FLORENCIO DEL CASTILLO VILLAGRA Y LAS CORTES DE CADIZ… MOCIONES Y PROPOSICIONES. Alberto Calderón Vega Portada retrato de Florencio del Castillo V. Autor Alberto Calderón Vega, inspirado en los retratos de la Asamblea Legislativa de Costa Rica, la Municipalidad de Paraíso, la Cancillería General de la República y de la Universidad (UABJO) de Oaxaca, México. Revisión de texto Grettel Hernández Nota: Todos los discursos, proposiciones y mociones, aquí consignados se tomaron del Diario de Sesiones de las Cortes de Cádiz (1810-1813). Se ha respetado la escritura original tal y como aparece en (www.cervantesvirtual.com); excepto el nombre del señor Castillo que, en todos los casos, se ha resaltado con negrita, por ser el objeto investigación de este trabajo. © 2005 Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, www.cervantesvirtual.com. Edición digital de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes de la obra “Diario de sesiones de las Cortes Generales y Extraordinarias (Publicaciones periódicas]”, España. Cortes Generales, a partir de la edición de Cádiz, [s.n.], 1810-1813. Prohibida la reproducción no autorizada por cualquier medio, mecánico o electrónico del contenido total o parcial de esta publicación. Hecho el depósito de ley. 4 Dedicatoria A los pueblos del nuevo mundo, por quienes luchó don Florencio del Castillo V. Alberto 5 6 INDICE Florencio del Castillo y las Cortes de Cádiz 1810-1813....................................................... 9 Sesiones del año 1811.................................... 15 Sesiones del año 1812.................................. 74 Sesiones del año 1813.................................. 158 Epílogo...........................................................200 Bibliografía................................................... 201 Anexos.......................................................... 210 Anexo1. Abolición de la Inquisición y el establecimiento de los Tribunales de la Fe....,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,... 210 7 8 FLORENCIO DEL CASTILLO Y LAS CORTES DE CÁDIZ * L a realización del presente trabajo pretende exponer al lector por primera vez todos los discursos y proposiciones, que el ilustre diputado costarricense, originario de Ujarrás, en la provincia de Cartago, Costa Rica, don Florencio del Castillo Villagra, realizó en aquellas Cortes gaditanas, a inicios del siglo XIX. Y, en ese sentido, no analiza la obra de don Florencio del Castillo, ni la de las Cortes generales y extraordinarias reunidas de 1810 a 1811 en la Isla de León y, de 1811 a 1813 en Cádiz. La importancia de esta recopilación radica en la trascendencia que generó la obra de don Florencio, no sólo para su provincia, sino para toda la América Hispana, en aquellos momentos determinantes para la historia americana, desembocando en la independencia de las colonias españolas. Hoy, la gestión realizada por hombres como don Florencio del Castillo, cobra mayor preeminencia en el marco de la celebración de los 200 años de las Cortes Generales y extraordinarias de Cádiz (1810-1814). En este sentido, la publicación del 9 presente trabajo adquiere mayor relevancia para dar a conocer la obra extraordinaria de don Florencio del Castillo Villagra. El pueblo español-reunido en torno a una Junta Central, convoca a las Cortes. Esta Junta, a su vez, la eligieron las juntas provinciales de ese entonces, para hacerse cargo del gobierno español acéfalo tras la captura del Rey Carlos IV y de su hijo y heredero al trono, Fernando VII, por parte de las tropas francesas al mandó de Napoleón Bonaparte, quien llevó cautivos a los monarcas españoles hasta Bayona, donde los obligó a abdicar en su favor. Este acontecimiento, es quizá el hecho más importante que marcó nuestra historia a inicios del siglo XIX; porque motivó la convocatoria a Cortes generales y extraordinarias, a reunirse en Cádiz a finales de 1810, con el fin de encargarse del gobierno y organizar la guerra de resistencia y liberación de la península española. La convocatoria marcó el camino para que -por primera vez-, las colonias españolas tanto en América como en Asia, fueran consideradas para representar al gobierno de la monarquía a través de las Cortes. Tras la invasión de los franceses a España, por primera vez las colonias tienen el poder de decisión para reivindicar sus derechos y decidir su propio destino. Este llamado a las Cortes, fue uno de las más valiosas oportunidades para las colonias españolas, en América. 10 Sin duda, las Cortes fueron para proponer, discutir y lograr acuerdos, para que las provincias bajo dominio colonial (español), iniciaran el camino hacia la emancipación de la patria americana, la lucha para lograr que los americanos -sin importar sus diferencias, económicas o culturales-, adquieran los mismos derechos que los españoles peninsulares. A partir de las Cortes, fue determinante que de esta manera se convierten en la lucha por los derechos ciudadanos de los americanos. En las Cortes se cimienta la independencia de América; pues en ella, todos los representantes de las provincias americanas llevan y debaten sus necesidades, recomendaciones e intereses para lograr que sus representadas, al fin gocen de los mismos derechos políticos, económicos y sociales, que tenían los peninsulares y aún mejor, lograr la independencia de la monarquía española, finalizando así la dominación de nuestros territorios en manos españolas desde el sigo XVI. La lucha que los diputados americanos emprendieron para lograr que la Constitución discutida en Cortes, fuera favorable y equiparable sería trascendental. La posición de los españoles era diametralmente opuesta; ellos buscaban liberarse del yugo francés y mantenían la idea de entronizar nuevamente a la monarquía absolutista que gobernaba su país. Mientras que para los americanos, la coyuntura política del momento era propicia para liberarse e iniciar la independencia de las provincias americanas. 11 Personalidades como Gordoa, Larrazábal, Lequerica, Morales Duárez, Olmedo, Guridi y Alcocer y, por supuesto, Castillo y algunos más de los Diputados americanos, muestran su valentía al defender sus posiciones; el pueblo español peninsular defiende con las armas su territorio, para expulsar al enemigo invasor. Mientras se dan esas luchas, los Diputados americanos libran su querella en el interior del recinto que alberga al Congreso, contra los Diputados españoles quienes, con sus ideas absolutistas, intentaban imponer la monarquía anterior a 1808. No cabe extrañar que cada artículo de la Constitución fuera discutido, rebatido o rechazado cuando así lo consideraban los Diputados americanos, quienes pensaban y, no sin motivo, que la Constitución era el elemento primordial para construir las bases para consolidar la lucha que beneficiaba a las provincias americanas. La lucha que se libró en el Congreso, fue aún más violenta en ocasiones que la librada en los campos de batalla, porque las posiciones de ambos bandos eran casi irreconciliables; puesto que los americanos debatían el futuro de América. La labor desplegada por las Cortes reunidas en Cádiz durante casi tres años, fue fecunda y admirable. La tarea de los diputados que sesionaron permanentemente durante casi 1100 días, con horarios que les llevo días y noches de trabajo continuo; pues los temas a tratar además de muchos eran diversos y complejos. 12 Ni la guerra, la peste o la infinidad de problemas e inconvenientes, doblegaron la voluntad, la decisión y la valentía de aquel ilustre grupo de Diputados, llegados a Cádiz, de todos los rumbos del imperio español, atravesando enormes distancias, condiciones físicas e incluso, a muchos de aquellos hombres, les sorprendió la muerte en pleno trabajo, por ejemplo del ecuatoriano José Mejía Lequerica, quien murió en Cádiz. Ni las intrigas absolutistas, ni los intereses y disconformidad del Clero, Roma y la Regencia y mucho menos, miles de dificultades que debieron afrontar, nada logró someter su voluntad y decisión; la entereza de aquellos hombres fue puesta a prueba. No temieron ni al poderoso ejército napoleónico que constantemente bombardeó Cádiz; nada logró vencerlos, he ahí lo glorioso de aquel trabajo, de un insigne grupo de valientes reunidos permanentemente en Cortes, durante tres largos años de asedio político, militar e intrigas personales, aun dentro de la Corte. El papel que desempeñaron los Diputados centroamericanos fue determinante, especialmente don Florencio del Castillo y Antonio Larrazábal, representante de Guatemala, juntos dieron grandes luchas para sus provincias. El señor Castillo defendió principalmente a los pueblos más necesitados, denominados como castas, para los cuales propuso la igualdad de derechos políticos, económicos, educativos y el reconocimiento de sus derechos ciudadanos, que no son otros, que los derechos humanos e individuales a quienes, durante el 13 período colonial, se los había despojado de sus derechos fundamentales. Don Florencio propuso que las Cortes aprobaran la eliminación de las mitas, logrando así la liberación de la servidumbre indígena, sometida por parte de los terratenientes, mineros, municipios e incluso los curas, para quienes tenían que trabajar bajo un régimen de explotación esclavista. La defensa por los derechos civiles de los hijos de los originarios del África, la lucha por la eliminación de la esclavitud y la abolición de la Inquisición, por considerárselas prácticas contrarias a la Constitución; dichas gestiones las apoyó Larrazábal incluso sabiendo que muchas de aquellas propuesta perjudicarían los intereses de la capitanía general de Guatemala. Hombres como Castillo marcaron una gloriosa enseñanza con su participación en aquellas Cortes reunidas en Cádiz. Sellaron para siempre la historia de América y España, constituyéndose en un ejemplo para la humanidad; pues su trayectoria jamás podrá ser borrada. Su destacada labor quedó grabada en las páginas de aquel diario de sesiones como testigo imborrable de una gesta que nació, creció y perdura en los corazones de los hombres que anhelan y luchan por la libertad. Nuestra comunidad Paraíso de Cartago, Costa Rica, tiene el honor de contar entre sus hijos a don Florencio del Castillo Villagra, uno de los más brillantes y destacados de los diputados americanos que concurrieron a las Cortes de Cádiz. 14 SESIONES DEL AÑO 1811 * SESION DEL DIA 7 DE JULIO DE 1811. La Comisión de Poderes, dictaminan y aprueban las credenciales de los cuatro diputados electos por el reino de Goatemala. Conformándose las Córtes con el dictámen de la Comision de Poderes, aprobaron los de los cuatro diputados electos por el reino de Goatemala, D. José Antonio Lopez, por la provincia de Santiago de Leon de Nicaragua; D. José Francisco Morejon, por la provincia de Honduras; D. Florencio del Castillo, por la ciudad de Cartago y de la provincia de Costa Rica, y D. José Ignacio Avila por la de San Salvador del mismo reino de Goatemala (Folio.1419. Nº 278). SESIÓN DE DÍA 11 DE JULIO DE 1811. Juramentación de los Diputados del reino de Goatemala. Despues de haber prestado juramento prescrito, tomaron asiento en el Congreso los Sres. D. José Antonio Lopez, D. Francisco Morejon, D. Florencio del Castillo y D. José Ignacio Avila, Diputados propietarios por el reino de Goatemala (Folio.1439. Nº 282). 15 SESION DEL DIA 21 DE JULIO DE 1811. Continuando la discusión del art. 15 del reglamento para el poder judicial. Después de la participación de varios Diputados, tomo la palabra. El Sr. CASTILLO: Señor, yo creo que el artículo por ninguna manera puede introducir la desconfianza contra los que ejercen el poder judiciario, y antes bien lo juzgo importantísimo para precaver aquellas debilidades de que es susceptible la condición humana, y de que no podemos prescindir. Las juiciosas reflexiones con que el Sr. Argüelles ha apoyado este artículo, me eximen de producir otras nuevas; sin embargo, no puedo menos que hacer á V. M. esta sola reflexión. O los testigos proceden de mala fé, ó de buena; es decir, ó son hombres corrompidos, dispuestos á faltar á la sagrada ley del juramento, ó son íntegros y dispuestos á decir la verdad. En ambos casos conviene, en mi sentir, que la declaraciones se practican en público. Yo desearía se me dijese cuándo los primeros tendrían más facilidad de faltar á la verdad del juramento: ¿Cuándo son preguntados en público, ó en secreto? Yo creo, Señor, que solo un hombre sumamente desvergonzado, y que absolutamente no tenga el menor sentimiento de honor, se atreveria á faltar en público á la verdad; pues de otra suerte el temor de incurrir para el concepto público en la infame nota de perjuro, le servirá de freno para no profanar el juramento. 16 En el segundo caso, yo convengo que los testigos de cualquier modo cumplirán con su deber; pero si practican las declaraciones en secreto, resulta otro inconveniente, sobre el cual pido atención de V. M. La experiencia nos ha enseñado que no pocas veces, por desgracia nuestra, los escribanos extienden las declaraciones, no según las expresiones de los testigos, sino según el interés que tienen en aquella causa. Este inconveniente seguramente se evitaria siendo examinados en público los testigos; porque ¿Qué escribano ó notario cometaria esta detestable maldad sin que al mismo tiempo no se hiciese el objeto de execración pública? Por lo que me parece el artículo digno de aprobación. (Folio 1487. No 292). SESION DEL DIA 23 DE JULIO DE 1811. El Sr CASTILLO, solicita que se realice la eleccion de diputados en todas las provincias del reino de Goatemala. En seguida hizo el Sr. Castillo la siguiente: “En atencion á no haberse practicado en todas las provincias del reino de Goatemala las elecciones de Diputados en Córtes, como debió hacerse, con arreglo á la instrucción mandada observar en América, pido á V. M. se sirva mandar con la mayor brevedad se practiquen dichas elecciones en las provincias de Vera-Paz y Quesaltenango, que son entre las excluidas l a s que tienen más fondos y más numerosa población”. Admitida para discutirse, se levantó la sesión. (Folio 1500. Nº 294). 17 SESIÓN DEL DÍA 27 DE JULIO DE 1811 Eleccion de los diputados por el reino de Goatemala. Habiendo explicado el Sr. Castillo la proposición que presentó, y quedó admitida á discusión en la sesión del 23 de este mes, hizo la adicion siguiente: “Que las elecciones de los Diputados que tengo pedidas se extiendan á las cinco provincias que fueron excluidas, á saber: Vera–Paz, Quesaltenango, Sonsonate, Chiquimula, y otra cuyo nombre se me ha olvidado.” Se resolvió que dicha proposición, con adicion, pasase á la Comision de Poderes. (Folio 1519. Nº 298). SEION DEL DIA 15 DE AGOSTODE 1811 Estando en discusion dictámen de la comision de Baldíos, solicito el Sr. Castillo la habilitacion del puerto de Matina. Se admitió á discusión, y se pasó á informe al Consejo de Regencia la siguiente del Sr. Castillo: “Siendo conveniente para fomentar la agricultura en la provincia de Costa–Rica dar fomento á su comercio, que en el dia es muy corto, pido á V. M. se sirva habilitar el puerto de Matina ó el de Mohin, que se hallan en la costa del Norte de dicha provincia, pues así tendrán aquellos habitantes facilidad de exportar el cacao, harina y demás granos que abundan en aquel país. 18 Que en atención á lo fragoso del camino que hay desde la capital de la provincia á dichos puertos, y ser este un nuevo proyecto que necesita de algun aliciente para que se realice, pido á V.M. se sirva conceder la gracia de libertad de derechos a todos los frutos de dicha provincia que se extraigan por el nuevo puerto por espacio de diez años.”(Folios 1639, 1640. Nº 317). SESION DEL DIA 21 DE AGOSTO DE 1881. Defensa de los derechos de igualdad de los “Indios” El Sr. CASTILLO: Yo no comprendo el motivo por qué los indios se hayan desvanecido con el decreto de V. M., en que los declara iguales en derecho con los habitantes de la Península. Nada encuentro de nuevo en ese decreto, porque nuestras leyes de Indias los consideran iguales en todo con los españoles, y les abren la puerta á empleos y á los honores. Así es, que podian ser admitidos á las sagradas órdenes, á los grados literarios; pueden seguir la carrera de la toga, etc.; sin embargo, yo convengo con el Sr. Morales, en que todavía se les debe conservar el privilegio de menoridad, atención á la rusticidad que hay en lo general de aquellos naturales, no porque sean incapaces, pues son tan racionales como nosotros. En prueba de esto, pudiera citar varios indios que han hecho grandes progresos en las letras, y han merecido ser condecorados con los grados mayores de universidad. La ignorancia proviene, en mi concepto, del abandono con que se les ha mirado, y de la falta de escuelas de los 19 indios por nuestras leyes; y teniendo éstos fondos con que dotarlas en sus arcas de comunidad, no se han establecido sino es en uno ú otro pueblo. A lo menos yo, conozco muchos que carecen de ellas; pero de este y otros puntos pertenecientes á los indios, me reservo hablar en otra ocasión más oportuna (Folio 1667, 1668. Nº. 323). SESION DEL DIA 27 DE AGOSTO DE 1811 Fueron admitidas á discusión proposiciones de los Sres. Castillo, y Lopez de la Plata, se pasaron á comisiones unidas Eclesiástica y Ultramarina. Sobre renta decimal del Obispado de Nicaragua. Se propone que: “Primera: Que V. M. mande que los cuatro novenos beneficiales de la renta decimal del obispado de Nicaragua se apliquen á aquella iglesia, para satisfacer á las urgentísimas necesidades que padece actualmente, y se inviertan en los objetos siguientes, advirtiendo que según el último quinquenio de dichos diezmos, ascienden los cuatro novenos beneficiales á 6.000 pesos fuertes. Segunda: Para pagar músicos y capellanes de coro 2.000 pesos. Tercera: Tres mil pesos para dotar con 1500 pesos una canongía lectoral, y con igual cantidad la penitenciaria, las cuales pedimos a V. M. se sirva erigir en dicha catedral. Cuarta. Que el resto de 1.000 pesos se distribuya á prorata en los cinco canónigos y dignidades de dicha iglesia. Quinta. Que V.M. declare que el cura de Granada, del mismo obispado, no cobre en lo 20 sucesivo 2.000 pesos fuertes que por Real órden se le mandaron pagar de dichos novenos, por haber alegado hallarse incóngruo, en virtud de tener suficiente cóngrua con 3.900 pesos que producen los proventos de aquel beneficio, según consta del quinquenio presentado por dicho cura. Sexta. Y que V. M. pida al Consejo de Regencia la representacion y documentos que le dirigió el reverendo Obispo de Nicaragua en el año pasado sobre estos mismos puntos.”(Folio 1699, 1700. Nº 329). SESION DEL DIA 31 DE AGOSTO 1811 Adicion al art. 1.º del Capítulo. 1. proyecto Constitución. Antes de continuarse la discusión sobre los artículos de proyecto de Constitución, presentó el Sr. Castillo una proposicion, en la cual, refiriéndose á la Nacion española, proponía para el art. I.º del capítulo I. La adicion de las palabras una é indivisible; pero no fué admitida á discusión, habiendo observado el Sr Oliveros que era inútil semejante adicion, supuesto que al Rey se le prohibía hacer la más mínima enagenación del territorio español. (Folio 1734. Nº 333). SESION DEL DIA 31 DE AGOSTO DE 1811. Discusión del proyecto de Constitución Art. 6 Cap. II. De los Españoles o por carta de naturalización. El Sr. CASTILLO: De dos maneras se puede adquirir la naturaleza: ó concediéndola las 21 Córtes ó por residencia. Cuando sea por esta última circunstancia, es menester explicar que sea católico el que haya de considerarse español, porque esta es la religion de todos los españoles. El Sr. ARGÜELLES: es anticipar las ideas. Ya nuestras leyes exigian diez años para que un sugeto ganase la naturaleza, y prevenían tambien que habia de ser católico”. Votado ese párrafo, quedo aprobado. (Folio 1735. Nº 333). SESION DEL DIA 31 DE AGOSTO DE 1811. Discusión art. 18. proyecto de Constitución. Pidió el Sr. Castillo que alguno de los señores de la comision explicase si el orígen por ambas líneas de los dominios españoles, de que trata este artículo, debia limitarse á la primera generacion, ó hasta cuál debia extenderse. (Este cuestionamiento dio lugar á la participación de varios diputados que defendían la ciudadanía española solo para los hijos de padres españoles en ambos hemisferios, negándola a los originarios de Africa, por cualquier línea. Entre ellos el Sr. Leiva, el Sr. Villafañe, y el Sr. Morales Duarez, quien expuso que de este asunto se trataba en el Art. 22, por lo cual se procedió a votación el art 18, quedó aprobado). (Folio 1753. Nº 336.). SESION DEL DIA 4 DE SETIEMBRE DE 1811. Discusión art. 22. del proyecto de Constitución (igualmente suscitó enérgicas discusiones por el origen de los que vienen del Africa). 22 El Sr. Castillo: Señor, despues de los enérgicos discursos que han pronunciado los señores que me han precedido, poco me queda que decir; por tanto, yo procuraré evitar la repetición de razones para no ser demasiado molesto. V. M. acaba de sancionar con la prudencia y sabiduría que le son características los medios y condiciones por las que el extranjero y sus hijos puedan obtener el honor de ser ciudadanos españoles; pero estos medios se limitan sobremanera cuando se trata de aquellos españoles que traen su origen de Africa. En el art. 21, que acaba de aprobarse, se dispone que los hijos de extranjeros naturalizados, como no hayan salido de España sin licencia del Gobierno, y que habiendo cumplido 21 años se hayan avecindados en algun pueblo del territorio español con oficio de ocupación conocida, sean reputados por ciudadanos; ¿y por qué bajo estas mismas condiciones no se les ha de conceder este derecho á aquellos que no debemos mirar como extranjeros, sino como españoles, aunque originarios de Africa, cuyos mayores se establecieron en la Monarquía española desde largo espacio de doscientos años? Que el hijo del extranjero españolizado pueda ser ciudadano, y que los españoles descendientes de Africa, que pueden contar entre sus abuelos cuatro ó cinco generaciones ya naturalizadas, sea excluido de este honor, verdaderamente, Señor, que no comprendo la causa de esa desigualdad. Por ventura, ¿será la razon de eso porque los descendientes de los ardientes climas del Africa tienen color atezado, moreno ó negro? Pero 23 yo agraviaria sin duda alguna á la sabiduría de V. M. si sospechase que esta cualidad ó accidente podria influir en la resolucion de esta importante materia, pues los progresos que la fisica ha hecho en esos tiempos nos han demostrado hasta la evidencia que la variedad de colores en la especie humana es efecto primitivamente del clima y de las costumbres, y secundariamente del influjo de los padres en sus hijos. ¿Será la causa de esta desigualdad el reducir el número de los representantes americanos, reduciendo el de los representantes? No: estoy muy distante de atribuir á los señores de la comision ideas tan rastreras y mezquinas, y más cuando todo el proyecto de Constitución abunda de ideas liberales, justas y magnánimas. ¿Se dirá que porque los descendientes de Africa traen su origen de esclavos son excluidos del honor de ciudadanos? Pero ya satisfizo completamente á esta objeción el digno Diputado de Tlascala, y yo no tengo más que añadir sino que habiendo decretado V. M. que los siervos que en España adquieren su libertad son y deben ser españoles, es claro que aquellos traen ya su orígen de españoles. A más de que no hay razon por que se extiendan hasta los nietos más remotos los tristes efectos de la servidumbre, cuando creo que convendria á la libertad de V. M. hacer desaparecer para siempre del territorio español esta infeliz condicion del hombre, que tanto degrada á la especie humana. Por último, Señor, ¿será la causa de esta diferencia la inmoralidad que algunos imputan á los 24 que descienden de africanos? Pero á más de que hay entre estos muchos y muchísimos que son honrados y virtuosos, no sería de admirar que se advirtiese en esta clase alguna relajación de costumbres. Nadie ignora que el honor, el premio y la recompensa del mérito son el primer móvil del corazon humano, son el estímulo más poderoso que mueve al hombre á reprimir sus pasiones y á emprender una carrera laboriosa y útil á la Patria; pero de este estímulo, de este aliciente han estado privados aquellos hombres que hasta ahora se han mirado con desprecio. En una palabra, yo no encuentro razon para privar del derecho de ciudadanos á aquellos que traen su orígen de Africa, que hablando con más claridad, son los que en América se conocen con el nombre de castas, y por el contrario, creo que hay razones de conveniencia y de justicia muy poderosas para inclinar el ánimo de V. M. á favor de aquellos indivíduos. Señor, todos los afanes de V. M. se dirigen á hacer la felicidad de la Nacion española, y á promover por cuanto medios sea posible su prosperidad; para esto es indispensable que V. M. procure mejorar las costumbres de sus súbditos, é inspirar en sus corazones el amor y aplicación al trabajo. Mas estos dos importantes objetos jamás se lograrán mientras que no se premie la accion virtuosa, sin atender el orígen del individuo que la hizo. Por tanto, creo muy conveniente que el derecho de ciudadano se hiciese extensivo á las castas, las cuales seguramente harán los mayores esfuerzos para cumplir con sus deberes, para ilustrarse y para servir á la Pátria. Lo con- 25 trario será perjudicialísimo, primero, á las costumbres; porque ¿qué estímulo podrán tener aquellos para mantener una conducta arreglada, si el hombre de bien ha de ser confundido con el malo, si jamás he de aspirar á la distinción y á la recompensa de sus virtudes, si su mérito ha de quedar siempre en la oscuridad? Así que no es de extrañarse, como dije antes, que hombres constituidos en estos términos fuesen los más perversos del mundo; pero por fortuna no sucede así con nuestras castas, que por lo general son gentes honradas y virtuosas, efecto que en mi concepto solo debe atribuirse á la religión que profesan. Segundo, impediria la ilustración de aquellos habitantes; porque ¿á qué fin emprender la penosa carrera literaria, si no han de poder optar los empleos, pero ni aun los grados literarios, porque regularmente son excluidos de ellos por las constituciones de las universidades? Yo conozco varios jóvenes, que dedicados á las letras ofrecian muchas ventajas; pero que habiéndoseles cerrado la puerta de los honores, tuvieron que abandonar su empresa, y se quedaron como plantas mutiladas, sin dar fruto. Estos son, Señor, los inconvenientes negativos que resultarian de la práctica de este artículo sancionado por V. M. Pero aun seguirian otros inconvenientes positivos de mucha consideración, que V. M. debe prever para evitarlos. Cuando me figuro formándose el censo en América con exclusión de las castas, ó de los que traen su orígen de Africa, ¡que dificultades se cruzan en mi imaginación! Desde ahora preveo que habrá pruebas, delaciones pleitos y disensio- 26 nes muy odiosas, y que pueden tener resultados muy fatales: Señor, es menester tener presente que los habitantes de Ultramar son españoles, indios y originarios de Africa; y los que provienen de la mezcla de unos con otros, que son las castas, que se dividen en mulatos y mestizos. De aquí resulta que cuando el orígen es remoto, solo la opinion podrá clasificar los que traigan su orígen de africanos; y como esta varía según los intereses y pasiones, este será el orígen de muchas discordias, por lo que desearia que se extinguiesen para siempre estas denominaciones, y que así como son todos españoles por haber nacido y estar avecindados en el territorio español, fuesen tambien ciudadanos. Acaso se pensará que será facil formar estas clases por medio de libros parroquiales, donde se expresa la clase á que pertenecen, pero ese documento solo prueba la cristiandad y la edad, pero de ninguna manera la calidad, pues la expresión de esta no fue más que la opinión del padrino, del sacristán ó del cura que extendió las partidas. Señor, el asunto es de mucha importancia y trascendencia, no se trata del bien de uno ú otro, sino de millares de súbditos de V. M., que pueblan las Américas, de españoles fieles á V. M., de individuos y partes integrantes de la Nacion española, de esta Nacion libre é independiente, de esta Nacion grande y generosa, en quien reside la soberanía. ¿Y cómo podrá negárseles el derecho de ciudadanos á unos miembros de una nacion soberana? A más de esto, las castas son las que en América casi exclusivamente ejercen la agricul- 27 tura, las artes, trabajan las minas, y se ocupan en el servicio de las armas de V. M. ¿y se les ha de negar la existencia política á unos españoles tan beneméritos, tan útiles al Estado? ¿En qué principios de equidad y justicia se podrá apoyar semejante determinación? Son contribuyentes á V.M. y ayudan á sostener las cargas del Estado; ¿pues qué no se les ha de honrar y contar entre los ciudadanos? Está bien que se les consuele abriéndoles la puerta por servicios eminentes; pero es dable que los que hasta ahora no han tenido existencia política puedan haber contraido méritos relevantes? ¿Y será fácil que tantos millares de habitantes ocurran á molestar la atencion de V. M. por solo la investidura de ciudadanos? Yo creo, Señor, que serian pocos los tres meses que cada año han de durar las Córtes futuras para atender á las solicitudes de millares de indivíduos de las castas que implorarian su benignidad. En fin, Señor, he hecho presente á V. M. las razones de justicia que tienen los individuos originarios de Africa para merecer la atención de V. M., y los inconvenientes que se seguirán de lo contrario. Por otra parte, yo no hallo razon ni fundamento sólido para que se excluyan; porque condescender con las preocupaciones, que no niego hay en algunos españoles de Ultramar contra las castas, no me parece bien. Lo justo será siempre bien recibido en todas partes, y aunque los grandes y poderosos quieren que duren las preocupaciones, la conducta de V. M. y sus sábias resoluciones, formaran en este asunto, como en otros muchos, la opinión pública. A más de que 28 no se trata de elevar á las castas á la clase de nobles, ni colocarlas en los primeros empleos; solo se trata de remover el obstáculo, de darles existencia política, para que mejorándose esta porcion utilísima de nuestra población, sea más útil á V. M. y á la Pátria. Por lo que concluyo pidiendo que V. M. decrete que los hijos de padres ingénuos, aunque originarios de Africa, como sean honrados y tengan algun oficio ó modo de pasar la vida honestamente, sean reputados por ciudadanos españoles. Yo me lisonjeo que modificado este artículo, esta Constitución sábia, que V. M. está dando, será recibida de los países de Ultramar con el mayor regocijo, y como una prueba de la magnanimidad con que V. M. ha igualado en un todo los derechos de los habitantes de América con los de la Península, y los deseos de enlazar á unos y otros con los vínculos más estrechos de una misma nación y una misma familia.“ (Folios 1767, 1768, 1769. Nº 337). “se levanto la sesión”. SESION DEL DIA 10 DE SETIEMBRE DE 1811. Continuando la discusión del Art 22, defensa al derecho de las castas a ser considerados ciudadanos. El Sr. CASTILLO: Señor, en confirmacion de lo que acaba de exponer el Sr. Mendiola, añadiré que, á más del cánon del Concilio mejicano que se ha citado, hay tambien un breve del Sr. Benedicto XIV, dirigido al Arzobispo de Charcas, en que declara que puede y debe admitir á los sagrados órdenes á los descendientes de 29 Etiopía. A más de esto, los autores regnícolas, escribiendo sobre esa materia, afirman que no hay impedimento canónico que remueva á las castas del estado eclesiástico: tal es entre otros Solórzano, de Jure indiarum. Más contrayéndome á la adicion que ha hecho al artículo 22 el Sr. Ramos Arispe, á saber: que las Córtes declaren que los hijos o nietos de padres ingénuos, nacidos y avecindados en los dominios españoles, no deben ser tenidos ni reputados por originarios de Africa,” digo que V. M. debe aprobar dicha adicion, por ser una consecuencia legitima del art.18, en que se declaren ciudadanos españoles todos aquellos que traen su orígen de los dominios españoles en ambos hemisferios. Por orígen según los principios del derecho canónico y civil, debe entenderse el nacimiento, y por consiguiente es indudable que las castas traen su orígen de los dominios españoles, y deben ser por la misma razon tenidos por ciudadanos. Esto me parece tan cierto y evidente, que creo que todo el mundo hubiera considerado comprendidas en dicho art. 18 á las castas, si expresamente no se hubieran excluido por el 22. Por esta especie de contradiccion, cuando se discutió el art. 18, pedí á los señores de la comision que tuviesen la bondad de explicarme si el orígen de los dominios españoles debia entenderse el de los padres, ó el de los abuelos, ó hasta qué generación de los ascendientes debia contarse el orígen. Porque yo he entendido que este orígen debe partir de algun principio; pues si se quiere que sea de los primeros que fundaron la Península, creo que nadie podrá gloriarse, 30 de su orígen español, por ambas líneas; porque España, como otros países del mundo, ha padecido sus revoluciones, y se ha mezclado con naciones extrajeras. Pues si este orígen debe partir de algun punto, no será bastante el largo espacio de doscientos años, en que las castas han poblado los territorios españoles, para decir que traen su orígen de los dominios españoles, y que se hallaban comprendidos en el art. 18. Mas el motivo que más se ha ponderado para excluirlas ha sido la inmoralidad. Pero, Señor, ¿es posible que no merezca á V. M. alguna consideracion el testimonio de la representacion americana? Todos los Diputados de América que hemos tenido el honor de hablar sobre este asunto hemos informado á V. M. que las castas son por lo general gentes honradas y virtuosas, ni tampoco pretendimos que se honrase con el título de ciudadanos sino á aquellos que estuviesen adornados de virtud y probidad. Se teme que el influjo de las costumbres bárbaras de los africanos influyan hasta en sus más remotos descendientes, pero no se tuvieron estos recelos cuando se concedió el derecho de ciudadano á los hijos de los extranjeros, que tal vez podrán ser luteranos, calvinistas ó ateistas. ¿Y se ha de temer en las castas el influjo de sus mayores cuando descienden de cinco á seis generaciones, que fueron cristianos católicos apostólicos romanos, que han vivido bajo las leyes de España, y educados según las costumbres de los españoles? Por tanto, creo que debe aprobarse en todas sus partes la adicion que ha hecho el Sr. Ramos (Folio 1810, 1811. Nº 343). 31 SESION DEL 11 DE SETIEMBRE DE 1811. Voto contra el artículo 22 de la Constitución. A las mismas mandó agregar otro voto contra lo resuelto en dicha sesion acerca de la adicion hecha por el Sr. Ramos de Arispe al mismo artículo, firmado por los Sres. Castillo, de Llano (D.Manuel), Larrazabal, Zuazo, Avila, Maldodano, Obregón, Beye de Cisneros, Morejon, Rodrigo, Gutiérrez de Teran, Ramos de Arispe, Fernandez, Munilla, Uria, Clemente, Gordoa, Feliu, Couto y Guridi Alcocer…continuó la discusión. (Folio 1816. Nº 344). SESION DEL DIA DE 11 DE SETIEMBRE DE 1811 Proposicion por la defensa del derecho de los hijos de los originarios de Africa para ser considerados españoles según art. 6º de Constitución y por tanto ser admitidos en matrículas y grados de universidad, seminarios y comunidades religiosas. Dijo enseguida: El Sr. CASTILLO: Señor, aprobado ya el art. 22, el cual no podrá menos de exasperar los ánimos y perturbar acaso la tranquilidad de gran parte de los países de Ultramar; y deseando yo la union y la integridad de toda la Monarquía, he pensado hacer una proposicion, que si no basta á consolar del todo á aquellos infelices habitantes, pueda á lo menos enjugarles las lágrimas. No pido una cosa nueva, Señor, sino lo 32 que V. M. tiene ya decretado en el art. 6.º En él se dice que son españoles todos los hombres libres nacidos y avecindados en los dominios de las Españas. Los originarios de Africa se hallan comprendidos en este artículo, por cuyo motivo hago á V. M. la siguiente proposicion: “Estando decretado por el art. 6.