tema 14. la crisis del estado liberal, la segunda

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Página 1 de 23 TEMA 14. LA CRISIS DEL ESTADO LIBERAL, LA
SEGUNDA REPÚBLICA Y LA GUERRA CIVIL
14.1. Panorama general del reinado de Alfonso XIII. Intentos de
modernización. El regeneracionismo. Crisis y quiebra del
sistema de la Restauración. La guerra de Marruecos.
14.1.1. Regeneracionismo y revisionismo político El período que se inicia en 1902, con el ascenso al trono de Alfonso
XIII, y concluye en 1923, con el establecimiento de la dictadura de
Primo de Rivera, se caracterizó por una permanente crisis política,
cuyos factores fueron:
Ø Intervencionismo político de Alfonso XIII, que no respetó el
papel de árbitro que teóricamente debía jugar. Su apoyo a los
sectores más conservadores del ejército culminó con el apoyo a
la Dictadura de Primo de Rivera, factor clave en el desprestigio
de la monarquía.
Ø División de los partidos del “turno”, provocada por la
desaparición de los líderes históricos y las divisiones internas.
Ø Debilitamiento del caciquismo, paralelo al desarrollo urbano del
país.
Ø Desarrollo de la oposición política y social al régimen de la
Restauración: republicanos, nacionalistas, socialistas y
anarquistas.
En este contexto de inestabilidad política, el país tuvo que enfrentarse
a graves problemas:
Ø Agudización de las luchas sociales entre empresarios y
trabajadores.
Ø La “cuestión religiosa” se reavivó con las crecientes protestas
contra el poder de la Iglesia, especialmente en la enseñanza. El
anticlericalismo se extendió por buena parte de la población
urbana y las clases populares.
Ø La “cuestión militar” volvió a resurgir ante el desconcierto de un
ejército humillado en 1898, que recibía críticas crecientes de la
oposición (republicanos, socialistas, nacionalistas).
Ø Consolidación del movimiento nacionalista en Cataluña y el País
Vasco, sin ningún cauce de negociación por parte de los
partidos del turno.
Página 2 de 23 Ø El “problema de Marruecos”. En la Conferencia de Algeciras
(1906) se acordó el reparto entre Francia y España del territorio
marroquí. A España le correspondió la franja norte. Desde 1909
se inició un conflicto bélico, la guerra de Marruecos, muy
impopular en el país, que ensanchó el foso que separaba al
Ejército y la opinión pública, esencialmente las clases
populares.
En 1905 estalló una grave crisis en Cataluña. Los comentarios
satíricos anticastrenses en algunas publicaciones (Cu-Cut! y La Veu
de Catalunya) llevaron a que trescientos suboficiales asaltaran e
incendiaran sus imprentas. La reacción del gobierno fue ceder ante el
Ejército: en 1906 se aprobó la Ley de Jurisdicciones, que identificaba
las críticas al Ejército como críticas a la Patria, pasando a ser
juzgadas por la jurisdicción militar.
La reacción pública fue inmediata. Una nueva coalición, Solidaritat
Catalana, consiguió una clara victoria electoral en 1907, reduciendo
drásticamente la representación de los conservadores y liberales en
Cataluña.
Antonio Maura, líder del Partido Conservador, llegó al poder en 1907
con un programa reformista (“revolución desde arriba”): modificó la
ley electoral, estableció el Instituto Nacional de Previsión e intentó sin
éxito aprobar una tímida autonomía para Cataluña.
14.1.2. Crisis y quiebra del sistema de la Restauración
a) La Semana Trágica de Barcelona (1909)
Barcelona, corazón en aquella época de la industrialización española,
había vivido desde principios de siglo un gran auge de las
movilizaciones obreras, que había culminado en 1907 con la creación
de Solidaridad Obrera, organización anarquista que nació como
respuesta a la burguesa y nacionalista Solidaritat Catalana.
Alejandro Lerroux y su Partido Republicano Radical también se
desarrollaron en esta ciudad con un programa demagógico y
anticlerical. La Ley de Jurisdicciones de 1906 trajo un reforzamiento
del anticlericalismo y el antimilitarismo, mientras que la política
autoritaria del gobierno de Maura no ayudó a calmar los ánimos.
Sin embargo, fue la guerra de Marruecos la que determinó el estallido
de la Semana Trágica. Los ataques de los habitantes del Rif contra los
trabajadores españoles de una compañía minera llevaron a la
movilización de reservistas, que provocó protestas obreras en
Barcelona y Madrid. Los primeros choques militares se saldaron con
el Desastre del Barranco del Lobo, con más de mil doscientas bajas
españolas. El día 26 de julio estalló la huelga general en Barcelona,
convocada por Solidaridad Obrera y la UGT: se iniciaron tres días de
Página 3 de 23 protestas, quemas de conventos y enfrentamientos con el ejército.
Como consecuencia de todo ello hubo más de un centenar de
muertos (104 paisanos y 8 guardias), heridos, destrucciones... La
represión fue muy dura y culminó con el juicio sin garantías y la
ejecución de Francisco Ferrer y Guardia, pedagogo anarquista y
fundador de la Escuela Moderna.
La Semana Trágica se llevó por delante el programa reformista de
Maura. Mientras el PSOE conseguía que Pablo Iglesias fuera elegido
diputado en 1910, el liberal José Canalejas llevó a cabo el último y
más serio intento regeneracionista dentro del sistema de la
Restauración. Su política reformista abarcó un amplio abanico:
servicio militar obligatorio en tiempos de guerra, ley del “candado”,
Ley de Mancomunidades (que se vio finalmente frustrada en el
Senado), reformas laborales (jornada de 9 horas en la minería,
reglamentación del trabajo femenino, etc.)…No obstante, fue víctima
de un atentado anarquista en 1912. En adelante, podemos hablar de
una crisis permanente de los partidos del turno.
