¿POR QUÉ PRIMERO NO ERRADICAMOS Y ABOLIMOS LA

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¿POR QUÉ PRIMERO NO ERRADICAMOS Y ABOLIMOS LA
DESIGUALDAD Y POBREZA?: A PROPOSITO DEL DIA MUNDIAL
CONTRA EL TRABAJO INFANTIL
Enrique M. Jaramillo García*
[email protected]
“(…) esos impúberes desempeñan el oficio gracias al cual contribuyen con una
humilde suma de dinero al precario presupuesto familiar, y esto es lo que
sucede aquí. Cualquiera… puede realizar por su cuenta una encuesta cuyas
conclusiones son pavorosas: cada vez que uno de estos chicos lustrabotas se
aproxima para brindarle su trabajo –o cuando se encuentra ante esos
pequeños comerciantes de hojitas de afeitar, loterías o lápices- pregúntele
dónde vive, cuántos son en su familia, con qué cuentan en su casa para el
sostenimiento, etc. “
Sebastián Salazar Bondy
I
Estas reflexiones, intentan rebatir con fundamentos válidos los planteamientos
miopes y simplistas de la tecno burocracia enquistada en organismos
internacionales ligados a la ONU (OIT, UNICEF, Banco Mundial, y sus nuevos
satélites: Fundación Telefónica, y ONGs abolicionistas), que han tenido la
habilidad de despejar el camino para que transite libremente el modelo
económico neoliberal, causante del ahondamiento de la desigualdad y pobreza
generalizada, no sólo en el Perú, América Latina, sino también en el mundo
entero, que está generando un malestar jamás imaginado en nuestras
sociedades. No obstante ello, estos agoreros y fariseos de la falsa prosperidad
y felicidad, intentan obligarnos a “celebrar” el Día Mundial contra el Trabajo
Infantil. ¿Y por qué mejor no celebramos el Día Mundial de la Erradicación y
Abolición de la Desigualdad y la Pobreza a nivel global?
Estos organismos internacionales constituidos como una especie de
extraña dictadura, hoy en día representan a los nuevos poderes fácticos en
medio de una economía unipolar a nivel global. Ignoran que vivimos en una
época de restauración del neoliberalismo como una revolución conservadora.
Revolución neoconservadora revestida de una forma inédita, llena de cinismo y
maldad que nos trasmite su ideología fatalista y su rechazo inflexible al trabajo
digno que realizan millones de niños, niños y adolescentes en nuestro país,
para sobrevivir y estudiar. Estos falsos profetas del credo neoliberal, olvidan
que en la cosmovisión de nuestras culturas originarias el trabajo digno, libre y
liberador es portador de felicidad, alegría, y esperanza. Es signo de orgullo y
está relacionado con el cumplimiento de los deberes y derechos; donde la vida
y el trabajo tienen el mismo significado. En suma, el trabajo es una actividad
*
Educador por la PUCP, con estudios de Maestría Política Social, con mención en Promoción de la
Infancia, por la UNMSM. Docente en la Maestría de Infancia de la UNCP-Huancayo, Programas
Especiales de la Facultad de Educación de la UNMSM, y Presidente de la Asociación Niños del Río. Los
puntos de vista expresados en el presente trabajo son de m i entera responsabilidad.
festiva, ritual que permite el Buen Vivir; es decir, vivir con DIGNIDAD, en
estrecha armonía y comunión entre el hombre y la naturaleza.
II
Para los miopes y ciegos, para los indolentes y perezosos, que pretenden
hacernos creer que vivimos en el mejor de los mundos, porque individualmente
han conseguido su ideal de vida, sin importarles el sufrimiento de millones de
peruanos que sobreviven en la pobreza y extrema pobreza, la existencia de los
niños trabajadores, no es otra cosa que un problema policial, o un problema
correccional, en el mejor de los casos. Sin embargo, no se dan cuenta que se
trata de otra cosa más compleja, pues ignorar que una niñez vagabunda,
callejera, sin oportunidades, que no asiste a la escuela pública, -que además
está agónica y dejada a la deriva- que no prepara para la vida, en medio de
una sociedad fracturada, discriminadora, excluyente, y autoritaria no se
resuelve este fenómeno social de la niñez trabajadora, con campañas de
arrestos y sanciones, que propugna la erradicación y abolición del trabajo
infantil.
