MARIA LA BRETONA, En. medio de un ameno valle de Bretaña, alzá

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— 146 MARIA
LA BRETONA,
(TRADICION POPULAR.)
E n . medio de u n ameno v a l l e de Bretaña, a l z á base tétrico y a m e n a z a d o r u n c a s t i l l o f e u d a l á p r i n cipios d e l siglo X I V . S u dueño, señor de I03 vastos
d o m i n i o s q u e desde sus altas t o r r e s se d o m i n a b a n ,
habíase hecho aborrecer p o r sus v a s a l l o s , que le
huían en l o posible, y cuando no podían e s q u i v a r l e
pasaban cerca de él aterrados y temerosos, y p r o n u n c i a n d o entre dientes u n a m a l c o n t e n i d a m a l d i ción, m i e n t r a s c o n l a mano se descubrían p a r a sal u d a r l e respetuosamente; q u e no e r a e l t a l o r g u l l o so m a g n a t e capaz de p e r d o n a r n i dejar s i n castigo
l a f a l t a más pequeña de vasallaje ó cortesía.
H o m b r e d e p r a v a d o , s i n fé y s i n creencias, lo
m i s m o se b u r l a b a de las cosas más santas d e l cielo
que de las v i r t u d e s más respetables de l a t i e r r a ;
f a l t o de compasión p a r a los q u e l e e r a n i n f e r i o r e s
y afectando u n desprecio desdeñoso hacia los q u e
l a suerte h i c i e r a superiores á él, e l conde R o g e r de
P o n t m a r i n v i v i a e n c a s t i l l a d o e n su t e r r i b l e fortalez a , desafiando eon sus desafueros l a i r a de D i o s y
de los h o m b r e s .
N a d a habla quedado e n &u corazón de las severas v i r t u d e s de su m a d r e , noble señora, c u y a muerte l l o r a r o n todos los aldeanos, que h i c i e r o n de su recuerdo, santificado p o r e l t i e m p o , u n a especie de
ángel protector de su pequeño v a l l e . L o s consejos
de su p a d r e y sus sabias lecciones sobre e l honor y
los medios que siempre tiene u n señor á su alcance
para hacerse querer de sus vasallos, habían pasado
también s i n v i v i r e n su m e m o r i a más que el eco de
la palabra p a t e r n a l e n sus oídos, y apenas dueño de
sus bienes y d e l poder señorial por l a ' m u e r t e de los
autores de sus dias, lo olvidó todo, y sin más n o r m a
que su placer, s i n o t r a dirección que su c a p r i c h o ,
no consultando más que á su afición a l desorden, n i
escuchando más v o z que l a de su perverso n a t u r a l ,
entregóse s i n freno á l a satisfacción de todos sus v i cios.
N o habia v a l l a que le d e t u v i e r a , n i obstáculo
que fuera bastante á contenerle en su c a m i n o . T o das las consideraciones, d i v i n a s ó h u m a n a s , cedian
ante su v o l u n t a d , e r i g i d a en única l e y , y a b r u m a n do á exacciones á sus vasallos, t u r b a b a con el eco
de los gritos de sus escandalosas saturnales el d o l o r
de las f a m i l i a s , que t a l vez l l o r a b a n en aquel m i s mo i n s t a n t e l a pérdida de u n o de los suyos, s a c r i ficado á los v i c i o s de su señor.
L a consternación de los pobres v i l l a n o s no t e n i a
término; su d o l o r e r a i n m e n s o , é inútilmente e l e v a b a n a l cielo sus manos temblorosas, creyendo h a l l a r en ese i d e a l d i v i n o de todas las religiones e l
bálsamo á sus h e r i d a s , el consuelo á sus dolores y
l a reparación á sus desgracias, que no p o d i a n esper a r de este m u n d o e n que parecen reinar l a p e r v e r sidad y l a i n j u s t i c i a , y en q u e el malo tiene p a r a
o p r i m i r a l bueno u n a fuerza que el destino h a n e gado á este para defenderse de sus ataques.
E l cielo, s i n embargo, permanecía sordo á t a n tas quejas como s i e l cielo mismo q u i s i e r a l l e v a r á
su colmo l a desesperación de aquellos infelices. Y
los suplicios sucedían á los suplicios, los desmanes á
los desmanes, las doncellas l l o r a b a n su honor perdido, las casadas su lecho conyugal profanado, los hombres sus humillaciones s i n cuento, las mujeres sus
ofensas s i n fin, y ei causante de tantas desventuras
permanecia t r a n q u i l o en medio de aquel inmenso
torbellino de quejas, de sollozos y de imprecaciones.
Todo esto lo sabia María, l a joven más hermosa
de l a comarca, y por eso u n d i a en que se hallaba
en las cercanías del castillo, pálida y poseída de funestos presentimientos, se sobresaltaba a l menor r u i do que sentía. E l leve rumor de las hojas secas movidas por el v i e n t o , el monótono m u r m u l l o de las
aguas a l resbalar sobre su lecho de guijarros y hasta
el canto, de cuando en cuando i n t e r r u m p i d o , de las
aves, conmovía todo su ser y agitaba su corazón.
P o r todas partes creia ver e l rostro espantoso de
aquel señor t a n unánimemente odiado, c u y o soio
recuerdo l a hacia extremecer profundamente, y c u y a
imagen se mezclaba y se confundía por l a noche en
las conversaciones del hogar oon l a imagen del demomo que parecía haberse encarnado en él. Se l a
figuraba oír les pasos de los hombres de armas que
compartían con su jefe tan t r i s t e celebridad, y a
cuya aproximación se interrumpía l a fiesta, se h e l a ba l a sonrisa en los labios, y e l brazo dispuesto para
l l e v a r el vaso á l a boca caia como abandonado sobre l a mesa.
P o r u n a estraña ilusión creia tener y a , ante sus
grandes ojos, azules como el cielo, y melancólicos
como los sueños de su a l m a , aquella figura a b o t a r -
gada, aquella m i r a d a m u e r t a y s i n b r i l l o , a q u e l l a
fisonomía embrutecida por e l v i n o y por los placeres, y que, no obstante, hacia temblar á todo el
m u n d o . . . U n a vez, l a pareció que sus temores i b a n
á realizarse, creyó oir distintamente á sus espaldas
ruido de pasos cautelosos, u n a respiración c o m p r i m i d a . . . Se volvió... y dejando escapar u n ¡ay! desgarrador, cayó desvanecida sobre e l césped. Roger
de P o n t m a r i n estaba tras e l l a , sonriendo con irónica sonrisa; y antes de que l a joven hubiera podido
darse cuenta de lo que pasaba por e l l a , l a cogió por
el esbelto t a l l e , l a levantó en sus nervudos brazos,
y entregándosela á u n page que le acompañaba, y
haciéndole seña de que le siguiera, se dirigió á su
infame madriguera, s i n cuidarse de los gemidos de
María, que inútilmente t r a t a b a de desasirse de los
brazos que brutalmente l a esbrechaban.
L a voz de l a pobre niña se perdía en l a pradera
sin que nadie osara responder á sus gemidos. U n o s
aldeanos, que habían presenciado, e l rapbo desde lejos, luego que l e v i e r o n consumado, echaron á correr en dirección opuesta haciendo l a cruz y mirando
al cielo como para tomarle por testigo de aquel nuevo c r i m e n . ¿Qué más podían hacer? E l conde era poderoso, y á oponerse a su v o l u n t a d , bien pronto sus
cuerpos de villanos hubieran ondulado á impulsos
del v i e n t o pendientes de u n a r a m a ó de u n a almen a , en e l bosque ó en e l castillo. Después de todo,
¿qué significaba u n a víctima más? ¡Cuántas doncellas no habían sufrido iguales atropellos para m o r i r
a l otro d i a de vergüenza a l verse de nuevo en su
casa y entre sus amigos!
II
E n la tarde de aquel mismo dia tan funesto para
la joven, hallábase ésta en una de las salas más espaciosas del castillo, abismada en l a aflicción más
profunda, y entregada á insensatos pensamientos.
Sus súplicas habian sido vanas, é inútiles sus l a mentos. E l señor que veia segura una nueva víctima, no habia de retroceder ante u n impulso de p i e dad que era incapaz de conocer, y mucho menos de
sentir. L a hermosura de l a pobre niña, su i n o c e n cia, su juventud, que eran las únicas armas que podía emplear en l a lucha, se volvían contra ella,
brindando a l ' libertino las delicias de u n nuevo
triunfo. P o r eso se habia burlado de las palabras de
María, más hermosa en medio de su dolor, y , despidiéndose para dar algunas órdenes, habíala dejado para que reconociese mejor su situación, y se
aviniera, en vista de ella, con su suerte.
María.no lloraba y a . E l exceso de dolor habia
secado l a fuente de sus lágrimas. Pálida y temblando á impulsos de l a fiebre veia próximo su fin, y
por u n esfuerzo de imaginación hacia pasar por última vez ante sus ojos el reducido panorama de su
existencia. Veíase risueña, feliz, viviendo con esa
vida sosegada de las aldeas rodeada del amor de los
suyos y en medio de las delicias del hogar; vida que
se desliza plácida y sin cuidados entre los cantos de
las aves y los aromas de las flores, entre armonías y
¡perfumes, turbada apenas por sueños qué revístenlos
colores todos del iris, bajo un cielo aterciopelado.
Y de pronto llegaba á sus oidos una nota seca y dis-
eordante, corno e l sonido seco y estridente de la
cuerda de u n arco que se rompe; manchaba una nube
el inmenso c r i s t a l azul suspendido sobre su cabeza
y á los t r i n o s de los pájaros sucedían suspiros y sollozos. Desaparecía l a l u z , se alzaban las tinieblas y
el hogar'antes t a n t r a n q u i l o aparecía ahora desierto.
Todo esto pasaba ante los ojos de María con r a pidez v e r t i g i n o s a y como arrastrado en u n r e v u e l t o
torbellino. Cuanto más lejos se veia de aquel cuadro
piúmero de su v i d a , más le amaba; h u b i e r a deseado
más y más hacer retrogradar a l tiempo y detener
su marcha; quería v o l v e r á aquel hermoso paraíso
de que l a m a l d a d de u n hombre l a p r i v a r a para
siempre... P e r o a l verse t a n cerca de l a deshonra
prefería m o r i r á volver con sus compañeras. M u c h o
tiempo duró este extraño estado. Cuando los pasos
de su señor que entraba cerrando tras sí l a p u e r t a ,
l a volvieron á l a realidad, y a habia tomado su determinación.
