Al ver la imagen propuesta para este concurso de Ciencia Política, donde se podía ver el levantamiento de una gran cantidad de gente, recordé el libro que había leído en 3er año: Fuenteovejuna, y me pareció que sería interesante abordar el tema de los movimientos de masas, los cuales son fenómenos de gran alcance en la actualidad y en todas las sociedades. ¿Quién no ha al menos escuchado hablar de Fuenteovejuna? Ésta es una clásica obra teatral presentada en tres actos de Lope de Vega de contenido social y reivindicativo, cuyo tema principal es el levantamiento del pueblo unido (en Córdoba –España-, en la época de los Reyes Católicos –entre los años 1474-1516- ) contra el abuso de poder, la tiranía del Comendador. En la historia, el pueblo no se proponía cambiar el sistema social sino que, simplemente, buscaba justicia, la cual harían por mano propia y, más tarde, pedirían a los reyes que avalaran su acción. La base del triunfo obtenido es la unidad, como se puede ver claramente en este célebre fragmento del relato: “¿Quién mató al Comendador?” “Fuenteovejuna, Señor.” “¿Quién es Fuenteovejuna?” “Todos a una, Señor.” 1 Si este pueblo cordobés no hubiera permanecido junto frente al injusto señor feudal y luego, frente a los reyes, no 1 Fuenteovejuna, Lope de Vega. 1 hubieran podido cumplir con sus ideales, no hubieran sido escuchados, sus voces eran muchísimo más poderosas al unísono que la de cada uno por su lado. En la opinión popular, para el éxito de las movilizaciones de masas hay dos claves: la unidad y el líder. Ahora bien, ¿alcanza la unidad para el triunfo de un movimiento de masas?, y ¿cómo debe ser el líder que lleve a la masa a esa victoria? Espero que el siguiente ensayo pueda responder o al menos esclarecer un poco esas preguntas. Para comenzar, me gustaría tomar la definición del término “movilización” del Diccionario de Política –Bobbio, Matteucci, Pasquino; Siglo Veintiuno Editores-: “El término movilización se utilizó por primera vez en el lenguaje militar e indica proceso a través del cual toda la población de un estado se prepara para sostener una guerra. Se habla, en este caso, de movilización general, total o de masa. [...] Recientemente el término movilización ha sido empleado para la descripción de un fenómeno social de gran alcance. Movilización social significa entonces un proceso complicado que conlleva el pasaje de un tipo de comportamiento a otro. Este proceso se conceptualiza mejor si se lo concibe en tres estadíos: ruptura de los viejos modelos inducción de en comportamiento, aislamiento nuevos modelos de y disponibilidad, comportamiento y su aceptación e interiorización. Cuando faltan en la sociedad las organizaciones y las formas de procedimiento capaces de 2 responder a las demandas y a las exigencias de los grupos movilizados, se verifican períodos más o menos prolongados de comportamiento apático y de anomia que pueden finalmente desembocar en la enajenación 2. La movilización social implica un conjunto de procesos en los distintos sectores del sistema social. [...] En su versión más acreditada, la movilización social no es un proceso unilineal, irreversible o siempre positivo. [...] El desplazamiento del ámbito de referencia y de identificación de los individuos de su grupo primario al estado-nación puede cumplirse en forma imperfecta y originar tendencias centrífugas e intentos de secesión. [...] En particular aquellos [procesos] que implican tentativas de restricción de la participación de las clases inferiores, son definidos como desmovilización. [...] Sin embargo la dirección general del proceso de movilización social es ascendente, los indicadores de los varios aspectos están correlacionados y, en una cierta medida, se refuerzan entre sí. El punto crucial del proceso está dado por el surgimiento de nuevas demandas políticas para la satisfacción de las exigencias producidas movilización social y que son una dura por la prueba para las capacidades del sistema político. Se pueden alcanzar nuevos y más altos niveles de movilización social sólo si el sistema político es capaz de satisfacer las exigencias que la movilización social crea vez por vez. 2 El uso corriente del término designa, a menudo en forma genérica, una situación psicosociológica de pérdida de la propia identidad individual o colectiva vinculada con una situación negativa de dependencia y de falta de autonomía. 