º de la Constitución son los originarios de Africa que han nacidos y están avecindados en los dominios españoles; las Córtes generales y extraordinarias declaran que dichos originarios de África, conocidos en América con el nombre de castas, son y deben ser tenidos por tales españoles para todos los efectos que puedan convenirles; y en su consecuencia podrán ser admitidos á matrículas y grados de universidad, podrán entrar de alumnos en los seminarios, serán admitidos en las comunidades religiosas de ambos sexos, y en todas las demás corporaciones, oficios ó empleos en que por constitución ó ley se requiere la cualidad de español, como no sea de aquellos que exijan la ciudadano ó nobleza. Quedó admitida, y se pasó á la comision de Constitucion. Siguió la discusión del art. 25 de la misma (Folios 1816, 1817. Nº 344). SESION DEL DIA 11 1811. DE SETIEMBRE DE De los derechos ciudadanos. El Sr. CASTILLO apoyó la idea del Sr Uria, advirtiendo al mismo tiempo que no le parecia un 33 requisito necesario para ser ciudadano el saber leer y escribir, puesto que no lo creyeron tal los griegos y los romanos, á pesar de su miramiento y delicadeza en conceder el derecho de ciudad. Pidió por fin que ya que se aprobase el artículo, se hiciera alguna excepcion en favor de los indios, prorogando mas el plazo en atención á sus circunstancias, y á las mayores dificultades que se ofrecen para proporcionarles la debida instrucción (Folio 1818. Nº 344). SESION DEL 14 DE SETIEMBRE 1811. Discusión art. 29 Constitucion…“Todos los hombres que han nacido y están avecindados en territorio español, son españoles”. El Sr Castillo: Señor, sin que se entienda que yo intento ofender por manera alguna á los señores de la comision del proyecto de Constitución, cuyas luces respeto y de cuya buena fé estoy persuadido, no puedo menos que exponer francamente mi opinión sobre el artículo puesto a discusión. Yo faltaría á los deberes más sagrados que la confianza con que me honró mi provincia me impuso, si por debilidad ó por indolencia callase en una materia tan importante y de tanta trascendencia. Esto supuesto, paso á examinar el expresado artículo. Si éste debe interpretarse de modo que la base de la representacion nacional sea la población compuesta de todos los españoles de ambos hemisferios, nada tengo que reproducir en contra; pero si se pretende con este artículo excluir del censo á las llamadas castas, á aquellos millones de españoles 34 transmarinos, porque no trayendo su orígen por ambas líneas de los dominios españoles, descienden por alguna de africanos, no encuentro inconveniente en afirmar que esta exclusión es una inconsecuencia y aun una contradicción de los principios sancionados, sin que pueda tener el menor apoyo ni la razon, ni en la politica, ni en la justicia. Así, pues, la cuestion presente puede reducirse á esos términos. ¿Los españoles originarios por alguna línea del Africa deberán ser numerados en el censo, ó no? En pocas palabras voy á manifestar á V.M. que la negativa es una inconsecuencia y una arbitrariedad. Todos los hombres que han nacido y están avecindados en el territorio español, son españoles: la Nacion española es el conjunto de todos los españoles; la soberanía reside esencialmente en la Nacion. Estos son tres principios inconcusos que V. M. tiene decretados; son como el eje sobre que debe jugar la máquina ó sistema de la Constitución. De estos principios se deduce claramente que las castas son españoles, pues que han nacido y viven en el suelo español; que son partes integrantes de la Nación española, y que por consiguiente tiene un derecho indisputable á ser representados en las Córtes, á mandar á ellas sus Diputados, que sostengan sus derechos, de forma, que negando á las castas este derecho, es negarles que son españoles, y que componen parte de la Nacion; es reducirlos á extranjeros de aquellos que ni aun han adquirido naturaleza en España. ¿Y no es esto, Señor, una inconsecuencia de los 35 principios establecidos? ¿Y no será aun mayor absurdo el afirmar que componen parte de esta Nacion noble y generosa, en quien reside la soberanía, unos hombres que no pueden tener en el Congreso nacional ni aun la representación pasiva? Sí, Señor: en este caso no se les llame españoles, no se diga que son parte integrante de la Nacion, digase mas bien que son esclavos, ó que no son hombres, supuesto que la Constitución no cuenta con ellos ni aun para el censo que habrá de formarse para las futuras Córtes. Estan son, segun lo decretado ayer, “la reunion de todos los diputados que representan la Nacion;” por manera que así como cada diputado representará en las Córtes las 70.000 almas, respecto de las cuales fue elegido, así tambien la reunion de todos será la imagen ó la expresión de la Nacion entera. Luego las castas, cuyo número ascendiendo al de 6 ó 7 millones de los habitantes de Ultramar, componen por lo menos la cuarta parte de la Nacion, no entrando en el censo, no teniendo Diputados que los representen en el Congreso, ó no son partes constituyentes de la Nacion, ó si lo son, no será esta representada completamente, excluidos aquellos y por consiguiente las Córtes no podrán ser legítimas, por ser imperfectas. Si estas Córtes fuesen como las antiguas, en que solo concurrían algunas ciudades que tenian voz en ellas, y las clases privilegiadas del Estado, vaya, seria más disimulable esta exclusión; pero unas Córtes que tienen el carácter de nacionales, y se han reservado todo el poder legislativo, sino representan la Nacion entera, creo que no podrán ser legítimamente constitui- 36 das. Lo mismo que dejaría de ser ecuménico un Concilio, cuya convocación no hubiera sido general, por no haberse citado algunos Prelados de la comunión romana. Estos son unos principios tan claros y tan sencillos, que cualquiera que tenga sentido comun no puede menos de conocer que al excluir á las castas del censo es una inconsecuencia de los principios establecidos. ¿Y qué resultará, Señor, de semejante contradiccion y choque de principios? Bien sabido es que cuando las partes de una máquina no están bien organizadas, de forma que todas propendan á un mismo fin y formen un sistema, es inevitable su destrucción: ahora se fatiga V.M. en echar los cimientos del grande edificio de la legislación, que deberá ser la felicidad de toda la Nacion: La Constitución es su base; pero si esa no es tan profunda y tan sólida como requiere la magnitud del edificio, es menester que se venga abajo y nos oprima. Indaguemos, pues, si la pretension de excluir á las castas de la base de la representacion nacional puede tener algun apoyo en la razon. ¿Será por habérseles negado el derecho de ciudadanos el motivo porque se les excluye del censo? ¿Se dirá por ventura que este artículo es una consecuencia del 22? De ninguna manera, Señor; yo entiendo que son dos cosas muy distintas ser ciudadano, y ser representado en el Congreso nacional: para lo primero acaso podrán exigirse algunas circunstancias; más para lo segundo bastará ser español, ser individuo de la Nacion, y componer parte de su población. La misma Constitución en los artículos aprobados me suministra pruebas para confir- 37 mar esta verdad; las mujeres no son ciudadanos, y sin embargo entran en el censo. Aun los ciudadanos que se hallan privados de este derecho, como los menores de 25 años, los procesados criminalmente, y todos los demás comprendidos en los decretos de V. M., deben entrar en el censo aun durante la suspensión de sus derechos cívicos. Con que es claro que no es la cualidad de ciudadano, sino la de español, la que debe considerarse al formar la base de la representación nacional, y que excluyendo de esta á las castas, es consiguiente excluirlos tambien de la cualidad de españoles. Es, pues, menester buscar otro apoyo para hacer esta eleccion. ¿Serán por ventura las razones que los señores de la comision alegaron para excluirlos del derecho de ciudadanos? Las de que yo puedo hacer memoria se reducen á cuatro: inmoralidad, ignorancia, diferencia de derechos políticos y civiles, y á la contradicción de opiniones que manifestaron algunos señores americanos, individuos de la comision. Me acuerdo que el Sr. Perez de Castro, el Sr. Oliveros y el Sr. García Herreros fundaron su opinión en las malas costumbres é ignorancia que por lo general tiene las castas, y que era menester abrirles la puerta poco á poco al paso que se fuesen ilustrando y mejorando de conducta. Pero yo no encuentro que se exija moralidad en los individuos que han de formar la base de la población: las mujeres y los menores entran en el censo sin que sea menester que se acrediten sus buenas costumbres. Aun los procesados criminalmente, contra quienes se halla la presuncion, cuando no el convencimiento, de algun delito, deberán tambien entrar en el censo, y hasta los declarados 38 infames no son excluidos de él. Ni hay tampoco razon para exigir moralidad en los individuos que han de formar la base de la representación nacional, porque estos no van á ejercer ningun empleo ú oficio que requiera virtudes calificadas. A más de que yo suplico á V. M. deponga cualquier prevencion ó idea que contra los individuos de que se trata haya concebido: creo que la representación americana es digna de la consideración de V. M. para dar crédito á sus palabras. Yo supongo la buena fé de los señores que opinaron lo contrario; mas estos pudieron equivocarse por falsos informes ó falta de conocimientos prácticos; nosotros hemos nacido entre aquellas gentes, nos hemos criado con ellas, y acabamos de dejar su compañía, y todos los Diputados americanos que tuvimos el honor de hablar á V. M. en la discusión pasada, informamos unánimemente á V. M. de su bella índole, honradez, y aun de sus virtudes, de su buena disposicion para las artes, de su aplicación á la agricultura, á las minas y á todo género de labor, y hasta de su adhesión y afecto hácia sus hermanos los españoles de la península. No negamos por esto en algunos de esta clase ciertos vicios, especialmente aquellos que son consiguientes a la falta de educación, lo mismo que sucede en todas las clases del Estado y en todas las naciones del mundo. Con que queda demostrado que la inmoralidad no puede servir de apoyo para excluir las castas del censo, porque ni existe esta causa, ni aun cuando existiera es un motivo para hacer esta exclusión. 39 ¿Será, pues, la ignorancia? Pero basta decir que aun para ser ciudadano no es menester saber leer ni escribir; Con que queda desvanecido este otro fundamento. Llamemos tambien á exámen el pacto social, y traigamos á la memoria la diferencia de derechos civiles y politicos que aquí nos hicieron los Sres. Espiga y Torrero. Mas aun concediendo que la Nacion se esté constituyendo, y que ésta al constituirse solo esté obligada á conceder los derechos civiles á todos sus individuos, y reservar los otros á ciertas personas en quienes concurran algunas circunstancias, ¿cuáles podrán ser estas para tener derecho á entrar en el censo? Fuera de que no pertenece á los derechos civiles al que tienen los españoles para componer la base de la representación nacional, que debe ser la poblacion de todos los indivíduos de la Nacion, ¿no fué por este mismo derecho por el que la Nacion se halla reunida en las actuales circunstancias para ordenar su gobierno y mejorar su Constitución? Si alguna provincia de la Monarquía hubiese sido excluida, ó no se le hubiese dado parte en este augusto Congreso,¿no se quejaría ésta, ó de que no se le hubiera tenido como parte integrante de la Nacion, ó de que se le habia despojado de sus derechos civiles? Con que aun antes que se conociera en España la diferencia entre ciudadano y español, nadie dudaba de que todas las provincias y todos sus indivíduos han tenido y tienen siempre un derecho indisputable á concurrir al augusto Congreso por medio de sus representantes; así es que el derecho que tiene un español para ser represen- 40 tado, ó para entrar en el censo, que es lo mismo, es de aquella clase de derechos que son comunes á todos los indivíduos de una Nacion. Solo me resta que desvanecer el otro fundamento con que el Sr. Arguelles sostuvo su dictámen, á saber: la contradicción de opiniones que los Diputados de América manifestaron á la comision habia en los países de Ultramar sobre las castas; que la comision se habia hallado sumamente embarazada y no se habia encontrado otro sesgo que el que adoptó en el art. 22. Pero, Señor, las Américas hablaron á V. M. y manifestaron sus votos por el órgano de sus representantes, quienes fuimos de opinión, á excepcion de cuatro, que se concediese á las castas el derecho de ciudadano; y cuando sobre este punto haya habido alguna variedad de opiniones, ¿habrá la menor diferencia sobre el que se discute? ¿Habrá un solo americano que resista el que las castas entren en el censo, y que quiera reducir á un corto número la representación de Ultramar? Porque, Señor, el artículo que se discute, si hemos de hablar con franquesa, se dirige á limitar el número de la representación de América, estrechando la base de la representación nacional. ¿De qué nos servirá el decreto que acaba de aprobarse, relativo á que la base sea igual en ambos hemisferios, si excluidas las castas del censo jamás tendrá efecto esta igualdad? Esta declaracion, como la de que las Américas son partes integrantes de la Monarquía española, y la de la igualdad de derechos entre transmarinos y los europeos, todo esto viene abajo, y se reduce á 41 unos nombres que nada significan siempre que las castas se hayan de excluir del censo. En efecto,¿habria igualdad de derechos entre unos y otros si se decretase “la Península deberá nombrar por cada 50.000 almas un Diputado, pero la América deberá elegir un representante por cada 100.000 indivíduos?” Pues esta misma desigualdad se verificará aprobándose el artículo, con solo la diferencia de que en el segundo caso será aun mayor la desproporcion, supuesto que las castas componen el mayor número de los habitantes de Ultramar. ¿Pero en qué consiste este ahinco de limitar el número de los Diputados de América? ¿Por ventura se teme siendo mayor el número de aquellos que el de los europeos, vengan á dar á estos la ley? Pero basta reflexionar un poco para deponer esta idea: á más de que yo no creo que de hecho llegue á ser mayor su número, pero ni aun igual al de los europeos, porque la fragosidad de los caminos del continente americano, la poca proporcion de embarcaciones en los más de sus puertos, y la dilatada navegacion, dificultan su venida. V. M. tiene un ejemplo en las presentes Córtes, que estando para cumplir un año de su instalacion, y habiéndose convocado para los asuntos más interesantes, que tal vez no volverán á presentarse, aún no acaban de llegar los propietarios de América. Sobre todo, Señor, nosotros pedimos la cosa más justa como es que las castas entren en el censo: éste debe formarse de todos los españoles, y por consiguiente tambien de las castas, que son 42 españoles é indivíduos de la Nacion; lo contrario es una contradicción de los principios establecidos; es lo mismo que decir que las castas no son españoles ni partes integrantes de la Nacion; es considerarlos como extranjeros ó como esclavos. Es tambien una arbitrariedad que no tiene apoyo ni fundamento en la razon ni la justicia; pues aun cuando hubiesen sido suficientes los motivos que se alegaron para excluir de los derechos de ciudadano á las castas, de ninguna manera pueden ser bastantes para excluirlos del censo; y antes bien se les privaria de uno de sus más sagrados derechos, que la naturaleza les ha concedido, y se perjudicaria esencialmente á los intereses de América. Por todo lo cual concluyo pidiendo á V. M. se sirva mandar que el expresado artículo se reduzca á estos sencillos términos: “Que la base de la representación nacional es la población compuesta de todos los españoles de ambos hemisferios.” (Folios 1846, 1847,1848. Nº 347). SESION DEL DIA 16 DE SETIEMBRE DE 1811. El Presidente del Congreso presentó informe del Consulado de Méjico. El Presidente del Congreso manifestó que habia llegado una exposición ó informe del Consulado de Méjico, acerca de las bases que deben adoptarse en América para la representación nacional según la diversidad de clases, ilustración y aptitud de aquellos habitantes. Oido el epígrafe, resolvió el Congreso que se leyese dicho informe, como podia conducir á la mayor ilustración del art 29 de la Constitución, cuya discusión 43 estaba pendiente. Dio motivo su lectura á contestaciones muy acaloradas. Varios Sres. Diputados de América calificaron aquel papel de subversivo, calumnioso é incendiario, por atacar del modo más directo su buena reputacion y fama y la de todos sus comitentes y representados… El Sr. CASTILLO dijo: Ayer pedí la palabra para oponerme á que este asunto pasase á una comision, porque su justicia es tan clara y evidente, que para resolverlo no necesita la menor reflexion. Por esta misma razon habia pensado no hablar una palabra que influyese en la deliberacion de este negocio; más al oir que el Sr. Anér ha calificado de imprudencia ó de un poco de exceso la horrenda pintura que el consulado de Méjico ha hecho á V. M. de los execrables delitos que imputa á más de 15 millones de hombres que habitan las Américas, no he podido menos que escandalizarme de semejante opinión,y manifestaré á V. M. el juicio que debe formarse de ese incendiario libelo. Yo no sé por qué el señor preopinante ha afirmado que dicho libelo, leido en secreto, no debe calificarse de incendiario, y que la mente de sus autores no fue que se leyese en público; pero, V. M. se persuadirá de lo contrario con solo reflexionar que si el consulado de Méjico hubiera intentado que fuese en secreto su lectura, le hubiera puesto en la testera ó en el sobre algun nema que dijese “reservado, ó muy reservado,” ú otro semejante. Tampoco debe ignorar aquel consulado que el Congreso delibera en sesiones pública y privadas, y que los negocios que exigen secreto, viene dirigidos para los segundos; pero, Señor, nuestros enemigos, ó 44 diré mejor, los enemigos del órden, han conseguido todo lo que han deseado, han triunfado completamente, consiguiendo que fuese pública su lectura, y que en el recinto más sagrado, en el santuario de la justicia, delante de ese respetable público, se ultrajase gravísimamente á los españoles de Ultramar y sus representantes. Mas sea como fuese, la lectura, de ese libelo, la horrorosa como falsísima pintura que hace de la América, tanto en lo físico como en lo moral, ¿á qué otro fin puede dirigirse que á encender el fuego de la discordia entre los españoles de Ultramar y los europeos? ¿A qué viene impugnar al principio de su papel todo lo que los historiadores que escribieron poco después del descubrimiento de las Américas nos refieren de la grandeza de Méjico y el Perú, y de sus Gobiernos? ¿Podrán estas noticias servir para hacer en la actualidad algunas reformas, ó para que influyan en las deliberaciones de V. M. ¿No es esto una prueba del veneno que sus autores han derramado en todas y cada una de sus palabras, que son otros tantos insultos los más terribles para los americanos? ¿Y estará bien que este escrito se gradúe por una sola imprudencia, ó por un poco exceso? ¿Pues qué diferencia hay entre los delitos, ó cómo podrá valuarse su gravedad si los más enormes se confunden con los más leves? ¿Se formará el mismo juicio de un libelo que injuria y ultraja del modo más injusto á 15 millones de indivíduos? ¿Será lo mismo levantar una calumnia que innumerables? ¿Será lo mismo ofender á un ciudadano que trastornar todo el órden social, introduciendo la discordia entre los que debe unir las más estrecha y amiga- 45 ble paz? ¿Y dudará V. M. condenar á las llamas y reducir á cenizas un papel tan infame? El Sr. Anér opina que debe archivarse; desde luego piensa que podrá servir en algun tiempo para las deliberaciones de V. M. ¿Pero, Señor, hay alguna cosa verdadera de cuantas se refieren en él? Sobre todo, ¿se podrá tener la menor consideración con este libelo sedicioso, cuyo autor no puede ser otro que alguno de los satélites del tirano, que intenta desunir á unos y otros españoles para lograr por medio de la intriga lo que no ha conseguido con la fuerza? En fin, el caso es de la mayor trascendencia; V. M. debe prever los fatales resultados, acaso muy terribles, si no se precaven con tiempo. La sabiduría y justificación de V. M. son más que suficientes para valuar la magnitud y multitud de los ultrajes inferidos á la América, y esta recibirá una prueba del concepto que debe á V. M. y de su rectitud en la providencia que haya de adoptar en el presente asunto…el mismo se siguió discutiendo con la participacion de varios diputados, se dejo á cargo de los señores Diputados nombrados por el Sr. Presidente en comision especial que a la mayor brevedad diese su dictamen nombro á los Srs. Morales Duarez, Del Monte, Mendiola, Gutierrez de la Huerta, Jáuregui. Quienes presentaron una minuta de decreto.(Folios 1863. Nº 349. 1867. Nº 350, 17 de setiembre. 1872, 1873, 1874, 1875, 1876 -1881 Nºs. 351 y 352 del 18 y 19 de setiembre de 1811). SESION DEL 1811. DIA 19 DE SETIEMBRE DE Se leyó la minuta de acuerdo tomado en 46 sesion de ayer sobre el mismo asunto, que es como sigue: (Relación con exposición del Consulado de Méjico, del día 16 de setiembre). “Enteradas las Córtes generales y extraordinarias de la representación que se dice ser del Consulado de Méjico, fecha 27 de Mayo de este año, leida en la sesion pública de 16 de setiembre, declaran que la lectura de dicho papel ha causado justa indignacion en el paternal corazon de S. M.: que la diputación americana quedará persuadida de que los esfuerzos del ódio y de la intriga jamás podrán turbar los sentimientos de tierna aficion que profesa S. M. á la España ultramarina, y su deseo siempre constante de promover la prosperidad de aquella preciosa parte de la Monarquía, así como aprecia y distingue el celo patriótico de todos y cada uno de los Diputados. Y en su consecuencia han acordado que se cierre, selle y archive dicha representación, y que no pueda volverse á abrir sin mandato de las Córtes.”…hicieron uso de la palabra algunos Diputados que no estaban de acuerdo con la minuta presentada solicitando correcciones. Después de deliberar procediese entonces á la votacion sobre la minuta, y las Córtes, enteradas de su contenido, manifestaron estar conforme con lo resuelto. Quedó para la sesion siguiente un escrito de la Diputación americana. (folio. 1883. Nº 352). SESION DEL 20 DE SETIEMBRE DE 1811 Se leyó la siguiente representación de los Sres. Diputados de América, presentada en la sesion del dia de ayer: 47 “Señor: Los infrascritos Diputados de América, dirigidos por los principios de honor que les son característicos, y por el particular celo con que miran el de los pueblos que representan, no pueden menos que insistir en que las ofensas atroces y calumniosas hechas á toda la América en el papel ó informe de 27 de mayo, que se dice ser del Consulado de Mejico, no han sido reparadas según corresponde por la resolucion adoptada por V. M. en la sesion publica de ayer, habiéndose como antes desechado los principales artículos propuestos por la comision encargada de presentar la fórmula de decreto. Se reprobó el concepto legal y justo que se hace del referido libelo con la primera parte de aquella proposicion, que muy equivocadamente se caracterizó de prólogo: se reprobó tambien la pena de dicho libelo, que nuestras leyes y buenas prácticas establecen en casos de menor entidad y de trascendencia ínfima respecto de la grandeza de la presente; y se rehusó, finalmente, prevenir la formación de un juicio que la justicia y la política exigen indispensablemente contra los que resulten autores de tan execrable papel por la seguridad del Estado. Así es que la América, atrozmente vulnerada en el seno mismo de V. M., resulta á los ojos del público que se instruyó de los antecedentes, y de la Europa entera que se instruirá prontamente, sin una satisfacción condigna. No se necesitan pruebas para la calificación del papel. Su lectura evidencia que es incendiario y que promueve la discordia; siendo además un 48 ejemplo ó medio fecundo de ultrajar calumniosamente á millones de hombres y á personas cuya representación concurre á la constitución de la soberanía nacional, si se adopta el sistema de impunidad. El resultado estéril de los debates de la discusión, en que se probó el mal carácter y los horribles crímenes que envuelve el libelo, dará causa á los cómplices ó autores á no hacer el aprecio que deben de las sanas intenciones del Congreso, y á repetir otra escena semejante, confiando que sus manifiestos, por atroces que sean serán condenados al lacre, de cuyo modo estarán mas precavidos contra las injurias del tiempo. Y como estos males no pueden menos evitarse por un Congreso que se distingue por su sabiduría y por su constante deseo del buen órden, esperan los infrascritos que tomando V.M. en nueva consideración este negocio, adoptará una medida, cuya justicia persuada á toda la Nacion y al mundo que las calumnias y agravios vertidos contra la América y sus Diputados no son un asunto indiferente en el corazon paternal de V. M. Concluimos, Señor, rogando á V. M. se sirva considerar que si bien nuestro honor individual puede tener parte en esta exposición, su principal y ya el único motivo que nos impele es reclamar que se satisfaga en la manera justa y conveniente el buen nombre de América. Somos Diputados de las diversas provincias que componen la Nacion en aquel vasto hemisferio, y nuestro deber no solo, sí tambien la seguridad de todos y cada uno de nosotros, nos ponen en la necesidad de pedirlo á V. M. del modo más reverente, pero el más enérgico. 49 Cádiz y Setiembre 19 de 1811.=Vicente Morales. =José María Couto.=Francisco Lopez Lisperguer.=Octaviano Obregón.=Andrés de Llano.=Miguel Riesco.=Francisco Salazar.=Andrés d e Jáuregui.= Joaquín Fernández de Leiva.=Antonio Larrazabal.= Manuel Rodrigo.= José Miguel Guridi y A l c o c e r . = M i g u e l R a m o s d e A r i s p e . = J osé María G u t i e r r e z d e Teran.=José Miguel Gordoa.=Antonio Z u a z o . = Florencio C a s t i l l o = M á x i m o M a l d o n a d o . = Francisco F e r n á n d e z M u n i l l a . = E s t é b a n d e Palacios.=Andrés Savariego.= Blas Ostoloza.=El Marqués d e S a n F e l i p e y S a n t i a g o= RamónFeliú.= José Ignacio Avila.=José Antonio López de la Plata.= Manuel de Llano.=Ramon Power.=Miguel Gonzalez y L a s t i r i . = J o s é J o a q u i n Ortiz.=José Uria.=Fermin de C l e m e n t e . = Dionisio Inca Yupangui.=El Conde de Puñonrostro.=Francisco Morejon.=Luis de Velasco.=Salvador Samartin.” (Folio 1886. Nº 353). SESION DEL DIA 21 DE SETIEMBRE DE 1811. Voto contrario al art. 29 de la Constitución. “Tambien se leyó el voto contrario al mismo artículo de los Sres. Teran, Castillo, Gonzalez Lastiri, Salazar, Arispe, Llano (D. Manuel), Beye Cisneros, Rodrigo, Gordoa, Riesco, Munilla, Uria, 50 Llano (D.Andrés), Samartin, Obregón y Lisperguer, por no comprenderse en el citado artículo los origenes de Africa para la base de la representación nacional (Folio 1895. Número 354). SESION DEL DIA 23 DE SETIEMBRE DE 1811. Discusión sobre art. 33 proyecto Constitución. Continuando la discusión sobre la Constitución, se leyó el art 33, refundido de órden del Congreso por su comisión en los términos siguientes: “Si hubiera alguna provincia cuya población no llegue á 70.000 almas, pero que no baje de 60.000, elegirá por sí un diputado, y si bajare de este número, se unirá á la inmediata para completar el de 70.000 requerido. Exceptúase de esta regla la isla de Santo Domingo, que nombrará Diputado cualquiera que sea su población”. El Sr. CASTILLO: Es menester que esto se examine con relacion á los artículos posteriores en que se trata de la forma de elegir Diputados; y es menester tener presente tambien la extensión de las provincias del Ultramar, donde será casi impracticable lo que se propone. Hay provincias allí tan dilatadas como la Península, cuyas capitales distan entre sí más de 200 leguas. Según esto, si una provincia que no llega en su poblacion á 60.000 almas, debe unirse á la inmediata, los electores tendrán que andar 200 leguas solo por faltar acaso 8 ó 10.000 almas de población. Yo quisiera que esto por lo mismo se modificara, pues de lo contrario seria dar lugar á muchos 51 arbitrariedades. Ya se aprobó en el artículo anterior que la provincia que exceda de 70.000 almas, si pasase el sobrante de 35.000, deberá elegir otro Diputado. ¿Cuánto más justo seria que esa provincia, cuyo exceso de 70.000 no alcanza á otros 70.000, dejase de elegir un nuevo Diputado, que el que dejase de elegir la provincia á quien solo faltan 10 ó 12.000, y que por otra aparte está distante 200 leguas de la capital inmediata? Otra razon: si aquella provincia, que no llega á las 70.000 almas, tuviese que unirse á otra para tener un representante en las Córtes, sucederia que uno representase por dos provincias; y como podria suceder que los intereses de la una estuviesen encontrados con los de la otra, ó por relaciones de comercio, ó por otras causas, no podria un solo indivíduo conciliar los intereses de ambas provincias. Por todo lo cual opino que la provincia cuya población excede de 35.000 almas, nombre por sí sola un Diputado, y sobre todo aquellas provincias que se hallan muy distantes de las demás (Folio 1902, 1903. N.º 355). SESION DEL DIA 29 DE SETIEMBRE DE 1811. Voto contrario al art. 91 del Proyecto de Constitución. Se leyó el voto contrario al art. 91 del proyecto de Constitución que para que se agregara á las Actas presentaron los Sres. Riesco, Maniau, Zuazu, Obregón, Fernandez de Leiva, Lopez de la Plata, Morejon, Inca Yupangui, Uria, Llano (D.Manuel), Rodrigo, Maldonado, Couto (D.José María),Sabariego, Guerena, Llano (Don Andrés), Morales Duarez, Power, Mendiola, Samartin, 52 Avila, Gomez y Lastiri, Larrazabal, Lopez Lisperguer, Navarrete, Ortiz, Gordoa, Gutierrez de Teran, Castillo, Key y Muñoz, Guridi Alcocer, Ramos de Arispe, Fernandez Munilla, Velasco, Feliú, Beye de Cisneros, Salazar, Foncerrada. (Folio 1949. Nº 362). SESION DEL DIA 30 DE SETIEMBRE DE 1811. Voto particular contra el artículo 104 del proyecto de Constitución. Se leyeron, y mandaron agregar á las Actas, el voto particular de los Sres. Larrazabal y Castillo contra el art. 104 del mismo, el cual fue aprobado (Folio 1957. Nº 363). SESION DEL DIA 7 DE OCTUBRE DE 1811 Prosiguió discusión del proyecto de Constitución… Discusión del Art. 153. “Las leyes se derogan con las mismas formalidades y por los mismos trámites que se establecen”. El Sr. CASTILLO: Este artículo me parece que no está con toda exactitud que se debe. Encuentro una dificultad. El objeto de establecer una ley es diferente del objeto de derogarla; el de la primera es hacer la felicidad de la Nacion, y la segunda es evitar su daño, ó tal vez su ruina. Por tanto, me parece que no se deben guardar los mismos trámites para derogar una ley como para establecerla, porque es constante que lo primero, es decir, establecer una ley ó hacer en ello la felicidad de la Nacion, puede sufrir dilacion, mientras se averigua si es útil ó no, pero una ley establecida, y que acaso ella sola será bastante para 53 arruinar un Estado, hace más urgente su derogación. Por consiguiente, para derogar una ley no se debe esperar á tres legislaturas, sino que bastan dos…algunos diputados siguen la discusión de este artículo (Folio. 2007. Nº 370) SESION DEL 8 DE OCTUBRE DE 1811 Votos contra art 115 del proyecto de constitución. Se leyeron y mandaron a agregar á las Actas los votos de los Sres. Sombiela, Borrull, Castillo, y Gordoa contra el art, 115 del proyecto de constitución, aprobado en la sesión del dia anterior. (Folio.2015. Nº 371). SESION DEL DIA 13 DE OCTUBRE DE 1811. Atención al Consejo de Regencia, motivo cumpleaños del Monarca Fernando VII. Anunció uno de los Sres. Secretarios que para acompañarle é introducirle habia nombrado el Sr. Presidente á los Sres. Obispo de Calahorra. Obispo Prior de Leon. Marqués de Villafranca. Llamas. Perez. Del Monte. Castillo Polo. Conde de Toreno. Moragues. Power. Andrés. (Folio 2065. Nº 376) 54 SESION DEL DIA 15 DE OCTUBRE DE 1811. El nombramiento de oficios mayores. Proyecto de Constitución, corresponde en América al Rey… El Sr. CASTILLO: Me creo en la obligación de hacer una advertencia al Congreso. En América es verdad que corresponde al Rey la presentacion de todos los oficios mayores pertenecientes al Patrimonio Real, á propuesta de la Cámara de Indias, pero no los menores, como curatos, sacristías, etc. Estos no los provee el Rey aunque son de su patrimonio, sino los vireyes ó capitanes generales como vicepatronatos. Me parece que esto debe seguir como hasta hasta aquí, proveyéndose por los vireyes ó capitanes generales á propuesta de los Prelados. Siguió discusión por parte de los Sres. Torrero, Gutiérrez de la Huerta, Arguelles y Espiga… Quedó aprobada la sexta facultad. (Folio 2084, 2085. Nº 378). SESION DEL DIA 17 DE OCTUBRE DE 1811. Propuesta de habilitacion puerto Matina…remitida al consejo de Regencia. de Por el Ministerio de Hacienda de Indias quedaron enteradas las Córtes de haberse dirigido al Consejo de Indias la copia de la proposicion hecha por el Sr. Castillo en sesion del 15 de Agosto último, acerca de la habilitacion de los puertos de Matina ó el de Mohin, en la Costa Rica, remitida para informe al Consejo de Regencia. (Folio 2101. Nº 380). 55 SESION DEL DIA 20 DE OCTUBRE DE 1811. Nombramiento para la Comision Ultramarina. Para la comision Ultramarina nombró el Sr. Presidente al Sr Castillo en lugar del Sr. Maniau (Folio 2121. Nº 383). SESION DEL DIA 23 DE OCTUBRE DE 1811 Continua discusion articulo 222, de la constitución. Separar el despacho de los negocios de Ultramar de los de la Península. Siguió la discusión del proyecto de Constitución, que habia quedado pendiente en el último miembro del artículo 222, acerca del cual dijo El Sr. CASTILLO: Señor, si consultamos á la experiencia y á la razon, nos persuadiremos de la suma necesidad que hay de separar el despacho de los negocios de Ultramar de los de la Península. En los tiempos en que se practicó esta division, es decir, en que hubo Ministerio de Indias, es bien sabido que se dio mayor impulso á los asuntos de América, que se trataron con mayor cuidado, ó á lo menos que no padecieron tanto atraso ó postergación como cuando han estado unidos los Ministerios de ambos hemisferios. La razon de esto es muy óbvia: reuniéndose en una sola mano el despacho de los negocios de la Península y Ultramar, es inevitable que los últimos sean postergados, porque los primeros siempre se presentan como más urgente y llaman más la atención del Ministro, y por de contado la Península se lleva la preferencia. Por el contrario, la larga distancia en que se halla la América, 56 la dilacion de los correos, a cada paso interrumpidos, la falta de agentes que tengan interés y la instrucción necesaria y muchas otras circunstancias que no pueden ocultarse al Congreso, son la cuasa de que aquellos dilatados países sean siempre postergados. Mas aun cuando fuera practicable una perfecta igualdad en ambos hemisferios, siempre seria muy difícil y casi imposible encontrar sugetos que á los conocimientos de la Península reuniesen los de América; que estuviesen impuestos de las distancias que tienen unos lugares de otros en la vasta extensión de aquel continente, de los ramos de la agricultura que deben promoverse en aquel fértil suelo, de su industria, comercio, navegación y otros muchos muy necesarios y muy diversos de los de la Península. Por todo lo cual parece que es indispensable la separacion de los negocios de Ultramar, en los que, si no me engaño, están conformes los señores que han opinado hasta ahora. La dificultad me parece que consiste en si deberán clasificarse los Ministros de Indias con respecto al terreno de la América, ó con respecto á los negocios de que deban encargarse. Así, pues, la cuestion podrá reducirse á estos términos: ¿Convendrá crear un Ministro universal para la América septentrional, y otro igual para la del Mediodia? ¿O será mejor que sin separar los negocios de Ultramar haya un Ministerio de Gobernación de Indias, otro de Gracia y Justicia y otro de Hacienda? Estos son los puntos que, en mi concepto, deben examinarse con detención. En cuanto al primero, creo que es muy peligroso juntar en una sola mano Gracia y Justicia, 57 Gobernación, Hacienda, Guerra y Marina,porque esto seguramente daría lugar á la arbitrariedad y al desorden, que es lo que trata de evitar. Fuera de esto, seria muy difícil de encontrar sugeto que tuviese los conocimientos necesarios en tan diferentes y complicados ramos, y aun seria más dificultoso que tuviese toda la actividad suficiente para dar impulso á los negocios de su cargo. Por tanto, si V. M. quiere acertar y hacer la felicidad de los países ultramarinos, como yo lo creo, será muy conveniente crear nuevos Ministerios de Indias, y clasificarlos con relacion á los negocios y ramos que son el objeto de la felicidad pública. Desde luego convengo en que es inútil el Ministro de Estado para las Indias, porque, componiendo aquellos países una misma Monarquía y un misma Nacion con la Península, los negocios diplomáticos deben ser tratados por un mismo Ministro. Por la misma razon juzgo inútil crear un Ministro de Guerra para Indias; pero sí es muy importante la creación de un Ministro de Gobernación para la América, otro de Hacienda, al cual se podrá agregar el ramo de Marina, y otro de Gracia y Justicia. Para que V. M. se persuada de la necesidad de crear otros tres Ministerios, bastará hacer algunas ligeras reflexiones sobre la vasta extensión de los negocios que respectivamente deben encargarse á cada Ministro. Promover la industria que ahora empieza a nacer en la América, fomentarse comercio, adelantar la agricultura en aquellos dilatadísimos países, proteger y y fomentar la educación pública y otros 58 muchos ramos importantísimos deben ocupar la atención de un Ministro de Gobernación de Indias. ¡Qué objeto tan grande y tan digno de un Ministro ilustrado y activo! La Hacienda pública, unida al ramo de Marina, exige grandes luces y energía para reformar tantos abusos, arreglar el complicado sistema de rentas y perfeccionar los dos últimos ramos, que aún están muy informes. Por último, la necesidad de un Ministro de Gracia y Justicia para Indias se califica con solo la consideración de que 15 millones de españoles ultramarinos, que son acreedores á que se les administre justicia, como igualmente á optar por los empleos, requieren la atención toda de un sábio Ministro. Aquí tiene V. M. un ligero bosquejo de los grandes objetos que deberán ocupar la atención de los tres Ministros de Indias en sus respectivos departamentos. La consideración sola de la extensión de las atribuciones de estos t r e s Ministerios es suficiente para convencer de la necesidad que hay de su establecimiento. Es menester tambien tener presente que mientras más se circunscribe la atención y aplicación de un indivíduo á un corto número de objetos, más adelanta y se perfecciona en aquel género de trabajo, porque adquiere más tino y facilidad cada dia en aquellos obras. Así vemos que en los pueblos incultos, donde una sola persona prepara las materias, las hila, las teje y cosa un vestido, es incomparablemente menor el producto del trabajo y más imperfecta la obra que en los países cultos, donde ésta pasa por un 59 número increíble de manos. De estas ventajas que la sociedad saca de la division del trabajo mecánico, se puede inferir cuánta seria la utilidad que resultaria á la América con la division de Ministerios. Ocupado cada Ministro en su respectivo departamento adquiriria más tino en el despacho de los negocios de su cargo, pensaria, inventaria y pondría en ejecución los medios más conducentes para hacer la felicidad de aquellos países. Así se lograria que los negocios de Ultramar no solamente no fueran abandonados, sino que se despachasen con toda la actividad y energía que se requiere. Por tanto, concluyo apoyando la proposicion del Sr. Leiva, á saber: que se establezcan tres Ministros de Ultramar, uno de gobernación, otro de Hacienda con el ramo de Marina, y otro de Gracia y Justicia (Folio 2138, 2139. Nº 386). SESION DEL DIA 27 DE OCTUBRE DE 1811 Discusión sobre la formación del Consejo de Estado.Proyecto de Constitución. Capítulo VII, Art. 230. Del Consejo de Estado…Habrá un Consejo de Estado compuesto de cuarenta indivíduos. El Sr. CASTILLO: Para no dilatar más la cuestion, lo primero que se ha de resolver es si habrá Consejo de Estado, y luego qué número de indivíduos y qué atribuciones habrá de tener. (Folios 2157 - 2159. N.