—¿Estás dispuesta á dejarte querer?—decia e l
conde v i n i e n d o hacia ella.—¿Has reflexionado b i e n ,
tontuela, que es mejor estar conmigo que c o n t r a mí?
— T o d o l o he pensado, señor; y sólo tengo que
pediros u n a g r a c i a : que, antes de ceder á vuestros
deseos, me dejéis rezar u n instante e n el oratorio
del castillo. D i c e n que h a y en e l u n a virgen m u y
hermosa, y quiero, por última vez, i n c l i n a r m e , t o davía p u r a , ante e l l a , para hacer mis oraciones.
— N o comprendo tus escrúpulos, pero no quiero
que me creas exigente. B i e n merece tu belleza un
sacrificio por m i parte, V o y á hacer que te lleven
a l orafcoiio de m i madre, cerrado desde el dia de su
muerte. Vete y vuelve enseguida, y no olvides,
por Dios, al hombre que te adora y que te espera.—
Cuando volvió la joven, cumplido su deseo, la
tranqui'idad habia sucedido en ella á l a violenta
agitación de que antes se encontraba poseida. ¿Qué'
habia pasado en aquel tierno coloquio que acababa
de tener con l a expresión más santa, con l a creación más pura de sus ideas religiosas? Nadie lo sabe;
pero su mirada brillaba con un fuego extraño, que
hizo bajar al conde los ojos, cuando los fijó codiciosos en aquel semblante t a n tranquilo.
Levantóse, sin embargo, abriendo los brazos
para recibirla, y la joven hizo u n ademan para precipitarse en ellos; pero enseguida, y rápida como el
pensamiento, se hizo atrás, dando un salto prodigioso y mjrando con expresión de desafío á su verdugo
que no pudo contener u n grito de terror. E n las
manos de María brillaba, dejando escapar vivos f u l gores, l a daga que el magnate llevaba á l a cintura y
que ella le habia arrebatado a l sentirse sujeta entre
sus brazos.
—Señor,—dijo entonces la animosa joven,—mandad que se me abran las puertas del castillo para
volver libre á m i casa, y el cielo os bendecirá. Délo
contrario, os juro por l a salvación de m i alma, que
si dais un paso h a c i a mí me veis caer muerta á vuestros pies.
:—¡Tontería!...—dijo el conde reponiéndose de su
primer momento de estupor.—Yo te probaré...-—
Y se adelantó hacia ella. Pero apenas extendió
de nuevo )m brazos para asirla, l a joven blandió el
puñal c o n fuerte m a n o , l o h i z o b r i l l a r u n i n s t a n t e
sobre s u cabeza, y luego se le hundió hasta el p o m o
en e l corazón, antes de q u e e l conde p u d i e r a i m p e d i r l o . E l cuerpo vaciló u n m o m e n t o , y cayó enseg u i d a e n u n m a r de sangre.
III
A l d i a siguiente, dos aldeanos e n c o n t r a r o n en
m i t a d del campo e l cadáver de l a pobre víctima d e
su h o n o r , abandonado allí durante l a noche p o r los
servidores del c a s t i l l o . C e r c a de él y como v e l a n d o
por su seguridad, u n a pequeña p a l o m a , blanca como
l a n i e v e que e n i n v i e r n o corona l a cresta de las
montañas, v o l a b a incesantemente, dejando o i r de
cuando en cuando, a r r u l l o s lastimeros.
Recogido por los aldeanos e l cuerpo de l a niña,
y llevado á l a aldea, fué enterrado aquella m i s m a
t a r d e , acompañándole a l cementerio todo el pueblo
que h a l l a b a n u e v a ocasión p a r a maldecir a l conde,
á q u i e n n a d i e vio a q u e l d i a p o r los contornos.
M i e n t r a s estuvo i n s e p u l t o el cadáver, n i u n momento se separó de él l a pequeña p a l o m a b l a n c a que
se resistía á todos los que t r a t a b a n de apoderarsede e l l a ; pero u n a vez en l a s e p u l t u r a , y m i e n t r a s
el pueblo en masa le acompañaba con sus oraciones
y l a c a m p a n a e n t o n a b a s u son más t r i s t e , el i n t e l i gente a n i m a l abrió sus alas y se elevó hasta el cielo
desapareciendo bien pronto de l a v i s t a de los atónitos c i r c u n s t a n t e s .
Según opinión de todos los campesinos, que se
l a t r a s m i t i e r o n á sus.hijo*, y éstos á los suyos, y
así h a llegado hasta nosot O Í , aquella p a l o m a , p u r a
— 15 i
—
como el armiño, era ei alma de María que no habia
querido abandonar su cuerpo hasta ver cumplidos
en él los últimos deberes religiosos.
EUGENIO D E O L A V A R R Í A Y H U A R T E .
Fíate en las piernas, y corre.
A N T E E L M O N U M E N T O D E L DOS D E M A Y O .
Noche de luto y de horror
cubre la tierra, y el cielo
oculta en su negro velo
de los astros el fulgor:
tras un d i a de furor,
de i n j u r i a , de asombro y muerte,
en que siniestra l a suerte
rindió en formidable l i d
a l buen pueblo de M a d r i d
por u n a infame falsía,
viene u n a noche sombría,
fiera, horrible y pavorosa,
de l a que eterno rebosa,
pidiendo sangre y venganza,
un gemido que se lanza
sacrosanto, de u n a fosa.
¡Sangre y venganza! A u n no bien
España vengó letal
con l a deshonra i m p e r i a l
el crimen torpe en B a i l e n ;
en vano firme sostén
de l a p a t r i a , Zaragoza,
el noble lauro que goza
a l invencible arrancó;
su sangre en vano bebió
el campo de T a l a v e r a ;
en vanó, á l a heroica esfera
se alzó l a s i n par G e r o n a ;
en vano España blasona
su claro t i m b r e d i v i n o
rompiendo d e l asesino
l a a l t i v a férrea corona.
E n vano quien l a cadena
del u n i v e r s a l imperio
soñó en el negro misterio
de l a ambición, de su pena
l a hiél bebió en S a n t a E l e n a ;
en vano, sí, siempre en vano,
su fiero aliento i n h u m a n o
la j u s t i c i a eterna heló;
en vano la aniquiló
incontrastable, pujante,
poniendo a i mundo delante
una grandeza apagada
en el no s o r , en l a nada,
en el polvo de u n gigante.
E n vano, sí; á Dios pluguiera
que de l a tumba se alzara
su polvo y cuerpo t o m a r a
y á su grandeza v o l v i e r a ;
que nuestra t i e r r a embistiera
u n a vez, y ciento, y ciento,
porque de su bravo aliento,
.satisfaciendo el furor,
su venganza y su dolor
pudiera a l t i v a saciar
y a l mundo entero mostrar,
yendo de hazaña en hazaña,
con su a l t i v a gente España,
que defiende su derecho,
sangre noble en cada pecho
y acero en cada montaña.
S i e l doliente canto mió
desde e l cielo en que vivís
nobles mártires, oís,
aceptadle amante y pió.
E n vano el o l v i d o frió
que el tiempo engendrando v a
corre, corre más allá
hasta perderse en l a nada:
de l a tremenda j o r n a d a
en que caísteis, c r u e l ,
a u n bebe l a amarga hiél
l a p a t r i a , y n u n c a en desmayo
se apagará el santo r a y o
que á vuestras sombras d a v i d a :
no, n u n c a , n u n c a os o l v i d a
el pueblo del Dos de M a y o .
M A N U E L FERNANDEZ Y GONZÁLEZ.
U n a j e r i n g a e l Estado
embarga á u n deudor moroso
y 3'o digo:—¡Siempre es u n a
ayuda p a r a e l Tesoro! —
U n colega a n u n c i a unos palillos higiénicos para
los dientes, á dos reales el paquetito:
— N o son caros,-—exclama u n gastrónomo.-—Sobre todo, s i l a higiene consiste en que a l mismo
tiempo de l i m p i a r l a d e n t a d u r a , v a n soltando m a gras de jamón.
Un gitano al v e r la estampa
del caballo y sus andares,
e n t u s i a s m a d o exclamó:
—¡Valiente p a r de a n i m a l e s !
Esencia ele Sabatini:—se recomienda la clase:
el que quiera conocerla—puede aspirarla de balde.
.... _
ibu
E n u n a escuela:
— N i ñ o , ¿cuántos son los puntos cardinales?
— C u a t r o , á saber; N o r t e , S u r , Este y A q u e l .
L o s americanos h a n inventado e l lenguaje del
paraguas.
XJn paraguas abierto sobro l a cabeza de u n a m u jer, de t a l modo que ella esté completamente á c u bierto del aguacero y e l hombre que lo lleva se
v a y a mojando, significa:
— L a amo, sí; pero aun no es m i a .
Cuando e l hombre v a b i e n resguardado por e l
paraguas y l a mujer se moja, aquello quiere decir:
— ¡ N o es más que m i mujer!
L l e v a r u n paraguas de algodón en vez de u n
paraguas de seda, significa:
— ¡ M e lo han cambiado!
L l e v a r e l paraguas horizontalmente bajo el bra*
zo, i n d i c a que la persona que v a detrás perderá u n
ojo.
P r e s t a r u n paraguas, es como decir á voz en
grito:
—¡Estoy loco!
L l e v a r l o abierto precisamente á l a a l t u r a de los
ojos de los hombres y tirarles el sombrero, equivale
á declarar que l a persona que l l e v a el paraguas es
u n a mujer.
Colocar el paraguas mezclado con otros eu u n a
antesala, anuncia que esta prenda favorita de L u i s
F e l i p e y de M r . T h i e r s cambiará pronto de p r o p i e tario.
161
Él: ¿Me quieres?—Ella: M u e h o . - ¿ Y tú á mñ—El: C o n d e l i r i o .
Los papas: Tragó e l a n z u e l o . — M o z o : ¡Valiente pnmu!
P R O F E C Í A D E L T A J O (1).
