«NEW AGE»: UN NUEVO RETO PARA EL CRISTIANISMO Il «New Age». Una nueva sfida per il cristianesimo, Editorial de "La Civiltà Cattolica", 142 (1991/IV) 541-552 En los años 60 sociólogos y fenomenólogos de la religión, al estudiar el fenómeno de la secularización, preveían una disminución gradual de la religión hasta su total desaparición. Tal previsión no se ha verificado. Más bien en los últimos decenios han surgido innumerables formas de religiosidad. No se trata, ciertamente, de una vuelta a la religión tradicional, por más que se puede constatar que, justamente en la época en que la secularización es más intensa, el catolicismo da muestras de una vitalidad insospechada. En realidad se trata de "nuevas religiones", las cuales, si contienen algunos elementos cristianos, se remiten en gran parte a tradiciones religiosas no cristianas, como las religiones orientales, o explotan filones de espiritualidad muy alejados del cristianismo o incluso hostiles a él, como pueden ser el espiritismo y el gnosticismo esotérico. Aquí nos vamos a referir a una forma de religiosidad que parece expresar en síntesis el "espíritu" y el "clima" de la religiosidad de nuestro tiempo: New Age (era nueva). ¿De qué se trata? Empecemos por preguntarnos: ¿por qué se habla de una era nueva? Porque nos encontramos en la etapa final de un ciclo astronómico y vamos a entrar en un nuevo ciclo. El sol, de hecho, está pasando de un signo del zodiaco Piscis- a otro Acuario-. Según los astrólogos, siempre que el sol cambia de signo, en virtud de la ley de procesión de los equinocios, suceden cambios radicales en la evolución de la civilización, ante todo en el ámbito religioso. Así en 4320 a.C. el sol entró en Taurus y en este tiempo surgieron las religiones de Egipto, Creta y Mesopotamia, que adoptaron el toro como emblema divino. En 2160 a.C. el sol penetró en Aries y surgió la religión mosaica que tomó el carnero como símbolo de la divinidad. El 21 de marzo del año 1 de nuestra era el sol entró en Piscis (pez) y surgió la religión cristiana, en la que Cristo es designado con la palabra griega Ichthus (pez), resultante de las iniciales de Iesous Christós Theou Uiós Soter (Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador). Ahora bien, el ciclo de Piscis toca a su fin, porque hacia el 21,60 el sol entrará en Acuario. Apunta, pues, una era nueva bajo el signo de la abundancia. En ella cundirán las doctrinas esotéricas, gracias a las cuales se ampliará el campo de la conciencia. Habrá además abundancia de productos de la tierra y de la industria, ya que el acuario es su símbolo. Y también una nueva religión. Desaparecerá el cristianismo. Con la vuelta de Cristo, distinto del Jesús histórico, se implantará una nueva religión a nivel mundial, que reconciliará todas, las religiones, mostrando su identidad de origen y objetivo, y se establecerá una creencia universal con una moral común, basada en la verdad eterna. La era nueva será una era de amor, concordia y luz, será el tiempo de la "verdadera liberación del espíritu". La New Age no será obra de una sola persona ni de un único grupo, sino una "dulce conjura" de muchos, que experimentan la estrechez de los viejos dogmas y de la moral anticuada, que se hallan ante instituciones religiosas esclerotizadas. De, ahí que quieran cambiar y vayan en busca de una "espiritualidad", rica en experiencias nuevas, más profundas, de Dios, que permitirán alcanzar la plenitud del propio ser, el gozo y la felicidad. Se trata, pues, de formar parte de esa "dulce conjura", para "crear juntos" un mundo nuevo y mejor, pacífico y fraterno, como nunca lo ha habido. La "dulce conjura" ya está en acción. Y eso que no existe ni fundador ni sede social ni libro sagrado ni líder carismático ni sistema de verdades aceptado por sus adeptos. De hecho,New Age nació a comienzos de los 70 en California como convergencia de múltiples factores. A su nacimiento contribuyeron el desencanto producido por el fracaso del mito del