º 390). SESION DEL DIA 30 DE OCTUBRE DE 1811 Discusión del artículo 131 de proyecto de Constitución. “como elegir al Consejero de Estado”. 60 “Art.131. Estos serán precisamente en la forma siguiente, á saber: cuatro eclesiásticos y no más, constituidos en dignidad, de los cuales dos serán Obispos, cuatro grandes de España, y no más, adornados de las virtudes, talento y conocimientos necesarios; y los restantes serán tomados de los sugetos que sirvan ó hayan servido en las carreras diplomáticas, militar, económica y magistratura y que se hayan distinguido por su talento, instrucción y y servicios. Las Córtes no podrán proponer para estas plazas á ningun indivíduo que sea Diputado de Córtes al tiempo de hacerse la eleccion. De los indivíduos del Consejo de Estado, doce á lo menos serán de las provincias de Ultramar.” El Sr. CASTILLO: Dos dificultades se me ocurren sobre el presente artículo, los cuales pongo á la consideración de V. M. Primera, en cuanto al número de los eclesiásticos; y segunda, en cuanto al número de los individuos de Ultramar, que deben entrar á componer el Consejo de Estado. El número de los eclesiásticos se limita á solo cuatro, con la exclusión de que no pueda ser mayor; sin embargo de que los indivíduos de las demás clases ó profesiones puedan ocupar un número indefinido. Así es que puede haber en dicho Consejo 10 ó 20 militares, diplomáticos, etc. Yo no encuentro razon para que se haga esta restricción respecto de los eclesiásticos, ni creo que hay motivo para recelar que su influjo pueda en alguna manera ser perjudicial á la Nacion; y por el contrario, juzgo que es muy justo y conveniente no solo que se quite la exclusiva de que puedan ser más de cuatro, sino que se 61 amplíe positivamente su número. Se ha dicho ya que el dar lugar en el Consejo de Estado á la grandeza y al clero es para reemplazar en cierto modo los Estamentos que quedaron derogados por los artículos anteriores á la Constitución; y siguiendo esta idea, digo que si por parte de los grandes deben concurrir cuatro indivíduos, el número de los eclesiásticos debe ser mucho mayor, por ser incomparablemente más númerosa esta clase que la de los grandes. Sobre todo, la razon principal que me ha movido á hacer á V. M. esta reflexion, es una de las atribuciones que se le dan al Consejo de Estado, á saber: la de proponer al Rey por ternas los sugetos que deben ser presentados para los beneficios eclesiásticos. Yo reclamo la atención del Congreso sobre este punto, y suplico se tenga presente todo los que los cánones disponen sobre la eleccion de l o s Prelados y ministros del altar. Yo convengo en que los indivíduos seculares que formen este Consejo tendrán todas las luces necesarias para calificar la idoneidad, méritos y virtudes que deben concurrir en un sugeto para ser elevado á las dignidades de de la iglesia; pero no se podrá negar que los eclesiásticos, por razon de su estado, deben tener más conocimientos, así de los eclesiásticos beneméritos en ambos hemisferios, como de las circunstancias que hagan acreedores á estos para obtener los beneficios eclesiásticos. Por tanto, yo deseo y pido á V. M. que se amplíe el número de los indivíduos eclesiásticos que deben concurrir en el Consejo de Estado. 62 El otro punto sobre que me he propuesto hablar en el artículo presente es en cuanto á los indivíduos de Ultramar que deben entrar en este Consejo de Estado. Yo advierto que habiéndose observado una perfecta igualdad entre europeos y americanos, aun en puntos de menor consideración, como la diputación permanente de Córtes, se encuentra notable desigualdad en esta parte, que influirá sobremanera en la prosperidad de la Nacion. No es el espíritu de etiqueta ni rivalidad el que me hace hablar por los americanos, sino el deseo del acierto y el de la felicidad, de aquellos países. En efecto, si V. M. desea que la Nacion toda prospere, me parece muy conveniente que el Consejo de Estado se forme de sugetos de todas las provincias, tanto de la Península como de Ultramar, como lo insinuó muy juiciosamente el Sr. Anér, para que reuniendo los indivíduos del Consejo los conocimientos prácticos de toda la Monarquía y de los sugetos beneméritos que hay en ella, no solamente se provean los empleos con arreglo á justicia, sino que tambien proyecten planes útiles para promover y adelantar en ambos hemisferios todos los diversos ramos de la felicidad pública, como son la agricultura, industria, navegacion, comercio, etc. Además de esto, hay tambien otra razon muy óbvia y muy poderosa para observar religiosamente esta igualdad, ó lo que es lo mismo, que la mitad del Consejo de Estado se componga de americanos; á saber: que siendo menor el número de estos que el de europeos, podrá ser con mucha probabilidad sofocada la voz de los americanos por el mayor número en todos aquellos casos en que haya competencia entre candida- 63 tos de aquí y de allá, ó que resulte algun contraste de intereses entre la península y América. Esto sucede por un efecto de la predileccion que se tiene al suelo en que se nace, el cual, porque aquí se ha dicho que es una quimera, voy á demostrar que existe, y que es menester precavernos de una pasion tan poderosa. Convengo en que el amor general de la Nacion debe ser preferido al de una provincia ó ciudad en que se ha nacido; pero esta es una teoría muy buena mas poco usada en la práctica. Prueba de esta verdad es la Real cédula fecha en Barcelona á 1.º de Mayo de 1543, en que se manda que las obras pías se funden en los lugares donde el testador adquirió sus bienes, y no en el suelo en que nació. Son muy notables y dignas de leerse sus palabras: “sabed que somos informados que acaece muchas veces (habla con los americanos) que los vecinos y pobladores de estas partes el tiempo de su muerte disponen de sus bienes y haciendas en obras pías, las cuales mandan cumplir en estos nuestros reinos; teniendo más respeto al amor que tienen á los lugares donde nacieron y se criaron, que á lo que deben á las tierras donde, además de haberse sustentado, han ganado lo que dejan; y donde, por ventura, si algo deben restituir á pobres ó gastar en obras pías, están los lugares y las personas á quien se deben y se cometieron las culpas que les obligan á la restitucion; y porque, como veis en las mandas que de esta manera se hacen, aunque en sí sean buenas y piadosas, no se guardan las reglas de caridad, teniendo tanta obligación como tienen nuestros súbditos de estos reinos que á esas partes pasan y asistan á procurar y favorecer siempre su bien, siendo 64 como son ellos honrados y sustentados, pues según órden de caridad á aquellas partes y personas somos primeramente obligados dónde y de quién hemos recibido y recibimos beneficios algunos”. De aquí se infiere que es indudable la propensión que tienen los hombres á preferir el suelo en que nacieron; y por consiguiente, que es indispensable tomar precauciones para evitarlos desórdenes que resultan de estas predilecciones. En esta virtud, concluyo pidiendo á V. M. que el Consejo de Estado se componga en la mitad de sus indivíduos de americanos, y que estos sean de todas las provincias de Ultramar, sobre lo que hago proposicion formal. Pero antes de acabar no puedo menos que llamar la atención del Congreso sobre la perpetuidad de estos destinos, que seguramente traerá muchísimos inconvenientes. De los términos en que está concebido el artículo no se percibe si estos empleos deben ser de por vida, ó por algun tiempo, que yo fijaria el de diez años; lo hago presente á V. M. para que resuelva lo que sea más conveniente (Folios.2176, 2177. Nº 393). SESIONDEL 3 DE NOVIEMBRE DE 1811 Discusión proposiciones de los Sres. Ros y Calatrava, relativas á la convocatoria de Córtes ordinarias…apoyándolas el Sr. Castillo. Luego de varias discusiones se resolvió que no habia lugar á deliberar acerca de las proposiciones del Sr. Ros. Se leyeron en seguida las del Sr. Calatrava. Apoyándolas el Sr. Castillo, juzgó no obstante que no debia dejarse al arbitrio de los jefes 65 y magistrados el arreglo supletorio é interino de las juntas electorales de América, siendo conveniente, en su concepto, que los Diputados de aquellas provincias formasen por esta vez el reglamento, según el cual se proceda á las elecciones para las primeras Córtes. Fué de parecer el Sr Leiva de que las proposiciones del Sr. Calatrava pasesen á la comision de Constitución para que informase lo que le pareciese oportuno. Aprobando el Sr. Mejia el dictámen del Sr. Leiva, observó que no debia verificarse esta convocación hasta que estuviese promulgada y recibida la Constitución; y que ésta, una vez planteada, debia ser sostenida por el Gobierno, para que no llegase á ser con el tiempo como un bonito cuadro colgado, que luego le retiran á un desvan, ó un precioso documento que solo existe en las bibliotecas para satisfacción de los curiosos. Concluyó pidiendo que los señores de la comision, examinando este asunto como políticos, presentasen cuanto antes una minuta de decreto para la convocación de las Córtes ordinarias, teniendo presente su proposicion de 8 de Diciembre, que suplicó pasase á la misma comision. Añadió el Sr. Morales Gallejo que debia esta tener presente el punto que no se halla prevenido en la Constitución, á saber: por quién habian de ser representadas las provincias ocupadas por el enemigo, y cómo debian hacerse en ellas las elecciones, y creyó oportuno que esto se indicase ó previniese en las instrucciones que se publiquen. Opinó el Sr. Lisperguer que, habiendo sido el objeto de la congregación de las Córtes el constituir el Estado de modo que quedase cortada hasta la raíz de la arbitrariedad y del despotismo, 66 y logrado esto con la parte de la Constitución que estaba aprobada, no habia inconveniente en publicarla y circularla en tal estado, y en que á continuación se disolviera el Congreso, tanto más, cuando todos los Diputados, al tomar posesion de su encargo, habian jurado guardar las leyes, que son el objeto de la potestad judicial, sin perjuicio de derogar ó reformar aquellas que fuese conveniente ó necesario, cosa que á su parecer no era de la mayor urgencia. T o d o s e s t a m o s c o n f o r m e s e n l a i d e a , d i j o e l Sr. Arguelles, pero discrepamos un tanto en el modo de llevarla á efecto. Yo insisto en que, si pasa este asunto á la comision, es preciso se persuada el Congreso, y aun el pueblo, que no es este un medio ó pretesto para perturbar nuestra diputación. Nada menos que esto. La parte que falta de la Constitución estan esencial, en mi concepto, que sin ella, no solo quedaria incompleta la obra, sino que seria imposible llevar á efecto la aprobada ya por V. M., y se verificaria lo que ha dicho, y muy bien el Sr. Mejia, que la Constitución vendria á ser como un cuadro colgado, sirviendo únicamente para satisfacer la curiosidad de algun literato. Si no hay un enlace entre todas las partes que constituyen el Estado; si todos los agentes del Gobierno en toda su extensión no conspiran á un mismo fin, nada se consigue; más digo, si no hay una perfecta armonía y consonancia entre todas las ramificaciones del sistema del Estado, aunque sean ángeles los que gobiernen, nunca seremos bien gobernados, y seguirá el mismo desorden y confusion que hasta aquí; de donde se infiere con toda evidencia la necesidad de com- 67 pletar la grande obra que nos esta encargada, y que parece no reconoce el señor preopinante, con quien no habrá seguramente en este Congreso tres votos que concuerden sobre el particular. Así que, no olvidando la prevencion que tengo indicada, apoyo que pasen estas proposiciones á la comision, debiendo ésta tener presente lo que ha indicado el Sr. Morales Gallego.” Se mandaron pasar las proposiciones del Sr Calatrava á la comision de Constitución, á fin de que presente al Congreso el proyecto de decreto para la convocación de las primeras Córtes ordinarias, teniendo en consideracion la proposicion que hizo el Sr. Mejia en 8 de Diciembre último, y lo expuesto por el Sr. Morales Gallego.” (Folios 2203, 2204. Nº 397). SESION DEL 7 DE NOVIEMBRE DE 1811 Cumplimiento de los Decretos del Congreso. El Sr. CASTILLO: Si la doctrina d e l Sr. Güereña pudo tener apoyo en tiempos pasados, no le tiene en el presente. Cuando se formaban en la oscuridad las leyes; cuando estas no eran otra cosa que la voluntad del Monarca, estaba bien que se permitiese á los magistrados obedecerlas, y suspender su cumplimiento hasta que representando al Rey los inconvenientes que se seguirian de su ejecución, este resolviese lo que se debia practicar. Pero ahora que las leyes se establecen en medio de la luz, ahora que son hechas por la Nacion congregadas en Córtes, donde concurren los Diputados de todas las provincias, y pueden ilustrar al Congreso sobre la 68 utilidad ó perjuicio que puede cuasar algun proyecto de decreto, no puede absolutamente tener lugar la doctrina de obedecer las leyes y suspender su cumplimiento. Esto seria dar á los magistrados ocasion de arbitrariedades, y hacer que no tengan efecto las disposiciones de V. M. con pretesto de representar: tal ha sido la suerte de la ley de libertad de imprenta, que aun no ha tenido efecto en muchas provincias de América, no obstante de ser una ley fundamental. Por lo que pido que sea extensiva á todos los decretos de las Córtes la providencia que se tome sobre el caso presente. (Folio 2226. Nº 401). SESION DE 9 DE NOVIEMBRE DE 1811 Separación de despacho de los negocios de Ultramar. El Sr. CASTILLO: Señor, los sabios informes que ayer se leyeron á V. M. bastan para responder al señor Gallego, y ver la necesidad que hay de separar el despacho de los negocios de Ultramar; y la experiencia enseña que así debe hacerse para que estuviesen mejor gobernadas las Américas y se promoviese más la felicidad de aquellos países. Así que, me parece que no debe quedar la menor duda en que deben separarse los negocios de Ultramar. La dificultad en mi concepto es si debe crearse un Ministro universal de Indias, y si deben ser muchos los Ministros. Muchos de los señores que han hablado, han hecho ver que se seguirán inconvenientes gravísimos de establecer el universal de Indias, porque no se podria encontrar un hombre que reuniese conocimientos tan profundos y extensos en todos 69 los ramos como los que son necesarios para regir aquellos dominios, y por otra parte que reunir en una sola mano los ramos de Guerra, Hacienda, etc. seria más peligroso. Por tanto, me parece que deberia adoptarse el sistema de crear un Ministro de Gobernación para Ultramar, otro de Hacienda, y otro de Justicia; pero convengo en que no lo haya de Estado, Guerra y Marina. Todos los señores han convenido en que haya uno de Gobernación de Ultramar para promover la agricultura y fomentar la industria que empieza á nacer, el comercio y educación pública. Los señores Gallego y Aguirre no creen necesario el establecimiento de un Ministro de Hacienda; pero si considera el objeto y los muchísimos abusos que hay que reformar en la Hacienda pública, la multitud de empleados, y la distancia de aquellos países, prueban la necesidad de que se ponga uno de Indias; pero si se considera que este Ministro está encargado del ramo de mineria, se verá tambien cuán necesario es que lo haya, pues si este ramo se hubiera promovido con el cuidado que debe, no se veria en el atraso en que se encuentra en el dia, y la Nacion sacaria mucha más utilidad. En cuanto á la necesidad de un Ministro de Gracia y Justicia, me parece que 15 millones de almas que pueblan aquellos países merecen un hombre que redima sus quejas y promueva la administración de justicia, pues aunque por Constitución pertenece á los tribunales, siempre el Rey es quien deberá vigilar su observancia, para oir las postergaciones y en cuanto se vean agraviados con respecto á la administración de justicia. Concluyo, pues, con que se nombren tres Ministros de Ultramar, uno de 70 Gobernación, otro de Hacienda, y otro de Gracia y Justicia (Folio 2238. Nº 403). SESION DEL DIA 12 DE NOVIEMBRE DE 1811 Salida de uno los suplentes de Goatemala. Se leyó y mandó agregar á las Actas el voto particular presentado por el Sr. Castillo, y suscrito por el Sr. Avila, relativa á la salida de uno de los suplentes de Goatemala (Folio 2251. Nº 406). SESION DEL DIA 13 DE NOVIEMBRE DE 1811 Oficio sobre habilitacion de los puertos de Matina ó Mohin. Tambien se mandó pasar á comision Ultramarina otro oficio del mismo encargado del Ministerio de hacienda de Indias, con una consulta que remitia del Consejo de las mismas sobre las proposiciones (hechas por el Sr, Castillo) para la habilitacion de los puertos de Matina ó Mohin (Véase en la sesion del dia 14 de agosto.) (Folio 2253. Nº 407). SESION DEL DIA 29 DE NOVIEMBRE DE 1811 Expediente sobre la proposicion para la habilitacion del puerto de Matina. En el expediente sobre la proposicion del Sr. Castillo, relativa á la habilitacion del puerto de Matina ó el de Mohin en la Costa-Rica (Véanse las sesiones del 15 de Agosto y 13 del 71 corriente), proponia la comision Ultramarina que se habilitase el puerto de Matina, haciéndose á aquellos habitantes la gracia de libertad de derechos de los frutos y producciones que hubiesen de exportarse por el mismo puerto y por el de la Punta de Arenas, y que se dijese al Consejo de Regencia que desde luego se estableciese aquella aduana en el número y forma que juzgase conveniente para la seguridad de los derechos, observando la mayor economía. Despues de algunas lijeras observaciones, aprobaron las Córtes este dictámen en cuanto á la habilitacion del puerto de Matina, y libertad de derechos de frutos y producciones que por el exporten aquellos habitantes, extendiéndose esta gracia por el término de 10 años, y tambien en cuanto al establecimiento de la aduana como proponia la comision; pero declararon no haber lugar á deliberar sobre extender la libertad de derechos á lo que se extraíga por la Punta de Arenas ( Folio 2347. Nº 423). SESION DEL DIA 17 DE DICIEMBRE DE 1811. Se continuó la de la reforma propuesta por la comision de Constitución sobre el art. 222 de esta, que trata de los Ministerios del Despacho. “Párrafo tercero. El Secretario del Despacho de la Gobernación del Reino de Ultramar.” Creación de las Secretarias de Despacho de negocios de Ultramar. El Sr. CASTILLO: Me parece que los temores que acaba de manifestar el Sr. Martinez son 72 infundados; la Monarquía jamás podrá dividirse porque se separen las Secretarías de Despacho; pues no son los Ministros, sino el Rey o el Gobierno, el que forma el vínculo de la Nacion entera. Así es siendo uno solo é indivisible este Gobierno, nada influirá la division el que tenga más órganos. Pero á más de que la separacion del despacho de los negocios de Ultramar de los de la Península no trae ningunos inconvenientes, la razon y la experiencia exigen que se verifique. Yo no haré más que recordar a V. M. el expediente promovido por el Consejo de Indias sobre esta materia, como el informe del Consejo de Regencia, en que se prueba la necesidad de hacer esta separacion. Tambien recuerdo á V.M. el tiempo en que se practicó el Ministerio universal de Ultramar, fueron sin embargo menores los perjuicios que sufrió la América en aquella época, que los que ha sufrido en los tiempos en que han estado unidos los negocios de aquella con los de la península. Por tanto, yo no puedo convenir en dicha union (Folios 2436 - 2438. Nº 441). 73 SESIONES DEL AÑO 1812 * SESION DEL DIA 10 DE ENERO DE 1812 TITULO IV. DEL GOBIERNO INTERIOR DE LAS PROVINCIAS Y LOS PUEBLOS. CAPITULO I. DE LOS AYUNTAMIENTOS. “Art. 307. Para el gobierno interior de los pueblos habrá ayuntamientos compuestos del alcalde ó alcaldes, los regidores y procurados síndico, y presididos por el jefe político donde lo hubiera, y en su defecto por el alcalde ó el primer nombrado entre ellos, si hubiera dos”. El Sr. CASTILLO: Este artículo tiene dos partes: apruebo y aplaudo la primera; pero no me conformo con la segunda. Quiero decir que no puedo convenir absolutamente en que los jefes políticos presidan á los ayuntamientos. La Constitución, Señor, es un sistema; por consiguiente, es menester que el plan que V. M. ha adoptado en grande se adopta en pequeño. V. M. ha dividido el Poder legislativo del ejecutivo y judicial: Ha prohibido que el Rey asista á las sesiones de las Córtes, y lo que es más, ha mandado que los Secretarios del Despacho no se hallen presentes en las votaciones: todo para precaver el influjo que pudiera tener en los Diputados la presencia del Rey ó sus Ministros. 74 Pues estas mismas precauciones deben tomarse respecto de los ayuntamientos, para que estos puedan deliberar con libertad. Si las Córtes representan á la Nacion, los cabildos representan un pueblo determinado: con que si se teme que el Rey ó sus Ministros influyan en las Córtes, siendo éste un cuerpo tan numeroso, y cuyos indivíduos debemos suponer que están dotados de grandes virtudes, ¡con cuánta más razon es de temer que los jefes de las provincias, que representan parte del Poder ejecutivo, hayan de influir poderosamente en los ayuntamientos! Por tanto, soy de opinión que absolutamente se prohiba que los jefes políticos presidan á los cabildos, y que se conceda el honor de presidirlos exclusivamente á los alcaldes ó regidor más antiguo, pues siendo estos unos ciudadanos iguales en un todo con los demás indivíduos del ayuntamiento, no se encuentran, respecto de estos, los inconvenientes que hay respecto de los jefes…discutido ampliamente por los diputados el Sr. Conde de Toreno, el Sr. Arispe, el Sr. Caneja, el Sr. Martínez, el Sr. Sombiela,el articulo se aprobó en todas sus partes. ( Folio 2590. Nº 464). SESION DEL DIA 10 DE ENERO DE 1812 Discusión sobre el art. 311, elección según número de electores que residan un vecindario, aplicando lo establecido en el derecho ciudadano según el art. 22. El Sr. CASTILLO: Quiero que conste mi opinión en esta materia. Cuando se deliberó sobre las personas á quienes se habia de 75 conceder el ciudadanato, mi voto fué que este honor debia extenderse á los llamados castas: ahora, consiguiente a mis principios, opino que tambien debe concedérseles la facultad de elegir y ser elegidos para los empleos municipales. Yo convengo en que el artículo que se discute es una consecuencia del 22 que quedó sancionado; pero esto no debe retraernos á los Diputados de hacer presentes á V. M. los inconvenientes que hay para aprobar este artículo. Uno de ellos es, y el mayor en mi concepto, el que ha insinuado el Sr. Larrazabal. Muchos pueblos hay que están poblados solamente de castas, los cuales se privarian de tener sus ayuntamientos por carecer sus indivíduos de voz activa y pasiva en las elecciones de los empleos municipales. Medite, pues V. M. estos inconvenientes, y provea de oportuno remedio (Folio 2596. Nº 464). SESION DEL DIA 11 DE ENERO DE 1812 Discusión art. 311 proyecto de Constitución. Se mandaron agregar á las Actas los votos particulares de los Sres. Castillo, Larrazabal, Gordoa, Mendiola, Uria, Maniau, Alcocer y Obregón, contrarios á lo resuelto en la sesion anterior sobre el art. 311 del proyecto de Constitución (Folio 2599. Nº 465). SESION DEL DIA 12 DE ENERO DE 1812. Voto contrario al art. 315 proyecto Constitución Se mandó agregar á las Actas el voto particular de los Sres. Larrazábal y Castillo, 76 contrario al art. 315 del proyecto d e Constitución aprobado en la sesion del dia anterior (Folio 2605. Nº 466). SESION DEL DIA 12 DE ENERO DE 1812 Abolición de los señoríos (oficios municipales). El Sr. CASTILLO: V. M. Ha dado una nueva prueba de su ilustracion, convirtiendo en electivos todos los oficios municipales que hasta ahora habian sido vendibles y renunciables. Semejantes empleos serán en los sucesivo desempeñados con mayor puntualidad y acierto, y servirán tambien para premiar las virtudes de los honrados españoles. Pero, Señor, es necesario que V. M. concluya la obra que ha comenzado, cortando de un golpe todos los abusos que se habian introducido en hacer vendibles y renunciables los oficios públicos de escribanos, notarios, etc. Era ciertamente un escándalo ver sacar á pública subasta unos empleos tan importantes al Estado, los cuales se convertian en propiedades de particulares, que trasmitian á sus hijos como sus demas heredades. De aquí ha resultado que muchos de los que han obtenido estos empleos (no hablo de todos pues he conocido á muchos que se han portado con honradez) no han reunido la probidad, desinterés é integridad necesaria á un hombre que merece la confianza pública. En efecto, cualquiera que compraba estos oficios, no lo hacia animado del laudable objeto de servir al Estado, sino para fundar en él su fortuna, lo que redundaba en perjuicio de los pueblos. Es, pues, necesario V. M. derogue para siempre semejantes 77 prácticas, ordenando que en lo sucesivo no se vendan estos oficios, porque se den á la virtud y merito. No pretendo con esto que los actuales escribanos, etc. Sean privados de sus oficios, porque á más de la dificultad que hay para indemnizarlos por las escaces del Erario (como es de justicia), entiendo que se seguiran malas consecuencias por estos empleos de por vida, según su naturaleza. Lo que pretendo únicamente es que en lo sucesivo los depositarios de la fé pública sean electos con relacion á esta idoneidad y virtudes, y de ninguna manera rehaga granjería con estos oficios: Por tanto, hago la siguiente proposicion: “Conviniendo que todos los oficios públicos de escribanos, notarios, procuradores, etc., no sean venales, sino que se den únicamente á la virtud y al mérito, pido á V. M. se sirva decretar que en lo sucesivo dichos oficios que vayan vacando no puedan sacarse á pública subasta, ni de modo alguno se vendan, ni renuncien, ni hereden, sino que se provean á propuesta de las respectivas Diputaciones de provincia, por las Audiencias ó Tribunales Supremos de Justicia, ó del modo y forma que V. M. parezca conveniente”. Se mandó pasar esta proposicion á la comision que presentó el proyecto de decreto sobre la abolición de los señoríos, etc (Folio 2606. Nº 466). SESION DEL DIA 12 DE ENERO DE 1812 Discusión art. 324 sobre el Diputación provincial (presidida por el Jefe superior…)” Dicha diputación está integrada por: Presidente, intendente y de siete indivíduos 78 elegidos en la forma que se dirá. Sin perjuicio de que las Córtes en lo sucesivo varien este número como lo crean conveniente, ó lo exijan las circunstancias, hecha que sea la nueva division de provincias de que trata el art. 12.” El Sr. CASTILLO: Y en las provincias en las cuales no haya intendente, ¿qué persona habrá de sustituirle? (Folio 2607. Nº 466). SESION DEL DIA 13 DE ENERO DE 1812 Discusión sobre el número de indivíduos de la Diputación provincial. El Sr. CASTILLO: Creo que la presente cuestion debe reducirse á indagar si convendrá que el número de los indivíduos de la Diputacion provincial sea mayor que el de siete que propone el artículo, ya sea fijándolo al de 13 como ha propuesto el Sr. Jáuregui, ya sea indeterminadamente, aumentándolo con proporcion á los partidos comprendidos en la provincia. Para resolver esta cuestion, me parece indispensable fijar el sentido en que se toma aquí la palabra provincia, porque está sancionado que en cada provincia habrá una Diputación provincial; pero no se ha expresado si éstas han de tomarse en el sentido que hasta aquí, ó si se han de tomar en mayor, llamando provincia lo que hasta aquí se ha llamado un reino, que es lo que se colige de los discursos de algunos de los señores preopinantes. Yo habia estado tranquilo hasta aquí, porque estaba persuadido por la letra de esta artículo y de los que siguen, que aquí se tomaban las provincias 79 según la demarcacion que habian tenido y tienen en el dia: por consiguiente, yo estaba muy conforme en que fueran siete los indivíduos de la Diputación provincial, pues este número era muy suficiente en esta hipótesis. Más habiendo comprendido que se piensa en tomar las provincias por mayor, no he podido menos de pedir la palabra para manifestar á V. M. que en este caso es absolutamente necesario aumentar el número de indivíduos con proporcion al número de partidos (llamados hasta aquí provincias), pues el fijar el número de siete indivíduos en cada Diputación, trae gravísimas dificultades, y es casi impracticable con respecto á las provincias de Ultramar. En el art. 326 se dice que estos indivíduos deben elegirse por los electores de partido otro dia despues de haberse elegido los Diputados en Córtes: de aquí deben resultar necesariamente una de estas dos cosas: ó que en cada partido donde se elija Diputado en Córtes deba elegirse uno de estos siete indivíduos, ó que todos siete se elijan por todos los electores de todos los partidos, reunidos estos en la capital de la provincia. Cualquiera de estos dos medios que se quiera adoptar tiene dificultades insuperables mientras no se varíe el sistema. Si en cada cabeza de partido se ha de hacer la eleccion de los indivíduos de la Diputación, es necesario que unos partidos elijan y otros no: porque tendiendo las provincias de Ultramar, tomadas en grande, mayor número de partidos que el de siete, no puede verificarse que cada partido elija un indivíduo para la Diputación. ¿Y qué razon hay para que el partido A elija, y no el partido B? ¿Y á quien corresponde 80 asignar esta facultad á tal y tal partido? Esto seria dar ocasión á quejas entre los partidos de una misma provincia, como han manifestado algunos señores. Si se adoptase el mismo medio, esto es, que los electores de todos los partidos se reunan en la capital de provincia tomada en grande, digo que esto es absolutamente impracticable. Para demostrarlo, me contraerá al reino de Goatemala (á que pertenezco): tiene este vasto reino, ó llámesele provincia, 700 leguas de camino desde la raya por la cual confina con Nueva – España hasta la línea por donde confina con Santa Fé: su capital no está situada en la medianía, sino más aproximada al extremo del Poniente; de forma que mi provincia, que es la más oriental de aquel reino, dista de la capital 400 leguas. En vista de esto, no podia yo imaginar que cupiese en la cabeza de alguno obligar á unos hombres ocupados las más veces en sus haciendas, ó cargados de familia, á emprender una marcha tan larga y caminos tan fragosos como aquellos, y en que indispensablemente se harian grandes gastos. Cuando se discutieron los artículos que se versan sobre eleccion de Diputados en Córtes, yo crei que estas reuniones de electores habian de practicarse en la cabeza del partido que antes llamabamos provincia, y por tanto, yo lo aprobé en el concepto de que las juntas electorales habian de celebrase dentro de las mismas provincias, con tal que esta tuviese la población necesaria para nombrar un Diputado. Creo que muchos de mis dignos compañeros estaban en este mismo pensamiento. En esta virtud, si se trata de disponer que en 81 todos los partidos vayan á la capital del Reino ó provincia todos los electores para verificar allí las elecciones de la Diputación provincial, yo no puedo menos de reclamar á nombre de mi provincia y de las muchas que hay en igual caso, los gravísimos perjuicios que se le seguirian de semejante disposición. Pues seguramente resultaría, ó que muchas provincias fuesen privadas del derecho de elegir, lo que es una notoria injusticia, ó que tuviesen que sufrir unos largos y dilatados viajes. Es, pues, de absoluta necesidad buscar un temperamento con que conciliar todas estas dificultades,; y en mi concepto no hay otro que el que han insinuado algunos señores, á saber: que en lugar del número de siete se diga indeterminadamente que los indivíduos de la Diputación provincial deben ser otros tantos cuantos sean los partidos comprendidos en la provincia. Así se consigue que las elecciones se verifiquen en las cabezas de partido, y que por consiguiente, se eviten largos y penosos viajes que llevo referidos; de este modo se lograria tambien que hubiese en la Diputacion provincial un indivíduo de cada partido, con lo que se evitaban las quejas de todos aquellos pueblos ó partidos que no tuviesen parte alguno que defendiese sus derechos en la Junta provincial. Concluyo, pues, pidiendo que se varíe el artículo en estos semejantes términos:” La Diputación provincial se compondrá de otros tantos indivíduos cuantos sean los partidos de la provincia.”…continua discusión por parte de otros Diputados (Folio 2617. Nº 467). 