HACIA UNA PROPUESTA DE REFORMA REGULATORIA DEL SECTOR FINANCIERO. COLECCIÓN IDEAS Alvaro Gallegos. 1 Año 13 N°133 Agosto 2012 1 E di ció n r ea li za da po r C o m u ni ca ci o n es F un d a ció n C hi l e 2 1 0 RESUMEN La fragilidad inherente del sistema financiero y las fallas de mercado hacen indispensable una adecuad a regulación. A partir de los criterios de Basilea, parecía que se había encontrado un sistema que lograba reducir los riesgos de inestabilidad de la banca, pero la profunda crisis de 2008 desnudó sus insuficiencias y puso en cuestión su efec tividad. Así, los países desarrollados se embarcaron en un profundo proceso de reforma. En Chile, con la excepción de los fondos de pensiones, el mercado financiero pasó la prueba de la crisis sin dificultades. Sin embargo, a la luz de la reforma de las regulaciones a nivel global, nues tro régimen regulatorio muestra tam bién debilidades sistémicas. El presente trabajo indaga críticamente el sistema de regulación financiera vigente y propone una necesaria revisión de su estruc tura institucional, del perímetro regulatorio y de la protección del consumidor financiero. ABSTRACT The inherent fragility of the financial system and market failures make it essential to proper regulation . From Basel criteria, seemed to have found a system that could reduce the risk of instability of banking, but the profound crisis of 2008 stripped their weaknesses and questioned their effectiveness. Thus, developed countries are embarked on a process of profound reform. I n Chile, with the exception of pension funds, financial market passed th e test of the crisis without difficul ties. However, in light of the regulatory reform at the global level , our regulatory regime also shows systemic weaknesses. This paper critically examines the current financial regulatory system and proposes a necessary revision of its institutional structure, the perimeter of regulation and protection of financial con 1 1. Introducción La banca presta servicios financieros que consisten esencialmente en la movilización de ahorros hacia actividades productivas, transforma ndo activos financieros de los hogares en pasivos financieros de las empresas. Esa movilización conduce a la transformación de los ahorros en activos agregados, diversificados y de plazos más largos , proceso en el que la banca tom a un rol clave en el manejo de la incertidumbre económica. En efec to, es el principal administrador de riesgos a través de la cobertura, la agregación, la distribución y la tarificación. Además, este sector es responsable de la provisión de medios de pago que otorgan fluidez y se guridad a las transacciones de la economía 2. Así , los servicios financieros contribuyen al desempeño de la economía como un todo. Sin embargo, dado que la operación de los bancos se basa en la mantención de una reserva de fondos parcial que no permite responder a un retiro masivo de sus depósitos, la banca es intrínsecamente frágil . De aquí nace un amplio consenso en cuanto a que la indus tria de servicios financieros debe ser objeto de regulación prudencial. Tal regulación tiene 3 esencialmente dos propósi tos : a) Proteger a los pequeños depositantes. Los pequeños depositantes no tienen la capacidad ni los incentivos suficientes para controlar el riesgo que asumen los bancos y pueden sufrir pérdidas si una excesiva toma de riesgo conduce a la quiebra del banco donde mantienen sus ahorros . Así, el papel del regulador es procurar que no ocurran quiebras bancarias y, para ese fin, debe aplicar regulaciones micro-prudenciales. b) Proteger a la economía como un todo. El sistema bancario , o un actor individual con capa cidad de contagiar al resto por su alta importancia relativa, pueden fallar en el manejo de los riesgos agregados. Es posible que tal falla conduzca a una inestabilidad financiera que cause una crisis económica y lleve a caídas en el PI B y, por ello, l a estabilidad financiera es un bien público. Empero, no existen incentivos suficientes para que bancos individuales asuman el costo de mantenerla. El rol 2 3 Herring y Santomero (1996) . Rochet (2008). 2 del regulador es aplicar políticas macro -prudenciales para asegurar la estabilidad del sistema. Tradicionalmente, l as herramientas del regulador para conseguir estos propósitos han sido la función de prestamis ta de úl tima instancia 4, usualmente responsabilidad del Banco Central , destinada a sos tener bancos solventes pero ilíquidos, y los sistemas de seguro d e depósitos 5 que resguardan a los ahorrantes en el evento de quiebra de un banco individual. La reconocida utilidad de ambos instrumentos no impide que, bajo ciertas condiciones, es timulen el riesgo moral 6. Por ello, son complementados por el regulador c on la imposición de límites a los descalces de activos y pasivos del balance, con el monitoreo de los riesgos y con la exigencia de provisiones para cubrir pérdidas esperadas de cartera. Con todo, el elemento principal de la regulación prudencial para desalentar comportamientos que eleven el riesgo es la exigencia de un capital mínimo 7, que suele estar acompañada de procedimientos de recuperación de situaciones de stress y de mecanismos de resolución de quiebras bancarias . No obstante la existencia de esto s mecanismos preventivos, las crisis bancarias son frecuentes 8 y los mercados financieros cayeron en 2008 en una profunda crisis - la mayor desde el crash de 1929 - que ha puesto a prueba a las economías de Estados Unidos y Europa occidental. 2. El entorno internacional Entre diversos efectos, la crisis financiera del Atlántico Norte no sólo hizo desaparecer del mercado financiero a actores de la relevancia de Lehman Brothers, Merrill Lynch y Bear Stearns, tam bién llevó a la capitalización por el fisco de lo s EE.UU. de la gigantesca aseguradora AI G y de la emblemática General Motors. La extensión y profundidad de la crisis puso sobre el tapete la necesidad de revisar las bases de la es tructura regulatoria para prevenir la repetición de tan dramáticas experiencia. La ley Dodd -Frank abordó este problema y hoy se está aplicando la reforma en buena parte del esquema de 4 La regla de oro para un banco central ( Bagehot,1873) es estar siempre disponible para prestar, hacerlo contra garantías de alta calidad y aplicando una tasa punitiva. 