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EL SURGIMIENTO DE LA MODERNIDAD
Jorge Enrique Senior Marơnez*
RESUMEN
En este ar culo el autor hace una sinopsis del surgimiento de la sociedad moderna a par r de una serie de siete cambios que se producen en Europa y luego se
ex enden por el resto del mundo en un periodo de 400 años que van aproximadamente desde 1430 a 1830. Esos siete procesos fueron: la exploración y expansión
geográfica, el Renacimiento, la reforma protestante, la revolución cien fica, las
revoluciones polí cas de Inglaterra y Francia, la Ilustración y la Revolución Industrial. Finalmente se sinte zan las tres oleadas de cambios paralelos, sociojurídicos
y tecnológicos, acontecidos en los úl mos 200 años que dan lugar a la denominada
sociedad post-industrial o sociedad de la información y el conocimiento en la cual
nos encontramos.
Palabras clave: Modernidad, Renacimiento, Revolución, Ilustración, Capitalismo,
Industria, Movimientos sociales, Tecnología.
Recibido: Junio 22 de 2012
*
Aprobado: Agosto 1 de 2012
Filósofo, Director de InvesƟgaciones de la Universidad Libre
Seccional Barranquilla. [email protected]
Revista ACADEMIA LIBRE, Universidad Libre - Barranquilla, Año 9, No. 10, 2012, 45-50
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Jorge Enrique Senior Mar nez
INTRODUCCIÓN
A par r de la década de 1430 el mundo medieval europeo empieza a desmoronarse y
darle paso a una sociedad notoriamente
diferente de lo que hasta entonces había
conocido el mundo. Comercio y urbanización fueron factores desencadenantes de
profundos cambios en la primera mitad
del milenio favorecidos por acontecimientos históricos acaecidos en Asia, como fue
el auge del Imperio Mongol (siglo XIII), y
la interacción euro-asiá ca fomentada
por las cruzadas cris anas que sacaron a
Europa Occidental de su enclaustramiento y la pusieron en contacto con el Medio
y el Lejano Oriente. El crecimiento de las
ciudades (burgos), el comercio y las artesanías significó el inicio del ascenso de
una nueva clase social revolucionaria: la
burguesía. A par r de entonces, siete procesos socio-históricos a lo largo de cuatro
siglos cambiaron radicalmente el mundo.
La historia posterior es bastante conocida,
los portugueses dieron la vuelta a África
pero los españoles con Colón se lanzaron
hacia el oeste y se encontraron con un inmenso con nente cargado de riquezas y
de fauna y flora que la Biblia ni siquiera
mencionaba. Europa entera se estremeció. Nunca volvería a ser la misma. El encuentro de dos mundos aniquiló las sociedades anteriores tanto en Europa como
en América, aunque fueron los pueblos de
esta úl ma los que pagaron el mayor precio en sufrimiento humano y exterminio
de vidas y culturas. En los siguientes tres
siglos la expansión europea encabezada
por la cruz y la espada se hizo a sangre y
fuego en América, África, Asia y Oceanía
en una de las gestas más violentas de la
historia.
En Portugal se inició este viraje histórico
bajo la égida del príncipe Enrique “el Navegante”, quien definió una clara polí ca
de exploración geográfica hacia el sur de
África y concentró todo el conocimiento
náu co –revolucionado por la vela la na y
las carabelas– en Sagres al sur del territorio lusitano, cons tuyéndose en un verdadero centro de inves gación, preludio de
las formas organiza vas del saber que la
modernidad engendraría1.
Irradiado desde Italia, el Renacimiento
significó no solo un boom ar s co, sino
ante todo la reivindicación de la Grecia y
la Roma clásicas y el auge del humanismo
que socavó el teocentrismo medieval2. De
todos modos el universo religioso estaba
conmocionado internamente como resultado de la corrupción de la ins tución del
papado y su patente terrenalidad geopolí ca. Es así como se despliegan los movimientos reformistas protestantes que
contribuirían a la valoración del trabajo y
a generar el concepto de autonomía e individualidad propio del hombre moderno
cons tuido como ciudadano. Europa se
dividió en un norte anglosajón reformista
(protestante) con epicentro en el océano
1.
2.
CUATRO SIGLOS, SIETE PROCESOS
BOORSTIN, Daniel. Los descubridores. Barcelona: Grijalbo-Mondadori, 1986.
VON MARTIN, Alfred. Sociología del Renacimiento. Bogotá: Fondo de Cultura Económica, 1993.
Revista ACADEMIA LIBRE, Universidad Libre - Barranquilla, Año 9, No. 10, 2012, 45-50
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Atlán co y un sur la no contrarreformista
(católico) de raíz mediterránea.
