El pensamiento crítico en la Revolución Cubana

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Revolución Cubana www.sinpermiso.info El pensamiento crítico en la Revolución Cubana
Notas de presentación del libro La crítica en tiempo de Revolución. Antología de Pensamiento
Crítico.
Sobre el compilador…
Hay lecturas que marcan para toda la vida. Algunas de ellas incluso son decisivas
en la modelación del carácter y el pensamiento. Mucho más las que se hacen en
la adolescencia, esa etapa tan temprana, cuando todo el universo está tomando
formas definidas y poniéndose en su lugar. Las lecturas que se realizan a esa
edad te acompañan para siempre.
Mi adolescencia coincidió con una coyuntura especial, la caída del Muro de Berlín,
el final bochornoso del campo mal llamado socialista y la Unión Soviética. La
explicación que me daba de las causas de aquellos acontecimientos era más o
menos la misma que se transmitía por medios oficiales y que hemos mantenido,
con algunas variaciones, hasta hoy: la traición de los dirigentes soviéticos, la labor
de zapa del imperialismo, y algunos errores internos. Pero no me parecían
suficientes para haber provocado un descalabro de tamañas proporciones. Justo
en esos momentos, cuando la vida cotidiana del cubano comenzaba a sufrir
cambios muy profundos y yo empezaba a dejar atrás a Salgari y Verne, por obra
del azar llegaron a mis manos algunos libros de pensadores marxistas que habían
sido anatemizados y excomulgados por el catecismo “marxista-leninista” que tenía
su Vaticano en la antigua URSS.
En ellos encontré una explicación más coherente, marxista y revolucionaria. La
traición del proyecto revolucionario soviético, y su final, se habían producido
mucho antes, en los años 20, cuando un grupo burocrático dominante le quitó todo
el poder a los soviets y empezó a ejercerlo para sí, en función de sus propios
intereses y a actuar internacionalmente alegando la representación oficial del
socialismo y del leninismo. Lo que se edificó a partir de ahí muy poco tuvo que ver
con el socialismo y los ideales originales de Marx, Engels y Lenin. La mejor prueba
es que la generación de bolcheviques que hizo la revolución en octubre de 1917
tuvo que ser exterminada físicamente para consumar la traición.
Con esa explicación a cuestas emprendí un camino de búsqueda, de formación
teórica y política que me permitiera entender el mundo y la época que me había
tocado vivir. A partir de aquí comenzó una historia de descubrimientos.
En ese proceso de búsqueda encontré las primeras referencias sobre Fernando
Martínez Heredia, y un libro que me resultó revelador: El corrimiento hacia el rojo,
una selección de sus artículos y ensayos. En él encontré las mismas ideas que
consideraba mías, pero expresadas con más belleza e ingenio. El entusiasmo que
1 Revolución Cubana www.sinpermiso.info experimenté ante la comunión de pensamientos fue casi infantil. Les leía
fragmentos enteros a mis padres, novia y amigos, y a uno de estos le recomendé
que comprara el libro, que serían los 18 pesos mejor empleados de su vida.
En sus páginas descubrí un marxismo desencartonado, alejado de dogmatismos,
reduccionismos y determinismos, fantasmas que tanto abundaban, y abundan, en
las interpretaciones teóricas del marxismo. Allí estaban las claves para una
comprensión revolucionaria de la historia del pensamiento marxista, la evolución
de la nación cubana entendida desde la lucha de clases, los procesos de
transformación en América Latina, y las complejidades del mundo actual.
Para los jóvenes que nos acercábamos a estos temas a finales de los 90 e inicios
del 2000 Martínez Heredia no era un intelectual conocido. Los 20 años de silencio
obligado en su producción intelectual habían dejado sus consecuencias y no eran
muchos los libros y textos que se podían encontrar de él.
Un grupo de estudiantes cubanos, latinoamericanos y africanos habíamos creado
en la Universidad de Oriente el Grupo Amauta, un intento por reconectar con las
tradiciones más revolucionarias del marxismo latinoamericano, un empeño de
estudio y formación teórica y de un activismo político novedoso entre los
estudiantes para combatir una creciente despolitización que nos preocupaba.