La I Guerra Mundial dividió al país entre aliadófilos (liberales e
izquierdas) y germanófilos (derechas conservadoras), pero trajo un
periodo de prosperidad económica. España, neutral, pudo convertirse
en abastecedora de muchos productos para los países contendientes.
b) La crisis de 1917 El mal reparto social de los beneficios del boom económico y la
creciente inflación llevaron a la crisis de 1917, que se manifestó en
tres niveles:
Ø Crisis militar. El descontento entre los oficiales “peninsulares”
ante los rápidos y, a veces, inmerecidos ascensos de los
“africanistas” culminó con la creación de las Juntas de Defensa.
El gabinete conservador de Eduardo Dato se plegó a la
imposición de los militares y aceptó unas juntas que iban contra
la disciplina militar y la subordinación del ejército al poder civil.
Ø Crisis parlamentaria. Setenta diputados y senadores de la
Lliga Regionalista, republicanos, socialistas e incluso algún
miembro del partido liberal constituyeron en Barcelona una
Asamblea Nacional de Parlamentarios que demandó un cambio
de gobierno y la convocatoria de Cortes Constituyentes.
Ø Crisis social: la huelga general de 1917. Convocada en agosto
por CNT y UGT, tuvo un amplio seguimiento en las ciudades y
se saldó con un centenar de muertos y miles de detenidos. Ante
la amenaza de revolución obrera, las Juntas de Defensa
abandonaron sus peticiones y apoyaron la represión contra los
huelguistas. Por otro lado, la dimisión de Eduardo Dato y la
Página 4 de 23 formación de un gobierno de coalición con la participación de la
Lliga Regionalista provocaron la disolución de la Asamblea de
Parlamentarios.
c) La crisis social y la lucha de clases en Barcelona
El fin de la I Guerra Mundial trajo una profunda crisis económica y
social. Se redujo la producción, lo que provocó una dura respuesta de
la patronal (despidos masivos, supresión de horas extraordinarias...).
Al mismo tiempo, se desencadenó una fuerte conflictividad social,
estimulada por el eco de la Revolución rusa y el alza de los precios
del aceite y el pan. Los sindicatos obreros crecieron (UGT pasó de
100.000 afiliados en 1917 a 211.000 en 1920; CNT tenía 700.000 en
1919). Se produjo una división en el socialismo con el nacimiento del
PCE en 1921 (fuerte en Asturias y Vizcaya).
La zona más conflictiva fue Cataluña. La huelga de la Canadiense
(1919) duró 44 días y paralizó la industria barcelonesa, con
importantes consecuencias: la patronal reaccionó con el lock-out y la
creación del somatén (pistoleros a sueldo para reprimir el movimiento
obrero); el gobierno recurrió a la represión mediante el ejército, la
declaración del estado de guerra, las matanzas de sindicalistas por la
Ley de Fugas (duramente aplicada por Martínez Anido, jefe de la
policía barcelonesa) y el reconocimiento de la jornada de 8 horas
(1919); el anarquismo reaccionó con el pistolerismo (asesinato de
Eduardo Dato en 1921).
14.1.3. La guerra colonial en Marruecos. El Desastre de Annual. En 1912, Francia y España pactaron un nuevo reparto de Marruecos
para hacer frente a la resistencia de las cábilas rifeñas. Al acabar la I
Guerra Mundial, se reiniciaron las operaciones contra los rebeldes,
dirigidos por Abd-el-Krim. El general Berenguer estaba al frente de un
ejército mal preparado y equipado, compuesto por los Regulares
(tropas indígenas) y la Legión (fundada por Franco y Millán Astray, a
imagen de la Legión extranjera francesa). En el verano de 1921, las
tropas españolas se embarcaron en una acción mal planificada,
dirigida por el general Fernández Silvestre, que provocó el Desastre
de Annual (más de trece mil muertos, entre ellos el propio Fernández
Silvestre).
El impacto fue enorme en una opinión pública contraria a la guerra:
hubo grandes protestas en el país y los republicanos y socialistas se
apresuraron a reclamar el abandono de Marruecos. Además, se formó
una comisión militar, que elaboró el Expediente Picasso, informe que
ponía en evidencia enormes irregularidades, corrupción e ineficacia
en el ejército español destinado en África. No obstante, no hubo
responsabilidades políticas ni criminales. Antes de que la comisión del
Página 5 de 23 Congreso encargada de su estudio fuera a emitir su dictamen, el
general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de estado y estableció
una dictadura militar (13 de septiembre de 1923).
14.2. La Dictadura de Primo de Rivera
a) Las causas Diversos factores explican que la dictadura militar empezara a
contemplarse como una solución a la crisis del país entre la alta
burguesía, gran parte de las clases medias y el Ejército:
Ø Descontento del ejército tras el desastre de Annual y afán de
evitar las consecuencias del expediente Picasso para algunos
importantes generales, entre ellos el general Berenguer.
Ø Auge de los nacionalismos periféricos, los republicanos y el
movimiento obrero.
Ø El triunfo del fascismo en Italia tras la Marcha sobre Roma en
1922, que provocó la subida al poder de Mussolini.
b) El golpe de 1923 Miguel Primo de Rivera, Capitán General de Cataluña, se sublevó el
13 de septiembre de 1923. El golpe contó inmediatamente con la
comprensión y el apoyo del Alfonso XIII.
Los sublevados declararon el estado de guerra, la suspensión de las
garantías constitucionales y la disolución de las Cortes. El régimen
de la Constitución de 1876 era sustituido, en medio de la indiferencia
popular y sin apenas resistencia, por una dictadura militar.
c) Directorio Militar (1923-­‐1925) Tras el golpe, el dictador Primo de Rivera se constituyó en ministro
único, pasando a ser asesorado por un Directorio Militar. Tras el
nuevo gobierno estaba el mismo bloque de poder que había
dominado el país durante la Restauración, la oligarquía de
terratenientes e industriales.
El Directorio Militar tomó rápidamente medidas:
Ø Prohibición de la bandera y el himno catalán y restricción de la
lengua catalana al terreno privado.
Ø Política de "mano dura" en todo lo referente al orden público y
represión implacable contra las organizaciones anarquistas y el
PCE.
