los estragos de la subcontratación

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LOS ESTRAGOS DE LA SUBCONTRATACIÓN (LA ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO COMO FACTOR DE RIESGO LABORAL)
UGT Madrid
Avda. de América, 25, 8ª planta • 28002 Madrid
Tel.: 91 589 09 09
LOS ESTRAGOS DE
LA SUBCONTRATACIÓN
(LA ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO COMO FACTOR DE RIESGO LABORAL)
LOS ESTRAGOS DE LA
SUBCONTRATACIÓN
(La organización del trabajo como factor de riesgo laboral)
Juan José Castillo
Catedrático de Sociología
Universidad Complutense de Madrid
[email protected]
Informe realizado para la Secretaría de Salud Laboral de la Unión
General de Trabajadores de Madrid.
Contrato de Investigación UCM-UGT n. 256/03
Realiza:
Secretaría de Salud Laboral y Medio Ambiente de UGT-Madrid
Edita:
Secretaría de Comunicación e Imagen de UGT-Madrid
Imprime: Gráficas de Diego
Depósito Legal: M-XXXXX-2004
ÍNDICE
1. PRESENTACIÓN............................................................................................1
1.1. L OS DATOS BRUTOS DE LA SINIESTRALIDAD:‘ DOCE PUÑALADAS ’...............3
1.2. T RABAJO DECENTE , SOCIEDAD DECENTE : ATACAR LAS CAUSAS............ 19
2. UNA LLAMARADA. .................................................................................... 23
2.1. L A ORGANIZACIÓN PRODUCTIVA Y DEL TRABAJO EN PRIMER PLANO........ 24
2.2. P RIMERA CAUSA : LA SUBCONTRATACIÓN................................................. 26
2.3. P ENSAR PARA ACTUAR. ........................................................................... 30
3. VERANO TRÁGICO, TAMBIÉN EN LA CONSTRUCCIÓN................. 35
3.1. L AS OBRAS DEL AVE: OTRO VERANO TRÁGICO EN 2002....................... 37
[Cuadro 3.1.: “Las 22 víctimas mortales en accidentes laborales en
este verano (en Cataluña)”]...................................................................... 40
[Encarte 3.2.: “Hemorragia incesante”, editorial de El País, 30 agosto
2002] ............................................................................................................ 41
4. UNA PRERROGATIVA EMPRESARIAL: LA ORGANIZACIÓN DE LA
PRODUCCIÓN................................................................................................... 43
5. LA GLOBALIZACIÓN: EL MANTO DEL REY DESNUDO.................. 51
5.1. L A GLOBALIZACIÓN DE LOS DESPIDOS...................................................... 56
5.2. LA DEGRADACIÓN DEL TRABAJO EN LOS EMPLEOS DE LA ‘SOCIEDAD DE LA
INFORMACIÓN’................................................................................................... 59
5.3. OLEADA DE REGULACIONES DE EMPLEO , SUBCONTRATACIÓN MUNDIAL.66
La ampliación de la Unión Europea, sin agenda social....................... 72
Reorganización en Suecia en la telefonía móvil, despidos en España,
empleos precarios allende los mares. .................................................... 76
El sector de la moda: ‘empresas internet’, subcontratación mundial.80
6. ¿NUEVAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO (NFOT),
O, NUEVAS FORMAS DE INTENSIFICACIÓN DEL TRABAJO (NFIT)?.
.............................................................................................................................. 85
6.1. L OS MISMOS NOMBRES, DISTINTAS REALIDADES..................................... 85
[Encarte 6.1.: “La revolución comienza en Ólvega. La estrategia de
las multinacionales”, El Pais, 9 de julio de 2001].................................. 89
6.2. ‘PRODUCCIÓN LIGERA ’ Y JUSTO A TIEMPO : UNA CADENA INTENSIFICADA Y
DESCUALIFICADA DE TRABAJO DISPERSO EN EL TERRITORIO. ......................... 92
6.3. LA EMPRESA LEAR CORPORATION EN CERVERA (LÉRIDA ): TOMA EL
DINERO Y CORRE ............................................................................................... 97
7. ¿QUÉ HACER?. EL GOBIERNO NO RESPONDE..............................101
8. LO QUE LA SUBCONTRACIÓN ESCONDE: RIESGOS LABORALES
DE UNA POBLACIÓN INVISIBLE… EN LAS ESTADÍSTICAS DE
SINIESTRALIDAD...........................................................................................109
8.1. L OS TRABAJOS QUE NO QUIEREN LOS ESPAÑOLES ...............................109
8.2. INVISIBLES Y OCULTOS............................................................................113
9. CONCLUSIÓN.............................................................................................117
10. PARA SEGUIR LEYENDO… PARA ACTUAR...................................127
11. ANEXOS....................................................................................................135
11.1. DE AQUELLOS POLVOS VIENEN ESTOS LODOS: EL TRABAJO EN ESPAÑA
VEINTE AÑOS DESPUÉS DEL ESTATUTO ..........................................................135
11.2. ¿QUIÉN LES HABLA?:...........................................................................162
RECOMENDACIONES DE UGT-MADRID .................................................167
PUBLICACIONES REALIZADAS DESDE LA SECRETARÍA DE SALUD
LABORAL Y MEDIO AMBIENTE. UGT – MADRID..................................174
DIRECCIONES DE INTERÉS .......................................................................179
Los estragos de la subcontratación
Presentación.
UGT-Madrid viene denunciando como causa prioritaria de siniestralidad
laboral, la precariedad laboral que estamos sufriendo los trabajadores.
Precariedad producida por la externalización de la actividad productiva,
manifestándose a través de la subcontratación en cascada de actividades
propias de las empresas.
Subcontratación que afecta a todos los sectores y que distorsiona las
formas tradicionales de organización del trabajo, y, como consecuencia,
nuestra forma tradicional de plantear la acción sindical, ya que lo que se
pretende es desregular e individualizar los derechos de los trabajadores.
Por este motivo UGT-Madrid a través de las actuaciones de estudio que
desarrollamos dentro de Plan Director vimos la necesidad de realizar esta
publicación. La experiencia demostrada en la investigación de la
externalización productiva y más concretamente de la subcontratación,
así como las numerosas y brillantes publicaciones e investigaciones y el
profundo conocimiento de la materia, han hecho que este trabajo sea
desarrollado por Juan José Castillo, al que agradecemos el esfuerzo de
divulgar, que de manera coloquial y sencilla que ha supuesto el fenómeno
de “las nuevas formas de organización del trabajo”, como hecho probado
no solo de incrementos de siniestralidad sino también de endurecimiento
de las condiciones de trabajo y de desequilibrio de las relaciones
laborales.
Los estragos de la subcontratación
Agradecer el trabajo aquí plasmado a Juan José Castillo y su equipo de
colaboradores, ya que el objetivo perseguido se ha cumplido, elaborar
una herramienta, en base a su amplia experiencia, para delegados,
cuadros sindicales y trabajadores que de manera sencilla nos traslade
como nos han ido invadiendo las nuevas formas de organización del
trabajo y lo que realmente se pretende con ellas.
Marisa Rufino San José.
Secretaria de Salud Laboral y Medio Ambiente
UGT-Madrid
Los estragos de la subcontratación
Dedicatoria.
Fina Alonso fue una niña obrera de fábrica allá por los años veinte del
pasado siglo.
Más tarde fue una joven intrépida que vio de cerca los
riesgos permanentes de las calderas de vapor en las fábricas de
conservas de pescado.
En los años treinta fue la bellísima muchacha encargada de entregar un
ramo de flores, en nombre de las obreras de Salvarrey, al Presidente de
la República Española de visita en Laredo.
Se dejó la salud durante muchos años en las fábricas, y en los muchos
pequeños trabajos con que sacó adelante al orgullo de su vida, sus hijos.
Nosotros, Francisco, Juan José y Santiago. Los mismos a los que, no sé
bien si con ironía o convencida de tener como misión en esta tierra la
transmisión de la vida, decía a veces que “nos había dado el ser”. Nos
dio mucho más: la convicción de que nuestro deber era y es estar siempre
con los de abajo. Y nos dio la nada, para seguirle en su decir, con su
muerte súbita este bochornoso septiembre cántabro de 2003, a los
noventa años cumplidos, y resistiendo hasta el final, con su voluntad de
hierro, porque quizá tenía la esperanza de sus convicciones católicas, de
que podría contemplar un mundo más decente, más cariñoso, más
solidario. El que vivirán sus nietos, a los que adoraba.
Dedico este libro, como un homenaje a su memoria y su ejemplo, a todas
las trabajadoras y trabajadores que luchan diariamente por construir
mundos del trabajo en los que puedan fundarse unas sociedades más
justas, más humanas, más solidarias, donde su vida y la de todos, sea un
Los estragos de la subcontratación
futuro de esperanza. Y muy especialmente a los sindicalistas que, contra
vientos y mareas, siguen creyendo que vale la pena dedicar su vida a
defender y construir un mundo en el que el trabajo, el amor y la vida
gobiernen nuestros destinos.
Otoño de 2003
Los estragos de la subcontratación
1. PRESENTACIÓN.
“El trabajo decente es sinónimo de trabajo productivo, en el cual se protegen los
derechos, lo cual engendra ingresos adecuados con una protección social apropiada.
Significa también un trabajo suficiente, en el sentido de que todos deberían tener pleno
acceso a las oportunidades de obtención de ingresos. Marca una pauta para el desarrollo
económico y social con arreglo a la cual pueden cuajar la realidad del empleo, los
ingresos y la protección social sin menoscabo de las normas sociales y de los derechos de
los trabajadores”
Organización Internacional del Trabajo, Trabajo decente. Memoria del Director General,
1999
“Las políticas de trabajo decente dependen decisivamente de que se implante una política
macroeconómica acertada que fomente el empleo y reduzca la pobreza”.
Philippe Egger, OIT, 2001
“En muchos países la política laboral ha quedado subsumida en políticas económicas más
generales que, con demasiada frecuencia, han venido a estar dominadas por intereses
comerciales y financieros. Quienes defienden estos intereses han conseguido propagar la
idea de que las políticas que favorecen sus intereses son beneficiosas para todos”.
Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, 2001
Los análisis más tradicionales sobre las causas de los accidentes
de trabajo, sobre las condiciones de trabajo de los trabajadores, suelen
prestar poca atención a la propia forma de gestionar la fuerza de trabajo,
tanto en los centros de trabajo, como en la sociedad, olvidando algo que
conoce muy bien la investigación más establecida en la comunidad
científica internacional: que la producción de bienes y servicios, en
nuestras sociedades no está determinada ni impuesta por condicionantes
tecnológicos, e incluso puede discutirse, ni siquiera por las llamadas
“exigencias del mercado”.
Los argumentos más establecidos demuestran, antes al contrario,
que toda organización de la producción permite un margen de maniobra,
1
Los estragos de la subcontratación
en la forma en que se combinan tecnologías, mercados y gestión de la
fuerza de trabajo. Uno de cuyos pilares fundamentales, como es obvio,
es la organización del trabajo, lo que no es más que una parte de la
propia organización empresarial.
Estos argumentos los hemos venido estudiando y mostrando en
distintas publicaciones e investigaciones sociológicas. Lo que nos ahorra
ahora una reiteración de su contenido que el lector interesado puede
rastrear en el capítulo 10, “Para seguir leyendo… y actuar”.
En la misma línea de trabajo con la que llevamos a cabo (también
por encargo de UGT, de su Gabinete Confederal), el estudio sobre
“Metodología para la detección de necesidades de formación en las
grandes empresas”, este libro pretende, dirigiéndose especialmente a los
responsables de salud laboral en las empresas o en las instituciones, pero
también a un público más general, especialmente jóvenes que se
incorporan por primera vez al trabajo, poner a su disposición una
herramienta para interpretar la realidad, que se fundamenta en los últimos
resultados de la investigación sociológica (Veáse el Anexo 2, ¿Quién les
habla?).
El objetivo fundamental de este texto es, de manera accesible y
clara, que sea utilizable como un primer paso que pretende remontar lo
que en la jerga de la prevención se llama “árbol de causas”, orientando en
la reflexión sobre lo que podíamos llamar, irónicamente, causas
primeras, es decir aquellas que están en el origen, que marcan y
determinan la capacidad de actuación en el campo de la salud laboral.
2
Los estragos de la subcontratación
Ello, pretendemos, redundará en una mayor y mejor capacidad de
los trabajadores a la hora de negociar la organización de la producción, la
organización de las empresas. Y, por otro lado, también, creemos que
puede, por el lado empresarial, abrir y ampliar la capacidad de
negociación y el margen de maniobra, muchas veces cerrado por la no
consideración de las ‘buenas prácticas’, buenas para todos, que han
permitido excelentes ejemplos de organización del trabajo, en la línea que
la Unión Europea ha defendido en diversos proyectos, quizá el último el
libro verde para una organización del trabajo europea.
1.1. Los datos brutos de la siniestralidad: ‘doce puñaladas’.
Que la situación de nuestro país en la prevención de riesgos no es
buena lo recordaba el Presidente del Consejo Económico y Social en
Ávila (Diario de Ávila, 27.7.02). Jaime Montalvo afirmó que “somos el
segundo país de la UE que más accidentes tiene”. Entre las posibles
causas señaló la eventualidad de los contratos y ‘jornadas claramente
abusivas que imponen algunas empresas a sus contratados’.
Los estudios más solventes han permitido establecer algunas
hipótesis
acerca
de
las
causas
de
la
siniestralidad
laboral.
Suficientemente fundadas para establecer líneas de actuación negociadas
y consensuadas.
Desde luego, una de ellas el realizar estudios más
profundos. Pero, entretanto, lo primero es actuar.
3
Los estragos de la subcontratación
El Informe Durán 1 es un buen ejemplo de esta actitud, al llevar a
cabo un análisis pormenorizado de los datos estadísticos y proponer un
conjunto de medidas concretas.
El índice de incidencia de los accidentes es buen reflejo de la
concentración de accidentes en unas categorías de edad, que no son,
más que otra manera de leer la situación que ocuparán en los procesos
de producción: una tasa de incidencia en 1999 de 133,5, por cada mil
ocupados, para los jóvenes entre 16 y 19 años frente a una tasa de 55,4
por mil para los mayores de 55 años. En la Comunidad de Madrid, para
esos jóvenes entre 16 y 19 años, en el año 2000 el índice de incidencia
era de 212,2 accidentes por cada mil asalariados. Frente a un 41,1 por
mil para los trabajadores con edades comprendidas entre los 54 y los 59
años.
Y si se compara a los jóvenes menores de 25 años, incluso con los
‘herederos’ de la contrarreforma laboral del 84, los trabajadores entre 25 y
44 años, el índice de incidencia es más del doble: 132 en los jóvenes,
frente a 60,3 en los jóvenes-mayores de veinticinco años2.
El primer rasgo del trabajador o trabajadora accidentable, y
accidentado, es su juventud. Y con ella su baja capacidad de negociación
1
Federico Durán: Informe sobre riesgos laborales y su prevención. La seguridad y la salud en el
trabajo en España, presentación de José María Aznar, Madrid, Presidencia del Gobierno, 2001,
320 p.
2
Consejo Económico y Social: La situación de los accidentes con baja en la Comunidad de
Madrid en 2001 y avance de 2002. Especial referencia a su desagregación territorial, Madrid,
CES, 2003, p. 46.
