Las Instituciones de Navarra en la época contemporánea. Razquin

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MARTIN Mª RAZQUIN LIZARRAGA
Letrado Mayor del Parlamento de Navarra
LAS INSTITUCIONES DE NAVARRA
EN LA EPOCA CONTENIPORANEA:
ASPECTOS ESTRUCTURAL­
ORGANIZATIVOS y FISCALES(*)
INTRODUCCION
Ante todo me veo obligado a felicitar a la Comi sión Organizadora del Segundo
Congreso General de Historia de Navarra por la organización y celebración del mismo, y
ademá s - sobre todo-a agradecer la confianza que mehan otorgado-y que confío en responder­
al encomendarme el desarrollo de una Ponencia sobre Navarra en la Edad Contemporánea.
Ante s de entrar en la expo sición , me parece conveniente advertir una serie de circuns­
tancia s que estimo son de hecho condicionantes del texto que he escrito.
En primer lugar , por mi formaci ón y profesión, soy un juri sta, en parte a veces muy
cercano al Derecho positivo, que se adentra a intervenir en un Congreso de Historia. Bien es
verdad que nuestros conocimientos históricos , débilmente forjados en nuestro períod o de
formaci ón, pero obligadamente ampliados posteriormente, se ven hoy en la insoslayable
encrucijada de interr elacionar derecho e historia, historia y derecho, más aún si cabe dentro de
nuestra tierra, Navarra , donde la historia -nuestra historia- adquiere tanta importancia como ,
en especial, por cuanto la historia ha dejado de ser una acompañante pobre del derecho para
insertarse en el mismo , que no otra cosa es la materi a hoy tan de moda que se conoce como los
derechos históri cos.
Quiero, sin embargo, desta car que aún a fuer de ser jurista deseo hablar hoy de los
derechos históricos o, mejor dicho , del derech o en la historia. Sirva, ademá s, otra aclar ación ,
que el derecho no está únicamente formado por los textos legales, sino que su concepto es más
amplio y trasciende a éstos y además , como más adelante se podrá comprobar, el dere cho escrit o
no responde a veces al derecho realmente vivido . De ahí nuevamente la importancia de [a
historia y su incardinación con el derecho, sobre todo, con nuestro Derecho foral , siempre vivo
yen permanente actualización y acomodación, a pesar de que encontrarlo no sea a menudo tarea
fácil.
La segunda observación preliminar que debo hacer alcanza al texto de mi ponencia.
Obligadamente se trata de ofrecer una visión general de las instituciones navarras a lo largo de
los siglo s XIX y XX. Difícilmente he podido detenerme y profundizaren aspectos o cuestiones
concretas, dado el alcan ce de la ponen cia. He entendido --espero que acertadamente- que se me
encomendaba ofrecer una perspectiva amplia y genérica.
(*) Texto de la Conferencia pronu nciada el día 27 de septiem bre de 1990, enel Segundo Congreso General de Historia
de Navarra . Agradezco a la Soc iedad de Estud ios Históricos de Navarra la autori zación concedida para la publi cación
en es ta Revista .
LAS INSTITUCIONES.
MARTIN MaRazquin L1ZARRAGA
Por ell o me veo precisado a advertir que voy a tocar solamente Jos temas más
impo rtantes y que voy a dej ar de lado aspectos tangen ciales que cobran a vece s un peso
específico. De ahí que mi pretensión sea iluminar el «iter» de Navarr a en la Edad Contempo­
ránea, destacando aquellos jalones host óricos que suponen un avance o retroceso sustan cial en
su conformación tras la desaparición del Reino en el siglo XIX . Por otra parte he limitado mi
ponencia a dos aspectos de carácter institucional que estimo pueden permitir que la visión
global se acerque lo más posibl e a la realidad: aspectos es truc tural-organizativos y aspectos
fiscales, es decir, la nueva orde nac ión de las instituciones de Navarra en el implantado régimen
liberal y posterior hasta nuestro s días y el sustento de la autonomía foral que se halla en el
específico sistema finan ciero rec ogido en el convenio eco nómic o.
Con carácter pre vio a es te análisis de los aspectos es tructura l-organizativos y fisca les
me ha parec ido oportuno dar una breve pincelada del mar co histórico originaJ en que se
enc uentra el punto de partida de la Edad Contemporánea para Navarra . De ello me ocupo
inmediatamente.
EL MARCO HISTORICO
La entrada de Navarra en la Edad contemporánea se produ ce - no hay que olvidarlo­
dent ro del marco más amplio primero de España y después de Europa. Navarra no es una isla
sino más bien al contrario reci be el influj o de todos los fenómenos socia les que se están
produciend o desde 1789 hasta e l prim er te rcio de l siglo XIX en que se consuma la modificación
de su estructura polític a l .
Navarra es el único terr itori o que sigue ostentando la condi ción de Reino y manten iend o
una nítida separ ación, dado que su unión a Castilla en 1512 fue una unión eque-principal". Sin
em bargo, como la moderna historiografía se está enc argando de dem ostrar, los emb ates a la
existenc ia de Navarr a co mo Re ino prov enían ya del sistema del Ancien Regimen puesto que el
absolutism o difícilment e encajaba el obstáculo de Navarra. RODRÍGUEZ G ARRAZ A ha exp licado
los continuos enfre ntamie ntos entre Navarra y el poder absoluto" Un ejemplo lo constituy e las
dificultosas reuniones de las Cortes Navarras", Es equivocado por ello pensar en que todo s Jos
males de Navarra nacieron repentinamente del liber alismo y que ante s fue una balsa de aceite
dond e el Reino no encontraba grandes dificul tade s.
La Revolución Francesa de 1789 supone , entre otras muchas cosas, la implantación de
un sistem a soc ial diferente del sistema feudal y estamental y persigue romp er tod as las ataduras
o simples recu erd os que «huelan» a feudal. La ca lificación de feudal de una institu ción supone
irremisiblemente su supresión.
l. Vid. e n es te senti do J. CARO BAROIA.«El deveni r de un pueblo com plejo », en la obra co lectiva El Parlamento de
Navar ro . Ed, Parlam ent o de Navarra, Pampl ona 1989. págs. 1 17-12 0.
2. J.M . LACARRA, «Estruc tura político-administrativa de Nava rra antes de la Ley Paccinnada», Re vista Principe de
Vinna , núm s. 92-93 / 1963.
3. R. RODRIGUEZ.GARRAZA . Tensione s de Navarra con In Admini stración Central (1778-1808) . Ed. Diputa ción Foral
de Navarra, Pampl on a, 1974. Asítarnbién J. ANDRÉS GAlLEGO. Historia Contemporánea de Na varro , Ediciones y Libro s.