Folgaba el rey Rodrigo
con l a hermosa Caba en l a ribera
del Tajo s i n testigo:
el pecho sacó fuera
el rio y le habló de esta manera:
" E n m a l punto te goces,
injusto forzador, que y a e l sonido
oigo y a , y las voces,
las armas y el bramido
de M a r t e , de furor y ardor teñido.
¡ A y , esa t u alegría
que llantos acarrea! y esa hermosa
que v i o ei sol en m a l d i a ,
á España jay! cuan llorosa,
y e l cetro de los godos cuan costosa!
L l a m a s , dolores, guerras,
muertes, asolamientos, fieros males
entre tus brazos cierras
trabajos inmortales
• á tí, y á tus vasallos naturales.
A los que en C o n s t a n t i n a
rompen el fe'rtil suelo, á los que baña
el E b r o , á l a vecina
Sansueña, ó L u s i t a n i a ,
á toda l a espaciosa y triste España.
(1) A l publicar la magnífica oda de fray L u i s do León,
es con el objeto de que nuestros lectores conozcan la graciosísima parodia del inolvidable poeta D . José Iglesias de la
Casa, titulada El Borradlo,
— 163 —
E L
B O R R A C H O .
F o l g a b a u n b u e n mendigo
con u n a boba h u r t a d a e n l a r i b e r a
del Tormes s i n testigo:
el r i o sacó fuera
s u gaznate, diciendo c o n v o z fiera:
" D e malos tragos goces,
i n j u s t o bebedor: que s i n s e n t i d o
a l agua t i r a s coces,
y c o n lo que has verbido
de vergüenza y de z u p i a estás teñido.
T a n sedienta porfía
tendrá s u acabo, y esa boba h e r m o s a ,
que no verás v a c i a ,
para tí c u a n llorosa
será, y á tus costillas c u a n costosa!
B o r r a c h e z , i r a s , guerras,
m a n t a y v a p u l a m i e n t o , fieros males,
e n t r e tus brazos cierras
c o n tus tragos mortales
á tí, y a estas tus posas n a t u r a l e s .
TJna fuerte t o l l i n a
á t u espalda vendrá, y á lo que baña
la región c o n v e c i n a
con h u m e d a d estraña
en aquella espaciosa y g r a n campaña.
Y a desde Cádiz l l a m a
e l i n j u r i a d o conde, á l a venganzaatento, y no á l a fama,
l a bárbara p u j a n z a ,
en q u i e n p a r a t u daño no h a y t a r d a n z a .
O y e que e l cielo t o c a
con tenebroso son l a t r o m p a fiera,
que e n A f r i c a convoca
e l m o r o á l a bandera;
que a l aire desplegada v a l i g e r a .
L a lanza y a blandea
e l árabe c r u e l , y hiere a l v i e n t o ,
l l a m a n d o á l a pelea
i n n u m e r a b l e cuento
de escuadras juntas veo en u n m o m e n t o .
C u b r e l a g e n t e e l suelo:
debajo de la3 velas desparece
l a m a r ; l a v o z a l cielo
confusa y v a r i a crece;
e l p o l v o roba e l d i a y le oscurece.
¡ A y , que y a presurosos
s u b e n laa largas n a v e s ! ¡ay, que tienden
los brazos vigorosos
á los remes, y encienden
las mares espumosas p o r do hienden!
E l E o l o derecho
h i n c h e l a v e l a en popa, y l a r g a e n t r a d a
p o r e l hercúleo estrecho,
c o n l a p u n t a acerada
el gran padre N e p t u n o d a á l a a r m a d a .
Q u e y a l a tabernera,
de q u i e n l a bota h a sido, á l a v e n g a n z a
l l a m a u n a t u r b a fiera
de pillos s i n c r i a n z a ,
en q u i e n p a r a pescarte no ha}? t a r d a n z a .
O y e que u n cuerno toca
con temeroso son c u a l t r o m p a fiera,
con que á l a l i d convoca
l a t r o m p a v i l y fiera,
que á buscarte y t u n d i r t e v a l i g e r a .
M i r a cómo vocea
l a tabernera i n f i e l , y hiere el v i e n t o ,
cómo bufa y patea:
i n n u m e r a b l e cuento
de pillos j u u t o s m i r o e n u n m o m e n t o .
C u b r e l a chusma e l suelo:
l a piedad á sus pies desaparece:
l a gritería a l cielo
confusa y v a r i a crece,
y como cuba cada c u a l se mece.
¡ A y , que y a presurosos
t i e n d e n las largas zancas! ¡ay, que estienden
látigos vigorosos
á los aires, que encienden
los vigorosos brazos c o n que hienden!
U n p i l l o contrahecho
t u bota tiene y a medio atiabada;
p a r a tí v a derecho,
y con l a mano alzada
á los otros mostró l a bota h u r t a d a .
¡ A y , t r i s t e ! ¿y aún te tiene
el m a l dulce regazo? ¿ni llamado
a l m a l que sobreviene
no acorres? ¿Ocupado
no ves y a el puerto á HeVcules sagrado?
A c u d e , acorre, v u e l a ,
traspasa e l a l t a sierra, ocupa el l l a n o ,
no perdones l a espuela,
no des paz á l a mano;
menea f u l m i n a n d o el h i e r r o i n s a n o .
¡ A y , cuánto de fatiga!
¡ A y , cuánto de dolor está presente
a l que v i s t e l o r i g a ,
al infante valiente,
á hombres y caballos juntamente!
Y tú, Bétis, d i v i n o ,
D e sangre agena, y t u y a a m a n c i l l a d o ,
darás a l m a r vecino
¡cuánto y e l m o quebrado!
¡cuánto cuerpo de nobles destrozado!
E l furibundo M a r t e
cinco luces las haces desordena
i g u a l á cada p a r t e :
L a sexta, ¡ay! t e condena
oh cara p a t r i a , á bárbara cadena.
FRAY LUIS DE LEÓN.
¡ A y , pobreí ¿y te entretiene
el garbo de esa bota? ¿ni llamado
a l m a l que sobreviene
no acudes? ¿Circundado
no t e ves de ese ejército malvado?
A p r i s a bebe, cuela
y pasa ese l i c o r a l v i e n t r e v a n o :
bebe s i n que te d u e l a :
no des paz á l a m a n o ,
y u n trago en o t r o trago esconde ufano.
¡ A y , cuánto te f a t i g a
l a saña de esos p i l l o s i n m i n e n t e
causará á t u b a r r i g a ,
a l opuesto occidente,'
á cabezas, y espaldas j u n t a m e n t e !
Y tú, B a c o , d i v i n o ,
en t u sangre purpúrea enalmagrado,
darás por e l c a m i n o :
¡cuánto j a r r o quebrado!
¡cuánto cuerpo de zorros derrocado!
E l v i n o en toda parte
todos cinco sentidos desordena;
no vale i n g e n i o , y arte,
y todo l o condeua
de u n letargo á l a estúpida cadena.
JOSÉ IGLESIAS DE L A CASA,
— 168
-
EN SANTA CRUZ.
Dos abuelos que á su casa
se retiran muy contentos
al pensar en la sorpresa
que van á dar á sus nietos.
EN L A PLAZA
MAYOR.
¡Cascajo! Regalo indispensable que todos
años hacen las abuelas á sus nietos.
— no —
MI S U E G R A .
T e n g o l a suerte más n e g r a
que puede u n hombre tener;
pues a l cargar c o n m u j e r ,
he dado con u n a suegra,
que es lo que tiene q u e v e r .
N o m e deja u n p u n t o en paz,
y a g u a n t a r l a más no puedo;
regañona, len gu a r a z . . .
y luego es m u j e r capaz
de pegarle u n susto a l m i e d o .
M e t r a t a con a r r o g a n c i a
y es d i s g u s t a r m e su afán:
no en v a n o desde l a infancia
he mostrado r e p u g n a n c i a
h a s t a á las suegras d e l p a n .
E n todo meterse i n t e n t a ;
p o r n a d a y a puso u n p l e i t o ;
y t a n t o á m i c a l m a atenta
q u e h a s t a me ajusta l a c u e n t a
de las veces que m e afeito.
A l o mejor, m i f u r o r
e s t a l l a , y le pego u n p a l o . . .
¡qué genio t i e n e , Señor!
S i le d a n l a razón, m a l o ;
si no se l a d a n , peor.
Y o tengo p o r cosa c i e r t a
que s i a l d a r m e u n sofocón
m e acaloro en l a r e y e r t a ,
6 salgo y o por l a p u e r t a ,
ó sale por e l balcón.
N o quiero más desayuno
sazonado con s u tretas
y su charlar i m p o r t u n o ;
si quiere comprarla alguno
se l a doy por dos pesetas.
M i esposa, aunqua no l e cuadre,
la tiene que obedecer,
y s i me quiere ofender
responde con «Es m i madre;
" y a ves, ¿qué le hemos de hacer?n
Y o espero que enferme un d i a ,
á ver si acaba l a l i d ;
mas nada, no se las lía:
¡Señor, tanta pulmonía
como corre por M a d r i d !
CALISTO NAVARRO.
U n o de los curiosos que se acercaron á u n grup.
en que funcionaba un saca-muelas, recibió u n a cd
en l a mandíbula, perdiendo algunas muelas.
E l pobre hombre daba gritos, pero el charlata
le decia para consolarle:
— N o se aflija V d . ; las muelas que sacamos u
caballo y y o , no se cobran.
Por algo ha de comenzar
la carrera militar.
— na —
L a verdadera felicidad, según dicen los poetas.
—m AYER
Y HOY.
I
S o b r e u n a t u m b a te v i ;
y y°s q
^
pensé
q u e e l d o l o r v i v i e r a allí
donde está m u e r t a l a fe,
a i v e r t e l l o r a r , reí.
1 1 0
u
n
c
a
D a b a á t u faz a l t e r a d a ,
s o m b r a e l l l a n t o , el cielo l u z ;
y e n t u hermosa frente h e l a d a ,
cual negra imagen grabada,
v i l a s o m b r a de u n a c r u z .
A l contemplar m i contento
en t a n lúgubre m o m e n t o ,
diste t r e g u a á t u d o l o r :
¿es t a n m e z q u i n a , L e o n o r ,
la fuerza del sentimiento!
Cesó de p r o n t o t u d u e l o ;
t e alzaste a l t i v a d e l suelo,
y murmuraste al partir...
