MIRIAM B ORNSTEIN -G MEZ MARJORIE A GOSŒN: IDENTIDAD JUDŒA Y LA APERTURA DEL ESPACIO MARJORIE AGOSÍN: IDENTIDAD JUDÍA Y LA APERTURA DEL ESPACIO MIRIAM BORNSTEIN-GÓMEZ University of Denver En el discurso poético de Marjorie Agosín se manifiesta un espacio judío tradicional en el que se recoge una larga trayectoria cultural. Sin embargo, la palabra transciende este espacio de identidad e historia para revelar un nuevo entorno creado por la diáspora en el que se evidencia la intersección de esferas nacionales e internacionales. El resultado es un espacio transcultural de encuentro en los intersticios de la historia donde la memoria conecta los fragmentos de la identidad. Este espacio creado por la palabra revela no solamente la fragilidad de la vida sino también la fuerza de la voz al recrear una historia intersubjetiva. El emergente sujeto colectivo denuncia espacios denigrados que niegan la humanidad y que a la vez abre espacios transculturales y transnacionales de sobrevivencia y celebración en los que la palabra figura como recurso de salvación y de un posible cambio social. Marjorie Agosín’s poetic discourse manifests traditional Jewish space and a significant cultural trajectory. However, the word transcends such space of identity and history to reveal a new diasporic space revealing the intersection between national and international spheres. This is a trancultural space of encounter in the interstices of history where memory interconnects fragments of identity. The word creates a space that uncovers not only the fragility of life but also the strength of voice in recreating an intersubjective history. An emerging collective subject denounces denigrated spaces that negate humanity as it opens transctultural and transnational spaces of survival and celebration where the word represents a source of salvation through the possibility of social change. El análisis de la identidad judía a través de la categoría del espacio en la obra poética de Marjorie Agosín comprende los siguientes componentes conceptuales: 1) una reflexión sobre lo judío en términos transculturales, 2) la función de la memoria para entrelazar los espacios históricos de indeterminación creados por la diáspora, 3) el concepto de la escritura como medio de conexión espacial, y 4) la capacidad de la palabra de crear su propio espacio y de comunicar una visión social transnacional. Por lo tanto, un estudio cultural del espacio revela una intersección de identidades transnacionales, las cuales desembocan en la construcción de subjetividades que a su vez proyectan una visión crítica del devenir histórico y político. 55 ■ T ALLER DE L ETRAS N° 36 La expresión poética de Agosín afirma una herencia cultural sobre la base de la experiencia histórica y colectiva del pueblo judío ya que, por un lado, su poesía comunica una visión de un espacio creado y reafirmado por la tradición. Por otro lado, la intersección entre esferas nacionales e internacionales creadas por la diáspora resulta en intersticios espaciales de indeterminancia. Estos espacios configuran un punto de encuentro transnacional en el cual se activa la identidad a través de marcadores culturales que posibilitan la conexión y el mutuo reconocimiento. De esta manera, la palabra trasciende el espacio tradicional de la identidad y de la historia judía para revelar un nuevo espacio, un espacio transcultural en el que la escritura logra recoger y conectar los fragmentos de la identidad dispersos gracias tanto a la memoria como a la palabra que permite la manifestación de la voz poética. En la poesía de Agosín este proceso desemboca en la construcción tanto personal como colectiva de subjetividades, de un hablante comprometido con su espacio histórico y cultural y, finalmente, en la función de la palabra como recurso de salvación y de cambio social. I. ESPACIO TRADICIONAL BÍBLICO E HISTÓRICO En la poesía de Agosín la identidad emerge de una dinámica categoría espacial en la que ciertos aspectos culturales funcionan como registros de la identidad derivados de un espacio cultural tradicional. Por ejemplo, ciertas prácticas religiosas judías como lo son el constituir un minyan (la unión de diez hombres judíos para orar), la prohibición de usar medios de transporte durante el sabbath, y el requisito de consumir comida kosher significa la construcción de un espacio comunal fundado por relaciones religiosas y culturales que se dan en un entorno determinado por la costumbre y la tradición bíblica (Kaminsky 47). Igualmente, la imagen de Jerusalén en el discurso poético de Agosín surge como espacio tradicional de identificación cultural e histórica desde el cual la hablante utiliza la palabra para construir un puente de paz hacia el futuro: Oh Jerusalén, yo te invoco, repito tu nombre: enmudezco ante el esplendor de tu silencio y en tus cúpulas escribo, los sueños de la paz. (“Jerusalén,” Toward the Splendid City 47) ■ 56 MIRIAM B ORNSTEIN -G MEZ MARJORIE A