4
Los estragos de la subcontratación
de posiciones de mercado más favorables para la consecución de
'buenos' puestos de trabajo: los contratos de duración determinada,
concentran tasas de precariedad de hasta el 86,4 % para los jóvenes de
16 a 19 años, y del 69,6% para los de 20 a 24 años en 1998.
La proporción de los accidentes ocurridos a personas con contrato
temporal no ha dejado de crecer desde 1993, y todos los análisis
manifiestan que el crecimiento general de la siniestralidad laboral, que se
ha producido desde 1994, se ha concentrado en los trabajadores
temporales, cuya tasa media triplica la que sufren los trabajadores con
contrato indefinido. En la CAM, “por tipo de contrato en [el año] 2000, la
incidencia de los accidentes laborales en Madrid fue cuatro veces más
alta entre los trabajadores temporales que entre los que tienen contrato
indefinido”3.
O dicho de manera más clara: en un porcentaje de trabajadores
temporales del 19,7%, según la Encuesta de Población Activa de 2001,
en Madrid, se ‘concentran’ el 47,6 de los accidentes de trabajo. Es decir
2,4 veces más de los que les ‘corresponderían’ si los daños a la salud se
distribuyeran de manera uniforme4.
Según un informe presentado el 6 de noviembre de 2003 por José
Ricardo Martínez, Secretario General de UGT-Madrid, y Cándido Méndez,
3
Consejo Económico y Social de Madrid: La situación de la Seguridad y la Salud en el Trabajo
en la Comunidad de Madrid. Especial referencia a los jóvenes menores de 30 años, Madrid, CES,
2002, p. 114.
4
Consejo Económico y Social: La situación de los accidentes con baja en la Comunidad de
Madrid en 2001 y avance de 2002. Especial referencia a su desagregación territorial, Madrid,
CES, 2003, p. 63.
5
Los estragos de la subcontratación
en los últimos ocho años los accidentes con baja en Madrid región
aumentaron un 68,3% frente al 51% de la media nacional, lo que no
refleja sino continuo aumento, desde 1995 a 2002.
El perfil del
accidentado es “un empleado joven, con antigüedad en la empresa menor
de un año, con contrato temporal”5.
--oOo--
Sabemos que la alta tasa de accidentabilidad en la sociedad
española, está relacionada con un fenómeno en expansión en todo el
mundo: se trata de la descentralización de la producción, de la
proliferación de la fragmentación empresarial, de la subcontratación. Las
relaciones entre una empresa 'cabeza'
y una empresa 'mano',
subordinada a aquella, pueden hacer que se transfieran las malas
condiciones de trabajo y empleo hacia esas empresas 'mano', con poca
capacidad de negociación de mercado en la cadena productiva. Lo que
lleva a una concentración de los accidentes y de las malas condiciones de
trabajo y empleo, y con ellas de los riesgos laborales, en un polo de esta
nueva "división del trabajo entre empresas".
El Director General de Trabajo del Gobierno Navarro ilustró su
comparecencia ante la Comisión Durán con ejemplos extraídos de su
práctica diaria, poniendo de manifiesto los problemas de coordinación en
la organización en los centros de trabajo en los que participan distintas
5
“Cada tres días muere una persona en accidente laboral, según UGT”, El País.Madrid, 7 de
noviembre de 2003. El País del domingo 9 de noviembre de 2003, incluye, por fin en sus páginas
de “Economía” -se le quita ‘y trabajo’ los domingos (¡)-, a cinco columnas “El otro coste de los
accidentes. Además de 1.104 muertos, la siniestralidad supuso 10.900 millones, el 1,57% del PIB,
en 2002”.
6
Los estragos de la subcontratación
empresas. En sus palabras, cada vez más accidentes se deben "a una
maquinaria de una empresa que arrolla a un trabajador de otra empresa
[en el mismo centro de trabajo]; un trabajador que arranca una máquina
que acaba de apagar otro trabajador de otra empresa y provoca el
accidente".
La producción 'justo a tiempo', continuó, "aloca la
producción", introduce un "estrés terrorífico", despliega, hasta límites
difícilmente imaginables desde un despacho, la intensificación del
trabajo.
En el Informe se recogía esta constatación, de manera un tanto
retorcida, pero clara.
Al analizar la subcontratación se reconocía “la
necesidad de estudiar esos entramados [las redes de empresas, la
subcontratación en cascada] desde el punto de vista de las relaciones de
cooperación o subordinación entre empresas, y de los efectos para la
organización del trabajo en cada una de esas unidades, que, a su
vez, determinarán las condiciones laborales imperantes, y su
relación con un mayor o menor riesgo de accidentes”6.
6
Informe Durán, p. 211. Conviene decir aquí que, como miembro de la Comisión que preparó
dicho informe, y a la vista de cómo se reflejaron mis propuestas, publiqué una breve nota en la
revista Sociología del Trabajo, n. 44, 2001, pp. 145-155, “Accidentes de trabajo: la construcción
social de la normalidad”, donde el lector interesado puede encontrar una interpretación mucho más
clara que en el Informe. Por cierto, conviene también decir para los lectores del informe, que, tal y
como finalmente se publicó, con muchos meses de retraso, se juntaron dos productos pensados
como distintos: el primero, el Informe propiamente dicho, que ocupa sólo las páginas 15 a 100,
pensado para su difusión masiva. Y, después, el Estudio, como se llamó y llama, donde se daba
una versión más amplia y se incluía la documentación de base, los análisis estadísticos, etc. Por
supuesto que esta ‘mezcla’ no es inocente: parece que el objetivo de quien encargó el proyecto era
enterrarlo en alguna estantería. Más aún: en la p. 67 del Informe se recogía casi textualmente la
cita anterior como una propuesta de la Comisión, olvidada como tantas otras, tanto por el
Gobierno, como por el firmante de la Presentación, su Presidente.
7
Los estragos de la subcontratación
Sabemos que las ocupaciones de los trabajadores accidentados
son las peor colocadas en la división del trabajo dentro de las empresas o
de los sistemas productivos. Son las que concentran las tres cuartas
partes de los accidentes leves.
Estos puestos están ocupados por
trabajadores débiles en el marcado de trabajo y moldeados en sus
expectativas por él, y fuertes en los puestos de trabajo, enormemente
exigentes en cuanto a la carga de trabajo, a la intensificación del trabajo.
Sabemos que los sectores de la construcción y el metal, 'explican'
una gran mayoría de los accidentes en los últimos diez años. Puestos de
trabajo duros y difíciles. Pero, también, sectores que concentran las más
altas tasas de trabajo sin contrato fijo como la construcción, con puestos
de trabajo descualificados, alta rotación e intensificación del trabajo. Todo
ello potenciado por una creciente subcontratación en cascada que se ha
convertido en causa ‘normal’ de accidentes.
Pero conviene llamar la atención hacia el hecho de que, junto con
esas ramas productivas, otras, que no suelen mencionarse al hablar de
accidentes, 'explican' una buena parte de los mismos: comercio al por
mayor y menor, hostelería, transporte y hasta Administración Pública.
Datos que no apoyan los estereotipos de las buenas condiciones de
trabajo en el llamado 'sector servicios'.
Así, la representante del Gobierno Balear nos recordó en su
comparecencia ante la ‘Comisión Durán’, que en 1998 la Comunidad
Autónoma con mayor tasa de accidentalidad fueron las Islas Baleares,
con una tasa de 102 accidentes por cada mil trabajadores, cuando la
8
Los estragos de la subcontratación
media española era de 67 accidentes por mil trabajadores. Por supuesto
que el sector de la construcción está en primera línea, pero nuestra
informante, manejando datos de primera mano, quiso destacar, sobre
todo, la accidentabilidad en el sector turístico-hotelero.
En él se
concentran algunos de los rasgos que hemos destacado. Una precariedad
contractual generalizada: los contratos de tres meses, o menos, fueron el
48% del total.
Como resultado de ello "destaca el fuerte peso de la
contratación en ocupaciones de baja o nula calificación profesional
previa".
Y en el sector servicios, los llamados ‘servicios avanzados’ no
están menos sujetos a degradación: la banca subcontrata y precariza,
también, los empleos cualificados de la informática. El sector bancario
está conociendo un ‘trasvase’ sistemático de los propios bancos a
departamentos de informática creados como nuevas empresas o
subsidiarias, o directamente transferidos a otras empresas.
Ello supone el paso de estos trabajadores, ya sea de grado o
‘convencidos’ de que su futuro profesional tiene pocas esperanzas, de ser
empleados del Banco Urquijo, pongamos por caso, a IBM (“lo que
facilitará el ahorro de costes”, El País, 15.9.03). Y lo mismo viene
sucediendo en el Banco Santander Central Hispano, o en el BBVA.
El trabajo de programación se ‘mundializa’ y, desde luego se
abarata. Los llamados ‘trabajadores del conocimiento’ empiezan a
parecerse a los obreros descualificados de cualquier otro sector: “un
grupo de programadores en la Universidad de Tsinhua, en Pekín,
9
Los estragos de la subcontratación
trabajando para IBM, están escribiendo software usando la tecnología
Java. Al final del día, envían su trabajo a través de Internet a un centro de
IBM en Seattle [Estados Unidos, Costa Oeste]. Allí, los programadores
trabajan en él y usan Internet para enviarlo a 5.222 millas, al instituto de
Ciencia de la Computación en Bielorrusia, y al Grupo de Software de
Latvia. Desde allí, el trabajo es enviado al Grupo Tata en la India, que
vuelve a enviarlo otra vez al grupo de Tsingua, por la mañana, en Pekín.
Vuelta a enviarlo a Seattle, y así sucesivamente, en una cadena mundial
que nunca acaba hasta que el proyecto está terminado”. Un directivo de
IBM lo llama “Java around the clock”: “es como si hubiéramos creado el
día de 48 horas a través de Internet”7.
Por otro lado, volviendo a los datos de la siniestralidad, también
sabemos que el catálogo de enfermedades profesionales reconocidas en
nuestro país no se ha renovado desde 1978. Y no es de extrañar, pues
las bases de indemnización son más altas si se declara una enfermedad
profesional.
Y que por tanto, no es que no las haya, y en abundancia, sino que
lo que no hay es un instrumento estadístico que las registre. Como si
para evitar los terremotos se cerrarán las estaciones de observación de
movimientos sísmicos.
Y no están todos los que son: que nuestras autoridades laborales
oficiales se preocupan más del maquillaje, de que no aparezcan
7
Christopher May: “Information society, task mobility and the end of work”, Futures, vol. 32,
2000, pp. 399-416. La cita en p. 405-6.
10
Los estragos de la subcontratación
estadísticas de daños, que de evitarlos: CCOO denunciaba en agosto de
2003 que con los nuevos partes de recogida de la información de
accidentes se ocultan el 25 por ciento de los mismos.
Además, la estadística de accidentes laborales excluye a los
inmigrantes sin papeles: 13 de los 37 muertos en accidente laboral en la
provincia de Alicante eran indocumentados. Por lo que la siniestralidad
laboral en esa provincia debe ser incrementada en un 35% en lo que a
muertes en el trabajo se refiere (El País.Comunidad Valenciana, 13.7.03).
Tampoco están los trabajadores autónomos en esta lista: “el 20%
de la población activa ocupada, excluidos de las estadísticas oficiales.
Según cálculos de la UPTA de UGT, muere un autónomo por accidente
profesional cada día de trabajo” 8. En un estudio llevado a cabo por el
Gabinete de Estudios Socioeconómicos de la Federación Nacional de
Autónomos (ATA), que no se limita a los datos estadísticos oficiales,
obviamente, 55 trabajadores autónomos murieron en la Comunidad
Autónoma Andaluza durante el año 2002, en accidente laboral, 11 más
que en el año 2001, situando a Andalucía a la cabeza de los accidentes
de trabajo en autónomos, junto a Barcelona y Madrid (El País.Andalucía,
24.2.03).
Sabemos mucho sobre las causas de los accidentes y de los
riesgos laborales. Pero bastaría con las aportaciones del Informe Durán
8
Cándido Méndez, Secretario General de UGT: “Atacar las causas”. Debate sobre “El aumento de
los accidentes laborales”, en El País, 15 de septiembre de 2002.
11
Los estragos de la subcontratación
para comenzar a tomar medidas. Por ejemplo las propuestas contenidas
en ese informe.
Una de sus conclusiones más llamativas, basado en una análisis
estadístico de muy alto nivel, es la relación explicativa entre accidentes y
precariedad, esto es baja capacidad de negociar la propia salud en el
trabajo por los trabajadores implicados.
La demostración la recoge ampliamente el libro publicado, pero
también todas las notas de prensa se hicieron eco de ello. En El País, por
ejemplo, (9.3.01), Pilar Marcos y Carmen Parra, resumían que “una de las
conclusiones es que ‘los [trabajadores] temporales soportan una
incidencia mayor de accidentes laborales. Destaca que ‘en el periodo
1989-99, la incidencia fue dos veces más alta entre los asalariados con
contrato temporal que entre quienes tenían contrato indefinido’. En esta
línea, propone ‘prestar atención especial a la regulación actual de las
subcontrataciones y de las empresas de trabajo temporal (ETT)’”.
Como
veremos
más
abajo
(Capítulo
7,
¿Qué
hacer?),
reiteradamente el Gobierno del PP ha rechazado cualquier modificación
del marco legal de la subcontratación, al igual que lo hizo con la Iniciativa
Popular presentada por UGT, “Para la estabilidad y la Seguridad en el
Empleo”, en septiembre de 2001. Buscando alguna coartada argumenta l,
o ‘a pelo’: la más reiterada ha sido decir que “no esta demostrada la
relación entre precariedad y accidentabilidad”. Vamos, que hay que creer,
por orden del gobierno que el Everest es una colina…
12
Los estragos de la subcontratación
Y, desde luego, armas le sirven quienes, como es el caso de
Federico Durán, el mismo que dirigiera la elaboración del Informe Durán,
diga en la prensa (y es de suponer que en otros foros y consultorías), un
año después (El País, 15.9.02), que la siniestralidad en España “ha
evolucionado, en el último decenio, positivamente. Se ha producido, pese
al aumento de la tasa de siniestralidad, una ligera disminución de los
accidentes graves y mortales”. Escribía esto después del “verano trágico
en la construcción” de 2002 (veáse, más abajo, el apartado 3.1).
Desde luego, con su propio informe en la mano, y a mediados de
septiembre de 2002, sólo se puede pensar que se trata de edulcorar si no
falsificar los hechos y los datos.
Pero, para acabarlo de arreglar, dice que los accidentes mortales
tienen su primera causa en patologías cardiovasculares: cualquier
investigador sabe que los infartos son tan o más altos entre trabajadores
que entre mandos, y que no se explican más que en relación con la
presión e intensificación en el trabajo, y con el estrés producido por la
inseguridad laboral, como comprobamos sobre el terreno estudiando la
“reorganización” de Fasa-Renault a principios de los años noventa.
Y la segunda causa de muertes laborales que le sirve a Durán para
‘borrar’ o, al menos, ‘difuminar’ el alcance de las muertes en el trabajo, se
debe, dice, a accidentes de tráfico, los accidentes in itinere.
No hay más que leer el informe, y no digamos recordar las
interminables sesiones de la Comisión que lo elaboró, para saber que,
13
Los estragos de la subcontratación
precisamente, la ‘nueva’ organización de la producción, descentralizada,
subcontratada, fragmentada en empresas menores, lejanas unas de
otras, por un lado; el aumento de los trabajadores ‘independendientes’,
los falsos autónomos, que han de desplazarse a sus centros de trabajo.
