Historia escudo ENOL - Escuela Normal Oficial de León

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ESCUELA NORMAL OFICIAL DE LEÓN
El Escudo
Mtro. Salvador Ramírez Argote.
Origen, Descripción e Interpretación
Somos un pueblo de símbolos. O todavía más: el ser humano es un ente
simbólico, que se ha servido y se sirve de los elementos que encuentra a su
alrededor para transmitir un mensaje a sus semejantes.
Vivimos rodeados de símbolos. Cada país tiene su bandera y cada religión
tiene sus símbolos. También los gobiernos estatales y municipales tienen
sus escudos. Lo mismo las universidades y hasta los equipos de fut-bol.
Las escuelas normales no podrían ser, de ninguna manera, las excepciones
y cada una de ellas tiene su propio escudo.
La Escuela Normal Oficial de León ha conformado su escudo a partir de
mediados de la década de los 70´s... Por la riqueza de sus elementos y por
la importancia que representa para los normalistas como medio de
identidad, comentamos en el presente trabajo la evolución de nuestro
escudo, sus elementos y su significado, no sin aclarar que lo aquí escrito
son una investigación y una reflexión personales y no representan la
“postura oficial” de la institución sobre el escudo. Nunca debemos olvidar
que los símbolos que la humanidad ha creado son polisémicos, es decir, se
les puede atribuir diversos significados y gran parte de su riqueza está
precisamente en el elemento subjetivo que el receptor de la imagen crea y
le atribuye al símbolo. En la Simbología del espíritu, C. G. Jung nos ha
enseñado una y otra vez, mediante numerosos ejemplos, que los símbolos
tienen multitud de significados y no raras veces tienen dos interpretaciones
contrarias.
Antecedentes del escudo.
La Escuela Normal Oficial de León fue fundada en 1951. En sus primeros
años de vida, la institución no utilizó un escudo propio.
Viendo la necesidad de que la escuela tuviera un escudo que la identificara,
la Mesa Directiva de la Sociedad de Alumnos, encabezada por Hortensia
Nila Preciado, lanzó, a través de su secretaría de Acción Cultural, a cuyo
frente estaba Fernando Sotelo Bustos, durante el ciclo escolar 1975-76, una
convocatoria para diseñar el escudo de la institución.
Participaron alumnos de secundaria y normal. Resultó triunfador el trabajo
presentado por el alumno de secundaria, originario de Valle de Santiago,
Mario Rodríguez, quien, por cierto, sólo estudió la secundaria en la Normal
y ahora es ingeniero físico-químico.
El trabajo ganador, como se aprecia en la figura 1, ya tiene la mayoría de
los elementos del escudo actual, pero es diferente al árbol central y no tiene
el glifo que lo corona.
El escudo actual.
En 1988 el maestro Roberto H. Dueñas, escritor y pintor, rediseñó el
escudo normalista respetando como elementos esenciales las dos figuras
humanas, cada una con el glifo de la palabra, el libro, las siglas de la
escuela y el Arco de la Calzada. El maestro Dueñas le dio una variación al
lema, sustituyó el árbol por otro tomado de un códice prehispánico, agregó
el glifo que tiene encima y le puso al escudo los colores verde y amarillo
que tiene actualmente.
El escudo pintado por el maestro Dueñas fue reproducido en la portada del
primer número de esta revista en Noviembre de 1988. Figura 2.
Posteriormente, cuando la escuela varió su nombre, fueron cambiadas las
siglas originales de ENPOL por las de ENOL.
Descripción general.
El escudo de la Escuela Normal es una composición que tiene como
elemento central un árbol de cuyo tronco se dividen dos ramas que van una
hacia la derecha y otra hacia la izquierda. De cada rama nacen frutos que
parecen ser mazorcas de maíz. Las raíces del árbol se extienden y casi se
hunden en un libro que dice León, Gto. Debajo del libro están las siglas de
la institución: ENOL. A cada lado del árbol hay un ideograma de un
indígena con el glifo de la palabra que sale de su boca. Los indígenas de
ambos lados quedan viéndose de frente dando la impresión de que están
dialogando. Sobre el árbol hay un glifo indígena que representa al
movimiento. Sobre todo este conjunto está el lema de la escuela: “Educar
es Fortalecer”. Todavía más arriba, y complementando el escudo está el
Arco de la Calzada de los Héroes. Todos los elementos mencionados,
excepto el Arco y el lema, van en amarillo; el fondo y el Arco de la
Calzada en verde, y las letras del lema en negro. (Figura 3).
Descripción en lo particular.