82 SESION DEL DIA 14 DE ENERO 1812. Discusión contra el art. 324 del proyecto de Constitucion. Se mandó agregar á las Actas el voto de los señores. Larrazabal, Jáuregui, Avila, Lopez de la Plata, Gordoa, Castillo y Ramos de Arispe, contrario á la aprobación del art.324 del proyecto de Constitución. Lo mismo se hizo con los votos de los Sres. Cisneros, Gonzalez y Lastiri, Gordoa, Ramos de Arispe, Obregón, Castillo, Guridi, Alcocer y Morejon, contrarios á la aprobación de la adición hecha por el Sr. Leiva al art. 322 del mismo proyecto (Folio 2621. Nº 468). SESION DEL DIA 14 DE ENERO 1812 Continuando la discusión sobre el proyecto de Constitución, se leyó el escrito siguiente, presentado por los señores Larrazabal, Avila y Castillo: “Señor, por nuestras leyes corresponde á los ayuntamientos tener todo el gobierno económico de las provincias. Si aquellas se registran, se encontrará que á los cabildos toca esta facultad, y al jefe político ejecutar sus acuerdos, dirimiendo en discordia. Sin embargo, con el tiempo, sin que haya habido disposición alguna Real que altere este método fundamental en nuestro derecho, vemos que los ayuntamientos se han venido reduciendo á ser unos simples pedidores que nada determinan, sino que en todo obran por representaciones ó consultas á los gobernadores; de suerte, que 83 siguen los síndicos procuradores generales como antes, y en realidad, todo el cabildo ó concejo no ha sido más que un síndico, y el gobernador determina en todo conforme ó contrario á lo pedido por el cabildo, y esto se ejecuta. Volviendo, pues, el gobierno económico de cada provincia ó partido a los ayuntamientos, presididos del respectivo jefe, como se determina en l a Constitución, reinará la felicidad general hasta el ínfimo pueblo. Al efecto, proponemos á la aprobación de V. M. las siguientes proposiciones como artículos constitucionales, ó en la forma que se tenga por más conveniente: “Primera. Que sus funciones, á más de las expresadas en el. Art. 319. sean las que por las leyes les están designadas, y no se reservan á la Diputación provincial. Segunda. Que el jefe político no perturbe á los regidores en los acuerdos de sus cabildos, dejándolos votar con libertad. Tercera. Que cuando presida los cabildos, no tenga voto sino para dirimir en discordia.” Se mandaron pasar estas proposiciones á la comision de Constitución (Folio 2622. Nº 468). SESION DEL DIA 14 DE ENERO DE 1812. Discusión del art. 328. Proyecto de Constitución. Para ser indivíduo de la Diputación provincial se requiere ser ciudadano en el ejercicio de sus derechos. El Sr. CASTILLO: Yo pedí la palabra para hacer ver las mismas dificultades que el Sr. Arispe ha propuesto, y para demostrar que 84 estas juntas no pueden desempeñar sus atribuciones en los 90 dias que se le señalan. Ahora solo me contraeré á responder al Sr. Arguelles, que ha satisfecho á los reparos del Sr. Arispe, comparando las Diputaciones con los ayuntamientos. Ha dicho que estos se reunian á lo más dos veces á la semana, que hacen al año cien veces, y que del mismo modo podrian tener las Diputaciones otras dos sesiones á la semana; pero yo creo que los asuntos de la Diputaciones son de naturaleza más graves y más interesantes que los de los ayuntamientos, porque estos solo tienen por objeto á un pueblo, y aquellas miran á toda un provincia. Decir que estas 90 sesiones se pueden distribuir en todo el año, de modo que propuestos en una sesion algunos asuntos, se mediten particularmente y se preparen para despacharlos con brevedad en otra sesion, tiene inconvenientes, porque para esto era necesario suponer que habian de residir en la capital de la provincia los siete diputados cuatro años seguidos, y yo no me persuado de que esta sea la voluntad de V. M.; porque siendo por lo comun hombres hacendados y con familia, no es regular que se quiera que lo abandonen todo y se les precise á estar este tiempo en la capital. Este inconveniente resulta de la respuesta que ha dado el Sr. Argüelles á los argumentos del Sr.Arispe. Por tanto, soy de opinión que, al menos en los primeros años, se hayan de prorogar sus sesiones hasta seis meses, si lo tienen por conveniente, para que puedan cumplir sus obligaciones (Folio 2624. Nº 468). 85 SESION DEL DIA 15 DE ENERO 1812. Discusión Proyecto de Constitución. Siguió la discusión del proyecto de Constitución. Se mandaron pasar á la Comision de Constitución los siguientes artículos adicionales al capítulo II del títul o V I d e d i c h o p r o y e c t o , p r e s e n t a d o s p o r e l Sr. Castillo: “Despues del art. 333: “ Art. 334. Todos los años en el primer dia que se instale la Diputación provincial, el gobernador general le presentará un manifiesto del estado político del Reino ó provincia, en el cual deberá indicar los vicios radicales que han dimanado del anterior sistema, y con respecto á Ultramar de las causas peculiares de colonización.” “Después del art. 335: “ Art. 336. El gobernador general tendrá un consejo compuesto de cinco indivíduos, vecinos de la provincia, de edad, probidad, y de la primera distinción, elegidos por el mismo jefe á su ingreso en el mando á propuesta de triple número que le presentará la Diputación provincial, debiendo durar en sus plazas todo lo que el mismo jefe durare en el mando. “Art. 337. En todos los asuntos de gravedad deberá consultar el jefe á su consejo, y este será responsable á la Diputación provincial del abuso que hiciere de sus facultades.” Se aprobó sin discusion todo el siguiente (Folio 2628, 2629. Nº 469). 86 SESION DEL DIA 25 DE ENERO DE 1812 Decreto de exencion de tributos de todos los indios de las provincias de América. Hizo el Sr. Castillo la siguiente exposición, y se aprobó la proposicion que contiene: “Teniendo noticia de que el benéfico decreto de V. M. de Marzo de 1811 aun no se ha puesto en práctica en el reino de Goatemala, en cuanto á su primera parte, en la que V. M. hizo extensiva á todos los indios de las provincias de América la exencion de tributos concedida á los indios de Nueva- España por la anterior Regencia, hago la proposicion siguiente: “Que se pregunte á la Regencia si se ha comunicado á Goatemala el expresado decreto, y si hay noticia en el gobierno de estar allí obedecido y cumplido en punto á la exención de tributos; y caso de no estarlo, que se comunique de nuevo al capitan general de aquel reino, para que sin la menor demora lleve á debido efecto el citado decreto (Folio 2687. Nº 479.). SESION DEL DIA 26 DE ENERO DE 1812 Votos contrarios al dictámen aprobado por la comision de Constitución sobre el exequetur régis. Se leyeron y mandaron agregar á las Actas los votos particulares de los Sres. I n g u a z o , C a s t i l l o , G a r c é s , G o r d o a , Larrazabal, Creus, Obispo Prior de Leon, D o u , M o s q u e r a , G o m e z F e r n a n d e z , Samartin, Estolaza, Sombiela, Andrés, Melgarejo, y Beladiez, contrarios 87 al dictámen aprobado ayer de la comision de Contitucion sobre el Exequetur régio (Folio 2695.Nº 479). SESION DEL DIA 26 DE ENERO DE 1812 Habilitacion de los españoles originarios de Africa. La comision de Constitución presentó el siguiente dictámen acerca de la proposicion del Sr. Castillo admitida en la sesion de 11 de Setiembre último: “ Sobre la proposicion del Sr. Castillo, relativa á la habilitacion de los españoles originarios de Africa, para que puedan recibir grados literarios, tomar el hábito en comunidades religiosas, recibir los órdenes sagrados, etc., opina la comision que convendrá conceder á estos españoles la habilitacion por medio del decreto de las Córtes para que puedan ser admitidos á las matriculas y grados de universidades, ser alumnos de los seminarios, tomar el hábito en las comunidades religiosas y recibir los órdenes sagrados siempre que concurran en ellos todos los demás requisitos y circunstancias que requieren los cánones, las leyes del Reino y las constituciones particulares de las diferentes corporaciones en que puedan entrar. Decreto.—-Deseando las Córtes generales y extraordinarias facilitar al súbditos españoles que por cualquier línea traigan su origen del Africa el estudio de las ciencias y el acceso á las carreras eclesiásticas, á fin de que lleguen á ser 88 cada vez más útiles al Estado, han resuelto habilitar, como por el presente decreto habilitan, á los súbditos españoles que por cualquier línea traigan su origen de Africa, para que, estando por otra parte dotados de prendas recomendables, puedan ser admitidos á las matriculas y grados de las universidades, ser alumnos de los seminarios, tomar el hábito en las comunidades religiosas y recibir los órdenes sagrados siempre que concurran en ellos los requisitos y circunstancias que requieran los cánones, las leyes del Reino y las constituciones particulares de las diferentes corporaciones en que pretendan ser admitidos, pues por el presente decreto solo se entienden derogadas las leyes ó estatutos particulares que se opongan á la habilitacion que ahora se concede. Lo tendrá entendido la Regencia para su cumplimiento, y así lo hará imprimir, publicar y circular.”…Quedó aprobado este dictámen. (Folio 2697. Nº 479). SESION DEL DIA 7 DE FEBRERO DE 1812. Comision de Constitución presenta varias adiciones de los Sres. Diputados…De los Ayuntamientos. Sobre la adicion del Sr. Larrazabal al art 324, reducida “a que ni el presidente ni el intendente tengan sino en caso de empate para dirimir, que se le concede solo al primero,” decia la comision que cuando propuso que las Diputaciones se compusiesen de siete indivíduos elegidos por los pueblos y además del presidente é intendente, y las Córtes cuando habian aprobado el artículo, habian entendido en la palabra 89 compondrán, que estos nueve indivíduos debian deliberar y hacer acuerdos, ó tomar resoluciones, y por consiguiente votar. Ni podia de otro modo pensar entonces la comision que veria en lo que se proponia un manifiesto desaire de la autoridad del Gobierno tan inconducente como perjudicial. Aprobóse este dictámen, como el siguiente que sobre las proposiciones que hicieron los Sres. Larrazabal, Avila y Castillo, en 14 de Enero último (Veáse la sesion de aquel día). Presentó la misma comision, concebido en estos términos: “Cree la comision ques seria un proceder infinito el descender á todos estos pormenores en una Constitucion, cuando alguna de estas ideas pareciera prolija en un reglamento, como la de que el presidente no quite la libertad á los regidores. Sabido es que las leyes existentes conceden á los ayuntamientos, como no esté derogado por otra ley, les debe pertenecer, fuera de que los términos generales en que están concebidos los artículos del proyecto que tratan de estos puntos lo comprenden todo, y pueden deben servir de base para las leyes que pueda convenir hacer en lo sucesivo. Cree, pues, la comisión que estos pensamientos no deben tener lugar en la Constitucion.” (Folio 2744, 2745. Nº 485). SESION DEL DIA 22 FEBRERO DE 1812 Habilitacion del puerto de Punta Arenas. Con el mismo objeto se le mandó pasar una proposicion del Sr. Castillo, relativa “á que se 90 habilitase al puerto de Punta Arenas, que está en la costa del mar Pacifico al sur de la provincia de Costa Rica.” (Folio 2805. Nº 499). SESION DEL DIA 23 DE FEBRERO DE 1812. Diputaciones provinciales (de Ultramar), en todos los reinos ó provincias, especificados en al Art. 11 de la Constitución. Acerca de la parte del decreto perteneciente á la América, dijo: El Sr. CASTILLO: No es el espíritu de provincialismo, ni menos el de vanidad ó etiqueta, lo que me mueve á hablar sobre esta materia, sino los deseos que tengo de que la Constitución se ponga en práctica en todas sus partes. Se dice, Señor, en el proyecto de ley que se discute que en Ultramar habrá Diputaciones provinciales en todos los reinos ó provincias que se especifican el artículo 11 de la Constitución, artículo que en mi concepto no se puso con otro objeto que el de expresar el territorio español en aquel hemisferio. No debiendo, pues, haber más que una sola Diputación en cada uno de los espaciosos reinos de América, yo encuentro dificultades insuperables para realizar esta institución, que por otra parte es tan benéfica á los pueblos. Prescindo de las cuestiones que se han suscitado hasta ahora sobre si debe haber una sola Diputación en cada una de las capitanías generales, ó en cada una de las intendencias; si la poblacion debe servir de base á este nuevo establecimiento, como tambien si la diferencia de industria, agricultura, comercio, y aun la oposición de intereses que puede haber en las provincias de un mismo reino exijan 91 distintas Diputaciones. Todo esto á mi parecer podría conciliarse; pero yo no encuentro arbitrio para allanar las dificultades que proviene de la enorme distancia en que están situadas las provincias de un mismo reino. Otra vez manifesté á V. M. la extensión de Goatemala. Véase, pues, si será fácil que concurran á aquella capital los electores de todas las provincias de su comprensión para hacer las elecciones de los indivíduos dela Diputación provincial,. Figúrese V. M. si son practicables unas marchas de 200, 300 y hasta 400 leguas de caminos fragosos, teniendo presente los crecidos gastos que deben impenderse, y el tiempo que debe invertirse en tan dilatados viajes, con todas las demás consideraciones que son consiguientes. De todo lo cual se evidencia que hay gravísimas dificultades para el establecimiento de las diputaciones en el modo que determina este proyecto de ley. Por lo cual, deseando yo que se plantee desde luego esta constitución tan benéfica, propondré á V. M. una medida con respecto á Goatemala, que remueve en gran parte los obstáculos indicados, á saber: que á más de la Diputación que debe haber en aquella capital, se establezca otra en la provincia de Nicaragua, agregándose á esta las de Comayagua y Costa-Rica. Si V. M. reuniese á sus profundos conocimientos teóricos los prácticos sobre la localidad de aquel reino, estoy persuadido de que no dudaria un momento en aprobar esta medida, con la que se evita que los viajes de los electores sean tan dilatados, pues ninguno pasaria de 200 leguas, y se ahorrarían muchos gastos y tiempo. Por razones semejantes tuvo á bien V.M. decretar que la isla de Santo 92 Domingo eligiese un Diputado en Córtes, aunque su población no llegue al número necesario, y por esta tendrá tambien su Diputación provincial. Si se cotejan, pues, las circunstancias de aquella isla con las del reino de Goatemala se verá que hay razones mucho más poderosas para aprobar la medida propuesta, no solo por la vasta extensión de su terreno, sino por su numerosa población, que se calcula en 1.300.000 almas; por manera, que en las tres provincias referidas puedan haber cerca de 400.000 habitantes. Por tanto, hago la proposicion siguiente: “Que á más de la Diputación que debe haber en la capital del reino de Goatemala, se establezca otra en la provincia de Nicaragua, agregándole la de Comayagua y Costa-Rica.”…Quedó pendiente la discusión de este asunto. (Folio 2813. Nº 500). SESION DEL DIA 27 DE FEBRERO DE 1812. Continua en discusión la creación de la Diputación de Nicaragua, Comayagua y Costa-Rica. Del Sr. Castillo: “Mientras no se haga efectiva la conveniente division del territorio español ultramarino,habrá tambien una Diputación provincial en la capital de la provincia de Nicaragua, á la que se agregarán las provincias de Comayagua y la de Costa-Rica.” (Folio 2830. Nº 504). SESION DEL DIA 27 DE FEBRERO DE 1812 Discusión de la creación de Diputaciones, art. 308 de la Constitución. 93 Leido en seguida el segundo artículo, propuso el señor Castillo, que se variase en estos términos: “Los pueblos que por sus circunstancias no exijan ayuntamientos, quedarán agregados á los más inmediatos que existan ó se crearen nuevamente.”quedó pendiente de discusión (Folio 2831. Nº.504). SESION DEL DIA 28 DE FEBRERO DE 1812 Discusión del proyecto de decreto para el establecimiento de ayuntamientos… Se paso a comision de Constitución la siguiente proposicion del señor Arispe: “Que en Ultramar puedan los jefes políticos aprobar el establecimiento de cabildos interinamente.” Leyóse á continuación el art. 2.º del decreto; y después de alguna discusion sobre la adición del Sr. Castillo, reducida “a que los pueblos que por sus circunstancias no pudieran tener ayuntamiento, se agregasen á los inmediatos que lo tuviesen, “quedó aprobado en estos términos: “Los pueblos que no se hallen con estas circunstancias seguirán agregados á los ayuntamientos á que lo han estado hasta aquí, mientras que la mejora de su estado político no exija otra providencia, agregándose al más inmediato en su provincia los que se formaren nuevamente.”…se suspendio la discusion de este asunto. (Folio 2834. Nº 505). 94 SESION DEL DIA 16 DE MARZO 1812 Del Ministerio de Hacienda. Habilitacion del puerto de Punta de Arenas... Se dió cuenta de un oficio del encargado del Ministerio de Hacienda, en el cual, de orden de la Regencia, incluye el informe que le habia pedido por las Córtes sobre la exposición hecha al Congreso por el Sr. Castillo, relativa á que se habilitase el puerto de Punta de Arenas, situado al Sur de Costa-Rica. Se mandó pasar dicho informe á la comision que entendió en los antecedentes de este asunto ( Folio 2924. Nº 522). SESION DEL DIA 4 DE ABRIL DE 1812 El Sr. Castillo presentó la siguiente proposicion: Quedan abolidas las mitas ó mandamientos. Para siempre… “Señor, poco ó nada servirá el decreto de V. M. para que no se cometan vejaciones con indios, mientras no se prive á sus gobernadores de la libertad de cometerlas; y sin embargo, los indios han sido y son miserables, desnudos, hambrientos, vejados. Estos males han causado su despoblación, en términos que si no se adoptan providencias eficaces vendrán á extinguirse enteramente. En el dia no hay un solo indio en la preciosa isla de Cuba, ni en otra alguna de las Antillas, y aun en el continente se han disminuido de una manera increíble. Para remedio de tan grandes males, llamo toda la atención de V. M. sobre las siguientes proposiciones, que creo contribuirán eficazmente á aliviar y mejorar el triste estado de los indios: 95 “Primera. Quedan abolidas las mitas ó mandamientos para siempre, sin que por pretexto ni motivo alguno puedan hacerse por cualquier juez ó gobernador repartimientos de indios para cultivo de haciendas, minas ni trabajo de otro. Segunda. Que se exima á los indios del servicio personal que dan á los curas y á cualquier otro funcionario público, obligandose á aquellos á satisfacer los derechos parroquiales como las demás castas. Tercera. Que las cargas públicas, como reedificacion de iglesias, casas parroquiales ó municipales, compostura de caminos etc, etc., se repartan proporcionalmente entre todos los vecinos de los pueblos, de cualquier clase que sean. Cuarta. Que con el objeto de hacer á los indios propietarios y estimularlos al trabajo, se les repartan porciones de tierra á cada indivíduo que sea casado ó mayor de 25 años, fuera de la pátria potestad, dejando al arbitrio de las Diputaciones provinciales la cuota ó cantidad de terreno que deba asignarse á cada uno; el cual repartimiento deberá hacerse de la mitad de tierras de comunidad de cada pueblo, y donde no alcanzaré, se podrán repartir de las realengas ó baldías. Quinta. Que se mande á los jefes políticos y curas que cuiden de que en el servicio de las cofradías y sacristías no se inviertan más que los indispensables indios, para evitar la crecida pérdida de jornales que se pierden por los muchos que se emplean en dichos destinos. Sexta. Que en los seminarios conciliares de América, la cuarta parte de las becas de merced se provea indispensablemente en indios que 96 reunan las circunstancias que exige el Concilio de Trento.” Explicólas en seguida en estos términos. El Sr. CASTILLO: El objeto de mi primera proposición se reduce á que se prohiban absolutamente los repartimientos de indios que se hacen para trabajar en las minas y haciendas. Semejantes repartimientos son unas gabelas de sangre humana, más terribles que todos los tributos pecunarios. Esto es lo que se llama en nuestras leyes de Indias mitas, y en algunas partes de América se llaman mandamientos, que tanto han pesado sobre los infelices indios. Es verdad que por nuestras leyes se han modificado estos repartimientos reduciéndolos, y coartándolos bajo ciertos límites que los hacen más suaves: tales son las leyes que prohiben que se obligue trabajando á los indios en haciendas agenas, cuando estos se ocupan en trabajos propios; que no se les haga ir á trabajar á largas distancias de sus pueblos, ó á temperamentos enfermizos; que se cuide de que los asignados á obras agenas sean satisfechos con sus respectivos jornales; mas todas estas precauciones no han bastado para redimir á los indios de las vejaciones que padecen. El influjo de los ricos hacendados hace que muchas veces se pase sobre las leyes. Sobre todo, los indios son libres; y se ataca directamente su libertad individual obligándolos á trabajar contra su voluntad en obras agenas. ¿En qué derecho se puede apoyar la práctica de sacar á los indios del seno de su familia y de sus pueblos para obligarlos á cultivar las haciendas de los particulares? 97 La Pátria solamente puede exigir este sacrificio de un hombre libre. Así, pues, es necesario que V. M. derogue absolutamente dichos repartimientos ó contribuciones personales; pues que “vale más, como dice la ley 21 del libro 6.º, título XII de Indias, atender á la conservación de los indios, que á la más ó menos saca de plata y oro.” Sobre el contenido de mi segunda proposicion, hay una disposición legal por la que está derogado el servicio personal que los indios dan á los curas; más yo no alcanzo la razon por qué no se ha puesto en práctica esta ley, á no ser porque no pudiendo los indios satisfacer completamente por su pobreza los derechos parroquiales, compensen á sus curas con su trabajo personal. Nada más justo que los fieles de la manutención á los ministros del altar; pero yo creo que será mucho más favorable á los indios pagar como las demás clases los respectivos derechos, que no contribuir con servicio personal, que los expone á muchos abusos y que les es sumamente gravoso. Mi tercera proposicion es notoriamente justa, supuesto que las cargas públicas deben repartirse con igualdad sobre todos los vecinos. El objeto de la cuarta está de manifiesto: es sumamente importante estimular á los indios al trabajo; y supuesto que estos no son de naturaleza distinta que los demás hombres, es claro que el interés debe ser su principal móvil. El medio más sencillo es hacerles propietarios, dándoles su porcion de tierra que puedan cerrar y cultivar con el más amor, teniendo la esperanza de 98 trasmitirla á sus hijos. Esta providencia además fomentará su agricultura, pues que la tierra produce más siendo cultivada en pequeñas porciones que en grandes, y tambien se logra que se trabajen muchas que no se cultivan. La quinta proposicion se reduce á evitar la pérdida de crecido número de jornales que se pierden por emplearse muchos indios en el servicio de cofradías y sacristías; los cuales, además de arruinarse en el año de su destino por no trabajar ni tener sueldo, se acostumbran al ócio, y miran con horror el trabajo después de haber vegetado un año entero. La sexta tiene el objeto de promover la ilustración en los indios: es además muy justa, y aunque está muy recomendada por nuestras leyes, no se observa, por lo que es necesario fijar un número de becas, que indispensablemente se haya de proveer en indios. Con esto se consigue tambien que ordenándose muchos indios, serán después curas que mirarán con más cariño y amor á los de su clase, y promoverán su bien y prosperidad.” Quedaron admitidas á discusion, y se mandaron pasar á comision Ultramarina (Folio 3007,3008. Nº 538). SESION DEL DIA 13 DE ABRIL DE 1812 Decreto creación del Consejo de Estado. Se dió cuenta así mismo del informe de la comision que entendió en la extensión del decreto de creación del Consejo de Estado sobre la proposicion del Sr.,Garóz, admitida á discusión en la 99 sesion de 17 de Febrero último (Véase ésta, y la del dia 19 del mismo), reducida á que ‘‘no pudiendo desempeñar el general Blake su empleo de consejero de Estado por hallarse prisionero, se nombrase otro en su lugar.” La comision era de dictámen que en atención á que dicho general no podia desempeñar el cargo de consejero de Estado por la situación en que se encontraba, y en consideración á que el número de indivíduos nombrados era la mitad del que se establecia en la Constitución, podria nombrarse un consejero más. Participaron de la discusion varios Diputados que hicieron varias proposiciones de las que se admitió la del Sr. Martínez: “Que desde luego se proceda al nombramiento de un consejero de Estado en lugar del Sr. Blake, de la misma manera que si no hubiera sido éste elegido.” El Sr. Castillo: Señor, habiendo reprobado las Córtes el dictámen de la comision, reducido á que, hallándose imposibilitado el general Blake para venir á ejercer las funciones de consejero de Estado, y que debiendo ser el número de estos el de 40, según la Constitución, podia por estas razones nombrarse otro consejero de Estado, la cuestion ha variado enteramente de aspecto; es decir, no se trata de aumentar el número de consejeros con uno más, sino de nombrar uno en lugar del general Blake, quedando siempre reducido por ahora á dos el número de los indivíduos del Consejo. A esto me parece se reduce la proposicion del Sr. Martinez, á la cual yo no puedo menos de oponerme. Señor, si ha de cesar el general Blake de ser consejero de Estado, ha de 100 ser necesariamente por una de estas dos causas, á saber: ó porque fue nulo su nombramiento, ó porque se le depone de este empleo. Yo creo que no hay razon para lo uno ni para lo otro. Para que fuera nula su eleccion, habia de ser, ó por falta de autoridad en las Córtes que lo nombraron, lo que no puede ni imaginarse, ó porque, como se ha insinuado por el autor de la proposicion, se hallaba el electo incapaz en el momento mismo de su eleccion. Mas ¿quién ha dicho que no siendo esta incapacidad absoluta ni perpétua, como no lo es, ha de invalidar su nombramiento? ¿No es claro que por una de las casualidades imprevistas de la guerra pueda este general venir á ejercer su empleo? ¿No sabian las Córtes cuando lo nombraron que Valencia estaba sitiada y que él se hallaba prisionero, y no obstante esta consideración, no tuvieron reparo para nombrarle? ¿Pues por qué se quiere ahora anular su eleccion por esta cuasa? Sobre todo, el argumento del señor Conde de Toreno no tiene solucion. Cuando las Córtes publicaron el decreto de nombramiento del Consejo de Estado, ya se sabia que Valencia se habia perdido y que Blake habia sido hecho prisionero, con cuyo acto ratificaron su eleccion. Véase ahora si hay cuasa para deponerle del empleo de consejero. Prescindo de si fué ó no culpable en la desgracia de Valencia; pero no teniendo nosotros los datos necesarios para formar juicio, ni correspondiendo á las Córtes la calificación de su conducta militar, no podemos aplicarle un castigo que debe ser el resultado de un juicio. Estos son los fundamentos que tengo para opo- 101 nerme á esta proposicion. Yo no conozco al general Blake; pero la razon, la justicia y el honor mismo del Congreso me han movido á hablar sobre esta materia. (Folios 3043 - 3046. Nº 543). SESION DEL DIA 20 DE ABRIL DE 1812 Dictámen de las comisiones Ultramarina y Eclesiástica…sobre rentas decimal es para el Obispado de Nicaragua. Acerca de las proposiciones de los Sres. Castillo y Lopez de la Plata, que en sesion de 27 de Agosto último se admitieron á discusión, y mandaron pasar para que dieran su dictámen á las comisiones Ultramarina y Eclesiástica propuso la primera, que se aprobase y concediese lo que por dichas proposiciones se pide; y en vista de una representación del Rdo. Obispo de Nicaragua, con la cual acompañaba los estados de todas las rentas decimales de su obispado, y de otra de aquel cabildo eclesiástico, cuyos documentos se reunieron al expediente, propuso además que se proveyesen inmediatamente los curatos de Leon y pueblo de Subtiaba, y se dijese á la Regencia que dispusiese de los 24.000 ó más pesos fuertes que hay en efectivo del producto de los cuatro novenos beneficiales de que tratan las anunciadas proposiciones. La segunda reducia su dictámen á estas dos proposiciones: “Primera. Que la Regencia del Reino encargue al Rdo. Obispo de Nicaragua que proceda inmediatamente á proveer con curas propios á las iglesias de Leon y de Subtiaba en cumplimiento y conformidad á la Real cédula de 17 de abril de 1804. 102 Segunda. Que para los demás puntos contenidos en este expediente, la misma Regencia, en uso de sus facultades y de las de V. M. , que en caso de necesitarlas se le conceden, dé las providencias y órdenes que juzgue más oportunas y convenientes para el bien de aquella iglesia y felicidad del Estado.” Acerca de este asunto, se suscitó un discusión muy viva. El Sr. Polo, á quien apoyaron los Sres. Quintano, Zorraquin, Argüelles, Golfin, Calatrava, Gallego, y Muñoz Torrero, creyó que este asunto no estaba suficientemente informado; que por lo mismo era necesario oir sobre él al Gobierno, tanto más, cuanto que en su concepto podria tal vez quedar perjudicado el Erario público con las medidas propuestas por las referidas comisiones, y en consecuencia hizo la siguiente proposicion: “Pase á la Regencia el expediente para que tome por sí las providencias que estén en sus facultades, é informe lo que estime conveniente sobre los puntos que correspondan á la resolucion de las Córtes.” Los Sres. Lera, Castillo, Alcaina, Lopez de la Plata, Morrós y Bárcena sostuvieron con teson los dictámenes de las comisiones, manifestando la absoluta necesidad que hay de que se provean en pastores propietarios los curatos de Leon y Subtiaba, y de instituir en la Santa Iglesia de Nicaragua las dos canongías propuestas, por ser del todo indispensables para la decencia del culto divino, haciendo presente al mismo tiempo que el aplicar los cuatro novenos beneficiales á dicha iglesia, no era más quedarles el destino para que 103 fueron instituidos, sin que por esto quedase perjudicada la Hacienda pública, en cuyas arcas jamás habian entrado los productos de aquellos novenos, aunque se habian mandado depositar, etc., etc. El Sr. Vicepresidente, fundado en que la proposicion del Sr. Polo no se oponia directamente á los dictámenes de las comisiones, y que solamente era una disposición ó una medida que previamente podia tomar el Congreso, para deliberar con más acierto en este tan delicado negocio, propuso que se procediera á la votacion de aquella, con cuya votacion se averiguaría si era el ánimo del Congreso el que se informase más plenamente dicho asunto; cuyo parecer prevaleció, no obstante la oposición de los señores que apoyaban los expresados dictámenes. Se votó, pues, la proposicion del Sr. Polo, la cual quedó aprobada (Folios 3077, 3078. Nº 548). SESION DEL DIA 27 DE ABRIL DE 1812. Decreto é instrucciones relativas á la convocatoria de las Córtes ordinarias. Verificada, según lo acordado en la sesion de anteayer, la lectura de la minuta de decreto, é instrucciones relativas á la convocación de las Córtes ordinarias, presentó la comision de Constitución la siguiente adicion á las instrucciones. Compuesta de seis artículos, por lo cual hizo uso de la palabra el Sr. Castillo. El Sr. CASTILLO: Señor, es ciertamente muy sensible que, habiendo sido apoyadas por la comision de Constitución las proposiciones de los Sres. Giraldo y Aróstegui, hayan sido desaten- 104 didas por la misma comision las proposiciones del Sr. Gordoa y mia, no obstante que están apoyadas por los mismos ó mayores motivos de justicia y conveniencia pública que las dos primeras. Sin embargo, como yo no he visto que mi proposicion haya sido impugnada con razones que persuadan lo contrario, no puedo menos de reproducir las razones que tuve para hacerla. La grande extensión del reino de Goatemala (usando de la antigua nomenclatura), la diversidad de las provincias que se comprenden en él, sus diferentes producciones y relaciones de comercio, y si se quiere la oposición de sus intereses, todo esto me movió á proponer á V. M. una medida de allanarse estas dificultades: tal es que mientras no se haga efectiva la demarcacion de l a s p r o v i n c i a s , c o m o p r e v i e n e l a Constitución, se forme en el reino de Goatamala, además de la Diputación que ha de haber en aquella capital, otra en la provincia de Nicaragua, agregándose la provincia de Honduras y Costa-Rica. Señor, en el proyecto que acaba de leerse para la convocación de Córtes ordinarias, se dispone que en cada capital se forme una junta preparatoria, que con presencia de las circunstancias de aquel reino designa los lugares en que se han de hacer las elecciones de Diputados en Córtes, y que verificadas estas tres del número de los electores, que serán designados por la suerte, irán de cada provincia á la capital del reino, para que reunidos en ella elijan los indivíduos de la Diputación provincial. Si esta medida se aprueba, resulta que distando mi provincia 400 leguas de la capital, quedan los vecinos de aquella constituidos en la dura necesidad de hacer cada dos 105 años unos viages tan dilatados como dispendiosos. A estas largas distancias en que se hallan aquellas provincias es necesario agregar la fragosidad de los caminos desiertos sin posadas, y una multitud de caudalosos rios, que impiden muchas veces el tránsito, y muchas otras dificultad e s , q u e h a r á n i m p r a c t i c a b l e s e s t a s Diputaciones. No crea, V. M. que exagero en nada estas dificultades. Yo quisiera que mis dignos compañeros informacen á V. M. de la verdad de estos hechos, y no dudo que el señor Diputado de aquella capital, mediante su honradez é integridad que tiene tan merecidas, convendrá conmigo en la necesidad de esta Diputación que he propuesto á V.M. Si V.M. se dignase concederla, se libertarian aquellos pueblos de unas cargas tan pesadas, y quedarán reducidos á 200 leguas los viajes más largos, que es el principal objeto que me he propuesto. Tanto más necesaria es esta medida, cuanto son muy interesantes las provincias de Nicaragua, Comayagua y Costa-Rica, así por su situación tan ventajosa, como por sus preciosas producciones. Comayagua en su vasta extensión tiene terrenos muy fértiles en que ejercitar la agricultura, y su centro está lleno de una multitud de minerales de todos los metales; hay en ella varios reales de minas, y es única provincia que provee de las platas que se amonedan en aquel reino. Nicaragua es muy interesante por su situación, y por el gran lago de agua dulce que la baña en su centro; esto es navegable, y desagua en el Atlántico por el caudaloso rio San Juan, 106 tambien navegable, aunque en buques menores. Se extiende esta laguna hasta muy cerca de la costa del mar pacífico; de manera que por partes solo dista cuatro leguas: tiene tambien esta provincia varios puertos al S., y especialmente el famoso Realejo, donde pueden fondear buques de todos tamaños; todo los cual, unido á la fertilidad de su suelo, donde se cosecha cacao, azúcar, añil y algodón, la hacen capaz de tener un comercio muy extenso. Es una de las más antiguas provincias; en ella se formó la expedición para el Perú, y seguramente estaría más poblada si el oro de aquel pais no hubiese llamado hácia él á los españoles. Costa-Rica, situada entre Nicaragua y la provincia de Panamá, está colocada casi en la medianía del continente americano; tiene puertos hacia las costas de uno y otro mar, que le sirven de limites. La extensión de esta provincia es muy grande, y mayor en mi concepto que las dos primeras: hay en su comprensión varias naciones de indios gentiles, y hay terrenos que no se sabe lo que contiene, porque hasta ahora no han sido señalados con la huella humana. Como tiene diversos temperamentos, produce frutos de todos climas; se cosechan actualmente tabaco, azúcar, cacao, y toda especie de granos; tiene maderas muy esquisitas, así para construccion naval como civil, y en tanta abundancia, que pueden fabricarse innumerable buques. En lo interior de la provincia hay muchos y muy ricos minerales de todos los metales, sin embargo de que no se trabaja actualmente ni una sola mina. En sus costas se pesca la perla, el carey y el 107 precioso múrico, de que se extrae la más rica púrpura. Vea V. M. por estos ligeros rasgos las riquezas que tienen estas tres provincias tan favorecidas de la naturaleza; y si en su estado actual no corresponde á estas ventajas, no es por otra causa que por la falta de fomento, y el total abandono en que han estado. Cada una de estas provincias tiene en sí misma todos los elementos que constituyen un imperio; ¿pues por qué no han de tener todas tres una Diputación provincial, es decir, una sociedad económica que se ocupe exclusivamente de promover el bien y felicidad de aquellos países? Abrir caminos en inmensos espacios, que ó no se comunican ó si se comunican es por estrechas veredas y despeñaderos, componer los puertos de uno y otro mar, y construir en ellos sus correspondientes muelles, promover y fomentar la minería, agricultura, fábricas, navegacion y educación pública en tan dilatado territorio, todo esto deberá ser el objeto en que se ocupará la Diputación que propongo á V. M. Pues, Señor, si se quiere acortar, si la voluntad del Congreso no es otra que la de hacer la felicidad de los pueblos, asi el medio más seguro de conseguirla son las Diputaciones distribuidas con órden y medida en el vasto terreno de la América española,¿por qué no ha de acceder V. M. á la que le propongo, cuya utilidad y necesidad tengo demostrada? Tampoco debe calificarse de excesiva esta medida; porque si en el proyecto se establecen 30 Diputaciones para la Península, no hay razon para que Goatemala, cuya extensión es dupla de aquella, solo se establece una sola. Acaso se dirá que estando todo aquel reino sujeto al mando de un solo jefe, no es convenien- 108 te que haya en él muchas Diputaciones; pero tampoco se ha observado esta regla en la Península, pues que sus provincias, sujetas cada una á un solo mando, sin embargo, tienen tres, cuatro y cinco Diputaciones; tales son las Castillas, Andalucia, Provincias Vascongadas, etc. Luego la unidad del mando no debe servir de obstáculo para que en Goatemala se establezcan dos Diputaciones provinciales, cada una de las cuales apenas podrá llenar los fines de su instituto. Porque, Señor, no se crea que porque se erija la Diputación que tengo pedida se debilita la Diputación de la Capital. Esta se compondrá de la rica provincia de San Salvador, que cosecha el precioso fruto de los añiles, de la provincia de Chiapa, que tambien es muy interesante, de la capital del reino, y de otras siete provincias menores; de forma que su extensión y población son mayores que las de la otra Diputación. Creo, pues, que he manifestado no haber inconveniente que se oponga á mi proposicion, y que, por el contrario, es una medida muy útil, que concilia todas las dificultades que ofrecen las largas distancias en que están las provincias de aquel dilatado reino. Por este medio se logra tambien dar impulso á la industria hasta en los más apartados ángulos de aquel vasto territorio. Por tanto, concluyo pidiendo que se sirva deliberar V. M. sobre mi proposicion, quedando yo dispuesto á responder caso que se opongan algunos señores (Folios 3110, 3111, 3112. Nº. 553). 