El Padrenuestro – Parte I (domingo 11 de abril) Intro Este pasado mes hemos visto al menos 3 casos lamentables de niños que han muerto aparentemente bajo la mano o la negligencia de sus padres inmediatos: o 2 en Puerto Rico (Lorenzo y Emily Michelle) o 1 en Méjico (Paulette) Es un instinto básico de los hijos, el buscar y recibir ayuda y protección de sus padres en medio de su necesidad. Asimismo es un instinto de los padres, dar protección y provisión a sus hijos para su seguridad y bienestar La necesidad de un Padre celestial No se si fue esa relación de intimidad padre-hijo que los discípulos desearon cuando vieron a Cristo orando y le pidieron que les enseñara a hacer los mismo. Veamos: o “Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.” (Lucas 11:1) Este pasaje nos muestra algo extremadamente importante: o Que para entablar una relación con Dios significativa, necesitamos ser enseñados Presume que nosotros no sabemos como acercarnos a Dios correctamente o Dios esta en total disposición de enseñarnos La respuesta de Cristo no se hizo esperar: o “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.” (Mateo 6:9) Este prefacio a la oración de Jesús nos muestra varios asuntos significativos: o La oración comienza (y termina) con adoración o Nos ubica en la perspectiva correcta en relación a Dios: Dios es nuestro Padre (intimidad) Dios está en el cielo (trascendencia) Hoy vamos a tratar el tema de la intimidad Padre Nuestro “Padre” o o o “Nuestro” o o o o o La gente opina que “todos somos hijos de Dios”: Esto es correcto desde la perspectiva amplia de la creación de Dios Somos sus “criaturas” Sin embargo, la paternidad de Dios es algo que recibimos por medio de creer en el sacrificio de Cristo en la cruz del Calvario: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12) A esto la Biblia llama el regalo de la adopción; somos hecho parte de la familia de Dios: “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios” (Efesios 2:19) Es notable que la oración individual (la del cuarto secreto) se hace desde una perspectiva de grupo, esto es, el Cuerpo de Cristo Dios nos ha salvado y ha hecho pacto con cada uno dentro del marco del Cuerpo de Cristo, la Iglesia Tenemos un pacto y le hacemos promesas a Dios y tenemos un pacto y le hacemos promesas a los miembros del Cuerpo Por lo tanto, en este asunto de la vida cristiana no somos individuos, sino miembros de una sola familia Si somos familia, y Dios es nuestro Padre, entonces nos acercamos a él con confianza en su cuidado y protección Dios no es: • Una fuerza impersonal • Ángeles o santos • Madre Aunque la imagen del padre terrenal esté maltrecha por causa del pecado, Dios no es igual a ellos • Nuestra concepción de Dios no puede basarse en lo que hemos visto en la tierra Conclusión - ¿Qué significa esto para mí? Nos acercamos a Dios conscientes del regalo de la adopción o “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios” (1 Juan 3:1) o Esto debe producir en nosotros maravilla y agradecimiento Un cristiano que no adora, no ha entendido lo que ha recibido “Como oramos, así vivimos” – Terry Jonson Nos acercamos a Dios confiando en su compasión a nuestra condición, debilidad y necesidad o “Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen. Porque él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo.” (Salmo 103:13-14) Nos acercamos confiando en su protección o “En el temor de Jehová está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán sus hijos.” (Proverbios 14:26) o “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza.” (Salmos 46:1-3) o “No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará.” (Salmos 91:5-7) Nos acercamos confiando en su provisión o “¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mateo 7:9-11) o “Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.” (1 Pedro 5:7) El Padre Nuestro – Parte II (domingo 25 abril) I. II. III. Intro a. La semana pasada vimos nuestra necesidad de ser enseñados a orar y el anhelo de Dios de enseñarnos a orar b. El “Padrenuestro” es la oración modelo que nos enseña la manera correcta de acercarnos a nuestro Dios: i. Prefacio – Una adoración inicial que nos contesta las siguientes preguntas: ¿A quién nos dirigimos? ¿Cuál es la manera correcta de acercarnos a él? ii. Cuerpo de peticiones – Primero las del Reino de Dios y luego las nuestras iii. Bendición final – Una adoración que exalta al Dios nuestro c. “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.” (Mateo 6:9) i. Dios es “nuestro Padre” (intimidad) 1. Somos