Eje Viena - Moscú CONTRAPUNTO DE VERANO

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CONTRAPUNTO DE VERANO
Eje Viena - Moscú
AUDITORIO NACIONAL DE MÚSICA
Sala de Cámara
1. CUARTETO SIMÓN BOLÍVAR I
2. CUARTETO SIMÓN BOLÍVAR II
3. CUARTETO SIMÓN BOLÍVAR III
4. CUARTETO BORODIN | ELISABETH LEONSKAJA I
5. CUARTETO BORODIN | ELISABETH LEONSKAJA II
6. CUARTETO BORODIN | ELISABETH LEONSKAJA III
pantone: 131C | cmyk 0/32/100/9
pantone:104C | cmyk 0/3/100/30
EJE VIENA-MOSCÚ
Pantone 186c | cmyk 100/81/0/4
Dos grandes cuartetos de cuerda –uno emergente y el otro legendario– más una de las pianistas más admiradas de nuestro tiempo,
nos
pantone:
328Cproponen
| cmyk 100/0/45/32tres mundos y tres momentos de la historia
de la cultura ejemplificados por Franz Joseph Haydn, Ludwig van
Beethoven y Dmitri Shostakóvich –en este caso último con alguna
ramificación bien reveladora. Es decir, y a saber: el Clasicismo
que se centra, además, en la práctica invención del cuarteto de
pantone: 370C | cmyk 65/0/100/42
cuerda
como forma señera; la genialidad superadora de la obra
propia en un contexto de época que resuelve hacia el futuro; y la
supervivencia del arte sobre las presiones políticas en una dictadura feroz en pleno siglo XX. En los tres casos la palabra clave
es libertad: la del creador que asume su compromiso consigo
mismo, con la tradición y con el futuro desde un presente que le
enfrenta a la realidad, la consecución –en Haydn y Beethoven–
de una obra cerrada y completa en sí misma que, a la vez, abre
caminos posteriores. Distinto es –y ya vendrán los estudiosos a
pantone: 208C | cmyk 0/100/36/37
corroborarlo
o no– el caso de un Shostakóvich que se abre y se
cierra del mismo modo que lo hizo su propio contexto político y
estético. Así, los Cuartetos op. 33 de Haydn representan el paso
necesario hacia la madurez del género –que él mismo dejará en
un asombroso estado de perfección– mientras las últimas sonatas para piano de Beethoven plantean y resuelven relaciones
entre complejidad y sentimiento y, en el caso de Shostakóvich,
el cumplimiento de la obra sortea, a veces desde el terror que
produce la libertad desconocida, fidelidades y desengaños públicos y privados. Como complemento perfecto de los cuartetos de
Haydn, la asimilación plena de su lección en los op. 59 de Beethoven que escucharemos también. Y como contraste aleccionador
respecto de la música de Shostakóvich, las de su antecedente, el
elegante Medtner, y su consecuente, ese Schnittke que rompe
desde dentro las cadenas estéticas del realismo socialista.
Haydn alcanza la plenitud de sus facultades creadoras con
los Cuartetos op. 33, cuya composición culmina ya cercano a los
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CONTRAPUNTO DE VERANO
cincuenta años, publicados por Artaria en Viena en 1782 y dedicados al gran duque Pablo de Rusia, de ahí su apodo de “Rusos”. Para Haydn fue una alegría encontrarse con su colección
terminada, hasta el punto de describirla como perteneciente “a
un enteramente nuevo y especial camino”. El silencio cuartetístico durante años le había enseñado cosas que habría de aplicar
en su nueva serie, según Thomas Seedorf con especial hincapié
en la cantabilitá y la bravura aplicada a los movimientos lentos y
rápidos respectivamente. Por su parte, Beethoven escribió sus
exultantes Rasumovsky –otra cumbre, como en realidad toda su
obra cuartetística– en 1806 y se publicaron en 1808, lo que quiere
decir que son estrictamente contemporáneos de la Cuarta sinfonía y el Concierto para violín y orquesta, es decir, de un momento
en el que prácticamente no podía oír nada de lo que componía.
