Cuéntame un cuento

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Asignación de lectura núm. 24

Cuéntame
un
cuento
David Roper

VI. DE LA TERCERA PASCUA AL ARRIBO DE JESÚS A BETANIA
(continuación).
P. El ministerio en Perea (continuación).
3. Jesús es invitado a la casa de un fariseo y enseña tres atinadas
lecciones sobre banquetes (Lc. 14.1–24).
a. Una lección sobre la humildad (Lc. 14.7–11).
b. Una lección sobre el desinterés (Lc. 14.12–14).
c. La parábola de la gran cena (Lc. 14.16–24).
4. Jesús es seguido por una multitud y enseña una importante
lección (Lc. 14.25–35).
5. Jesús es seguido por publicanos y pecadores y cuenta tres
conmovedoras historias que enseñan una lección (Lc. 15.1–32) :
a. La parábola de la oveja perdida (Lc. 15.3–7).
b. La parábola de la moneda perdida (Lc. 15.8–10).
c. La parábola del hijo perdido (Lc. 15.11–32).
6. Jesús es acompañado por Sus discípulos y enseña una
importante lección por medio de la parábola del mayordomo infiel (Lc. 16.1–13).
7. Jesús es vigilado por los fariseos y enseña una lección que da
que pensar, por medio de la «parábola» de el rico y Lázaro
(Lc. 16.14–31).
INTRODUCCIÓN
¿Qué padre no ha oído la petición de un hijo
que le dice: «Cuéntame un cuento»? Me parece que
fue hace pocos días que mis hijas me pedían,
diciendo: «Papá, cuéntanos un cuento». La última
vez que pasé un rato con mi nieta Rachel, esta se
subió a mi regazo, pidiendo: «Cuéntame un cuento,
abuelito».
A la mayoría de nosotros nos gustan los
cuentos, y a Jesús le gustaba contarlos. Algunas de
Sus más recordadas y más amadas enseñanzas se
encuentran en forma de cuentos, a los cuales
llamamos «parábolas».1 «Algunas de las parábolas
más notables de Jesús»2 fueron referidas durante
Su ministerio en Perea.3 Las que se estudian en esta
lección fueron entremezcladas con la aplicación
pertinente. La mayoría de las parábolas y demás
enseñanzas se relacionaban, ya sea directa o
indirectamente, con los fariseos (vea Lucas 14.1;
15.2; 16.14).
1
Es aconsejable que repase usted el significado de
«parábola» y porqué Jesús usó parábolas.
2
H. I. Hester, The Heart of the New Testament (La esencia
del Nuevo Testamento) (Liberty, Mo.: Quality Press, 1963),
175.
3
Los eruditos discrepan en cuanto al número de
parábolas referidas durante este período de tiempo, en
vista de que tal número depende de la definición que uno
tenga de parábola. El número exacto es poco importante.
Jesús podía tomar casi cualquier tema y referir
un cuento relacionado con él, un cuento que tenía
un importante mensaje. En esta lección lo veremos
contando cuentos acerca de espléndidos banquetes,
ovejas y monedas, vida familiar, tratos de negocios
e incluso la vida después de la muerte.
CUÉNTAME CUENTOS SOBRE CÓMO
COMPORTARME EN LOS BANQUETES
(LC. 14.1–24)
Jesús había comido con un fariseo en Galilea
(Lucas 7.36–50) y con un fariseo en Judea
(Lucas 11.37–54). Ahora estaba invitado a
comer con un fariseo en Perea4 (vea Lucas 14.1–
12a). Esta es la tercera y la última vez que se
consigna una invitación hecha por un fariseo y
aceptada por Jesús.5
4
Según el versículo 1, Jesús fue a comer a la casa de
uno de los dirigentes de los fariseos. «Los fariseos eran un
grupo poco organizado, de allí que sus gobernantes [o
dirigentes] no lo fueran por cargo, sino por influencia»
(J. W. McGarvey y Philip Y. Pendleton, The Fourfold
Gospel or A Harmony of the Four Gospels [El evangelio cuádruple
o una armonía de los cuatro evangelios] [Cincinnati: Standard
Publishing Co., 1914], 492; énfasis suyo).
5
Vea un análisis de por qué Jesús aceptó estas
invitaciones, en la página 4 de la lección « La preocupación
de un Pastor».
