informe especial

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INFORME ESPECIAL
INFORME ESPECIAL
• Pacto por la verdad: Colombia y la experiencia
internacional
• El rearme paramilitar
Evolución reciente del conflicto armado
Enero - Marzo de 2007
Seguridad Urbana Enero-Marzo 2007
Agenda Legislativa
1
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Bogotá, D.C. - Colombia
Alfredo Rangel Suárez
Director
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ISBN: 1794-4600
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Bogotá, D.C. Octubre de 2006
Diseño Caratula:
Jaime Villamarin Osorio
Impreso en Colombia
Printed in Colombia
2
INFORME ESPECIAL
Índice
I
II
III
IV
INFORMES ESPECIALES:
Pacto por la verdad: Colombia y la experiencia internacional
El rearme paramilitar
Evolución reciente del conflicto armado Enero-Marzo 2007
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Homicidios
Secuestros Extorsivos
Combates por iniciativa de la Fuerza Pública
Ataques de los Grupos Irregulares contra la Fuerza Pública
Sabotaje
Retenes y Paros Armados.
Seguridad Urbana Enero-Marzo 2007
1. Índice de la Seguridad Urbana
2. Panorama estadístico de la situación delincuencial en las seis ciudades más
grandes de Colombia.
Agenda Legislativa
1. Legislatura 2006-2007
2. Agenda Pendiente
3. La Fundación Seguridad y Democracia y la Agenda Legislativa.
3
4
INFORME ESPECIAL
I. INFORMES ESPECIALES
PACTO POR LA VERDAD :
COLOMBIA Y LA EXPERIENCIA INTERNACIONAL
E
n este documento se realiza
una somera revisión de la
manera como en distintos
países se han tratado los
temas de verdad, justicia y reparación
en el marco de procesos de
reconciliación nacional. Como se podrá
concluir al final, esta revisión contrasta
con lo que está sucediendo actualmente
en Colombia. Y el contraste es muy
favorable para nuestro país. En efecto,
en Colombia la Ley de Justicia y Paz
(Ley 975 de 2005) establece en sus
artículos 4, 7 y 15 el derecho de las
víctimas a la justicia, la reparación y
el esclarecimiento de la verdad1, y los
victimarios culpables de crímenes de
lesa humanidad, están obligados a
confesar la verdad y a reparar a sus
víctimas para poder obtener los
beneficios de la Ley, que incluyen
rebajas de penas y condiciones
especiales de reclusión. Sin lugar a
dudas, esta Ley colombiana es el más
completo y exigente marco jurídico que
ha tenido cualquier proceso de
desmovilización y de reconciliación
nacional en el pasado reciente, en
términos globales. Ella garantizará el
logro simultáneo de dosis de verdad,
justicia y reparación que no se han
obtenido en ninguno de los procesos
de reconciliación nacional aquí
analizados.
En el actual proceso de desmovilización de los grupos paramilitares
que se desarrolla en Colombia, el
esclarecimiento de la verdad judicial
está a cargo del sistema judicial, que
es independiente del poder ejecutivo
que ha logrado el desarme de esos
grupos y del Congreso Nacional, que
estableció el marco jurídico para su
desmovilización. Serán los fiscales, los
jueces y la Corte Suprema de Justicia,
las entidades encargadas de esclarecer
esta verdad. La reconstrucción de la
verdad histórica del fenómeno
paramilitar estará a cargo de una
comisión académica conformada para
el efecto por la Comisión Nacional de
Reparación y Reconciliación. Esta
última aportará elementos para
establecer las responsabilidades
colectivas e institucionales en el
surgimiento y fortalecimiento del
paramilitarismo en Colombia. Las
responsabilidades individuales las
determinarán los jueces de la República
y estos serán quienes establezcan los
castigos y las exigencias de reparación
a las víctimas.
Queda pendiente dentro de la agenda
de reconciliación en Colombia resolver
si las condiciones que se les están
aplicando a los paramilitares para su
desmovilización serán las mismas que
se les aplicarán en su momento a los
grupos guerrilleros que aún
permanecen en armas. De otra parte,
si bien la Ley de Justicia y Paz
establece los castigos para quienes sean
encontrados como culpables de
crímenes de lesa humanidad, no
incluyó un tratamiento propio de la
justicia transicional para quienes
fueron sus apoyos sociales, económicos o políticos. Si este último punto
no se resuelve pronto, Colombia podría
verse ante la paradójica e inequitativa
circunstancia de que las personas que
fueron apoyos de los paramilitares,
pero no cometieron ningún crimen
atroz, pagarán condenas mayores que
los paramilitares que sí cometieron
esos crímenes. Tarde o temprano, a
medida que se conozcan los innumerables casos de apoyo a esos grupos,
y que muy probablemente vincularán
a decenas de políticos, empresarios,
funcionarios públicos etc., el país
tendrá que ajustar las normas y las
condiciones de su justicia transicional
para adecuarlas a las circunstancias y
exigencias propias de este proceso de
reconciliación nacional.
La gran mayoría de los casos de
conflictos internos que han terminado
en el mundo desde finales de la guerra
fría, lo han hecho bajo condiciones
1
ARTÍCULO 4o. DERECHO A LA VERDAD, LA JUSTICIA Y LA REPARACIÓN Y DEBIDO PROCESO. El proceso de reconciliación nacional al que dé lugar la presente ley, deberá
promover, en todo caso, el derecho de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación y respetar el derecho al debido proceso y las garantías judiciales de los procesados.
ARTÍCULO 7o. DERECHO A LA VERDAD. La sociedad, y en especial las víctimas, tienen el derecho inalienable, pleno y efectivo de conocer la verdad sobre los delitos cometidos por
grupos armados organizados al margen de la ley, y sobre el paradero de las víctimas de secuestro y desaparición forzada.
Las investigaciones y procesos judiciales a los que se aplique la presente ley deben promover la investigación de lo sucedido a las víctimas de esas conductas e informar a sus
familiares lo pertinente.
ARTÍCULO 15. ESCLARECIMIENTO DE LA VERDAD. Dentro del procedimiento que establece la presente ley los servidores públicos dispondrán lo necesario para que se asegure el
esclarecimiento de la verdad sobre los hechos objeto de investigación y se garantice la defensa de los procesados.
5
distintas a la aplicación de la justicia
tradicional. Tal como lo afirmó el
arzobispo Desmond Tutu, quien
presidió la Comisión de la Verdad y la
Reconciliación Sudafricana :
“Algunos sudafricanos pidieron
juicios al estilo Nuremberg,
especialmente para los autores de
las atrocidades diseñadas para
mantener el cruel sistema del
Apartheid, hubo demandas que los
culpables fueran llevados a los
tribunales para dar cuenta de sus
actos. Sin embargo, tuvimos la
suerte que Nuremberg en realidad
no fuera una opción para nosotros.
Nuremberg ocurrió porque los
aliados lograron la rendición
incondicional de los Nazis y, por
tanto, pudieron imponer la así
llamada justicia de los
triunfadores. En nuestro caso, ni
el gobierno del apartheid ni los
movimientos de liberación
pudieron derrotarse el uno al otro.
Estábamos en un punto muerto
militar. Más aún, en el caso de
Nuremberg los acusadores y los
jueces pudieron hacer sus maletas
después del juicio y abandonar
Alemania en ruta a sus respectivos
hogares. Nosotros tuvimos que
construir nuestros hogares en esta,
nuestra patria común, y aprender
a vivir unos con otros.”2
Lo anterior implica que la adopción de
otro tipo de justicia, diferente a la
tradicional, se da en contextos en donde
esta última no es posible aplicarla en
su totalidad. Herrera y Torres (2006)3
plantean que en los casos en que la
justicia tradicional no es viable, se debe
buscar un esquema de justicia política,
es decir, negociada, en el que los
victimarios deben pagar un “precio”
por la relativa o total impunidad que el
proceso exige. Para los autores, una de
las monedas irremplazables con las
cuales es posible pagar el precio de la
impunidad es la verdad.
En este contexto, la verdad permite el
establecimiento de cierta compensación moral por parte de los
victimarios. Es por ello que durante las
dos últimas décadas se ha utilizado
como mecanismo para esclarecer la
realidad de lo acontecido las llamadas
Comisiones de la Verdad o Comisiones
Extrajudiciales de Investigación, las
cuales buscan establecer la verdad
acerca de los hechos sucedidos durante
el periodo de violencia y por esta vía
reparar a las víctimas y reestablecer,
en lo posible, los derechos que les
habían sido vulnerados4.
Este tipo de comisiones se han
establecido en países como Sudáfrica,
Perú, Chile, Argentina, Guatemala,
Salvador, Timor Oriental y Ruanda,
entre otros, y todas guardan diferencias
y adaptaciones en términos de
mandato, tiempo de investigación,
conformación, así como aceptación del
proceso por parte de las víctimas y la
sociedad civil en general. En la
mayoría de los casos ellas se evalúan
como exitosas a pesar de las polémicas
y las inconformidades que provocaron,
y se han considerado como instrumento
clave para terminar la violencia.
Sudáfrica
En el caso de Sudáfrica, la verdad y la
explicación pública de las violaciones
a los derechos humanos que tuvieron
alguna motivación política permitió a
la Comisión de la Verdad y la
Reconciliación (CVR) 5 otorgar
amnistías individuales. La Comisión
tuvo además la jurisdicción para
investigar e incautar evidencia, citar
testigos y manejar un sofisticado
programa de protección de los mismos.
A cambio de la verdad, las amnistías
se concedieron independientemente de
quien había cometido delitos y tuvieron
un carácter proporcional tanto para los
victimarios que hacían parte del
régimen, como para aquellos que
querían derrocarlo.
Esta Comisión recibió en total 7.127
solicitudes de amnistía, pero menos del
10% de ellas estaban completamente
diligenciadas. Sólo pudieron terminar
el trámite 4.443, de las cuales 122
fueron concedidas. 2.629 no fueron
aplicables porque los delitos no tenían
un móvil político y 672 se quedaron
en trámite o en espera de recibir mayor
información. Un porcentaje cercano al
60% de las amnistías tramitadas
completamente, correspondía a
delincuentes comunes, por lo que no
fueron concedidas. Luego de un
período de dos años la CVR recibió
21.298 declaraciones voluntarias que
hacían referencia a 37.672 denuncias
de violaciones a los derechos humanos.
La CVR fue creada por medio de la Ley
para la Promoción de la Unidad y de la
Reconciliación Nacional en 1995, la
cual fue enmendada en 1998
autorizando al gobierno la creación de
un mecanismo para revisar las
decisiones de la Comisión en caso de
que lo solicitara una decisión judicial.
A medida que se fue adelantando este
proceso se evidenció la complejidad
del mismo, pues muchos de los que
habían declarado fueron asesinados,
2
3
4
6
Ver: Comisión de la Verdad y Reconciliación sudafricana: un proceso de pacificación y de sanación política excepcional. En: Eliades Elias. Punto de Encuentro No. 37, Instituto de
Estudios para el Desarrollo y la Paz. Junio 2006.
Ver: Reconciliación y Justicia Transicional: Opciones de Justicia, Verdad, Reparación y Perdón. En: Herrera Carlos José y Torres Silvana. http://www.goethe.de/ins/co/bog/prj/vyr/
vyrd/esindex.htm
Ver: Estudio comparativo Comisiones de Verdad ¿Un Camino Incierto? En: Victor Espinoza Cuevas, Maria Luisa Ortiz Rojas y Paz Rojas Baeza, Corporación de Promoción y Defensa
de los Derechos del Pueblo, 2003, página 8.
INFORME ESPECIAL
algunos expedientes fueron eliminados
y otros vivían en lugares muy
apartados. En otros casos, se trataba
más bien de un juego de probabilidades
que puso en duda la revelación de una
verdad completa y real. El retraso que
sufrió ésta revisión ocasionó que no
fueran procesados otros responsables
de violaciones de los derechos
humanos cometidos durante el
Apartheid.
(REMHI) impulsado por la iglesia
Católica de este país, cuyos resultados
fueron publicados en 1998, y también
por la labor de la Comisión de
Esclarecimiento Histórico (CEH),
creada a partir del acuerdo de paz
firmado en Oslo (Noruega) el 23 de
junio de 1994. La CEH contó con la
participación de un profesor alemán
nombrado por Naciones Unidas, quien
a su vez nombró a dos miembros más
de nacionalidad guatemalteca. El
carácter mixto de esta Comisión
procuraba cierta neutralidad en el
cumplimiento de su mandato, tal como
sucedió en los modelos implementados
en países como Haití y El Salvador.
La CEH, a diferencia de la Comisión
de Sudáfrica, no tenía autoridad alguna
para otorgar amnistías7”
Los informes de esta Comisión se
basaron en hechos de violencia
ocurridos entre los años 1960 y 1996;
las conclusiones de la misma no
tuvieron efectos judiciales, así como
tampoco se responsabilizó individualmente a ningún actor del conflicto.
Durante este proceso se recogieron
8.000 testimonios, entre los que se
estima hubo 160.000 ejecuciones y
40.000 desapariciones forzadas.
Es importante señalar que la CVR
desarrolló una serie de audiencias
especializadas por cada sector
poblacional, además de las
Asimismo, se destaca la Ley de
declaraciones que realizaron las
Reconciliación Nacional del 27
instituciones públicas y
de diciembre de 1996 (Decreto
privadas, con el fin de
no 145-1996) la cual eximió de
reconocer la responsabilidad y
La
Ley
de
Justicia
y
Paz
colombiana
cualquier responsabilidad penal
la participación de cada sector
logrará dosis de verdad, justicia y
por delitos políticos cometidos
en el conflicto. Finalmente, el
en el enfrentamiento armado
proceso de Sudáfrica no se
reparación que no se ha obtenido en
interno a los autores, cómplices
tradujo en una amnistía general,
ningún otro proceso de
y encubridores de los delitos
pues miles de personas se
reconciliación nacional.
contra la seguridad del Estado,
enfrentan actualmente a nuevos
contra el orden institucional y
procesos judiciales después que
contra la administración
se rechazaron sus peticiones de
amnistía 6. No obstante, al final se El acuerdo de Oslo asignó a pública. Eximió además de la
concedieron muchas amnistías sobre la Comisión la finalidad de responsabilidad penal a los autores de
delitos atroces, los procedimientos para “esclarecer…las violaciones a los delitos comunes que de conformidad
la revelación de la verdad no fueron lo derechos humanos y los hechos de con esta ley fueran conexos con los
suficientemente exigentes como para violencia que han causado sufrimientos políticos 8. Esta extensión de la
establecer en cada caso la totalidad de a la población guatemalteca”. Pese a responsabilidad no fue aplicable a los
los hechos y las responsabilidades, y que se identificó a la “sociedad delitos de genocidio, tortura y
los victimarios nunca repararon guatemalteca” como un conjunto que desaparición forzada.
materialmente a sus víctimas.
sufrió violaciones a los derechos
humanos y hechos de violencia, la El proceso de reconstrucción histórica
verdad estaba limitada a las víctimas y de la memoria en Guatemala fue el
Guatemala
no a la identificación de los victi- aspecto de mayor éxito, logrando que
marios. “Los victimarios no tuvieron la verdad se constituyera en el factor
En el caso de Guatemala, la interés en hacer declaraciones francas más importante en la reconciliación de
reconciliación nacional fue apoyada y abiertas sobre sus propias actividades la sociedad guatemalteca. Sin embargo,
por la implementación del proyecto de criminales, ya que la Comisión no les la absolución de la responsabilidad
Recuperación de la Memoria Histórica ofrecía ninguna ventaja sustancial. penal de los victimarios motivó a
5
6
7
8
La CVR estaba conformada por tres comités, uno de ellos el de amnistías conformado por 17 comisionados, una alta corte de 6 jueces, 8 abogados y 5 procuradores, investigadores y
expertos internacionales.
Ver: Intervención del Doctor José Miguel Vivanco, Director de la División de las Américas de Human Rights Watch, ante la Comisión Primera Del H. Senado de La Republica de
Colombia. En: http://hrw.org/spanish/docs/2004/04/02/colomb8404.htm
Ver: Del Dolor a la Verdad y a la Reconciliación: En: Hechos del Callejón, No. 21, página. 12
De acuerdo con el artículo 3 de esta Ley, se entenderán como delitos comunes conexos aquellos actos cometidos en el enfrentamiento armado, que directa, objetiva, intencional y
causalmente tengan relación con la comisión de delitos políticos. La conexidad no será aplicable si se demuestra la inexistencia de la indicada relación. Ver: Decreto No. 145 – 1996 –
Ley de Reconciliación Nacional, 27 de diciembre de 1996. Guatemala.
7
algunas víctimas a buscar vías alternas
de justicia en el sistema internacional.
De acuerdo con el informe Guatemala:
nunca más, la guerra dejó como
consecuencia 150 mil muertos, 50 mil
desaparecidos, 1 millón de desplazados
internos, 100 mil refugiados y 200 mil
niños huérfanos e indica que tres de
cada cuatro víctimas de la guerra eran
indígenas9. No hubo una identificación
individual de responsabilidades, por
tanto la verdad quedó en las sombras y
las víctimas no lograron ninguna
reparación de sus victimarios.
Perú
disposiciones constitucionales y
tratados internacionales ratificados por
el Perú. En efecto, el 14 de junio de
1995, el congreso aprobó la Ley No.
26479 que concedía una amnistía
general a todos los miembros de las
fuerzas de seguridad y los civiles
denunciados, investigados, encausados, procesados o condenados, o que
estuvieran cumpliendo penas de
prisión, por violaciones de derechos
humanos entre mayo de 1980 y junio
de 1995 ; posteriormente, el 28 de junio
de 1995, el congreso dictó una segunda
ley de amnistía (Ley No 26492) que
prohibió al poder judicial decidir sobre
la legalidad o aplicación de la ley de
amnistía anterior11.
De la misma forma que en Guatemala,
en Perú se estableció recientemente la
Comisión de la Verdad y Reconciliación, la cual no tuvo facultades
judiciales. En ésta participaron 12
ciudadanos elegidos sin criterio de
representación, quienes se encargaron
de investigar los crímenes y
violaciones de los derechos humanos
cometidos entre los años 1980 y 2000.
El objeto de esta Comisión era
contribuir a hacer justicia penal;
brindar una explicación de los factores
que hicieron posible el conflicto;
determinar las secuelas dejadas por éste
en la población peruana; hacer
recomendaciones para reparar a las
víctimas; establecer reformas
institucionales y dejar iniciado un
proceso de reconciliación10.
En sus 18 meses de trabajo efectivo, la
Comisión recogió 15.220 testimonios,
de los cuales 3.719 fueron procesados.
Según la Comisión, cada testimonio da
cuenta de un promedio de 1.8 personas
muertas o desaparecidas. El proceso de
investigación incluyó la realización de
una comisión especial de exhumaciones al igual que en Guatemala y
Argentina. La realización del informe
final de la comisión, tuvo un costo de
10 milllones de dólares, aproximadamente 25 mil millones de pesos. No
se identificó a los culpables de los
crímenes, ni se reveló la verdad de las
responsabilidades individuales, así
como tampoco hubo una reparación a
sus víctimas por parte de los
victimarios.
Si bien el informe no tuvo efectos
judiciales, sí concluyo que el régimen
de Alberto Fujimori legalizó la
impunidad a las violaciones de
derechos humanos atribuidos a agentes
del Estado mediante la aprobación de
dos leyes de amnistía que vulneraron
Argentina
Por su parte, el modelo de reconciliación implementado en Argentina se
basó en primera instancia en la
realización de juicios a los integrantes
de las tres primeras Juntas Militares, los
cuales dejaron como resultado la
condena perpetua en 1985 de Videla y
Massera, dos de los miembros de la
Primera Junta, y condenas medias a
otros integrantes de las mismas. Sin
embargo, estos juicios se limitaron a
“711 casos, los cuales representaban tan
sólo el 8% de los hechos que
formalmente fueron denunciados,
así como a sólo el 2.37% de los
crímenes de desaparición forzada
que se calculaba habían sido perpetuados” 12
No obstante estas condenas, dos años
después se dictaron las leyes de “Punto
Final” y de “Obediencia Debida” con
las que se pretendían detener los
procesos judiciales emprendidos en
contra de los militares invocando la
reconciliación nacional. Esto se
fortaleció con la llegada de Carlos
Menem al poder en 1989, quien declaró
el indulto para los jefes de las Juntas
Militares que habían violado los
derechos humanos.
A pesar de estas leyes, la verdad fue
uno de los componentes clave para
avanzar hacia la reconciliación
nacional y el proceso de reconstrucción
de la memoria histórica, el cual fue
promovido por distintas organizaciones
de víctimas. En este marco se creó la
Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) cuyo
mandato se basó en investigar los actos
relacionados con desapariciones de
personas (secuestros sin hallazgos de
cuerpo) ocurridas entre 1976 y 1983,
al igual que aportar al resurgimiento de
la democracia en el país. Al tratarse de
investigaciones sobre desapariciones,
la Comisión logró la especialización en
el trabajo forense y la exhumación de
cadáveres, el cual ha sido un factor de
reconocimiento internacional.
9
10
11
12
8
Ver: Guatemala Nunca Más. Informe del Proyecto Interdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica. Guatemala, abril de 1998, página 4
Ver: Del Dolor a la Verdad y a la Reconciliación: En: Hechos del Callejón, No. 21, página. 22.
Ver: La Comisión de la Verdad y Reconciliación – un primer paso hacia un país sin injusticias. En: Amnistía Internacional, agosto de 2004.
GIRALDO, Javier. Búsqueda de verdad y justicia. Seis experiencia en posconflicto. CINEP: Bogotá, 2004 p. 24.
INFORME ESPECIAL
La Conadep estuvo conformada por 12
miembros de nacionalidad argentina y
presidida por Ernesto Sábato. Ésta
sesionó durante 9 meses, al cabo de los
cuales publicó el informe Nunca Más
en el que se concluyó que durante la
dictadura 8.960 personas fueron
detenidas, y se estableció la existencia
de 340 centros de detención a los cuales
fueron llevados estas personas13. Los
resultados del informe tuvieron un
efecto judicial, por lo que 1.080 de los
casos mencionados fueron presentados
ante los tribunales.14 En este informe
no se develaron los nombres de los
victimarios.
En 1998, aún bajo el gobierno de
Nemen, las leyes de Punto Final y
Obediencia Debida fueron derogadas
hacia el futuro. En 2003, durante el
gobierno de Kirchner, fueron
derogadas definitivamente, con el fin
que los militares fueran juzgados en
Argentina y no en el exterior en donde
ya había procesos abiertos en su contra.
Una vez anuladas estas leyes se
abrieron procesos judiciales los cuales
ascienden para el año 2006 a 959, al
igual que 211 personas se encuentran
con detención preventiva. Las primeras
leyes fueron de impunidad total. Las
nuevas retornan los casos a la justicia
tradicional,
eliminando
los
componentes de justicia transicional,
con las ventajas y los inconvenientes
que ello conlleva a afectos de descubrir
la verdad – no hay suficiente incentivo
para la confesión -, y para el
resarcimiento de las víctimas.
Chile
En Chile, el proceso de transición de
la dictadura a la democracia se enmarcó
en un contexto de impunidad. El fin de
este período se basó en un acuerdo
político y no en la derrota o desle-
gitimación del régimen como fue el
caso de Argentina. Este acuerdo se
validó a través de un plebiscito
realizado en 1988 y el triunfo en las
elecciones por parte de la oposición en
1989, la cual mantuvo algunas de las
normas establecidas por los militares
que le permitieron, entre otras cosas,
al general Augusto Pinochet
autodenominarse como senador
vitalicio, fuero que no permitió que
fuera juzgado en ese momento por los
crímenes cometidos bajo su gobierno.
A pesar de estas medidas y antes que
el juez español Baltasar Garzón iniciara
un proceso en contra de Pinochet en
1998, se estableció en 1990 la
Comisión Nacional de Verdad y
Reconciliación (CNVR) bajo el
gobierno del presidente Patricio Aylwin
con el objetivo de esclarecer la verdad
sobre las graves violaciones a los
derechos humanos, cometidas entre el
mes de septiembre de 1973 y el de
marzo de 1990. Dentro del mandato de
esta Comisión se encontraba establecer
los antecedentes que permitieran
individualizar a las víctimas, más no a
los victimarios, por lo que la Comisión
se pronunció únicamente sobre
responsabilidades colectivas. Esta
Comisión no tuvo atribuciones
judiciales y no podía obligar a declarar
a los responsables, sin embargo, los
antecedentes encontrados acerca de los
crímenes cometidos fueron enviados a
los tribunales para que fueran
judicializados.
El informe final de esta Comisión,
conocido como el Informe Retting,
develó los casos de 2.279 personas, de
las cuales 164 fueron consideradas
como víctimas de la violencia política
y 2.115 de violaciones a los derechos
humanos. Asimismo, propuso una serie
de medidas compensatorias para los
familiares de las víctimas, las cuales
fueron implementadas a través de la
Corporación Nacional de Reparación y
Reconciliación. La revelación de la
verdad se quedó en el registro de los
hechos y en la asignación de responsabilidades colectivas o institucionales
responsabilidades, sin dar paso a las ni
a los castigos individuales. En estas
condiciones la reparación a las víctimas
por parte de los victimarios, no se buscó
ni era posible.
Irlanda del Norte
En este país, se implementó un
esquema de “libertad provisional” a
partir del Acuerdo del Viernes Santo
de 1998, con el que se buscó poner fin
al conflicto armado que dejó resultado
aproximadamente 3.600 muertos y
40.000 heridos15. De estos, los grupos
irregulares fueron responsables del
80% de las muertes, de los cuales el
IRA fue el autor del 55.7%, los
Lealistas del 27.4%; mientras que el
ejército y el RUC fueron los
responsables del 10.4%16.
El esquema de libertad provisional
permitió que los presos que ya estaban
condenados y solicitaran este
beneficio, pudieran quedar en libertad
después de cumplir un mínimo de dos
años en la cárcel. La condición para
aceptar esta solicitud era el cese al
fuego, real y obligatorio, por parte del
grupo armado. Sin embargo, la
concesión de ésta petición, que era
evaluada por algunos comisionados, no
dependía de “contar la verdad” acerca
de los hechos, sino de comprobar su
real desvinculación del grupo armado
y sus acciones, así como un compromiso futuro de no repetición de los
hechos.
Los términos de reducción de la pena,
dependían de la gravedad de los delitos
13
14
15
16
Comisiones de la verdad ¿un camino incierto? Pág. 19.
Ibíd. Pág. 19.