Página 6 de 23 Ø Formación de la Unión Patriótica, partido único bajo la
dirección de un militar. Se trataba de seguir el modelo fascista
impuesto por Mussolini en Italia.
El gran éxito del Directorio tuvo lugar en África. El Desembarco de
Alhucemas en 1925 puso fin a la resistencia de las cábilas del Rif y
Abd-el-Krim se entregó a las autoridades del Marruecos francés. Con
ello, la popularidad del dictador aumentó.
d) Directorio Civil (1925-­‐1930) A fines de 1925, un gobierno civil, presidido por Primo de Rivera,
sustituyó al Directorio Militar. Se trataba de institucionalizar la
Dictadura. En 1927, se constituyó una Asamblea Nacional Consultiva,
formada en su mayoría por miembros de la Unión Patriótica elegidos
por sufragio restringido. Primo de Rivera de nuevo seguía el modelo
italiano, en este caso el Consejo Fascista. Esta Asamblea fracasó
rápidamente en su intento de redactar una ley fundamental que
hiciera el papel de Constitución de la dictadura. También se imitó el
modelo social del fascismo italiano, estableciéndose la Organización
Corporativa del Trabajo, especie de sindicato que trataba de arbitrar
entre empresarios y obreros. De nuevo el intento de
institucionalización del régimen de Primo de Rivera fracasó.
e) Crisis de la dictadura El régimen había sido criticado desde el principio por algunos
intelectuales (Unamuno, Valle Inclán, Blasco Ibáñez, etc.), víctimas
por ello de la represión. Pero a partir de 1928 la crisis de aquél se
acelera por una serie de factores:
Ø el fracaso a la hora de crear un sistema político con bases
propias.
Ø el enfrentamiento de Primo de Rivera con el cuerpo de Artillería,
al que intentó imponer un nuevo sistema de ascensos.
Ø la rebelión de los estudiantes universitarios ante el intento del
régimen de autorizar a centros controlados por el clero
(agustinos de El Escorial, jesuitas de Deusto) para dar títulos
académicos.
Ø el desprestigio económico de la Dictadura, concretado en la
caída imparable de la cotización de la peseta, relacionada con el
enorme incremento del déficit público.
Ante este panorama, Primo de Rivera dimitió el 28 de enero de 1930.
Página 7 de 23 f) De la monarquía alfonsina a la II República Tras la dimisión de Primo de Rivera, Alfonso XIII nombró jefe de
Gobierno al general Berenguer. Se iniciaba así un período conocido
humorísticamente como la "Dictablanda", en el que se intentó
infructuosamente volver a la situación previa a 1923.
Los partidos tradicionales, liberales y conservadores, eran incapaces
de articular un sistema aceptable por la sociedad española. Además,
sólo políticos muy desprestigiados, como Romanones o De La Cierva,
aceptaron colaborar con Berenguer.
La lenta vuelta a las libertades constitucionales fue aprovechada por
una oposición en auge. En agosto de 1930, republicanos, socialistas y
otros grupos de oposición firmaron el denominado Pacto de San
Sebastián, por el que se comprometían a derrocar la monarquía e
instaurar un régimen democrático.
Alfonso XIII se vio cada vez más aislado. Muchos militares empezaron
a ver con buenos ojos la alternativa republicana e incluso la CNT
apoyó la conspiración para traer la República.
El 15 de diciembre de 1930 fracasó una sublevación militar
republicana en Jaca. Sus líderes, Galán y García Hernández, fueron
juzgados y ejecutados. La mayor parte del Comité Revolucionario fue
detenido, en medio de un creciente descontento antimonárquico.
Berenguer dimitió el 14 de febrero de 1931, dando paso a un nuevo
gobierno presidido por el almirante Aznar. El nuevo gabinete convocó
elecciones municipales para el 12 de abril; se trataba de ir volviendo
poco a poco a la legalidad constitucional. Sin embargo, las elecciones
locales se convirtieron en un plebiscito sobre la monarquía. El triunfo
aplastante en las zonas urbanas de las candidaturas republicanas y
socialistas provocó la abdicación del rey y la proclamación de la
República el 14 de abril de 1931.
14.3. La Segunda República: la Constitución de 1931 y el bienio
reformista.
14.3.1. La proclamación de la República y la Constitución de 1931 El triunfo de las candidaturas republicanas en las grandes ciudades el
14 de Abril de 1931 llevó a la proclamación de la República. La
amplitud del movimiento popular hizo que el rey Alfonso XIII, aislado
y sin apoyos, se exiliara.
Inmediatamente, se formó un Gobierno Provisional, presidido por
Niceto Alcalá Zamora e integrado por republicanos de izquierda y
Página 8 de 23 derecha, socialistas y nacionalistas. El gobierno debía dirigir el país
hasta que unas nuevas Cortes Constituyentes dieran forma al nuevo
régimen. No obstante, tuvo que responder desde un principio al ansia
general de reformas. Adoptó las primeras medidas para la reforma
agraria, inició reformas laborales, emprendió la reforma militar,
aprobó legislación educativa y puso en marcha el Estatuto provisional
de autonomía de Cataluña.
El ambiente social, sin embargo, se encrespó inmediatamente. A la
vez que la CNT promovía una amplia campaña de huelgas, los
enfrentamientos entre la Iglesia y el nuevo gobierno fueron
inmediatos. El sector más conservador de la Iglesia, encabezado por
el Cardenal Segura, puso todo tipo de trabas. El anticlericalismo
afloró de nuevo y en mayo de 1931 diversas iglesias y conventos
fueron asaltados y quemados. La opinión pública católica se alejó
desde un primer momento del nuevo régimen republicano.
Finalmente, en junio de 1931, tuvieron lugar las elecciones a Cortes
Constituyentes, de las que salió una mayoría de izquierdas
(republicanos y socialistas). La nueva Constitución fue aprobada en
diciembre de 1931 y sus principales rasgos son:
Ø Soberanía popular. Se declaraba al nuevo Estado español una
"República democrática de trabajadores de todas clases".