hechos parte de una familia de pacto, la Iglesia, por causa del sacrificio de Jesucristo en la cruz 2. Recibimos del Padre: adopción, compasión, protección, y provisión ii. Dios “está en el cielo” (trascendencia) d. Hoy vamos a tratar el tema de la trascendencia “Que estás en los cielos” a. Esta expresión nos provee mayor perspectiva de cual es la manera correcta de orar y vivir: i. Nuestra adopción nos da la confianza y seguridad de poder acercarnos a nuestro Padre para recibir su bondad y misericordia ii. Su lugar en los “cielos” no hace entender que este “Padre” es supremamente digno y poderoso. El Padre: 1. Trasciende todo 2. Es sobre todas las cosas 3. Ha hecho todas las cosas 4. Es la fuente de todas las cosas iii. “Los cielos” son mencionados porque el trono de Dios (desde donde él reina) está ubicado allí: 1. “Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos.” (Salmos 103:19) 2. “Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo?” (Isaías 66:1) 3. “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.” (Isaías 57:15) iv. Por lo tanto, me acercaré a Dios con la confianza y la expectativa de un niño, pero con el tono correcto de reverencia y respeto ¿Qué significa esto para mí? a. Oramos con gran respeto a la dignidad de nuestro Padre celestial i. Nosotros “adoramos” y “respetamos” a los buenos padres, pero: 1. Solo “adoramos” a los consentidores 2. Solo “tememos” a los abusadores ii. “El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre.” (Malaquías 1:6) iii. Esto requiere que busquemos el balance correcto entre los dos pensamientos de este prefacio (A.W. Pink): 1. “Padre nuestro” – nos habla de su bondad y gracia 2. “Que estás en los cielos” – nos habla de su grandeza y majestuosidad 3. Por lo tanto: a. La primera sin la segunda nos trae una “familiaridad sacrílega” 4. IV. b. La segunda sin la primera nos trae “frialdad y sequía” “Familiaridad sacrílega” a. “The Man upstairs”, “The Big Guy”, “Papito Dios”, “Diosito”, “Mi novio Jesús”, “Papi mio que estas en los super cielos… eres hypercool…en el nombre del Papi, del Junior, Palomita Buena Onda” (El Padre Nuestro Pija), etc. Conclusión a. Por lo tanto, debemos orar con “temor reverencial” y “confianza total” en el poder de nuestro Padre: i. Temor reverencial - No es miedo ni terror, pero si temor a no fallar y molestar/contristar a Dios: 1. “Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación” (1 Pedro 1:17) 2. “Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.” (2 Corintios 5:9-10) 3. “Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.” (1 Corintios 9:26-27) ii. Confianza total – Siendo un Padre trascendente, él tiene el poder y el deseo de bendecirme y ayudarme cuando vengo a él: 1. “¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti!” (Jeremias 32:17) 2. “Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?” (Daniel 4:35) 3. “Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.” (Hebreos 7:25) b. Nuestra audacia y motivación cristiana es atemperada por el respeto y temor a Dios: “Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia” (Hebreos 12:28) El Padre Nuestro – Parte III (domingo 1 mayo) I. II. III. Intro a. b. “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos…” (Mateo 6:9) ¿Cómo impacta esto nuestra oración? i. Venimos a Dios en confianza por su bondad paternal 1. “Venimos a ti Padre como hijos salvos por gracia, adoptados en Cristo en la familia de Dios, miembros de tu casa, con los privilegios de tus hijos. Somos tu Iglesia, tu templo, tu Cuerpo, tu gente, tu novia, a quien amas, cuidas, y sostienes. Somos tu familia y venimos a ti como hermanos de Cristo. Gracias por amarnos, y compadecerte de nosotros. Confiamos en tu segura proteccion. Tu eres nuestro refugio y nadie nos arrebatara de tus manos. Eres nuestro Padre y conoces nuestra necesidad desde antes que la pidamos. Venimos confiados a ti por el camino abierto por medio de la sangre de Cristo. Sabemos que por tu bondad y cuidado, todas las cosas obran para bien para nosotros.” ii. Venimos a Dios en reverencia y temor 1. “Padre, venimos a ti a darte el honor que te mereces. Eres alto y exaltado. El cielo es tu trono, la tierra el estrado de tus pies. Tu gobiernas todo la creación y nada es difícil o imposible para ti. Haces como te place y nadie puede cuestionarte. Habitas en lugar altísimo y santo, y también con el contrito y humillado. Levantamos nuestros ojos a ti, tu Dios que estas entronado en el cielo. Miranos desde alla y se propicio a nosotros.” Las peticiones a. Habiéndonos