Transición del Estado benefactor, neoliberalismo y

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
COLEGIO DE CIENCIAS Y HUMANIDADES
ÁREA HISTÓRICO-SOCIAL
HISTORIA DE MÉXICO II
UNIDAD 4
TRANSICIÓN DEL ESTADO BENEFACTOR, NEOLIBERALISMO
Y GLOBALIZACIÓN (1970-hasta nuestros días)
Grupo de trabajo: Tlamatinime
(El que ilumina el rostro ajeno con el conocimiento)
Coordinadores: Susana Huerta González y Miguel Carlos Esquivel Pineda
Responsable de la Unidad: Eréndira Cornejo López
Integrantes del Seminario:
Eréndira Cornejo López, Rosalina Bautista Pérez, Héctor Bernal González, Susana Huerta
González, Miguel Carlos Esquivel Pineda, Ernesto García Palacios, Áurea González Leal,
Elizabeth González Torres, José Guzmán Rodríguez, Graciela Maldonado Figueroa, Tomás
Montes Hernández, Lourdes Pirod Posada, y Lucia Salgado Bernal.
1
INTRODUCCION
Después del movimiento estudiantil de 1968 el gobierno demostró que era incapaz de
encabezar a la nueva sociedad inconforme y carente de medios para expresar sus puntos de
vista, debido al férreo control gubernamental sobre los medios de comunicación.
El Estado intentó recuperar terreno, los esfuerzos de los presidentes Luís Echeverría y
López Portillo por conciliarse con los grupos inconformes otorgando amnistías, creando la
UAM, el Infonavit, promoviendo reformas electorales, discursos a favor de la democracia e
intentos por estrechar relaciones con diversos grupos, fracasaron.
El crecimiento económico comenzó a debilitarse, hubo un déficit en la balanza comercial,
Echeverría fracaso en su reforma fiscal y endeudó al país, las tensiones con los empresarios
se agravaron y surgió el Centro Coordinador Empresarial como organismo representativo de
éstos con el objeto de presionar al gobierno.
A partir de 1973 se dio la inflación, la devaluación del peso en 1976 y
la posterior
eliminación de los 000. Echeverría recurrió al FMI para superar la crisis del 76.
Fue una época de activismo de grupos políticos de distintas tendencias a la par del
desarrollo de la guerra sucia por parte del gobierno. Mientras que el gobierno alardeaba a
favor del tercer mundo e ideas progresistas.
El auge petrolero de 1978 estuvo vinculado y en cierta forma beneficiado por la crisis
mundial iniciada en 1973. Los funcionarios gubernamentales creían que podían pagar la
enorme deuda externa con el petróleo.
El auge del gasto público disminuyó en cierta forma la desigualdad social y regional.
Se creo la Conapo para controlar el aumento demográfico, pues se sabía que la economía
era incapaz de incorporar a una población que crecía elevadamente.
2
López Portillo impulsó una reforma para incorporar a la lucha partidaria a fuerzas políticas
consideradas minoritarias mediante el sistema de representación proporcional. Aunque el
legislativo continuaba subordinado al ejecutivo.
Para 1981-82, disminuyó el precio del petróleo, la inflación llegó casi al 100% y la medida
tomada fue expropiar la banca los políticos pensaban que los males de la economía residían
en el gasto público excesivo
Fue así que el presidente Miguel De la Madrid disminuyó el gasto público e inició la venta de
empresas estatales para disminuir el déficit. El desempleo creció y abrió paso al autoempleo.
Y se generó la movilización de grupos inconformes.
Hubo una paulatina apertura al mercado mundial. La industria maquiladora y las empresas
automotrices entraron en auge.
Es en este periodo donde se da el cambio de la política económica denominada del
Estado Benefactor al llamado Neoliberalismo.
Desde el punto de vista político para las elecciones de 1988 de una división del PRI surgió la
Corriente Democrática encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas y posteriormente se funda el
Frente Democrático Nacional.
La “caída del sistema” en 1988 provocó reacciones contrarias de los partidos de oposición.
El gobierno salinista continuó con las prácticas políticas neoliberales; “adelgazó” al Estado,
vendió empresas, eliminó el reparto de tierra y otorgó reconocimiento legal a las iglesias.
Entre 1989-90 se renegoció la deuda pública, se redujo el presupuesto al sector salud y la
educación. En el campo sólo se apoyó a quienes podían pagar la exportación.
Se impulsó la apertura comercial y las exportaciones como sustento del desarrollo nacional y
se firmó el TLC.
3
En 1993 surgió el movimiento de El Barzón.
Reclamando una serie demandas sociales con políticas enfocadas a fortalecer los derechos
de los pueblos indios surgió el EZLN en 1994.
En 1994, en julio Ernesto Zedillo ganó las elecciones.
A finales de 1994 se devalúo el peso casi un 100%, decreció la economía, aumentó el
desempleo. Ernesto Zedillo con la ayuda de Estados Unidos recuperó el crecimiento
económico a cambio del Fobaproa.
Se incrementó la migración hacia EU, lo que significó una gran aportaron de divisas para
México.
Dentro de las transformaciones sociales: se reforzó la participación de los ciudadanos en la
opinión, en la defensa de sus derechos.
En 1996 se dio plena autonomía al Instituto Federal Electoral expresando el agotamiento del
viejo arreglo político basado en la hegemonía del PRI. Se dio lugar a la elección del Jefe de
gobierno del DF.
En el 2000 hubo un mejoramiento en la situación social, pero casi dos tercios de la
población podría considerarse pobre. En el aspecto geográfico cada vez eran más evidentes
las diferencias entre regiones ricas y pobres.
Las elecciones del 2000 se dieron en un escenario hostil y con una economía pobre.
El triunfo de Vicente Fox fue un cambio fundamental pero solamente en el terreno político,
dejando atrás la etapa del partido oficial y su vínculo con el presidente de la república y el
paso del poder después de mas de 70 años a un partido de oposición, sin
el modelo
económico se ha continuado aplicando .hasta hoy.
4
Usando textos alusivos al tema, videos y conferencias se trabajará esta unidad con el objeto
de clarificar y ampliar los conocimientos de los alumnos al respecto y hacer conciencia de
dos aspectos principales:
-Los acontecimientos contemporáneos son también Historia, no solo los acontecimientos
remotos.
-Que los alumnos y nosotros somos sujetos de la Historia y podemos influir en ella para
modificarla y hacer de nuestra sociedad una sociedad mejor.
5
HISTORIA DE MÉXICO II. UNIDAD IV. TRANSICIÓN DEL ESTADO BENEFACTOR,
NEOLIBERALISMO Y GLOBALIZACIÓN (1970-Hasta nuestros días) (1)
ROPUESTA
VOCABULARIO
PARÁME-
TEMÁTICA DEL
HISTÓRICO
TROS DE
PROGRAMA
SABER PROCEDIMENTAL
EL TALLER DEL
HABILIDADES
ACTIVIDADES
HISTORIADOR
TRANSVERSALES
LA
Estado benefactor.
Comprensión de cómo se
dio un cambio de modelo
económico sin cambiar de
partido en el poder.
Neoliberalismo
Privatizaciones
Hechos
2.El
neoliberalismo
mexicano en el
contexto de la
globalización
ACADÉMICAS QUE
Conocer
una
de
las
características del cambio
de
modelo:
las
privatizaciones
de
las
empresas del Estado.
Investigación
histórica.
Uso
de
la
hemerografía
como fuente de
la historia.
Seleccionar
discriminar
información
y
ESTUDIANTE
Lectura de los materiales
asignados.
Elaboración
histórico
Dibujar
Debate
privatizaciones
Debatir
de
friso
3.Recomposición
del
sistema
político
Transición
Alternancia
Oposición
Hechos
Comprensión de cómo aún
con el cambió de partido en
el
poder,
(uno
de
“oposición”) se continúa
con el modelo económico
Comprensión del voto de la
población. Como no le da a
Fox un cheque en blanco
pues la mayoría en las
cámaras es de la oposición
Textos:
“1970-2000”
Tomado de Historia
Mínima de México.
(Título adaptado)
Friso
cronológico
sobre
Aprender
a
expresar
lúdicamente
(mediante
dibujos) los cambios en la
historia de México del 70 al
2000.
Partidos políticos.
PRODUCTO
CORRESPONDEN AL
HISTORIA
1. Contradiccio-nes del Estado
benefactor y sus
repercusiones.
MATERIALES
“La huelga de Cananea”
en Cien años de Lucha
de clases, 1976-1986,
de Ismael Colmenares
Et. Al. México 1988.
Quinto Sol.
Artículo Periódico “La
Jornada”. México S. A.
Germán Larrea. 27 de
febrero de 2006.
Análisis político
de la historia
Observación y análisis
del contenido del video.
Observar.
Analizar.
Lluvia de ideas para
sacar conclusiones
Aportar ideas.
Participar
debate.
en
el
Reflexionar sobre la vida
política actual.
Responder preguntas.
.
Video: México Historia
de su democracia, núm.
11 “La alternancia y los
problemas
de
la
democracia
(20002003)” (30 minutos)
Artículo periódico “La
Jornada”, “Senadores y
Diputados” de Octavio
Rodríguez Araujo
6 de abril del 2006.
Ideas
principales
del video.
Preguntas
contestadas
Atender a la importancia
del trabajo que deben
hacer los miembros de las
Cámaras.
Observar y analizar.
6
HISTORIA DE MÉXICO II. UNIDAD IV. TRANSICIÓN DEL ESTADO BENEFACTOR,
NEOLIBERALISMO Y GLOBALIZACIÓN (1970-Hasta nuestros días) (2)
4.Movimientos
sociales
emergentes en
oposición
al
neoliberalismo
Movimientos
sociales.
Oposición.
Sujetos
Aprender que no solo los
héroes son los sujetos de
la Historia sino que también
lo son los pueblos, las
organizaciones
sociales,
políticas,
militares,
las
minorías.
Comprender el impacto del
movimiento
zapatista
cuando se firmaba el TLC y
lo que eso significó para la
historia nacional.
5. Los efectos de
la globalización y
la
crisis
de
valores.
Aprender a leer, analizar y
a debatir.
Comprender los orígenes
de la globalización y
nuestro lugar en ésta.
Globalización.
Estado-nación
Tiempo
Soberanía.
Aprender lo que es México
como Estado-nación.
Justicia social
Hechos
6. La sociedad
mexicana y los
posibles
escenarios en el
siglo XXI.
Migración
Conocer la posición del
autor ante la globalización.
El estudio de los
movimientos
sociales
como
sujetos de la
Historia.
Revisar los textos a la luz
de “nuestra entrada al
primer mundo”
Debatir
Reflexionar el ir y venir
en la historia de los
textos zapatistas.
Análisis a través
de la Historia
Retrospectiva.
Análisis de los
procesos
históricos
contemporáneos.
Observar, analizar
Responder
cuestionario.
Estudiar
las
teorías de la
migración.
Encontrar
similares.
Trabajar
con
historia oral.
Sujetos
Hechos
Trabajar historias
de vida.
Leer.
Elaborar
Historia de
usando
testimonios.
Observar el video y
responder lo siguiente:
1.
Que
es
la
globalización,
sus
orígenes.
2. Como y cuando se
forman
los
Estados
nacionales.
3. Que significa hablar de
la soberanía nacional.
4. Que salidas plantea el
conferencista ante la
globalización
para
nuestros países.
Análisis de las
conceptos en la
historia.
Reconocer las condiciones
de los jóvenes migrantes
mexicanos en California.
historias
Leer
una
vida
los
Revisar
la
lectura
atendiendo
a
las
declaraciones de los
jóvenes informantes.
Elaborar una Historia de
vida, usando la historia
oral, con la experiencia
de algún joven migrante.
Comparar
las
dos
experiencias y reflexionar
sobre ello.
“Declaración de la Selva
lacandona”
(1993)
de
la
Comandancia General
del EZLN-. extraído de
la página de Internet
www.ezln.org
Conferencia de Lorenzo
Meyer
en la mesa
redonda
“la
globalización y el Estado
nacional” realizada en la
UDUAL el 3 de febrero
Conclusiones
Cuestionario
resuelto.
de 2006. (25 minutos)
Texto
“Jóvenes
migrantes
y
experiencias
de
inserción en el campo
californiano” de Manuel
Adrián Hernández
Romero. (estudiante del
doctorado
en
Antropología
del
CIESAS).
Historia
vida.
de
Reflexiones
comparativas.
Historia de vida.
7
Primera segunda y tercera sesión
-Contenidos temáticos
1. Contradicciones del Estado benefactor y sus repercusiones.
2. El neoliberalismo mexicano en el contexto de la globalización
-Aprendizaje
Entender la transición de una economía regida por el Estado a la neoliberal.
Comprensión de cómo se dio un cambio de modelo económico sin cambiar de partido en el
poder.
Conocer una de las características del cambio de modelo: las privatizaciones de las
empresas del Estado.
-Estrategia
Elaboración de un friso histórico.
Elaboración de comentario crítico
Ejercicio de retrospección
-Problema.
¿Qué repercusiones tuvo para el país que hubiera un cambio de modelo económico cuando
gobernaba un partido que había defendido otro durante 50 años?
8
-Material de trabajo.
Texto:
“1970-2000” extraído de, Aboites Aguilar, Luís, “El último tramo, 1929-2000”, en
Nueva historia mínima de México, México, El Colegio de México, 2004. 315 págs. Pp. 280302 (Título adaptado)
Texto: “La huelga de Cananea” en Cien años de Lucha de clases, 1976-1986, de Ismael
Colmenares et.,al., México 1988,Quinto Sol.
Artículo de La Jornada “Cananea otra vez” de Luís Hernández Navarro del 21 de abril de
2006.
-Habilidad básica de la disciplina
Lectura de comprensión
Dibujar
Lectura crítica
-Realización de la actividad (parte operativa)
Con una clase de antelación los alumnos leen y subrayan el texto “1970-200” (título
adaptado) teniendo presente que usando está información elaborarán un friso histórico.
Durante la primera sesión, por equipo, elaboran un borrador del friso histórico el cual es
revisado por el profesor con el objeto de hacerles algunas recomendaciones en cuanto a la
forma y al fondo.
De tarea elaboran en cartulinas usando dibujos hechos por ellos indicándoles que no pueden
usar estampitas de papelería ni ningún tipo de material impreso y debiendo anotar con una
“c” si el acontecimiento es conocido para ellos y una “n” si es algún conocimiento nuevo.
9
En la segunda sesión exponen sus frisos en el salón pegándolos en paredes, ventanas y
pizarrones y grupalmente hacemos una revisión de los mismos pasando todos a observar
cada uno de ellos tomando en cuenta la limpieza, la originalidad y el orden de los
acontecimientos.