5 El primer sistema de seguro de depósito se creó en 1934 en los Estados Unidos. 6 Demirguc-Kunt y Detragiache (2002). 7 Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (1988,200 4). 8 Reinhart y Rogoff (2009) examinan las crisis bancarias de los últimos 800 años. 3 regulación norteamericano. Los conceptos rectores para tal reforma provienen principalmente de dos informes previos: el “Blueprint” de Henry Paulson 9 y el “White Paper” de Timothy Geithner 10, secretarios del tesoro de Bush y Obama, respectivamente. Por otro lado, el Reino Unido sufrió el embate inicial de la crisis con la caída del banco Northern Rock, la que dio lugar a un duro cuestionamiento del esquema regulatorio integrado al que se dio forma en el primer gobierno de Blair. La comisión de expertos presidida por Sir John Vickers 11, que estudió las causas de la crisis , propuso una radical reforma a la es tructura regulatoria. Con base en el enfoq ue denominado “Twin 12 Peaks” , impulsó la creación de dos agencias de supervisión: una ocupada de la solvencia de los agentes financieros y la otra de la protección de los derechos del consumidor financiero. Además, radicó en el banco central un comité de política financiera responsable por el riesgo sistémico. Numerosos países de la Unión Europea fueron severamente afectados por la crisis, por lo que se estableció un gr upo de expertos para analizar su s causas y proponer una reforma a la supervisión de los m ercados financieros, de donde surge el “ de Larosiere Report ” 13. Las razones detrás de es tos esfuerzos de cambio se resumen con crudeza en el informe sobre reforma financiera del Grupo de los 30 14, conformado por destacados economistas y que lideran Paul Volcker y Jacob Frenkel . En él se señala que la confianza en la integridad de las instituciones financieras y el mercado se perdió por su complejidad y opacidad, débiles estándares crediticios, descalces de plazo imprudentes, excesivo uso del apalancamiento y de operaciones fuera de balance, vacíos en la supervisión regulatoria, un fallido sistema de ratings de crédito y una débil gobernanza. En síntesis, la crisis puso en cues tión las bases de los criterios de regulación predominantes impulsadas por el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea. 9 Blueprint for a M odernized Financial Regulatory Structure (2008). Rebuilding Financial Regulation and Supervision (2009). 11 A new approach to financial regulation: a blueprint for reform (2011). 12 Michael Taylor (1995) fue el primero en proponer este enfoque que consolida la regulación prudencial y la protección del consumidor en dos agencias separadas. 13 De Larosière Report (2009). 14 Group of Thirty, Financial Reform : A Framework for Financial Stability (2009). 10 4 3. La Decepción de Basilea El Banco de Pagos I nternacionales , BI S por sus siglas en inglés , asumió la tarea de impulsar un cuerpo de reglas en pro de la estabilidad financiera y para promover la competencia entre bancos de diferentes países en un marco nivelado de regulaciones prudenciales . El primer acuerdo de estándares de capital de 1988 (Basilea I ) 15 promovió una exigencia patrimonial basada en un esquema simple de cuatro categorías de activos, cada una con diferentes ponderaciones de riesgo, que fue rápidamente acogido en los mercados desarrollados y que muchos países en desarrollo, incluido Chile, adoptaron posteriormente . Sin embargo, las debilidades conceptuales de Basilea I eran gruesas, pues ignoraba el riesgo sistémico y el de transformación, no diferenciaba efectivamente los riesgos al interior de las categorías y tenía un sesgo de arbitraje regulatorio que favorecía a las carteras de bonos en desmedro de la de prés tamos 16. Esto último, que llegó a provocar una contracción en la disponibilidad de crédito a las empresas, se corrigió parcialmente ocho años más tarde con la enmienda sobre riesgos de mercado 17. No obs tante, la continua crí tica de los grandes bancos puso al Comité de Supervisión Bancaria del BIS en un dilema. Por un lado, resistir la influencia de las prácticas prevalecientes en la industria significaba el riesgo de ser acusado de no entender cómo funciona el mercado, es decir, de incompetencia para dictar normas, y, por otro, adherir a esas prácticas y correr el riesgo de captura. Según el economista francés Jean Charles Rochet, uno de los principales experto s mundiales en regulación bancaria, l os criterios aplicados en el segundo acuerdo de capital, Basilea II , reflejan que el comité sucumbió a la indus tria 18. En efecto, en un diseño de m ayor complejidad al del acuerdo anterior, el comité introdu jo un esquema de 3 pilares: adecuación de capital, rol del supervisor y disciplina del mercado. El primer pilar se desglosa, además, en riesgo de crédito, riesg o de mercado y el nuevo concepto de riesgo operacional. 15 Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (1988). Jean Charles Rochet (2008). 17 Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (1996). 18 Este proceso de captura es descrito por Dewatripont, Rochet y Tirole en “Balancing the banks” (2008). 