— 146 MARIA LA BRETONA, (TRADICION POPULAR.) E n . medio de u n ameno v a l l e de Bretaña, a l z á base tétrico y a m e n a z a d o r u n c a s t i l l o f e u d a l á p r i n cipios d e l siglo X I V . S u dueño, señor de I03 vastos d o m i n i o s q u e desde sus altas t o r r e s se d o m i n a b a n , habíase hecho aborrecer p o r sus v a s a l l o s , que le huían en l o posible, y cuando no podían e s q u i v a r l e pasaban cerca de él aterrados y temerosos, y p r o n u n c i a n d o entre dientes u n a m a l c o n t e n i d a m a l d i ción, m i e n t r a s c o n l a mano se descubrían p a r a sal u d a r l e respetuosamente; q u e no e r a e l t a l o r g u l l o so m a g n a t e capaz de p e r d o n a r n i dejar s i n castigo l a f a l t a más pequeña de vasallaje ó cortesía. H o m b r e d e p r a v a d o , s i n fé y s i n creencias, lo m i s m o se b u r l a b a de las cosas más santas d e l cielo que de las v i r t u d e s más respetables de l a t i e r r a ; f a l t o de compasión p a r a los q u e l e e r a n i n f e r i o r e s y afectando u n desprecio desdeñoso hacia los q u e l a suerte h i c i e r a superiores á él, e l conde R o g e r de P o n t m a r i n v i v i a e n c a s t i l l a d o e n su t e r r i b l e fortalez a , desafiando eon sus desafueros l a i r a de D i o s y de los h o m b r e s . N a d a habla quedado e n &u corazón de las severas v i r t u d e s de su m a d r e , noble señora, c u y a muerte l l o r a r o n todos los aldeanos, que h i c i e r o n de su recuerdo, santificado p o r e l t i e m p o , u n a especie de ángel protector de su pequeño v a l l e . L o s consejos de su p a d r e y sus sabias lecciones sobre e l honor y los medios que siempre tiene u n señor á su alcance para hacerse querer de sus vasallos, habían pasado también s i n v i v i r e n su m e m o r i a más que el eco de la palabra p a t e r n a l e n sus oídos, y apenas dueño de sus bienes y d e l poder señorial por l a ' m u e r t e de los autores de sus dias, lo olvidó todo, y sin más n o r m a que su placer, s i n o t r a dirección que su c a p r i c h o , no consultando más que á su afición a l desorden, n i escuchando más v o z que l a de su perverso n a t u r a l , entregóse s i n freno á l a satisfacción de todos sus v i cios. N o habia v a l l a que le d e t u v i e r a , n i obstáculo que fuera bastante á contenerle en su c a m i n o . T o das las consideraciones, d i v i n a s ó h u m a n a s , cedian ante su v o l u n t a d , e r i g i d a en única l e y , y a b r u m a n do á exacciones á sus vasallos, t u r b a b a con el eco de los gritos de sus escandalosas saturnales el d o l o r de las f a m i l i a s , que t a l vez l l o r a b a n en aquel m i s mo i n s t a n t e l a pérdida de u n o de los suyos, s a c r i ficado á los v i c i o s de su señor. L a consternación de los pobres v i l l a n o s no t e n i a término; su d o l o r e r a i n m e n s o , é inútilmente e l e v a b a n a l cielo sus manos temblorosas, creyendo h a l l a r en ese i d e a l d i v i n o de todas las religiones e l bálsamo á sus h e r i d a s , el consuelo á sus dolores y l a reparación á sus desgracias, que no p o d i a n esper a r de este m u n d o e n que parecen reinar l a p e r v e r sidad y l a i n j u s t i c i a , y en q u e el malo tiene p a r a o p r i m i r a l bueno u n a fuerza que el destino h a n e gado á este para defenderse de sus ataques. E l cielo, s i n embargo, permanecía sordo á t a n tas quejas como s i e l cielo mismo q u i s i e r a l l e v a r á su colmo l a desesperación de aquellos infelices. Y los suplicios sucedían á los suplicios, los desmanes á los desmanes, las doncellas l l o r a b a n su honor perdido, las casadas su lecho conyugal profanado, los hombres sus humillaciones s i n cuento, las mujeres sus ofensas s i n fin, y ei causante de tantas desventuras permanecia t r a n q u i l o en medio de aquel inmenso torbellino de quejas, de sollozos y de imprecaciones. Todo esto lo sabia María, l a joven más hermosa de l a comarca, y por eso u n d i a en que se hallaba en las cercanías del castillo, pálida y poseída de funestos presentimientos, se sobresaltaba a l menor r u i do que sentía. E l leve rumor de las hojas secas movidas por el v i e n t o , el monótono m u r m u l l o de las aguas a l resbalar sobre su lecho de guijarros y hasta el canto, de cuando en cuando i n t e r r u m p i d o , de las aves, conmovía todo su ser y agitaba su corazón. P o r todas partes creia ver e l rostro espantoso de aquel señor t a n unánimemente odiado, c u y o soio recuerdo l a hacia extremecer profundamente, y c u y a imagen se mezclaba y se confundía por l a noche en las conversaciones del hogar oon l a imagen del demomo que parecía haberse encarnado en él. Se l a figuraba oír les pasos de los hombres de armas que compartían con su jefe tan t r i s t e celebridad, y a cuya aproximación se interrumpía l a fiesta, se h e l a ba l a sonrisa en los labios, y e l brazo dispuesto para l l e v a r el vaso á l a boca caia como abandonado sobre l a mesa. P o r u n a estraña ilusión creia tener y a , ante sus grandes ojos, azules como el cielo, y melancólicos como los sueños de su a l m a , aquella figura a b o t a r - gada, aquella m i r a d a m u e r t a y s i n b r i l l o , a q u e l l a fisonomía embrutecida por e l v i n o y por los placeres, y que, no obstante, hacia temblar á todo el m u n d o . . . U n a vez, l a pareció que sus temores i b a n á realizarse, creyó oir distintamente á sus espaldas ruido de pasos cautelosos, u n a respiración c o m p r i m i d a . . . Se volvió... y dejando escapar u n ¡ay! desgarrador, cayó desvanecida sobre e l césped. Roger de P o n t m a r i n estaba tras e l l a , sonriendo con irónica sonrisa; y antes de que l a joven hubiera podido darse cuenta de lo que pasaba por e l l a , l a cogió por el esbelto t a l l e , l a levantó en sus nervudos brazos, y entregándosela á u n page que le acompañaba, y haciéndole seña de que le siguiera, se dirigió á su infame madriguera, s i n cuidarse de los gemidos de María, que inútilmente t r a t a b a de desasirse de los brazos que brutalmente l a esbrechaban. L a voz de l a pobre niña se perdía en l a pradera sin que nadie osara responder á sus gemidos. U n o s aldeanos, que habían presenciado, e l rapbo desde lejos, luego que l e v i e r o n consumado, echaron á correr en dirección opuesta haciendo l a cruz y mirando al cielo como para tomarle por testigo de aquel nuevo c r i m e n . ¿Qué más podían hacer? E l conde era poderoso, y á oponerse a su v o l u n t a d , bien pronto sus cuerpos de villanos hubieran ondulado á impulsos del v i e n t o pendientes de u n a r a m a ó de u n a almen a , en e l bosque ó en e l castillo. Después de todo, ¿qué significaba u n a víctima más? ¡Cuántas doncellas no habían sufrido iguales atropellos para m o r i r a l otro d i a de vergüenza a l verse de nuevo en su casa y entre sus amigos! II E n la tarde de aquel mismo dia tan funesto para la joven, hallábase ésta en una de las salas más espaciosas del castillo, abismada en l a aflicción más profunda, y entregada á insensatos pensamientos. Sus súplicas habian sido vanas, é inútiles sus l a mentos. E l señor que veia segura una nueva víctima, no habia de retroceder ante u n impulso de p i e dad que era incapaz de conocer, y mucho menos de sentir. L a hermosura de l a pobre niña, su i n o c e n cia, su juventud, que eran las únicas armas que podía emplear en l a lucha, se volvían contra ella, brindando a l ' libertino las delicias de u n nuevo triunfo. P o r eso se habia burlado de las palabras de María, más hermosa en medio de su dolor, y , despidiéndose para dar algunas órdenes, habíala dejado para que reconociese mejor su situación, y se aviniera, en vista de ella, con su suerte. María.no lloraba y a . E l exceso de dolor habia secado l a fuente de sus lágrimas. Pálida y temblando á impulsos de l a fiebre veia próximo su fin, y por u n esfuerzo de imaginación hacia pasar por última vez ante sus ojos el reducido panorama de su existencia. Veíase risueña, feliz, viviendo con esa vida sosegada de las aldeas rodeada del