S .A., Pamplona 1982. págs. 120 y ss.
4. R. DEL Río ALDAZ recoge las últimas, destacando a través de su exa me n la im posibilidad de subsis tencia de la
es tructura política y eco nóm ica de Navarra ene ! nuev o régimen liberal (Las últimas Cortes del Reino de Navarro (1828­
1829). Ed. Ara rnburu , San Sebastián , 1985). LJ . FORTúN PÉREZ DE CiRIZA señala lo siguiente:
"Quienes no sobrevivirán ser án las Cort es , cuya s última s reun iones se celebrar on en 1817-1 818 y 1828-1 829. Su
fa lta de docilid ad ante las exigencias del Gobierno central sentenciaron su ex istenc ia mediante el fácil ex pediente de
no convocarlas. Además d urante las etapas liberales. la puesta en vigor de la Con stitución de 18 12 traj o con sigo la
supres ión fáct ic a de las Co rtes de Navarra y la participación de Navarr a en las Cortes Generales de la nación (18 12­
1814 , 1820-l 823). Lo mismo oc unió co n las Co rtes del Estatuto Real (l83 4) y finalmente en 1836 , cuando e l régime n
liberal y co nstitucional qued ó defi nitivamen te asentado en España" (<< Las antig uas Cortes" , en la obra colectiv a El
Parlam ento de Navarra, Ed. Parlame nto de Navarr a, Pamplon a 1989, págs. 186-187).
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Pero además se alza como nuev a corriente ideológi ca el liberalismo con do s aspectos
que ahora queremos destacar: la igu ald ad y uniformidad de la orde nación de los hombres y de
las instituciones, es decir, de la vida política y soc ial y la ape rt ura del mercado econ óm ico con
ruptura de las trab as a que el mismo está so me tido.
Como instrumento jurídico del nuevo sis tema ap are ce la Co nstitución, qu e pretende
implantar un nuevo orden social, ro mp iendo las cadenas del pasad o e instaurando la ideología
liberal. La Con stitu ción sirve pues de veh ícul o escrito a la nueva trans formación de la sociedad.
Cabe pen sar e n los cambios en Fra ncia (instituciones, República, Código Civil , e tc .) o
en España donde por cie rto la implantación del nuevo sistem a obtuvo, por diversa s razones,
menos apoyo y no tu vo ocasión de imp on er se con carácter definitivo hasta pasad o es te primer
tercio del siglo XIX .
La dialéctica e ntre el Antig uo Régim en y el liberalismo no de be ocultarnos qu e en es te
terci o del siglo X IX Navarr a va cayendo poco a poco en su presencia como Reino, inclu so en
la fase de rein ad o absolutis ta. E l punto culm ina nte de la cri sis se traduce en una guerra que
aunque inici ad a bajo perfiles suce sori os encubre en realid ad la lucha entre dos mundos
contra pues tos . Se trata de la primera gu erra carl ista'.
Laguerra co ncl uye en el Convenio de Ver gar a, qu e posteriormente recibe formajurídica
e n la Le y de 25 de oc tubre de 1839, denomi nada co nfirm atoria de los fueros",
E l signif ica do de esta Ley es im portant e pue sto qu e supo ne el fin de Navarra co mo
Reino, aunque no deb e o lv idarse qu e nue str as Co rtes yací an e n franco es tado de postra ción
hacía años (no se ha bían vuelto a reun ir de sde 1828-1829 ), la Cámara de Cornptos hab ía
desaparec ido y ya se había implantado el sistema judicial común, amé n de otro s as pec tos . S in
embargo m ás qu e co n mi s palabras prefiero res umi r el significado de est a ley co n las que le
dedica el propio O ROZ en su Legislación administra tiva:
«En su virtud, per dió N avarra su personalidad co mo Estado o Reino inde pe ndiente,
qu ed and o co nve rt ida en una provincia española. Sus Co rtes, qu e tan sabiamente habían regido
la vid a tod a de los nav arr os, así e n el ord en pol ítico co mo soc ia l, sus Tribunales privati vos, su
o rgan ización peculiar y la es e ncia de los fueros, tend ría qu e desap are ce r con arr egl o a lo
dispu esto por el arto l º de dicha Ley , pue s todo ello se oponía a los principios unitarios de la
C ons titución española»?
Navarra pues se enc ue ntra en un nuevo marco que , continuando ya co n total empuje la
labor un iformadora, le obl iga a meterse o encasi llars e dentro del nue vo es q ue m a territor ial
es paño l, qu e no olvidem os distribuye el territorio en pro vin ci as. Así pue s Nav arr a pa sará a ser
una pro vin cia má s de la Mona rq uía española, ya co n plena integ rac ión personal y real en un so lo
Reino-Estado, que se caracteriza por su afán un iform ador y centralizador tanto en el campo del
der echo público (únicas institu ci ones , idénticos pode res, igual organizac ión ) como e n el del
der ech o privado (un solo có d igo).
Es, a partir de este mom ento en que comien za en realidad la hist oria contemporánea de
Navarra .
5. M. e. M INA ApAT conclu ye que <d a guerra carlista no fue una guerra foral s ino el último acto de la luch a entre e l
Estad o liberal y el Antig uo Rég imen» (Fuera s y revoluci án liberal en Navarra, Ed. Alianza , Madrid 1981, pág. 226 ).
6. Advi értase que esta ley, vige nte para Navarra (Art. 2' y Dispos ición final , apartad o 1, LOR¡\F N¡\ ) , fue derogada
por la Co nstitució n Espa ñola de 197R para Alava, Guip úzcoa y Vizcay a (Dispos ición derogatoria , apartado 2).
7. O ROZ, Legislaci án administra tiva de Navarra , 1. 1, Pampl ona, 1917, pág . 19. Por c ierto OROZ otorga a la Ley de
1839 los calificativos de «infa usta», fata l y funesta.
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LAS INSTITUCIONES..
MARTIN Mª Razquin L1ZARRAGA
ASPECTOS ESTRUCTURAL-ORGANIZATIVOS
1.
Transformación de Reino en Provincia
Acabo de resaltar que el punto de arranque de Nav arr a en la Edad contemporánea se halla
en que pierde la condición de Reino para pasar a ser una provincia del Reino de Espa ña". Por
decirlo en t érminos políticos Navarra pierde su soberan ía (aquélla que restaba en su poder) y
pasa a integ rarse en una soberanía territorialmente más amplia y a la que se hallaba en gran parte
ya vinculada en un proceso imparable e in crescendo desde 1512 .