Al terminar la observación se busca resaltar grupalmente lo referente al cambio de modelo
económico de la economía del Estado de bienestar al neoliberalismo.
Con antelación los alumnos releerán el texto “La Huelga de Cananea” revisado en la unidad I
del curso y leerán y subrayarán el artículo “México S. A:” de Germán Larrea” que se refiere a
la privatización de la empresa Cananea. indicándoles que la intención es hacer un ejercicio
de retrospección y a la vez conocer un ejemplo concreto el cambio de política económica del
Estado en los 90s.
En la tercera sesión se pide grupalmente que reseñen oralmente el contenido del artículo de
Larrea y que pongan atención en la forma y las características de la privatización de una
empresa estatal, empresa con un gran contenido histórico haciendo un recordatorio de la
huelga de Cananea de 1906.
-Habilidad básica transversal
Seleccionar y discriminar información
Dibujar
Debatir
Propuesta de evaluación
Tener claridad de las características de una economía de bienestar a una neoliberal
Comprensión de cómo se dio un cambio de modelo económico sin cambiar de partido en el
poder.
10
Conocer una de las características del cambio de modelo: las privatizaciones de las
empresas del Estado.
Aprender a expresar lúdicamente (mediante dibujos) los cambios en la historia de México de
1970 al 2000.
11
Cuarta y quinta sesión.
-Contenido Temático
3. Recomposición del sistema político
-Aprendizaje
Conocer las características de las elecciones del 2000 viéndolas desde la óptica del triunfo
de un partido de oposición que no requirió de un cambio de modelo económico
-Estrategia.
Observación y análisis de un video
Lectura analítica
Resolución de preguntas de forma reflexiva.
-Problema.
¿Qué fue lo que posibilitó que después de más de 70 años pudiera ganar la presidencia un
partido de oposición?
¿Qué papel jugó en este triunfo la persistencia de un mismo modelo económico?
-Material de Trabajo.
Video: México Historia de su democracia, núm. 11 “La alternancia y los problemas de la
democracia (2000-2003)” (30 minutos)
12
Artículo de La Jornada, “Senadores y diputados” de Octavio Rodríguez Araujo. 6 de abril del
2006.
Habilidad básica de la disciplina.
Observar y analizar un video como fuente de la Historia
-Realización de la Actividad (parte operativa)
Durante la cuarta sesión, los alumnos observan y analizan el contenido del video “La
alternancia y los problemas de la democracia (2000-2003)” y llevan a cabo una lluvia de
ideas por escrito de forma individual.
Sacan sus conclusiones y las expresan grupalmente.
Responden de tarea la siguiente pregunta:
¿Consideras que las elecciones del 2006 serán similares a las del 2000? Si o no y porqué.
En la quinta sesión presentan la respuesta a la pregunta y habiendo leído en casa el artículo
“Senadores y y diputados” de Octavio Rodríguez Araujo responden lo siguiente:
¿Estás de acuerdo en que el partido en el poder debe tener mayoría en las cámaras? Si o no
y porqué.
A partir de la resolución de estas preguntas se realiza una discusión grupal, sacando algunas
conclusiones respetando los distintos puntos de vista expresados por los alumnos haciendo
una reflexión sobre la vida política actual.
-Habilidad básica transversal
Observar.
Analizar.
13
Aportar ideas.
Participar en el debate
-Propuesta de Evaluación.
Capacidad de observación
Capacidad de síntesis
Participación en la discusión.
14
Sexta sesión.
-Contenido temático
4. Movimientos sociales emergentes en oposición al neoliberalismo
-Aprendizaje.
Los movimientos sociales como sujetos de la Historia.
-Estrategia.
Lectura y análisis de un documento.
-Problema
¿Significó un golpe significativo para el gobierno que hablaba de nuestra entrada al primer
mundo, el surgimiento del movimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional el 1º. De
enero de 1994 en el estado de Chiapas?
-Material de trabajo
“Declaración de la Selva lacandona” (1993) de la Comandancia General del EZLN, extraído
de la página de Internet www.ezln.org
-Habilidad básica de la disciplina
El uso de documentos como fuentes de la Historia.
15
-Realización de la Actividad (parte operativa)
Con antelación los alumnos revisan el documento a la luz de “nuestra entrada al primer
mundo” atendiendo a las denuncias y demandas de los zapatistas y a las referencias
históricas del mismo.
Discusión grupal del contenido del documento buscando la opinión de los alumnos respecto
al movimiento en relación a si ésta es favorable a éste o no y porqué.
Reflexión respecto al ir y venir en la historia dentro del contenido del documento llamando la
atención a las referencias históricas del mismo.
-Habilidad básica transversal
Leer
Reflexionar
Debatir
-Propuesta de Evaluación.
La comprensión de la importancia de un movimiento indígena como muestra de la lucha por
la sobrevivencia de un sector que ocupa el 10% de la población nacional.
Comprensión de la persistencia de las formas de vida precarias de este sector.
Comprensión de que el neoliberalismo no ha resuelto los problemas básicos de los pueblos
indígenas.
Análisis y reflexión de documentos históricos.
16
Séptima sesión
-Contenido declarativo
5. Los efectos de la globalización y la crisis de valores
-Aprendizaje
Comprender en qué consiste la globalización, nuestro lugar en el proceso y las formas
posibles de enfrentarnos a éste.
-Estrategia
Usar la Historia Oral como fuente de la Historia
-Problema
¿A significado la globalización el debilitamiento de los Estados Nacionales?
¿Cuáles son las posibilidades de éstos de fortalecerse y defender su soberanía?
-Material de trabajo
Conferencia de Lorenzo Meyer en la mesa redonda “la globalización y el Estado nacional”
realizada en la UDUAL el 3 de febrero de 2006. (25 minutos)
-Habilidad básica de la disciplina.
Escuchar y analizar la información vertida por el conferencista.
17
-Realización de la Actividad (parte operativa)
Los alumnos asisten a una sala de SILADIN y escuchan y ven la conferencia. Con antelación
se les dicta el siguiente cuestionario con el objeto de que lo vayan respondiendo al ir
escuchando dicha conferencia.
1. Que es la globalización, sus orígenes.
2. Como y cuando se forman los Estados nacionales.
3. Qué significa hablar de la soberanía nacional.
4. Qué salidas plantea el conferencista para nuestros países ante la globalización.
Responder grupalmente y analizar las respuestas.
-Habilidad básica transversal
Observar, analizar
Responder cuestionario
-Propuesta de evaluación
La comprensión de los orígenes y las características de la globalización y nuestro lugar en
ésta.
El aprendizaje de lo que es México como Estado-nación.
El conocimiento de la posición del autor ante la globalización
18
Octava sesión
-Contenido declarativo.
6. La sociedad mexicana y los posibles escenarios en el siglo XXI.
-Aprendizaje
Problemas a los que se enfrenta nuestra sociedad en este siglo.
-Estrategia
Usar la Historia Comparada como forma de estudio de los hechos históricos.
Problema
¿Cuáles son las causas de la migración y como puede enfrentarse?
-Material de trabajo.
Texto “Jóvenes migrantes y experiencias de inserción en el campo californiano” de Manuel
Adrián Hernández Romero. (estudiante del doctorado en Antropología del CIESAS)
Historia de vida.
-Habilidad básica de la disciplina.
Historia comparada.
-Realización de la actividad (parte operativa)
Con antelación a la clase los alumnos leen y subrayan la lectura asignada atendiendo a las
declaraciones de los jóvenes informantes.
19
Elaboran individualmente, con antelación también un testimonio por escrito, usando
la
historia oral, de la experiencia de algún joven migrante conocido por ellos o un relato
expuesto por alguna persona que haya conocido a alguien en esa condición.
Elaboran individualmente también una síntesis atendiendo a las semejanzas y diferencias
que encontraron en el texto y en su testimonio.
Leen al grupo sus escritos y los comentan.
-Habilidad básica transversal.
Leer
Elaborar un testimonio
Hacer comparaciones.
Sacar conclusiones.
-Propuesta de evaluación.
Haber aprendido a trabajar la Historia Comparada.
Comprender la migración como un problema grave para nuestro país o si ya tenían esta idea
haber profundizado sobre ella.
20
MEXICO (1970-2000)
DESAJUSTES Y LA RESPUESTA ESTATISTA, 1958-1982
Crecimiento económico y estabilidad política eran los signos más destacados del país en
estos años. Al gobierno del mexiquense Adolfo López Mateos (1958-1964) le correspondió
organizar en 1960 los festejos del 50 aniversario de la Revolución de 1910. La clase
gobernante se mostraba orgullosa de sus logros en la conducción de la nación. Podían
presumir de avances en materia de salud, educación e infraestructura, y de fortalecimiento
de la ciudadanía gracias al otorgamiento del derecho al voto a las mujeres en 1953. En el
tema de salud, por ejemplo, la mortalidad infantil se había reducido de manera drástica, de
27 a 12 por cada mil habitantes. Ya no era tan común como antes que las familias perdieran
hijos. Los asegurados del IMSS sumaban cuatro millones y el ISSSTE daba cobertura a
otros 500 000. El analfabetismo se había reducido de 62% en 1930 a 45% en 1960. La
superficie irrigada gracias a inversiones del Estado sumaba 1.4 millones de hectáreas.
Desde 1950 podía recorrerse el territorio nacional por vía terrestre, de la frontera con
Guatemala, en Chiapas, a Ciudad Juárez, Chihuahua. La producción de petróleo casi se
había triplicado desde 1938 y la generación de energía era siete veces mayor que en 1930.
La agricultura y la industria mostraban también aumentos considerables. Para mejorar la
oferta eléctrica y dar paso al sistema nacional interconectado, en 1960 el presidente López
Mateos resolvió adquirir las empresas eléctricas extranjeras. En fin, de diversas maneras los
gobernantes creían rendir buenas cuentas de su gestión al frente de los gobiernos
revolucionarios, como se llamaban a sí mismos una y otra vez. López Mateos se daba el lujo
de declararse de "extrema izquierda" dentro de la ideología de la Revolución mexicana. Esas
declaraciones, y medidas como la adquisición de la industria eléctrica y la aparición de los
libros de texto gratuito inquietaron a los empresarios. Temían una expansión estatal que
redujera su campo de acción e influencia.
A los gobernantes no les faltaba razón. Si se mira con cuidado, el país se había
transformado notablemente desde 1930. Al crecimiento de la población y a la rápida
migración hacia las ciudades, se sumaba el desarrollo de una amplia clase media urbana
cuyas dimensiones no tenían precedente en la historia del país. Su expansión obedecía al
aumento de empleados y funcionarios de empresas privadas, de burócratas, profesionistas
independientes y pequeños empresarios. Esa clase media se nutrió de la prosperidad
económica, del gasto público en salud, educación e infraestructura y, en general, del
conjunto de políticas, ideas y valores que asociaban el crecimiento del país a la ampliación
del mercado interno. Un indicador grueso pero quizá elocuente de esta dinámica social es el
incremento de casi 15 veces en el número de alumnos de las universidades del país: de 23
000 en 1930 a 335 000 en 1970. Obras como la Ciudad Universitaria, inaugurada en 1952, o
el enorme fraccionamiento de Ciudad Satélite, junto al Distrito Federal, iniciado en 1953, o la
apertura de grandes tiendas departamentales, eran otros tantos componentes de la
expansión urbana. Otro indicador que ilustra este movimiento económico pero también social
y cultural es el aumento de 19 veces del número de automóviles entre 1930 y 1970: de 63
000 a 1 200 000.
Los usuarios de teléfonos se multiplicaron casi por diez entre 1940 y 1970: de 88 000 a 859
000. Estos números son meros indicios de los cambios en la vida cotidiana de las ciudades.
A ello habría que sumar las lavadoras, refrigeradores, radios, tocadiscos, televisores,
máquinas de coser que impusieron nuevas rutinas en los hogares. Nuevos patrones de
21
consumo, nuevas percepciones, nuevas prácticas laborales y formas de ocio y diversión, así
como la creación de expectativas de ascenso social gracias a la educación o bien al empeño
y a la disciplina familiar con vocación empresarial, contribuían a configurar una sociedad
menos provinciana y agraria. Una sociedad más cosmopolita y urbana tomaba su lugar.
En esa febril transformación social había sectores inconformes. El crecimiento económico
beneficiaba sólo a una parte de la población, principalmente la de las ciudades, mientras que
en el campo mostraba rezagos. A la vez que se expandía la clase media, en las ciudades
empezaron a formarse enormes cinturones de migrantes pobres. La desigualdad era por ello
un componente esencial de la realidad nacional. Un cálculo de la distribución del ingreso
entre 1950 y 1963 daba resultados alarmantes: 10% de la población más rica concentraba
casi la mitad de la riqueza nacional.
Las inconformidades de obreros y campesinos habían sido resueltas a veces por medio de
concesiones y negociaciones y a veces por medio de la violencia. En 1951, por ejemplo, se
había ignorado una penosa "Caravana del hambre" de miles de mineros y sus familias,
quienes caminaron 1 400 kilómetros desde Nueva Rosita, Coahuila, hasta la capital del país.
Protestaban por el maltrato laboral de la empresa estadounidense American Smelting and
Refining Company En 1958 telegrafistas, petroleros y maestros sufrieron la represión y el
encarcelamiento de algunos líderes. En Baja California, Chihuahua y San Luis Potosí
tuvieron lugar movilizaciones político-electorales que mostraban un incipiente desgaste de
los métodos autoritarios del partido oficial y en general del gobierno federal. En 1959 una
gran huelga ferrocarrilera fue reprimida por el ejército; varios de sus dirigentes, entre ellos
Demetrio Vallejo, fueron a dar a la cárcel acusados del delito de disolución social y allí,
permanecieron durante años. A tono con las ideas que predominaban en Estados Unidos y
México en esos años por el enfrentamiento con la Unión Soviética (la llamada guerra fría),
los ferrocarrileros fueron acusados de comunistas. En 1962 el ejército acribilló al líder
campesino independiente Rubén Jaramillo y a su familia.
Este clima de gran inconformidad se vio alimentado por la Revolución cubana. Guerrilleros
encabezados por Fidel Castro: tomaron el poder en enero de 1959, derrocando al dictador
Fulgencio Batista. La tensión con el gobierno estadounidense fue agravándose hasta que en
1961 Castro se declaró marxista-leninista. Esa experiencia revolucionaria nutrió los ideales
de los inconformes y radicales mexicanos y en general de toda América Latina. En 1961 se
creó en México el Movimiento de Liberación Nacional, encabezado por el ex presidente
Cárdenas, que intentó aglutinar distintos sectores que disentían del rumbo de las políticas
gubernamentales. De otro lado, la iglesia católica, bajo el lema "Cristianismo sí, comunismo
no", organizó diversas manifestaciones públicas que tensaron aún más el ambiente político.
