Don Rodrigo Mercado de Zuazola, fundador de la Universidad de Oñate, por A nton io Valverde. REFLEXIONES EN TORNO A UN GR M E PROBLEMA MIGUEL PELAY 0R0ZG0 No es la p rim era vez que la re v ista O arso decide sugerir a sus colaboradores h ab itu a le s un te m a cen tral. E l año p asado se tra ta b a del éxodo heb d o m ad ario de los guipuzcoanos; de e stu d ia r sus posibles causas, im plicaciones, v e n ta ja s o inconvenientes. T em a del m om en to , y en mi opinión m uy in te resa n te . P ero en esta ocasión el a su n to p la n te a d o re su lta , no solam ente de p a lp ita n te a c tu a lid a d — c a ra c te rís tica esencial p a ra la adopción de tales enfoques m o n o g ráficos— , sino a b so lu ta m e n te tra sc e n d e n ta l de cara al fu tu ro de n u e s tra p rovincia. E s ta in iciativ a de los rectores de O arso de p ro p o n er a los escritores guipuzcoanos un im p o rta n te te m a de base, me parece m uy a c e rta d a y pienso q ue deben in sistir en ella p a ra sucesivas ediciones. No se tr a ta ya de com poner u n a publicación lite ra ria m ás o m enos a p a ñ a d a — lo que, de suyo, sería plausible y h a s ta ejem plar, d ad a la infrecuencia con que se producen e n tre nosotros tales em peños— , sino de 78 a fro n ta r con decisión tod os aquellos pro blem as que te n g a p la n te a d o s el país, p a ra v er de irles b u scand o en tre todos alguna solución. E s un poco, el coger co lectiv am en te p o r los cuernos al toro m etafórico. E s un poco, el reco rd arn o s n u e stra resp o n sab ilid ad . Es u n poco, el in teresarn o s, el in c ita rn o s, el com prom eternos. Así, pues, todo hace supo ner que el p resente núm ero de O arso no será un a antología de prim ores y d c fiorituras lite ra rias. P ero puede que c o n stitu y a, en cam bio, una significativa exposición de ideas relacio n adas con un problem a que G uipúzcoa tiene p la n te a d o desde liace m uchos años. De un p roblem a que le in q u ie ta , y le ensom brece y le m ortifica. E sto y aludiendo al p ro blem a de su U n iv ersid ad — o m ejor, al de la ausencia de su U n iv e rsid ad — , que es el esquem a te m átic o p o r el que h a n o p tad o este año los regidores de la re v ista re n te ria n a . Un hecho que nos debe p re o c u p a r e in d u cir a la reflexión a todos los guipuzcoanos es el de la escandalosa d esp ro p o r- ción que se a d v ierte e n tre el esp ectacu lar crecim iento económ ico, in d u stria l y dem ográfico que ha e x p erim en tad o la provincia en lo que va de siglo, y el p a rv o , el casi nulo desarrollo c u ltu ra l reg istrad o en el m ism o lapso. E s un síntom a a la rm a n te. P a ra em pezar, en la época en que nos m ovem os, la carencia de centros u niversitarios co n stitu y e p a ra cu alquier país un peligro gravísim o. U n pueblo que da la espalda a la c u ltu ra y a la ciencia, por m uy alta s que sean las cotas que h a y a alcan zad o en el orden m a teria l, con el tiem p o está ind efectib lem en te llam ado a d ep en d er— técn ica y económicamente— de aquellos que se d edicaron con fe a c u ltiv a r los valores científicos e in telectu ales. L a c u ltu ra y la ciencia preceden siem pre a la técn ica. Se diría que le ab o n an el te rre n o . Que la p rop ician , que la im pu lsan. Claro que con dinero puede im p o rta rse la técnica, com o se im p o rta un p ro d u c to exótico. P ero esto, a p a rte de c o n stitu ir un ideal un ta n to pobre, re su lta ta m b ié n excesivam e n te costoso. A quí no vale el «¡que