GOSŒN: IDENTIDAD JUDŒA Y LA APERTURA DEL ESPACIO En términos figurativos Jerusalén constituye una identidad territorial demarcada por la historia y la cultura que fundamenta en cierto sentido la identidad judía. Sin embargo, la identificación del judío a base de un espacio concreto, como lo es Jerusalén, se desintegra históricamente. Por lo tanto el sentido espacial judío se da igualmente en la dispersión considerando que la diáspora judía de hoy día es producto de una profunda y constante ruptura espacial que data desde la destrucción del Templo en 74 BCE en adelante. De aquí surgen los motivos del desierto y del judío errante, los cuales Agosín recoge en Lluvia en el desierto. En esta colección hay referencias a Moisés y al viajar “por el desierto como lo hicieron los / judíos en busca de la luz y las ciudades del encanto” (“Sinaí” 82). No obstante que se repite el motivo del judío errante en el siguiente poema titulado “El génesis del Sinaí,” también se comunica el concepto del desierto como punto de origen: En el desierto las palabras eran antes del silencio, antes del lenguaje. El aire era como una letra Entre las sílabas. (39) Es en el ambiente natural reseco, caluroso y aparentemente infértil del desierto donde paradójicamente se manifiesta la palabra divina, según el primer testamento de la Biblia. Igualmente, el desierto es el espacio de la creación humana según la hablante en el poema “Moisés:” “Fue en el desierto, / entre los colores invisibles, / que nacieron las generaciones más antiguas” (Lluvia en el desierto 98). En esta colección las frecuentes referencias al desierto, al nacimiento de “las generaciones más antiguas,” al patriarca Moisés, al Sinaí, al Génesis, al judío errante y finalmente a la existencia de la palabra a través de los diez mandamientos entregados a Abraham, apuntan a un subtexto bíblico, el cual establece un espacio no solamente histórico sino fundamentalmente textual. Los judíos sufren la experiencia de la diáspora al tener que escapar al desierto guiados por Abraham para liberarse de la esclavitud y de la autoridad del faraón egipcio. A pesar de la dispersión, tanto el entorno físico en la historia como la palabra en manos de Agosín ofrecen protección y fortalecen la identidad judía. Otro motivo literario asociado con la experiencia histórica judía se da en el espacio del confinamiento el cual es producto de la represión. En el poema “Amsterdam,” Ana Frank se ve obligada a vivir encerrada para salvar su vida del exterminio propiciado por los nazis: 57 ■ T ALLER DE L ETRAS N° 36 Todos vienen a visitar mi casa soy Ana Frank una niña judía que creía en los hombres buenos. Estoy muerta desde que incendiaron mi pelo anochecido… Soy Ana Frank tengo trece años pero también miles de años. Tengo el olor a humo y a vejeces… En este anexo Derramé un collar de palabras Aprendí a amarrarme los zapatos. Soy Ana Frank estoy muerta. Pero para Uds. viva… (Toward the Splendid City 49) Aunque en otros poemas de Agosín, Ana Frank representa “la niña judía que/ creía / en los hombres buenos,” particularmente en este poema Ana Frank representa la personificación de la voz histórica que contrapone el encierro, el negro de la muerte, y el horno con lo claro de la luz del día y de la vida. El sentido del confinamiento espacial se refuerza en al acto de aprender a amarrarse los zapatos. ¿Para qué se necesitan los zapatos si no va a ninguna parte? Irónicamente, el confinamiento de Ana Frank llega a su fin y ella logra utilizar sus zapatos solo para caminar hacia la muerte. Sin embargo, aunque ella desaparece, quedan los zapatos como evidencia de su vida, lo cual es una forma tanto simbólica como física de romper el espacio de la represión y de sobrevivir la pesadilla del terror. El mismo tema reaparece varias veces, particularmente en la colección An Absence of Shadows/ Una ausencia de sombras solo que aquí se hace un enlace con el espacio degradado de las mujeres prisioneras en los campos de concentración. En “Podríamos haber sido ella” la hablante se identifica con: Judías desnudas perseguidas… Vendadas en celdas de suspiros y demencias plasmadas por el olor a heridas ■ 58 MIRIAM B ORNSTEIN -G MEZ MARJORIE A GOSŒN: IDENTIDAD JUDŒA Y LA APERTURA DEL ESPACIO a jadeos en la oscuridad de una noche que gime… (160) La delimitación espacial se da no solamente por el espacio físico de la celda sino que también por el espacio de la represión general personificado en “una noche que gime.” El poema, “Desnudas en los bosques de alambre,” refuerza este concepto abstracto del espacio de la represión: se alzaron… las desnudas judías de los bosques espesos en Dachau, Treblinka, Baden-Baden… Judías desnudas, indefinidas, en silencio judías dando gritos de fe a hurtadillas, cerrando piernas, labios con la dignidad milenaria de los ilusos, estatuas de humo apresuradas hacia las duchas de gas azul, duchas oscuras con sabor a viñedos enfermizos. (184) Estos ejemplos representan