En ese contexto los empresarios más ricos del país, no más de 30, crearon el Consejo
Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN), una organización que pronto ejercería gran
influencia económica y política. Ese consejo se sumó a los organismos empresariales más
antiguos, tales como la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco), la
Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), la Cámara Nacional de la Industria de
Transformación (Canacintra), la Confederación Patronal de la República Mexicana
(Coparmex) y la Asociación de Banqueros de México.
En una enrarecida atmósfera política y diplomática, el gobierno de Estados Unidos inició una
campaña para contrarrestar las simpatías que despertaba la experiencia cubana en América
Latina. Como expresión de la guerra fría, entre 1962 y 1964 presionó a los gobiernos
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latinoamericanos para aislar económica y diplomáticamente a Cuba. Pero en ese terreno
México se negó a sumarse a la iniciativa estadounidense. Fue el único que se mantuvo firme
en su postura independiente en la Organización de Estados Americanos. Eso le valió
prestigio internacional. Al mismo tiempo, el gobierno estadounidense impulsó una "Alianza
para el Progreso" encaminada a prevenir nuevos brotes insurreccionales en América Latina
mediante diversas reformas sociales y políticas. En ese contexto se ubica la adopción en
México del sistema de diputados de partido, que permitió el acceso al Congreso de la Unión
de un reducido número de diputados opositores a partir de 1964.
El sucesor de López Mateos fue el poblano Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970). Éste inició su
gobierno enfrentando un movimiento de médicos internos y residentes del IMSS, del ISSSTE
y de otras instituciones médicas. A este conflicto se sumó otro de distinto carácter. El 23 de
septiembre de 1965 un pequeño grupo atacó el cuartel militar de Madera, Chihuahua.
Aunque ese brote guerrillero fue rápidamente sofocado, marcó el inicio de un periodo de
actividad de varios grupos armados que, influidos por la experiencia cubana, intentaron
transformar el país; por la vía violenta. La mayor parte de la población, argumentaban los
guerrilleros, vivía en condiciones miserables por la explotación capitalista. Algunos operaban
en las ciudades y otros, como los grupos encabezados por los maestros normalistas Genaro
Vázquez y Lucio Cabañas, lo hacían en el campo, en este caso en las montañas de
Guerrero.
Pero sin duda el acontecimiento clave en los desajustes del arreglo político nacional fue el
movimiento estudiantil de 1968, un año de grandes protestas de jóvenes en diversos lugares
del mundo. Ese movimiento, y sobre todo su desenlace en la matanza del 2 de octubre en
Tlatelolco, mostró la distancia entre una sociedad cada vez más urbana y diversa y un
régimen político que imaginaba que su empeño modernizador jamás se tornaría en una
amenaza o en un desafío a su autoridad. Ese episodio de represión reveló un régimen
político incapaz de negociar y arreglar un conflicto que había comenzado como un simple
pleito entre estudiantes. El presidente Díaz Ordaz creía ver una conspiración comunista que
amenazaba la estabilidad nacional. Conforme se acercaba el inicio de los XIX Juegos
Olímpicos, que serían inaugurados en la ciudad de México el 12 de octubre de ese mismo
año, la situación se fue complicando. En septiembre el ejército ocupó y desocupó las
instalaciones de la UNAM así como las del IPN. El desenlace llegó en la tarde del 2 de
octubre. En una trama que apenas empieza a desentrañarse, los estudiantes reunidos en la
plaza de Tlatelolco fueron atacados por soldados del ejército. Ahora se sabe que la tropa
respondía a una provocación de francotiradores situados en lugares estratégicos, siguiendo
instrucciones de altos funcionarios gubernamental. Decenas murieron y centenares mas
fueron recluidos al penal de Lecumberri entre ellos el escritor José Revueltas y el ingeniero
Heberto Castillo. Esos presos políticos se sumaron a los de la huelga ferrocarrilera de 1959 y
del movimiento médico de 1965. En protesta por la matanza, el poeta Octavio Paz, quien
obtendría el Premio Nobel de Literatura en 1960, renunció al cargo de embajador mexicano
en India.
Después de 1968 fue evidente que el régimen político era cada vez más incapaz de
encabezar a una sociedad urbanizada, plural, ilustrada y, sobre todo, inconforme y carente
de medios para expresar sus puntos de vista. Esto último se relacionaba con uno de los
rasgos más evidentes de la vida política: el férreo control gubernamental sobre los medios de
comunicación tanto impresos como televisivos. La figura del periodista Jacobo Zabludowsky,
conductor del noticiero televisivo más influyente durante décadas, es ilustrativa de ese
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control informativo. Otro episodio de represión de estudiantes, ocurrido el 10 de junio de
1971 en la ciudad de México, ratificó la distancia entre opositores e inconformes y el Estado
surgido de la Revolución de 1910.
El Estado mexicano hizo esfuerzos para recuperar terreno mediante distintas estrategias. Sin
embargo, un acontecimiento clave de la historia del siglo XX dificultó esa tarea. Se trata del
fin de la época de oro de la posguerra, lo que se expresó en una disminución en el ritmo de
crecimiento de la economía mundial. El año de 1973 es considerado precisamente como el
fin de la era de la posguerra y el inicio de una época de crisis generalizada.
En México, durante los mandatos de los presidentes Luis Echeverría (1970-1976) y José
López Portillo (1976-1982), ambos oriundos de la capital, el gobierno intentó atraer a los
grupos inconformes por medio de amnistías, apertura de nuevos centros de educación
superior (como la Universidad Autónoma Metropolitana en 1974) y de mecanismos de apoyo
a la clase trabajadora (como el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los
Trabajadores, Infonavit, creado en 1972), así como mediante reformas electorales y
discursos altisonantes relativos a la apertura democrática y al nacionalismo. Destaca
también el esfuerzo por estrechar relaciones con diversos grupos de intelectuales y artistas,
por ejemplo mediante inversiones en la industria cinematográfica. "O Echeverría o el
fascismo", llegó a decir un escritor cercano al régimen. Sin embargo, este esfuerzo
gubernamental distó de ser exitoso. Veamos por qué.
Por principio de cuentas el crecimiento económico comenzó a reducirse. Era síntoma del
agotamiento de un modelo de desarrollo basado, desde la década de 1930 y sobre todo
después de la segunda guerra mundial, en la industrialización por la vía de la sustitución de
importaciones. La caída en la producción de alimentos y en la generación de divisas
mostraba un sector agropecuario exhausto e incapaz de respaldar la industrialización. Cada
vez era mayor la diferencia entre lo que exportaba el país y lo que importaba. Es lo que se
llama déficit de la balanza comercial. Por otro lado, el ahorro interno ya no era suficiente para
financiar la expansión económica. Comparado con otros países, el Estado mexicano era muy
pobre. Como los empresarios tampoco se mostraban interesados en arriesgar sus capitales,
la situación fue tornándose cada vez más grave. Aunque el presidente Echeverría intentó
hacer una reforma fiscal para recaudar más impuestos, los empresarios se opusieron de
manera rotunda. Ante ese fracaso, otro indicio de la debilidad presidencial, el gobierno
mexicano decidió pedir préstamos externos para mantener e incluso elevar el gasto público.
El déficit de las finanzas públicas, o la diferencia entre ingresos y egresos, no dejaba de
aumentar. Así comenzó a acumularse una carga que pesaría sobre las generaciones
siguientes.
El 17 de septiembre de 1973 el poderoso empresario regio montano Eugenio Garza Sada,
dueño de la Cervecería Cuauhtemoc y fundador del Tecnológico de Monterrey en 1943, fue
asesinado en un intento de secuestro por parte de guerrilleros de la Liga 23 de Septiembre.
Durante el funeral, los deudos reclamaron con furia al presidente Echeverría. Ese
acontecimiento fue una de las principales fuentes de tensión entre el gobierno y algunos
sectores empresariales. Tal tensión se fue agravando en vista de las grandes dificultades
económicas que enfrentaba el país. En ese contexto, en 1975 nació el Centro Coordinador
Empresarial, formado por organizaciones de industriales, comerciantes, patrones, banqueros
y por el influyente CMHN.
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Por su parte, sectores obreros, en especial los electricistas encabezados por Rafael Galván,
sostuvieron una tenaz lucha contra el control sindical de los líderes oficialistas. La
inconformidad bullía en varios sectores obreros y campesinos. Era una época de activismo
de grupos políticos de distintas tendencias, desde maoístas hasta católicos vinculados a la
Teología de la Liberación, es decir, la corriente que reclamaba una opción por; los pobres,
sobre todo en América Latina. Además de estas dificultades había otra dimensión de la vida
nacional que intentaba ser ocultada, la denominada "guerra sucia", es decir, la represión
ilegal de los movimientos armados que se prolongó a lo largo de la década de 1970. En
ejercicio de un derecho legítimo de someter a aquellos que lo desafiaban por la vía armada,
el gobierno recurrió sin embargo a torturas, desapariciones y asesinatos de decenas de
militantes y al amedrentamiento de sus familias. Mientras se llevaba a cabo esa guerra, el
gobierno mexicano alardeaba con posturas progresistas y a favor del Tercer Mundo. Destaca
el apoyo al gobierno del presidente chileno Salvador Allende y al de Cuba, y la acogida de
miles de exiliados uruguayos, argentinos y chilenos, que escapaban de las dictaduras
militares en sus países.
Expresión del mal manejo de la economía fue la inflación, desatada a partir de 1973. En
buena medida era resultado de las dificultades del mercado mundial pero también de la
emisión de dinero y del aumento del gasto público sin respaldo efectivo. Si en la década de
1960 los precios crecían menos de 5% al año, después de 1973 superaron el 20%. El
repunte inflacionario propició la devaluación del peso en agosto de 1976. De 12.50 pesos por
dólar, en que se había mantenido desde 1954, pasó a 20 pesos. Éste fue el inicio de una
devaluación sostenida que hizo que el peso perdiera 760 veces su valor entre agosto de
1976 y noviembre de 2000 (de 12.50 a 9 500 pesos por dólar, si no quitamos los tres ceros
que se eliminaron por decreto en 1993). Para superar la crisis de 1976, el gobierno de
Echeverría se vio obligado a recurrir al Fondo Monetario Internacional. A cambio de
préstamos, ese organismo exigió recortes severos al gasto público.
La suerte pareció sonreírle al gobierno y en general a los mexicanos cuando a principios de
1978 se anunció el descubrimiento de grandes yacimientos petroleros en la zona de
Campeche. México debía prepararse para administrar la abundancia, dijo el presidente
López Portillo. Y con gran tesón, recurriendo a préstamos extranjeros, el gobierno mexicano
hizo que Pemex elevara su capacidad productiva. Las cifras son espectaculares: por
ejemplo, la exportación de crudo pasó de 94 000 barriles diarios en 1976 a 1.5 millones en
1982. En el sur de Veracruz, Tabasco y Campeche la presencia de Pemex se convirtió a la
vez en polo de atracción y pesadilla. Altos salarios al lado de arbitrariedades, laborales, gran
demanda de vivienda en áreas urbanas sin infraestructura, daños al medio ambiente por la
febril exigencia de divisas. Muy pronto la aportación petrolera se elevó hasta llegar a cubrir la
tercera parte del presupuesto de egresos de la federación.
La experiencia anterior tenía que ver con otra secuela de la crisis mundial iniciada en 1973.
El embargo impuesto por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en
1973 a Estados Unidos y otros países dio como resultado un notable incremento del precio
del barril de petróleo, que pasó de menos de tres dólares en 1970 a más de 35 en 1981. La
economía mundial se estremeció ante el aumento de los costos del transporte y de los
insumos. Los miles de millones de dólares que obtuvieron los países petroleros se inyectaron
al sistema financiero internacional, provocando una baja en las tasas de interés. Endeudarse
era una opción atractiva.
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Esta coyuntura mundial fue la que intentó aprovechar el gobierno mexicano para compensar
su debilidad financiera y echar a andar el proyecto petrolero. En 1966 la deuda pública
externa era de 1 900 millones de dólares, pero ya en 1982 era 30 veces mayor: 59 000
millones. A los funcionarios gubernamentales no les preocupaba, porque confiaban en un
alza sostenida del precio del barril, quizá hasta 70 dólares. Todo podría pagarse.
El auge del gasto público de la década de 1970 se tradujo en varios indicadores positivos,
por ejemplo una tasa de crecimiento mayor de 7% anual, un aumento sostenido de los
salarios reales al menos hasta 1976 y el mayor gasto en salud, educación e infraestructura
desde 1929. A decir de los expertos, la desigualdad social y regional disminuyó de manera
sensible a lo largo de la década.
Hay al menos dos cambios con efectos duraderos que se originaron en esta época. El
primero se refiere a la adopción de una nueva política demográfica, basada en la planeación
y el control de la natalidad. Había ya la certeza de que la economía era incapaz de
incorporar a una población que crecía a ritmos cada vez mayores. El gobierno debía tomar
cartas en el asunto.
En marzo de 1974 fue creado el Consejo Nacional de Población (Conapo) con el propósito
de aplicar medidas encaminadas a reducir el crecimiento de la población. Esa iniciativa
gubernamental, a pesar de la oposición de la iglesia católica, tuvo un claro efecto en la
dinámica demográfica. La tasa de crecimiento disminuyó de manera notable en las décadas
siguientes, de 3.6 a 2.6% entre 1970 y 1990.
El segundo cambio tuvo que ver con la política. Luego de que en las elecciones
presidenciales de 1976 el candidato del PRI había sido el único participante, el gobierno de
López Portillo impulsó una reforma en 1977 para incorporar a la lucha partidaria a fuerzas
políticas consideradas minoritarias, en particular las agrupaciones de izquierda. Mediante el
sistema de representación proporcional, que estableció dos vías de elección de los
diputados (uninominal y plurinominal), según el porcentaje de votos obtenidos por cada
agrupación, partidos como el Comunista, el Mexicano de los Trabajadores y el Demócrata
Mexicano (de origen sinarquista) se integraron a la vida electoral. Por primera vez hubo
diputados comunistas en el Congreso mexicano. Por su parte, el PAN logró acrecentar el
número de diputados federales. Aunque la reforma electoral de 1977 dejó intacta la
subordinación del poder legislativo con respecto al ejecutivo federal, así como la hegemonía
del PRI, fue el primer episodio de un esfuerzo sostenido por modificar el sistema electoral y,
más allá, el arreglo político general del país.