amor de los suyos y en medio de las delicias del hogar; vida que se desliza plácida y sin cuidados entre los cantos de las aves y los aromas de las flores, entre armonías y ¡perfumes, turbada apenas por sueños qué revístenlos colores todos del iris, bajo un cielo aterciopelado. Y de pronto llegaba á sus oidos una nota seca y dis- eordante, corno e l sonido seco y estridente de la cuerda de u n arco que se rompe; manchaba una nube el inmenso c r i s t a l azul suspendido sobre su cabeza y á los t r i n o s de los pájaros sucedían suspiros y sollozos. Desaparecía l a l u z , se alzaban las tinieblas y el hogar'antes t a n t r a n q u i l o aparecía ahora desierto. Todo esto pasaba ante los ojos de María con r a pidez v e r t i g i n o s a y como arrastrado en u n r e v u e l t o torbellino. Cuanto más lejos se veia de aquel cuadro piúmero de su v i d a , más le amaba; h u b i e r a deseado más y más hacer retrogradar a l tiempo y detener su marcha; quería v o l v e r á aquel hermoso paraíso de que l a m a l d a d de u n hombre l a p r i v a r a para siempre... P e r o a l verse t a n cerca de l a deshonra prefería m o r i r á volver con sus compañeras. M u c h o tiempo duró este extraño estado. Cuando los pasos de su señor que entraba cerrando tras sí l a p u e r t a , l a volvieron á l a realidad, y a habia tomado su determinación. —¿Estás dispuesta á dejarte querer?—decia e l conde v i n i e n d o hacia ella.—¿Has reflexionado b i e n , tontuela, que es mejor estar conmigo que c o n t r a mí? — T o d o l o he pensado, señor; y sólo tengo que pediros u n a g r a c i a : que, antes de ceder á vuestros deseos, me dejéis rezar u n instante e n el oratorio del castillo. D i c e n que h a y en e l u n a virgen m u y hermosa, y quiero, por última vez, i n c l i n a r m e , t o davía p u r a , ante e l l a , para hacer mis oraciones. — N o comprendo tus escrúpulos, pero no quiero que me creas exigente. B i e n merece tu belleza un sacrificio por m i parte, V o y á hacer que te lleven a l orafcoiio de m i madre, cerrado desde el dia de su muerte. Vete y vuelve enseguida, y no olvides, por Dios, al hombre que te adora y que te espera.— Cuando volvió la joven, cumplido su deseo, la tranqui'idad habia sucedido en ella á l a violenta agitación de que antes se encontraba poseida. ¿Qué' habia pasado en aquel tierno coloquio que acababa de tener con l a expresión más santa, con l a creación más pura de sus ideas religiosas? Nadie lo sabe; pero su mirada brillaba con un fuego extraño, que hizo bajar al conde los ojos, cuando los fijó codiciosos en aquel semblante t a n tranquilo. Levantóse, sin embargo, abriendo los brazos para recibirla, y la joven hizo u n ademan para precipitarse en ellos; pero enseguida, y rápida como el pensamiento, se hizo atrás, dando un salto prodigioso y mjrando con expresión de desafío á su verdugo que no pudo contener u n grito de terror. E n las manos de María brillaba, dejando escapar vivos f u l gores, l a daga que el magnate llevaba á l a cintura y que ella le habia arrebatado a l sentirse sujeta entre sus brazos. —Señor,—dijo entonces la animosa joven,—mandad que se me abran las puertas del castillo para volver libre á m i casa, y el cielo os bendecirá. Délo contrario, os juro por l a salvación de m i alma, que si dais un paso h a c i a mí me veis caer muerta á vuestros pies. :—¡Tontería!...—dijo el conde reponiéndose de su primer momento de estupor.—Yo te probaré...-— Y se adelantó hacia ella. Pero apenas extendió de nuevo )m brazos para asirla, l a joven blandió el puñal c o n fuerte m a n o , l o h i z o b r i l l a r u n i n s t a n t e sobre s u cabeza, y luego se le hundió hasta el p o m o en e l corazón, antes de q u e e l conde p u d i e r a i m p e d i r l o . E l cuerpo vaciló u n m o m e n t o , y cayó enseg u i d a e n u n m a r de sangre. III A l d i a siguiente, dos aldeanos e n c o n t r a r o n en m i t a d del campo e l cadáver de l a pobre víctima d e su h o n o r , abandonado allí durante l a noche p o r los servidores del c a s t i l l o . C e r c a de él y como v e l a n d o por su seguridad, u n a pequeña p a l o m a , blanca como l a n i e v e que e n i n v i e r n o corona l a cresta de las montañas, v o l a b a incesantemente, dejando o i r de cuando en cuando, a r r u l l o s lastimeros. Recogido por los aldeanos e l cuerpo de l a niña, y llevado á l a aldea, fué enterrado aquella m i s m a t a r d e , acompañándole a l cementerio todo el pueblo que h a l l a b a n u e v a ocasión p a r a maldecir a l conde, á q u i e n n a d i e vio a q u e l d i a p o r los contornos. M i e n t r a s estuvo i n s e p u l t o el cadáver, n i u n momento se separó de él l a pequeña p a l o m a b l a n c a que se resistía á todos los que t r a t a b a n de apoderarsede e l l a ; pero u n a vez en l a s e p u l t u r a , y m i e n t r a s el pueblo en masa le acompañaba con sus oraciones y l a c a m p a n a e n t o n a b a s u son más t r i s t e , el i n t e l i gente a n i m a l abrió sus alas y se elevó hasta el cielo desapareciendo bien pronto de l a v i s t a de los atónitos c i r c u n s t a n t e s . Según opinión de todos los campesinos, que se l a t r a s m i t i e r o n á sus.hijo*, y éstos á los suyos, y así h a llegado hasta nosot O Í , aquella p a l o m a , p u r a — 15 i — como el armiño, era ei alma de María que no habia querido abandonar su cuerpo hasta ver cumplidos en él los últimos deberes religiosos. EUGENIO D E O L A V A R R Í A Y H U A R T E . Fíate en las piernas, y corre. A N T E E L M O N U M E N T O D E L DOS D E M A Y O . Noche de luto y de horror cubre la tierra, y el cielo oculta en su negro velo de los astros el fulgor: tras un d i a de furor, de i n j u r i a , de asombro y muerte, en que siniestra l a suerte rindió en formidable l i d a l buen pueblo de M a d r i d por u n a infame falsía, viene u n a noche sombría, fiera, horrible y pavorosa, de l a que eterno rebosa, pidiendo sangre y venganza, un gemido que se lanza sacrosanto, de u n a fosa. ¡Sangre y venganza! A u n no bien España vengó letal con l a deshonra i m p e r i a l el crimen torpe en B a i l e n ; en vano firme sostén de l a p a t r i a , Zaragoza, el noble lauro que goza a l invencible arrancó; su sangre en vano bebió el campo de T a l a v e r a ; en vanó, á l a heroica esfera se alzó l a s i n par G e r o n a ; en vano España blasona su claro t i m b r e d i v i n o rompiendo d e l asesino l a a l t i v a férrea corona. E n vano quien l a cadena del u n i v e r s a l imperio soñó en el negro misterio de l a ambición, de su pena l a hiél bebió en S a n t a E l e n a ; en vano, sí, siempre en vano, su fiero aliento i n h u m a n o la j u s t i c i a eterna heló; en vano la aniquiló incontrastable, pujante, poniendo a i mundo delante una grandeza apagada en el no s o r , en l a nada, en el polvo de u n gigante. E n vano, sí; á Dios pluguiera que de l a tumba se alzara su polvo y cuerpo t o m a r a y á su grandeza v o l v i e r a ; que nuestra t i e r r a embistiera u n a vez, y ciento, y ciento, porque de su bravo aliento, .satisfaciendo el furor, su venganza y su dolor pudiera a l t i v a saciar y a l mundo entero mostrar, yendo de hazaña en hazaña, con su a l t i v a gente España, que defiende su derecho, sangre noble en cada pecho y acero en cada montaña. S i e l doliente canto mió desde e l cielo en que vivís nobles mártires, oís, aceptadle amante y pió. E n vano el o l v i d o frió que el tiempo engendrando v a corre, corre más allá hasta perderse en l a nada: de l a tremenda j o r n a d a en que caísteis, c r u e l , a u n bebe l a amarga hiél l a p a t r i a , y n u n c a en desmayo se apagará el santo r a y o que á vuestras sombras d a v i d a : no, n u n c a , n u n c a os o l v i d a el pueblo del Dos de M a y o . M A N U E L FERNANDEZ Y GONZÁLEZ. U n a j e r i n g a e l Estado embarga á u n deudor moroso y 3'o digo:—¡Siempre es u n a ayuda p a r a e l Tesoro! — U n colega a n u n c i a unos palillos higiénicos para los dientes, á dos reales el paquetito: — N o son caros,-—exclama u n gastrónomo.