Entrevista reciente a Mario Bunge en el diario La Verdad MARIO BUNGE FILÓSOFO Y FÍSICO «Benedicto XVI quiere hacer la 'guerra santa' contra el Islam» «La crisis económica en EE UU va a ser terrible, porque además no están haciendo nada por resolverla», dice el pensador argentino de 89 años, que se encuentra en España invitado por la Fundación Los Álamos de Cieza ANTONIO ARCO IDEAS CLARAS. Mario Bunge, Premio Príncipe de Asturias de Humanidades y uno de los grandes intelectuales del siglo XX. / MARTÍNEZ BUESO EL PERSONAJE Quién: Mario Bunge (Buenos Aires, 1919). Trayectoria: Se doctoró en Ciencias Fisicomatemáticas por la Universidad de La Plata en 1952. Fue homenajeado con el Premio Príncipe de Asturias, 14 títulos de doctor 'honoris causa' y 4 de profesor honorario. Actualmente es profesor de Filosofía en la McGill University de Montreal (Canadá). Los temas principales de su amplia bibliografía (40 libros y más de 500 artículos) son la Física, la Filosofía de las Ciencias Naturales y Sociales, la Semántica, la Ontología y la Ética. Encuentro de hoy: A las 12.00 horas, en el Auditorio de la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia. Conferencia: 'Dos enfoques alternativos de problemas locales y globales: Sectorial y sistémico'. Coloquio. Organiza: Fundación Los Alamos (Cieza), un proyecto del embajador de España José Luis Pardos. Último libro editado en España: 'Tratado de filosofía. Vol. 1. Semántica, Sentido y Referencia' (Gedisa). Tiene 89 años Mario Bunge (Buenos Aires, 1919), físico, filósofo, uno de los últimos sabios vivos que alumbró el siglo XX. Recién llegado de un largo viaje desde Montreal, el pensador concedió esta entrevista en la sede de la Fundación Los Álamos, en Cieza (Murcia), un proyecto del infatigable embajador de España José Luis Pardos. Bunge, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 1982, está contento con la publicación en español, estos días, del primer tomo de los ocho que componen su elogiado Tratado Filosófico (Treatise on Basic Phylosophy). Bebe limonada natural. -Economía es hoy la palabra estrella. Y no para bien. La crisis económica está en boca de todos. ¿También en la suya? -Sí. Una nueva crisis económica, provocada por EE UU, en un mundo que ya tiene demasiados problemas muy graves. -El ambiental, por ejemplo. -No es pequeño, no, pero ahí está el gravísimo problema de la desigualdad creciente entre personas y entre naciones; terrible. ¿Y sabe qué? -¿Qué? -Que ahí aparece también EE UU, donde el índice que mide las desigualdades en los ingresos subió en los últimos veinte años de 0,36 a 0,41. La desigualdad ha aumentado en el país más poderoso de la Tierra, y no digamos ya en América Latina, donde este problema es aún más escandaloso. Brasil, Guatemala, Honduras... países con enormes riquezas naturales y con unas desigualdades espantosas. -¿Qué ha pasado en EE UU? -La nación más poderosa del mundo está enormemente endeudada, le debe muchísimo dinero a China y a Japón. Si algún día a los chinos o a los japoneses se les ocurriera pedirle a EE UU lo que les debe, este país se vendría abajo. Es ridículo, los magos de las finanzas norteamericanos a mí me dejan pasmado. El endeudamiento excesivo de la gente es el origen del problema. La gente ha pedido demasiados préstamos que, ahora, no puede pagar. ¿Y cuál es el remedio que propone la autoridad monetaria norteamericana? Disminuir la tasa de interés para que la gente pueda pedir más prestamos. O sea, que como contra veneno proponen el veneno. Has tomado cianuro, ¿no? Pues te voy a dar otra dosis más; increíble. -¿Va a ser tan terrible la crisis como nos estamos temiendo? -Sí, en EE UU desde luego, porque además no están haciendo nada por resolverla. Se dedican a consumir productos chinos en vez de consumir productos norteamericanos, lo cual le viene bien a China pero no a EE UU, que está gobernado por dirigentes que no saben absolutamente nada de economía, pero que se las dan de muy patrióticos. Gente, además, muy simple. Clinton, por ejemplo, tenía una receta para todos los problemas sociales y económicos de todo el mundo: el librecambio; con eso se creía que estaba todo