Sin embargo, estos logros quedaron opacados ante los graves acontecimientos económicos
y políticos de 1981 y 1982. Veamos.
Por lo pronto el cálculo en torno al mercado petrolero falló por completo. Desde mayo de
1981 el precio del petróleo comenzó a disminuir, al tiempo que se elevaban las tasas de
interés. Con menos ingresos y con mayores gastos por los intereses de la deuda, la situación
de las finanzas públicas se hizo insostenible. En agosto de 1982 el secretario de Hacienda
reconoció la quiebra de la economía mexicana y anunció la suspensión de pagos a los
acreedores extranjeros. Los especuladores pero también pequeños ahorradores que
buscaban proteger su patrimonio sacaron del país grandes cantidades de dólares y elevaron
el precio de esa moneda de 26 a 70 pesos. La inflación casi llegó a 100%. En ese contexto
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crítico, el 1 de septiembre de 1982 el presidente de la república anunció la expropiación de la
banca. Algunos aplaudieron, pero la medida distó de atraer el apoyo generalizado de la
población. Al contrario, la desconfianza con respecto al grupo gobernante era inocultable.
MOVILIZACIÓN CIUDADANA Y CAMBIO POLÍTICO, 1982-2000
La elección de Margaret Thatcher como primera ministra de Gran Bretaña en 1979 y de
Ronald Reagan para la presidencia de Estados Unido en 1980 se considera el inicio de la
reacción conservadora ante la crisis mundial de 1973. Reducir el gasto público y afianzar la
actividad de la empresa privada eran dos de los argumentos de esta nueva postura que
renegaba de las propuestas de Keynes y del Estado de Bienestar. El lugar de Keynes lo
ocupaban ahora economistas que consideraban que los males de la economía residían, a
final de cuentas, en el gasto público excesivo. Al mismo tiempo, se endurecía la
confrontación con la Unión Soviética favoreciendo una estrategia armamentista, sobre todo
en Estados Unidos. El nuevo papa, designado a fines de 1978, se involucró de manera
activa en este escenario mundial.
En febrero de 1979 Juan Pablo II visitó México por primera vez. La algarabía popular fue
desbordante.
Ante la crisis desatada al final del gobierno de López Portillo, justo cuando la computadora
personal comenzaba a generalizarse en oficinas, empresas, hogares y escuelas, tuvo lugar
un cambio drástico en la conducción gubernamental, que afectó con severidad a la mayor
parte de la población. Esa tarea quedó a cargo de nuevo presidente, el colimense Miguel de
la Madrid (1982 - 1988). A tono con las posturas de los gobiernos de Estados Unidos y de
Gran Bretaña, y las condiciones impuestas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional para superar la crisis de 1982, el gasto y las inversiones públicas disminuyeron
de modo significativo (por ejemplo, un tercio del gasto corriente, en 1983) y se inició la venta
de numerosas empresas paraestatales. Había que reducir a toda costa el déficit de las
finanzas públicas.
Ante el repunte inflacionario y las medidas de contención, los salarios cayeron
vertiginosamente. Un problema antiguo asumió entonces modalidades dramáticas: el
desempleo. Muchas familias comprendieron que tenían que vérselas por sí mismas. El
resultado fue el crecimiento de autoempleo: cientos y luego miles de vendedores ambulantes
se instalaron en banquetas, plazas calles. En otras familias algunos varones decidieron
emigrar a Estados Unidos de manera ilegal, arriesgando sus vidas. Otros optaron por
protestar de distintas maneras, como los integrantes de la Coordinadora Nacional de
Trabajadores de la Educación formada desde 1979 por maestros inconformes con el
liderazgo oficialista y la caída de sus salarios. Otros más recurrieron a la opción electoral,
empezaron a impugnar y a derrotar al PRI en las elecciones municipales de localidades de
cierto peso político, especialmente en el norte del país, como las capitales de los estados de
Durango y Chihuahua y en la fronteriza Ciudad Juárez en 1983. Desde entonces se
manifestó una creciente movilización de grupos sociales inconformes que ocupaban calles y
plazas, bloqueaban carreteras y casetas de peaje, tomaban oficinas de gobierno y realizaban
actos de boicot a televisoras, plantones, marchas y huelgas de hambre. No es que antes no
hubiera ese tipo de actos de protesta, pero ahora ocurrían con mayor frecuencia y eran
protagonizados no sólo por obreros y campesinos empobrecidos sino también por sectores
empresariales y de la clase media; urbana y agraria.
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Los temblores del 19 y 20 de septiembre de 1985 sacudieron buena parte del centro-oeste
del país. En la ciudad de México los muertos se contaron por miles. La respuesta del
gobierno fue débil y tardía. En cambio, la reacción de los vecinos fue masiva. El contraste
entre la debilidad gubernamental y la fortaleza de la sociedad no pasó inadvertido. Parecía
que el gobierno atribulado por la economía no tenía capacidad de maniobra. Esa misma
impresión se tenía en otro terreno, porque las actividades del narcotráfico empezaron a
volverse asunto más y más cotidiano. Durante las décadas de 1980 y 1990 ese negocio se
extendió a causa del creciente consumo de marihuana, cocaína y otras sustancias
enervantes en Estados Unidos. Este mercado hizo posible el fortalecimiento de alianzas
entre productores colombianos, traficantes mexicanos y distribuidores norteamericanos.
Sobornos a las autoridades encargadas de perseguir a los delincuentes, ajustes de cuentas,
"lavado" de dinero proveniente de este negocio, captura de algunos capos como Rafael Caro
Quintero y noticias sobre cargamentos incautados atrajeron la atención de la opinión pública.
Otra dimensión fue el incremento desmedido de la delincuencia y de los secuestros en las
ciudades e incluso los asaltos en las carreteras, tal como ocurría en el siglo XIX.
Las graves dificultades económicas llevaron a los gobernantes y a algunos sectores
empresariales a cuestionar la viabilidad del modelo de sustitución de importaciones como eje
de la economía. Ese cuestionamiento se tradujo en una apertura paulatina al mercado
mundial. La adhesión en 1986 al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio
(GATT por sus siglas en inglés) fue la confirmación de ese viraje fundamental en la
conducción económica del país. En un contexto de prosperidad de la economía
norteamericana, la industria maquiladora, aquella que importa insumos y componentes, los
arma en el país pero sólo a condición de exportarlos, entró en una etapa
de auge; lo
mismo ocurrió con las empresas automotrices que abrieron nuevas plantas en
Aguascalientes, Sonora, Chihuahua y Coahuila. Muchas fábricas de la ciudad de México
empezaron
a cerrar o a mudarse a otros lugares. Esa ciudad, el mejor símbolo del
proyecto modernizador impulsado por el Estado, comenzó a ver disminuida su riqueza
económica.
En estas condiciones y con una inflación de casi 160% en 1987 se inició la campaña para
las elecciones presidenciales de 1988. De una división del PRI surgió la Corriente
Democrática
encabezada por Cuauhtemoc Cárdenas, hijo del ex presidente Lázaro
Cárdenas, quien había sido militante del partido oficial durante años y gobernador de
Michoacán. La Corriente Democrática atrajo a otras agrupaciones que luego fundaron el
Frente Democrático Nacional. El candidato priista resultó ser el capitalino Carlos Salinas de
Gortari. Por su lado, el PAN eligió como candidato al sinaloense Manuel J. Clouthier, quien
provenía de grupos de empresarios distanciados del gobierno y del PRI a
causa de la
expropiación de la banca.
Las elecciones del 2 de julio de 1988 se recuerdan sobre todo por la asombrosa "caída
del sistema" de cómputo de votos.
Tal falla provocó la suspicacia y la irritación de los partidos de oposición, lo que no impidió
que la autoridad electoral, encabezada por el secretario de Gobernación, declarara vencedor
al candidato priista Salinas. Panistas y cardenistas protestaron con furia. Sostenían que el
candidato oficial había sido derrotado y que por eso se había hecho necesaria la maniobra
cibernética. Pero poco a poco, en gran medida porque los candidatos derrotados Clouthier y
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Cárdenas nunca lograron ponerse de acuerdo en una estrategia común, las protestas contra
el fraude electoral se diluyeron y se consumó el triunfo del candidato Salinas. Si bien el PRI
se salió con la suya, el episodio electoral de 1988 tuvo fuertes repercusiones. El nuevo
gobierno tomó posesión con muy poca legitimidad. Para fortalecerse, el presidente Salinas
decidió dar un golpe de gran efecto mediático: en enero de 1989, mediante un despliegue
policiaco y militar se capturó al poderoso líder de los trabajadores petroleros Joaquín
Hernández Galicia, apodado "La Quina". Otra repercusión fue el reconoci- miento en 1989
del primer triunfo de un candidato opositor (el panista Ernesto Ruffo) a una gubernatura, en
este caso la de Baja California. Otra más fue el nacimiento, también en 1989 del Partido de
la Revolución Democrática (PRD), formado por ex priistas, comunistas y socialistas de
diversas orientaciones.
El gobierno comenzó a actuar en un contexto internacional sacudido por grandes
transformaciones. Entre 1989 y 1991 el Muro de Berlín, el bloque de países socialistas
europeos y la Unión Soviética desaparecieron. Estos acontecimientos reforzaron las
posturas oficiales estadounidenses y británicas que buscaban la disminución del gasto
público y la liberalización del mercado mundial, así como el impulso a la inversión privada y
a las reglas del mercado, lo que se conoce popularmente como "neoliberalismo". En México,
un gobierno atento y obediente a esas directrices resolvió "adelgazar" el Estado, controlar la
inflación reduciendo el gasto y vender más empresas gubernamentales, como los bancos y
Teléfonos de México, esta última en manos del gobierno desde 1972. La cúpula empresarial
se hizo de nuevos nombres, como Carlos Slim. También se introdujeron otras reformas
significativas, por ejemplo la del artículo 27 de la constitución, que significó la terminación del
reparto de la tierra y abrió la posibilidad de 1a enajenación de los ejidos. Otra fue la del
artículo 130 constitucional que otorgaba el reconocimiento legal a las iglesias y la libertad de
la población creyente para practicar su fe. Esa reforma abrió paso además al
restablecimiento de relaciones diplomáticas con el Vaticano.
Entre 1989 y 1990 se renegoció la deuda externa mexicana que tanto pesaba sobre la
hacienda pública desde 1981. Esa renegociación tuvo un saldo positivo para las cuentas
macroeconómicas resalladas por el gobierno, como la baja sensible en el déficit de las
finanzas públicas y la inflación, pero no evitaron el declive de la economía. Ni los salarios ni
el empleo mostraban mejoría. La reducción presupuestal en aspectos como la salud y la
educación pública hacían todavía más grave la situación de amplios sectores de la
población. En el campo la agricultura campesina, pero también la de pequeños empresarios,
sufría los embates de la política gubernamental encaminada a apoyar sólo a aquellos pocos
que podían exportar sus productos. El surgimiento del movimiento de El Barzón en 1993,
integrado por deudores de la banca, muchos de ellos agricultores, reflejaba el malestar de
las capas medias de la sociedad. No obstante, los voceros gubernamentales reiteraban que
México estaba a un paso del Primer Mundo. Decían que sólo faltaba el empujón final y éste
era la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC.) con Estados Unidos y Canadá.
En efecto, reducir la intervención del Estado en la economía y favorecer la libre
circulación de mercancías entre los países era otro de los componentes del nuevo modelo de
desarrollo eco- nómico, lo que a su vez se justificaba diciendo que era una forma inteligente
de adaptarse a la globalización económica. Coherente con la adhesión al GATT en 1986, el
gobierno salinista inició pláticas para alcanzar un acuerdo comercial con Estados Unidos y
Canadá. Se confirmaba así la decisión gubernamental de abandonar el modelo de
sustitución de importaciones e impulsar en su lugar la apertura comercial y las exportaciones
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como sustento del desarrollo nacional. Ese cambio apuntaba hacia el fortalecimiento de la
integración económica con Estados Unidos, misma que ya se apreciaba en el mercado
laboral, en la expansión de las maquiladoras, el destino de las exportaciones y en los
millonarios depósitos de mexicanos en bancos de aquel país. En lo sucesivo, la suerte de la
economía mexicana dependería en mayor medida de la de su vecino. El TLC se aprobó en
1993 y entró en vigor el 1 de enero de 1994. Todo parecía ir sobre ruedas pero 1994 fue un
año de sorpresas.
La primera sorpresa fue la rebelión del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en
Chiapas, justo el primer día de 1994. Los indígenas integrantes de esa organización
declararon la guerra al ejército y a su comandante supremo, el presidente de la república.
Tomaron varias localidades, la más importante San Cristóbal de las Casas. Grandes
movilizaciones en la ciudad de México y otros lugares exigieron el cese de hostilidades. La
guerra duró apenas 11 días, pero su impacto fue extraordinario. A un paso del Primer Mundo
surgía la voz de grupos que reclamaban una combinación de demandas sociales (servicios
de salud y de educación) con demandas políticas referidas a fortalecer los derechos de los
pueblos indios. No es que Chiapas fuera la única zona indígena pobre del país, pero allí ese
rasgo se conjugaba con la actividad de militantes de grupos radicales de origen urbano,
como el "subcomandante" Marcos, de católicos partidarios de la Teología de la Liberación,
con las divisiones provocadas por la acelerada expansión ganadera y el reparto agrario, y
con un avance inusitado del protestantismo. La rebelión dio un severo mentís al optimismo
del gobierno salmista.
La segunda sorpresa fue el asesinato en marzo del candidato priista a 1a presidencia, el
sonorense Luis Donaldo Colosio. El grupo gobernante mostraba sus fracturas y parecía
arrastrar a la sociedad al abismo. Tal vez por el temor generalizado que provocaban las
divisiones en las altas esferas gubernamentales, el nuevo candidato priista, el capitalino
Ernesto Zedillo, ganó sin problemas las elecciones de julio de 1994. El crimen político se
repitió en septiembre cuando un alto dirigente del PRI, José Francisco Ruiz Massieu, fue
asesinado.