Ø Sufragio universal, incluyendo a las mujeres.
Ø Extensa declaración de derechos y libertades (divorcio,
equiparación de hijos legítimos e ilegítimos, derecho a la
educación...).
Ø Poderes del Estado: el legislativo quedaba en manos de unas
Cortes unicamerales; el ejecutivo recaía en el Presidente de la
República (con escasos poderes) y el Jefe de Gobierno,
nombrado por el Presidente, pero que debía contar con la
aprobación de las Cortes; el judicial, en manos de los tribunales
de justicia.
Ø Por primera vez en nuestra historia, se reconoce el derecho de
las regiones a establecer Estatutos de Autonomía.
Ø Estado laico: separación de la Iglesia y el Estado; supresión del
presupuesto de culto y clero; prohibición al clero católico de
ejercer la docencia; libertad de conciencia y cultos.
14.3.2. El bienio reformista (1931-­‐1933) Tras aprobarse la Constitución, se abrió un nuevo período con un
gobierno presidido por Manuel Azaña y formado por republicanos de
izquierda y socialistas; en diciembre, Niceto Alcalá Zamora fue
elegido Presidente de la República. En un contexto económico
Página 9 de 23 desfavorable, marcado por el ascenso del paro, se aplicó un amplio
programa de reformas:
reformas
laborales
reforma
educativa
reforma
militar
reforma
agraria
Estatuto de
Autonomía
de Cataluña
Iniciadas desde el Ministerio de Trabajo por el
socialista Largo Caballero, favorecían la posición de
los trabajadores y sindicatos con la creación de los
jurados mixtos, que encontraron la cerrada oposición
de los empresarios.
Ø Amplio programa de construcción de escuelas y
contratación de maestros: 6750 escuelas y
7000 maestros, con mejores salarios.
Ø Enseñanza mixta y laica (religión católica
voluntaria).
Ø Bilingüismo en Cataluña.
Ø Las Misiones Pedagógicas.
Para reducir el exceso de personal se exigió el
juramento de fidelidad al nuevo régimen
republicano, pudiendo optar los que se negaran a
ello al retiro voluntario con paga completa. Se
revisaron los ascensos irregulares de la dictadura de
Primo y se cerró la Academia General Militar de
Zaragoza, dirigida por Franco.
Obligación de contratar prioritariamente a los
jornaleros locales, prohibición de desahucio a los
arrendatarios, jornada de 8 horas, laboreo forzoso
de fincas sin cultivar donde hubiera paro.
En 1932 se aprobó la Ley de Bases de la Reforma
Agraria, que establecía la expropiación con
indemnización de los latifundios insuficientemente
explotados para asentar en ellos a los campesinos
sin tierra. Su aplicación fue lenta y difícil, contó con
la oposición frontal de los propietarios y provocó un
decepción generalizada entre el campesinado en un
contexto económico de paro creciente.
Aprobado en septiembre de 1932, establecía las
instituciones propias (Parlamento, Presidente de la
Generalitat y Consejo Ejecutivo) y la organización
administrativa en municipios y provincias.
Página 10 de 23 La crisis económica, la línea radical practicada por la CNT y la
negativa de la patronal a las reformas llevaron a un marco de fuertes
tensiones sociales. Los enfrentamientos entre huelguistas y la
Guardia Civil fueron frecuentes y a menudo violentos (Castilblanco,
Arnedo, Baix Llobregat).
El debate en Cortes del Estatuto de Cataluña y la Ley de Reforma
Agraria provocaron una oposición cerrada en las fuerzas de derecha,
que recurrieron al tradicional método de la insurrección militar. El
general Sanjurjo intentó un golpe de estado militar en Sevilla (agosto
de 1932), pero la mala preparación y el escaso apoyo provocaron su
fracaso.
A comienzos de 1933, se produjeron los graves incidentes de Casas
Viejas (Cádiz), donde la revuelta de campesinos anarquistas fue
duramente reprimida y se saldó con varios muertos. El escándalo
consiguiente llevó al Gobierno a la decisión de convocar nuevas
elecciones en noviembre de 1933.
Para estas elecciones, la derecha se había reorganizado, destacando
tres grupos: la Confederación Española de Derechas Autónomas
(CEDA), dirigida por Gil Robles y apoyada por la Iglesia Católica;
Renovación Española, dirigida por Calvo Sotelo, que agrupaba a los
monárquicos; y Falange Española, versión española del fascismo,
dirigida por José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador. Mientras,
la izquierda se presentó fragmentada en múltiples grupos y los
anarquistas llamaron a la abstención. La victoria fue para los grupos
conservadores: Partido Republicano Radical y la CEDA. El anarquismo
respondió con una insurrección en la que hubo más de cien muertos.
14.4. La Segunda República: el Bienio Radical-Cedista. La
Revolución de 1934. Las elecciones de 1936 y el Frente Popular
14.4.1. El bienio radical-­‐cedista (diciembre de l933 a diciembre de l935) Los aspectos más destacados de este período son los siguientes:
Inestabilidad política: gobiernos basados en el Partido
Radical (siete en el período); la CEDA entró en el gobierno en
octubre de l934.
En general, la política de esta etapa se caracteriza por su
negatividad, es decir, por deshacer lo que se había hecho
durante el primer bienio (derogación de la Ley de Términos
Municipales, devolución de tierras a la nobleza, dotación
presupuestaria para el clero y amnistía para los colaboradores
de la Dictadura de Primo de Rivera y los implicados en el
intento de golpe de Sanjurjo).
Página 11 de 23 Durísima política de orden público: represión de las huelgas
campesinas.
Contrarreforma agraria.
Gil Robles, cuando fue ministro de la Guerra, nombró para
altos puestos a generales abiertamente contrarios a la
República (Fanjul, Goded, Mola y Franco).