progreso, el sentimiento de qué la religión que ofrecían las Iglesias cristianas era formalística y carente de interioridad e impulso místico, y finalmente la atracción de la religiosidad oriental y de las "culturas alternativas". Recordemos que en la década de los 70 emigraron de la India y del Japón a California "maestros espirituales" de tradición hindú y budista, con el propósito no sólo de cuidar de los emigrados asiáticos, sino también de difundir entre los americanos la práctica del yoga* y del zen*. Aquellos fueron los años de la cultura hippy, del uso de productos psicodélicos para acceder al sub-consciente o al supra-consciente, del interés por el esoterismo, la psicología profunda, el espiritismo en su nueva forma del channeling*, las medicinas alternativas, el feminismo, el ecologismo, el pacifismo. Características New Age es, pues, el punto de convergencia de ideas, aspiraciones y movimientos diversos. De ahí su carácter sincrético y la dificultad de definirlo con precisión. En todo caso, se presenta como la "nueva religiosidad" del hombre de hoy. ¿Cuáles son sus caracteres distintivos? 1. El primero es su pretensión científica. New Age asume el cambio de "paradigma" (modelo explicativo global) acaecido en la ciencia moderna. En física se ha pasado del modelo "mecanicista" de la física clásica -el universo como máquina perfecta- al modelo holístico de la física moderna, según el cual la materia no está constituida de partículas, sino de ondas y de energía. Se interpreta, pues, el universo como una totalidad, como una red de conexiones e intersecciones. Se trata de un organismo unitario, viviente, en el que, cuanto más se profundiza en la raíz de la realidad, tanto más se experimenta la unidad del todo. Sujeto y objeto, el que experimenta y lo experimentado se confunden. En el fondo del ser todo se simplifica y se reduce a unidad. El hombre participa de la vida orgánica del todo; sin poder situarse fuera, como si fuese un observador neutro o un sujeto independiente. Al aceptar este cambio de "paradigma", New Age afirma la unidad del todo: Dios y el mundo, espíritu y materia, inteligencia y sentimiento, lo de "dentro" y lo de "fuera"; consciente e inconsciente, cielo y tierra son - una inmensa vibración energética, en la que todo está connexo, constituyen un todo único, en el que las diferencias se esfuman. Lo "separado", lo "determinado"; es la sobrehaz aparente, ilusoria, del universo. En su hondura el ser es único; en el sentido de que todo existe en permanente compenetración. Por eso New Age es holista (del griego holos=todo): ve el universo como un todo viviente espiritual, como un todo que está presente en todas partes y por el cual toda realidad -primero, el hombre- es un "microcosmo" (un universo en pequeño), o sea, una imagen del "macrocosmo" (el universo entero). 2. El segundo rasgo distintivo de New Age está íntimamente ligado al primero. Se priman las religiones orientales sobre el cristianismo. Para New Age, con la doctrina de la creación el cristianismo establece un, abismo infranqueable entre Dios y el hombre. Con su doctrina de la persona -Dios es un ser "personal" y el hombre es una "persona"el cristianismo concibe la relación Dios- hombre según el modeló diálógico "yo-tú", que impide la inmersión del yo en el Todo. El cristianismo insiste en la ortodoxia doctrinal y en la observancia de la ley moral: es formalista, legalista, racionalista y autoritario, además de desconfiar del sentimiento y de la experiencia mística. En cambió, las religiones orientales anulan todas las divisiones y las diferencias. Para ellas la multiplicidad es una ilusión y, en lo más profundo, la realidad es una y :el yo se experimenta como "sí mismo", como divino. Para esto hay que andar el camino de la experiencia espiritual: por la meditación se llega al "ensimismamiento" (samádhi)* y a la "iluminación" (satóri)*; o sea, se experimenta que el yo no es más que el "si mismo", el Absoluto impersonal: Es así