ELATENEO.ES 03/12/12 03/12/2012 PRONUNCIÓ EN EL ATENEO JOVELLANOS LA CONFERENCIA "PALABRA DE REY", PRESENTANDO SU ÚLTIMO LIBRO PUBLICADO POR ESPASA Fermín Urbiola: "Juan Carlos I no es el primer monarca en la historia de España que se equivoca, pero sí es el primero que pide perdón y rectifica" En un viaje por la provincia de Valladolid, al pasar por Medina del Campo, eL rey JUAN CARLOS -aún príncipe- vio como algunos campesinos lanzaban patatas contra su coche. Junto a él viajaba el ministro de Agricultura, que fue presa del pánico. Para tranquilizarle, el futuro rey de España le dijo: "cálmese, señor ministro; a quien tiran las patatas es a mí, no a usted". Esa fue una de las anécdotas que el periodista FERMÍN URBIOLA contó el 30 de NOVIEMBRE de 2012 en el ATENEO JOVELLANOS de Gijón, en la conferencia sobre la vida de JUAN CARLOS I, titulada "PALABRA DE REY", presentando el libro del mismo título publicado por Espasa y de la que aquí les ofrecemos un amplio resumen. "Aunque los príncipes don Juan Carlos y doña Sofía eran conscientes, como decían, de que «no éramos nadie», pronto pusieron en marcha el programa de trabajo y de visitas por toda España. Debían darse a conocer a los españoles. A través de Laureano López Rodó, del Ministerio de Presidencia, cuyo titular era Carrero Blanco, don Juan Carlos empezó diseñó un plan de viajes para 1964 que posteriormente iría actualizando hasta 1969, año en el que fue elegido sucesor de Franco. Precisamente, el 23 de julio de 1969, el diario La Vanguardia publicó un informe del Ministerio de Información y Turismo sobre todas las ciudades y provincias que habían visitado los príncipes desde 1964: La Coruña, Lugo, Orense, Pontevedra, Asturias, Santander, las provincias vascongadas y Navarra, las tres provincias aragonesas, todas las de Cataluña, Valencia, Alicante, Murcia, Albacete, todas las provincias de Andalucía, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Castilla la Vieja y León, Canarias y Baleares. La inmensa mayoría de esos viajes carecía de contenido institucional, aunque sí eran recibidos por las autoridades locales. Visitaban fábricas, hospitales, centros asistenciales, colegios… Siempre acogidos «muy calurosamente» por los españoles y «con mucha cordialidad», aunque hubo excepciones que don Juan Carlos recordará siempre. En un pueblo, cerca de Valladolid [Medina del Campo], hubo personas que arrojaron patatas cuando el Príncipe pasó en coche. Os cuento lo que asegura Don Juan Carlos en Palabra de Rey, con motivo de este incidente: “El ministro de Agricultura, con el que yo viajaba, estaba horrorizado. Tuve que tranquilizarle: «Cálmese señor ministro -dijo don Juan Carlos- a quien las tiran es a mí, no a usted». En otra ocasión, mientras caminaba con el capitán general de Valencia, advirtió que se acercaba alguien corriendo y dio un paso atrás dejando al capitán general solo, en medio de la calle. «A él le cayeron los tomates que me estaban destinados. Tuve que explicar de nuevo que los tomates eran para mí, no para el capitán general. Gajes del oficio, como hubiera dicho mi abuelo don Alfonso XIII». En otra ocasión, durante aquellos viajes, rodearon el coche de los Príncipes en plan de gresca dura. Entonces apareció una chica joven que vociferaba delante del coche. La princesa, Sofía, bajó la ventanilla, sacó la cabeza y le dijo: «¿Qué quieres? Ven, acércate y dinos lo que quieres, pero no grites». El Rey cuenta en Palabra de Rey cómo la princesa “descuajeringó… a aquella joven ¡la desarmó! Total, que yo veía que tenía al lado una mujer valiente, que se interesaba por las cosas de la política española, y por mi situación, y que me animaba en mi porvenir”. Son palabras del rey hacia doña Sofía". La larga espera "Franco, que iba a cumplir en diciembre de 1964 setenta y dos años, sufría desde hacía tiempo párkinson, aunque todavía no era muy visible. Pero el avance de la enfermedad generó ciertos