16 5 En este esquema, el BI S buscaba alinear los requisitos de capital con los riesgos que los bancos asumen y estimularlos a que adopten las mejores prácticas de administración de riesgos. Sin embargo, cedió en gran medida a l a presión por mayores grados de au torregulación e introdu jo una metodología de medición de riesgo de crédito y exigencia de capital basada en modelos internos de los bancos, modelos que utilizaban , principalmente , el método denominad o Value at Risk (VaR) 19. Es decir, acepta que sean los propios bancos quienes determinen el nivel de riego de sus carteras, limitando el rol de los supervisores a verificar la robustez de los modelos. Asimismo, otorga un rol decisivo a las calificaciones de riesgo de las agencias de rating 20 para las carteras corporativas. Las debilidades esenciales de este enfoque radican en que el modelo VaR, basado en criterios estadísticos y datos his tóricos, desconoce el dinamismo del mercado financiero y en que olvida que el riesgo de actores individuales puede ser endógeno, consecuencia de políticas individual es, como tam bién exógeno, es decir, producto de condiciones macroeconómicas, de riesgo agregado o de contagio . Esto úl timo significaba, en la prác tica, continuar ignorando la existencia del riesgo sistémico. Por otra parte, el carácter individual de los modelos inhibe , en forma sustantiva, la capacidad de los reguladores para estimar los riesgos sobre una base de común aplicación a todos los participantes. La complejidad de los modelos abrió grandes flancos a la discrecionalidad de los reguladores y al arbitraje regulatorio de los bancos que podían diseñar modelos para propósitos únicamente regulatorios 21. El énfasis en estos modelos supuso además la subestimació n de otros riesgos , tanto o más relevantes, como el riesgo de liquidez y el riesgo de contraparte, los que se expresaron con fuerza en la crisis de 2008. En suma, para Rochet, se confundió el rol de la regulación al asimilarla a las prácticas internas de m edición de riesgo y se dio importancia exagerada a complejos modelos, en lugar de 19 20 Va l ue a t Ri s k = V a l o r e n R i e s g o . Para Tirole (2008), las agencias de rating no anticiparon las crisis de deuda soberana de los 90’ ni la burbuja de las firmas tecnológicas , reaccionaron lentamente a las debacles de Enron y Worldcom, y fue pobre su desempeño ante la crisis subprime. 21 Tarullo (2008) sugiere que este enfoque puede llevar a un proceso de cálculo del capital altamente tecnificado e impenetrable, salvo para un puñado de expertos, y que falla en lograr una suficie nte sensibilidad al riesgo. 6 entenderlos como auxiliares, y se olvidó es tablecer reglas simples y comunes a todas las jurisdicciones que sirvieran de alerta a los reguladores. Como se ha dicho en el capí tulo introductorio, l a justificación para un sistem a prudencial de regulación financiera proviene principalmente de la protección de los depositantes de la quiebra de un banco individual y de la protección del conjunto del sistema de una crisis generalizad a. El enfoque de Basilea, dadas sus características, resul tó débil en el control del riesgo de falla de un banco individual y fue totalmente ineficaz para prevenir el riesgo sistémico. 4. El desafío para la agenda financiera en Chile a. Necesidad de una revisión de la regulación Así como la ola de casos de defraudaciones como los de Enron, Worldcom y Tyco, entre varios otros, puso en cuestionamiento la labor de los auditores externos, causando la caída de Arthur Anderson, la crisis financiera internacional de satada el 2008 ha generado un cuestionamiento radical del sistema de supervisión impulsado en los acuerdos de Basilea, en particular a su apoyo en las agencias de clasificación de riesgo y en el rol preponderante de los modelos internos de medición de ries gos. Mientras la primera experiencia llevó a los EE.UU. a poner estándares más exigentes a través de la ley Sarbanes -Oxley, la segunda ha hecho que los países desarrollados, en su gran mayoría, estén embarcados en un amplio proceso de reformas de corte nacional más exigentes que las tímidas reformulaciones de Basilea III . 7 Tras estos acontecimientos, Chile pudo haber dado paso a una revisión de nuestra regulación financiera, pero prevaleció tanto en el Ministerio de Hacienda como en el Banco Central la visión de que el país había quedado exento de los problemas del sistema financiero internacional y que , por tanto, no había reforma que hacer. Esa mirada es correcta solo respec to de la banca, pues el embate de la crisis se canalizó a través de los fondos de pensiones , los que perdieron en torno a US$ 25.000 millones, pérdida de las cuales el fondo A aún no se recupera. Las recientes pérdidas de esos fondos por sus inversiones en La Polar, en cuya mesa direc tiva las AFP es tuvieron por años representadas por d irectores elegidos por ellas, son una lamentable consecuencia de la ausente voluntad de corregir las debilidades de funcionamiento del sistema. La confluencia de los pobres desempeños de auditores y clasificadores, de los inversionis tas profesionales tale s como fondos mutuos, fondos de inversión y corredores de bolsa, así como de las tres agencias públicas sec toriales, SUPEN, SVS y SBI F, y la ambigüedad inicial del Sernac, no hace más que confirmar la necesidad de revisar la real capacidad de la estruc tura regulatoria para anticipar los problemas. Las Señales Inadvertidas de La Polar El flujo de caja proveniente de las actividades del giro de La Polar fue negativo durante los seis años previos a la develación de su real situación financiera. No obstante, el déficit se cubrió con deuda bancaria y con bonos que adquirían las AFP para los fondos de pensiones. Otra fuente de financiamiento fue la emisión de acciones, cuya compra era recomendada por corredores. Los fondos de pensiones adquirieron acciones por casi un 25% del capital, suficiente para elegir 3 directores. Flujos de Efectivo 200.000 150.000 100.000 Giro Operacional 50.000 Financiamiento 0 2005 2006 2007 2008 2009 2010 -50.000 -100.000 Fuente: Memorias Anuales La Polar La morosidad de la cartera de c rédito estuvo por largo tiempo bajo la media del mercado del retail, concitando elogios de analistas ante el “buen” manejo de riesgo en un segmento de ingresos bajos donde la probabilidad de no pago es mayor. Al final del 2010, la morosidad empeoró y se alineó con la del mercado, señal de que se agotaba la capacidad de ocultar la real situación de cartera. Morosidad sobre 90 días 7,0% 6,0% 5,0% 4,0% 3,0% La Polar 2,0% Mercado Retail 1,0% 0,0% Fuente: SBIF No nos equivoquemos, la gran mayoría de los actores del mercado financiero ac túan honesta y