(Solo m i a l m a p u d o o i r
lo q u e tú digiste a l cielo.)
¡Quiero g o z a r y v i v i r !
V i v i e n d o , podré l u c h a r ,
y luchando, conseguir!
¡Solo es d i g n o de s u b i r ,
q u i e n sube s i n v a c i l a r !
— 1 j'O —
A l contemplar tus antojoá,
póstreme, Leonor, de hinojos
en l a losa funeraria,
y murmuré una plegaria
con lágrimas en los ojos.
II
H o y e l mundo, sin querer,
el poder de t u belleza
aclama, s i n comprender
que, en cambio de ese poder,
diste a l mundo t u pureza.
T u faz, en l a que el dolor
posara su mano ardiente,
hoy tiene adorno mejor;
que generoso el amor
ciñe de flores t u frente.
Mas aunque e l cielo engatan
t u v i d a , nunca te veo
de tanto placer ufana....
S i es breve l a dicha humana,
¿por qué es eterno el deseo?
A m a d a y envilecida,
nunca refrenas t u vuelo
n i das descanso á t u v i d a .
jTriste será t u caida,
porque caerás desde el cieh !
jQuieres gozar y v i v i r !
V i v e en buen h o r a . A m i ver
no llegaste á presumir,
que si es difícil subir,
es m u y fácil descender.
Cuántas veces pienso al verte
feliz y ansiosa en mis brazos:
-—"¡Leonor, si otro amor más fuerte
trocara estos tiernos lazos
en los lazos déla muerte!»
III
Y tu suerte al presentir,
yo, que no puedo olvidar,
voy, cansado de sufrir,
al cementerio á reír,
á tus brazos á llorar.
A L F R E D O D E L A ESCOSUKA.
Decía un marinero que habia navegado por el
Norte:
—Figúrese V d . que allí no hay líquidos, y se
toma en terrón el aguardiente. Los hombres se visten de osos y se hiela la voz en la garganta.
—¿Y cómo pasó V d . el invierno?
—Dentro de una hoguera: allí no quema la l u m bre.
E n un examen de historia natural.
El profesor.—¿Cuál es el pájaro que tiene la lengua carnosa?
El discípulo.—(Mirando ^ un compañero suyo
que se pone el dedo delante de la nariz para i n d i carle el loro;)
-—¡El elefante!
Una anécdota referente á Eusebio Blasco.
Este ingenioso autor dramático encargó una vez
á su zapatero un par de botas con gran premura.
Guando Blasco creyó que el trabajo de obra prima podia estar concluido, envió á su criado por las
botas.
¡Estupefacción del zapatero!
—Dígale usted á don Eusebio—dijo—que si se ha
figurado que hacer un par de botas es tan fácil como escribir una comedia.
Exclamación de un cesante:
— E s tan reducido el cuarto en que vivo, que
cuando quiero bostezar tengo que salirme al pasillo.
—¿Por qué mira usted á esa señorita?—preguntaba un joven acalorado á un señor de edad madura.
—¿A cuál?—interrogó el caballero.
— A esa del sombrero blanco y del traje azul.
—Está usted en un error,—respondió muy sereno el caballero;—yo miro á la otra, á la mayor.
—Comprendo—exclamó el joven, viendo que el
caballero era vizco;—dispense usted que le haya
molestado; pero tiene usted una manera de mirar
tan traidora...
— M i r o como puedo, caballero: ¿ó cree usted que
yo soy vizco por lujo?
Nadie como los murguistas—para sufrir coa paciencia—las
inclemencias del cielo—y el genio de las por.eras,
El, ( a p a r t e ) . — S i m e v i e r a ía m a r q u e s a . . .
Ellas, (ídem).—Si. nos v i e r a n n u e s t r o s c h u l o s . .
El lacayo—Si
m e v i e r a y o á solas c o n e s t a s . . .
— 180 ~*
EL
CANGREJO
SASTRE.
FÁBULA.
E a u n remoto pueblo
de n o sé qué n i c i o n ,
el arte y ejercicio,
y a u n l a casta de sastre, se acabó.
A g u j a s y tijeras
q u e d a r o n , B Í señor;
quien u n remiendo echara,
q u i e n cortase vestidos, eso n o .
I b a el alcalde m i s m o ,
que e r a v e r l e u n d o l o r ,
d e l c u e l l o á los faldones
roto y aspillerado e l levitón.
L l e v a b a hecha u n a c r i b a
l a esposa d e l d o c t o r
el manto que velaba
su moño de figura de aldabón.
Sus dos modestas hijas,
dos ángeles las dos,
desgari a d u l a s ambas
luciéronse con t a n t o desgarrón.
Sastre l a tabernera,
sastre el p r o c u r a d o r ,
sastre l a v i l l a t o d a
pide a i Concejo p o r a m o r de D i o s
Sastre buscando s a l e n
M o d r e g o y el Pelón
u n a mañana h e r m o s a
d e l mes florido a l asomar e l s o L
O r i l l a s de u n a r r o y o ,
cercado de v e r d o r ,
u n a n i m a l bullía
q u e e l s a c r i l e g o p a r absorto v i o .
E r a u n cangrejo, b i c h o
r a r o e n l a t a l región,
M o d r e g o v s u consocio
á un t i e m p o e x c l a m a n con alegre v o z :
" S a s t r e s i n d a d a es éste,
largo trabajador:
agujas y tijeras
l l e v a , p a r a i n d i c a r s u profesión, u
L e cogen, y h a l a ! E l p u e b l o
se a g o l p a e n derredor.
"Sastre y barato! (gritan):
n i p a l a b r a de sueldo nos habló, n
S o b r e u n a mesa p o n e n
u n paño de c o l o r ,
a l sastre m u d o e n c i m a ,
y dícenle: " M a e s t r o , ¡un p a l e t o ! u
Siguiéndole a l cangrejo
su v a g a dirección,
u n bárbaro e n l a t e l a
p e g a n d o fué t i j e r e t a d a a t r o z .
Registran lo cortado...
— Q u é r a b i a ! qué f u r o r !
N a d a q u e s i r v a sale.
" M u e r a e l sastre! M a t e m o s a l bribón! n
Alguno replicaba:
" N o m b r e s u defensor.
—Señores, no olvidemos
que él h a s t a aquí no d i j o : S a s t r e s o y .
— P e r e z c a ! repetía
toda l a población.»
V a n y bíranle a l r i o ,
y prorumpen ufanos: " Y a se ahogó! u
Ahógase de veras,
ó a l menos de rubor,
algún buen ciudadano,
puesto por fuerza donde no pensó.
Que todos lo hagan todo
es capricho español.
Y ¿sirve p a r a nada
metido á sacristán el herrador?
J.
EÜOENIO H A R T Z E N B U S C H ,
•—¿Quién es usted?—preguntaba el alcalde de u n
pueblo á u n borracho, á quien dos guardias conducían á l a prevención.
—Señor,—contestaba haciendo eses e l borracho.
— Y o soy u n tal D o m i n g o . . .
C o n m o t i v o de un fausto acontecimiento, el M i nisterio de Estado hizo una gran propuesta de grandes cruces. E n t r e los agraciados figuraba un D . F u lano de T a l , que habia fallecido dias antes.
Y decia uno a l saberlo:
— E s o no me estraña. N a d a más cristiano n i más
piadoso que poner una gran cruz sobre u n a sepub
tura.
U n i c a m a n e r a d e p a ? a r e l r a t o de l o s q u e ve
anean entre P i n t o y V a l d e m o r o .
H U n c i r u j a n o - d e n t i s t a llamó charlatán á u n sacaduelas.
— ¿ Y usted, que' h i z o ? - — p r e g u n t a r o n a l i n s u l t a d o .
1 —¿Yo? ¿Qué h a b i i d a hacer? Atr<apellarlo. P o r
r l g o s o y d e n t i s t a de á c a b a l l o .
A C...
E n el carmin defcuserena frente,
y en la celeste luz de tu mirada,
vi la pureza de tu amor, sentida
por el amor inmenso de mi alma.
Y desde entonces mi camino alumbra
la hermosa luz de una ilusión, y sigo
su eterna huella, y su divino rayo
me muestra un cielo en cada ser que miro.
Sí; que el amor de una mujer querida,
como la aurora que encendió la esfera,
á cuanto encuentra, generoso baña
en la espléndida lumbre que destella.
Y o te adoré con el ardor de un niño
que en insaciable aspiración, volaba
tras un bien ilusorio, y ese anhelo
unió con DÍ03 á mi alma enamorada.
Y al recibir de tí la misteriosa
pureza del amor que te enagena,
abrí mi pecho á la virtud, sintiendo
la triste pequenez de mi grandeza.
Así la flor, tras una noche oscura,
abre su cáliz á la luz, y dobla
su débil tallo, y ruborosa admira
la magostad del cielo y de la aurora,
A l eco de t u voz, a l m o rocío
¡que perfumó l a flor de m i esperanza,
trocóse e n c a r i d a d m i i n d i f e r e n c i a ,
y m i d u d a f a t a l trocóse en lágrimas.
T a l c u a n d o nace e l d i a se c o n v i e r t e n ,
de u n sol de fuego a l r a y o f u g i t i v o ,
en c l a r i d a d las sombras de l a noche,
y las nubes en gotas de rocío.
4
A t u a l m a p u r a , se mostró l a m i a
como se m u e s t r a á D i o s , serena y franca:
¡nuestro será el placer, h a s t a que acabe
l a m i s t e r i o s a unión de nuestras a l m a s ! ,
ALFREDO
B E L A ESCOSURA.
U n niño p e n e t r a e n u n a sala de noche y s i n l u z .
D e p r o n t o e x h a l a u n g r i t o doloroso.
—¿Qué es e s o ? — p r e g u n t a c o n ansiedad l a m a d r e
!Iél bebé.
—¿Qué h a de ser?—responde éste g i m o t e a n d o ; —
jiue como está oscuro me he mordido l a l e n g u a .
U n c a p u c h i n o , que estaba predicando, decia á s u
AUDITORIO:
< " L a s cosas menos i m p o r t a n t e s son las que generalmente l l a m a n más l a atención de l a h u m a n i d a d .
• Por ejemplo; admiráis el s o l , y apenas hacéis caso
le l a l u n a ; s i n embargo, l a l u n a os a l u m b r a p o r l a
noche, mientras que el sol sólo os a l u m b r a d u r a n t e
el d i a , que es cuando menos f a l t a hace.n
—
186 —
LOS S O M B R E R O S .