Los autónomos cuyas escalofriantes cifras de accidentes y muertes, que
no recoge la estadística de siniestralidad, pero quedan imprecisamente
recogidas
en
las
estadísticas
de
accidentes
de
tráfico,
profesionales, fueron de más de 500 víctimas para el año 2001.
como
Que si
se incorporarán a estas cifras que Durán intenta reducir la aumentarían, al
contrario, en un 50%.
Pero bastaría ilustrárselo con unas cifras que, sólo para la
construcción en Madrid, le podían hacer reflexionar: 25.000 obreros de la
construcción viajan cada día a Madrid desde otras regiones, Castilla La
Mancha fundamentalmente, pero también de Jaén: lo sabemos por la
muerte en accidente de un obrero de esa procedencia, al final de la
semana, agotado de viajes y horas extenuantes. Su domicilio estaba a
más de 200 kilómetros de Madrid.
¿Hay que excluir los accidentes in itinere de la estadística? ¿O
habrá que incluir a tantos y tantos trabajadores cuya vida es, en la
práctica, un peregrinar de obra en obra, de campo en campo, como los 12
ecuatorianos muertos en Lorca, el 3 de enero de 2001, mientras iban,
eluyendo a la Guardia Civil por carreteras secundarias, a trabajar en los
campos?
14
Los estragos de la subcontratación
En nuestro equipo de investigación, TRABIN, El trabajo invisible en
España, acabamos de terminar un estudio sobre estos “trabajadores
pendulares”, que van y vienen a diario, o semanalmente entre su casa y
su curro: La reestructuración productiva y la movilidad laboral: los
commuters castellano-manchegos en la construcción. Ahí estudian en
detalle Jesús Oliva y María José Díaz, las implicaciones para la salud
laboral, entre otros muchos aspectos, del permanente trasiego de esta
mano de obra itinerante, cuya actividad es la columna vertebral de la
supervivencia de muchos pueblos castellano-manchegos.
Pero le bastaba a Durán, y le basta a cualquiera que quiera tener la
‘evidencia’ delante de sus ojos, acercarse a la estación de Atocha de
Madrid, temprano por la mañana o por la tarde, casi noche, para constatar
que una nube de autobuses cargada de fuerza de trabajo está moviendo
la construcción madrileña. Y, por supuesto, los hay que viajan en coche,
en furgoneta compartida… Y que se accidentan con demasiada
frecuencia.
Pero aún no han acabado las afirmaciones gratuitas. Y ésta es de
calibre: no valen las respuestas “simplistas, la contratación temporal y la
precariedad son la causa de los accidentes (…). “Si bien existe una
asociación estadística entre temporalidad y siniestralidad, se trata de una
relación compleja cuyo análisis permite descartar que una reducción de la
temporalidad sea capaz, por si sola [y, ¿por qué habría de ir sola?] de
reducir el riesgo de accidentes”.
15
Los estragos de la subcontratación
Total, tras constatar que, a septiembre de 2002, las propuestas
contenidas en el informe no se han aplicado, parece que lo mejor es
promover la prevención… y rezar, supongo.
En la Comunidad de Madrid, el año 2001 se cerró con un
incremento notable de la siniestralidad laboral: 196 muertos. Los obreros
muertos se caracterizaban por ser eventuales, jóvenes y sin apenas
formación. En los primeros ocho meses del año 2003, de enero a agosto,
el total de accidentes registrados, no se olvide, creció un 1,5%. Las
autoridades resaltan que el número de muertos descendió un 7,5%, pero
las cifras brutas son más elocuentes: ‘sólo’ murieron 74 personas, frente a
80 el pasado año.
-oOo-
En Más allá de las nubes, de Michelangelo Antonioni, un director
de cine que, busca argumento para su nueva película, se topa con una
joven que le suelta, a bote pronto, nada más encontrarla, en la Riviera
francesa, que ha matado a su padre de doce puñaladas. El director,
interpretado por John Malkovich, sopesa ávidamente el utilizar este
argumento en su película, pero lo descarta pronto porque, dice, nadie se
creería lo de las doce puñaladas. Si hubieran sido tres o cuatro...
Algo semejante nos sucede a los estudiosos de las situaciones de
trabajo en nuestro país. Tan negativos son los datos que presentan las
estadísticas disponibles sobre accidentes de trabajo que, a quienes
intentamos una reflexión que vaya
16
más allá del 'no pasa nada'
Los estragos de la subcontratación
gubernamental, nos sucede como al director de cine de Antonioni: que
nadie cree que sean doce las puñaladas que reciben los trabajadores.
Estos datos reflejan los cambios globales impuestos por políticas
continuadas de precarización laboral que tienen ejes matrices muy
anclados en la política general. Se ha socavado así la base misma sobre
la que las gentes pueden edificar la defensa de un trabajo decente, las
condiciones de un trabajo que no les despoje de todo aquello que les
permitía no sólo llevar a cabo su tarea con profesionalidad, aplicación, y
hasta orgullo y entusiasmo, sino también construir su vida como
ciudadanos y como personas.
En ese clima, cualquier reticencia ante las imposiciones que
'voluntariamente' le solicite su empleador, podrá ser causa de perder su
medio de vida. Por ello, acuciado por altas cifras y tasas de paro y
precariedad, se arriesgará más, trabajará más rápido, e incluso se lo
pensará mucho antes de ausentarse por una enfermedad.
El alcance de lo que decimos queda reflejado en la Memoria de la
Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Según reseña El
País.Andalucía (1.6.03), “el ministerio público se propuso que, al margen
del parte médico de lesiones extendido por los facultativos, la
investigación judicial aclarara, a través de un informe de la policía judicial,
las causas reales de los siniestros laborales. Sin embargo, los resultados
han sido desalentadores, en la mayoría de los casos, porque el trabajador
accidentado quiere ‘evitar las consecuencias negativas que de su
reclamación ante los órganos jurisdiccionales pueda derivarse en su
17
Los estragos de la subcontratación
relación con el empresario’”.
“En otras ocasiones la resistencia del
trabajador a continuar el procedimiento hasta sus últimas consecuencias
viene motivada porque su relación laboral no está regularizada. Así, en
gran número de casos, el perjudicado ‘no sólo renuncia al ejercicio de la
acción legal que le pueda corresponder, sino que entorpece el curso de la
investigación al negar incluso las circunstancias reales que rodean al
hecho lesivo’”.
Para reducir los accidentes de trabajo ha de preverse y potenciarse
una intervención sistemática, en el mercado de trabajo y en los puestos
de trabajo. Y esta intervención, meditada y negociada, pero radical por los
estragos en vidas humanas y biografías rotas a los que asistimos, es una
cuestión nacional, y hasta de Estado, que devuelva más capacidad de
negociación de la propia venta de la fuerza de trabajo a los trabajadores,
en condiciones propias de una potencia industrial como España.
Disponemos de información e interpretación más que suficiente
para decidir colectivamente qué modelo productivo queremos que se
instale con urgencia en nuestro país. Porque el círculo se cierra y se
reproduce: malos puestos de trabajo que, una vez creados, sólo pueden
funcionar fabricando socialmente mano de obra dispuesta a jugarse la
vida para ganársela.
18
Los estragos de la subcontratación
1.2. Trabajo decente, sociedad decente: atacar las causas.
En un espléndido artículo publicado con ocasión del 1º de mayo de
2003, Carlos Trivilla, representante de UGT-Euskadi en el Consejo
Económico y Social vasco argumenta la relación directa que existe entre
la reclamación de un “trabajo decente para todas y todos”, y cómo los
riesgos laborales, los daños a la salud, los accidentes de trabajo, el
deterioro de la vida por el deterioro de la relación con el trabajo (o por su
falta…) afecta a la vida y a la salud mental y física de los ciudadanos9.
Ese es, como ya hemos señalado, y como el lector tendrá ocasión
de comprobar, uno de los ejes de nuestro argumento: los riesgos
laborales son producidos por la reorganización del trabajo, y más
ampliamente fundados y anclados, como estructura de sometimiento y
disciplinamiento externo a lo que antes eran los “centros de trabajo”, en la
reorganización empresarial, en la fragmentación, la división del trabajo,
intranacional e internacional.
En su formulación, “calidad del trabajo y modelo de sociedad son
dos realidades vinculantes.
Asistimos a la economía política de la
inseguridad que produce un efecto dominó sobre el conjunto de nuestras
vidas y determina el modelo de sociedad”. “Por ello –termina- la defensa
de la Paz y de la Libertad no es algo distinto de la lucha contra los bajos
salarios, la ausencia de derechos laborales, los despidos libres, la
9
Carlos Trivilla: “Trabajo decente, sociedad decente”, El País.País Vasco, 1 de mayo de 2003, p.
4.
19
Los estragos de la subcontratación
penosidad e inseguridad en el trabajo, las largas jornadas, en definitiva la
lucha contra la explotación”.
Atacar las causas requiere voluntad política de intervenir sobre la
orientación general de la sociedad: de poco servirán las medidas pacatas
y parciales que se tomen, “mientras [se] continúe con una política
económica que, día a día, degrada más y más el mercado de trabajo, y
lejos de combatir la cultura de la precariedad, la fomenta”, como ha
escrito Cándido Méndez, defendiendo que los riesgos laborales se atacan
mejor si se va a la raíz. Si la situación de precariedad está, estadística y
sociológicamente, asociada a los riesgos y daños a la salud, debe
combatirse en la fuente.
Como propone el Secretario General de UGT, de lo que se trata es
de restablecer una posición de negociación para los trabajadores que les
permita defender su salud, y no tener que perder la vida mientras se la
ganan. Es decir, la precariedad no es más que (ni más ni menos, habría
que decir) un indicador del deterioro de la posición de los trabajadores en
las relaciones laborales. Y de lo que se trata es de arbitrar medidas que
acaben con las políticas macroeconómicas, llamadas, en mala hora
“neoliberales”, que conciben el trabajo y el trabajador, como un recurso
permanentemente disponible, peor considerado que una máquina
sencilla, ‘flexible’ las veinticuatro horas del día y los 365 días del año, en
aras de la ‘eficiencia’ empresarial.
Hora es ya de decir que, como lo ha hecho Robert Reich, el que
fuera ministro de Trabajo con Clinton, que “el reto del trabajo decente”
20
Los estragos de la subcontratación
sólo puede ganarse si se maneja con prudencia el concepto de
‘flexibilidad’: “porque si significa simplemente que los empleadores tienen
derecho a despedir a los trabajadores y a fijar los salarios como les venga
en gana, el resultado puede ser un desempleo modesto pero también
unos salarios muy bajos y una inestabilidad del empleo crónica. La
‘flexibilidad del mercado laboral’ es óptima cuando los trabajadores
pueden pasar fácilmente a ocupar empleos nuevos y mejores”10.
10
Robert Reich: “El reto del trabajo decente”, Revista Internacional del Trabajo, 2002, p. 127.
21
22
Los estragos de la subcontratación
2. UNA LLAMARADA.
“Tres muertos al incendiarse la refinería de Puertollano”.
La
llamarada de ese incendio, precedido de una explosión, ocupó el 15 de
agosto de 2003 las primeras páginas de los periódicos nacionales. Y, por
supuesto, también los primeros lugares de la información y de la
preocupación de millones de españoles sorprendidos en el cambio de
turno de las vacaciones de agosto.
Y esas llamas se prolongaron durante muchos días después: no
sólo por las protestas de los trabajadores, que ponían en evidencia
aspectos fundamentales de la organización productiva que estaban en la
base, que eran la raíz de ese accidente, y de otros muchos que lo habían
precedido. También porque salían a la luz, a la luz de esas llamas, otras
cuestiones que a nadie se le hubiera ocurrido sospechar: Repsol, la
petrolera multinacional ‘ahorraba’ inversiones en sistemas de seguridad,
en bomberos…
Se prolongaron dos semanas, para desaparecer súbitamente de la
actualidad periodística en el mes de septiembre.
Como si, ahora sí,
algún departamento de relaciones públicas de Repsol hubiera ‘invertido’
mucho en ‘apagar’ el fuego informativo que no dejaba a esta empresa en
muy buen lugar. Otra vez volvían a aparecer en los periódicos los éxitos
empresariales de una empresa cada vez más concentrada, que controla
más inversiones no sólo en España, a la vez que pierde sus propios
trabajadores, que ‘externaliza’, que subcontrata, que no es responsable
23
Los estragos de la subcontratación
de la muerte o de los daños a la salud de las personas que trabajan en
sus instalaciones. Porque pertenecen a otras empresas.
Pero siguieron goteando las noticias.
Aunque fuera –y esta
cuestión tiene también su miga- en las páginas de sucesos. Ha llegado el
otoño del 2003 y la última noticia es que ha fallecido el noveno
trabajador que fue gravemente herido en la explosión de Repsol del
15 de agosto. Y, aún otro de los heridos sigue muy grave (El País,
26.9.03). Nueve muertos, por ahora, en un ‘trágico accidente’ dicen los
responsables, precisamente, de que haya menos accidentes. Con la
eterna cantinela de que se trata de un “error humano”. Las autoridades
públicas y los responsables empresariales. Lágrimas de cocodrilo de
quienes saben muy bien que si los accidentes se hacen ‘normales’, es
decir, no son ya accidentes, sucesos extraordinarios e imprevisibles, se
pueden rastrear e identificar sus causas, las razones estructurales que los
han provocado. Se puede, con los conocimientos actuales, acumulados a
lo largo de los años, remontar el ‘arbol de causas’, encontrarlas, y
ponerles remedio.
2.1. La organiz ación productiva y del trabajo en primer plano.
‘Ningún fallecido estaba en nómina de la petrolera’. Así resume la
prensa la situación de los trabajadores accidentados, muertos, cuando los
trabajadores subcontratados de la planta de Repsol en Puertollano inician
una huelga de tres días, el 19 de agosto.
24
Los estragos de la subcontratación
Primera indicación importante sobre la organización del trabajo, la
organización de la producción que pudiera remontarnos a las causas del
accidente: hay 1.000 trabajadores subcontratados, de muy distintas
empresas, que, en caso de accidente nunca aparecerán en las
estadísticas de siniestralidad de Repsol. Y mucho menos las empresas
de transporte.
En total, se dice en la prensa de agosto, unos 1500
trabajadores. La empresa cuenta con 950 trabajadores de plantilla.
Una muestra más del desconocimiento o la confusión voluntaria,
que invisibiliza el trabajo: los trabajadores de subcontratas sobrepasan
los 3000 trabajadores.
Este año, la memoria de la Empresa ‘madre’, Repsol, volverá a
recoger, pese a los ocho muertos de ahora, accidentes cero. Si se le
aplica la que será nueva legislación bonus-malus, se le premiará por
ocultar los riesgos y daños a la salud, que ha expulsado hacia otras
empresas, nebulosas industriales se las ha llamado con acierto.
Una
‘gestión de la calidad total’ excelente.
Estos trabajadores, invisibles para las estadísticas, de medio
centenar de empresas, en asamblea espontánea, demandan más
medidas de seguridad, puesto que fallaron dos alarmas y un evacuador
de gases. Instalación de detectores de gases y anomalías en todas las
plantas y puestos de trabajo. Pero también una clínica con personal y con
un médico (sólo hay un ATS); más personal capacitado para situaciones
de emergencia; servicio de prevención de riesgos en las subcontratas.
Aumentar las dotaciones contra incendios, etc.