109 SESION DEL DIA 3 DE MAYO DE 1812 En la discusión del decreto relativo á las Diputaciones provinciales. En la discusion del segundo artículo hizo el Sr. Castillo esta proposicion: “Las elecciones de los indivíduos de las Diputaciones provinciales se harán en las capitales de las provincias comprendidas en el territorio de la Diputación. Si en el distrito de una Diputación provincial hubiese siete provincias, cada una de ellas elegirá en su respectiva capital un indivíduo para la Diputación: si fuese menor el número de provincias, las que tengan mayor población elegirán dos ó más diputados provinciales; pero si fuese mayor, entonces elegirán en el primer bienio las siete que tengan mayor población, y en e l siguiente elegirán las que fueron excluidas en el anterior. Las juntas preparatorias quedan autorizadas para hacer las declaraciones que juzguen necesarias con arreglo á las reglas comprendidas en esta proposicion” Despues de algunas reflexiones, en que se manifestó que el contenido de esta proposicion debia contrarse á Ultramar, se aprobó hasta las palabras ‘‘elegirá en su respectiva capital un individuo para la Diputación” inclusive, pasándose lo demás á la comision de Constitución para que lo arreglase. (Folio 3133 -3138. Nº 557): SESION DEL DIA 13 DE MAYO DE 1812 Adicion de voto particular contrario á lo resuelto relativas á la formación de Juntas preparatorias en ciertas capitales del Perú. 110 Se leyó y mandó agregar á las Actas voto particular de los Sres. Castillo, Ramos de Arispe, Larrazabal, Gordoa, Llano y O`Gavan, contrario á lo resuelto en la sesion de ayer, en que no se admitieron á discusión las adiciones del Sr. Mejia, relativas á la formación de Juntas preparatorias en ciertas capitales del Perú, que no se expresan en las instrucciones (Folio.3183. Nº 565). SESION DEL DIA 16 DE MAYO DE 1812 Discusión art. 4.º, de las instrucciones para la convocatoria de Córtes de Ultramar. El Sr. Castillo presentó para que se agregase á la misma instrucción, la proposicion siguiente: “En las provincias de Ultramar, que por su estado político no pueden verificar las elecciones de Diputados para las próximas Córtes, las provincias que se han mantenido unidas á la Metrópoli harán las elecciones de Diputados que corresponden á la población de los países disidentes, siendo estos en calidad de suplentes como en la Península.”…no fue admitida a discusión (Folios 3187, 3188. Nº 567). SESION DEL DIA 18 DE MAYO DE 1812 Adicion á las Actas voto particular apoyando proposicion del Sr. Castillo sobre elección de Diputados suplentes. Se leyó y mandó agregar á las Actas el voto particular de los Sres. Larrazabal, Llano, Gordoa y Ramos Arispe, contrario á la resolucion de las Córtes del 16 de este mes, por lo cual no quedó 111 admitida á discusión la proposicion del Sr. Castillo, relativa á que en las provincias de Ultramar, que por su estado político no pueden verificar las elcciones de Diputados para las próximas Córtes, los pueblos que se han mantenido unidos á la Metrópoli hagan las elecciones de los Diputados que correspondan á la población de dicha provincia, siendo estos en calidad de suplentes (Folio 3189. Nº 568). SESION DEL DIA 18 DE MAYO DE 1812 Discusión sobre Diputaciones provinciales. Quedó aprobado en todas sus partes el siguiente dictámen, presentado por la comision de Constitución: “La comision, en vista de la proposicion presentada por el Sr. Castillo en sesion pública de 3 del corriente acerca del art. 2.º del proyecto de decreto sobre las Diputaciones provinciales, y teniendo presente que habiéndose aprobado ya para Galicia la instrucción que la divide en siete provincias subalternas, puede esta proposicion adoptarse en general, opina que podrá admitirse la idea del Sr. Diputado proponente; pero presentándola en un modo algo diferente, que al paso que podrá ser más claro, tenga analogía con el método que la Constitución establece con un motivo algo smejante, á saber: cuando determina en el art. 65 el modo con que se han de nombrar los electores de partido para juntas electorales de provincia que han de proceder al nombramiento de Diputados de Córtes. Esta idea será perceptible á vista del artículo como cree la comision que deberá extenderse, y es en los términos siguientes: 112 “Segundo. Que hasta que se verifique el nuevo arreglo de provincias, no habiendo de haber Diputación en aquellas en que se hará la eleccion de Diputados en Córtes, donde esto suceda; los indivíduos de la Diputación provincial serán nombrados en las capitales de las provincias comprendidas en el territorio de la Diputación. Si en el distrito de ellas hubiere siete provincias, cada junta electoral de provincia nombrará, del modo que se previene en el art. 328 de la Constitución un indivíduo para la Diputacion. Si el número de provincias fuere menor de siete, cada provincia elegirá uno, dos ó más, hasta completar el número que se requiere; pero si faltare aun un indivíduo, lo nombrará la provincia de mayor población; si todavía faltare otro, lo nombrará la siguiente en mayor poblacion, y así sucesivamente. Pero si el número de provincias fuere mayor de siete, nombraran la primera vez las siete que tuvieren mayor poblacion; en el segundo bienio entrarán á nombrar las que no lo hicieron anteriormente, y además hasta completar el número de indivíduos, las provincias de mayor población, y así alternará sucesivamente, teniéndose entendido que esta regla no deberá regir con aquellas ó aquellas provincias que en el número de habitantes excedan á lo menos en la mitad á la menor poblacion, pues las que estén en aquel caso nombran siempre.” El Sr. Castillo añade en su proposicion que seria conveniente que las Juntas preparatorias creadas para facilitar por esta vez la eleccion de Diputados de Córtes, fuesen autorizadas por un artículo expreso para allanar tambien las 113 dificultades que se pueden ofrecer sobre el punto de que se acaba de hablarse. La comision cree que esto será muy conveniente, y que esta prevencion deberá hecerse en su justo lugar, esto es, en la instrucción aprobada para las Juntas preparatorias de Ultramar. Si así lo estimaren las Córtes, podrá concebirse al artículo en estos términos: “Artículo…Las Juntas preparatorias resolverán todas las dudas que puedan ocurrir sobre la eleccion de las Diputaciones provinciales, arreglándose al decreto de las Córtes sobre esta materia.” Se procedió á la discusión del artículo del citado decreto sobre Diputaciones provinciales (Véase en la sesion del 20 de Abril ultimo); durante ella propuso el Sr Anér, en lugar de dicho artículo lo siguiente: “Turnando en las elecciones de indivíduos para la Diputación todos los partidos en que el dia se halle distribuida la provincia.” El Sr. Borrull: “Habiendo siempre en la Diputación un Diputado de la misma capital ó partido.” Quedaron aprobadas ambas proposiciones, y reprobado el art. 3.º, en cuyo lugar se sustituirán aquellas, debiendo quedar el artículo en estos términos: “Turnarán en las elecciones de indivíduos para la Diputación todos los partidos en que en el dia se halle distribuida la provincia, habiendo siempre en la Diputación un Diputado de la misma capital ó partido.”(Folio 3190. Nº 568). 114 SESION DEL DIA 3 JUNIO DE 1812 Continuó la discusión sobre el reglamento para el Consejo de Estado. La Secretaría presenta una serie de cláusulas y artículos relacionados sobre la forma de crear el Consejo de Estado, entre ellos el artículo 18. que dice los siguiente: “Para aliviarla en estos gastos, y en los demás de los sueldos del Consejo, entrará en secretaría por ahora, y hasta que las Córtes determinen otra cosa, el producto de los derechos de expedición de títulos y de sellos que hasta aquí se ha acostumbrado exigir con arreglo á las leyes; los recaudará el oficial que nombrare el respectivo secretario, y se establecerán por el Consejo para cuenta y razon las reglas que convengan, las que serán aprobadas por el Rey ó la Regencia:” Con respecto á este artículo hubo una difusa discusión, suscitada con motivo de haber pedido el Sr. Castillo que los derechos fuesen iguales para los de la Península como para los de Ultramar, como prescribían las leyes que citó, cesando la costumbre que entendia existir de cobrarlos dobles en los negocios relativos á la América. A consecuencia de esta discus i ó n , s e aprobó la s i g u i e n t e p r o p o s i c i o n d e l Sr. Calatrava: “Estos derechos serán iguales para ambos hemisferios, y se exigirán con arreglo al arancel que formaré el Consejo y remitirá la Regencia, con su informe á las Córtes para su aprobación.” (Folio 3253. Nº 581). 115 SESION DEL DIA 13 DE JUNIO DE 1812 Leyóse el dictámen de la Comision de Hacienda sobre el expediente del consulado de la Habana con fecha del 22 de mayo…apoyo a patriotismo del Consulado de la Habana. El Sr. CASTILLO: Señor, ciertamente es muy laudable el celo y patriotismo del consulado de la Habana en proporcionar la suma de 200.000 pesos fuertes para auxiliar la justa causa, que deben salir de un impuesto sobre los efectos que se introduzcan en aquella plaza. Mas sin que se entienda que yo me opongo á que continúe este impuesto hasta la realización de la expresada suma, quisiera que V. M., en lugar de aprobarlo, lo sancione, para que en toda la extensión de la Monarquía se persuadan que la autoridad de imponer contribuciones solo es propia y privativa del Congreso nacional. No se diga, Señor, que esta contribución es un donativo, porque un derecho impuesto sobre efectos que se introducen en una plaza, es una contribución indirecta que pesa siempre sobre los consumidores; y así no era bastante para que se llamase donativo el que fuese admitido por una junta de hacendados y comerciantes. Tampoco bastaba á autorizar el consulado de la Habana el que fuese excitado al intento por el de Cádiz, ni el que éste se llame órgano del Gobierno supremo, porque el mismo Rey tiene facultad para imponer contribuciones. Por tanto, pido á V. M. que sancione el referido derecho ó contribución, no debiendo por esto desmerecer el patriotismo de los vecinos de la Habana, de que han dado tantas pruebas, y de que yo mismo soy testigo ocular en el tiempo en 116 que permanecí cuando vine á incorporarme al Congreso. ¡Ojalá, Señor, que todas las corporaciones y ciudadanos de la Monarquía propusiesen á V. M. muchos arbitrios, para ejerciendo las Córtes una de sus augustas funciones, se ocupasen con más teson en proporcionar á la Pátria los recursos que tanto necesita (Folio 3310. Nº 588). SESION DEL DIA 17 DE JUNIO DE 1812 Se reanudó discusión interrumpida en sesion anterior sobre disensos matrimoniales, hicieron uso de la palabra varios Diputados sobre esta materia tomo la palabra el Sr. Castillo diciendo: El Sr. CASTILLO: Señor, se trata ó de coartar la autoridad de los padres sobre los hijos, ampliando la libertad de estos, ó al contrario, de restringir esta y ampliar aquella: tal es la cuestion presente. La Comision de Justicia propone que se fijé á los 23 años la edad en que los hijos han de adquirir la libertad de casarse sin el consentimiento paterno, bien se hallen bajo la pátria potestad, ó bien estén fuera de ella, derogando para esto la pragmática de 805, que fija á los 25 años la edad en que los hijos que están bajo la pátria potestad, adquieren la libertad de casarse sin el consentimiento paterno, rebajándose progresivamente esta edad en los casos en que los hijos solo tienen madre y no padre, ó cuando no teniendo ni uno ni otro, tienen abuelos, ó cuando solo tiene curadores. Cualquiera de estos dos medios que elija V. M., ya sea el que propone la comision, ya el de la citada pragmática, tendrá 117 siempre muchos inconvenientes, y la prudencia del legislador consiste en elegir aquel que cause menor número de males. Ha oido V. M. ponderar de un modo muy enérgico y patético la tiranía con que algunos padres oprimen á sus hijos, sacrificando á sus pasiones y caprichos las inclinaciones más tiernas de ellos, y hasta su fortuna y felicidad: es justo, pues, recordar tambien los derechos que los padres ejercen sobre sus hijos, y hasta qué grado se extienden esos derechos, para que V. M., teniendo presentes estos dos extremos, elija una medida que concilie el respeto de los padres con la libertad de los hijos. En efecto, el respeto y obediencia que los hijos, por derecho natural están obligados á prestar á sus padres; el precepto que Dios nos puso en el Decálogo de honrar padre y madre, todo esto exige imperiosamente que el hijo no deba pasar á contraer un enlace, que es el más importante negocio de su vida, sin el consentimiento de aquellos que le dieron el nacimiento y la educación. Esta obligación en que están los hijos de familia, se deduce tan claramente de la reverencia que deben á sus padres, que ha sido reconocida por los mismos paganos. Eurípides hace decir á Andrómaca que no pertenecia á ella, sino á su padre, la eleccion de un marido: sponsalium quidem meorum, meus pater curam subitit; hoc enim nom est meum. Además, la experiencia nos enseña que los matrimonios que los hijos celebran sin el consentimiento paterno es efecto muchas veces de libertinaje, ó á lo menos de una pasion ciega y des- 118 arreglada. La Santa Escritura nos da á conocer que á los padres toca disponer del matrimonio de su hijos, y que Dios no aprueba lo que estos hacen sin su consentimiento; porque todas las veces que se ponen preceptos á los israelitas en esta materia se dirige la palabra á Deuteronomio dice Dios: “vosotros no dareis vuestras hijas á los hijos de naciones infieles.” En el capítulo IX de Jeremías, hablando con los judíos cuativos en Babilonia, les ordena que casen á sus hijos: date filis vestris uxores, et filias vestras date viris. El Eclesiástico dice á un padre de familias: trade filium, et grande opus feceris: et da illum homini sensato. Y San Pablo deja expresamente al arbitrio de un padre el casar ó no casar á su hija: qui matrimonio jungit virginem suam bene facit, et qui non jungit melius facit. De resulta que la ley divina ordena á los hijos el dejarse conducir en sus matrimonios por el dictámen de sus padres, á quienes dios ha cometido el cuidado de proveer á su establecimiento; así vemos que Isaac, Jacob y Sanson no tomaron mujeres sino según la eleccion de sus padres, y Esaú es reprendido en el Génesis por haberse casado sin el consentimiento de su padre y madre. Conforme á estas autoridades sagradas, la iglesia prohibió desde los primeros siglos los matrimonios de los hijos de familia contra la voluntad de sus padres. A principios del siglo IV prohibió el Concilio de Elvira que los padres casasen a sus hijos con mujeres paganas, herejes ó judias; prueba clara de que la iglesia estaba persuadida que el matrimonio de los hijos debia hacerse con la voluntad de los padres. En el siglo 119 XVI los padres del Concilio de Colonia querian que se renovase el cánon Aliter, que Graciano refiere en la causa 30, cuestion 5.º, como hecho por el Papa Evaristo contra los matrimonio de los hijos sin el consentimiento de sus padres. Y el Concilio de Trento, aunque declaró que la falta de consentimiento de los padres no anula el matrimonio de sus hijos, dice expresamente que la iglesia ha mirado con horror siempre tales matrimonios, y los ha prohibido con justísimas causas. Las leyes civiles exigen igualmente el consentimiento paterno para los matrimonios de los hijos de familia. Justiniano en su Instituta, después de declarar que los púberes son hábiles para casarse, añade que si estos están bajo la pátria potestad, necesitan previamente el consentimiento de su padres. El Código y los Digestos abundan de semejantes disposiciones. Nuestras leyes castigan con penas severas á los transgresores de este acto de respeto que los hijos deben con tanta justicia á sus padres. Mas como puede haber padres que abusen de esta autoridad que la naturaleza les da sobre sus hijos; como se han visto algunos padres que se conducen de una manera muy contraria á aquella que la ternura paternal inspira á los demás, es decir, que por dureza codicia ó capricho se oponen á los enlaces de sus hijos, no solo racionales, sino aun ventajosos, de aquí es que la potestad civil ha puesto limites á la autoridad de los padres, que está fundada en la equidad y justicia. A este intento, la pragmática de 803 fijó 120 á los 25 años de edad, en que los hijos bajo la pátria potestad pueden casarse sin el consentimiento paterno, y á los 23 la edad de las hijas para el mismo efecto. De este modo se ponen límites á la dureza de los padres, sin abandonar á los hijos á su débil razon, mientras esta no es bastante ilustrada para conducirse prudentemente en un negocio tan árduo como es el del matrimonio. Según estos principios, que quedan ya sentados, ¿convendrá reducir á 23 años la edad en que los hijos varones que están bajo la pátria potestad adquieran la libertad de casarse sin haber menester del consentimiento de sus padres? Este es el dictámen de la comision, el cual no se apoya en otra razon que en la de que en la referida edad ya está el hombre enteramente formado, así en lo físico como en lo moral, supuesto que, cuando solo tiene curador, la ley le habilita para casarse en dicha edad sin el consentimiento de otra persona. Mas aun cuando fuese cierto que el entendimiento humano esté perfectamente formado a los 23 años, ¿qué razon hay para que á un mismo tiempo adquieran los hijos la libertad de casarse, así los que no están como los que están bajo la pátria potestad? Pues qué, ¿es uno mismo el respeto que se debe á un padre que á un caurador? Otra razon que he visto alegar es que el menor á los 23 años puede elegir curador, y que, por consiguiente debe tener en dicha edad libertad de casarse. Por esta misma razon debia adquirir dicha libertad desde que entra en la pubertad, pues desde entonces tiene facultad de elegir curador; ¿y no seria absurdo dar facultad á un jóven de 14 años para que 121 pudiera casarse sin necesidad de pedir consentimiento de otra persona? Señor, es menester no olvidarnos que esta cuestion está enlazada con muchas disposiciones de nuestra legislación, y que es necesario uniformar en cuanto sea posible estas materias. Según nuestras leyes, el menor, aunque haya cumplido 25 años, no puede administrar por sí sus bienes; tampoco es hábil para obtener los cargos públicos, ni menos puede comparecer en juicio; y á este mismo se le ha de conceder facultad para que pueda libremente casarse sin el consentimiento de su padre? Creo, pues, que no hay motivo suficiente para innovar la escala progresiva que establece la pragmática de 803, en que declara las diferentes edades en que los hijos de uno y otro sexo adquieren la libertad de casarse, segun las diferentes circunstancias en que se hallen. En cuanto á los otros puntos dos puntos que propone la comision, acaso yo convendré con su dictámen, y lo manifestaré cuando se discutan; mas en el presente creo que no debe hacerse mencion alguna…(La discusión quedo pendiente), (Folios 3330-3333, 3334. Nº 591). SESION DEL DIA 15 DE JULIO DE 1812 Continuando la discusión del art. 44, del proyecto de ley sobre el arreglo de tribunales y juzgados de primera instancia. Dijo. El Sr. CASTILLO: Señor, veo que los señores de la comision sostienen este artículo del proyecto, creyendo que es necesario para observar el de la Constitución, en que se dispone 122 que todo pleito debe terminarse con tres sentencias y tres instancias, dejando á la ley que designe cuándo la primera instancia causará ejecutoria, cuándo la segunda y cuándo la tercera. En mi concepto, el presente artículo no es necesario para este efecto. Porque en los juicios verbales que se cometen á los alcaldes de los pueblos, no habiendo lugar á la apelación de la sentencia de estos, queda ya determinado el caso ó casos en los cuales la primera sentencia cuasará ejecutoria, sin que se diga que estos por ser verbales no son unos verdaderos juicios, porque la circunstancia de ser escritos no es esencial a los juicios, y además tienen aquellos todas las cualidades que constituyen los juicios. Mas si lo dispone la Constitución, solamente ha de entenderse con respecto á los juicios escritos y formularios, en este caso podria reformarse el artículo que se discute en estos términos: “en los pleitos de propiedad, cuyo interés no exceda de 200 pesos en la Península y 400 en Ultramar, deberán decidirse siempre con la sentencia que pronuncie el juez de letras, ó lo que es lo mismo, que en estos casos la primera sentencia causará siempre ejecutoria.” De este modo se observaria mejor lo que dispone la Constitución, y no como la comision pretende, pues quedando el artículo como está en el proyecto, no es la sentencia primera la que causa ejecutoria en los pleitos de menor cuantía, sino la sentencia de vista, ya sea que confirme, ya que revoque la primera. Además, es menester no olvidar lo que muy oportunamente dio ayer el Sr. Creus, á saber: que en caso de que la sentencia de vista revoque la primera causando ejecutoria en los casos expresados, ¿cómo podrá aquietarse 123 aquel que obtuvo á su favor la sentencia del juez de letras? Qué seguridad, ó qué probalidad podrá quedarle de la justicia de su pleito á uno que tiene una sentencia en pró y otra en contra? Por tanto, me parece más conforme á la Constitución ó determinar que cuando el interés del pleito no excede de 200 pesos en la Península, y duplo en América, la sentencia primera ha de causar precisamente ejecutoria, ó suprimir este artículo, facultando los alcaldes para que puedan juzgar verbalmente con los dos asociados nombrados por las partes hasta en cantidad de 200 y 400 pesos respectivamente aquí y allá: lo que seria mi opinión, pues me parece mucho más acertado ampliar las facultades de los alcaldes, que evitar gastos y dispendios en las fórmulas y ritualidas forenses (Folio 3438, 3439. Nº 611). SESION DEL DIA 24 DE JULIO DE 1812 Elección de Oficios. Fue electo Vicepresidente de las Córtes el Sr. Castillo. Procediéndose á la eleccion de oficios, resultó nombrado Presidente el Sr. D. Felipe Vazquez Canga; Vicepresidente, D. Florencio del Castillo, y Secretario, Don Juan Quintano (Folio 3466.Nº 617) SESION DEL DIA 12 DE AGOSTO DE 1812. Continúo discusión de la minuta de decreto sobre escribanías. Admitióse otra del Sr. Castillo, extendida en estos términos: “Señor, cuando por la conveniencia pública se ha servido V. M. suprimir algunas corporacio- 124 nes ó empleos establecidos, ha tenido á bien, siguiendo los principios de justicia y equidad, dejar á los empleados de plazas suprimidas en el goce de sus honores y sueldos, en esta virtud, habiéndose servido V. M. en la sesion de ayer suprimir las plazas de alguaciles mayores de las Audiencias, pido “que consiguiente á los invariables principios de justicia, declare V. M. que los expresados alguaciles mayores que hayan obtenido sus plazas por provision del Rey quedarán en el goce de sus honores y sueldos hasta que obtengan otro destino igual, y que los que obtienen estas plazas por juro de heredad sean indemnizados.” (Folio 3533. Nº 631) SESION DEL DIA 31 DE AGOSTO DE 1812 Continuó la discusión del proyecto de ley sobre arreglo de tribunales. Adicion al art.27. Hizo el Sr. Castillo la siguiente adicion al art 27, que no fué admitida á discusión: “Que las Audiencias dentro de treinta dias deban confirmar ó revocar las sentencias dadas por los jueces de partido cuando se impone la pena corporal, y las partes consienten la sentencia.” (Folio. 3621. Nº 645). SESION DEL DIA 1 DE SETIEMBRE 1812. Continuando con la discusión proyecto de ley sobre Audiencias. El Sr. Castillo. Hizo la siguiente al art. 27 (Capítulo II). “Si las Audiencias dentro del término de sesenta dias, contados desde la fecha en que, recibieron los autos remitidos en consulta, no 125 confirmaron ó revocaron la setencia del juez inferior, deba esta ejecutarse necesariamente. No fué admitida á discusión (Folio, 3629. Nº 646). SESION DEL DIA 1 DE SETIEMBRE DE 1812. Adicion al art. 8. del capítulo III. Al art. 8.º Cap. III. hizo el Sr. Castillo la siguiente adicion, que no fue admitida: “Los alcaldes de los pueblos en que no residan los jueces de partido estarán autorizados para seguir las causas civiles y criminales hasta ponerlas en estado de sentencia.” (Folio 3630. Nº 646). SESION DEL DIA 15 DE SETIEMBRE DE 1812 Voto contra la aprobación del art. 3.º del capítulo V del proyecto de ley para el arreglo de tribunales. Se mandó agregar á las Actas el voto particular de los Sres. Larrazabal y Castillo contra la aprobación del art. 3.º del capítulo V del proyecto de ley para el arreglo de tribunales, sancionado en la sesion de ayer (Folio 3687. Nº 657). SESION 1812 DEL DIA 24 DE SETIEMBRE DE Voto contrario al art. 2.º. del capitulo IV de la ley de arreglo de tribunales. Se mandó agregar á las Actas el voto particular de los Sres. Castillo, Larrazabal y Ramos Arispe, contrario al art.2.º del capítulo IV 126 del proyecto de ley sobre el Arreglo de tribunales (Folio 3745. Nº 664). SESION DEL DIA 10 DE OCTUBRE DE 1812 Creación de comision para el cumplimiento de los acuerdos emanados del Supremo Congreso. Para la comision propuesta por el Sr Castelló y aprobada por S. M. en la sesion del dia anterior, nombró el Sr. Presidente á dicho Sr. Castello, y á los Sres. Castillo y Quiroga. (Folio 3799, 3800. N º 675,676) SESION DEL DIA 21 DE OCTUBRE DE 1812 Se abrió discusión sobre proposicion para abolir las mitas presentada por el Sr Castillo. Se abrió discusion sobre la abolición de las mitas, etcétera, y sobre las demás proposiciones hechas por el Sr. Castillo en la sesion del 4 de Abril último, según se habia anunciado en la del 19 de este mes. Leyóse el dictámen de la comisión Ultramarina acerca de dichas proposiciones. (Véase en la Sesion del 12 de Agosto último la parte de este dictámen relativa a la primera proposicion: sobre las demás decia la comision): “por las mismas razones cree la comision debe aprobarse la segunda proposicion, relativa á eximir á los indios del servicio personal que dan á los curas y otros funcionarios públicos, obligándoseles á aquellos á satisfacer los derechos parro- 127 quiales. La única razon con que se procura cohonestar esta práctica, es, que los indios, en atención á su estado de pobreza, tiene más facilidad en compensar á sus curas con el servicio personal que con la paga integra de los derechos parroquiales: no obstante, aunque la comision cree que es cierto el principio de que los fieles están obligados á satisfacer á sus pastores el pasto temporal por el espiritual, juzga que este medio del servicio personal, inventado al parecer en beneficio de los mismos indios, les es una carga pesadísima, pues que trastorna las leyes de la naturaleza, y además es perjudicial á la industria, y por consiguiente al Estado. Obligar á un marido que abandone á su consorte, arrancar á un padre del seno de sus hijos, y sacar á estos del lado de aquel, con las consecuencias terribles, pero necesarias, del servicio personal que se obliga dar á los indios. Además, si se calculan los jornales que pierden al cabo del año los destinados á servir, se demostrará no solamente la necesidad de quedar estos arruinados, sino que tambien la sociedad pierde la suma que producen estos jornales, lo que es contrario á la industria y riqueza de la Nacion. En esta virtud, opina la comision que debe eximirse á los indios del servicio personal, ya sea á sus curas, ó ya á otros empleados ó funcionarios públicos, obligándoles á satisfacer los derechos parroquiales en el modo que lo hacen las demás clases. La tercera proposición, relativa á que las cargas públicas como composturas de caminos, puentes etc. deban repartirse proporcionalmente entre los indios y demás vecinos de los pueblos, es 128 conforme á lo dispuesto por las leyes. Del mismo modo juzga la comision sobre la quinta, en que se propone que en el servicio de cofradías y sacristías no se empleen mayor número de indios que el necesario. El objeto de una y otra es más propio de los ayuntamientos y curas de indios, que de las Córtes, pero no hay inconveniente en que se mande de nuevo su cumplimiento. El repartimiento de tierras á los indios, que se indica en la cuarta proposicion, es muy conveniente en sentir de la comision, pues este es un medio muy eficaz hacer propietarios á los indios, y estimularlos al trabajo. Es tambien muy conforme esta providencia con lo que V. M. tiene decretado, á saber: que se reduzcan á propiedad particular todos los terrenos de propios, realengos y baldíos, con el importante objeto de promover la agricultura é industria. Por tanto, la comision cree que es muy conforme á las benéficas intenciones de las Córtes hacer a los indios el repartimiento de tierras en propiedad, más en cuanto á que este repartimiento se haga de las tierras de comunidad, como pide el autor de la proposicion, la comision encuentra alguna dificultad. Se han mirado siempre como un sagrado las tierras de comunidades de indios, no solamente porque en ellas trabajan algunos naturales sus labores llamadas de comunidad, sino tambien porque cada indivíduo tiene en ellas el uso de aquella porcion que puede cultivar, como tambien de las maderas y otros frutos en la parte que necesita. Así, pues, opina la comision que podrian repartirse las tierras inmediatas á las de los 129 pueblos, con tal que no sean de dominio particular, tanto más, cuanto que en América hay inmensos espacios incultos, que no pertenecen á los indivíduos ni comunidades. Mas si las tierras de comunidad fuesen muy cuantiosas con respecto á la población del pueblo á que pertenecen, en este caso sería muy justo repartir en propiedad particular hasta la mitad de dichas tierras. Por tanto, la comision es de dictámen, que decretando las Córtes el repartimiento de tierras a favor de los indios de la manera que va indicada, se deja á las Diputaciones provinciales la realización de esta providencia, como tambien la signacion de la cuota que habrá de repartirse á cada indivíduo, con respecto á las particulares circunstancias de cada país. En la última proposicion se pide que en todos los seminarios conciliares de América, la cuarta parte de las becas de merced se provean necesariamente en indios que reunan las circunstancias que pide el santo Concilio de Trento. La comision no encuentra reparo en acceder á esta solicitud, menos en la asignacion de la cuarta parte que se propone; porque no guardando una misma proporcion la población de indios con respecto á las demás castas en todos los obispados, resulta que en unos deberán proveerse más de la cuarta parte de becas en indios, por ser su población respectivamente mayor, y en otros casos menos, por igual causa. En esta virtud cree la comision que podrian salvarse los deseos del proponente con decretar que en todas las diócesis de América se provean necesariamente algunas becas en indios, de forma que nunca falten en todos los semina- 130 rios algunos alumnos indios.” Concluida esta lectura pidió el Sr. Castillo que se leyese la parte del informe dado por el Gobierno, acerca de una proposicion del Sr. Ostolaza, relativa al asunto de las mitas. Se leyó dicha parte, y es como sigue: “El contenido de la proposicion sexta es un asunto de los más importantes para toda la América por su trascendencia é influjo, y por la dificultad de conciliar los sentimientos de humanidad con los intereses de muchos cuerpos y particulares. Solicita el Sr. Diputado que cada partido contribuya con una cuota determinada de sus vecinos, sin excepcion alguna, para el laborío de sus minas, pagándole en dinero sonante el jornal de estilo. Esto es lo que propiamente, bajo cierto aspecto, llaman las leyes de Indias mita, ó bajo de otro, servicio personal, que tanto ha pesado sobre los infelices indios, y cuyo nombre solo los estremece. El orígen de tan dura carga lo declara la ley 19, libro 6.º, titulo XII de la Recopilación de aquellos dominios, donde se ordena que esta providencia se lleve á efecto en los términos más suaves posible, y que cese luego que haya obreros ó esclavos que cultiven los campos y trabajen las minas, de modo que se verifique su conservación, pues todo lo demás que exceda de esta latitud y proporcion, ya toca al interés de los particulares, y por ningun respecto se debe permitir. Verdaderamente que el imponer un gravámen de esta naturaleza á todo un pueblo, es una de las mayores desgracias que puedan sobrevenir, y valdria más, como dice la ley 12 del 131 mismo título y libro, “que se atendiese á la conservación de los indios, que á la más ó menos saca de plata y oro;” mandato bien digno de que le tenga presente un Diputado del pueblo, no solo para esforzar sus conatos á que se observe con puntualidad, sino para oponerse enérgicamente cuando se intente contravenirle, y aumentar la desdicha hasta el término de querer someter todas las clases á la particular de los mineros, desentendiéndose de lo que proviene la ley II, libro 6.º, título I, que exceptúa sabiamente de esta penalidad á los indios maestros de carpintero, albañiles, etc., etc. La expresada ley 21 fija la cuota de la mita en el Perú á la sétima parte del vecindario, y en Nueva-España, donde ya no hay semejante contribución, á la cuarta. En Tucuman era menor, y en Chile ninguna. En fin, hay tanta variedad sobre este punto en toda la América, que no puede señalarse una regla invariable; sí solamente que es un servicio insoportable y destructor; y el Consejo de Regencia llama la atención del Congreso hacia tan importante asunto, recomendándole eficazmente cuanto de él dicen las leyes de Indias desde la 19 del dicho libro 6.º, título XII, hasta el 64, y las que tratan del servicio personal en los títulos XIII y XIV del mismo libro, para que después de su vista y exámen se procuren corregir los abusos que se hayan introducido, se supriman muchas de estas asignaciones personales á ciertos empleados y funcionarios públicos, y además se adopta una medida que tenga por objeto aliviar á los afligidos indios, sin menoscabar la industria y agricultura.” 