De sombrero no ha cambiado
desde que ha sido exclaustrado.
A voces dice el sombrero
ser su dueño zapatero.
LOS SOMBREROS.
E l s o m b r e r o así, a t e s t i g u a
estar chapado á l a a n t i g u a .
V a a n u n c i a n d o este s o m b r e r o
ser s i n duda el postrimero,
EL DINERO DE S A N PEDRO.
L a noche espira; las estrellas palidecen en el
cielo ante l a l u z del alba que asoma, coloreando los
picos más elevados de las montañas de J u d e a . E l
valle del Cedrón tiene aún l a suficiente sombra para
que no se distingan las aguas de su torrente bíblico,
a l que sólo se a d i v i n a por e l ruido que hacen al
chocar con las piedras de su lecho.
Los pájaros despiertan, preludiando su primer
gorjeo; algunos mojan su pico en las gotas de rocío
que se estremecen en las puntas de las ramas; las
flores abren sus cálices para que el alba deposite en
ellos su p r i m e r beso de l u z ; y l a brisa que h a d o r mido entre las copas de los árboles empieza á agitarse perezosa, produciendo u n suave m u r m u l l o .
Es una dulce alborada de estío que v a ahuyentandopoco á poco las sombras que envuelven las a l deas de Nazaret y Jetsemaní.
Por u n a ladera que costea el torrente, camina
u n hombre, m i t a d peregrino, m i t a d guerrero, á juzgar por su tiraje; lleva e l ropón y e l báculo, y lleva
también l a espada y el casco: puede ser S a n Pablo,
y puede ser también San Pedro e l Ermitaño, que
sueña otra nueva cruzada.
Como l a sombra persiste a u n en el valle, no ha
visto que á uno de los lados del sendero, que es estrecho, duerme u n viajero, recostado sobre un &
piedra.
También viste ropón y sandalias; á sus pies, er
el suelo, hoy u n r o l l o de pergamino, especie de pa-
pirus, que permite ver algunos caracte'res egipcios
impresos en él.
E l primero tropieza con el segundo; éste, incorporándose, exclama:
—¿Quién va?
—¡Pedro!—dice ei que llega, como sino esperara
encontrarse en aquel sitio á un amigo.
E l otro, después de frotarse los soñolientos ojos,
exclama á su vez:
—¡Pablo!
Ambos se abrazan, y sostienen el siguiente diálogo.
E l que llega, esto es, Pablo, dice al que dormia,
ó sea Pedro:
—¡Tú en el fondo de la Judea!... ¡en los sitios
que tantas veces hemos recorrido con el divino
Maestro!
•—Ya lo ves; nada tenia que hacer en el cielo; de
algún tiempo á esta parte nadie sube á visitarnos;
parece que las almas se han dado cita en otro sitio;
los goznes de las cerúleas puertas se enmohecen;
hace ya muchos meses que la llave no gira en la
cerradura, y la primera vez que haya que hacer
uso de ella, habrá que darle muchos litroade aceite.
— ¡Es verdad!... ¡Parece que el cielo ha venido á
menos!... Y a nadie aspira alas dulzuras del Paraíso,
como no sea el del teatro de la ópera.
—Pues bien, yo me aburría allí en una inacción
forzosa; mi oido empezaba á cansarse de los cánticos
de los ángeles, arcángeles y serafines, que son los
mismos desde el principio del mundo... los perezosos no aprenden nada nuevo... ¡siempre el mismo
ritmo y la misma armonía!... Edfco aburre y desespera; así, pues, pedí licencia temporal; pviae un
sustituto en mi puesto y me he venido á Judea á
rectificar sobre el terreno algunos errores cometidos
por los impugnadores de M r . Renán: llevo aquí
anotados los principales, y me dirigía á Jerusalen.
á comprar pergamino y tinta para proseguir mi
obra. ¿Y tú?
— Y o te bascaba.
—¿Pues qué ocurre?
—Veuia á ver si me prestas algún dinero.
Pedro le interrumpe lanzando una carcajada;
después adquiere su aire de gravedad, y le dice:
—¡Dinero yo! ¡Tu estás loco! ¡Dinero, cuando
ves sobre mis miembros el agujereado ropón que
vestía cuando cantó el gallo en el Pretorio, y las
mismas sandalias, destrozadas por los senderos es cabrosos de la Palestina!
—¡Pues qué!... ¿Acaso no eres rico? ¿No dispones
de cantidades considerables que los pueblos de todas
las naciones católicas se apresuran á depositar en
Roma en las manos del Papa, hoy tu banquero? ¿No
hay un dinero de San Pedro, que debe perteuecerte,
puesto que se recauda en tu nombre? ¿O es que, á
imitación de los mortales, niegas tu bolsa al mejor
de tus amigos?
—Vamos por partes, amigo Pablo: yo sé que sin
mi autorización hay quien toma mi nombre para
pedir dinero á los católicos, y te digo que esto me
ha disgustado en extremo, puesto que no han contado conmigo, inutilizando mi crédito para el dia
en que quiera usar de é i , .
a
— ¡ Y tú, lo aguantas!... ¡Sin quejarte!... ¡Sin protestar p o r medio de l a prensa, ya, que no acudas á
los t r i b u n a l e s !
— A l g o de eso cruzó por m i mente, y p a r a a v e r i guar lo c i e r t o , me dirijí á R o m a ; pero, amigo mió,
a l v e r m i catadura, los jirones de m i ropa y e l p o l vo d e l camino sobre m i tostado rostro, unos señores
que h a b i a e n e l Q u i r i n a l vestidos de negro, m u y
orondos y cepillados, afeitados, perfumados y t i l dados, se echaron á r e i r , oyendo m i pretensión, d i ciéndome que e r a u n loco, q u e u n hombre de m i s
antecedentes no podia v e r n i h a b l a r a l P a p a , no
siendo embajador de a l g u n a potencia a m i g a , ó d i rector a l cémbalo de a l g u n a peregrinación católica,
y p o r último, m e a m e n a z a r o n c o n l a cárcel s i no me
r e t i r a b a : y o que sé á lo que saben los calabozos, me
apresuré á obedecerlos, y . . . aquí me tienes.
—¿Pero no t e i n f o r m a r o n siquiera d e l destino á
q u e se dedica ese dinero, que debía ser tuyo?
— A l g o me i n d i c a r o n . . . y algo e n contraposición
á mis ideas y s e n t i m i e n t o s . P o r de pronto, pensé
y o , puesto que e n España h a y hambre, y en I n g l a t e r r a no comen m u y b i e n , y e n A l e m a n i a , I t a l i a ,
etcétera, a y u n a n los j o r n a l e r o s antes de que l e s o b l i gue e l precepto, es n a t u r a l que e l P a p a no a d m i t a
ese d i n e r o , ó que de a d m i t i i l o , se constitu\ a en. a d m i n i s t r a d o r de los pobres, siguiendo l a d o c t r i n a de
Jesucristo, y dando u n a lección á los que, en v e z de
comprar u n p a n a l vecino que se muere de h a m b r e , y u n pedazo de paño de l a capa de S a n M a r t i n a l que v a enseñando las carnes, porque no tiene con qué c u b r i r l a s , entrega su óbolo a l que no lo
necesita.
j
P e r o uno de aquellos señores orondos y c e p i l l a dos, afeitados, perfumados y t i l d a d o s , me dijo q u e
e l P a p a se v e i a rodeado de peligros; que e n e l h o r i zonte de l a fé asomaban densos nubarrones , q u e l a
I t a l i a irredentob... y l a demagogia... y G a r i b a i d i . . .
y en s u m a , que aquel dinero p o d i a ser necesario p a r a l e v a n t a r u n ejército en d e t e r m i n a d a ocasión q u e ,
vertiendo sangre, defendiese los derechos de u n a
institución creada precisamente p a r a n o v e r t e r l a .
P a r a no o i r más, me tapé los oidos , acordándome
de cuando el D i v i n o M a e s t r o me reprendió p o r h a ber cortado u n a oreja á M a t e o , y . . . aquí m e tienes,
m a l vestido, h a m b r i e n t o y acabado p o r l a f a t i g a ,
s i n u n a moneda en l a bolsa", a u n cuando hace mucho
r u i d o e n e l m u n d o el dinero de San Pedro.
—lY qué piensas hacer?
— D e j a r las cosas como están, h a s t a a q u e l d i a terrible en que resuenen las cien m i l trompetas d e l
A p o c a l i p s i s , y á l a v o z d e l Señor a c u d a n los h o m
bres a l valle de Josafat; entonces el Sinaí volverá
á tronar y á relampaguear, apareciendo e n su c i m a
con su flamígera espada, el niño de N a z a r e t , e l
hombre d e l Gólgota, y e n nombre de l a h u m a n i d a d
y de l a j u s t i c i a , pedirá á q u i e n debe estrecha
cuenta d e l dinero de S a n P e d r o .
L o s dos hombres c a l l a r o n , y no se oyó más que
el a r r u l l o de u n a tórtola posada e n l a r a m a de u n
o l i v o , y allá á lo lejos e l canto de u n b u h o , que b a tía sus alas sobre l a cúpula de S a n P e d r o .
L o s últimos rayos d e l sol de J u d e a d i b u j a r o n
a q u e l l a t a r d e las siluetas de dos h o m b r e s , que
h u i a n en dirección opuesta á l a C i u d a d E t e r n a .
PEDRO ESCAMILLA.
EL E L E F A N T E DOMESTICADO.
P r e g u n t a b a el palomo a l elefante:
"¿Por qué desde el instante
que fuiste como y o domesticado,
con ojos de dolor en t u hembra fijos,
de m i l cosas te quejas á su lado,
pero jamás de que te falten hijos?»
Y respondió con tétrico semblante
e l membrudo a n i m a l : " S o y prisionero,
de h i e r r o s v o y cargado...
¿Hijos esclavos yo? ¡Morir p r i m e r o ! n
J U A N EUGENIO HARTZENBÜSCH.
EPITAFIO.
E l que aquí reposa e n cueros
murió, según se sospecha,
cuando habia más dineros,
más h o n r a , y más caballeros.
— ¡Pues y a v a larga l a fecha!