25
Los estragos de la subcontratación
Los sindicatos denuncian que Repsol deja en manos de pequeñas
empresas subcontratadas tareas delicadas con personal que no tiene la
formación precisa. Y ello desde hace años: las decisiones empresariales
de externalizar la producción vienen de lejos, pero sobre todo pueden
fecharse a partir de 1985, cuando las empresas llamadas ‘auxiliares’
asumen gran parte de las tareas de mantenimiento.
Y si se rastrea en las hemerotecas o en la memoria de los
trabajadores, se pueden encontrar trazas de accidentes que tienen
también como involuntarios protagonistas a los trabajadores de las
subcontratas de Repsol: en febrero del 2001 un trabajador de la contrata
SODES, Manuel Gómez Llamas, murió arrollado por una furgoneta de la
empresa subcontratada ‘La Puertollanense’. Otro está en coma profundo,
contrata COSEMAP, por inhalación de gases tóxicos. Y otros dos, estos
sí, de la plantilla de REPSOL murieron por las mismas causas. En abril
de 2002 la Inspección de Trabajo abrió un acta de infracción a la misma
empresa por la muerte de otro trabajador, Juan José Rico, por inhalación
de ácido sulfhídrico. Cuatro trabajadores resultaron heridos, dos de ellos
con quemaduras graves, en la planta de Repsol en La Coruña en abril de
este mismo año 2003.
2.2. Primera causa: la subcontratación.
Por tanto, si algo se pone en evidencia, y de manera llamativa en
este desastre, en esta matanza, es que quienes se accidentan, quienes
mueren en el trabajo, son sobre todo trabajadores que, porque la
26
Los estragos de la subcontratación
empresa ha decidido una determinada organización del trabajo, están
ocupados en las ramas desgajadas de la gran empresa, pero forman
parte absolutamente inseparable de su proceso de producción.
Por supuesto, encontrar la primera causa no debe detenernos en la
reconstrucción del “árbol de causas”: es tan sólo un primer paso. Habrá
ahora que conocer cuáles son las condiciones concretas de esa
subcontratación. Habrá que hacer un análisis concreto de la situación
concreta. La única manera de poder proponer cambios, de poder discutir
y negociar con la empresa, con cada empresa, el modo en que la
prerrogativa empresarial de organizar la producción, de organizar la
empresa, puede combinarse con la preservación de la salud de los
trabajadores, con la prevención de los riesgos laborales en el trabajo.
Porque también en este caso, como en tantos otros que veremos
más adelante, los responsables de esa ‘nueva organización de la
producción’, suelen poner el grito en el cielo para decir que la
subcontratación no es la causa de los accidentes. Que hay buenas y
malas subcontrataciones, por decirlo así.
Y suelen organizar su argumento con una lógica que se parece
mucho a la lógica policial, en su más burda presentación: sólo puede
haber un culpable. Y si se dice, como también veremos luego, que la
precarización, los contratos temporales y eventuales, también explican
muchos de los accidentes que hoy ocurren en nuestro país, dirán que no
hay una “relación estadística directa”.
27
Los estragos de la subcontratación
La Asociación de Empresarios Químicos de Tarragona (AEQT),
según recoge El País.Cataluña (6.9.03), “rechazaron vehementemente
que el uso de la subcontratación aumente los riesgos de accidentes en las
empresas”.
Y “se mostró contundente a la hora de rechazar que la
subcontratación sea un factor de riesgo en la petroquímica”.
Demasiada seguridad hay que decir, también ‘contundentemente’,
cuando las estadísticas de siniestralidad señalan todo lo contrario, tanto
en la petroquímica como en el resto de los sectores productivos en
España.
Pero, sobre todo, una posición que poco puede ayudar a
encontrar las verdaderas causas de tanta destrucción de fuerza de
trabajo, de tantas vidas truncadas.
Hasta el editorialista de El País, que suele ser cauto en constatar
este tipo de evidencias, aseguraba el 22 de agosto (“Subseguridad”) que
“el accidente [de Repsol] ha replanteado el debate sobre la relación entre
siniestralidad
laboral
y
subcontratación.
Tal
relación
está
estadísticamente acreditada, pero la solución no está en la supresión de
esa forma de contratación, sino en la adaptación a la misma de las
medidas de seguridad necesarias”.
Para decir que hay subcontrataciones y subcontrataciones no hace
falta ir a Salamanca: lo sabe cualquiera.
Y, precisamente, lo que nos
importa es, precisamente, el identificar cuales deben ser las normas
sociales, legales y reales, que permitan construir las que suelen llamarse
‘buenas prácticas’. Esto es, aquellas formas que permiten una actividad
empresarial eficiente y rigurosa, combinada con el mayor bienestar y
28
Los estragos de la subcontratación
realización personal para los trabajadores.
Dicho rápidamente ahora,
como lo viene defendiendo la Organización Internacional del Trabajo, que
permitan un trabajo decente.
M. Luz Rodríguez, profesora de Derecho del Trabajo en Ciudad
Real lo reflejó en una hermosa y solidaria carta en El País del 24 de
agosto, publicada bajo el título “Dolor e indignación”: “Muchas de mis
alumnas y alumnos son de Puertollano e, incluso, algunos de ellos son
trabajadores de Repsol.(…) Desde hace tiempo todos sabemos que las
contratas y subcontratas –todos los trabajadores muertos lo eran de
empresas contratistas y subcontratistas de Repsol- están siendo causa de
una elevada siniestralidad laboral: o dicho más llanamente, de la muerte
de cientos de trabajadores. (…) Son prueba de esta fatídica y trágica
relación
entre
la
descentralización
productiva
–las
subcontratas de actividad- y los accidentes de trabajo.
acuciarnos a la reflexión.
contratas
y
Y ello debe
Es posible que la libertad de empresa ampare
esta nueva “moda” de organizar la empresa en forma descentralizada a
través de contratas y subcontratas. Pero cuando esa libertad en la forma
de organizar la empresa atenta contra el derecho a la vida e integridad
física de los trabajadores y degrada, como lo está haciendo, las
condiciones de trabajo, debe ponérsele límites.
Es hora ya de que el Gobierno del PP tome conciencia de la
necesidad de revisar la legislación en esta materia y poner límites a la
descentralización productiva; en otro caso seguiremos lamentando la
muerte de trabajadores”.
29
Los estragos de la subcontratación
2.3. Pensar para actuar.
‘Acuciarnos a la reflexión’. Una reflexión urgente. Una reflexión
para la acción. A ello quiere contribuir este libro. Porque, literalmente, nos
va la vida en ello.
Para el sindicato, como lo ha mostrado continuamente en su
actuación de los últimos años, incluídas varias presentaciones de
Proyectos de Ley para regular la subcontratación (que veremos más
abajo, en el Capítulo 7), este es un asunto prioritario. Porque, también,
uno de los resultados perversos de la subcontratación y fragmentación
empresarial, es quebrar su capacidad de actuación, segar la base de su
implantación. Y ‘recoger’ luego la indignación de esos trabajadores a los
que difícilmente pueden defender, como sucedió en Puertollano.
Cándido Méndez lo decía llanamente en unas declaraciones a El
País el 28 de agosto: “¿Son los subcontratados la parte más inerme del
mercado laboral?.- “Los más inermes ahora mismo son los trabajadores
inmigrantes sin papeles. Y luego, los subcontratados en las pequeñas
empresas. En los sindicatos tenemos dificultades, porque este modelo
obstaculiza claramente la afiliación. La precariedad, la temporalidad y la
subcontratación la obstaculizan. Por lo tanto los esfuerzos sindicales se
pueden percibir como insuficientes. Lo intentamos, pero ese intento no se
ve compensado con una mejora en la situación laboral de estos
trabajadores”.
30
Los estragos de la subcontratación
Y, cuando lo intentan, pronto se ven respondidos con la
contundencia del EPA (Estado de los Policías Antidisturbios): las pelotas
de goma, los botes de humo y los cartuchos de sal: ese es el diálogo que
se les ofrece por haber convocado una huelga, respaldada “por la práctica
totalidad de los 3.000 trabajadores convocados”, 2.000 de ellos de las 70
empresas subcontratadas por REPSOL, participan en la protesta. Esto
sucede el 9 de octubre de 2003, el día de la quinta jornada de protesta
convocada en Puertollano por CC.OO. y UGT11.
Bajo la ‘protección’ policial masiva, las negociaciones continúan: el
punto de discrepancia más concreto y destacado, sobre unas demandas
nada exigentes, por otra parte, es la pretensión empresarial de que los
beneficios de una prima de 6 euros no se aplique a todos los
trabajadores, al obrero colectivo, sino a los incluidos en determinados
sectores.
La lógica sindical da así de lleno en el centro de lo que debe ser la
defensa de todos los trabajadores. Porque la empresa ya se ha
despachado con el consabido “error humano”.
El informe sobre el
accidente, que los sindicatos no han suscrito, dice que “no se atendieron
los sistemas de alarmas, registros y avisos del panel”, posiblemente, “por
la singular atención prestada a otra sección de la unidad, que tenía un
problema con el sistema de alimentación del catalizador”.
11
“Incidentes y heridos en una nueva protesta en Repsol de Puertollano. La policía se enfrenta a
2.000 trabajadores de subcontratas”, El País, 9 de octubre de 2003. El inicio de la protesta en “Los
subcontratados de Repsol en Puertollano inician una nueva huelga de seis días. Los sindicatos
aseguran que prácticamente los 3.000 obreros que se encuentran en esta situación siguen el paro”,
El País, 29.9.03.
31
Los estragos de la subcontratación
Bastaría con esto, para cualquier experto, para detectar que la
causa está en la propia organización de la seguridad por parte de la
empresa, pues, según indican los sindicatos, “no existían advertencias en
los procedimientos escritos”.
Por lo que cabe, como han hecho los
sindicatos UGT y Comisiones Obreras, “achacar el accidente a una serie
de errores en el diseño de la refinería”.
Y, desde luego por la
subcontratación de los sistemas de mantenimiento.
Desconocemos hoy si se ha llevado a cabo un análisis científico,
ergonómico, del accidente con verdadera capacidad de remontar el árbol
de causas y permitir una intervención en la organización del trabajo de la
refinería donde los “errores humanos” tengan que ser una excepción.
Desconocemos igualmente si se ha hecho un estudio ecológico, es
decir, de los peligros que supone una organización del trabajo y de las
redes de empresas, para la sociedad puertollanense.
Las movilizaciones cívicas masivas han ocupado las páginas de los
periódicos.
Y nos dan la razón, en la calle, de lo acertado de una
interpretación de la organización del trabajo en el contexto social: a todos
nos concierne el defender la salud y la vida.
Una
reflexión,
como
decíamos,
que
es
necesaria,
como
trabajadores, como sindicalistas, como empresarios y, sobre todo, como
ciudadanos.
32
Los estragos de la subcontratación
A ella podemos contribuir, además, los científicos sociales,
aportando los saberes acumulados a lo largo de los últimos cincuenta
años sobre estos asuntos.
En esta tarea, creo, debemos cumplir con el principal deber que
nos impone nuestro oficio: mostrar los resultados de nuestra investigación
–en mi caso, más de veinte años dedicado al estudio del trabajo, directo
sobre el terreno, hablando y escuchando a los trabajadores, y también a
los empresarios, que pueden mostrar otros caminos que los que
emprenden muchos que, en lugar de emprendedores, debíamos llamar
depredadores.
Mostrar los resultados de la investigación, los hechos y las causas
más verdaderas tal y como nos es posible interpretarlos hoy. Con el
objetivo de facilitar una plataforma en la que todos los actores sociales,
empresarios, responsables públicos, sindicatos, trabajadores directos,
puedan negociar y llegar a acuerdos.
Unos acuerdos donde la felicidad y el bienestar de la mayoría, de la
sociedad en que vivimos, sea el objetivo prioritario. Hoy en día la lucha
por la prevención y la eliminación de los riesgos laborales forma parte de
la lucha por la ciudadanía, por la sociedad.
Identificar los riesgos laborales
derivados de las opciones de
organización del trabajo es ir directamente a la búsqueda de las causas
primeras de las malas condiciones de trabajo que, oscurecidas por
33
Los estragos de la subcontratación
ideologías que no pisan los centros de trabajo, parecen cada vez más
difíciles de identificar.
Ello quizá nos lleve a tener que apuntar más alto en las medidas y
lugares de la negociación colectiva, a las políticas económicas y
laborales, a las políticas generales.
Pero el esfuerzo vale la pena.
Porque si no lo hacemos así estaremos poniendo parches, tapando
agujeros, achicando agua, de un barco que no sólo navega a la deriva,
sino que es teledirigido, como el Prestige, hacia el desastre y la catástrofe
ecológica. Hacia la destrucción de la vida y la esperanza.
34
Los estragos de la subcontratación
3. VERANO TRÁGICO, TAMBIÉN EN LA CONSTRUCCIÓN.
El sector de la construcción, también este verano de 2003 ha
conocido una masacre. Sólo en la provincia de Alicante, en los meses de
julio y agosto, murieron cinco trabajadores.
Para la Comunidad
Valenciana, hasta julio, 23 muertos más en accidentes que en igual
periodo de 2002.
Pero el drama estaba todavía por venir. En una semana, entre el 11
y el 18 de septiembre tres obreros perdieron la vida, tal y como recoge la
prensa nacional y regional, “en la construcción ilegal de un hotel en la Vila
Joiosa”.
El hermano de Miguel Ángel Pérez, uno de los dos últimos
trabajadores muertos en accidente de trabajo en la construcción, ilegal,
denunció, según recoge la prensa valenciana, las pésimas condiciones
laborales en las que trabajaba el fallecido:”’Miguel Ángel no quería ir a
trabajar a esa obra, porque se casaba dentro de once días, y sabía que
había muerto un trabajador esa misma semana’. ‘La empresa –en la que
estaba empleado desde hace unos dos años- amenazó con despedirle, y
por eso fue’. ‘Tenían que haber cuatro personas, dos arriba y dos abajo
que amarrasen el arnés, pero, que yo sepa, allí sólo estaban mi hermano
y el otro chico que también murió’”12.
12
Levante, Valencia, 19 de septiembre de 2003, que incluye la noticia en “sucesos”. Lo mismo se
recoge en Información, Alicante, 19.9.03. Y El País.Comunidad Valenciana, 19.9.03, portada, “La
Generalitat paraliza las obras ilegales de un hotel de La Vila ante la pasividad del alcalde”; y p. 3,
“Oposición y vecinos advirtieron al alcalde hace dos meses de las irregularidades de las obras”.
35
Los estragos de la subcontratación
La narración es aterradora y reveladora. Un joven que, por
supuesto, estaba subcontratado. Atrium Beach, que pretende ser el mayor
complejo hotelero de Europa, con 7.000 plazas, emitió inmediatamente
un comunicado en el que se desvinculaba del siniestro, porque los
fallecidos pertenecían a una empresa de Vitoria, Emilio Ventenillas.
Y aún más el hecho de que, al día siguiente del accidente, el jefe
de obra, secundado por los capataces, conminara a los 800 trabajadores
‘empleados’ en la obra, en muy distintas subcontratas, a volver al trabajo,
y fuera obedecido, revela el clima de presión y miedo en el que se
desarrollan las relaciones de trabajo en esta obra. Ambas cosas un clima
propicio para que los riesgos laborales, ayudados por el ‘ahorro’ en
medidas de prevención, sigan haciendo estragos. “Está todo en precario,
y no es seguro transitar por los diferentes niveles de la obra”, declaró a
los periodistas uno de los cinco trabajadores de una empresa de yesos de
Valencia, subcontratada, que paró en señal de duelo: “Yo no he visto a
ningún coordinador de seguridad”, remató.