1
Cuando estudiamos las anteriores experiencias
que tuvo Cristo en casas de fariseos, tuvimos que
conjeturar acerca de los posibles motivos de Sus
anfitriones. Esta vez no tenemos necesidad de
conjeturar. Lucas escribió que «habiendo entrado
para comer [en un día de reposo] en casa de un
gobernante, que era fariseo, éstos le acechaban»
(Lucas 14.1; vea Lucas 11.53–54). El contexto indica
que «le acechaban» para ver si quebrantaba las
tradiciones de ellos sobre el día de reposo.
Estaba presente en el banquete «un hombre
hidrópico» (Lucas 14.2). La hidropesía es una
condición médica que hace que el cuerpo
retenga líquido.6 Este es uno de los síntomas de la
insuficiencia cardiaca congestiva.7 No hay duda de
que los fariseos habían traído a este inválido para
ver si Jesús lo sanaría en el día de reposo.
Cristo no solamente sanó al hombre, sino que
después sorprendió a sus enemigos al desafiarlos,
diciéndoles: «¿Es lícito sanar en el día de reposo?»
(vers. o 3; vea Marcos 3.4). Usó un argumento
parecido a otro que empleó anteriormente (vea
Mateo 12.11). Sus razones se basaban en lo lícito
que es sacar a un niño8 o a un animal que haya
caído en algún pozo9 en el día de reposo (vers.o 5;
NASB). Su argumento se podría expresar de la
siguiente manera: «Si para ustedes es lícito sacar a
sus hijos del agua [el pozo] en el día de reposo, ¿por
qué no es apropiado para Mí sacar el agua [la
hidropesía] de uno de los hijos de Dios en el día de
reposo?». El versículo 4 dice: «Mas ellos callaron. Y
él, tomándole, le sanó, y le despidió».
Sea verdaderamente humilde (14.7–11)
Jesús aprovechó la ocasión para enseñar varias
lecciones oportunas. Todas se basaron en el tema
de los banquetes. Él había notado que los invitados
escogían los asientos de honor que estaban más
cerca del anfitrión (vers.o 7; vea Mateo 20.21; 23.6).10
6
La palabra «hidropesía» se deriva de la palabra
griega hudrops, que proviene del griego que significa «agua»
(de la cual obtenemos el prefijo «hidro»).
7
La retención de líquido puede ser también un síntoma
de falla de los riñones (Charles B. Clayman, ed. médico, The
American Medical Association Home Medical Encyclopedia,
vol. 1 [New York: Random House, 1989], s. v. “dropsy”
[«hidropesía»]).
8
En algunos manuscritos antiguos se lee «niño», y en
otros «asno». La NASB optó por usar «niño».
9
La palabra griega que se traduce por «pozo» en
Lucas 14.5 puede significar «foso», pero el significado más
común es el de «pozo» o «cisterna». (Esta es la palabra que
se usa en Juan 4.11–12 para hacer referencia al pozo de
Jacob.)
10
En el lugar donde vivo, diríamos: «Todos querían
estar en la mesa principal del banquete». Adapte la
explicación para las costumbres de su región.
2
Insinuó que la sabiduría estaba en escoger puestos
más humildes (vers.os 8–10). A esto se le llamó «una
parábola» (vers.o 7) porque el propósito del Señor
era que se aplicara en todos los ámbitos de la vida:
«Porque cualquiera que se enaltece, será humillado;
y el que se humilla, será enaltecido» (vers.o 11; vea
Lucas 18.14; Mateo 23.12).
Sea verdaderamente hospitalario (14.12–14)
Cristo se volvió a Su anfitrión y le dijo que no
había mérito en invitar personas que podían
devolver el favor, y que probablemente lo harían
(vers.o 12). Le dijo al hombre: «Mas cuando hagas
banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos
y los ciegos; y serás bienaventurado; porque ellos
no te pueden recompensar» (vers.os 13–14a).11 Con
estas palabras, el Señor no solamente condenó
a su anfitrión, sino que también a todos nosotros
que somos «hospitalarios» únicamente para con
nuestros amigos y otros que consideramos que «están
a nuestra altura» (vea Mateo 5.46–47; Lucas 6.32–33).
Sea verdaderamente obediente (14.15–24)
Jesús dijo que los verdaderamente hospitalarios serían recompensados «en la resurrección de los
justos»12 (vers.o 14b). Uno de los invitados, que suponía
que Él se estaba refiriendo a la venida del reino
mesiánico,13 exclamó, diciendo: «Bienaventurado
el que coma pan en el reino de Dios» (vers.o 15).
