Tribunal: Cámara de Apelaciones en Documentos y Locaciones de Tucumán, sala II Autos: Eduardo Bercovich y Asociados S.R.L. c. Flores, David Hugo y otro Fecha: 26/02/2007 Sumario: Teniendo en cuenta que se encuentra pactado en el mutuo hipotecario, tanto la automaticidad de la mora y la caducidad automática de los plazos para el pago de las cuotas, no corresponde exigir al acreedor que notifique fehacientemente al deudor su voluntad de resolver el contrato, a efectos de la procedencia de la ejecución hipotecaria. Vocablos: ELECUCION HIPOTECARIA – MORA – MORA AUTOMATICA – CADUCIDAD – CADUCIDAD DE LOS PLAZOS – MUTUO HIPOTECARIO – NOTIFICACION – RESOLUCION DEL CONTRATO 2ª Instancia. — San Miguel de Tucumán, febrero 26 de 2007Considerando La sentencia recurrida no hace lugar a la excepción de inhabilidad de título opuesta por los ejecutados. Presentan escrito de memorial de agravios a fs. 170/183, contestados a fs. 110 y sgtes., por la actora a fs. 186/196.En relación a la manifestación de la parte actora en su escrito de contestación de agravios a fs. 188, sobre que la mora se produjo antes de que la actora cambiara su domicilio y no fue necesario recurrir por cuanto la sentencia rechazó las excepciones del demandado, cabe advertir que en este caso podía apelar, el interés estaba dado por la posibilidad de aumentar los intereses punitorios a percibir, al no satisfacer la sentencia totalmente sus aspiraciones, debió recurrirla.Se agravian los demandados de la sentencia por haber incurrido en incongruencia al establecer por su cuenta una fecha distinta de la sostenida por la actora y negada por su parte, dice estar demostrado que hizo materialmente imposible el pago por haber abandonado el domicilio el 7.04.03, antes de del vencimiento de la cuota correspondiente a ese período. Reprochan que el fallo no se hiciera cargo del cuestionamiento sobre la validez de la carta documento remitida a través de una empresa privada, que carecía de habilitación estatal para certificar el despacho y garantizar la entrega al destinatario por el contrario implícitamente se pronunció sobre la validez y eficacia al tener por operada la mora en la fecha de la supuesta recepción de la carta documento. Que tal como lo sostiene, SEPRIT no contaba con autorización estatal, con los alcances que presta el servicio el Correo Argentino, la cual fue otorgada el 8.11.04 publicada en el Boletín Oficial el 18.10.04. De allí afirma que se trata de un instrumento privado que no ha sido reconocido y que ni aún reconocidos prueban contra terceros la fecha expresada en ellos. Cuestiona la existencia de SEPRIT como empresa privada, de la letrada Agustina M. Campero de Alfieri quien firmara la carta; ídem a Raimundo Suárez quien la habría recepcionado informando el Consorcio que es el portero del edificio, y según el Juzgado Electoral no existe como persona. Agrega que su domicilio legal no está constituido en la Planta Baja, sino es Piso 12 Dpto. D. Cuestiona a su vez la facultad del letrado Abdala para realizar intimaciones extra-judiciales contenidas en el poder general para juicios adjuntado en autos y menos aún para declarar la caducidad de los plazos de la compraventa inmobiliaria. Sostiene que se trata de un poder especial limitado a actos de carácter jurisdiccional, no admitiendo extensión analógica a negocios patrimoniales o extrapatrimoniales del mandante. Reprocha la sentencia en cuanto admite que la letrada Campero de Alfieri contaba con un mandato verbal, convalidando la notificación cursada en la carta documento sobre la existencia de un poder formal para actuar en nombre de la empresa y que la actora no lo afirmó, ni la letrada fue llamada a testimoniar; niega valor y efecto jurídico alguno al contrato verbal, y que es arbitrario sostener que provenía de una persona ideal, sin identificar la persona que habría expresado verbalmente el mandato. En resumen los agravios y argumentos vertidos por los demandados. Los antecedentes de la causa se encuentran correctamente narrados en el fallo de 1ª. Instancia, por lo que al mismo nos remitimos por razones de economía procesal.Surge de autos que el acreedor quedó en situación de mora transitoria, por su incumplimiento en comunicar al deudor inmediatamente el nuevo lugar de pago dada su mudanza, la cual debía cesar en algún momento, y ese instante ocurre según expresa la sentencia al intimarse el pago de las cuotas 8 a 11 y señalando el lugar donde el mismo debía cumplirse, mediante Carta Documento Seprit cursada por la letrada Agustina Campero de Alfieri. Al agravio sobre la incongruencia del fallo. Cabe su rechazo, el hecho que la actora fijara como fecha de mora el 25.04.03, no obsta a que el juez establezca una distinta, ya que debe examinar las cuestiones de hecho y derecho sometidas a su decisión y no significa que se halla violado el principio de congruencia, sino que tal proceder comporta el ejercicio legítimo de la facultad que tienen los jueces de apreciar, interpretar los hechos y las pruebas del caso que estimen más adecuadas para la correcta solución del diferendo con prescindencia de los fundamentos