También queríamos conectar de manera espontánea y natural a la juventud
cubana con los profundos movimientos de protesta que se empezaban a articular
en el mundo contra la globalización neoliberal y se expresaban en los boicots a las
cumbres de los poderosos y los Foros Sociales Mundiales. Fuimos al encuentro de
Fernando para llevarle nuestro Manifiesto fundacional, donde explicábamos lo que
éramos y lo que queríamos y la acogida que nos dio nos llenó de entusiasmo.
Desde entonces tuvimos en él nuestro más ferviente colaborador e impulsor, y así
ha sido en cada uno de los empeños que hemos tenido después.
Quizás por esa rebeldía inherente a la juventud, quizás porque nos hastiaba cierta
enseñanza mecanicista y dogmática del marxismo, quizás por la propia esencia de
lo que pretendíamos lograr con el grupo, nos atraían mucho los herejes. Y
Fernando tenía toda la pinta de un hereje. Y además, de un hereje verdadero, los
que como el Che, practican su herejía desde dentro, con todos los riesgos que
entraña defender ideas distintas desde el compromiso y la fidelidad.
Ante el doloroso final que tuvo la revista Pensamiento Crítico, otros podrían haber
reaccionado con desaliento, arrepentimiento, resentimiento. Pero él respondió con
más compromiso, sin renunciar a las ideas en las que creía y sin renunciar a
pensar con cabeza propia por ser militante y no a pesar de serlo. Siguió dando a la
vida sueños, y un poco más. He aquí una lección ética y de militancia
revolucionaria de incalculable valor. Junto a su valiosa y significativa obra
intelectual, Fernando es admirable por una conducta personal de coherencia con
lo que piensa, entre sus ideas y su actuación, de un compromiso crítico puesto a
toda prueba.
2 Revolución Cubana www.sinpermiso.info La coherencia de Fernando afortunadamente ha tenido su recompensa. No me
refiero sólo a los varios premios y homenajes que ha recibido o a constituir hoy
uno de los intelectuales cubanos más prestigiosos y de mayor influencia en la
izquierda latinoamericana, sino sobre todo a ser una de las principales referencias
éticas y teóricas para una nueva generación de jóvenes revolucionarios que
pretenden la profundización del socialismo en Cuba. Y lo que es más importante,
todo ello no ha sido a cambio del adocenamiento. Más bien ha sido por no ceder
un ápice en la reivindicación de su derecho a pensar y debatir. Los que quisieron
domesticarlo, salieron trasquilados. Sigue tan rebelde y hereje como siempre. Los
que cambiaron fueron otros y las circunstancias, él no.
Sobre el libro…
Pensamiento Crítico fue una hija intelectual de su tiempo y de la Revolución,
nacida de la necesidad de formación teórica que era sentida entonces como una
urgencia. Alrededor de ella se teje una historia de creación heroica, compromiso
crítico y final abrupto. Sus 53 números abarcaron desde 1966 hasta 1971, con
tiradas mensuales de 15 mil ejemplares, lo que le permitió tener un impacto
enorme y llegar a un amplio espectro de lectores. El objetivo de la revista quedaba
declarado en el editorial de su primer número: “contribuir a la incorporación plena
de la investigación científica de los problemas sociales a la Revolución”.1
Se dirigía al “lector interesado, que se inquieta ante los problemas que trascienden
su experiencia personal, que busca análisis más que descripciones”.2 Se definía
por sus propios hacedores como “una revista definitivamente comprometida
políticamente, en tanto se elabora por un grupo definidamente marxista,
definidamente vinculado con la problemática cubana, de su nacionalidad y de su
proyecto revolucionario.”3
En contraste con el empobrecimiento del pensamiento social que vino después,
Pensamiento Crítico exhibía una amplia diversidad y pluralidad en la publicación
del pensamiento de izquierda mundial. Su único criterio de selección era la calidad
y el rigor intelectual. En sus páginas encontraron espacio lo más graneado y
selecto del pensamiento revolucionario universal, incluso escuelas, tesis y teorías
opuestas a las posiciones que mantenía el equipo de redacción de la revista.
