Estudio de caso No. 2 “Equidad de género en La meseta” Muchos habitantes de La meseta, recuerdan con nostalgia viejas épocas donde sus abuelos protagonizaban álgidas discusiones por asuntos de orden político, mientras a su alrededor, los más jóvenes observaban y “aprendían” sobre este complejo tema. A la vez que los niños jugaban indiferentes a estas cosas. Es decir, se consideraba que los temas de la política era un asunto de adultos. Con el devenir de los años, las campañas políticas por lograr la alcaldía local (luego de que se aprobaran las elecciones populares en el país), muchos jóvenes, mujeres y niños fueron siendo involucrados en forma “instrumental” al evento electoral. Las mujeres cocinaban, servían y arreglaban para aquellos candidatos de sus esposos; los hijos jóvenes y niños participaban en las marchas y recorridos en los buses, coreando cantos y frases de uno u otro candidato, de acuerdo a la camiseta y el afiche que le correspondía por mandato de sus padres mayores. Era claro que el “marchismo” era bastante marcado desde la tradición, y por ello muchas mujeres eran limitadas en sus libertades pues muchas estaban sometidas a los mandatos de su esposo. En algunos hogares padecían físicamente las actitudes autoritarias de los esposos e hijos mayores, sin embargo ellas aceptaban sumisamente su condición pues consideraban que la mujer debía “servir” al marido y a la familia, y sacrificar sus aspiraciones y sentimientos que pasaban a un segundo plano. Esta situación se alimentaba desde la casa a través de los niños, pues a las niñas mujeres se les obligaba a ocuparse de oficios como lavado de la ropa, arreglo de la casa, cocinar y cuidar de los hermanos menores, mientras los niños hombres podían acompañar a sus padres a trabajar o dedicarse a jugar sin mayores obligaciones. Esta dinámica se mantenía y fortalecía en la juventud hasta la edad adulta. Con el paso del tiempo un grupo de mujeres (madres solteras) fueron asumiendo las obligaciones de sacar adelante los hijos sin el apoyo de los padres de estos. Este liderazgo se reflejó en un organización local denominada “Asociación de mujeres de La meseta”, donde además fueron acudiendo otras mujeres que consideraban injusto seguir viviendo bajo un régimen machista que les limitaba como personas, y les subordinaba a una condición de ciudadanas de segunda. Una organización internacional les apoyaba con materiales impresos, audios y capacitaciones mediante personal experto en temas de género que visitaban la asociación. A raíz de las acciones de la asociación, muchas de estas mujeres asumieron actitudes de resistencia y confrontación con sus maridos e hijos, lo que trajo como consecuencia el retiro de muchas de ellas, que les prohibieron volver a las reuniones de la asociación. Ante esto, la esposa del Alcalde de La meseta, una mujer que entendía la necesidad de trabajar con las mujeres del municipio por reivindicar sus derechos, considera que se requiere una propuesta investigativa y de intervención desde acciones de expresión y comunicación, para lograr recuperar la iniciativa de afianzar las acciones de la asociación de mujeres de La meseta, para ello se contactaron con el programa de Comunicación Social de la UNAD, donde les recomendaron un equipo de comunicadoras (es) para que diseñarán esta propuesta.