1 J. C. Estenssoro Fuchs, Del Paganismo a la Santidad. La

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Morduhay, Sebastián Javier. Reseña sobre J. C. ESTENSSORO FUCHS, Del
Paganismo a la Santidad. La incorporación de los indios del Perú al catolicismo.
1532-1750. Travaux de l´Institut Français d´Études Andines, tomo 156. Lima, 1998.
En: PROHAL MONOGRÁFICO, Revista del Programa de Historia de América
Latina. Vol. I. Primera Sección: Vitral Monográfico, Nro. 1. Facultad de Filosofía y
Letras, Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, 2008. ISSN 1851-9091
J. C. Estenssoro Fuchs, Del Paganismo a la Santidad. La incorporación de
los indios del Perú al catolicismo. 1532-1750. Travaux de l´Institut
Français d´Études Andines, tomo 156. Lima, 1998; 586 páginas.
Por Sebastián Javier Morduhay
(Universidad de Buenos Aires)
Juan Carlos Estenssoro Fuchs, peruano, cursa sus segundas letras
hasta 1985, para pasar a la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde se
gradúa con el título de Licenciado en Historia en 1988. Dos años más tarde,
obtiene el grado de Magíster en Historia de la misma pontificia institución. Por
último obtendrá su doctorado allí en el año 1998. Actualmente se encuentra
trabajando en el U.F.R. d'Etudes Romanes, Slaves et Orientales - Section
d'Espagnol, Universidad de Lille III. Ha sido becario del Instituto de
Cooperación Iberoamericana y de la Ecole Française de Rome. Es autor, entre
otras publicaciones, de los libros Música y sociedad coloniales (premio R.
Stevenson de Musicología e Historia de la Música Americana) y Del paganismo
a la santidad. La incorporación de los indios del Perú al catolicismo. Director
para el Perú del Diccionario Enciclopédico de la Música Española e
Hispanoamericana y colaborador de The New Grove Dictionary of Music and
Musicians
El autor, se interesa tempranamente por los estudios culturales y
específicamente por la relación entre el poder y la música en la sociedad
peruana colonial:
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Morduhay, Sebastián Javier. Reseña sobre J. C. ESTENSSORO FUCHS, Del
Paganismo a la Santidad. La incorporación de los indios del Perú al catolicismo.
1532-1750. Travaux de l´Institut Français d´Études Andines, tomo 156. Lima, 1998.
En: PROHAL MONOGRÁFICO, Revista del Programa de Historia de América
Latina. Vol. I. Primera Sección: Vitral Monográfico, Nro. 1. Facultad de Filosofía y
Letras, Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, 2008. ISSN 1851-9091
"El origen de este libro remonta a inicios de 1986. Trabajaba entonces
en el Archivo General de Indias recogiendo fuentes para un proyecto
de largo aliento sobre los vínculos de la música y el poder en el
virreinato peruano...".1
Pero la ventura de un hallazgo documental tornará su camino intelectual,
mas siguiendo siempre su abordaje epistémico e historiográfico, hacia la
evangelización del Perú.
"...cuando me topé con una carta firmada por puño y letra por más de
veinte caciques reclamando la canonización del indio Nicolás Ayllón...
[…] Su existencia me permitía ver concretizada en el plano religioso, y
gracias a una figura precisa, la que era mi pregunta principal en torno a
la música en aquél momento: cómo la sociedad colonial había podido
construir convenciones compartidas por todos sus miembros...".2
Aparece aquí un último punto sobre el abordaje del autor, la voluntad de
romper con interpretaciones que, desde el estructuralismo, había influido
largamente en el Perú. Tal era la confluencia que en el Perú tendría lugar entre
la vertiente académica del estructuralismo, y las reutilizaciones políticas del
peruanismo y andinismo, que habían fundamentado un discurso y proyecto
políticos. El clima intelectual previo se reviste de dos factores, una moralidad
anticolonialista y un espíritu epistémico estructuralista. Así, el interés por un
objeto, la historia cultural, representada por la música o la evangelización –
estudiada más como conjunto de representaciones que como práctica-, la
convicción acerca de algunos principios metodológicos, representados por la
crítica al estructuralismo y la recuperación de los distintos sectores como
sujetos de una negociación simbólica, y el ‘evento’ del hallazgo de la carta de
los caciques pidiendo la canonización del indio Nicolás de Ayllón, son las tres
fuerzas que convergen y explican el devenir e identidad del presente libro.