un concepto espacial ancestral desde una perspectiva tradicional marcada por las alusiones bíblicas y referencias al holocausto. El espacio queda delimitado por reconocibles parámetros tanto textuales como referenciales de naturaleza religiosa e histórica. En este sentido la realidad se ubica en un espacio definido por eventos exteriores a la subjetividad humana y proyectados a través de la historia como realidades lineales, secuenciales en las que existe una relación causal entre el sujeto y su entorno. No obstante, a su debido momento, Agosín sobrepasa este espacio tradicional y lo abre con la intención de deshilar la historia. II. APERTURA ESPACIAL: INTERSTICIOS, MEMORIA E IDENTIDAD TRANSNACIONAL Se configura el espacio tradicional a través de referentes tales como Auschwitz, la personificación de la voz histórica en la figura de Ana Frank, la identificación de la hablante con mujeres judías prisioneras, las referencias a judíos errantes, las referencias a la supervivencia de la identidad judía y el conceptuar la ciudad de Jerusalén como espacio subjetivo. Estos contenidos y referentes marcan la identidad individual dentro de un definido contexto histórico. Sin embargo, el texto se desenvuelve hasta revelar una compleja dinámica cultural, la cual trasciende los límites de espacios tradicionales bíblicos, de espacios creados por la represión, de espacios superados por el sobrevivir y, en últimas instancias, de espacios estrictamente nacionales. Por lo tanto, un análisis de los referentes explícitos de la identidad judía posibilita la apertura del texto poético desde el cual emerge una identidad transnacional 59 ■ T ALLER DE L ETRAS N° 36 como resultado de un claro proceso de formación a través de particulares códigos culturales e históricos. Continuando el enfoque sobre Jerusalén, se observa que la ciudad representa un punto de encuentro en el sentido de que las personas que llegan a la ciudad han trascendido su espacio de origen nacional. Jerusalén, la ciudad establecida por el rey David en 1010 B.C.E., ha figurado históricamente como eje espacial de la identidad judía. Jerusalén es casi al centro geográfico de Israel y definitivamente al centro de la experiencia judía. La ciudad se encuentra descrita en el Talmud como “la eternidad.” Para muchos judíos Jerusalén es más que un lugar físico, es un símbolo cultural universal, una manera de pensar y de ser. Por consiguiente la palabra igualmente sobrepasa los entornos nacionales y se proyecta a esta ciudad como punto de encuentro. Sin embargo, aunque Jerusalén figura como centro de identificación judía, es inevitable pasar por alto el hecho de que se trata de un espacio contestado a través de toda su historia. No sorprende que por esta razón Agosín se refiera a Jerusalén como “ciudad con el corazón rebanado,” concepto que desarrolla en el poema “Lienzos:” Y en los umbrales del sueño, la ciudad era un lienzo de piedras, de cuchillos flotantes, manos mancas atravesando la densa noche y el dolor era un manto rojizo, y Jerusalén, una pesadilla, una ciudad de muros haciendo raudales carmesíes entre las sombras. (The Splendid City 13) Aunque el paisaje descrito por Agosín refleja el estado anímico subjetivo del hablante poético, no deja de ser también un espacio históricamente determinado por una larga historia de contienda. Un análisis del valor metafórico del Muro de los Lamentos ubicado en Jerusalén, contribuye a entender la poética de Agosín en cuanto a la existencia de espacios indeterminados y a la identidad transnacional. ■ 60 MIRIAM B ORNSTEIN -G MEZ MARJORIE A GOSŒN: IDENTIDAD JUDŒA Y LA APERTURA DEL ESPACIO Existe la expectativa en la cultura judía de que cada persona debe de visitar Israel y llegar al muro restante de lo que era el Templo Sagrado (Beit HaMikdash) el cual fue establecido por el rey Salomón en 950 B.C.E y destruido primero por los babilonios en 586 B.C.E. Posteriormente, los persas, que derrotaron a los babilonios, permitieron el regreso de los judíos a Eretz, Ysrael y se construyó el segundo templo el cual fue igualmente destruido por los romanos en 70 C.E. De esta destrucción lo único que quedó en pie fue un muro de retención que rodeaba el templo. Por consiguiente, el muro conocido como Kotel HaMa’aravi o el Muro de los Lamentos se ha convertido en un símbolo importante para los judíos. Por un lado los judíos lamentan la destrucción del templo el cual se ha convertido en símbolo del exilio y el sufrimiento que han vivido a través de la historia. Por otro lado, el muro también simboliza la esperanza, el retorno y la restauración. Existe una creencia de que si un judío inserta una carta o nota en las ranuras entre las piedras del muro, que su pedido va directamente a Dios (Dosick 324-326). En el poema “Jerusalén de los silencios” Agosín explora el motivo de la trayectoria del judío al Muro de los Lamentos como metáfora de la búsqueda espiritual y de la autoactualización colectiva: En un