Beristan Carlos Martín y Páez Darío, Violencia, apoyo a las víctimas y reconstrucción social, editorial Fundamentos Madrid, 2000. Pág. 54
Ibíd. Pág. 57-58
9
cometidos. “Entre septiembre de 1998
y julio de 2000, el programa de libertad
anticipada puso en libertad 447 presos,
241 republicanos, 194 unionistas y 12
presos no alineados. Pero la gran
mayoría de estos cumplieron condenas
considerablemente más largas de los
dos años estipulados en el acuerdo”17
Las comisiones de la verdad
han sido un recurrente mecanísmo
para esclarecer los hechos y
El modelo irlandés basado en la
liberación de presos políticos, así como
en un esquema amplio de reparación
para las víctimas conforme la
afectación del delito, no tuvo como
principio la verdad ni de las víctimas
ni de los victimarios. En este sentido,
Beristán y Paéz (2000)18 plantean cómo
los Estados europeos han sido proclives
a asuntos de investigación de la verdad
en países del sur, pero muy reacios a
enfrentar sus propias responsabilidades. Algunos expertos señalan
que el esquema de reparación se centró
en las víctimas de grupos irregulares,
pero no en las del Estado.
El acercamiento a la verdad y a las
victimas del conflicto se realizó a través
de la llamada Comisión de Víctimas de
Irlanda del Norte, que revisó algunos
hechos del pasado como los asesinatos
del Domingo Sangriento de 197219. Uno
de los documentos publicados por la
comisión fue el informe The cost of
troubles, que tuvo como fin analizar el
impacto psicológico de la violencia
sobre las víctimas.
El tipo de conclusiones que realizó este
informe fueron:
• Una de cada cuatro personas
que vivía en áreas de mucha
aplicar una justicia política
donde el precio a pagar es la
verdad. Este ha sido el costo
de la paz y la reconciliación nacional.
violencia tomó algún tipo de
medicación o estaba tomando
más alcohol luego de los
hechos.
• El 83% de los que vivían en
áreas de alta violencia sentían
que no se les podía ayudar20.
Este tipo de conclusiones del informe
evidencia la diferencia de este caso, en
términos de tratamiento de la verdad
con procesos como los de Guatemala,
Sudáfrica y Perú, que se mencionaron
anteriormente.
Si bien existieron reformas estructurales como el logro de la autonomía
política y administrativa 21 , el
tratamiento de variables como la
verdad y la reconciliación fue precario
frente a proceso como el de Sudáfrica.
Por ello, Bloomfield, comisionado
sobre las víctimas en Irlanda, afirma
que “si se llegara a establecer algún
instrumento similar en Irlanda del
Norte (refiriéndose a la Comisión de
Verdad y Reconciliación sudafricana),
sólo podría ser en el contexto de un
acuerdo político de amplias
dimensiones.”22 Los beneficios que
obtuvieron los inculpados por
abandonar la lucha armada se centraron
en la reducción de penas a los ya
condenados y no en el castigo a quienes
habiendo delinquido estaban libres en
el momento de los acuerdos. La
búsqueda de la verdad no fue un
propósito de ese proceso de paz y la
reparación de las víctimas recayó sobre
el Estado y no sobre los grupos
irregulares, guerrilleros del IRA y de
los grupos paramilitares, cuyas
acciones ocasionaron miles de
víctimas.
17
18
19
20
21
22
10
Ver: Intervención del Doctor José Miguel Vivanco, Director de la División de las Américas de Human Rights Watch, ante la Comisión Primera Del H. Senado de La Republica de
Colombia. En: http://hrw.org/spanish/docs/2004/04/02/colomb8404.htm
Ver: Violencia, apoyo a las víctimas y reconstrucción social. En: Beristan Carlos Martín y Páez Darío, Madrid, 2000, página 54
Ibíd. Pág. 54
Ibíd. Pág. 57
Algunas de las reformas realizadas a partir del acuerdo del Viernes Santo en Irlanda fueron: el principio de que el futuro constitucional de Irlanda del Norte sería determinado por el
deseo democrático de su población, el establecimiento de una Asamblea Legislativa de Irlanda del Norte así como el de un Consejo Británico-Irlandés con representantes de todas las
partes de las Islas Británicas y el reconocimiento oficial del idioma irlandés en Irlanda del Norte. Ver: http://es.wikipedia.org/wiki/Acuerdo_de_Viernes_Santo
Ver: Las recordaremos. Informe de Sir Kkenneth Bloomfield, comisionado sobre víctimas de Irlanda del Norte. En: Bloomfield, Kenneth, Documentos de trabajo Gernika Gogoratuz No
12, 2001, página 30.
INFORME ESPECIAL
EL REARME PARAMILITAR
Desde antes de mi desmovilización le he solicitado de manera reiterada al Ministro del Interior y
de Justicia, y al Alto Comisionado para la Paz, que se iniciara un proceso urgente de erradicación
de cultivos ilícitos en las zonas donde nos fuésemos desmovilizando […] Fue mi llamado para
evitar que surgieran nuevas formas de insurrección armada, bajo la certeza que estas responderían
solo a un patrón delincuencial con la única idea de enriquecerse con este negocio ilegal y para su
existencia tendría que dotarse de una poderosa estructura armada que necesariamente impondría
su dominio bajo el peso de las armas y el terror.1
E
n los últimos meses los
medios de comunicación,
las agencias de seguridad
estatales y ONGs de
derechos humanos han denunciado un
inminente proceso de rearme paramilitar. Es así que nombres como las
‘Águilas Negras’, la ‘Oficina de Envigado’ o simplemente cualquier nombre
con el calificativo de ‘banda emergente’, han aparecido recurrentemente
en los titulares de prensa. La página de
Internet del Ministerio de Defensa
reconoce que entre las bandas
emergente que las fuerzas de seguridad
del Estado combaten “se encuentran las
llamadas “Águilas Negras” que
delinquen en Magdalena, Norte de
Santander, Caquetá, Guajira, Sur del
Cesar, Sur de Bolívar y Antioquia; “Los
Traquetos” que delinquen en Córdoba;
las denominadas “Autodefensas
Campesinas Unidas del Norte (Acun)”,
que delinquen el Chocó; “Los
rastrojos”, que delinquen en Putumayo
y Nariño; el “Bloque Pijao”, que
delinque en Tolima; y el denominado
Bloque Llaneros del Casanare.” 2 Más
aun, el propio líder paramilitar
Salvatore Mancuso le manifestó al
comisionado de paz su preocupación
por el surgimiento de “nuevas formas
de insurrección armada”, las cuales
impondrán “su dominio bajo el peso
de las armas y el terror”.
A pesar de toda esta evidencia, o como
consecuencia de ello, ¿puede la
situación ser considerada como una
señal inequívoca que el rearme
paramilitar es solo una cuestión de
tiempo? ¿Son las organizaciones
calificadas como ‘bandas emergentes’
una réplica semejante de las estructuras
paramilitares que se desmovilizaron en
el marco del proceso de paz con las
autodefensas? Acaso ¿no son muchas
de las ‘bandas emergentes’ tan solo
manifestaciones criminales del corte de
mafias, narcotraficantes, redes de
corrupción y escuadrones de justicia
privada, tan comunes en las regiones
del país mucho antes que hicieran su
aparición en escena las AUC?
No es posible dar una respuesta
categórica a las anteriores preguntas en
la medida que el asunto del rearme
paramilitar se halla todavía en un
proceso de transición, donde no hay
claridad sobre la forma actual de las
organizaciones armadas que se
desprenden de la dinámica de la
desmovilización, ni sobre la forma
definitiva que vayan a tomar las nuevas
organizaciones paramilitares. Si bien,
en algunas zonas, en un primer
momento y aun en la actualidad,
sucedió un incremento en la
delincuencia común debido al
desmonte de las funciones policivas
que cumplían las autodefensas, estas
expresiones delincuenciales fueron
aplacadas por el surgimiento de
embriones de paramilitares que
buscaban consolidarse a través de la
aplicación de justicia. En otras zonas
la situación es realmente crítica para
la viabilidad del proceso de paz con las
AUC: estructuras emergentes del corte
de los antiguos grupos paramilitares se
imponen como los controladores del
Estado local y como los guardianes del
orden social de extensas regiones.
De acuerdo a ese panorama, lo único
claro parece ser que nuevas estructuras
armadas vinculadas al narcotráfico
volverán a hacerse a cuotas importantes
del poder político, económico y social
de las regiones. Al mismo tiempo no
pareciera factible que el Estado fuera
capaz de imponer la hegemonía de su
control sobre el orden social de
numerosas regiones, simplemente su
dominio no resulta adecuado en
poblaciones donde priman el tráfico de
drogas y/o formas tradicionales de
asociación del corte de redes
clientelistas y microempresas
electorales. La llegada del Estado como
agente modernizador de las relaciones
sociales y productivas se enfrenta a
normas aceptadas ancestralmente y a
la rentabilidad de una economía ilegal.
El siguiente documento en vez de
intentar predecir la trayectoria que vaya
a tomar el proceso de construcción de
nuevos ejércitos paramilitares, pretende
identificar aquellos elementos constitutivos de lo que se ha calificado como
‘rearme paramilitar’ desde la perspectiva de lo que existe al día de hoy, es
decir, aquellas características y hechos
relacionados con la existencia de estructuras armadas de carácter privado,
diferentes a las guerrillas, que advierten
sobre una persistencia del paramilitarismo pese a la desmovilización de las
AUC. Tres tipos de elementos se analizarán como fundamentos para la construcción del actual mapa de rearme
paramilitar y para poder hacer seguimiento a la evolución de dicho rearme.
1
2
Declaración de Salvatore Mancuso en el Meridiano de Córdoba. Julio 4 de 2006. Artículo titulado: Mancuso denuncia. Ante la situación de violencia que se vive en Tierralta, la cual se
ha convertido en una amenaza permanente para sus pobladores, Salvatore Mancuso le reclamó al Gobierno Nacional acciones urgentes.
Ver noticia Capturado alias “HH” ex cabecilla prófugo de las autodefensas ilegales. 3 de abril de 2007. En: http://www.mindefensa.gov.co/index.php?page=181&id=5401&PHPSESSID=
353c91c2c4259d0c09f7f3933c17bdb3.
11
En primer lugar, están las características de las organizaciones que han
surgido luego de la desmovilización de
las AUC. Tanto el alcance de su poder
económico, militar, político y social,
como los actores quienes conforman
la organización, los espacios que
dominan y las actividades en las que
se especializan, diferencian el tipo de
expresiones que ha tomado el rearme
paramilitar. En segundo lugar, está la
evidencia empírica disponible sobre las
diferentes expresiones del rearme que
han tenido lugar a lo largo de las
regiones del país. Sobre este punto es
importante señalar las características
de cada expresión, si se trata de mafias
que controlan mercados de
contrabando o si el rearme se extiende
hasta la conformación de organizaciones similares a los antiguos
bloques de autodefensa, lo cual tiene
connotaciones importantes en la
definición de la forma que adquiere el
rearme paramilitar y sus consecuentes
efectos políticos, económicos y
sociales. Y en tercer lugar, están las
condiciones del contexto donde sucede
el rearme. No basta con la voluntad de
actores como excombatientes de las
AUC, narcotraficantes, políticos
corruptos, terratenientes amenazados
por la subversión, y demás liderazgos
en empresas criminales, para rearmar
un proyecto paramilitar en una región:
se necesita también que las
características de las sociedades locales
sean propicias para la continuación o
la aparición de hegemonías lideradas
por ejércitos privados. Las relaciones
clientelistas, las limitaciones del sector
productivo legal, el escaso desarrollo
de las instituciones públicas, la
importancia de la política como
profesión y empresa privada, el
aislamiento geográfico, etc., son al
igual que las iniciativas de determinados individuos y organizaciones
irregulares, elementos indispensables
para entender la dinámica del rearme
paramilitar, puesto que señalan los
límites naturales de expansión de las
agrupaciones que surgen en el proceso.
Antes de entrar a profundizar sobre
estos tres elementos, se describe de
manera breve la información y los
hechos relevantes que dan pie para
afirmar que Colombia se encuentra en
un proceso de rearme paramilitar.
1. LA EVIDENCIA DEL
REARME PARAMILITAR:
De acuerdo con la información
recolectada y procesada por la
Fundación Seguridad y Democracia
entre julio de 2006 y febrero de 2007,
se registraron 78 casos de rearme de
organizaciones delictivas que entraron
a ocupar aquellos territorios donde
operaban las autodefensas ya
desmovilizadas 3 . Estos casos se
concentraron en los departamentos de
Antioquia con el 23%, Magdalena y
Tolima con el 14% cada uno, Casanare
con el 13%, Meta, Norte de Santander
y Valle del Cauca con el 12% cada uno.
Asimismo, la Misión de Apoyo al
Proceso de Paz (MAPP/OEA) afirmó
en el Octavo Informe que como
resultado de sus labores de verificación
se identificaron 22 nuevas estructuras
compuestas por aproximadamente tres
mil integrantes, de los cuales una parte
importante fueron miembros de las
autodefensas desmovilizadas durante el
proceso de paz. Sobre 8 de estas
estructuras se tuvo indicio de un posible
fenómeno de rearme, constituyéndose
estos casos como alertas. Los restantes
14 casos fueron plenamente verificados
por la Misión. Igualmente, la MAPP/
OEA resaltó en este informe que las
agrupaciones que han surgido luego de
las desmovilizaciones de las AUC y los
reductos que no se desarticularon, han
reclutado personas que se encuentran
en el proceso de reinserción; no obstante, sólo una parte de sus miembros son
desmovilizados4. Es decir, ha sucedido
un proceso sistemático de reclutamiento de nuevos combatientes.
Combates por iniciativa de la Fuerza Pública contra
Bandas Emergentes
Fuente: Sistema de Información de la Fundación Seguridad y Democracia
Por su parte el Gobierno ha reconocido
parte de este fenómeno, denominando
a estos grupos, sin importar su
tipología, Bandas emergentes. Fue así
3
4
12
Ver: Informe Especial: El Nuevo Escenario Paramilitar. En: www.seguridadydemocracia.org
Ver: Octavo informe trimestral del secretario general al Consejo Permanente sobre la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia. En: http://www.mapp-oea.org/
INFORME ESPECIAL
que entre agosto de 2006, fecha en la
que se registró la última desmovilización de las autodefensas, y
febrero de 2007, se reportaron 103
combates por iniciativa de la Fuerza
Pública contra estas agrupaciones,
siendo este último el mes con el mayor
número de acciones con 29 (Ver gráfica
1). Estos combates dejaron como
consecuencia 163 bajas en las bandas
emergentes, con un índice de letalidad
de 1.6 bajas por combate. Estos
combates tuvieron lugar principalmente en los departamentos de
Casanare, Meta, Magdalena, Nariño,
Cesar, Tolima, Antioquia, Valle y Norte
de Santander.
En el departamento de Casanare, con
32 combates, se registraron algunas
alarmas de rearme en los municipios
de Yopal, Monterrey y Aguazul
relacionadas con acciones de extorsión
y tráfico de droga y armas por parte de
ex combatientes de las Autodefensas
Campesinas del Casanare. En Paz de
Ariporo la MAPP/OEA verificó la
conformación de una estructura armada
que cuenta con alrededor de 200
hombres, de los cuales gran parte son
desmovilizados
del
Bloque
Centauros 27. En el Meta, donde se
registraron 11 combates, las alarmas
giraron alrededor de los municipios de
la antigua zona de influencia del
Bloque Centauros donde la Fuerza
Pública realizó acciones en contra estas
bandas dedicadas principalmente al
narcotráfico. Asimismo, la MAPP/
OEA, obtuvo información acerca de un
reducto no desmovilizado del Bloque
Héroes del Guaviare que al parecer
hace presencia en el corregimiento de
La Cooperativa del municipio de
Mapiripán.
En cuanto al departamento del
Magdalena, se registraron combates en
los municipios de Aracataca, Chivolo,
Cienaga, Sabanas de San Ángel, Santa
Marta y Zona Bananera. Al parecer en
estos municipios hacen presencia las
“Águilas Negras”, uno de los grupos
más numeroso y con mayor control
territorial. Por su parte, en Nariño la
MAPP/OEA ratificó la expansión de la
estructura armada ilegal denominada
“Nueva Generación” (ONG). De
acuerdo con el informe citado
anteriormente “dicha estructura ha
consolidado su control sobre las
comunidades donde tenía influencia el
Bloque Libertadores del Sur (BLS) del
BCB, en municipios como Andes
Sotomayor, Cumbitara, Policarpo,
Leyva y El Rosario. Las informaciones
El gobierno ha reconocido
parte de este fenomeno,
denominando a
estos grupos, Bandas
Emergentes.
dan cuenta que el grupo podría tener
unos 300 hombres operando en esta
región”28.
En el Cesar, llama la atención la
situación de la subregión del sur donde
se registraron dos combates contra
estas estructuras, las cuales mantienen
el control sobre los corredores
naturales por los que se trafican armas,
insumos y droga, así como sobre la
población civil en los cascos urbanos.
En Valledupar la Misión verificó la
existencia de un grupo conformado por
ex combatientes del Bloque Norte el
cual mantiene el modus operandi de las
autodefensas desmovilizadas.
Tolima por su parte registró seis
combates en los municipios de
Alvarado, Fresno, Ibagué, Líbano,
Ortega y San Luís. En este departamento surgió el Bloque Pijao, una vez
se desmovilizó el Bloque Tolima. Esta
estructura se dedica principalmente a
la extorsión y el secuestro. En
Antioquia, es preocupante la región del
Bajo Cauca donde un grupo de
desmovilizados del Bloque Central
Bolívar mantienen el control sobre la
población y las economías ilícitas, en
especial en los municipios de El Bagre
y Caucasia.
Finalmente, en el Valle del Cauca las
alarmas se relacionan con las
organizaciones armadas de los carteles
que operan en el norte de este
departamento conocidas como Los
Machos y Los Rastrojos. En Norte de
Santander, la MAPP/OEA ratificó la
expansión de una estructura armada en
varios corregimientos de Cúcuta, Tibú,
Villa de Rosario, Puerto Santander,
Sardinata, Los Patios, Ocaña, El
Carmen, La Esperanza, Convención y
Abrego. Para la Misión es preocupante
que la estructura se ha ido
consolidando, llegando a tener
aproximadamente entre 300 a 400
hombres. Cuenta con presencia de
desmovilizados del Bloque Catatumbo,
paramilitares no desmovilizados, y
otras agrupaciones ilegales.
Así las cosas, esta evidencia no parece
señalar que el asunto de las bandas
emergentes se trate estrictamente de un
proceso de reconfiguración de unas
cuantas bandas criminales. Por el
contrario, sugiere que existe una
demanda de seguridad para el negocio
de las drogas, e incluso de requerimientos de control territorial en zonas
donde la desmovilización de las
autodefensas dejó un vacío de poder,
que más temprano que tarde está siendo
copado por nuevas estructuras
paramilitares o por formas recicladas
de las anteriores estructuras.
27
28
Ver: Octavo informe trimestral del secretario general al Consejo Permanente sobre la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia. En: http://www.mapp-oea.org/
Ver: Octavo informe trimestral del secretario general al Consejo Permanente sobre la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia. En: http://www.mapp-oea.org/
13
2. CATEGORÍAS DE
ORGANIZACIONES
EMERGENTES EN EL
MARCO DEL REARME
PARAMILITAR
Una caracterización de las
organizaciones emergentes del
paramilitarismo necesariamente pasa
por la mayor o menor intensidad del
vínculo con las estructuras que
conformaban los grupos de
autodefensa que entraron en el proceso
de paz con el gobierno Uribe. Este
vínculo está dado por la pertenencia a
cualquiera de los cargos de la estructura
orgánica o de las funciones propias de
algún grupo paramilitar. Jefes reacios
a desmovilizarse, cuadros clandestinos
que mantienen la influencia de los jefes
actualmente detenidos, mandos medios
que han aprovechado la entrega a la
justicia de sus jefes, entre otras figuras,
hacen parte del reciclaje de las
agrupaciones paramilitares. De
acuerdo con la revista cambio esto es
lo que pareciera suceder con las
‘Águilas Negras’ en la zona del
Catatumbo al declarar:
[…] la existencia de un grupo de
cerca de 500 hombres que se
mueven en el departamento y sobre
todo en la región del Catatumbo,
donde antiguos jefes paramilitares
controlaban los cultivos de coca.
“Ellos son el reemplazo de
Mancuso y de Jorge 40 -le dijo a
CAMBIO un funcionario de la
Gobernación-. Pero no sólo se
mueven en zonas rurales, también
en sectores de Cúcuta, donde la
extorsión y el miedo son el común
denominador”. El grupo, conocido
como las Águilas Negras y que
según las autoridades es controlado
desde la cárcel de Itaguí por Carlos
Mario Jiménez, Macaco, hizo
circular la semana pasada un
comunicado en los 30 barrios de las
comunas 9 y 10 de Cúcuta con una
serie de advertencias que tienen
atemorizadas a las 7.000 personas
que viven en esos sectores de la
ciudad.29
Pero también se manifiestan en el
proceso de reame narcotraficantes
poderosos, políticos sin recatos a
recurrir a la violencia, bandas de
asesinos a sueldos, paramilitares que
siempre desconfiaron del proceso, y
demás, que encuentran en la actual
coyuntura de reconfiguración de
fuerzas irregulares una oportunidad de
alcanzar la supremacía del poder
regional, o al menos de escalar en dicha
jerarquía. En el mismo artículo de la
revista Cambio menciona el papel del
supuesto narcotraficante alias ‘El
Pulpo’ en la situación de rearme:
Más allá del comunicado atribuido
a las Águilas Negras, la situación
que vive Cúcuta no es la más
tranquila. En estos días ha vuelto a
hacer ruido el nombre Luis Enrique
Pérez, El Pulpo, un oscuro
comerciante de autos y socio de
narcotraficantes, a quien muchos
señalan de patrocinar paramilitares.
Hace dos años, la Fiscalía requirió
a Pérez por enriquecimiento ilícito,
pero a los pocos días quedó libre
por falta de pruebas. Sin embargo,
su nombre figura en informes de
Inteligencia y no son pocos los que
aseguran que controla algunas
instituciones locales. “Es el
verdadero mandatario regional le
dijo a CAMBIO un periodista que
pidió reserva de su nombre. “Acá
todo el mundo le tiene miedo”.
Ahora bien, no es suficiente la
caracterización del rearme paramilitar
con la distinción entre el grado de
pertenencia a las antiguas estructuras:
el alcance del poder militar, político,
económico y social, de aquellas
organizaciones que subsisten a la
desmovilización, son fundamentales
para comprender la naturaleza del
rearme. La mezcla de diferentes
expresiones criminales y políticas, con
un trasfondo de lucha armada irregular,
que ha acompañado la evolución del
proyecto paramilitar, torna difícil
delimitar hasta donde las acciones de
alguna forma de ejército privado hacen
parte de operaciones de tráfico de
narcóticos o corrupción en las
elecciones públicas, y hasta donde
pueden catalogarse como actos propios
de un grupo de naturaleza paramilitar
en tránsito hacia el rearme. Por eso
antes de precisar acerca de qué tipo de
organizaciones constituyen el rebrote
paramilitar, es indispensable definir
aquellos atributos que distinguían a las
organizaciones paramilitares que se
desmovilizaron mediante acuerdos de
paz con el gobierno Uribe, para luego
precisar aquellos atributos que
actualmente hacen parte de las
manifestaciones del rearme.
Una definición sobre qué y quiénes
eran los paramilitares colombianos está
sujeta a diferencias conceptuales
significativas dependiendo del autor en
cuestión. En este documento
utilizaremos la definición desarrollada
en el libro Los Señores de la Guerra
patrocinado por la Fundación
Seguridad y Democracia, entre otras
razones porque su aproximación
conceptual se refiere en particular a
aquellos atributos de las autodefensas
que caracterizaban el alcance de su
poder como organización militar,
política y económica en el momento de
la desmovilización. En ese libro se
consideran que los paramilitares
29
Bajado de Revista Cambio en Página de Internet. Sección Inicio/País. Artículo: Aves de rapiña. Lunes 9 de abril de 2007. Ver: http://www.cambio.com.co/paiscambio/719/ARTICULOWEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-3504630.html.
14
INFORME ESPECIAL
cuando a mediados de los noventa dan
el paso hacia la conformación de
grupos de autodefensa, en realidad se
estaban convirtiendo en señores de la
guerra. En Colombia los paramilitares
fueron señores de la guerra:
[…] cuando la coerción y
protección en una sociedad por
parte de facciones armadas al
servicio de intereses individuales y
patrimonialistas, es superior a la
capacidad del Estado democrático
de ejercer un grado mínimo de
monopolio de la violencia, y al ser
las facciones armadas la principal
herramienta de coerción, extracción
de recursos y de protección del
orden social en una comunidad es
posible concluir que se constituyen
en su Estado en la práctica.5
cionales, pueden continuar
haciendo parte de la estructura de
poder político en el territorio, pero
bajo los nuevos términos que
imponen los dueños de los
ejércitos.”6 Sugiere la pregunta
acerca de si los grupos emergentes
están en condiciones de imponerse
sobre el resto de estamentos de
poder como: capos del narcotráfico, movimientos sociales,
terratenientes, caciques tradicionales e incluso otros ejércitos
irregulares.
·
La toma del Estado local y el
respeto por el Estado Nación: A
diferencia de las guerrillas, los
paramilitares no estaban interesados en la toma absoluta del
poder nacional, su objetivo estaba
trazado en construir una forma de
autoridad subnacional en la
periferia, para desde allí negociar
su ascendencia sobre la globalidad
del poder del país con las élites
sociales, económicas y políticas
del centro. Trae como interrogante
si las estructuras emergentes están
en capacidad de consolidar un
proyecto de Estado regional como
las antiguas facciones de las AUC,
y de paso establecer un vínculo con
el nivel central a través de
las elecciones de funcionarios
públicos.
·
La administración de justicia:
Dentro de las decisiones más
importantes que ejecutaban los
paramilitares estaba la administración de justicia. Ellos se
encargaban de regular los derechos
de propiedad y los contratos, e
igual de importante, los valores y
conductas que imponían en un
territorio. La gran pregunta es si
los nuevos paramilitares se
Además de esta definición, en el libro
se trabajan cinco aspectos en concreto
que distinguen la categoría de señores
de la guerra de otras manifestaciones
de violencia en Colombia y que son
útiles para precisar cuales de los rasgos
de los grupos emergentes presentan
todavía matices similares a los de las
AUC:
·
La hegemonía político – militar:
que implica el mando y la
organización de “un ejército que
está en capacidad de imponer la
naturaleza de las relaciones
políticas entre los diferentes
grupos sociales en una comunidad
de acuerdo a los intereses y la
conveniencia de su jefe o dueño
individual. Los otros actores de
poder, tanto individuales como
colectivos, como políticos
profesionales, las fuerzas de
seguridad del Estado, capos del
narcotráfico, movimientos civiles,
terratenientes y caciques tradi-
encargan de regular transacciones
y propiedades específicas, o si su
dominio se extiende hasta la
administración de justicia en la
totalidad de la población en las
zonas donde hacen presencia.