El árbol
El árbol es una figura que ha estado cargada de significado a lo largo de la
historia humana en diferentes culturas. Entre los antiguos mexicanos, cada
pueblo tenía su árbol emblemático escogido de la vegetación más
representativa del lugar en el que estaba asentado. Así los mexicas
tuvieron por símbolo al nopal y los mayas la ceiba (Ver Florescano,
Enrique. La bandera mexicana).
En otros pueblos el árbol es símbolo del conocimiento. Así, algunas
religiones representan a su fundador recibiendo la iluminación debajo de un
árbol, como es el caso de Gautama Sidharta “El Buda”. Pero para nosotros
es seguramente más conocido el mito hebreo narrado en el Génesis: cuando
Yahveh-Dios creó al hombre lo puso en un jardín; le autorizó a comer de
casi todos los árboles, pero le prohibió comer del árbol de la ciencia del
bien y del mal. Cuando la mujer y el hombre desobedecen instigados por la
serpiente, Yahveh los expulsa del jardín al sentirse amenazado en su
posición suprema y temiendo que el ser humano se convierta en su
adversario y hasta adquiera la eternidad consumiendo del otro árbol, el
árbol de la vida. Erich Fromm hace un interesante comentario sobre este
punto en el primer capítulo de su obra Y seréis como dioses.
El árbol, símbolo pues del conocimiento, de la vida y del poder está
presente en el escudo normalista. El dibujo del árbol se inspiró en otro que
está contenido en la obra de Miguel León Portilla Los antiguos mexicanos,
a su vez tomado del Códice Borgia. El dibujo aludido es Tlaltícpac,
representación de la vida sobre la tierra. (Figura 4).
El conocimiento siempre rinde sus frutos. Por eso el árbol, que hunde sus
raíces en el libro y se divide en dos grandes ramas, culmina en frutos que,
al parecer, son mazorcas de maíz. Y es acertado que se representen los
frutos con el maíz por lo que esa planta ha representado para los
mexicanos. Recordemos que, según el mito contado en el Popol Vuh,
después de que los dioses hicieron varios intentos fallidos de crear al
hombre formándolo cada vez de distintos materiales, finalmente acertaron
fabricándolo de maíz.
Y en el mito tolteca nos encontramos a Quetzalcóatl obligando a la
hormiga negra a conducirlo a Tonacatépetl, el “monte de nuestro sustento”,
para apoderarse del maíz. Luego del hallazgo, los dioses prueban el maíz y
Quetzalcóatl se lo da a la humanidad recién restaurada por él mismo para
que “se hicieran fuertes”. Aunque éstos son dos de los más conocidos, los
mitos mexicanos sobre el maíz son numerosos por la importancia
alimenticia sembrada en México lo está de maíz, frente al 16% de su más
cercano competidor, el frijol.
El glifo sobre el árbol.
El glifo que está sobre el árbol se llama Ollin y representa al movimiento o
al terremoto. Se trata de una figura compuesta de un círculo central, un
pico y cuatro aspas, dando la impresión de movimiento. (Figura 5).
En la Piedra del Sol o Calendario Azteca se puede apreciar este glifo en la
casilla número 17 de la cuenta de los días. Para los mexicas era pues el día
17 del mes (de 20 días). (Figura 6).
Aún hay más: si bien se observa, este mismo glifo es el que contiene a los
cinco soles del Calendario Azteca. De acuerdo con el mito del Quinto Sol,
cada una de las cuatro eras pasadas está representada por un elemento: aspa
superior derecha, Sol del Jaguar o Tierra o Primer Sol; aspa superior
izquierda, Sol de Viento o Segundo Sol; aspa inferior izquierda, Sol de
Fuego o tercer Sol, y aspa inferior derecha, Sol de Agua o cuarto Sol. El
Quito Sol, es Hollín, el Sol del Movimiento o del Terremoto, y es Tonatihú,
cuyo rostro está en la parte central de la gran piedra. (Figura 7).
También en la piedra conmemorativa del ascenso al poder de Moctezuma
Xocoyotzin se aprecian en los extremos los cuatros soles pasados y al
centro el Quinto Sol, Nahui, Hollín. (Figura 8).
La inclusión de este glifo (el movimiento) en nuestro escudo no pudo ser
más afortunada. Al estar colocado en la parte superior del árbol, símbolo de
la sabiduría, nos recuerda que el aprendizaje y el conocimiento no son
estáticos, sino que están en continuo movimiento.
Paulo Freire critica la educación tradicional, la educación bancaria, porque
esta trata al conocimiento como algo detenido, como algo estático, carente
de fuerza transformadora. El educando de dedica a repetir dócilmente los
conocimientos que le son depositados (como quien deposita un liquido en
un resipiente9 por el educador. De esta forma la educación se convierte en
el medio para perpetuar, sin cambios, las relaciones de dominación que
existen en la sociedad.