La pérdida de la condición de Reino significa, en prim er térm ino, la pérd ida del Rey. El
Rey ya no lo es del Reino de Navarra sino de España. Ello supone además la pérdida de su
sistem a instituci onal de Reino (Virrey, Cortes, Cámara de Comptos, Tribunales, fronteras y
adu anas)? y sus naturales pierden su naturaleza de «navarros », es decir, de ciudadanos de otro
reino, para inco rporarse a se r ciudadanos de la Monarquía española (no olvidemos porejempJo
la aplicación ahora ya del Código Penal a los navarros y no de sus leyes penales privativas)" .
Ser navarro ya no es una condición pol ítica sino , a lo sum o, una condición admini strativa e,
incluso, ci vil. Por cie rto la cond ición po lítica de navarro no se recupera hasta el Arnejorarniento
de 1982.
El cambio es, pue s, sustanc ial no só lo para las estructuras sino tamb ién para las per sona s.
Se pasa de ser un Reino indep endi ente y separado a participar de las ins tituciones generales y
proced er se a la aplica ción de las leye s generales.
Sin embargo, e l cambio que podríamos calificar de «brutal» aparecerá mitigado casi de
inmediato.
2.
El mantenimiento de un régimen jurídico-administrativo peculiar.
La Ley de 1839 supuso la liquidación jurídica del Reino de Navarra. Por otra parte ,
dentro de ella se contenía la con firm ación de los fueros estableciéndose que su modificación
debía hacerse por las Cortes de la Monarquía «oyendo ante s... a Navarra» .
Hay , como puede observarse, en est a ley una contradicc ión cuya salvedad pudi era
pare cer impo sible, pero que en virtud del propi o texto , pronto va a encontrar explicación.
Ele gida la Diputación , seg ún princ ipi os ge nerales, aunque compuesta de siete miem­
bro s " , la misma puso en seguida su empeño en lograr la debida y necesaria aclar ación de 10que
debía entenderse como confirmación de los fueros. Para ello se inició el con siguiente proc eso
de negociación entre la Diputación provinci al y el Gobierno de la Monarquía que logró en
8. Vid. para el estudio hist órico de esta tran sform ación , RODRfGUEZGARRAZA,Nava rra de Reino a Provincia (1828·
1841 J. Ed. Eunsa , Pamplona 1968.
9. R. AIZPlIN SANTAFR, Natur aleza ju rídica de las Leyes f oral es de Navarra , 2' ed .. Bibl iotec a de Derecho fora l. l.
X, Temas forales, Ed. Aranzadi, Pampl ona 1966 sostiene al respecto lo siguiente:
«Esta ley, diciendo que confirm aba nue stros fueros , aca ba realmente con lo más fund am enta l de los mism os al añadir
a esa confirmación lo de «sin perju icio de la unid ad co nstitucional de la Monarquía» . Porque aun entend ida esa unidad
co nstitucional del modo que expresam ent e la entendió el Gobierno que presentó la ley a las Cort es y és tas aprobaron
«<una Reina única para todos los españoles y un poder legislativo para todos los españoles»: «he aquí salvada la unidad
constit ucional », seg ún Arrázola, Ministro de Ju stici a), aun e ntend ida así , Navarra perdi ó sus Cortes, sus Jueces, sus
Aduanas, e tc., dej ando de se r el Rein o de Navarra para co nvertirse en una pro vin cia es paño la» (Pág . 496).
10 . Vid. P. ILARREGUl, Memoria sob re la Ley de la Mod ificación de los Fueros de Navar ra, Pamplon a 1972, que se
cita por la edici ónde la Bibl ioteca de Derec ho Foral , t. X Tema s Fo rales, Ed . Aran zadi, Pampl ona 1966, qui en se re fiere
al gran c uidado que se tuvo, a fin de que los navarros fueran ju zgad os en su territori o, en man tener la Audi encia en
Pampl ona , inclu so la defen sa que hubode hacerse para e llo en 1869 ante la reforma jud icial proyectada (págs. 78-7 9).
I l . Era lo que d isponía e l decret o de 28 de noviembre de 1839 en s u arto4", otorga ndo a la nueva Dipu tación el papel
de «co nferenciar co n el Go bierno par a la mejor ejecuc ión de lo dispuesto en el artícul o 2° de la Ley de 25 de oc tubre »
(art. 7Q) . Vid.sobre la relevancia de es te decreto J. ANDRÉS GALLEGO, Historia .... ci t. págs. 141 ·1 43.
diciembre de 1840 e l definitivo acue rdo que, tras entrar en vigor provision almente mediante el
instrumento formal de Real Decreto, fue aprobado por las Cortes y hoy conocemos como la Ley
Pa ccion ad a de 16 de agosto de 1841 .
No creo que sea éste el momento de exponer aquí el contenido y la nat uralez a de la Ley
de 1841 12 , aunque sí estoy obligado a indicar esquemáticame nte lo que supo ne para Navarr a
desde e l aspec to es tructural-orga niza tivo.
Desaparecida Navarra como Reino , se unifi ca n la administración militar, política y
judi cial con el rest o de la Mon arqu ía, así como la organ ización municipal se rige a partir de esa
fech a por las reglas generales .
Sub siste un sistema especial y peculia r en cuanto a la Diputación pro vincial, a la que se
con ceden además de las facult ades del Con sejo de Navarr a y de la Diput ación del Reino otras
importantes que exce den de las que con propiedad cabría califica r de meramente provinciales.
De est e pequeño embrión que surge del decli ve de un Reino nacer á lo que poco a poco va a
constitu ir la autonomía foral de Navarra cuyo conten ido irá haciénd ose más amplio con el paso
del tiemp o.
Me parece oportuno traer a la memor ia las palabras de IRIBAS sobre la situación jurídico
política de Nav arra en aquella época:
«Con la Ley del 4 1 pe rdimos nuestra autonomía polí tica, qued ánd onos sin Cortes
propias; per dimo s nuestra auto nomía civi l, some tiéndonos a los Códi gos gener ales que en
ade lante, y consultando las leyes de tod a la Nación , pud ieran formarse; perdimos nuestra
autonomía orgánica y procesal; pero nos quedaban la autonomía admistrativa, aunque restringida,
y la autono mía económica, en virtud de la que no puede aumentarse, sin el conse ntimiento de
Navarra, la contribuc ión fijada en dicha s ley»" .
3.
El aumento de la peculiaridad del régimen de Navarra.
Si en un primer moment o parece que el emb rió n --como lodo em brió n- era pequ eño, sin
embargo poco a poco la nueva cr iatura -olvid ada ya la 1ª guerra carlista- va a ir aumentando
en cantidad y calidad.