·
La explotación de una economía
particular: Los paramilitares
explotaban las rentas de la
economía local, bien fuera a través
de un riguroso proceso de cobro
de impuestos a las actividades de
menor tamaño, o a través del
control directo de las actividades
estratégicas como el narcotráfico,
el manejo de la política, la
corrupción con el presupuesto
público, el contrabando de bienes
y armas, los mercados de ganado
y cultivos industriales. Se convirtieron así en el eje de mercados
regionales caracterizados por la
alta dependencia económica de la
oferta laboral y por ingresos
insuficientes para jalonar el
consumo de bienes y servicios.
¿Hasta donde están en capacidad
los grupos paramilitares emergentes de controlar las economías
regionales? ¿Pueden convertirse
en el eje de las economías locales,
o simplemente continuar siéndolo,
o bien pueden especializarse, y a
su vez limitarse, en sectores
proclives a un modo mafioso de
regulación?
·
El derecho a la ciudadanía: El
monopolio que los paramilitares
ejercieron sobre la violencia en
una región les permitió controlar
los flujos demográficos, en el
sentido que decidían según sus
intereses, los individuos que
podian habitar en sus áreas de
influencia. La apropiación del
Estado no sucedió en un vacío,
ocurrió en un territorio con sus
5
6
Gustavo Duncan. Los señores de la guerra: de paramilitares, mafiosos y autodefensas en Colombia. Planeta. Bogotá. 2006. Pg. 30.
Ibid. Pg. 32.
15
respectivos habitantes que
aceptaban pagar una renta por ser
protegidos, y acatar la justicia y
demás elementos del orden social
de los paramilitares. ¿Están en una
situación parecida los habitantes
que ocupan los territorios donde
ocurre el rearme paramilitar?
A partir de las cinco distinciones
anteriores es posible entonces precisar
el tipo de organizaciones que han
surgido dentro el contexto del rearme
paramilitar de acuerdo a los
mecanismos de coerción utilizados - si
se trata de ejércitos regulares, escuadrones de mercenarios o bandas de
asesinos a sueldos -, al alcance de su
poder de coerción – hasta que espacios
dominan: el Estado de una región o las
transacciones mafiosas típicas de un
negocio ilegal -, y de que actores se trata
– disidencias del proceso de paz, redes
de los jefes paramilitares recluidos en
Itagüí o mandos medios, narcotraficantes y criminales en ascenso -. Al
contrastar la evidencia disponible
acerca del rearme paramilitar con estas
categorías se proponen cuatro categorías para clasificar a las organizaciones
emergentes: superestructuras paramilitares, estructuras remanentes, estructuras en formación y estructuras
mafiosas.
Superestructuras
paramilitares:
Se entiende por superestructuras
paramilitares aquellas organizaciones
donde existe una instancia de poder
superior que en un territorio y
población dada está en condiciones de
imponer control y orden sobre:
El poder político: representado por los
profesionales de la política, así como
las agrupaciones, facciones o
movimientos locales, que ejecutan
trabajo electoral, ocupan o nombran a
16
los funcionarios públicos y/o organizan
a la comunidad bien sea a través de
mecanismos clientelistas, representación de intereses de grupos sociales
o canalización de la opinión de sectores
de la sociedad. Al aludir a la imposición
de ‘control y orden’ sobre el poder
político se hace referencia a la
capacidad superior que tiene una
organización armada de: i) restringir o
posibilitar la actividad proselitista de
los individuos y facciones políticas
sobre la mayor parte del territorio y de
la población; ii) apropiarse del manejo
de las relaciones clientelistas y de la
mediación con las organizaciones de
base que representan intereses
particulares de determinados sectores
sociales; iii) imponer candidatos a los
cargos de elección popular, funcionarios a los cargos de libre nombramiento y remoción, e incluso a
funcionarios de carrera; y iv) coartar
la libertad de elección a capas
significativas de la población.
El poder militar: representado por las
fuerzas de seguridad del Estado, y los
distintos ejércitos irregulares, grupos
sicariales y organizaciones mafiosas,
que ejercen acciones violentas
dirigidas a imponer alguna forma de
poder. Lo que incluye desde el
monopolio de la fuerza sobre un
territorio hasta el control armado de
ciertas actividades económicas y
espacios sociales. Se considera que
existe una superestructura paramilitar
cuando el ejército privado bajo el
mando de un ‘hombre fuerte’ posee
suficiente poder político para tranzar
con el Ejército, la Policía y demás
fuerzas de seguridad estatales la mayor
parte del control del orden social, en el
territorio, y suficiente poder militar
para: i) ejercer funciones de Estado
(monopolio de la violencia, la
tributación y la justicia) en amplios
espacios rurales de manera indefinida,
ii) coartar con impunidad a la población
ubicada en las cabeceras urbanas, de
modo que impone sus decisiones sobre
estos habitantes; y iii) dominar al resto
de organizaciones armadas y criminales
que actúan en el territorio a través de
un esquema básico que presupone el
permiso para cometer determinadas
acciones violentas y el pago de un
tributo de sus rentas criminales.
El poder económico: representado tanto
por una disponibilidad de recursos y de
rentas superior que el resto de
estamentos de poder, como por la
posesión de suficiente poder militar y
económico para obligar a la mayor
parte de quienes detentan los factores
productivos de la sociedad a pagar un
impuesto periódico como garantía de
sus derechos de propiedad y de
regulación de transacciones con
terceros. La capacidad económica
superior de las superestructuras
paramilitares se desprende necesariamente del manejo de empresas
narcotraficantes desde su territorio.
Solo con los recursos de la droga es
posible armar un ejército privado de las
dimensiones de cientos de hombres
uniformados, armados con modernos
fusiles y apertrechados en una base
regular. Pero el poder económico no se
estanca en la producción criminal de
rentas, también está la capacidad de
tributar a toda la producción lícita de
la región y de poseer las inversiones
más rentables.
El poder social: representado por el
manejo de las bases sociales del corte
de comunidades, clientelas, redes de
parentesco, trabajadores y demás
formas premodernas de asociación, que
fundamentan el control de las
sociedades locales. Este control implica
la imposición de un sistema de normas
formales e informales, que en la
práctica son los deberes y derechos a
los que están obligados a acogerse los
habitantes del territorio bajo control.
Además, los elementos de la ciudadanía
hacen parte de las normas que impone
INFORME ESPECIAL
la superestructura paramilitar acerca
de: aquellos principios que como
fuentes del derecho de las comunidades
rigen la vida en sociedad, aquellas
conductas y comportamientos que en
la práctica son tolerables, y las
responsabilidades que adquieren los
individuos de acuerdo a su posición
social con respecto a la estructura
paramilitar.
En esencia, esta es la forma de rearme
que más debe preocupar a las
autoridades. Supone la suplantación del
Estado por organizaciones armadas de
carácter privado. Y la principal
amenaza parece provenir del líder
disidente del proceso de paz Vicente
Castaño, quién:
[…] junto al otrora jefe del Bloque
Bananero, Hernán Hernández, está
reclutando a los desmovilizados. La
consigna que han lanzado es que
vuelvan a las armas, o que en todo
caso ellos volverán a copar esos
territorios. […] Igual fenómeno
está ocurriendo en Casanare,
Vichada, Meta y Guaviare. Allí,
Hernández y Castaño se han aliado
con otros grupos de narcotraficantes en una nueva organización
que se llama Todos contra Cuchillo
(Tcc). ‘Cuchillo’ es Pedro Oliverio
Guerrero, un ex mando medio del
Bloque Centauros que saltó a la
fama cuando mató a su propio jefe,
Miguel Arroyave, para apropiarse
del millonario negocio de la coca
en Guaviare y Meta. ‘Cuchillo’ se
convirtió en disidente del proceso
de paz cuando el gobierno ordenó
su reclusión. Incluso, hace pocos
meses, intentó matar a Hernán
Hernández, lo que desató la guerra
entre ambos bandos de ex
paramilitares. Una guerra de paisas
contra llaneros.7
La captura de Ever Veloza, alias
Hernán Hernández o ‘HH’, por la Dijín
en una finca de Bolombolo (Antioquia)
marcaría en ese sentido la operación
de mayor impacto sobre el
desmantelamiento de las bandas
emergentes, tanto por su importancia
militar dentro de la organización como
por el alcance de la estructura a la que
pertenecía. Sin embargo, no puede
pretenderse que con la captura de ‘HH’
esté garantizado el control del proceso
de rearme de las grandes estructuras
paramilitares.
Estructuras remanentes:
Por estructuras remanentes nos
referimos a aquellas redes compuestas
por ejércitos irregulares, políticos
profesionales, narcotraficantes, bandas
sicariales, células mafiosas, etc., que
se presume podrían estar encargadas de
mantener la influencia y el poder de
ciertos jefes paramilitares vinculados
al proceso de paz con las AUC. Es
importante distinguir entre las situación
de control remanente donde poseen
ejércitos capaces de ejercer un control
absoluto sobre la población de un
territorio, y aquellas donde el control
se expresa en formas parciales de
dominación, es decir en espacios como
los cargos públicos, las elecciones
parlamentarias, las empresas de
contrabando de drogas y demás. En
consecuencia las estructuras
remanentes de un jefe paramilitar serán
analizadas a partir de dos categorías:
i) organizaciones armadas capaces de
controlar territorios, y ii) redes
criminales capaces de controlar
espacios, transacciones o agencias
institucionales.
En este caso las principales denuncias
parecen provenir del poder que todavía
podrían estar ejerciendo más allá del
trabajo político de base, mandos del
Bloque Cacique Nutibara en las
organizaciones criminales de Medellín
y los alrededores, y del eventual papel
que cumplan antiguos miembros del
otrora Bloque Central Bolívar en la
conformación de las Águilas Negras.
El mismo Mancuso ha denunciado el
papel de los excomandantes desmovilizados en el accionar de las
bandas emergentes. Según el
Observatorio de Seguridad Suramericana, Mancuso advierte que:
[…] el rearme paramilitar que esta
experimentando el país en la
actualidad se debe en gran parte al
accionar de ex miembros del estado
mayor de las Autodefensas Unidas
de Colombia, AUC, quienes
además ya cuentan con más de
cinco mil hombres armados. Según
el ex jefe paramilitar, estos ex
paramilitares que hacían parte de la
mesa de negociación de las AUC
en Santa fe de Ralito, consideran
que el desarrollo que ha tomado el
proceso de paz refleja que el
gobierno colombiano ha incumplido los compromisos adquiridos
en la etapa de negociación,
relacionados con la reinserción de
los ex combatientes, la erradicación
de cultivos ilícitos, los esquemas de
seguridad para las regiones y la
aplicación de beneficios jurídicos,
entre otros.8
Estructuras en formación:
Se trata principalmente de ejércitos
privados, relativamente desarticulados,
que prestan sus servicios a las
organizaciones narcotraficantes en un
territorio limitado donde mantienen
una hegemonía por la fuerza sobre la
población. Se utilizan los adjetivos de
ejércitos ‘relativamente desarticulados’
y territorios ‘limitados’ porque el actual
esquema paramilitar dista mucho
de poseer el dominio territorial y la
unidad de mando sobre los estamentos
7
8
Revista Semana. Artículo ¿Hacia donde va Vicente? 13 de marzo de 2007.
Observatorio de Seguridad Suramericana. Fundación Seguridad y Democracia. Febrero de 2007. Pg. 13.
17
políticos, económicos y sociales que
conforman el eje del poder local.
Ninguno de los ejércitos emergentes
alcanza a tener un número de soldados
bajo un mismo mando comparables a
la unidad de tropas que en su momento
tuvieran, por ejemplo, Salvatore
Mancuso en Córdoba o Cuco Vanoy en
el bajo Cauca. Constituyen más bien
grupos armados de varias decenas de
hombres bajo el control de algún
antiguo mando medio de la estructura
militar que busca capturar algunas
rentas por protección en una región
delimitada y, en los casos más
ambiciosos, el control sobre los
cultivos ilícitos, los laboratorios y las
rutas de narcóticos.
Este es el caso, por ejemplo, del
departamento de Córdoba. Allí, de
acuerdo a desmovilizados entrevistados y a informes de prensa, aunque
falta mucho trecho para reconfigurar
la estructura organizativa tan compleja
anterior se evidencian liderazgos de
mandos medios y antiguos asociados
al proyecto de las AUC que buscan
crear estructuras de control privadas.
A diferencia de los anteriores jefes
paramilitares, su fuerza militar y sus
recursos son insuficientes para imponer
su dominio a los narcotraficantes
locales y a aquellos narcos que utilizan
sus corredores o zonas de control
territorial. Incluso todavía son
dependientes de relaciones y acuerdos
permanentes con los otros estamentos
de poder, como la clase política,
terratenientes tradicionales y líderes
regionales, para imponer un grado
mínimo de dominio.
Los dos principales grupos emergentes
que han aparecido en Córdoba, los
‘Traquetos’ y ‘Vencedores del San
Jorge’, representan está dinámica de
organizaciones que buscan establecer
un control territorial hegemónico, pero
que todavía no cuentan con la
suficiente capacidad de producción y/
o extracción de rentas, ni la
organización política que maneje una
facción de influencia propia en las
instituciones del Estado, ni la empresa
económica que capture las redes
clientelistas que expandan la base
social del movimiento armado.
Narcotraficantes, líderes políticos y
terratenientes están en capacidad de
negociar -y de enfrentarse- por los
espacios de poder y la distribución de
las rentas en condiciones de relativa
igualdad con estas organizaciones
emergentes. Eso no quiere decir que en
el corto y mediano plazo las nuevas
agrupaciones paramilitares incrementen su complejidad organizativa y
mediante mayores recursos sometan al
resto de estamentos de poder. De
momento las autoridades tratan de
frenar la consolidación de estas
estructuras, como reporta la oficina de
medios de la Policía:
[…] estas personas hacen parte de
la banda Vencedores del san Jorge,
quienes se vienen dedicando al
tráfico de estupefacientes y comercialización de base de coca. Este
grupo mantiene su accionar en los
municipios de Puerto Libertador y
Montelíbano. De igual manera,
estas personas venían almacenando
grandes cantidades de alcaloide en
viviendas ubicadas en el perímetro
urbano de los municipios de la
zona. Como se recordará, en días
pasados habían capturado en el sur
de Córdoba a siete miembros de la
mencionada organización delincuencial. Las investigaciones de los
organismos de seguridad revelan
que la banda “Vencedores del San
Jorge” cuenta con más de 50
integrantes, algunos desmovilizados de las AUC.9
Estructuras mafiosas:
Por estructuras mafiosas se alude a
aquellas organizaciones armadas que
a diferencia de los ejércitos no cuentan
con tropas uniformadas, alojadas en
una base o campamento, una disciplina
y mando jerarquizado, pero que están
en capacidad de regular mercados,
transacciones, actividades criminales y
redes de corrupción pública. Se refiere
en concreto a grupos de criminalidad
organizada, políticos profesionales,
oficinas de cobros, baby-cartels,
bandas sicariales y demás empresarios
de la coerción privada, que utilizan su
capacidad de disuasión y ejercicio de
la violencia para capturar el dominio y
las mayores rentas que producen
dichas actividades. Es importante
identificar aquellos casos en que las
organizaciones mafiosas de una ciudad
o cabecera urbana tienen su control
desde grupos más organizados de
regiones rurales, bien sean superestructuras paramilitares, estructuras remanentes o estructuras en
formación.
Después del proceso de desmovilización de las autodefensas se ha
evidenciado un deterioro en el
panorama de seguridad y orden público
de importantes zonas del país, que por
9
Aprehendidos integrantes de banda delincuencial. ANNP. Febrero 14 de 2007. Puerto Libertador - Córdoba. En: http://www.policia.gov.co/inicio/portal/portal.nsf/
1973c757168c16bb85256ebe004a8e6e/9d4657d56048d75005257281006ff6c0?OpenDocument.
*
Para las 27 ciudades más grandes de Colombia: municipios con más de 200,000 habitantes.
*
Incluye homicidio. Fuentes: Bases de datos: CIC – DIJIN, Policía Nacional. Cálculos: FSD.
*
Para las 27 ciudades más grandes de Colombia: municipios con más de 200,000 habitantes.
*
Incluye secuestro y extorsión. Fuentes: Bases de datos: CIC – DIJIN, Policía Nacional. Cálculos: FSD. Para las 27 ciudades más grandes de Colombia: municipios con más de
200,000 habitantes.
*
Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena y Cúcuta.
18
INFORME ESPECIAL
su ubicación geográfica, importancia
estratégica y desarrollo de economías
ilícitas, han atraído la presencia de
grupos armados irregulares de todo tipo
que compiten por el control territorial
y que incluso, han alcanzado cierto
nivel de control social, económico y
político local, lo que se refleja en el
resquebrajamiento de la seguridad para
la población civil, en el aceleramiento
del escenario de confrontación armada,
así como en el deterioro de la
administración pública local por cuenta
de la presión que ejercen los grupos
armados ilegales para la desviación de
recursos a su favor.
3. MAPA REGIONAL DE
REARME.
En la siguiente sección se analizan a
profundidad el panorama de seguridad
actual de cuatro regiones del país
(Urabá y suroeste antioqueño,
suroccidente del país, Casanare,
Arauca y Meta, y Magdalena Medio,
Sierra Nevada y Catatumbo) donde el
rearme de las autodefensas, la
presencia activa de facciones
disidentes que no se acogieron al
proceso de desarme y desmovilización,
así como el nacimiento de grupos
emergentes vinculados con la
delincuencia organizada y el
narcotráfico, han convertido a estas
zonas en escenarios de disputa entre los
grupos armados ilegales, y donde la
población civil resulta siendo la
principal víctima. Este ejercicio
permite contrastar empíricamente
varias situaciones de rearme con los
criterios y categorías desarrollados en
la sección anterior, de modo que es
posible identificar más allá de lo militar
el alcance político, económico y social
de las organizaciones emergentes.
Finalmente en esta sección se bosqueja
un mapa nacional del rearme
paramilitar de acuerdo a las categorías
de superestructuras, estructuras
remanentes, en formación y mafias, y
a las restricciones actuales de
información propias de un proceso que
aun se encuentra en una fase de
transición, sin que se pueda vislumbrar
con certeza los resultados finales.
Urabá y Suroeste antioqueño
Desde el punto de vista económico
estas son dos de las subregiones más
importantes del departamento de
Antioquia ya que en ellas se desarrollan
los proyectos agrícolas e industriales
más importantes de la región, cuentan
con una infraestructura vial y de
comunicaciones vital para comunicar
el suroccidente del país con la
región del eje cafetero y con la costa
Pacífica, concentra el mayor nivel de
actividad comercial en el puerto del
Urabá, y cuenta con un importante
patrimonio de riquezas naturales y
energéticas.
No obstante, su importancia geográfica
también ha significado un carácter
estratégico para el asentamiento y
accionar de los grupos armados al
margen de la ley. Históricamente, estas
organizaciones han tenido como
principal interés beneficiarse del
carácter topográfico de la zona cadenas montañosas, vías fluviales y
las carreteras- para sus intereses
logísticos y estratégicos al utilizar los
corredores para el refugio y
entrenamiento de sus tropas, así como
para el desarrollo de actividades
ilegales y el asentamiento definitivo de
sus ejércitos armados. Estas
condiciones locales condujeron al
establecimiento de diversos grupos
armados ilegales de izquierda y
derecha que hoy se mantienen vigentes
en la zona.
Con respecto a las autodefensas, las
cuales surgieron en la región desde
finales de la década de los 80 como
ejércitos de seguridad privada al
servicio de los terratenientes y
empresarios que eran víctimas de
presiones y extorsiones por parte de la
guerrilla, hoy en día, a pesar de la
desmovilización de cerca de 572
combatientes paramilitares que
operaban en esta zona a través de los
Bloques Bananero y Suroeste
Antioqueño de las AUC, aún se registra
la presencia de estructuras armadas de
corte paramilitar.
Al respecto, también conviene resaltar
que la presencia de facciones disidentes
de las autodefensas que no se
desmovilizaron en las zonas adyacentes a estos territorios, pudo incidir
en la vigencia de este tipo de organizaciones armadas, aún después de la
desmovilización de las autodefensas.
Es el caso del Frente Cacique Pipinta,
cuya zona de influencia abarca el
noroccidente de Caldas y el nororiente
de Risaralda en límites con la región
del suroeste antioqueño, y que al
parecer traspasó esta línea de
frontera y aprovechó el desarme del
grupo de las AUC para controlar los
corredores geoestratégicos que allí
existen y evitar el retorno de la
guerrilla.
Un riesgo similar se registra con
algunos grupos remanentes del Bloque
Elmer Cárdenas que no se desmovilizaron y que se desplazaron desde el
sur del Chocó para mantener su
control sobre el corredor que va desde
el Océano Pacífico pasando por río
Atrato y la región del Suroeste hasta el
Urabá y el Nudo de Paramillo, para
evitar qué este fuera controlado por la
guerrilla. De hecho, han surgido
algunos inconvenientes relacionados
con la adquisición y procedencia de las
19
tierras en las cuales se desarrollarán
los proyectos agrícolas. Alrededor de
estas denuncias aparecen vinculados
varios líderes paramilitares de la región
quienes estarían despojando a la fuerza
a los propietarios de las tierras, para
después legalizarlas y utilizarlas en los
planes productivos. Esta situación ha
desatado el incremento de hechos de
violencia en contra de la población civil
que se resiste a salir de sus territorios.
De acuerdo con las cuatro categorías
de grupos emergentes de corte
paramilitar que se organizaron después
de la desmovilización de las
autodefensas y que fueron descritas
previamente, en la región se mantienen
vigentes superestructuras paramilitares
que tienen la capacidad y autoridad de
ejercer un poder local, principalmente
a través del poder armado sobre las
actividades económicas y sociales. Este
es el caso del grupo de Las Águilas
Negras, las estructuras no identificadas
que operan en Arboletes, Chigorodó y
en Turbo, así como el accionar de un
grupo identificado como Los Chenguez
en jurisdicción de Necoclí en la antigua
zona de operaciones del Bloque
Bananero de las AUC.
En comparación con la antigua
estructura paramilitar, los nuevos
grupos operan en ocho municipios
donde antes sí operaban las
autodefensas. También se evidencia
que 23 municipios quedaron libres de
la presencia de este tipo de
organizaciones.
Estos grupos lideran proyectos
productivos en la región, controlan
importantes rutas del narcotráfico y
comercio ilegal de armas desde el eje
cafetero hasta el norte en los límites
con la región del Urabá. Además,
cuentan con suficiente poder armado
para ejercer control social, regular la
seguridad en la zona, e incluso
20
reemplazar al Estado en las funciones
básicas de vigilancia. Esto se evidencia
en la presencia de ejércitos privados de
seguridad que están al servicio de
empresarios, industrias y el gremio de
ganaderos de la región, tal y como
sucedió en los orígenes de los antiguos
grupos paramilitares.
la organización militar. Uno de los
hechos más graves es la fuga de Jesús
Alcides Durango alias René y un grupo
de combatientes de la zona de
concentración, así como su ausencia en
la ceremonia de desmovilización lo que
demuestra que nunca se acogió al
proceso.
Algunos indicadores evidencian el
surgimiento y reorganización de
nuevas estructuras armadas que
permanecieron en esta región después
de la salida de los grupos paramilitares.
En primera instancia, se registró un
incremento en el nivel de homicidios
como resultado de la disputa entre los
distintos grupos armados, bandas
delincuenciales y mafias del
narcotráfico por el control del tráfico
de drogas y armas, así como por el
contrabando; la expansión del
comercio informal y el lavado de
dinero; y el auge del narcotráfico que
según las autoridades locales
permanece bajo el control de los
antiguos jefes de las autodefensas. De
igual forma, mantienen el control sobre
la administración municipal con la
adjudicación de importantes contratos.
Otra de las razones es la dispersión de
la estructura militar, ya que a diferencia
de otros grupos paramilitares, este se
encontraba dividido en grupos
pequeños de 80 y cien hombres
aproximadamente, lo que dificultó la
concentración de la tropa completa
para la fecha de desmovilización.
Recientemente se han tenido evidencias de la presencia de estos grupos en
el corregimiento La Margarita en
jurisdicción de Salgar, Amagá, Venecia
e Hispania en la región del suroeste,
así como en Arboletes, Necoclí,
Chigorodó y Turbo en el Urabá.
Sobre las posibles razones del “rearme”
habría que recordar que en los
momentos previos a celebrarse el
proceso de desmovilización del Frente
Suroeste Antioqueño de las AUC que
operaba en esta zona, la organización
paramilitar se encontraba dividida y
fraccionada al interior. El hecho de que
el grupo paramilitar no estuviera bajo
las órdenes de un mando unificado
generó dudas sobre el desarme total de
La cercanía a otras zonas de gran
importancia geoestratégica donde
operaban grupos paramilitares bien
estructurados como el Bloque Elmer
Cárdenas en Chocó, el Bloque
Bananero en el Urabá antioqueño, y el
Frente Cacique Pipinta del Bloque
Central Bolívar en Caldas y Risaralda,
llevó a estas organizaciones a realizar
una distribución del control territorial
de esta zona del occidente del país
antes de sumarse al proceso de
desmovilización, con el objeto de
contrarrestar el retorno de la guerrilla,
mantener el dominio sobre las
economías ilegales, principalmente del
narcotráfico, contrabando, el tráfico de
drogas, armas y valores que se realizan
por medio del Golfo del Urabá, y en
definitiva, mantenerse vigente en la
zona, que por su buena infraestructura
vial también facilita la comunicación
con el suroccidente del país.
La extracción ilegal de recursos de los
proyectos de desarrollo regional como
los de producción de energía a partir
del patrimonio hidrográfico y minero
de esta región, así como de los
proyectos agroindustriales de palma,
cacao, caucho, yuca, planta secadora y
especies maderables en esta zona.
INFORME ESPECIAL
Suroccidente
Después de la desmovilización del
Frente Libertadores del Sur del BCB,
y del Frente Farallones y Pacífico de
las AUC, grupos paramilitares que
tenían como principal área de influencia los departamentos de Nariño, Valle
y Cauca, se ha registrado el accionar
de un grupo armado irregular que funciona como estructura remanente de
las antiguas autodefensas y cuya zona
de influencia abarca los municipios de
El Rosario, Leyva, Policarpa,
Cumbitara y Los Andes en Nariño,
Balboa, El Bordo, Mercaderes y
Santander de Quilichao en Cauca, y
Buenaventura, Florida y Tuluá en
Valle.
Respecto de los segundo, conviene
recordar que a mediados de los noventa
el sector de terratenientes en zonas
planas de Jamundí, Pradera y Tuluá en
Valle, tanto legales como narcotraficantes, estaban siendo extorsionados por la guerrilla y a su vez, la
instalación de laboratorios para el
procesamiento de alcaloides en las
zonas rurales se hizo difícil al no haber
autonomía alguna ante el auge de la
insurgencia. Adicionalmente, los
principales corredores geoestratégicos
como El cañón de Garrapatas y la vía
Cali – Buenaventura estaban bajo
control de la guerrilla, lo cual impedía
a los narcotraficantes el tráfico de
drogas y la llegada a los puertos de
embarque. Esta situación sumada a la
entrega de los capos del cartel de Cali
más altos de actividad del narcotráfico, principalmente para el
procesamiento de alcaloides y la
utilización de rutas para la salida de
cargamentos de droga y el intercambio de armas que nutren a grupos
armados ilegales de todo tipo en el
territorio nacional.
