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Opinión
LanzaDigital, Martes 20 de Diciembre de 2011
Damián Manzanares
Dos cancioneros
- 20/12/2011
A lo largo del siglo XV se suceden varios de los poetas españoles más importantes de nuestra literatura,
como son Jorge Manrique, Juan de Mena y el marqués de Santillana.
Pero un ejemplo de lo que se daba en poesía desde finales del siglo XIV hasta el reinado de Juan II –que dio
el título de ciudad a Ciudad Real-, aparece en el Cancionero de Baena, compilado por Juan Alfonso de
Baena y que agrupa a los poetas de finales del siglo XIV y los principios del XV.
De este modo, hay que considerar que los “juglares” gallegos, -que escribían en gallego-, y los juglares
castellanos que habían ganado terreno, dejan paso a un tipo de poetas más cultos y refinados, poetas
palaciegos y cortesanos que toman el nombre de “trovadores”.
De estos primeros poetas cortesanos y trovadores Baena advierte dos escuelas para clasificarlos: la galaicocastellana “que abarca los poetas más antiguos y hereda los temas que Galicia había tomado de Provenza…
(J. García López Ed. Vicens Vives, Barcelona, 1969); de estos poetas muchos siguen escribiendo e gallego o
con abundantes galleguismos, siendo el verso preferido el octosílabo.
Y la segunda escuela que podríamos llamar “alegórico-dantesca” ya escrita en castellano responde a la
nueva influencia italiana y particularmente de Dante, muestra una mayor gravedad frente a la más frívola
escuela galaica.
Emplea la “copla de arte mayor” (ocho versos dodecasílabos de ritmo dactílico) usada ya por Ayala en el
siglo XIV.
El Cancionero de Baena tiene poca fuerza poética dentro de su carácter culto y palaciego y casi trivial,
típicamente cortesano. Los poetas más importantes son Macías y Villasandino, y sobre todo Micer
Francisco Imperial con su “decir a las siete virtudes”, inspirado en la Divina Comedia de Dante Alighieri, es
lo mejor del Cancionero de Baena. Como Dante hace con Florencia, así Imperial ataca Sevilla a la que ve
rodeada de siete serpientes que son los pecados capitales, siendo por tanto un poema alegórico, lleno de
símbolos. Con esta obra se abre un nuevo horizonte a la poesía castellana más solemne y con belleza
plástica, un estilo tan distinto del de la fría poesía cortesana tradicional…. El Cancionero de Stúñiga aparece
bajo el reinado de Alfonso V de Aragón (la conquista de Nápoles (1443) reúne a castellanos, aragoneses y
catalanes en una corte literaria y humanista, sobresaliendo el poeta Carvajales y sus versos ágiles y
graciosos.
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