“Porque”, según Fernando, “si nada más existe lo que pensamos nosotros,
estamos perdidos. Entre otras cosas, porque es mentira que siempre se tenga
toda la razón.”4 Era parte de la libertad de pensar que la Revolución inauguraba,
1
Martínez Heredia, Fernando: La crítica en tiempo de Revolución. Editorial Oriente, Santiago de
Cuba, 2010, p. 19
2
Ibid, p. 501
3
Idem.
4
Ibid, p.14
3 Revolución Cubana www.sinpermiso.info de ese lee y no cree expresado como principio, de esa democratización del
conocimiento y del acceso a la cultura que inauguró la Revolución Cubana.
La antología que publica la Editorial Oriente, bajo el título La crítica en tiempo de
Revolución, recoge una selección de textos que, en opinión del propio compilador,
no pretende ser representativa de todo lo publicado en la revista, pues sólo
constituye un 4 % del total. La muestra, aunque diversa, como correspondía al
espíritu de Pensamiento Crítico, presenta cierta organicidad que no responde a la
casualidad ni a la intención del compilador, sino a los grandes temas que eran ejes
transversales a todas las investigaciones sociales de la época: la Revolución, las
luchas de liberación nacional y las resistencias populares, las estructuras
económicas y de dominación, la teoría del socialismo. Está organizada en 4
secciones, atendiendo a lo que eran las líneas de prioridad de la revista: América
Latina, Cuba, La Revolución en el mundo, y Pensamiento.
La extensión de la revolución latinoamericana era considerada como una
necesidad vital para el proceso socialista cubano en los 60. Esa es también una
verdad contemporánea: el destino de la revolución cubana se decide, en última
instancia, en el desenlace de la revolución latinoamericana. Mientras la política
exterior soviética se basaba en la razón de Estado y la coexistencia pacífica, la
Revolución Cubana practicaba un activo y militante internacionalismo hacia
América Latina. Cada uno de los hechos revolucionarios del continente eran
vividos con gran intensidad en Cuba. Por eso la enorme presencia de los
acontecimientos y las luchas latinoamericanas en Pensamiento Crítico.
Nos dice Fernando: “El continente se estaba pensando a sí mismo, y la revista
participó de lleno en esa aventura intelectual”5. Por eso junto a textos de
luchadores sociales como Camilo Torres, Fabricio Ojeda, Turcios Lima o Carlos
Marighella, aparecen en la sección estudiosos como André Gunder Frank, Ruy
Mauro Maurini, Armand Mattelart, o escritores de la talla de Mario Benedetti y
Eduardo Galeano.
Quisiera llamar la atención sobre algo en el caso de los combatientes: ellos
formaban parte de una nueva generación revolucionaria que, bajo la influencia de
Fidel y el Che, se enfrentaban a las direcciones reformistas de la izquierda
tradicional en sus países. Como Danton, pedían audacia y más audacia.
Consideraban la acción armada como el medio revolucionario por excelencia.
Pensamiento Crítico fue una ventana a través de la cual América y Cuba se
miraron y reconocieron mutuamente. Ella fue parte del impacto que tuvo la
Revolución Cubana en América Latina en el campo de la cultura, el pensamiento y
la acción.
Otra de las preocupaciones constantes de la revista fue la historia de Cuba. Entre
los numerosos aportes que realizó en este campo suelen destacarse dos: su
número 39, que fue dedicado monográficamente a la revolución del 30, con
5
Idem.
4 Revolución Cubana www.sinpermiso.info resultados historiográficos y analíticos relevantes; y el ensayo de Ramón de
Armas, pionero en los estudios martianos, La revolución pospuesta. Como
muestra de esta dedicación, en la segunda parte de la antología, que tiene como
tema central a Cuba, aparecen varios de los documentos históricos publicados en
Pensamiento Crítico. De Martí al Che, pasando por Barceló y Mella, entre otros.
