DESCRIPCIÓN FISIOGRÁFICA DE TENERIFE

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DESCRIPCIÓN FISIOGRÁFICA DE TENERIFE
Posted on May 22, 2005 by tenerifehuerta
Carlos Llorente Núñez
Tenerife se halla situada en el océano Atlántico, entre los 27º59’59" y los28º35’15" de
latitud Norte y entre los 16º55’4" de longitud Oeste, según el meridiano de Greenwich.
La isla de Tenerife, con sus 2.036km², es la mayor del archipiélago canario, en el que
ocupa una posición central, entre las de Gran Canaria y La Gomera.
Planimétricamente tiene una forma sensiblemente triangular, aunque adelgazada en el
extremo Nordeste. Los vértices del triángulo están constituidos por la Punta de Anaga, en el
ángulo Noreste, la Rasca, en el Sur, y la de Teno, en el este.
Las costas son ásperas y abruptas, formando con gran frecuencia acantilados rocosos con
muy pocas playas y puertos naturales.
El relieve, muy complicado en sus detalles responde, sin embargo, a un esquema general
bastante sencillo: Una cadena montañosa que desde el extremo noreste atraviesa la isla en
dirección suroeste, con alturas gradualmente crecientes, y que termina en el circo de Las
Cañadas, con pendientes laderas, a uno y otro lado, surcadas de profundos barrancos.
Esquemáticamente se puede asimilar la isla a un aplastado tetraedro, cuyo vértice superior
aparece truncado por la plataforma de Las Cañadas, en la que se levanta el cono del Teide.
La antedicha cadena montañosa constituye una de las aristas superiores; las otras, que
unirían el desaparecido vértice con Teno y Rasca, no existen realmente, quedando
sustituidas por un contorno convexo muy accidentado, sobre todo en el ángulo noroeste,
por la presencia del macizo de Teno.
La mayor parte de la isla, en su configuración actual, depende geológicamente de las
erupciones que tuvieron como cráter Las Cañadas en sus distintos períodos. Únicamente se
separan los espolones de Anaga y Teno, procedentes de erupciones mucho más antiguas, y
algunos terrenos del litoral en el Sur y Suroeste.
En el extremo noroeste se encuentra el macizo de Anaga, formado por una estrecha arista
orientada de noroeste a suroeste, a la que los numerosos y profundos barrancos de sus dos
vertientes dan una disposición en espina de pescado. La altura general de esta sierra es
reducida, con una elevación máxima de 1.024 metros (Montaña de Taborno). En las
estribaciones meridionales de este sistema se encuentra la ciudad de Santa Cruz de
Tenerife, capital de la isla.
Continuando hacia el suroeste se interrumpe la cordillera por la altiplanicie de Los Rodeos
(600 m), en la que se halla enclavada la ciudad de La Laguna. Esta meseta, de suelo
profundo y gran humedad atmosférica, constituye uno de los más fértiles lugares para
cultivo ordinario de toda la isla.
Desde dicha meseta se continúa otra vez la arista montañosa, que va elevándose desde La
Esperanza (966 m) hasta Izaña (2.362 m), donde inicia su bifurcación para formar las
paredes del cráter o circo de Las Cañadas que corona centralmente la isla.
Las Cañadas constituyen una gran caldera, en cuyo interior y algo periféricamente se
levanta el Pico de Teide. El eje mayor de esa caldera se orienta en dirección noroestesuroeste, el diámetro medio aproximadamente 10 km y unos 75 km el contorno, la
superficie total es de 12.300 Ha, comprendidas entre los 2.000 y 2.100 metros de altitud.
E1 Teide tiene forma cónica, bastante regular, y se eleva 1.700 metros sobre el fondo del
antiguo cráter de Las Cañadas alcanzando los 3.718 metros.
El espacio comprendido entre las paredes del antiguo cráter y la base del gran macizo del
Pico es el que recibe el nombre de Cañadas del Teide, debiendo esta denominación a los
distintos cauces o cañadas que abrieron las sucesivas erupciones.
E1 resto de la isla lo constituyen las exteriores del circo, que desde las cumbres de éste
descienden hasta el mar, con pendientes más suaves que las ofrecidas por la cordillera
oriental.