La tercera sorpresa de 1994 ocurrió poco antes de navidad y fue de índole económica. Una
súbita devaluación del peso de (casi 100%) sacudió a la economía mexicana, que en 1995
decreció más de 6%. El desempleo aumentó, los salarios se rezagaron aún más y las tasas
de interés se dispararon. Numerosos deudores, que quizá habían hecho suyo el optimismo
salinista, se vieron imposibilitados para pagar los créditos contraídos (algunos en dólares) en
la adquisición de maquinaria, insumos, casas y automóviles, poniendo en dificultades a los
bancos. La clase media mexicana, formada al calor del auge económico de la posguerra,
vivió su peor época. Con ayuda financiera de Estados Unidos, el gobierno del presidente
Zedillo sorteó el vendaval y logró que al año siguiente, en buena medida por el alza en los
precios del petróleo, se recuperara el crecimiento económico. Pero hubo que aceptar una
factura enorme: el gobierno se comprometió a asumir los pasivos (los préstamos
incobrables) de los bancos, algunos de ellos de muy dudosa legalidad, por medio del Fondo
Bancario de Protección al Ahorro, mejor conocido como Fobaproa. La justificación oficial era
salvaguardar los ahorros de los mexicanos, que quedaban en riesgo en caso de una quiebra
bancaria. El punto es que esa decisión impuso una nueva carga a la de por sí frágil hacienda
pública, de unos 160 000 millones de dólares, más los intereses.
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El saldo de 1995 se sumó a las dificultades de la década de 1980, la llamada "década
perdida" del desarrollo de América Latina. Ya para entonces millones de mexicanos habían
nacido y crecido a lo largo de una crisis sostenida. Para colmo, durante la década de 1990
una sequía complicó la situación del campo, ya golpeado por el retiro de apoyo
gubernamental en el decenio anterior y por el ingreso de productos extranjeros baratos
gracias a los subsidios oficiales en sus países de origen. La migración hacia Estados Unidos
se acrecentó como nunca antes. En 1997 se estimaba que casi nueve millones de
mexicanos, casi todos en sus mejores años productivos, residían en Estados Unidos. Esos
migrantes se convirtieron en una fuente de divisas de insospechada magnitud: alrededor de
seis mil millones de dólares en 1997, poco más que los ingresos del turismo. En los años
siguientes las remesas aumentaron hasta llegar a más de trece mil millones de dólares en
2003, sólo por debajo de la exportación petrolera, pero más que la inversión extranjera y que
los ingresos del turismo. Cuatro entidades del centro del país, Michoacán, Jalisco,
Guanajuato y México, recibían los mayores montos.
Hacia el fin del siglo XX, tres cuartas partes de la población, vivían en las ciudades, pero
al mismo tiempo el resto se dispersaba en un número asombroso de pequeñas localidades
rurales. Las mujeres, que cada vez tenían menos hijos (el promedio descendió de 6.1 en
1974 a 2.5 en 1999), se habían sumado de manera masiva al mercado de trabajo. El
analfabetismo había descendido de 45% en 1960 a 9.5% en el año 2000. Los protestantes,
organizados en distintas iglesias, eran cada vez más numerosos, sobre todo en el Sureste.
Los divorcios y el número de hogares encabezados por mujeres aumentaron. En otro
terreno, en el de la opinión pública, la apertura de los medios de comunicación, la
competencia entre ellos y la independencia con respecto a las posturas gubernamentales
reforzaron la participación de ciudadanos en diversos campos, como la defensa de los
derechos humanos, de las mujeres, de los desaparecidos, de los indígenas, de los enfermos
de sida y de los homosexuales. La multiplicación de las organizaciones no gubernamentales
era otro síntoma de este activismo ciudadano. Los cientos de indocumentados muertos cada
año en su esfuerzo por llegar al vecino país del norte o las más de 300 jóvenes mujeres
asesinadas en Ciudad Juárez, Chihuahua, desde 1990 encontraron amplios espacios en
periódicos y medios electrónicos.
Hay que subrayar que al parejo de las grandes dificultades económicas se abría paso
una poderosa fuerza para transformar los arreglos políticos y dar mayor cabida a las
prácticas democráticas, al menos en los procesos electorales. Indicio de ello fue la reforma
constitucional de 1996 que dio autonomía plena al Instituto Federal Electoral (IFE). Por
primera vez desde 1946 el gobierno federal no tenía el control de las elecciones, que
pasaba ahora a manos de ciudadanos sin partido. El nuevo lFE expresaba el agotamiento
del viejo arreglo político basado en la hegemonía del PRI y su vinculación con el presidente
de la república; también dejaba ver la decisión clara de crear uno nuevo acorde con las
exigencias de una ciudadanía cada vez más activa. Lo mismo indicaban las reformas que
dieron lugar a la elección del jefe de gobierno del Distrito Federal, una de las posiciones
vitales del presidencialismo de viejo cuño. La oposición ganaba más y más elecciones en
municipios, congresos locales y gubernaturas. Destaca el triunfo del perredista Cárdenas,
quien se convirtió en el primer jefe de gobierno del Distrito Federal en 1997. También en este
año el PRI perdió por primera vez la mayoría en la Cámara de Diputados.
En 2000, con una población de 97.5 millones de habitantes, casi cinco veces más que
en 1930, México era el onceavo país más poblado del mundo. Algunos datos mostraban un
31
mejoramiento en la situación social: la esperanza de vida llegó a 75 años, cuando en 1930
era de sólo 36. La reducción de la natalidad y de la mortalidad infantil sustentaba una
tendencia hacia el envejecimiento de la sociedad. Pero por otro lado, desde 1984 la
desigualdad social se había acrecentado, favoreciendo al estrato social más rico. Como
contraparte, poco más de la mitad, según las cuentas del gobierno, o casi dos tercios de la
población, según algunos académicos, podía considerarse pobre. La geografía mostraba un
gran contraste entre áreas ricas como el Distrito Federal, el Occidente y el Norte, y las áreas
pobres, cada vez más pobres, del sur (Guerrero, Oaxaca, Chiapas).
Las elecciones presidenciales de 2000 tuvieron lugar en un escenario caracterizado por
una inseguridad que parecía vinculada a la corrupción institucional, con escándalos de
fraudes bancarios y delitos "de cuello blanco", con una economía que crecía a tasas muy
bajas, un desempleo que no cedía y con salarios cuya capacidad adquisitiva había
disminuido 73% desde 1976. El candidato priista a la presidencia fue el sinaloense
Francisco Labastida. Compitió con Cárdenas y con el panista Vicente Fox, ex gobernador de
Guanajuato.
En la noche del 2 de julio de 2000, para asombro de propios y extraños, el IFE y el
presidente de la república anunciaron el triunfo de Fox. La esperanza se depositaba en un
carismático personaje que había abandonado el mundo empresarial para ingresar a la vida
política. Fox atrajo votos de distintos grupos de ciudadanos. Que la mayor parte de la
población deseaba un cambio de régimen político era evidente, pero también lo era que no
confiaba del todo en Fox. Así lo mostró el hecho de que el PAN no alcanzó ni por asomo la
mayoría en el Congreso de la Unión. De cualquier modo, el triunfo del candidato opositor
descabezaba el arreglo político surgido a raíz de la crisis provocada por el asesinato de
Obregón en 1928, pues quedaba atrás la etapa del partido oficial y su vínculo con el
presidente de la república en turno. Para fortuna de todos, otros componentes de ese
arreglo, como la subordinación de las fuerzas armadas al presidente, se mantuvieron
inalterados. De ese modo, el país entraba al nuevo siglo con un cambio fundamental, si bien
limitado a la esfera política. La esperanza era que ese cambio se tradujera en una mejoría
sustancial en las condiciones de vida de la mayoría de la población. Una sociedad cada vez
más involucrada en los asuntos públicos, una sociedad cada vez más fuerte, cuidaría de que
así ocurriera.
En estos siete decenios México vivió un periodo de estabilidad política y social. Este es un
rasgo principalísimo del siglo xx mexicano que no debe menospreciarse, sobre todo si se le
compara con las turbulencias del siglo XIX. Asimismo es una etapa que contiene periodos de
crecimiento económico que permitieron una notable expansión de las ciudades y de las
clases medias urbanas. Sin embargo, esos rasgos no alcanzan desmentir lo que significó
mantener en la pobreza o empobrecer a la mayor parte de la población del campo y de la
ciudad y de agraviar a los inconformes y opositores al gobierno. La perseverante
desigualdad socia! pareció reducirse entre 1960 y 1980 pero volvió a acentuarse desde ese
último año. Las etapas de la economía mundial (la gran depresión, el auge de la posguerra y
la crisis iniciada en 1973) marcaron un patrón ineludible para la sociedad mexicana. El viraje
de la economía hacia el mercado mundial y la economía norteamericana, y el abandono del
modelo del Estado interventor a mediados de la década de 1980 alimentaron la crisis del
arreglo político del país construido desde 1929. Si a principios de la década de 1930 México
vivía sumido en una depresión económica mundial y en una grave inestabilidad interna, en
el año 2000 reorganizaba su sistema político en paz y en un contexto de dificultades
32
económicas quizá no tan graves como las de 1929 pero si más prolongadas. Una de las
ganancias más claras de la sociedad mexicana en este lapso es precisamente su
fortalecimiento hacia el final de siglo, lo que explica el cambio político del año 2000. Pero es
claro que a esa sociedad más activa y fuerte le queda aún mucho camino por andar para
lograr un cambio más amplio y profundo.
Tomado de, Aboites Aguilar, Luís, “El último tramo, 1929-2000”, en Nueva historia mínima de México, México,
El Colegio de México, 2004. 315 págs. Pp. 280-302
33
LA HUELGA DE CANANEA
Edelmiro .Maldonado
A mediados de 1906, cundía el descontento entre los mineros de Cananea, empresa yanqui
que explotaba las minas de cobre, por los bajos salarios, los malos tratos y la discriminación
reinante.
El primero de julio más de 5 000 mineros se declararon en huelga. Dirigían este
movimiento Esteban B. Calderón, Manuel M. Diéguez y Lázaro Gutiérrez de Lara, quienes
habían exaltado el espíritu cívico de los trabajadores mineros exhortándolos a luchar hasta
morir.
Las condiciones materiales que dieron origen a la huelga giraron en torno a las
preferencias injustificadas. Poco a poco se fue generando el descontento de las masas
trabajadoras hasta que, de pronto, se produjo la gota de agua que derramó el vaso.
"En efecto, hacia tiempo que existía cierta rivalidad entre los mineros mexicanos y los
norteamericanos. Aunque aparentemente ambos desempeñaban idénticos trabajos y
ganaban el mismo sueldo, no era así, pues a nuestros nacionales se les destinaba a los
trabajos más pesados y los jornales, que ascendían de $3.00 a $ 5.00 diarios, eran pagados
en oro a los estadounidenses y en moneda del país a los nuestros Más adelante, la
compañía acordó un aumento de trabajo, que dio motivo para que los mineros mexicanos
protestaran por el recargo de labores; sólo que tuvieron que conformarse ante la esperanza
de que, a mayor trabajo, correspondería, como era justo, mayor salario. Sin embargo, esas
esperanzas se vieron frustradas, pues al hacerles la liquidación de sus respectivos jornales,
para nada se tuvo en cuenta el aumento".
Los mineros habían realizado reuniones secretas los días 28 y 30 de mayo donde habían
acordado la huelga y en donde se habían precisado sus demandas: destitución de un
capataz, sueldo mínimo de cinco pesos, jornada de ocho horas, setenta y cinco por ciento de
empleados mexicanos, trato humanitario y derecho a ascenso.
En las primeras horas de la mañana del primero de junio más de 2 000 trabajadores
recorrían los talleres y las minas para invitar a sus compañeros a ir a las oficinas de la
empresa para exigir satisfacción a sus demandas. A las 10 horas, los huelguistas entraron
en la comisaría del Ronquillo donde los esperaban el apoderado de la negociación, el
Presidente Municipal y otras autoridades.
"Fue Manuel M. Dieguez quien dio a conocer las pretensiones de los obreros, haciendo
saber que estaban inconformes con la preponderancia y la diferencia de los salarios que los
extranjeros gozaban, con las largas jornadas de 10 y 11 horas y con los salarios de $3.00
diarios; que en cambio pedían 5.00 como sueldo mínimo uniforme, 8 horas como jornada
máxima de trabajo y la destitución y cambio de algunos capataces que se significaban por su
odio hacia los mexicanos.
El abogado de la empresa calificó de absurdas las peticiones. De inmediato Esteban B.
Calderón las formuló por escrito para que quedara constancia de los hechos. Ante el rechazo
34
de la empresa y la amenaza de las autoridades los obreros prepararon una manifestación
por las principales calles de Cananea.
Mientras el gerente de la compañía William C. Greene y el Presidente Municipal, Barroso,
llenos de pavor telegrafiaban al Gobernador de Sonora, Rafael Izábal, pidiendo auxilio
inmediato, los mineros huelguistas buscaban la unidad y solidaridad del pueblo.
Por la tarde del primero de junio más de 3 000 mineros desfilaron hasta la maderería de
la Cananea Cooper llevando al frente la bandera nacional y un cartel alusivo a sus
peticiones, con el objeto de invitar a los obreros que aún seguían trabajando a unirse al
movimiento, cosa que lograron. Los hermanos Metcalf, desde un balcón, arrojaron agua
con una manguera sobre los manifestantes quienes primero reaccionaron lanzando piedras
pero ante las balas de los gringos incendiaron los almacenes de la maderería, resultando
muertos los dos hermanos Metcalf y diez trabajadores mexicanos. Los obreros, sin dar la
espalda, cambiaron piedras contra balas; posteriormente asaltaron montepíos y se
apoderaron de algunos rifles, escopetas y pistolas, pero el parque se agotó y quedaron
nuevamente indefensos.
El Gobernador del Estado llegó al día siguiente, acompañado de 275 soldados
norteamericanos, al mando del capitán Rynning, que el imbécil y acobardado "mandatario
sonorense había tenido el cinismo de pedir al lado americano. La indignación del pueblo no
tuvo límite, por lo que no permitió que bajaran de los carros los soldados rangers, quienes
desembarcaron en Ronquillo, que era el centro comercial, para cuidar los establecimientos
de la empresa.
Una nueva concentración obrera se organizó, esta vez para reprochar al Gobernador su
cobardía, siendo encarcelados de inmediato todos los obreros que tomaron la palabra. Por la
tarde los trabajadores resolvieron hacer otra manifestación, pero al poco andar se
encontraron con un verdadero ejército de esbirros de la empresa, que con ayuda de los
rangers. dispersaron a los huelguistas.
Se organizó una verdadera cacería contra el pueblo. Se disparaba sobre todo mexicano
que transitaba por las callejuelas de los suburbios de la ciudad. Fue entonces que Izábal
ordenó la aprehensión de todos aquéllos que fueron considerados responsables de los
acontecimientos. El tiroteo continuó hasta en la noche, cuando se reembarcaron los
soldados americanos en seis carros que habían llegado en la mañana. Al día siguiente varios
cientos de soldados mexicanos arribaron para mantener sometida a la población. Manuel M.
Diéguez, Esteban B. Calderón y José Ma. Ibarra fueron aprehendidos y sentenciados a sufrir
15 años de prisión en el Castillo de San Juan de Ulúa, en tanto que muchos otros fueron
encerrados en las cárceles de Sonora.