El vacío de poder que dejaron las
autodefensas ha intentado ser copado
por aquellos ejércitos armados que
quedaron sin liderazgo y que
nuevamente son utilizados como
aparato militar para custodiar
importantes corredores geográficos y
bienes de mafias que se mantienen
activas en la región. En este sentido,
la situación de rearme podría ser
explicada por el auge del narcotráfico
y la presencia activa de
Para analizar las posibles
organizaciones ligadas a este
causas que han motivado la
negocio con sus aparatos
persistencia de este tipo de
Algunos
grupos
se
fueron
armados; una estructura
estructuras en esta zona del sur
criminal que comprende
del país, es necesario remitirse
configurando más como bandas
pandillas, grupos de sicarios y
a los factores históricos que
de delincuentes que como grupos
delincuencia común; así como
dieron origen a las antiguas
la vigencia de las estructuras
organizaciones paramilitares.
irregulares anti subversivos.
subversivas e incluso su
expansión en algunas zonas
Las autodefensas surgieron
del departamento del Valle
como ejércitos privados al
después
de la desmovilización de los
servicio de las mafias del narcotráfico y la muerte de otros importantes jefes,
grupos
paramilitares.
que no sólo buscaban protegerse de las aceleraron la formación de estructuras
acciones de la subversión, sino adquirir
el suficiente poder militar para la
controlar la regulación del negocio y
el enfrentamiento contra sus
competidores. De esta manera, los
grupos paramilitares del suroccidente
se fueron configurando más como
bandas de delincuentes que como
grupos armados irregulares de
naturaleza antisubversiva. Aquí hay
que hacer una distinción entre dos
procesos que se encuentran relacionados: la existencia de estructuras
armadas al mando de los capos y la
llegada y expansión de los grupos
paramilitares.
armadas privadas.
En medio de este panorama, la
situación de violencia y confrontación
en el sur del país se fue incrementando,
lo que llevó a algunos sectores sociales
y empresariales de la región a valerse
del aparato armado de los carteles del
narcotráfico como plataforma militar.
La principal razón del “rearme”
parece provenir de los requerimientos
de violencia propios de la industria
de la droga. Hoy en día, después
de la desmovilización de los grupos
paramilitares, la región del suroccidente sigue concentrando los niveles
Dado lo anterior, y teniendo en cuenta
la clasificación de categorías de nuevos
grupos armados que se organizaron
después de la desmovilización de las
autodefensas, en la zona tienen
presencia algunas estructuras en
formación que prestan sus servicios a
las organizaciones narcotraficantes
manteniendo un control armado sobre
la población local. Se trata de ejércitos
“relativamente desarticulados” porque
no responden a una unidad de mando
definida, cuyo accionar se limita a
controlar cultivos ilícitos, laboratorios
y rutas de narcóticos.
21
Este es el caso de La Organización
Nueva Generación (ONG) que tiene
presencia en nueve municipios de
Cauca y Nariño; Las Águilas Negras
que operan en siete municipios de
Cauca y Nariño; y las Autodefensas
Campesinas Unidas del Norte del Valle
(ACUNV) que tienen presencia en cerca
de seis municipios del Valle del Cauca.
Asimismo, en los municipios de
Riofrío, Tuluá y Versalles se ha
registrado el accionar de una estructura
armada aún no identificada.
En comparación con el antiguo
dispositivo armado de las autodefensas
ya desmovilizadas, en la región del
suroccidente que comprende los
departamentos de Cauca, Nariño y
Valle del Cauca se registra la presencia
de grupos emergentes en 25 municipios, lo que significa que estas
estructuras dejaron de hacer presencia
en 36 localidades donde antes operaban
las autodefensas. Asimismo, es
importante mencionar que las nuevas
agrupaciones operan en 9 municipios
nuevos que no hacían parte del área de
influencia de los grupos paramilitares.
Tienen como principal interés controlar
corredores estratégicos para el tráfico
de drogas que conducen al Pacífico,
situación que ha desatado una disputa
territorial entre el Frente 29 de las Farc
y este grupo emergente, lo que no
necesariamente evidencia un
comportamiento contrainsurgente de
estas organizaciones. Por el contrario,
estas siguen funcionando como redes
delictivas que controlan espacios
delimitados de carácter estratégico
donde se concentra la mayor actividad
de economías ilegales que financian a
dichos ejércitos.
Es importante aclarar que en otras
regiones del suroccidente como en
Valle del Cauca se han conformado
nuevas estructuras armadas de carácter
estrictamente mafioso cuyo accionar se
22
centra en vigilar los principales
corredores para el tráfico de armas y
drogas, así como los cultivos ilícitos y
laboratorios de procesamiento. En este
sentido, estos grupos funcionan como
ejércitos privados financiados por las
mafias del narcotráfico del norte del
Valle.
Existe un factor adicional que
cuestiona la verdadera desarticulación
de la estructura paramilitar en el
suroccidente del país, principalmente
en el Valle del Cauca, debido a las
inconsistencias que se presentaron en
el proceso de desmovilización del
Bloque Conjunto Calima, particularmente la del Frente Pacífico. Según
la Tercera Brigada del Ejército el
Bloque Calima tenía 900 combatientes
operando en el Valle. Si a esta cifra le
descontamos los 100 que se desmovilizaron del Pacífico, este número
sería de 800 hombres armados, pero el
día de la desmovilización se acogieron
sólo 557, lo que nos lleva a preguntarnos por el paradero de los 243
restantes.
Al parecer, parte de los combatientes
de estas organizaciones fueron
reclutados por las estructuras sicariales
que operan en este departamento. Ante
la incertidumbre de entrar en un
proceso de desmovilización sin un
marco judicial concreto y con un nivel
de incentivos económicos bajo en
relación con los ingresos percibidos de
las prácticas ilícitas – como la extorsión
o el narcotráfico -, es posible que parte
de la tropa no se haya integrado al
proceso y que hoy formen parte de los
nuevos grupos emergentes.
Casanare, Arauca y Meta
Para comprender la dinámica actual de
seguridad y orden público en la región
de los llanos orientales es necesario
partir del hecho de que la dinámica
histórica de narcotráfico de la región
ha sido controlada y regulada por los
grupos paramilitares, situación que ha
dejado los espacios cerrados para que
se desarrollaran y se dinamizaran
organizaciones criminales autónomas
en la zona, a diferencia de lo que ha
ocurrido en otras regiones como en el
suroccidente. Esta situación ha hecho
de la región una zona tradicionalmente
permeada por el paramilitarismo,
principalmente, en las esferas
económica y política.
A pesar de que el narcotráfico no
estuvo liderado por organizaciones
criminales diferentes del paramilitarismo, hay que señalar que las
organizaciones delincuenciales
existentes en la ciudad sí jugaron un
papel importante en la estructura
paramilitar, en la medida que les
sirvieron de apoyo al grupo irregular
para moverse y actuar en los barrios.
En este caso no interesa su peso en el
negocio, sino en el hecho que tenían
incidencia en espacios concretos de la
ciudad, situación que aprovecharon los
paramilitares.
Teniendo en cuenta estas condiciones
es comprensible que después de la
desmovilización de los grupos de
autodefensa se hayan reorganizado
otros grupos armados que buscaran
mantener el control de las antiguas
estructuras sobre el negocio e
importantes rutas de comercialización
que históricamente permanecieron bajo
el control del paramilitarismo.
Posiblemente, estos grupos también
fueron nutridos con bandas
delincuenciales que funcionaron como
estructuras armadas de las autodefensas en las ciudades, y que hoy sin
liderazgo alguno y desarticuladas,
estén siendo cooptadas para formar
ejércitos que buscan mantener la
influencia y el poder de los antiguos
jefes paramilitares.
INFORME ESPECIAL
Además, la importancia estratégica de
la región y de las ciudades como
Villavicencio y Arauca que funcionan
como centros de logística de todas las
agrupaciones irregulares, han sido y
siguen siendo, centros de reclutamiento
de las agrupaciones paramilitares que
fortalecen sus organizaciones rurales
para disputar zonas de cultivo y
corredores, en una coyuntura en la que
una de las principales organizaciones
no se ha desmovilizado y se intensifican las disputas entre estas y nuevas
agrupaciones que surgieron después de
la salida de las autodefensas.
Conviene destacar el carácter
estratégico de Villavicencio, ya que
para los grupos irregulares les ha
servido de puente entre la Orinoquía
con la capital del país y con otras
regiones del país. En términos
generales, ha servido como puente para
sacar cocaína procesada en el Meta y
Guaviare, así como para entrar armas
a estas regiones en donde se mueven
grupos armados ilegales de diverso
tipo.
Sumado a lo anterior, el hecho de que
una facción importante como las
Autodefensas Campesinas del
Casanare no hayan hecho parte del
proceso de desmovilización, genera
dudas sobre la desarticulación del
paramilitarismo en la región y la
pérdida real de poder de las
autodefensas en la dinámica de la
economía legal e ilegal local, y por
consiguiente, su intervención en la
regulación de la seguridad local, y en
las esferas social y política.
En este sentido, en la región de los
llanos orientales tienen presencia dos
tipos de grupos armados ilegales que
se organizaron en la zona después de
la desmovilización de las antiguas
autodefensas y que funcionan como
estructuras remanentes que al controlar
el negocio del narcotráfico y la
dinámica económica local, han
obtenido cierto nivel de maniobra de
los asuntos sociales y políticos locales.
evidencia un proceso de disputa
territorial por el control del narcotráfico.
De una parte, se encuentran estructuras
remanentes conformadas por mandos
medios y combatientes que no se
desmovilizaron, que operan en
Casanare en los municipios de Yopal,
Aguazul, Monterrey y Paz de Ariporo,
y está integrado por 70 hombres cuyo
máximo líder se identifica con el alias
de Acevedo, quien además hace
presencia en Saravena y Arauca
(Arauca), principalmente en los barrios
Costa Hermosa y Meridiano. Este
grupo opera en el extremo occidental
del departamento en los límites con
Boyacá y es responsable de varios
casos de extorsión y piratería terrestre
registrados en la vía que de Paz de
Ariporo comunica con el nororiente de
Boyacá.
En comparación con el dispositivo
armado de las antiguas estructuras
paramilitares, y a pesar de la
permanencia activa de facciones
disidentes de las autodefensas que no
se acogieron al proceso de desmovilización, hoy en día se puede
evidenciar una disminución considerable en el área de influencia de este
tipo de organizaciones armadas
ilegales, ya que su presencia se redujo
en 16 municipios. No obstante, hacen
presencia en tres nuevos municipios
como Arauca, Saravena en Arauca, y
Lejanía en Meta.
Así mismo, se ha evidenciado el
accionar de nuevas organizaciones
armadas bajo el liderazgo de líderes de
las antiguas autodefensas que no se
desmovilizaron y que buscan mantener
el control del narcotráfico en esta zona
del país, así como ejercer control social
y político. Según las autoridades, esta
agrupación tiene como principal zona
de influencia los municipios de
Nunchía, San Luis de Palenque y
Orocué, está conformada por cerca de
40 hombres armados bajo el mando de
Orlando Mesa, alias, Diego. Este es el
caso del Bloque Buitrago Sur
Casanare.
En Meta también se ha registrado la
presencia de nuevas estructuras que
cuentan con una base militar
estructurada y que tienen la capacidad
militar de controlar territorios. En
medio de este proceso de mantenimiento del control se han registrado
varios enfrentamientos entre estas
estructuras y el Frente 27 de las Farc
que opera en la zona, hecho que sólo
Magdalena Medio, Sierra
Nevada y Catatumbo
El nacimiento de las autodefensas en
esta región del país se enmarcó en un
origen esencialmente contrainsurgente
que sirvió como mecanismo de
seguridad privada para contrarrestar el
avance de la subversión y proteger a
terratenientes y a los sectores más
pudientes de la sociedad que se vieron
afectados por las extorsiones y
amenazas de la guerrilla. En el marco
de esta dinámica se registraron
acciones de “limpieza social”,
“castigos” y varias masacres que
evidenciaron el inicio de un proceso de
control social por parte de estos grupos
armados ilegales en la región.
Tiempo después, estas pequeñas
estructuras se fueron ampliando gracias
al apoyo que recibieron del proyecto
“federalista” de las Autodefensas
Campesinas de Córdoba y Urabá que
lideraban los hermanos Castaño y
Salvatore Mancuso, así como de la
financiación que obtuvieron del
narcotráfico, el hurto de combustible
y el contrabando; economías ilegales
que se vieron favorecidas por la
23
ubicación estratégica debido a que
limitan con la frontera con Venezuela.
En este sentido, el interés principal de
los grupos paramilitares ha sido el de
mantener el control sobre el corredor
que comunica a la Sierra Nevada de
Santa Marta con la Serranía del Perijá
en La Guajira y el Estado Zulia en
Venezuela, pasando por la región del
Catatumbo en Norte de Santander.
Después de la desmovilización de las
autodefensas, la principal razón que
pudo motivar el resurgimiento de
nuevas estructuras armadas de corte
paramilitar es el interés de los mismos
de mantener el control territorial sobre
este importante corredor geoestratégico
que durante años se mantuvo como la
principal zona de control y abastecimiento del fenómeno paramilitar en
el país que partía desde el Golfo del
Urabá hasta La Guajira. Asimismo, el
control y autonomía que alcanzaron las
autodefensas sobre la dinámica
económica local tanto legal como
ilegal, pretende ser conservado bajo el
control de estas nuevas organizaciones
armadas.
militares, así como en el nivel de
control social y político, ya que carecen
de un mando unificado y existen
múltiples actores armados que
compiten por dicho control. En este
orden de ideas, en la región operan
estructuras remanentes cuyo accionar
se expresa en formas parciales de
dominación, bien sea en las actividades
relacionadas con el negocio del
narcotráfico –cultivo, procesamiento y
comercialización-, la extracción ilegal
de recursos –cartel de la gasolina-, o el
intercambio de armas por otros bienes
ilícitos, etc.
En lo referente a la zona de la Sierra
Nevada de Santa Marta conviene
diferenciar las dos dinámicas de
reorganización de los grupos armados
ilegales que surgieron después de la
desmovilización de las autodefensas,
tanto en el nivel rural como en el
perímetro urbano de la capital del
departamento.
En este sentido, se ha registrado un
incremento de las acciones de
violencia, principalmente de los casos
de homicidios en las principales
ciudades de estas regiones, situación
que obedece a un proceso de
reconfiguración del control territorial
y redistribución de las economías
locales en el que se superponen
diversos tipos de organizaciones
armadas ilegales, como mafias del
narcotráfico, redes delincuenciales
bien organizadas, grupos dedicados al
contrabando, y los carteles del hurto y
trafico ilegal de combustible, entre
otros.
En las áreas rurales, principalmente en
Ariguaní (El Difícil), en los
corregimientos de San Pedro y San
Javier de Ciénaga, en la vereda Las
Mulas en San Ángel y en la vereda las
lomas La Vega en jurisdicción de Santa
Marta se ha registrado la presencia de
nuevos grupos armados integrados por
desmovilizados de las AUC que tienen
un ejército más o menos estructurado
y se dedica al cobro de vacunas para
prestar servicios de seguridad privada
a propietarios de fincas, y ha realizado
múltiples amenazas en contra de
miembros de las Juntas de Acción
Comunal de la región lo que evidencia
su interés en ejercer presión política y
social a nivel regional tal y como
sucedió con los antiguos grupos
paramilitares.
A pesar del interés que tienen estas
nuevas organizaciones de ejercer un
control territorial y de conservar
ejércitos bien constituidos, su
estructura sigue limitada en términos
Otro de los hechos ocurridos
recientemente que refleja la influencia
política que tienen estos grupos
armados es la captura de Nasly Cecilia
Zambrano Guethe, Alcaldesa del
24
municipio de Algarrobo, quien fue
puesta a disposición de las autoridades
junto con otros nueve integrantes del
grupo emergente de Las Águilas
Negras. De acuerdo con información
de las autoridades y prensa local, el
grupo armado tiene como principal
zona de influencia los municipios de
Ciénaga, Siberia, San Pedro de La
Sierra, Fundación, Aracataca,
Bellavista y Loma del Bálsamo, y está
conformado por cerca de 80 hombres
bajo el mando de Edgar Córdoba
Trujillo Alias Samuel o Comando 57 y
Alberto Padilla Sarmiento Alias
Brayan.
Por el contrario, en el perímetro urbano
de Santa Marta se ha evidenciado un
deterioro en el panorama de seguridad
local a raíz de la reorganización de las
organizaciones delincuenciales y el
surgimiento de nuevos grupos armados
ilegales de carácter independiente, que
carecen de una base militar organizada
y no ejercen presión en los niveles
social y político local. Esta situación
se ha hecho más evidente en algunos
barrios de la ciudad como San Martín,
Bastidas, Chimila y Luis R, y en el
sector de El Campano.
Con respecto a la dinámica actual
registrada en la región del Magdalena
Medio, es importante aclarar que la
misma obedece al interés de los grupos
remanentes de conservar un control
territorial por medio del control social
el cual se manifiesta en las presiones
contra la población civil, sectores
comunitarios, y casos de desaparición
forzada.
En el corregimiento Centro, vereda
Campo 16 en Barrancabermeja
(Santander), integrantes de los nuevos
grupos emergentes asesinaron a Jairo
Guevara García, quien era pensionado
de ECOPETROL. De acuerdo con
información local, en la zona están
haciendo presencia Las Águilas Negras
y otro grupo armado identificado como
INFORME ESPECIAL
Los Contratistas al cual se le adjudican
múltiples casos de extorsiones a
contratistas de la empresa petrolera, así
como por la extracción ilegal de
hidrocarburos. Ambas organizaciones
armadas pretenden ejercer control
sobre las rutas del narcotráfico que se
ubican a lo largo del sur de Bolívar.
Por último, en la vereda Lejanías del
municipio de Cantagallo (Santander),
residentes locales agrupados en la
Asociación Campesina del Valle del
Río Cimitarra denunciaron la presencia
de un nuevo grupo armado ilegal que
al parecer está conformado por ex
combatientes de las autodefensas que
operaban en el sur de Bolívar. Según
la denuncia, esta organización se
identifica con el nombre de Las Águilas
Negras y también opera en las zonas
rurales de Simití y San Pablo.
Un panorama similar se registra en la
región del Catatumbo en Norte de
Santander, donde la presencia de estos
nuevos grupos armados ha generado
disputas por el control del negocio del
narcotráfico y del comercio de armas
en la frontera con Venezuela, situación
en la que aparecen vinculados ex
líderes de las autodefensas que
operaban en el Magdalena Medio y el
Sur del Cesar. De acuerdo con las
autoridades locales, el hecho de que en
la zona del Catatumbo hayan grandes
extensiones de cultivos de coca cuyo
comercio funciona de la mano con el
manejo ilegal de armas, gasolina y el
contrabando en general, hace pensar
que las autodefensas no abandonarían
del todo su control en la zona a pesar
de desmovilizar a una de sus
agrupaciones más grandes como era el
Bloque Catatumbo de las AUC.
En comparación con el dispositivo
armado que tenían los grupos
paramilitares antes de su desmovilización, se evidencia una reducción
considerable en el área de influencia
que antes era controlada por las
autodefensas. De los 55 municipios de
Magdalena, Santander y Norte de
Santander donde operaban las
Autodefensas del Sur del Magdalena,
el Frente John Jairo López, el Frente
Resistencia Tayrona, las Autodefensas
del Magdalena Medio y el Bloque
Catatumbo de las AUC, hoy en día los
grupos emergentes tienen presencia en
24 municipios. Sin embargo,
ingresaron a cuatro nuevos municipios
que no contaban con la presencia de
este tipo de estructuras armadas.
Bosquejo de un mapa del
rearme paramilitar:
El siguiente mapa arroja -con las
limitaciones de la información
disponible de un proceso que aun está
inacabado- un bosquejo del estado
actual del rearme paramilitar. Se
distinguen tres tipos de estructuras: las
superestructuras paramilitares (en
rojo), las estructuras en formación, las
cuales comprenden tanto los grupos de
tamaño mediano que eventualmente
pueden tener vínculos con los antiguos
liderazgos como los formados por
nuevos jefes, (en azul), y las estructuras
mafiosas (en verde).
A grandes rasgos, puede advertirse que
las superestructuras están ubicadas en
zonas de frontera (Urabá, Arauca,
Catatumbo, Nariño) o corredores
estratégicos (Putumayo, Meta,
Casanare, Caquetá). En ambos tipos de
zonas las superestructuras emergentes
deben enfrentarse contra las FARC, por
lo que se necesitan grandes ejércitos
para dominar estos territorios. Las
estructuras en formación se dan en
zonas más integradas al desarrollo, y
en el eje geográfico donde tuvieron su
asiento y control indisputado las
grandes agrupaciones paramilitares (la
costa Caribe y el Magdalena Medio).
Las mafias por su parte son ante todo
un fenómeno de ciudades y el Norte
del Valle.
4. LAS CONDICIONES
SOCIALES
DETERMINANTES DEL
TIPO DE REARME
PARAMILITAR
En las páginas anteriores se han descrito
las diferentes formas que ha adquirido
el rearme paramilitar en las diferentes
regiones de Colombia. De la evidencia
recolectada queda claro que el rearme
ha tomado diferentes expresiones y que
aun es muy pronto para precisar la
forma o las formas definitivas que
adquirirán las estructuras paramilitares
al final del proceso de rearme. De
momento, lo que parece ser un hecho
es que independientemente de la
estructura que vayan a tomar las
actuales organizaciones paramilitares,
el control territorial por parte de
ejércitos privados vinculados al
narcotráfico será parte importante de la
historia del poder político en las
regiones de Colombia.
Más allá de la voluntad, los recursos y
la estrategia que el gobierno nacional
vaya a seguir para contener el rearme
paramilitar, cuatro razones en principio
explican el riesgo de expansión del
poder de estas estructuras:
i) La necesidad de protección de la
industria del narcotráfico. Desde los
cultivos hasta las actividades de
procesamiento y contrabando de
drogas requieren de la protección de
grupos armados irregulares, necesitan
de aparatos violentos que los protejan
de otras organizaciones armadas que
podrían expropiarlos de sus posesiones,
de su mercancía (drogas o insumos),
de su dinero y de su participación en el
negocio (rutas, mercados, laboratorios,
etc.), y que podrían aprovechar el
músculo de un aparato de violencia
superior para imponer precios
desventajosos en las transacciones. De
25
Tipo de organización
Tipo de organización
Superestructuras
Estruc en formación
Mafias
26
INFORME ESPECIAL
la misma manera, una organización
narcotraficante tiene mayores
posibilidades de éxito en el negocio si
es capaz de construir un aparato
armado superior y está en capacidad
de expropiar a sus competidores o
imponer condiciones desventajosas a
otras organizaciones con las que realiza
transacciones. Pero no basta con poseer
un aparato de violencia superior en
términos de hombres y de armas para
imponerse en la compleja estructura de
redes que constituyen las organizaciones dedicadas al narcotráfico. Se
necesita también influencia sobre el
aparato estatal para evitar la
persecución de las autoridades contra
los procesos de producción,
distribución y lavado, y para lograr que
su acción se concentre en los demás
competidores.
En la medida que el narcotráfico
constituya una actividad con alta
participación en los recursos que
producen las regiones, los grupos
emergentes que regulen el negocio se
encontrarán frente a dos realidades: son
los dominadores de la principal fuente
de riqueza local y están obligados a
someter, o bien, a infiltrar a las
autoridades políticas para proveer sus
servicios de protección. Tarde o
temprano los grupos emergentes
habrán acumulado enormes cantidades
de recursos y de poder político, lo que
se traducirá en la transformación de las
estructuras armadas de ‘milicias
prestadoras de servicios de protección
a narcotraficantes’, a ‘verdaderos
ejércitos privados que poseen el control
del Estado local’. Y esta transición
podrá realizarse bajo el liderazgo bien
sea de un narcotraficante, político
profesional, jefe de una banda
emergente o cualquier hombre fuerte
de la región, que reúna las habilidades
políticas, los recursos económicos y la
formación de redes clientelistas.
ii) La falta de dinamismo de los
sectores productivos legales que
restringen la oferta laboral para
ocupar a los desmovilizados y a la
población joven que eventualmente
puede ser reclutada por los nuevos
grupos. Todos los entrevistados
coincidieron en un punto: mientras no
exista un sector productivo capaz de
asimilar la mano de obra vacante que
dejó el proceso de paz con las
autodefensas, es solo cuestión de
tiempo para que los desmovilizados
busquen trabajo en las organizaciones
paramilitares emergentes. La directora
de un Centro de Referencia y
Oportunidades. CRO, sostuvo: “yo les
he dado educación, seguridad social y
apoyo sicosocial, pero más de eso no
puedo, si la sociedad no les da trabajo
estos muchachos se rearman.” Asuvez,
el propio Alto Comisionado para la
Reinserción Frank Pearl alertó que el
gobierno le perdió el rastro a más de
4,000 desmovilizados, sin saber donde
están, ni que están haciendo para
subsistir.
En muchas sociedades regionales la
situación se muestra particularmente
crítica en comparación con el contexto
nacional debido a la ausencia de
sectores dinámicos como la industria,
el comercio o la construcción en gran
escala, capaces de absorber grandes
volúmenes de trabajadores. La
ganadería extensiva, la economía de los
servicios de gobierno y el poco
mercado interno de la región, se
advierten insuficientes en una región
donde se formó una parte importante
de la tropa rasa de las autodefensas.
iii) La disponibilidad del conocimiento
y los recursos físicos y humanos
necesarios para rearmar estructuras
paramilitares. A diferencia de las
décadas de los ochentas y noventas,
cuando los ejércitos paramilitares eran
aún un proceso en gestación, en la
actualidad existe un acumulado de
conocimiento y de recursos para armar
estos ejércitos. De acuerdo a un
desmovilizado del Bloque Catatumbo,
abundan los antiguos comandantes de
frente –alrededor de 30 combatientes–
que contactan recurrentemente a los
desmovilizados para armar nuevos
grupos militares con el propósito de
prestar servicios de protección a
narcotraficantes y grandes hacendados.
“A mí mi último Comandante, un tipo
a lo bien, recto, me está ofreciendo un
millón de pesos para volver al monte.
Ya mucho de los que estaban conmigo
en el CRO regresaron. Me dijeron
incluso que tienen fusiles y
ametralladoras nuevecitas. Dígame yo
que me quedo haciendo aquí en
Montería sin trabajo” fue una sentencia
contundente de este desmovilizado.
iv) Las limitaciones del Estado central
para imponer un orden social acorde
a las normas y comportamientos
propios del Estado de derecho.