Par a es te aumento de la singu laridad del régime n navarro se utilizan, principalmente,
tres vías:
a) La defensa de la foralidad
La confirm ación de fueros y la ambigüedad de la Ley Paccionad a exigi an que la
Dipu tación se hallara siempre vigilante en defen sa de las competencias y facultades de Nava rra.
t 2. Par a ello me remi to a los autores navarros más recien tes en los que se reco ge el deb ate y posiciones jurídicas
so bre la Ley de 198 1 y su cará cter pacciona do : J.!. DEL B URGO. Origen y Fundam en to del r égimen f oral de Navarra,
Ed. Dip utac ió n Foral de Nava rra. Pamplona 1968; P. LARUMBE. «El siste ma fo ral navarr o" . e n Longa iak 0 2 1/ 1982; D.
LOPERBNA, Aproxi mac ión al r égimen fo ral de Na varra . Ed. IV AP, O ñari, 1984; YJ .A. R AZQUlN, Fu ndam entosjuridlco s
del /vnejoramiento del Fuero . Derechos hist áricos y régime n f oral de Navarra, Ed. Go bierno de Navarra, Pamplona
1989.
13. G. [RIBAS S ÁNCIIEZ, Los Derechos de Navarra, Im prenta Provincial, Pam plona 1984, págs. 86 y 87. O, por decir lo
en las palab ras más recie nte s de B. CLAVERO.
«Mas sustanc ialmente cn e lla (la Ley de 184 1) se declara, como puntos de mayor s ignificac ió n po lítica, la
implantación del régi men mil ita r y del ju dic ial comu nes. pero no del fisca l ni, e n buena parte, del tocan te a gobierno
inte rior. Este q ueda básicament e en man os de una Di putación de la pr ovincia que hered a compe te ncias del extin to
Co nsejo del Reino de Navarra y de la Diputación de Cor tes igualme nte propias y tam bién extintas ; en cuanto al régimen
fisca l, fund amen talme nte se trata de q ue, permanec iendo su gest ión tambi én en bue na parte e n m anos de la Diputación,
contribuirá al Estado Navarra , salvo alg una imposición indirecta, por un cupo o can tida d alzad a q ue por esta ley queda
fijado » (F ueros vascos. Historia en tiempo de Cons titución, Ed. Arie l, 1" ed., Barce lona 1985 , pá g. 20) .
LASINSTITUCIONES ..
MARTIN Mª Razquin L1ZARRAGA
La defensa de la foralidad significaba mantener lo propio , es decir, aquello que había superado
la dura prueba de la unificación constitucional.
La Diputación deberá defender el fuero y el huevo, es decir la doctrina de lo foral que
se irá formando en estos años (YANGUAS, ALONSO) 14 y también las competencias de Navarra en
aspectos concretos como los montes, la aplicación de la legislación desamortizadora, los
impuestos, etc.".
No debe olvidarse que subsiste la legislación privativa aprobada por las Cortes de
Navarra y que su desaparición dejó anquilosada ésta, aunque la Diputación fuera poco a poco
-a través de sus facultades normativas- solventando la falta de una institución legislativa".
b) El Convenio económico
El sistema económico de Navarra tiene su base en su autonomía financiera y tributaria
reconocida por la Ley Paccionada.
Me remito en esta cuestión al examen específico en el epígrafe sobre los aspectos
fiscales.
c) La ampliación de competencias
Sin lugar a dudas cabe calificar de raquítico el sistema de competencias asignado a
Navarra en la Ley de ]841 , sobre todo si lo comparamos con la situación anterior en que Navarra
era una Reino .
Sin embargo de ese raquitismo inicial no se dedujo en contra de lo que pudiera parecer
y de los intentos centralistas en este sentido una desaparción de la singularidad de Navarra sino
más bien al contrario. Navarra fue poco a poco ampliando sus competencias pasando de un
sistema mínimo a una rica realidad".
Dos fueron las vías de ampliación de la autonomía foral:
14. J. YANGUAS y MIRA NDAocupa un lugar destacado en esta tarea. Por un lado cabe resaltar su plano profesional
(Secretario y Archivero de la Diputación); por otro sus publicaciones, así sus tres Diccionarios (de Antigüedades , de
Tudela y de Fueros y Leyes) como su Manual para las Ayuntamientos. ALONSO realiza este trabajo en su Recopila ción
de fueros y leyes a que nos referimos en Nota posterior.
15. Una tarea aún pendiente es hacer historia de las publicaciones oficiales o «semi oficiales » de Navarra durante
los s, XIX YXX, en especial, en lo que afecta a las recopilaciones de textos legales. Hay que preguntarse por la real
aplicación de las leyes generales y por la continua presencia de folletos o manuales donde se recoge únicamente la
legislación privativa de Navarra, excluyendo la general o bien admitiendo de ésta sólo aquello que con criterio
restrictivo se entiende puede aplicarse a Navarra sin perjuicio de su régimen administrativo especial.
Cronológicamente, a partir de la Ley de 1841, hay que preguntarse por la obra de 1. ALONSO. Recopiloci án y Co ­
mentarios de los Fueros y Leyes de Navarra, publicada en 1848 y hoy reeditada en la Biblioteca de Derecho Foral ,
Ed. Diputación Foral, Pamplona 1964; J. y ANGU._S y MIRANDA, Manual para gobierno de los Ayuntamientos de
Navarra , Imprenta de Francisco Erasun, Pamplona 1846, que «comprende todos los negocios y disposiciones
legislativas que tocan a las facultades de dichos Ayuntamientos y de la Diputación provincial, reservadas en la Ley de
modificación de fueros de 16 de agosto de 1841. y cuenta con un interesante Prólogo donde el autor expone la historia
del régimen municipal navarro y las facultades del Consejo de Navarra y de la Diputación del Reino (Págs . 3-14) ;
DlruTAclóNFORAL y PRONVTClAL, Manual para lo Administración Municipal de los pueblos de lo provincia de Navarra,
Imprenta provincial , Pamplona, 1867. que recoge, como se indica en su prólogo, los Acuerdos generales y c irculares
aprobados por la Diputación desde 1841 a fin de que los pueblos los conozcan y cumplan; y C. DiAZ, Ley Provincial
de 29 de agosto de 1882 comentada y concordada con las disposiciones especiales de Navarra, Imprenta de F.J. Istúriz ,
Pamplona 1882, donde se comenta la ley provincial haciendo salvedad de la organización de la Diputación y sus
competencias.
16. Vid. D . LOPERENA y M.M. RA2QUIN, «Fuentes normativas de las Instituciones de Navarra a lo largo de la
XX. Revisto Prtncipe de Viona,
Historia», en 1 Congreso de Historia Contemporánea de Navarro siglos XV/ll,
Anexo 5·1986.