legítimamente en pos de 8 22 Tampoco parece haber sido advertido que los clientes de bajos ingresos realiza ban transacciones por un monto medio varias veces superior a los cerca de $ 20.000 de la media de mercado. E sa conducta no reflejaba compras, sino renegociaciones unilaterales. El clímax llegó en el tercer trimestre de 2010, con una media de $ 135.000, 6 veces superior a la de mercado, en lo que puede especularse fue un último esfuerzo por mantener la mascarada. Transacción Promedio 160.000 140.000 120.000 100.000 80.000 60.000 40.000 20.000 0 La Polar 2010-4 2010-3 2010-2 2010-1 2009-4 2009-3 2009-2 2009-1 2008-4 2008-3 Mercado Retail 2008-2 La regulación financiera vigente en Chile no se hace cabalmente cargo de este aspecto inherente al comportamiento económico. Una supervisión que se bas a esencialmente en que la empresa entregue la información correcta, requiere ser urgentemente modificada. La disciplina de mercado que pueden ejercer auditores, clasificadores o inversionistas institucionales no reemplaza la fiscalización en terreno ni el ojo avizor de inspectores experimentados 24. Las Señales...(cont.) 2008-1 alcanzar los retornos buscados. También es cierto que no hay ley suficiente que prevenga las conductas descuidadas, indolentes o derechamente fraudulentas, pues para ello están los controles internos y las auditorías externas. Sin embargo, el autocontrol de los mercados es insuficiente para protegerse frente a la conducta oportunista de personas o actores no regulados que buscan obtener beneficios asumiendo riesgos de los que se beneficiarán en detrimento de otros 22. Por tanto, no parece razonable construir una regulación financiera como la de Basilea, que se estructura en gran medida sobre la base de la autoregulación, como si no existieran la negligencia ni la trampa que busca sacar ventaja de ella 23. Fuente: SBIF Todas estas señales provienen de la información pública. ¿Cómo fue posible que las agencias públicas a cargo de la supervisión de los actores involucrados no pusieran atención a estos simples indicadores? ¿Qué impulsaba a los actores del mercado a ignorarlos y optar por la tesis de la estrella del mercado? ¿Porqué los auditores y la s clasificadores de riesgo no contrastaron esta información pública con la que entregaba su contratante? ¿Y el directorio? Para Acemoglu, ésta es una de las tres causas de la crisis del 2008 (FMI, Finanzas y Desarrollo, marzo 2010). 23 En un artículo editorial a propósito de malas prácticas en el mercado de valores (abril 2011), el diario El Mercu rio puntualiza: “Es propio de una economía de mercado que el amplio ejercicio de la libertad económica dé lugar también, de cuando en cuando, al aprovechamiento de ella”. 24 Para D’Avolio et al (2001) , es improbable que los mecanismos de mercado puedan resolver por sí solos los problemas que derivan de la información errónea, por lo que es esencial una regulación que proteja a los pequeños inversionistas. 9 El problema radica en que esas entidades privadas operan bajo incentivos contradictorios, pues los ingresos de los primeros dependen de los contratos que obtienen de los propios auditados, mientras que los segundo s son contratados y pagados por los mismos emisores que requieren una clasificación para sus tí tulos de oferta pública. Ambas entidades ofrecen además servicios de consultoría a esos mismos clientes, lo que incrementa su dependencia. Los inversionistas in stitucionales, por otra parte, suelen ser víctimas del comportamiento de manada, comprando para sí y para sus clientes los tí tulos que todos los demás compran y, peor aún, de la vanidad, que los induce a creer que son más hábiles que todos los demás y que siempre encontrarán en el mercado alguien a quien venderle a tiempo un papel sobrevaluado. En este contexto, es difícil mantener la independencia de juicio para certificar el carácter fidedigno de los estados financieros, para estimar el riesgo de un tí tul o accionario o de deuda o para recomendar su compra o venta, frustrando el rol disciplinario de la institucionalidad privada que forma parte de la estructura de regulación. En consecuencia, es necesario revisar el funcionamiento de estos actores, sobre cuya sana operación se basa buena parte del enfoque de supervisión de Basilea. b. Importancia de la banca en las sombras El caso de La Polar muestra que esta entidad, a pesar de su origen comercial, tiene un giro financiero no bancario cuya cartera de créditos representaba el 70% de sus activos totales a valor contable. Sin embargo, por no estar facul tada para captar directam ente fondos del público, está fuera de la definición tradicional de un banco de depósito y, por tanto, no está sujeta a la fiscalización direc ta de la Superintendencia de Bancos. Es decir, esa firma opera en el contorno del ámbito regulatorio, form ando parte de la banca en las sombras (shadow banking), junto a otros prestadores de servicios financieros que no son sujetos de fiscalización p or la agencia cuyo mandato es la supervisión del riesgo individual de los actores bancarios. En el mercado chileno, la banca en las sombras es extensa, diversa y significativa, particularmente en el ámbito del crédito 10 a personas naturales. En efecto, las cajas de compensación, las cooperativas y las compañías de seguros de vida están habilitadas para otorgar créditos de consumo, de vivienda y en tarjetas de crédito bajo regímenes regulatorios distintos entre sí y diferentes del correspondiente a la banca. En muchos casos, la acción de nuevos actores ha sido impulsada por la autoridad en la búsqueda de Crecimiento Real de Cartera generar mayor 25 competencia a la banca en el mercado de 20 servicios financieros a las 15 Consumo personas. Con una Vivienda 10 cartera de créditos que, Empresas 5 en conjunto, alcanza un TOTAL significativo 25% de los 1989 1994 1999 2004 2009 prés tamos a personas de Fuente: Elaboración propia sobre datos SBIF l os bancos, la actividad de la banca en las sombras ha permitido ampliar el acceso al crédito a segmentos de menores