temores entre sus colaboradores, porque el general estaba alargando demasiado la cuestión sucesoria. No parecía que a Franco le preocupara demasiado. Él esperaba el momento «psicológico» más propicio. Y desoyó las peticiones de su entorno sobre la urgencia de aprobar la Ley Orgánica del Estado ya preparada desde hacía tiempo por López Rodó y Carrero. En 1968, don Juan Carlos recibió numerosas evidencias de que Franco le designaría sucesor. En un encuentro en El Pardo, a principiosde julio, el príncipe se quejó ante Franco por la difícil situación en la que estaba, debido fundamentalmente al progresivo deterioro de las relaciones con su padre. Por ello, dijo don Juan Carlos a Franco, lo más conveniente era que designara sucesor cuanto antes, aunque le advirtió que él no tenía prisa. Franco respondió: «Yo sí tengo prisa, porque cualquier día me puede ocurrir algo», dijo Franco (...).A los pocos días, Franco comentó a sus ministros que ya lo había decidido, y que a quien designaría como sucesor sería a don Juan Carlos. Y el 15 de enero se lo comunicó personalmente al príncipe; la designación, dijo, la haría a lo largo de ese año (1969). Y a partir de ese momento, lo único que le preocupó al Príncipe fue la reacción de su padre. Se le veía visiblemente intranquilo. Cuento los detalles en Palabra de Rey (...)". Una figura irrepetible "Franco muere, aquel 20 de noviembre de 1975, que fue jueves, a las tres y veinte de la mañana, aunque oficialmente fue a las 5:25 h (...). Cuando el rey barrunta que… Y son “Palabras de rey”… Incluidas en “Palabra de rey”… Cuando Juan Carlos dice “Toda mi filosofía, toda mi estrategia, se basaba en una idea: no quería a ningún precio que los vencedores de la Guerra Civil fueran los vencidos de la democracia. La idea maestra de toda mi política era conseguir que nunca más los españoles se dividieran en vencedores y vencidos” (...). Hoy conozco, mejor, al protagonista de mi libro que antes de escribirlo. Y, quiero, hacérmelo recordar a mí, y también recordárselo a mi generación y a las próximas, a través de palabra de rey aquella reciente historia de España. La de antes de ayer. Esas páginas que ya desde niño escribió don Juan Carlos. Y que os propongo recordar en Palabra de Rey. Un niño, Don Juanito le llamaban, que con diez años y lejos de su familia hipotecó su infancia, juventud y adolescencia para venir a España, lejos de su familia exiliada. Palabra de Rey es su retrato íntimo, el del alma de nuestro Rey. He utilizado los pinceles de su palabra para describirlo. El de sus convicciones y obras, también. En el libro desvelo el sentimiento íntimo de don Juan Carlos desde su niñez hasta hoy. Me detengo, en los momentos cruciales de la reciente historia de España. La de antesdeayer, la de la transición, también. Al escribir palabra de Rey me he dado cuenta que don Juan Carlos es una figura irrepetible en la Historia de España. Recibe todos los poderes de Franco y nos los devuelve a los españoles. Juan Carlos Primero nos devuelve la capacidad de decidir sobre nuestro propio presente y futuro. Es el motor del cambio y piloto de la transición. Unió a los españoles y recuperó la concordia nacional. De la España de los vencedores y vencidos, gracias a su liderazgo pasó a ser la España de la concordia. Y, creo, que hoy a mi generación y a las siguientes nos va muy bien recordarlo. Porque, y me lo habéis oído repetir estos días, hoy suena más un árbol que cae, que miles que crecen con un trabajo discreto y diario. No va mal recordar y saber cómo es quien fue el líder nuestra transición (…)". Una infancia dura y, a veces, amarga "Palabra de rey comienza con la niñez de Juan Carlos. El relato del libro comienza un poco antes de aquel 5 de enero de 1938 con su nacimiento, después sigue con su niñez, infancia, adolescencia, juventud… Las primeras páginas se desarrollan en Roma donde nace, continúan en Suiza donde a los ocho años se queda solo