colocado en la perspectiva correcta con Dios, ahora podemos entrar en el cuerpo de peticiones, tres (3) referentes a Dios y tres (3) referentes a nosotros. b. Comenzamos con las que se refieren a los asuntos de Dios (Mateo 6:9-10): i. “Santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad” 1. El cristiano vive bajo este lema: “Dios primero, yo después” a. Esto trabaja con nuestro inherente problema de estar permanentemente centrados en nosotros mismos b. “Si nos dejan, toda oración hecha por nosotros comenzaría y terminaría con nosotros” – J.I. Packer c. “Nuestra teología de la oración es nuestra teología de vida Cristiana”, “Como oramos, así vivimos” – Terry Johnson 2. Las grandes oraciones registradas en la Palabra siguen este patrón (ej. David dedicando los materiales del templo, rey Ezequías, Jeremías) ii. Terminan con la frase “como en el cielo, así también en la tierra” 1. Deseamos ver la consumación del plan de Dios, con el regreso de Cristo a la tierra “Santificado sea tu nombre” a. “Santificado” – Tratar con reverencia, como algo santo, separado; ser conocido, reconocido y honrado como santo b. “Nombre” - Denomina la persona y las cualidades de esa persona c. “Por lo tanto, orar para que “su nombre sea santificado” significa orar para que Dios reciba el honor, respeto, la reverencia, el temor y la gloria que él se merece” – Terry Johnson d. ¿Cómo esto puede ocurrir? i. En dos etapas: 1. Cuando Cristo regrese él mostrará toda la gloria de Dios y su Reino 2. En el interim, este Reino es implantado progresivamente en cada corazón que se vuelve a Dios a través de Jesús ii. Esta oración expresa nuestro deseo de ver lo que la Palabra predice acerca del conocimiento de Dios: 1. “Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” (Fil.2:10-11) 2. IV. “Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar.” (Habacuc 2:14) 3. “Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado” (Jer.31:34) iii. Esta oración expresa nuestra angustia cuando vemos el nombre de Dios deshonrado y blasfemado entre los hombres: 1. “no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.” (1 Cor.13:6) 2. “Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios” (2 Timoteo 3:2-4) 3. “Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su verg:uenza; que sólo piensan en lo terrenal.” (Fil. 3:18-19) 4. “El respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas” (1 Reyes 19:10) 5. “Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría.” (Hechos 17:16) Conclusión - ¿Cuál debe ser mi respuesta? a. Formar una vida de adoración privada, familiar y pública; ¡mi tarea y mi deleite! i. Este es el primer testimonio que damos a los de afuera, para que deseen conocer al Dios que nosotros confesamos, y el nombre de Dios sea exaltado b. Asegurar que mi adoración es reverente y genuina; ¡mi tarea y mi deleite! i. Dios no es un amigo casual o sirviente; “es mi Padre que está en los cielos” ii. La actitud correcta de adoración es tipificada por la “inclinación”: 1. “para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra” (Filipenses 2:10) 2. “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo” (Efesios 3:14) 3. “Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono” (Apocalipsis 4:9-11) El Padre Nuestro – Parte IV (domingo 10 mayo) I. II. Intro a. “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6:9-10) b. Primero Dios, después yo; primeros los asuntos del Reino, luego los míos c. “Santificado sea tu nombre” i. Que Dios reciba el honor, respeto, la reverencia, el temor y la gloria que merece ii. ¿Cómo ocurre esto? Que en la tierra ocurra lo que ocurre en el cielo hoy: 1. “Venga tu reino” 2. “Hágase tu voluntad” “Venga tu reino” a. El reino de los cielos significa simplemente el señorío de Dios; es dondequiera que Cristo es creído y obedecido i. “Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (Mateo 4:17) ii. “…porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros” (Lucas 17:21) b. El reino de los cielos “ya ha llegado” a todos aquellos que han creído y obedecen a Jesús c. El reino de los cielos “está cerca” porqué solo espera por la consumación final, física, visible, del reinado de Cristo sobre las naciones de la tierra: i. “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.” (1 Corintios 15:22-26) d. Por lo tanto, ¿qué estamos orando?: i. Que el señorío de Cristo en los corazones de los hombres sea extendido mas y mas hoy (esto es una petición evangelística, misionera y discipular) 1. Que Dios someta y conquiste los corazones de