La gran huelga minera de Cananea tiene trascendencia histórica porque revela la
oposición abierta de la clase obrera ante la dictadura porfirista, porque enarbola por primera
vez la demanda de 8 horas como jornada máxima, porque puso al desnudo el maridaje del
porfíriato con el imperialismo yanqui, y porque significó una clarinada de combate llamando a
los proletarios de México a luchar por un cambio social. Por todo esto, los mineros de
Cananea fueron los verdaderos precursores de la revolución que estalló poco después.
35
* Tomado de Maldonado, Edelmiro. Breve historia del movimiento obrero. Nuevo León.
Sin editorial, 1977.
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Portada > Economía
Lunes 27 de febrero de 2006
MEXICO SA
Carlos Fernández-Vega
Germán Larrea sigue explotando mineros, sin consecuencias
Fox, la Secretaría del Trabajo y la dirigencia sindical avalan a este propietario de minas
Mineros de Pasta de Conchos, al momento de escuchar el anuncio de que se suspendió el
rescate de 65 mineros y que se cerró la mina Foto Marco Peláez
ZARANDEADO Y REPUDIADO, como su heraldo Francisco Javier Salazar, secretario del
Trabajo, resultó el gobierno del "cambio" tras su tragicómica intervención en Pasta de
Conchos. Aparatoso e ineficiente como suele ser, la administración Fox ofreció un
espectáculo que traza muy bien su andar en los últimos cinco años.
DE LA MANO DE Germán Larrea, el inquilino de Los Pinos no se atrevió a dar la cara a los
familiares de los mineros sepultados, y 24 horas después de que empresa y gobierno federal
tomaron la decisión de abandonar las labores de rescate, el presidente Fox ni se había
36
enterado: "los trabajos no se han suspendido", reiteró una y otra vez desde la comodidad de
su rancho en San Francisco del Rincón.
ESA ES LA CALIDAD moral de "un gobierno de, para y por los empresarios" -como define
Fox la democracia en México-, que ahora promete -como en los viejos tiempos que hoy
están más presentes que nunca- que "se investigará a fondo", que "se castigará a los
responsables" y que "caerá quien tenga que caer". Todo, para que no pase nada y la
miserable condición de los mineros y sus familias se mantenga con el aval del "cambio".
GERMAN LARREA Y su ejército particular de ex funcionarios públicos esperarán un "tiempo
pertinente" para que las aguas se calmen en Pasta de Conchos, mientras siguen explotando
a los mineros en otros 11 estados de la República, sin mayores consecuencias. Todo con el
visto bueno de la Secretaría del Trabajo y de la familiar dirigencia del sindicato del ramo.
Qué asco.
EN EL MEJOR de los casos, el salario de un minero mexicano equivale a 7 por ciento del
que obtienen sus pares en Estados Unidos y Canadá, países con los que siempre se
comparan los grandes empresarios nacionales cuando hablan de ganancias, no de
obligaciones laborales. El rey del cobre y su ejército particular de ex funcionarios públicos se
aseguran de no ofrecer mejores salarios.
UN PASEO POR la historia familiar de los Larrea permite saber por qué "no se les puede
pagar mejor" a los mineros mexicanos. La cabeza original, Jorge Larrea Ortega, fue miembro
fundador del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, la elite de elites del empresariado
nacional. Tiene intereses en la minería, siderurgia y construcción. Miembro del directorio de
Cementos Anáhuac y Banca Serfin. Presidente de Industria Minera México.
EN SU EDICION 1994, Forbes ubicó a Jorge Larrea Ortega en el lugar número 18 de los
multimillonarios mexicanos, con una fortuna de mil 100 millones de dólares. Magnate minero
y de la construcción, con la privatización de las minas de cobre; accionista en Transportación
Marítima Mexicana y el Grupo Financiero Banamex-Accival.
EN 1990, LARREA se hace, con el pago de 500 millones de dólares, de una pieza de la
historia mexicana: la Compañía Minera de Cananea, en la que en una huelga sangrienta en
1906 (reprimida por invasores gringos) estimuló el estallido, cuatro años después, de la
Revolución de 1910. Tras adquirir Minera de Cananea, entre sus primeras decisiones
destacó el despido de 30 por ciento de los mineros que en ella laboraban, y cerrar distintas
áreas de la empresa. Entre ellas, construcción, mantenimiento, vías, herrería y calderería.
LARREA HIZO SU fortuna original en la industria de la construcción. Su base en la ciudad de
México fue la Compañía Constructora México, pero desde que el gobierno mexicano puso en
venta las minas (primero Miguel de la Madrid y después, de forma acelerada, Carlos Salinas
de Gortari), este personaje fue un activo comprador. Su Grupo Industrial Minera México cuyo manejo es heredado a Germán Larrea- es la compañía minera más grande del país,
pues produce 90 por ciento del cobre, al igual que oro, plata y zinc.
LARREA SE ALIO con Asarco, de Estados Unidos, y la Unión Minera de Bélgica (Belgiums
Union Miniere). También apareció como propietario de una porción de TMM, la mayor flota
naviera del país, y después -también producto de la política privatizadora, sólo que en la
etapa zedillista- de la rebanada más grande de los ferrocarriles mexicanos.
CON OTROS RICOS mexicanos invirtió desde el principio en Acciones y Valores, la casa de
bolsa encabezada por Roberto Hernández, posterior cabeza del Banamex reprivatizado y
monumento viviente a la evasión fiscal. "Naturalmente", detallaba Forbes, "Larrea es el
mayor apoyador del PRI y las reglas del sistema".
UN AÑO DESPUÉS, la propia revista especializada anotaba que Jorge Larrea, conocido
como el rey del cobre, era la cabeza de uno de los complejos mineros más poderosos de
América Latina y el más importante del país: Grupo Industrial Minera México. Al frente del
37
consorcio logró lo que ningún empresario pudo conseguir en medio de la crisis más severa
de la última década, la de 1995: incrementar sustancialmente su fortuna, tal vez porque papá
Larrea era accionista de Banamex, Serfin, Comermex y Banco del Atlántico, instituciones
"rescatadas" por el erario, vía de Fobaproa.
CALCULADA EN MIL 100 millones de dólares en la edición Forbes 1994, para 1995 su
fortuna se incrementó 55 por ciento hasta llegar a mil 700 millones, la tercera posición entre
los multimillonarios mexicanos. A sus 83 años (1995), Larrea Ortega "mantiene un control
casi absoluto en su actividad preponderante": sus empresas -entre las que se cuenta Minera
de Cananea y Mexicana de Cobre, ambas compradas al Estado en la ola privatizadora de las
décadas de los ochenta y noventa, con lo que adquirió el monopolio de ese mineralproducen el 90 por ciento del cobre y una buena proporción de oro, plata y zinc en el país.
EN 1998 LA FAMILIA Larrea ocupó el cuarto escalón entre los 100 empresarios más
destacados del país. Para 2003, cayó a la posición 19, no por pérdida de fortuna, sino
porque otros barones del dinero salieron más aventajados que el cachorro del fundador de
Grupo México.
COMO SE LEE, una joya del empresariado y el sistema político mexicanos, que no puede
mejorar su oferta salarial.
Las rebanadas del pastel:
Y COMO PARTE de la tragicomedia del "cambio", que alguien le regale una Constitución al
secretario de Energía, quien "construye" un sistema de refinación paralelo fuera del país,
eludiendo la legislación mexicana... Todo listo para que hoy aterrice Camila.
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Portada > Política
Jueves 6 de abril de 2006
Octavio Rodríguez Araujo
Diputados y senadores
El problema no es qué partido tenga la mayoría en el Congreso de la Unión, sino que los
diputados y los senadores no han entendido el mandato constitucional que juraron al tomar
posesión del cargo para el que fueron electos. Más aún, parte del problema es que, con muy
pocas excepciones, los diputados y senadores, desde el momento en que se sientan en una
curul pierden, con muy pocas excepciones, la poca o mucha inteligencia que tenían (o que
presumían tener) y hasta la autoestima -para no hablar de dignidad.
El artículo 51 constitucional establece que la Cámara de Diputados se compondrá de
representantes de la nación, no del partido que los llevó a esa posición ni mucho menos de
las consignas de sus líderes de facción. En teoría los diputados son también representantes
populares porque son electos por el pueblo, por los ciudadanos, en cada uno de los distritos
electorales en que se divida el país.
Los senadores, en cambio, tienen una definición más compleja, puesto que históricamente
han jugado dos papeles distintos y en otro momento dejaron de existir. El Senado, en
principio y sobre todo por influencia de la Constitución estadounidense de 1787 y por la de
Cádiz de 1812, era una representación --como señala Manuel Barquín- confederal, es decir,
de cada entidad de la Federación independientemente del número de habitantes de cada
una, y la idea era evitar un posible avasallamiento de un estado con muchos habitantes
sobre un estado con pocos habitantes, asimetría que se vería reflejada, necesariamente, en
la Cámara de Diputados. Esta idea, plasmada en la Constitución de 1824 y recuperada en
1874 -hasta la fecha- fue transformada en otra con las leyes centralistas de Santa Anna en
1836 (cuando se perdió la Federación) y luego, como reacción al centralismo y al papel
aristocrático y conservador del Senado, se suprimió éste en la Constitución de 1857, para
volverse a establecer con las reformas ya mencionadas de 1874.
El bicameralismo que vivimos en México tiene también otra explicación sobre la que también
ha reflexionado Barquín: dividir el Poder Legislativo en dos cámaras autónomas para evitar
los excesos posibles de una sola de ellas como contrapeso del Poder Ejecutivo. La idea es
que una posible desmesura de una cámara pueda ser moderada por la otra en la creación o
aprobación de leyes.
39
Esto es lo que no ha ocurrido en relación con la llamada ley televisa (y otras), y la explicación
de esta aberración no se encuentra en nuestro sistema bicameral, sino en el olvido de su
origen y de sus funciones por los integrantes de ambas cámaras.
Las reformas electorales a partir de 1977 fueron muy positivas en muchos aspectos, sobre
todo para fortalecer un sistema plural de partidos, bajo el supuesto de que éstos
representarían las distintas posiciones político-ideológicas de la población, obviamente
heterogénea y, por lo tanto, plural. El problema ha sido que esas reformas no sólo dieron
elementos para el fortalecimiento de los partidos políticos, además de mayor certidumbre en
los procesos electorales, sino que privilegiaron a los partidos sobre la nación, sobre la
ciudadanía en general y sobre la soberanía de los estados miembros de la Federación.
Ahora los diputados no representan a la nación ni son propiamente representantes
populares, sino de los partidos que los llevaron a la silla que ocupan en la cámara
correspondiente. Los llamados diputados independientes, dicho sea de paso, tampoco son
representantes de la nación ni de mandatos populares; en el mejor de los casos son
individuos que orientan sus intervenciones y sus votos por dictados íntimos de su conciencia,
cuando no por arreglos con las facciones que les ofrezcan más (algo muy lamentable, pero
existente). Con los senadores ocurre más o menos lo mismo.
Lo anterior quiere decir que tanto diputados como senadores, con muy pocas excepciones,
obedecen a los arreglos que hacen los dirigentes de los partidos o los llamados líderes de
cada bancada... partidista. Si el partido o el líder se equivocan (porque éste no leyó una
iniciativa de ley, porque no se fijó, porque estaba crudo o borracho cuando se la pasaron
para su examen, o por insuficiencia de células grises en el cerebro), el resultado será una
pifia o, peor aún, un compromiso con intereses particulares que no tienen nada que ver con
su papel constitucional e histórico.
No estoy sugiriendo que los partidos debieran desaparecer; de alguna forma se tiene que
alimentar la democracia representativa que vivimos. Lo que estoy tratando de decir es que
tanto diputados como senadores deben anteponer los intereses nacionales, populares y
federales (los de la República) a los de sus partidos y las componendas que éstos hagan. Y
más cuando los partidos cada vez se diferencian menos entre sí y, por consecuencia,
también sus candidatos. Si exigimos al Presidente que lo sea de todos los mexicanos y no
de su partido y de los empresarios que lo ayudaron a llegar a Los Pinos, lo mismo les
debemos exigir a senadores y a diputados. La salud de la nación está en juego, y la
democracia también.
40
Declaración de la Selva Lacandona
HOY DECIMOS ¡BASTA!
Al pueblo de México:
Hermanos mexicanos:
Somos producto de 500 años de luchas: primero contra la esclavitud, en la guerra de
Independencia contra España encabezada por los insurgentes, después por evitar ser
absorbidos por el expansionismo norteamericano, luego por promulgar nuestra Constitución
y expulsar al Imperio Francés de nuestro suelo, después la dictadura porfirista nos negó la
aplicación justa de leyes de Reforma y el pueblo se rebeló formando sus propios líderes,
surgieron Villa y Zapata, hombres pobres como nosotros a los que se nos ha negado la
preparación más elemental para así poder utilizarnos como carne de cañón y saquear las
riquezas de nuestra patria sin importarles que estemos muriendo de hambre y enfermedades
curables, sin inmortales que no tengamos nada, absolutamente nada, ni un techo digno, ni
tierra, ni trabajo, ni salud, ni alimentación, ni educación, sin tener derecho a elegir libre y
democráticamente a nuestras autoridades, sin independencia de los extranjeros, sin paz ni
justicia para nosotros y nuestros hijos.
Pero nosotros HOY DECIMOS ¡BASTA!, somos los herederos de los verdaderos forjadores
de nuestra nacionalidad, los desposeídos somos millones y llamamos a todos nuestros
hermanos a que se sumen a este llamado como el único camino para no morir de hambre
ante la ambición insaciable de una dictadura de más de 70 años encabezada por una
camarilla de traidores que representan a los grupos más conservadores y vendepatrias. Son
los mismos que se opusieron a Hidalgo y a Morelos, los que traicionaron a Vicente Guerrero,
son los mismos que vendieron más de la mitad de nuestro suelo al extranjero invasor, son
los mismos que trajeron un príncipe europeo a gobernarnos, son los mismos que formaron la
dictadura de los científicos porfiristas, son los mismos que se opusieron a la Expropiación
Petrolera, son los mismos que masacraron a los trabajadores ferrocarrileros en 1958 y a los
estudiantes en 1968, son los mismos que hoy nos quitan todo, absolutamente todo.
Para evitarlo y como nuestra última esperanza, después de haber intentado todo por poner
en práctica la legalidad basada en nuestra Carta Magna, recurrimos a ella, nuestra
Constitución, para aplicar el Artículo 39 Constitucional que a la letra dice:
«La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo el poder público
dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene, en todo tiempo, el
inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.»