Mal recibidos en su momento, el tiempo les ha otorgado carta de
naturaleza como una de las mayores glorias del género. Por su
parte, Shostakóvich volcó en sus cuartetos las dificultades propias de su caso personal en el contexto de las de su país mientras
trataba de ser el heredero del inmenso corpus beethoveniano.
Junto a los de Bartók, los suyos constituyen la culminación de tal
forma en el pasado siglo y el retrato más completo y complejo de
su autor.
Hablemos también de los complementos. Medtner es una
suerte de islote en la música rusa, no tanto porque no reciba enseñanzas parecidas a sus compañeros de generación –fue discípulo, como su próximo Rachmaninov, de Taneyev– cuanto porque
en el exilio no atrae la atención de casi nadie hasta que el Maharajah de Mysore, su alteza Jayachamaraja Wodeyar Bahadur,
presidente además de la Orquesta Philharmonia, lo acoge bajo
su patrocinio en 1946, cinco años antes de su muerte. Alfred Schnittke es un ejemplo, menos extremo, desde luego, que los de
Ustvolskaya o Gubaidulina, como epítome de las dificultades que
un compositor con ideas propias tenía en la Unión Soviética –que
abandonó en 1989– en cuanto iba más allá de lo aceptable y se
atrevía a pasar de la música de cine al reino de una cierta imaginación o de una emoción demasiado hija de la forma.
Luis Suñén
CONTRAPUNTO DE VERANO
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MADRID
AUDITORIO NACIONAL DE MÚSICA
Sala de Cámara
JUEVES 08/06/17 20:00h
CONCIERTO I
CUARTETO SIMÓN BOLÍVAR
© Harals Hoffmann / DG
Este joven cuarteto
venezolano será el
encargado de ofrecer
la primera mitad de los
Cuartetos op. 33 ‘Rusos’ de
Haydn. El op. 33, nº 2 lleva
el subtítulo de ‘La broma’,
debido a que en su final
el autor parece jugar
con el oyente. El op. 33,
nº 4 hace hincapié en la
muy haydiana fórmula de
la variación, y el op. 33,
nº 5 ofrece la paradoja
de empezar con una
suerte de cadencia
más bien conclusiva.
El séptimo es el más
breve de los cuartetos
de Shostakóvich y ofrece
una extraordinaria fuga
en su episodio final.
El octavo está dedicado
“a la memoria de las
víctimas del fascismo y
de la guerra”. En él utiliza
su propio tema: re-mi
bemol-do-si (DSCH).
El noveno presenta una
estructura simétrica con
un Scherzo central como
eje. Beethoven escribió
los Cuartetos ‘Razumovsky’ en 1806 y afirmó de ellos: “son para el
futuro”. En el op. 59, nº 1 hace preceder el Scherzo al movimiento lento,
lo que le emparenta con algunos del op. 33 de Haydn. El op. 59, nº 2
comienza con dos acordes que remiten al inicio de la Sinfonía Heroica.
En el op. 59, nº 3, el episodio fugado del Finale nos lleva al universo
triunfante de la Quinta y Séptima sinfonías.