Cristo respondió con una parábola acerca de una gran
cena.14 Los que fueron invitados a la cena pusieron
excusas para no asistir (vers.os 16–21). El anfitrión,
enojado, envió a llamar a los desfavorecidos15 para
que vinieran a comer con él (vers.os 21–23; compare
con el vers.o 13).
Muchas lecciones se pueden sacar de esta
parábola; sin embargo, el propósito primordial del
11
No hay nada malo en invitar a nuestros amigos a
casa. Jesús disfrutó de la hospitalidad de personas amigas
tales como Marta y María (Lucas 10.38). Lo que esto significa
es que nuestra hospitalidad no debe reducirse a los que
tienen la posibilidad de corresponder.
12
Hay quienes toman la frase «la resurrección de los
justos» en el sentido de que enseña que habrá dos
resurrecciones: la de los justos y posteriormente la de los
injustos. La Biblia, no obstante, enseña que habrá solo una
resurrección general, tanto de los buenos como de los malos
(Juan 5.28–29). Lo que Jesús enseña en Lucas 14.14, es que
solo los justos serán bendecidos en la resurrección.
13
Los judíos tenían diferentes ideas acerca del reino
mesiánico venidero.
14
A esta parábola se le refiere con muchas designaciones, entre las cuales se incluye «la parábola de la
invitación que recibió desaires».
15
La palabra «fuérzalos» de Lucas 14.23 no se refiere a
usar la fuerza física, sino la persuasión sólida. Los
desfavorecidos lo pensarían para venir a la casa de un
hombre rico y poderoso.
Señor al referirla se encuentra en el versículo 24,
donde se lee que el señor dijo al siervo: «Porque os
digo que ninguno de aquellos hombres que
fueron convidados, gustará mi cena». En el contexto, esto es lo que significa: «Muchos de ustedes
que creen que comerán pan en el reino de Dios, ¡no
comerán!». Habían rechazado la invitación de
Dios. Concretamente, habían cerrado sus oídos a
Su invitación a ser parte del reino de Su Hijo.
Habían desechado a Jesús como Hijo de Dios.
En la parábola hay una lección para todos
nosotros: Cuando el Señor le invite (Mateo
11.28), no ponga usted excusas, ¡antes responda de
inmediato a Su amor! Entonces, y solamente entonces,
podrá usted tener la esperanza de disfrutar de Su
festín espiritual (vea Apocalipsis 3.20).
CUÉNTAME CUENTOS SOBRE CÓMO
EDIFICAR CASAS Y PELEAR GUERRAS
(LC. 14.25–35)
Al principio de Su ministerio en Galilea, Jesús
fue seguido por multitudes (Mateo 4.25). Ahora,
también en Perea, «Grandes multitudes iban con
él» (Lucas 14.25). El entusiasmo mesiánico seguía
creciendo.16 El Señor vio la necesidad de recalcarle
a Su muchedumbre entusiasta, pero inconstante, el
costo de ser discípulo Suyo (vers.os 26–27).17
Les presentó dos ilustraciones acerca de «[calcular] los gastos», una recomendación que debe
aplicarse antes de comenzar un proyecto de construcción (vers.os 28–30) y antes de marchar a la
guerra18 (vers.os 31–32). Luego volvió a recalcar el
costo de ser discípulo (vers.o 33),19 añadiendo una
ilustración «salada» que había usado anteriormente. Era bueno para ellos que lo siguieran, pero
si no estaban dispuestos a hacer los sacrificios
necesarios, serían como sal que se hacía insípida:
peor que inútil (vers.os 34–35; vea Mateo 5.13;
Marcos 9.50).
16
El entusiasmo llegaría a su apogeo en el momento de
la entrada triunfal a Jerusalén, que ocurriría pocos días
antes de la muerte de Jesús (Mateo 21.1–11).
17
Compare Lucas 14.26 con Mateo 10.37. Compare
Lucas 14.27 con Mateo 10.38; 16.24; Marcos 8.34; Lucas
9.23.
18
No se preocupe por descifrar quién es el «enemigo»
de esta ilustración. No todos los detalles de una parábola
o ilustración tienen que «significar algo».
19
Compare con Lucas 12.33. Renunciar a las posesiones
era parte del desafío que presentaba Jesús a los que querían
andar a tiempo completo con Él. Además de esto, a la luz
de la persecución que sobrevino posteriormente a los
cristianos (Hechos 8.1), todo el que lo siguiera tenía que
estar preparado para que le quitaran las posesiones.