ingresos. Sin embargo, la calidad de la regulación de los nuevos ac tores es inferior a la de los bancos y su fiscalización está dispersa entre varias agencias. En el caso de actores antiguos, como los grandes comercios o “retail”, su actividad crediticia está libre de regulaciones 25. Esta realidad abre un amplio espacio al arbitraje regulatorio , que permite a los grupos financieros elegir bajo qué regulación llevar sus negocios . También el negocio de la banca es distinto hoy. Mientras el crédito bancario a empresas crece en términos reales casi 4 veces entre 1989 y 2011, el crédito a personas natura les se ha multiplicado cerca de 12 veces. Como muestra el gráfico, e l dinamismo de los créditos de consumo es aún mayor, creciendo 20 veces en ese mismo período. De este modo, los servicios financieros a las personas adquieren una relevancia cada vez mayor, explicando el 45% de los ingresos del sistema bancario. El actual marco regulatorio, basado en las leyes de 1986 y 1997, responde a una realidad distinta, donde los principales riesgos de crédito provenían de empresas en lugar de personas, y es hora que sea revisado a la luz del nuevo panorama del negocio y de la incidencia de la banca en las sombras. 25 Una excepción es el límite de tasa de interés de la ley 18.010, conocido como Tasa de Interés Máximo Convencional. 11 Confirma la necesidad de tal revisión , la significación del gigantesco parque de tarjetas de crédito de cerca de 20 millones de plásticos que maneja el retail, 5 veces el parque de tarjetas bancarias. Esta arista adquiere mayor relevancia cuando sus tarjetas son aceptadas por otros comercios, pues pasa a ser parte del sistema de pagos y, en esa función, está sujeta a la regulación del Banco Central. La fiscalización recae en la Superintendencia de Bancos, pero en el caso de los emisores de tarjetas que hayan pactado liquidar y pagar a los comercios adheridos dentro del plazo de 3 días hábiles, la regulación 26 establece que la SBI F descansará en el informe que el auditor externo de la sociedad emisora le presente una vez al año. La ineficacia de esta liviana norma quedó al desnudo con el artificio incubado en la operación de las tarjetas de crédito de la cuestionada firma La Polar, por lo que resulta inelud ible una revisión profunda del funcionamiento de los sistemas de tarjetas de crédito y la adecuación de su regulación a estándares de mayor nivel que resguarden efectivamente el sistema de pagos con tarjeta. Asimismo, atendido el creciente rol del plástic o como medio de pago, es necesario revisar sus costo s vis a vis el cheque y el efectivo, así como los obstáculos a la competencia, las ineficientes señales a los consumidores y los subsidios cruzados que surgen de sus particulares normas de operación. Existe una amplia experiencia internacional en la corrección de las distorsiones del sistema de pagos con tarjeta que debe ser aprovechada. c. Las iniciativas del Gobierno Mientras en el mundo desarrollado y, por supues to, en los países de la OCDE ,donde Chile está presente, se llevan adelante reformas respaldadas por es tudios profundos sobre el desempeño de la estructura regulatoria y sus agencias, l as reformas que ha impulsado el gobierno chileno para el mercado financiero en el bienio 2010-11 son de menor entidad y no se hacen cargo de las lecciones que dej ó la crisis internacional del 2008. 26 Ver Banco Central, Compendio de Normas Financieras, C apítulo III J1. 12 En efecto, una reciente ley 27 aprobada en el Congreso, excepto por sus regulaciones acerca de la licitación pública de la contratación colectiva de los seguros asociados a créditos hipotecarios, flexibiliza sanciones y normas de inversión de los fondos de pensiones y aumenta los grados de autorregulación de las AFP. Es notable que la línea legislativa se haya concentrado en aligerar las reglas de ese sec tor del mercado financiero, que es precisamente el que resultó más afectado por la crisis de 2008 y que última mente evidenció severas debilidades en su doble rol como inversionis ta en capital y deuda de La Polar. El lamentable episodio protagonizado por esa firma dio pie polí tico para la creación del Sernac financiero , instancia por la cual se busca nivelar la dispareja cancha donde juegan lo s consumidores financieros . En ella reinan las asimetrías de información y los oferentes gozan de un importante poder de mercado, particularmente respecto de los consumidores de segmentos de menores ingresos que tienen grandes dificul tades para entender los contratos . Aunque la nueva legislación es un avance, se trata de una base mínima que, comparada con las regulaciones de mercados más desarrollados, resul ta ser sólo un pálido reflejo . Por ejemplo, l a recientemente creada Oficina de Protección al Consumidor Financiero en EE.UU. fue dotada de facultades normativas, sancionatorias y de acceso a información, potestades de las que el nuevo Sernac carece. Su nuevo símil británico tiene un rango equivalente a la agencia de supervisión prudencial bancaria 28. En el caso del nuevo Sernac, l as mayores atribuciones en materia de requerimiento de información , así como la capacidad agregada a ciertos f uncionarios para fungir como ministros de fe, están de tal modo coartadas en la propia ley que su efectividad es dudosa. La ampliación de la planta de funcionarios es irrelevante ante el volumen de reclamos y las exigencias de coordinación con agencias de supervisión sectoriales son ínfimas . Así las cosas, las condiciones 27 Ley 20.552 de modernización y fomento de la competencia del sistema financiero fue publicada el 17 de diciembre de 2011. 28 Al amparo de la ley Dodd -Frank, se creó en EE.UU. el Consumer Financial Protection Bureau, una agencia independiente con amplias facultades y presupuesto propio. En el Reino Unido, la nueva Financial Conduct Authority forma parte del Bank of England y se constituye a la par de la Prudential Regulation Authority, la nueva agencia encargada de la solvencia de los bancos. 