Pero este drama nos dice también mucho sobre el entorno social,
sobre las responsabilidades, no sólo empresariales, sino políticas,
implicadas en el caso. Sobre la no aplicación de, prácticamente, ninguna
legislación vigente: ni en materia de prevención de riesgos, ni de
contratación, ni de control municipal sobre las obras.
En efecto, el promotor Hotel Luna, S.L. ha levantado 20 plantas, en
lugar de las 10 que tenía en el proyecto. El alcalde de La Vila, José
Miguel Llorca, del PP, dice ahora que ha “intentado siete veces paralizar
36
Los estragos de la subcontratación
las obras”, sin llegar a poder hacerlo. Porque, además de los cambios de
volumetría este edificio ni siquiera tiene licencia de obra. Toda la
oposición política sospecha de cierta permisividad en el edil. Y parece lo
menos que puede pensarse.
Rafael Recuenco, Secretario General de la UGT-PV, escribió en El
País. Comunidad Valenciana (4.9.03): “Si comparamos los accidentes
producidos en nuestra Comunidad con el de Puertollano, seguramente
encontraríamos un punto en común, “las contratas”. Las espectaculares
imágenes, por la catástrofe humana, pero también por la dimensión
económica, no se han producido en nuestra Comunidad, pero aquí este
verano han caído unos cuantos trabajadores: jóvenes, menos jóvenes y
entrados en edad, precarios; en la industria, en la construcción, en los
servicios, o en el puerto de Valencia con dos nativos y algún otro que no
cuenta, porque el barco es de bandera de conveniencia”.
3.1. Las obras del AVE: otro verano trágico en 2002.
“Verano trágico en la construcción”. Así califica la situación El
País.Cataluña (9-14.8.02): 14 víctimas mortales en un mes en Cataluña.
Cada tres días mueren dos trabajadores. Tres de esos muertos lo han
sido en las obras de construcción del AVE en Tarragona, y once en
empresas subcontratadas.
La gravedad de la situación ha llevado a la convocatoria de
reuniones urgentes de las autoridades responsables y los sindicatos para
37
Los estragos de la subcontratación
tratar de poner freno a esta ‘normalidad’. Accidentes normales llamó
Charles Perrow a aquellos en que las circunstancias y el entorno los
hacían perfectamente previsibles.
Para proponer una política de actuación urgente, los actores
sociales interpretan y analizan cuáles puedan ser las causas de tal
desastre.
También cualquier ciudadano, con algunos datos en la mano,
puede sacar sus conclusiones: el 80% de los muertos lo han sido en la
construcción y en empresas subcontratadas; el último albañil era un
subcontratado temporal, como la mayoría de los otros muertos. Y por
supuesto, los heridos graves que no entran en esta estadística. El País,
edición nacional, del 10 de agosto afirmaba que estos datos ”expresan la
relación entre la precariedad laboral y los riesgos de sufrir accidentes”.
Pero, frente a lo que parece una hipótesis fundada para remontarse
en el árbol de causas de los accidentes, la patronal catalana, por boca de
Juan Rosell, se adelantó a culpar a las víctimas de su propia desgracia:
hay muchas imprudencias.
Y no se ha de buscar la causa en la
temporalidad y la subcontratación. Lo mismo dijo la patronal CECOT. Su
presidente, Eusebio Cima, descartó como causa de los accidentes la
subcontratación.
Los sindicatos destacan el escaso cumplimiento de la Ley de
Prevención de Riesgos Laborales. Y una de las razones de ello es que la
red de empresas que trabajan en la construcción del AVE es, dice
38
Los estragos de la subcontratación
Carmen Simarro, de UGT, una red que se teje y desteje, sin que los
sindicatos
puedan
llegar
a
empresas
que
no
llegan
a
tener
representatividad sindical. Monserrat Güell, delegada de trabajo de la
Generalitat comparte esta interpretación: precariedad y subcontratación,
redes de empresas volátiles hacen difícil el control del respeto a las
medidas de prevención.
Y la sangría sigue: en mayo de 2003 la Inspección de Trabajo abre
expediente a una empresa del AVE en la estación de Lérida, Teulares,
subcontratada por Cocisa, por la muerte de un trabajador. La razón: el
operario no estaba protegido, como manda la ley, para trabajar en altura.
Y no es el único accidente en ese mismo día (7.5.03)Emilio Benitez, de 28
años, de la empresa Paprimsa, sufrió heridas muy graves en la cabeza y
se halla en coma.
Los sindicatos reiteran que “el incremento de los accidentes
mortales [se debe] a la combinación de temporalidad y subcontratación”
(El País.Cataluña, 8.5.03).
No todo son malas noticias: sindicatos y empresarios catalanes
alcanzaron un principio de acuerdo, de mínimos, lo califican los
sindicatos, para regular la subcontratación en la construcción a primeros
de agosto de este año de 2003.
39
Los estragos de la subcontratación
[Cuadro 3.1.: “Las 22 víctimas mortales en accidentes laborales en
este verano (en Cataluña)”]
DATOS DEL TRABAJADOR
Identidad
Albert R.
C., 38
años.
Técnico
electricista
Francisco
P.J., 41
años.
Obrero
Ramón
G.G., 41
años.
Obrero
Joaquín
F.C., 46
años.
Albañil.
A.T.C., 27
años.
Operario.
Salvador
Manzano,
62 años.
Operario.
José G.M.
48 años.
Operario.
Empresa
40
Sector
Fecha
Lugar
Circunstancias
EMTE
Eléctrico
Subcontratado 1/9
Tossa de
Mar
Sufrió una
descarga
eléctrica
Cary Valley
Ibérica
Químico
Plantilla
1/9
Mollet del
Vallés
Explosión de un
bidón de resina
sintética líquida
Cary Valley
Ibérica
Químico
Plantilla
1/9
Mollet del
Vallés
Explosión de un
bidón de resina
sintética líquida
Tomás y
Gracia
Construcción
-
30/8
St. Pere de
Ribes
Caída desde una
altura de 2 metros
Promociones
M-92
-
28/8
Parets del
Vallés
Caída desde 8,5
metros al
hundirse el techo
Santasusana Avicultura
-
27/8
Balsareny
Caída de un
montacargas
Construcción
(AVE)
Subcontratado 26/8
Lleida
Eléctrico
-
Riudoms
Romogan
Construcción
Subcontratado 12/8
Extun
Construcción
(AVE)
IAR Ibérica
Margila S.L.
Cimlet
Técnico
eñectricista.
Francisco
Inbernol, 49
años.
Albañil
Norberto
C.F., 35
años.
Operario.
Francisco
Ortiz, 46
años.
Operario.
Francisco
Martos, 54
años.
DATOS DEL ACCIDENTE
Situación
laboral
21/8
La cesta
elevadora chocó
contra una viga
Sufrió una
descarga
eléctrica
Salou
Caída desde una
escalera de 12
metros
Subcontratado 8/8
El Catlar
Volcó la
excavadora que
estaba
conduciendo
Metalúrgico
Plantilla
Montcada i
Reixac
Explosión en la
fábrica de
electrodomésticos
Construcción
(AVE)
Subcontratado 29/7
Montblanc
Caída desde un
viaducto de 12
metros de altura
1/8
Los estragos de la subcontratación
DATOS DEL TRABAJADOR
Identidad
años.
Operario
José R.G.,
27 años.
Albañil.
Trabajador
de la
limpieza.
Empresa
Sector
DATOS DEL ACCIDENTE
Situación
laboral
Fecha
Lugar
Circunstancias
metros de altura
Construcción
Autónomo
-
Servicios
Subcontratado 18/7
Girona
Operario.
-
Construcción
(AVE)
Subcontratado 17/7
Vinaixa
Operario.
FCC
Construcción
Subcontratado 17/7
Operario.
FCC
Construcción
Subcontratado 17/7
Camarero.
-
Restauración
Plantilla
Ferran
Paregols,
24 años.
Albañil.
Estructuras
F. Guillén
Construcción
(Instalaciones Subcontratado 16/7
F.C. Terrassa)
Estructuras
F. Guillén
Construcción
(Instalaciones Subcontratado 16/7
F.C. Terrassa)
Terrassa
Se desapuntaló la
escalera y quedó
sepultado
J. Mayoral
Villadoro
Construcción
Artesa
Caída desde un
elevador
Catel
Construcción
(soterramiento Subcontratado 16/7
de vía férrea)
Gurb
La grúa que
conducía chocó
contra un tren
Mariano
Rodríguez,
53 años.
Albañil.
Antonio
C.P., 49
años.
Operario.
Operario
19/7
Caída de un
Vallgorguina andamio de 6
metros de altura
-
17/7
Subcontratado 16/7
-
Caída desde una
altura de 17
metros
Quedó atrapado
Puerto de
dentro de una
Barcelona
fosa séptica
Quedó atrapado
Puerto de
dentro de una
Barcelona
fosa séptica
Barberá del Explosión en el
sistema de
Vallés
refrigeración
Se desapuntaló la
escalera y quedó
Terrassa
sepultado
[Encarte 3.2.: “Hemorragia incesante”, editorial de El País, 30 agosto
2002]
En los primeros seis meses del año se han registrado en España 574
muertos en accidentes laborales, casi un 10% más que el año anterior. Se
trata de un dato en sí mismo escalofriante, que interpela a la conciencia de
cuantos tienen responsabilidad en las medidas preventivas contra esa
41
Los estragos de la subcontratación
sangría. Pero supone también la constatación de un fracaso: el de la Ley de
Prevención de Riesgos Laborales, aprobada en 1995, y que no ha
impedido que España registre una tasa de mortalidad en siniestros
laborales que dobla la del conjunto de la Unión Europea.
Albañiles, en el andamio sin red protectora, operarios que manipulan
sustancias abrasivas sin guantes, utilización aleatoria del casco en las
obras. En España sigue habiendo una escasa cultura de la seguridad en el
trabajo, tanto en los empleados como en las empresas. El resultado, ese
millar largo de víctimas, sitúa a España en el segundo lugar europeo, tras
Portugal, en siniestralidad laboral. Los técnicos de la Administración dicen
que faltan estudios sobre las causas de que se mantenga esa tendencia,
pero todos los expertos admiten que existe una relación directa entre
precariedad en el trabajo (lo que implica menor destreza y falta de hábitos
de seguridad) y accidentes laborales. Pero, si es así, habría que idear
planes específicos de reforzamiento de la seguridad en sectores como los
de servicios, en que esa precariedad es mayor. De hecho, es en ese sector
en el que se ha registrado el mayor incremento de siniestralidad en el
semestre.
No hace mucho, el presidente del Consejo Económico y Social (CES)
elaboró un informe por encargo del Gobierno que concluía que las
estadísticas subestiman la incidencia real de los accidentes, aunque desde
el Ejecutivo se ha argumentado que el sistema de medición es en España
más riguroso que en otros países, en cuyas estadísticas no se incluyen los
accidentes en los desplazamientos hacia o desde el lugar de trabajo. Y que,
aunque haya aumentado el número de personas fallecidas, se ha reducido
el del número total de accidentes. El año pasado ocurrió lo contrario.
Como en otros terrenos , el coste de no hacer –de no gastar en medidad
preventivas- acaba resultando mucho mayor, desde su impacto social y
también desde el económico, que el de invertir en seguridad. En 2000, el
coste sanitario y en horas de trabajo perdidas provocado por el casi millón
de accidentes registrado fue de unos 360.000 millones de pesetas, es decir
de casi seis millones de euros al día. Esta otra sangría tampoco nos la
podemos permitir.
42
Los estragos de la subcontratación
4. UNA PRERROGATIVA EMPRESARIAL: LA ORGANIZACIÓN DE LA
PRODUCCIÓN.
La organización de la empresa, la organización y distribución de los
centros de trabajo, la decisión de “hacer” dentro o “mandar hacer a
terceros” es la primera decisión empresarial cuando se decide ‘fabricar’ un
producto.
Ya sea éste un bien físico, un ordenador, un coche, por
ejemplo; o un servicio, la atención a un cliente, la organización de un
viaje, o la gestión de un expediente, pongamos por caso.
O puede ser una mezcla de ambos, como suele suceder en la
actualidad: servicios post-venta de reparación de ordenadores o coches,
transcribir un informe, o hacer una película.
Más aún, cuando una empresa decide vender en el mercado un
producto o servicio, esta recurriendo a procesos de trabajo tanto material
como inmaterial. Trabajo manual y trabajo mental o intelectual, como
mostraba con rotundidad el biólogo Faustino Cordón, son inseparables.
Decía que la primera decisión de la empresa es hacer o mandar
hacer, to make or buy, en los manuales de gestión.
Esa decisión primera, que puede ser modificada, ‘reestructurada’, o
con la palabreja de moda “reingenierizada’ (reengineering). Y ello, como
ya hemos visto, y tendremos ocasión de ver aún en detalle, tiene
incalculables consecuencias para los trabajadores que concurren en un
43
Los estragos de la subcontratación
proceso de producción, lo que Marx llamaba, con tanta precisión
técnica, “el obrero colectivo” que produce un bien o un servicio.
Esta primera decisión, primera por lo que marca las consecuencias
sobre la organización del trabajo en ese proceso de producción, es hoy la
característica más sobresaliente en, prácticamente, todos los sectores
productivos.
Una empresa, Ferrovial, pongamos por caso, contrata con la
Administración Pública una gran obra, pongamos las obras de
infraestructura del AVE.
Quizá diseña los aspectos generales, pero
empieza por subcontratar a otra la ejecución de un tramo de obra. Esta a
su vez, subcontrata a otras aspectos parciales. Y estas a su vez, aún a
otras, etc. etc. Y, como hemos visto, nunca hay accidentes ni muertos, ni
riesgos laborales en Ferrovial. Están en otro sitio.
En la construcción ya se da por normal esta fragmentación del
trabajador colectivo. Pero hemos ido viendo aparecer una estrategia
similar en casi todos los aspectos de la producción. Incluso en aquellos
que parece algo insólito, como la cría de cerdos o terneros, donde las
cadenas de producción y subcontrata asombraría a más de uno.
Es más, bajo el paraguas de la competitividad, y desde hace años
hemos
visto
aparecer
empresas
que
nacen
ya
totalmente
descentralizadas. Los norteamericanos, prontos a buscar un cajón donde
clasificar, las han llamado “empresas manufactureras non manufacturing”:
es decir, empresas que producen productos y no tienen ninguna planta
44
Los estragos de la subcontratación
productiva. Únicamente diseñan, coordinan una miriada de empresas, y
venden. Y facturan, por supuesto, acumulando todo el valor del trabajo
producido en la red de empresas, lo que los economistas llaman la
“cadena de valor”, y colocando a sus “fragmentos productivos” en
condiciones de poder ofrecer tan sólo malas condiciones de empleo y
trabajo. Y desde luego, todos los riesgos laborales que la “marca” de
empresa ignora.
Así viene sucediendo en nuestra región, por ejemplo, en el sector
de la informática profesional, lo que ya estudiamos a finales de los años
ochenta. Y se ha desarrollado en los últimos diez años en la producción
de un bien ‘inmaterial’ como los programas informáticos, donde las
“cadenas productivas”, apoyadas en el desarrollo mundial de internet
pueden comenzar en California, pasar por Londres o Madrid, parar en
Irlanda, la India o en Pyongyang, en China, durante la noche americana, y
volver a California al alba del día siguiente. El trabajo intelectual calificado
se ha fragmentado y abaratado.
