CAPÍTULO I ESPAÑA EN EL SIGLO XIX Como el resto de países de Europa occidental, España experimentó en el siglo XIX cambios fundamentales en todos los planos: la población creció, la sociedad estamental del Antiguo Régimen fue sustituida por la de clases y se instauró un régimen liberal. Pero fue un siglo también convulso y problemático porque se sucedieron guerras civiles, pronunciamientos militares, decenas de cambios de gobierno. La industrialización fue precaria, las infraestructuras escasas y mal gestionadas, etc. Por todo ello, España dejó de ser una potencia importante y se convirtió en una nación de 2º orden internacional, tan es así que hasta bien entrada la 2ª mitad del siglo XX España no se moderniza y empieza a contar como hoy con cierto peso en el concierto internacional. 1—LA GUERRA DE INDEPENDENCIA 1808-1814 Napoleón tras la revolución francesa se hizo emperador de Francia con el objetivo de «extender los ideales revolucionarios» y de engrandecer Francia, y que las potencias europeas se aliaron para hacerle frente. Pues bien, España fue otro de los países que sufrió la invasión francesa, lo que unido a las abdicaciones del rey Carlos IV y su hijo Fernando en Bayona, provocó la instauración del dominio francés en el país y un nuevo rey, el hermano de Napoleón, José Bonaparte. 19 Si bien la familia real española abandonó a su suerte la monarquía española y, al país, se inició inmediatamente un movimiento de repulsa y alzamiento popular contra los franceses que tuvo sus hitos en fechas como el Motín de Aranjuez en 1808, el alzamiento y fusilamientos del 2 de mayo. Al tiempo, las pocas unidades con que contaba el ejército regular español, unido a la guerra de guerrillas a que fue sometido los franceses, el hostigamiento diario de la población española, la «ayuda militar inglesa» y las derrotas francesas en Europa, provocaron que finalmente, tras varios años, estos fuesen derrotados hasta que abandonaron el país en 1814. 2—LAS CORTES DE CÁDIZ Simultáneamente a la Guerra de Independencia, mas la ausencia de la familia real hicieron que con el vacío de poder que se estableció en España se estableciesen juntas provinciales que asumiesen el poder político, las cuales delegaron sobre un poder superior la Junta Suprema Central a la que se le encargó gobernar España. En plena guerra, la Junta Suprema convocó la Cortes (asamblea de los estamentos) en Cádiz, única ciudad que no fue ocupada y allí proclamaron Constitución de 1812, importantísima porque fue la primera para España y, sobre todo, porque enunció los principios del liberalismo político, y desde ahí se iba a iniciar un proceso de varios años con idas y venidas que provocaría finalmente la caída del Antiguo Régimen en España. Los principios liberales que estableció la Constitución (19 Marzo 1812) llamada popularmente «La Pepa» fueron: —Reconocimiento de derechos individuales, de expresión, de la propiedad, de igualdad ante la ley, etc. —Establecía la soberanía nacional—la soberanía real que había primado en el Antiguo Régimen. —División de poderes, en la que el poder ejecutivo sería del rey, el legislativo las Cortes y el judicial los tribunales. La Constitución de 1812 estuvo poco tiempo en vigor puesto que tras el regreso de Fernando VII al trono español fue abolida e impuso de nuevo el 20 absolutismo, pero la importancia de la misma es que sin duda inició el camino del cambio de régimen, del Antiguo Régimen al Nuevo Régimen liberal y burgués, pero que costaría años. 3—EL REINADO DE FERNANDO VII: RESISTENCIAS AL CAMBIO 3.1—El Sexenio Absolutista 1814-1820 En 1814, tras la salida de los franceses regresa Fernando VII como rey a España y lo primero que hace es derogar la Constitución liberal de 1812 y restaurar el absolutismo 6 años, lo que originó por parte de liberales y parte del ejército pronunciamientos en pro del liberalismo, los cuales fueron encarcelados cuando no ejecutados. 3.2—El Trienio Liberal 1820-1823 En 1820 triunfó una de esos pronunciamientos, concretamente en Las Cabezas encabezado por Riego, cuando sus tropas se encaminaban a Cádiz para restaurar el orden español en América, el malestar de los liberales se manifestó en ese golpe y Fernando VII tuvo que jurar la Constitución liberal de 1812, iniciándose tres años de reformas liberales pero que en 1823 la entrada de un ejército de 100.000 franceses «los cien mil hijos de San Luís» enviados por la Santa Alianza europea pro —absolutista, acabó de momento con el sueño liberal restaurándose de nuevo el absolutismo durante 10 años más. 3.3—La Década Ominosa 1823-1833 Llamada así porque desde el punto de vista político y económico fue aciaga y funesta. De nuevo se restauró el absolutismo, pero sus 10 últimos años, la grave crisis económica empeoró por las pérdidas de las colonias, y a ello se une el malestar de los liberales españoles, quienes ante los continuos pronunciamientos fueron perseguidos y hasta ejecutados, como el general Torrijos o Mariana de Pineda. 