3 Movilización política, en oposición a participación política, indica el proceso de activación de las masas por parte de los gobernantes, de los inscriptos por parte de los jefes de una organización política, o sea que indica una actividad de incitamiento a la acción impuesta desde arriba en contraposición a las actividades espontáneas provenientes desde la base y que indican la participación genuina. En este sentido las organizaciones políticas pueden tratar de movilizar a sus inscritos con el fin de aumentar su potencial depresión sobre el gobierno o sobre las otras organizaciones.” 3 Además, antes de comenzar con el análisis, me gustaría también definir al “líder”: “Persona con la capacidad de persuadir o dirigir a los hombres que se deriva de cualidades personales independientemente del oficio.” 4 Ya con las definiciones de los conceptos necesarios, pasó a estudiar el caso que es de nuestro interés en la actualidad: el conflicto entre el campo y el gobierno en la República Argentina. Todo comenzó el 10 de marzo de 2008, cuando el Ministro de Economía elaboró la Resolución 125 que modificó los valores y el tipo de retenciones a las exportaciones, aumentando las alicuotas de las primeras y convirtiéndolas en móviles -de acuerdo a los precios internacionales de determinadas mercaderías agrícolas-. En sí, las retenciones a 3 4 Gianfranco Pasquino. R. M. Maclver y H. Page (1937). 4 las exportaciones son un impuesto que aplican algunos países de manera transitoria para atenuar el traslado de una fuerte suba en la plaza internacional a los precios del mercado interno. El gobierno retenciones ya argentino que justifica sostenía que la sin aplicación las de mismas, las todo aumento de la cotización de los bienes que la Argentina exporta se traslada directamente a los valores de lista para el consumidor local, en la proporción del aumento en dólares del producto por el tipo de cambio del día. Entonces, el Estado se apropia de parte de la renta del agro con el objetivo de favorece así a una mejor distribución de la riqueza. Otro argumento fue que una parte de los fondos generados por el comercio exterior serían derramados por todo el país en la forma de obras públicas. Además, el gobierno justificaba la medida con la idea de generar un efecto precios “antiinflacionario”, internos por un ya que evitaba factor externo la suba no de los vinculado directamente con el alza de los costos de producción, y, en consecuencia, ejercía un efecto redistributivo sobre el resto de la población, porque ésta terminaba pagando menos lo que en el mundo costaba más. Lo que no se esperaba era que el campo reaccionara de la forma en que reaccionó, ya que aunque ya habían sufrido un aumento un tanto importante en noviembre de 2007 (entre 2002 y fines de 2007 las retenciones por ejemplo a la soja se ubicaban en el 23,5%, mientras que en este mes, el Gobierno elevó la quita al 35%), al poder compensar esta pérdida debido al consiguiente aumento en los precios internacionales, la situación los sobrepasó en el mes de 5 marzo, cuando las retenciones treparon al 44%, valor el cual superaron rápidamente: comenzaron a sentir que estaban pagando un impuesto confiscatorio. Además, los agricultores sostuvieron que el Gobierno no buscaba como decía mejorar la distribución del ingreso con las retenciones, sino que pretendía contar con mayores recursos para gastos. En su favor agregaban también que con esta resolución no favorecían la baja de los precios internos de los alimentos, pues por ejemplo la soja –como mencioné antes, uno de los alimentos afectados por las retenciones- se exporta casi en un 100%. Antes de este detonante, el campo estaba representado por cuatro entidades (Sociedad Rural, Federación Agraria, Coninagro, Confederaciones Rurales Argentinas –CRA-), las cuales no coincidían usualmente en ciertas medidas, etc. Con esta suba en las retenciones, se bajo una misma bandera y los opiniones, colocaron agricultores que no pertenecían a ninguna de las asociaciones se autoconvocaron, todos con el objetivo de eliminar la Resolución 125, ante el rechazo por parte del Gobierno a sus reclamos –entre otras cosas, parte del sector agropecuario exigía que el Estado nacional invirtiera el resultado de las retenciones en el fortalecimiento de la infraestructura de ciencia y técnica –en mejoras de las instalaciones viales y de riego, por ejemplo-, en el subsidio a cultivos y a pequeños productores que lamentablemente hoy no se encuentran beneficiados por las condiciones favorables de los commodities 5 en el mundo. Ellos opinaban que, de esta manera, se evitaría que el modelo de monocultivo de la soja se consolidara con los 5 En castellano, mercancías. 