silencio traído, en un caminar de sombra, los judíos de Jerusalén avanzan hacia las piedras: cabizbajos, descalzos… incrustan papeles secretos, dorados presagios entre las piedras. Le piden a Dios el derecho al aliento, al aire. (The Splendid City 9) La línea que marcara en un mapa el avance del judío en este acto de afirmación espiritual no refleja el punto de origen, puesto que llegan judíos de todas partes del mundo, sino que solo se pone en evidencia la destinación del viajero que es el muro del templo. En este contexto el viaje representa el trascender los límites territoriales, nacionales o geopolíticos; el ir más allá de las estructuras institucionales nacionales que demarcan zonas históricas, culturales y políticas de inclusión o de exclusión. El punto de origen del viajero pudiera ser resultado de la imposición de fronteras, de la dominación del espacio en el cual se forma una identidad nacional. Sin embargo, al pedirle a Dios “el derecho al aliento, al aire” la hablante en este poema trasciende 61 ■ T ALLER DE L ETRAS N° 36 no solamente los límites geopolíticos de origen sino que también los metafísicos. Es decir, que los “papeles secretos, dorados presagios entre las piedras”, representan su ubicación en un intersticio espacial de indeterminación en la que se fundamenta una identidad cultural transnacional. Por consiguiente el motivo del viaje se convierte en un determinante cultural que sirve como símbolo tanto de búsqueda como de afirmación de la identidad judía. El acto de trascender el espacio físico recalca el motivo del judío errante. Al mismo tiempo se crea una metáfora de la transgresión de los límites histórico-políticos impuestos sobre los judíos. El muro, o más bien las piedras restantes del muro, figuran como punto de convergencia de la identidad judía a pesar de deslindes históricos y políticos que demarcan la identidad nacional. Es el símbolo transnacional más claro del sobrevivir, de la búsqueda y de la autoactualización al renovarse una visión del origen y de la trayectoria humana. Ante la realidad del movimiento de los judíos a través de la historia, las piedras del muro llegan a ser los marcadores más simbólicos de su permanencia en la tierra aunque sea en los intersticios creados por las piedras de la historia. Aquí, en este espacio cultural, los judíos encuentran la libertad de no ser determinados solamente como sujetos nacionales. En los espacios entre las piedras y a través de la palabra, los judíos logran ser agentes independientes de deslindes territoriales y nacionales y encuentran su salvación, su fe y su conexión con la vida, tal como lo expresa la hablante en un poema en el que se dirige a Jerusalén en forma de apóstrofe: Oh Jerusalén, yo te invoco, repito tu nombre: enmudezco ante el esplendor de tu silencio y en tus cúpulas escribo, los sueños de la paz. (“Jerusalén,” Toward the Splendid City 47). Según Agosín, el vivir en este entorno espacial una existencia figurativa en los intersticios posibilitados por las piedras del Muro de los Lamentos, “permite vivir el flujo de la historia como experiencia continua y jamás fragmentada” en la que la escritura figura como “una cultura simbólica en constante movimiento” (Encuentros). De esta manera Jerusalén se convierte en un espacio subjetivo, en un continuo histórico y cultural en el que sobrevive la esperanza a través de la palabra. Simultáneamente la palabra es el conducto ■ 62 MIRIAM B ORNSTEIN -G MEZ MARJORIE A GOSŒN: IDENTIDAD JUDŒA Y LA APERTURA DEL ESPACIO que trasciende los intersticios, el muro, el pasado; es un puente hacia el presente y hacia la posible esperanza que brinda el futuro. Como punto convergente, Jerusalén es la antítesis de la dispersión histórica judía. De la indeterminación en los intersticios del Muro de los Lamentos y de la historia surge una identidad transnacional de mutuo reconocimiento gracias a la memoria. Considerando la fragmentación y desplazamiento histórico tantas veces sufrido por los judíos al igual que los múltiples factores culturales, políticos, sociales y económicos que fundamentan la identidad judía, la memoria constituye un potente factor integrador. Por esta razón Agosín puntualiza la función de la memoria en el poema “Novia:” Como una novia desnuda regresé al desierto donde aún mi pueblo imaginaba su propia memoria. Y era lento mi caminar muy feliz el gozo para custodiar el recuerdo. (Lluvia en el desierto 103) Como se comenta anteriormente, la identificación de la hablante con el desierto apunta hacia un subtexto bíblico en el cual el desierto representa el origen, porque el desierto habla, es memoria y es historia. Por consiguiente, la memoria funciona como estrategia o medio necesario para el sobrevivir del pueblo judío tal como se observa en el siguiente poema: Fue en el desierto, entre los colores invisibles, que nacieron las generaciones más antiguas. (“Moisés,” Lluvia en el desierto 98) El desierto es el refugio de Abraham y