Encuentran espacio aquí también, artículos de autores cubanos que abordaban
diversos aspectos de la realidad nacional, tanto culturales como económicos. Del
cine cubano hablan Julio García Espinosa, Sara Gómez Yera y Leo Brouwer,
mientras que al tema de la relación entre teoría económica y propiedad estatal con
el período de transición le dedican sendos trabajos teóricos Ángel Hernández y
Jorge Gómez, y Homero Fuentes.
Hoy casi nadie habla de la transición socialista, a algunos le parece un concepto
viejo y anticuado, pero es indispensable para nuestro proyecto que se rescate del
olvido y sean retomados los debates sobre ella. La transición socialista sólo puede
avanzar como resultado de una planificación, una voluntad política y una
movilización enorme de los sentimientos y aspiraciones trascendentes de la gente.
Al capitalismo se va solo, a través del plano inclinado de las relaciones
mercantiles, diría Fernando, pero el socialismo hay que construirlo
conscientemente.
La revista participaba en el medio nacional a través de la formación política de
cuadros y la difusión de tesis revolucionarias que favorecían un determinado tipo
de alternativa socialista en el debate cubano.
Pensamiento Crítico en su época formaba parte de un grupo bien definido que
luchaba a favor de una edificación socialista para Cuba. No era neutral, era una
revista comprometida con el avance de un socialismo independiente y liberador en
Cuba. Frente al grupo que representaba el Departamento de Filosofía en los años
60 había otro, que pretendía ponerle límites, riendas, coyundas, enmarcar el
naciente socialismo cubano, ajustarlo a esquemas y moldes, cercenándole su
independencia de proyecto, política y económica.
La 3ra sección, La Revolución en el mundo, realiza un recorrido por diversas
personalidades y áreas temáticas y geográficas. Comienza por el epicentro de la
resistencia antimperialista mundial en esos años, el VietNam de Ho Chi Min, pasa
por África con Amilcar Cabral y un análisis de la estructura social de la Guinea
“portuguesa”, y concluye con Stokely Carmichael y el poder negro en Estados
Unidos. Comparten también el espacio Bertrand Russell, con un Mensaje a los
pueblos del Tercer Mundo, André Malraux, y el historiador marxista inglés Perry
Anderson. Cierra esta parte con dos evocaciones históricas: de la Comuna de
París y de la Revolución de Octubre.
La antología en su cuarto tema, Pensamiento, nos asoma a un universo que por
desgracia, es mayormente desconocido por los jóvenes de hoy: todo el mundo de
ideas y producción de conocimiento de las ciencias sociales en la década del 60.
Aunque aquí también la muestra es reducida, resulta significativa, sobre todo en
5 Revolución Cubana www.sinpermiso.info cuanto a temas económicos y sociológicos. Están presentes Ernest Mandel,
dirigente de la IV Internacional que ya había participado en Cuba en la gran
polémica económica del año 1964, compartiendo las mismas posiciones del Che
Guevara, Paul Baran, Paul Sweezy, Oscar Lewis, el estudio sobre Max Weber de
Herbert Marcuse, y Paul Ricoeur.
Al concluir el libro nos enteramos que hubo un número 54 de Pensamiento Crítico
que ya se encontraba preparado cuando llegó la decisión de cerrar la revista.
Como ya no pudo salir con su nombre, fue publicado como la revista Referencias
número 3 del año 1971. De aquí el compilador selecciona un último texto, una
ponencia sobre la formación estética del educador que fue presentada en el I
Congreso Nacional de Educación y Cultura, y que hace recordar los debates de
los bolcheviques de la primera hora acerca de cómo debía organizarse la
educación. Para las revoluciones que pretenden subvertirlo todo, incluyendo
valores y cultura, la educación es asunto de importancia estratégica.