Por tanto, en apego a nuestra Constitución, emitimos la presente al ejército federal
mexicano, pilar básico de la dictadura que padecemos, monopolizada por el partido en el
poder y encabezada por el ejecutivo federal que hoy detenta su jefe máximo e ilegítimo,
Carlos Salinas de Gortari.
Conforme a esta Declaración de guerra pedimos a los otros Poderes de la Nación se
aboquen a restaurar la legalidad y la estabilidad de la Nación deponiendo al dictador.
41
También pedimos a los organismos Internacionales y a la Cruz Roja Internacional que vigilen
y regulen los combates que nuestras fuerzas libran protegiendo a la población civil, pues
nosotros declaramos ahora y siempre que estamos sujetos a lo estipulado por la Leyes sobre
la Guerra de la Convención de Ginebra, formando el EZLN como fuerza beligerante de
nuestra lucha de liberación. Tenemos al pueblo mexicano de nuestra parte, tenemos Patria y
la Bandera tricolor es amada y respetada por los combatientes INSURGENTES, utilizamos
los colores rojo y negro en nuestro uniforme, símbolos del pueblo trabajador en sus luchas
de huelga, nuestra bandera lleva las letras «EZLN», EJÉRCITO ZAPATISTA DE
LIBERACIÓN NACIONAL, y con ella iremos a los combates siempre.
Rechazamos de antemano cualquier intento de desvirtuar la justa causa de nuestra lucha
acusándola de narcotráfico, narcoguerrilla, bandidaje u otro calificativo que puedan usar
nuestros enemigos. Nuestra lucha se apega al derecho constitucional y es abanderada por la
justicia y la igualdad.
Por lo tanto, y conforme a esta Declaración de guerra, damos a nuestras fuerzas militares del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional las siguientes órdenes:
Primero. Avanzar hacia la capital del país venciendo al ejército federal mexicano,
protegiendo en su avance liberador a la población civil y permitiendo a los pueblos liberados
elegir, libre y democráticamente, a sus propias autoridades administrativas.
Segundo. Respetar la vida de los prisioneros y entregar a los heridos a la Cruz Roja
Internacional para su atención médica.
Tercero. Iniciar juicios sumarios contra los soldados del ejército federal mexicano y la policía
política que hayan recibido cursos y que hayan sido asesorados, entrenados, o pagados por
extranjeros, sea dentro de nuestra nación o fuera de ella, acusados de traición a la Patria, y
contra todos aquellos que repriman y maltraten a la población civil y roben o atenten contra
los bienes del pueblo.
Cuarto. Formar nuevas filas con todos aquellos mexicanos que manifiesten sumarse a
nuestra justa lucha, incluidos aquellos que, siendo soldados enemigos, se entreguen sin
combatir a nuestras fuerzas y juren responder a las órdenes de esta Comandancia General
del EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
Quinto. Pedir la rendición incondicional de los cuarteles enemigos antes de entablar los
combates.
Sexto. Suspender el saqueo de nuestras riquezas naturales en los lugares controlados por el
EZLN.
PUEBLO DE MÉXICO: Nosotros, hombres y mujeres íntegros y libres, estamos conscientes
de que la guerra que declaramos es una medida última pero justa. Los dictadores están
aplicando una guerra genocida no declarada contra nuestros pueblos desde hace muchos
años, por lo que pedimos tu participación decidida apoyando este plan del pueblo mexicano
que lucha por trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad,
democracia, justicia y paz. Declaramos que no dejaremos de pelear hasta lograr el
42
cumplimiento de estas demandas básicas de nuestro pueblo formando un gobierno de
nuestro país libre y democrático.
INTÉGRATE A LA FUERZAS INSURGENTES DEL EJÉRCITO ZAPATISTA DE
LIBERACIÓN NACIONAL
Comandancia General del EZLN
Año de 1993
Tomado de www.ezln.org
43
Jóvenes migrantes y experiencias de inserción en el campo californiano.
Entendida como etapa intermedia entre el periodo dependiente de la infancia y la relativa
independencia personal de la edad adulta, la juventud comprende un proceso de
transiciones, como la obtención de independencia económica a través de la incorporación a
la vida laboral, la separación de la residencia familiar, y el establecimiento de un nuevo
núcleo familiar.
El primero de estos procesos, a veces definido como transición laboral –o transición escuelatrabajo—comprende el proceso de conseguir una posición que garantice solvencia
económica participando del trabajo remunerado.
Estudios actuales han señalado que esta inserción, en un mundo laboral como el
contemporáneo, con disminución del trabajo industrial, crecimiento de la economía informal y
de las condiciones de flexibilidad, se caracteriza cada vez más por la inestabilidad, la
vulnerabilidad y la extensión y fragmentación del proceso: los jóvenes que intentan formar
parte de la fuerza laboral encuentran opciones en posiciones inestables, pasan por períodos
de inactividad, o consiguen posiciones que no garantizan plenamente una inserción
entendida como ubicación en una trayectoria con futuro.
En este contexto, una alternativa cada vez más extendida entre la población joven es la
migración hacia los Estados Unidos. Históricamente los jóvenes han constituido el núcleo
fundamental de los flujos migratorios, y si bien en la actualidad esos flujos muestran una
mayor variedad al respecto, sigue siendo considerable el predominio de personas en la
primera mitad de su edad productiva, así como el predominio de menores de 29 años en el
contingente de quienes intentan la migración por primera vez. En la actualidad, a los jóvenes
de origen rural salidos de los conocidos como estado tradicionalmente expulsores, se suman
jóvenes provenientes de otros estados y también jóvenes que más que de un origen rural
provienen de medianas y grandes ciudades.
Los jóvenes suelen referir su proyecto migratorio como una etapa temporal, de una duración
estimada entre dos o tres años, que facilitará condiciones para un regreso definitivo a
México. En esta etapa se buscan mejores oportunidades en un escenario que por
44
referencias aparece como más satisfactorio; se piensa la migración como un instrumento de
superación de las vulnerabilidades, intentando mejorar las condiciones de inserción en
México, adquiriendo nuevos recursos, ya sean económicos o simbólicos, y como una etapa
de alargamiento, en la que se espera una definitiva inserción en el mercado de trabajo
nacional después de una experiencia migratoria.
La inserción laboral como migrante, aún resultando preferible que la entrada al trabajo en
México, implica la colocación de los sujetos en una doble desventaja, pues a la situación de
vulnerabilidad social que enfrentan los jóvenes al incorporarse al mercado de trabajo, se
suma la nueva vulnerabilidad enfrentada en la situación de migrante indocumentado, con la
que se entra a posiciones marginales, se enfrenta la reglamentación y cultura de otro país,
se pierden las posibilidades de utilizar la acreditación académica y en muchos casos la
calificación laboral, además de implicar la adquisición de una deuda económica significativa
como parte del proceso de inserción.
El alargamiento del proyecto migratorio resulta de lidiar con esta desventaja, de encontrar en
el nuevo escenario dificultades no previstas e intentar subsanarlas con nuevas estrategias,
pero también de hallar en este escenario oportunidades desconocidas que, en el mismo
proceso de superar la vulnerabilidad, permiten el desarrollo de una trayectoria.
Contexto
El Valle central de California es la sede de la agroindustria capitalista más avanzada y
productiva del mundo, la cual, pese a haber incorporado avances tecnológicos en su
operación, continúa demandando una enorme dotación de fuerza de trabajo humana,
especialmente en el tiempo de cosecha, pero también en otras épocas del año, que
históricamente ha estado compuesta por personas jóvenes, varones en su mayoría –si bien
en tiempos recientes la presencia femenina ha aumentado considerablemente—dispuesta,
ya sea por la dificultad económica o por su carácter migratorio, a laborar en unas
condiciones que vuelven este trabajo uno de los menos preferidos en la escala laboral.
Desde hace varias décadas, la mano de obra mexicana ha tenido un rol preponderante en su
operación, y en la actualidad se trata de un sector del mercado de trabajo con un predominio
mexicano casi absoluto, donde migrantes provenientes de diversas regiones del país
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encuentran un espacio para desempeñarse. Con tareas duras y extenuantes, y por las que
se otorga un pago reducido, el mercado de trabajo agrícola es el punto de entrada para un
buen número de los migrantes indocumentados que llegan desde México, especialmente
aquellos que cuentan con un bajo nivel educativo y pocos o ningún contacto al entrar a EU
que les ayude a colocarse en una opción más promisoria.
Los migrantes mexicanos que llegan al Valle a trabajar en la agricultura comenzaron hace
aproximadamente unas tres décadas un proceso de asentamiento masivo en comunidades
rurales, rodeadas de campos de cultivo, en donde han desarrollado lentamente una vida
social fuertemente marcada por la población proveniente de México, que ha llegado a
constituirse como mayoría abrumadora en esos lugares. Uno de ellos es el poblado de
Lamont, de aproximadamente 15,000 habitantes, que sirvió como escenario para desarrollar
una investigación de campo entre los meses de enero y mayo del presente año.
Para esta investigación se estableció contacto con jóvenes varones migrantes en diversos
espacios. Entre los informantes que contacté durante mi experiencia de campo en Lamont
encontré tanto jóvenes originarios de los estados con más tradición migratoria,
especialmente Guanajuato y Michoacán, como jóvenes originarios de lugares con una
trayectoria migratoria menos extensa pero ya también consolidada, como Oaxaca y
Guerrero, además de la presencia de integrantes de los “nuevos flujos” migratorios, como
Veracruz, Chiapas, y el área metropolitana de la Cd de México. La mayoría de los primeros
contaba con referencias sobre EU y experiencias migratorias previas en su familia, de
padres, tíos o hermanos, algunos de los cuales ya estaban asentados en California al
momento en que decidieron migrar, mientras que entre los últimos algunos eran “pioneros”,
sin ningún antecedente en EU, o con referencias menos directas, como vecinos o amigos, en
un escenario en el que la migración internacional es menos extendida. Así, Juan Carlos O,
de Chiapas, al preguntarle si en su tierra tenía antecedentes para llegar a California, contó
una anécdota que ejemplificaba su situación, refiriendo que en una ocasión, en sus clases de
secundaria, le preguntaron qué pensaba hacer cuando terminara, y él respondió que su
inquietud era “ir al otro lado”, lo que provocó burlas entre sus compañeros, que le
preguntaban si se refería a Guatemala, “el otro lado” que tenían más cerca.
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Aunque recientes en EU, varios de los nuevos migrantes, originarios de Chiapas y otros
estados del sureste, cuentan con una experiencia previa de desplazamiento interno en
México, que los llevó a la capital del país o a la frontera, especialmente Tijuana. Otra de las
experiencias que también se registró en algunos casos era un paso por el ejército, con el que
encontraron un trabajo diferente al acostumbrado y que además los llevó a conocer otras
realidades.
Para nuestro escenario concreto, la agricultura capitalista, “la predominancia mexicana [en el
mercado de trabajo agrícola] se debe fundamentalmente a seis condiciones básicas, que
otros grupos de trabajadores no pueden cumplir: bajo costo, temporalidad, juventud,
capacitación, movilidad y ser indocumentados”
En este contexto laboral, que al mismo tiempo que les presenta un panorama difícil los
prefiere como sus trabajadores más deseables, los jóvenes migrantes intentan llevar a cabo
su proyecto, experimentan logros y decepciones, y aun limitados por los condicionantes
estructurales, construyen y transforman sus expectativas, viviendo el proceso de tránsito a
su posición como adultos.
Migración, inserción laboral y transición a la adultez
El cruce
Para la inmensa mayoría de los jóvenes que inician una experiencia migratoria buscando
trabajo en EU, ya sea en el empleo agrícola o en otros escenarios la inserción laboral los
enfrenta con una exigencia que además de implicar un gasto económico puede acarrear
otras dificultades: el cruce de frontera. Es difícil estimar la proporción de indocumentados
dentro del total de los trabajadores agrícolas, pero con el acercamiento directo es evidente
que casi la totalidad de quienes llegan a laborar al campo empieza como trabajadores
indocumentados que acaban de cruzar la frontera de manera ilegal. Con un costo que oscila
entre los mil y los dos mil dólares, dependiendo del lugar de entrada y del punto de destino, y
un trayecto que puede involucrar una caminata de varias horas por el desierto, la entrada a
EU es en sí misma una barrera que incrementa las vulnerabilidades experimentadas, y de
ella salen elementos que definen las percepciones que los protagonistas tienen sobre su vida
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migratoria, como las asociaciones con la prueba y el dolor, el distanciamiento y la
persecución, y el esfuerzo y la recompensa.
Para aquellos que inician esta experiencia la incorporación suele implicar contraer una
deuda. El gasto principal en esto es el pago por los servicios del “coyote” para el cruce de
frontera. Algunos cuantos hacen el pago con ahorros, con dinero enviado por algún amigo o
conocido que ya está en EU, adquiriendo una deuda en México, y en algunos casos,
estableciendo una deuda con el propio “coyote”, quien cobrará buena parte de los primeros
ingresos de sus deudores. Además del cruce, hay otros gastos, comparativamente menores,
que pueden volver muy costosa la inserción laboral. Entre ellos están el transporte desde el
lugar de origen hasta la frontera y el hospedaje y la alimentación mientras se espera para
hacer el cruce –que según la experiencia de algunos informantes, pueden alcanzar cuotas
de abuso exageradas—y la obtención de la documentación necesaria –comúnmente
paralegal—para conseguir un trabajo.
Primeros empleos
Con la demanda constante de fuerza de trabajo, Lamont se ha convertido en uno de los
puntos de entrada directos para muchos jóvenes migrantes. Algunos ya conocían algo de la
zona porque cuentan con algún contacto, pero otros afirmaron no saber nada de Lamont –y
algunos inclusive de ningún otro lugar—pero fueron traídos aquí por los coyotes que
contactaron en la frontera, a quienes les pidieron que los llevara “a donde hubiera trabajo”.
El trabajo agrícola resulta diferente y desconocido para la mayoría, aun incluso para quienes
vienen de zonas rurales y se desempeñaban en México en tareas agrícolas: “sólo el azadón
es igual aquí y allá, pero pa’lo demás todos tienen que aprenderle”. Algunos han tenido
experiencia previa como jornaleros agrícolas en México, realizando tareas semejantes, pero
la mayoría enfrentan actividades que les son raras, y en los primeros días su rendimiento es
muy deficiente. La mayoría consiguen adaptarse al menos para trabajar
a un nivel
intermedio, pero también hay algunos que encuentran que simplemente no consiguen el
ritmo o la efectividad necesaria y ya sea por decisión propia o de los empleadores que dejan
de ofrecerles trabajo, abandonan ese empleo.