Prácticas como el clientelismo, la
corrupción pública y la violación
sistemática de las leyes sobre la
propiedad de tierras y elecciones,
favorecen el rearme paramilitar. Y es
poco lo que el Estado ha podido hacer
en ese sentido, dado que son prácticas
muy arraigadas en la cultura política y
burocrática de la región. No solo en los
caciques y jefes electorales, sino en la
misma población que percibe el
intercambio clientelista como la forma
más efectiva de acceder a los servicios
del Estado o a un ingreso laboral.
Además el gobierno tiene que entender
que en últimas no se trata de una guerra
por alcanzar la supremacía militar, eso
ya se ha conseguido, sino que se trata
de una guerra por imponer el Estado
de derecho en la totalidad de las
regiones del país. Esto es, ser la única
fuerza que posee un aparato coercitivo
que protege a la población, que cobra
impuestos y que regula a la
administración pública y a la sociedad
de acuerdo a las normas constitucionales. Es decir, que el Estado se
imponga como único sistema político
en el territorio.
27
II EVOLUCIÓN RECIENTE
DEL CONFLICTO ARMADO
1. HOMICIDIOS
L
os homicidios aumentaron en
un 3% en el conjunto del país,
al pasar de 4.203 hechos entre
enero y marzo de 2006 a 4.316
en el mismo lapso durante el 2007. La
tasa de homicidio por cada cien mil
habitantes (hpch), expresada en términos
anuales, pasó de 36 a 37. Asimismo, en
las cuatro ciudades principales los
homicidios ascendieron 1% pasando de
928 casos en el trimestre de 2006 a 934
en el de 2007. Cali fue la que registró
el mayor aumento con 14% homicidios
más, pues pasó de 344 hechos a 392 y
su tasa de 56 hpch a 63. Le siguió
Bogotá con un aumento del 1% pasando
de 321 homicidios a 323.
Por otra parte, en Medellín los
homicidios descendieron 15%, luego
de registrarse asensos durante el año
anterior. En Barranquilla igualmente,
se registró una reducción del 20%
pasando de 89 hechos en el primer
trimestre de 2006 a 71 en el mismo
lapso de 2007.
Total de homicidios en las ciudades, cambio porcentual por años,
participación del cambio en el nivel nacional y tasa aproximada por cien
mil habitantes en los primeros trimestres de 2006 y 2007
Homicidios
Ciudad
Cambio
porcentual
2006
2007
2006 a 2007
CALI
344
392
14%
BOGOTA
321
323
1%
MEDELLIN
174
148
-15%
BARRANQUILLA
89
71
-20%
Total 4 ciudades
928
934
1%
Total país
4203
4316
3%
Participación
en cambio
nacional
2007
Tasa
2006
2007
14,65
55,59
63,35
10,21
17,54
17,65
5,02
32,91
28,00
3,26
25,17
20,08
10,22
27,86
28,04
35,94
36,91
Fuente: Policía Nacional y DANE
En lo que se refiere a los departamentos,
los homicidios aumentaron en
Casanare, Cesar, Córdoba, Tolima,
Huila, Cauca, Santander y Norte de
Santander.
En Casanare los homicidios pasaron de
36 en el trimestre de 2006 a 82 en el de
2007, es decir, se registró un aumento
del 128% y su tasa pasó de 43 hpch a
98, 55 puntos por encima del trimestre
de 2006. Fueron importantes los
incrementos en los municipios de
Aguazul, Monterrey, Tauramena, Maní
y Hato Corozal. En Aguazul se pasó de
tres homicidios en el trimestre de 2006
a 20 en el de 2007, en Monterrey el
ascenso fue de uno a diez, en Tauramena
de uno a ocho, y en Mani y Hato
Corozal de dos a cinco. El aumento en
este departamento se asocia a la
presencia de bandas emergentes una vez
desmovilizados los grupos paramilitares
que hacían presencia en esta región1.
El incremento en el departamento del
Cesar fue del 86% al pasar de 58
homicidios en el trimestre de 2006 a 108
en el mismo lapso de 2007. Su tasa
ascendió de 22 hpch a 40. Los
municipios del sur del departamento
tuvieron un gran peso en este
comportamiento. En algunos de éstos
se registraron hechos entre enero y
marzo de 2007, mientras que en el
trimestre de 2006 no lo hicieron. Es el
caso de Bosconia con cinco homicidios,
Curumaní con cuatro y Pelaya con dos.
En La Gloria el aumento fue de 167%
al pasar de tres a ocho hechos, mientras
que en Aguachica fue del 117%,
pasando de seis a 13. En Valledupar por
su parte, el ascenso fue del 65%.
En Córdoba se registró un incremento
del 72%. En este departamento los
homicidios pasaron de 50 en el primer
trimestre de 2006 a 86 en el de 2007
por lo que su tasa ascendió de 14 hpch
a 24. Durante el trimestre de 2007 se
registraron homicidios en municipios
que en el pasado no se reportaron, como
Arboletes, Chinú, Cotorra, San Antero,
San Juan de Uraba y Valencia. En
Pueblo Nuevo el aumento fue del 700%
al pasar de un hecho a ocho, mientras
que en Ayapel fue del 500%, San Pelayo
del 400%, Puerto Libertador del 250%,
Planeta Rica del 200%, Montelibano del
167% y Sahagún del 83%. En este
departamento circularon panfletos en
los que el grupo armado ilegal Águilas
Negras anunciaban su incursión.
En el departamento de Tolima se
registraron 119 homicidios entre enero
y marzo de 2007, es decir 42% más que
los 84 ocurridos en estos mismos meses
de 2006. Su tasa pasó de 25 hpch a 36.
1
Ver: Alerta por presencia de bandas emergentes de paramilitares en Casanare, Meta y Vichada. En: El Tiempo, 26 de febrero de 2007. 2Ver: Tres militares y un civil
murieron en ataque de las Farc en Venadillo (Tolima). En: El Tiempo, 2 de marzo de 2007
28
EVOLUCIÓN RECIENTE DEL CONFLICTO ARMADO
Los homicidios registrados durante el
trimestre de 2007 ocurrieron en 35
municipios del departamento siendo
Ibagué el más crítico con 34 hechos,
seguido por Fresno con ocho, Ortega con
seis y Chaparral, Espinal y Rovira con
cinco cada uno. Un hecho de resonancia
nacional registrado en este departamento
fue el ocurrido en el municipio de
Venadillo donde, tras combates entre el
Ejército y las Farc, una ambulancia que
transportaba soldados heridos fue
atacada por esta guerrilla resultando
muerta una enfermera.
En el Cauca se registraron 157
homicidios durante el primer trimestre
de 2007, es decir 20% más que los 131
ocurridos en mismo lapso de 2006. Su
tasa pasó de 37 hpch a 45. De igual
forma, en este departamento se
registraron hechos en municipios que
durante el trimestre de 2006 no
presentaron ningún hecho. Este es el
caso de Paispamba donde se reportaron
seis, Buenos Aires con tres, y Almaguer,
Florencia, Inzá, Jambaló, La Sieraa, San
Sebastián, Toribio y Totoro con uno cada
uno.
En Santander sobresalen Bucaramanga
y algunos municipios del Magdalena
Medio como Cimitarra, Sabana de
Torres, San Vicente de Chucurí y
Barranca-bermeja. En Bucaramanga el
aumento fue del 53% al pasar de 38 entre
enero y marzo de 2006 a 58 en los
mismos meses de 2007 y su tasa pasó
igualmente de 26 hpch a 40. En Cimitarra
el aumento fue del 900% pues aumentó
de un hecho a diez, en Sabana de Torres
fue del 200% al pasar de dos a seis, en
San Vicente de Chucuri del 100% al
pasar de uno a dos y en Barrancabermeja
del 23% pasando de 13 a 16. En el total
del departamento se registraron 143
homicidios, es decir 14% más que los
125 reportados en el trimestre de 2006.
Su tasa aumentó de 24 hpch a 27.
En Norte de Santander se registró un
incremento del 12%. En este
departamento los homicidios pasaron
de 139 en el primer trimestre de 2006
a 155 en el de 2007 y su tasa ascendió
de 37 hpch a 40. Cúcuta tuvo un gran
peso en este aumento. Los homicidios
en esta ciudad se incrementaron en
34% al registrar 99 hechos en el
trimestre de 2007 mientras que en el
2006 fueron 74. En esta ciudad se
venían registrando disminuciones
después de 2002, año en el que se
registró el pico más alto con una tasa
de 153 hpch, es decir un total de 1.041
homicidios en términos absolutos.
Además de Cúcuta, llaman la atención
otros municipios de la región del
Catatumbo, como Los Patios donde se
registraron diez homicidios, Abrego, El
Tarra, El Zulia y La Playa con cuatro
cada uno y Sardinata con dos.
Total de homicidios en los departamentos: cambio porcentual
y tasa aproximada por cien mil habitantes en los primeros trimestres
de 2006 y 2007
Homicidios
Tasa
Cambio %
DEPARTAMENTO
2006
Amazonas
Antioquia
Arauca
Atlántico
Bolívar
Boyacá
Caldas
Caquetá
Casanare
Cauca
Cesar
Choco
Córdoba
Cundinamarca
Distrito capital
Guainia
Guajira
Guaviare
Huila
Magdalena
Meta
Nariño
Norte de Santander
Putumayo
Quindío
Risaralda
San Andrés
Santander
Sucre
Tolima
Valle
Vichada
Total
4
561
40
132
120
42
154
112
36
131
58
37
50
100
321
1
92
30
96
88
210
192
139
101
62
212
125
32
84
824
17
4203
2007
2
526
47
104
124
54
129
75
82
157
108
19
86
116
323
1
50
36
128
95
189
169
155
107
95
193
1
143
25
119
852
6
4316
2006
-50%
-6%
18%
-21%
3%
29%
-16%
-33%
128%
20%
86%
-49%
72%
16%
1%
0%
-46%
20%
33%
8%
-10%
-12%
12%
6%
53%
-9%
14%
-22%
42%
3%
-65%
3%
19,38
38,45
55,23
21,81
21,07
11,82
51,98
94,35
43,20
37,68
21,64
35,33
14,17
16,84
17,54
9,01
68,79
87,74
37,98
24,60
106,66
42,58
36,50
104,05
39,86
81,42
0,00
23,70
14,46
25,47
71,60
69,15
35,94
2007
9,69
36,05
64,90
17,19
21,77
15,20
43,54
63,18
98,39
45,16
40,30
18,14
24,37
19,53
17,65
9,01
37,38
105,29
50,64
26,56
95,99
37,48
40,70
110,23
61,08
74,12
4,69
27,12
11,29
36,08
74,03
24,41
36,91
Fuente: Policía Nacional y DANE
29
Tasa de Homicidio
Enero a marzo de 2007
Mapa 1
Tasa de homicidio
1 - 50
51 - 100
101 - 200
Más de 2001
Fuente: Sistema de Información de la Fundación Seguridad y Democracia
30
EVOLUCIÓN RECIENTE DEL CONFLICTO ARMADO
2. SECUESTROS EXTORSIVOS
L
os secuestros extorsivos 2
continuaron descendiendo
durante el primer trimestre
de 2007. En estos meses se
registraron 56 plagios de este tipo, lo
que representa una disminución del
33% frente a los 83 reportados en este
mismo lapso de 2006. Asimismo, el
promedio diario disminuyó al pasar
de 0.92 personas plagiadas por día a
0.6. Al observar las cifras desagregadas por meses, febrero de 2007,
con 13 víctimas, fue el mes con el
menor número de plagios desde 1996,
año a partir del cual se poseen datos.
Teniendo en cuenta el conjunto de los
secuestros, es decir los simples y los
extorsivos, se registra igualmente
una disminución del 31% al pasar de
175 hechos entre enero y marzo de
2006 a 120 en los mismos meses de
2007.
En cuanto a los presuntos responsables
de los secuestros extorsivos, la
delincuencia común tuvo la mayor
participación durante el primer
trimestre de 2007 con 35 plagios, es
decir el 63% del total. Le siguieron las
Farc con 16 secuestros, el 29%, y el
ELN y las disidencias con uno cada
uno, el 2%. En tres casos no se conoció
el autor.
Secuestros extorsivos según responsables: Cambio porcentual y promedio diario
Secuestros
Promedio diario
secuestrados
Autor
2006
2007
2006 a 2007
Delincuencia común
20
35
75%
0,22
Farc
29
2007
16
-45%
0,32
0,18
Sin establecer
5
3
-40%
0,06
ELN
1
-95%
0,23
0,01
6
1
-83%
0,07
-100%
0,02
0,00
56
-33%
0,92
21
Disidencias
AUC
2
Total
83
2007
0,39
0,03
0,01
0,62
Fuente: Fondelibertad
Secuestros extorsivos por departamento: Cambio porcentual y promedio diario
Secuestros
Autor
2006
Cambio
porcentual
2007
2006 a 2007
Promedio diario
secuestrados
2007
Antioquia
10
5
-50%
0,11
Arauca 1
1
0%
0,01
0,01
Atlántico1
-100%
0,01
0,00
5
20
300%
0,06
Bolívar 11
1
-91%
0,12
0,01
Boyacá 1
1
0%
0,01
0,01
Caquetá6
3
-50%
0,07
0,03
Bogota D.C.
Casanare
Cauca 7
2
1
Cesar 2
-86%
0,00
0,08
0,01
-100%
0,02
0,00
800%
0,01
0,10
2007
0,06
0,22
0,02
Choco 1
9
Cundinamarca
3
-100%
0,03
0,00
Guaviare
1
-100%
0,01
0,00
Huila
1
0,01
0,01
1
La guajira
De acuerdo con lo reportado por
Fondelibertad, de las 56 víctimas
secuestradas en el trimestre de 2007,
el 50% fueron rescatadas, el 21%
liberadas, el 23% continúan en
cautiverio, 2% se fugaron, 2% fueron
liberadas por presión y 2% murieron
en cautiverio.
Cambio
porcentual
1
Magdalena
1
Meta
1
2
Nariño 9
Norte Santander
0%
2
0,00
0,01
-100%
0,01
0,00
0,02
0,01
-100%
0,10
0,00
1
-50%
0,02
-50%
0,01
Putumayo
1
-100%
0,01
0,00
Risaralda
3
-100%
0,03
0,00
Santander
2
-100%
0,02
0,00
0,01
0,00
Sucre 1
-100%
Tolima 3
2
-33%
0,03
0,02
Valle
9
7
-22%
0,10
0,08
Total
83
56
-33%
0,92
0,62
2
Se decidió analizar solamente los extorsivos en la
medida en que son los que están más asociados
al conflicto.
Fuente: Fondelibertad
31
Secuestros extorsivos
Enero a marzo de 2007
Mapa 2
Número de secuestros
1-2
3-4
Más de 5
Fuente: Sistema de Información de la Fundación Seguridad y Democracia
32
EVOLUCIÓN RECIENTE DEL CONFLICTO ARMADO
Respecto de la distribución geográfica,
Bogotá fue la ciudad más afectada
durante el trimestre de 2007 con 20
secuestros, lo que equivale al 36% del
total del país. Frente al trimestre de
2006, cuando se registraron cinco
plagios, se presentó un aumento del
300%. De los hechos de 2007, la
delincuencia común fue responsable de
18 y en dos casos no se conoció el autor.
En cuanto a los departamentos, Chocó
fue el que más secuestros registró con
nueve casos, es decir 800% más que el
hecho reportado en el trimestre de
2006. Los plagios de 2007 se
registraron en el corregimiento de
Nauritá ubicado a dos horas de Quibdo,
donde guerrilleros del frente 34 de las
Farc secuestraron a nueve geólogos que
estaban en la zona realizando labores
de exploración3. En el departamento
del Valle del Cauca se registraron siete
secuestros extorsivos, es decir 22%
menos que los 9 ocurridos en el
trimestre de 2006. Las Farc fueron
responsables de un plagio y la
delincuencia común de seis. Estos
hechos se registraron en los municipios
de Palmira y Buenaventura. Antioquia
con cinco secuestros tuvo una
participación del 9% en el conjunto
nacional. De estos las Farc fueron
responsables de cuatro y en un caso no
se conoció el autor. Los plagios se
registraron en Medellín y Rionegro con
dos cada uno y Uramita con uno. En
los demás departamentos los secuestros
fueron menos recurrentes.
3. COMBATES POR INICIATIVA DE LA FUERZA PÚBLICA
L
os combates por iniciativa de
la Fuerza Pública aumentaron 5% al pasar de 545 en
el primer trimestre de 2006
a 570 en el mismo lapso de 2007. Este
aumento se explica, en parte, porque
durante el último trimestre se
registraron 73 contactos armados
contra bandas emergentes, mientras
que en el de 2006 no se presentó
alguno. En contraposición los
combates contra las Farc se redujeron
10% pasando de 443 en el trimestre de
2006 a 398 en el de 2007, los del ELN
bajaron 2% al pasar de 57 a 56 y los de
las autodefensas disminuyeron 75%,
pues entre enero y marzo de 2007 se
reportaron únicamente cinco, mientras
que en los mismos meses de 2006
fueron 20. El promedio diario de
combates asimismo aumentó de 6.06 a
6.33 en el conjunto de los combates,
disminuyó de 4.92 a 4.42 en los
contactos contra las Farc, de 0.63 a 0.62
en los del ELN y de 0.22 a 0.06 en los
de las autodefensas.
Combates por iniciativa de la Fuerza Pública en los trimestres de enero a
marzo de 2006 y 2007: promedios diarios, bajas e índice de letalidad
Promedio diario
Combates
Combates
Bajas por
Combate
Bajas
Grupo Armado
2006
Fuerzas Militares vs FARC
443
Fuerzas Militares vs
Bandas emergentes
2007
398
Cambio %
-10%
73
2006
2007
2006
2007
2006
4,92
4,42
533
492
1,20
0,00
0,81
108
2007
1,24
1,48
Fuerzas Militares vs ELN
57
56
-2%
0,63
0,62
87
76
1,53
1,36
Fuerzas Militares vs
Autodefensas
20
5
-75%
0,22
0,06
52
7
2,60
1,40
Otras Combinaciones*
25
38
52%
0,28
0,42
27
58
1,08
1,53
Total
545
570
5%
6,06
6,33
699
741
1,28
1,30
Fuente: Sistema de Información de la Fundación Seguridad y Democracia
* Incluye los combates entre la Fuerza Pública y alianzas guerrillas y las no identificadas
3
Ver: Geólogos secuestrados en el Chocó siguen en poder de las Farc. En: El Tiempo, 15 de marzo de 2007.
33
La letalidad como consecuencia de los
combates aumentó levemente al pasar
de 1.28 bajas por combate en el
trimestre de 2006 a 1.3 en el de 2007,
situación explicable por el incremento
las bajas de las bandas emergentes y
las de otras combinaciones.
Durante el primer trimestre de 2007 los
combates se concentraron en los
departamentos de Antioquia con el
28%, Meta con el 24%, Casanare con
el 14%, Tolima y Cauca con el 8% y
Cesar con el 6%. Al tener en cuenta la
persistencia de los combates y los
ataques de los grupos irregulares contra
la Fuerza Pública, se observa que,
durante este trimestre, los combates
continuaron siendo reactivos. La mayor
persistencia fue en Vistahermosa,
departamento del Meta, con 10
semanas seguidas de las 11 en las que
se registraron combates y de las 13 del
total del trimestre. Le siguió Puerto
Rico, también, en el departamento del
Meta, con nueve semanas continuas de
combates, y La Uribe, Campamento y
La Montaña con cuatro semanas cada
uno. En los demás la persistencia no
fue significativa.
Combates por iniciativa de la Fuerza Pública por departamento en los trimestres de enero a marzo
de 2006 y 2007: promedios diarios, bajas e índice de letalidad
Promedio diario
Combates
Combates
Bajas por
Combate
Bajas
Grupo Armado
2006
2007
Cambio %
2006
2007
2006
2007
2006
Antioquia
149
98
-34%
1,66
1,09
226
122
1,52
Arauca
21
22
5%
0,23
0,24
10
27
0,48
1,23
Atlántico
3
1
-67%
0,03
0,01
5
3
1,67
3,00
Bolívar
18
25
39%
0,20
0,28
20
28
1,11
1,12
Boyacá
10
9
-10%
0,11
0,10
12
9
1,20
1,00
Caldas
13
13
0%
0,14
0,14
19
18
1,46
1,38
Caquetá
33
23
-30%
0,37
0,26
32
25
0,97
1,09
Casanare
15
51
240%
0,17
0,57
23
69
1,53
1,35
Cauca
20
28
40%
0,22
0,31
23
28
1,15
1,00
Cesar
14
22
57%
0,16
0,24
20
28
1,43
1,27
Choco
18
8
-56%
0,20
0,09
12
8
0,67
1,00
Córdoba
9
13
44%
0,10
0,14
14
22
1,56
1,69
1,24
Cundinamarca
2
-100%
0,02
0,00
1
Guajira
15
10
-33%
0,17
0,11
35
15
2,33
1,50
Guaviare
4
9
125%
0,04
0,10
5
10
1,25
1,11
Huila
13
17
31%
0,14
0,19
13
31
1,00
1,82
Magdalena
14
6
-57%
0,16
0,07
21
6
1,50
1,00
Meta
44
86
95%
0,49
0,96
67
131
1,52
1,52
Nariño
24
16
-33%
0,27
0,18
26
12
1,08
0,75
Norte Santander
15
18
20%
0,17
0,20
9
23
0,60
1,28
Putumayo
24
25
4%
0,27
0,28
13
32
0,54
1,28
0,50
Quindío
3
6
100%
0,03
0,07
4
12
1,33
2,00
Risaralda
5
2
-60%
0,06
0,02
7
4
1,40
2,00
Santander
7
12
71%
0,08
0,13
15
14
2,14
1,17
Sucre
11
4
-64%
0,12
0,04
12
5
1,09
1,25
Tolima
21
27
29%
0,23
0,30
21
29
1,00
1,07
Valle
18
13
-28%
0,20
0,14
29
13
1,61
1,00
Vaupés
1
1
0%
0,01
0,01
2
1
2,00
1,00
Vichada
1
5
400%
0,01
0,06
3
16
3,00
3,20
545
570
5%
6,06
6,33
699
741
1,28
1,30
Total
Fuente: Sistema de Información de la Fundación Seguridad y Democracia
34
2007
EVOLUCIÓN RECIENTE DEL CONFLICTO ARMADO
Combates por iniciativa
de la Fuerza Pública
Enero a marzo de 2007
Mapa 3
Número de combates
1-5
6 - 10
Más de 11
Fuente: Sistema de Información de la Fundación Seguridad y Democracia
35
En Antioquia se registró una
disminución del 34% al pasar de 149
combates en el trimestre de 2006 a 98
en el de 2007. No obstante, tuvo una
importante participación en el conjunto
nacional con el 28%. El índice de
letalidad disminuyó pasando de 1.52
bajas por combate a 1.24. De igual
manera, los combates con las Farc
descendieron, mientras que se
registraron nueve contra Bandas
Emergentes. Nenchí y Campamento
fueron los municipios con el mayor
número de combates con ocho y seis
respectivamente. Llaman la atención
los combates contra Bandas Emergentes registrados en los municipios
Urrao, Turbo, Bello, Betulia, Caldas,
Guarne, Marinilla, Rionegro y
Yolombo.
En el departamento del Meta los
combates aumentaron 95% al comparar
los dos trimestres. En contraste el
índice de letalidad se mantuvo igual,
es decir, en 1.52 bajas por combate. El
ascenso en el departamento se explica
porque los combates en contra de las
Farc pasaron de 40 entre enero y marzo
de 2006 a 76 en los mismos meses de
2007, lo que representa el 88% del total
del departamento. Vistahermosa fue el
municipio con el mayor número de
combates con 29, seguido por Puerto
Rico con 26, La Uribe con siete, La
Macarena con cinco y Puerto
Concordia con cuatro cada uno. Es
importante señalar que durante este
trimestre se registraron siete combates
contra Bandas Emergentes en los
municipios de Vistahermosa, Puerto
Concordia, San Juan de Arama,
Barranca de Upia, El Castillo, Lejanías
y Villavicencio.
Los combates en Casanare aumentaron
240% comparando los primeros
trimestres de 2006 y 2007. El índice de
letalidad disminuyó al pasar de 1.53 a
1.35 bajas por combate. Pesaron en este
departamento los 23 combates que
mantuvo la Fuerza Publica contra
bandas emergentes en los municipios de
Aguazul con seis, Tauramena con
cuatro, Monterrey con tres, Maní, Pore
y Villanueva con dos cada uno, y
Sabanalarga, San Luís de Palenque y
Yopal con uno cada uno. Estos combates
dejaron como consecuencia 32 bajas de
miembros de estas agrupaciones.
En el departamento del Tolima se
registraron 27 combates entre enero y
marzo de 2007, es decir 29% más que
los 21 ocurridos en estos mismos meses
de 2006. La letalidad aumentó
levemente de 1 a 1.07 bajas por
combate. En este aumento influyeron
los combates contra las Farc, los cuales
pasaron de 16 a 20 en el trimestre de
2007. El municipio con el mayor
número de combates en el departamento
fue Chaparral con cinco, seguido por
Planadas con cuatro y Ataco y Venadillo
con 3 cada uno. Asimismo se presentaron dos combates contra Bandas
Emergentes en San Luís y Alvarado.
En Cauca se registró un ascenso del
40% al pasar de 20 combates en el
trimestre de 2006 a 28 en el de 2007.
La letalidad disminuyó pasando de
1.15 a 1 baja por combate. Estos
combates ocurrieron en los municipios
de Caldono, Caloto y Santander de
Quilichao con cuatro cada uno,
seguidos por El Tambo con tres y Patía,
Piamonte y Toribio con dos cada uno.
En el Cesar los combates aumentaron
57% pasando de 14 entre enero y marzo
de 2006 a 22 en los mismos meses de
2007. En contraste el índice de
letalidad disminuyó de 1.43 a 1.27
bajas por combate, lo que quiere decir
que durante el último trimestre fueron
menos contundentes. Estos combates
se registraron en los municipios de
Agustín Codazzi con cinco, Curumaní
y La Gloria con tres cada uno y La
Jagua de Ibérico con dos. En el resto
fueron menos recurrentes.
4. ATAQUES DE LOS GRUPOS IRREGULARES CONTRA
LA FUERZA PÚBLICA
L
os ataques de los grupos
irregulares contra la Fuerza
Pública disminuyeron 20%
al pasar de 140 en el
trimestre de enero a marzo de 2006 a
112 en el mismo lapso durante el 2007.