-—Sobre todo, s i l a higiene consiste en que a l mismo tiempo de l i m p i a r l a d e n t a d u r a , v a n soltando m a gras de jamón. Un gitano al v e r la estampa del caballo y sus andares, e n t u s i a s m a d o exclamó: —¡Valiente p a r de a n i m a l e s ! Esencia ele Sabatini:—se recomienda la clase: el que quiera conocerla—puede aspirarla de balde. .... _ ibu E n u n a escuela: — N i ñ o , ¿cuántos son los puntos cardinales? — C u a t r o , á saber; N o r t e , S u r , Este y A q u e l . L o s americanos h a n inventado e l lenguaje del paraguas. XJn paraguas abierto sobro l a cabeza de u n a m u jer, de t a l modo que ella esté completamente á c u bierto del aguacero y e l hombre que lo lleva se v a y a mojando, significa: — L a amo, sí; pero aun no es m i a . Cuando e l hombre v a b i e n resguardado por e l paraguas y l a mujer se moja, aquello quiere decir: — ¡ N o es más que m i mujer! L l e v a r u n paraguas de algodón en vez de u n paraguas de seda, significa: — ¡ M e lo han cambiado! L l e v a r e l paraguas horizontalmente bajo el bra* zo, i n d i c a que la persona que v a detrás perderá u n ojo. P r e s t a r u n paraguas, es como decir á voz en grito: —¡Estoy loco! L l e v a r l o abierto precisamente á l a a l t u r a de los ojos de los hombres y tirarles el sombrero, equivale á declarar que l a persona que l l e v a el paraguas es u n a mujer. Colocar el paraguas mezclado con otros eu u n a antesala, anuncia que esta prenda favorita de L u i s F e l i p e y de M r . T h i e r s cambiará pronto de p r o p i e tario. 161 Él: ¿Me quieres?—Ella: M u e h o . - ¿ Y tú á mñ—El: C o n d e l i r i o . Los papas: Tragó e l a n z u e l o . — M o z o : ¡Valiente pnmu! P R O F E C Í A D E L T A J O (1). Folgaba el rey Rodrigo con l a hermosa Caba en l a ribera del Tajo s i n testigo: el pecho sacó fuera el rio y le habló de esta manera: " E n m a l punto te goces, injusto forzador, que y a e l sonido oigo y a , y las voces, las armas y el bramido de M a r t e , de furor y ardor teñido. ¡ A y , esa t u alegría que llantos acarrea! y esa hermosa que v i o ei sol en m a l d i a , á España jay! cuan llorosa, y e l cetro de los godos cuan costosa! L l a m a s , dolores, guerras, muertes, asolamientos, fieros males entre tus brazos cierras trabajos inmortales • á tí, y á tus vasallos naturales. A los que en C o n s t a n t i n a rompen el fe'rtil suelo, á los que baña el E b r o , á l a vecina Sansueña, ó L u s i t a n i a , á toda l a espaciosa y triste España. (1) A l publicar la magnífica oda de fray L u i s do León, es con el objeto de que nuestros lectores conozcan la graciosísima parodia del inolvidable poeta D . José Iglesias de la Casa, titulada El Borradlo, — 163 — E L B O R R A C H O . F o l g a b a u n b u e n mendigo con u n a boba h u r t a d a e n l a r i b e r a del Tormes s i n testigo: el r i o sacó fuera s u gaznate, diciendo c o n v o z fiera: " D e malos tragos goces, i n j u s t o bebedor: que s i n s e n t i d o a l agua t i r a s coces, y c o n lo que has verbido de vergüenza y de z u p i a estás teñido. T a n sedienta porfía tendrá s u acabo, y esa boba h e r m o s a , que no verás v a c i a , para tí c u a n llorosa será, y á tus costillas c u a n costosa! B o r r a c h e z , i r a s , guerras, m a n t a y v a p u l a m i e n t o , fieros males, e n t r e tus brazos cierras c o n tus tragos mortales á tí, y a estas tus posas n a t u r a l e s . TJna fuerte t o l l i n a á t u espalda vendrá, y á lo que baña la región c o n v e c i n a con h u m e d a d estraña en aquella espaciosa y g r a n campaña. Y a desde Cádiz l l a m a e l i n j u r i a d o conde, á l a venganzaatento, y no á l a fama, l a bárbara p u j a n z a , en q u i e n p a r a t u daño no h a y t a r d a n z a . O y e que e l cielo t o c a con tenebroso son l a t r o m p a fiera, que e n A f r i c a convoca e l m o r o á l a bandera; que a l aire desplegada v a l i g e r a . L a lanza y a blandea e l árabe c r u e l , y hiere a l v i e n t o , l l a m a n d o á l a pelea i n n u m e r a b l e cuento de escuadras juntas veo en u n m o m e n t o . C u b r e l a g e n t e e l suelo: debajo de la3 velas desparece l a m a r ; l a v o z a l cielo confusa y v a r i a crece; e l p o l v o roba e l d i a y le oscurece. ¡ A y , que y a presurosos s u b e n laa largas n a v e s ! ¡ay, que tienden los brazos vigorosos á los remes, y encienden las mares espumosas p o r do hienden! E l E o l o derecho h i n c h e l a v e l a en popa, y l a r g a e n t r a d a p o r e l hercúleo estrecho, c o n l a p u n t a acerada el gran padre N e p t u n o d a á l a a r m a d a . Q u e y a l a tabernera, de q u i e n l a bota h a sido, á l a v e n g a n z a l l a m a u n a t u r b a fiera de pillos s i n c r i a n z a , en q u i e n p a r a pescarte no ha}? t a r d a n z a . O y e que u n cuerno toca con temeroso son c u a l t r o m p a fiera, con que á l a l i d convoca l a t r o m p a v i l y fiera, que á buscarte y t u n d i r t e v a l i g e r a . M i r a cómo vocea l a tabernera i n f i e l , y hiere el v i e n t o , cómo bufa y patea: i n n u m e r a b l e cuento de pillos j u u t o s m i r o e n u n m o m e n t o . C u b r e l a chusma e l suelo: l a piedad á sus pies desaparece: l a gritería a l cielo confusa y v a r i a crece, y como cuba cada c u a l se mece. ¡ A y , que y a presurosos t i e n d e n las largas zancas! ¡ay, que estienden látigos vigorosos á los aires, que encienden los vigorosos brazos c o n que hienden! U n p i l l o contrahecho t u bota tiene y a medio atiabada; p a r a tí v a derecho, y con l a mano alzada á los otros mostró l a bota h u r t a d a . ¡ A y , t r i s t e ! ¿y aún te tiene el m a l dulce regazo? ¿ni llamado a l m a l que sobreviene no acorres? ¿Ocupado no ves y a el puerto á HeVcules sagrado? A c u d e , acorre, v u e l a , traspasa e l a l t a sierra, ocupa el l l a n o , no perdones l a espuela, no des paz á l a mano; menea f u l m i n a n d o el h i e r r o i n s a n o . ¡ A y , cuánto de fatiga! ¡ A y , cuánto de dolor está presente a l que v i s t e l o r i g a , al infante valiente, á hombres y caballos juntamente! Y tú, Bétis, d i v i n o , D e sangre agena, y t u y a a m a n c i l l a d o , darás a l m a r vecino ¡cuánto y e l m o quebrado! ¡cuánto cuerpo de nobles destrozado! E l furibundo M a r t e cinco luces las haces desordena i g u a l á cada p a r t e : L a sexta, ¡ay! t e condena oh cara p a t r i a , á bárbara cadena. FRAY LUIS DE LEÓN. ¡ A y , pobreí ¿y te entretiene el garbo de esa bota? ¿ni llamado a l m a l que sobreviene no acudes? ¿Circundado no t e ves de ese ejército malvado? A p r i s a bebe, cuela y pasa ese l i c o r a l v i e n t r e v a n o : bebe s i n que te d u e l a : no des paz á l a m a n o , y u n trago en o t r o trago esconde ufano. ¡ A y , cuánto te f a t i g a l a saña de esos p i l l o s i n m i n e n t e causará á t u b a r r i g a , a l opuesto occidente,' á cabezas, y espaldas j u n t a m e n t e ! Y tú, B a c o , d i v i n o , en t u sangre purpúrea enalmagrado, darás por e l c a m i n o : ¡cuánto j a r r o quebrado! ¡cuánto cuerpo de zorros derrocado! E l v i n o en toda parte todos cinco sentidos desordena; no vale i n g e n i o , y arte, y todo l o condeua de u n letargo á l a estúpida cadena. JOSÉ IGLESIAS DE L A CASA, — 168 - EN SANTA CRUZ. Dos abuelos que á su casa se retiran muy contentos al pensar en la sorpresa que van á dar á sus nietos. EN L A PLAZA MAYOR. ¡Cascajo! Regalo indispensable que todos años hacen las abuelas á sus nietos. — no — MI S U E G R A . T e n g o l a suerte más n e g r a que puede u n hombre tener; pues a l cargar c o n m u j e r , he dado con u n a suegra, que es lo que tiene q u e v e r . N o m e deja u n p u n t o en paz, y a g u a n t a r l a más no puedo; regañona, len gu a r a z . . . y luego es m u j e r capaz de pegarle u n susto a l m i e d o . M e t r a t a con a r r o g a n c i a y es d i s g u s t a r m e su afán: no en v a n o desde l a infancia he mostrado r e p u g n a n c i a h a s t a á las suegras d e l p a n . E n todo meterse i n t e n t a ; p o r n a d a y a puso u n p l e i t o ; y t a n t o á m i c a l m a atenta q u e h a s t a me ajusta l a c u e n t