17. Vid. E. GARCiA DE ENTERRiA, Prólogo al libro de J.I. Del Burgo Introducción al estudio del Amejoramiento del
Fuero (Los Derechos Históricos de Navarra) , Ed . Gobierno de Navarra, Pamplona 1987.
xrx y
1ª. La asunció n por Navarra de nuev os cam pos competenci ales que no pudie ran dada su
novedad ser previstos en la ley de 1841 , Yque por no estar en contra de la uni dad constitucio nal
fueron incorp orados para su de te ntació n por la Diputación Foral (incluso se produce el cambio
de denominación de és ta de prov incial a fora l).
2ª. La interpretació n amplia de las materias reservad as a la Diputación en la Ley
Paccionada. La Diputación es timó siempre que sus competencias debí an ser todo lo amplias
posibles co n el úni co tech o de la un idad constitucional y que esa era la interpretación auténtica
de la Ley de 1841.
De ahí se deriv a un continuo enfrentamiento entre la ley común y la legislación foral.
Frente al espíritu unific ador tanto consti tucio na l corno legislativo que olvidaba sistemática mente
a Navarra, ésta procuraba «arreglan> es ta norm ativa para su aplicac ión en Nava rra. Ta l vez de
jacto e l «se obedece pero no se cumple » rigió en es ta et apa con mayor vigor real q ue cuando
es tuvo vigente de iu re el dere ch o de sobrecarta. Por ello es preciso resaltar que un estudio simple
o preciso de la legislaci ón común y genera l puede llevarno s a una conclusión equ ivocada.
Veamos un eje mplo. Las Co nstit uciones del s. XIX no se refieren a la singularidad de Nava rra
y de su régim en jurídico-adm inistrativo pecul iar. De ello sin emb argo no puede der ivarse que
Navarra no manten ía ese régi men porqu e las Co nstitucio nes no se refieran al mismo .
afirmac ión por otra parte lógica en una interpretació n estricta del principio de legalidad.
Asim ismo las leyes tamp oco hacían sa lveda d de Navarra en su regul ación, de lo que tamp oco
cabe dedu cir que se aplica ban en Navarra con pr ioridad o por encima de la norm ativa fora l.
Inclu so, enco ntramos a menud o que tras una ley general aprobada por las Co rtes, el Go bierno
aprue ba al cabo del tiemp o una norm a con rango inferior bien demorando o suspendiendo la
entrada en vigor de esa ley e n Nav arra o bien adec uándo la al acuerdo logrado en esa materia
con la Diputación Foral ".
Así algún autor '? ha destacado como nota del régimen fora l la qui ebra del principio de
legalid ad que un positivi smo jurídico exige sin entender el continuo arreg lo foral que se va
pro ducien do en todos los nuevo s cam pos y materias en los que se plante a conflicto entre e l
Gob ierno y la Diput ación Foral.
4.
La potenciación y conformación de una «estructura peculiar ».
Acabamos de sostener que en e l s. XIX se produce tras el inicial «raquitismo» un
aum ento progresivo de la autonomía foral. Pién sese inclu so en la creación del Con sejo
Administrativo a finales de este siglo como una mue stra más de esa ampliación de lo fora l".
Estim o sin embargo que el mom ento de mayor potenciaci ón del régimen fora l de
Navarra se dio en el primer tercio del s. XX, llegand o a mi juicio a poder afirmarse que es en
ese perí odo cuando se produce una conform ación de la foralidad de Navarra . Las razones que
me mue ven a sostener tal aserto se fund amen tan en la realidad hist órico-jurídi ca de esos años
y pued en ce ntrarse en tres hecho s:
18. Es una idea muy repelida por B. CLAVERO. Este autor se refiere en di versas ocasiones a la subsiste ncia de «una
es pecie de pase foral» (Fueros vascos.... cit. págs. 28, 53, 7 1-72) Ya la declaración especial que modula o excepciona
la aplicación en Navarra de las leyes generales (pag. 15. 17, 3 1. 35· 37). donde normas con rango inferior prevalecen
incluso sobre la Constitución (pág. 52).
19. LoPERF.NA. Aproximació n.... cit ., pág. 8 1.
20 . F. GÓM EZ ANTÓN, El Cons ejo Fo ral Admi nistrativo de Navarra , Ed. Rialp, S.A.. Madrid 1962. Vid. asimismo
M.S. MARTiNEZBELOQUT. «Génesis del Consejo Administra tivo de Navarra»,en Primer Congreso General de Historia
de Navarra . Revista Príncipe de Viana. Anejo 10-1988. págs. 265-270 .
LAS INSTITUCIONES...
MARTIN M" HazquínL1ZARRAGA
1ª. Potenciación de la Diputación Foral
La Diputación, ya ca lifica da definitivamente de foral, act úa como tal en total dife ren cia
institucional y competencial con el resto de las Diputaciones del Estado, a excepción de las
Diputaciones de Alava, Guipúzcoa y Vizcaya.
Inclu so es en los albor es de es te s. XX cuando, bajo esto s auspicios, se publican dos obras
que pretenden recoger nuestro Dere ch o foral y salvar su especificid ad frente al Derech o
general. Me refiero al «Régimen político y admini strati vo de las provin cias vasconavarras»
preparado por D. Jos é M~ ESTECJI A, Secretario de la Diputa ción de Vizcaya, bajo los auspicios
de ésta, que dedica una parte a Navarra (l ª edición de 190 2 y 2ª edición de 1918)21 y a la
«Legislación admini strativa de Nava rra», edición preparada por D. L UIS OROZ ZABALETA,
Secre tario de la Diputación Foral de Nav arra, bajo los auspi cios de ésta (Tomo primero en [917
y Tom o segundo en 1920), quien por cierto ya en 1917 se refer ía al «Derecho administrativo
forab".
2ª. El Convenio económico
En 1927 se firma en nuevo Convenio económico entre el Es tado y Na varra. Su
importancia será deci siva por cuanto en el mismo se recoge , por prim era vez, la sustent ación
jurídico-ideológic a del rég imen foral en lo atinente a su régim en ec onómico-fisc al.
A ello nos referiremos más ade lante.
3ª. El Convenio sobre la Administración local.
Tras la aprobación del Estatuto muni cipal en 1924 era obl igada la adaptación al mism o
del régimen singular navarro . Por un lado se reconoce su ex istencia y su diferenciación del
común, prop oniénd ose la celebración de las correspondientes negociacion es entre el Estado y
Navarra a fin de «mejorar» el régimen foral. Lo grado el acu erdo entre amba s parte s se
instrumentó el mismo con rang o legal a través del Re al Decreto-ley de4 de noviembre de 1925.