La revolución de l934: ante el auge internacional de la
derecha autoritaria o fascista y la entrada en el gobierno de la
CEDA, se desencadena un movimiento revolucionario
promovido por el PSOE (apoyado por ERC y el PCE, pero no por
la CNT, excepto en Asturias), que tuvo su mayor incidencia en
Asturias y algunas localidades vascas, pero que fracasó y fue
duramente reprimido (l.500 muertos, de los que 1051
revolucionarios y 324 guardias civiles).
A finales de l935 el Partido Radical se vio envuelto en dos
grandes escándalos de corrupción, que provocaron su
hundimiento como base del gobierno. Por ello, Alcalá Zamora
convocó elecciones para febrero de l936.
14.4.2. Las elecciones de 1936 y el Frente Popular En un ambiente de creciente radicalización, se presentaron las
siguientes candidaturas:
FRENTE POPULAR: pacto
electoral de izquierdas firmado
en enero de 1936 por
republicanos de izquierda (IR de
Azaña y UR de Martínez Barrio),
socialistas (PSOE, UGT y
JJ.SS.), el PCE, el POUM
(Partido Obrero de Unificación
Marxista) y el Partido
Sindicalista de Ángel Pestaña.
La CNT, con muchos presos en
la cárcel, no pidió la abstención
y apoyó de forma tácita a la
coalición de izquierdas.
La coalición de
los grupos de
derecha, formada
por la CEDA y
Renovación
Española, acudió
con un programa
basado en el
miedo a la
revolución social.
La Falange y el
PNV se
presentaron por
su cuenta.
La victoria fue para el Frente Popular, que basó su triunfo en las
ciudades y las provincias del sur y la periferia, mientras que la
derecha triunfó en el norte y el interior del país.
Tras las elecciones, Manuel Azaña fue elegido Presidente de la
República. El PSOE, dividido en diversas tendencias, se negó a
participar en el gobierno. Por ello, Casares Quiroga formó uno
Página 12 de 23 exclusivamente con republicanos de izquierda. El nuevo gabinete
inició rápidamente la acción reformista:
Amplia amnistía para todos los represaliados tras octubre de
1934.
Restablecimiento del Estatuto catalán.
Alejamiento de Madrid de los generales más sospechosos
de golpismo: Franco, Mola y Goded fueron destinados a
Canarias, Navarra y Baleares.
Reanudación de la reforma agraria. Esta medida fue
rápidamente desbordada por la acción de los jornaleros que se
lanzaron a la ocupación de fincas.
Tramitación de nuevos estatutos de autonomía. El
Estatuto de Galicia fue aprobado en plebiscito en junio de 1936
(aunque no llegó a entrar en vigor por el inicio de la guerra) y
el del País Vasco estaba prácticamente terminado en julio de
1936 (se aprobó el 6/10/1936).
Mientras, el ambiente social era cada vez más tenso. La izquierda
obrera había optado por una postura claramente revolucionaria y la
derecha buscaba de forma evidente el fin del sistema democrático.
Desde el mes de abril se sucedieron los enfrentamientos violentos
callejeros entre grupos falangistas (que comenzaron ya en marzo a
cometer asesinatos) y milicias socialistas, comunistas y anarquistas.
Paralelamente, la conspiración militar contra el gobierno del Frente
Popular avanzaba. Por un lado, había una trama política conformada
por los principales líderes de los partidos: Gil Robles, Calvo Sotelo,
José Antonio Primo de Rivera. Por otro lado, crecía el número de
generales implicados: Franco, Goded, Fanjul, Varela... Emilio Mola,
destinado en Pamplona, se convirtió en el jefe de la conspiración, el
“director” del golpe. Muy pronto se iniciaron los contactos con
Mussolini y Hitler.
El 12 de julio era asesinado por extremistas de derecha un oficial de
la Guardia de Asalto, teniente Castillo. La respuesta llegó la siguiente
madrugada con el asesinato de José Calvo Sotelo por parte de un
grupo de miembros de las fuerzas de seguridad.
El gobierno de Casares Quiroga, que no había decidido tomar
medidas pese a las continuas advertencias de las organizaciones
obreras, vio como el 17 de julio de 1936 el ejército de Marruecos
iniciaba la rebelión contra el gobierno de la República. El triunfo
parcial del golpe desencadenó la guerra civil.
Página 13 de 23 14.5. La Guerra Civil: la sublevación militar y el estallido de la
guerra. El desarrollo del conflicto: etapas y evolución de las
dos zonas.
14.5.1. La sublevación militar El 17 de julio de 1936 se inició una sublevación militar, dirigida por
los generales Franco, Sanjurjo, Mola y Queipo de Llano, contra el
gobierno legítimo de la República. La sublevación no triunfó en todo
el país, lo que provocó la guerra civil.
Triunfó en: Galicia, Navarra, Álava, Castilla la Vieja, las capitales de
Aragón, algunas ciudades de Andalucía, parte de Extremadura,
Oviedo, Baleares (salvo Menorca), Canarias y las colonias del norte
de África.
Fracasó en: Madrid, Cataluña, Levante, provincias marítimas del
Norte (Asturias, Cantabria, Vizcaya y Guipúzcoa), centro-sur del país,
gran parte de Andalucía y Aragón.
Página 14 de 23 La zona sublevada contaba con reservas de cereal y ganado
(Castilla y Galicia) y minas (León y Riotinto). Tenía un ejército
mucho más preparado, que contaba con divisiones íntegras en
Castilla, Galicia y Andalucía y, sobre todo, con el ejército africano
(legionarios y regulares).
En la zona republicana quedaron comprendidas las regiones
industriales, así como el trigo de La Mancha y los productos de las
huertas levantinas. También pudo disponer de las reservas de oro del
Banco de España. Ante las dudas sobre la fidelidad de las unidades de
tierra, el Gobierno decidió disolverlas todas. La Armada, sin muchos
de sus oficiales, y la Aviación permanecieron leales. Por eso, la
defensa de la legalidad republicana tuvo que ser asumida por las
milicias populares, formadas por partidos y sindicatos, muy
entusiastas, pero poco preparadas, organizadas y equipadas.