Mañana pagaremos royalties por un
programa cuyo coste productivo ha sido irrisorio.
Y cada vez más viene sucediendo con tantas empresas, en nuestro
país y fuera de él, que cierran sus plantas productivas en los lugares
donde los trabajadores han conseguido unas condiciones de empleo que
incluyen la prevención y el cuidado de los riesgos laborales, y ‘emigran’ a
lugares donde ese trabajo decente es aún una aspiración. Vacían su
empresa, casi siempre con algún pretexto sobre baja productividad. Otras
sin ningún rubor, en medio de beneficios excepcionales.
45
Los estragos de la subcontratación
Y así se va consolidando un mundo productivo donde los riesgos
laborales, gracias a esa estrategia de organización de la producción, a lo
que ya se llamó hace años “nueva división internacional del trabajo”, se
trasladan a esos nuevos lugares productivos. Allí pueden ser recibidos
con todos los parabienes: algo, piensan, contribuirán al desarrollo local.
Aquí, de donde emigran las empresas, lo que queda es un rastro de
desolación y destrucción de redes sociales. Un caldo de cultivo para el
incremento de enfermedades y riesgos, derivados del trabajo, pero que
ahora aparecerán como sociales, y lo son. Como esas enfermedades
cardiovasculares que tantos quieren no relacionar con el trabajo.
Y se sabe mucho sobre esa consecuencia sobre la salud, aunque
se difunda mal. Joan Benach y Marcelo Amable, profesores de Salud
Laboral y Salud Pública en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, lo
han resumido en forma clara: “Tener un trabajo precario, insatisfactorio,
inseguro o de baja calidad se halla asociado con una mayor exposición a
varios factores de riesgo laborales y a mayores problemas de salud(…).
Las situación actual de desempleo, desprotección y precariedad laboral
no depende de la libre elección de unos ciudadanos que no quieren
trabajar sino, sobre todo, de políticas de empleo y del Estado del
Bienestar inadecuadas y muy insuficientes”13.
Por otro lado, esa estrategia de desregulación, de externalización y
de subcontratación, tiene un efecto inmediato en la capacidad de
negociación de los trabajadores y de sus sindicatos, ante la amenaza de
13
Joan Benach y Marcelo Amable: “El desempleo, la precariedad y sus consecuencias para la
salud”, El País, 3 de septiembre de 2002, p. 31.
46
Los estragos de la subcontratación
que “vuelen las fábricas” de un entorno social, local, regional o nacional, si
los trabajadores “se ponen exigentes”. El ejemplo, que hemos seguido en
detalle, en una larga investigación sobre el terreno, sobre las redes
productivas de subcontratación de la empresa Volkswagen-Navarra, a lo
largo del año 2001, incluyendo la negociación del convenio colectivo lo
demuestra de forma palmaria 14. La presión social sobre los trabajadores
para que acepten salarios que son la mitad de los que paga la empresa
en Alemania, la refuerza la empresa con la amenaza de trasladar todas
sus
producciones,
primero
a
Bratislava,
luego
a
México
y
China. Hoy ha cumplido la amenaza y una mayor parte de la producción
del ‘Polo’ se hace en Bratislava. A la mitad de precio, claro.
Y las consecuencias sociales más generales, lo que los ahorros
empresariales repercuten sobre la sociedad, es difícil de estimar y valorar.
Pero no faltan, por supuesto. Pagamos colectivamente lo que una
empresa se apropia individualmente.
Por
ejemplo,
si
se
ofrece
‘generosamente’
un
plan
de
prejubilaciones, hay un “ahorro de salarios a cargo del INEM”. Carmen
Parra calcula que el ‘ajuste’ de Telefónica y otras grandes empresas,
como Iberdrola, Altadis, Siemens, Grupo Repsol, Planeta, Tyco Microser,
14
Veáse, en “Para seguir leyendo”, nuestro libro Los obreros del Polo. Una cadena de montaje en
el territorio, 2002. Y, especialmente, el artículo, publicado en Sociología del Trabajo, 2002,
“Mujeres al final de la cadena”, donde se recogen las muy malas condiciones de trabajo y empleo
de los fragmentos productivos de esta empresa-marca emblemática. Ver, también, el Capítulo 6 de
este libro.
47
Los estragos de la subcontratación
Electrolux, Auna, RENFE, y otras, cuesta, nos cuesta, 240 millones de
Euros en prestaciones por desempleo15.
Más preocupante es el destino de esos trabajadores que, en
muchos casos, apenas pasados los 50 años ven sus “biografías rotas”.
Como ya lo mostramos en 1998 entrevistando a los prejubilados de la
empresa FASA-Renault, cinco años después de haber abandonado la
empresa “voluntariamente”, el panorama que se presentó ante nuestros
ojos era realmente desolador: divorcios, suicidios, infartos, y una
añoranza, aún de poder volver al trabajo, con unos 58 años de media de
edad16.
Carlos Trevilla ha hecho un balance muy acertado recientemente:
“Envejecer
trabajando”
(El
País.País
Vasco,
2.9.03):
“un
dato
escalofriante sobre esta situación es que de los más de 600.000
prejubilados en España, el 20% está en el umbral de la pobreza”.
Los lunes al sol, la extraordinaria película de Fernando León de
Aranoa, es un documento que vale la pena ver y volver a ver para
entender el mundo de aquellos a los que les han “expulsado del trabajo”,
para utilizar el título de un estudio sociológico clarividente de Imanol
Zubero.
15
Carmen Parra, “Ahorro de salarios a cargo del INEM”, El País.Economía, 27 de julio de 2003.
Ver también, Carmen Parra: “Cincuentones no, gracias. La prejubilación afectó en 2002 a 20.000
trabajadores de grandes empresas y a un goteo de despidos individuales”, El País.Negocios, 26 de
enero de 2003.
16
Veáse la referencia de “Biografías rotas”, texto incluido en A la búsqueda del trabajo perdido,
1998, en el capítulo 10, “Para seguir leyendo”.
48
Los estragos de la subcontratación
Peor aún, si no fuera ya un drama que demanda una intervención
inmediata de la sociedad lo que acabamos de argumentar, es el marco de
expectativas y posibilidades que se crea para nuestros hijos, “los hijos de
la desregulación”, como los han llamado Fernando Conde y José A.
Gómez Yáñez (El País, 22.1.01): “La desregulación del empleo ha
causado un profundo cambio en la relación de estos jóvenes con el
trabajo. Sus currículos son una lista de empleos cortos, inestables y sin
hilván que revela una acumulación de saber profesional. Empleos en los
que se produce el hecho paradójico de que los que menos formación
aportan estén mejor pagados que los que tienen más proyección de futuro
(…). Los hijos de la desregulación están viviendo una experiencia de
acceso a la edad adulta inédita y difícil de comprender por la generación
precedente. Son una versión de la corrosión del carácter, en expresión
de Richard Sennett, de las clases trabajadoras del nuevo capitalismo”17.
17
Fernando Conde dirigió la investigación Inestabilidad laboral, ocio y consumo de drogas,
financiada por la CREFAT, base de este artículo.
49
50
Los estragos de la subcontratación
5. LA GLOBALIZACIÓN: EL MANTO DEL REY DESNUDO.
La criada para todo, la justificación de tantos y tantos atentados
contra la salud y el bienestar de los trabajadores, entre otras muchas
cosas; la explicación de que lo que ocurre es tan inevitable como la lluvia,
es hoy en día la ‘globalización’.
Se han publicado cientos de libros y miles de artículos, unos
mejores y otros más que peores. Muchos de ellos se escudan en la
posición institucional o la categoría o el renombre de su autor, o autores,
para difundir esta eterna ‘explicación’: hay causas objetivas, inevitables
que están en la raíz de los desastres laborales, de los cierres de fábricas,
de la precarización de los contratos, de las biografías que se destruyen,
de los trabajos que cada vez se ofrecen como más indecentes: sin
perspectiva profesional, sin expectativas de carrera, sin que las personas
puedan aplicar los conocimientos y saberes de que disponen.
A esta posición, que se difunde como si fuera una ciencia, la
hemos llamado los sociólogos tecnologismo. En lenguaje más llano no
quiere decir otra cosa que lo que se pretende es explicar lo social, las
consecuencias sociales de una determinada organización productiva,
como si fuera una imposición inevitable del desarrollo de la técnica.
Y a ella se remiten científicos sociales (que lo son sólo en
apariencia), políticos de alta responsabilidad, y políticos de medio
alcance.
Seguramente porque detrás de ellos hay un asesor, un
51
Los estragos de la subcontratación
economista, un sociólogo, un politólogo (quien sabe, un filosofo o un
simple paniaguado) que le prepara los discursos… y las leyes.
Pero también porque existen lo que antes se llamaba intereses de
clase: porque se defienden determinadas posiciones políticas, porque no
conviene ‘mojarse’ en un conflicto donde las grandes empresas siempre
tienen algo que ofrecer.
El tecnologismo que hoy prevalece, como un manto que cubre la
realidad de que siempre hay opciones en el uso y la aplicación de
cualquier tecnología , de cualquier forma de organizar la producción en
una empresa, y la forma en que ésta distribuye sus procesos productivos,
se llama hoy ‘globalización’, a secas. Olvidando que hay millones de
personas en el mundo que defienden una globalización alternativa, que
cuente con las gentes y los pueblos del mundo. Olvidando que hay en las
ciencias sociales un cuerpo de conocimientos consolidado en la
comunidad científica internacional que demuestra que toda innovación
tecnológica, toda reorganización productiva tiene siempre un margen de
maniobra, un campo abierto a la negociación y al diálogo social.
Pero, para que funcione como cierre de cualquier posibilidad de
negociación, de plantear alternativas, de anclar las transformaciones en la
sociedad, de dar participación a los actores sociales, y en primer lugar a
los sindicatos, tiene que parecer que se trata de un camino único.
Este invento, esta falacia, de que las consecuencias sociales las
impone la innovación tecnológica, y de que poco se puede hacer
52
Los estragos de la subcontratación
contra ella, sino ponerle parches, paños calientes, o llorar amargamente
los ‘estragos del progreso’, ha conocido en los últimos cuarenta años
distintas versiones: desde la ‘automatización’ de los años sesenta,
pasando por ‘la informática’ en los setenta, hasta las “nuevas tecnologías”
que inundaron las bases de datos y los periódicos en los años ochenta,
para renovarse luego recurriendo a invocar la ‘red de redes’, internet, y
acabando ahora en la ‘globalización’.
El discurso es siempre el mismo: olvidarse de las relaciones
sociales, de las personas, de las que llaman, siempre, ‘consecuencias
sociales’, como si todo se derivara de un deus ex machina, de algo
inevitable, contra lo que nada puede hacerse.
He dedicado, junto con mi equipo de investigación en la
Universidad Complutense, más de veinte años a escribir y publicar libros y
artículos que muestran que estos caminos cerrados que nos quieren
imponer como pensamiento único, son, al contrario, caminos siempre
abiertos, llenos de posibilidades.
Hemos mostrado que se pueden
negociar los cambios, y que existen países, regiones y empresas, donde
lo que se suele llamar “buenas prácticas” existen. Que para que una
empresa avance, se desarrolle y sea ‘competitiva’ no es necesario que lo
haga destruyendo la vida social y laboral de una región, de una rama
productiva, de unos trabajadores concretos.
Y lo hemos hecho no sólo a partir de la investigación de campo,
concreta y anclada en la realidad de nuestro país, sino teniendo en cuenta
la mejor investigación internacional.
53
Los estragos de la subcontratación
Por ello causa sonrojo, si no vergüenza intelectual y desprecio
político, en el más noble sentido de la palabra, el seguir encontrando
interpretaciones de la evolución de la sociedad, de las transformaciones
del trabajo y de sus consecuencias sociales que huelen a la más rancia
naftalina de la derecha científica y política. Y que son aireadas por los
medios de comunicación como si de verdad revelada se tratara.
No es este el lugar para una discusión detenida de esta ‘literatura’,
lo que nos ocuparía demasiado espacio18.
Pero vale la pena tomar un par de ejemplos muy difundidos para
mostrar con claridad lo que decimos. Porque es muy importante, a la
hora de poder interpretar como la organización del trabajo incide en los
riesgos laborales.
Porque, lo que se nos puede presentar como un sesudo estudio
sociológico, un ‘ladrillo’ ilegible, puede no ser más que una posición
política cuyo objetivo no declarado es, simplemente, cerrar el debate,
impedir cualquier negociación: ya se sabe, “los datos son los datos”.
Un artículo publicado en la página más destacada de ‘Opinión’ (y
nunca mejor dicho…) de El País (29.9.00), mientras en Praga se libraban
las ya tradicionales batallas entre la policía y los que llamaban
‘antiglobalización’, los movimientos alternativos a la vía única por
18
Al final de este libro, en el capítulo, “Para seguir leyendo”, encontrará el lector algunas
indicaciones breves.
54
Los estragos de la subcontratación
antonomasia de imponer su globalización, por Guillermo De la Dehesa
puede servir como tantos otros.
Lleva por título, prometedor, por cierto, “¿Quién gana y quién
pierde con la globalización?”, y lo firma como “Presidente del Center for
Economic
Police
(sic)
Research”.
Cualquiera
creerá
que
nos
encontramos ante un científico social, con autoridad por tanto para
aclararnos si nos ha tocado la lotería en el sorteo de la globalización. Pero
hay que recordar que el señor Dehesa, que fuera en tiempos alto
responsable político, fue más recientemente Presidente de las Cámaras
de Comercio de España.
El texto es un compendio de insensateces, de las que el autor se
cura en salud nada más comenzar: “trato aquí de lanzar unas ideas muy
generales y necesariamente burdas”, dice. “Para ello me veo obligado a
hacer una clasificación simplista (…) de las personas entre capitalistas, es
decir, que viven predominantemente de las rentas del capital propio
invertido, y trabajadores, es decir, que viven fundamentalmente de las
remuneraciones que perciben por su trabajo”. A estos últimos los clasifica
en ‘cualificados’ y ‘no cualificados’, “lo que no representa tampoco
adecuadamente la realidad”.
Con semejante burdo bagaje, más la clasificación de los países en
‘desarrollados’ y ‘en desarrollo’ se nos regalan algunas conclusiones que
no valdrían, si no fuera por el medio en que se difunden, y por la aureola
de presunto centro de investigación al que se adscriben, ni para una
charla de café: “la gran mayoría de los trabajadores de los paises en
55
Los estragos de la subcontratación
desarrollo saldrán beneficiados con la globalización”; “los trabajadores
más
cualificados
de
los
países
desarrollados
también
saldrán
beneficiados”; pero, sobre todo “la primera conclusión es que sus
principales ganadores son todos los consumidores del mundo”. Le falta el
tradicional, “¡uníos¡”.
De “apóstol de la globalización” califica a Dehesa el catedrático de
economía
Emilio
Ontiveros
al
comentar
su
libro
Globalización,
desigualdad y pobreza en El País.Negocios (5.10.03). Y que, en realidad
se trata de un libro ‘partidista’ lo refleja, con sutileza reprochándole ignorar
al Premio Nobel Stiglizt y otros libros fundamentales: “el propósito
evangelizador habría quedado mejor satisfecho si en lugar de esas más
de 200 referencias bibliográficas que amparan su discurso hubiera
seleccionado de forma equilibrada los principales alegatos de una y otra
parte”.