No proced e ahoracfectu ar su an áli sis" , aunque sea preciso destacar su enorme vigenc ia
y actualidad, hoy recogida expresamen te en el artículo 46 de la LORAFNA. Inclu so su de­
sarrollo por el R.A.M .N. tiene aún vigenci a que se perderá el próximo 1° de octubre con la
entrada en vigo r de la Ley foral de la Administración local aprobada en junio de este mismo año
por el Parlamento de Navarra.
Su importancia viene dada por múltiples razones, de las cuale s hemos destacado antes
su amplia vigen cia temporal. Pero sobre todo hay dos argumentos que avalan, aún mas, su
significada relevancia. El primero de ellos es la importancia que dent ro de Navarra tien e la
Administraci6n local ; el segundo es que el rég imen local especial de Navarra va a con stituir un
cuerpo jurídico compacto frente a la ley general.
5.
La «pervlvencía» y continuidad del régimen foral.
Poco cab e decir de Navarra en la etapa de la IIª República, si no es que poco afectó al
régimen foral máxime cuando su duraci ón resultó ser breve . Adem ás el sistema de Estatuto s
1 1. Una valoración de la obra de EsTECIIA puede verse en B. CLAVERO, Fueros vascos..., cit., págs . 17 y 42.
22. Pág. 12 del Tomo 1".
23. Vid. D. LoPE RGNA, Derecho histórico y régimen local de Nava rra, Ed. Gob ierno de Navarra, Pamplona 1988 y
M.1'1. R AZQUIN. «El régimen especia l de Navarra », en la obra colectiva dirigida por M UÑo z MACHADO, Tratado de
Derecho Muni cipal , Ed. Civiras , Madrid 1988 .
de Auton omí a dentro del Estado integral que preveía la Constituc ión de 1931 dificilmente podí a
afectar a la autonomía de Navarra. Incluso la ley municipal republican a de 1935 dejaba a salvo
las peculiaridade s de Navarra . Tal vez los únicos conflictos que pudieron plant earse, aunque
no pasaron de ahí, fueron en materia fiscal con la preten sión de aplicar directamente en Navarra
los impuestos aprobados por las Cortes.
El papel jugado por Navarra en la guerra civil supuso de entrada una garantía del
mantenimi ento de su status peculiar (piénsese de contrario lo que supuso para Vizcaya y
Guip üzcoa). De todos modos Navarra pervivió con gran autonomía admini strativa en la etapa
franquista, pero además continuó con su política de ampliación de competencias en base a la
Ley de 184 1. A título de eje mplo pueden destacarse por su impotancia diversos campo s:
1º. El régimen local: salvaguardado expresamente por la Ley de régimen local de 1955.
2º. El Conven io económico renovado en 1941 yen 1969.
3º . El derecho civil actualizado en 1973.
4º. Los trans po rtes convenidos en 1950.
Etc, etc.
Por otra parte no debe olvid arse el importante cambio económico y social que deviene
en Navarra a rai z del Plan de Indu strialización impul sado por la Diputación Foral desde 196424 .
Navarra llega al final del franquismo en una situación no sólo de pervivenc ia de su
régimen sino también con un abanico co rnpetencial que puede calificarse de amplio e
import ante.
Inclu so desde el plano estructural-organizativo puede destacarse el papel «político» que
en su etapa final cobró el Consejo Administrativo Foral, claro antecedente a pesar de su lejaní a
jurídica del Parlam ento Foral.
6.
La consolidación autonómica de Navarra en el nuevo Estado de las
Autonomías.
La etapa constitucional se caracteriza, entre otros aspecto s, por [a pretensión resolutiva
del llamado «problema vasco», es decir , por el intento de resolver satisfactoriamente la
dicotomía históri ca fuero s y Constitución a través de un Estatuto de Autonomía para el País
Vasco . Dentro de este marco cobró singular importancia el proceso de elaboración y debate de
la actual Dispo sición Adicional 1ª de la C.E. que por primera vez conjuga el historicisrno
fuerista con el constitucionalismo. Como todos saben, la D.A. I Q recoge el amparo y respeto
constitucional de los derechos históricos de los terr itorios forales. No cabe duda de que entre
ellos se halla indi scutiblemente Navarra.
Navarra, a diferencia de los otros territorios forales, optó por una vía singular de
adaptación de su régimen foral a la Constitución: su reintegración que concluy ó en acuerdo
ratificado por el Parlamento Foral y aprobado por las Cortes mediante ley orgánica (Ley 13/82,
de 10 de agosto)" .
Desde el punto de vista estructural-organizativo Navarra aparece ahora con tres
1nstitucio nes forales: Parlamento, Gobierno y Presidente (art. 10), que se articulan con el modo
imperante y general del sistema parlamentario de gobierno.
24 . V id .M . R APllN GARATE. «La Eco nomía y su evo lució n». en la obra colec tiva El Parlament o o Cortes de Nava rra .
Ed. Par lame nto de Navarra . Pampl ona t 989 .
25 . l A. ASIAIN, «La Con stitución yel régimen fora l". en Revista Jurtdica de Navarra , n"I /1 982; D. LoPERENA .
Aproximación al régimen f oral de Navarra. cit.; P . LARUMllE. «Re flexio nes sobre las instituciones navarras" . en
Euskal-Herria , Historia y Sociedad, Ed, Caja Laboral Popular, San Se bastián t985; J.!. DEL B URGO. Introducción...•
c it., y «Los derech os históricos de Navarra y al doctr ina del T ribun al Constitu cion al" . e n Revista españo la de Derecho
Adm inistra tivo nQ 6 1/1989; l .A. RAzQulN, Fundame ntos..., cit.
LAS INSTITUCIONES .
MARTlN M" Razquin L1ZARRAGA
Por otra parte Navarra ha mantenido las competencias que venía desarrollando (com­
petencias históricas) , ha recibido nuevas (competencias extraestatutarias) y, sobro todo , ello no
ernpece a su régimen foral siempre susceptible de amejorar puesto que no supone renuncia de
sus dere chos originarios (n.A. 1ª LORAFNA)26.
El sistema alcan zado en 1982 habla quedado inacabado hasta que recientemente este
mismo año 1990 se ha firmado el Conven io económico entre el Estado y Navarra.
Sólo resta decir que la ejecuci ón de las comp etencias corresponde ya a la Comunidad
Foral en un proceso ya acabado de desarrollo de las leyes básicas de Navarra con la aprobación
en junio de este año de la ley foral de admini stración local y con la previsible pronta
transferencia de los servicios de sanidad el próximo año 1991.
ASPECTOS FISCALES
La desaparición del Reino de Navarra venía vinculada tambi én a poderosas razones de
índole económica, que se centran resumidamente en la ruptura de la interposición de obstáculos
al libre comercio, de lo que se derivaba la supresión de las aduanas con su traslado a los Pirineos
y la acomodación de Navarra al sistem a general de la Monarqu ía" .