de un pueblo consciente de generar su propia historia. Este poema no solamente comunica el concepto de que el desierto representa un entorno generador de la especie humana, sino que los judíos mismos figuran históricamente como antigua raíz humana que ha logrado sobrevivir gracias a “sus pozos invisibles,” o sea, gracias a sus tradiciones, a la memoria que da razón de su existencia tal como lo expresa 63 ■ T ALLER DE L ETRAS N° 36 la hablante de “The Messiah:” “Me di cuenta que la historia de los judíos no tenía nada que ver con el ser un pueblo seleccionado y todo que ver con la paciencia de aquellos que vivieron hace miles de años.”1 A través de la obra de Agosín se recogen poemas de explícita temática judía que, aunque aparecen dispersos en varias colecciones, forman un conjunto ya que gracias a la memoria los poemas parecen pedazos yuxtapuestos, pero a la vez se encuentran interrelacionados por la experiencia histórica. Aparte de funcionar como conexión, la memoria es también un conducto colectivo para lograr sobrevivir y, por consiguiente, figura como parte de la historia afectiva de un pueblo. Así queda registrado en uno de los cuentos de Agosín en el que se encuentra la siguiente cita: “Viajábamos juntas recogiendo las cosas de la memoria,” la cual apunta al papel de la memoria como nexo ante la dispersión.2 Efectivamente, la memoria sirve como parte de esa intrahistoria milenaria que unifica a un pueblo al establecer fuertes lazos de identificación. No obstante, así como los propios sujetos históricos, esa historia ha sido fragmentada, descontinuada y dispersada. Se trata de una historia creada y recreada por la memoria recogida de varias fuentes. Jonathan Boyarin nos recuerda que: La memoria no puede ser algo estrictamente individual, en cuanto a que es simbólica y por lo tanto intersubjetiva. Tampoco puede ser literalmente colectiva, ya que no es superorgánica sino (incorporada, personificada, encarnada). El problema complicado (la problemática) desaparece tan pronto como recordamos que lo que intentamos comprender no es en realidad una relación entre el cuerpo y el grupo a través de la cultura. Lo que nos confronta —lo que vivimos— es la constitución de ‘membresía’ de grupo e ‘identidad’ individual que surge de una selección dinámicamente determinada de memorias, y del constante moldeo, reinvención, y refuerzo de esas memorias a medida que los miem- 1 2 “I came to realize that the history of the Jews has nothing to do with being a chosen people and everthing to do with the patience of those who lived thousands of years ago” (Women in Desguise 54, traducción propia). “We used to travel together collecting the things of memory,” (Women in Desguise 58, traducción propia). ■ 64 MIRIAM B ORNSTEIN -G MEZ MARJORIE A GOSŒN: IDENTIDAD JUDŒA Y LA APERTURA DEL ESPACIO bros retan y crean los bordes y los nexos entre sí. (cit. en Kaminsky 46)3 Por consiguiente, la memoria contiene muchos aspectos intrínsecos y extrínsecos al representar una realidad tanto individual como colectiva. Por la naturaleza simbólica e intersubjetiva de la memoria en el caso de la cultura judía en Latinoamérica, la memoria recoge los fragmentos de una historia intercultural. Como indica Illan Stavans, existen medio millón de judíos en Latinoamérica y en su historia compartida quedan elementos entretejidos como las experiencias de judíos expulsados de España en 1492, de los judíos que huyen de la Inquisición, de los judíos Ashkenazi que escapan los pogroms de Europa a fines de 1800; de los que huyen del fascismo, del comunismo y del antisemitismo del Medio Oriente. Estos grupos logran establecerse en espacios diaspóricos en Latinoamérica, tales como las pampas de Argentina, el noroeste del Brasil y en colonias sefardíes en el Caribe. Con esto se inicia una negociación entre el pasado y el presente, la cultura judía y la latinoamericana, el yiddish y el español, el shtetl y los grandes centros urbanos, y la experiencia tanto colectiva como individual (1998). Ante esta realidad, la voz poética de Agosín pone de manifiesto la memoria para transcribir la experiencia a través de la representación de sujetos múltiples reconfigurados bajo un sujeto colectivo fuertemente anclado en la experiencia histórica transnacional. Por consiguiente, la voz poética cumple con una función recolectora de esta historia, no como sujeto que surge de un espacio o estado nacional, sino como el agente que enlaza la multiplicidad de realidades creadas por la diáspora. III. VISIÓN SOCIAL DEL ESPACIO Y FUNCIÓN DE LA PALABRA La observación de Amy Kaminsky de que los nexos entre los judíos dispersos son primariamente textuales encuentra resonancia en la poética de Agosín en el sentido que esta conceptualiza la función de la escritura como elemento de conexión espacial, particularmente al considerar la existencia y 3 “Memory cannot be strictly individual, inasmuch as it is symbolic and hence intersubjective. Nor can it be literally collective, since it is not super-organic but embodied. The conundrum disappears as soon as we remember that what we are trying to understand is not really a relation between a body and group via culture. What we are faced with —what we are living— is the constitution of both group ‘membership’ and individual ‘identity’ out of a dynamically chosen selection of memories, and the constant reshaping, reinvention, and reinforcement of those memories as members contest and create the boundaries and links among themselves” (Boyarin, 26, traducción propia). 