in v e n te n ellos!» de U n am uno, que p ro v o cara la a ira d a reacción de B aro ja. Claro que tam p o co la frase rep lican te de don Pío, aquella de que la invención, p a ra un pueblo, no era una u tilid a d , sino u n ho n o r, tiene hoy—seis decenios después de e m itid a — dem asiad a e x a c titu d . Los nueve escalofriantes ceros que se colocan a la derecha de una cifra c o n tin u a m e n te ascendente, y que corresponden a los royalties que el E sta d o español ha de p ag a r a n u a lm e n te a los países que dedicaron sus m ejores esfuerzos a la investig ación, revelan que, si bien entonces po día tra ta rs e efectiv am en te de un h onor, el ta l ho no r ha rendid o con los años— y sigue rindiendo a sus u su fru ctu a rio s— los m ás espléndidos dividendos. «N o im p o rta — decía en cierta ocasión O rtega y G asset, d ise rta n d o p recisam en te sobre problem as edu cativ os y u n iv ersitario s— que lleguem os a las m ism as conclusiones y form as que otros países; lo im p o rta n te es que lleguem os a ellas por n u estro propio pie, tra s personal co m b ate con la cuestión s u s ta n tiv a m ism a.» Pues bien, algo de esto es lo que se p ro p u siero n — y consiguieron— hace m ás de doscientos años, aquellos p ro ceres guipuzcoanos que se a u to d e n o m in a ro n «los A m igos del País». Su Sem inario fue un a u té n tic o cen tro de in v e stig a ción. E s ev id ente que P eñaflorida y sus colaboradores, h o m bres todos ellos de élite, supieron co n c ertar sus nobles afanes literarios, artístico s, estéticos y filosóficos, con o tro tip o de aspiraciones científicas de signo m ás prosaico y prag m ático . Que tam b ién de p a n — y fu n d a m e n ta lm e n te de él— h a n de v iv ir los hom bres y los pueblos. Aquellos hidalgos vascos del siglo x v m , ta n opuestos a los an tip á tic o s a u n d ikis flagelados im p lacab lem en te por m i ad m irad o L arra m e n d i en su fam osa Corografía, no se en castillaron en sus ideas ni decidieron que c o n stitu ía n el om bligo del m und o . Al co n trario . Lo que hicieron fue in form arse, asom arse al ex terio r, seguir de cerca to d a s las corrientes científicaf, filosóficas, artístic a s y litera ria s que p riv a b a n a la sazón en E u ro p a , y relacionarse con sus re s pectivos im pulsores. E l fru to de estos co n tacto s con el e x tra n je ro y de sus p ropias in q u ietu d es iniciales, in n o v ad o ras y progresistas, fue el R eal Sem inario de V ergara, em presa am biciosa y erizada de dificu ltad es— que es com o deben serlo siem pre las gran des em presas— y a la que se en treg aro n con en tusiasm o nu estro s adm irables C aballeritos, ejem plares preclaros de las m ejores v irtu d e s de n u estro pueblo. Y así, a principios del año 1772, el Sem inario objeto de sus desvelos se con virtió en u na realidad. H a y que señ alar que en el R eal S em inario de V ergara, adem ás de im p a rtirse la enseñanza de diversas disciplinas, cual cum ple a u n a in stitu ció n de c a rá c ter u n iv ersita rio , se c u ltiv ab a con especial esm ero la investigación. Que es lo que h a n hecho siem pre y siguen haciendo las naciones m ás av a n za d as. P recisam en te uno de sus profesores, F a u sto de E lh u y a r, p asa ría a la h isto ria de la ciencia— y con él, p or su p uesto, el d e c a n ta d o Sem inario vasco en el que r e a lizó sus tra sc e n d en tale s experien cias— , p or h a b e r sido el prim ero que consiguió aislar el tu n g ste n o . E l Sem inario de V ergara