Las Farc, aunque con una menor
participación que en el trimestre de
36
2006, en el de 2007 continuaron
jalonando el conjunto de estos ataques
con 63 hechos, es decir el 56% del
total. Esto demuestra que esta guerrilla,
no obstante que cada vez ha sido más
combatida, mantiene una importante
capacidad operacional para atacar a la
Fuerza Pública. Llama la atención el
aumento de los ataques en los que no
se conoció el responsable. Estos
pasaron de 31 en el trimestre de 2006
a 42 en el 2007. El promedio diario
del conjunto de los ataques descendió
pasando de 1.56 en el primer trimestre
de 2006 a 1.24 en el mismo trimestre
de 2007.
EVOLUCIÓN RECIENTE DEL CONFLICTO ARMADO
Ataques de los grupos irregulares contra la Fuerza Pública en los trimestres
de enero y marzo de 2006 y 2007: participación porcentual por años y promedios diarios
Ataques
GRUPO
ARMADO
Participación %
Promedio diario
2006
2007
Cambio %
2006
2007
2006
2007
Farc
105
63
-40%
75%
56%
1,17
0,70
Desconocido
31
42
35%
22%
38%
0,34
0,47
ELN
2
4
100%
1%
4%
0,02
0,04
EPL
2
0%
2%
0,00
0,02
Farc y ELN
0%
1%
0,00
0,01
ERG
1
-100%
1%
0%
0,01
0,00
Autodefensas
1
-100%
1%
0%
0,01
0,00
-20%
100%
100%
1,56
1,24
Total
1
140
112
Fuente: Sistema de Información de la Fundación Seguridad y Democracia
Las bajas registradas en la Fuerza
Pública como consecuencia de estos
ataques aumentaron 8% al comparar
los dos trimestres. Entre enero y marzo
de 2006 se registraron 80 bajas
mientras que en los mismos meses de
2007 se presentaron 86. Asimismo, el
índice de letalidad ascendió al pasar de
0.61 bajas por ataque en el trimestre
de 2006 a 1.28 en el de 2007. El peso
de este comportamiento lo tuvo el
aumento del 40% en las bajas de
miembros de las Fuerzas Militares,
pasando de 45 en el trimestre de 2006
a 63 en el de 2007.
En cuanto a la modalidad de los
ataques, los eventos en los que se
registraron víctimas militares por minas
antipersonal se incrementaron en un
67% al pasar de 15 en el primer
trimestre de 2006 a 25 en el de 2007.
Dentro de estos hechos se destacan los
registrados en las zonas rurales de los
municipios de Buga, en el departamento del Valle, y Campamento, en
Antioquia, en los que cinco y tres
soldados murieron respectivamente4.
Igualmente, aumentaron los homicidios
de miembros de la Fuerza Pública fuera
de combate. Estos pasaron de 12 a 13,
es decir ascendieron en un 8%. Por su
Bajas e índice de letalidad de los ataques de los grupos irregulares en los
trimestres de enero a marzo de 2006 y 2007
Bajas
Bajas por ataque
TIPO DE
AFECTADO
2006
2007
Cambio %
2006
2007
Fuerzas Militares
45
63
40%
0,69
0,97
Policía Nacional
35
23
-34%
0,52
2,13
Total
80
86
8%
0,61
1,28
Fuente: Sistema de Información de la Fundación Seguridad y Democracia
parte, los ataques contra las instalaciones la de las Fuerzas Militares
descendieron en un 80%, los hostigamientos en un 32%, las emboscadas
en un 28% y los ataques a las
instalaciones de la Policía en un 20%.
En el trimestre de 2007 no se registraron ataques a población.
Ataques según modalidades de hechos, cambio porcentual y participación
porcentual en los trimestres de enero a marzo de 2006 y 2007
TIPO DE EVENTO
2006
2007
Cambio
%
Hostigamiento
Combatiente muerto por
mina antipersonal (hechos)
Emboscada
Muertos Fuerzas Armadas
Ataque a instalación
Policía Nacional
Ataques a instalación
Fuerzas Militares
Ataque a población
Total
69
47
-32%
49%
42%
15
25
12
25
18
13
67%
-28%
8%
11%
18%
9%
22%
16%
12%
10
8
-20%
7%
7%
5
4
140
1
-80%
-100%
-20%
4%
3%
100%
1%
0%
100%
112
Participación %
2006
2007
Fuente: Sistema de Información de la Fundación Seguridad y Democracia
4
Ver: Cinco militares murieron al estallar minas instaladas por las Farc, en el Valle. En: El Tiempo, 22 de febrero de 2007; y: Tres militares murieron y dos más resultaron
heridos al caer en campo minado de las Farc. En: El Tiempo, 27 de febrero de 2007.
37
Respecto a la distribución geográfica,
Valle del Cauca fue el departamento
más afectado por las ataques a la
Fuerza Pública durante el tercer
trimestre de 2007. Este departamento
concentró el 22% de los ataques de
todo el país. Allí, los ataques pasaron
de 11 en el trimestre de 2006 a 25 en el
de 2007, es decir aumentaron 127%.
Buenaventura fue el municipio más
crítico con 12 ataques en el trimestre
de 2007. En esta ciudad pesaron los
hostigamientos en especial a unidades
móviles y puestos fijos de la Policía. A
Buenaventura le siguió Cali con cuatro
ataques, Buga y Tulúa con dos cada
uno, y Cartago, Florida, Palmira, San
Pedro y Yumbo con uno cada uno.
Otro departamento muy afectado por
este tipo de hechos fue Nariño. Aunque
los ataques se redujeron en un 48% al
pasar de 27 hechos en el primer
trimestre de 2006 a 14 en el de 2007,
estos últimos tuvieron una participación del 13% en el total de los
ataques registrados en el país. La Tola
fue el municipio con el mayor número
de acciones con tres, seguido por
Barbacoas, Ipiales y Ricaurte con dos
cada uno, y Cumbal, El Charco,
Policarpa, Roberto Payán y Samaniego
con uno cada uno.
El departamento del Cauca por su parte
registró un ascenso del 63% al
comparar los dos trimestres. Los
ataques pasaron de ocho entre enero y
marzo de 2006 a 13 en el mismo lapso
de 2007, teniendo una participación del
38
Cambios en los ataques a bases fijas y unidades móviles discriminando
a las Fuerzas Militares y la Policía Nacional en los trimestres
enero a marzo de 2006 y 2007
Bases Fijas
Unidades Móviles
TIPO DE
AFECTADO
2006 2007
Cambio %
2006
2007 Cambio %
Fuerzas Militares
8
3
-63%
53
49
-8%
Policía Nacional
25
17
-32%
34
28
-18%
Otros
5
0
-1
3
2
-33%
Total
38
20
-47%
90
79
-12%
Fuente: Sistema de Información de la Fundación Seguridad y Democracia
12% en el total de los ataques en el país
durante el último trimestre. Estos
ataques ocurrieron en Caldono con
cinco hechos, Toribio con dos y
Argelia, Balboa, El Tambo, Caloto,
Toribio, Sucre, Silvia y Mercaderes con
uno cada uno.
En el Tolima los ataques aumentaron
83% al pasar de seis en el trimestre de
2006 a 11 en el de 2007. Su
participación en el total nacional fue
del 10%. Los municipios más críticos
Plandas y Chaparral con tres y dos
ataques respectivamente, seguidos por
Anzoátegui, Cajamarca, Ibagué,
Libano, Ortega y Santa Isabel con uno
cada uno.
Finalmente, llama la atención el
descenso del 27% en el departamento
del Meta. Allí los ataques pasaron de
11 en el primer trimestre de 2006 a
ocho en el mismo lapso de 2007. Estos
últimos se registraron en Mapiripan, La
Macarena, Mesetas, Puerto Concordia,
Puerto Rico, Vistahermosa y San Juan
de Arama.
“
Los ataques en los
que se desconoce
el autor pasaron
de 31 casos
registrados
durante el primer
trimestre de 2006
a 42 ataques para
el mismo período
de 2007.
“
Al discriminar los ataques contra bases
fijas y unidades móviles de la Policía
Nacional y las Fuerzas Militares, se
observa que en todos los casos los
hechos disminuyeron. Los ataques
contra bases fijas bajaron en un 47% y
los dirigidos contra unidades móviles
en un 12%.
EVOLUCIÓN RECIENTE DEL CONFLICTO ARMADO
Ataques de los grupos
irregulares contra la
Fuerza Pública
Enero a marzo de 2007
Mapa 4
Número de ataques
1-5
6 - 10
Más de 11
Fuente: Sistema de Información de la Fundación Seguridad y Democracia
39
5. SABOTAJE
L
as acciones de sabotaje, las
cuales pretenden alterar la
economía local y nacional por
medio de ataques a la
infraestructura, presentaron una
reducción del 73.2% con respecto a
lo que ocurrió en el mismo período del
año anterior. La mayoría de los eventos
de sabotaje presentan disminuciones,
a excepción de los ataques contra la
infraestructura de comunicaciones
donde se registró un nuevo hecho.
Entre las acciones de sabotaje que
presentaron una reducción significativa se destacan los ataques
contra automotores, contra la
infraestructura energética, y contra los
bienes incluidos dentro de la categoría
otros.
Entre enero y marzo de 2007 el mayor
número de ataques fueron contra
establecimientos e inmuebles, automotores y la infraestructura energética,
bienes que en el mismo trimestre
de 2006 también fueron los más
afectados.
Acciones de Sabotaje por tipo de evento Enero – Marzo 2006
Enero – Marzo 2007
TIPO DE EVENTO
Otros
Ataque contra la infraestructura vial
Ataque contra acueductos
Ataque contra automotores
Ataque contra la infraestructura petrolera
Ataques contra la infraestructura energética
Ataque contra establecimientos e inmuebles
Ataque contra la infraestructura de comunicaciones
Total general
Enero-marzo
2006
12
9
2
123
23
51
34
0
254
Enero-marzo
2007
0
0
0
15
6
15
31
1
68
Variación %
-100.0
-100.0
-100.0
-88
-74
-71
-9
100.0
-73.2
Fuente: Sistema de Información de la Fundación Seguridad y Democracia
Los ataques contra automotores
disminuyeron en un 88%, al pasar de
123 en el primer trimestre de 2006 a
15 en el mismo período de 2007. En su
mayoría estas acciones fueron dirigidas
contra vehículos de carga pesada que
transitaban por las vías de Cauca y
Caquetá. Estas acciones fueron
utilizadas por los grupos armados
ilegales para desabastecer de materia
prima y víveres a las localidades donde
se llevan a cabo importantes labores
industriales como el procesamiento de
caña de azúcar en Cauca y la industria
lechera que opera en Caquetá, así como
para bloquear las principales vías que
comunican al centro del país con el
suroccidente.
Farc, particularmente por miembros de
las columnas Jacobo Arenas y móvil
Teófilo Forero que operan en Cauca y
Caquetá, respectivamente. El principal
interés de las Farc es el de sabotear la
industria a tal punto que puedan
obligarla a pagar las extorsiones que
cobra este grupo insurgente por
permitir el transporte de materias
primas, el intercambio de productos, la
movilidad de los obreros, etc., labores
necesarias para el buen funcionamiento
de la industria en dichas regiones. El
cobro de vacunas y extorsiones al
sector comercial e industrial es uno de
los mecanismos de financiación que le
genera recursos significativos a las
Farc.
El 60% de los ataques contra
automotores fueron realizados por las
Desde el punto de vista estratégico y
militar, la presencia de las Farc en el
40
departamento del Cauca también se
relaciona con el interés de este grupo
armado de desconcentrar la presencia
de la Fuerza Pública en Caquetá en la
zona de operaciones de la segunda fase
del Plan Patriota. Caquetá es
considerado como uno de los territorios
de tradicional presencia y fortalecimiento territorial de la guerrilla de
las Farc.
De igual manera, conviene resaltar la
baja registrada en las acciones contra
la infraestructura petrolera, que
pasaron de 23 entre enero y marzo de
2006 a 6 hechos en el primer trimestre
de este año lo que equivale a una
reducción del 74%. El 67% de las
acciones fueron en contra oleoducto
que ocasionaron la suspensión del
bombeo de crudo, y el 33% restante
EVOLUCIÓN RECIENTE DEL CONFLICTO ARMADO
fueron ataques al oleoducto sin
consecuencias importantes. Las
acciones se registraron en Norte de
Santander, Arauca y Putumayo donde
se ubican los oleoductos Caño Limón
Coveñas y Trasandino, y donde se
concentra el accionar de las Farc a
través de los Frentes 33 y 48.
Los ataques contra la infraestructura
energética presentaron una baja del
71%, al pasar de 51 entre enero y
marzo de 2006, a 15 en 2007. El 87%
de las acciones fueron ataques contra
torres de energía que ocasionaron la
suspensión del servicio de luz; y el
13.3% restante fueron acciones en
contra de subestaciones eléctricas y
otros bienes como los circuítos
eléctricos. La región más afectada por
este tipo de acciones es el suroccidente
del país, principalmente la
infraestructura energética que se
extiende desde Valle hacia Cauca
donde ejerce mayor influencia el
Frente Manuel Cepeda Vargas y la
columna móvil Jacobo Arenas de las
Farc.
Estas acciones irregulares hacen parte
de la estrategia ofensiva que las Farc
vienen desarrollando en el suroccidente
del país para desconcentrar la presencia
de la Fuerza Pública en el suroriente
del país, recuperar el control de
territorios estratégicos donde operaban
las autodefensas, y consolidar su
presencia armada en las zonas de
mayor actividad del narcotráfico donde
se concentran altos niveles de cultivos
ilícitos, laboratorios de procesamiento
y rutas de comercialización de la droga
desde la costa pacífica hacia el exterior.
Acciones de sabotaje por grupo armado
AUTOR
Desconocido
Farc
ELN
ERG
Subversión
Total general
Ataque
contra
automotores
5
9
1
15
Ataque contra Ataque contra la Ataque contra la
establecimientos infraestructura de infraestructura
comunicaciones
e inmuebles
petrolera
22
8
1
0
0
31
1
0
0
0
0
1
2
3
0
0
1
6
Ataques contra
la infraestructura
energética
Total
5
10
0
0
0
15
35
30
1
1
1
68
Fuente: Sistema de Información de la Fundación Seguridad y Democracia
En cuanto a la responsabilidad de las
acciones de sabotaje, el 51.4% de los
eventos fueron desarrollados por
grupos armados sin identificar, el 44%
por las Farc, Y el 4.4% restante por el
Ejército de Liberación Nacional
(ELN), Ejercito de Revolución
Guevarista (ERG), y la subversión.
Comparando el actual trimestre con el
mismo período de 2006, los ataques de
las Farc disminuyeron en un 85%, lo
que muestra un cambio de estrategia
militar de esta organización subversiva
que no implica el cese de sus acciones
ofensivas. Esta nueva estrategia podría
estar caracterizada por el incremento
de las acciones armadas directas contra
la Fuerza Pública, así como por el
aumento en los hechos de violencia
contra la población civil.
Es importante resaltar que aunque los
grupos armados sin identificar
redujeron su participación en 33%,
siguen interviniendo de forma
significativa en este tipo de hechos
armados, principalmente en las
acciones relacionadas con los ataques
contra establecimientos e inmuebles
los cuales pueden estar relacionados
con acciones de venganza y ajustes de
cuentas contra comerciantes y
particulares que se resisten a pagar las
extorsiones.
Con respecto a la distribución
geográfica de los eventos, los
departamentos que concentraron
mayor número de ataques fueron
Cauca (15), Valle del Cauca (10),
Antioquia (7) y Arauca (4), zonas
donde las acciones de sabotaje se
redujeron en 38% en comparación con
lo registrado entre enero y marzo de
2006. Asimismo, se evidencia
que en este período se redujeron en
23% el número de departamentos
afectados por este tipo de acciones, al
pasar de 26 en el primer trimestre de
2006 a 20 en el mismo período de este
año.
41
Tipo de bien afectado por Departamento con mayor número de hechos
TIPO DE
EVENTO
TIPO DE BIEN
AFECTADO
Cauca
Valle
Antioquia
Arauca
Bolívar
Caquetá
Huila
N/
Santander
Putumayo
Santander
Vehículos
1
0
0
0
0
0
0
0
0
0
Vehículos de carga
pesada
4
0
1
1
0
2
0
0
0
0
Vehículos transporte
de pasajeros
0
1
1
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
1
0
1
0
0
2
0
0
0
1
1
0
0
1
0
0
0
5
0
3
0
1
0
3
0
0
1
0
0
0
0
0
2
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
Atentado al oleoducto
sin consecuencias
0
0
0
0
0
0
0
2
0
0
Oleoducto dinamitado
(Suspensión)
0
0
0
2
0
0
0
0
2
0
Otros
0
0
1
0
0
0
0
0
0
0
Subestación Eléctrica
1
0
0
0
0
0
0
0
0
0
Torre
9
15
2
10
1
7
0
4
0
3
0
3
0
3
1
3
0
3
0
3
Ataque contra
automotores
Ataque contra
establecimientos
e inmuebles
Edificaciones
Gubernamentales
Establecimientos
comerciales
Fincas
Otros
Ataque contra la
infraestructura de Instalaciones
comunicaciones
Ataque contra la
infraestructura
petrolera
Ataques contra la
infraestructura
energética
Total general
Fuente: Sistema de Información de la Fundación Seguridad y Democracia
Cauca
El 22% del total de acciones de
sabotaje registradas en este trimestre
se concentraron en el departamento de
Cauca, de las cuales, el 67% de los
casos fueron ataques contra la
infraestructura de energía principalmente de torres de energía ubicadas
en los municipios de Morales, Puerto
Tejada y Totoró, y el 33.3% restante,
ataques contra automotores, principalmente vehículos de carga pesada
que transitaban por las vías que
comunican a Caldono, Puerto Tejada,
Caloto y Piendamó.
incremento de la presencia de las Farc
y el ELN en la esquina del suroccidente
del país. Ambas guerrillas iniciaron un
proceso de fortalecimiento armado en
la región debido a la importancia
geoestratégica del departamento y al
interés de recuperar el control de
corredores de movilidad que eran
dominados por las autodefensas. En
comparación con el primer trimestre de
2006 las Farc incrementaron su
accionar en 63%, mientras que la
presencia del ELN es menos visible ya
que opera de forma conjunta con las
Farc en esta modalidad de confrontación.
Al comparar los registros del tercer
trimestre de este año con el mismo
período de 2006, se evidencia un
incremento del 15.4% en el total de
ataques contra la infraestructura
económica, en parte relacionado con el
Lo anterior se evidencia en el
despliegue de miembros de los Frentes
6 y 8 de las Farc hacia el nororiente
del departamento en límites con el
suroriente del Valle del Cauca con el
objetivo de reforzar la presencia de la
42
subversión en los límites de la zona
donde las Farc le solicitaron al
gobierno realizar el despeje para
negociar el intercambio humanitario.
Asimismo, se observa un deterioro en
el panorama de seguridad en la
carretera Panamericana que comunica
a los municipios de Puerto Tejada y
Caldono donde opera la columna móvil
Jacobo Arenas de las Farc.
Valle del Cauca
Este departamento concentra el 15%
del total de acciones de sabotaje que
fueron registradas entre enero y marzo
de 2007, de las cuales, el 70% fueron
ataques contra establecimientos e
inmuebles, 20% a acciones en contra
la infraestructura energética y el 10%
restante, corresponde a un ataque
contra automotores.
EVOLUCIÓN RECIENTE DEL CONFLICTO ARMADO
A diferencia de Cauca, en el Valle del
Cauca las acciones de sabotaje
presentaron una leve reducción del
10%, principalmente en los ataques
contra la infraestructura energética que
disminuyeron en 67%. Es probable que
esta baja en el total de acciones de
sabotaje sea el resultado de la nueva
estrategia adoptada por las Farc que se
centra en la ofensiva directa contra la
Fuerza Pública, principalmente, contra
las estaciones de Policía ubicadas en
los barrios periféricos de Cali, y las
tropas del Ejército que operan en el
suroriente del departamento.
No obstante, las acciones contra
establecimientos e inmuebles se
incrementaron en 75% al pasar de 4 a
7 hechos. El mayor número de acciones
fueron en contra de viviendas
particulares y establecimientos
comerciales cometidos por grupos
armados sin identificar que operan en
Cali y Buenaventura. El aumento en los
ataques contra establecimientos e
inmuebles evidencia el auge de las
organizaciones armadas delincuenciales en los principales cascos urbanos
de este departamento, la mayoría de las
cuales están ocupando los espacios que
dejaron las autodefensas después de su
desmovilización.
Dado lo anterior, es importante resaltar
que la dinámica de conflicto del Valle
del Cauca está directamente
relacionada con la disputa entre los
grupos armados al margen de la ley por
el control del narcotráfico, los
corredores de movilidad de grupos
armados y comercio de drogas, así
como con el dominio de cultivos y
laboratorios de procesamiento.
Antioquia
Antioquia concentra el 10% del total
de acciones de sabotaje registradas en
el primer trimestre de 2007. En
comparación con el mismo período del
año anterior, el nivel de acciones se
redujo en 75% al pasar de 28 a 6
ataques en contra de la infraestructura
económica. Las bajas más significativas se presentaron en las acciones
contra automotores y contra la
infraestructura energética. Los ataques
a vehículos de carga pesada y de
transporte de pasajeros que circulan por
la vía que comunica al Urabá con
Medellín se redujeron en 88% y 80%,
respectivamente. A su vez, las acciones
contra las torres de energía que se
encuentran ubicadas en la región del
oriente antioqueño disminuyeron en
90%.
En lo referente a la autoría de las
acciones de sabotaje vale la pena
resaltar que los ataques realizados por
los grupos armados sin identificar se
incrementaron en 67% con respecto al
primer trimestre de 2006, mientras que
el accionar de las Farc presentó una
reducción considerable, al pasar de 25
a un hecho armado que representa
una baja del 96% de sus acciones.
Conviene resaltar que históricamente
el nivel más alto de casos de sabotaje
realizados por las Farc en el
departamento de Antioquia ocurrió en
el año 2006.
Dado lo anterior, se podría afirmar que
las Farc están concentrando su
accionar en el suroccidente del país,
lo cual ha influido en la baja de hechos
armados en el departamento de
Antioquia, principalmente en la región
del Urabá. No obstante, esta situación
también puede obedecer a un cambio
de estrategia militar por parte de la
guerrilla en la cual pueden tener
mayor peso las acciones de violencia
contra la población civil como
secuestros y extorsiones, que las
acciones contra la infraestructura
económica.
Teniendo en cuenta
el primer trimestre
del año 2006, en el
año 2007 los
homicidios
aumentaron en un
3%, los secuestros
extorsivos se
redujeron en un
33%, los combates
por iniciativa de la
fuerza pública
tuvieron un
incremento del 5%,
los ataques de
grupos irregulares
se redujeron en un
20%, los sabotajes
tuvieron una
disminución de
73.2% y los retenes
y paros armados se
redujeron en un 84%
“
”
43
Sabotaje
Número de hechos
1-3
4-5
Cartografía: Instituto Geográfico Agustín Codazzi
44
EVOLUCIÓN RECIENTE DEL CONFLICTO ARMADO
6. RETENES Y PAROS ARMADOS
E
ntre enero y marzo de 2007
el número de retenes
descendió en 84% con
respecto a lo registrado en
el mismo período de 2006, al pasar de
51 a 8 casos, dato que mantiene la
tendencia a la baja que vienen
presentando los retenes desde el
año 2002.
Con respecto a los paros armados, estos
se redujeron en 94% al pasar de 18 a
un evento que se registró en Arauca
(Arauca) donde integrantes del ELN
decretaron un paro armado y obstaculizaron las principales vías por espacio
de doce horas en señal de protesta por
la visita que hizo el Presidente de Estados Unidos George Bush a Colombia
a mediados de marzo.
Retenes por trimestre
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
En el trimestre considerado, el grupo
armado que realizó el mayor número
de retenes fueron las Farc con 5
acciones que representan el 63% del
total. Le siguió el ELN con 2 acciones
que equivalen al 25%, y los grupos
armados sin identificar que realizaron
un reten que representa el 13%.
Como se observa en el siguiente
cuadro, las Farc reportaron una
reducción considerable al pasar de 96
a 5 acciones en este periodo, es decir,
95% menos de lo sucedido en 2006.
Los grupos armados sin identificar
disminuyeron su accionar en 92%, y
el ELN redujo sus acciones en 33% en
relación con lo registrado en el año
anterior. Adicionalmente, es importante
tener en cuenta que en el actual
trimestre los grupos de autodefensa no
instalaron retenes ilegales en el país, a
diferencia del mismo período del año
anterior, cuando realizaron una acción
armada.
Al respecto es conveniente tener en
cuenta que en el primer trimestre del
año las mayores reducciones en el
accionar de las Farc, tanto en la
instalación de retenes ilegales como de
paros armados, se registraron en los
departamentos de Antioquia, Nariño y
2007
Fuente: Sistema de Información de la Fundación Seguridad y Democracia
Retenes por Grupo armado. Trimestre enero – marzo 2002-2007
Autor
Farc
ELN
Desconocido
Autodefensas
Subversión
ERP
EPL
ERG
FARC y ELN
Total general
Enero-marzo
2002
107
32
5
8
4
2
1
0
0
159
Enero-marzo
2003
49
16
6
3
4
1
0
0
1
80
Enero-marzo
2004
Enero-marzo
2005
Enero-marzo
2006
Enero-marzo
2007
50
8
5
2
0
2
0
1
0
68
21
2
2
2
0
0
0
0
0
27
45
3
2
1
0
0
0
0
0
51
5
2
1
0
0
0
0
0
0
8
Fuente: Sistema de Información de la Fundación Seguridad y Democracia
45
Cauca. A pesar de estas reducciones las
Farc mantienen su accionar en estas
zonas lo cual está relacionado con la
nueva estrategia militar que adoptó el
grupo ilegal de en atacar de forma
directa al Ejército para garantizarse una
posición estratégica en la región.
Respecto a la distribución geográfica,
en el período de enero-marzo de 2006
en 8 municipios se registraron retenes,
cifra que al compararse con lo
registrado en 2006 evidencia una
reducción del 81% en el nivel de
municipios afectados por este tipo de
acciones con las que los grupos
armados ilegales pretenden establecer
el control sobre el tránsito de
determinados corredores viales y
fluviales.
Esta situación se viene presentando
desde el año 2003, a excepción del
incremento registrado en 2006 con
respecto al año anterior. Al comparar
el actual período con los anteriores
observamos el siguiente comportamiento: en relación con 2005 el total
de hechos se redujo en 70%, y en
comparación con 2004 el total de
retenes disminuyó en 88% al pasar de
68 a 8 casos en 2007.
con 2 acciones respectivamente,
mientras que en el primer trimestre de
2006 el mayor número de hechos se
concentró en Putumayo y Caquetá. Con
respecto a los paros armados el único
evento de este tipo que se registró entre
enero y marzo de este año lo realizó el
ELN en Arauca (Arauca). El primer
paro armado que decretaron los grupos
armados ilegales en este departamento
se presentó en marzo de 2000. A partir
de este año, tanto las Farc como el ELN
han decretado dos paros armados
respectivamente.