CUÉNTAME HISTORIAS ACERCA DE CÓMO
ENCONTRAR OVEJAS, MONEDAS E HIJOS
QUE SE HAN PERDIDO (LC. 15.1–32)
Entre los que escuchaban a Jesús había
«publicanos y pecadores» (vers.o 1; vea Lucas 7.34).
Puede parecernos extraño el uso del término
«pecadores», pues todos somos pecadores (Romanos 3.23), pero hay que entender que la palabra
se usó para designar a los que son vistos como
pecadores por el mundo y especialmente por los
fariseos.
Jesús no se distanciaba de los que eran rechazados por la sociedad, sino que incluso comía
con estos (Mateo 9.10–11).20 Esto hizo que los
fariseos murmuraran, diciendo: «Este a los pecadores recibe, y con ellos come» (Lucas 15.2). Estos
hombres endurecidos de corazón provocaron la
serie de parábolas más conocidas de Jesús: tres
cuentos acerca de objetos perdidos.
Perdido y hallado (15.1–24)
El siguiente cuento que narró Cristo, fue sobre
un pastor que perdió una oveja y después se regocijó
cuando la encontró (vers.os 3–6).21 Dijo Jesús: «Os
digo que así habrá más gozo en el cielo por un
pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve
justos que no necesitan de arrepentimiento».22
Contó acerca de una mujer que perdió una moneda
e hizo celebración cuando la encontró (vers.os 8–
9).23 «Así os digo», dijo Jesús, «que hay gozo delante
de los ángeles de Dios por un pecador que se
arrepiente» (vers.o 10). Luego contó la parábola del
«hijo pródigo24». En relación con esta querida
historia, John F. Carter escribió:
Miles que fueron arrastrados al borde de la
desesperación por sus vidas destrozadas por el
20
Hay quienes han tratado de usar Lucas 15.1–2 para
justificar la participación de ellos en actividades mundanas.
Considere el propósito de Jesús: comía con pecadores con el
fin de salvar sus almas (Lucas 5.30–32). Considere los
límites de la participación de Jesús: comía con ellos, pero no
participaba en las actividades pecaminosas de ellos.
21
Jesús había usado anteriormente una ilustración de
una oveja perdida con una aplicación diferente (Mateo
18.12–14).
22
En vista de que no hay nadie verdaderamente justo
(Romanos 3.10) y de que todos necesitan de arrepentimiento
(Hechos 17.30), la última parte de Lucas 15.7 parece estar
llena de ironía, al insinuar que los fariseos se consideraban
justos que no tenían necesidad de arrepentimiento.
23
La moneda que perdió era una dracma, que equivalía
a un denario, que a la vez equivalía al salario de un día.
24
Muchos de nosotros hemos oído y usado tanto la
palabra «pródigo» que ha llegado a ser sinónimo de «infiel»
o «pecaminoso» en nuestros pensamientos. El término en
realidad significa «despilfarrador o extravagante».
3
pecado, han sido impulsados por [la parábola]
a correr hacia la misericordia de Dios; y al hacer
esto no solo experimentaron la realidad del perdón
y la aceptación divinos, sino que también
hallaron poder para vivir victoriosamente.25
Cuando el hijo pródigo por fin llegó a casa,
hubo gran regocijo (vers.o 24).
Perdido con el ceño fruncido (15.25–32)
Al referir la parábola del hijo pródigo, a menudo
concluimos en el punto donde se celebra el regreso
de este, lo cual confiere al relato una culminación
lógica y natural. Jesús, no obstante, no terminó
allí. El verdadero propósito de la parábola era
contrastar el regocijo del padre con el resentimiento
del hijo mayor (vers.os 25–30).26 El hermano mayor
representaba a los fariseos y a todos aquellos a
quienes no les interesan los perdidos y ni siquiera
se alegran cuando estos vuelven al Señor. La actitud
que deberíamos tener, se encuentra en las palabras
que dijo el padre al hijo mayor: Debemos «hacer
fiesta y regocijarnos» porque un alma preciosa
«era [muerta], y ha revivido; se había perdido, y es
[hallada]» (vers.o 32).
CUÉNTAME UN CUENTO ACERCA DE
CÓMO USAR EL DINERO (LC. 16.1–13)
Mayordomía infiel (16.1–9)
Después, Jesús se volvió a Sus discípulos (vers.o
1) y les refirió una parábola acerca de un gerente
poco honrado.27 En lugar de «gerente», en el texto
original se lee «mayordomo». Un mayordomo era
alguien que cuidaba de los bienes de otro (vea
Lucas 12.41–48; 1era Corintios 4.2).