También Marx afirmó que hasta ahora los filósofos han transformado el
mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.
Las figuras humanas.
Las figuras humanas representan a dos indígenas a la vez separados y
unidos por el árbol del conocimiento. Cada indígena tiene el glifo de la
palabra frente a su boca: están dialogando. Al estar frente a frente, en
igualdad de condiciones, los dos participantes de este diálogo tienen la
misma estatura y el mismo rango. No parece que uno sea sólo emisor y el
otro sólo receptor. Más bien están comunicando mutuamente su idea y su
palabra y están afirmando, con Freire, que ya nadie educa a nadie, así como
tampoco nadie se educa así mismo, sino que los hombres se educan en
comunión, y el mundo (el árbol) es el mediador.
Esta frase, con base en la cual el educador también es educado, y el
educando también educa a su propio educador, es fundamental en el
pensamiento de Freire y debe seguir siendo paradigma del pensamiento
normalista. Por eso, con acierto ha sido escrita esta idea bajo el busto de
Freire que se encuentra en la entrada de la Escuela Normal.
El libro.
El libro es el otro símbolo por excelencia de la sabiduría. Por evidente, casi
no requiere comentario. El libro, en las distintas etapas por las que ha
pasado, desde las inscripciones en piedra, los pergaminos, los códices y los
libros como los conocemos en la actualidad, gracias al desarrollo de la
imprenta, ha sido el medio para guardar y transmitir el conocimiento
generado por la humanidad. Gracias al libro conocemos el pensamiento de
quienes han vivido en otras épocas y otras regiones.
Por otra parte, no parece que los adelantos en la informática desplacen al
libro del lugar que ha ocupado por centurias en la cultura. La información
en el internet y en los discos compactos tiene múltiples ventajas frente al
libro de papel. Pero el fácil manejo, el fácil transporte y la disponibilidad
del libro le dan el perfil para mantenerse por muchos años todavía como el
medio por excelencia de transmisión de ideas.
El libro de nuestro escudo tiene escrito el nombre de nuestro municipio y
nuestro estado, porque el conocimiento que se genera en la Escuela normal
va dirigido a quienes habitamos este municipio y sus alrededores.
Las siglas.
La Escuela Normal Oficial de León (E.N.O.L) no siempre ha llevado ese
nombre. Desde su fundación y hasta 1999 se llamó Escuela Normal
Primaria Oficial Estatal de León, y sus siglas E.N.P.O.L.
Dicho nombre revela en primer lugar que en su inicio nuestra escuela fue
pensada únicamente como institución formadora de maestros de educación
primaria. No fue sino hasta el año de 1984 cuando se introdujo la carrera de
licenciatura en Educación Preescolar por gestión del director Tomás bustos
muñoz. También en 1987 se introdujo el bachillerato pedagógico al
“profesionalizarse” los estudios normalistas, elevándolos al rango de
licenciatura y haciendo obligatorio cursar previamente el bachillerato.
En segundo lugar, el adjetivo de “Estatal” revela que fu fundada como una
escuela dependiente del gobierno del estado y no del gobierno Federal,
como era posible de acuerdo con las leyes educativas vigentes hasta 1993.
A partir de dicho año, por disposición expresa de la Ley General de
Educación la prestación del servicio de educación normal es exclusiva de
los gobiernos de los estados, por lo que sobra que una escuela de esta
naturaleza lleve el adjetivo de “estatal”, como para diferenciarla de las
normales federales, puesto que ya todas son estatales.
El que nuestra escuela conservara el nombre de Escuela Normal
Primaria…… generó un problema jurídico y social para quienes cursaron la
Normal Preescolar y para las primeras generaciones de la Licenciatura en
Educación Preescolar: la Dirección de Profesiones de la Secretaria de
Educación Pública no les otorgaba cedula profesional a esos grupos.
Al asumir la dirección de la institución, el Lic. Francisco Javier Zavala
Ramírez se propuso resolver dos problemas fundamentales que enfrentaba
la normal: el relativo al edificio escolar y el del nombre de la escuela que
afectaba seriamente a los egresados de la Licenciatura en Educación
Preescolar.
Es hasta el 12 de enero de 1999 cuando se notifica el acuerdo favorable a la
solicitud de enmienda de registro presentada por la Dirección de la escuela.
Firma el acuerdo el director de Autorización y Registro Profesional, Lic.
Roberto Sandoval Hernández, autorizando el nombre actual de la Escuela
Normal Oficial de León.
El lema.
El lema de la Escuela Normal también fue objeto de concurso. El lema
triunfador en 1975 fue “Enseñar es fortalecer”. Con el transcurso de los
años se transformó en el más significativo de “Educar es Fortalecer”.