5.1. La globaliz ación de los despidos.
Un año después, el 28 de octubre de 2001, el mismo periódico, que
ha venido recogiendo en sus páginas una auténtica lluvia de cierres de
empresas, reorganización de sus cadenas productivas, y despidos
masivos de trabajadores, que acabarán maltrabajando en lo mismo, pero
en una subcontrata, hace un balance de “La globalización de los
despidos”.
Klaus Zwickel, presidente de IG Metall, hace un balance
extraordinariamente lúcido y concreto, con la cumbre de Génova como
telón de fondo: “después de diez años de globalización, cada vez hay
56
Los estragos de la subcontratación
menos dudas acerca de sus resultados: el mundo se ha hecho cada vez
más injusto. La brecha entre los que están arriba y los que están abajo,
entre los países pobres y los países ricos, es cada vez mayor; el
desempleo ha aumentado a escala mundial y disminuye la esperanza de
que nuestros hijos hereden un mundo digno de ser vivido”.
Hay estudios, como el realizado por ocho economistas, dirigidos
por Juan Ramón Cuadrado y Angel Iglesias, Catedráticos de Economía
aplicada, y publicado por la Fundación BBVA, Cambio sectorial
desempleo en España (2003), que prevén una demanda hasta el año
2006 de puestos de trabajo de alta cualificación, con un despliegue muy
importante del llamado ‘sector servicios’: entre 1 y 1,5 millones de puestos
de trabajo.
Todo ello muy en la línea del desarrollo de la llamada
“sociedad de la información”, a cuyo despliegue ‘empírico’ sigue
contribuyendo el gran sociólogo español Manuel Castells, a quien no le
importa, para mantener su fama de ‘guru de las nuevas tecnologías’ el
retorcer los datos con tal de cuestionar lo que para quien está a pié de
obra en la investigación social son hechos patentes: “la afirmación de que
las
economías
adelantadas
experimentarían
un
incremento
desproporcionado de los puestos de trabajo escasamente remunerados
de los servicios” 19. Las perlas que se ‘cuelan’ en este texto reciente no
tienen desperdicio, ni tampoco refrendo empírico, como pretenden los
autores: “los datos contradicen el vaticinio de que la introducción de las
TIC (Tenologías de la Información y la Comunicación) presionaría las
19
Yuko Aoyama y Manuel Castells, “Estudio empírico de la sociedad de la información”, 2002,
p. 135. Veánse los comentarios y referencia completa en “Para continuar leyendo”, al final de este
libro.
57
Los estragos de la subcontratación
rentas familiares a la baja”; o “se desmentía así la idea corriente de que la
sociedad
de
la
información
se
caracteriza
por
una
cantidad
desproporcionada de empleos de bajo nivel en el sector servicios”, lo que
en modo alguno demuestran sus datos. Y ello, afirman, aunque, “dentro
de una misma sociedad los cometidos concretos y las aptitudes que se
requieren para una determinada profesión varían con el paso del tiempo,
a veces muy acusadamente, en virtud del cambio tecnológico y la
reestructuración organizativa”. Y, también aunque “la ocupación en el
sector servicios se considera inestable, insegura y más conducente a
situaciones de empleo atípico, esto es, empleo a tiempo parcial o
temporal”, pues “es verdad que el empleo atípico esta aumentando en
muchas economías industrializadas adelantadas”. También “está claro
[aunque luego los autores lo olviden] que las categorías profesionales se
ven profundamente afectadas por las relaciones laborales en cada país”.
Tanto afectan las relaciones laborales a los puestos concretos de
trabajo, que, en España, según un estudio realizado por dos catedráticos
de la Universidad Autónoma de Barcelona, Educación formal y demanda
de cualificación de la mano de obra en España (2003), 2,2 millones de
españoles trabajan en puestos de trabajo muy por debajo de sus
conocimientos y estudios.
La crónica periodística lo resume así:
“Licenciados que trabajan de peón”.
Y no se trata de una metáfora periodística: un caso tomado al azar
entre miles es el de Isabel Rodrigal, Licenciada en Sociología, empleada
en Alta Gestión, una Empresa de Trabajo Temporal. En menos de un año
pasó por doce empleos distintos. Por supuesto, ninguno relacionado con
58
Los estragos de la subcontratación
su calificación profesional de socióloga. “Sin contar los nueve contratos
como auxiliar administrativa en la central de Alta Gestión, su ETT, el
historial de Isabel es: un mes como ayudante de cajera en una tienda de
Loewe; mes y medio como auxiliar en otra oficina de Loewe; un mes en
una empresa que escaneaba documentos; dos días en un concesionario
de coches; dos semanas en una empresa de plantas naturales; una
semana en Ericcson, de telefonista y archivando facturas; tres días en
una ETT, metiendo papeles en sobres; tres días en una correduría de
seguros, enviando cartas a empresas” (El País, 9.5.99).
‘Alta gestión’, trabajo de servicios, y sociedad de la información: un riesgo
laboral del que nadie será culpable, la depresión y la vida personal
truncada.
5.2. La degradación del trabajo en los empleos de la ‘sociedad de la
información’.
Cuando Juan Villalonga accedió a la presidencia de Telefónica en
1996, Telefónica de España tenía unos 67.000 trabajadores. A partir de
entonces, y en oleadas sucesivas, que comprendieron, además una
reestructuración permanente, creación y remodelación de empresas,
transformaciones y creación y recreación de filiales, la empresa comenzó
a “perder” empleos.
En julio de 1999 uno de los innumerables, luego, expedientes de
regulación de empleo, será destacado en la prensa como “el expediente
de la discordia”: mano dura con los trabajadores, que se verán obligados
59
Los estragos de la subcontratación
a negociar el plan, y ventajas salariales para la cúpula directiva que, se
asegura, se ha multiplicados por cuatro.
Las previsiones de entonces eran de que, al final del año 2000,
habría en Telefónica unos 40.000 trabajadores, 27.000 menos que
cuando llegó al poder, como amigo del Presidente del Gobierno.
Pero los “ajustes” y las reorganizaciones siguen aún hoy mismo: el
último expediente de regulación de empleo pretende prescindir de otros
15.000 trabajadores.
¿Será que se ha automatizado tanto la telefonía que sobran los
trabajadores?.
Si miramos hacia atrás, a 1998, empezamos a entender las
razones de ese “adelgazamiento”, como dicen los gurús de las Escuelas
de Negocios.
En diciembre de 1998 trabajaban en el servicio de
información, entonces el 1003, unos 3.200 trabajadores. La empresa, o
sea Villalonga, defendía que “en el año 2000, si no cambia la rentabilidad
del servicio, se procederá a su externalización completa”, es decir a
subcontratarlo.
La alternativa era que esos 3.200 trabajadores se
redujeran a 147 para diciembre de ese mismo año.
Pero las medidas ya estaban tomadas, y Telefónica había creado
años atrás, una filial, Estratel, que, dirigida por altos ‘funcionarios’ de
Telefónica, estaba ya absorbiendo, según los sindicatos, en diciembre de
1998, entre el 30 y el 60% de las llamadas al 1003.
60
Los estragos de la subcontratación
La diferencia: en Estratel abundaban los contratos a tiempo parcial
y la precariedad; el convenio de Telefónica pasaba a mejor vida. Andrea
Del Bono, en una tesis doctoral hoy publicada como libro, llevó a cabo un
trabajo de investigación directa y sobre el terreno sobre las condiciones
de empleo, sobre el tipo de trabajo, sobre las relaciones laborales en esta
empresa pantalla de Telefónica de España. La ha publicado bajo el título
Telefónica: la degradación del trabajo en la era de la información.
Dirigí esa tesis y seguí muy de cerca, durante cuatro años, los
estudios y las consecuencias de aquella “regulación” y de las condiciones
de trabajo, de los riesgos laborales, consecuencia de esa transformación
aparente, donde, en la práctica, lo que se hacía era simplemente acabar
con unos puestos de trabajo regulados, con condiciones de trabajo y
expectativas de carrera, para re-crearlos en otro contexto donde la
precariedad se dobla con la falta de respeto por las pausas del trabajo en
pantalla de ordenador, por ejemplo. Las contrataciones pueden ser de un
día, o de unas horas.
Y la organización del trabajo, utilizando
instrumentos disciplinarios como el permanente control por ordenador, o
la vigilancia directa, el ‘espoleo’ de las llamadas que han de atenderse,
sin poder pararse mucho a comprender los problemas que se les
plantean.
Llevar a cabo un análisis que, simultáneamente, explique el
‘adelgazamiento’ de las grandes empresas, junto con el crecimiento de las
subcontrataciones o empresas satélites a ellas vinculadas, es uno de los
logros principales del libro de Andrea Del Bono. En él, Estratel, hoy
61
Los estragos de la subcontratación
Atento, se analiza como una parte desgajada, funcional y necesaria para
Telefónica. Una parte que no es otra cosa que el traslado de parte del
trabajo a una empresa en que las condiciones de trabajo han perdido
todas las buenas características que tenían cuando hacían lo mismo,
pero dentro de la gran empresa.
Los riesgos en el trabajo, acrecentados y exacerbados están ahora
lejos de la empresa-madre, de la empresa que crea, con su
reestructuración empresarial, una organización del trabajo propensa a la
creación de nuevos riesgos, con, además, mucha menos capacidad de
defensa e identificación de su origen por los trabajadores.
Cuando el trabajo de la sociedad de la información se subcontrata,
los trabajadores se convierten, según su propia expresión, en
“contestadores automáticos”. Como lo han caracterizado investigadores
del mismo fenómeno en el Reino Unido, lo que se ha conseguido es
“colocar una cadena de montaje en la cabeza” de la gente. Crear un
nuevo submundo del trabajo.
La consecuencia es la degradación del trabajo, es el incremento
del estrés, las depresiones, la agresividad entre compañeros, las ganas
de encontrar “cualquier cosa” para salir de Estratel. Pero el ‘mercado
obliga’ creando voluntarios forzosos, especialmente mujeres, que facilitan
la altísima rotación que se da en estos puestos de trabajo.
En 1999 Estratel se convierte en Atento Telecomunicaciones
España, que se inserta en el Grupo Atento, también creado por
62
Los estragos de la subcontratación
Telefónica, y compuesto por varias sociedades filiales en Europa,
Latinoamérica, Asia y África. En el año 2002 tiene filiales en 13 países,
con una plantilla total de 49.000 teleoperadores. En España dispone de
una red de plataformas (17 centros) repartidas en 7 provincias (Barcelona,
Bilbao, Madrid, Cáceres, La Coruña, Sevilla y Valencia) “más de 4000
puestos de atención que dan empleo a cerca de 9.000 personas”20.
“Un call-center típico es una gran sala con cientos de puestos de
trabajo equipados con un ordenador y un teléfono de manos libres” 21. En
estos centros, excepción hecha de la atención telefónica cualificada (por
ejemplo, mantenimiento de ordenadores), lo que nos encontramos es lo
que podríamos llamar “nuevas formas de intensificación del trabajo”:
descualificación, organización taylorizada (los ‘argumentarios’ escritos
obligan a las teleoperadoras a seguir una secuencia que recuerda los
viejos libros de Métodos y Tiempos, impidiéndoles salirse del guión
marcado, o intentar resolver problemas que están atribuidos a una
categoría superior e incluso a nadie); supervisión e incluso grabación de
las conversaciones, primero aleatoriamente, luego todas; y si hay que
poner un pretexto, se dice que se hace para estudiar la calidad, o para dar
cursos de formación, o para que los “jefes” comprendan, oyéndolas,
cuales son los verdaderos problemas de los clientes (¡); se caracterizan
por
una
supervisión
autoritaria,
en
condiciones
degradadas
y
empobrecidas.
20
El entrecomillado está tomado de la página web www.atento.es.
Un análisis actualizado de la situación general en España, actualmente, que comprende los
principales ‘operadores’ del sector de telemarketing, en la investigación que ha realizado Andrea
Del Bono, en nuestro equipo TRABIN, Call-centers: el trabajo de las teleoperadoras, 2003.
21
“Los ‘call-centers’ españoles crecen al ritmo del 30% en medio de la crisis económica”, El
País.Ciberpaís, 11 de abril de 2002.
63
Los estragos de la subcontratación
La calidad del servicio, que tanto se airea en la publicidad, se
olvida por completo y lo que prima es la rentabilidad, el número de
llamadas ‘atendidas’ (es un decir…). Juan Carlos Fouz, director de IZO
System, empresa independiente especializada en el control de la calidad
de centros de atención telefónica, afirma que “otra de las paradojas es
que los salarios de los teleoperadores han sido muy malos hasta hace
poco. Teníamos a 45.000 personas cabreadas atendiendo por teléfono a
los clientes de las empresas”22.
Quizá ahora entienda el lector el porqué de sus propios problemas
con cualquiera de estos llamados centros de atención al cliente: no son
suyos, son los problemas de la mayoría, consecuencia de lo que
demasiado benevolentemente se sigue llamando ‘organización del
trabajo’ por la empresa, organización que se paga en salud laboral, en
estrés por los trabajadores, que han de soportar, sin medios para ponerle
remedio, el aluvión de críticas que el ‘cliente’ quiere hacer llegar a la
empresa.
En lo que aquí nos concierne ahora, lo que tenemos es una
degradación del trabajo, tanto en términos salariales y de garantía de
empleo, como de riesgos laborales, que, para más inri no aparecerán
nunca en las estadísticas del daño a la salud, ni del sufrimiento en el
trabajo, como diría el maestro Alain Wisner: “el estrés está en el origen
de la cuarta parte de las bajas laborales de más de dos semanas de todos
22
“El peligro latente de una telefonista malhumorada”, declaraciones recogidas por Daniel
Castaño, en Ciberpaís, 11 de abril 2002.
64
Los estragos de la subcontratación
los problemas de salud relacionados con el trabajo”, afirma Christina
Roberts, directora de la Agencia Europea para la Salud y la Higiene en el
Trabajo, con sede en Bilbao (El País, 26.1.03).
Pero, además, esta forma de gestión, la subcontratación en
cascada, puede tener consecuencias dramáticas cuando todo se
subcontrata: la central que responde a la llamada de emergencia, y la
trabajadora que trabaja bajo presión, pueden no conocer el territorio
desde el que le llaman, y dispone sólo de una ayuda informática para
localizarlo.
El 28 de febrero de 2003, unos padres de la localidad de Aldea del
Fresno, en la Comunidad de Madrid, pidieron ayuda urgente al teléfono de
emergencias 112, para su hija de cinco años que se había atragantado
cenando. La información se recibió con dificultad, dicen los responsables.
La ambulancia fue enviada a la calle de Aldea del Fresno en la ciudad
de Madrid. La niña murió en el Hospital 12 de Octubre, pues aunque
pudo reanimarla otro equipo de emergencias que se hizo venir por la
intervención de la policía local, de San Martín de Valdeiglesias, los daños
cerebrales eran ya irreparables23.
Los teleoperadores españoles, pese a todas las dificultades e
imposiciones, han terminado por luchar por sus derechos, por organizarse
sindicalmente–pese a las amenazas veladas o abiertas-, y han
conseguido dos convenios colectivos, el segundo firmado en diciembre de
23
“Dos muertes en tres días negros del 061”, El Mundo, 8 de marzo de 2003.
65
Los estragos de la subcontratación
2001, lo que ha puesto límites y expectativas de mejora para los
trabajadores.