132 Tomó en seguida la palabra, y dijo: El Sr. CASTILLO: Señor, constituido en la obligacion de mirar por el bien y felicidad de los pueblos, creí de mi deber proponer á V. M. la abolición de las mitas y de toda servidumbre personal, con que por tanto tiempo y con tanta injusticia han sido vejados los miserables indios. Creí que era indispensable remover todos los obstáculos que se oponen á la felicidad de la Nacion, para que fructifiquen las tareas de V. M. que para coger los frutos óptimos que una Constitución debe producir á su tiempo, es decir, después de planteada, es necesario derogar aquellas leyes ó estatutos, que siendo efecto de un sistema arbitrario, están en absoluta contradicción con los principios sancionados en ella. Hablo, Señor, en esta materia, con toda la seguridad que me inspira la justicia de mi causa, y con toda la confianza que me ofrece la rectitud y la ilustración del Congreso; hablo por la humanidad paciente; hablo por los afligidos indios, por los indígenas del nuevo mundo, que por tantos títulos son acreedores á nuestra consideración, y hablo para que se ponga fin y término á los males y vejaciones que sufren. Cuando se dió principio á esta discusión, el digno Diputado de Guayaquil hizo ver de un modo muy enérgico y patético, que la equidad, la justicia y la humanidad se interesan en la abolición de las mitas. En efecto, Señor, la idea solo de la mita hará estremecer á V. M.: ella es una servidumbre personal, que ha convertido en esclavos los hombres libres; es un tributo de sangre humana, que ha destruido y casi aniquilado á los miserables indios; ella trastorna los principios esenciales de la sociedad, echa por tierra los más 133 preciosos derechos del hombre libre; es incompatible con la libertad civil, derecho de propiedad y seguridad individual de los ciudadanos; ella causa, en fin, infinitos males, y ningunos bienes. V. M. convendrá conmigo en estas verdades, con solo formarse una idea cabal de lo que se llama mitas: por esta voz se entiende cierta contribución de hombres que los pueblos de indios son obligados á dar todos los años para el trabajo de las minas, para el cultivo de la tierra, para transportar cargas de un lugar á otro, para trabajar en haciendas y obrages, y otros géneros de labor de que hacen mencion las leyes. No es uno mismo el número de hombres señalado á los pueblos para esta contribución: en Nueva-España era un 4 por 100 de la población, y en el Perú la sétima parte de los vecinos. Hé aquí, Señor, una idea sencilla de la mita, sin hablar de sus abusos, institución la más injusta, la más cruel, la más inhumana, por más que quiera cohonestarse con los vanos pretestos de la genial apatía de los indios, y de la falta de operarios que se experimenta en aquellos países. Yo voy á manifestar con la brevedad que me sea dable, que las mitas son contrarias á los principios más esenciales de toda sociedad, y q u e l o s m o t i v o s e n q u e s e a p o y a s u institución son pretestos que, ó no existieron, ó han cesado en el dia. Todas las leyes que atacan á los principales derechos del hombre en sociedad, son contrarias á los fines de la misma sociedad; pues las mitas atacan y destruyen en la libertad civil, el derecho de propiedad, y la seguridad individual de los infelices que gimen bajo su yugo. Entiendo por 134 libertad civil, la independencia de voluntad agena, la facultad de hacer todo cuanto no esté prohibido por la razon y leyes del país. Pues las mitas, sometiendo á los indios á la voluntad extraña, les privan de esta libertad, que es el ídolo de los hombres, y los reduce á la condicion de siervos. A la terrible voz de la mita se ven obligados á abandonar sus hogares, y á separarse de los más caro que tiene el hombre , á dejar sus padres, a sus hijos, sus consortes para ir á los lugares, y ejercitarse en los trabajos que se les designan. La mita destruye la eleccion que debe tener todo hombre libre para ejercitarse en su profesion, arte, ó cualquier otro género de industria que más le acomode, para vivir en la ciudad ó en le campo, y para hacer todo lo que no se opone á la razon y leyes, supuesto que se sujeta á los mitayos á marchar á los parajes adonde se les llama, á ocuparse en el trabajo á que se destina, y á permanecer en él todo el tiempo que se les prescribe. Es, pues, claro que la mita destruye la libertad personal de los que están bajo su férula, y que es una verdadera servidumbre, tanto más terrible, cuanto que somete á los indios á la voluntad de otros tantos amos, como son los propietarios. Es tambien contraria á los derechos de propiedad. El derecho de propiedad no es otra cosa que el derecho de gozar; más es evidente que el derecho de gozar no puede existir sin la libertad de gozar, así como la libertad de gozar no puede existir sin el derecho de gozar. Sin este derecho la libertad no tendria objeto á no admitir en un hombre la libertad de gozar los derechos de otro 135 hombre, la cual es un absurdo que envuelve la contradicción de suponer en uno derechos que no tiene. No pudiendo existir el derecho de gozar y la libertad de gozar separadamente uno de otra, se les debe mirar como una sola y misma prerrogativa que solo varía de nombre, según la manera con que se mira. Así, pues, no se puede ofender á la libertad civil, sin alterar el derecho de propiedad, y no se puede alterar este sin ofender á aquella. Estando, pues, demostrado que las leyes que autorizan las mitas destruyen la libertad civil de los indios, ¿no es por la misma razon evidente que igualmente atacan los derechos de propiedad? Señor, es menester no olvidar que entre las propiedades de un ciudadano, la más sagrada es la de su misma persona, por la cual puede hacer valer sus facultades, sin que nadie pueda impedirle su uso impunemente. A no ser así, ¿qué importaria que la sociedad respetase nuestros bienes si no se respetase de la misma manera nuestras personas? Pues esta propiedad tan sagrada es atrozmente ofendida respecto de los indios: obligados á hacer siempre lo que se les manda, sus personas son el juguete de sus jefes ó mandarines. Apenas han comenzado á cultivar la pequeña porcion de terreno que heredaron de sus mayores, cuando se ven en la dura necesidad de abandonarla ó malvenderla, tal vez antes de haber cogido el fruto de sus sudores, por obedecer á sus jueces que los han destinado al trabajo de las minas, haciendas ó al servicio de algun particular. ¿Y no es esto, Señor, violar la propiedad y la seguridad personal á un mismo tiempo? 136 ¿No es esto inhabilitar á los indios para que puedan tener propiedad? Y despojados estos del libre uso de sus personas, ¿á qué se reduce la seguridad individual de que deben gozar los súbditos de un gobierno moderado? Todo ciudadano honrado que observa las leyes de su país, vive tranquilo en su casa en medio de su familia, sin que pueda ser incomodado por otro, á menos que la imperiosa voz de la Pátria le llame á su servicio ó defensa. Mas el mitayo es arrancado de su hogar y separado de su amada consorte y de sus tiernos hijos, no para servir á la república, sino para engrosar las opulentas fortunas de los particulares, para ser empleados en los oficios más penosos de la sociedad y en aquellos ejercicios que más dañan y destruyen la salud. Esta obligación de andar errantes de un lugar á otro, de una ocupación á otra, ¿será compatible con la seguridad de sus personas? ¿No es esto someter á los indios á una verdadera esclavitud, con la diferencia que los siervos entre nosotros no reconocen más que á un solo señor, pero los indios mitayos tiene tantos amos, cuantos son sus jefes, sus curas y jueces? Creo, Señor, haber demostrado que las mitas son incompatibles con la libertad civil, con la propiedad y con la seguridad individual de los ciudadanos; es decir, que son contrarias á los más preciosos derechos del hombre en sociedad. En vista de esto, no es de extrañar que los indios, cansados de sufrir tantas vejaciones, se retirasen en grandes porciones á los montes para buscar entre riscos y peñas un asilo á su libertad. 137 Alli viven pobres y desnudos, pero libres ó independientes. Estoy muy distante de aprobar el sistema de aquellos misántropos que pretenden poner al hombre errante en los bosques para que sea feliz: lejos de mi una opinión tan degradante á la especie humana, que confunde al hombre con la bestia. Sé que el hombre ha nacido para vivir en la dulce compañía de sus semejantes; pero tambien sé que los hombres se reunieron en sociedad para vivir tranquilos y seguros en el uso de sus personas y bienes; que renunciaron sus natural libertad é independencia para gozar una libertad perfeccionada y moderada por las leyes. ¿Cómo, pues, ha de subsistir largo tiempo una sociedad? ¿Y qué sociedad es aquella que se compone de unos indivíduos destinados á gozar, y de otros obligados á servir y padecer? ¿Y podrá subsistir largo tiempo un estado constituido con esta desigualdad, á no ser en un estado violento; es decir, causando la pobreza, la ruina y la degradacion de los oprimidos? Pues estos son, Señor, los tristes y terribles resultados de las mitas, y de los que voy á dar á V. M. una lígera idea. Los economistas quieren que se repartan las tierras de una nacion entre sus indivíduos para darles arraigo, para inspirarles amor á sus propiedades y estimularlos al trabajo, más los indios, dispuestos siempre á caminar á donde se les llama, no pueden tener un arraigo tan justamente recomendado, y por consiguiente no pueden tener amor á sus propiedades, lejos de tener este estímulo para emplearse en la agricultura ú otra profesion útil, deben tener un total desaliento para todo género de trabajo, de que debe resul- 138 tar necesariamente la pobreza y miseria, y de aquí la despoblación. En efecto, así como en un país rico y abundante la poblacion se aumenta por la razon de que los matrimonios son más frecuentes, por la facilidad de mantener las familias, así tambien por un motivo contrario se disminuye la poblacion entre aquellos que viven en la pobreza y miseria. Asombra, Señor, la disminucion de los indios desde que fueron descubiertas las Américas hasta el dia. Si se abren las historias, se advierte que en cada que en cada una de las provincias que hoy existen conocidas como tales, se contaban por millones los indios que hoy se hallan reducidos á millares y aun centenares, y en algunas enteramente extinguidos. Si se consultan los monumentos, se encuentran por todas partes y á cortas distancias vestigios de poblaciones que hoy son vastos desiertos. Muchas han sido seguro las causas de tan asombrosa despoblacion; pero las mitas han sido una de las que más han influido en ella, no solamente porque reducen á la miseria á los indios, sino tambien por lo penoso de los trabajos á que se destinan , por el exceso de tiempo que se les hace trabajar, por la insalubridad de las minas, y por la crueldad con que se les trata. ¡Cuántos, agobiados bajo una pesada carga que transportaban de un lugar á otro, han perecido en los caminos! ¡Cuántas familias abandonadas por la ausencia de sus cabezas han sido víctimas del hambre y de la miseria! ¿Cuántos millares han sido sepultados en aquellas cavernas, que ellos mismos abrieron con sus manos! Pero apartando la vista de estos 139 males físicos, pongámosla en los males morales que han causado las mitas, como son la ignorancia y la rusticidad de los indios. Dotados los hombres de unas mismas facultades, aquellos hacen mejor uso de ellas que mejor las han cultivado; de modo que el hombre lo debe todo á su educación. Pero los indios no pueden ni recibir ni dar esta educación, único medio de instruirse los hombres. Digo que los indios no pueden recibir educacion en su juventud, porque no bien se han endurecido sus miembros, cuando son destinados al servicio del cura, ó empleados en otros ejercicios más penosos. Los padres tampoco pueden cumplir con la importante y penosísima obligacion de educar á sus hijos; porque compelidos á andar errantes en los parages y trabajos á que se les destina, no pueden tener la dulce satisfaccion de criar á sus hijos y comunicarles sus ideas. Vea aquí V. M. de qué modo las mitas, trastornando y aun destruyendo los más estrechos vínculos de la sociedad doméstica, influyen en la ignorancia y la rusticidad de los indios. Además, la experiencia de más de trescientos años nos ofrece otra prueba de esta verdad: ¿qué progresos han hecho la ilustracion de los indios en estos últimos tres siglos? ¡Qué dolor! Lejos de avanzar, han retrocedido. Los historiadores de aquel tiempo alaban su habilidad para las artes, sus gobiernos, su policia, su cultura; mas en el dia…Estos son, Señor, los tristes y terribles resultados de las mitas, sin hablar de sus abusos, de la crueldad con que se les trata por los mandones ó capataces, que á fuerza de azotes, sin piedad, palos, ultrajes y malos tratamien- 140 tos los hacen trabajar sin regla ni medida, de los malos alimentos que se les dan, de los largos viajes que se les obliga á hacer, y hasta de lo mal que se pagan sus jornales. Las leyes de Indias claman contra los abusos; ellas señalan el número de horas que han de emplear en el trabajo, la cantidad de peso que se les puede hacer cargar, la edad en que han de empezar á ser destinados á las mitas, el buen tratamiento que les ha de dar, y toman muchas otras muchas precauciones para evitar las vejaciones que se hacen á los indios. Pero estas leyes no sirven más que para escándalo de los buenos, que se lamentan de su inobservancia, y para dar un testimonio auténtico de que han existido semejantes abusos: ellos existen actualmente, y existirán mientras dure la causa que los produce. La institucion misma es un abuso, y un abuso monstruoso, que trastorna todos los principios de la sociedad; es una ley tírana que destruye la libertad civil, el derecho de propiedad y la seguridad individual; que causa la ignorancia, la miseria y la desolación de los indios. Es tiempo, pues, de que hagamos justicia á los indios, poniéndolos en la posesion de los derechos de hombres libres, de que los habia despojado la codicia y el despotismo; con tanta más razon, cuanto que los motivos ó pretestos con que se procuraron cohonestar las mitas han cesado ya. Dos son las causas de esta ominosa institucion: primera, la genial apatía de los indios: segunda, la falta de operarios en aquellos países: así se colige de la ley 19, titulo XII, libro 6.º de la Recopilacion de Indias, que V. M. tendrá la bondad de oir (leyó la ley citada, y prosiguió,: quiero 141 suponer por un momento que los indios por razon del clima, ó por alguna otra de aquellas causas que influyen en las costumbres de las naciones y pueblos fuesen verdaderamente apáticos, indolentes ó inclinados al ócio: aun bajo de este supuesto digo que las mitas no son el medio de corregir este vicio, y que antes bien lo promueven. La larga experiencia de tres siglos, en que las mitas sin interrupcion han estado en boga, ofrece una prueba irrefragable de esta verdad. Los indios no son hoy ni más activos ni más laboriosos que lo eran antes; por lo contrario, los que existian al tiempo en que fueron descubiertas las Américas, eran incomparablemente más ricos, mas cultos, más industriosos que los actuales: aquellos poseian artes que estos no conocen. Sus preciosa telas de plumas, el beneficio de las minas, y sus obras de arquitectura, hacen admirar sus talentos y su industria. Con que si de aquel tiempo á esta parte los indios han dado pasos retrógrados, lejos de progresar, no obstante que las mitas han estado en juego sin interrupcion, es evidente que no son ellos los medios de estimular á los indios la trabajo. Pero si pueden serlo, señor; es menester ó no conocer el corazon humano, ó creer que los indios no tienen corazon; es decir, que no son hombres para pensar de otro modo. Lo hombres de todos los tiempos y de todos los países son inclinados naturalmente al ócio y al descanso. El trabajo es una verdadera pena, y es necesario algun aliciente que nos la suavice. El interés es el lenitivo de esta pena, y el mejor móvil del corazon humano. El deseo de las comodidades de la vida, de los honores, de la estimacion y consideracion pública, son los estí- 142 mulos más poderosos que hacen que el hombre emprender grandes cosas, arrostrar los peligros y sufrir largas fatigas. En faltando esta recompensa, viene el desaliento, el ócio y el abandono. Pues las mitas cabalmente destruyen estos resortes del corazon humano. Ellas no aumentan las riquezas, porque antes arruinan y reducen á la mayor miseria á los indios. Menos contribuyen á darles consideracion; al contrario, los humillan y baten en términos de ser tratados como esclavos que han nacido para la servidumbre. En menos palabras: no hay honor, donde no hay estimacion; y no hay estimacion donde hay vejaciones, servidumbre y esclavitud; no hay interés, donde no hay propiedades. Es, pues, claro que las mitas no son el medio de corregir la apatía de los indios. En caso de existir este vicio, yo diria que la abolicion de la mita es su remedio. Déjeseles en absoluta libertad; quíteseles esa servidumbre tan ominosa; páguenseles por un precio justo sus jornales, y tráteseles con humanidad; y ellos mismos se ofrecerán espontáneamente para los trabajos. El interés, las comodidades y distinciones tendrán lugar en su corazon. No hay que temer, Señor, que con la abolición de las mitas se atrase la agricultura y cesen las minas. En la Península ni en toda Europa no se conoce semejante institución, y con todo, ¿será comparable la industria europea con la americana? Sin salir de la América, en Nueva-España hace ya mucho tiempo que las minas se acabaron; y con todo es la más rica provincia de América, y la que más ha progresado en el ramo 143 de las minas, artes y agricultura. Menos debe temerse que los indios, siendo ya libres para trabajar cómo y donde les parezca, pretendan exigir por sus jornales un precio exorbitante: los intereses del minero y del operario, y la concurrencia de unos y otros determinará y fijará el precio justo y verdadero de cada jornal. Si algun remedio positivo hubiera de adoptarse, supuesto el génio apático de los indios, seria seguramente el de promover su ilustración estableciendo y multiplicando en sus pueblos las escuelas. El hombre ilustrado conoce mejor su dignidad, se acostumbra á las comodidades, aumenta sus necesidades, y estas lo estimulan á trabajar para satisfacerlas. Pero ya es tiempo de vindicar á los indios de la fea nota de perezosos con que han sido infamados por la codicia y la ingratitud. Apelo al testimonio de los Diputados de América, y de los demás señores que han puesto los pies en aquel continente. Digan si entre todos los habitantes de aquellos países hay algunos que trabajen más tiempo, con más teson y en ejercicios más penosos que los indios. No hay género alguno de trabajo donde no se encuentren indios: unos cultivan con sus manos la superficie de la tierra mientras que otros, sumergidos en las cavernas, arrancan los metales: á unos se les ve sentados á las sombras ocupándose en los talleres, y á otros encorvados bajo una pesada carga que, pendiente de sus sienes, conducen á largas distancias. Pero yo no podré dar á V. M. una prueba más clara y evidente que refiriendo á la letra lo que sobre este particular expone el ayuntamiento de Goatemala en un informe que dio al capitan general de 144 aquel reino sobre los medios de promover la felicidad pública de aquella provincia. (Leyó de un impreso el párrafo que sigue): “En un fragmento sobre la vida de los indios que se halla en la Gaceta de 2 Noviembre de 1801, su sábio autor, ílustrado en una continua série de viajes en Europa, y que habia andado de las Indias más de un millon de leguas cuadradas, observando que con cortas variaciones la vida monótona de los indios siempre y en todas partes es casi igual, desafía á las otras tres partes del orbe á que le presenten un solo pueblo cuya laboriosidad sea tan récia, tan continua y tan ingrata, lo que hace más admirable con las observaciones de que los indios trabajan sin descanso, con el cuerpo doblado, con instrumentos incómodos, con la cabeza desnuda, resistiendo los fuegos verticales de un sol despejado, en medio de las humedades del terreno. El resultado de sus trabajos en nada les es provechoso, y para que el acto mismo de derramar su sudor no les falten todos los desalientos posibles, saben, y saben de ciérto, que no trabajan para sí; saben que lo que ganaren será un nuevo motivo de vejacion; saben que con todas sus empresas, ahorros y privaciones no pueden juntar nada seguro para su posteridad: ¿y con todo (no puede decirse sin estremecerse el corazon) y con todo, trabajan! ¿Y con todo se afanan y sirven á las demás castas! ¿Y con todo llamamos holgazana, ociosa, degenerada ó imbécil á la preciosa de los indios? ¿Qué injusticia! ¡Qué ceguedad! En lugar de acriminar el desgano y apatía que á veces se observa en ellos, debemos admirarnos que todavía haya uno solo que se dedique á trabajar con esfuerzo.” 145 Vea aquí V. M. comprobada la laboriosidad de los indios por el testimonio de una corporación muy respetable, y que habla en un país donde existen indios, y donde todos saben sus costumbres. Yo creo que he dicho bastante para manifestar que debe deponerse cualquier prevencion que contra el génio laborioso de los indios se hubiera concebido; que por consiguiente no existe el motivo primero de la ley. Tampoco existe el segundo, á saber: falta de operarios. Basta tener presente que la población de América se computa, según un cálculo medio, en 15 millones de habitantes, de los cuales la menor parte es de indios, seguramente; con que diciendo expresamente la ley que luego que se haya aumentado el número de operarios que voluntariamente acuden al trabajo, deban cesar las mitas, es claro que ha llegado ya este caso, y que V. M. está en el de declararlo. Todas las leyes civiles son variables, según varían las circunstancias, mucho más aquellas que designen expresamente que el tiempo de su duracion sea mientras que existan las circunstancias que las motivaron. He manifestado que la genial apatía de los indios no ha existido, y que aun cuando fuere cierto no son las mitas el medio de corregirla: igualmente he manifestado que en el dia no hay falta de operarios. Luego las leyes que autorizan las mitas deben cesar; luego V. M. debe declarar su cesación. Cinco ó seis millones de españoles, que son vejados con tan infame servidumbre, reclaman de V. M. esta providencia. Vuestra Majestad ha sancionado una Constitución en que se han asegurado del modo 146 más solemne los derechos de los españoles; por consiguiente, todas aquellas leyes que siendo un efecto del sistema antiguo no pueden avenirse con nuestras leyes fundamentales, están derogados directamente. Las leyes mitales están en este caso; pero es necesario que las Córtes declaren su derogacion, pues de otra suerte la sed insaciable del oro pretendrá sostenerlas. Pero si V. M., por motivos que yo no alcanzo, resolviere que continúen las mitas, en este caso (que yo no espero) no pediré que esta servidumbre se haga extensiva á las demás partes de la Nacion; no, Señor, estoy muy distante de pretender aumentar el número de los infelices: giman los indios, como han gemido trescientos años, hasta que la Providencia bienhechora eche hácia ellos una ojeada compasiva. Lo que sí diré á V. M. es que no derogando ó declarando la derogación de las mitas, V. M. las hace compatibles con la Constitución y tenia V. M. que mañana se pretendía imponer otra servidumbre á los españoles, valiéndose de este ejemplar que V. M. habia autorizado. Señor, si los españoles quieren ser libres, deben ser muy celosos de su libertad: es menester no olvidar que en todo gobierno moderado de un solo indivíduo es ventajosa á todos: no se le puede despojar de ella sin ocasionarle privaciones que de uno en otro, como un mal contagioso, viene á afectar todos los miembros de la sociedad; pues con mucha más razon debe temerse este contagio terrible, privando de la libertad á muchos millones de españoles; lo que resultaria si no se aboliesen las mitas. Más yo no puedo esperar esto de un Congreso tan ilustrado y benéfico. Ha visto V. M. que las mitas 147 son contrarias á los principios de la sociedad; que destruyen la libertad civil, la propiedad y la seguridad individual; que causan la pobreza, la destruccion y la degradacion de los indios; en una palabra: que son un verdadera servidumbre personal. Decrete, pues, V. M. su abolicion, y restituirá á los indios los derechos de hombres libres, de que tan injustamente han sido despojados. Tomaron la palabra varios diputados entre ellos los Sres. Conde de Toreno, Sr. Gallego, Sr. Ostolaza, y el Sr. Larrazábal, quienes expresaron sus criterios a favor y en contra de la abolicion de las mitas. Después de las discusiones el Congreso somete a votacion la abolición de las mitas con el siguiente resultado: Se procedió á la votacion, de la cual resultó aprobado el dictámen de la comision en todas sus partes, siéndolo la primera sobre la abolicion de las mitas por unanimidad de votos. Al mismo tiempo se acordó, á propuesta del señor Argüelles, que á la palabra castas, que se lee varias veces en dicho dictámen, se sustituya por la de clases. Pidió el Sr. Feliú que la providencia que se acaba de aprobar con respecto á las becas de los colegios seminarios, fuese extensiva á todos los demás colegios, y quedó en presentar por ecrito su proposicion acerca de este asunto en la sesion inmediata (Folios 3863, 3864, 3865, 3866, 3867, 3868. Nº 684). SESION DEL DIA 24 DE OCTUBRE DE 1812. Eleccion de oficios Secretario de Cortes. 148 mensuales. Electo Procediendose á la eleccion de oficios mensuales, salió electo Presidente el Sr. D. Francisco Morrós, Vicepresidente, el Sr. D. Juan Bernardo O`Gavan, y secretario, el Sr. D. Florencio Castillo (Folio 3877. Nº 686). SESION DEL DIA 24 DE OCTUBRE DE 1812 Adicion del Sr. Navarrete, Diputado del Perú a la abolición de mitas. Para todo lo que hago la adicion siguiente á la proposicion aprobada del Sr. Castillo: “Que bajo la abolicion de la mita expresamente se comprenda la que se conocen el Perú con el nombre de “mita de faltriquera;” que cesen luego las mercedes de mitayos, que en tiempos antiguos se confirieron á los dueños de haciendas, estancias de ganados y obrajes; y que últimamente, se prevenga al virey del Perú que á los comuneros de indios que han contribuido á la expresada “mita de faltriquera,” se les compensen las execciones que han sufrido con los repartimientos de tierras que puedan hacérseles en inmediacion á sus poblaciones.” (Folio 3878. Nº 686). SESION DEL DIA 27 DE OCTUBRE DE 1812 Propuesta del Sr. Castillo sobre el decreto de abolición de las mitas. A propuesta del Sr. Castillo, acordaron las Córtes que el decreto de abolicion de mitas se extendiese en los mismos términos que el de 5 de Enero de 1811; y resolvieron al mismo tiempo, á propuesta del Sr. Argüelles, que 149 dicho decreto no solo se circule á los curas de indios, sí que tambien á los ayuntamientos constitucionales de todas aquellas ciudades y pueblos. (Folio 3887. Nº 688). SESION DEL DIA 4 DE NOVIEMBRE DE 1812 Nombramiento comision Ultramarina. Para la comision Ultramarina nombró el Sr. Presidente al Sr. Teran en lugar del Sr. Castillo. (Folio 3921. Nº 694). SESION DEL DIA 9 DE NOVIEMRE DE 1812 Minuta de decreto sobre la abolición de las mitas. En virtud de lo resuelto en la sesion de 2 del corriente, presentó la comision Ultramarina el siguiente dictámen, y en su virtud la minuta de decreto correspondiente, que fue aprobada: “Señor, la comision Ultramarina se unió á la Secretaría de Córtes de órden de V. M. para aclarar las dudas que se ofrecian al extender el decreto de abolicion de mitas, y ambas de acuerdo han extendido la minuta que presentan á la aprobación de V. M. En ella se han hecho las siguientes variaciones: “Primera. En el artículo 1.º: Las Córtes abolieron las mitas y repartimientos.” Se ha añadido “y mandamientos.” Razon de esta adicion. Porque en muchas provincias de América se conocen las mitas con el nombre de mandamientos, y se ha creido seguir el espíritu de las Córtes en esta adicion consultando su claridad. Segunda. Adicion al mismo artículo: “sin que por pretexto alguno puedan los jueces ó goberna- 150 dores destinar ó compeler á aquellos naturales al expresado servicio.” Razones de esta adicion: porque esas expresiones son conformes al decreto de 5 de Enero del año pasado, cuyo modo y forma mandaron las Córtes seguir en la extensión del presente. Porque esa adicion es ya como fórmula en todos los decretos, y finalmente, porque en Nueva-España, donde tiempo há se abolieron las mitas, sin embargo, los subdelegados y gobernadores suelen nombrar y destinar á los indios á algunos servicios personales á pesar de toda la abolicion. Tercera. Las Córtes abolieron la mita de faltriquera. Adicion: “y la contribución Real aneja á esa práctica.” Razon de esta adicion: porque habiéndose abolido solamente por las Córtes el servicio personal, se creeria que no estaba abolida aquella mita, que consiste en una contribución real, que paga el indio como rescate del servicio personal. Cuarta. Las Córtes eximieron á los indios del servicio que prestan á los curas y funcionarios públicos. Adicion: “y corporaciones.” Razon de adicion: porque hay en América algunas comunidades en donde hay señalado cierto número de indios para servir. Quinta. Las Córtes acordaron que se repartiesen tierras á los indios, etc. Adicion: “que sean casados ó mayores de 25 años, libres de la Pátria potestad.” Razones de esta adicion: porque estas son las circunstancias que literalmente exige la proposicion, que fue el fundamento de esta resolucion, y porque esta especificación es indispensable para que los repartimientos se hagan á lo menos con proporcion, ya que no 151 pueda observarse la igualdad que mandan las leyes, que desean las Córtes, y exige la razon. Sexta. Las Córtes acordaron que en todos los seminarios conciliares se proveyesen en los indios algunas becas de merced. Adicion: “en todos los colegios de Ultramar.” Razones de esta variacion: porque la idea del Congreso fue proporcionar á aquellos naturales todos los medios de ilustrarse, y porque el Sr. Feliú en la discusion insinuó la variación en esos mismos términos, que aprobaron las Córtes, y que no se extendió en el Acta porque su autor la hizo verbalmente.” Los indivíduos de la comision y los Secretarios han convenido unánimente en extender la siguiente minuta de decreto con las mencionadas variaciones, en que han procurado seguir en un todo el espíritu de la resolucion de las Córtes, y acomodarse con la letra en todo lo posible: Minuta de decreto. Las Córtes generales y extraordinarias, deseando remover todos los obstáculos que impidan el uso y ejercicio de la libertad civil de los españoles de Ultramar, y queriendo asimismo promover todos los medios de fomentar la agricultura, la industria y la poblacion de aquellas vastas provincias, han venido en decretar y decretan: Primero. Quedan abolidas las mitas ó mandamientos, ó repartimientos de indios, y todo servicio personal, que bajo aquellos ú otros nombres presten á los particulares, sin que por motivo ó pretexto alguno puedan los jueces ó gobernadores 152 destinar ó compeler á aquellos naturales al expresado servicio. Segundo. Se declara comprendida en el anterior artículo la mita que con el nombre de faltriquera se conoce en el Perú, y por consiguiente la contribucion Real aneja á esta práctica. Tercero. Quedan también eximidos los indios de todo servicio personal á cualquiera corporaciones ó funcionarios públicos, ó curas párrocos, á quienes satisfarán los derechos parroquiales como las demás clases. Cuarto. Las cargas públicas como reedificacion de casas municipales, composicion de caminos, pueblos, etcétera, etc., se distribuirán entre todos los vecinos de los pueblos, de cualquier clase que sean. Quinto. Se repartirán tierras á los indios que sean casados ó mayores de 25 años , fuera de la pátria potestad, de las inmediatas á los pueblos que no sean del dominio particular ó de comunidades; mas si las tierras de comunidades fuesen muy cuantiosas con respecto á la poblacion del pueblo á que pertenecen, se repartirá cuando más hasta la mitad de dichas tierras, debiendo entender en todos estos repartimientos las Diputaciones provinciales, las que designarán la porcion de terreno que corresponda á cada indivíduo, según las circunstancias particulares de este y cada pueblo. Sexto. En todos los colegios de Ultramar donde haya becas de merced, se proveerán algunas en los indios. Sétimo. Las Córtes encargan á los virreyes, gobernadores, intendentes y demás jefes á quienes respectivamente corresponda la ejecucion 153 de este decreto, su puntual cumplimiento, declarando que merecerá todo su desagrado y un severo castígo cualquiera infraccion de esta solemne determinacion de la voluntad nacional. Octavo. Ordenan finalmente las Córtes que comunicado este decreto á las autoridades respectivas, se mande tambien circular á todos los ayuntamientos constitucionales y á todos los curas párrocos, para que leido por tres veces en la misa parroquial, conste á aquellos dignos súbditos el amor y solicitud paternal con que las Córtes procuran sostener sus derechos y promover su felicidad. Lo tendrá entendido la regencia, etc.” (Folio 3954, 3955. Nº 697). SESION DEL 2 DE DICIEMBRE DE 1812 Informe dictamen comision de justicia juicio contra Sr. Diputado José Mejía. Por haber publicado documentos de sesion secreta relacionados con el nombramiento del mando del los ejércitos españoles al Duque de Ciudad-Rodrigo. Varios Señores, diputados discuten si el Sr. Mejía, cometio crimen al publicar documentos en el periodico La Abeja…El Sr. Castillo: Yo me opongo á esto.” (Folios 4054, 4056. Nº 714). SESION DEL DIA 2 DE DICIEMBRE DE 1812 Continúo discusion del dictámen de la comision de Justicia en relacion con la causa que se le quiere seguir al Sr. Mejia. El Sr. CASTILLO pidió que se leyese la fórmula del juramento que prestan los Sres. 154 Diputados al tiempo de entrar á ejercer sus funciones. Verificada esta lectura, pidió que se leyesen tambien las Actas de las sesiones secretas de 16, 19 y 21 de Setiembre, en que se trató de conferir el mando del general en jefe de los ejércitos nacionales al Duque de Ciudad- Rodrigo; pero habiendo depuesto varios Sres. Diputados que en dichas Actas no constaban se hubiese declarado que obligaba el secreto, se omitió su lectura, y pasando el expresado Sr. Castillo á la tribuna, dijo: “Aquí tiene ya V. M. descubierto el delito del Sr. Mejía, delito que la comision no pudo menos que haber reconocido, supuesto que ha opinado que este asunto pasase al tribunal de Córtes para que que procediese á l o q u e h u b i e s e l u g a r . P o r l o q u e h e o i d o a l Sr. Zorraquin, son dos las razones en que se apoya su opinion de que pase este asunto al tribunal, á saber: la violacion del secreto y el haberse hecho uso de documentos de las Córtes. V. M. se convencerá que el Sr. Mejía no ha faltado ni en uno ni en otro. Siendo la obligacion de los Diputados guardar secreto en los casos en que las Córtes acordaron que se debe guardarse, como consta de las Actas, es evidente que no existió la obligación de observar tal secreto. Mas aun suponiendo que hubiese obligado el secreto, esta obligacion permaneceria todo el tiempo que el asunto permaneciese reservado; pero de ninguna manera después que el asunto se hubiese publicado, como habia sucedido con el presente. El Gobierno habia ya comunicado de oficio á los generales españoles el nombramiento de general en jefe hecho en el Duque de Ciudad-Rodrigo; el 155 general Ballesteros lo habia aun publicado más en sus ruidosa exposicion que corre impresa: todos los periódicos de Cádiz habian hablado de esta tan acertada leccion; ¿ dónde está, pues, el secreto que ha violado el Sr. Mejía? Se dice tambien que ha hecho uso de unos documentos de las Córtes: ¿y cuál es la ley que prohibia este hecho? Si la materia era pública, ¿habian de permanecer en misterio las fórmulas? Los que sabian el nombramiento de lord Wellintong, ¿no debian suponer que las Córtes habrian deliberado sobre esto, y que para verificarlo habrian expedido el correspondiente decreto? Más: ¿ por qué se publicaron en La Abeja los expresados documentos? ¿Adquirieron estos alguna autenticidad? Nada menos que esto: quien los hizo auténticos fue el Gobierno, publicando en la Gaceta que en la Secretaría de Estado existian los originales de aquellos documentos: por consiguiente, si no era tiempo de publicar estos documentos, el gobierno fue el primero que faltó á esta obligacion. No hablo, Señor, de la rectitud, de la intencion del Sr. Mejía, en el hecho que se intenta incriminarle: la opinión pública está bien ilustrada sobre esta materia; y este acontecimiento le hará siempre honor. Creo que he demostrado no haber habido en el señor Mejía la menor falta, ni por la violacion del secreto, que hubo, ni por haber hecho uso de tales documentos; por tanto, mi opinion es que no se pierda más tiempo en este asunto.” 