como se llega a la paz interior; a la paz con todos los hombres y al amor de todo lo que existe y que, más allá de las apariencias, en su profunda realidad, es Uno. New Age encuentra, pues, en las religiones orientales los indicadores para el camino espiritual que se propone emprender. Sin embargo, los adeptos deNew Age, para alcanzar la experiencia mística de Dios y sacar de ahí la energía cósmica para desarrollar el propio potencial humanó, no se contentan con practicar el yoga, el zen y la meditació n trascendental*, sino que recurren a muchas otras vías de realización de sí mismo. Este es el casó de las experiencias- límite, en las que reviven el proceso del nacimiento (Rehirth=nuevo nacimiento) ó hacen viajes a las puertas de la muerte. Tales experie ncias reciben el nombre de transpersonales, porque, saliendo del propio yo, la conciencia personal se dilata hasta sentirse una sola cosa con la conciencia universal, con la energía cósmica. Según esto, cuando el hombre se sumerge en esas experiencias transpersonales, entraría en contacto con personas muy distantes, incluso con personas difuntas o "ultraterrenas", y se pondría en contacto con cosas que físicamente están en otros sitios. Por esto New Age recurre a distintas psicologías: la psicología profunda de Jung, la psicodinámica, la psicología humanística de Maslow, basada sobre las "experiencias-punta" (pealeexperiences), la psicología transpersonal, que se apoya en la convicción de que el hombre sólo se realiza en experiencias que trascienden la propia persona. Estas experiencias, que provocan estados de felicidad y de paz interior, pueden ser inducidas con una estimulación eléctrica directa del cerebro ó con la ingestión de drogas, "vías permanentes de iluminación". 3. El tercer carácter distintivo de New Age es, pues, el recurso a la psicología como vía para la ampliación de la conciencia y la experiencia "mística". A esa experiencia pueden contribuir también la música, la danza y las artes marciales. Dado que, según la concepción de New Age; la realidad última del cosmos no está constituida de cuerpos sólidos, sino de vibraciones y de movimientos ondulatorios, la música está especialmente indicada para captar la esencia de la realidad. 4. New Age se distingue también por el recurso al channeling y al esoterismo gnóstico. El channeling (de channel=canal) es la forma moderna del espiritismo clásico. En éste el medium evoca los espíritus de los difuntos y recibe sus mensajes. En el channeling, el medium, que hace de channel, recibe las "revelaciones" de entidades superiores, cuya naturaleza no se conoce con exactitud. La famosa obra A Course in Miracles (un cursó en milagros) contiene una especie de "nuevo evangelio" dictado por una "Voz" (Jesucristo) al channel Helen Schucman entre 1965 y 1972. La artista norteamericana Shirley MacLaine ha popularizado el channeling. A fin de cuentas el channeling está en perfecta consonancia con la visión monística que de la realidad tiene New Age. Según esa visión, todos los hombres son sub-personalidades de la única Mente y pueden hacer de "canales", por los cuales cada parte del único Ser puede acceder al resto de Sí mismo. New Age ofrece un amplio espacio a la gnosis. De hecho, tanto para el gnosticismo como para New Age, el hombre posee por nacimiento una centella divina que lo emparenta con la divinidad del Todo. Su cometido consiste en trascender los límites del yo personal, que tiende a hacerle olvidar su parentesco esencial con el Todo divino, para entrar en la totalidad de la Energía divina, en la que se basa la unidad del cosmos. Ahí está la "salvación". 