14.5.2. Etapas a) El avance de las tropas sublevadas durante los primeros
meses de la guerra
Un aspecto decisivo para comprender la victoria final de los rebeldes
fue el "puente aéreo" organizado con aviones alemanes e italianos,
que permitió el rápido traslado del Ejército de África a la Península.
Los legionarios y regulares iniciaron un rápido avance hacia Madrid.
En el camino, el general Yagüe, que mandaba las columnas, decidió
desviarse hacia Badajoz. La ciudad cayó y se inició una brutal
represión que escandalizó al mundo y produjo un gran número de
víctimas.
Las tropas continuaron su avance y, antes de alcanzar Madrid, Franco
decidió desviar de nuevo las tropas para liberar a la guarnición
asediada en el Alcázar de Toledo. La "liberación del Alcázar" fue un
gran triunfo propagandístico para el bando rebelde.
Mientras, Mola tomó Irún y San Sebastián, aislando al País Vasco de
la frontera con Francia.
b) La Batalla de Madrid
El 18 de octubre de 1936, las fuerzas rebeldes, dirigidas por Varela,
llegaron a las afueras de la capital y en noviembre se inició la
Batalla de Madrid. El día 4 ocuparon Alcorcón, Leganés, Getafe y
Cuatro Vientos. La caída de la capital en manos de las tropas rebeldes
parecía inminente.
Página 15 de 23 Ante la superioridad militar de los sublevados, partidos y sindicatos
obreros alentaron la movilización del pueblo madrileño para defender
su ciudad. El grito de "¡No Pasarán!" se hizo célebre en todo el
mundo.
La moral de la población madrileña aumentó con la llegada de
refuerzos exteriores. Las Brigadas Internacionales (cuerpo de
voluntarios organizados sobre todo por los comunistas), tanques y
aviones rusos, la columna del anarquista Durruti... llegaron para
ayudar en la defensa de la capital.
La ciudad fue sometida a bombardeos aéreos por aviones Junker
alemanes y se produjeron duros combates en la Casa de Campo, la
Ciudad Universitaria y el Puente de los Franceses. Las tropas
republicanas consiguieron resistir y, finalmente, Franco ordenó el fin
del asalto frontal a la ciudad.
c) Las Batallas del Jarama y Guadalajara. La toma de Málaga
Tras fracasar en su intento de atacar frontalmente a Madrid, Franco
intentó cercarla, lo que dio lugar a la batalla del Jarama, una de las
más encarnizadas de la guerra, y la batalla de Guadalajara, donde las
tropas italianas enviadas por Mussolini fueron derrotadas.
Mientras, las tropas franquistas tomaban Málaga, produciéndose de
nuevo una durísima represión.
El fracaso ante Madrid hizo que Franco optara por una nueva
estrategia: ya no buscó acortar el conflicto, sino que fue atacando las
zonas más débiles de los republicanos.
d) La Campaña del Norte
De la primavera al otoño de 1937, los sublevados conquistaron la
zona norte republicana, que había quedado aislada del resto del país.
Durante esta campaña tuvo lugar el célebre bombardeo de
Guernica. La Legión Cóndor, grupo aéreo alemán enviado por Hitler,
bombardeó una ciudad sin interés militar y la arrasó. Este acto, que
en la posterior guerra mundial sería rutinario, provocó un escándalo
mundial e inspiró a Pablo Picasso su célebre cuadro. Por otra parte,
Mola, el único general que podía competir con Franco en el liderazgo
del bando nacional, murió en accidente de avión.
Tratando de distraer fuerzas rebeldes de la campaña del norte, los
republicanos organizaron la ofensiva de Belchite en Aragón. El fracaso
fue total y finalmente las tropas franquistas tomaron todo el norte del
país, lo que tuvo graves consecuencias para la República: no sólo se
Página 16 de 23 perdieron las minas de la zona, sino que, en adelante, los franquistas
pudieron concentrar todas sus tropas en la zona sur.
e) De Teruel a la Batalla del Ebro
En diciembre de 1937, tuvo lugar una ofensiva republicana en
Teruel, que fracasó por las condiciones climáticas. Tras ella, Franco
lanzó una ataque general en Aragón; el 15 de abril de 1938, las
tropas rebeldes llegaron a Vinaroz, en el Mediterráneo. La zona
republicana quedó partida en dos.
La última gran ofensiva republicana dio lugar a la Batalla del
Ebro, en julio de 1938. Con más de 100.000 muertos, esta fue la
más cruenta de las batallas de la guerra y agotó definitivamente la
moral y las reservas republicanas.
d) El final de la guerra
La antesala del fin de la guerra fue la ofensiva rebelde contra
Cataluña. Tras tomar Barcelona, las tropas franquistas llegaron a la
frontera francesa en febrero de 1939. Antes, más de 500.000
Página 17 de 23 personas huyeron a Francia, donde fueron hacinadas en campos de
concentración.
Ante la inminente derrota, las divisiones internas se hicieron aún más
profundas en el bando republicano. El gobierno de Negrín, con el
apoyo de los comunistas y parte de los socialistas, proponía la
resistencia a ultranza. El objetivo era que el conflicto español quedara
integrado en la inminente guerra europea y mundial, que todo el
mundo veía venir. De esa manera, la República española encontraría
aliados que le permitirían cambiar el signo de la guerra.
Contra esta posición, y defendiendo la negociación de la derrota, el
coronel Casado dio un golpe en Madrid con el apoyo anarquista, pero
Franco exigió la rendición incondicional. El 28 de marzo, las tropas
franquistas entraron en Madrid y el 1 de Abril de 1939 terminaba la
guerra.
Página 18 de 23 14.6. La Guerra Civil: la dimensión política e internacional del
conflicto. Las consecuencias de la guerra.
14.6.1. La zona republicana: Fragmentación del poder:
Ø Gobierno central
Ø Poderes autonómicos
Ø Comités de milicias
a) La originalidad catalana
Ø Dualidad de poder: la Generalitat (presidida por Companys,
nacionalista republicano) frente a la hegemonía
anarcosindicalista (Comité Central de Milicias Antifascistas, que
se disuelve en octubre de 1936).