6 impactos evidentes en los precios de los alimentos y en la concentración de la tierra-. Durante meses, se enfrentaron duramente el Gobierno y el campo, cada uno con sus correspondientes seguidores, dividiendo en dos a la sociedad argentina. El último intensificó sus reclamos con los repetitivos y permanentes cortes de rutas, en un decidido intento de ser escuchados. Éstos cortes trajeron muchísimas consecuencias: se temió y sufrió el desabastecimiento, se perdió innumerable cantidad de alimentos, la vida de los argentinos se vio afectada –no se podía circular tranquilamente por las rutas nacionales, además los fines de semana largos y feriados no provocaron la cantidad de viajes (y sus consiguientes ganancias para los distintos lugares de destino elegidos) usuales- y se cortó la cadena de pagos -debido a que los del agro al no recibir ingresos, dejaron de pagar-, entre otras. Sin embargo, el Gobierno no se quedó callado y trazó un plan para defender su posición, contando con el apoyo del Partido Justicialista (al cual pertenece la presidente electa y cuyo esposo preside) y gran parte del movimiento piquetero argentino (liderados por D´Elia): gracias a nuevos planes sociales que elaboraron, justificaban las retenciones argumentando la nueva distribución de la riqueza. De todos modos, ambos sectores coincidieron a la hora de la “batalla” en la gran movilización de masas que llevaron a cabo. Contingentes de personas se manifestaron a favor de cada uno de los dos sectores, se podría decir que se jugó una pulseada de quién tenía más poder, quién juntaba más 7 personas, derrota, y ninguno estaban de los decididos contrincantes a mostrar admitiría su poder su de convocatoria, lo cual demostraría en su opinión quien era el dueño de la razón. Así se sucedieron los días, acto tras acto, discurso tras discurso, el acuerdo no parecía llegar. Ante la acusación de la inconstitucionalidad de la resolución, el Gobierno la mandó al Congreso Nacional para su ratificación, para cumplir con los conceptos de legalidad 6. Tal y como esperaba, en la Cámara de Diputados obtuvo la mayoría y logró su objetivo –la votación fue, en su mayoría, en forma verticalista (seguían la decisión de su partido sin casi ningún tipo de objeción)-, pero luego, en la Cámara de Senadores, sucedió lo contrario: la mayor parte votó de acuerdo a su conciencia, llegándose al empate y teniendo que desempatar –siguiendo la Constitución Nacional- el Vicepresidente Julio Cobos (Titular del Senado), el cual no fue la excepción, hizo lo que creía correcto –continuando con su política de conciliación y diálogo (como en su momento demostró al reunir a los distintos gobernadores, miembros de la Iglesia, del campo, etc.)- y, para sorpresa de algunos, no acepto la verticalidad, rechazándose así la Resolución 125 y dando lugar a la derogación de la misma –había perdido todo tipo de consenso (la mitad o más de la población no estaba de acuerdo), volviendo así a las condiciones del 10 de marzo de 2008 y poniendo al Congreso en el lugar para elaborar una nueva ley que busque el bienestar y la unión de los argentinos. 6 De acuerdo a las leyes. 8 Más allá de cómo haya terminado el conflicto, si releyéramos la definición de movilización -fenómeno social de gran alcance-, veríamos claramente que tanto el campo como el gobierno dieron lugar a dos ejemplos de gran trascendencia sólo que, aunque no lo parezca a simple vista, poseen diferencias bastantes marcadas. El movimiento de masas al que dio lugar el campo se podría clasificar como de tipo social, pues su primera actitud frente a las retenciones móviles se ajusta perfectamente a la parte de la definición que dice: “Cuando faltan en la sociedad las organizaciones y las formas de procedimiento capaces de responder a las demandas y a las exigencias de los grupos movilizados, se verifican períodos más o menos prolongados de comportamiento apático y de anomia que pueden finalmente desembocar en la enajenación”, debido a que al principio –entre noviembre de 2007 y marzo de 2008- se mantuvieron al margen, sin emitir opinión, las