¿La segunda revolución cubana?

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¿La segunda revolución cubana?
Por Antumi Toasijé1
El rostro de la disidencia cubana está cambiando, la muerte de Orlando Zapata
se revela como la punta del iceberg de un largo proceso de lucha racial en Cuba. Hasta
qué punto es esta una oposición teledirigida por Estados Unidos es algo que la historia
determinará, en todo caso esta disidencia ejemplifica la existencia de una cuestión
racial nunca resuelta en la isla.
O tal vez sea la tercera, o la séptima revolución. Al régimen de los Castro que
se balanceaba sobre el columpio de los viejos logros, logros muy valorados en su día,
logros éstos que todavía configuran aspectos muy interesantes de un imaginario y una
acción que prometía cambiar el mundo, al régimen cubano digo, parece que le ha
estallado en la cara una revolución racial. Con ello parece también que han quedado
atrás las enormes contribuciones de los cubanos en África negra, frenando el avance
de los lacayos de Sudáfrica y los acólitos del neocapitalismo imperialista, sobre todo en
Angola. Nunca se reconocerá bastante la enorme contribución militar, médica y técnica
de una Cuba que no sólo prometía sino que cumplía. Aunque todavía hoy Cuba riega
de médicos y especialistas África, profesionales que se dejan la piel en una tarea
ingente y enteramente vocacional, se diría que han quedado atrás los tiempos en los
que la seguridad del Partido Panteras Negras para la auto-defensa, protegía a Fidel
Castro en Nueva York. O los tiempos en los que Cuba acogía a los combatientes del
Black Liberation Army exiliados del poderoso y segregacionista vecino del norte. En
estos días la prensa mundial se estrena con titulares como “Se ensañaron con él por
ser negro”, algo que hasta ahora parecía impensable asociar a Cuba.
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El autor es Historiador y activista panafricanista, cursó estudios de Doctorado en la Universidad
Autónoma de Madrid y actualmente es Rector del Centro de Estudios Panafricanos. Autor de varias obras
entre las que se destacan Esclavismo Tardío Hispánico (2003) y Resistencias Africanas, cultura y poder
(2007), asimismo ha escrito en medios especializados.
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Se diría que en su campaña por el mundo, la Cuba socialista se olvidó del 60%
de sus ciudadanos, ya que por mucho que las estadísticas oficiales digan que sólo el
10% de la población cubana es negra y el 25% "mulata", término de génesis
etimológica deleznable que conviene sustituir por "parda", la realidad es que el aporte
africano es en cuba mayoritario mire uno a donde mire. No nos despistemos,
disidencia siempre hubo, disidencia de todos los colores, políticos y humanos, una
disidencia interesante y humana y otra puramente deleznable, neo-fascista incluso,
patética también. Hay disidencias y disidencias, esta disidencia de Orlando Zapata, es
distinta a la de Pedro Luis Boitel muerto también en huelga de hambre en 1972. Las
primeras noticias que tuve sobre esta disidencia no estaban tan vinculadas a la
democracia, la libertad de expresión “a secas" o el proselitismo religioso sino a la
cuestión que, en palabras de José Martí, es la única que realmente puede quebrar la
sociedad cubana; el olvido y la infra-representación de los africano-descendientes en
Cuba. Esta disidencia de Gillermo Fariñas, Manuel Cuesta Morúa, Juan Antonio
Madrazo Luna, Coordinador Nacional del Comité Ciudadano por la Integración Racial, el
Dr. Darsi Ferrer, José Luis García Pérez "Antúnez", y tantos otros y otras, pone sobre el
tapete la cuestión de las libertades que es también, y sobre todo en el Caribe, la
cuestión racial.
Los sucesivos gobiernos cubanos desde que se sacudieron el yugo colonial
español, siempre han sido reacios a reconocer la negritud de Cuba o lo que es lo
mismo,
reconocer
su
africanidad.
