Las palomas mensajeras en la historia de las comunicaciones. 6-2

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Las palomas mensajeras en la historia de las comunicaciones. 6-2
Las mensajeras de Medinet-Abu-2.
El área donde tuvo lugar la domesticación de la paloma bravía abrazaba
todo el Oriente Próximo, desde Turquía a la antigua Persia, y todo el
Mediterráneo hasta Egipto. Es la misma región donde aparecieron inicialmente
la agricultura, el pastoreo, la civilización y la escritura. Se sabe que en
Mesopotamia al menos, las palomas ya disponían en el 3000 a.C. de
palomares con forma de torre, construidos de esa manera para que, imitando
los lugares en los que aquellas acostumbraban anidar, pudiesen albergar un
gran número de individuos. Éstos se las arreglaban solos para subsistir,
comiendo y bebiendo en los campos circundantes. Como puede verse, las
palomas eran mantenidas bajo condiciones de semisalvajismo o de
semidomesticidad, para poder aprovechar así de una manera fácil sus
posturas, carne, plumas y excrementos (estos últimos muy valiosos en la
agricultura intensiva, en razón de contener un tenor de nitrógeno más alto que
el del estiércol de las otras aves e incluso que el de las vacas, caballos, ovejas
y porcinos). Sabemos también que fueron utilizadas en la antigüedad con otra
clase de propósitos, como es el caso de su participación cruenta o incruenta
en las ceremonias religiosas o vaticinar a través de su vuelo o del examen de
sus vísceras, los acontecimientos venideros. Como acabamos de ver, debido al
orden de importancia que nuestros antepasados remotos le concedieron a la
domesticación de los animales, la de las aves estuvo bastante demorada. Dos
milenios separaron a la de las gallinas de la de los patos y solo un milenio
después de esta última advino la de los gansos y la de las palomas. En Egipto,
según dijimos, la existencia de las palomas domesticadas aparece claramente
registrada entre el 2500 y el 2350 a. C. ¿Cuánto tiempo le llevó entonces a la
paloma domesticada de aquel lugar, cualquiera que haya sido, convertirse en
mensajera circunstancial? ¿Y cuánto tiempo tuvo que pasar para dejar de ser
mensajeras accidentales y de uso esporádico, para convertirse en mensajeras
profesionales, de utilización constante? Tal vez aquel comentario de Castelló
nos sirva para dilucidar estas cuestiones. Apuntaba aquel que cuando asumió
Ramsés III, aquel trascendental suceso fue comunicado a las autoridades de
las más importantes ciudades del imperio por medio de palomas mensajeras.
Para que esto hubiese llegado realmente a suceder, esas palomas tendrían
que haber dejado de ser usadas como mensajeras circunstanciales desde
hacía ya bastante tiempo, porque es por demás evidente que tal como
Castelló nos comenta dicho suceso, nos hallaríamos en presencia de un
servicio de comunicaciones no sólo racionalmente organizado sino, además,
de funcionamiento regular (continuo). En efecto: si aquellas palomas podían
transportar mensajes desde Tebas hasta las ciudades más importantes del
imperio, es razonable inferir que también las de aquellas ciudades podían
llevarlos hasta Tebas. De ser esto cierto, resultaría que 1184 años antes de
nuestra era ya funcionaba en Egipto un sistema integrado de comunicaciones
multilaterales. ¿Sería así? Tal como Castelló presentaba la noticia, ésta pudo
parecerles creíble a quienes no supiesen cómo operaba un servicio de
comunicaciones de este tipo. Pero los que sí se hallaban al tanto del
procedimiento (a menos que se contentaran con leer mecánicamente), no
habrían podido menos que abrigar serias dudas al respecto. Para poder
aceptar que lo que se decía allí pudiera haber ocurrido realmente, cualquier
entendido tenía que aceptar primero que nada que esas aves tuvieron que