Dentro de la organización de la Hacienda del Reinan, destaca el papel de la Cámara de
Comptos desaparecida por cierto en 1836 29 • Por otra parte no hay que olvidar que las reuniones
de Corte s están motivadas por la nece sidad de las arcas reale s que precisan de pasar por esta
vía para conseguir el «donativo» .
Pensemos por otra parte que el sistema fiscal español está en estos inicios y primer tercio
del s. XIX en una larga noche oscura que irá recibiendo luz poco a poco durante los restantes
años (la primera reforma importante es la de A. MON en 1845)'°.
La transformación de Navarra de Reino en provin cia no significó su total desaparición
tampo co en lo atinente a las peculiaridades fiscales que se respetan en la Ley Paccionada de
1841. Navarra conserva una parte de su autonomía y entrega al Estado una aportaci ón que se
fija en la cuantía de 1.800.000 reales anuales, de los que se dedu cen 300.000 en concepto de
26 . Vid . M. PuLIDO. «En tomo a la Ley Org ánic a de Reintegración y Arnejoram iet o del Régimen Foral de Nava rra:
su sistema de competenci as" , en Revista de Administración Pública, nQ 99 / 1982; y l .A . RA ZQUIN, «Organizac ión y
competen cias de la Comunidad Foral de Navarra e n e l Amejo rarnienio del Fu ero ». en Revista Jurldi ca de Navarra nO
7/1989.
27. Así IDafirm an MINA. Fueros .... cit. y R. D EL Río, Las últimas Cortes ..., cit.
28. M. ARTOLA, «La Haci end a Real de Navarra en el Antiguo Régimen », en Hacienda Pública Española n"55/1978.
29. M .P. HUICI GONI, " O rigen y e voluc ión de la Cámara de Co rnptos (siglo s XIII a X lX» ), en la obra co lectiva El
control econ ámico -financie ro de losfon dos públicos en una sociedad democ rática. Ed . Aran zadi , Pamplon a 1983; y
L. ORDOQUt. La Cámara de Co mptos de Na varra : su establecimiento y consolidacion en la Comunidad Foral 1978­
1988. Ed. Cám ara de Compros. Pamplona 1988.
30. Com o señalan FERRErROy otros . «todos los a utores es tá n de acuerdo en situaren el año 1845 el punto de a rranque
hist órico de nue stro actual siste ma tributario» , qu c no sufre alteraciones importantes en su estructura hast a 1900. En
el s . XX . tra s la reforma de Fernández Villaverde de 1900 , pueden señalarse como nuev os pasos fundamentales las
reformas de 1940. t95 7 . 1964 Y 1978 (Curso de Derecho Tributario , Ed . M. Pon s , Madrid 1984, págs. 19-57).
Estimo q ue una tarea que está por hacer es e l exa me n com par ativo de la legislación tributaria gene ral y del sistem a
fiscal de Nav arra en el trans cu rso del tiempo , para ofrece r una an álisi s e xacto de las relaciones entre ambos reg ímenes
tributarios y, sobre todo, de la actuac ión de la D iputación Foral frente a las pretension es de aplicación de los nuevos
impuestos generales en Navarra. Una base para ese amplio trabajo puede e nco ntrarse en OROZ. Legislaci ón tributar ia
de Na varra, Impr enta provincial , Pamplona 1950, pág s. 49-94.
gastos de recaud ación y quiebra, a los que debe añadirse la correspondiente a la contribución
del culto y clero (artículos 25 y 26)31.
Esta cantidad no recibe modificación hasta 1877 en que la pretens ión del Gobierno de
homogeneizar a Navarra en el sistema contributivo general tuvo como único result ado la
elevación de la aportación a 2 millones de pesetas" .
Nuevamente la elevación del cupo dará lugar al primer convenio del s. XX , celebrado
en 1927. Su prim era base va referida a dicha aport ación que se fija en 6 millones de pesetas. Sin
emb argo dos notas car acterizan al nuevo texto:
Po El recono cimiento de la singularidad foral en materia tribut aria". Se incorporan al
final del convenio unas disposicione s generales relativas al régimen foral sobre capacidad de
la Diput ación Foral (D.G . I~) Ysobre inalter abilidad unilater al del Conven io (D.G. 6~r4 .
2ª. Se produ ce una armoni zación fiscal entre el régimen general estatal y el especial de
Navarra (Base 2ª con 14 disposiciones).
De nuevo opera como motor del cam bio la necesidad de actuali zar la aportación
económ ica, con motiv o del nuevo co nvenio económico de 194 1 que eleva el cupo a 2 1 millones
de pesetas (Base 1a). Su estructura es similar a la del conv enio de 1927 , recogiéndose después
la armoniza ción tributaria (Base 2ª) y el reconocimiento de la potestad trib utari a foral (Base 3ª).
Además, se fijaba el pago de un cupo extraordinario por la contribución exce pcional sobre
beneficios extrao rdinari os por los eje rcicios de 1936-19 39 en la cant idad de 9 millones de
pesetas.
La ins trurnenta lizac i ón forma l del convenio económico alcanza su may or rango con el
Conven io de 1969, donde la estructura del convenio deja, en primer lugar, definida la potestad
tribut aria foral, para después armonizar los regímenes tributarios y fijar fin almente la nueva
aporta ci ón económ ica (230 millones de pesetas anuales). Además se perfeccionan los instru­
mento s de colaboración con el Estad o dentro del sistema de convenio: Junt a arbitral y
Comi siones Coordi nadora s.
Dentro del marco establecido por el conven io económico de 1969 Navarra ha actuali­
zado parcialmente su sistema fiscal para adaptarlo a las profundas mod ificaciones que éste ha
tenido en el Estado. A título de ejemplo pueden citarse la del IRPF y del IS en 1978 o la más
reciente del IVA.
El Amejoramiento estableció en su artículo 45 la singularidad del Conv enio económico
como sistema de relación de Navarra con el Estado a nivel fiscal y financ iero. Fruto de este
nuevo marco y, en especi al, de la necesidad de actualización del Convenio de 1969 una vez
transcu rridos tanto s años, de las modificaciones del sistema fiscal y, sobre todo , de la nueva
implantación competencia l ha sido el nuevo Conveni o econ óm ico de 1990.
31. Pued e verse sobre este pre cepto los comentarios de uno de los neg ociador es P. ILARREGUI, Memoria sobre la Ley
de la Modificación de los Fueros de Navarra. Bibli ote ca de De rec ho Foral , t. X Tema s Foral es. reedi ci ón de la l '
efec tuada por la Imprenta Pro vincial en 1872 . Ed . Diputa ción Fora l de Navarra , Pam plo na 19(\6 y tamb ién de ALONSO.