Dentro de los departamentos que más
registraron retenes entre enero y marzo
de 2007, se encuentran Cauca y Meta
Los hechos registrados en Cauca y
Meta están relacionados con el objetivo
de las Farc de consolidar su presencia
Retenes por Departamento 2002-2007
Autor
Cauca
Antioquia
Caquetá
Meta
Nariño
Tolima
Chocó
Arauca
Putumayo
Norte de santander
Cundinamarca
Huila
Cesar
Caldas
Bolívar
Casanare
Sucre
Boyacá
Guajira
Risaralda
Valle del Cauca
Magdalena
Santander
Vichada
Total general
Enero-marzo
2002
9
12
14
14
11
6
6
7
6
10
18
4
9
7
2
5
4
4
2
2
1
2
3
1
159
Enero-marzo
2003
10
6
6
0
9
7
6
0
2
7
2
5
2
3
4
3
1
1
1
1
2
2
0
0
80
Fuente: Sistema de Información de la Fundación Seguridad y Democracia
46
Enero-marzo
2004
Enero-marzo
2005
Enero-marzo
2006
Enero-marzo
2007
9
6
1
6
2
4
0
1
1
5
1
0
0
0
0
0
0
2
1
1
1
0
1
0
0
0
27
6
5
9
1
1
5
2
2
10
2
0
1
1
3
3
0
0
0
0
0
0
0
0
0
51
2
1
0
2
1
0
1
1
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
8
8
4
6
8
6
2
2
0
4
1
0
2
1
2
2
3
2
0
0
0
0
68
EVOLUCIÓN RECIENTE DEL CONFLICTO ARMADO
estratégica en el sur del país y controlar
importantes corredores utilizados para
la movilidad de sus ejércitos irregulares
y el tráfico de drogas que comunican al
oriente con el pacífico colombiano. Así
mismo, buscan ejercer un control social
y económico del territorio a través de la
inspección en el tránsito de personas,
víveres y bienes, lo que a su vez les
permite contrarrestar el ingreso de
tropas enemigas hacia este importante
corredor geográfico donde ejercen
dominio sobre las labores de cultivo y
procesamiento de alcaloides. Lo anterior
evidencia el interés de las Farc de
consolidar un corredor que comunique
con la costa pacifica, por medio del cual
puedan sacar la droga que cultivan en
el departamento del Meta
Con respecto a los años anteriores, cabe
resaltar que entre enero y marzo de
2005 en Antioquia, Arauca y Meta se
registraron 6, 5 y 4 acciones en cada
uno, y en el primer trimestre de 2004
el mayor número de acciones se
concentró en Cauca, Meta y Chocó.
Si se hace una distribución de los
retenes teniendo en cuenta los
departamentos que concentraron el
mayor número de acciones, se obtienen
los siguientes resultados: en el período
considerado todos los departamentos
presentaron una disminución, excepto
Meta donde se registró un leve
incremento de un caso, y Chocó donde
por primera vez se registra un caso de
reten en el municipio de Atrato. Así
mismo, en Nariño el nivel de retenes
se mantuvo en el mismo nivel. Como
se mencionó anteriormente los
departamentos que concentraron el
mayor número de acciones en el actual
período son Cauca y Meta.
Los departamentos de Cauca y Meta
presentaron el número más alto de
retenes en el período de enero a
marzo de 2007 con 2 eventos,
respectivamente. En relación con
el primer trimestre de 2006, la
instalación de retenes ilegales en
ambos departamentos presentó una
baja del 43%.
En Cauca se registró una disminución
del 67% respecto del mismo período
de 2006. Los municipios que
resultaron más afectados por este tipo
de acciones fueron Caldono y Toribío
que están ubicados en el nororiente del
departamento y que han sido utilizados
por los grupos armados irregulares
como corredor de movilidad para
comunicar el oriente en los departamentos de Huila y Tolima con Valle
del Cauca y la costa pacífica.
Todas las acciones realizadas en este
tramo fueron cometidas por el Frente
6 y la columna móvil Jacobo Arenas
de las Farc, en donde instalaron retenes
y dispusieron vehículos de transporte
de pasajeros y de carga pesada para
restringir el paso por la vía Panamericana.
Tramo 1
Con respecto a lo registrado en Meta,
en el actual período ocurrieron 2
acciones, que en comparación con el
mismo período de 2006, representa un
leve incremento del 100% al registrarse
un caso nuevo. En este período los
municipios que resultaron más
afectados por este tipo de acciones
fueron Mesetas y Puerto Gaitán, dos
puntos estratégicos que sirven como
corredor de salida de los grupos
armados desde el oriente del país hacia
la costa suroccidental atravesando los
departamentos de Tolima y Huila. Al
respecto, es importante resaltar que
desde el año 2002 se viene registrando
una tendencia a la baja en el nivel de
retenes en el departamento, siendo el
primer trimestre de 2006 el año en el
que se obtuvo la cifra más baja con un
evento.
47
Tramo 2
Las Farc fueron responsables del 50% Con respecto al primer departamento,
de acciones, particularmente los el ELN situó un retén ilegal en el sitio
miembros del Frente 39 que instalaron Rancho Pilón en la zona rural de
un reten en el sector de la Y en la vía Saravena, bloqueo que fue
que comunica a Meta con Casanare. El aprovechado por el grupo insurgente
para hurtar dos
50% restante covehículos parrresponde a un reten
ticulares. En comilegal que insta- Desde el año 2000, las farc,
paración con lo
laron grupos desel
ELN,
grupos
armados
sin
registrado en el
conocidos que opeprimer trimestre de
ran en la vereda La
identificar y las
2006 las acciones
Aguada en Mese- autodefensas han instalado
de sabotaje se
tas, donde fue inci23
retenes
ilegales
en
el
redujeron en 33%
nerado un vehículo
en el departamento
de transporte inter- deparatamento de Arauca.
de Arauca.
municipal de la empresa Sonsón. Este
municipio es de gran importancia Conviene resaltar que históricamente
estratégica para las Farc ya que sirve el departamento de Arauca ha sido una
como puente de comunicación con de las zonas del país más afectadas por
Huila y Caquetá, así como zona de esta modalidad irregular. Desde el año
asentamiento y descanso de sus tropas 2000, las Farc, el ELN, grupos armados
en la Serranía de La Macarena. El resto sin identificar y las autodefensas, han
de retenes ilegales registrados en este instalado 23 retenes ilegales, cifra que
trimestre fueron instalados en Arauca, presenta una tendencia a la baja desde
el año 2004.
Antioquia, Chocó y Nariño.
48
En Antioquia integrantes de la columna
móvil Urías Rondón de las Farc
instalaron un reten ilegal en el sector
de La Hermita en la vía que comunica
a Argelia con la vereda Granada. En
comparación con el mismo período del
año anterior, las acciones se redujeron
en 80%, al pasar de 5 a un caso. Al
respecto es importante resaltar la
mejoría en el panorama de seguridad
vial en la vía al mar que comunica a
Medellín con la región del Urabá. Sin
embargo, en esta zona sigue siendo
significativa la presencia del Frente 67
de las Farc.
En Chocó, integrantes del Frente
Manuel Hernández El Boche del ELN
instalaron un reten ilegal en la vía Yuto
– Certegui también conocido como “la
curva del secuestrado” el cual está
ubicado en el municipio de Atrato. Es
importante resaltar que este es el primer
caso de reten ilegal que se registra en
esta zona del departamento en lo que
va corrido de los primeros trimestres
de los últimos trece años. En
comparación con el mismo periodo de
2006, los retenes se redujeron a la mitad
ocasionado por el descenso de acciones
por parte de las Farc, y el accionar del
ELN se incrementó en un hecho.
Finalmente, en el departamento de
Nariño miembros de la columna móvil
Daniel Aldana de las Farc instalaron un
retén ilegal en la vía que comunica al
municipio de Barbacoas con la costa
pacífica, corredor de gran importancia
estratégica para comercializar
cargamentos de coca con el exterior del
país. En comparación con el año
anterior, las acciones permanecieron en
el mismo nivel, y en relación con los
años anteriores, los casos de retén ilegal
presentan una tendencia a la baja desde
el año 2002 cuando los Frentes 2 y 28
Farc realizaron ocho bloqueos y el
Frente Comuneros del Sur del ELN
instalaron tres.
EVOLUCIÓN RECIENTE DEL CONFLICTO ARMADO
Retenes
Número de hechos
1
2
Cartografía: Instituto Geográfico Agustín Codazzi
49
III SEGURIDAD URBANA
ENERO - MARZO 2007
Índice de la seguridad urbana*
DELITOS CONTRA LA VIDA*
Enero - Marzo 2007
RESUMEN
Mejoraron:
Itagui
Soledad
Pasto
bajó 9 puestos
bajó 8 puestos
bajó 10 puestos
Empeoraron:
Bucaramanga
Valledupar
Armenia
subió 9 puestos
subió 9 puestos
subió 10 puestos
Según el índice de delitos contra la vida, durante
el primer trimestre de 2007, Buenaventura,
Pereira y Palmira, ocuparon los tres primeros
puestos. Este comportamiento se origina en los
tres casos, en las altas tasas de homicidios. Con
relación al 2006 Buenaventura continuó
ocupando el primer lugar, mientras que Pereira
pasó del tercer al segundo puesto y Palmira del
segundo al tercer lugar.
El elevado número de homicidios en estas tres
ciudades continúa siendo producto de la fuerte
presencia de actividades relacionadas con el
narcotráfico. En unos casos, como los de
Buenaventura y Palmira, se presentan disputas
entre grupos al margen de la Ley por el control
del negocio. En otros casos, como el de Pereira
se debe ante todo a ajustes de cuentas.
Por otra parte, es importante señalar la reducción
de los delitos contra la vida en las ciudades de
Pasto, Itaguí y Soledad, donde el número de
delitos de este tipo se redujo casi a la mitad. Pasto
pasó del puesto 16 al 26, Itaguí del 12 al 21 y
Soledad del 11 al 19. Por el contrario, en Armenia,
Valledupar y Bucaramanga se presentaron
incrementos significativos. Armenia subió 10
puestos, Valledupar y Bucaramanga subieron 9
puestos cada una.
* Para las 27 ciudades más grandes de Colombia: municipios con más de 200,000 habitantes.
* Incluye homicidio. Fuentes: Bases de datos: CIC – DIJIN, Policía Nacional. Cálculos: FSD.
50
SEGURIDAD URBANA
Índice de la seguridad urbana*
DELITOS CONTRA LA LIBERTAD*
Enero - Marzo 2007
RESUMEN
Mejoraron:
Soacha
Ibagué
Pasto
Villavicencio
Empeoraron: Bello
Armenia
Palmira
bajó 18 puestos
bajó 16 puestos
bajó 19 puestos
bajó 19 puestos
subió 16 puestos
subió 13 puestos
subió 23 puestos
Según el índice de delitos contra la libertad,
durante el primer trimestre de 2007, Palmira,
Santa Marta y Neiva, ocuparon los tres primeros
puestos. El caso de Palmira llama la atención
pues pasó al primer lugar después de ocupar el
puesto 24 al cerrar el año 2006. Esto se debió
al importante incremento en el número de
secuestros durante el mes de Enero de 2007.
Así mismo, Santa Marta pasó de ocupar el sexto
puesto durante el 2006, al segundo puesto
durante lo que va corrido del 2007. Por el
contrario, Villavicencio, que al terminar el 2006
venía ocupando el primer puesto, bajó 20
puestos durante el primer trimestre del 2007.
El incremento de los secuestros en Palmira se
explica con la fuerte presencia de bandas y
grupos de paramilitares desmovilizados y no
desmovilizados, dedicados aún al secuestro y
la extorsión. En el caso de Santa Marta, el
incremento está relacionado con la presencia
de grupos paramilitares que nunca se acogieron
al proceso de paz con el gobierno.
Adicionalmente vale la pena llamar la atención
sobre el empeoramiento de la situación en Bello
y Armenia debido al aumento en las
extorsiones. Así mismo hay que señalar el buen
comportamiento presentado en Pasto, Ibagué
y Soacha, donde no se registraron ninguno de
estos delitos.
* Para las 27 ciudades más grandes de Colombia: municipios con más de 200,000 habitantes.
* Incluye secuestro y extorción Fuentes: Bases de datos: CIC – DIJIN, Policía Nacional.
Cálculos: FSD.
51
Índice de la seguridad urbana*
DELITOS CONTRA PATRIMONIO*
Enero - Marzo 2007
RESUMEN
Mejoraron:
Neiva
Sincelejo
Palmira
Empeoraron: Montería
Soledad
bajó 10 puestos
bajó 7 puestos
bajó 12 puestos
subió 7 puestos
subió 7 puestos
Según el índice de delitos contra el patrimonio,
durante el primer trimestre de 2007, Popayán,
Villavicencio y Pereira, ocuparon los tres
primeros puestos respectivamente. Popayán
pasó al primer puesto después de ocupar el
puesto 4 durante el 2006. Villavicencio y
Pereira ocuparon una posición similar pues solo
tuvieron variaciones de 1 puesto. El Primer
puesto de Popayán y el segundo puesto de
Villavicencio se deben ante todo a las elevadas
tasas de hurtos a residencias y a entidades
comerciales. El tercer puesto de Pereira se debe
ante todo a las elevadas tasas de hurtos a
establecimientos comerciales.
Otras ciudades que presentaron un deterioro en
el índice de delitos contra el patrimonio fueron
Montería y Soledad. Montería pasó del puesto
23 en el 2006 al puesto 16 en lo que va corrido
del presente año y Soledad pasó del puesto 25
en el 2006 al puesto 18 en el primer trimestre
de este año. En ambos casos el deterioro de esta
categoría se debió al incremento de hurtos a
residencias.
Es de destacar el mejoramiento de las
posiciones de Palmira que bajó 12 puestos,
Neiva que bajó 10 puestos y Sincelejo que bajó
7 puestos. En los tres casos, esta mejoría se
debió, a la importante reducción de los hurtos
a residencias y a establecimientos comerciales.
* Para las 27 ciudades más grandes de Colombia: municipios con más de 200,000 habitantes.
* Incluye hurto establecimientos comerciales, residencias y automotores. Fuentes: Bases de
datos: CIC – DIJIN, Policía Nacional. Cálculos: FSD.
52
SEGURIDAD URBANA
PANORAMA ESTADÍSTICO DE LA SITUACIÓN
DELINCUENCIAL EN LAS SEIS CIUDADES MÁS
GRANDES DE COLOMBIA*
(Primer Trimestre de 2007)
Durante el primer trimestre del 2007, de 10 modalidades delictivas analizadas, 5 aumentaron, 4 diminuyeron
y una no presentó cambio alguno. Los delitos que más disminuyeron fueron la extorsión y la piratería
terrestre con un -65% y un -25% respectivamente. Los delitos que más aumentaron fueron las lesiones
personales y el hurto a entidades financieras con un 20% y un 25% respectivamente.
Hay que destacar la sostenida mejoría que se viene presentando en Cúcuta y Medellín, no solamente por
presentar reducciones importantes en la mayoría de los delitos sino por presentar también las tasas más
bajas en la mayoría de estos.
Por el contrario continúa preocupando la situación de Cali por las elevadas tasas en la mayoría de las
modalidades delictivas. Así mismo preocupa la situación de Barranquilla por los incrementos en varios
delitos, especialmente en las distintas modalidades de hurtos.
Bogotá:
De las seis ciudades observadas, Bogotá es la que presenta la tasa de secuestros más alta. Así mismo
continúa presentando tasas elevadas en los delitos de hurto a residencias y hurto de vehículos y una tendencia
al incremento en extorsión y lesiones personales. Por el contrario, hay que destacar que Bogotá continúa
presentando una de las tasas más bajas en homicidios y hurto a entidades financieras.
Medellín:
Durante este trimestre presentó las tasas más bajas de hurto a establecimientos comerciales y hurto a
residencias, así como las reducciones más importante en lesiones personales, hurto a personas, hurto a
establecimientos comerciales y hurto a entidades financieras. Por otra parte, tuvo una alta tasa de piratería
terrestre. De los diez delitos analizados este trimestre, Medellín presentó reducciones importantes en todos
ellos.
Cali:
La situación de Cali continúa siendo preocupante. Durante este trimestre se caracterizó por tener las tasas
más altas de homicidios, lesiones personales, extorsión, piratería terrestre, hurto a personas y a vehículos.
No obstante, presentó la tasa más baja de secuestros y la mayor reducción en hurto a residencias.
Barranquilla: Durante este trimestre se caracterizó por presentar las mayores reducciones en los delitos de homicidio,
extorsión y piratería terrestre. Por el contrario presentó aumentos significativos en hurtos a personas, a
establecimientos comerciales, a entidades financieras, a residencias y de vehículos.
Cartagena:
Durante este trimestre se caracterizó por presentar las tasas más altas en hurto a personas y a establecimientos
comerciales. Así mismo, presentó los mayores aumentos en lesiones personales, en secuestro, en hurto a
vehículos y piratería. Sin embargo presentó la tasa más baja en hurto de vehículos.
Cúcuta:
Presentó las tasas más bajas de lesiones personales, hurto a personas, a establecimientos comerciales, a
residencias y de vehículos. Así mismo presentó las reducciones más importantes de hurtos a residencias y
de vehículos.
Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena y Cúcuta.
53
HOMICIDIO
Primer trimestre – 2007
Este delito continúa presentando una tendencia disímil entre las seis ciudades. La tasa más baja (18 pcmh)
representada en Bogotá, sigue siendo tres veces menor que la más alta (66 pcmh) representada en Cali.
En términos de variación, tres ciudades presentaron reducciones importantes, destacándose los casos de
Barranquilla (-20%) y Medellín (-17%). Por el contrario, tres ciudades presentaron aumentos significativos,
Cúcuta (31%), Cartagena (14%) y Cali (13%).
En perspectiva histórica, este delito ha presentado una leve tendencia hacia la disminución en Bogotá y
Medellín. Las demás ciudades no muestran una tendencia clara ni al incremento ni a la reducción. En unos
casos se mantienen dentro de un mismo promedio y en otros se presentan oscilaciones muy marcadas.
Para resaltar: La reducción del -20% en Barranquilla.
El incremento del 31% en Cúcuta.
Número de casos y tasa x 100,000 habitantes
Número de casos
Total
Tasa x
Trimestre
100,000 hab.
Enero
Febrero
Marzo
Cali
153
123
116
392
66.17
Cúcuta
29
38
30
97
53.70
Cartagena
29
21
23
73
29.08
Medellín
57
46
45
148
28.58
Barranquilla
19
20
32
71
20.89
Bogotá
85
121
118
324
18.44
Variación
Total tercer trimestre
54
2005
2006
2007
Variación
Variación
2005-2007
2006-2007
Cúcuta
81
74
97
19.75
31.08
Cartagena
51
64
73
43.14
14.06
Cali
371
344
392
5.66
13.95
Bogotá
433
321
324
-25.17
0.93
Medellín
175
179
148
-15.43
-17.32
Barranquilla
87
89
71
-18.39
-20.22
Total 6 ciudades
1198
1071
1105
-7.76
3.17
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
SEGURIDAD URBANA
HOMICIDIO – Evolución histórica reciente
55
LESIONES PERSONALES
Primer trimestre – 2007
El comportamiento de las tasas las lesiones personales en la mayoría de las ciudades es homogéneo
concentrándose en tasas altas que oscilan entre los 120 y 140 pcmh. La excepción a lo anterior se presenta
en Medellín y Cúcuta las cuales tienen tasas de 31 y 28 pcmh respectivamente.
Con respecto a la variación, el comportamiento de este delito es similar al de las tasas. Las ciudades con
tasas más altas presentan también incrementos importantes con relación al año anterior. Cartagena y
Barranquilla presentan los incrementos más importantes, superiores al 40%, mientras que Medellín y Cúcuta
presentan disminuciones de -46% y -43% respectivamente.
Desde un punto de vista histórico, este delito presenta una tendencia al incremento en Bogotá y Cartagena,
mientras que en los últimos meses tiende a reducirse en Barranquilla y Cali.
Para resaltar:
El incremento del 42% en Cartagena.
La reducción del -43% en Cúcuta.
Número de casos y tasa x 100,000 habitantes
Número de casos
Total
Tasa x
Trimestre
100,000 hab.
141.45
Enero
Febrero
Marzo
Cali
309
260
269
838
Bogotá
723
713
770
2206
125.52
Cartagena
85
132
98
315
125.49
Barranquilla
168
169
72
409
120.32
Medellín
28
35
99
162
31.28
Cúcuta
16
15
20
51
28.24
Variación
Total tercer trimestre
2005
56
2006
Variación
Variación
2005-2007
2006-2007
2007
Cartagena
127
221
315
148.03
42.53
arranquilla
278
289
409
47.12
41.52
Bogotá
1955
1710
2206
12.84
29.01
Cali
195
700
838
329.74
19.71
Cúcuta
96
90
51
-46.88
-43.33
Medellín
107
301
162
51.40
-46.18
Total 6 ciudades
2758
3311
3981
44.34
20.24
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
SEGURIDAD URBANA
LESIONES PERSONALES – Evolución histórica reciente
57
SECUESTRO
Primer trimestre – 2007
Este delito incide de manera muy diferente en cada ciudad. La tasa más alta (1.14 pcmh), se presenta en
Bogotá y es casi siete veces mayor que la más baja (0.17 pcmh) que se presenta en Cali.
En materia de variación, este trimestre fue también bastante heterogéneo. Mientras que Cali y Medellín
presentaron disminuciones significativas, -66 y -55% respectivamente, Cartagena presentó un aumento del
100%.
El comportamiento histórico es errático para la mayoría de las ciudades, a excepción de Bogotá y Cali. En
Bogotá este delito presenta una tendencia al aumento desde el año 2006, en Cali, presenta una tendencia a la
disminución desde finales de ese mismo año
Para resaltar:
La tendencia en los últimos meses al aumento en Bogotá.
La tendencia a la disminución en Cali.
Número de casos y tasa x 100,000 habitantes
Número de casos
Total
Tasa x
Trimestre
100,000 hab.
1.14
Enero
Febrero
Marzo
Bogotá
6
6
8
20
Cúcuta
2
0
0
2
1.11
Cartagena
0
1
0
1
0.40
Barranquilla
0
0
1
1
0.29
Medellín
0
0
1
1
0.19
Cali
0
1
0
1
0.17
Variación
Total tercer trimestre
2005
58
2006
Variación
Variación
2005-2007
2006-2007
2007
Cartagena
4
0
1
-75.00
100.00
Bogotá
12
18
20
66.67
11.11
Barranquilla
0
1
1
100.00
0.00
Cúcuta
0
2
2
200.00
0.00
Medellín
3
2
1
-66.67
-50.00
Cali
3
3
1
-66.67
-66.67
Total 6 ciudades
22
26
26
18.18
0.00
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
SEGURIDAD URBANA
SECUESTRO – Evolución histórica reciente
2005
2006
2007
59
EXTORSIÓN
Primer trimestre – 2007
En general, la incidencia del delito de extorsión en las seis ciudades analizadas es baja. La tasa más alta se
presenta en Cali (1.52 pcmh), mientras que la más baja se presenta en Medellín (0 pcmh). Así mismo
Bogotá presentó la mayor cantidad de delitos de este tipo durante el primer trimestre de 2007.
En términos de variación todas las ciudades presentaron reducciones significativas, se destacan los casos de
Barranquilla y Cúcuta que descendieron -94% y -81% respectivamente.
En cuanto a la tendencia histórica, este delito presenta una marcada tendencia al mejoramiento, puesto que
ha presentado un descenso significativo en la mayoría de las ciudades desde el año 2005.
Para resaltar:
La tendencia sostenida hacia la reducción desde el año 2005 en la mayoría de las
ciudades.
El elevado número de casos presentado en Bogotá:
Número de casos y tasa x 100,000 habitantes
Número de casos
Total
Tasa x
Trimestre
100,000 hab.
Enero
Febrero
Marzo
Cali
2
6
1
9
1.52
Bogotá
8
10
2
20
1.14
Cúcuta
1
1
0
2
1.11
Cartagena
1
0
1
2
0.80
Barranquilla
0
1
0
1
0.29
Medellín
0
0
0
0
0.00
Variación
Total tercer trimestre
60
2005
2006
2007
Variación
Variación
2005-2007
2006-2007
Bogotá
40
36
20
-50.00
-44.44
Medellín
18
16
6
-66.67
-62.50
Cartagena
5
6
2
-60.00
-66.67
Cali
32
28
9
-71.88
-67.86
Cúcuta
9
11
2
-77.78
-81.82
Barranquilla
33
18
1
-96.97
-94.44
Total 6 ciudades
137
115
40
-70.80
-65.22
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
SEGURIDAD URBANA
EXTORSIÓN – Evolución histórica reciente
61
HURTO A PERSONAS
Primer trimestre – 2007
Las tasas más elevadas de hurto a personas se concentran en cuatro ciudades. Estas oscilan entre 162 y 259
pcmh. La excepción a lo anterior son los casos de Medellín y Cúcuta las cuales presentan tasas más bajas, 49
y 41 pcmh respectivamente.
Con relación al mismo período del año pasado se presentan diferencias importantes de variación de una
ciudad a otra. Mientras que en algunas ciudades se presentan incrementos altos como en Barranquilla (96%),
en otras ciudades se presentan disminuciones marcadas como Medellín (-55%) y Cúcuta (-41%).
Desde una perspectiva histórica Medellín y Cúcuta muestran una clara tendencia a la reducción. Por el
contrario, Cali y Cartagena presentan una tendencia al incremento.
Para resaltar:
La elevada tasa y el incremento en Barranquilla.
La baja tasa y la reducción en Cúcuta y Medellín.
Número de casos y tasa x 100,000 habitantes
Número de casos
Total
Tasa x
Trimestre
100,000 hab.
259.34
Enero
Febrero
Marzo
Cartagena
204
266
181
651
Cali
483
558
345
1386
233.95
Barranquilla
427
278
88
793
233.29
Bogotá
1028
976
848
2852
162.28
Medellín
59
63
134
256
49.44
Cúcuta
24
22
29
75
41.52
Variación
Total tercer trimestre
Barranquilla
62
Variación
Variación
2005-2007
2006-2007
2005
2006
2007
550
2404
793
44.18
96.29
Cartagena
256
411
651
154.30
58.39
Cali
537
1224
1386
158.10
13.24
Bogotá
2729
2830
2852
4.51
0.78
Cúcuta
104
128
75
-27.88
-41.41
Medellín
620
575
256
-58.71
-55.48
Total 6 diudades
4796
5572
6013
25.38
7.91
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
SEGURIDAD URBANA
HURTO A PERSONAS – Evolución histórica reciente
63
HURTO A ESTABLECIMIENTOS
COMERCIALES
Primer trimestre – 2007
La incidencia de los hurtos a establecimientos comerciales es alta en la mayoría de las ciudades. Se destacan
los casos de Bogotá, Cartagena y Barranquilla, los cuales sobrepasan la tasa de 60 pcmh. Cúcuta y Medellín
presentan tasas bajas, entre 17 y 11 pcmh respectivamente.
