Enríquez, R.
(coord.). ITESO. Guadalajara, México.
35
36
González de la Rocha, M. 1999b. Las artesanas de la sobrevivencia. Trabajo
presentado en el II Foro sobre política social. UdeG.
Lara, A. 1996. Utilización de servicios de para problemas de salud mental en
población femenina: tres estudios. Revista de Salud Mental, V. 19, No.2, Junio
de 1996.
Lomnitz, L. 1975. Cómo sobreviven los marginados. Editorial: Siglo XXI.
Lomnitz, L. 1994. Redes sociales, cultura y poder: Ensayos de Antropología
Latinoamericana. Grupo Editorial: Miguel Angel Porrúa. FLACSO. Sede México.
Mauss, M. 1974. The gift. Forms and functions of exchange in archaic societies.
Routledge and Kegan Paul. Reimpresión.
Mogrojevo, N. 1997. Relatos de Vida de mujeres de las Colonias Populares: La
otra cara de la ciudad. En: Pobreza, condiciones de vida y salud en la ciudad
de México. Coord. Schteingart, M. El Colegio de México. México.
Pucci, L. 1993. Autogestión comunitaria asistida de asentamientos populares
urbanos: un método de trabajo con la comunidad. En: Red de redes: Las
prácticas de la intervención en redes sociales. Dabas, E. Editorial Paidós.
Riquelme, A.; Buendía, J. Y Rodríguez, M. 1993. Estrategias de afrontamiento
y apoyo social en personas con estrés económico. Psicothema. Vol. 5, No.1.
pp. 83-89.
Salazar,C. 1996. Relaciones extradomésticas en los hogares populares de la
periferia urbana de la ciudad de México, ¿estrategias de sobrevivencia?.
Revista sociológica. Año 11, número 32. UNAM, Azcapotzalco.
Sluzki, C. 1995. De cómo la red social afecta a la salud del individuo y la salud
del individuo afecta a la red social. En: Redes: El lenguaje de los vínculos.
Hacia la reconstrucción y el fortalecimiento de la sociedad civil. Comp. Dabas,
E. Y Najmanovich, D. Editorial: Paidós. Argentina.
Sluzki, C. 1996. La Red Social: Frontera de la práctica sistémica. 1ª . Edición.
España. Gedisa.
Turner, C. 1980. Los papeles conyugales y las redes sociales: Una revisión.
En: Sociología de la Familia. Selección de Michael Anderson. Fondo de
Cultura Económica.
36
Descargar