VALLADARES.
tf»-
Quizá se vio abandonada,—y al implorar un socorro
ie recibe de la mano—del que debió ser -su esposo-
C u a n d o s e r e n a , es püsioie—que 110 ¡se encuentre
y de esta serenidad—se
aprovechan los rateros.
seteno,
A
U N O S
OJOS.
Ojos que así me miráis
y que traspasáis el a l m a ,
robando, impíos, l a calma
del corazón que os burláis.
Más dulces y s i n enojos
miradme por u n momento;
después moriré contento
muerto por t a n bellos ojos.
PEDRO
MARQÜÍNA.
INDICADOR
P A R A A N U N C I A R E N L A S PARROQUIAS LOS CASOS D E I N C E N D I O S
con expresión de l a s calles a n t i g u a s y de nueva denominación
QUE
Y
COMPRENSE CADA BARRIO
LAS REGLAS
QUE H A N DE OBSERVARSE
P A L A C I O
BARRIOS.
Álamo. . . .
Camps.
i
Amaniel.. .. 2
Bailen
3
Conde-Duque 4
1.
Calles qus comprende cada b a r r i o .
(
Alamo, Beatas, Bguiluz, Garduña, Isabel l a Católica ndms. 23 á 29 y 14 á 20,
Manzana, Parada, Piaza de los Mos tenses,
Reyes, Rosal, S. Cipriano, S. Ignacio,
Sta. Margarita, Travesía de las Beatas,
Travesía del Conservatorio, Travesía de
la Parada.
Acuerdo 1 á 11 y 2 á 12, A m a n i e l , Cristo, Juan de Dios, Norte 1 á 19 y 2 á 10,
I Noviciado, P. de las Capuchinas, P. de
{las Comendadoras, Pla;a del Limón, Ponciano, Portillo, San Bernardino, S a n V i cente baja. Travesía d e l Conde-Duque 1
álly2ál2.
Bailen, Encarnación,.Fomento 3 á 7 y 6
á 10, Pavía, Plaza de l a Encarnación,
P. de los Ministerios, Rejas, Reloj, R i o
19 á 23 y 24, San Quintín, Torija.
' Conde-Duque, Limón, M a n u e l , Mártires de Alcalá, Negras, Plaza de A f l i g i dos, P, del Seminario, Princesa 2 á 10,
Travesía del Conde-Duque 13 á 21 y 14 á
26, Travesía de Guardias.
SARRIOS,
U
Camps.
1
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1 „. .,
MOri¡la. . .
i' ! a f e m i n e
l bVgúmwt>„
Callas q,m comprende caá» b a r r i s .
/ C a m i a i del Pardo, Casa de Campo,
I Cuesta de Areneros, Moncloa, Paseo de
„ " la Florida. P. alto de l a Virgen del Puer•
5 < to.P.bajodela Virgen del Puerto.Pradera
i del Corregidor, Puentes del Rey, y Verde,
f Pta.deS. Vicen te, Ribera del MarzanaV res 1 4 57 y 2 á 38, Virgen del Puerto,
.
fi
j|
* ^lifarífio
eldlOUdN. . .
( Flor baja, Fomento 9 á 35 y 12 á 50, Isa) bel la Católica, 1 4 21 y 24 12, Leganitos l
» ) 4 4 7 y 2 4 42, P . de Leganitos, Recodo,
( Rio, 1 á 17 y 2 á 22, Travesía del Reloj.
(
Almudena, Biombo, Calderón déla BarV ca, Cruzada, Cta de la Vega 1 á 5 y 2 á 4,
7 < Factor, Juan de Herrera, Luzon.Malpica,
i ) Mayor 77 4127 y 78 á 122, Milaneses, P.
J del Biombo, P. de S. Nicolás, S. Nicolás,
Trav. del Luzoa, Trav. Biombo, Yieato.
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nI llüCipe -110
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/ Buen Suceso. Callejón de Leganitos,
j Callejón del Príncipe Pió, Castro, Don
i B v a r i i t o . Don M a r t i n , Dos Amigos,Du1 que de Osuna, Estación del Ferro-carril
f del Norte, Ferráz, Industria, Leganitos
{ 49 & 65 y 44 4 54. Luisa Fernanda. MenQ j dizábal. Paseo de_ San Vicente, Plüzade
f Pió, Quintana, Rey Francisco, Rosales,
! San Leonardo, Tutor, Ventura Rodri\ guez.
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«JUinOneS. . .
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lergara.. . .
|
9
A cuerdo 13 á 21 y 14 á 32, Monserrat,
Norte 21 á 81 y 12 4 24, Palma baja, Q u i ( ñones, SanDimas, San Hermenegildo.
/ Amnistía, Carlos III, Felipe V , Lepan, ita, Noblejas, Plaza déla Armería, Plaza
11) {de Oriente, Plaza de Palacio, Plaza de
{Santiago, Ramales. Rebeque, Requena,
ISanta Clara, Santiago, Union, Vergara.
A
U N I V E R S I D A D «5.
BARRIOS.
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PÍ7íirrn
nzanil. , , ,
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Calles que comprende eada barrio.
/ Aceiteros, A l m a n s a , Aivaraao, A r a [ piles, Berruguete, Blasco de Garay, B r a 1 vo M u r i l l o , Callejón d e l Alamilío, C a 1 mino Dehesa de l a V i l l a , Camino H u e r 1 ta del Obispo, Campo de A m a n i e l , Cam1 po de l a Dehesa de l a V i l l a , Castilla,
] Covadonga, Cuatro Caminos, Dehesa de
| A m a n i e l , Feijóo, Fernando el Católico,
( Glorieta de Quevedo, Goiri, Juan Pan. | toja, Lope de H a r o , Magallanes. M a r 1 i garitas, María de Z i y a s , Melendez V a l 1 dé?, Mercado de Trasmiera, Navas de
1 Tolosa, Pasaje de V a l d e c i l U , Paseo de
[ Areneros, Paseo d e l Conde Duque, Paseo
de San Bernardino, Princesa 1¿ á 28,
1 R e a l , Sandoval, S a n Rafael, Solares y
\ Hermosa.
. l
Colon. Corred. - Baja de San Pablo 31
{ ¿ 61 y 16 á 31, Plaza de San Ildefonso.
1 San Joaquín, Santa Bárbara.
(
Corredera A l t a de San Pablo. D i v i n o
9 ) Pastor, Palma A l t a i á31 y 2 á 20, Penind j
Vicente A l t a 1 á 29 y 2 á26,
l Velarde.
(
Carranza, Daoiz, Malasaña, Monteleon,
l ) Plaza del Dos de Mayo, Pozas, R u i z , S a n
% \ Bernardo 49 á 85 y 54 á 86, Travesía de
' las Pozas.
/ Costanilla de San Vicente, Dos de M a „ \ yo. Espíritu Santo 19 á 55 y 30 á 52, M i O { ñas 15 á 23 y 24á 32. Palma A1 ta 33 á 55 y
/ 22 á 40, S a n Andrés, San Vicente A l t a
\ 31 á 51 y 28 á 56, Santa Lucía.
S Don Felipe, Escorial, Jesús d e l V a l l e ,
U ¡ Madera A l t a , Molino de Viento.
(
Cueva, E s t r e l l a , F l o r A l t a , Justa, Pe) r a l t a . S a n Beroardolá47y 2 452, Traveí
g i {} A l t a m i r a , Travesía de l a C r u z
' Verde.
0 ( Corredera Baja de San Pablo 1 á 29 y 2
2
3
g u l a r >
S
a
a
7
a
e
Q f Cruz Verde, L u n a 13 á 35 y 14 á 44, M a 0 ( dera Baja, Panaderos, Pizarro, 8. Roque.
. l
Callejón de las Minas, Espíritu Santo
i 0 1 á 17 y 2 á 28, Minas 1 á 13 y 2 á 22, R u f bie. Tesoro.
A
CENTRO
BARRIOS.
Camps.
i' A b a d a , Caiíichil'a, Olivo 1 á 25 y 2
1 } á 28, Plaza deí Callao, Plaza d e l Carmen,
1 \ saíud, S a n Alberto, S a n Jacinto, Tres
( Cruces, Tetuan 25 á 35 y 18 á 42.
i p/t-iql
AlCíldl.. . . .
(
A r e n a l , Caza, Fuentes, H i l e r a s 1 á 13
9 ) y 2 á 12, Plaza de Herradores, San F e l i p e
*J | N e r i , Travesía d e l A r e n a l .
1 Bordadores..,
f¡-A oql <jc!
DCSLdlüd».. .
7
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Bordadores, Coloreros, M a y o r 1 á 75 y
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tíiaés Plaza
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/ Capellanes, Conchas, D o n F r a n c i s c o
i Piqaer, F l o r a , H i l e r a s 15 á 19 y 14 á 18,
) M i s e r i c o r d i a , Plaza de Ceienque, P l a z a
i / de las Descalzas Reales, Plaza de Nava4 <i
p
8 ^ M a r t i n , P l a z a de T r u 1 julos, S a n M a r t i n , Tahona de 3as Desf calzas, Tetuan 1 á 19 y 2 á 14, Travesía
\ ele T r u j i l i o s , T r u j i l i o s .
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i a z a
d
e
(
Bonetillo, Callejón de las Yerbas, CosH Jtítnillade Santiago, E s c a l i n a t a , Espejo,
o \ i n dependen d a , Lazo, Lémus, Mesón de
' Paños.
kaSíf ] i l
iMlítt 1!. . .
/ Biblioteca, B o l a , Campomanes, Caños,
| Costanilla de los Angeles, Cuesta de
ñ ! Santo Domingo, Donados, Fomento l y l
y
duplicado y 2 á 4, Plaza de feabelll, P l a 1 za de S a n t a C a t a l i n a de los Donados,
\ Plaza de Santo Domingo, P r i o r a .
JSCGHieíreZO.
7 ^ . H i t a , Jacometrez>, Travesía de M o -
PoSÍfVn
n..»ugu. . . .
£ í
Postigo de S a n M a r t i n . Preciados 27 á
0 j 33 y 66 á 88, Sartén, Ternera, Veneras.
1
1
Calles ipie comprende cada barrio.
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AUdUd.....