El relato que cuenta Cristo sobre este mayordomo es una de Sus parábolas más extrañas. A
simple vista parece ensalzar el ser poco escrupulosos.28 El gerente manejó mal los fondos que se
le habían confiado (vers.o 1) y estaba a punto de ser
25
John Franklin Carter, A Layman’s Harmony of the
Gospels (Armonía de los evangelios para laicos) (Nashville:
Broadman Press, 1961), 216.
26
Vea más notas sobre esta parte de la parábola en «El
resto de la historia».
27
N. del T.: En la NASB se lee el equivalente de
«gerente» en lugar de «mayordomo». El autor señala que
entre las designaciones para esta parábola se encuentran
«la parábola del gerente infiel», «la parábola del gerente
astuto» y «la parábola del mayordomo injusto».
28
Se ha insinuado que Jesús usó esta ilustración porque
los publicanos y pecadores que estaban escuchando, podían
haberse identificado con el sinvergüenza que describe
Cristo.
4
despedido (vers.o 2).29 Él se apresuró a llamar a los
deudores de su patrono y redujo las cantidades
que estos debían (vers.os 5–7), con el fin de que,
cuando fuera despedido, pudiera contar con la
amistad de ellos (vers.o 4). El que pronto iba a dejar
de ser su jefe alabó la sagacidad del hombre (vers.o
8a).30
¿Estaba Jesús elogiando la falta de honradez y
la mala mayordomía? Para nada (note 16.17). Lo
que Él estaba tratando de decir se encuentra en la
última parte del versículo 8: «porque los hijos de
este siglo son más sagaces en el trato con sus
semejantes que los hijos de luz». Dicho en otras
palabras: «Los impíos saben usar el dinero para
alcanzar fines impíos, más que los píos para
alcanzar fines píos».
El gerente poco honrado ganó amigos con el
dinero. Del mismo modo, dijo Cristo: «Ganad
amigos por medio de las riquezas injustas,31 para
que cuando éstas falten, os reciban en las moradas
eternas» (vers.o 9). La manera como «[ganamos]
amigos» con las posesiones es por medio de proveer
para las personas necesitadas. Según Jesús, dar a
otros hace tesoros en el cielo y también nos asegura
que seamos recibidos cálidamente por aquellos a
quienes ayudamos estando sobre la tierra. La
lección de esta parábola es básicamente la misma
de Lucas 12.33: «Vended lo que poseéis, y dad
limosna; haceos […] tesoro en los cielos que no se
agote».32
Mayordomía fiel (16.10–13)
Cristo reforzó la parábola con exhortaciones
generales sobre ser buenos mayordomos, especialmente de nuestro dinero (vers.os 10–12). También
aconsejó no permitir que el dinero se convierta en
nuestro señor (vers.o 13; vea Mateo 6.24). Él podía
haber dicho a modo de prólogo a Su enseñanza de
seguimiento, las siguientes palabras: «Guardaos
29
El trabajo que este hombre hacía, por lo general era
llevado a cabo por esclavos, pero el hecho de que el mayordomo fue despedido indica que era libre, y que no era
esclavo.
30
En la KJV se lee que el mayordomo deshonesto había
hecho «sabiamente». Esta es una traducción acertada, pero
entienda que la «sabiduría» del hombre era la sabiduría del
mundo (vea 1era Corintios 1.20; Santiago 3.15). La palabra
«sagacidad» expresa la idea. Las palabras del hombre rico
expresaban la admiración, aunque con reticencias, de un
hombre con mentalidad mundana para con un pillo astuto.
31
El dinero no es intrínsicamente bueno ni malo. Se le
llama «riquezas injustas» en Lucas 16.9 porque el deseo de
tener estas ha producido injusticia en muchas personas
(1era Timoteo 6.10).
32
Vea comentarios sobre Lucas 12.33 en la página 2 de
«Cosas nuevas y cosas viejas».
de la levadura de los fariseos» (Lucas 12.1), porque
«los fariseos [son] avaros» (Lucas 16.14). Estos
estaban convencidos de que ser ricos era señal
indiscutible de la aprobación de Dios.33
CUÉNTAME UN CUENTO ACERCA DE
CÓMO MANTENERME FUERA DEL
INFIERNO (LC. 16.14–31)
Es obvio que el dinero no era lo más importante
en el mundo para Jesús. Cuando los fariseos oyeron
«todas estas cosas» […] comenzaron a burlarse de
Él (vers.o 14).34 En La NASB y en la NIV dice que «se
mofaban» de Él.35 Esperaban con esto, desacreditar
a Jesús a los ojos de las masas.