El grupo del Departamento de Filosofía y su revista, Pensamiento Crítico, eran la
concreción práctica de la fórmula expresada por Fidel en Palabras a los
intelectuales, cuando en Cuba “dentro de la Revolución todo” significaba que todos
los grupos y sectores revolucionarios cabían dentro de la Revolución, y todos
tenían derecho a expresar sus opiniones y defenderlas en el seno de la
Revolución, que daba abrigo y acogía a todos. La revista operó con total
independencia y libertad de criterio, no rendía cuentas a nadie, pero era
considerada con razón por todos, dentro y fuera de Cuba, como una hija legítima
de la Revolución Cubana. Ella era la expresión en el campo del pensamiento, de
la herejía que en la práctica significaba la Revolución Cubana. Luego, su
desacertado cierre coincidió con el momento del giro hacia un mayor acercamiento
orgánico, en todos los sentidos, a la Unión Soviética, cuando a partir de entonces
alguien decidió que “dentro de la Revolución todo” significaba que sólo cabía lo
que estuviera sujeto a un estricto control burocrático.
Una Revolución sólo puede existir si es capaz de pensarse constantemente, de
revisarse, de renovarse, es decir, de revolucionarse permanentemente. Debe
subvertirse una y otra vez para conseguir el avance de todas las liberaciones y el
retroceso de todas las dominaciones. Profundizándose, decía Pensamiento Crítico
en su editorial del número 6, “es la única forma de vida posible a las
revoluciones.”6 En palabras de Fernando, el poder deberá estar siempre al servicio
del proyecto. Si el poder deja de ser un instrumento para la liberación y pasa a ser
un fin en sí mismo, habremos errado el rumbo al socialismo.
Quien quiera entender a profundidad la Cuba de los años 60 debe leerse esta
antología, porque la lectura de Pensamiento Crítico es imprescindible para
conocer aquel mundo de luchas guerrilleras en América Latina, movimientos de
liberación nacional en el Tercer Mundo, de las protestas por los derechos civiles y
contra la guerra de Viet Nam en Estados Unidos, el mundo de la contracultura, de
6
Ibid, p.245
6 Revolución Cubana www.sinpermiso.info la nueva izquierda, de la Primavera de Praga, de la masacre de Tlatelolco, del
mayo francés de 1968. Si se quiere tener una mejor comprensión de ese mundo
tan complejo, diverso y convulso, y en él, la circunstancia de Cuba, hay que leer a
Pensamiento Crítico.
Esta antología pudiera resultar útil para estudiar el pasado, los años 60, el espíritu
de la época, el pensamiento político y social de esa década, pero pudiera
convertirse en sumamente útil si el arsenal teórico y de análisis de Pensamiento
Crítico nos sirve para los combates del presente. Si nos sirve para la inaplazable
tarea de recuperar el marxismo revolucionario y apropiarnos de toda la historia del
pensamiento marxista. Existen hoy para Cuba varias alternativas, y este libro es
una herramienta de combate por una de esas alternativas, es decir, la
profundización del socialismo en Cuba. En la lucha sorda que se libra hoy en Cuba
entre capitalismo y socialismo necesitamos una revista como Pensamiento Crítico,
que se ajuste a los desafíos y necesidades del presente, y del futuro que se nos
abre.
No es suficiente con regresar a ese acervo intelectual tan provechoso de los 60.
Es necesario que con el mismo espíritu plural y diverso que lo hizo Pensamiento
Crítico en su momento, accedamos a lo mejor del pensamiento social
contemporáneo, para estar en mejores condiciones a la hora de interrogar y
transformar nuestras realidades, para construir un socialismo donde el poder real
radique en manos de los trabajadores y ellos controlen toda la vida económica y
política del país, donde “la gente deje de regirse por el dinero, el egoísmo y el
individualismo”, donde el debate libre, franco y abierto entre revolucionarios sea
nuestro estado natural. Realicemos las preguntas correctas a nuestros dilemas de
hoy y hallemos nuestras propias respuestas, para que, en palabras de Fernando,
“triunfe el socialismo sobre el capitalismo, y también que triunfe el socialismo
dentro de la transición socialista”.
Frank Josué Solar Cabrales es profesor de la Universidad de Santiago de Cuba.
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www.sinpermiso.info, 30 de septiembre de 2012
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