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Píierta del
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0Ql
, Silva
1
(
Callejón de Preciados, C a n d i l , C a r n \ meii, Preciados l á 2 5 y 2 á 64, P u e r t a del
t) ( S o l , R o j j p e k n z a s T e t u a n 2 1 á23y 16.
¡
\ft
í, Callejón de Tudescos, L u a a 11 y 4 á l 2 .
—
201
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HOSPICIO 4.
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Camps.
BARRIOS.
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BeneiICeilOid,
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LüalüUeTÍ,. .
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LíOlllllllO....
,
i
A r c o de Santa María 1 á l 9 y 2 á l 4 , C o l -
4 { m i l l o , Hortaleza 1 á 47 y 2 á 80, Infantas
' 1, y 2 á 6.
„ ( Carbón, Desengaño 5 á 29 y W á 28,
O ? H o r n o á e l a M a t a , L u n a l á 9 y 2 , Olivo27
„
UeSeHSanO.,.
n
Callea p e comprende cada barrio.
i ) Ballesta, Barco, Muño¿ T o r r e r o , N a o ,
1 j P u e b l a , Travesía de la B a l l e s t a .
j Apodaca, Barceló, Beneficencia, C h u r í) / r u c a , F l o r i d a 5 y 10 á 14, F u e n c a r r a l 91 á
L \ m y 80 á 92, L a r r a , S a n Cvropio, T r a \ vesía de la F i o r i d a .
/ Alburque^-que, Alfonso X , A l m a g r o 1
j á_5, Arango, A r t i s t a s , Balmes, Beata M a riana, Buenos-Aires, Caracas, C a r d e n a l
1 Oisneros, Castillo, Cienf uegos, Cisne 1 á
I 17 y 2 á 8 , Covarrubias, C h a m a r t i n , Don
1 J u a n de A u s t r i a , D u l c i n e a , Españólete,
1 Felipe el Hermoso, García de Paredes,
ÍGarcilaso, General Alvarez de Castro,
1 Glorieta de l a iglesia, Glorieta de Bilbao,
¡Gonzalo de Córdoba, Habana, H e r n a n i ,
« / Istúriz, Jordán, J u a n de O l i a s , L e i v a ,
0 \ L u chana. Marqués de l a R o m a n a , Me\ de-lia, M i g u e l Angel, Morejon, Moreno
¡Rodríguez. M u r i l l o , O l i d , Orden, P a l a I fox, Paseo del Obelisco l á 11 y 2 á 16, P l a j z a de Chamberí, Plaza de Olavide, Ponce
1 de León, Quesada, Raimundo L u i i o , ReI care Xo, R o n d a de Santa Bárbara, SagunI to, S a n E n r i q u e , San Germán, S a n t a B n 1 gracia, S a n t a Feliciana, Santísima T r i n i dad, S i t i o del Polvorista, Tioiano, T r a falgar, Varga?, V i r i a t o , V i r t u d t s , Zarzal,
1 Zurbarán.
v á 37 y 30 á 40, Travesía de la Mata.
°
FueiiCdrral
6 j^g^
^ • Fuencarral 1 á 89 y 2 á
Hcriian CÓrteS 7
Hernán-Cortés, Hortaleza 49 á 91 y 82
a r m a c
Polín™
J
1
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,
Qfís
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0
Uárharíi
iMd. UdlUdld.
Tüirciue.
(
A r c o de Santa María 21 á 27 y 16 á 18,
J G r a v i n a l á 3 y 2, Pelayo 17á75 y 14 á 7 8 ,
í Travesía de San Mateo 5 á 11 y 18 y 18
duplicada.
(
F l o r i d a 1 á 3 y 2 á 8, P l a z a de S a n t a
Q / Bárbara, San Lorenzo, San Mateo, Santa
i? \ Agueda, S a n U Brígida, Travesía de S a n
\ Mateo 1 á 3 y 2 á 16.
1 0 i Desengaño 1 á 3 y 2 á8, Leone?, S . Ono»
1 vi .}
T
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Desengaño, Valverde.
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Valvar/la
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BUEÑA-VISTA
BARRI OS.
Camps.
Aloril^
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S.
Calles e^ua comprende cad* barrio.
j
Alcalá. Concordia, Marqués delDaero,
\ Olózaga, V i l l a i a r .
AlTrnrtmtA
AUIllldlllt;.. .
( Almirante, B a r q u i l l o 1 á 21 y 2 á 24, i d
9 ) Paseo de Becoletos, Piamoote, 13 á 29 K 4
L j 18. Re coletos, Salesas.Santibañez.Sau' co, Villanueva.
n i
Keieil. . . . .
1 Argén sola. Barquillo 23 á 53 y 26 á 46l Belén, Costasilla de Santa Teresa, Cosa ¡ t a n i l l a de la Veterinaria, Fernando V I ,
0 \ General Castaños, Marqués de la Bnsej nada. Plaza de lasSalesas, Recueros, San
f Lucas, Santa Teresa, Santo Tomé, T r a \ vesía de Belén.
a
Caballero GraCia. 4 j
Caballero de Gracia, Jardines, Peligros.
uwm m u . . . .
[
Arco de Santa María 41 á 45 y 34 á 42,
\ Cal'ejon de San Marcos», Góngora, GraviS i 5 á i 3 y 4 á 22, Infantas 29 á 31 y 44,
0
Libertad, Piaoionte 1 á 11 y 2, Plaza d e l
Rey, San Gregorio, Soldado 27 á 29 y 24,
Torres, Válgame Dios.
Montera....
6 j
Iilbpi*fad
n a
A d u a n a , Montera,
/ Calle de Pajaritos y camino de l a
1 Venía desde l a calle de Velazquez á su
i terminación, callejón del J a r ¡inillo,
l caile de ^icálvaro, Tostado, Doña BeDio™ Ja T 7 / rengúela, Velazquez, Nuñez de Balboa.
I l d Z d l i e lOrOS / < camino de Canillas, i d . alto y f i • de
1 Vieálvaro, i d . ds fíort&leza desde los
I terrenos existentes detrás d e l P i s a r de
i l a Castellana hasta el barrio de la Prosperidad.—Este b w r i o y les de l a Guin\ dalera y l a S a l u d .
A
A N
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BARRIOS,
Oamps.
r. .
.
Keiílcl, , . , ,
„
Ml\
„,,
MarCOS..
^alaiíianra
aalíUliaui/tt.
,
Calles que comprende oada barrio.
/ Calle ds S . M i g a si, Clavel, Reina, San
l Jorge, Torree». piu/.a de Bilbao, eostani1 Ua.de 'apuchinos, calle del Soldado (1
Q \ 7, 2 á 10) des !e la de las Infantas á l a
o / de San Márcss, parte ^e l a ca'ie de las
\ I n t . n t i s (3 4 31, 8 4 41) desde l a calle
i de Hortaleza á l a plaza del fte.y inclusi1 ve, y parte de l a calle de San Bartolof mé( 1 4 5, 2 4 4) desde l a de las Infaa\ tas 4 l a de San Marcos.
n
t)
Arco de Sta. María29 439 y 20 4 32,Pelayo l á 15 y 2 4 12, S. Bartolomé 7 4 29 y
6 á 24,S.Márcos, Soldado 9 á 25 y 12 4 22.
í Plaza de l a Independencia, callea de
/Serrano, C l a u d i o Coello,_La Gasea, J o r jge J u a n , Goya, Hermosida, L i s t a , Doa
IRamon déla Cruz, P a d i i b , Juan Bravo,
IMalionado, Martínez de l a Rosa, Mariones de V i l i a m a g n a . Pajaritos desde la
Jde Serrano 4 l a da Velazauez, Conde de
l l l (¿randa, Columela, camino de HortaleIV \
¿ ¿
entrada por e l paseo de la
¿Castellana hasta los terreóos existentes
1 letras del pinar, i d . de l a Venta desde
Fia plaza de la Independencia hasta la
foallede Velazauez, c d l e de Villanueva
1(3 á 13 y 14 4 ¿4) desde la de Serraao 4
lia de L a Gasea y calle de Piiigcerd4.
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C O N G R E S O O.
BARRIOS.
Camps.
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lidllola. 4 . .
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WlVdllieb. « •
Calles p e comprende cad-a barrio.
|
Atocha 35 4 77 y 16 á 40, Huertas 1 á
27 y 2 á 30, Plaza del Angel, Plaza de
( Matute, San Sebastian.
9 í Carrera de San Gerónimo, Cedaceros,
¿ j Gitanos, Sevillia,Travesía de Peligros,
l
)
Cervantes, Costanilla de las T r i n i t a -
dQ ) rias, Jesús 1 y 3 y 2 á 8, Lson, Lope de
Vega, Plaza de Jesús, Quevedo, San
{ Agustín,
ry.-f An
UUllüfc.. . . .
I
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tlUA.. . . . .
K f Barcelona, Cádiz, Cruz, Espoz y M i <i ^ na, Pozo, V i c t o r i a .
fnJwriarin»>
UOUeilldUUl..
f A l a m e d a , Cenicero, Costanilla de los
ñ ) Desamparados 7 á 23 y 8 á 14, Fiicar, Go0 j bernador, leche, S a n Blas, San Pedro,
\. Travesía del Fúcar, Verónica.
Tfüapfac
IlutHUto.. . .
7
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Q (
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7
,
\ Floridablanca, F l o r i n , Greda, Jovella( nos, Plaza de las Cortes, Bordo y Turco,
/ A m o r de Dios, Berengena, Costanilla
í de los Desamparados 1 á 5 y 2 á r i Huer; t a s 29á73 y 324 86, Jesús 5 4 7 y 10 á 14,
\ Plaza de l a Platería de Martínez, S a n
/ José, San J u a n , Santa María, Santa Po\losia.
Baño, Infante, Lobo, Prado 5 á 29 y
(17 y 8 4 1 2 .
)
iTinCine.. . .
n
r
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MirO
C Gato, Gorguera, Plaza del Príncipe A l 9 \ fonso. Prado 1, 3,2 y 4, Príncipe, V i s i t a (cion 1 4 9 y 2 4 6 .
A
IA
10
/ Duque de Fernan-Nuñez, Granada (en
\ proyecto), Lealtad (en proyecto), Parque
< de M a d r i d , Paseo de A t o c h a , Paseo d e l
i Prado, Plaza de ¡a Lealtad, S i Ion del
{ Prado.