Extraordinarios desarrollos en las técnicas, artes y oficios se daban por esta época: la imprenta, la navegación, el reloj y
otros ar lugios mecánicos, las lentes, la
pólvora, etc.3. Son estas innovaciones técnicas las que inflamarían la imaginación
visionaria de un Da Vinci, las que darían
origen a la ingeniería y que deslumbrarían
a un Francis Bacon a comienzos del siglo
XVII para configurarlo como el primer filósofo de la tecnología. La imprenta, por
ejemplo, significó el inicio de la agonía
para el la n y las lenguas provincianas y,
en cambio, marcó el auge de las lenguas
nacionales, favoreciendo a la larga la democra zación del conocimiento, aunque
al principio fortaleció el dogma smo autoritario.
El siglo XVI significó también un salto en
los conocimientos anatómicos y astronómicos4, hasta entonces frenados por
el dogma religioso y la Inquisición. Desde 1543 hasta 1687 tendría lugar lo que
hoy se conoce como la Revolución Cienơfica5, ese periodo que va de Copérnico
a Newton, y que echa por erra la visión
ptolemaica y aristotélica, sacando al planeta Tierra del centro del universo y unificando por fin los cielos y la erra en una
3.
4.
5.
PAPP, Desiderio. Historia de las ciencias. Santiago de Chile: Editorial Andrés Bello, 1996.
PÉREZ BALLESTAR, Jorge. Compendio de historia
de las ciencias. Salamanca: Editorial Universidad
de Salamanca, 1984.
REI, Darío. La revolución científica. Barcelona:
Icaria, 1978.
sola sica. Vessalio, Brahe, Bruno, Kepler,
Galileo, Leibniz, Huygens, Gilbert, Harvey,
Boyle, Descartes, Hooke, serían figuras
conspicuas de ese proceso a finales del siglo XVI y a lo largo del XVII6.
En 1688 en Inglaterra y un siglo después
en Francia, en 1789, se producirían hondas transformaciones polí cas de donde
habría de surgir la democracia liberal moderna basada en la soberanía popular y el
concepto de ciudadano7, consolidándose
la separación de la iglesia y el estado, así
como la independencia de los tres poderes. A pesar de que la Revolución Francesa degeneró en lo que se conoce como
el periodo del Terror (escenificado por
la guillo na) fue también el movimiento
sociopolí co que enarboló la bandera de
los Derechos Humanos, un concepto netamente moderno, como lo es también
la igualdad de derechos como principio
jurídico-polí co.
Las transformaciones morales de la sociedad europea (sobre todo la anglosajona
protestante) se expresan en una nueva
é ca8, racionalista, no teológica, con pretensión universalista, cuya máxima expresión fue la propuesta kan ana. Pero el
movimiento polí co-cultural que resumió
la ola de cambios que hemos venido narrando fue la Ilustración, el enciclopedis-
6.
7.
8.
AA.VV. Historia general de la ciencia. Bogotá:
Editado por la Universidad del Valle y el ICFES,
1990.
HOBSBAWN, Eric. Las revoluciones burguesas.
Madrid: Editorial Guadarrama, 1974.
WEBER, Max. La ética protestante y el espíritu
del capitalismo. México: Coyoacán, 1999.
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mo francés, que tuvo repercusiones en
toda Europa y que creó el proyecto de la
Modernidad como idea cumbre de la racionalidad y como mentalidad9. Por eso el
siglo XVIII es conocido como el Siglo de las
Luces. La luz es la metáfora de la Razón y
caracteriza a la modernidad mientras la
oscuridad es asignada al Medioevo por los
modernos. En la economía de mercado la
razón se encarna en el individuo autónomo: es el nacimiento del capitalismo y la
sociedad individualista liberal y mercanl10.
Sin embargo, faltaba todavía la Revolución
Tecnológico-Industrial cuyo epicentro fue
la independización de la civilización respecto a la energía natural. La máquina de
vapor perfeccionada por Wa s a finales
del siglo XVIII de la mano con la reorganización de la producción bajo una división
del trabajo novedosa y analí ca, significó
un salto gigantesco en la manufactura y el
transporte11. En este contexto nace la clase obrera y sus luchas por derechos sociales y económicos12. Para muchos la razón
deja de expresarse en la concurrencia del
mercado y se encarna en el estado.
HACIA LA SOCIEDAD POST-INDUSTRIAL
Los úl mos dos siglos del milenio, demasiado intensos en procesos de cambio para
KANT, Inmanuel. ¿Qué es la Ilustración? Madrid:
Alianza Editorial, 2007.
10. CERRONI, Umberto. Introducción al pensamiento político. México: Ediciones Siglo XXI, 1972.
11. MIJAILOV, M.I. La revolución industrial. Bogotá:
El Pensador, 2000.