Recopilación.... cit. Para una visión genera l del sistema fiscal de Nava rra desde 184 1. con sus avatares y convenios en
los siglos XIX y XX es mu y útil co nsultar los trabajos de OR OZ, Legislacion tributaria ..., cit.; J.1. DELBURGO, Régimen
fisc al de Navarra . Los Convenios eco nó mico s, Ed. Aranzadi , Pa mplo na 197 2; y l .A. RAZQUIN. Fundamentos.... ci t.
págs. 141-155 .
32. Vid. M .S. MART1NEZ BElOQUI. «La negoci ación del Con ven io de Tej ada Vald osera ( 1876- 1877»>, en Prim er
Congr eso Gene ral de Historia de Navarra, Revista Prlncipe de Viana , Anejo 10-1988, págs. 271 -28 1.
33. Aspe cto que desta ca A IZT'lJN SANTAFÉ. Natura leza ..., c it. pág. 502. Para M.M. TRONCOSo és te es el aspecto po­
si tivo de este Co nvenio, que en lo dem ás «quedó articulado sirnpli starncnt e, con desconocim ient o de Nava rra y de su
régimen por algunos comisionados es tatales, co n la directri z de aplic ar los mismos planteam ient os en ambas
jurisdicciones , conserva ndo sin universal idad de c riterio instituc iones forales y. desd e luego, s in conve nir cas i nada
(po r no deci r nada) en lo económico » (Pró logo al libro de J.!. DELBURGO, El r égimenfiscal de Navarra . Lo s conv enios
económicos, Ed . Aranza di, Pam plon a 1972 ). Una opinió n co ntraria a la anterior es la de O ROZ, Legislación tributaria...,
cit. págs . 66 -69 , quien por cierto interv ino en las negociacione s.
34. Para CLAVERO el Decreto de 15 de ago sto de 1927 , aunque pretende revi sar el régi men fiscal de N avarra , «viene
sustancialmente a confirmarlo» e inclu so, «la sustancia del régimen a mayor abunda miento se garan tiza e n unas
disposiciones gene rales que llegan a l final del decreto» (Fueros vascos..., cit. págs. 55-56).
LAS INSTITUCIONES ..
MARTIN Mª Razquin L1ZARRAGA
CONCLUSION FINAL
Ciert amente que una visión general contiene a lo largo de todo un texto continuas
valor acione s de la posici ón de Navarra en la Edad Contemporánea. Sin emb argo no quiero huir
de extraer unas notas final es que creo caracterizan el proceso dinámico en el que Navarra perdi ó
su identid ad de Reino pero ha mant enido su singularidad administrativa primero y políti ca
tambi én hasta lograr en pleno proceso continuo la conclusión de una nuev a identidad singular
como Comunidad Foral.
Tres nota s quiero destacar ahora:
I ~ . El proceso es un camino jalonado de luchas y enfrentamient os bélicos (guerr as
carli stas) y pacífico s. No se piense que Navarra estuvo siempre en un continuo «ir del brazo»
con el Estado . La Diputación se vio obligada num erosas veces a protestar y discutir con el
Gobiern o para defender la singularidad foral. La Gam azada no es el único hito de la defen sa
de la fora lidad sino que la Dipu tación hubo de hacer frente a más intromisiones que las que a
primera vista pudieran parecer" .
De ello se deriv a que es un proceso lento en el que el régimen foral va fraguando su
singularidad paulatinamente. A menudo tras la corres pondiente ley atent atori a de la foralidad
transcurre un tiempo en que no se logra acuerd o. Sin embargo el acuerd o se va consiguiendo
a fin de evit ar la aplicación directa de la legislac ión estatal en mate ria foral sin el prev io acuerdo
con la Diputación Foral" .
2ª. Es un proc eso de cercanías y lejan ías entre el régimen común y foral. Muchas veces
inclu so la cercanía o lejanía depende del observ atorio que adopte el que se acerca al régimen
foral. Este equilibrio diffcil de cercanía-lejanía sos tiene al régimen foral com o una institu ción
sing ular, distinta y prop ia de Nav arra.
3ª. Es un pro ceso sie mpre en marcha , de permanente dinamismo y actualización.
Piénsese por poner un eje mplo en la más rec iente actualidad. Aún a pesar de no haberse
apro bado el Amejoramiento hasta 1982, el Parlamento Foral se constituye en 1979 y actúa
como institución quasi-legislativa ; el Conv enio económico de 1990 culmina una larga etapa
desde 1969 donde nuestro siste ma tributario integró el IRPF, el IS, el IVA Yse inició el proc eso
de transferencias.
En resum en, creo que estas pinceladas que acabo de dar co nst ituyen una foto de lo que
ha sido y es Navarra en la Edad contemporáne a desde los aspe ctos estruc tural-organiza tivos y
fiscales , sin olvidar que dada la época en que estamos más que una foto debiera haberse visto
como un video, que aunque yo ahora acabo , sigue adelante.
35 . Así lo afirmaba en 1894, IRlBAS en su folleto Los Derechos de Navarra , ya citado. págs. 53-54 . Un ejemplo lo
co nstituye el s istema fiscal. Nava rra lUVO que «pelean> con el Estado co ntinuamente. Puede verse este en frentam iento
durant e e l s. XIX en P. lLARRl!GUI , Memoria..., cit.. cu ya tercera parte se ded ica en su mayor ex tensión (pág . 57-70) a
los continuos problemas que tuvo que af rontar la Diputació n para la defensa de lo dispuesto e n los artículos 24, 25 y
26 dc la Le y Pac cion ada que el Gobiern o pretend ía mod ifica r a cada mom ento (aranceles de aduan as , co ntribuciones,
cupo y dotación del culto y clero ) y J. Los ARCOS, Intervención del Excmo . Sr. Ir .Javier Los Arco s en la discusión del
proyecto de Ley de Presup uestos para el año económico de 1893 a 1894 en los puntos referentes a la provincia de
Navarra , l ' e d., Mad rid 1872. reeditada e n la Biblioteca de Derech o Fo ral, t. X Te mas Forales. Ed. Diput aci ón Fora l,
Pampl on a 1966.
36. Un eje mplo lo constituye la form ac ión del Co nsejo Provin cial de Navarra que es tuvo en funcion amient o. a pesar
de las prote stas de la Diput ación desde 1845 hasta 1868, suponiendo «un grave co ngrafuero que vulneró lo acordado
ell la Ley de fueros de J 84 1» (F. MIRANDARUBIO, «Consejo Provincia l de Navarr a», en Primer Congreso General de
Historia de Navarra . Revista Príncipe de Yiana . Anejo 9- 1988. págs. 409-420).
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