a de las veces que m e afeito. A l o mejor, m i f u r o r e s t a l l a , y le pego u n p a l o . . . ¡qué genio t i e n e , Señor! S i le d a n l a razón, m a l o ; si no se l a d a n , peor. Y o tengo p o r cosa c i e r t a que s i a l d a r m e u n sofocón m e acaloro en l a r e y e r t a , 6 salgo y o por l a p u e r t a , ó sale por e l balcón. N o quiero más desayuno sazonado con s u tretas y su charlar i m p o r t u n o ; si quiere comprarla alguno se l a doy por dos pesetas. M i esposa, aunqua no l e cuadre, la tiene que obedecer, y s i me quiere ofender responde con «Es m i madre; " y a ves, ¿qué le hemos de hacer?n Y o espero que enferme un d i a , á ver si acaba l a l i d ; mas nada, no se las lía: ¡Señor, tanta pulmonía como corre por M a d r i d ! CALISTO NAVARRO. U n o de los curiosos que se acercaron á u n grup. en que funcionaba un saca-muelas, recibió u n a cd en l a mandíbula, perdiendo algunas muelas. E l pobre hombre daba gritos, pero el charlata le decia para consolarle: — N o se aflija V d . ; las muelas que sacamos u caballo y y o , no se cobran. Por algo ha de comenzar la carrera militar. — na — L a verdadera felicidad, según dicen los poetas. —m AYER Y HOY. I S o b r e u n a t u m b a te v i ; y y°s q ^ pensé q u e e l d o l o r v i v i e r a allí donde está m u e r t a l a fe, a i v e r t e l l o r a r , reí. 1 1 0 u n c a D a b a á t u faz a l t e r a d a , s o m b r a e l l l a n t o , el cielo l u z ; y e n t u hermosa frente h e l a d a , cual negra imagen grabada, v i l a s o m b r a de u n a c r u z . A l contemplar m i contento en t a n lúgubre m o m e n t o , diste t r e g u a á t u d o l o r : ¿es t a n m e z q u i n a , L e o n o r , la fuerza del sentimiento! Cesó de p r o n t o t u d u e l o ; t e alzaste a l t i v a d e l suelo, y murmuraste al partir... (Solo m i a l m a p u d o o i r lo q u e tú digiste a l cielo.) ¡Quiero g o z a r y v i v i r ! V i v i e n d o , podré l u c h a r , y luchando, conseguir! ¡Solo es d i g n o de s u b i r , q u i e n sube s i n v a c i l a r ! — 1 j'O — A l contemplar tus antojoá, póstreme, Leonor, de hinojos en l a losa funeraria, y murmuré una plegaria con lágrimas en los ojos. II H o y e l mundo, sin querer, el poder de t u belleza aclama, s i n comprender que, en cambio de ese poder, diste a l mundo t u pureza. T u faz, en l a que el dolor posara su mano ardiente, hoy tiene adorno mejor; que generoso el amor ciñe de flores t u frente. Mas aunque e l cielo engatan t u v i d a , nunca te veo de tanto placer ufana.... S i es breve l a dicha humana, ¿por qué es eterno el deseo? A m a d a y envilecida, nunca refrenas t u vuelo n i das descanso á t u v i d a . jTriste será t u caida, porque caerás desde el cieh ! jQuieres gozar y v i v i r ! V i v e en buen h o r a . A m i ver no llegaste á presumir, que si es difícil subir, es m u y fácil descender. Cuántas veces pienso al verte feliz y ansiosa en mis brazos: -—"¡Leonor, si otro amor más fuerte trocara estos tiernos lazos en los lazos déla muerte!» III Y tu suerte al presentir, yo, que no puedo olvidar, voy, cansado de sufrir, al cementerio á reír, á tus brazos á llorar. A L F R E D O D E L A ESCOSUKA. Decía un marinero que habia navegado por el Norte: —Figúrese V d . que allí no hay líquidos, y se toma en terrón el aguardiente. Los hombres se visten de osos y se hiela la voz en la garganta. —¿Y cómo pasó V d . el invierno? —Dentro de una hoguera: allí no quema la l u m bre. E n un examen de historia natural. El profesor.—¿Cuál es el pájaro que tiene la lengua carnosa? El discípulo.—(Mirando ^ un compañero suyo que se pone el dedo delante de la nariz para i n d i carle el loro;) -—¡El elefante! Una anécdota referente á Eusebio Blasco. Este ingenioso autor dramático encargó una vez á su zapatero un par de botas con gran premura. Guando Blasco creyó que el trabajo de obra prima podia estar concluido, envió á su criado por las botas. ¡Estupefacción del zapatero! —Dígale usted á don Eusebio—dijo—que si se ha figurado que hacer un par de botas es tan fácil como escribir una comedia. Exclamación de un cesante: — E s tan reducido el cuarto en que vivo, que cuando quiero bostezar tengo que salirme al pasillo. —¿Por qué mira usted á esa señorita?—preguntaba un joven acalorado á un señor de edad madura. —¿A cuál?—interrogó el caballero. — A esa del sombrero blanco y del traje azul. —Está usted en un error,—respondió muy sereno el caballero;—yo miro á la otra, á la mayor. —Comprendo—exclamó el joven, viendo que el caballero era vizco;—dispense usted que le haya molestado; pero tiene usted una manera de mirar tan traidora... — M i r o como puedo, caballero: ¿ó cree usted que yo soy vizco por lujo? Nadie como los murguistas—para sufrir coa paciencia—las inclemencias del cielo—y el genio de las por.eras, El, ( a p a r t e ) . — S i m e v i e r a ía m a r q u e s a . . . Ellas, (ídem).—Si. nos v i e r a n n u e s t r o s c h u l o s . . El lacayo—Si m e v i e r a y o á solas c o n e s t a s . . . — 180 ~* EL CANGREJO SASTRE. FÁBULA. E a u n remoto pueblo de n o sé qué n i c i o n , el arte y ejercicio, y a u n l a casta de sastre, se acabó. A g u j a s y tijeras q u e d a r o n , B Í señor; quien u n remiendo echara, q u i e n cortase vestidos, eso n o . I b a el alcalde m i s m o , que e r a v e r l e u n d o l o r , d e l c u e l l o á los faldones roto y aspillerado e l levitón. L l e v a b a hecha u n a c r i b a l a esposa d e l d o c t o r el manto que velaba su moño de figura de aldabón. Sus dos modestas hijas, dos ángeles las dos, desgari a d u l a s ambas luciéronse con t a n t o desgarrón. Sastre l a tabernera, sastre el p r o c u r a d o r , sastre l a v i l l a t o d a pide a i Concejo p o r a m o r de D i o s Sastre buscando s a l e n M o d r e g o y el Pelón u n a mañana h e r m o s a d e l mes florido a l asomar e l s o L O r i l l a s de u n a r r o y o , cercado de v e r d o r , u n a n i m a l bullía q u e e l s a c r i l e g o p a r absorto v i o . E r a u n cangrejo, b i c h o r a r o e n l a t a l región, M o d r e g o v s u consocio á un t i e m p o e x c l a m a n con alegre v o z : " S a s t r e s i n d a d a es éste, largo trabajador: agujas y tijeras l l e v a , p a r a i n d i c a r s u profesión, u L e cogen, y h a l a ! E l p u e b l o se a g o l p a e n derredor. "Sastre y barato! (gritan): n i p a l a b r a de sueldo nos habló, n S o b r e u n a mesa p o n e n u n paño de c o l o r , a l sastre m u d o e n c i m a , y dícenle: " M a e s t r o , ¡un p a l e t o ! u Siguiéndole a l cangrejo su v a g a dirección, u n bárbaro e n l a t e l a p e g a n d o fué t i j e r e t a d a a t r o z . Registran lo cortado... — Q u é r a b i a ! qué f u r o r ! N a d a q u e s i r v a sale. " M u e r a e l sastre! M a t e m o s a l bribón! n Alguno replicaba: " N o m b r e s u defensor. —Señores, no olvidemos que él h a s t a aquí no d i j o : S a s t r e s o y . — P e r e z c a ! repetía toda l a población.» V a n y bíranle a l r i o , y prorumpen ufanos: " Y a se ahogó! u Ahógase de veras, ó a l menos de rubor, algún buen ciudadano, puesto por fuerza donde no pensó. Que todos lo hagan todo es capricho español. Y ¿sirve p a r a nada metido á sacristán el herrador? J. EÜOENIO H A R T Z E N B U S C H , •—¿Quién es usted?—preguntaba el alcalde de u n pueblo á u n borracho, á quien dos guardias conducían á l a prevención. —Señor,—contestaba haciendo eses e l borracho. — Y o soy u n tal D o m i n g o . . . C o n m o t i v o de un fausto acontecimiento, el M i nisterio de Estado hizo una gran propuesta de grandes cruces. E n t r e los agraciados figuraba un D . F u lano de T a l , que habia fallecido dias antes. Y decia uno a l saberlo: — E s o no me estraña. N a d a más cristiano n i más piadoso que poner una gran cruz sobre u n a sepub tura. U n i c a m a n e r a d e p a ? a r e l r a t o de l o s q u e ve anean entre P i n t o y V a l d e m o r o . H U n c i r u j a n o - d e n t i s t a llamó charlatán á u n sacaduelas. — ¿ Y usted, que' h i z o ? - — p r e g u n t a r o n a l i n s u l t a d o . 