12. MARX, Karl. El capital. Tomos I a III. México: Fondo de Cultura Económica, 1975.
Jorge Enrique Senior Mar nez
detallarlos en este breve escrito, pueden
describirse esquemá camente en tres sucesivas oleadas tanto en la evolución jurídica como tecnológica de la sociedad. A
finales del siglo XVIII y comienzos del XIX
avanzan los derechos polí cos y la tecnología del vapor13. En el siglo XIX y en los inicios del XX son los derechos económicos y
sociales y el uso masivo de la electricidad
y el petróleo los principales factores de
cambio que generan la sociedad de consumo y los experimentos socialistas14. En la
segunda parte del siglo XX se disparan los
movimientos sociales que promueven los
derechos de “tercera generación” [igualdad de género, defensa del medioambiente, derechos de los jóvenes y de las minorías (étnicas, sexuales, etc.)] y asimismo
se despliegan nuevas tecnologías como la
energía nuclear, la informá ca, los viajes
espaciales y las telecomunicaciones, la robó ca e inteligencia ar ficial, la ingeniería
gené ca y biotecnología, la intervención
en los procesos reproduc vos y vitales, la
ecología, las tecnologías limpias, las nanotecnologías (sobre todo en electrónica y
bioquímica)15.
Todas estas transformaciones tecnológicas y sociales han revolucionado tanto la
economía como la vida co diana, situándonos hoy a las puertas de la denominada
sociedad post-industrial que otros prefie-
9.
13. ELENA, Alberto et al. Después de Newton: ciencia y sociedad durante la primera revolución industrial. Bogotá: Anthropos-Uniandes, 1998.
14. BERMAN, Marshall. Todo lo sólido se desvanece
en el aire. Bogotá: Ediciones Siglo XXI, 1991.
15. BASALLA, George. La evolución de la tecnología.
Barcelona: Crítica, 2011.
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ren llamar la sociedad del conocimiento y
la información (algunos filósofos usan el
término poco afortunado de postmodernidad bastante cri cado y polémico pues
la modernidad sigue vigente).
CONCLUSIÓN
Durante estos siglos, la técnica y la ciencia
han ido estableciendo cada vez más lazos
entre sí, múl ples interrelaciones, dos
cursos que fueron paralelos siglos atrás
ahora se trenzan en un tejido complejo.
La tecnología es el producto de este matrimonio y se ha cons tuido como el factor determinante de nuestra época, en lo
económico, en lo cultural, en lo geopolíco, en lo ambiental. Su avasalladora dinámica le impone un ritmo cada vez más
acelerado y su poder es capaz de sellar el
des no de la humanidad, cons tuyéndose en un desa o para la supervivencia de
la especie y para el mejoramiento de la
calidad de vida de las mayorías.
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CERRONI, Umberto. Introducción al pensamiento políƟco. México: Ediciones Siglo
XXI, 1972.
ELENA, Alberto et al. Después de Newton:
ciencia y sociedad durante la primera revolución industrial. Bogotá: AnthroposUniandes, 1998.
HOBSBAWN, Eric. Las revoluciones burguesas. Madrid: Editorial Guadarrama,
1974.
KANT, Inmanuel. ¿Qué es la Ilustración?
Madrid: Alianza Editorial, 2007.
MARX, Karl. El capital. Tomos I a III. México: Fondo de Cultura Económica, 1975.
MIJAILOV, M. I. La revolución industrial.
Bogotá: El Pensador, 2000.
PAPP, Desiderio. Historia de las ciencias.
San ago de Chile: Editorial Andrés Bello,
1996.
BIBLIOGRAFÍA
AA.VV. Historia general de la ciencia. Bogotá: Editado por la Universidad del Valle
y el ICFES, 1990.
BASALLA, George. La evolución de la tecnología. Barcelona: Crí ca, 2011.
BERMAN, Marshall. Todo lo sólido se desvanece en el aire. Bogotá: Ediciones Siglo
XXI, 1991.
BOORSTIN, Daniel. Los descubridores. Barcelona: Grijalbo-Mondadori, 1986.
PÉREZ BALLESTAR, Jorge. Compendio de
historia de las ciencias. Salamanca: Editorial Universidad de Salamanca, 1984.
REI, Darío. La revolución cienơfica. Barcelona: Icaria, 1978.
VON MARTIN, Alfred. Sociología del Renacimiento. Bogotá: Fondo de Cultura Económica, 1993.
WEBER, Max. La éƟca protestante y el espíritu del capitalismo. México: Coyoacán,
1999.
Revista ACADEMIA LIBRE, Universidad Libre - Barranquilla, Año 9, No. 10, 2012, 45-50
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BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
MASON, Stephen. Historia de las ciencias.
Tomos I a V. Madrid: Alianza, 1986.
SÁNCHEZ RON, J. M. et al. Historia de la
ciencia. Madrid: Espasa, 2003.
Revista ACADEMIA LIBRE, Universidad Libre - Barranquilla, Año 9, No. 10, 2012, 45-50
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