13 institucionales bajo las cuales opera el Sernac se asemejan al ejemplo clásico de una agencia pública fallida: personal insuficiente , bajas remuneraciones e insuficiente presupues to 29. Por otra parte , el Gobierno anunci ó en el 2011 el envío de un proyecto de ley que recoge parcialmente recomendaciones del Informe Desormeaux 30 sobre reformas a la arquitectura regulatoria, aunque limitado a la conformación de una comisión de valores y, quizá, una comisión bancaria. Las ventajas de estas comisiones para la eficiencia de la regulación no son evidentes y refuerzan el enfoque institucional vigente que está en cuestionamiento en las economías desarrolladas, contrariando el espíritu de l propio informe Desormeaux que se inclina hacia el enfoque “ Twin-Peaks”. Además, el riesgo de captura es una nube oscura sobre las agencias públicas y es indispensable garantizar su independencia de los ciclos políticos y de la influencia de la industria. Las comisiones supervisoras que el Gobierno piensa proponer son una al ternativa a analizar, pero deben ir acompañadas de grados creíbles de autonomía e independencia, así como de claros procedimientos de rendición de cuentas, pues la evidencia internacional indica qu e hay experiencias positivas y negativas. Por la vía de un decreto adminis trativo, en el 2011 se cons tituyó un Consejo de Estabilidad Financiera (CEF) radicado en el Ministerio de Hacienda y conformado por los superintendentes sectoriales (SBI F, SVS, SUPEN ). Es bienvenido el CEF, pues llena un vacío al reunir en un solo órgano la responsabilidad por la prevención del riesgo sistémico además de la casi olvidada supervisión de conglomerados . Sin embargo, no se entiende bien que el Banco Central participe sól o como un mero invitado sin derecho a voto , alejándose de los diseños aplicados en Estados Unidos y el Reino Unido . En ellos, la banca central juega un rol decisivo, teniendo en cuenta su rol como pres tamista de úl tima instancia y su responsabilidad por l a estabilidad del sistema financiero 31. La ausencia de un rol 29 Una agencia fallida se caracteriza por adolecer del síndrome de las tres U, que en inglés corresponde a “Understaffed, Underpayed, Underfunded”. 30 Desormeaux et al, Informe de la Comis ión de Reforma a la Regulación y Supervisión Financiera (2011). 31 En EE.UU. el Congreso dio forma por ley al Financial Stability Oversight Council , que preside el Secretario del Tesoro y es integrado por los directivos máximos de las a g e n c i a s d e s u p e r v i s i ó n , i n c l u i d o e l p r e s i d e n t e d e l a R e s e r v a F e d e r a l . E l Ba n c o d e Inglaterra, a la espera de la legislación respectiva, constituyó y preside un Financial 14 relevante del Banco Central en este criollo CEF introduce una ambigüedad respecto de quien tiene la responsabilidad por el control del riesgo sistémico 32. se nov-10 abr-10 sep-09 jul-08 legislativa feb-09 dic-07 oct-06 may-07 ago-05 mar-06 jun-04 propues ta ene-05 refiere a la tasa máxima convencional (TMC). Paradojalmente, la TMC Tramos de Monto Alto actual estruc tura de 20% 18% cálculo de la TMC 16% genera problemas tanto 14% 12% para los créditos de 10% UF>2.000UF menor tam año, donde el 8% Pesos>5.000UF 6% máximo legal puede 4% llegar a niveles excesivos, 2% 0% como en los créditos mayores, en los que la TMC puede implicar una restricción a la oferta por su bajo nivel . nov-03 Otra La incorporación de un margen porcentual fijo , como sugiere la propuesta, facilita el acceso al financiamiento con deuda de inversiones y empresas de riesgo mayor al promedio , cuyas primas de riesgo crediticio pueden llevar a que la tasa de interés aplicable supere la TMC. Tal propues ta contiene además una interesante Interés Promedio y Máximo Tramo <200 UF componente contra 70% cíclico en un contexto 60% de tasas bajas . 50% Líneas de Crédito Tarjetas de Crédito Créditos de Consumo de los jul-10 abr-11 oct-09 ene-09 jul-07 abr-08 oct-06 ene-06 jul-04 abr-05 Tasa Máxima oct-03 ene-03 En cuanto a la TMC 40% aplicable a los créditos 30% de menor tamaño, 20% resul ta c uestionable que 10% 0% una tasa que ha estad o en 50% o más desde el año 2007 sea el precio a pagar por la bancarización ingresos 33. sectores de menores Policy Committee interino, conformado por directivos del Banco, supervisores sectoriales y representantes del gobierno. 32 Jácome et al hacen una completa revisi ón de los arreglos institucionales sobre estabilidad financiera en Latinoamérica . 33 Refiriéndose a la situación de los obreros, la Encíclica Rerum Novarum (1891) señala: “Hizo aumentar el mal la voraz u sura, que, reiteradamente condenada por la autoridad de la Iglesia, es practicada, no obstante, por hombres codiciosos y avaros bajo una apariencia distinta.” 15 La propuesta del proyecto de ley parece diseñada para lograr a priori un cierto nivel 34, cuya pertinencia no es respaldada por argumentos s ólidos en términos del sano funcionamiento del mercado crediticio. Claramente no se hace cargo de cuidar la actividad del microcrédito productivo. Además, es de dudosa conveniencia dar rango legal al complejo esquema de categorías que usa la Superintendencia . Por otra parte, se observa que la tasa promedio de los tradicionales créditos de consumo en cuota s es significativamente infer ior a la de tarjetas de crédito y líneas de crédito, con diferencias de 21 y 13 puntos porcentuales en cada caso. Al estar clasificados por la SBI F en una misma categoría , la actual fórmula de la TMC castiga en exceso a los créditos de consumo. En efecto, s i es tuviesen agrupados en una categoría separada, su “TMC” habría sido en 2011 de 38% en promedio versus el 50% que determinó la forma de cálculo vigente. Otras iniciativas regulatorias, como el proyecto sobre consolidación de los regis tros de deudores, entre otros, se encuentran en diversas etapas de avance a la fecha de la preparación de este artículo. La preocupación sobre estos temas, que reflejan una tom a de conciencia de los problemas de funcionamiento del mercado y una decisión de actuar sobre ellos, debe ser destacada. Sin embargo, en general, l as reformas propuestas trasuntan una visión muy optimista respecto de las capacidades au to rreguladoras del mercado 35. Esa visión respecto de la auto -regulación, que viene aplicándose desde hace décadas, no se condice con la seguidilla de fracasos que ha tenido 36. La regulación y la autorregulación se complementan y deben coexistir, pero el balance entre ellas debe ser tal que no se peque de ingenuidad ni se caiga en un exceso de costo regulatorio. El objeto de ese difícil equilibrio es el mejor funcionamiento del mercado, reduciendo efectivamen te los episodios de malas prácticas en materia de transparencia, información privilegiada , conflictos de interés, manipulación de precios de valores de oferta pública y otros problemas. 