21 No obstante, a pesar de los esfuerzos de los absolutistas por mantener el Antiguo Régimen, el Liberalismo pronto se asentaría en la escena política española, sólo era cuestión de tiempo. A todos estos problemas, se uniría el dinástico que originaría el inicio de las Guerras Carlistas, guerras civiles que salpicarían todo el siglo XIX y que se originó cuando Fernando VII que no había tenido hijos, abolió la Ley Sálica de modo que pudiera reinar su hija Isabel, como así fue. Pero muchos absolutistas no lo aceptaron y apoyaron la causa del hermano del rey, don Carlos, dando lugar a tales guerras. 4—EL REINADO DE ISABEL II 1833-1868: LA CONSTRUCCIÓN DEFINITIVA DEL ESTADO LIBERAL Durante el reinado de Isabel II el liberalismo se consolidó en la escena política española definitivamente, aunque eso no quiera decir que se impusiera uno totalmente liberal pero si progresivamente. Los burgueses habían triunfado también en España. Desde entonces se iban a ir sucediendo una serie de gobiernos, todos ellos liberales aunque con matices, los moderados, partidarios de reforzar las prerrogativas de la monarquía y de reformas limitadas, y los progresistas, con reformas más profundas y progresistas para la época. Ambas tendencias se sucedieron, aunque prevalecieron en años los moderados a los progresistas. No obstante, a pesar de la aparente idoneidad política, los golpes y pronunciamientos continuaron sucediéndose debido sobre todo al malestar social ante la grave crisis económica que España vivió todo el siglo XIX. Medidas económicas si se tomaron, de entre ellas destaca por ejemplo la desamortización de Mendizábal, que puso en venta las propiedades de la Iglesia con el objetivo de que los burgueses las pusieran en explotación, al igual que se había hecho en Inglaterra con los «enclosures». También destacar la promulgación de la Constitución de 1837 que no era tan avanzada como la de 1812 pues establecía el sufragio censitario y más poder a la Corona. Pero también los moderados tomaron sus medidas de cariz más conservador, como la Constitución de 1845, que limitó el derecho a voto a 22 los más ricos. El problema radicaba en que a cada cambio de color de gobierno, le seguían medidas que venían a suprimir las anteriores, incluso con constituciones una tras otra, es decir, no existía una estabilidad política ni unas líneas básicas de estado, ni en materia política, social y económica, todo era un «tira y afloja». Por otro lado, comentar que de los progresistas se escinden algunos y fundan el partido de la Unión Liberal, quienes entraron a formar gobierno. A pesar de todos los intentos políticos, España no saldría de la crisis crónica y de la inestabilidad social y política. Los últimos años del reinado de Isabel II fueron por tanto de grave crisis que se manifestó entre otras cosas por: —Revueltas en el campo y ciudades por el hambre y la crisis económica. —El excesivo autoritarismo de los gobiernos moderados que iban prevaleciendo sobre los progresistas, demócratas y republicanos, los cuales actuaban con excesiva «mano dura» cuando hiciese falta para acallar a todos. —La reina era cada vez más impopular por todos estos problemas. Todo ello hizo que demócratas, republicanos y unionistas se uniesen para firmar en 1866 el Pacto de Ostende en pro de derribar a la monarquía de los Borbones. 5—LA BREVE MONARQUÍA DE AMADEO I DE SABOYA Tal ambiente de enrarecimiento se manifestó finalmente con la revolución de 1868, «la Gloriosa», encabezado por militares Topete, Serrano y Prim, y que provocó la caída de la monarquía; Isabel se marchó, y la instauración de la monarquía moderna y liberal del italiano Amadeo I de Saboya, bajo la Constitución de 1869, la primera constitución democrática en España, y que estableció el sufragio universal masculino y una amplia declaración de derechos Sin embargo, los escasos apoyos con que contó Amadeo, la crisis económica y la insurrección cubana fueron los motivos para que este abdicase, lo que trajo la I República española. 23