1 —¿Yo? ¿Qué h a b i i d a hacer? Atr<apellarlo. P o r r l g o s o y d e n t i s t a de á c a b a l l o . A C... E n el carmin defcuserena frente, y en la celeste luz de tu mirada, vi la pureza de tu amor, sentida por el amor inmenso de mi alma. Y desde entonces mi camino alumbra la hermosa luz de una ilusión, y sigo su eterna huella, y su divino rayo me muestra un cielo en cada ser que miro. Sí; que el amor de una mujer querida, como la aurora que encendió la esfera, á cuanto encuentra, generoso baña en la espléndida lumbre que destella. Y o te adoré con el ardor de un niño que en insaciable aspiración, volaba tras un bien ilusorio, y ese anhelo unió con DÍ03 á mi alma enamorada. Y al recibir de tí la misteriosa pureza del amor que te enagena, abrí mi pecho á la virtud, sintiendo la triste pequenez de mi grandeza. Así la flor, tras una noche oscura, abre su cáliz á la luz, y dobla su débil tallo, y ruborosa admira la magostad del cielo y de la aurora, A l eco de t u voz, a l m o rocío ¡que perfumó l a flor de m i esperanza, trocóse e n c a r i d a d m i i n d i f e r e n c i a , y m i d u d a f a t a l trocóse en lágrimas. T a l c u a n d o nace e l d i a se c o n v i e r t e n , de u n sol de fuego a l r a y o f u g i t i v o , en c l a r i d a d las sombras de l a noche, y las nubes en gotas de rocío. 4 A t u a l m a p u r a , se mostró l a m i a como se m u e s t r a á D i o s , serena y franca: ¡nuestro será el placer, h a s t a que acabe l a m i s t e r i o s a unión de nuestras a l m a s ! , ALFREDO B E L A ESCOSURA. U n niño p e n e t r a e n u n a sala de noche y s i n l u z . D e p r o n t o e x h a l a u n g r i t o doloroso. —¿Qué es e s o ? — p r e g u n t a c o n ansiedad l a m a d r e !Iél bebé. —¿Qué h a de ser?—responde éste g i m o t e a n d o ; — jiue como está oscuro me he mordido l a l e n g u a . U n c a p u c h i n o , que estaba predicando, decia á s u AUDITORIO: < " L a s cosas menos i m p o r t a n t e s son las que generalmente l l a m a n más l a atención de l a h u m a n i d a d . • Por ejemplo; admiráis el s o l , y apenas hacéis caso le l a l u n a ; s i n embargo, l a l u n a os a l u m b r a p o r l a noche, mientras que el sol sólo os a l u m b r a d u r a n t e el d i a , que es cuando menos f a l t a hace.n — 186 — LOS S O M B R E R O S . De sombrero no ha cambiado desde que ha sido exclaustrado. A voces dice el sombrero ser su dueño zapatero. LOS SOMBREROS. E l s o m b r e r o así, a t e s t i g u a estar chapado á l a a n t i g u a . V a a n u n c i a n d o este s o m b r e r o ser s i n duda el postrimero, EL DINERO DE S A N PEDRO. L a noche espira; las estrellas palidecen en el cielo ante l a l u z del alba que asoma, coloreando los picos más elevados de las montañas de J u d e a . E l valle del Cedrón tiene aún l a suficiente sombra para que no se distingan las aguas de su torrente bíblico, a l que sólo se a d i v i n a por e l ruido que hacen al chocar con las piedras de su lecho. Los pájaros despiertan, preludiando su primer gorjeo; algunos mojan su pico en las gotas de rocío que se estremecen en las puntas de las ramas; las flores abren sus cálices para que el alba deposite en ellos su p r i m e r beso de l u z ; y l a brisa que h a d o r mido entre las copas de los árboles empieza á agitarse perezosa, produciendo u n suave m u r m u l l o . Es una dulce alborada de estío que v a ahuyentandopoco á poco las sombras que envuelven las a l deas de Nazaret y Jetsemaní. Por u n a ladera que costea el torrente, camina u n hombre, m i t a d peregrino, m i t a d guerrero, á juzgar por su tiraje; lleva e l ropón y e l báculo, y lleva también l a espada y el casco: puede ser S a n Pablo, y puede ser también San Pedro e l Ermitaño, que sueña otra nueva cruzada. Como l a sombra persiste a u n en el valle, no ha visto que á uno de los lados del sendero, que es estrecho, duerme u n viajero, recostado sobre un & piedra. También viste ropón y sandalias; á sus pies, er el suelo, hoy u n r o l l o de pergamino, especie de pa- pirus, que permite ver algunos caracte'res egipcios impresos en él. E l primero tropieza con el segundo; éste, incorporándose, exclama: —¿Quién va? —¡Pedro!—dice ei que llega, como sino esperara encontrarse en aquel sitio á un amigo. E l otro, después de frotarse los soñolientos ojos, exclama á su vez: —¡Pablo! Ambos se abrazan, y sostienen el siguiente diálogo. E l que llega, esto es, Pablo, dice al que dormia, ó sea Pedro: —¡Tú en el fondo de la Judea!... ¡en los sitios que tantas veces hemos recorrido con el divino Maestro! •—Ya lo ves; nada tenia que hacer en el cielo; de algún tiempo á esta parte nadie sube á visitarnos; parece que las almas se han dado cita en otro sitio; los goznes de las cerúleas puertas se enmohecen; hace ya muchos meses que la llave no gira en la cerradura, y la primera vez que haya que hacer uso de ella, habrá que darle muchos litroade aceite. — ¡Es verdad!... ¡Parece que el cielo ha venido á menos!... Y a nadie aspira alas dulzuras del Paraíso, como no sea el del teatro de la ópera. —Pues bien, yo me aburría allí en una inacción forzosa; mi oido empezaba á cansarse de los cánticos de los ángeles, arcángeles y serafines, que son los mismos desde el principio del mundo... los perezosos no aprenden nada nuevo... ¡siempre el mismo ritmo y la misma armonía!... Edfco aburre y desespera; así, pues, pedí licencia temporal; pviae un sustituto en mi puesto y me he venido á Judea á rectificar sobre el terreno algunos errores cometidos por los impugnadores de M r . Renán: llevo aquí anotados los principales, y me dirigía á Jerusalen. á comprar pergamino y tinta para proseguir mi obra. ¿Y tú? — Y o te bascaba. —¿Pues qué ocurre? —Veuia á ver si me prestas algún dinero. Pedro le interrumpe lanzando una carcajada; después adquiere su aire de gravedad, y le dice: —¡Dinero yo! ¡Tu estás loco! ¡Dinero, cuando ves sobre mis miembros el agujereado ropón que vestía cuando cantó el gallo en el Pretorio, y las mismas sandalias, destrozadas por los senderos es cabrosos de la Palestina! —¡Pues qué!... ¿Acaso no eres rico? ¿No dispones de cantidades considerables que los pueblos de todas las naciones católicas se apresuran á depositar en Roma en las manos del Papa, hoy tu banquero? ¿No hay un dinero de San Pedro, que debe perteuecerte, puesto que se recauda en tu nombre? ¿O es que, á imitación de los mortales, niegas tu bolsa al mejor de tus amigos? —Vamos por partes, amigo Pablo: yo sé que sin mi autorización hay quien toma mi nombre para pedir dinero á los católicos, y te digo que esto me ha disgustado en extremo, puesto que no han contado conmigo, inutilizando mi crédito para el dia en que quiera usar de é i , . a — ¡ Y tú, lo aguantas!... ¡Sin quejarte!... ¡Sin protestar p o r medio de l a prensa, ya, que no acudas á los t r i b u n a l e s ! — A l g o de eso cruzó por m i mente, y p a r a a v e r i guar lo c i e r t o , me dirijí á R o m a ; pero, amigo mió, a l v e r m i catadura, los jirones de m i ropa y e l p o l vo d e l camino sobre m i tostado rostro, unos señores que h a b i a e n e l Q u i r i n a l vestidos de negro, m u y orondos y cepillados, afeitados, perfumados y t i l dados, se echaron á r e i r , oyendo m i pretensión, d i ciéndome que e r a u n loco, q u e u n hombre de m i s antecedentes no podia v e r n i h a b l a r a l P a p a , no siendo embajador de a l g u n a potencia a m i g a , ó d i rector a l cémbalo de a l g u n a peregrinación católica, y p o r último, m e a m e n a z a r o n c o n l a cárcel s i no me r e t i r a b a : y o que sé á lo que saben los calabozos, me apresuré á obedecerlos, y . . . aquí me tienes. —¿Pero no t e i n f o r m a r o n siquiera d e l destino á q u e se dedica ese dinero, que debía ser tuyo? — A l g o me i n d i c a r o n . . . y algo e n contraposición á mis ideas y s e n t i m i e n t o s . P o r de pronto, pensé y o , puesto que e n España h a y hambre, y en I n g l a t e r r a no comen m u y b i e n , y e n A l e m a n i a , I t a l i a , etcétera, a y u n a n los j o r n a l e r o s antes de que l e s o b l i gue e l precepto, es n a t u r a l que e l P a p a no a d m i t a ese d i n e r o , ó que de a d m i t i i l o , se constitu\ a en. a d m i n i