aceptaron. Luego, al ver que la situación no sólo no mejoraba sino que empeoraba –tampoco habían sido recibidos por el organismo competente para hacerle escuchar sus reclamos-, decidieron modificar su actitud y movilizaron así a las masas. Muy importante de esto último fue que, en muchos casos, se dio de manera espontánea, tanto en la ciudad como en el campo, ya que congregaron a personas sin importar sus grupos sociales y/o ideas políticas pero que sí coincidían en el pensamiento de necesidad de diálogo, consenso y de una política económica que se ajuste a la realidad del campo y su problemática, ya que hay que tener en cuenta que la mayor parte de los ingresos de la Argentina provienen de la actividad agrícola ganadera y de las economías regionales. 9 A diferencia de lo anterior, la movilización que convocó el Gobierno se podría clasificar dentro de las movilizaciones políticas, y se la puede considerar así ya que las masas fueron activadas por los gobernantes, por los jefes de las organizaciones políticas –como fue el Partido Justicialista-, sindicales y sociales –como fue parte de los piqueteros-, es decir, la acción fue impuesta desde arriba, no fue en la mayor parte de las veces espontánea. Con respecto a los líderes, estoy segura de que todos estaremos de acuerdo en que en este suceso que tuvo lugar en nuestro país se destacaron varias figuras de ambos sectores, dando lugar a un fenómeno no descripto dentro de la definición mencionada a comienzos del trabajo: es posible, y suele suceder, que haya más de un líder, más de una persona que posea las características personales necesarias para movilizar y dirigir a las personas, ese algo especial que no todos los humanos tienen. En el caso del campo, lo líderes que relucieron, que surgieron a la luz, que fueron capaces de movilizar, dirigir a tanta gente y de mantenerla unida a pesar de todos los conflictos a los que tuvieron que enfrentarse, fueron los presidentes de las cuatros entidades representativas que formaron la “Mesa de Enlace” –se conoció con este nombre a la unión de las cuatro entidades para defender al campo frente al Gobierno-, y, aunque fueron cuatro líderes, existió uno que fue más aclamado por el pueblo, un líder natural: Alfredo de Angelis, quien fue el primer ruralista en decretar un corte de ruta y, en la Plaza de los dos congresos, frente a la multitudinaria cantidad de carpas, el toro inflable que 10 “enfrentaba” a la resolución, recibió el nombre de Alfredito en su honor. Con respecto al Gobierno, los encargados de liderar a las masas fueron la Presidenta de la Nación, Cristina Fernandez de Kirchner, quien en los numerosos discursos y actos fue aclamada y recibió el apoyo de parte del pueblo. También tuvo un gran protagonismo el presidente del Partido Justicialista, Néstor Kirchner, que, al igual que su esposa, demostró su capacidad para dirigir y convencer a las personas. Por otro lado, otra figura destacada fue Luis D’Elia, el líder de una parte de los piqueteros, y que tal como lo dice su descripción, fue el encargado de organizar a la gran cantidad de piqueteros que se movilizaron para apoyar al Gobierno y enfrentar a los que estuvieran a favor del campo –se podría decir que en varios casos, actuaron como un grupo de choque-. Para concluir me gustaría retomar las dos preguntas que planteé al principio del ensayo. Sobre la primera, creo que la unidad sí es fundamental a la hora del éxito de los movimientos de masas ya que sin ella no habría en si una movilización social, pues su característica principal es que es un fenómeno de gran alcance, en el que las personas buscan un mismo objetivo, y para cumplir con ello es necesario un reclamo popular, que tiene muchísimo más peso y más posibilidades de ser escuchado que el de un individuo aislado. ¿Y cómo lograr esa preciada unidad? La respuesta es fácil, con un líder que sepa interpretar los deseos de la masa 11 y que además, sea capaz de manejarla a su voluntad, por supuesto siempre teniendo en cuenta que debe cumplir con los objetivos planteados. Los movimientos de masas son fenómenos propios de cada sociedad. En ellos se ven reflejadas las condiciones imperantes del país en un momento dado de la historia. Bibliografía • Diccionario de Política, Siglo Veintiuno Editores, Bobbio, Matteucci y Pasquino, año 2000. • Diario La Gaceta • Fuenteovejuna, Lope de Vega, Editorial Abril, año 1987. 12