nuestros vecinos, amigos, familiares y nación: a. “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.” (Hechos 17:30-31) 2. Que los hombres se sometan a la demanda y exigencia de Dios, en toda esfera de la vida: a. “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (Mateo 28:18-20) ii. Que el regreso de Cristo ocurra pronto para que su reinado sea total y final 1. “Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, !cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!” (2 Pedro 3:12) 2. “El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 11:15) El Padre Nuestro – Parte V (domingo 16 mayo) I. II. III. Intro a. “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6:9-10) b. Luego de la adoración inicial, ya ubicado en el lugar correcto con respecto a Dios, entonces procedo con las peticiones: i. Primero Dios, después yo; primeros los asuntos del Reino, luego los míos c. “Santificado sea tu nombre” i. Que Dios reciba el honor, respeto, la reverencia, el temor y la gloria que merece ii. ¿Cómo ocurre esto? Que en la tierra ocurra lo que ocurre en el cielo hoy: 1. “Venga tu reino” 2. “Hágase tu voluntad” d. “Venga tu reino” i. El reino de los cielos significa simplemente el señorío de Dios; es dondequiera que Cristo es creído y obedecido ii. Que el señorío de Cristo en los corazones de los hombres sea extendido mas y mas hoy, comenzando por mi iii. Que el regreso de Cristo ocurra pronto para que su reinado sea total y final “Hágase tu voluntad” a. Ejemplo actual: Pastor Delgado en Enlace la semana pasada, hablando del poder de la palabra: i. “Si decimos que aceptamos la voluntad de Dios, es que estamos inseguros, porque nosotros tenemos que decir las cosas con la seguridad de lo que queremos. Tenemos el poder para cancelar la voluntad de Dios” b. La confusión actual es tal que decimos “no ores por la voluntad de Dios, eso es falta de fe, sino dile a Dios lo que tiene que hacer” i. “Aquí más que en ningún otro lugar, el propósito de la oración queda patente: no tratar de hacer que Dios haga mi voluntad (lo que es igual a practicar hechicería), sino someter mi voluntad en línea con la de Dios” – J.I Packer c. ¿Qué significa “la voluntad de Dios”? i. Sus preceptos – Lo que Dios nos manda a hacer, sus requisitos, sus deseos 1. “Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.” (Mateo 12:50) ii. Sus decretos – Lo que Dios ha planificado, decretado y determinado que va a suceder 1. “Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?” (Daniel 4:35) iii. Su voluntad “permisiva” – Muchos viven en “parálisis por análisis”, esperando que Dios les diga exactamente qué tienen que hacer en cada particular decisión. Esto no es bíblico. 1. Siempre que sigamos sus preceptos, y que la decisión no está sujeta a su decreto, existe la libertad cristiana. 2. Dios espera que sigamos sus preceptos y tomemos la mejor decisión (1ra Corintios 7:20-40, ejemplo de casamientos, solteros, etc.) d. Por lo tanto, estamos orando para que: i. Los preceptos de Dios sean cumplidos: 1. Que en mi vida, casa, matrimonio, hijos, trabajo, iglesia y ciudad, yo haga la voluntad de Dios, cumpla sus mandatos y obedezca su Ley 2. ¡Que lo mismo ocurra con los demás! ii. Que podamos aceptar lo que Dios hace (sus decretos), aunque no nos guste, y confiar en que Su plan es perfecto, sabiendo que “todo obra para bien” para los llamados 1. Que mi corazón se someta al embargo de Dios, al plan de Dios, y que pueda aprender a confiar en los resultados que van a llegar (ej. tragedias, adversidades, etc.) Conclusión a. Pedir por los asuntos de Dios primero, hace que someta mi vida al mandato total de Cristo, cumpliéndose en mi primeramente la petición “que sea hecha tu voluntad en la tierra” b. c. Dios, en su diseño perfecto, ha determinado que nuestra oración por su voluntad sea utilizada para agilizar su plan sobre la tierra Por eso oramos como nos dice la confesión de Westminster: i. “Oramos para que el reino de Satán sea destruido; que el reino de los cielos avance, que nosotros y otros seamos entrados y guardados en él; que el reino de gloria avance a ser implantado en la tierra” ii. “Oramos para que Dios, por su gracia, nos haga comprender, obedecer y someternos a su voluntad en todas las cosas, como lo hacen los ángeles en el cielo” El Padre Nuestro – Parte VI (domingo 23 mayo) I. II. III. Intro a. “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6:9-10) i. Nos ubicamos en la posición correcta con respecto al Padre y Dios nuestro ii. Pedimos primero por los asuntos de Dios: 1. Que