En el extremo noroeste existe un sistema montañoso independiente, formado por una serie
de pequeñas cordilleras que, partiendo en disposición digitada un núcleo central, cubren
este sector de la isla.
Toda la isla aparece surcada por barrancos y ramblas, que originan un microrrelieve muy
accidentado. Hay también valles, en los que se encuentran localizadas las principales zonas
de cultivo. Destacan por su importancia, los valles de la Orotava y de Güímar, existiendo
por todo el contorno de la isla gran número de ellos de dimensiones más reducidas.
No existen arroyos ni cauces regulares de agua; sin embargo, durante la época de las
grandes lluvias de invierno, pueden verse corriendo los numerosos barrancos.
Casi todos los nacientes de agua que garantizan la atención de las necesidades isleñas son
de origen artificial, consistentes en las denominadas galerías, túneles que se adentran en la
montaña miles metros en busca del agua.
Dada la naturaleza eruptiva de la isla y su formación relativamente reciente, el tapiz
geológico es extraordinariamente uniforme: Los materiales vertidos desde el cráter de Las
Cañadas la cubren casi por completo con un manto de traquitas fonolíticas, interrumpido a
veces por filones de basaltos que destacan fácilmente su coloración más obscura. También
aparecen grandes extensiones de terrenos cubiertos de productos eruptivos más 1igeros,
cenizas y lapillis.
Los macizos de Anaga y Teno no quedaron recubiertos por los productos de estas
erupciones centrales, hallándose constituidos por materiales más antiguos. En ellos
predominan las rocas basálticas traquitas subordinadas.
En el litoral del Sur y Suroeste se encuentran algunas formaciones marinas de origen
reciente.
Existen notables diferencias edafológicas, según la importancia y permanencia de los
procesos de descomposición llevados a cabo por los agentes naturales.
En las zonas con humedad suficiente, la descomposición del terreno ha sido completa,
aunque limitada a sus capas más superficiales, existiendo suelos vegetales perfectamente
formados, salpicados por frecuentes afloramientos rocosos, a causa de la existencia de
materiales más duros o de la intensa denudación que el accidentado relieve determina.
Fuera de la zona húmeda, el esqueleto rocoso aparece casi al descubierto, sobre todo en
aquellas regiones donde la deforestación tuvo como inmediata consecuencia una rápida
denudación de arrastre.
Existen amplios campos de lava de origen moderno que no han podido ser compuestos
todavía por los agentes de erupción.
El clima de Tenerife y en general de islas Canarias es el resultado de la acción de dos
factores determinantes generales: latitud y situación oceánica, y de otros dos de carácter
local: altitud y exposición, cuya importancia puede ser tan considerable que llegue a anular
la de las anteriores, obteniéndose combinaciones muy diversas, según la modalidad con que
intervenga, cada uno; hasta el punto no poderse hablar, en rigor, de un clima del
archipiélago, sino de distintas zonas climáticas, constantes y determinadas.
La situación, a escasa distancia del trópico de Cáncer, constituye el principal carácter que,
de modo general determina el clima, matizado por la naturaleza insular del territorio. El
clima, en una primera aproximación, puede definirse como tropical y marítimo. La
diversidad que dentro de estos rasgos generales ofrece el clima obedece a una serie de
causas: vientos marinos, su temperatura, orografía, inversión térmica, etc.
En forma resumida, se pueden distinguir en Tenerife tres zonas climáticas perfectamente
definidas, aunque en ciertos casos con extensas áreas de transición en sus contactos. Dichas
zonas son:
1ª.) Zona inferior, cálida y seca, que alcanza hasta los 500-600 metros, por 1a vertiente
norte y aproximadamente hasta los 1.000 metros por la sur.
2ª.) Zona de las nieblas, que únicamente existe en la vertiente norte y ciertas localidades del
Este y Sureste.
3ª.) Zona superior, continental y seca, que afecta a las dos vertientes; suponiendo un brusco
tránsito cuando se pasa a ella desde las brumas y fundiéndose, en cambio, de modo
paulatino con la zona inferior en las orientaciones desprovistas de aquéllas.
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