HOSPITAL
BARRIOS.
Camps.
AtOCha....
1
Calles que comprendí cada barrio.
(
Atocha 103 4181 yfiO4110.
Ave-María. . 2 J
«'
(^alllZareS.. .
V.
Ave-María, Plaza de Lavapies.
\ Atocha 79 4 101 y 42 4 58, Cañizares,
0 sMagdalena, Plaza de Antón M a r t i n ,
f ürosas.
0
.
S)e!lC!aS., , .
f A b t i o , Ancora, Caminos A l t o y Bajo
1 de Vic41varo. Comercio, Delicias, Esta« 1 cion del Ferro-Carril del Medio l i a , Glo4 \ rieta de Santa María déla Cabeza, Juan
1 de U r b i e t i , Marina Española. Moreto,
1 Pacífico, Paseo de las Delicias, Paseo del
v Molino, Puente de Vallecas, Sur, Tellez.
Mit>ietriW
JHluISUUt;», .
H í Calvario 9 á 31 y 8 4 22, Lavapiés, M i w ^ ñisñiles, Ministriles chica.
Olivar
fi
UllVdl, ^ . .
í Cabeza 9 4 35 y 10 4 42, Olivar, Olmo 1 4
0 | 2 5 y 2 416, San C4rlos.
Primavera
7
1
'
' -^
S rita.
u e n a v
^ * » Escuadra, Primavera, Zus
a
Xítnía TsaKal
fldUld ISdUW.
í Callejón del Hospital, Doctor Four8 1 Q et 1411 y 2 4 12, Esperancilla, Rosa,
0 j
E¡ g
Hdefonss, Santa Inés,
' Santa Isabel, Tinte.
Tnrtwilla
lUIieuild,. .
Q i Esperanza, Olmo 27 4 39 y 18 4 36, San
9 í Simón, Torrecilla del Leal, Tres Peces.
u
S a n
U
e n i 0 i
S a n
í Argumosa, Doctor Fourauet 13 4 33 y
ValPtiría
4ft ) 14428, Fe, Salitre, San Cosme, SombreTdmutld. . , i U j r e r í a i
g
Lorenzo. V a ' lencia.
T r a y e s l a
d e
a n
j
INCLUSA
BARRIOS.
Camps.
Cabestreros..
.
1
{ Cabestreros, Embajadores l a 27 y 2 á
j 38, Oso, San Cayetano, Travesía á<s Ca( bestreros.
0
l Caravaea, Amparo 63 á 91 y 50 á SO,
i Sombrerete, Tribulele 1 á 13 y 2 á 11.
Caravaca.. .
b
Calles que comprende cada barrio.
Amparo,. . .
a l Calvario 1 á 7 y 2 á 6, Amparo 1 á 61 y
0 < 2 á 43, i'Jsgdma, Jesús y María 11 á 31 y
( 10 á 34, Travesía de la Comadre.
Embajadores
í
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i Barranco de Embajadores, Embajado\ res 29 á 59 y 40 á 68, Espino.
Encomienda.
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í Abades, Dos Hermanas, Encomienda,
( Mesón de Paredes 17 á ¿9 y 24 á 50,
H u e r t a del
Bayo.. . .
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Peñón. . . .
í Callejón de l a Peña de Francia, Casi; no, Huerta del Bayo, M i r a el Sol, Peña
i de Francia, Rodas, Santiago el Verde,
( Ventorrillo.
5 Amazonas. Carnero 1 á 5 y 2 á 4, PeI ñon, Santa A n a , Velas.
f Arroyo de Embajadores, Cristo de las
1 Injurias. Ercilla, Fray L u i s de León,
1 Labrador, Laurel, Martin de Vargas,
¡ Moratines, Paseo de las Acacias 1 á. 9,
• 0 / Paseo blanco, Paseo del Canal, Paseo de
\ Embajadores, Faseo de Santa María de
1 la Cabeza, Paseo de las Yeserías, Peñuef las, Plaza de las Peñuelas, Roño a de
l
tocha, Ronda de V a l e n c i a , Sebastian
V Elcano.
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Peñuelas.. .
Provisiones..
Rastro.. . .
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f Mesón de Paredes 41 á 83 y 52 álOO,
\ Provisiones, Tribútete 15 á 19 y 16.
( Cerrillo del Rastro, Pasicn, Plaza del
j Rastro, Ribera de Curtidores, Travesía
\ d e l Rastro.
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LATINA
BARRIOS.
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Camps.
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Anfron-jiiúlo
AlgdüZlUild..
Calcita..
i Aguas, A n g e l , Carrera de S a n F r a n ,1 } cisco, Plaza de S a n Francisco, Rosario,
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Bernabé, S a n B u e n a v e n t u r a , S a n
( Isidro, Santos, Travesía de las V i s t i l l a s .
/ Arganzuela, Bastero, Callejón d e l Me\ Hizo, Cabejon d e l l i o Esteban, C a m p i l l o
O ) d e i M u n d o Nuevo, Carnero 7 á 19 y 6 á
L S i s , Cojos, Costanilla de la Arganzuela,
f Cnopa, M i r a el R i o A l t a , M i r a e l R i o
\ Baja.
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Cebada.. . ,
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Calles que comprende cada barrio.
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i Cebada, Cuervo, Maldonadas, Plaza de
\la Cebada, Plaza d e l H u m i l l a d e r o , Plaza
jde S a n M i l l a s , R u d a , S a n M i l l a » .
/ Aguardiente, A l a m i l l o , C a m p i l l o de
l las V i s t i l l a s , Cuesta de ios Caños Viejos,
\ Cuesta de ios ciegos, Doo Pedro, Grana\ > Mancebos, Mancebos (Angosta de los;,
i Morería, Plaza, d e l A l a m i i l o , Plaza d e l
J Granado, P i a z a de l a Morería, R e d o n d i \ l i a . Toro, Yeseros.
i H u m i l l a d e r o , Irlandeses, L u c i e n t e ,
M e a i o d i a . Grande
Mediodía C h i c a ,
(Críente, Sierpe, l a b e r m l l a s .
/ C a b s c : r a del Canal, Cambroneras, C a j mino de C a r * b a u c l i e l , Caminos A l t o y
1 bajo de S a n Isidro, Carretera de A n 1 dalucía, Carretera de Toledo, Cerros de
I S a n I s i d r o , Cuesta de Descarga, E s t a Icion de l a Vía de Circunvalación, ( j i l
/ I m o a , G l o r i e t a d e l Puente de Toledo,
\ Faseo de las Acacias 2 á 6, Paseo Impej n a l , Paseo de Melancólicos 1 á 5, Paseo
i de Ocho H i l o s , Paseo de los Olmos, Puenf te de Toledo, Radío, R i b e r a d e l M a n f zanares 79 á 9ó y 58 á 64, R o n d a de
I ¡segovia 1 á 17 y 2á 4, R o n d a de Toledo,
\ Torero.
/ A l m e n d r o , Costanillas de S a n Andrés,
1 N u n c i o y S Pedro, Plaza oe los Carros,
< P u e r t a de Moros y San Andrés. Nuncio,
i P r e t i l de Santistéban, S i n Puertas, T r a l vesía d e l A l m e n d r o .
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P a l o m a , S o l a n a , Ventosa.
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Toledo, Toledo 67 á 143 y 6*
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BARRIOS.
Camps.
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Cabeza 1 á 7 y 2 á 8, Duque de A l b a ,
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E s p a d a , Jesús y María 1 á 9 y 2 á 8, J u a Mesón de Paredes 1 á 15 y 2 á 22,
U NPiDgarrona, Plaza del Duque de Alba,
I S a n Dámaso, San Pedro Mártir, TraveV sía de l a Encomienda.
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del Progreso, Re/ Carrera de S. Isidro, Carretera d e . E s I tr?m idura, Carretera Vieja de C a s t i l l a ,
1 D . E l v i r a , D . Urraca, P-tseo de Meiancó/ lieosS 4 li, Plaza del Puente de Segovia,
\ Plaza de S. Isidro, Pontón de S. Isidro,
0 1 Puente de Segovia, Ribera del Manzana1 res 59 á 77 y 40 á 56, Ronda de Segovia,
1 S^nta U r s u l a , Travesía de Santa U r s u l a ,
V V i r g e n d e l Puerto.
/ Cava de S. M i g u e l , Codo, Conde deBal rajas, Conde de M i r a n d a , Costanilla de
I S . Justo, Cuchilleros, Escalerilla de PieJ d r a , Latoneros Pasa, Pasadizo del Panen \ cilio, P. ie\ Conde de Barajas, P. d e l
c) 1 Conde de M i r a n d a . P. del Cordón, P. de
i Pta. Cerrada, P. de S. M i g u e l , Puerta
r Cerrada. Puñonrostro, San Justo, Trave} sía de Bringa *.
1 Callejón de S . Lázaro, Conde, Cordón,
l C t a , de P.ainon, Cta déla V e g a 7 á l l , D u 1 que deNájera, M a d r i d , Plaza de l a Cruz
4ft / Verde, P. de S. Javier. P. de l a V i l l a ,
í v \ P r e t i l de los Consejos, Procuradores, Rol l l o , Sacramento, S. Lázaro, Segovia, Trai vesía d e l Conde, T r , viesa, Ventanilla,
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Puente U e
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ISeffOTlíl. .
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Bolsa, Carretas, Correo, Esparteros,
« Pontejos, Plaza de l a A d u a n a Vieja,
' P l a z a d e Pontejos, S a n Ricardo.
/ A t o c h a 1 á 33 y 2 á 14, A u d i e n c i a , Bo„ t toñeras, Callejón de la, Concepción, ConO <cepcion Geróiiima, - Imperial, Lechuga,
I Plaza de l a Concepción, Salvador, SanVto Tomás.
/ Arco d e l Triunfo, Ciudad-Rodrigo,
, \ Felipe III, Fresa, Gerona. Plaza de l a
4 < C o n s t i t u d o n , Plaza de Provincia, Plaza
f de S t a . Cruz, Postas, S a l , San Cristóbal,
( Siete de J u l i o , Vicario Viejo, Zaragoza.
5 j g l e g i a t a , Estudios. Toledo 1 á 45 y 2
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PrOgreSO
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Cava a l t a . Cava baja, G r a j M , S Bruno,
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Calles que oomprende cada barrio.
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