el nombre de Dios sea honrado a través del establecimiento y expansión de su Reino en la tierra, en donde todos hacen la voluntad de Dios b. Ahora vamos a estudiar las peticiones nuestras hacia Dios: 1. “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal…” (Mateo 6:11-13) Peticiones personales (temporales, de esta tierra) a. Tenemos el gran privilegio de pedir en confianza por nuestras necesidades personales b. Pero al “pedir” no podemos perder la perspectiva del Reino: i. “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.” (1 Corintios 10:31) c. Por lo tanto, debemos aprender a pedir de “acuerdo a su voluntad”, o sea, cosas que redunden en la gloria de Dios: i. “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” (1 Juan 5:14-15) d. O sea, no “obtenemos lo que queremos” por meramente “pedir”: i. “Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.” (Santiago 4:2-4) e. Dios nunca nos dará cosas que no estén conforme a Su propósito. i. No podemos “torcer el brazo a Dios”; su voluntad no puede ser doblegada ii. El puritano Thomas Watson lo dice de la siguiente manera: 1. “Un hombre enfermo pide salud para poder irse de juerga con sus amigos y concubinas; otro pide por una hacienda, para tener su barriga llena, sus establos llenos, para ser rico y que su nombre sea conocido, su poder sea multiplicado, de tal manera que pueda obtener venganza de sus enemigos. Esto es impiedad acoplada a la imprudencia: pedirle a Dios que nos de cosas temporales para que estemos mejor preparados para servir al diablo” ¿Qué significa “el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” (Mateo 6:11)? a. Buscamos de la mano de Dios nuestras necesidades de vida física o temporal i. “Pan” se refiere a las necesidades para nuestra vida física: comida, salud corporal, buen tiempo, casa, esposo (a), hijos, buen gobierno, paz en la nación ii. Somos conscientes de que Dios es el que suple todas nuestras necesidades físicas 1. “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.” (3 Juan 2) 2. “Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?” (1Cor.4:7) 3. “Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.” (Deut.8:18) iii. Fallar en esta oración significa que: 1. Creemos que somos autosuficientes en los asuntos temporales ó, 2. Creemos que Dios no se ocupa de nuestras necesidades terrenales b. Buscamos de la mano de Dios nuestras necesidades de vida espiritual i. “Pan” también se refiere a nuestra necesidad espiritual (nuestra “comida”): ser convencidos de pecado para confesión, ser santificados en nuestro andar, ser transformados a la imagen de Cristo, ser llenos de los dones y el fruto del Espíritu 1. c. IV. “Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.” (Juan 6:35) 2. “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.” (Juan 6:51) ii. Fallar en esta oración significa que: 1. Nos creemos auto-suficientes espiritualmente 2. Tenemos demasiada confianza en que podemos resolver nuestros problemas mediante nuestra propia fuerza Buscamos de la mano de Dios estas cosas “diariamente” i. Jesús nos está enseñando el patrón para relacionarnos con Dios ii. “De cada día, dánoslo hoy” (Mateo 6:11), implica una relación diaria 1. Tanto en privado como en congregación, necesitamos allegarnos a nuestro Dios diariamente para recibir su provisión 2. Una comida semanal no nos puede mantener vivos; asimismo la búsqueda de Dios va más allá de lo que recibimos en la congregación durante la semana 3. ¿Por qué esto es así? Porque nuestra debilidad y carnalidad nos exigen una dependencia continua de Dios para no caer en pecado ni corrupción iii. “De cada día, dánoslo hoy” implica vivir “un día a la vez” delante de Dios: 1. Aunque debemos planificar, trabajar y guardar para el futuro, Dios desea que aprendamos a confiar en Él: a. “Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.” (Mateo 6:34) 2. Dios desea que mantengamos una dependencia continua, diaria con Él por causa de nuestra rebeldía constante y ateísmo práctico, que nos hace creer que no lo necesitamos: a. “no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre” (Deuteronomio. 