Santiago, 23 de julio de 2013 Señor Rector Ignacio Sánchez

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Santiago, 23 de julio de 2013
Señor Rector
Ignacio Sánchez Donoso
Pontificia Universidad Católica de Chile
Estimado señor Rector:
Seguramente está en su conocimiento lo resuelto por los Tribunales de Justicia que accedió a
nuestra demanda de pago de los beneficios laborales que teníamos derechos de percibir, desde el
año 1981, como trabajadores del Canal 13, de los cuales se nos privó sin razón alguna, además de
manera discriminatoria pues fuimos los únicos trabajadores de la Universidad Católica que no
accedimos a esos beneficios, que eran otorgados po0r ley y como aporte fiscal a las Universidades
e instituciones que de ellas se derivaren, existentes al 31 de diciembre de 1980, de acuerdo al DFL
N° 4, del Ministerio de Educación, de 1981.
Entre los aportes directos e indirectos al financiamiento de las universidades y de las instituciones
que se ellas se derivaren, se han ido estableciendo a favor de los trabajadores docentes como no
docentes, en forma anual, vía leyes de reajustes del sector público, un conjunto de beneficios
laborales, tales como Aguinaldo de Navidad, Aguinaldo de Fiestas Patrias y bonos no imponible.
La resolución de nuestros Tribunales vino a reparar una enorme injusticia histórica de que fuimos
víctimas. Hoy, por sentencia firme o ejecutoriada, los tribunales han reconocido que los
trabajadores de Canal 13 tení9an derecho a percibir, al igual que los demás trabajadores de la
Universidad Católica, los referidos beneficios laborales, y se le condenó a la Universidad y a la
Corporación de Televisión de ella –o su sucesora legal- a pagarnos los mismos desde el año 2008
al 2010, correspondientes al período demandado por el Sindicato atendido las normas sobre
prescripción en materia laboral.
La Universidad, bajo su dirección, vendió el 67% de las acciones de la sociedad que constituyó
denominada Canal 13 SpA, conservando un 33% de las mismas, siendo esta Sociedad la que pasó
a administrar la concesión televisiva que graciosamente el Estado le otorgó hace más de 50 años.
La Universidad es parte de la administración de una concesión que le pertenece en exclusividad y
que es intransferible.
La Justicia, como decíamos, reparó una enorme injusticia cometida por autoridades que regían la
Universidad en tiempos de dictadura y que se prolongó por un largo período posterior. Hoy nos
preocupan dos materias en relación a lo resuelto por los tribunales en sentencia definitiva firme,
luego del rechazo de todos los recursos interpuestos por la Universidad y el Canal en su contra:
1.- El cumplimiento del fallo.- No hay razón alguna para retrasar el cumplimiento de la sentencia
declarativa de carácter condenatorio. La parte empleadora cuenta con toda la información para
determinar el monto que le corresponde percibir a cada trabajador. ¿Por qué retrasar el
cumplimiento de lo ordenado judicialmente? Legítimamente habríamos esperado una palabra de
e3xcusas, por no decir derechamente de perdón al haber privado a los trabajadores de beneficios
legítimos que ni siquiera eran financiados con fondos de la Universidad. Nada de ello se ha
escuchado, pero hemos sido testigos cómo los profesionales que los representan judicialmente han
demorado artificial e inútilmente el cumplimiento de la sentencia. Nos preguntamos qué sentido
tiene el dilatar el cumplimiento para la Universidad cuyo apellido de “católica” nos significa mucho,
pero pareciera que de no igual manera respecto de aquellos que la representan. Somos
trabajadores, vivimos del salario que percibimos, es la fuente del pan nuestro de cada día. Ustedes,
más allá de las responsabilidades personales, tienen que tener conciencia que nos duele
profundamente que se nos haya privado sistemáticamente de beneficios que en Justicia y en
derecho nos correspondían. Una actitud reparatoria al daño que negligentemente se nos causó
sería al menos no dilatar el cumplimiento de la sentencia que ordena el pago de tan sólo del breve
período que demandamos.
2.- El pasado y el futuro.- Nos preguntan los trabajadores afiliados al Sindicato y ¿ahora qué?
¿acaso sólo tenemos derecho a los dos años que por vía demanda judicial se les condenó pagar?. El
principio de que a una misma razón una misma disposición nos plantea la dimensión del tiempo, del
ayer y del mañana. No parece justo tanto respecto del pasado como respecto del futuro
negársenos del derecho que hoy expresamente los tribunales de justicia nos reconocen. Del pasado
huelga toda argumentación pues resulta evidente. Siempre tuvimos derechos y simplemente se nos
discriminó. Pero respecto del futuro, que para estos efectos comienza en diciembre de 2010, podría
haber alguna duda de que por el principio de continuidad de la empresa, la nueva persona jurídica
que está administrando los derechos de concesión televisiva exclusivos de la Universidad pareciera
que estaría obligada, de pleno derecho, a cumplir con su pago. Esa es la convicción que
compartimos los trabajadores.
Por lo expuesto en la presente y en una anterior carta del Sindicato a Usted como Rector, nos urge
que nos conceda una reunión una reunión para analizar y resolver positivamente los problemas
planteados.
Marcela Acuña Muñoz
Presidenta
Héctor Catalán Rivera
Secretario
Jorge Sepúlveda Segura
Tesorero
Iván Mezzano Sepúlveda, Director
Aníbal Sandoval Uribe
Director
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