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CONTRAPUNTO DE VERANO
Franz Joseph Haydn (1732-1809)
Cuarteto de cuerda en mi bemol mayor ‘La broma’, op. 33, nº 2, Hob.III:38 (1781)
Dmitri Shostakóvich (1906-1975)
Cuarteto de cuerda nº 7 en fa sostenido menor, op. 108 (1960)
Ludwig van Beethoven (1770-1827)
Cuarteto de cuerda nº 7 en fa mayor ‘Rasumowsky I’, op. 59, nº 1 (1806)
MADRID
AUDITORIO NACIONAL DE MÚSICA
Sala de Cámara
MARTES 13/06/17 20:00h
CONCIERTO II
Franz Joseph Haydn (1732-1809)
Cuarteto de cuerda en si bemol mayor, op. 33, nº 4, Hob.III:40 (1781)
Dmitri Shostakóvich (1906-1975)
Cuarteto de cuerda nº 8 en do menor, op. 110 (1960)
Ludwig van Beethoven (1770-1827)
Cuarteto de cuerda nº 8 en mi menor ‘Rasumowsky II’, op. 59, nº 2 (1806)
MADRID
AUDITORIO NACIONAL DE MÚSICA
Sala de Cámara
JUEVES 15/06/17 20:00h
CONCIERTO III
Franz Joseph Haydn (1732-1809)
Cuarteto de cuerda en sol mayor, op. 33, nº 5, Hob.III:41 (1781)
Dmitri Shostakóvich (1906-1975)
Cuarteto de cuerda nº 9 en mi bemol mayor, op. 117 (1964)
Ludwig van Beethoven (1770-1827)
Cuarteto de cuerda nº 9 en do mayor ‘Rasumowsky III’, op. 59, nº 3 (1806)
CONTRAPUNTO DE VERANO
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MADRID
AUDITORIO NACIONAL DE MÚSICA
Sala de Cámara
LUNES 19/06/17 20:00h
CONCIERTO IV
CUARTETO BORODIN
ELISABETH LEONSKAJA piano
© Marco Borggreve
©Keith Saunders
Será el legendario
Cuarteto Borodin el que
complete el op. 33 de
Haydn, cuyo nº 1 posee
un carácter meditativo
que hace pensar en lo
que el ciclo posee de obra
madura. El op. 33, nº 2,
fue llamado ‘El pájaro’
por su tema principal a
cargo del primer violín. El
op. 36, nº 6 es la cumbre
de la serie y de la maestría
de su autor en el dominio
monotemático. Las tres
últimas sonatas para piano
de Beethoven, aquí de la
mano de la gran dama
rusa del piano Elisabeth
Leonskaja, son obras
no ya de madurez sino
testamentarias por lo que
tienen de culminación,
con los últimos cuartetos,
de una obra inmensa:
audacia, hondura,
ausencia de formalismo en
beneficio de la expresión
más libre. Y tres quintetos para cerrar cada programa. El de Medtner
ocupó a su autor cuarenta años y sus pretextos van de la literatura de
Andrei Biely al Dies Irae. El de Schnittke rememora a Shostakóvich y es
quizá la obra que marcó su cambio de personalidad creadora. Y el del
propio Shostakóvich, con el que obtuvo el Premio Stalin, halla su motivo
general en una célula de tres notas entonada al principio por el piano.
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CONTRAPUNTO DE VERANO
Franz Joseph Haydn (1732-1809)
Cuarteto de cuerda en si menor, op. 33, nº 1, Hob.III:37 (1781)
Ludwig van Beethoven (1770-1827)
Sonata para piano nº 30 en mi mayor, op. 109 (1820)
Nikolai Medtner (1880-1951)
Quinteto para piano y cuerda en do mayor, op. posth. (1903/49)
MADRID
AUDITORIO NACIONAL DE MÚSICA
Sala de Cámara
MIÉRCOLES 21/06/17 20:00h
CONCIERTO V
Franz Joseph Haydn (1732-1809)
Cuarteto de cuerda en do mayor ‘El pájaro’, op. 33, nº 3, Hob.III:39 (1781)
Ludwig van Beethoven (1770-1827)
Sonata para piano nº 31 en la bemol mayor, op. 110 (1821)
Alfred Schnittke (1934-1998)
Quinteto para piano y cuerda (1976)
MADRID
AUDITORIO NACIONAL DE MÚSICA
Sala de Cámara
MARTES 27/06/17 20:00h
CONCIERTO VI
Franz Joseph Haydn (1732-1809)
Cuarteto de cuerda en re mayor, op. 33, nº 6, Hob.III:42 (1781)
Ludwig van Beethoven (1770-1827)
Sonata para piano nº 32 en do menor, op. 111 (1823)
Dmitri Shostakóvich (1906-1975)
Quinteto para piano y cuerda en sol menor, op. 57 (1940)
CONTRAPUNTO DE VERANO
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