no fue, sin em bargo, el p rim er centro u n iv ersita rio que tu v o G uipúzcoa, p u esto que fue precedido cronológicam ente por el de O ñ ate, fu n d ad o hacia 1540 por el obispo M ercado y Zuazola. La tra d ic ió n u n iv e rsita ria de la pro vincia es, pues, bien an tig u a . E l siglo p asado, d esaparecidos y a n u estro s centros de estudios superiores, hubo en G uipúzcoa algún in te n to , desg raciad am en te fru stra d o , encam in ado a re c u p e rar n u e str a m alo g rad a U n iv ersid ad provincial. D ejan d o de lado u n p ro y ecto de U n iv ersid ad v a sc o n a v a rra , que fue im pu lsado , en 1866, po r los d ip u ta d o s de N a v a rra y por la p ro p ia ciu d ad de P am p lo n a (pero en el que se hacía c o n sta r que serían las c u a tro dip u tacio n es vascas, puestas- de acuerd o , las que d e te rm in a ra n la ciu d ad en que aquélla sería dom iciliada), en 1890 se reg istra ta m b ié n u n a p ro p u e sta de u n concejal d o n o stia rra a su C orporación, so licitando la creación de u n a « U niversidad L ite ra ria que te n g a el c a rá c te r de Oficial, concretándose p o r el m om ento a la in stalación de la Sección de D erecho Civil y Canónico». E s desde principios de este siglo cu ando se em pieza a a d v e rtir el despego del guipuzcoano p o r el p ro blem a. D espego que se irá ex ten d ien d o a todos aquellos prob lem as no relacionados d ire c ta m e n te con el fac to r económ ico. Y a no parece im p o rta r dem asiado la ausencia de u n a U n iv ersid ad . Como no im p o rta rá n dem asiado, en ad e la n te , el a te rra d o r genocidio forestal que se viene p erp e tra n d o en la provincia, ni la d ra m á tic a destrucción de n u estro p aisaje, ni la c o n ta m inación de nu estro s ríos y de n u e stra s ciudades, ni... T o d o lo aceptam os con indiferencia, con a p a tía . Parece preferible ocuparse de fú tb o l o b u sc a r algún m otivo p a ra e n tre te n e rn o s en bizantinism os y disyunciones. E n el p rim er Congreso de E stu d io s Vascos, que tu v o lu gar el año 1918 y precisam en te en la an tig u a villa u n iv e rsita ria de O ñ ate, don Luis de E leizalde fu stig ab a y a este desin terés n u e stro — él lo e x ten d ía a todos los vascos— por aspectos vitales p a ra el país, como la in stru c c ió n y la educación. ¡Qué no diría hoy, si v iviera! « H a y que decirlo, p orque es la v e rd a d — ex p re sab a E leizalde— : ese poco interés que los vascos h a n m o strad o p or la educación y la in stru cció n de su pueblo, ese in terés ta n escaso que casi puede calificarse de aban d o n o to ta l, de c u lpable negligencia, es una de las m ayores m an ch as de n u e stra h isto ria , es la p rin cip al concausa de n u e stra decadencia política y social, es la m ás u rg e n te rep aració n que n osotros, los vascos del siglo x x , debem os a n u estro P aís y a n u e stra raza». No es a v e n tu ra d o p en sar que, si el guipuzcoano de nu estro s días hubiese conservado u n ápice del celo, de aquella fina sensibilidad que caracterizó siem pre a sus m ayores y que les llevaba a p reocup arse p ro fu n d a m e n te p o r todos los problem as que a fe c ta b an a la p ro vincia, hace m ucho tiem po que n u e stra U niversidad e sta ría creando prom ociones de profesionales. Sí. Yo ta m b ié n pienso que n u e s tra m ás u rg e n te m isión, como vascos de n u e stro tiem po, es la de a b a n d o n a r de u n a vez p o r todas ese despego culpable que nos está apoltron an d o y d eg rad ando... 79