156 Declaróse el punto suficientemente discutido, y habiéndose procedido á la votacion, fue desechado el dictámen de la comision. En seguida hizo el Sr. Arispe la siguiente proposicion: “que se declare no haber lugar á formar causa al Sr. Mejía.” Admitida para discutirse, se remitió su discusión al dia 5 del corriente (Folio 4058. Nº 714). SESION DEL DIA 9 DE DICIEMBRE DE 1812 Acuerdo de las Córtes Apertura Seminario Conciliar en Monforte Galicia. Enteradas las Córtes por oficio del Secretario de la Gobernacion de la Península de que el jefe político de Galicia participaba al Gobierno haberse abierto en el Seminario conciliar de Monforte una cátedra de Constitucion, que enseñaria gratuitamente el licenciado D. Antonio Martinez de Torres, acordaron, en virtud de proposicion del Sr. Castillo, que se hiciese entender al catedrático D. Antonio Martinez de las Torres, ”que era muy grato á S. M. el servicio patriótico que estaba haciendo con aquella enseñanza.” (Folio 4087. Nº 719). 157 SESIONES DE AÑO 1813 * SESION DEL DIA 24 DE ENERO DE 1813 Discusión del proyecto de abolición de la Inquisición. No habiéndose admitido á discusión en la sesion del dia anterior a proposicion del Sr. Llaneras, ni tampoco la del Sr. Ostalaza, presentaron en este dia sus votos contrarios á la primera de dichas resoluciones los Sres. Papiol, Aités, Lladós, Ostalaza, Ric, Nieto, Marqués de Tamarit, Obispo Prior, Borrull, Alcaina, Serres, Andrés, Llamas, Caballero y Lera; y á la segunda los Sres. Castillo, Melgarejo, Key, Borrull, Vera, Terrero, Caballero, Lera, Llaneras, Papiol, Lopez del Pan, Martin, Cañeda, Inguanzo, Vazquez Parga, Riesco (D. Francisco), Marqués de Tamarit, Lladós, Aités, Obispo Prior, Garcés, Salas (D. Juan), Alcaina, Andrés, Creus y Serres, cuyos votos se mandaron agregar á las Actas (Folio 4589. Nº 754 ). SESION DEL DIA 31 DE ENERO DE 1813 Votos contra el art. 8º del decreto sobre tribunales protectores de la iglesia. Se mandaron agregar á las Actas los votos de los señores Morrós, Vega, Setmanat, Amat, Marqués de Tamarit, Montoliu, Sres. Obispo 158 prior de Leon, Esteller, Serna, Gordoa, Lopez de Pan, Castillo, San Martin, Garcés, Key, Llados y Aytés contra el art. 8.º del proyecto de decreto sobre los tribunales protectores de la religión, aprobado en la sesion de ayer; lo mismo que los de los señores Llados, Aytés, Vera, Rivas y Obispo prior contra el artículo 1.º del expresadoproyecto de decreto, aprobado tambien en la misma sesion. A estos votos suscribió después el Sr. Melgarejo. (Folio 4609. Nº 760). SESION DEL DIA 2 DE FEBRERO DE 1813 Voto contra el artículo 7.º del capitulo 1 del proyecto sobre tribunales protectores de la religión. Se mandaron agregar á las Actas los votos particulares, contrarios al art. 7.º del capítulo 1 del proyecto del decreto sobre los tribunales protectores de la religión (aprobado en la sesion del dia anterior), presentados por los Sres. Larrazabal, Gordoa, Garcés, Key, Papiol, Morós, Marqués de Tamarit, Montoliu, Roa, Lara, Alcaina, Obispo Prior de Leon, Valle, Vega, Sentmanat, Lladós, Serres, Aytés y Castillo (Folio 4617. Nº 762). SESION DEL DIA 16 DE FEBRERO DE 1813 Exposición de los Sres. Diputados de Goatemala. Se leyó la siguiente exposición de los Sres. Diputados por la provincia de Goatemala: 159 “Señor, el bargantin Santa Teresa de Jesús, álias el Recurso, que salió del golfo de Honduras, de la provincia de Goatemala, trasbordó á la fragata de guerra española la Venganza, procedente de la Habana, que ha llegado á este puerto, la cantidad de 43.538 pesos fuertes, pertenecientes 32.988 pesos á los donativos de vecinos de aquellos países, y lo restante á empréstito. Una y otra cantidad se recibirá á disposición del Gobierno; más aquellos habitantes desean justamente que los sentimientos de su fidelidad y patriotismo se manifiesten á V. M. Nos consta lo mucho que se han esforzado para auxiliar de este modo la causa comun, por estar aquella provincia en tanta miseria con la falta de comercio para sus frutos. Tanto más es digna del agrado de V. M. esta conducta si se considera la contínua extracción del poco numerario que alli circula y la ninguna entrada: que el pago de los derechos comunes impuestos al comercio se gravó con el llamado de subvención, de que han venido en la misma fragata 40.000 pesos fuertes, y 27.371 de otros ramos de la Hacienda pública, componiendo aquellas y estas cantidades el total de 110.909 pesos fuertes. Ya se ha reclamado alguna vez la falta de constancia en la gaceta del Gobierno de los sugetos contribuyentes y respectivas cantidades, y para que se evite, hacemos esta proposicion: “Que los donativos actuales de Goatemala, y que se hagan en lo sucesivo, se inserten con individualidad en la Gaceta de la Regencia, arreglándose á las listas que se remitieren, como se insertan los de las demás provincias.” 160 Con el mismo intento exponemos á V. M. que D. José María Peinado, corregidor intendente de la ciudad de San Salvador, dotado de tanto acierto en aquel gobierno como de celo por el buen éxito de nuestra causa, habiendo estimulado á su vecindario á otros donativos con las sábias y enérgicas exhortaciones circulares que presentamos, los ha conseguido de la liberalidad de aquel vecindario y de la Junta del Monte-pío de cosecheros de añil, que resolvió cooperar con 12.000 pesos fuertes el año pasado; y que con tal que lograse tuviera efecto en el Monte el estado de reforma que ha solicitado, contribuiria en el presente con otros 12.000 pesos fuertes, por lo que proponemos a V. M. “Que estos documentos se pasen á la Regencia para que en su vista haga el uso que tenga por conveniente.” Cádiz 15 de Febrero de 1813.= S e ñ o r . = F l o r e n c i o C a s t i l l o . =Antonio Larrazabal.= José Antonio Lopez de la Plata.=José Ignacio Avila.=Mariano Roble:=José Francisco Morejon.” “Quedaron aprobadas las proposiciones antecedentes (Folio 4702. Nº 774). SESION DEL DIA 17 DE FEBRERO DE 1813 Proposicion del Sr Castillo estado de tranquilidad en Nicaragua. Leida una exposición de D. Juan Francisco Vilches, el cual desde Nicaragua manifestaba el 161 estado de tranquilidad y quietud en que se hallaba aquella provincia por las acertadas medidas que al efecto se habian tomado, se aprobó la siguiente proposicion del Sr. Castillo: “Que V. M. manifieste que le es grata la conducta que ha observado el dean de Nicaragua en la conmocion que turbó por algunos dias la tranquilidad de aquella provincia, y que se pase esta exposición con los documentos que se acompañan á la Regencia del Reino, para que esta la pase al Consejo de Estado, á fin de que se haga el uso conveniente.” (Folio 4708. Nº 775). SESION DEL DIA 24 DE FEBRERO DE 1813. Renovación de cargos Se procedió á la renovación de los cargos de Presidente, Vicepresidente y Secretario: para el primero, quedó elegido el Sr. Joaquin de Maniau; para el segundo, D. José de Salas y Boxadors, y para el tercero, en lugar del Sr. Castillo, el Sr. D. Domingo Rus (Folio 4748. Nº 780). SESION DEL DIA 2 DE MARZO DE 1813 Ereccion de Canongía lectoral en Goatemala, Leon y Ciudad Real. Los Sres. Larrazabal, Avila, Robles, Lopez de la Plata y Castillo, Diputados por la provincia de Goatemala, presentaron la exposición que sigue: “Señor, los Diputados de la provincia de Goatemala hacen presente á V. M. que en todas 162 las iglesias catedrales de Ultramar estaba suprimida, según el tenor de las leyes de Indias, una canongía, para que con su producto se pagase á los inquisidores. En el dia ya no existen; y aunque se ha declarado que los que servian estos empleos deberán continuar disfrutando la asignación de renta que antes gozaban, ínterin se les coloca en prebendas ó beneficios eclesiásticos, se ha de advertir que los comisarios de aquella provincia no tenian renta, y siendo cuatro los inquisidores del Tribunal de Méjico, del que dependían los comisarios de Goatemala, dos son canónigos, que no deben gozar otra renta: con esta supresión ha estado sin erigirse desde la creación de aquellas catedrales la canongía lectoral. Su necesidad es tan patente, que no se necesita más que atender al objeto de su instituto; este no es otro que el de la enseñanza de la Sagrada Escritura, el gran Código de nuestra religión. Así es que el santo Concilio de Trento, teniendo presente lo decretado por otros Concilios generales, previene expresamente que en las iglesias metropolitanas, catedrales y aun colegiatas de los lugares populosos en que no estuviese erigida esta canongía, se verifique, destinado á este fin la primera que vacase y no tuviere anejo otro cargo incompatible, debiéndose entender la asignación perpétua luego que se verifique la vacante. En la metropolitana de Goatemala no hay más que dos de oficio que son: la penitenciaria y magistral; y en las de la Ciudad–Real y Leon de Nicaragua, ninguna, ni se conocen en aquellas catedrales por la escasez de sus rentas los 163 racioneros y medios racioneros con que pudiera erigirse la lectoral, ni más número de dignidades y canongías en el total de todas estas tres iglesias que 19. A mas de la absoluta necesidad del establecimiento de esta cátedra de Escritura, por lo respectivo á la instrucción del clero para que esta la distribuya á los fieles, es indispensable, para que los Rdos. Obispos puedan llenar el instituto y objeto de los tribunales protectores de la religión. Vergüenza nos causa expresarlo; más no es mengua del honor del que pide manifestar su abatimiento y miseria, cuando ve los deseos de V. M. por la felicidad de sus pueblos. Sí, Señor, en los cabildos de aquellas Iglesias sufragáneas no hay un canónigo, doctor ó licenciado, y todo su clero secular no pasaran de tres ó cuatro los indivíduos que tienen estos grados mayores, aunque se admiran las luces y conocimientos que poseen, porque su particular aplicación supera á la falta de otros medios. Los Obispos, para satisfacer las obligaciones pastorales, necesitan valerse del clero, y no tendrán el acierto que se desea si carecen de sugetos para esta eleccion. ¿De qué canónigo de oficio, doctor, ó licenciado podrán valerse los Rdos. Obispos en aquellas catedrales sufragáneas para consiliarios ó consultores en las causas de fé? Es tambien muy digno de considerarse que teniendo el clero secular esta canongía, que habrá de proveerse por concurso como las otras de oficio, seria de gran estímulo para que sus indivíduos entraran con aplicación y constancia 164 en la carrera literaria, pues no es lo regular consagrar la flor de la juventud á una vida trabajosa, cuando la edad avanzada no espera recompensa; y en nuestros países son muy pocos los sugetos que poseen facultades temporales suficientes para dedicarse á un estudio de esta naturaleza, sin necesidad de distraerse á los objetos necesarios para la propia subsistencia. Por tanto, hacemos á V. M. dos proposiciones siguientes: Primera. Que en las Iglesias catedrales de Goatemala, Leon y Ciudad-Real se erija la canongía lectoral, asignándole la renta de la que estaba suprimida para los gastos del Tribunal de la Inquisicion. Segunda. Que esta se provea por concurso como las demás de oficio, y sea á cargo del que obtuviere la cátedra de escritura; y que habrá de leer por sí diariamente en a Universidad; y en las ciudades que hasta ahora no las hay, se leerá en los colegios seminarios, ínterin se establecen universidades.” Estas proposiciones fueron admitidas á discusion, y se mandaron pasar á la comision de Hacienda (Folio.4768. 4769. Nº 784). SESION DEL DIA 12 DE MARZO 1813 Comision de Agricultura y comision especial. El Sr. Presidente nombró para la comision de Agricultura, en lugar de los Sres. Calatrava y Vazquez Parga, á los Sres. Luján y Ruiz Padron. Para la especial, acordada en la sesion del día 10 de este mes á p r o p u e s t a d e l S r . C a l a t r a v a , 165 á e s t e m i s m o Sr. Diputado, y á los señores Valle, Zumalacárregui, Castillo y Parada (Folio 4813. N º 792). SESION DEL DIA 18 DE MARZO DE 1813. Oficio de la secretaria de Gracia y Justicia con motivo de la celebración del aniversario de la Contitucion. Se leyó un oficio del Secretario de Gracia y Justicia, quien de órden de la Regencia provisional del Reino manifestaba los deseos que ésta tenia de felicitar personalmente á S. M. en el día inmediato, con el plausible motivo de celebrarse en él el aniversario de la publicación de la Constitucion política de la Monarquía española, y pedia que se le señalase hora para verificarlo. Las Córtes quedaron enteradas del expresado oficio, y señalaron para aquel acto la hora d e l a s d o c e d e l a m a ñ a n a d e d i c h o d í a . El Sr. Presidente nombró en seguida para acompañar á la Regencia, según costumbre, á los. Sres. Marqués de Villafranca Ramos de Arispe. Obispo Prior. Laguna. Castillo. Manglano. Jáuregui. Conde de Toreno. Obregón. Zuazo. Rocafull. Larrazabal. (Folio 4843. Nº 798). 166 SESION DEL DIA 29 DE MARZO DE 1813 Comercio con Filipinas y con China, apertura de puertos. Y comercio en general. El Sr. CASTILLO: Señor, nada más justo y conveniente que el que los Sres. Diputados manifiesten francamente sus opiniones en los asuntos que se discuten en el Congreso: este es un deber nuestro, que nadie debe llevar á mal. Lo que sí es muy sensible es que después de haberse desenvuelto en la cuestion presente los principios más luminosos de economía política, no se sacasen las consecuencias que necesariamente se deducian de ellos. Hace pocos dias el Sr. Porcel, con la solidez y claridad que le son características, demostró que la nao de Acapulco habia sido ruinosa á las Filipinas; y una de las razones que alegó para probar su aserción, fue la de que aquellas islas no producian por razon de su industria aún en estos últimos años más que la pequeña cantidad de 10.000 pesos anuales; que se hallaban hoy las Filipinas en el mismo estado de atraso é inaccion en que estaban doscientos años antes, sin embargo de haberse invertido en su fomento la exorbitante suma de cerca de 250 millones de pesos fuertes sacados de NuevaEspaña por el puerto de Acapulco. Mas ¡quien lo creyera! Este dignísimo Diputado terminó su elocuente discurso proponiendo que supuesto que la nao de Acapulco de hecho estaba destruida, y no habiendo fondos para costear otra, se subrogase otro medio que fuese idéntico, ó al menos semejante en todo lo posible á la nao, limitando cualquier medida que se tomase á un solo buque, un solo puerto, y á la cantidad de medio millon de 167 pesos. No es esto, Señor, lo mismo que decir: la nao de Acapulco ha arruinado á las Filipinas; mas ya que este mal no puede continuar, sustitúyasele otro, que si no puede ser idéntico, sea en todo semejante. Lejos de mí creer que tales fuesen las intenciones de este digno Diputado, quien así por sus conocidos talentos, como por su anterior destino, no puede menos de propender á hacer la prosperidad de la Nacion. Voy á la cuestion. Las Córtes no tuvieron á bien aprobar el dictámen de la comision de Comercio, reducido á que publicándose la extinción de la nao, acordada ya en una de las bases aprobadas sobre el arreglo del comercio, se concediese interinamente á los filipinos el permiso de introducir en los puertos del Sur de la América española el importe de un millon de géneros de China, y de sacar en retorno 2 millones en moneda efectiva: yo, que aprobé este dictámen, no porque creyese debia limitarse á un solo millon de pesos el comercio del Asia con América, sino porque exigiendo el estado de las Filipinas una providencia pronta para su socorro, convenia adoptar alguna interina mientras que se acaba de arreglar el importantísimo asunto del comercio nacional y extranjero; yo, que aprobé la propuesta de la comision, no puedo aprobar la del Sr. Reyes, que limita á medio millon la cantidad de géneros asiáticos que pueden introducirse en América, y á solo los puertos de Acapulco y San Blas. Esta providencia mezquina y miserable no servirá de otra cosa que de sostener y fomentar el monopolio de cuatro comerciantes de Manila y otros tantos de Nueva-España. En el principio de esta discusión se manifestó que el 168 medio millon de géneros que se introducian por la nao de Acapulco era abarcado por unos pocos comerciantes de Méjico, que pactaban entre sí comprar cada uno un renglón de los del cargamento para dar después la ley en aquellos géneros; y si esto se ha practicado antes de ahora, ¿qué razon hay para que no se haga lo mismo en lo sucesivo? Tanto más es de recelarse este mal, cuanto que se intenta limitar el comercio de Filipinas á los puertos de Acapulco y San Blas. Y si así se acordase, ¿no se concedia á la Nueva España un previlegio exclusivo sobre las demás provincias de Ultramar? ¿Y qué razon hay para que los barcos de Manila no deben ir á los otros puertos del Sur? ¿Los habitantes de Goatemala no tienen tambien derecho á consumir géneros de Asia? ¿Y tendrán que comprarlos con recargos de fletes de 500 y hasta 900 leguas de camino? Decia el Sr. Porcel que solo convendria que fuesen los barcos de Filipinas á los puertos del Sur habilitados antes para el comercio del Asia, y excluia S. S. á los puertos de Goatemala, porque estos ni aun habilitados estaban para el comercio nacional, y que por consiguiente seria dar ocasión á que se hiciesen por ellos escandaloso contrabandos. Señor, seamos francos; si no ha sido permitido en América hasta aquí el comercio del Asia de otro modo que por la nao de Acapulco, ¿cómo se quiere exigir que en lo sucesivo se haga únicamente con los puertos habilitados para el comercio con China? Fuera de esto, S. S. ha padecido una equivocación en creer que Goatemala no tiene en la costa del Sur puertos 169 habilitados; tiene los famosos puertos del Realejo y Sousonate, que estan habilitados, y que por consiguiente tienen sus aduanas, sus correspondientes oficinas para hacer los registros, cobrar los derechos, etc.; así, que no hay que temer que, extendiéndose á ellos el permiso, se dé ocasión á contrabandos. Pero examinemos ya las razones que se han alegado para probar que no conviene á la América el comercio con Asia: dos son, á mi parecer, las de mayor peso, á saber: el perjuicio de las fabricas nacionales y la extracción de la moneda. Prescindo de si nuestras fábricas, así de la Península como de Ultramar, están en estado de proveer á la América de los géneros que necesita consumir; igualmente prescindo de si conviene ó no para fomentar nuestras fábricas la prohibición del comercio del Asia; mas cuando uno y otro fuese cierto, entonces deberia prohibirse en toda la Monarquía el comercio de la China. A la verdad, yo no encuentro razon por qué los géneros de la China, introducidos por Acapulco, arruinen la América, y los mismos, introducidos por Veracruz, no le sean perjudiciales; mas estos mismos géneros asiáticos, llevados de Manila en derechura á los puertos del Sur, son ruinosos á la América, y dejan de serlo si por el rodeo de Cádiz, se introducen en los mismos puertos. Esto, repito, no lo puedo entender, y paso á responder á la otra objeción, conviene á saber, la extracción de numerario. Se dice que no exportándose de América ningunos frutos de aquel suelo para el Asia en retorno de sus géneros, resulta que solo se extrae el numerario, lo 170 cual es un mal para las provincias de Ultramar, por cuanto hace falta para el comercio interior. Esta reflexion haria más fuerza si aún creyese todavía que la moneda es un signo representativo ó una medida comun de todas las cosas: mas después que se han convencido los economistas que la moneda es un fruto comerciable como los demás; que su valor permutable, ó su precio, depende de la cantidad que hay en circulación, ó lo que es lo mismo, que aumenten ó disminuyan su valor en razon de su mayor ó menor abundancia, y en razon de las necesidades del comercio, de las artes y del lujo; en dos palabras: despues que se ha averiguado que el precio de la moneda está en razon compuesta de la cantidad que hay en circulación y de la extensión de la demanda, no hay que recelar que sea tan gran mal para una nacion la extracción del numerario. Conviene, pues, no dar á la moneda más influjo sobre la prosperidad nacional que el que realmente tiene, porque por abultar este influjo se incurre muchas veces en mayores inconvenientes que los que quieren evitar. Además de esto, no es absolutamente cierto que no se pueda llevarse algunos frutos de la América para Asia, á excepcion de los metales preciosos. Los frutos ó productos de las Filipinas que se expenden en el Asia no son diferentes de las de America; ¿por qué, pues, se ha de comerciar con unos y no con otros? Las maderas exquisitas, la grana y otras varias producciones de América que hoy no tienen valor alguno, porque no se hace uso de ellas, formarian un gran ramo de comercio si se estableciese el tráfico directo entre Asia y América. Así, pues, yo que estoy persuadido que la 171 América no puede prosperar sin la libertad de comercio, no puedo convenir en que se limite á medio millon de pesos, y á solo los puertos de Acapulco y San Blas, el comercio de géneros de la China (Folio 4913,4914. Nº. 809). SESION DEL DIA 31 DE MARZO DE 1813. Admitir a discusión proposicion del Sr. Ocaña. Se mandó tambien agregar á las Actas un voto de los Sres. Larrazabal y Castillo, los cuales manifestaban haber sido su dictámen en la sesion anterior que se admitiese á discusión la proposicion del Sr. Ocaña (Folio 4935. Nº 811.) SESION DEL DIA 1.º DE ABRIL DE 1813. Votos contra el Art. 1.º del capítulo V del proyecto de reforma del reglamento de la Regencia del Reino. Se mandaron agregar á las Actas los votos particulares, contrarios al artículo 1.º del capítulo V del proyecto de reforma del reglamento de la Regencia del Reino, aprobado en la sesion del día anterior, presentados por los Sres. Larrazábal, Gordao, Castillo, Sombiela, Llaneras, Caballero, Andrés, Marqués de Villafranca, Rivas, Borrull, Pascaul, Roa, Serres, Vazquez de Parga, Lopez del Pan, Montoliú, Marqués de Tamarit y Riesco (D. Francisco), (Folio 4945. Nº 812). SESION DEL DIA 6 DE ABRIL DE 1813 Sumaria del general Monteverde. El Sr. Castillo: Antes de entrar en la discu- 172 sion, pido que se lea la sumaria que el general Monteverde mandó formar, y remitió al Gobierno…leyéronse los documentos que indicaron los Sres. Castillo, Arispe y Aróstegui; y concluida su lectura, la discusión quedó pendiente. Se levantó la sesion (Folio 4998. 4999. N.º 817). SESION DEL DIA 24 DE MAYO DE 1813. Renovación de Presidente, Vicepresidente y Secretario (D. Florencio fue electo presidente). Se procedió á la renovación de Presidente, Vicepresidente y uno de los Secretarios. Quedó elegido para el primer cargo el Sr. D. Florencio del Castillo; para el segundo, el Sr. Manuel Valcarce Saavedra, y para el tercero, en lugar del Sr. Bahamonde, el Sr. Subrié (Folio 5352. Nº 862). SESION DEL DIA 30 DE MAYO DE 1813 Don Florencio Castillo contesta al Eminentísimo Cardenal de Borbon. Presidente de la Regencia del Reino. “El Eminentísimo Cardenal de Borbon, presidente de la Regencia del Reino tomo la palabra y diciendo: “Señor: la memoria de nuestro amado Rey D. Fernando VII., preso alevosamente por el enemigo, nos trae hoy á manifestar solemnemente á V. M. nuestra veneracion y respeto á su augusta persona, y nuestros vivísimos deseos de verle restablecido en el Trono. Su libertad y 173 nuestra independencia política pusieron las armas en nuestras manos, y la magnanimidad de V. M. las sostiene. El cielo nos conceda el justo término que deseamos.” Contestóle el Sr. Presidente (D. Florencio Castillo), de las Córtes en estos términos: “Los nobles sentimientos que acaba manifestar la Regencia del Reino en este dia, que renueva en nosotros las mas dulces y las mas tristes memorias, hacen prefecta armonía con los sentimientos de que está animado el Congreso nacional. ¡Oh! Nunca jamás olvidará el pueblo español que al más desgraciado y querido de sus Reyes es deudor del terrible, pero grandioso destino á que se ha elevado en estos dias de aflicción y de gloria. Aun antes de su advenimiento al Trono, el jóven Fernando fue el instrumento de que se valió el dedo de Dios para prepararnos á nuestra revolucion gloriosa, y para apartar á la Nacion del borde del precipicio en que iban á sumirla profusiones escandalosas dentro y fuera del Reino, costumbres corrompidas, leyes olvidadas y despreciadas, pactos indignos, alianzas humillantes, combates desastrosos por mar y tierra, y paces vergonzosas. Y después que la horrible perfidia le arrancó de en medio de nosotros, el nombre solo de Fernando (nombre que no puede pronunciarse sin enternecimiento) ha sido como un génio invisible que conmovió á un mismo tiempo toda la basta Monarquía; y cuando el tirano se lisonjeaba de que habia conseguido disolverla ó dividirla para mejor dominarla, fué el vínculo que estrechó cordialmente, y estrechará cada dia mas y más todos los indivíduos de esta familia gran- 174 de y una, esparcida en ambos hemisferios: ese nombre armó el abrazo del soldado: lo hizo triunfar muchas veces ó morir una muerte tan noble como el triunfo: ese nombre llevó aun á los niños, ancianos, mujeres y sacerdotes á los campos de batalla, y él ha dirigido la mano de los legisladores para escribir las leyes, que harán para siempre la felicidad de la Nacion, y afirmarán el Trono sobre las bases inmovibles de la justicia social, y de la libertad de los hombres. ¡Oh! puedan nuestros ojos verle cuanto antes sentado sobre ese firme Trono á que llaman, más que las leyes, sus virtudes y amor de los pueblos! ¡Qué dulce será entonces para su corazon magnánimo verse rodeado de hijos y amigos, en lugar de arteros y de malcontentos, y de hombres libres en lugar de esclavos! ¡Cuánta satisfacción para el jóven Monarca llevar las riendas de un estado constituido ya de un modo el más natural, sólido y duradero, bajo las formas de una Constitución que ha reintegrado nuestras antiguas leyes en su primer imperio: que ha hecho de la religión católica y de las virtudes sociales y morales las primeras ciudadanas españolas: que ha demarcado los mútuos derechos del pueblo y del Rey, y las mútuas obligaciones que de ellas nacen; y que conservando á los Reyes en toda su dignidad, les ha abierto y aun trillado todos los caminos para hacer el bien y la felicidad nacional! Estas son las leyes en que está librada la salud de la Pátria, y cuya ejecución mientras dure la injusta cautividad de nuestro deseado Rey, esta confiada á la virtud, celo y patriotismo 175 de la Regencia del Reino, que tan laudables y públicas muestras ha dado de su adhesión á las nuevas instituciones y útiles reformas. Y como la Regencia, además de los vínculos comunes á todos sus conciudadanos, tiene un lazo más estrecho con la Pátria y con Fernando, las Córtes están seguras de que el sagrado depósito de las leyes que le han fiado, lo entregará ileso, puro, integro, en las manos del virtuoso Príncipe, cuando el cielo, satisfecho ya con tanta sangre nuestra derramada, y con tantos sacrificios, se digne al fin concederlo á nuestros votos.” (Folios 5384,5385. Nº 868). SESION DEL DIA 31 DE MAYO DE 1813 El Sr. Presidente (D. Florencio del Castillo) solicita la desmembración de la Provincia de Costa Rica del Obispado de Leon, Nicaragua y la ereccion del Obispado de Costa Rica informando si debe establecerse la silla episcopal en la ciudad de Cartago. Se leyó la siguiente exposicion del Sr. Presidente: “Señor, en la comision Ultramarina existe una representación del noble ayuntamiento de la ciudad de Cartago, capital de Costa-Rica, en que se solicita la desmembración de dicha provincia del obispado de Leon de Nicaragua, al que se halla agregada, á fin de que formándose de ella una nueva diócesis, se erija y establezca la Silla episcopal en la expresada ciudad de Cartago. La justicia de esta solicitud, y aun la indispensable necesidad de acceder á ella, se harán manifiestas á V. M., si se digna fijar por un momento su sobe- 176 rana atención en las gravísimas causas en que se apoya aquel ayuntamiento, y á las cuales yo, como representante de dicha provincia, procuraré darles alguna explicación. El celo con que V. M., en medio de infinidad de negocios que ocupan su atención, ha promovido en lo que esta de su parte el bien de la Iglesia española, me sirve de ejemplo para no descuidar por la mia de procurar el bien y felicidad espiritual de mi provincia. No molestaré á V. M. con referirle las particulares circunstancias que hacen muy recomendable á Costa-Rica: tampoco alegaré para inclinar su ánimo el patriotismo y adhesión á la justa causa, que constantemente ha manifestado en todo el tiempo de esta revolucion, solo me contraeré á indicar las razones que conduzcan á patentizar la justicia de esta solicitud. La extension del territorio de Costa-Rica, su poblacion, y la larga distancia que media de su capital á la de Leon de Nicaragua, no dejan la menor duda de que debe erigirse un obispado en dicha provincia, para que aquella grey pueda ser gobernada y apacentada en lo espiritual como corresponde. Costa-Rica tiene por limite de su territorio el rio de Chiriquí, que lo separa de la provincia de Panamá, y el rio Salto, que la divide de la de Nicaragua, entre las cuales provincias se halla situada. Sirviéndole de linderos por el N. y S. el Océano atlántico y el mar Pacífico. Desde el uno de los rios que quedan indicados hasta el otro, hay más de 150 leguas de caminos muy fragosos y casi intransitables por la multitud de montes y rios caudalosos que se atraviesan; la distancia 177 de uno á otro mar no es uniforme, pero la media podrá ser de 70 leguas. Por consiguiente, aunque no es dable calcular con exactitud la extensión del territorio de Costa-Rica por falta de un plano topográfico, puedo asegurar á V. M., sin exageracion, que comprende más de 7.000 leguas cuadradas; extension muy suficiente para fundar no solo uno, sino muchos obispados, si á proporcion estuviera poblada. Hay actualmente en ella 22 pueblos: 12 de ellos son de indios, y los demás de españoles blancos y de color, además de una multitud de chacaras, haciendas y caseríos distantes de los expresados pueblos. Estos se hallan diseminados en varios puntos de la provincia, de modo que hay pueblos que distan entre sí 150 leguas. El número de sus habitantes es de 60 á 70.000, según el informe que me dirigió el expresado ayuntamiento, el cual acompaño en comprobacion de este y otros datos de los que van referidos, y según otro del brigadier Don Tomás Acosta, gobernador que fue de aquella provincia, el cual para en la Secretaría del Despacho de Hacienda. Además de esta poblacion, hay en su territorio tres naciones de indios gentiles que habitan las montañas y costas del Norte, las cuales reconocen con los nombres de indios de Talamanca, indios del Norte é indios Mosquitos, todas tres bastante numerosas. Por estas razones, Costa-Rica siempre fue considerada y tenida desde su descubrimiento por provincia separada é independiente de las otras, gobernada en lo político y militar por un jefe con 178 título de gobernador y comandante de las armas, el cual no conoce más dependencia que de la Audiencia y capitanía general de Goatemala; por manera que solo en lo eclesiástico ha estado agregada á la diócesis de Nicaragua. De lo expuesto podrá inferir V. M. la suma necesidad que hay de proveer á aquella provincia de un pastor que vele sobre una grey numerosa y que se halla esparcida en un vasto terreno, para que visite sus pueblos con aquella frecuencia que los cánones prescriben. Aun se hace más manifiesta esta necesidad si se atiende á la larga distancia que media entre dicha provincia y la ciudad de Leon de Nicaragua, lugar de residencia del Obispo: 210 leguas de camino muy quebrado, y casi intransitables en tiempo de lluvias, separan á la ciudad de Cartago, capital de Costa-Rica, de la expresada ciudad de Leon; y á vista de esto, ¿será creible que los Rdos. Obispos de aquella diócesis puedan cumplir con su obligacion, desempeñando personalmente el ministerio pastoral, y visitando cada tres años su obispado? Es menester advertir que la provincia de Nicaragua es tan extensa como la de Costa-Rica, y visitando y se halla aquella mucho más poblada que esta, por lo que han sido muy pocos los Obispos que han visitado, aun solo una vez en todo el tiempo de su pontificado, todos los pueblos que comprenden las provincias de Nicaragua, Costa-Rica ha sufrido mucho más: V. M. se escandalizará al oir que hace más de treinta y tres años que no ha puesto en ella los pies ningun Obispo; pues, Señor, es un hecho. En todo 179 este largo tiempo han estado aquellas ovejas privadas del consuelo de ver y conocer á su pastor. ¿Y cuáles serán los males que se habrán originado de este abandono? No será el menor el de que todos los que han nacido en estos últimos treinta y tres años se hallan sin recibir el sacramento de la confirmacion: ¿y hay razon para privar de esta gracia á aquellos cristianos? No hay que atribuir estos males á falta de celo en los Prelados que ha habido en estos últimos treinta y tres años, porque a más de las dificultades que van indicadas para practicar la visita en aquella dilatada diócesis, los promovidos á aquella Silla por lo regular han sido hombres ancianos, y por consiguiente achacosos, que por lo mismo no pudieron emprender unas marchas tan largas y de caminos peligrosos. Ni hay que esperar que nadie, por celoso, por robusto y activo que sea, pueda en lo sucesivo cumplir puntualmente con sus obligaciones mientras no se curo el mal en si orígen; es decir, mientras que no se divida aquel vasto obispado. Tampoco se juzgue que podrian evitarse estos inconvenientes agregándose CostaRica a Panamá, que es la otra provincia limítrofe, porque la distancia que media estas provincias es mayor que la que hay entre Nicaragua y Costa-Rica, y además los caminos son más desiertos y más intransitables. No queda, pues, otro recurso, si no se quiere que continúen tan graves males, que el de la separacion y ereccion de obispado en Costa-Rica. De esta providencia resultarán seguramente muchos bienes, que llenarán de consuelo y de regocijo á aquella religiosa provincia; no siendo el menor de ellos el que con el influjo del Prelado se 180 facilitará la conversión de los indios gentiles que habitan aquellas montañas. Tampoco se siguen ningunos inconvenientes; porque no se crea que con la ereccion de este nuevo obispado los pueblos se gravarán con nuevas contribuciones, ni que el Erario público habrá de sufrir algun menoscabo. Solamente los diezmos que paga aquella provincia proporcionan fondos con que dotar competentemente la mitra, y en un país en donde no hay lujo, y en donde los alimentos son muy baratos, sobrará para fundar y dotar un seminario conciliar donde se formacen buenos eclesiásticos y donde se proporcionaria educacion á la juventud, de que tanto carece en aquel país tan separado de las demás provincias. Por todas estas consideraciones, hago á V. M. las dos proposiciones siguientes: Primera. Que pasándose esta exposición á la comision Ultramarina, donde están los antecedentes, se le encargue que con la brevedad posible despache el expediente relativo á la division y ereccion del obispado de Costa-Rica, informando si deba establecerse la Silla episcopal en la ciudad de Cartago. Segunda. Que consecuentemente á esto, informe sobre la necesidad de erigir en dicha ciudad un seminario conciliar.” Estas proposiciones y la exposición se mandaron pasar al Gobierno para que, con el informe,remitiese (según propuso el Sr. Larrazabal) el que acerca de aquella provincia dio su comandante el brigadier D. Tomás Acosta, y que se hallaba en la Secretaría de Hacienda (Folios 5387, 5388, 5389. Nº 869). 