5. La quinta característica de New Age es el reencantamiento del cosmos. El cristianismo y la ciencia han "desencantado" el mundo. El cristianismo, porque lo ha despojado de su divinidad. Y la ciencia, porque lo ha racionalizado, lo ha descompuesto en partes, rompiendo las conexiones con el todo y destruyendo las analogías y las correspondencias entre las partes. De ahí ha resultado un cosmos fragmentario e insignificante, puro objeto de manipulación por parte del hombre. New Age pretende reencantar el cosmos, resacralizarlo, reconocer que es "divino" y "uno" y que los opuestos están destinados a fundirse en el Todo, como los principios yin (femenino) y yang (masculino) en el taoísmo*. A este reencantamiento del mundo está ligada la atención especial que New Age presta a la ecología. Pero no se trata aquí de una ecología general de respeto a la casa común, que es la naturaleza, sino de una "ecología profunda" (deep ecology), basada en un biocentrismo absoluto, o sea, en el principio de que toda la tierra es un organismo viviente de carácter divino y que todos los seres vivientes - incluido el hombre- poseen el mismo valor e idéntica dignidad. Polivalencia De lo dicho se deduce que New Age es una realidad muy compleja: De hecho es muchas cosas al mismo tiempo. 1. Ante todo es una certeza: estamos en los umbrales de una nueva era para la humanidad. Una era de prosperidad, de paz y de fraternidad. Lo deja en claro la astrología: estamos pasando de la constelación "belicosa" de Piscis a la constelación "pacífica" de Acuario. De ahí el optimismo que anima a New Age en contraste con el "catastrofismo" actual respecto al futuro del mundo. Esta versión secularizada del milenarismo* cristiano estará marcada por la "vuelta de Cristo", pero no del Cristo de los Evangelios, sino del Cristo cósmico, el Espíritu erístico universal, que a lo largo de la historia se ha encarnado en Buddha, Krishna, Jesús de Nazaret, Mahoma y que debería encarnarse todavía bajo otros nombres. Huelga decir cuán errónea y forzada resulta la "anexión" de Teilhard de Chardin a la causa de New Age, cuyos adeptos - le consideran como principal inspirador de su doctrina y por esto le citan a menudo. Es cierto que para Teilhard el desarrollo de la conciencia tiende al punto omega. Pero, para él, el punto omega no es otro que Jesús de Nazaret; el Verbo de Dios encarnado, muerto y resucitado. "Cristo escribe él es el instrumento; el centro y el fin de toda la creación animada y material. (...) El es el Alfa y la Ome ga". Casi como leemos en el NT: "Él (Cristo) es modelo y fin del universo creado, El es antes que todo y el universo tiene en él su consistencia" (Col 1,16s). 2. New Age es un movimiento no organizado en estructuras jerárquicas. Lo constituyen pequeños grupos, independientes uno del otro, pero que mantienen relaciones informales y tienen como punto de reunión determinadas librerías especializadas en esoterismo y temas afines. Así forma un entramado (network) de personas y grupos que "conjuran dulcemente" para el advenimiento de la nueva era. A participar en esta conjura son llamados todos los contestatarios de la sociedad actual y de las Iglesias constituidas y todos los que van en busca de un mundo nuevo y diverso social o religiosamente. 3. New Age constit uye una visión del mundo (WeZtanschauung), que, de acuerdo con las más modernas conquistas de la ciencia, sobre todo de la Física atómica y subatómica, ve el cosmos como un Todo espiritual y divino. Por esto, todo lo que existe es "espíritu" (también la ma teria), es "vida" (también lo inanimado) y es "conciencia" (porque "el fundamento último del Seres la Conciencia, que lo abarca y lo- penetra todo"). 4. New Age es una espiritualidad. Pretende que sus adeptos hagan una experiencia mística de Dios, mediante ejercicios que les haga experimentar que son una centella de la Conciencia absoluta. A esa experiencia contribuyen tanto la práctica del hinduismo (yoga) y del budismo (zen) como la psicología transpersonal. 