Hombres ricos llenos de odio (16.15–18)
Cristo respondió reprendiendo a los fariseos:36
•
•
•
Los reprendió por justificarse delante de
los hombres (vers.o 15).
Los reprendió porque «se [esforzaban] por
entrar» en el reino con sus normas y
regulaciones humanas (vers.o 16).37
Los reprendió porque se preocupaban más
por las fugaces tradiciones humanas que
por la indestructible Palabra de Dios (vers.os
17–18).38
Un rico en el Hades (16.19–31)
Después de Su reprensión, Cristo les contó otra
historia. Si Su parábola del mayordomo poco
honrado molestó a los amantes del dinero, esta
ilustración debió de haberlos ofendido doblemente.
Era acerca de un rico que estaba perdido.
33
Vea los comentarios sobre Mateo 19.25 en «La vida
de Cristo, núm. 9».
34
En los Estados Unidos, diríamos que comenzaron a
molestarlo con preguntas. Compare con Lucas 23.35.
35
N. del T.: «Se mofaban» es el equivalente en español
de dos palabras diferentes que usan una y otra versión.
36
Lo que se presenta a continuación es un resumen de
las palabras que dijo Cristo en Lucas 16.15–18, resumen
que se relaciona con lo que enseña la Biblia acerca de los
fariseos en otros pasajes.
37
Juan el Bautista fue quien rompió el «silencio
profético» de cuatrocientos años que se había establecido
desde Malaquías. Comenzando con Juan, se habían predicado
las buenas nuevas (el «evangelio») en el sentido de que «el
reino de Dios se [había] acercado». No obstante, en lugar
de aceptar el camino de Dios que lleva al reino (por medio
de creer en Jesús y seguirlo), los fariseos «se [esforzaban]
por entrar» usando sus propias normas y regulaciones. No
funcionaba así entonces, y tampoco funciona ahora.
38
Compare Lucas 16.17 con Mateo 5.18 y Lucas 16.18
con Mateo 5.31–32. Del mismo modo que los fariseos habían
desechado las leyes de Dios acerca de cuidar de los padres
con sus tradiciones (Mateo 15.1–9), ellos estaban desechando
las leyes de Dios sobre el matrimonio con sus tradiciones.
Analizaremos el tema del matrimonio y del divorcio con
mayor detalle cuando estudiemos Mateo 19.1–9.
A Lucas 16.19–31 se le llama por lo general «la
parábola del rico39 y Lázaro». Es el relato acerca de
un rico que no pasó la prueba de la mayordomía.
No aprovechó la oportunidad que tuvo para ayudar
a un mendigo llamado Lázaro.40 Cuando el mendigo
murió, él fue llevado por los ángeles al «seno de
Abraham» (vers.o 22); pero cuando el rico murió, él
se halló «en tormentos» (vers.o 23).
El rico rogó que Lázaro fuera enviado otra vez
a la tierra para advertir a sus cinco hermanos, pero
se le dijo: «A Moisés y a los profetas tienen…»; «Si
no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se
persuadirán aunque alguno se levantare de los
muertos» (vers.os 29, 31). Tales palabras tenían
aplicación especial para los fariseos: Estos tenían
los escritos de Moisés y de los profetas, que daban
testimonio de Jesús (Lucas 24.44), pero ellos
rehusaron oírlos. Por esta razón no se persuadían
ni siquiera cuando Jesús resucitaba a los muertos
(Lucas 7.11–17; 8.41–56; vea Juan 11.1–53; 12.9–11).
De hecho, no se persuadirían ni siquiera cuando
Jesús mismo resucitara más adelante de entre los
muertos (Mateo 28.11–15; Hechos 4.1–22).
Algunos a quienes no les gustan las implicaciones de Lucas 16.19–3141 se han centrado en la
palabra «parábola» para enseñar que esta narrativa
es poco más que un cuento de hadas. Tome en
cuenta los siguientes hechos:
1) La Biblia no le llama parábola a este relato.