s t r a d o r de los pobres, siguiendo l a d o c t r i n a de Jesucristo, y dando u n a lección á los que, en v e z de comprar u n p a n a l vecino que se muere de h a m b r e , y u n pedazo de paño de l a capa de S a n M a r t i n a l que v a enseñando las carnes, porque no tiene con qué c u b r i r l a s , entrega su óbolo a l que no lo necesita. j P e r o uno de aquellos señores orondos y c e p i l l a dos, afeitados, perfumados y t i l d a d o s , me dijo q u e e l P a p a se v e i a rodeado de peligros; que e n e l h o r i zonte de l a fé asomaban densos nubarrones , q u e l a I t a l i a irredentob... y l a demagogia... y G a r i b a i d i . . . y en s u m a , que aquel dinero p o d i a ser necesario p a r a l e v a n t a r u n ejército en d e t e r m i n a d a ocasión q u e , vertiendo sangre, defendiese los derechos de u n a institución creada precisamente p a r a n o v e r t e r l a . P a r a no o i r más, me tapé los oidos , acordándome de cuando el D i v i n o M a e s t r o me reprendió p o r h a ber cortado u n a oreja á M a t e o , y . . . aquí m e tienes, m a l vestido, h a m b r i e n t o y acabado p o r l a f a t i g a , s i n u n a moneda en l a bolsa", a u n cuando hace mucho r u i d o e n e l m u n d o el dinero de San Pedro. —lY qué piensas hacer? — D e j a r las cosas como están, h a s t a a q u e l d i a terrible en que resuenen las cien m i l trompetas d e l A p o c a l i p s i s , y á l a v o z d e l Señor a c u d a n los h o m bres a l valle de Josafat; entonces el Sinaí volverá á tronar y á relampaguear, apareciendo e n su c i m a con su flamígera espada, el niño de N a z a r e t , e l hombre d e l Gólgota, y e n nombre de l a h u m a n i d a d y de l a j u s t i c i a , pedirá á q u i e n debe estrecha cuenta d e l dinero de S a n P e d r o . L o s dos hombres c a l l a r o n , y no se oyó más que el a r r u l l o de u n a tórtola posada e n l a r a m a de u n o l i v o , y allá á lo lejos e l canto de u n b u h o , que b a tía sus alas sobre l a cúpula de S a n P e d r o . L o s últimos rayos d e l sol de J u d e a d i b u j a r o n a q u e l l a t a r d e las siluetas de dos h o m b r e s , que h u i a n en dirección opuesta á l a C i u d a d E t e r n a . PEDRO ESCAMILLA. EL E L E F A N T E DOMESTICADO. P r e g u n t a b a el palomo a l elefante: "¿Por qué desde el instante que fuiste como y o domesticado, con ojos de dolor en t u hembra fijos, de m i l cosas te quejas á su lado, pero jamás de que te falten hijos?» Y respondió con tétrico semblante e l membrudo a n i m a l : " S o y prisionero, de h i e r r o s v o y cargado... ¿Hijos esclavos yo? ¡Morir p r i m e r o ! n J U A N EUGENIO HARTZENBÜSCH. EPITAFIO. E l que aquí reposa e n cueros murió, según se sospecha, cuando habia más dineros, más h o n r a , y más caballeros. — ¡Pues y a v a larga l a fecha! VALLADARES. tf»- Quizá se vio abandonada,—y al implorar un socorro ie recibe de la mano—del que debió ser -su esposo- C u a n d o s e r e n a , es püsioie—que 110 ¡se encuentre y de esta serenidad—se aprovechan los rateros. seteno, A U N O S OJOS. Ojos que así me miráis y que traspasáis el a l m a , robando, impíos, l a calma del corazón que os burláis. Más dulces y s i n enojos miradme por u n momento; después moriré contento muerto por t a n bellos ojos. PEDRO MARQÜÍNA. INDICADOR P A R A A N U N C I A R E N L A S PARROQUIAS LOS CASOS D E I N C E N D I O S con expresión de l a s calles a n t i g u a s y de nueva denominación QUE Y COMPRENSE CADA BARRIO LAS REGLAS QUE H A N DE OBSERVARSE P A L A C I O BARRIOS. Álamo. . . . Camps. i Amaniel.. .. 2 Bailen 3 Conde-Duque 4 1. Calles qus comprende cada b a r r i o . ( Alamo, Beatas, Bguiluz, Garduña, Isabel l a Católica ndms. 23 á 29 y 14 á 20, Manzana, Parada, Piaza de los Mos tenses, Reyes, Rosal, S. Cipriano, S. Ignacio, Sta. Margarita, Travesía de las Beatas, Travesía del Conservatorio, Travesía de la Parada. Acuerdo 1 á 11 y 2 á 12, A m a n i e l , Cristo, Juan de Dios, Norte 1 á 19 y 2 á 10, I Noviciado, P. de las Capuchinas, P. de {las Comendadoras, Pla;a del Limón, Ponciano, Portillo, San Bernardino, S a n V i cente baja. Travesía d e l Conde-Duque 1 álly2ál2. Bailen, Encarnación,.Fomento 3 á 7 y 6 á 10, Pavía, Plaza de l a Encarnación, P. de los Ministerios, Rejas, Reloj, R i o 19 á 23 y 24, San Quintín, Torija. ' Conde-Duque, Limón, M a n u e l , Mártires de Alcalá, Negras, Plaza de A f l i g i dos, P, del Seminario, Princesa 2 á 10, Travesía del Conde-Duque 13 á 21 y 14 á 26, Travesía de Guardias. SARRIOS, U Camps. 1 i 1 „. ., MOri¡la. . . i' ! a f e m i n e l bVgúmwt>„ Callas q,m comprende caá» b a r r i s . / C a m i a i del Pardo, Casa de Campo, I Cuesta de Areneros, Moncloa, Paseo de „ " la Florida. P. alto de l a Virgen del Puer• 5 < to.P.bajodela Virgen del Puerto.Pradera i del Corregidor, Puentes del Rey, y Verde, f Pta.deS. Vicen te, Ribera del MarzanaV res 1 4 57 y 2 á 38, Virgen del Puerto, . fi j| * ^lifarífio eldlOUdN. . . ( Flor baja, Fomento 9 á 35 y 12 á 50, Isa) bel la Católica, 1 4 21 y 24 12, Leganitos l » ) 4 4 7 y 2 4 42, P . de Leganitos, Recodo, ( Rio, 1 á 17 y 2 á 22, Travesía del Reloj. ( Almudena, Biombo, Calderón déla BarV ca, Cruzada, Cta de la Vega 1 á 5 y 2 á 4, 7 < Factor, Juan de Herrera, Luzon.Malpica, i ) Mayor 77 4127 y 78 á 122, Milaneses, P. J del Biombo, P. de S. Nicolás, S. Nicolás, Trav. del Luzoa, Trav. Biombo, Yieato. a v\ > • nI llüCipe -110 /i i (hOY ArglieH1 * a / Buen Suceso. Callejón de Leganitos, j Callejón del Príncipe Pió, Castro, Don i B v a r i i t o . Don M a r t i n , Dos Amigos,Du1 que de Osuna, Estación del Ferro-carril f del Norte, Ferráz, Industria, Leganitos { 49 & 65 y 44 4 54. Luisa Fernanda. MenQ j dizábal. Paseo de_ San Vicente, Plüzade f Pió, Quintana, Rey Francisco, Rosales, ! San Leonardo, Tutor, Ventura Rodri\ guez. a « « «JUinOneS. . . ir _ lergara.. . . | 9 A cuerdo 13 á 21 y 14 á 32, Monserrat, Norte 21 á 81 y 12 4 24, Palma baja, Q u i ( ñones, SanDimas, San Hermenegildo. / Amnistía, Carlos III, Felipe V , Lepan, ita, Noblejas, Plaza déla Armería, Plaza 11) {de Oriente, Plaza de Palacio, Plaza de {Santiago, Ramales. Rebeque, Requena, ISanta Clara, Santiago, Union, Vergara. A U N I V E R S I D A D «5. BARRIOS. Camps CaBIBO 06 * GliardlaS (DOT iOZttS), \ ' „ , ColOll. ... fi „„ J „r, liOritMierd.. . A rt A j\ .: vámL a f . 7 , „ DOS de MayO J EWAMII fi EíbL-ülldl.. . . Eífrplla liallCUa.. . . D a 7 PÍ7íirrn nzanil. , , , ,. RUblO n Calles que comprende eada barrio. / Aceiteros, A l m a n s a , Aivaraao, A r a [ piles, Berruguete, Blasco de Garay, B r a 1 vo M u r i l l o , Callejón d e l Alamilío, C a 1 mino Dehesa de l a V i l l a , Camino H u e r 1 ta del Obispo, Campo de A m a n i e l , Cam1 po de l a Dehesa de l a V i l l a , Castilla, ] Covadonga, Cuatro Caminos, Dehesa de | A m a n i e l , Feijóo, Fernando el Católico, ( Glorieta de Quevedo, Goiri, Juan Pan. | toja, Lope de H a r o , Magallanes. M a r 1 i garitas, María de Z i y a s , Melendez V a l 1 dé?, Mercado de Trasmiera, Navas de 1 Tolosa, Pasaje de V a l d e c i l U , Paseo de [ Areneros, Paseo d e l Conde Duque, Paseo de San Bernardino, Princesa 1¿ á 28, 1 R e a l , Sandoval, S a n Rafael, Solares y \ Hermosa. . l Colon. Corred. - Baja de San Pablo 31 { ¿ 61 y 16 á 31, Plaza de San Ildefonso. 1 San Joaquín, Santa Bárbara. ( Corredera A l t a de San Pablo. D i v i n o 9 ) Pastor, Palma A l t a i á31 y 2 á 20, Penind j Vicente A l t a 1 á 29 y 2 á26, l Velarde. ( Carranza, Daoiz, Malasaña, Monteleon, l ) Plaza del Dos de Mayo, Pozas, R u i z , S a n % \ Bernardo 49 á 85 y 54 á 86, Travesía de ' las Pozas. / Costanilla de San Vicente, Dos de M a „ \ yo. Espíritu Santo 19 á 55 y 30 á 52, M i O { ñas 15 á 23 y 24á 32. Palma A1 ta 33 á 55 y / 22 á 40, S a n Andrés, San Vicente A l t a \ 31 á 51 y 28 á 56, Santa Lucía. S Don Felipe, Escorial, Jesús d e l V a l l e , U ¡ Madera A l t a , Molino de Viento. ( Cueva, E s t r e l l a , F l o r A l t a , Justa, Pe) r a l t a . S a n Beroardolá47y 2 452, Traveí g i {} A l t a m i r a , Travesía de l a C r u z ' Verde. 