haber sido llevadas previamente a Tebas desde los distintos lugares a los que
debían regresar, y además, haber permanecido alojadas y alimentadas allí en
un palomar destinado a ellas de antemano, y durante un lapso más o menos
prolongado (el necesario y suficiente como para que pudiesen ser utilizadas
como mensajeras en el momento oportuno). ¿Con qué medios y viajando
durante cuánto tiempo las localidades más alejadas de Tebas podrían
haberlas trasladado hasta ahí? ¿Cómo podrían haber salvado la carencia de
poblaciones intermedias entre algunas de aquellas ciudades importantes? La
solución más práctica a la que debieron recurrir tiene que haber consistido en
enviar esas palomas no directamente a Tebas, sino a los palomares de las
ciudades que se hallaban entre sí más próximas, incluyendo desde luego a las
dos que estaban emplazadas más cerca de la ciudad capital. Y decimos que
tuvieron que adoptar el sistema de postas debido a que el Imperio Nuevo de
Egipto era considerablemente extenso. De haberse hallado todas
concentradas en Tebas, al ser puestas en libertad deberían de haber volado
desde allí hacia 17 poblaciones importantes: Asuán, Elefantina, Abú Simbel y
Napata por un lado, y por el otro hacia Abydos, Heracrópolis, Menfis,
Heliópolis, Avaris, Tanis, Gaza, Tiro, Sidón, Biblos, Damasco, Kadesh y
Carchemish. Las distancias máximas a recorrer en tal supuesto, habrían sido,
por el suroeste, de unos 380 Km, y por el noreste de unos 1200. Según puede
verse, en casi todos los casos hubiera hecho falta contar con palomares de
relevo, de modo que las palomas no se viesen obligadas a volar más de la
cuenta y bajo condiciones que podían tornarse muy riesgosas. Como el envío
de una sola de ellas hacia cada destino no podía asegurar para nada su
efectiva llegada, es posible que de ser este el caso, su número se duplicara o
triplicara, en cuyo caso habrían partido desde Tebas entre 34 y 51 ejemplares.
En cambio, usando el sistema de relevos, sólo les hubiera hecho falta utilizar
cuando mucho dos por palomar. Si aquellas palomas eran en verdad
mensajeras y debían comunicar a los delegados del faraón la asunción del
nuevo monarca, debieron necesariamente haber transportado mensajes
breves escritos en papiros o pergaminos fáciles de transportar. ¿Pudo haber
ocurrido esto? Descreemos que los cortesanos intervinientes en aquel supuesto
envío de noticias se hayan valido de los mensajes “sobreentendidos” (al estilo
de los de los marinos fenicios cuando regresaban a sus casas) porque la
llegada de una de esas aves a su palomar sin portar mensaje alguno bien
podría haberse atribuido en este caso a una huida fortuita. Así y todo, para
que se pueda tener una buena idea acerca de las dificultades que se
oponían a la realización de esta formidable empresa en aquellos remotos
tiempos (hace 3.199 años), bastará con observar cualquier mapa donde figure
un esquema del mencionado Imperio. Se podrá ver allí que se extendía desde
la sexta catarata del Nilo hasta Siria, y que constituiría por ende un grandísimo
problema el tener que trasladar por tierra de una ciudad hasta la próxima no
sólo a estas hipotéticas palomas mensajeras sino a las mismas personas que
necesitaran dirigirse a ellas. Se nos vuelve pues muy difícil creer que se
pudieran haber brindado cualquiera de esas posibilidades, o sea, que se
hubiesen llevado palomas a Tebas desde cada ciudad importante del imperio
para utilizarlas como mensajeras o que cada ciudad hubiese enviado las suyas
a la que le quedaba más cerca para conformar un sistema de postas.
(Continuará).
Fuente: UN CACHO DE COLOMB&CULTURA.
La verdadera historia de las palomas mensajeras.
Autor: J.C.R. Ceballos.
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