5. New Age posee una función terapéutica. En su pretensión de liberar todo el potencial encerrado en la mente humana, se propone desarrollar el hemisferio derecho del cerebro, sede del instinto, la emoción, la fantasía, los sueños y la intuición, y armonizarlo con el hemisferio izquierdo, sede de la razón, el lenguaje y el cálculo. Mientras Occidente ha fomentado el desarrollo del hemisferio izquierdo,Oriente ha privilegiado el hemisferio derecho y por eso es más capaz de realizar experiencias espirituales. New Age pretende ser, además, una terapia de las enfermedades, tanto de la psique como del cuerpo. Con este objeto recurre, no a la medicina oficial, sino a las medicinas alternativas, como la homeopatía y la acupuntura. Valoración ¿Cómo valorar New Age desde el punto de vista cristiano? No podemos dejar de advertir dos cosas: 1. New Age se opone radicalmente al cristianismo. De hecho, rechaza las verdades cristianas esenciales: la trascendencia y la índole personal de Dios; su distinción del mundo, ya que Dios no sería el Creador, sino el "alma" inmanente del mundo; la distinción entre espíritu y materia; la personalidad y la libertad del hombre y su responsabilidad; la encarnación del Hijo de Dios en la persona histórica de Jesús de Nazaret y la redención operada con su muerte y resurrección. 2. New Age pretende erigirse en religión universal y, por consiguiente, suplantar a todas las otras religiones, en cuanto que, al asumir todo lo que hay en ellas de verdadero y bueno, las convertiría en inútiles. En especial, New Age afirma poder responder mejor a las necesidades y expectativas del hombre de hoy. Según New Age, el hombre de hoy necesita estar sano de cuerpo y espíritu, vivir en un mundo más fraterno, en armonía con todos los hombres, con la naturaleza y con todo el universo. Y sobre todo, para ser él mismo y plenamente feliz, el hombre de hoy tiene necesidad de experiencias espirituales intensas, propiamente "místicas", de inmersión en el Todo, de fusión con lo divino, o sea, necesita experimentar su unidad con Dios, superando el estrecho ámbito del yo personal, para abrirse al espacio infinito de la Conciencia absoluta y universal. Esto lanza un reto al cristianismo en su propio terreno -el espiritual y religioso-, al presentarse como la "nueva religiosidad" que realiza la eterna aspiración del hombre: la de ser dios. ¿Qué actitud ha de adoptar el cristiano frente a New Age? Ante todo una actitud alerta y de escucha. La ola de movimientos religiosos que se abate sobre el mundo de hoy podría generar un sentimiento de hastío, ya que los "nuevos" movimientos no son tan nuevos y, cuando lo son, a veces dicen cosas tan extrañas y absurdas que apenas se les puede tomar en serio. Y con todo, detrás de una fachada poco atractiva, se esconden personas que buscan sinceramente a Dios y que quieren dar sentido a la propia vida. Por esto dichos movimientos, incluido New Age, merecen toda nuestra atención. Pero a esto es necesario añadir el discernimiento crítico, que ponga de relieve lo que, desde el punto de vista cristiano, es aceptable como expresión de necesidades espirituales, y lo que no lo es. Esto requiere una discusión, con espíritu de diálogo, pero sin falsos irenismos, sobre su ideología. En todo caso, una cosa es cierta: los nuevos movimientos religiosos -y más en concreto New Age-, por su difusión y por la atracción que ejercen sobre personas de alto nivel intelectual y de profundo espíritu religioso, plantean a la Iglesia de hoy dos grandes exigencias: una nueva evangelización; que muestre cómo la fe cristiana está en grado de responder hoy a los problemas humanos más reales y profundos y una renovación de la espiritualidad cristiana, que sitúe en la experiencia que se hace de Dios en la plegaria y en la contemplación su punto de apoyo: ¿No hemos descuidado el elemento "místico" de una vida cristiana que, a fin de cuentas, es "vida en el Espíritu"? La Iglesia de hoy no tiene más que anunciar que la verdadera divinización del hombre es la que Dios le otorga en Cristo, haciéndole hijo suyo y copartícipe de la naturaleza divina (2 P 1,4). Justamenteen este "estar con Cristo en Dios" encuentra el hombre la plenitud de vida, la paz y el gozo profundo que en vano buscará en otras partes. Tradujo y condensó: ELISA GARCIA