Ø El POUM: la peculiaridad dentro de la izquierda revolucionaria.
Ø El PSUC, creado al inicio de la guerra, tendrá un crecimiento
espectacular.
Ø La revolución social: las colectividades agrarias, la autogestión
en las fábricas.
Ø “Els fets de mai”: el enfrentamiento entre los distintos poderes
(Generalitat/PSUC vs. CNT-FAI/POUM) y la actuación del
Gobierno Largo Caballero (envío de tropas a Barcelona, así
como de García Oliver y Montseny); en general, se refuerza el
poder del gobierno republicano.
b) El Consejo de Aragón: poder regional anarquizante, dominado
por la FAI, con implantación de colectividades agrarias; se disuelve
en agosto de 1937.
c) Euskadi: se aprueba el Estatuto de Autonomía (octubre de 1936),
que se aplica (Gobierno Aguirre, PNV), con ejército vasco (“gudaris”);
dura hasta la ocupación de la zona por las tropas franquistas. Es
importante destacar la “traición peneuvista”: este partido mantuvo
negociaciones con representantes de la Italia fascista (que Franco
conoció y toleró) sobre las condiciones de la rendición a los
sublevados; con tales negociaciones, el PNV no logró prácticamente
nada.
d) El poder central
Gobierno Giral, republicano de izquierda, hasta septiembre de
1936.
Gobierno Largo Caballero (septiembre 1936-mayo 1937), con
cuatro ministros anarquistas (Peiró y Juan López, moderados, y dos
Página 19 de 23 cercanos a la FAI, García Oliver y Montseny); traslado a Valencia el 6
de noviembre de 1936, quedando Madrid a cargo de una Junta de
Defensa, dirigida por Miaja, que coordina el “milagro” de la
resistencia a los ataques franquistas.
Gobierno Negrín (mayo 1937-marzo 1939): “gobierno de guerra”.
Se plantea la división entre partidarios de resistir hasta el final
(sobre todo, comunistas) y partidarios de negociar la rendición.
Traslado a Barcelona desde octubre de 1937. Azaña dimitió en
febrero de 1939, después de que Gran Bretaña reconociera al
régimen de Franco; en marzo el gobierno se exilió.
e) La represión política: en torno a 50.000 ejecuciones de
personas conservadoras y católicas, militares sospechosos, militantes
de partidos de derecha y clero; fue un fenómeno desorganizado,
rechazado por el Gobierno (Azaña) y, a veces, obra de asesinos
incontrolados. Cárcel Modelo de Madrid, Paracuellos del Jarama.
f) Importancia de la “cultura de guerra”: periódicos, carteles,
campañas de alfabetización (fábricas, trincheras y hospitales), teatro,
lecturas de poemas. El Guernica.
14.6.2. La zona sublevada a) Apoyos a la sublevación: una parte del ejército, Iglesia católica
(que declara la guerra como “Cruzada”), la Falange, los carlistas
(“requetés”), la CEDA, algunos banqueros (Juan March) y los
monárquicos.
b) Tendencia a la concentración de poder
Junta de Defensa (25 de julio de 1936), constituida en Burgos y
dirigida por Cabanellas, que cambia la bandera, suprime los partidos
políticos y devuelve las tierras a los propietarios afectados por la
reforma agraria.
Franco, proclamado “generalísimo” (21 de septiembre de 1936) y
Caudillo.
Partido único: FET y de las JONS (19 de abril de 1937), que pasa a
ser el “Movimiento Nacional” y va a ejercer un verdadero control
social mediante asociaciones, sindicatos, policías paralelas, etc., con
distribución de puestos, locales, créditos.
c) Dirigismo económico: embargos, control de precios, nueva
moneda, Servicio Nacional del Trigo (23 de agosto de 1937).
d) El Fuero del Trabajo (6 de marzo de 1938), influido por la
ideología falangista y la “Carta di Lavoro” italiana.
Página 20 de 23 e) La represión política: 130.199 ejecuciones de personas
vinculadas al bando republicano (autoridades políticas, intelectuales,
maestros, dirigentes y militantes de organizaciones obreras), a las
que hay que sumar las 50.000 víctimas de la represión durante la
dictadura franquista. Además de la cuantitativa, existe una diferencia
cualitativa muy importante si se la compara con la de la zona
republicana: obedece a un plan organizado y practicado de forma
sistemática por el poder militar y político. El general Queipo de Llano
decía el 23 de julio de 1936:
“Nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los rojos
lo que es ser hombre. De paso, también a las mujeres de los rojos,
que ahora por fin han conocido hombres de verdad, y no castrados
milicianos. Dar patadas y berrear no las salvará…”
14.6.3. La dimensión internacional del conflicto La guerra civil española fue uno de los conflictos del siglo XX que más
repercusión internacional provocó: en él se entrecruzaron a la vez los
intereses estratégicos de las potencias y el compromiso ideológico de
las grandes corrientes políticas del momento.
Las potencias fascistas decidieron desde un primer momento
ofrecer una ayuda importante a los rebeldes dirigidos por Franco.
Mussolini y Hitler, no sólo podían conseguir beneficios estratégicos
(Italia continuaba su política de expansión mediterránea y Alemania
podía obtener un aliado que amenazara la retaguardia francesa), sino
que ayudaban a un aliado ideológico en su lucha contra los sistemas
democráticos y las ideologías obreras. Portugal se unió desde un
principio a esta ayuda a Franco.
La URSS, por otro lado, tuvo muy claro desde un principio su
compromiso de ayuda a la República: no sólo se enfrentaba a la
expansión del fascismo, sino que alejaba el centro del conflicto entre
las potencias al otro confín de Europa.
Las potencias democráticas europeas tuvieron una actitud que se
puede calificar como uno de los grandes engaños diplomáticos del
siglo. Gran Bretaña estaba decidida desde un principio a
mantenerse neutral. El gobierno conservador británico veía con
aprensión la extensión de la influencia germano-italiana en España y
el consiguiente peligro para Gibraltar y su ruta imperial a la India; sin
embargo, la orientación revolucionaria que pronto tomaron los
acontecimientos en la zona republicana alejó definitivamente de la
cabeza del gobierno conservador la posibilidad de una ayuda a la
República. Francia, pese a estar gobernada por el izquierdista Frente
Popular, siguió lo marcado desde Londres.
