LA ESPAÑA DEL SIGLO XIX: LA CONSTRUCCIÓN DE UN RÉGIMEN LIBERAL Análisis general: Durante el siglo XIX, España vivió un proceso de construcción de un régimen liberal. Los primeros intentos se produjeron como reacción a la invasión napoleónica (Constitución de 1812), pero fue al morir Fernando VII (1833) cuando culminó la instauración del liberalismo en España. A partir de este momento, los monarcas vieron limitados sus poderes por la Constitución y el Parlamento. Sin embargo, el régimen liberal español se caracterizó por la constante intervención del ejército en la vida política, por la debilidad de la burguesía quizás por un escasísimo desarrollo industrial, por una participación muy restringida y por la limitación de las libertades. Los intentos de “democratización” durante el Sexenio Democrático (1868-1874) fracasaron a causa tanto de los propios progresistas, demócratas y republicanos y la oposición de los moderados. El liberalismo en el XIX: Etapas: YA CONOCIDAS El liberalismo en el XIX: Constituciones (Objetivo del examen) Hay muchas Constituciones españolas a lo largo de nuestra historia, desde la Constitución de 1812, pasando por las de 1837, 1845, 1869, 1873 y 1876. De todas ellas nos detendremos en 4: 1812; 1845; 1869 y 1876 Constituciones españolas Constitución de 1812: España alcanza el liberalismo CONTEXTO histórico de la Constitución de 1812 (recuerde el video) El sentido de las Cortes de Cádiz, en cuyo seno nació la más famosa y controvertida constitución española, se intuía ya desde comienzos del reinado de Carlos IV, cuando despertaron unos deseos de renovación y reforma que se harían especialmente intensos a partir de 1808. De una parte, los acontecimientos vividos en España desde 1808 impusieron un radical cambio de sentido en las instituciones y normas entonces concebidas. De otra parte, el proyecto moderadamente reformista, alimentado al principio por muchos, se vio sacudido por el movimiento revolucionario francés. En ese ambiente, la ausencia de los reyes, la quiebra, sumisión e ineficacia de los supremos órganos políticos de la nación, y la misma situación bélica brindaron la ocasión para sentar las bases de un nuevo régimen y promover la transformación de la sociedad. Justamente ese era el objetivo de la convocatoria de las Cortes, prevista por la Junta Central y efectuada por el Consejo de Regencia. Al estar gran parte del territorio nacional ocupado por el enemigo, hubo de ser la más alejada y meridional ciudad de Cádiz, mejor protegida por la escuadra inglesa y en la que existía un ambiente predominantemente liberal y burgués, fue aprobada el 19 de marzo del año doce. Características y principios de la Constitución de 1812 La Constitución se caracteriza por su carácter popular, puesto que las Cortes generales y extraordinarias representan a la nación, y se dotaron a sí mismas de esta obra sin la colaboración del rey ni de otros poderes Los principios más destacados que establece la Constitución, y sobre los que se asienta, son: el de la soberanía nacional, elevado a la categoría de dogma político; el de separación de poderes, formulado por Locke, que atribuía cada una de las funciones legislativa, ejecutiva y judicial a órganos diferentes que se controlarían mutuamente para poner fin al régimen absoluto de concentración de poderes en manos del rey, y el nuevo sentido de la representatividad política, que no operaría respecto de los estamentos sino de la totalidad de la nación mediante el sufragio activo universal indirecto y el pasivo restringido. La Constitución reconoce también los principios de la unidad de jurisdicción y los derechos individuales de libertad personal, de inviolabilidad de domicilio, de prohibición de tortura y de libertad de expresión sin censura previa, y consolida el derecho de propiedad y la igualdad ante la ley. Vida de la Constitución de 1812 La Constitución fue derogada en 1814, días después de regresar Fernando VII de su cautiverio. Fue impuesta en 1820 tras el pronunciamiento de Riego en Cabezas de San Juan; de nuevo derogada en 1823 por las fuerzas absolutistas y el apoyo Constitución de 1845: reinado de Isabel II CONTEXTO histórico La Constitución de 1845 es, en relación con la de 1837, es más bien una reforma de ésta.La revisión no afectaba a cuestiones esenciales, y la estructura de las dos constituciones era casi la misma. Nació bajo el pretexto de que, dominado el levantamiento carlista, hacía falta una nueva constitución que reforzara la autoridad de la Corona a fin de consolidar la paz. La constitución la rubricó la reina Isabel II "en unión y de acuerdo con las Cortes" el día 23 de mayo de 1845, es una constitución que permite realizar una política claramente moderada y asegurar el dominio político y social de la oligarquía. Principios de la Constitución de 1845 La Constitución tenía dos pilares importantes: 1º, la negación de la soberanía nacional y del poder constituyente de pueblo, sustituidos por el principio que ya introdujo el Estatuto Real de la soberanía compartida por el rey y las Cortes, y 2º, el reforzamiento del poder de la Corona a través del sufragio restringido , del elitismo senatorial (al ser nombrados los senadores, en número ilimitado, por el rey con carácter vitalicio) y de la prerrogativa regia de nombrar y separar libremente a los ministros. Vida de la Constitución de 1845 Aunque la Constitución de 1845, con la que se consolida en España el régimen constitucional moderado, continuaría vigente hasta 1868 y ejercería una influencia notable en la posterior Constitución de 1876, su vida fue accidentada. Constitución de 1869: El Sexenio 1868-1874 CONTEXTO histórico de la Constitución de 1869 El factor inmediato que dio lugar al nacimiento de la Constitución de 1869 fue la revolución de septiembre de 1868. Pero las causas profundas del fracaso del reinado de Isabel II y también de la Const, habría que buscarlas en la amplia serie de errores y arbitrariedades que se cometieron durante el reinado de Isabel II y en la agitada vida política de aquellos años, todo agravado por la conducta de la reina en su vida privada. La revolución inspirada por Prim, Serrano y Topete, daría lugar al destronamiento de Isabel y prepararía el advenimiento de la República. 