La preservación del recurso forestal

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La preservación del recurso forestal
Ley de bosques
El 22 de noviembre la Cámara de Diputados, en su sesión
de tablas, convirtió en ley el proyecto para proteger del desmonte
a los bosques nativos.
Después de un largo derrotero por los despachos parlamentarios,
la Cámara baja ratificó con sus votos y sin debate las
modifica fondo compensador de casi mil millones, que solventará
el Estado nacional, venció la resistencia de las provincias del
Noroeste y Nordeste, que se comprometieron a paralizar los desmontes
hasta que se complete en todas las jurisdicciones. La votación
fue unánime.
Dos períodos legislativos de demora
La retardada ley de presupuestos mínimos para los bosques nativos
tuvo 133 afirmativos y ninguno en contra. Algo que no había ocurrido
a lo largo de todo un año de discusiones que pusieron en duda
más de una vez la sanción de la ley. Originalmente el
proyecto fue impulsado en la cámara baja en la sesion independiente
Miguel Bonasso y fue apoyado por la secretaria de Me Picolotti. El proyecto
fijaba obligaciones elementales para los estados provinciales en lo
que hace a la defensa de los bosques nativos en cada territorio provincial.
En los últimos setenta años perdimos el 70 por
ciento de nuestros bosques consigna repetida por Bonasso respaldaron
su iniciativa. Bonasso expresó su preocupación por la
desaparición de unas 300.000 hectáreas por año
y denunció que se tala 15 veces la su perficie de toda
la Capital.
En ese momento la Cámara de Diputados la aprobó en general,
pero la dejó en una extraña si diputados aprobaron con
modificaciones que sus impulsores consideraron no trascendentes
el articulado del proyecto, pero la ley volvió a paralizarse
en el Senado. Allí, las provincias producto emprendimientos sojeros
ejercieron su poder en la Cámara alta.
La organización ecologista Greenpeace, que respaldó la
iniciativa, lanzó una campaña que recogió un millón
y medio de firmas para exigir a los se nadores que la aprobaran. Diputados
aceptó las modificaciones que le introdujo el Senado, de modo
de compensar económicamente a las provincias que se vean afectadas
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por las medidas que fije la ley. Sólo con ese beneficio, que
será constituido en un Fondo (Fondo Nacional para el Enriquecimiento
y la Conservación de los Bosques Nativos), el tratamiento del
proyecto se destrabó en la cámara alta la férrea
oposición que mantenían provincias del noroeste del país.
Los recursos para este fondo serán del presupuesto nacional,
en una proporción no inferior al 0,3%, más lo obtenido
mediante la recaudación del 2 % de las retencio proyecto, de
los mil millones de pesos, 70% se re entre los Estados provinciales
que hayan sancionado su ord enamiento de bosques nativos.
El proyecto aprobado, también es bosques por un plazo máximo
de un año en todo el país. Durante ese lapso, cada tala
deberá ser autorizada por la au provinciales, que cobran mayor
protagonismo con la nueva durante ese lapso un reordenamiento de su
territorio para su protección. El reorde Legislatura provincial.
Quedarán exceptuadas de la propiedades de hasta 10 hectáreas
en manos de pequeños productores y comunidades aborígenes.
El proyecto establece tres categorias. La franja roja el sector amarillo
están los de mediano valor de conserva sometidos a tala. En el
sector verde se ubican los bosques que admiten transformación
parcial o total, aunque dentro de los criterios que establece la norma.
La importancia de una ley
Los bosques argentinos siguen cayendo bajo las topadoras a ritmo sostenido
y se ha estimado que, en promedio, las provincias del norte argentino
se despojan de sus conglomerados arbóreos a razón de media
hectárea por minuto. Entre 2002 y 2006, la deforesta respecto
del período que va de 1998 a 2002 y llegó a 1.108.669
hectáreas. La tasa de desmonte es seis veces más alta
que la media mundial. Los cedros, los lapachos, el algarrobo (tal vez
el árbol nativo más difundido en el país), el quebracho
y numerosas especies menos conocidas, pero muy valiosas; conforman en
las provincias norteñas, verdaderas masas forestales.
El valor de los bosques no radica sólo en su belleza: resguardan
los suelos de la erosión, protegen arroyos y ríos, y por
ende la calidad del agua. La ley de bosques tiene el apoyo de más
de veinte organizaciones ambientales y sociales, y logró la adhesión
de casi un millón y medio de firmas de ciudadanos. Dispone del
empuje de autoridades de alto rango del Ejecutivo Nacional, como la
secretaria de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable y el presidente
de Parques Nacionales, y recibió media sanción de la cámara
baja por mayoría cercana a la unanimidad. Recientemente se han
sumado voces de adhesión desde organizaciones de corte netamente
agrícola, que reconocen que al mundo ya no le gusta una agricultura
que destruya el ambiente. Era incomprensible el retraso en la aprobación
definitiva de una ley tan básica y necesaria.
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