resuelto. Ay, es increíble: ¿los chinos comiéndose a los americanos! -¿Cree que la crisis norteamericana nos va a arrastrar a todos? -Sí, seguro. -Encima, ahora Bush y Putin no pasan por un buen momento, hay tensión entre ambas potencias. -Un tonto tan poderoso como Bush es muy peligroso, un tonto con esas armas tan enormes y la posibilidad de hacer guerras sin consultar a nadie, incluso contra la voluntad general, es suicida. Tener a un tonto como Bush presidiendo EE UU es suicida, totalmente suicida. -¿Putin es acaso mejor? -En este caso, los rusos llevan las de ganar porque ellos no adeudan diez trillones de dólares, el petroleo que están produciendo lo venden muy bien y, además, tienen a un presidente, Putin, que es popular. A nosotros no nos gusta porque es un dictador, pero los rusos nunca conocieron la democracia. Pero EE UU eligió hace dos siglos a un hombre muy progresista, Jefferson, que, además, era ateo. ¿Quién se imagina hoy a un ateo de presidente de EE UU? Se pelean por ver quién es más creyente. Bush dice en público que Dios le habla directamente, como si fuera el Dalai Lama o algo así. -Hablando de Dios, usted mostró en varias ocasiones su admiración por Juan Pablo II, a quien consideraba un defensor de la paz, pero no muestra la misma simpatía por Benedicto XVI. --Benedicto XVI no es un hombre de paz; Benedicto XVI quiere hacer la guerra santa contra el Islam. Hay que reconocer que Juan Pablo II se opuso a todos los conflictos bélicos, e hizo lo que pudo por arreglar el conflicto entre palestinos e israelíes, y se opuso con todas sus fuerzas a la guerra de Irak. Es un mérito innegable porque fue el primer Papa de la Historia que denunció la guerra y que denunció la esclavitud; durante dos mil años, los cristianos aceptaron la esclavitud y después la servidumbre. Juan Pablo II fue el primer Papa de la paz, me quito el sombrero ante él. Benedicto XVI vuelve hoy a ver infieles por todos lados. -¿Qué hacer frente al Islam? -Tratar de entenderlo, de conocer su historia, de convivir en paz unos y otros. -Pero está calando poco a poco esa visión del Islam como 'el enemigo'. -¿El Islam el enemigo? El gran enemigo es el que más poder tiene. Los islámicos no tienen ejército, están divididos y la única riqueza que poseen algunos países islámicos es el petróleo. Los islámicos tienen un atraso de mil años. Eso sí, no olvidemos que los únicos que hace mil años sabían Matemáticas y Astronomía eran los árabes. Hoy, los que tienen mil bases militares en el mundo, en 150 países diferentes, no son los árabes, son los EE UU. Maquiavelo -¿Cómo abordar el tema de las religiones en nuestras sociedades? -La mejor solución sería que ninguna religión se metiera en política. La religión debería ser algo puramente privado y no meterse en política, eso está muy claro. Pero grandes expertos en política como Aristóteles y Maquiavelo, dijeron: hazte amigo de Dios, no importa si crees en Él o no. Lo importante es que el pueblo crea que tiene a Dios de su parte. -No sé si ha seguido usted el último caso respecto a la eutanasia vivido en Europa, el de la francesa Chantal Sébire. -No tolerar la eutanasia es una falta de respeto hacia la persona, porque si una persona piensa, siente, que no puede ya gozar de la vida, ni puede ser ya de utilidad a nadie y que para ella vivir es sufrir, tiene perfecto derecho a desear acabar con su vida. La vida le pertenece a la persona, y es la persona la que debe decidir. En Canadá las cosas se han resuello de una manera bastante razonable: uno firma un testamento en vida en el que le pide a los médicos que le tratan que, si deja de tener ganas de vivir, le ayuden a morir. Ese testamento, que ya hemos hecho mi mujer y yo, es firmado por el interesado, por un testigo miembro de la familia y por el médico. Miles de canadienses lo están haciendo y nadie ha perseguido a nadie. -¿Sigue disfrutando burlándose de los psicoanalistas? -¿Sigue habiendo muchos en España? -Parece que sí. -Muchos llegaron a España de la Argentina, cuando aquí los españoles aún eran inocentes, y se dieron cuenta del gran negocio. Desde luego, las supersticiones corren mucho más rápidamente que las