1º. La primera guerra de Cuba, 2º, la reanudación de las guerras carlistas, 3º, la aparición de nuevos movimientos y organizaciones políticas y sociales y el fortalecimiento y radicalización de los ya existentes, 4º, el agravamiento del problema agrario y obrero y 5º, un creciente sentimiento republicano, todos estos puntos anteriores constituían el telón de fondo en medio del cual nació la Constitución de 1869. Características y principios de la Constitución de 1869 De origen popular, reconocía en su preámbulo que eran las Cortes constituyentes, representantes de la nación, quienes decretaban y sancionaban la constitución. Son sus principios constitucionales básicos: el de la soberanía nacional y el de la separación tajante de poderes Pero su característica esencial es la minuciosa y amplia relación y regulación que hace de los derechos humanos, protegidos por un sistema de garantías políticas. Entre ellos destacamos la libertad de prensa, de cultos, de enseñanza y de residencia y la inviolabilidad del domicilio y de la correspondencia. En la constitución se consagran también los derechos del sufragio universal masculino, de reunión y asociación y de libertad de cultos, acaso los más importantes logros de la revolución de 1868. Vida de la Constitución de 1869 La Constitución de 1869, que representó en suma la encarnación de un liberalismo radical (casi democrático) frente al liberalismo de los moderados de la época anterior, tuvo una vida breve. El nuevo rey, Amadeo de Saboya, renunció por la incapacidad de los partidos para consolidar el sistema y la imposibilidad de gobernar al país constitucionalmente por el cúmulo de dificultades, problemas y hostilidades con que tropezó su gestión, Así se abrió paso a la proclamación de la Iª República, con lo que una nueva constitución parecía llamada a suceder a la monárquica de 1869, pero continuó hasta 1876. Constitución de 1876: La Restauración Fue el deseo generalizado de acabar con la anarquía y con la inestabilidad política, aún mayores en la Iª República, el caldo de cultivo que hizo posible la Restauración de la monarquía en la persona del hijo de Isabel II, Alfonso XII. El retorno a este régimen, tras la proclamación en Sagunto por el general Martínez Campos, exigía la vuelta a una constitución que estuviera en consonancia con aquel régimen y con las ideas que representaba. CONTEXTO histórica de la Constitución de 1876 El gran arquitecto de la Restauración fue el genio político de Antonio Cánovas del Castillo, quien conseguiría imprimirle un carácter necesariamente renovador y conciliado. Cánovas logró reunir a un amplísimo grupo de políticos de diferente ideología para que sentaran las comunes bases jurídico-públicas del futuro y lograran un régimen duradero. Los fines de la Const. 1876 eran: 1º, la conservación de la paz pública y de la libertad, 2º, el normal funcionamiento de los órganos parlamentarios y 3º, el establecimiento de un nuevo orden constitucional. A este respecto, se impuso el criterio de Cánovas. Características y principios de la Constitución de 1876 La Constitución de 1876 es un texto constitucional considerado en su conjunto como de signo moderado. Es una constitución acordada entre la Corona y las Cortes, es decir, como fruto del pacto entre la soberanía real y la nacional, ya que rey y Cortes eran ahora sujetos conjuntos de la soberanía. Es, lógicamente, una constitución monárquica, el rey compartía con las Cortes el poder de legislar, sancionaba y promulgaba las leyes y las hacía cumplir, mandaba a las fuerzas armadas y nombraba a los ministros y los funcionarios públicos; pero la monarquía instaurada era constitucional y parlamentaria, es decir, el rey estaba sometido a la constitución, y, aunque contaba con un ejecutivo fuerte y con el derecho de veto, por lo general no ejercía las facultades que le eran formalmente atribuidas, y en su lugar, de hecho, eran los ministros responsables quienes lo ejercían. La consideración del rey como jefe supremo del Ejército fue una fórmula eficaz para frenar los pronunciamientos militares, tan frecuentes hasta entonces. Vida de la Constitución de 1876 Como estaba previsto, la Constitución sirvió de marco al juego alternativo y artificial (por la manipulación de las elecciones) de los partidos monárquicos conservador, de Cánovas, y liberal, de Sagasta, durante más de dos décadas. Pero: 1º, la desaparición del bipartidismo y de su anterior sistema rotatorio, 2º, la progresiva desintegración política, 3º, unida a la acentuada tendencia separatista de algunas regiones, 4º las tensiones sociales y su consiguiente clima subversivo (del que fue ejemplo la "semana trágica" de Barcelona de 1909), 5º, la intervención del Ejército de nuevo en la vida política con la formación de las Juntas militares de Defensa, y 6º, la huelga revolucionaria de 1917 determinaron las primeras quiebras en la vigencia de la Constitución y los inmediatos intentos de reformarla, que se iniciaron en 1917 y se reprodujeron tras el golpe de Estado del general Primo de Rivera.