en un internado de Friburgo. Entonces, lo que sucedió es que como en un tablero de juego. A un lado del tablero estaba Don Juan — padre de don Juan Carlos y rey en el exilio— Y al otro lado del tablero estaba Franco, el general que “Reinaba” en España. Y en ese tablero apareció una nueva pieza, hasta entonces solapada: un niño, don Juanito… Don Juan Carlos era la ficha que oscilaba a un lado o a otro al son del choque de estrategias que sostenían su padre, el rey sin trono, y el general “rey”. La lejanía de sus padres resultó muy dura para aquel niño, para aquella “ficha”. En esas fechas de profunda tristeza para él, don Juanito somatizaba el sufrimiento de su soledad con intensos dolores de cabeza y de oídos… Con diez años llegó por primera vez a España en el Lusitania Express (9 de noviembre de 1949) así lo acuerdan su padre exiliado y Franco, para estudiar con ocho compañeros seleccionados en una finca de caza transformada en colegio para él, Las Jarillas. Apenas tres meses antes de cumplir los doce años abandona a sus compañeros y le trasladan a estudiar a San Sebastián donde vivó cuatro cursos… Sin duda, una niñez, infancia, adolescencia dura, muy dura alejado, siempre, de su familia exiliada. Y el relato de Palabra de Rey, ese retrato íntimo de nuestro Rey continúa… Palabra de rey se adentra en cada una de las etapas vivida por nuestro rey, también, en la de su gran Fortuna. La de encontrarse con nuestra reina, con Doña Sofía. Se casan en 1962, con la Princesa Sofía… Y sólo me voy a detener en un detalle. A partir de 1964 “en los tiempos en los que no éramos nadie”, como ellos mismos decían, patean, conocen cada rincón de España en sus múltiples viajes. Y, aún con dificultades, en este caso por la campaña antiJuancarlista del Búnker de Franco recibe el cariño y respeto de los españoles. Pero con su “pico y pala”, y a pesar de todo, don Juan Carlos logró una importante proyección pública dentro y fuera de España. Y, hoy, sigue siendo el vínculo de unión en España. En toda su trayectoria, Don Juan Carlos ha sido una persona muy querida y respetada nacional e internacionalmente. Obviamente, como humano que es ha cometido errores. Pero, como nadie en la esfera pública, también ha sabido, desde sus entrañas pedir perdón y, además, rectificar. Y, en la transición, lidera esos valores la: concordia, la unión, el diálogo. Estos valores hoy son de rabiosa actualidad. Y nos devuelve la capacidad que tenemos para decidir por nosotros mismos. Y, creo, que no nos va mal recordar quién fue el líder de todo aquello". Hombre de paz y concordia "Don Juan Carlos en tantos momentos se sintió aislado, ninguneado por el régimen de Franco e, incluso, incomprendido por su padre. Pues a pesar de todo, nuestro Jefe de estado. Con sus virtudes y defectos, Don Juan Carlos nunca ha sido sectario. Le vemos despedir desde el afecto hace unas semanas a Carrillo, y con el mismo afecto recibir a la escalerilla del avión al Papa. Algunos ya me habéis dicho que el libro os parece un 'Thriller' por tantas aventuras, desventuras, personajes que aparecen en la vida del protagonista de Palabra de Rey. El próximo 5 de enero, Don Juan Carlos cumplirá 75 años. Hace unos días, que estuve con él, percibí a un rey con la seguridad de quien tiene las ideas claras, y con ganas. En su caso no puede existir el error del descanso, ya que el descansar es retroceder. Lo dice el dicho: camarón que se duerme lo lleva la corriente. Fruto de su liderazgo, estamos viviendo el periodo con mayor concordia y progreso en España. Así como ha pilotado la transición de España, con la misma generosidad y entrega, está trabajando por la recuperación económica y de la marca España y está pilotando su propio relevo como jefe del Estado. Si es cierto, como creo, que la importancia de un libro se mide por el bien que produce, confío que Palabra de Rey sea importante para muchísimos lectores. ¡Palabra! Muchas gracias".