verdades científicas. Cuando era adolescente me lancé sobre las obras de Freud creyendo que iba a aprender algo sobre sexo; estaba totalmente equivocado. Freud no tenía ni idea de sexo, erraba en todas sus ideas sobre él. Hoy ya sabemos, por ejemplo, que el placer sexual se siente en el cerebro, no en los órganos genitales. Las historias que inventó eran divertidas, pero no tenían nada de ciertas. ¿Psicoanálisis? Hablemos de cosas serias, ¿por favor! «El Dalai Lama es el jefe de la rama más degenerada del budismo; y, además, miente» Fuera el jardín está radiante. El río fluye cercano y la cena está preparada sobre la mesa antigua del sobrio y señorial caserón donde pasará estos días Mario Bunge, cuya vitalidad da vértigo. El cielo, misterioso; su mente, ágil, despierta. Vive cada segundo, no muestra altanería alguna en el modo en que responde rotundamente a todo (humano y divino), y tiene claro qué lectura le alegró la vida: la del Quijote. «Cada día leía sólo cinco o seis páginas porque no quería que tanta maravilla se acabara», dice. -¿Dónde se ubica usted políticamente? -En un partido que no existe: el de la democracia integral; soy de izquierdas, por supuesto, pero no comulgo con ninguno de los partidos de izquierdas que hoy existen. Yo creo en la democracia, pero me parece que la democracia política es necesaria pero no suficiente. Yo abogo por la democracia política, económica, cultural e ideológica. Que no haya, desde luego, discriminación ni racial ni sexual, y que la democracia política implique realmente la participación de todos. Y es fundamental el libre acceso a la educación y a la ciencia. Quiero ciudadanos que piensen, ciudadanos que se impliquen responsablemente. -¿Cuál es para usted la meta? -La meta es el conocimiento. Filosóficamente, soy racionalista. Y soy materialista en el sentido de que creo que el Universo es material, que los espíritus no andan sueltos por ahí. La vida espiritual consiste en la actividad cerebral; una vez que se murió el cerebro se acabó el espíritu. -¿Tiene la sensación de que ha aprovechado la vida? -Yo creo que sí, aunque no tanto como podría haberlo hecho. Empecé muy pronto a pensar, gracias a que tuve un padre que apreciaba mucho el conocimiento. Estoy muy orgulloso de mi padre, que entre otras muchas cosas fue diputado socialista. En 1936 defendió un proyecto de seguro nacional de salud que fue pionero. Me obligó a estudiar alemán, además del francés y el inglés que estudiaba en el colegio, y siempre me animó mucho a la lectura y al conocimiento. Creo que he expuesto las teorías físicas principales de manera realista y clara. Además, eso me llevó después a expandir mi filosofía. El lunes salió el primer tomo traducido al castellano de mi Tratado de Filosofía (Gedisa) que empezó a publicarse en ingles en 1974. He escrito libros sobre Filosofía de la Biología, de las Ciencias Sociales...; mi Tratado abarca la Metafísica, la Semántica, la Teoría del Conocimiento... -¿Le interesa aún el budismo? -Me sigue interesando para decir que Buda es ateo; hay que leer a Buda y no dejarse llevar por la mística del Dalai Lama y cosas así. Me interesa mucho el budismo desde hace tiempo, porque el Buda original fue, ante todo, pacifista; segundo, era ateo y dijo que Dios era una invención. Lo que no me gusta de Buda es que nunca haya exhortado a nadie a ayudar a otros; es lo que se llama utilitarismo negativo. Pero admiro a los budistas que están por la paz. Señores feudales -¿Por qué no le resulta a usted simpático el Dalai Lama, ahora de plena actualidad? -El Dalai Lama es el jefe de la rama más degenerada del budismo, que se transformó en una religión contrariamente a las intenciones de Buda. Además, los monjes lamaístas del Tibet eran señores feudales, muy crueles, en un régimen totalmente atrasado. Por eso cuando el Dalai Lama dice que antes de la invasión china los budistas eran felices, miente. Los chinos llevaron allí la alfabetización y las letrinas. El movimiento insurgente en Tibet ha estado financiado por la CIA durante cuarenta años, como ya sabe todo el mundo. El Dalai Lama no es inocente políticamente, ni el Tibet era un paraíso maravilloso.