El libro se desarrolla siguiendo un hilo cronológico marcado por tres
períodos. La primera etapa de la evangelización intentó
1
“prestar oídos
ESTENSSORO FUCHS, J. C., Del Paganismo a la Santidad. La incorporación de los indios
del Perú al catolicismo. 1532-1750. Travaux de l´Institut Français d´Études Andines, tomo 156,
IFEA, 1998. P. 21.
2
Ibidem. Pp. 21-22.
2
Morduhay, Sebastián Javier. Reseña sobre J. C. ESTENSSORO FUCHS, Del
Paganismo a la Santidad. La incorporación de los indios del Perú al catolicismo.
1532-1750. Travaux de l´Institut Français d´Études Andines, tomo 156. Lima, 1998.
En: PROHAL MONOGRÁFICO, Revista del Programa de Historia de América
Latina. Vol. I. Primera Sección: Vitral Monográfico, Nro. 1. Facultad de Filosofía y
Letras, Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, 2008. ISSN 1851-9091
sensibles a todo lo que pueda ser una huella de diálogo entre el catecismo y
los catecúmenos"3. El segundo período es de estabilización, 1583-1649.
Signado por el intento de normalizar la iglesia desde el concilio de Trento. La
indianización (y la consecuente occidentalización) son productos y contenidos
de éste proceso. Un tercer momento se extiende por un siglo desde 1650 hasta
1750. El mestizaje se torna una estrategia explícitamente definida de
integración y orden de la sociedad colonial, manteniendo una jerarquía. A su
vez el autor propone en la introducción algunos tópicos de continuidad en el
relato: “Temas trasversales serán: el diablo, el más allá, los incas, las
transformaciones de la historia, la trascripción” 4. La primera evangelización
esta marcada por bautismos masivos, instrucción primaria y
escasez de
personal. Su cierre está signado por el tercer concilio limense de 1583. Trento,
el Virrey Toledo y la Compañía de Jesús son elementos desarticulantes de este
primer período. Aunque la Iglesia niega la presencia de diferencias o
disonancias en su interior, en éste primer momento, pueden rastrearse tres
proyectos de evangelización, el de los encomenderos, el del clero regular y el
del clero secular. La heterogeneidad y la competencia son características
principales de ésta primera etapa desde el lado de la Iglesia. Y ello muy a
pesar de la propia comunidad eclesial.
“Al no existir ningún proyecto global, cada orden (dominicos,
mercedarios, luego franciscanos, y, sólo en 1551, agustinos), y cada
grupo a su interior, actuaba por cuenta propia y en el clero secular,
incluso cada individuo seguía su buen parecer”.5
Un segundo rasgo, al lado de la heterogeneidad, es la problemática de la
lengua como condicionante de las prácticas evangélicas que por su
multiplicidad imponen una pluralidad de esfuerzos lingüísticos que ponen en
riesgo la unidad del mensaje. En ese sentido, la Iglesia pone en práctica
3
Ibídem. P. 27.
Ibídem. P. 26.
5
Ibídem. P. 47.
4
3
Morduhay, Sebastián Javier. Reseña sobre J. C. ESTENSSORO FUCHS, Del
Paganismo a la Santidad. La incorporación de los indios del Perú al catolicismo.
1532-1750. Travaux de l´Institut Français d´Études Andines, tomo 156. Lima, 1998.
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Letras, Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, 2008. ISSN 1851-9091
medidas homogeneizadoras de las prácticas evangélicas, como la difusión de
‘cathecismos’ modelo. El concilio Limense de 1551, resuelve que los elementos
principales de la fe sean enseñados en castellano para asegurar su unidad de
sentido, pero acompañados de materiales o coloquios en lenguas vernáculas
para su mejor entendimiento. La laxitud es una tercera característica de la
primera evangelización. Una combinación aparentemente contradictoria de
predicación aproximativa del cristianismo -como interpretante de una ‘religión
natural’- en la propia lengua y la memorización de oraciones en español o latín
es producto de la precariedad de las circunstancias y del clima de
contrarreforma. La precariedad de las circunstancias hacía imperioso reducir al
mínimo las sutilezas doctrinarias. Lo que parece ser una hipérbole de
escrúpulos inexplicada en este contexto de precariedad, tal como la pretensión
de que los nativos aprendiesen las oraciones y palabras claves de la fe en
español o aun en latín, se explica probablemente porque tal medida no estaría
orientada al indio, sino más bien a mostrar que América se evangeliza
católicamente, y la marca de tal catolicidad está en las fórmulas aprendidas
memorísticamente. Pero tal no es la interpretación del autor, que prefiere
enunciar ambas como estrategias alternas ante el problema de la lengua, parte
de un grupo de tres. La memorización, la traducción y el uso de metáforas o
paráfrasis en lengua vernácula. Tales las tres alternativas presentadas en el
libro.
