1898 Más se perdió en Cuba 1910-1913 1906-1909 1899-1905 La Guerra de Cuba (1895-1898) tiene aún para la mentalidad colectiva española un significado especial. Supuso, aparte de los indudables aspectos económicos y sociales (emigración), la liquidación de las últimas colonias del imperio español. Su pérdida, y cómo se pierde (Desastre), desencadena una serie de preguntas existenciales que en cierta medida han llegado hasta hoy mismo. ¿Problemas de España o España como problema? Tras el desastre del 98, para los españoles la entrada en el nuevo siglo (XX) se presenta llena de incógnitas y no pocos nubarrones. Muchos son los problemas acumulados a los que hay que hacer frente y algunos de forma inmediata. Mientras la confianza de los españoles en sus propias fuerzas está bajo mínimos y España sin pulso, sin embargo, hay que tirar para adelante. Las Dos Españas Lo que a partir de los años treinta se va a conocer como las «dos Españas» comienza a fraguarse de forma visible en la primera década del siglo XX e incluso podemos fijar el año 1909 como el momento de cristalización. No estamos únicamente ante un simple problema político («Maura, no»): la dialéctica de las dos mitades hunde sus raíces en planteamientos ideológicos divergentes y en modelos sociales encontrados; planteamiento que, por otra parte, no es exclusivo de España, aunque aquí adopte especiales connotaciones de tipo clerical y militarista. Religión, Obrerismo y Regionalismo José Canalejas (El Ferrol, 1854) es el líder que mejor representa a comienzos del XX la esencia del liberalismo (1910-1912). Su asesinato (12 de noviembre de 1912) pone fin a la última esperanza de un regeneracionismo civilista. El joven Santiago Alba entra, por primera vez, en un equipo ministerial (Instrucción Pública). La identificación de El Norte de Castilla con la política gubernamental es total, especialmente por lo que al espinoso tema de la educación se refiere. Especial atención le presta al nuevo y flamante ministro al inaugurar, en la Universidad de Valladolid, el curso 1912-1913. Etapa ciertamente movida para España ésta que precede a la Gran Guerra; aunque los problemas son muchos y muy variados, los podemos centrar en tres vértices: religión, obrerismo y regionalismo. HEMEROTECA 150 Años 1914-1918 1914-1918 1921-1923 1923-1930 España, neutral. Los españoles, en guerra Después de la terrible guerra Franco-Prusiana (1870) y al calor de ciertas doctrinas pacifistas, muchos idealistas llegaron al convencimiento de que las guerras eran cosa del pasado. Sin embargo, no cabía ignorar que estaban asomando sin rubor otras fuerzas exaltadoras de la violencia en torno a mitificaciones nacionalistas y racistas. Además, no podemos olvidarnos de factores económicos, sociales y estratégicos en la formación de bloques que desembocan en la Gran Guerra (1914-1918). No obstante, en principio, muy pocos pensaron a finales de junio de 1914 que el asesinato de Francisco Fernando, el heredero de la ultraconservadora corona imperial austro-húngara, por un exaltado nacionalista iba a desencadenar la guerra. El Regionalismo «sano» La I Guerra Mundial (1914-1918) va a transformar la vida de millones de personas en el continente europeo; también la de los españoles, pese a la neutralidad de España, y desde luego la de los castellanos. Es verdad que, durante los años que dura el conflicto armado, el trigo castellano vuelve a recobrar los precios del siglo XIX y torna a ser rentable. Pero esta transitoria bonanza es simplemente una tregua, el canto del cisne de la economía castellana, que no se aprovecha para llevar a cabo las inaplazables reformas. El desastre de Annual. Santiago Alba, culpable Terminada la Gran Guerra (1918) se inicia la transición de una economía bélica a otra de paz que requiere grandes ajustes en muy poco tiempo, comenzando por la subsistencia cotidiana: asegurarse el pan nuestro de cada día. Santiago Alba, el principal accionista de El Norte de Castilla, y, con él, el decano de la prensa castellana, se van a ver en el ojo del huracán tras el desastre de Annual (1921). El Norte y Alba frente a la censura dictatorial De la sesquicentenaria vida –150 años– del decano de los diarios españoles, desde los lejanos años de su fundación a mediados del siglo XIX hasta hoy, hay tres momentos realmente críticos para este periódico: vísperas de la Gloriosa (1868), Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) y primeros años del franquismo. Es verdad que El Norte, como buena parte de la prensa española, pasa por avatares diversos y difíciles, pero esos tres momentos son de especial cuidado para el periódico vallisoletano por razones concretas. Por lo que se refiere al segundo momento, bajo la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), éste convierte a Santiago Alba –accionista principal del periódico– en el chivo expiatorio de todos los males de España, casi desde los visigodos. HEMEROTECA 150 Años