La transformación de nuestro lema sin duda fue acertada, pues el de
educación es un concepto mucho más rico y completo que el de enseñanza.
La enseñanza es parte de la educación, pero ésta va mucho más allá, pues
requiere no sólo de una enseñanza, sino de un aprendizaje y de una
formación. La enseñanza va más dirigida a la transmisión de
conocimientos, mientras que la educación implica tomar en cuenta todas las
facultades del ser humano.
Que educar es fortalecer queda claro que desde el momento en que
consideramos que la educación nos da las herramientas para enfrentar y
vivir la vida con éxito. Con Jaques Delors decimos que la educación nos
proporciona cuatro pilares fundamentales, cuatro aprendizajes, que nos
permiten salir airosos de las pruebas que nos va presentando el destino:
aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y,
principalmente, aprender a ser.
Aprender a ser –se dice en La educación encierra un tesoro- hace que
“florezca mejor la propia personalidad y se esté en condiciones de obrar
con creciente capacidad de autonomía, de juicio y de responsabilidad
personal”.
El Arco de la Calzada.
El Arco de la Calzada de los Héroes es el símbolo más característico de la
ciudad de León. Data de 1896, año en que fue construido por el Ing. Pedro
Tejada León. Se llamó inicialmente Arco de la Paz. En 1943 el empresario
leonés Francisco Lozornio Castillo agrego al Arco un león de mampostería
realizado por el maestro Daniel Herrera Jiménez y dicho león fue sustituido
en 1958 por el actual de bronce que fue esculpido a iniciativa del matador
leonés Antonio Velázquez “Corazón de León”.
Una historia detallada del León de la Calzada se encuentra en el texto de
Rubén Rodríguez molina “El león de la calzada… una historia diferente”
publicado en la página Web de la Presidencia municipal de León.
Aquí deseo resaltar que este monumento –el Arco en su conjunto- que ha
sido integrado al escudo de la Escuela Normal es un monumento dedicado
a la ecología. Probablemente muchos leoneses no habíamos reparado en
que en las columnas del Arco hay una inscripción, un pensamiento dicho
por el árbol que se dirige al distraído caminante y que por considerarlo de
interés aquí reproduzco:
Lo que dicen los árboles:
“Tú que pasas y levantas contra mi tu brazo, antes de hacerme daño
mírame bien;
Yo soy el calor de tu hogar en las noches de invierno largas y frías.
Yo soy la sombra amiga que te protege contra el sol del estío.
Mis frutos sacian tu hambre y calman tu sed.
Yo soy la viga que soporta el techo de tu casa.
Soy las tablas de tu mesa, la cama en que descansas,
Soy el mango de tus herramientas, la puerta de tu casa.
Cuando naces tengo maderas para tu cuna;
Cuando mueres te acompaño al seno de la Tierra en forma de ataúd.
Si me amas, como lo merezco, defiéndeme contra los insensatos.
Conclusión.
El escudo de la Escuela Normal Oficial tiene su origen en el ciclo escolar
1975-1976. Fue modificado en 1988 por el maestro Roberto H. Dueñas,
quien le dio su forma actual, excepto las siglas que en 1999 pasaron de
ENPOL a ENOL.
El escudo normalista se compones de elementos indígenas prehispánicos: el
árbol, las figuras humanas y el glifo del movimiento. Esos elementos dan
testimonio de nuestras raíces indígenas y de la importancia de la cultura
prehispánica como sustrato de nuestra idiosincrasia. A la vez, la riqueza de
su significado la podemos relacionar con los ideales de educación a que
aspiramos los normalistas.
Contiene el escudo también dos elementos modernos: el Arco de la
Calzada, símbolo de los leoneses y el libro, medio insustituible hasta hoy
de transmisión de conocimientos.
Por último, tiene las siglas de la escuela y el lema: “Educar es Fortalecer”,
que nos recuerda a quienes hemos elegido la educación como profesión que
nuestra finalidad primordial no es
transmitir conocimientos a los
estudiantes, sino ser participes del fortalecimiento del alma de nuestros
alumnos.
Normalista: cada vez que veas el escudo de nuestra escuela recuerda que
cada uno de sus elementos representa aquello por lo que hemos de luchar a
diario en la palestra de la educación.
Agradecimientos.
Agradezco a la maestra Hortensia Nila Preciado, al maestro Roberto H.
dueñas, al Prof. Fernando Sotelo Bustos, al Lic. Tomás Bustos Muñoz y al
Lic. Francisco Javier Zavala Ramírez el tiempo y los comentarios que me
obsequiaron para la redacción de este trabajo.
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