El segundo período abarca desde 1565, la llegada de los decretos de
Trento a suelo americano, hasta 1582, umbral del Tercer Concilio de Lima.
Éste período esta marcado por la prefiguración del disciplinamiento de la
actividad evangelizadora, marcada por la Compañía de Jesús y sus figuras,
Acosta y Bocanegra. La tolerancia de las danzas y otros elementos rituales
dentro del ceremonial católico fue un punto que enfrentó a los jesuitas con las
órdenes que habían sido protagonistas de la primera evangelización,
particularmente con los dominicos. La reutilización de elementos propios de la
gentilidad, se hacía afirmando que bajo el culto y rito cristiano dichas formas
rituales adquirían plenamente su sentido trascendente. La fragmentación de las
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Morduhay, Sebastián Javier. Reseña sobre J. C. ESTENSSORO FUCHS, Del
Paganismo a la Santidad. La incorporación de los indios del Perú al catolicismo.
1532-1750. Travaux de l´Institut Français d´Études Andines, tomo 156. Lima, 1998.
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Latina. Vol. I. Primera Sección: Vitral Monográfico, Nro. 1. Facultad de Filosofía y
Letras, Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, 2008. ISSN 1851-9091
órdenes y facciones del clero impiden que el Obispo de Lima, Loayza, pueda
hacer valer todo el peso que se puede ver en Nueva España respecto de lo
dictado por Trento. Un segundo punto, del segundo período, junto al esfuerzo
hacia la ortodoxia encarado por la Compañía de Jesús, es la respuesta
indígena hacia los elementos rituales cristianos. Respuesta que esta marcada
fundamentalmente por la interiorización modalizada por los elementos previos,
pero también fundamentalmente por el juego vivo de negociación entre el
clérigo y el indígena, entre la Iglesia y los indios. La práctica de la confesión,
insinuada por las órdenes durante la primera evangelización, es introducida con
toda su fuerza por la ignaciana compañía. Pero de dicha necesidad surgen
respuestas que aunque intentan interiorizar el rito, son pasibles, en un contexto
de tan baja institucionalidad, de salirse de control y producir efectos
autonomizantes. Tal el caso de los hermanos mayores que a medida que la
cara eclesiástica puede tener una presencia directa, se insinúa que han
extralimitado en muchos casos sus funciones. Lo mismo sucede con el ‘quipu’
de confesión que se lo condena luego, cuando se cuenta con los sacerdotes
adiestrados en lengua como para llevar adelante la confesión auricular basada
en el interrogatorio del cura.
El tercer período se extiende desde 1583 hasta 1610. Marcado por el
esfuerzo de construir la ortodoxia colonial (tal como el autor la llama), asistida
por la palabra, y el nuevo rol que en ella toma el sermón en lengua nativa, así
como por la imagen, junto a su frágil equilibrio entre la condición de iconoclasta
y la de idólatra. En cuanto a esto último, el autor señala la superposición entre
referente y referencia. Tal cosa permitía una lógica causal desde el referente a
la referencia, que es lo que el autor interpreta detrás del ataque de indios hacia
figuras religiosas, queriendo que el ataque a ellas resulte en un daño a la
situación colonial.
Entre 1610 y 1649 se extiende un período en donde los esfuerzos hacia
la ortodoxia iniciados por la ordenación política toledana y el Tercer Concilio
Limense, son seguidos por un ‘ajuste de cuentas’ de parte de los jesuitas con
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Morduhay, Sebastián Javier. Reseña sobre J. C. ESTENSSORO FUCHS, Del
Paganismo a la Santidad. La incorporación de los indios del Perú al catolicismo.
1532-1750. Travaux de l´Institut Français d´Études Andines, tomo 156. Lima, 1998.
En: PROHAL MONOGRÁFICO, Revista del Programa de Historia de América
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Letras, Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, 2008. ISSN 1851-9091
las prácticas de la primera evangelización (y obliteradamente con las órdenes
que fueron su protagonista).