8:12-14) 3. Pedimos lo necesario para que nuestro corazón se mantenga en línea con el cielo, y aprendamos a estar contentos con lo que tenemos: a. “No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario; No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios” (Prov.30:8-9) b. “Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.” (1 Tim.6:9-11) c. “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.” (Fil.4:11-12) Conclusión a. Por lo tanto, oraremos dando gracias por lo que tenemos y lo que no tenemos, pidiendo por nuestras necesidades físicas (comida, salud, techo, etc.) y necesidades espirituales (iglesia, pastores, enseñanza, etc.) b. Reconoceremos que no somos los dueños y señores de nuestro destino, sino que todo lo que tenemos y somos, y todo lo que tendremos y seremos, se lo debemos a Él El Padre Nuestro – Parte VII (domingo 30 mayo) I. II. Intro a. Estamos estudiando las peticiones nuestras delante de Dios, luego de haber pedido por las peticiones del Reino b. “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” i. Buscamos de la mano de Dios nuestras necesidades de vida física y espiritual ii. Establece un patrón de búsqueda diaria para que nuestro corazón no se enorgullezca y aparte c. Hoy veremos la segunda petición, a saber: i. “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.” (Mateo 6:12) La oración confesional a. Nuestra práctica vs. El modelo bíblico i. ¿Cuáles son las peticiones más comunes que escuchamos en los servicios de oración? Las de necesidades físicas ii. ¿Cuál es la prioridad de la oración de Cristo? El Reino de los cielos y su implantación en nuestras vidas; esto incluye nuestra pureza y santificación b. Jesús nos enseña a orar diariamente por el perdón de nuestros pecados: i. La Biblia nos muestra que aún cuando hemos sido salvados, estamos en el proceso de la santificación, y todavía somos propensos a transgredir (fallar) la ley de Dios (pecado) 1. “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.” (1 Juan 1:8) 2. Este ha sido el error del movimiento de santidad (“Holiness”) ii. Para esto necesitamos una continua confesión personal e intervención de Cristo ante el Padre como nuestro mediador: 1. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9) 2. “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.” (1 Juan 2:1) iii. ¿Por qué esto es necesario? 1. El pecado sin confesar es dañino a nuestras vidas a. Dios se separa de nosotros y “esconde su rostro” (no hay presencia, bendición ni oraciones contestadas, tanto a nivel personal, congregacional y/o nacional) i. “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.” (Isaías 59:1-2) ii. Esto a diferencia de su bendición, que en la Palabra se expresa como “el rostro de Jehová resplandeciendo” sobre su pueblo: 1. “Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.” (Números 6:22-27) b. Hay consecuencia negativas a nivel físico y emocional i. “Mientras callé, se envejecieron mis huesos. En mi gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; Se volvió mi verdor en sequedades de verano.” (Salmos 32:3-4) ii. “Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira; Ni hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado. Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza; Como carga pesada se han agravado sobre mí.” (Salmos 38:3-4) 2. Solo la confesión sincera y completa nos permite restaurar nuestra relación con Dios a. b. I. “Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado; Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él.” (Salmos 32:5-6) “He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve. Hazme oír gozo y alegría, y se recrearán los huesos que has abatido. Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades.” (Salmos 51:6-9) Conclusión: ¿Cómo es la verdadera oración del penitente? a. En contrición, dolor y humillación, viendo al pecado como Dios lo ve (con odio) i. “Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos”(Sal.51:4) ii. ‘Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza. Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión…” (Daniel 9:3-4) iii. “Cuando oí esto, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté angustiado en extremo… Y a la hora del sacrificio de la tarde me levanté de mi aflicción, y habiendo rasgado mi vestido y mi manto, me postré de rodillas, y extendí mis manos a Jehová mi Dios, y dije: Dios mío, confuso y avergonzado estoy para levantar, oh Dios mío, mi rostro a ti, porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y nuestros delitos han crecido hasta el cielo.” (Esdras 9:3, 5-6) iv. “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.” (Santiago 4:8-10) b. Mencionando los pecados comprensiva y específicamente (no en generalidad) i. “Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí.” (Sal.51:3) ii. “Hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas.” (Daniel 9:5) iii. “¿Hemos de volver a infringir tus mandamientos, y a emparentar con pueblos que cometen estas abominaciones? ¿No te indignarías contra nosotros hasta consumirnos, sin que quedara remanente ni quien escape?” (Esdras 9:14) c. En confianza de que Dios perdona y limpia nuestro pecado, y remueve la culpa i. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9) d. ¡La confesión de pecados es la fuente de vitalidad y energía espiritual para una vida en crecimiento y bendición! i. La causa de mucho malestar espiritual, depresión entre cristianos, vidas en derrota, etc. Es sencillamente falta de confesión y arrepentimiento de pecados El Padre Nuestro – Parte VIII (domingo 6 junio) I. II. Intro a. Estamos estudiando las peticiones nuestras delante de Dios, luego de haber pedido por las peticiones del Reino: i. “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.” (Mateo 6:9-12) ii. “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” 1. Podemos buscar de la mano de Dios nuestras necesidades de vida física y espiritual 2. Establece un patrón de búsqueda diaria de la provisión de Dios iii. “Y perdónanos nuestras deudas” 1. Reconozco la realidad de mi condición continua de rebeldía y pecado 2. Me pesa, duele, entristece, mi pecado sin confesar 3. Conozco la gracia disponible para mí cuando confieso mis pecados y me arrepiento de mi iniquidad: a. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9) 4. Por lo tanto, si soy un verdadero cristiano, confieso y me arrepiento diariamente de todo pecado porque no deseo volver a ese lugar de rebelión que aleja el rostro de Dios de mi vida a. “Aborreced lo malo, seguid lo bueno.” (Romanos 12:9) b. La próxima petición está íntimamente relacionada a la anterior: i. “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal” (Mateo 6:13) ii. ¿Qué significa? “No nos dejes caer en tentación” a. Reconocemos nuestra entera dependencia de Dios i. J.I Packer nos dice: “La vida es un campo minado espiritual; por lo tanto, no nos atrevamos a confiar en nosotros mismos” ii. Los cristianos estamos sujetos a tentación: Incredulidad, cinismo, desánimo, ansiedad, lujuria, avaricia, envidia, etc. 1. “Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma” (1 Pedro 2:11) iii. Por nuestra gran debilidad espiritual, somos incapaces de mantenernos alejados de la tentación si Dios no nos está asistiendo: 1. “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” (Juan 15:5) iv. Por lo tanto, es necesario recibir cada día la gracia constante de Dios y la llenura completa de su Espíritu para poder vencer en contra de la tentación, y crecer en santidad. 1. “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.” (Mateo 26:41) b. Reconocemos que Dios es el soberano sobre todo lo que ocurre en nuestra vida i. Reconocemos que Él permite que nuestra fe sea probada a través de pruebas y tentaciones, teniendo como resultado nuestro fortalecimiento espiritual: 1. “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” (Santiago 1:2-4) 2. O sea, la prueba nos hace “perfectos y cabales”. Sin embargo ¡no “buscamos” ser tentados!: a. J.I Packer nos dice: “La tentación y la prueba puede ser nuestra ocupación en este peregrinar, pero solo un tonto haría de esto su preferencia” c. Por lo tanto, oramos para que Dios “no nos meta en tentación”, sino que nos libre de la oportunidad de pecar: III. IV. i. Lugares que no debemos frecuentar (una barra para el exborracho, las tiendas del “mall” para los avaros y lujuriosos, los spas/gimnasios para los ex adúlteros, etc.) ii. Personas con quiénes no debemos relacionarnos más: (1) gente que me tienta a pecar con mi boca con mala palabrería, chismes, etc., (2) gente adúltera que me tienta a serle infiel a mi pareja matrimonial, (3) gente avara que me tienta a desear más de lo que puedo tener, etc. iii. Cosas que me llevan a pecar: (1) comida que nos lleva a la glotonería, (2) la televisión y el Internet que nos quitan el tiempo de servirle a Él, (3) las posesiones que se convierten en los ídolos de nuestro corazón “Mas líbranos del mal” a. Reconocemos que Dios puede intervenir en nuestro momento de debilidad y tentación para guardarnos de caer: i. “Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría…” (Judas 1:24) b. Por lo tanto, si estamos pasando una tentación, debemos orar para que Dios “nos libre del mal”: i. Como amo a Dios y no quiero fallarle, ¡doy este grito para ser rescatado! ii. ¿Cómo nos libra Dios? 1. Dándonos la fuerza para sobrepasar la tentación 2. Removiendo la tentación de nosotros 3. Removiéndonos a nosotros de la tentación Conclusión a. Cristo nos enseña a pedirle a