El
papel
de
los
líderes
antiesclavistas,
independentistas y revolucionarios africano-descendientes negros como Guillermón
Moncada, Antonio Maceo, ocupan un lugar de comparsas en la historia oficial cubana,
cuando son ellos y no otros, quienes encendieron las mechas independentistas y
revolucionarias, las verdaderas clases revolucionarias tenían que ser en un entorno
esclavista los esclavizados y sus hijos e hijas, no los criollos, un evidente ejemplo es la
Protesta
de
Baraguá,
donde
Maceo
demostró
que
el
ideal
supremo
del
independentismo mambí, no era otro que el fin de la esclavitud y la igualdad racial. No
todos saben que incluso la propia palabra mambí, tiene su origen en África, en
referencia a Eutimio Mambí, oficial negro, cuyo apellido podría remitir al actual Gabón,
militar que habiendo desertado del bando español, peleó contra los españoles en Santo
Domingo, cinco décadas antes de la Guerra cubana de los Diez Años. Lograda la
independencia, y criollizada esta, los Mambises negros y sus seguidores fueron
marginados por el "nuevo orden racial" de los cubanos descendientes de europeos, por
ello en 1908, Evaristo Estenoz y Pedro Ivonet entre otros fundaron el Partido
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Independientes de Color. El partido tuvo en su momento el programa más integrador y
progresista visto hasta entonces en Cuba, por ello y por el masivo apoyo popular de los
africano-cubanos excluidos de los procesos políticos criollizados fue ilegalizado, de
resultas, algunos de sus miembros organizaron la primera guerrilla destacada de la
Cuba Independiente; la represión se saldó con cerca de 4000 muertos, la mayoría de
ellos civiles negros no combatientes.
El Maleconazo de 1994 fue la primera protesta realmente masiva contra el
régimen de Fidel Castro, allí era notorio que la mayoría de los participantes eran
negros al igual que en los de la Primavera Negra, estos gritos de las últimas décadas
hablan de una gran masa que se siente aparte, que no se ve a la cabeza de un
gobierno y un parlamento estadísticamente más blancos que el país. Estas protestas y
no las de la disidencia clásica son las que según Fariñas, llevan a Raúl Castro a
declarar: “"¡que se acabe el circo que tiene montado el negro de mierda ese!...". El
legado de las luchas de los verdaderamente excluidos, tiene en el Caribe, por los
crímenes de la historia del esclavismo, génesis africana, esto es poco discutible, tanto
en Cuba, Haití, Jamaica, Pequeñas Antillas, incluso en República Dominicana, los países
de la Centroamérica continental, Colombia, Venezuela, y países limítrofes el
componente africano es fundacional en las luchas de independencia y los movimientos
de contestación posteriores, desde los cimarrones coloniales hasta los Zapatas
actuales.
Para el Dr. Alberto Jones en "Una Batalla Mundial de Vida o Muerte" la
disidencia negra está siendo utilizada para dividir a la sociedad cubana en una
reedición de tácticas ya ensayadas en el pasado por Estados Unidos y utilizadas
actualmente como arma arrojadiza por los exiliados cubanos en Miami. El argumento
del gobierno cubano ha sido hasta ahora presentar los logros de la revolución como un
gran avance para los cubanos de origen africano, esto ocasionaba un cierto
sentimiento de culpa entre los cubanos negros que se oponían al régimen. Pero todo
tiene su límite, el racismo cubano, producto de la herencia esclavista, sigue existiendo
a diferentes niveles y en todos los ámbitos. La Antropóloga cubana María Ileana
Faguada lo resume en una frase "Hay dos proyectos de nación, uno blanco y criollo,
que nos excluye, y otro en el que participa la población negra. Ese es el verdadero
proyecto de nación cubana, en el que cabemos todos". Esto es así desde cualquier
perspectiva, ni siquiera un marxismo ortodoxo puede dejar de lado estas cuestiones.
Tal vez las damas de blanco no lo sepan, o tal vez sí, el blanco es el color del luto en
África. Su insistente protesta configura un discurso en el que los “tabúes” como el del
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racismo en la sociedad cubana han muerto, una segunda revolución cubana, más
multicolor en la que el hastío grita por encima de unos logros sociales que ya no son
suficientes para encubrir injusticias sociales nunca erradicadas.
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