Breve historia de la Sociedad de Pastos de Navalperal de Pinares

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Breve historia de la Sociedad de Pastos de Navalperal de Pinares
La desamortización de Juan Álvarez Mendizábal (1836-1837) junto con la de
Pascual Madoz (1855) constituyen las dos desamortizaciones liberales más importantes.
El 1 de mayo de 1855, siendo Ministro de Hacienda Pascual Madoz, las Cortes
constituyentes decretan y la reina Isabel II sanciona una ley declarando en estado
de venta los bienes pertenecientes al Estado, Clero, Ordenes Militares y tierras
comunales.
En base a esta Ley de desamortización de Madoz se efectúa el año 1856 la
compra de los terrenos que son actual propiedad de la Sociedad de Pastos. Un
grupo de vecinos de nuestro pueblo, encabezados por “el tío Solano” (padre de mi
abuela Cruz, nacida el 3-5-1880 fruto del segundo matrimonio con Luisa Herranz)
se asocian para la compra mediante la redención de un censo enfitéutico “afecto
al término de Navalperal y despoblado de Valvellido”. Claramente se concluye
que, con anterioridad a esa fecha, el mencionado lugar estaría poblado,
justificándose en buena medida por pasar a su lado la Cañada Real Oriental
Leonesa por la que pasaban trashumando miles de rebaños de ovejas y vacas desde
la edad media hasta mediados del siglo pasado. Allí estaba situada también la
ermita de la que ahora solo se conservan sus ruinas.
Ruinas de la Ermita de Valvellido
La compra de la finca de varios cientos de hectáreas se hace el 30 de
octubre de 1856 por “Escritura de redención de un censo” con la intervención del
escribano D. Eulogio Iparraguirre. La firma Francisco Solano Berdugo al final del
escrito, diciendo en la antefirma “por mi y a nombre de todos los socios”…firma y
rubrica, al lado de la del escribano y el representante del Estado.
En la carta de pago de la redención del censo dice “Recibí de D. Francisco
Solano Berdugo y socios vecinos de Navalperal de Pinares veinte y un mil trescientos
treinta reales o sea el diez por ciento de doscientos trece mil trescientos reales en que
han redimido un censo..... que satisfarían al Estado por fincas de sus respectivas
pertenencias en el termino de dicho pueblo….. ochocientos en oro y plata, en vellón
cuatrocientos sesenta, en papel billetes veinte mil setenta, total veinte y un mil
trescientos treinta reales”.
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Sigue diciendo la escritura “He recibido de los vecinos de Navalperal de
Pinares la cantidad de tres mil ciento ochenta y cuatro reales y ochenta y nueve
céntimos por réditos de censo que redimen en este día de impuesto sobre tierras. Tres
mil ciento ochenta y cuatro en metálico plata y oro y ochenta y nueve céntimos en
calderilla y nada en especies”.
Se redime el censo y se pagan los impuestos.
Escrituras de 30-10-1856 y de 3-11-1893. Archivo histórico provincial.
Casi 40 años después se hace escritura de 3 de noviembre de 1893 ante el
Notario de Cebreros D. Juan Juárez de Toledo de “poder especial para administrar”
compareciendo Agapito Ríos González y 82 socios más de Navalperal. Esta escritura
de poder dice “que siendo y componiendo los señores comparecientes la mayoría
absoluta de los asociados y acciones que constituyen la Sociedad establecida en esta
población para el aprovechamiento de los pastos y leña de la jurisdicción, con los
demás frutos que el arbolado de encina y roble produzcan, y notando que hace algun
tiempo que las administración de la sociedad no se desempeña con el celo, interés e
inteligencia que es de desear lo cual es causa de perjuicios para los asociados, con el
fin de evitarlos y adoptar otras medidas para la conservación y fomento de dichos
pastos, leña y frutos, han resuelto otorgar la presente escritura de poder”. En esta
escritura “se destituye y se declara disuelta sin ninguna atribución activa, ni ninguna
otra clase, a la Junta Directiva”. Ese mismo día, acompañado de dos testigos con un
notario para dar fe, se presenta el nuevo presidente en la casa del presidente cesado,
requiriéndole para que le haga “entrega al presidente de la nueva junta los documentos,
libros y demás papeles pertenecientes a la Sociedad sin perjuicio de rendir en su día la
oportuna cuenta.”