El comportamiento de la variación con relación al mismo trimestre del año anterior es muy distinto en cada
caso. Así como se registran reducciones importantes, como lo es el caso de Medellín (-73%), también se
presentan incrementos muy altos, como en el caso de Barranquilla (46%).
Desde una perspectiva histórica, ciudades como Cali, Barranquilla y Cartagena que habían presentado una
clara tendencia al aumento desde 2005, han venido presentando una tendencia hacia la disminución en los
últimos 6 meses. Por otra parte Cúcuta y Medellín continúan mostrando una tendencia a la reducción.
Para resaltar:
La reducción del -73% en Medellín
La reducción del -51% en Cúcuta
Número de casos y tasa x 100,000 habitantes
Número de casos
Cartagena
Enero
Febrero
61
68
Total
Tasa x
Trimestre
100,000 hab.
166
66.13
Marzo
37
Barranquilla
113
67
44
224
65.90
Bogotá
469
344
283
1096
62.36
Cali
84
88
66
238
40.17
Cúcuta
12
11
9
32
17.72
Medellín
11
17
29
57
11.01
Variación
Variación
2005-2007
2006-2007
39.13
46.41
Variación
Total tercer trimestre
Barranquilla
64
2005
2006
2007
161
153
224
Cartagena
112
132
166
48.21
25.76
Bogotá
1495
1251
1096
-26.69
-12.39
Cali
234
276
238
1.71
-13.77
Cúcuta
46
66
32
-30.43
-51.52
Medellín
145
219
57
-60.69
-73.97
Total 6 ciudades
2193
2097
1813
-17.33
-13.54
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
SEGURIDAD URBANA
HURTO A ESTABLECIMIENTOS COMERCIALES
Evolución histórica reciente
65
HURTO A ENTIDADES FINANCIERAS
Primer trimestre – 2007
Esta modalidad delictiva se destaca por su baja incidencia en la mayoría de las ciudades. La excepción está
en Barranquilla, donde se presenta un elevado número de casos con relación a otras ciudades. En Cartagena
y Cúcuta, no se presentó ningún caso.
La variación de este delito con relación al año anterior es muy disímil de una ciudad a otra. Dos ciudades,
Cartagena y Cúcuta, no presentaron variación alguna, mientras que Barranquilla tuvo un aumento del 200%
y Medellín una disminución de -80%.
El comportamiento histórico de este delito no presenta una tendencia homogénea. Mientras que algunas
ciudades como Cúcuta y Cartagena han presentado una tendencia estable, otras como Cali y Barranquilla
han presentado tendencias al aumento.
Para resaltar:
La ausencia de casos en Cartagena y Cúcuta.
La tendencia a la reducción en Bogotá.
Número de casos y tasa x 100,000 habitantes
Total
Tasa x
Trimestre
100,000 hab.
1
9
2.65
Número de casos
Barranquilla
Enero
Febrero
5
3
Marzo
Cali
3
1
0
4
0.68
Medellín
0
0
1
1
0.19
Bogotá
1
0
0
1
0.06
Cartagena
0
0
0
0
0.00
Cúcuta
0
0
0
0
0.00
Variación
Total tercer trimestre
66
Variación
Variación
2005-2007
2006-2007
2005
2006
2007
Barranquilla
3
3
9
200.00
200.00
Cali
3
2
4
33.33
100.00
Cartagena
0
0
0
0.00
0.00
Cúcuta
0
0
0
0.00
0.00
Bogotá
4
2
1
-75.00
-50.00
Medellín
4
5
1
-75.00
-80.00
Total 6 Ciudades
14
12
15
7.14
25.00
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
SEGURIDAD URBANA
HURTO A ENTIDADES FINANCIERAS
Evolución histórica reciente
67
HURTO A RESIDENCIAS
Primer trimestre – 2007
Este delito presenta grandes diferencias en cuanto a su incidencia en cada ciudad. La tasa más alta se presenta
en Bogotá (70 pcmh). Dicha tasa es aproximadamente 6 veces mayor que la más baja presentada en Medellín
(12 pcmh).
La variación con relación al mismo período del año anterior es también bastante disímil en cada ciudad.
Cúcuta presenta la reducción más importante con un -55%, mientras que Barranquilla presenta un incremento
de 45%.
En una perspectiva histórica, tampoco se presenta una tendencia homogénea. Ciudades como Cúcuta, Cali
y Medellín muestran una tendencia hacia la reducción, mientras que Barranquilla y Cartagena proyectan
una tendencia al incremento.
Para resaltar:
La elevada tasa en Bogotá (70 pcmh)
El incremento en Barranquilla (45%)
La reducción en Cúcuta (-55%)
Número de casos y tasa x 100,000 habitantes
Número de casos
Total
Tasa x
Trimestre
100,000 hab.
Enero
Febrero
Marzo
Bogotá
512
397
337
1246
70.90
Cartagena
43
60
41
144
57.37
Cali
93
137
46
276
46.59
Barranquilla
59
65
27
151
44.42
Cúcuta
12
3
10
25
13.84
Medellín
10
21
35
66
12.75
Variación
Variación
2005-2007
2006-2007
Variación
Total tercer trimestre
68
2005
2006
2007
Barranquilla
125
104
151
20.80
45.19
Cartagena
88
115
144
63.64
25.22
Bogotá
1516
1024
1246
-17.81
21.68
Medellín
143
78
66
-53.85
-15.38
Cali
53
486
276
420.75
-43.21
Cúcuta
39
56
25
-35.90
-55.36
Total 6 ciudades
1964
1863
1908
-2.85
2.42
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
SEGURIDAD URBANA
HURTO A RESIDENCIAS - Evolución histórica reciente
69
HURTO DE VEHÍCULOS
Primer trimestre – 2007
Este delito presenta un comportamiento diferente en cada ciudad. Las tasas más altas se presentan en Cali
con 54 pcmh y en Bogotá con 41 pcmh. Las tasas más bajas se presentan en Cúcuta y Cartagena con 12 y 6
pcmh respectivamente.
Con respecto a la variación, puede decirse que es homogénea puesto que cuatro de las seis ciudades presentan
reducciones importantes con relación al año pasado. Solamente Barranquilla y Cartagena presentan
incrementos cercanos al 6%.
En términos de tendencia histórica, Bogotá, Cúcuta y Medellín, proyectan una tendencia clara hacia la
reducción desde el año 2005.
Para resaltar:
La alta incidencia de este delito en las ciudades más grandes:
Bogotá, Medellín y Cali.
Número de casos y tasa x 100,000 habitantes
Número de casos
Total
Tasa x
Trimestre
100,000 hab.
Enero
Febrero
Marzo
Cali
118
122
81
321
54.18
Bogotá
278
242
215
735
41.82
Medellín
71
69
67
207
39.97
Barranquilla
40
27
12
79
23.24
Cúcuta
6
7
9
22
12.18
Cartagena
4
7
6
17
6.77
Variación
Total tercer trimestre
70
Variación
Variación
2005-2007
2006-2007
2005
2006
2007
Barranquilla
108
74
79
-26.85
6.76
Cartagena
13
16
17
30.77
6.25
Cali
287
359
321
11.85
-10.58
Bogotá
1296
911
735
-43.29
-19.32
Medellín
459
261
207
-54.90
-20.69
Cúcuta
48
36
22
-54.17
-38.89
Total 6 ciudades
2211
1657
1381
-37.54
-16.66
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
SEGURIDAD URBANA
HURTO DE VEHÍCULOS - Evolución histórica reciente
71
PIRATERÍA TERRESTRE
Primer trimestre – 2007
La incidencia de este delito presenta comportamientos distintos en las seis ciudades analizadas. Mientras
que en unas ciudades se presenta un número elevado de casos, en otras no se presenta ningún hecho.
La variación con relación al mismo periodo del año anterior, es de también muy diferente de una ciudad a
otra. Se presentan incrementos muy altos como el de Cartagena (100%) y reducciones significativas como
las de Medellín y Barranquilla, cada una cercana al -55%.
En cuanto al comportamiento histórico, Barranquilla, Medellín y Bogotá presentan una marcada tendencia
hacia la disminución, mientras que Cali proyecta un incremento desde el año 2006. Se destaca el caso de
Cúcuta que no ha presentado casos de piratería terrestre.
Para resaltar:
El incremento en Cartagena.
La reducción en Barranquilla y Medellín.
Número de casos y tasa x 100,000 habitantes
Número de casos
Total
Tasa x
Trimestre
100,000 hab.
Enero
Febrero
Marzo
Cali
7
2
3
12
2.03
Medellín
7
1
1
9
1.74
Bogotá
11
9
4
24
1.37
Barranquilla
2
2
0
4
1.18
Cartagena
1
0
1
2
0.80
Cúcuta
0
0
0
0
0.00
Variación
Total tercer trimestre
72
Variación
Variación
2005-2007
2006-2007
2005
2006
2007
Cartagena
4
1
2
-50.00
100.00
Cali
11
10
12
9.09
20.00
Cúcuta
0
0
0
0.00
0.00
Bogotá
68
28
24
-64.71
-14.29
Medellín
27
20
9
-66.67
-55.00
Barranquilla
8
9
4
-50.00
-55.56
Total 6 ciudades
118
68
51
-56.78
-25.00
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
Número de Casos
AGENDA LEGISLATIVA
PIRATERÍA TERRESTRE - Evolución histórica reciente
73
IV. AGENDA LEGISLATIVA
E
presidente Uribe en agosto de 2002,
de derrotar a los violentos, garantizar
la seguridad de todos los ciudadanos
y emprender un sendero de crecimiento y desarrollo sostenido.
El Congreso de la República,
específicamente la bancada de
gobierno, asumió el compromiso con
los votantes y con el gobierno
nacional de acompañar las iniciativas
necesarias para ajustar las estrategias
en marcha y de esta manera cumplir
con el compromiso asumido por el
Los ajustes planteados por el
ejecutivo para poner en marcha la
segunda fase de su plan de pacificación contienen principalmente
componentes económicos, de
infraestructura, inversión social y
agrícola, y comercio internacional.
Este énfasis indica que durante los
próximos cuatros años los asuntos
relacionados con el perfeccionamiento y la modernización de las
reglas e instituciones que enmarcan
la confrontación armada, estarían
sometidas a la inercia resultante del
empuje brindado durante los años
2002 a 2006.
n agosto del año pasado, el
Congreso colombiano
inició un nuevo periodo
legislativo (2006-2010) con
la inauguración de la legislatura
2006-2007, caracterizada por contar
con mayorías pertenecientes a la
coalición de gobierno y por ser el
punto de partida del segundo periodo
presidencial del Presidente Álvaro
Uribe, etapa clave para la consolidación de su Política de Seguridad
Democrática.
LEY
LEY 857 del 26 de diciembre de 2003
LEY 898 del 21 de julio de 2004
LEY 913 del 21 de octubre de 2004
LEY 924 del 30 de diciembre de 2004
LEY 975 del 25 de julio de 2005
LEY 987 del 09 de septiembre de 2005
LEY 1033 del 18 de julio de 2006
LEY 1058 del 26 de julio de 2006
LEY 1072 del 31 de julio de 2006
LEY 1081 del 31 de julio de 2006
LEY 1089 del 31 de agosto de 2006
LEY 1092 del 13 de septiembre de 2006
LEY 1097 del 02 de noviembre de 2006
LEY 1108 del 27 de diciembre de 2006
LEY 1119 del 27 de diciembre de 2006
LEY 1121 del 29 de diciembre de 2006
74
Este panorama indica que tanto el
legislativo como el ejecutivo podrían
considerar suficientes los esfuerzos
realizados durante los cuatros años
anteriores para la definición y
aprobación de instrumentos legislativos que le permitieran al aparato
de seguridad y defensa del Estado
colombiano, dar un nuevo salto
estratégico frente a los grupos
armados ilegales y los factores
generadores de violencia, quebrando
definitivamente el crecimiento del
conflicto armado interno.
Sin embargo, una revisión detallada
de las leyes aprobadas por el
Congreso de la República durante los
últimos cuatro años relacionadas con
el sector seguridad y defensa no
permite vislumbrar tal salto estratégico, ni mucho menos apreciar una
ASUNTO
Regula el retiro de oficiales y suboficiales
Convención Interamericana contra el Terrorismo
Establece el día del héroe de la Nación
Restablece Ley 694 de 2001 por 1 año
Reincorporación de Miembros de grupos armados organizados
Modifica régimen salarial y prestacional
Carrera administrativa de empelados no uniformados
Procedimiento especial del Código Penal Militar
Prohibiciones o restricciones del empleo ciertas armas convencionales
Beneficios a las familias de los héroes de la nación y a los veteranos de la
fuerza pública
Regula la adquisición de bienes y servicios destinados a la defensa y
seguridad nacional
Normas de carrera del personal de oficiales, nivel ejecutivo, suboficiales y
agentes
Regula los gastos reservados
Convención Interamericana contra el Terrorismo
Registros y permisos vencidos para el control al porte y tenencia de las
armas de fuego
Normas para la prevención, detección, investigación y sanción de la
financiación del terrorismo
AGENDA LEGISLATIVA
agenda pendiente, dado que el gran
esfuerzo de la confrontación se
considera ya abordado.
Frente a estas apreciaciones, los
observadores pueden señalar que los
asuntos relacionados con el conflicto
son de tal importancia para la
supervivencia del Estado, que el
ejecutivo a través de sus funciones,
y con la anuencia del Congreso, se
ha encargado de esos desarrollos a
través de sus mecanismos.
Asimismo, que cualquier necesidad
legislativa al respecto ha sido
atendida por el Congreso de la
República ágilmente, como queda
demostrado con la aprobación de las
iniciativas de paz y desmovilización,
también relacionadas con la
superación del conflicto armado, así
como otras relativas al endurecimiento de la Ley, tributos de
destinación especifica y esquemas
especiales de gasto.
Sin embargo, estos esfuerzos del
ejecutivo, con la anuencia del
Congreso, no son suficientes a la hora
de dar respuestas a problemas
estructurales que no permiten avanzar
considerablemente en la lucha contra
los grupos armados ilegales y los
factores generadores de violencia.
Asuntos como la seguridad rural, la
modernización de la estructura de
seguridad y defensa o el diseño de
parámetros para el desarrollo de la
guerra, entre otros no menos
importantes, no han sido protagonistas
de la agenda legislativa.
Durante el último año la agenda
legislativa de seguridad y defensa no
distó mucho del panorama observado
anteriormente. Algunos proyectos
de vital importancia para cumplir
los objetivos de la Seguridad
Democrática debieron competir
hombro a hombro con la discusión
de tratados internacionales de
diversas materias, condecoraciones
para comitivas extranjeras y
exaltaciones de fiestas regionales o
fechas conmemorativas, entre otros.
Pero no sólo otras prioridades
temáticas hacen ver relegada a la
seguridad y la defensa en el seno del
Congreso Nacional. La propia
agenda de seguridad y defensa
discutida en el seno de las comisiones
segundas esta plagada de temas
administrativos, beneficios y normas
de carrera, entre otras
Es el caso de las leyes sectoriales
aprobadas por el Congreso, de las 16
promulgadas entre 2002 y 2006, tan
sólo seis corresponden a asuntos que
pueden tener impacto directo sobre
la dinámica de la confrontación, pero
no definitivo, como son los gastos
reservados, la adquisición de bienes
y servicios para el sector, una reforma
al Código Penal Militar, la lucha
contra la financiación del terrorismo
y la regularización del sistema de
control de armas.
Legislatura 2006 -2007
A partir de julio de 2006 la Comisión
Segunda del Senado concentró sus
esfuerzos legislativos en defensa y
seguridad nacional en el trámite de
ocho iniciativas sobre temas como
control de armas, servicio militar,
sistema de ascensos de oficiales,
lavado de activos, corte penal
internacional, defensoría militar,
incautación de bienes ilegales,
reserva y secreto profesional.
Como resultado de dicho trabajo, el
Congreso de la República convirtió
en Ley de la República la iniciativa
que reglamenta el control al porte y
tenencia de armas de fuego, una
norma que modifica puntos
importantes del régimen vigente
relativo a armas, municiones y
explosivos, actualiza los registros de
las armas de fuego y de los permisos
para su porte y tenencia, y la
reestructuración de la estructura
institucional responsable del control
de armas, municiones y explosivos.
Asimismo, fueron debatidos en
primer debate los proyectos de Ley
de rebaja en las sanciones para los
remisos del servicio militar
obligatorio y regulación del hallazgo
de bienes por miembros de la fuerza
pública.
El primero de estos que busca aliviar
el impacto socioeconómico35 de la
condición de remiso en la población
mayor de 25 años –mayoritariamente
perteneciente a los estratos uno y dosdisminuyendo la edad máxima para
la prestación del servicio, ha abierto
una inconveniente discusión sobre el
desmonte del servicio militar
obligatorio, una propuesta que va en
contravía de la realidad que enfrenta
el país.
El segundo, relacionado con la
incautación de bienes por parte de
miembros de la Fuerza Pública en
desarrollo de operaciones, es una
respuesta a la ausencia de regulación
observada tras la apropiación por
parte de más de U$ 20 millones de
una patrulla del Ejercito Nacional en
una operación contrainsurgente. Con
este proyecto se busca dejar en claro
que el Estado es el propietario de
cualquier bien que no sea reclamado
35
En respuesta a esta preocupación, la Cámara de Representantes también discutió una iniciativa semejante presentada por la Senadora Piedad Zuccardi, y complementada posteriormente
con una propuesta del Senador Gómez Gallo, denominada “Ley de resarcimiento social”.
75
por propietario alguno y su
destinación una vez haya ha sido
puesto bajo el control de éste.
La Comisión Segunda del Senado
tiene pendiente la iniciación de las
discusiones sobre otros tres proyectos
de Ley. El primero de estos, cuya
ponencia ya está lista para el debate,
se refiere a las atribuciones del
Senado de la República para aprobar
o improbar los ascensos militares que
confiera el Gobierno a oficiales de
alto rango. Esta propuesta de origen
parlamentario plantea la necesidad de
revitalizar la función legislativa de
aprobación de ascensos para oficiales
generales y de insignia en el Senado,
dado que ésta tiene una significación
clave para el sostenimiento del
carácter democrático de un sistema
de gobierno basado en el concepto
de separación de poderes.
Un segundo proyecto, de iniciativa
parlamentaria, busca la creación del
Servicio de Defensoría Técnica
Militar, una adaptación de la
defensoría pública creada por la Ley
941 de 2005, orientada a los
miembros de la Fuerza Pública, con
el fin de solucionar la falta de apoyo
jurídico a cualquiera de sus
miembros activos y en retiro, que no
tienen capacidad económica o física
para garantizarse una defensa
judicial, en cualquiera de las
jurisdicciones penales.
Finalmente, la Comisión tiene
pendiente el inicio de la discusión de
un tercer proyecto de Ley relativo a
la expedición de normas para la
reserva y el secreto profesional en
inteligencia y contrainteligencia, y la
definición de mecanismos para la
protección a los servidores públicos
que realizan estas actividades. Con
esta iniciativa el gobierno nacional
busca regular las actividades de
76
inteligencia con un marco jurídico
que garantice la protección de los
derechos de los ciudadanos, de la
información que en esta actividad se
recauda y de los agentes y de la
actividad misma de inteligencia.
Por su parte, la Comisión Segunda
de la Cámara de Representantes dio
trámite a cinco iniciativas que
incluyen la modificación del régimen
del servicio militar obligatorio y la
creación de una reserva en la Policía
Nacional.
La iniciativa que busca modificar el
régimen vigente del servicio militar
obligatorio, es el resultado de la
unificación de dos proyectos de
origen parlamentario que se
concentran en la disminución de las
implicaciones legales asociadas con
la no-prestación del servicio militar
en los estratos socioeconómicos
menos favorecidos.
Para este efecto se propone la
eliminación de la cuota de
compensación militar y de los costos
de expedición de antecedentes
judiciales para los ciudadanos que
demuestren pertenecer a los estratos
1,2 y 3 del Sisben. Así como en el
Senado, las discusiones sobre este
proyecto se han ampliado inconvenientemente hacia la consideración del desmonte del deber
constitucional de prestar el servicio
militar.
También se discutió un proyecto que
buscaba la activación de una fuerza
de reserva en la Policía Nacional, una
de las modalidades de reclutamiento
contempladas en la Ley 48 de 1993,
para responder a la necesidad de una
movilización armada adicional para
hacer frente a un reto extraordinario
contra la seguridad.
Esta iniciativa proponía la creación
de una fuerza latente en el seno de la
Policía Nacional conformada por
reservas profesionales y reservas no
profesionales, define su estructura y
da origen a una autoridad nacional,
en el marco de la Policía Nacional
para su comando.
Como resultado del análisis realizado
en la Comisión para su primer debate,
este proyecto fue archivado dada la
existencia en la actualidad de un
cuerpo de Profesionales Oficiales de
la Reserva, y por la inconveniencia
practica y económica de este, según
consideraciones de la propia Policía
Nacional.
Finalmente, el Congreso en pleno
aprobó el proyecto de Ley que
prorroga la vigencia de la ley 418 de
1997 o ley de orden público, por
medio de la cual se dictan normas
para la prevención, detección,
investigación y sanción de la
financiación del terrorismo.
Agenda pendiente
El examen del trabajo legislativo en
seguridad y defensa durante los
últimos años y específicamente
durante la presente legislatura,
permite confirmar como el Congreso
de la República en asocio con el
Gobierno Nacional, no han trabajado
a profundidad en el desarrollo de una
legislación que permita reestructurar
y modernizar las instituciones y
procedimientos necesarios para
recuperar la seguridad en todo el
territorio nacional.
Esta situación causada generalmente
por la resistencia natural al cambio
incrustada en las instituciones, se ve
intensificada por la estructura vigente
del Congreso de la República en el
INFORME ESPECIAL
que uno de los temas clave para la
supervivencia del Estado, la
seguridad y la defensa nacional,
comparte agenda en su comisión con
las relaciones internacionales, el
comercio exterior y los asuntos de
honores y monumentos públicos,
entre otros.
La variedad y cantidad de temas que
concentran las comisiones segundas,
no hace posible que el Congreso
asuma responsabilidades sobre
seguridad y defensa más allá de las
que el gobierno nacional o la Ley les
exija, viéndose afectado el análisis
integral del sector que de pie a
iniciativas legislativas que permitan
dar mayores herramientas al Estado
para garantizar la seguridad de los
ciudadanos.
En este sentido, el Congreso de la
República debe incluir en su agenda
legislativa como una necesidad
prioritaria, la creación de una nueva
comisión constitucional permanente
dedicada exclusivamente a los temas
de seguridad y defensa, en la vía de
hacer más ágiles y significativos los
esfuerzos del gobierno y el Congreso
por constituir un aparato de seguridad
que garantice la neutralización de los
factores generadores de violencia y
el sostenimiento de la paz.
Un desarrollo legislativo en este
sentido le ofrecería mayor legitimidad al Estado en el tratamiento de
estos temas, ya que el acompañamiento y vigilancia de los
diferentes partidos políticos sobre la
agenda de seguridad y defensa, sería
una validación de la voluntad
democrática y transparente de este.
Adicionalmente, y aunque legislativo
y gobierno nacional juzguen
inconveniente la creación de una
nueva Comisión especializada en
seguridad y defensa nacional, el
Congreso de la República debe
considerar la inclusión en su agenda
de varios temas que requieren de una
discusión urgente con miras a
garantizar la sostenibilidad del
-
Ley de Defensa Nacional
Ley Orgánica de las Fuerzas
Militares
Reforma a la Policía Nacional
para mejorar la seguridad rural
Ley de inteligencia
Ley de movilización nacional
Reglas de enfrentamiento
Reinserción del combatiente
estatal
esfuerzo político y económico que
requiere la ofensiva estatal para la
recuperación de la seguridad y el
orden en todo el territorio nacional.
Estos temas son:
La Fundación Seguridad y
Democracia y la agenda
legislativa
En cumplimiento de su misión de
contribuir a enriquecer y a hacer más
eficaces las políticas públicas de
seguridad y de profundización de la
democracia, la Fundación Seguridad
y Democracia inició, con la instalación del periodo legislativo 20062010, un acompañamiento a las
actividades parlamentarias en temas
de seguridad y defensa.
En el marco de este trabajo, la
Fundación Seguridad y Democracia
presentó a consideración del Congreso
de la República dos iniciativas
legislativas con el fin de enriquecer la
agenda legislativa, que como
anteriormente se aprecia, requería de
propuestas que pusieran en la bitácora
parlamentaria asuntos que dieran
respuestas a falencias apreciables en
la estructura general del Estado para
hacerle frente a las amenazas contra
la seguridad de la nación.
Al respecto la Fundación presentó a
los congresistas y a la opinión pública
un proyecto de Ley de Inteligencia,
que propone la creación de un
sistema de inteligencia liderado por
el Presidente de la República que
coordine y administre la política del
Estado en este campo, y que a través
de la creación de un manual de reglas
operacionales, logre mejorar los
sistemas de control a la información
reservada y de pie al diseño de un
sistema punitivo fuerte que castigue
la violación de las normas que
constituyen dicho sistema.
Esta propuesta fue presentada al
Congreso como resultado de una
cadena de incidentes en la que se
vieron involucrados los organismos
de inteligencia, en los que se
evidenciaron duplicidad de funciones, falta de coordinación,
fraccionamientos de la información
e infiltraciones, generando dudas
sobre la idoneidad de los servicios de
inteligencia.
La segunda propuesta corresponde a
una reforma de la estructura de la
Policía Nacional con el fin de cubrir
las necesidades de seguridad rural
que enfrenta el país, tomando como
punto de referencia la existencia de
dos servicios operativos, rural y
urbano, y dos especializados de
investigación e inteligencia, en lo que
significaría una estrategia para la
consolidación de las zonas recuperadas por el Estado y la recuperación de la legitimidad,
dos necesidades urgentes para el
éxito de la Política de Seguridad
Democrática.
77
Fundación Seguridad y Democracia
No. 16
ALFREDO RANGEL SUAREZ
Director
CARLOS MARTINEZ BELLO
Director Administrativo
PABLO CASAS DUPUY
Coordinador Área de Seguridad Urbana
MARTHA LILIANA NUÑEZ
Investigadora Área de Seguridad Urbana
GUSTAVO DUNCAN
Investigador Área de Conflicto
EVELYN CALDERÓN GARAY
Investigadora Área de Conflicto
CAROLINA ROJAS ÁLVAREZ
Investigadora Área de Conflicto
RAFAEL IBARRA
Investigador Área de Conflicto
CESAR ANDRES RESTREPO
Investigador Área Legislativa
LINA MARIA JARAMILLO
Investigadora Área Internacional
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