"Así pues, las campañas de extirpación no estaban dedicadas a
eliminar exclusivamente lo que subsistía materialmente de la religión
prehispánica. En un ajuste de cuentas interno a la Iglesia están
también tratando de borrar las huellas de la primera evangelización
que lograron sobrevivir al tercer concilio transformándolas en idolatría."
En oposición: "Al tiempo que seculares y jesuitas hacen triunfar la
extirpación y proclaman el apego obstinado de los indios a la religión
de sus ancestros, dominicos, agustinos y franciscanos contrarrestan
esta corriente difundiendo una historia que habla de la continuidad
entre la evangelización prehispánica y el presente católico del Nuevo
Mundo y en la cual los indios reciben de la mano de Dios, la Virgen o
los santos [...] la contraparte de su conversión."6
La extirpación tiene como personaje principal a Ávila, quien habiendo
sido educado por los jesuitas, mantiene estrechas relaciones con ellos, a pesar
de ser secular. Ávila
"...se podría definir, parafraseándolo, como el que destruye y quema
huacas, dioses vivos, para sustituirlos por incas, reyes muertos y
vencidos que resucitarían al final de los tiempos: extirpador de
idolatrías y sembrador de utopías." 7
Ésta segunda función, marcada por el convencimiento, es la que llama al
sermón a redefinir su dimensión dentro de la tarea de la catequesis colonial. El
sermón, particularmente en lengua vernácula, será el medio para conmover y
llegar, de esa manera, al convencimiento y la creencia profunda del individuo.
A la postre, entre 1650 y 1710, el autor se centra en las prácticas de la
hechicería en Lima colonial. Esto mueve a dos conclusiones. La primera es que
se ha pasado del problema del paganismo al problema de la herejía, y ello
significa que se habla de una sociedad cristianizada. La segunda, y quizás una
consecuencia de la primera, el objeto de control se ha reducido, no se trata ya
de pueblos o parroquias, sino de individuos específicos, lo que marca, de
6
7
Ibídem. P. 337.
Ibídem. P. 337.
6
Morduhay, Sebastián Javier. Reseña sobre J. C. ESTENSSORO FUCHS, Del
Paganismo a la Santidad. La incorporación de los indios del Perú al catolicismo.
1532-1750. Travaux de l´Institut Français d´Études Andines, tomo 156. Lima, 1998.
En: PROHAL MONOGRÁFICO, Revista del Programa de Historia de América
Latina. Vol. I. Primera Sección: Vitral Monográfico, Nro. 1. Facultad de Filosofía y
Letras, Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, 2008. ISSN 1851-9091
nuevo, el éxito de la cristianización, que tan solo debe intervenir en
contrariedades individuales.
"Los hechiceros pueden definirse grosso modo como miembros de los
sectores más pobres, a menudo sin oficio ni ocupación estable." […]
Sus clientes perteneces en cambio a un abanico social bastante más
amplio." 8
Su estructuración está dada por espacios de sociabilidad:
"Consecuencia de su demonización, la coca aparece, desde fines de
los años 1640, como el vínculo de socialización más importante para
las hechiceras y como una marca distintiva para reconocerse entre
ellas."9
En resumen, se trata de un amplio ensayo sobre la evangelización
colonial, la actividad adaptativa de los indios y la competencia interna de la
Iglesia. Articulado en cinco momentos: la primera evangelización, los
precursores de la ortodoxia –los jesuitas-, la ortodoxia colonial –Toledo, el
Tercer Concilio y de nuevo los jesuitas-, el ajuste de cuentas con los apóstoles
de la ‘primera evangelización’ -la extirpación-, el control en una sociedad
cristianizada –la hechicería-. Seguidos por el ejemplo de la vida y lucha por la
canonización de Nicolás de Ayllón. Articula su pensamiento bajo la idea del
sincretismo, puesto que es el conflicto y la disonancia lo que prima en las
adaptaciones simbólicas del cristianismo. Eso mismo le permite tomar partido
claramente en favor de una idea fuerte de sujeto actor, en contra de la
dinámica objetiva del estructuralismo. Tal como el autor lo declara, no se trata
de una historia exhaustiva, ni de la evangelización ni de ninguno de sus
tópicos. Es, sí, un ejercicio intelectual de amplia significatividad. Sus
conclusiones, tanto parciales como generales son prometedoras, si bien, en
muchos casos no son necesarias partiendo de sus premisas.
8
9
Ibídem. P. 382.
Ibídem. P. 400.
7
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