Si este fuera una parábola, sería la única que da el
nombre del personaje principal (Lázaro). También,
si fuera parábola, sería una de las pocas que no se
basa en situaciones diarias de la vida con las
cuales estaban familiarizados los oyentes de
Jesús. Por supuesto, como ya hemos recalcado, el
término «parábola» a menudo se usa con poco
rigor en los evangelios; a veces significa poco más
que «ilustración» (vea Lucas 14.7–10 en esta lección).
Por lo tanto, no hace daño llamar «parábola» al relato
de sobre el rico y Lázaro, siempre y cuando
recordemos que esta es una designación le estamos
dando nosotros y no el Señor.
2) Aun cuando llamamos «parábola» a este
relato, esto no significa que lo tildemos de «fantasía».
J. W. McGarvey comentó: «Pero debe observarse
que las parábolas de Jesús jamás presentan condi39
Al rico se le llama a menudo «Dives», pero ese no era
su nombre. «Dives» es la palabra en latín para «rico». En la
parábola, es a Lázaro a quien se menciona por su nombre,
pero no se menciona así al rico.
40
Vea un estudio más detallado de esta «parábola» en
«Una carta enviada desde el “infierno”».
41
Entre estos se incluyen los que no creen que los
muertos están conscientes y los que no creen que hay
castigo después de la muerte.
5
ciones ficticias, ni quebrantan en ningún lugar el
orden ni el curso de la naturaleza».42 No hay
razón para dudar de que las escenas de Lucas
16.19–31 representen con precisión los estados de
las almas después de la muerte: el estado maldito
de los que se perdieron y el estado bendito de los
se salvaron.43 Al ser Alguien que tuvo preexistencia
(Juan 1.1–2, 14), «Jesús era la única persona que
alguna vez vivió sobre la tierra que podía describir las
experiencias que tiene la gente después de la muerte».44
CONCLUSIÓN
Si hacemos aplicación personal de estas lecciones,
ellas pueden afectar nuestras vidas de maneras
prácticas. Por ejemplo, podemos invitar a nuestras
casas a personas que nunca antes habíamos contemplado invitar, tal vez incluso a alguien de
quien no se puede esperar que corresponda. Podemos
preguntarnos «¿Soy yo amigo de pecadores como
Jesús lo fue?». Tal vez escojamos a alguien con quien
42
McGarvey y Pendleton, 514.
Vea un análisis de la vida inmediatamente después
de la muerte en «¿Dónde están los muertos?» de «La vida
de Cristo, núm. 14».
44
Carter, 221.
43
PERDIDO Y HALLADO
PERDIDA —Una moneda. No sabe que
está perdida y, por lo tanto, no hará esfuerzo
alguno para volver. Por favor devolverla si
es hallada, pues esta moneda es sumamente
valiosa.
PERDIDA —Una oveja. Sabe que está
perdida, pero no puede encontrar el camino
a casa. Si es hallada, por favor muéstrenle el
camino y ayúdenla a llegar a casa, pues esta
oveja es muy valiosa.
PERDIDO —Un hijo. Se alejó de casa, y
conoce el camino de regreso. Si es hallado,
por favor anímenlo a venir a casa; pues un
padre anciano y canoso está con el corazón
destrozado, esperando el regreso de él.
PERDIDO —Un hermano mayor. Este
hermano está perdido por tres razones:
1) no se alegró por el regreso de su hermano;
2) obviamente no le importó que su hermano
volviera o no algún día; 3) se preocupó más
por el valor de un becerro que por el de un
hombre. Si es hallado, por favor infórmenle
de la preocupación de su padre y exhórtenlo
a ser como su padre.
6
familiarizarnos esta semana.45 Si de algo ha de servir
la parábola de la invitación que recibió desaires (Lucas
14.16–24) que sea para plantearnos esta pregunta:
«¿He aceptado yo la invitación del Señor?». El relato
del rico y Lázaro debe movernos a hacer esta pregunta
que nos examina en lo más íntimo: «¿Estoy yo
preparado para morir?».
 NOTAS 
El texto de esta lección abunda en posibilidades
para sermón.
Lucas 14
La parábola de la invitación que recibió desaires
(Lucas 14.16–24) puede usarse para predicar sobre las
excusas que pone la gente para no seguir a Jesús.