Además, la postura franco-británica ante la guerra española se
enmarca en su “política de apaciguamiento” ante la potencias
fascistas. Se trataba de evitar cualquier enfrentamiento que pudiera
Página 21 de 23 llevar a una guerra general, lo que culminó en el Pacto de Munich
(septiembre de 1938), que entregó Checoslovaquia a Hitler. Se puede
afirmar que desde ese momento la suerte de la República estaba
echada.
Otro buen ejemplo de esta actitud fue la política de Estados Unidos.
Mientras el Congreso aprobaba la denominada Ley de Neutralidad, el
gobierno de Roosevelt miraba para otro lado cuando las compañías
petrolíferas norteamericanas vendían combustible a Franco.
El gobierno francés de Léon Blum, con el apoyo británico, ofreció a
las demás potencias un pacto de no intervención en el conflicto
español: se trataba de no facilitar ni hombres ni material de guerra a
ninguno de los bandos en conflicto. Nació así el denominado Comité
de No Intervención, al cual se adhirieron todas las potencias. El
Comité fue una farsa: mientras Francia y Gran Bretaña se abstenían
de ayudar al régimen democrático en España, Hitler y Mussolini
apoyaron de forma masiva y decisiva la causa de Franco. La única
potencia a la que pudo volver sus ojos el gobierno de Madrid fue la
URSS, algo que repercutió inevitablemente en la evolución interna de
la zona republicana.
La desigual ayuda exterior recibida por ambos bandos fue un
factor decisivo para la victoria de los sublevados:
AYUDA AL BANDO
REPUBLICANO
La única ayuda que recibió el
bando republicano de las
democracias fueron las escasas
armas enviadas desde Francia en
los primeros momentos del
conflicto. La ayuda francesa
quedó inmediatamente cortada
tras la firma del Pacto de No
Intervención.
La ayuda soviética comenzó a
llegar a tiempo para la defensa
de Madrid, pero fue más dispersa
y de menor calidad que la que
recibió Franco.
La ayuda mexicana fue
importante, tanto material como
moral.
AYUDA AL BANDO REBELDE
El bando rebelde recibió desde un
primer momento la ayuda
fascista. Tras el apoyo aéreo
para pasar el Ejército de África a
la Península, Mussolini envió
70.000 soldados, munición y
material de guerra; Hitler mandó
la Legión Cóndor, que
incrementó de manera decisiva la
superioridad aérea de Franco. La
colaboración de Portugal,
aunque no fue decisiva en el
terreno militar, permitió el libre
paso de armas para el ejército de
Franco por territorio luso.
Las Brigadas Internacionales estuvieron constituidas por grupos
de voluntarios, no todos comunistas, pero reclutados por la
Internacional Comunista en muchos países del mundo. Fueron unos
36.000 y tuvieron un papel importante en la defensa de Madrid y en
Página 22 de 23 las batallas del Jarama y Teruel. Las presiones del Comité de No
Intervención y el desinterés de Stalin (que pensaba ya en buscar
algún tipo de acuerdo con Hitler) hicieron que Negrín aceptase su
salida de España a fines de 1938. Al mismo tiempo, dicho Comité
fracasó en su intento de que las tropas italianas que apoyaban a
Franco abandonaran España.
14.6.4. Las consecuencias de la guerra a) demográficas
Se han dado cifras muy dispares al cuantificar las pérdidas
demográficas que causó el conflicto: no sólo los muertos en el frente
y por la represión en la guerra y en la posguerra, el hambre, las
epidemias, sino también la reducción de la natalidad consiguiente...
Los cálculos más aceptados estiman en 600.000 muertos el coste
demográfico de la guerra y la posguerra; además, una cifra
superior al medio millón de personas estaban en prisión o en
campos de concentración al terminar el conflicto; a todo ello
habría que añadir la cifra de no nacidos y la pérdida de población
joven.
Otro elemento clave fue el exilio republicano. Ya durante el
conflicto, los "niños de la guerra" fueron evacuados a países
extranjeros, pero el gran éxodo tuvo lugar en enero y febrero de
1939, como consecuencia de la conquista de Cataluña. En conjunto,
se calcula que hubo unos 450.000 exiliados. Aunque algunos fueron
retornando durante la dictadura, muchos no volvieron o esperaron
para hacerlo a la muerte de Franco en 1975. Este exilio supuso una
importante pérdida demográfica: la de una población joven y activa,
que incluía a gran parte de los sectores más preparados del país (las
elites científicas, literarias y artísticas de la Edad de Plata).
b) económicas
La guerra fue una verdadera catástrofe económica. Un dato
revela su magnitud: la renta nacional y per cápita no recuperará el
nivel de 1936 hasta la década de 1950. Los principales elementos
fueron:
Ø Destrucción del tejido industrial del país, lo que llevó a la vuelta
a una economía básicamente agraria durante los años 40.
Ø Destrucción de viviendas (se calculan unas 250.000)
comunicaciones, infraestructuras...
Página 23 de 23 Ø Aumento de la deuda externa y pérdida de las reservas de oro
del Banco de España, usadas por el gobierno de la República
para pagar la ayuda soviética.
c) sociales
La guerra trajo consigo la recuperación de la hegemonía económica y
social por parte de la oligarquía terrateniente, industrial y financiera,
a la vez que la pérdida de todos los derechos adquiridos por los
trabajadores.
d) morales
La guerra supuso una verdadera fractura moral del país: varias
generaciones estuvieron marcadas por el sufrimiento ocasionado por
ella y la represión de la larga posguerra. La dictadura franquista
nunca buscó la reconciliación de los españoles y siempre recordó y
celebró su origen bélico persiguiendo y reprimiendo a los vencidos.
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