ciclo Sínodo de la Familia La familia, futuro de la humanidad El matrimonio cristiano es fiel, perseverante y fecundo Fiel, perseverante, fecundo. Estas son las tres características del Amor con el que Jesús nutre a su Iglesia, su Esposa. Estas son también las características de un auténtico matrimonio cristiano. Estas eran las palabras del Papa Francisco, en la homilía de la Misa matutina celebrada en la Casa Santa Marta el 2 de junio. Una quincena de parejas, una quincena de historias matrimoniales, de familias que comenzaron hace 25, 50, 60 años ante un altar y que ante el altar del Papa Francisco se volvían a encontrar juntos para dar gracias a Dios por el camino recorrido. Una escena insólita para la Capilla de la Casa de S. Marta, que brindó la ocasión al Papa para reflexionar sobre los tres pilares que con la mirada de la fe deben sostener un amor esponsal: fidelidad, perseverancia, fecundidad. Como modelo de referencia tenemos, explicó el Papa, los "tres amores de Jesús" por el Padre, por su Madre, por la Iglesia. "Grande" es el Amor de Jesús por esta última, afirmó el Papa Francisco: "Jesús esta esposado con la Iglesia por amor". Es "su esposa: hermosa, santa, pecadora, pero la ama igualmente". Su manera de amarla demuestra, las "tres características" de este amor: "un amor fiel; un amor perseverante, no se cansa jamás de amar a su Iglesia, es un amor fecundo. ¡Es un amor fiel! ¡ Jesús es fiel! San Pablo en una de sus Cartas, dice: "Si confiesas a Cristo, El te confesará, a ti, frente al Padre; si reniegas de Cristo, El también renegará de ti, si no eres fiel a Cristo, El permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo". La fidelidad es el propio ser del amor de Jesús. Y el amor de Jesús por su Iglesia es fiel. Esta fidelidad es como una luz para el matrimonio. La fidelidad del amor "Siempre". Siempre fiel, pero también siempre incansable en su perseverancia. Es como el amor de Jesús por su Esposa. "Tantas veces" Jesús perdona a su Iglesia y de igual manera, constata el Papa Francisco, también la pareja" se pide perdón" y así "el matrimonio avanza": "La vida matrimonial debe ser perseverante, debe ser perseverante. Sino el amor no puede avanzar. La perseverancia en el amor en los momentos bellos y en los momentos difíciles, cuando hay problemas, problemas con los hijos, problemas económicos, problemas por aquí, problemas por allá. Pero el amor persevera, va hacia adelante, siempre buscando el resolver las cosas para salvar la familia. Perseverantes se levantan cada mañana, el hombre y la mujer, y sacan adelante la familia. " ciclo Sínodo de la Familia La familia, futuro de la humanidad Tercera característica, la "fecundidad". El amor de Jesús, observaba el Papa Francisco, "hace fecunda la Iglesia con nuevos hijos, Bautismos, y la Iglesia crece con esta fecundidad nupcial". En un matrimonio esta fecundidad puede ser puesta a prueba, cuando los hijos no llegan o son enfermos. En esta prueba, subrayó el Papa, hay parejas que "miran a Jesús y toman su fuerza de la fecundidad que Jesús tiene con su Iglesia". Mientras que, en el lado opuesto, concluía, "hay cosas que no le gustan a Jesús", por ejemplo los matrimonios que eligen la esterilidad: "Estos matrimonios que no quieren hijos, que quieren permanecer sin fecundidad. Esta cultura del bienestar de hace diez años que tanto convence: ¡Es mejor no tener hijos! ¡Es mejor! Así puedes ir a conocer mundo, de vacaciones, puedes tener un chalet en el campo, se está tranquilo"...Pero quizás sea mejor -más cómodo- tener un perrito, dos gatos, y el amor se va a los dos gatos y al perrito. ¿Esto ocurre o no? ¿lo habéis visto? Y al final este matrimonio llega a la vejez en soledad, con la amargura de la mala soledad. No es fecundo, no hace lo que Jesús hace con su Iglesia: la hace fecunda". Homilía en Santa Marta Papa Francisco