34 La última propuesta del gobierno aumenta la complejidad de la fórmula de cálculo de la TMC y propone subdividir el tramo bajo 200 UF en tres mini tramos. 35 González (2011) llega a una conclusión similar respecto del Sernac Financiero . 36 Entre ellos, los protagonizados por La Polar, Inverlink, Alfa, Serrano, etc. , el caso d e l a v a d o d e d i n e r o q u e c o m p r o m e t i ó a l H S BC , l a m a n i p u l a c i ó n d e l a L I B O R y t a n t o s otros. 16 Desde esta mirada , el conjunto de las propuestas de reforma financiera del Gobierno, tanto las que se han convertido en ley como las que están a nivel de proyecto o en estudio, no conforma un todo coherente, aborda sólo aspectos parciales y, en lo fundamental, no apunta a la esencia de los cambios que requiere el sistema reg ulatorio para funcionar con mayor efec tividad, eficiencia y anticipación. 5. Necesidad de una reforma regulatoria de mayor alcance Un principio sobre el cual debiera asentarse una reflexión profunda acerca de la regulación financiera nacional es que ésta debiera ser formulada de modo tal que los costos de la tom a excesiva de riesgos sean internalizados por el mercado y que provea los mecanismos e incentivos apropiados para que los actores privados adopten las conductas correctivas que sean necesarias en orden a proteger su solvencia. Una regulación así formulada debe incorporar un cuerpo de claras y simples normas prudenciales orientadas a mantener niveles razonables de riesgo y estar acompañada de un cuerpo sancionatorio suficientemente fuerte y previsible que no deje lugar a dudas en cuanto a cuáles son las conductas indeseadas y a la severidad con que serán castigadas. Naturalmente, esto supone autoridad es supervisoras provis tas de una al ta capacidad técnica , para monitorear estrechamente la conducta de los fiscalizados , y de una amplia autonomía, para ejercer las acciones correctivas que sea menester. En segundo término, es necesario tomar nota de una de las principales lecciones de la crisis de Wall Street. Esta indica que no es suficiente la existencia de actores solventes para asegurar la estabilidad del sistema. Desde la perspectiva del riesgo sistémico, la agregación de conductas individuales prudentes de actores prudentes puede tener efectos negativos en otros actores prudentes y en el sistema como un todo. Por tanto, la reforma de la regulación debe dar especial atención al carácter pro cíclico de la oferta de crédito e incorporar cabalmente la noción de riesgo sistémico y la estabilidad financiera del mercado. En este aspec to, es necesario revisar el actual diseño del Comité de Es tabilidad Financiera (CEF) en orden a entregar al Banco Central un rol de mayor protagonismo, toda vez que es la entidad que tiene responsabilidad sobre la estabilidad 17 financiera y que está en mejor posición para monitorea r los precios de los activos. El mandato del nuevo CEF , que surgiría de esa revisión , debiera establecer claramente su responsabilidad como regulador de la estabilidad sistémica. La actual estructura institucional de la arquitectura regulatoria, cuyos orí genes se remiten a la misión Kemmerer de hace casi un siglo, debe examinarse a la luz de propuestas que se hacen cargo de la mayor complejidad e interrelación de los sistemas financieros del presente, como lo es el enfoque por objetivos o “Twin Peaks ”. A fin de prevenir los riesgos de captura, d icho examen debiera incluir el diseño institucional de las agencias regulatorias en orden a considerar, por un lado, mayores grados autonomía presupuestaria y de independencia de los ciclos políticos y de la influencia de la industria, y, por otro, el establecimiento de exigencias legales expresas tanto de coordinación entre agencias y como de procedimientos de rendición periódica de cuentas ante los poderes del Estado. En esa línea, es interesante profundizar en la p ropuesta de creación de consejos independientes, integrados por miembros con mandato de plazo fijo y escalonado en el tiempo, designados por los poderes del Estado y sujetos a causales de remoción previamente definidas. Un eventual avance hacia una arquite ctura institucional tripartita inspirada en el enfoque por objetivos debiera conducir a un esquema que cuente con una autoridad a cargo del riesgo sistémico, otra a cargo de la solvencia individual y una tercera responsable de la conducta de mercado y la p rotección del consumidor. Dada esa nueva estructura regulatoria , el ámbito de acción de las actuales agencias debiera reformularse de modo de integrar los mercados bancarios, de seguros y de pensiones bajo un mismo regulador. Tal integración facilita la coordinación y el manejo de la información relevante de las distintas esferas del negocio financiero, así como también la supervisión consolidada de conglomerados. Bajo un enfoque de regulación por objetivos, debe analizarse la conveniencia de ampliar el p erímetro regulatorio de las respectivas agencias en el ámbito crediticio a otros ac tores, tales como los operadores de tarjetas de crédito del “retail”, las cooperativas de ahorro y crédito y las cajas de compensación. La ampliación del perímetro ofrece varias ventajas, tales como la reducción del arbitraje regulatorio, la supervisión del riesgo 18 