65 ■ T ALLER DE L ETRAS N° 36 la identidad judía tanto entre las piedras del muro como en los intersticios de la historia (47). En este contexto Agosín considera la palabra como el vínculo entre las voces dispersas por la diáspora al definir la escritura como “la recogedora/ de voces escondidas.”4 Para Agosín el escribir es el ir tras las huellas de la memoria, es salir al encuentro de la historia en un constante diálogo con el pasado. Como dice Agosín, el escribir es el “oír la memoria de los otros” (Entremundos). La palabra simboliza la recreación de un mundo y la restauración del diálogo con las sombras que deja el pasado. Agosín afirma que el escribir es el recuperar “el mundo vacío que dejan atrás la muerte y el exterminio” (Entremundos). Ante esta realidad, la hablante se presenta como escribana tal como se observa en el caso de uno de sus personajes en “The Alphabet:” “Cuando Eduviges Antipán Nahuenhual comenzó a escribir, también comenzó la esclavitud de las letras… Era una mujer cautivada por la sabiduría de la pluma y la obligación de las palabras.”5 Por consiguiente, la hablante conceptúa el acto de escribir como una obligación y como su destino ante la historia. Por lo tanto no sorprende que para la escritora el escribir es algo ineludible como se lee en el poema “La palabra:” Los alfabetos me explotan por dentro los textos sagrados el pasto, el lodo, el tiempo de los vientos de dichos6 Este concepto de la escritura como tarea ineludible aparece como motivo poético a través de toda la obra de Agosín, pero particularmente en la colección Melodious Women donde se recogen varias voces como tributo a figuras femeninas de gran estatuto mundial, desde personajes de la literatura clásica, hasta escritoras contemporáneas y figuras femeninas que representan la experiencia común de la mujer. Para el propósito de este trabajo nos interesa un grupo de poemas que cierran la colección y que más bien representan una reflexión de parte de la poeta sobre la función de la palabra y del sentido social de la poeta. El considerar la escritura como una obligación ineludible no es simplemente una postura romántica de parte de Agosín. Lo que pudiera re- 4 5 6 the harvester/ of hidden voices” en Melodious Women (158, traducción propia). “When Eduviges Antipán Nahuenhual began to write, so began the enslavement of the letters… She was a woman held captive by the wisdom of the pen and the obligation of words” (Women in Disguise 70-71, traducción propia). “Alphabets/ explode within me/ the sacred writings/ grass, mud, the time of winds,/ of sayings… (Melodious Women 154, traducción propia). ■ 66 MIRIAM B ORNSTEIN -G MEZ MARJORIE A GOSŒN: IDENTIDAD JUDŒA Y LA APERTURA DEL ESPACIO presentar una postura sentimental queda enmarcado al considerar que el poeta define su trabajo como una obligación social y política tal como se lee en “Women’s Tasks:” La poesía me seleccionó reconoció mi falta de habilidad para el manejo de bienes raíces y de graves y espantosas causas… La poesía va con la maternidad es suave y tenebrosa le gusta el tiempo de los silencios y los solsticios cuando todo duerme y las palabras se afilan como escandalosos cuchillos7 En este poema se reconoce la contribución social de la hablante como mujer y como poeta en cuanto a su función creativa a la par o incluso en grado superior a otras actividades valoradas por la sociedad. De hecho en el poema “Writer” de la misma colección, recalca el acto de escribir como un proceso de descubrimiento de algo sagrado: De puntillas ella entra al cuarto de los encuentros y cuenta en silencio como si cada palabra fuera secreto encaje.8 Lo que equivocadamente se pudiera percibir como un concepto romántico del acto de escribir, queda enmarcado en el contexto total de la colección en el cual la poeta amplía su función social en varios poemas. En “Poetry” Agosín rompe con el discurso romántico oficial al comunicar que “la poesía, como la navaja/… como/ la lengua/ que delira/ en el corazón/ de la palabra.”9 En este contexto “las palabras se afilan como escandalosos cuchillos” porque 7 8 9 Poetry chose me/ it recognized my/ lack of ability/ for the management/ of real estate/ and other grave and scary causes…/ Poetry fits in with maternity:/ it is soft and tenebrous,/ it likes the time of silences and solstices/ when all sleep/ and words sharpen themselves like outrageous /knives…(Melodious Women, 152, traducción propia). “On tiptoes/ she enters the rooms of findings/ and she counts in/ silence/ as if each word/ were secret/ lace” (Melodious Women, 159, traducción propia). “Poetry,/ like the knife/… like/ the tongue/ that is delirious/ in the heart/ of the word.” (Melodious Women, 152, traducción propia). 