Con fecha de 25 de Julio de 1902 se lleva a cabo “Escritura de constitución de
la sociedad del monte y pastos de Navalperal de Pinares”, otorgada por D. Modesto
Rodriguez Fuentes y otros 74 señores mas, autorizada por el notario de Sotillo de la
Adrada D. Fidel Martínez Alcayna. La escritura dice que “los señores 75
comparecientes otorgan la presente escritura de constitución de la sociedad particular
para el aprovechamiento y disfrute de los pastos y leña del procomún de vecinos en
terreno proindiviso de esta jurisdicción”.
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En 1902 la Sociedad de pastos tenía 129 partes pues así lo dice el apartado
primero de la antes mencionada escritura de 25 de julio, enumerando en ella los 75
comparecientes “ que constituyen la mayoría de propietarios de los terrenos cuya total
propiedad de halla representada por ciento veintinueve títulos liberados y transmisibles
por tradición o por herencia y entre todos los reunidos suman la cantidad total de
setenta y nueve de estos títulos que como se ve constituyen la mayoría absoluta de las
ciento veintinueve que forman la totalidad”.
Se revoca en ella la escritura de 3 de noviembre de 1893 y “con objeto de
mejorar el aprovechamiento comunal y en interés de fomento y mejoramiento de los
bienes de todas clases que hoy disfrutan, de moralizar las viciosa administración
observada hasta el día y de dar mayor carácter de seriedad y legalidad a la sociedad
que representan, constituyen por esta escritura pública una sociedad particular”
La Junta directiva deberá regular y administrar el uso de los pastos “evitando
toda clase de abusos en su aprovechamiento”, así como “el aprovechamiento de leñas
por los participes que podrán utilizar las que necesiten para el consumo de sus
hogares en proporción a la acción o parte que represente y tenga pagada”. La Junta
Directiva “para evitar toda clase de abusos en el monte, acordará la forma, sitio y
época en que se haya de cortar las leñas para el consumo de los hogares”. Nuestros
antecesores repartieron el suelo de las suertes, pero no el vuelo de arbolado en las
suertes y pastos, siendo la “Sociedad de Monte y Pastos” la que gobernaba tanto el
aprovechamiento de pastos como el orden de cortas en las encinas y en los robles cada
cierto tiempo. Se numeraban los robles o encinas a podar y a cada vecino le tocaba el
suyo y tenía la obligación de podarle y quitarle toda la leña que le estorbaba, siendo
denunciado si le hacía una sangría causante de que el roble no se pudiera recuperar.
Sobre el mes de octubre se cortaba la leña y cada cual traía al pueblo la suya en el carro
tirado por vacas, para utilizarla luego en calentarse y cocinar en las lumbres bajas que
tenían las casas del pueblo.
La escritura de poderes de fecha 3-11-1893 es sustituida totalmente por la antes
indicada de 25 de Julio de 1902 “Escritura de constitución de la sociedad del monte y
pastos de Navalperal de Pinares” que juntamente con el reglamento de 1 de noviembre
de 1920 rigió hasta el 24 de abril de 1950, fecha en la que se modifican nuevamente los
estatutos por escritura de esa fecha para darle forma de sociedad anónima de las
admitidas por el artículo 1670 del Código Civil. Nunca fue sociedad anónima al no
cumplirse el necesario requisito de inscripción en el Registro Mercantil.
En junta general extraordinaria de socios el 10 de julio de 1954 se nombra una
comisión encargada de redactar los nuevos estatutos que son aprobados en la junta de 29
de diciembre de 1954, delegando a la junta directiva para formalizarlos en escritura
pública, lo que se hace compareciendo ante el mismo notario de Madrid D. Luis Sierra
Bermejo el 2 de marzo de 1955. Son los estatutos vigentes que, casi 60 años después, se
proyecta modificar para adaptarlos a la situación actual.
El capital actual es de 134,59 partes, repartido entre 425 socios.
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De las 4.983 hectáreas que tiene el término municipal, alrededor del 35% son de
praderas de la Sociedad de Pastos, aproximadamente otro 40% son de suertes (que no
administra la Sociedad sino la Cámara Agraria) y el resto son prados particulares,
huertas cerradas y núcleo urbano. Está planteado un proyecto para unificar suertes y
pastos, si así lo deciden los propietarios de las suertes.
Pedro Grande, Fiestas del Cristo 2014
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