nuestro Padre celestial por la provisión para no fallarle, porque le amamos y queremos guardar sus mandamientos: i. “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” (1 Corintios 10:13) ii. “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.” (1 Juan 4:4) iii. “Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (2 Timoteo 4:18) El Padre Nuestro – Parte IX (domingo 13 junio) I. II. III. Intro a. Hemos estudiando las peticiones nuestras delante de Dios, luego de haber pedido por las peticiones del Reino (Mateo 6:11-13): i. “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” ii. “Y perdónanos nuestras deudas” iii. “No nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal” b. Hoy estudiamos la conclusión del Padre Nuestro (Mateo 6:13) i. “porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.” “Porque tuyo es el reino, el poder, y la gloria” a. Una expresión de imploración y súplica i. Cuando vamos a pedir algo a una autoridad superior, presentamos nuestro caso con argumentos convincentes 1. “¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla. Expondría mi causa delante de él, y llenaría mi boca de argumentos.” (Job 23:4) ii. En el texto, la palabra “Porque” implica que lo siguiente es la razón por la cual Dios nos debe escuchar: 1. Dice: “Escúchame y atiéndeme, porque tuyo es el reino, el poder, y la gloria” 2. Provee los argumentos para pedirle a Dios que nos dé lo que pedimos b. ¿Cuáles son esas razones o argumentos que puedo usar? (ver Isaac Watts en “Guide to Prayer”) i. Nuestra necesidad es grande (somos pobres y destituidos frente a Dios) ii. Las perfecciones de Dios (porque Él es todopoderoso) iii. La relación de Dios con nosotros (Él es nuestro Padre, Hacedor y Rey) iv. Las promesas de Dios (por su pacto con nosotros) v. El nombre y honor de Dios (el testimonio a los incrédulos) vi. Los testimonios de otros vii. La obra de Jesús en mi favor c. Dos ejemplos bíblicos: i. Abraham y el juicio a Sodoma (Génesis 18:23-32) 1. Abrahám apela a la justicia de Dios 2. Lo hace con una actitud humilde, pero persistente ii. Moisés y el juicio al pueblo de Israel por su rebeldía (Exodo 32:1-14) 1. Moisés apela al honor de Dios en los pueblos de la tierra, y a sus promesas/pactos con Abrahám 2. ¡Su oración tuvo efecto! d. Matthew Henry nos dice: “Es nuestra obligación orar con súplicas, llenando nuestras bocas con argumentos no para mover a Dios, pero para afectarnos a nosotros mismos; para alentar nuestra fe y aumentar nuestro fervor.” i. Por lo tanto, oramos con súplica para edificar nuestra fe y confianza en Dios, pues la oración de fe es la única que Dios escucha y contesta e. ¿Qué nos enseña esto? i. Todo lo que pedimos debe ser de interés para Dios; para Su gloria 1. “Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, y tu Reino se beneficiará de lo que estoy pidiendo” 2. O sea, oramos según Su voluntad, y sabemos que Él nos escucha a. “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” (1 Juan 5:14-15) ii. Él tiene todo el poder y la autoridad para contestar “Por todos los siglos, Amén” a. IV. Una expresión de esperanza i. Su reino, poder y gloria son para siempre; oramos en confianza de que estamos del lado correcto de la historia ii. Es nuestra confianza de que seremos escuchados hoy y cada día de nuestras vidas b. Somos los “realistas positivos” en este mundo (vs. la teología de prosperidad) i. Sabemos que hay pruebas, tribulaciones, etc. (enfermedad, muerte, angustia) ii. Sabemos que Cristo ya venció al mundo y nos prometió una victoria final 1. “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33) iii. Este balance nos permite tener una mirada positiva de la vida en medio de lo negativo: 1. Terry Johnson nos dice: “Nuestra mirada del futuro afecta profundamente nuestro presente. La esperanza transforma la desesperación en gozo” a. “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” (2 Corintios 4:16-18) b. “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.” (Romanos 8:18) Conclusión a. Concluimos el Padre nuestro como lo comenzamos: con adoración i. Martin Lloyd Jones nos dice: “Al considerar nuestra necesidad, nuestra dependencia de Él, nuestra relación con Él, no podemos menos que terminar como comenzamos, adorándole” ii. Martin Lloyd Jones nos dice: ”La medida de nuestra espiritualidad es la cantidad de adoración y acción de gracias en nuestras oraciones” b. Si estamos comprometidos con Jesús y hemos rendido nuestra voluntad a él, entonces ésta será nuestra manera de orar y vivir: para la gloria de Dios.