67 ■ T ALLER DE L ETRAS N° 36 cumplen con su función múltiple de crítica social al crear un espacio cultural en el que el discurso oficialista queda deshecho al filo de la palabra. Al incorporar las voces y la visión del mundo de seres marginados y vulnerables, la poeta recrea y conecta un panorama humano polifacético, lo cual representa un refugio y un recurso de fuerza espiritual y política. Así Agosín recupera lo perdido al repostular otros deslindes culturales y políticos. Como judía latinoamericana residente en Estados Unidos, Marjorie Agosín registra en su obra su posición como conciencia poética en los múltiples espacios sociales y políticos creados por la palabra y la historia. De esta manera, la palabra le permite expresar su frustración y enojo ante una realidad represiva transnacional que le permite expandir su concepto de la escritura como una obligación ineludible. Por ejemplo, uno de los temas centrales de la obra de Agosín es la lucha por los derechos humanos particularmente respecto a la realidad latinoamericana y judía. Específicamente se observa que varios de sus libros se enfocan en el recuento de movimientos de mujeres de resistencia a gobiernos tiránicos y dictatoriales, particularmente en Argentina y en Chile en la década de los 70. De este interés surgen Mothers of the Plaza de Mayo, Circles of Madness y Scraps of Life, los cuales registran los esfuerzos de la oposición a dictaduras y ofrecen comentarios documentales sobre las vidas de mujeres proyectadas a la arena política por virtud de la represión en forma de desaparecimientos y asesinatos de sus familiares. Esta temática refuerza la visión sobre la experiencia y la identidad judía en Latinoamérica presentada en A Cross and a Star: Memoirs of a Jewish Girl in Chile en la que Agosín presenta, desde la perspectiva de su madre, un documento de la experiencia cotidiana de cuatro familias judías en Osorno, Chile, rodeadas por un ambiente pro nazi alemán que también favorece gobiernos dictatoriales chilenos. Asimismo, en la colección de memorias dedicada a su padre, Always from Somewhere Else, Agosín, documenta la vida de muchos judíos de esa generación. Considerando ejemplos específicos se encuentran varios poemas dedicados a Ana Frank. En la colección Brujas y algo más aparece “Escúchame Ana Frank,” es un poema apostrófico que unifica dos entornos geográficos bajo la perspectiva de lo que significa la represión y el sobrevivir. Óyeme Ana Frank ¿en verdad creías que todos los hombres eran buenos?… mientras no orinabas hasta después del atardecer porque el orín de una niña judía delataba a los desdentados gendarmes acechando la fragilidad de tu memoria… ■ 68 MIRIAM B ORNSTEIN -G MEZ MARJORIE A GOSŒN: IDENTIDAD JUDŒA Y LA APERTURA DEL ESPACIO Pero tu boca no se hizo un desierto en la mudez de los tiranos Y yo pensaba en el desierto de Atacama y una niña sacando una mano entre los manantiales y pensaba en Lonquén y en la vergüenza de los mentirosos (Lonquén es un horno como el horno en que murió tu madre y todos los hermanos, compañeros) (73-4). El paralelismo espacial establecido entre Alemania y Chile en el poema representa una reflexión sobre los bordes de identidad cultural y nacional. La existencia de una niña chilena, como el mismo diario de Ana Frank, figura como un testimonio veraz de la supervivencia ante el poder de la represión. A través de esta realidad material innegable se crea un espacio testimonial en el que el mismo lector se ve obligado a considerar su posición ética y política dentro y fuera de este espacio. Tal unificación de espacios se manifiesta aún más claramente en el poema “Ana Frank y nosotras:” Como una cicatriz atada a las dolencias de la noche, Ana Frank me visita con frecuencia. Lleva lazos de ausencias, a veces, lleva mirada de lluvia y algas y sus ojos se posan inquietos dentro de los míos para que mi mirada la sobreviva, la cuente o la haga. Me pregunta María del Carmen… Sonia de las Mercedes me visita con frecuencia… Cecilia Gabriela y yo nos hemos hecho amigas… María Cecilia me visita… Ana Frank, María del Carmen, Sonia de las Mercedes, Delia Gabriela, me despiertan en las noches para pedirme que no las olvide. (An Absence of Shadows 156-158) 69 ■ T ALLER DE L ETRAS N° 36 En este poema las voces de mujeres latinoamericanas se unifican a la voz persistente y de denuncia “como una cicatriz” de Ana Frank. Aunque estas entidades pertenezcan a distintos espacios, se entrelazan las dos experiencias por su condición de haber sido víctimas como consecuencia de la represión. A través de esta experiencia humana y visceral, se hace una conexión