0 ( Corredera Baja de San Pablo 1 á 29 y 2 2 3 g u l a r > S a a 7 a e Q f Cruz Verde, L u n a 13 á 35 y 14 á 44, M a 0 ( dera Baja, Panaderos, Pizarro, 8. Roque. . l Callejón de las Minas, Espíritu Santo i 0 1 á 17 y 2 á 28, Minas 1 á 13 y 2 á 22, R u f bie. Tesoro. A CENTRO BARRIOS. Camps. i' A b a d a , Caiíichil'a, Olivo 1 á 25 y 2 1 } á 28, Plaza deí Callao, Plaza d e l Carmen, 1 \ saíud, S a n Alberto, S a n Jacinto, Tres ( Cruces, Tetuan 25 á 35 y 18 á 42. i p/t-iql AlCíldl.. . . . ( A r e n a l , Caza, Fuentes, H i l e r a s 1 á 13 9 ) y 2 á 12, Plaza de Herradores, San F e l i p e *J | N e r i , Travesía d e l A r e n a l . 1 Bordadores.., f¡-A oql <jc! DCSLdlüd».. . 7 £ ¡ P.cnpin uapju.. . . . Bordadores, Coloreros, M a y o r 1 á 75 y 3 ji i ^ r 1 1 2 0 d e S a a ' tíiaés Plaza d e / Capellanes, Conchas, D o n F r a n c i s c o i Piqaer, F l o r a , H i l e r a s 15 á 19 y 14 á 18, ) M i s e r i c o r d i a , Plaza de Ceienque, P l a z a i / de las Descalzas Reales, Plaza de Nava4 <i p 8 ^ M a r t i n , P l a z a de T r u 1 julos, S a n M a r t i n , Tahona de 3as Desf calzas, Tetuan 1 á 19 y 2 á 14, Travesía \ ele T r u j i l i o s , T r u j i l i o s . ? n > i a z a d e ( Bonetillo, Callejón de las Yerbas, CosH Jtítnillade Santiago, E s c a l i n a t a , Espejo, o \ i n dependen d a , Lazo, Lémus, Mesón de ' Paños. kaSíf ] i l iMlítt 1!. . . / Biblioteca, B o l a , Campomanes, Caños, | Costanilla de los Angeles, Cuesta de ñ ! Santo Domingo, Donados, Fomento l y l y duplicado y 2 á 4, Plaza de feabelll, P l a 1 za de S a n t a C a t a l i n a de los Donados, \ Plaza de Santo Domingo, P r i o r a . JSCGHieíreZO. 7 ^ . H i t a , Jacometrez>, Travesía de M o - PoSÍfVn n..»ugu. . . . £ í Postigo de S a n M a r t i n . Preciados 27 á 0 j 33 y 66 á 88, Sartén, Ternera, Veneras. 1 1 Calles ipie comprende cada barrio. í hniln AUdUd..... i i! í?. Píierta del ni 0Ql , Silva 1 ( Callejón de Preciados, C a n d i l , C a r n \ meii, Preciados l á 2 5 y 2 á 64, P u e r t a del t) ( S o l , R o j j p e k n z a s T e t u a n 2 1 á23y 16. ¡ \ft í, Callejón de Tudescos, L u a a 11 y 4 á l 2 . — 201 — HOSPICIO 4. | Camps. BARRIOS. Pnv>rt DdltU. . . . . T!AT»Afi/iAT»/)Io BeneiICeilOid, ~, , , , LüalüUeTÍ,. . f. , .,, LíOlllllllO.... , i A r c o de Santa María 1 á l 9 y 2 á l 4 , C o l - 4 { m i l l o , Hortaleza 1 á 47 y 2 á 80, Infantas ' 1, y 2 á 6. „ ( Carbón, Desengaño 5 á 29 y W á 28, O ? H o r n o á e l a M a t a , L u n a l á 9 y 2 , Olivo27 „ UeSeHSanO.,. n Callea p e comprende cada barrio. i ) Ballesta, Barco, Muño¿ T o r r e r o , N a o , 1 j P u e b l a , Travesía de la B a l l e s t a . j Apodaca, Barceló, Beneficencia, C h u r í) / r u c a , F l o r i d a 5 y 10 á 14, F u e n c a r r a l 91 á L \ m y 80 á 92, L a r r a , S a n Cvropio, T r a \ vesía de la F i o r i d a . / Alburque^-que, Alfonso X , A l m a g r o 1 j á_5, Arango, A r t i s t a s , Balmes, Beata M a riana, Buenos-Aires, Caracas, C a r d e n a l 1 Oisneros, Castillo, Cienf uegos, Cisne 1 á I 17 y 2 á 8 , Covarrubias, C h a m a r t i n , Don 1 J u a n de A u s t r i a , D u l c i n e a , Españólete, 1 Felipe el Hermoso, García de Paredes, ÍGarcilaso, General Alvarez de Castro, 1 Glorieta de l a iglesia, Glorieta de Bilbao, ¡Gonzalo de Córdoba, Habana, H e r n a n i , « / Istúriz, Jordán, J u a n de O l i a s , L e i v a , 0 \ L u chana. Marqués de l a R o m a n a , Me\ de-lia, M i g u e l Angel, Morejon, Moreno ¡Rodríguez. M u r i l l o , O l i d , Orden, P a l a I fox, Paseo del Obelisco l á 11 y 2 á 16, P l a j z a de Chamberí, Plaza de Olavide, Ponce 1 de León, Quesada, Raimundo L u i i o , ReI care Xo, R o n d a de Santa Bárbara, SagunI to, S a n E n r i q u e , San Germán, S a n t a B n 1 gracia, S a n t a Feliciana, Santísima T r i n i dad, S i t i o del Polvorista, Tioiano, T r a falgar, Varga?, V i r i a t o , V i r t u d t s , Zarzal, 1 Zurbarán. v á 37 y 30 á 40, Travesía de la Mata. ° FueiiCdrral 6 j^g^ ^ • Fuencarral 1 á 89 y 2 á Hcriian CÓrteS 7 Hernán-Cortés, Hortaleza 49 á 91 y 82 a r m a c Polín™ J 1 e , Qfís d 0 Uárharíi iMd. UdlUdld. Tüirciue. ( A r c o de Santa María 21 á 27 y 16 á 18, J G r a v i n a l á 3 y 2, Pelayo 17á75 y 14 á 7 8 , í Travesía de San Mateo 5 á 11 y 18 y 18 duplicada. ( F l o r i d a 1 á 3 y 2 á 8, P l a z a de S a n t a Q / Bárbara, San Lorenzo, San Mateo, Santa i? \ Agueda, S a n U Brígida, Travesía de S a n \ Mateo 1 á 3 y 2 á 16. 1 0 i Desengaño 1 á 3 y 2 á8, Leone?, S . Ono» 1 vi .} T a Desengaño, Valverde. 8 ü Valvar/la a . . f r e ) r a v d e l BUEÑA-VISTA BARRI OS. Camps. Aloril^ AlMld i 1 S. Calles e^ua comprende cad* barrio. j Alcalá. Concordia, Marqués delDaero, \ Olózaga, V i l l a i a r . AlTrnrtmtA AUIllldlllt;.. . ( Almirante, B a r q u i l l o 1 á 21 y 2 á 24, i d 9 ) Paseo de Becoletos, Piamoote, 13 á 29 K 4 L j 18. Re coletos, Salesas.Santibañez.Sau' co, Villanueva. n i Keieil. . . . . 1 Argén sola. Barquillo 23 á 53 y 26 á 46l Belén, Costasilla de Santa Teresa, Cosa ¡ t a n i l l a de la Veterinaria, Fernando V I , 0 \ General Castaños, Marqués de la Bnsej nada. Plaza de lasSalesas, Recueros, San f Lucas, Santa Teresa, Santo Tomé, T r a \ vesía de Belén. a Caballero GraCia. 4 j Caballero de Gracia, Jardines, Peligros. uwm m u . . . . [ Arco de Santa María 41 á 45 y 34 á 42, \ Cal'ejon de San Marcos», Góngora, GraviS i 5 á i 3 y 4 á 22, Infantas 29 á 31 y 44, 0 Libertad, Piaoionte 1 á 11 y 2, Plaza d e l Rey, San Gregorio, Soldado 27 á 29 y 24, Torres, Válgame Dios. Montera.... 6 j Iilbpi*fad n a A d u a n a , Montera, / Calle de Pajaritos y camino de l a 1 Venía desde l a calle de Velazquez á su i terminación, callejón del J a r ¡inillo, l caile de ^icálvaro, Tostado, Doña BeDio™ Ja T 7 / rengúela, Velazquez, Nuñez de Balboa. I l d Z d l i e lOrOS / < camino de Canillas, i d . alto y f i • de 1 Vieálvaro, i d . ds fíort&leza desde los I terrenos existentes detrás d e l P i s a r de i l a Castellana hasta el barrio de la Prosperidad.—Este b w r i o y les de l a Guin\ dalera y l a S a l u d . A A N | BARRIOS, Oamps. r. . . Keiílcl, , . , , „ Ml\ „,, MarCOS.. ^alaiíianra aalíUliaui/tt. , Calles que comprende oada barrio. / Calle ds S . M i g a si, Clavel, Reina, San l Jorge, Torree». piu/.a de Bilbao, eostani1 Ua.de 'apuchinos, calle del Soldado (1 Q \ 7, 2 á 10) des !e la de las Infantas á l a o / de San Márcss, parte ^e l a ca'ie de las \ I n t . n t i s (3 4 31, 8 4 41) desde l a calle i de Hortaleza á l a plaza del fte.y inclusi1 ve, y parte de l a calle de San Bartolof mé( 1 4 5, 2 4 4) desde l a de las Infaa\ tas 4 l a de San Marcos. n t) Arco de Sta. María29 439 y 20 4 32,Pelayo l á 15 y 2 4 12, S. Bartolomé 7 4 29 y 6 á 24,S.Márcos, Soldado 9 á 25 y 12 4 22. í Plaza de l a Independencia, callea de /Serrano, C l a u d i o Coello,_La Gasea, J o r jge J u a n , Goya, Hermosida, L i s t a , Doa IRamon déla Cruz, P a d i i b , Juan Bravo, IMalionado, Martínez de l a Rosa, Mariones de V i l i a m a g n a . Pajaritos desde la Jde Serrano 4 l a da Velazauez, Conde de l l l (¿randa, Columela, camino de HortaleIV \ ¿ ¿ entrada por e l paseo de la ¿Castellana hasta los terreóos existentes 1 letras del pinar, i d . de l a Venta desde Fia plaza de la Independencia hasta la foallede Velazauez, c d l e de Villanueva 1(3 á 13 y 14 4 ¿4) desde la de Serraao 4 lia de L a Gasea y calle de Piiigcerd4. 7RI e s e s a C O N G R E S O O. BARRIOS. Camps. , AüSel. . . . , 1 0 farrora lidllola. 4 . . fñM'atítao WlVdllieb. « • Calles p e comprende cad-a barrio. | Atocha 35 4 77 y 16 á 40, Huertas 1 á 27 y 2 á 30, Plaza del Angel, Plaza de ( Matute, San Sebastian. 9 í Carrera de San Gerónimo, Cedaceros, ¿ j Gitanos, Sevillia,Travesía de Peligros, l ) Cervantes, Costanilla de las T r i n i t a - dQ ) rias, Jesús 1 y 3 y 2 á 8, Lson, Lope de Vega, Plaza de Jesús, Quevedo, San { Agustín, ry.-f An UUllüfc.. . . . I * r tlUA.. . . . . K f Barcelona, Cádiz, Cruz, Espoz y M i <i ^ na, Pozo, V i c t o r i a . fnJwriarin»> UOUeilldUUl.. f A l a m e d a , Cenicero, Costanilla de los ñ ) Desamparados 7 á 23 y 8 á 14, Fiicar, Go0 j bernador, leche, S a n Blas, San Pedro, \. Travesía del Fúcar, Verónica. Tfüapfac IlutHUto.. . . 