que enuncien las partes. La doctrina sobre la congruencia o excedencia de los términos esenciales con que fueron articuladas las pretensiones del litigio no resulta aplicable entonces, cuando se trata del ejercicio por los jueces de la atribución que les compete, conforme al principio "iura novit curia" (CSJN, 14.10.75, La Ley 1976, v. A, p. 218, LA LEY 1981-B, 296); [ actuación prudente, flexible y funcionalmente eficaz de dicho principio]. Por las mismas razones se rechaza el reclamo sobre la incongruencia del fallo por tener demostrada la existencia de un contrato verbal que nadie invoca. Más aún lo expresado por el a quo en el párrafo 2° de la sentencia fs. 148 vta., es su razonamiento jurídico acerca de hechos materia de la litis, concluyendo acertadamente que no hace falta tener poderes especiales a estar de las prescripciones del art. 1881, ni se configura en la especie el supuesto fáctico previsto en la última parte del inc. 7 del art. 1184 CC, para intimar al deudor a los fines de que abone las cuotas que allí se detallan, consignando el nuevo domicilio de la empresa, que incluso puede darse un mandato verbal, art. 1873 del CC. El reproche sobre que si entre la Empresa y la letrada Campero de Alfieri existía una relación contractual de mandato no pueden perjudicar a terceros por aplicación del art. 1195 cabe desestimar, no se entiende cuál es el perjuicio que los demandados puedan alegar por el hecho que la letrada les enviara una notificación por encargo o mandato de Bercovich para que paguen la deuda en el nuevo domicilio de la empresa sito en calle Mendoza n° 1637, no es clara la crítica contra el fallo. Al agravio sobre la Carta Documento SEPRIT. Si bien es cierto que el estado le acuerda a SEPRIT y otras empresas, habilitación para funcionar brindando servicios de distribución de correspondencias sin otorgar el rol público de poder "dar fe" de la recepción definitiva de un acto de notificación contenido en una carta documento o telegrama colacionado, la jurisprudencia ha dicho que el mero desconocimiento de la autenticidad de la carta documentoconfeccionada en formularios correspondientes a la empresa de correos e intervenidas por personal de la referida firma, con los sellos pertinentes y estampilla vinculante, así como de su envío y recepción, resulta ineficaz para enervar los efectos probatorios de la misma, aún ante la ausencia de prueba supletoria acreditante de su autenticidad. Es que estamos en presencia de una actividad regulada por el Estado Nacional, llevada a cabo por una empresa a cuyo favor se ha concesionado parte del servicio público de correos, que cumple sus funciones bajo los controles propios de la Comisión Nacional de Comunicaciones y en base a una normativa que regula la actividad y concretamente el servicio de correspondencia. En ese marco, los rasgos de verosimilitud generan una inversión de la carga de la prueba, siendo quien niega su legitimidad a quien incumbe acreditar que ha existido una falsificación.(C. Civ. y Com. San Nicolás, 04/11/2004, Bauer, Lidia . v. Rial, Gregorio A. G. y otro s/resolución de contrato y daños y perjuicios). BA B856990. El demandado recurrente David H. Flores negó haber recibido la carta documento enviada por la letrada A. Campero de Alfieri que obra a fs. 6. Si bien no es un instrumento público, se encuentra redactada en el formulario de estilo, con sello de la oficina postal y firma del empleado responsable de esa entidad, contiene fecha, lugar de expedición, ha sido acompañado el remito en el cual consta recibida el 13.08.03 a hs. 13.40, firmado por el portero del Edificio de Departamentos Reimundo Suárez, haciendo constar el número de su documento de identidad, a hs. 1140. A fs. 96/99, obra oficio librado por el juzgado requiriendo a la Firma SPRITE, informe sobre la autenticidad de la carta documento y acuse de recibo que se acompañan y su contestación, manifestándose la autenticidad de las mismas. También obra a fs. 94 informe del Consorcio de Edificio Laprida 653 en repuesta al requerimiento del oficio del Juzgado, expresando que "el Sr. Raimundo Suárez cumple funciones de encargado permanente sin Vivienda (portero) en el Edificio", informe que no fue impugnado por el apelante y por tanto debe ser tenido por cierto. El argumento utilizado al contestar la demanda sobre que el portero Reimundo Suárez no existe, es poco serio y fútil, debiéndose aclarar que la existencia o inexistencia física de las personas, en su caso del portero, no se acredita con informes al Registro Electoral, este únicamente indica su domicilio a los efectos del sufragio. En este cuadro como dice la citada jurisprudencia, los rasgos de verosimilitud del instrumento notificatorio generan la inversión de la carga de la prueba, siendo quien niega haberla recibido a quien corresponde acreditar lo contrario, y no habiéndolo probado, debe tenerse ser considerada válida la notificación Respecto Agustina a las dudas sobre la existencia de la letrada Campero de Alfieri, alegada también por los recurrentes, esta vez en su condición de apoderada, es inexplicable este cuestionamiento, si