Los insensibles e indolentes gobernantes y funcionarios del Estado, en
todos sus niveles (distrital, provincial, regional y nacional), que deberían
proteger a la niñez trabajadora, ofreciéndoles programas integrales de
Educación y Trabajo, que los prepare para que se formen para la vida como
buenos productores y ciudadanos; actualmente, acrítica y sumisamente
cumplen los dictados de los organismos internacionales, para erradicar y abolir
el trabajo infantil, olvidándose que la pobreza del mundo familiar, el auge de la
frivolidad, la exaltación del dinero, el consumismo, y el poder habidos a
cualquier precio, anuncian la existencia de una niñez y juventud desmoralizada,
atrapada por la explotación, el lucro, el abuso y la agresión, que nos está
haciendo sembrar vientos para cosechar tempestades.
III
Augusto Salazar Bondy (1976) premonitoriamente nos decía que ninguna
educación alcanzará su finalidad más profunda si no se capacita para el
trabajo, si no permite y promueve la habilitación del educando para la actividad
creadora y recreadora en el mundo. Entonces, educar en el trabajo es, pues,
condición esencial a la realización del hombre nuevo en todas sus
dimensiones. A su vez, Celestin Freinet (1974), uno de los padres de la escuela
activa, escribía diciendo, lo que suscita y orienta las ideas, lo que justifica el
comportamiento individual y social de los hombres, es el trabajo en todo lo que
tiene de complejo y socialmente organizado; el trabajo es motor esencial,
elemento de progreso y dignidad, símbolo de paz, justicia social y fraternidad.
Ahora bien, a las ONGs, y a los diferentes gobiernos de turno que
privilegiaron y privilegian la abolición y erradicación del trabajo infantil; y a sus
mentores y financistas: OIT, UNICEF, Banco Mundial, Fundación Telefónica,
etc., les queremos decir, que el trabajo, entendido como fuente de humanidad,
de dignidad y sociedad, debería constituir sustento explícito de todo principio
educativo. Se educa y debe educarse siempre en el trabajo, por el trabajo y
para el trabajo, para la competitividad, para la defensa del medio ambiente,
para el desarrollo humano. Pero se trata del trabajo digno, libre y liberador,
como oposición al trabajo alienado, mercantilizado y en consecuencia
instrumento de sujeción y explotación del hombre por el hombre (Salazar
Bondy, Augusto, 1976).
IV
Ante propuestas tan superficiales y reduccionistas de organismos
internacionales, ONGs y gobernantes, que dicho sea de paso, gastan millones
de dólares en querer ilusamente tapar el sol con un dedo, les proponemos
impulsar programas integrales de Educación y Trabajo, haciendo de la escuela
un espacio social amoroso y cálido, para la producción y la competitividad, y
por ende, educar socialmente a nuestros niños de la Costa, el Ande y la
Amazonía a partir del trabajo, porque sólo así podremos brindarles una
formación integral basada en valores éticos, criterios de iniciativa, de sentido
crítico, sentido de pertenencia e identidad, de libertad auténtica y plena, de
responsabilidad, de participación protagónica y de solidaridad. Esto es formar
productores y ciudadanos insumisos, críticos, para vivir en una democracia de
alta intensidad, también a partir de la realidad educativa.
No Hay que olvidar que si un niño trabaja y se le impide el trabajo, -tal
como lo hacen los encallecidos dueños de establecimientos públicos, y ahora
con la campaña fundamentalista de abolición y erradicación del trabajo infantilno se hace otra cosa que empujarlo al delito, pues el rechazo de lo que es lícito
equivale a una mala lección cuyas consecuencias en una alma tierna pueden
ser con los años socialmente trágicos. (Salazar Bondy, Sebastián 1958).
Finalmente, en una sociedad desgarrada por la desigualdad, pobreza y
exclusión, a esta tecno burocracia, y a los gobernantes insensibles e
indolentes, queremos preguntarles: ¿En qué sociedad deseamos vivir y en qué
sociedad queremos que vivan nuestros niños y nuestros hijos? La respuesta es
simple y sencilla, queremos vivir en una sociedad donde el trabajo digno,
productivo y competitivo, contribuya a la formación individual y social
desarrollando aptitudes, capacidades y sensibilidades tanto físicas, como
morales, estéticas e intelectuales, estimulando la formación de la conciencia
social y política, la creatividad, la adquisición de conocimientos, del “saber
hacer”, “saber vivir juntos”, “saber conocer”, “saber ser” y “saber emprender”
para la vida activa, y para transformar radicalmente la vida, para vivir
gozosamente en una nueva sociedad que sea más libre, justa, humana y
democrática.
Lima, 26 de mayo 2012.
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