7 i . Q ( r n 7 , \ Floridablanca, F l o r i n , Greda, Jovella( nos, Plaza de las Cortes, Bordo y Turco, / A m o r de Dios, Berengena, Costanilla í de los Desamparados 1 á 5 y 2 á r i Huer; t a s 29á73 y 324 86, Jesús 5 4 7 y 10 á 14, \ Plaza de l a Platería de Martínez, S a n / José, San J u a n , Santa María, Santa Po\losia. Baño, Infante, Lobo, Prado 5 á 29 y (17 y 8 4 1 2 . ) iTinCine.. . . n r o MirO C Gato, Gorguera, Plaza del Príncipe A l 9 \ fonso. Prado 1, 3,2 y 4, Príncipe, V i s i t a (cion 1 4 9 y 2 4 6 . A IA 10 / Duque de Fernan-Nuñez, Granada (en \ proyecto), Lealtad (en proyecto), Parque < de M a d r i d , Paseo de A t o c h a , Paseo d e l i Prado, Plaza de ¡a Lealtad, S i Ion del { Prado. HOSPITAL BARRIOS. Camps. AtOCha.... 1 Calles que comprendí cada barrio. ( Atocha 103 4181 yfiO4110. Ave-María. . 2 J «' (^alllZareS.. . V. Ave-María, Plaza de Lavapies. \ Atocha 79 4 101 y 42 4 58, Cañizares, 0 sMagdalena, Plaza de Antón M a r t i n , f ürosas. 0 . S)e!lC!aS., , . f A b t i o , Ancora, Caminos A l t o y Bajo 1 de Vic41varo. Comercio, Delicias, Esta« 1 cion del Ferro-Carril del Medio l i a , Glo4 \ rieta de Santa María déla Cabeza, Juan 1 de U r b i e t i , Marina Española. Moreto, 1 Pacífico, Paseo de las Delicias, Paseo del v Molino, Puente de Vallecas, Sur, Tellez. Mit>ietriW JHluISUUt;», . H í Calvario 9 á 31 y 8 4 22, Lavapiés, M i w ^ ñisñiles, Ministriles chica. Olivar fi UllVdl, ^ . . í Cabeza 9 4 35 y 10 4 42, Olivar, Olmo 1 4 0 | 2 5 y 2 416, San C4rlos. Primavera 7 1 ' ' -^ S rita. u e n a v ^ * » Escuadra, Primavera, Zus a Xítnía TsaKal fldUld ISdUW. í Callejón del Hospital, Doctor Four8 1 Q et 1411 y 2 4 12, Esperancilla, Rosa, 0 j E¡ g Hdefonss, Santa Inés, ' Santa Isabel, Tinte. Tnrtwilla lUIieuild,. . Q i Esperanza, Olmo 27 4 39 y 18 4 36, San 9 í Simón, Torrecilla del Leal, Tres Peces. u S a n U e n i 0 i S a n í Argumosa, Doctor Fourauet 13 4 33 y ValPtiría 4ft ) 14428, Fe, Salitre, San Cosme, SombreTdmutld. . , i U j r e r í a i g Lorenzo. V a ' lencia. T r a y e s l a d e a n j INCLUSA BARRIOS. Camps. Cabestreros.. . 1 { Cabestreros, Embajadores l a 27 y 2 á j 38, Oso, San Cayetano, Travesía á<s Ca( bestreros. 0 l Caravaea, Amparo 63 á 91 y 50 á SO, i Sombrerete, Tribulele 1 á 13 y 2 á 11. Caravaca.. . b Calles que comprende cada barrio. Amparo,. . . a l Calvario 1 á 7 y 2 á 6, Amparo 1 á 61 y 0 < 2 á 43, i'Jsgdma, Jesús y María 11 á 31 y ( 10 á 34, Travesía de la Comadre. Embajadores í * i Barranco de Embajadores, Embajado\ res 29 á 59 y 40 á 68, Espino. Encomienda. K í Abades, Dos Hermanas, Encomienda, ( Mesón de Paredes 17 á ¿9 y 24 á 50, H u e r t a del Bayo.. . . A " 7 Peñón. . . . í Callejón de l a Peña de Francia, Casi; no, Huerta del Bayo, M i r a el Sol, Peña i de Francia, Rodas, Santiago el Verde, ( Ventorrillo. 5 Amazonas. Carnero 1 á 5 y 2 á 4, PeI ñon, Santa A n a , Velas. f Arroyo de Embajadores, Cristo de las 1 Injurias. Ercilla, Fray L u i s de León, 1 Labrador, Laurel, Martin de Vargas, ¡ Moratines, Paseo de las Acacias 1 á. 9, • 0 / Paseo blanco, Paseo del Canal, Paseo de \ Embajadores, Faseo de Santa María de 1 la Cabeza, Paseo de las Yeserías, Peñuef las, Plaza de las Peñuelas, Roño a de l tocha, Ronda de V a l e n c i a , Sebastian V Elcano. 0 Peñuelas.. . Provisiones.. Rastro.. . . 0 0 • 10 ñ f Mesón de Paredes 41 á 83 y 52 álOO, \ Provisiones, Tribútete 15 á 19 y 16. ( Cerrillo del Rastro, Pasicn, Plaza del j Rastro, Ribera de Curtidores, Travesía \ d e l Rastro. — 2(n — LATINA BARRIOS. i .„„ AgUdS. > Camps. , , , Anfron-jiiúlo AlgdüZlUild.. Calcita.. i Aguas, A n g e l , Carrera de S a n F r a n ,1 } cisco, Plaza de S a n Francisco, Rosario, 1 < Bernabé, S a n B u e n a v e n t u r a , S a n ( Isidro, Santos, Travesía de las V i s t i l l a s . / Arganzuela, Bastero, Callejón d e l Me\ Hizo, Cabejon d e l l i o Esteban, C a m p i l l o O ) d e i M u n d o Nuevo, Carnero 7 á 19 y 6 á L S i s , Cojos, Costanilla de la Arganzuela, f Cnopa, M i r a el R i o A l t a , M i r a e l R i o \ Baja. . 3 Cebada.. . , 4 „ , JIOIl i e i l r O . . . O n „ ... , liUmiIIaderO. U 8 H i e u e TnJPflrt ltjicuu. , . n . i» rUería MOrOS oOiafla. . . . Toledo. . — „ 6 A a. P ponía 1 Calles que comprende cada barrio. 7 ¡ o 8 9 i f f ' i Cebada, Cuervo, Maldonadas, Plaza de \la Cebada, Plaza d e l H u m i l l a d e r o , Plaza jde S a n M i l l a s , R u d a , S a n M i l l a » . / Aguardiente, A l a m i l l o , C a m p i l l o de l las V i s t i l l a s , Cuesta de ios Caños Viejos, \ Cuesta de ios ciegos, Doo Pedro, Grana\ > Mancebos, Mancebos (Angosta de los;, i Morería, Plaza, d e l A l a m i i l o , Plaza d e l J Granado, P i a z a de l a Morería, R e d o n d i \ l i a . Toro, Yeseros. i H u m i l l a d e r o , Irlandeses, L u c i e n t e , M e a i o d i a . Grande Mediodía C h i c a , (Críente, Sierpe, l a b e r m l l a s . / C a b s c : r a del Canal, Cambroneras, C a j mino de C a r * b a u c l i e l , Caminos A l t o y 1 bajo de S a n Isidro, Carretera de A n 1 dalucía, Carretera de Toledo, Cerros de I S a n I s i d r o , Cuesta de Descarga, E s t a Icion de l a Vía de Circunvalación, ( j i l / I m o a , G l o r i e t a d e l Puente de Toledo, \ Faseo de las Acacias 2 á 6, Paseo Impej n a l , Paseo de Melancólicos 1 á 5, Paseo i de Ocho H i l o s , Paseo de los Olmos, Puenf te de Toledo, Radío, R i b e r a d e l M a n f zanares 79 á 9ó y 58 á 64, R o n d a de I ¡segovia 1 á 17 y 2á 4, R o n d a de Toledo, \ Torero. / A l m e n d r o , Costanillas de S a n Andrés, 1 N u n c i o y S Pedro, Plaza oe los Carros, < P u e r t a de Moros y San Andrés. Nuncio, i P r e t i l de Santistéban, S i n Puertas, T r a l vesía d e l A l m e n d r o . I n C a l a t r a v a C a m p i U o d e G i l do P a l o m a , S o l a n a , Ventosa. 10}f éa 128. F * l a 0 u e r t a d e Toledo, Toledo 67 á 143 y 6* — 208 — AUDIENCIA 1 0 . BARRIOS. Camps. f»„ 1IO _ _ • . liOIlCepCIOn. . 1 . . . . LonStltllClOD. EstU(lÍ0S. . TlianAln . fí «JUttUClU . . . 3 rUertd l e r j rada.. . . ¡WíWl'a 4 ( Cabeza 1 á 7 y 2 á 8, Duque de A l b a , 1ne E s p a d a , Jesús y María 1 á 9 y 2 á 8, J u a Mesón de Paredes 1 á 15 y 2 á 22, U NPiDgarrona, Plaza del Duque de Alba, I S a n Dámaso, San Pedro Mártir, TraveV sía de l a Encomienda. ) ^°< «Pl del Progreso, Re/ Carrera de S. Isidro, Carretera d e . E s I tr?m idura, Carretera Vieja de C a s t i l l a , 1 D . E l v i r a , D . Urraca, P-tseo de Meiancó/ lieosS 4 li, Plaza del Puente de Segovia, \ Plaza de S. Isidro, Pontón de S. Isidro, 0 1 Puente de Segovia, Ribera del Manzana1 res 59 á 77 y 40 á 56, Ronda de Segovia, 1 S^nta U r s u l a , Travesía de Santa U r s u l a , V V i r g e n d e l Puerto. / Cava de S. M i g u e l , Codo, Conde deBal rajas, Conde de M i r a n d a , Costanilla de I S . Justo, Cuchilleros, Escalerilla de PieJ d r a , Latoneros Pasa, Pasadizo del Panen \ cilio, P. ie\ Conde de Barajas, P. d e l c) 1 Conde de M i r a n d a . P. del Cordón, P. de i Pta. Cerrada, P. de S. M i g u e l , Puerta r Cerrada. Puñonrostro, San Justo, Trave} sía de Bringa *. 1 Callejón de S . Lázaro, Conde, Cordón, l C t a , de P.ainon, Cta déla V e g a 7 á l l , D u 1 que deNájera, M a d r i d , Plaza de l a Cruz 4ft / Verde, P. de S. Javier. P. de l a V i l l a , í v \ P r e t i l de los Consejos, Procuradores, Rol l l o , Sacramento, S. Lázaro, Segovia, Trai vesía d e l Conde, T r , viesa, Ventanilla, arr Puente U e p ISeffOTlíl. . n Bolsa, Carretas, Correo, Esparteros, « Pontejos, Plaza de l a A d u a n a Vieja, ' P l a z a d e Pontejos, S a n Ricardo. / A t o c h a 1 á 33 y 2 á 14, A u d i e n c i a , Bo„ t toñeras, Callejón de la, Concepción, ConO <cepcion Geróiiima, - Imperial, Lechuga, I Plaza de l a Concepción, Salvador, SanVto Tomás. / Arco d e l Triunfo, Ciudad-Rodrigo, , \ Felipe III, Fresa, Gerona. Plaza de l a 4 < C o n s t i t u d o n , Plaza de Provincia, Plaza f de S t a . Cruz, Postas, S a l , San Cristóbal, ( Siete de J u l i o , Vicario Viejo, Zaragoza. 5 j g l e g i a t a , Estudios. Toledo 1 á 45 y 2 a z 7 j i ^ i°- PrOgreSO 4 Cava a l t a . Cava baja, G r a j M , S Bruno, { 1 )P liarretaS. , n Calles que oomprende cada barrio. k \ n ocguiia.. . . a 0 Nuevo a a z a