Alguien dijo que una excusa es «la piel de una razón
rellenada con mentira». Carroll Sites llamó a su
sermón basado en este texto «Un corredor de bienes
raíces, un granjero y un marido dominado por su
mujer».46
Lucas 15
Se han predicado muchos sermones sobre lo
perdido y hallado de Lucas 15. Mientras predique
usted sobre este capítulo, no olvide predicar sobre
el hijo que estaba «perdido en casa». Vea las notas
del sermón sobre el hermano mayor que sigue a
esta lección.
Lucas 16
El relato del rico y Lázaro en Lucas ha fascinado
a predicadores. Tengo un enfoque de este texto en
esta edición: un sermón narrativo que lleva por
título «Una carta enviada desde el “infierno”».
Neale Pryor tiene un sermón sobre este relato, al
cual llama «Triunfo y tragedia en tres actos».47 El
primer acto contrasta la vida del rico con la de
Lázaro: El rico disfrutaba de triunfos, mientras que
Lázaro sufría tragedias. El segundo acto recrea los
funerales de los dos hombres: Sin duda, el rico fue
elogiado (un triunfo más), mientras que el cadáver
45
Si este material se presenta en clase, es aconsejable
que dirija usted un análisis de cómo se pueden contactar
pecadores con quienes usted y los estudiantes puedan
entablar amistad. Una sugerencia para los que tengan un
hijo en edad escolar es que podrían conocer más a los
padres de un niño que asiste a clases con su hijo.
46
Sermón predicado a la iglesia de Cristo en Judsonia,
Arkansas, 26 de octubre de 1999.
47
Sermón predicado a la iglesia de Cristo en Brown
Trail, Bedford, Texas, setiembre de 1985.
de Lázaro probablemente fue arrojado sin mucha
ceremonia en un sepulcro anónimo (la tragedia
multiplicada). Luego, el acto tercero presenta a los
dos en el mundo del Hades: Al final, Lázaro estaba
triunfante, mientras que el rico experimentaba
tragedias. Pryor recalca que el «Acto tercero» es el
que importa.
Muchos otros textos de esta lección pueden
usarse para predicar sobre calcular los gastos, ser
un buen mayordomo y otros principios importantes.
1
Las parábolas de Jesús
Mateo
Una lámpara bajo un almud
5.14–15
La semilla que crece
El edificador prudente y el insensato 7.24–27
Paño nuevo en vestido viejo
9.16
Vino nuevo en odres viejos
9.17
El prestamista que perdonó la deuda
El sembrador y las diferentes tierras 13.3–8, 18–23
La cizaña en medio del trigo
13.24–30, 36–43
La semilla de mostaza
13.31–32
La levadura
13.33
El tesoro escondido
13.44
La perla de gran precio
13.45–46
La red
13.47–50
Cosas nuevas y cosas viejas
13.52
La oveja perdida
18.12–14
El siervo inmisericorde
18.23–34
Los obreros de la viña
20.1–16
Los dos hijos
21.28–32
Los labradores malvados
21.33–44
La fiesta de bodas
22.2–14
La higuera
24.32–35
El siervo fiel y prudente
24.45–51
Las diez vírgenes
25.1–13
Los siervos y los talentos (las minas) 25.14–30
Las ovejas y las cabras
25.31–46
Los siervos vigilantes
El buen samaritano
El amigo necesitado
El rico insensato
La higuera estéril
Los asientos en un banquete
La invitación que recibió desaires
Calcular los gastos
La moneda perdida
El hijo perdido (pródigo)
El mayordomo poco honrado
Un señor y su siervo
La viuda insistente
El fariseo y el recaudador de impuestos
Marcos
4.21–22
4.26–29
2.21
2.22
4.3–8, 14–20
4.30–32
12.1–11
13.28, 29
13.35–37
Lucas
8.16; 11.33
Analizada en el número
4
5
6.47–49
4
5.36
5
5.37–38
5
7.41–43
5
8.5–8, 11–15
5
5
13.18–19
5
13.20–21
5
5
5
5
8
15.4–7
7
7
9
10
20.9–18
10
10
21.29–31
11
12.42–48
11
11
19.12–27
11
11
12.35–40
11
10.30–37
8
11.5–8
8
12.16–21
8
13.6–9
8
14.7–14
8
14.16–24
8
14.28–33
8
15.8–10
8
15.11–32
8
16.1–8
8
17.7–10
9
18.2–8
9
18.10–14
9
1
Si bien este listado no incluye todo cuadro, símbolo, figura de lenguaje y proverbio que usó Jesús, sí incluye aquellas
aseveraciones y relatos Suyos que más a menudo se clasifican como parábolas.
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