individual y la inclusión de las entidades no bancarias dentro del monitoreo del riesgo sis témico . Los actores financieros que operan dentro del marco regulatorio se benefician de una mayor confianza del público en sus operaciones, pues obtienen acceso al prestamis ta de úl tima instancia, a un sistema de seguro de depósito , y a mecanismos ordenados de recuperación en situaciones de dificultad que suponen el apoyo exp reso o implícito del Estado . En contrapartida, asume n los cos tos regulatorios respectivos, incluyendo los de cumplir con reglas prudenciales, ser sujetos de supervisión y de fiscalización, así como de sanciones en caso de incurrir en conductas reprochables. Por ello, el actual perímetro regulatorio debiera ser examinado respecto de sus bordes grises, de forma de instituir una clara distinción entre las actividades que se beneficien del amparo del marco de la regulación de las que operen fuera de éste . Una actividad cuyas fronteras regulatorias ad quieren relevancia bajo esa perspectiva es la de los medios de pago minoristas. Por una parte, l a regulación vigente del funcionamiento del sistema de pagos con tarjeta adolece de serias debilidades 37 que fueron un factor en el fraude masivo de La Polar. Parece de toda conveniencia que la responsabilidad de la SBI F sobre la solvencia y es tabilidad de los emisores no bancarios sea ratificada y acompañada de suficientes atribuciones fiscalizadoras, tal como ocurre con los bancos. Por otro lado, las condiciones de competencia de l a estructura del mercado de tarjetas, especialmente en la adquirencia, han sido puestas en cues tión por el llamado “Plan Impulso Competitivo” del Ministerio de Economía . Tal estructura se basa en el modelo de las sociedades de apoyo al giro , instaurado en tiempos en que estaba en proceso la recuperación de la crisis bancaria de los años 80 . En comparación a países de la O CDE, el sistema de tarjetas de pago chileno funciona con costos elevados y algunas de sus reglas de operación han sido proscritas en esos mercados por autoridades de competencia. En el actual contexto de una banca capitalizada y rentable, aquel modelo no se justifica. C abe entonces examinar la pertinencia de un nuevo balance entre competencia y colaboración en la indus tria bancaria que allane las barreras de 37 El Banco Central y la Superintendencia de Bancos protagonizaron una inusual confrontación pública ante la comisión investigadora de la Cámara de Diputados acerca de las facultades de fiscalizac ión en el caso La Polar. 19 entrada a los desafiantes que puedan ofrecer opciones competitivas. La potencial entrada de sistemas de pagos móviles hace urgente una regulación de los medios de pago con una mirada integral y completa. Otra condición que ha perdido justificación por similares razones, si es que puede tenerla en cualquier circunstancia, es la ausencia de una protección efec tiva de los derechos del consumidor financiero. El Gobierno se h izo cargo de es ta anomalía e impulso una reforma al Servicio Nacional del Consumidor para dotarlo de mayores atribuciones y recursos. Las modificaciones incluyeron una serie de cambios en las prácticas de la industria financiera orientados a promover la competencia, reducir cos tos de transacción , facilitar la comprensión de los contratos y, en general, reducir la extracción injustificada de renta del consumidor 38. Aunque modesta, esa reforma puede constituirse en un primer paso en la búsqueda de un equilibrio entre oferentes y consumidores financieros que sea cercano a los estándares de los países de la OCDE. Un elemento sensible en la relación oferente-consumidor , la fórmula de cálculo de la Tasa M áxima Convencional, es actualmente objeto de un proyecto de ley en trámite legislativo. Como se ha señalado, la tasa máxima aplicable a créditos del tramo de menor tamaño supera el 50% anual, más de 10 veces la actual tasa de política monetaria del Banco Central. No parece razonable que sea ése el precio a pagar por la bancarización de los sectores de bajos ingresos . Es necesari o que la discusión legislativa conduzca a una TMC que concilie el interés público por evitar un cos to excesivo del crédito con la necesidad de profundizar el mercado del crédito , es timular el microcrédito productivo e incorporar a sec tores más amplios de la población a los servicios financieros. La tarea de reforma es extensa y ardua, pero indispensable. Afortunadamente, fuentes de inspiración del más alto nivel están disponibles, como lo demuestran el Grupo de los 30, las iniciativas en proceso de aplicación en los Estados Unidos con base en la ley Dodd -Frank, así como en las propuestas contenidas en el informe de la comisión presidida por Sir John Vickers en el Reino Unido y en el I nform e de Larosiere en Europa. 38 González y Gómez Lobo (2010) propusieron perfeccionamientos en esa línea en un trabajo elaborado para la Fiscalía Nacional Económica. 20 Los países más avanzados están embarcados en estas tareas y Chile, miembro de la OCD E, no puede quedarse atrás. A nivel local, el I nforme Desormeaux fue un buen comienzo y es posible enriquecer la discusión con nuevos aportes. 21 Referencias Bibliográficas Acemoglu, D., entrevista en la revista del FMI Finanzas & Desarrollo, publicada en la edición de marzo de 2010. Bagehot, W. (1873), Lombard Street: A description of the Money Market, London H.S. King. Basel Committee, (1988), I n ternational Convergence of Capital Measurement and Capital Standards, Basel Committee on Banking Supervision. Basel Committee, (1996), Amendment to the Capital Accord to Incorporate Market Risks, Basel Committee on Banking Supervision. D’Avolio, G., Gildor E., Shleifer, A., (2001), Technology, Information Production, and Market Efficiency, Harvard I nstitute of Economic Research. Demirgüc-Kunt, A. y Detragiache, E. (2002), Does Deposit Insurance I ncrease Banking System Stability? An Empirical Investigation, Policy Research Working Paper Series 2247, The World Bank. 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