hubiera concurrido al lugar que le indicara la letrada para realizar el pago calle Mendoza n. 1637, hubiera constatado que allí tenía su nuevo domicilio social la firma Bercovich, y de consiguiente realizarlo. De todas formas la notificación del nuevo domicilio puede ser hecha por instrumento público o privado, o aún verbalmente, teléfono, carta misiva, carta documento o acta notarial, lo importante es que la comunicación sea recibida por la deudora a efectos de poder cumplir su obligación, no interesa el medio por el cual llegue a su conocimiento. Considerada válida la notificación del nuevo domicilio de la Empresa para efectuar el pago de la deuda, la mora transitoria en que se encontraba el acreedor se extinguió, luego, no habiendo los deudores posteriormente cumplido su obligación de pagar las cuotas adeudadas, " incurrieron en mora automáticamente y de pleno derecho por el solo vencimiento del plazo, Contrato de Compraventa Hipotecario fs. 2 ." A su vez es de aplicación también la cláusula 6ª "el incumplimiento por parte de los hipotecantes a cualquiera de las cláusulas pactadas en el presente contrato, hará caducar de pleno derecho, sin necesidad de interpelación judicial o extra-judicial alguna, los plazos acordados para el pago de la deuda". Lo cual significa que tanto la mora como la caducidad de los plazos de las cuotas no vencidas operan automáticamente. Al respecto la Exma. Corte Suprema de Justicia en Sentencia N°836 del 31.10 de /03 - juicio Banco Río de la Plata vs Marteau P. S/ Ejecución Hipotecaria dijo sentando doctrina legal: " Habiéndose pactado, en un mutuo hipotecario y para el caso de incumplimiento de la deudor, la automaticidad de la mora y la caducidad automática de los plazos otorgados inicialmente para el pago de sus cuotas, para la procedencia de la ejecución hipotecaria respecto del total adeudado no corresponde exigir notificación fehaciente de acreedor a deudor de su voluntad de resolver el contrato". También dijo: "Resulta que el título base de la ejecución es hábil para el reclamo del capital comprendiendo su monto no sólo el de las cuotas vencidas sino también el monto de que por tal concepto corresponda a las cuotas no devengadas; debiéndose dejar en claro que la caducidad de los plazos que se reconoce automática en la especie, no implica que el título sea hábil para reclamar los intereses no devengados por períodos no transcurridos pues ellos no están adquiridos o ganados para el acreedor". De resultas y aplicando la doctrina legal citada, era innecesaria la notificación de la caducidad realizada mediante carta documento por el letrado Abdala, e intimación al pago de la deuda, es que el título por lo antes dicho y citado, ya resultaba hábil para promover la ejecución. Siendo innecesario el tratamiento sobre la cuestión de invalidez de la intimación extrajudicial del letrado M. Abdala, no obstante también corresponde rechazar este agravio. En primer lugar surge de a Escritura de Poder General para Juicio que obra a fs. 10/11 que la firma Bercovich lo ha facultando expresamente entre otras cosas como dijo la Juez Apelada, a cursar intimaciones extrajudiciales, perciban judicial o extrajudicialmente, den recibos y carga de pago... y en fin para que realicen cuantos más trámites, gestiones y diligencias sean inherentes al mejor desempeño del presente". En consecuencia cabe atenerse a sus términos expresos que son claros y precisos, no correspondiendo entrar a consideración alguna si se trata de un poder especial o general como lo pretenden los recurrentes. Es que de conformidad con la doctrina del art. 1905 del Cód. Civil, el mandatario debe obrar dentro de los límites del mandato y no debe hacer menos de lo que se le encargó. Con ello se lo circunscribe a una dimensión no menor, aunque sí le está permitido realizar una tarea mas amplia para cumplir debidamente su obligación. Pues bien las facultades cuestionadas estaban incluidas en el negocio del apoderamiento por lo que el letrado Abdala ha ajustado su actuación a las instrucciones del mandante, que son órdenes o directivas que hacen a la relación interna entre ambos. De allí que el envío de una carta documento por parte del letrado Martín E. Abdala, al demandado en su carácter de apoderado judicial de la parte actora, intimándole el pago de los cheques reclamados, se circunscribe dentro de los límites de su poder, no haciendo menos de lo que se le ha encargado. Más aún, no es necesario que todo esté incluido en el negocio de apoderamiento, sino que dentro del deber de llevar a cabo la gestión encomendada se le impone acometer y realizar todos los actos que sean necesarios para su logro. Las llamadas facultades implícitas. Llerena VI, p. 165; Borda, Contratos, II, n° 1685. Por lo desarrollado se rechaza el recurso de apelación interpuesto por los demandados con costas por ser vencidos art. 108 del CPCC, resuelve: No hacer lugar al recurso de apelación interpuesto por los demandados David Hugo Flores Y Blanca del V. Aragon de Flores, contra la sentencia de fecha 27 de octubre de 2005, con costas. — Ana Lucía Manca. — Arnaldo E. Alonso.