181 SESION DEL DIA 9 DE JULIO DE 1813 Nombramiento en la Comision Americana, en union con la comision extraordinaria de Hacienda. Para el sistema de rentas en Ultramar. El Sr. Presidente nombró para la comision Americana propuesta por el Sr. Calatrava, para proponer, en union con la comision de Hacienda, el nuevo sistema de rentas en Ultramar, á los Sres. Mejía. Jáuregui. Feliu. Mendiola. Castillo. (Folio 5667. Nº 906). SESION DEL DIA 11 DE JULIO DE 1813. Suspensión de la libertad constitución de imprenta (Méjico). Leyó el Sr. Ramos de Arispe la siguiente exposición: “Señor, el dia 17 de Mayo del año corriente el Secretario de Gracia y Justicia, de órden de la Regencia, dio cuenta á V. M. de que en aquella misma mañana acababa de recibir la noticia de que el fiscal de la Audiencia de Méjico, D. Ramon de Hoces, comunicaba por la Secretaria de Guerra de haber el virey D. Francisco Venegas, prévio acuerdo de aquella Audiencia, suspendido la libertad constitucional de imprenta, concluyendo con asegurar á V. M. que la 182 Regencia quedaba en tomar las providencias convenientes. El Congreso no pudo dejar de sorprenderse al ver atacada en una de sus bases fundamentales, y la parte más importante y preciosa, á la Constitución de la Monarquía, publicada y jurada con entusiasmo imponderable en el reino de Méjico; sin embargo, calmó tan natural agitacion reflexionando que la Regencia, á quien está encomendado el poder de hacer cumplir la Constitucion y leyes, y que desde los primeros momentos de su nombramiento ha dado continuas pruebas de energía y vivo celo por el cumplimiento de sus obligaciones, aseguraba al Congreso que iba á tomar las providencias convenientes, providencias que no podian ser otras que las que el mismo Congreso con sabiduría y prevision tiene claramente mandadas desde el año 1811 en repetidos decretos. Contribuyó tambien á calmar los ánimos de los representantes de América el persuadirse en aquel momento que el Gobierno, consecuente al primer paso que dio justa y francamente el 17 de Mayo, poniendo en noticia de V. M. tan noble acontecimiento, le comunicaria oportunamente para su tranquilidad las medidas que adoptase, pues no parece creible quisiese afligir su ánimo; manifestándole el mal, y negarle el consuelo de enterarse tambien de los remedios adoptados. Creyó además que debiendo el mismo Gobierno tener un interés conservar su buen nombre y opinion; y no pudiendo conseguirlo sino obrando con energía y en negocio de interés comun, cual es la observancia de la Constitución y leyes, se daria prisa á publicar y hacer que los tribunales publi- 183 casen á todos los españoles sus justas providencias, que siendo tales, harian en entender aun en los ángulos de la Monarquía que esta es una indispensable, y que además de tener leyes sábias y justas, tiene un Gobierno enérgico que las sostiene, y hace observar con notoria imparcialidad. Estando decretado la preferencia de los negocios de infraccion de Constitución, los que suscriben no pueden menos de suponer se habrán tomado en casi dos meses las correspondientes providencias, pero estando convencidos no basta tomarlas, sino que es indispensable que V. M. y el pueblo español sea enterado de su contenido, por haber V. M. en la Constitucion puesto bajo su inmediata proteccion la libertad de imprenta, y tener en ella el pueblo vinculada su libertad y goce de sus derechos, así lo conoció la Regencia, y por eso desde un principio dio cuenta de lo ocurrido en Méjico sobre la materia. Es, pues, preciso que el pueblo español quede convencido y asegurado de que V. M. protege en efecto y protegerá inflexiblemente la libertad de la imprenta; y sí el 18 de Mayo fue bastante decir á la Regencia que V. M. quedaba enterado de que tomaria las providencias oportunas para sostenerla, hoy es indispensable que V. M. sepa cuáles han sido esas providencias. Con tan importante objeto hacemos la proposicion siguiente: “Que se diga á la Regencia que informe á las Córtes de las providencias que haya tomado sobre la suspensión de la libertad constitucional 184 de imprenta en Méjico, y demás ocurrencias relativas á la observancia de la Constitución en aquella provincia.” Cádiz 11 de Julio de 1813.=Miguel Ramos de Arispe.=José María Couto.=Andrés Sabariego. =Florencio Castillo.= Fermin de Clemente.=José Miguel Gordoa.=José Mejía.=José Ignacio Avila.= Francisco Lopez Lisperguer.=Jose María Morejon.= Mariano Robles.=Pedro García Coronel.= José Joaquin Olmedo.=Miguel Riesco y Puente.=Ramón Feliu.= Joaquin Maniau.= José Cayetano Foncerrada.= Francisco de Mosquera y Cabrera.=Blas Ostolaza.=Antonio Zuazo:=José Antonio Lopez de la Plata.=Mariano Mendiola.=Andrés de Jáurigue.=Mariano Ribero.=José Joaquin Ortiz.=José Antonio Navarrete.=Francisco Fernandez Munilla.=Octaviano Obregón.=Estéban de Palacio.” Dicha proposicion fué aprobada. (Folio 5684, 5685. Nº 908). SESION DEL DIA 13 DE JULIO DE 1813 Fundacion de la Universidad de Leon de Nicaragua. Los Sres. Lopez de la Plata y Castillo expusieron lo siguiente: “Señor, por decreto de 10 de Enero del año pasado de 1812 mandaron las Córtes se erigiese Universidad en el Seminario de Leon de Nicaragua por sus circunstancias particulares, gracia que no ha tenido efecto porque no se designaron los estatutos que habian de observarse. Solo se previno lo formase el Consejo de Regencia, con presencia de los que, reformados, 185 se observan en la Península de los de Goatemala, y de las circunstancias particulares de Leon. Cuando se expidió el referido decreto no se habia aun concluido la discusion de la tercera parte de nuestra Constitucion politica, ni se tuvo por lo mismo el artículo posteriormente sancionado de disponerse un plan general de estudios para todas las Universidades de la Monarquía; y además, cuando el Rey D. Carlos IV concedió al mismo seminario la gracia de que en él se confiriesen los grados menores, mandó se observasen interinamente las constituciones de la Universidad más inmediata, que es la de Goatemala. Deseosos, pues, nosotros de que se lleve cuanto antes á debida ejecución el soberano decreto citado, por los saludables objetos que el Congreso se propuso en general, y en particular por las súplicas que nos han dirigido los interesados, y mediante á estar ya en observancia los estatutos citados, proponemos á V. M. las dos proposiciones siguientes: Primera. En la Universidad de Leon de Nicaragua se observarán interinamente las constituciones de la de Goatemala hasta no disponerse el plan general de estudios. Segunda. El Rdo. Obispo de aquella diócesis procederá á erigirla, confiriendo desde luego 12 grados mayores en todas facultades, para los que serán preferidos los actuales catedráticos del seminario, según lo practicado en iguales casos en las otras Universidades de América, instalándose sucesivamente el cláustro, que nombrará rector, y ejercerá sus funciones conforme los indicados estatutos. Cádiz 12 de Julio, etc.” 186 Admitidas á discusión las proposiciones antecedentes, se mandaron pasar á la comision que entendió en la formacion del citado decreto de 10 de Enero. (Folio 5700, 5701. N º 910). SESION DEL DIA 15 JULIO 1813 Oposición a determinación del Tribunal especial creado por las Córtes para entender en la causa de D. Miguel de Lardizalbal. (Tribunal esta disuelto) El Sr. CASTILLO: Yo me opongo á que se resuelva ahora. Este tribunal está disuelto. El Supremo de Justicia ha dado su sentencia. ¿A qué tratar de la sentencia? Se trata de ver si han de asistir para vindicar su honor; á esto me opongo, porque no es tribunal, está disuelto. Y así, pido que se pregunte si há lugar á deliberar. (Folio 5711. Nº 912). SESION DEL DIA 7 DE AGOSTO DE 1813 Observación sobre el art. 9.º de la comision de Hacienda Por lo que toca al art. 9.º, el Sr. Castillo observó que su sentido parecia indicar que en las cabezas del partido habria una autoridad nueva que hiciese el repartimiento á los pueblos, lo cual era contrario á la Constitucion que no establece más autoridad para esto que las Diputaciones provinciales. Hallando justa esta observacion, el Sr. Conde de Toreno indicó que el artículo se concibiese en los términos siguientes: “las Diputaciones provinciales arreglarán el cupo de cada partido y de cada pueblo con arreglo al artículo 335 de la Constitucion.” Así quedó aprobado.(Folio 5897 N.º 935). 187 SESION DEL DIA 13 DE AGOSTO DE 1813 Discusion sobre abolicion de la pena de azotes contra los indios. (Presentada al Congreso por el Comun de Lambayeque del Perú). El Sr. CASTILLO: Para instruccion de la comision que ha de informar, debo hacer presente que en algunas provincias está prohibido este castigo. En Goatemala lo estaba por acuerdo de la audencia; y á pesar de ello se les castigaba á los indios con azotes. Y los mismos curas que por su carácter son los que debian dar más testimonio de lenidad, han sido por desgracia los que tal vez han contribuido más á este abuso. (Folio 5933.N.º 941). SESION DEL DIA 16 DE AGOSTO de 1813 Solicitud del Ayuntamiento de Cartago para que se elimine impuesto de un peso fuerte al cacao introducido de la costa de Matina. El Sr Castillo presentó la siguiente exposición: “Señor, el ayuntamiento de la ciudad de Cartago, capital de la provincia de Costa-Rica, me dice que represente á V. M. que hace como cien años que los vecinos de dicha provincia se ofrecieron espontáneamente á contribuir con un peso fuerte sobre cada quintal de cacao que de la costa de Martina se introdujese en dicha ciudad, con el objeto de que esta contribucion se invirtiese en componer y allanar el camino que va para Matina, y se fortificase aquel puerto. Esta contribucion hace setenta años que habia producido 400.000 pesos fuertes, y de entonces acá se ha continuado pagando sin interrupcion, cuyo pro- 188 ducto se ha cobrado por los ministros de la Hacienda pública, y ha entrado toda en las arcas nacionales, sin que se haya invertido en los fines de su institucion más que la pequeña cantidad que se gastó para construir un defectuoso fuerte en la costa de Mosquitos, el cual hace más de cuarenta años que fue destruido por los ingleses al mando de Wfef. El expresado ayuntamiento solicita de V. M. que se abola la susodicha contribución, por ser demasiado gravosa después que han decaido las cosechas de cacao, y que toda la cantidad que ha producido desde su institucion se invierta en la composición del expresado camino, que por ser sumamente fragoso opone grandes embarazos al comercio que podria hacerse por el puerto de Martina (sic). Nada más justo, Señor, que la solicitud del ayuntamiento de Cartago, pues que las contribuciones que los pueblos aceptan y se imponen deben invertirse necesariamente en los fines de su institución; sin embargo, atendiendo yo por una parte á que las circunstancias tan apuradas en que se halla la Nacion no permiten que pueda verificarse la indemnización que se reclama, y deseando por otra parte dar un consuelo pronto á los beneméritos habitantes de Costa-Rica, he resuelto reducir mi solicitud á las siguientes proposiciones: “Primera. Que la contribución de un peso fuerte que se paga sobre cada quintal de cacao que se introduce de Matina en Cartago, se reduzca á la mitad de un peso fuerte. Segunda. Que esta contribucion se cobre con arreglo á la Constitucion y decreto sobre el 189 gobierno de las provincias por el ayuntamiento de la expresada ciudad de Cartago, y se invierta en la composición del expresado camino por la Diputación provincial. Cádiz Agosto 13 de 1813= Señor.-Florencio del Castillo.” Admitidas á discusion las proposiciones que anteceden, se mandaron pasar á la Regencia del Reino para que informara acerca de ellas (Folio 5964. Nº 944). SESION DEL DIA 16 DE AGOSTO DE 1813 Dictámen de la comision Ultramarina. Sobre la creación la Universidad de Leon de Nicaragua. La comision Ultramarina dió el siguiente dictámen: “Señor, la comision Ultramarina ha examinado las proposiciones que los Sres. Diputados D. Florencio Castillo y D. José Antonio Lopez de la Plata hicieron en 13 de Julio próximo pasado, para que tuviese efecto la Universidad que por decreto de 1812 se sirvió V. M. mandar se erigiese en la ciudad de Leon de Nicaragua, mandando que el Consejo de Regencia que entonces gobernaba, ordenase el plan que habria de seguirse. Con posterioridad á este decreto se publicó la Constitucion, y previniéndose en ella las Córtes por medio de planes y estatutos especiales arreglaran cuanto parezca al importante objeto de la instruccion pública, deseosos los referidos Sres. Diputados de conciliar la efectiva ereccion 190 con arreglo á la Constitucion, suplican á V. M. que al efecto, y entre tanto las Córtes arreglen el plan general de estudios, se rija y gobierne la nueva Universidad por los estatutos de la de Goatemala, y proponen las medidas que convendrá adoptar para que no sufra más demora tan útil establecimiento. Si la comision hubiere de fundar las razones en que estriba esta justa solicitud, no habria más que reproducir las que motivaron el decreto dado por las Córtes, y haria agravio á V. M. que anhela proporcionar los medios más conducentes y oportunos al exacto y pronto cumplimiento de sus soberanas disposiciones. Así que, la comision, teniendo á la vista los antecedentes que motivaron el citado decreto, cuanto ahora se expone y lo que en semejantes casos se ha practicado para la ereccion de otras universidades en las provincias de Ultramar, presenta á V. M. para su soberana resolucion las siguientes proposiciones: “Primera. Para que desde luego se instale la Universidad de Leon de Nicaragua, se observarán las constituciones de la Goatemala, hasta tanto que las Córtes sancionen el plan general de estudios para todas las Universidades del Reino. Segunda. El Rdo. Obispo de aquella diócesis y actual gobernador jefe político de aquel partido, procederán al nombramiento de rector para aquella Universidad, eligiendo de entre los doctores que allí residan, y para vicecancelario de la misma nombrarán al maestre escuela de aquella catedral. 191 Tercera. Para efecto solo de facilitar que se confieran los grados mayores en las respectivas facultades de que hay cátedras erigidas y cursantes en aquel seminario, el rector y vicecancelario habilitarán para examinadores de los grados de licenciados ó doctores, á falta de estos, á los catedráticos del mismo seminario, hasta tanto se complete el número de ocho doctores, contados los que allí existan, pues llenado que sea este número, se entenderá que ha cesado la habilitacion. Cuarta. Los referidos catedráticos que quisieran ascender á los grados de maestros, licenciados ó doctores, deberán sufrir, así como los anteriores, los exámenes prevenidos por las constituciones de la Universidad de Goatemala, á más del grado de bachiller, años de pasantía y demás requisitos, sin que en esta parte se dispense alguno. Quinta. Habiendo el expresado número de ocho doctores, congregados que sean con el rector y vicecancelario, se tendrá por instalada la Universidad, y procederán á los nombramientos de secretario, consiliarios, bedeles y demás oficios que deben nombrase, así entre los indivíduos de que se componga el cláustro, como en los bachilleres de las respectivas facultades. Sexta. Se erigirá en esta Universidad una cátedra de la Constitución de la Monarquía española. Cádiz, etc.” Después de una lijera discusion, quedó aprobado dicho dictámen, sustituyendo la palabra “cancelario” á la de “vicecancelario” en los varios lugares en que se halla puesta (Folios 5964, 5965. Nº 944). 192 SESION DEL DIA 21 DE AGOSTO DE 1813 Nombramiento en comision de sanidad. Habiéndose dado cuenta de un oficio del Secretario de la Gobernación de la península, el cual remitia una consulta dirigida á la Regencia por la Junta Suprema de sanidad con motivo de un acuerdo de la formada en Sevilla, propuso el Sr Antillon “que atendidas las ocupaciones que tenian en otras comisiones los individuos de la de Salud pública, y á la urgencia de la materia, se nombrase una comision especial que presentase dentro de muy breve término un plan para organizar la Junta suprema de sanidad sobre bases constitucionales, y con analogía á la ley de 23 de junio.” Así se acordó: El Sr. Presidente nombró para formar dicha comision á los Sres. Antillon. Mejía. Montenegro. Castillo. Cayolá. Se mandó pasar á ella el expresado oficio del secretario de Gobernacion. (Folio 6014. Nº 949). SESION DEL DIA 24 DE AGOSTO DE 1813 Dictámen aprobacion de la canongía solicitada por los Diputados de Goatemala La comision ordinaria de Hacienda presentó el siguiente dictámen: “La comision ordinaria de Hacienda ha visto la representacion de los Sres. Diputados de la 193 provincia de Goatemala, en que exponen que hallándose destinada una canongía de la metropolitana de aquella provincia y de las otras dos sufragáneas de Leon de Nicaragua y Ciudad Real de Chiapa al extinguido Tribunal de la Inquisicion de Méjico, y que careciendo todas estas tres iglesias catedrales canongías lectorales, cuyo objeto tan recomendable en el Concilio de Trento no puede ser más análogo á la aplicacion que se solicita, pues se desea únicamente que erigidas las tres canongías lectorales, cada una de estas, con arreglo á su instituto, sea una cátedra de enseñanza en la Universidad de Goatemala, y en los respectivos seminarios conciliares de las sufragáneas las otras dos, para la explicacion de las Santas Escrituras, tan necesarias como provechosas para la instruccion de los que se dediquen al estado eclesiástico; y para que estos ilustrados ministros del santuario puedan con inteligencia y fruto, con claridad y conocimiento, enseñar á los demás fieles los misterios y máximas de nuestra santa religion, es de dictámen que, difiriéndose á esta justa pretension, deben aprobarse las dos proposiciones de dichos Sres. Diputados; y si V. M. se digna aprobarlas, dar las órdenes correspondientes al Gobierno para su más pronta ejecucion y cumplimiento. Cádiz, etc.”. Este dictámen fue aprobado (Folio 6038. Nº 952). SESION DEL DIA 2 DE SETIEMBREDE 1813. Se manda á archivar testimonio de la Jura de la Constitucion en las provincias de Goatemala 194 Se dá testimonio de haber jurado la Constitucion el gobierno de Costa-Rica, los ayuntamientos de Goatemala, Cartago de Costa-Rica, el comandante de Cartago, el de la campañía de infantería de Nicoya (Folio 6105 Nº 961 SESION DEL DIA 14 DE SETIEMBRE 1813. DE Acta de sesion del cierre de las Córtes Generales y extraordinarias reunidas en Cádiz. “Reunidoslos Sres. Diputados después de haber asistido al Te–Deum en la catedral, y abierta la sesion, leyó uno de los Sres. Secretarios el siguiente decreto: “Acercándose el dia en que los Diputados de las Córtes ordinarias deben reunirse para el exámen de sus respectivos poderes, las Córtes generales y extraordinarias han cerrado sus sesiones hoy 14 de Setiembre de 1813. Lo tendrá entendido la Regencia del Reino, etc.” Leida esta minuta de decreto tomó la palabra, diciendo El Sr. PRESIDENTE: Señor, entre las aclamaciones del pueblo más generoso de la tierra se instalaron estas Córtes generales y extraordinarias, y ahora vienen de dar gracias á Dios, autor y legislador supremo de la sociedad porque les ha concedido llegar al término de su trabajos, después de haber puesto las piedras angulares del suntuoso edificio que ya se levanta de la prosperidad y gloria del imperio español. Sumida en un sueño vergonzoso, hundida en el polvo de su aba- 195 timiento, destrozada, vendida por sus mismos hijos, despreciada, insultada por los agenos, rotos los nérvios de su fuerza, rasgada la vestidura Real, humilde, y humillada y esclava yacia la señora de cien provincias, la reina que dio leyes á dos mundos…………………………………………… Concluida esta arenga, el innumerable concurso de todas clases y edades que coronaba las galerías, enternecidos hasta el extremo de verter lágrimas, derramándolas muchos Diputados y espectadores, prorrumpió en repetidos aplausos y aclamaciones, distinguiéndose entre las voces el regocijo y de la gratitud los vivas á la Nacion, á la Constitucion, á las Córtes, al Gobierno, etc. Restablecido el silencio, volvió á tomar la palabra diciendo El Sr. PRESIDENTE: Fiel ejecutor de los decretos del Congreso que ha prescrito los actos únicos que deben ejecutarse en este dia, me abstengo con sentimiento mio de hacer que se lean dos proposiciones; pero las dejo recomendadas á las Córtes ordinarias, para que las tomen en consideracion en las proximas sesiones.” Pronuncio en seguida la cláusula siguiente: “Las Córtes generales y extraordinarias de la Nacion española, instaladas en la isla de Leon el dia 24 de setiembre del año de 1810, cierran sus sesiones hoy 14 de Setiembre del de 1813.” Firmó á continuación el Acta que ya estaba extendida, lo que sucesivamente fueron haciendo todos los demás Sres. Diputados, en esta forma: S e ñ o r e s , G o r d o a y B a r r i o , Presidente.=Perez.=Garcés y 196 Barrea.=Villotas.=Creus.=Espiga.=Foncerrada.= Del Valle Salazar.=Marqués de Lazan.=Del Pozo.= Marqués de Espeja.=Llanera y Franchi.=Santos.= B r i c e ñ o . = M u ñ o z T o r r e r o . = V a z q u e z . = Canga.=Llados.=Obispo de Mallorca.=Ros.= Larrazabal.= Villanueva.= Sirera.= Traver.= Lopez de Olavarrieta.=Gonzalez Peinado.=Fernandez Munilla.=Ruiz (D. Jerónimo).=García Herreros.= San Gil.= Cañedo.= Cevallos y Carrera.= Alcaina.= N i e t o ( D . D i e g o ) . = G o y a n e s C o r o n a . = P a r a d a . = S a l a s (D. Juan).= Aznarez.= Caballero.=Góngora.=Luján.= Ramirez y Castillejo.=Montero (D. Juan José).= Güereña.=Lopez (D.Simón).=Villagomez.= Lloret.=Chacon.=Ruiz Tausté.=Terrero.=Calderó n.=Rech.=Gutierrez de la Huerta.= Sombiela.= García Santos.=Vadillos.=Antillon.= Calatrava.= Golfin.= Martinez (D.Manuel).= Torres y Guerra.= Marqués de Villa Alegre.= Conde d e Buenavista.=Aparicio Santin.=Papiol.=Obispo Prior de Leon.= Lopez de Salcera.= García Coronel.= Ruiz (D.Lorenzo).=Ortiz (D. Tiburcio).=Feliu.=Esteller.= Hermida.=Morales Segoviano.=Romero.= Rivas.= Fernandez I b á ñ e z . = A l a j a . = O c h a r á n . =S a n c h e z (D.Victoriano).=Trigueros.= S i l v e s . = Obispo de S i g ü e n z a . = B r a v o . = F r e i r e . = Oliveiros.= Couto.=Moragues.= O b r e g ó n . = Va l l e . = Q u i r o g a y U r í a . = O r t i z ( D . J o s é ) . = Mendiola.= Alcalá Galiano.= O b i s p o d e I b i z a . = Maniau.= Morales de los Rios.= Vega Infanzon.= Key y Muñoz.= Rovira.= Rocafull.= M a r t i n e z . = (D. José).= Montero (D. Ramon).= 197 Aróstegui.= Lera y Cano.= Robles.= Morales Gallego.= Rodríguez d e l a B á r c e n a . = Giraldo.= Navarro.= Becerra.= Conde de T o r e n o . = G a l l e g o . = P a l a c i o s . = Serrano Valdenebro.= Gonzales Lopez.= Ibáñez de O c e r i n . = H e r r e r a . = M o r e n o M o n t e n e g r o . = O l m e d o (D.Joaquin).= Reyes de la Serena.= Serrano de R e v e n g a . = Z u a z o . = S a n M a r t i n . = G a y o l á . = Zumalacárregui.= Morrós.= Serra.= Dueñas y Castro.= Calvet y Rubalcaba.=Salazar.=Calello.=Gordillo.= Serres.= Martinez de Villela. = Ger. =O`Gavan. = M a r t i n e z Fortun (D.Isidoro). =Martinez Fortun (D. Nicolás).= Llaneras.=Gomez Ibarnavarro.= Porcel.=Nieto y Fernandez.= Morejon.= Lisperguer.= Pascual.= Valcárcel Dato.= V a z q u e z d e P a r g a y V a h a m o n d e . = CASTILLO.= Lopez de la Plata.= N a v a r r e t e . = E s c u d e r o . = S a l a s (D. José).= L a s a u c a . = M o r e n o y G a r i n o . = Ruiz de Padron.= Lopez Pelegrin.=Rus.=Jáuregui.=R i v e r o . = D o u.= Clemente.= Laguna. = V i l l a f a ñ e . = B e n a v i d e s . = Martinez (D . J o a q u i n ) . = R i e s c o ( D . F r a n c i s c o ) . = Valcarce y Saavedra.= Paez de la Cadena.= Argüelles.= Serrano y Soto.= Rodrigo = Rodríguez.= Vahamonde.= Vallejo.= Gutierrez de Terán.= Caneja.= Sufriategui.= Lallave.= Aguirre.= Sabariego.= Vega S e n m a n a t . = A l o n s o L o p e z . = Cerero.= Nogués y Acevedo.=Bermudez de Castro y Sangro.=Mejía y Lequerica.=Marin.= 198 Inguazo.= Marqués de Villafranca y los Velez.=Jimenez Guazo.=Zorraquin (D.Policarpo).=Nuñez de Haro.= C a p m a n y . = Castillejo.= Ramos de Arispe.= Melgarejo.= Lopez del Pan.= Rodríguez de Olmedo.= Roa y Fabia.= Aytés.= Sanchez ( D . C e l e s t i n o ) . = Ostalaza.= Velasco.= Rivera.=Vazquez de Aldana.= Sanchez de Ocaña.= Mosquera y Cabrera.= Andueza.= Cea.= Obispo de Plasencia.= Sierra.= Mosquera y Lira.= Inca.= Impanqui.= Ciscar.= M a r t i n e z ( D . Bernardo).= Garoz y Peñalver.= Duazo.= García Leaniz.= Subrié, Diputado Secretario.= Riesco Puente, Diputado Secretario.= Ruiz Lorenzo.=, Diputado Secretario.= Garate, Diputado secretario. Enterado el Sr. Presidente por repetido anuncio de uno de los Sres. Secretarios que ya ningun Diputado faltaba por firmar, levantó la sesion entre nuevos aplausos y bendiciones (Folio 6223,6226. Nº 973). 199 EPILOGO Debido a la peste “fiebre amarilla” que se desató en Cádiz, el 14 de setiembre de 1813 se clausuraron las Cortes permanentes y extraordinarias y se convoca a Cortes ordinarias; mismas que se trasladan de nuevo a la Isla de León, ahí sesionan del 1ro. de octubre al 29 de noviembre de 1813, cuando se suspenden para preparar el traslado a Madrid, el cual se da el 19 de diciembre, ahí sesionan desde enero hasta mayo de 1814, cuando es restituido el Rey Fernando VII, quien de inmediato disuelve y desconoce los acuerdos tomados por las Cortes extraordinarias y ordinarias reunidas en Cádiz como las ordinarias reunidas en Madrid. Debido a estas circunstancias, el señor Florencio del Castillo se presenta ante el Ministerio de Indias, para solicitar que se respeten los acuerdos tomados en favor de su Provincia, Costa Rica. Posteriormente, el Rey Fernando VII, lo nombra en una canonjía en la Diócesis de Oaxaca, México hacia donde parte a mediados de 1814. En Oaxaca, vive hasta 1834 durante este periodo sigue en sus labores sacerdotales, políticas y, muy especialmente, como educador. Durante los años posteriores a la independencia mexicana desempeñó una labor encomiable en la lucha por consolidar aquellos logros políticos de las excolonias españolas en toda América. En 1971 sus restos son repatriados hacia su pueblo natal y depositados en un Mausoleo construido en su honor en el Parque Florencio del Castillo, de Paraíso, Cartago, Costa Rica. En donde el Municipio rinde homenaje perpetuo a su Memoria. 200 BIBLIOGRAFIA * Libros: Blanco Cervantes, Ricardo. El Estado, la Iglesia y las reformas liberales. San José. C.R: Editorial Costa Rica. 1983. Bonilla Baldares, Abelardo. Historia de la Literatura Costarricense. 3. ed. San José. C. R: Editorial Costa Rica. 1967. Calderón Vega, Alberto. Las pinturas de Nuestra Señora. Cartago, C.R: Imprenta Santamaría 2005. Fernández, León. Documentos para la Historia de Costa Rica. Tomo X. págs. 332-494.Barcelona: Imprenta Viuda de Luis Tasso.1907. Fernández Guardia, Ricardo. Don Florencio del Castillo en la Cortes de Cádiz. San José: Editorial EUNED. 2005. García Laguardía, Jorge Mario, Meléndez Chaverri, Carlos y Volio, Marina. La Constitución de Cádiz y su influencia en América: 175 años 1812 - 1987. 1 ed. San José. C. R: Centro Interamericano de Asesoria y Promoción Electoral. Editorial Universitaria Centroamérica 1988. 201 Obregón Rafael. Presbitero Francisco Calvo (Ganginelli) fundador de la Masonería en Costa Rica. San José.C.R: Imprenta Borrase. 1963. Prado, Eladio. Nuestra Señora de Ujarrás. 3. ed. San José: Editorial Costa Rica. 1989. Román, Sergio. Don Florencio del Castillo al tras luz: las ideas de las revoluciones burguesas en el prócer costarricense. San José. C.R: Dpto. publicaciones. Ministerio de Educación Pública. 1972. Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca. El Instituto de Ciencias y Artes del Estado, los años de Formación. 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Florencio del Castillo 1778-1834 Homenaje a su memoria en ocasión a la traída de sus sus restos a Costa Rica el 27 de octubre de 1971. Snt Juárez García, Benito. Apuntes para mis hijos. Oaxaca, México: Semblanzas de Oaxaca. Nº 22. Comunicación Social. 1991. 203 Periódicos: Calderón Vega, Alberto. “Florencio del Castillo: un hombre de pensamiento universal” Cartago al día. Nº 342, Cartago. Octubre, 2005. p.10. “Florencio del Castillo vuelve a su suelo natal” La Nación. Jueves 28 de Octubre de 1971. p.2-28. Gutiérrez, Fernando. “Trasladan restos de Florencio del Castillo” La Nación. 31 de Marzo 2003. p. 4. “Municipalidad de Paraíso, celebro natalicio de Florencio del Castillo”. El paraiseño. Paraíso Octubre 2001. págs. portada y 4,5. “En natalicio de Florencio del Castillo ”Cátedra honorífica”. Cartago al Día. Cartago. 3.ed. Octubre 2001. p.4. “Hallan restos del Obispo F. del Castillo.” La Nación. Viernes 15 de octubre de 1971. p. 2-28. “Titulo de Benemérito de la Patria al Presbitero Florencio del Castillo Solano” Proyecto Nº 4751. Alcance Nº 103 a La Gaceta: diario oficial (San José,C.R.): 12 de Octubre de 1971 (205), p.533. 204 Actas: Archivo Municipalidad Paraíso. Sesión Ord. Nº 27. Folio 11. Tomo 16. 7 de Setiembre de 1970. Sesión Ord. Nº 79, Folio 102. art.31. inciso 13.Tomo 16. 24 de Mayo de 1971. Sesión Ord. Nº 80. s.f. capitulo I. inciso. B. 5. Tomo 16. 5 de Junio de 1971. Sesión Ord. Nº 134. Folio 615. Tomo 17. 10 Mayo de 1972. Sesión Ord. Nº 247. Folios, 7392. 7393, 7394, 7395, 7396, 7397 art. Unico. Tomo 24. 16 de Octubre 1992. Sesión Ord. Nº 129. Folio 567. cap. Primero. Inciso 2. Tomo 17. Lunes 6 de Marzo de 1972. Sesión Ord. Nº 133. Folio 609. cap I. Art.1. Tomo 17. Lunes 3 de Abril. 1972. Sesión Ord. Nº 133. Folio 614.,615. Cap V. inc.IV. Tomo 17. Mayo 1972. Sesión Ord. Nº 161. Folio 2770. cap tercero. Art.5. Tomo 19. 13 de Setiembre de 1983. Sesión Ord. Nº 276. Folios 3345, 3346, 3347, 3348, 3349. cap I. Art.1.t.19 23 de Octubre de 1984. 205 Sesión Extraordinaria Nº 104. Folio 391,392. art 1.ero.T. 16. Domingo 24 de Octubre de 1971. Cartas: Carta de Dra. María Luisa Acevedo Conde. Primera Concejal del Municipio de Oaxaca, Juárez a Elías Chavés, Alcalde Municipalidad de Paraíso Oaxaca, 28 de Mayo de 2004. Carta del Ayuntamiento de Cartago al Diputado a Cortes por Costa Rica. D. Florencio del Castillo Cartago. 30 de junio de 1812. (en: Fernández, León. 1907. p.363. T.10). Carta de Alberto Calderón Vega, al Concejo Municipal de Paraíso. Paraíso. 3 de Abril de 1995. *Carta de Florencio del Castillo al Muy Ilustre y Muy Noble Ayuntamiento de la Ciudad de Cartago. León, Nicaragua. 13 de Febrero de 1811. *Carta de Florencio del Castillo al Muy Ilustre y Muy Noble Ayuntamiento de la Ciudad de Cartago. Tegucigalpa. 2 de Marzo de 1811. *Carta de Florencio del Castillo al Muy Ilustre y Muy Noble Ayuntamiento de la Ciudad Cartago. La Habana. 6 de Marzo de 1811. 206 *Carta de Florencio del Castillo al Muy Ilustre C. Justicia y Regimiento de la Ciudad de Cartago, Cádiz. 8 de Julio de 1811. Archivo Nacional de Costa Rica. * Complementario Colonial. Nº 2344. Carta de Henry Elías Chavés, Alcalde Municipalidad de Paraíso, a Mario Calderón Delgado, Director Archivo Nacional de Costa Rica. Paraíso. 11 de Enero de 1999. Carta de Pedro González García, Director Archivo General de Indias, a Alberto Calderón Vega. Sevilla. 16 de febrero de 1996 Carta de Karen Olsen, a Beatriz Pérez. San José, 08 de octubre de 2003. Carta de Lic. Elvira Quintero García, Coordinadora Biblioteca “Francisco de Burgoa” UABJO. Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, a Alberto Calderón Vega. Oaxaca. 16 de Julio de 1992. Web`s. “Actas de la Asamblea Nacional Constituyente de Costa Rica, 1949”. Acta 142. pp 14-18. rev: Dr. Rodolfo Saborio Valverde. (www.saboriocoto.com) 2005. “Beneméritos de la Patria” (www.asamblea.racsa.co.cr) 13 de diciembre 2009. 207 “Cádiz 1812-2012-Diario de Sesiones” (www.cadiz 2012.es) 18 de diciembre de 2009. Calderón Vega, Alberto.“Don Florencio del Castillo, Ciudadano del mundo” en: La Prensa Libre (www.tribunademocratica.com) 7 de diciembre de 2007. “Diario de Sesiones de las Cortes Generales y Extraordinarias” (www.cervantes.virtual.com) 24 de diciembre 2006 - 24 de diciembre 2009. “Diario de Sesiones de Cortes”. (www.constitucion1812.org). 20 enero 2010 García Laguardia Jorge Mario.”Centroamérica en las Cortes de Cádiz” (www.juridicos.unam.mx) 19 de diciembre de 2009. “Homenaje a Florencio del Castillo y ofrenda Cádiz 1812-2012 (www.cadiz2012.es) 19 dicimebre de 2009. “Las Cortes de Cádiz, Florencio del Castillo y su Tiempo (www.enlaceacademico.org) 4 de noviembre de 2009. 208 “Monumento a las Cortes de Cádiz. (www.aulaiberoamericana.es) 24 de enero 2010. Anuario: Bolaños Cacho, Miguel. Instituto de Ciencias del Estado. Memoria Administrativa 1902. Oaxaca. México: 1902. Otros Documentos: Asamblea Nacional Constituyente. “Colocación retrato de Presbítero Florencio del Castillo”en el Recinto de Sesiones Palacio Nacional de Costa Rica.” Decreto Nº 10. San José.C.R: 5 de octubre de 1949. Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica. Confiere Título de “Benemérito de la Patria al Presbítero Florencio del Castillo Solano”. Nº 1196. San José. Asamblea Legislativa de Costa Rica. 23 de marzo de 1972. Jarquín, Elizabeth (y otros)Vida,Obra y Pensamiento Político del Presbítero Florencio del Castillo. Paraíso, Cartago: 1992. Rogelio Sotela y Virginia Mata. Himno de la Escuela Florencio del Castillo, Cachí. Snt. Castro, Oscar Federico. A Florencio del Castillo in memorian, (poema). 2004. 209 ANEXOS * Anexo.1. Abolición de la Inquisición: establecimiento de los tribunales protectores de la Fe. Las Córtes generales y extraordinarias, queriendo que lo prevenido en el artículo 12 de la Constitución tenga el mas cumplido efecto, y se asegure en lo sucesivo la fiel observancia de tan sábia disposición, declaran y decretan: CAPITULO I. ART.I. La Religión Católica, Apostólica, Romana será protegida por leyes conformes á la Constitución. II. El tribunal de la Inquisición es incompatible con la Constitución. III. En su conseqüencia se restablece en su primitivo vigor la ley II, título XXVI, Partida VII, en quanto dexa expeditas las facultades de los Obispos y sus Vicarios para conocer en las causas de Fe, con arreglo á los sagrados Cánones y Derecho comun, y las de los jueces seculares para declarar é imponer á los hereges las penas que señalan las leyes, ó que en adelante señalaren. Los jueces eclesiásticos y seculares procederán en sus respectivos casos con forme á la Constitución y á las leyes. 210 IV. Todo español tiene accion para acusar del delito de heregía ante el tribunal eclesiástico; en defecto de acusador, y aun quando lo haya, el fiscal eclesiástico hará de acusador. V. Instruido el sumario, si resultare de él causa suficiente para reconvenir al acusado, el juez eclesiástico le hará comparecer, y le amonestará en los términos que previene la citada ley de Partida. VI. Si la acusacion fuere sobre delito que deba ser castigado por la ley con pena corporal, y el acusado fue lego, el juez eclesiástico pasará testimonio del sumario al juez respectivo para su arresto, y este le tendrá á disposición del juez eclesiástico para las demas diligencias hasta la conclusión de la cuasa. Los militares no gozarán de fuero en esta clase de delitos, por lo qual, fenecida la causa, se pasará el reo al juez civil para la declaración é imposición de la pena. Si el acusado fuere eclesiástico secular ó regular, procederá por sí al arresto el juez eclesiástico. VII. Las apelaciones seguirán los mismos trámites, y se harán ante los jueces que correspondan, lo mismo que en todas las demas causas criminales eclesiásticas. VIII. Habrá lugar á los recursos de fuerza, del mismo modo que en todos los demas juicios eclesiásticos. IX. Fenecido el juicio eclesiástico, se pasará testimonio de la causa al juez secular, quedando 211 desde entonces el reo á disposición, para que proceda á imponerle la pena á que haya lugar por las leyes. CAPITULO II. ART.I. El Rey tomará todas las medidas convenienetes para que no se introduzcan en el reyno por las aduanas marítimas y fronterizas; libros ni escritos prohibidos, ó que sean contrarios á la Religión; sujetándose los que circulen á las disposiciones siguientes, y á las de la ley de libertad de Imprenta. II. El R. Obispo ó su Vicario, prévia la censura correspondiente de que habla la ley de la libertad de Imprenta, dará ó negará la licencia de imprimir los escritos de Religión, y prohibirá los que sean contrarios á ella, oyendo antes á los interesados, y nombrando un defensor quando no haya parte que los sostenga. Los jueces seculares, baxo la mas estrecha responsabilidad, recogerán aquellos escritos que de este modo prohiba el Ordinario, como tambien los que se hayan impreso sin su licencia. III. Los autores que se sientan agraviados de los Ordinarios eclesiásticos, ó por la negacion de la licencia de imprimir, ó por la prohibición de los impresos, podrán apelar al juez eclesiástico que corresponda en la forma ordinaria. IV. Los jueces eclesiásticos remitirán á la Secretaría respectiva de Gobernación la lista de los escritos que hubieren prohibido, la que se pasará al Consejo de Estado para que exponga su 212 dictámen, después de haber oido el parecer de una junta de personas ilustradas, que designará todos los años de entre las que residan en las Córtes; pudiendo asimismo consultar á las demas que juzgue convenir. V. El Rey, después del dictámen del Consejo de Estado, extenderá la lista de los escritos denunciados que deban prohibirse, y con la aprobación de las Córtes la mandará publicar; y será guardada en toda la Monarquía como ley, baxo las penas que se establezcan. Lo tendrá entendido la Regencia del reyno, y dispondrá lo necesario á su cumplimiento, haciéndolo imprimir, publicar y circular. - Dado en Cádiz á 22 de febrero de 1813.-Miguel Antonio de Zumalacarregui, Presidente. Florencio Castillo,Diputado Secretario.- Juan María Herrera, Diputado Secretario.-A la Regencia del reyno.-Reg. lib. 2 fol. 117 y sig. Decreto CCXXIII. 213 Primera edición 500 ejemplares en papel bond y cartulina barnizable este libro se terminó de imprimir en junio de 2010 Impresora Sánchez, S.A. Paraíso, Cartago, Costa Rica. 2010. 214