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El empleo agrícola, en sus tareas más elementales, es el punto de ingreso para muchos
jóvenes migrantes recién llegados. Un joven oaxaqueño, que llegara a Lamont hace dos
años mencionó que “como no tiene estudios”, tiene que dedicarse a los trabajos del campo,
que “es donde entramos los que no tenemos papeles ni sabemos inglés”. Comenta que “la
gente que sí pudo estudiar” puede conseguir mejores trabajos como en “el aceite [extracción
petrolera], y ahí pagan como a 13 la hora”.
Casi todos los informantes coincidieron en relatar que tras ubicarse en el poblado, las
primeras semanas fueron desconcertantes, pues aparte de recibir comúnmente un pago
reducido, ya sea porque no conseguían trabajo constante o al trabajar a destajo tenían una
productividad muy baja, lo que recibían se destinaba para cubrir sus deudas o adquirir
algunos básicos, como algo de ropa: “las primeras semanas casi son de gratis, ni ves el
dinero, ahí le das al de la casa, al raitero, a la de la ropa que te compraste, y rápido se va
todo”, recordó JCO, al preguntarle sobre su experiencia tras haber llegado.
Con el acercamiento a la vida laboral en EU, estos jóvenes en buena medida atraviesan por
un proceso de decepción, o al menos, de enfrentamiento con la realidad, en el que la idea
original de permanecer poco tiempo en EU, pues eso será suficiente para ganar algo de
dinero con el cual regresar a México para iniciar otro proyecto o salir de una contingencia,
adquiere otra dimensión, pues se ven las pocas posibilidades de llevarla a cabo y se
contempla la posibilidad de una estancia más larga. Hay varios elementos que contribuyen a
este cambio de expectativas. Uno de los primeros es asumir la dificultad de los costos de
migrar: el pago de las deudas y las posibilidades de comenzar a ahorrar resultan menos
sencillo de lo esperado. Otro elemento es un conocimiento más preciso de las condiciones
laborales imperantes en EU, encontrando que las oportunidades de facilidad para conseguir
empleos constantes y bien remunerados no son tan grandes como se imaginaban. La
mayoría de los jóvenes recuerdan que su proyecto de venir se fue forjando con la idea de
grandes posibilidades de éxito tras migrar: “decían que acá se barría el dinero, que pagaban
bien y trabajos tranquilos”, relataba “El Cholo”, un joven migrante que me explicaba esta
situación. Inclusive quienes conocen con mayor cercanía experiencias difíciles por ser hijos o
parientes cercanos de trabajadores que tuvieron menos éxito o les relataron sus
experiencias dolorosas se sienten seguros de tener las posibilidades de conseguir mayores
logros. En buena medida, esta expectativa, dramatizada aún más en el relato, conlleva una
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contrastación con su situación y posibilidades en México: suele tratarse de una situación en
la que se describe como la pobreza o la falta de oportunidades son exageradas. No
necesariamente implican una situación de miseria extrema, pues algunos reconocen que su
situación en México no era tan difícil, sino que implica que se sentían en una situación en la
que no contaban con los medios de satisfacer las expectativas creadas o las que
enfrentaban les resultaban aburridas.
Algunos de mis informantes reconocieron que conforme ganan mayores beneficios, aunque
sus posibilidades de ahorro aumentan, en realidad no consiguen materializar estas
oportunidades, pues a menudo gastan parte de ese dinero en alcohol, compañía de
prostitutas y gastos “superfluos” como ropa y calzado de marca o joyas. También los
casinos, que se han convertido en fechas recientes en una atracción, resultan una pérdida
para muchos de ellos. Los trabajadores móviles, que siguen el curso de las corridas, como
los lechugueros, que pueden recibir ingresos mayores, son también conocidos por gastar
buena parte de sus ingresos en los bares y cantinas de los pueblos por los que se
desplazan. Como apuntara uno de estos trabajadores: “uno está acostumbrado a ganar poco
dinero allá [México], y empiezas aquí a tener un poco más y es bien fácil irte al degenere”.
Paradójicamente, junto a estas sensaciones, el conseguir establecerse con un trabajo en
algún pueblo, aunque se sepa que se trata de una opción incierta, de todas formas puede
implicar una fuerte sensación de logro: vivir y conocer un nuevo lugar y asentarse después
de las dificultades del cruce representa una satisfacción personal, misma que puede
acrecentarse cuando hacen los primeros envíos de remesas a México, con los que
comienzan a sentir que consiguen algunas de las metas trazadas al principio. Así, Gabriel
relató la emoción que sintió cuando recibió una carta de su madre en México, en la que
contaba entre otras cosas en qué habían gastado el dinero que les enviara desde Lamont.
Después de conocer la realidad que se vive en el empleo, aun sufriendo cierta desilusión,
muchos conservan la idea de volver, y gastan parte de su dinero motivados por esas ideas.
Así, algunos comienzan a destinar el dinero de sus remesas a la adquisición de bienes en
México, que en los casos de mejores ingresos y expectativas, llegan a la construcción de
una casa, que originalmente ven como su patrimonio y base para establecerse a su regreso.
Para algunos casos, esta construcción, que suele prologarse por años, es un indicador
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interesante sobre cómo cambia el proyecto personal, cuando la casa puede pasar de ser la
inversión que garantizará independencia a un lugar de recreo, que se usará en los viajes a
México, o una fuente involuntaria de capital, vendiéndose para comprar algo en EU. Muchos
migrantes bromean mencionando sus poblados llenos de casas vacías, construidas con las
remesas enviadas pero que, al pertenecer a los ausentes, se convierten en la señal del
poblado dividido.
Quizá la sensación más referida por los migrantes al preguntarles por sus experiencias en
los primeros momentos tras su llegada es una sensación de “encierro”. De manera
automática, aunque después la maticen e incluso la contradigan relatando otras vivencias, es
común que refieran una sensación de pasar mucho tiempo dentro de sus casas, sin salir, con
pocas actividades recreativas o sociales. Hay dos elementos que citan como causas de ello.
Primero, el temor a ser capturado por la patrulla migratoria o a meterse en situaciones
difíciles que pudieran propiciar una deportación. El otro resulta del trabajo mismo: después
de una jornada extenuante, a la que muchos no están acostumbrados al principio, al regresar
a sus casas por la tarde lo que desean es tomar un baño y descansar, entreteniéndose con
la televisión o platicando con amigos. Aun así, los deportes son actividades que atraen a
muchos jóvenes en los espacios públicos de Lamont: en las canchas de básquet bol y fut bol
suelen verse algunos grupos, de hombres jóvenes en su mayoría, entreteniéndose por las
tardes.
Una de las situaciones con las que está más relacionada esta sensación es resultado de la
diferencia en la proporción entre hombres y mujeres: la mayoría de los jóvenes migrantes
suelen quejarse de que en Lamont “casi no hay chavas”. Con ello, las ocasiones que brindan
posibilidades de establecer contacto con mujeres son unas de las más valoradas. Una de las
formas más mencionadas de estas experiencias son las salidas a los bares de Bakersfield,
frecuentados por mujeres mayores, a los que acuden buscando compañía ocasional. Estas
visitas suelen ser espaciadas y organizadas, pues implican acordar la participación de
alguien que cuente con transporte, así como el ahorro de una suma de dinero que se gastará
en los tragos.
Relacionado por ellos con estas sensaciones, en las comunidades se puede constatar el
consumo de alcohol. Por las tardes de cualquier día en una caminata por los calles de estas
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comunidades podemos ver grupos de hombres en los patios de las casas, surtidos de una
dotación de latas de cerveza. Anteriormente, la cerveza se usaba en los campos como
bebida refrescante, pero con los mayores controles y precauciones esto se ha reducido, y se
ha convertido más en un recuerdo de una costumbre pasada que en algo cotidiano. Pero,
una vez terminado el horario de trabajo, el consumo de alcohol es notorio. Los fines de
semana, las cantinas de Lamont, junto con su billar, se convierten en un centro de
entretenimiento para los trabajadores del campo. Igualmente, los centros de baile y bares de
la cercana Bakersfield atraen a un buen número de jóvenes, especialmente a los que
cuentan con alguna forma de transporte.
La salida de la agricultura
Como se mencionó, el empleo agrícola, tanto en el trabajo directo en los campos como su
extensión en las empacadoras y lecherías, es la principal opción de empleo para los
mexicanos en el Valle Central. Además de tratarse de un segmento amplio y poco
controlado, es un sector en el que el predominio étnico, o segregación, brinda una serie de
oportunidades mínimas. Otras opciones de empleo
del
Valle muestran menores
oportunidades de ingreso. Un caso concreto puede ser la industria, aunque no tiene una
participación significativa de la mano de obra mexicana. Pero existen otros sectores que
brindan opciones de salida o alternativas a la agricultura. Quizá el más importante de ellos es
la construcción, que vive un auge considerable a lo largo de todo el valle y en el que la
participación de mexicanos es cuantiosa, sin ser total. Otro son los servicios brindados en las
ciudades que crecen, como los trabajos de jardinería, limpieza, y servicio doméstico.
En opinión de la mayoría de los jóvenes entrevistados, el principal obstáculo para obtener
oportunidades de movilidad laboral, por encima de la situación migratoria, es el dominio del
idioma inglés. El trabajo en los campos es un sector actualmente dominado por hispanos y
una persona puede pasar una vida completa trabajando en ellos con un conocimiento casi
nulo del inglés sin enfrentar mayores problemas de comunicación. Pero en otros lugares -y
en menor medida también en Lamont- hay otros mercados laborales que demandan el inglés
por la necesidad de atención al público o trato con superiores que no hablan español. El
aprendizaje de inglés se convierte así en uno de los medios más atendidos por los jóvenes
que tienen las expectativas de abandonar el empleo agrícola para colocarse en otras
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posiciones más ventajosas, además de revestir la idea de brindar mayor solvencia en la vida
en EU, mayores posibilidades de obtener ventajas además del empleo, así como conocer
más gente y contar con un conocimiento que puede ser sumamente rentable en caso de un
eventual regreso a México como destreza al momento de buscar empleo.
La migración en la experiencia personal de transición
Ya sea que vengan acompañados de parientes o se encuentren con ellos tras cruzar la
frontera o que viajen solos y establezcan nuevos lazos de compañerismo, aunque sean
limitados, es común para muchos jóvenes encontrar que en sus primeros años de vida como
migrantes se incorporan a un ambiente que en muchos sentidos se caracteriza por el
predominio de un entorno masculino. Con ello, parte de su transición a la adultez implica un
enfrentamiento nebuloso a ciertas cuestiones de género, al mismo tiempo que un intento de
reforzar muchos de los estereotipos al respecto. Así, viviendo en casas compartidas con
otros cinco o seis hombres, con un presupuesto limitado y con la idea de “cumplir” con su rol
de “hombres independientes”, aprenden a cocinar, hacer la limpieza doméstica y encargarse
de la lavandería, sin dejar de ver esta situación como excepcional y temporal. También, de
manera un tanto tímida al principio, reconocen que se aficionan a las telenovelas –la
principal programación por las tardes en la televisión de habla hispana en EU—lo que ven
como un ejemplo de feminización.
Pese a las dificultades enfrentadas y las limitaciones existentes en el mercado de trabajo
agrícola, algunos jóvenes encontraran una experiencia distinta que pueden influir también en
la modificación de su proyecto migratorio y en la extensión del mismo. Se trata de aquellos
que, después de adquirir experiencia en las tareas y de conseguir el desarrollo de una red de
contactos adecuados, tienen oportunidades de ascenso en la reducida escalera laboral que
emergió en el empleo agrícola en las últimas décadas. Puestos como el de mayordomo, o
trabajos especializados, como maquinista, brindan mejores beneficios para un trabajador,
tanto en términos económicos como en el tipo de tareas realizadas, además de que gracias
a la estabilidad que pueden significar en algunos casos, la incertidumbre y fragilidad que
habíamos señalado se reducen.
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Tras unos años como trabajadores en los campos, con nuevas experiencias vividas en un
país extraño, con mayor conocimiento de las realidades laborales a las que se enfrentan y
quizá con la adquisición de algunas habilidades para competir en mejor condiciones, o
desanimados por las dificultades pero convencidos de que “en México está peor”, algunas de
las situaciones más desfavorables se han matizado y algunas desventajas quedan
superadas, y la migración, que se viera como un proyecto de duración reducida, es
reevaluada a la luz de nuevas perspectivas. Tal vez se conserven algunos de los elementos
del proyecto inicial y se busque la forma de regresar a México. O tal vez el nuevo proyecto
cambie radicalmente y se dirija ahora a establecer una vida en EU, continuando como
trabajador agrícola o buscando opciones de movilidad geográfica y ocupacional
Conclusiones
Al observar el proyecto migratorio de estos jóvenes, vimos que para algunos de ellos la
migración forma parte de la tendencia al alargamiento y fragmentación de la inserción
laboral. Con dificultad para encontrar empleos constantes o redituables en México, su
proyecto migratorio, que suele referirse como de corta duración en su idea original, es una
forma de incrementar los recursos con los que se piensa se podrá tener a futuro una
participación más exitosa en el mercado de trabajo.
En el propio mercado de trabajo de Estados Unidos, la inserción puede ser también
fragmentaria y extendida. En este caso, tratándose de un medio en el que la inestabilidad y
la poca estructuración son significativas, la inserción implica familiarizarse con un entorno
ajeno en el que, existiendo pocos canales formalizados para desarrollo de trayectoria, el
apropiarse de conocimientos vivenciales y de la experiencia puede brindar la opción de
consolidar un espacio laboral con posibilidades de abandonar las posiciones desfavorables.
Para los jóvenes migrantes existe una dificultad mayor que se deriva de que a la
mencionada vulnerabilidad que enfrenta la juventud en su conjunto en los momentos de
búsqueda de participación en el empleo se suma la vulnerabilidad resultante de la condición
de migrante indocumentado. El cruce de frontera, en la situación que se da, implica una
pérdida de la posibilidad de aplicación de recursos útiles en la competencia por obtener
empleos satisfactorios. Así, en un principio, migrantes con una instrucción escolar reducida y
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jóvenes que abandonan México tras terminar sus estudios de preparatoria son reducidos, al
incorporarse al empleo agrícola, a posiciones semejantes de bajo perfil. Pero, sin que haya
por el momento señas que apunten a la disminución de la vulnerabilidad, a la larga, para
muchos de estos migrantes ese segundo entorno se volverá el más deseado y preferido.
Tomado de Hernández Romero Manuel Adrián, Jóvenes migrantes y experiencias de
inserción en el campo californiano, ponencia presentada en el Coloquio de la maestría en
Antropología en el CIESAS, D.F. (2006) 20 págs.
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