entre historias y contextos políticos. Consecuentemente, a nivel tanscultural, se integran los espacios testimoniales creados por la represión en una relación dialógica que de cierta manera trasciende las fronteras determinadas por el mismo texto. Por eso en el mismo poema Agosín insiste en que “hay un eco de muerte entre nosotras/ hay un eco de la vida / entre nosotras” (156). Se trata de un espacio en el que se entabla un diálogo entre pequeñas entidades de enorme valor simbólico porque son perfiles rescatados por la memoria y la palabra para superar el olvido y el paso del tiempo. En consideración al espacio de la identidad judía en la obra de Agosín recurrimos a la definición de Anthony Rudolf sobre lo que identifica un texto como judío: “el pensar en judío, tu lengua… no significa el uso del hebreo, ni tampoco significa que hay que ser una persona religiosa y ni siquiera judía… [es más importante] encontrar un terreno transnacional y cultural común en el trabajo de tikkum olam, el pensar como judío, y en el trabajo del midrash, el pensar como judío” (Coleman). Es precisamente este aspecto transnacional de la experiencia judía y una profunda visión ética de su oficio lo que más dinámicamente marca la visión poética de Marjorie Agosín. El espacio creado por la palabra representa en sí un mundo figurativo en el que la identidad es múltiple y fluida. Como observa Ilan Stavans, el vivir dentro de una multiplicidad de lenguas es una de las más marcadas características de ser judío (Coleman). En el caso de Agosín, tal multiplicidad se manifiesta a través de códigos cargados de referentes culturales e históricos cuya función es la de marcar el texto. En este sentido la obra de Agosín entabla un diálogo con otros seres, tales como los judíos europeos, los judíos inmigrantes a Latinoamérica, mujeres latinoamericanas, madres que sufren de la represión política, y con personajes históricos y ficticios que viven su momento histórico con tal valor que logran perdurar en la conciencia colectiva. Por lo tanto, el manejo de la memoria por parte de Agosín recalca el concepto que la historia es una experiencia continua atada no solamente a múltiples memorias que se encuentran en un espacio dado, sino también a múltiples identidades. Gracias a la memoria, la escritura posibilita la denuncia de espacios denigrantes que niegan la humanidad. No obstante, la palabra crea al mismo tiempo un espacio de encuentro que, como Jerusalén y el Muro de los Lamentos, posibilita la convergencia de culturas y de experiencias históricas. ■ 70 MIRIAM B ORNSTEIN -G MEZ MARJORIE A GOSŒN: IDENTIDAD JUDŒA Y LA APERTURA DEL ESPACIO El espacio creado por la palabra revela la fragilidad de la vida pero también la fuerza de la voz. Como extensión de lo que perdura en un espacio de la identidad judía hermanada por la represión al sufrimiento de otros seres, la palabra es una manifestación de la fuerza y la fe ante el fracaso de otros medios de cambio. De nuevo, en referencia al Muro de los Lamentos, el poseer la palabra significa tener acceso a la salvación al “rescatar…/ el principio del verbo/ la vida,/ tras las piedras” (Toward 9). A través de este contexto espacial Marjorie Agosín nos entrega una visión doliente y sufrida pero también una extraordinaria visión esperanzada ya que su voz igualmente engendra espacios transculturales para la supervivencia y la afirmación de comunidades de resistencia y de identificación transnacional. BIBLIOGRAFÍA Agosín, Marjorie. A Cross and a Star: Memoirs of a Jewish Girl in Chile. Albuquerque: University of New Mexico Press, 1997. ——. An Absence of Shadows. Fredonia, New York: White Pine Press, 1998 ——. Always from Somewhere Else. My Jewish Father. New York: Feminist Press, 1998. ——. Brujas y algo más. Pittsburgh, Pennsylvania: Latin American Literary Review Press, 1984. ——. Desert Rain/Lluvia en el desierto. New Mexico: Sherman Asher Publishing, 1999. ——. Entremundos (Between Worlds): Jewish Artists of Latin America. Catalogue Essay. Denver, Colorado: Mizel Arts Center, February 3-April 13, 2001. ——. Melodious Women. Pittsburgh, Pennsylvania: Latin American Literary Review Press, 1997. ——. Toward the Splendid City. Temple, Arizona: Bilingual Press/ Editorial Bilingüe, 1994. ——. Women in Disguise. Falls Church, Virginia: Azul Editions, 1996. Boyarin, Jonathan. “Space, Time, and the Politics of Memory.” Remapping Memory: The Politics of TimeSpace. Ed. J. Boyarin. Minneapolis: University of Minnesota Press, 1994. Coleman, Sarah. Jewish Bulletin of Northern California. February 13, 1998. http://www.jeshishsf.com/bk980213/etlinks.htm Dosick, Wayne. Living Judaism: The Complete Guide to Jewish Belief, Tradition, and Practice. New York: Harper Collins, 1995. Goldin, Liliana R. Ed. Identities on the Move. Austin: University of Texas Press, 1999. Kaminsky, Amy. “Geneologies and Diasporas: A Personal Reading of a Family History,” Letras Femeninas, 22:2 (2001):42-53, p. 47. 71 ■