Pero la empresa ya ha viajado a donde esos mínimos
logros no sean un obstáculo.
Ahora Atento atiende a los clientes
españoles desde un centro situado en Tánger, en Marruecos. Y pronto
tendrá otro en Tetuán. A estos jóvenes marroquíes (650, en diciembre de
2002), se les cambia el nombre por uno español y se les da formación
básica (por ejemplo: que sepan que Sabadell está en Barcelona, “porque
sonaría raro si lo preguntan”). A ellos hay que recurrir, como recoge una
crónica periodística, para “averiguar desde Sevilla un teléfono de Écija
pasando por Tánger”. El sueldo de estos teleoperadores oscila alrededor
de los 350 Euros brutos al mes, entre la mitad y un tercio de lo que cobran
los teleoperadores de Atento en España. ¿Quién les va a hablar de
sindicarse?24.
5.3. Oleada de regulaciones de empleo, subcontratación mundial.
Así lo llama la prensa, repitiendo titulares, muchas veces a cinco
columnas, a página entera, al menos desde hace cinco años. El
País.Negocios de 6 de diciembre de 1998 decía en titulares: “Oleada de
despidos en grandes empresas. Boeing, Siemens, Philips, Gillette,
Alcatel, Volvo, Levis… recortan sus plantillas”.
24
Veánse las crónicas periodísticas en El País, 26 de julio de 2001; 29 de diciembre de 2002; y El
País.Semanal, 17 de febrero de 2002. Y la información actualizada en www.atento.maroc: en
febrero de 2002, Atento Marruecos “da trabajo a 1400 personas”.
66
Los estragos de la subcontratación
En
otras
ocasiones,
las
noticias,
destacadas,
recogen
puntualmente casos de grandes empresas que tienen gran repercusión
internacional, y, casi siempre también en España. Hay muchas veces en
que la “oleada de regulaciones de empleo” cubre, desgraciadamente tan
sólo nuestro país, aunque pueda tratarse, nuevamente, de firmas
internacionales, ya sean españolas o extranjeras.
Toda la primera página de ‘Economía’ de El País de 13 de julio de
este año 2003 recoge una larga lista de “Ajustes de plantilla en fase de
tramitación”. Y, aunque no sea exhaustiva, basta para percibir el alcance
que está teniendo esa ‘regulación’, paso primero para la subcontratación,
ya sea en nuestro país o en algún nuevo “paraíso laboral”, donde los
trabajadores puedan ser menos exigentes en materia de trabajo decente.
Ajustes de plantilla en fase de tramitación
Empresas
Trabajadores
afectados
Plantilla
Causa del ajuste de plantilla
BV Baja voluntaria – P Prejubilaciones – ST Suspensión temporal – ERJ Expediente de Regulación de Jornada
Telefónica
Pérdida de cuota de mercado y
competencia.
Reduce el ajuste previsto para 983
trabajadores.
Crisis en el sector de tecnología de la
información.
Desvío de la producción de Duomo de
Getafe a Zaragoza.
15.000
40.600
750
3.050
2.000
4.000
Siemens
250
3.139
Siemens
Controlmatic
Valeo
Planeta
Toar
Selecciones
Americanas (1)
90
660
Compra por absorción.
402
62
24
450
560
72
Cierre de la planta de Abrera (Barcelona).
Compra de CEAC.
Suspensión de pagos.
48
160
Pérdidas en 2002.
Tyco Microser
310
661
Wall Street Institute
Puigneró
46
120
500
243
Auna
Avanzit
Traslado de producción de Madrid a
Boecillo (Valladolid).
Plan de reestructuración.
Crisis en la empresa.
67
Los estragos de la subcontratación
Ajustes de plantilla en fase de tramitación
Empresas
Trabajadores
afectados
Plantilla
Causa del ajuste de plantilla
BV Baja voluntaria – P Prejubilaciones – ST Suspensión temporal – ERJ Expediente de Regulación de Jornada
Campesa
Electrolux
Sogecable
Via Digital
Agencia Efe
Julia Tours
50
135 (2)
78 BV
250 BV
22
108
125
1.200
1.300
492
1.142
108
Iberdrola
3.168 P
9.308
RENFE
BSCH
BBVA
SEAT
1.500 P
1.500 P (3)
1.200 P (3)
9.000 ST
31.109
22.662
30.061
14.000
Aceralia
6.000 ST
7.500
270 ERJ
270
Crisis del sector.
418 ST
500
Bajada en volumen de ventas.
Curtidos Rodrigo
Sancho
Ford (planta de
motores)
Saint Gobain
(VICASA)
Textil-Lorca
Trillo-Almaraz
Frupo Repsol
Paduana
Coca-cola
80
113
168
380 BV
80
167 P
Caída de las ventas.
Caída de la dem anda.
Fusión.
Fusión.
Despidos individuales.
Suspensión de pagos.
Cambio de producción de carbón a gas.
Nuevas tecnologías.
Reestructuración de la plantilla.
Fusiones.
Fusiones.
Caída de la demanda.
Desabastacemiento por huelga en
subcontratas.
Redistribución de la producción.
Cierre de la empresa.
Fusión de empresas y nuevas tecnologías.
32.600
130
700
Crisis en el sector.
Apertura de nueva planta.
1. Antigua Belcor. 2. 135 trabajadores fijos más 80 temporales. 3. Previstas para este año.
EXPEDIENTES DE REGULACIÓN DE
EMPLEO (registrados en el M. de
Trabajo)
1.800
1.744
1.750
1.700
1.650
1.600
1.590
1.550
1.500
2.002
2.003
Entre enero y abril
68
Fuente: El País. 13 de julio de 2.003
Los estragos de la subcontratación
La trivialización de los titulares periodísticos (a los cuales se ha
aficionado tanto en los últimos años el que antes fuera un excelente
suplemento, El País.Negocios), ayuda a encubrir o edulcorar el alcance
de lo que está sucediendo ante nuestros ojos. Y, desde luego, no aporta
nada a la cada vez más necesaria regulación social y política de estas
acciones.
Cuando Tabacalera presente un ‘plan industrial’ (al menos no lo
llaman, como tantos otros, ‘plan social’…) que afectaba a 1400
trabajadores en prejubilaciones, bajas incentivadas, etc., y a otros 300 ó
400 que tendrían que hacer frente a una movilidad no deseada el
periódico titula “Tabacalera recurre a la cirugía” (El País.Negocios,
26.9.99).
Si Daewoo, la marca coreana, se ‘reestructura’, lo que,
obviamente repercutirá en las filiales españolas, tanto en automóvil como
electrodomésticos (Demesa), otra vez El País.Negocios recurre a la
metáfora que elide y elude el problema: “Daewoo mantiene su regimen de
adelgazamiento”25.
Así titula, precisamente dicho periódico “Una emigración rentable”,
lo que luego subtitula: “las empresas españolas aumentan el traslado de
su producción para abaratar los costes y elevar su productividad”. La
crónica es de José María Tripier (25.5.03).
25
Sobre este importante asunto me extendí en mi libro A la búsqueda del trabajo perdido. Y no es
una cuestión sin importancia cuando los despidos de trabajadores acaban apareciendo en los
periódicos (y en los libros de gestión) como liberarse de la grasa sobrante, hacerse, las empresas
con un ‘cuerpo danone’.
69
Los estragos de la subcontratación
Y en ella se da cuenta de que, “el objetivo que se persigue [con la
‘emigración’] es, fundamentalmente, rentabilizar las inversiones a través
de costes más baratos en la mano de obra, el suelo y los servicios,
además de la obtención de atractivos beneficios fiscales, derivados de los
incentivos que los países emergentes están introduciendo en sus
legislaciones para atraer inversiones extranjeras”. Y, claro está, “los
destinos más interesantes para instalar los nuevos centros de producción
son los países de Europa del Este candidatos a la ampliación de la Unión
Europea y el norte de África y, más concretamente, Marruecos, país en el
que están instaladas ya cerca de 900 empresas españolas”.
En ello están, en el sector textil-confección Zara, Mango o Pulligan.
El 30% de la producción de este sector se hace fuera de España26.
Tripier se refiere también al sector del calzado, sobre el que nos
detendremos en el apartado 8.3, pero dedica una reflexión muy atinada
en lo que concierne al sector del automóvil (al que dedicamos un capítulo
más abajo, el 6).
El traslado del 10% de la producción del SEAT-Ibiza de Martorell a
Bratislava, en Eslovaquia, es comentado por un responsable de la
Dirección General de Fondos Comunitarios del Ministerio de Hacienda
así: “unos salarios entre cinco y ocho veces inferiores a los españoles,
una mano de obra con formación técnica muy elevada, y unos incentivos
26
Sobre el textil-confección versa la investigación que en nuestro equipo TRABIN está llevando a
cabo Obdulia Taboadella, “Del escaparate a la trastienda: mujeres y trabajo invisible en la
confección gallega”, 2003.
70
Los estragos de la subcontratación
fiscales mayores que los nuestros a las empresas que se instalen en sus
territorios”. Esas son las razones fundamentales de la ‘emigración’. En
algún caso, como las Zonas Económicas Especiales (ZEC) de Polonia,
“las ayudas públicas pueden alcanzar hasta el 50% de la inversión,
acompañadas de la exención fiscal en el impuesto sobre la renta para los
beneficios obtenidos, durante 10 años”.
Hay razones para las empresas. Pero lo que suena a hueco en los
comentarios de nuestras autoridades políticas es la ignorancia de que
todo cuanto se menciona como ‘ventajas’ esta ligado a la intervención
pública, y se trata, por tanto, de un ‘mercado socialmente construido’.
Algo que debiera hacerles reflexionar sobre la necesidad de pensar
en nuestro propio marco socio-económico, en el contexto legal, en lo que,
en última instancia, en ese o en otro campo es un resultado de las
políticas que se lleven a cabo. No una tormenta de verano que llega sin
que pueda evitarse.
Porque,
como
veremos
enseguida,
este
es
un
problema
fundamental que plantea a España la ampliación de la Unión Europea.
Un problema que ha dejado ya muchas huellas de empresas que ‘toman
el dinero y corren’, faltando a los compromisos contraídos, olvidando
liquidar las ayudas recibidas en nuestro país, creando la desolación en
pueblos enteros: ahí están, en el sector automóvil Ólvega, Cervera,
Martorell…
71
Los estragos de la subcontratación
Pero, en cambio, lo que recuadra el articulista es que nuestro
Ministerio de Economía ha declarado a los países de la ampliación
‘destino prioritario’, financiando con 110 millones de Euros las inversiones
en Europa del Este…
La ampliación de la Unión Europea, sin agenda social.
La ampliación de la Unión Europea con diez nuevos miembros para
el año 2004, a los que se añadirán dos más en 2007 creará, está creando
ya, una situación ‘estructural’ más propicia a las deslocalizaciones y
traslado de empresas españolas, a la búsqueda de salarios mucho
menores que los españoles, y, además condiciones de ‘fomento’
propiciadas por políticas públicas que estimularán, que están estimulando,
esa ‘emigración’ de empresas que hoy se extiende como mancha de
aceite por muchos sectores productivos.
Por supuesto, esta circunstancia no se se presentaría como se
presenta si el desarrollo de la llamada ‘agenda social’ no estuviera
durmiendo en el limbo de los justos: una política de aproximación y
tendencia a la igualación de las retribuciones salariales, a igual trabajo
igual salario. Una política de extensión y generalización al alza, y no a la
baja, como muchos pretenden, de las conquistas europeas en el Estado
del Bienestar. Una política de consolidación de las instituciones sociales
y de los agentes sociales, potenciando, en lugar de ningunear la
presencia sindical, etc. etc.
72
Los estragos de la subcontratación
Mientras esto no se lleve a cabo, las buenas palabras de los
responsables políticos no hacen sino poner en evidencia que la defensa
de los derechos sociales ocupa un lugar de segundo orden, si es que
ocupa alguno, en la agenda de las negociaciones permanentes que
supone nuestra integración en la entidad ‘Europa’.
“Los países de la ampliación accederán a la UE con salarios cinco
veces más bajos”, titula El País (15.4.03). Lo que explica el interés de las
multinacionales por esta especie de “tierra prometida” para sus
inversiones.
Que supondrá en tantos casos desinversiones en otros
países, y desde luego en España. En efecto, tomando como referencia el
salario mínimo en los países de la Unión, decir que existe una “diferencia
abismal” no es una exageración. Bulgaria, con 56 Euros se sitúa en un
extremo, al otro lado del cual está Luxemburgo con 1369 Euros: 24 veces
más.
Pero centrándonos en los países a los que, recientemente, se han
producido traslados de empresas, especialmente en el sector del
automóvil, como el de Lear, una empresa de cableados, cerrada en
Cervera, Lérida, para llevarse más de 1000 puestos de trabajo a Polonia;
o los de empresas ‘cabeza’, como los de VW-Navarra o SEAT-VW, que
han trasladado una parte de su producción a Bratislava, Eslovaquia, que
comentaremos en el apartado 6, el salario mínimo español de 526 Euros,
mal puede ‘competir’ con los 201 Euros de Polonia, o los 212 de Hungría,
o los 199 de la República Checa.
73
Los estragos de la subcontratación
La SEAT trasladó ya en 2002 a Eslovaquia el 10% de la producción
del modelo Ibiza.
Y, por supuesto, como desarrollaré más abajo, las
redes de subcontratación en torno a estas empresas hacen inevitable una
‘desinversión’ en cascada: en el caso de VW-Navarra, en 2001, los 5600
trabajadores en la empresa ‘cabeza’, se prolongaban en el territorio
navarro en una red de más de 20.000 trabajadores en empresas satélites
o ‘mano’.
En Martorell esa “decisión empresarial” (así lo justificaba el
entonces Ministro de Industria, Josep Piqué) se hara notar. Expertos
sindicales y consultores del sector, estiman que se perderán, en el año
2003, unos 2000 puestos de trabajo. Y no sólo por el traslado de la
producción de SEAT, y también de Nissan, sino porque los fabricantes de
componentes también emprenderán el vuelo hacia esos mismos países
de la Unión Europea, Polonia, Eslovaquia y la República Checa, en busca
de menores costes salariales. El cierre de Valeo, Gates Vulcan, Lear,
Stick-Perlita, Manfel Garraf… y los expedientes de regulación de empleo
que afectan a 27 empresas auxiliares y de componentes, afectarán a
4000 trabajadores.
El caso de Valeo, que traslada su producción al Magreb, buscando
costes más bajos que los de su planta de cableados en Abrera
(Barcelona), nos recuerda los ‘estragos’ personales, que van más allá e
incluyen los riesgos laborales. El cierre supone el despido de 406 de sus
450 trabajadores. Estos, éstas, hay que corregir de inmediato, no pueden
ser prejubiladas porque la media de edad es de 28 años. Y difícilmente
serán recolocadas pues se trata de mujeres “con una preparación no
74
Los estragos de la subcontratación
excesiva”. La empresa, según los sindicatos, se limitó a ofrecer “algunos
puestos” en otras fábricas de Galicia, Zaragoza o Jaén27.
Pero también habrá repercusiones en cadena más lejos, por
ejemplo en la planta de VW en Pamplona. La empresa quiso despedir, en
octubre de 2002, a 500 trabajadores de esta planta que, entonces, tenía
ya sólo 5000 trabajadores.
Y ello, se hacían eco los sindicatos,
repercutiría en la pérdida de 1500 empleos más en la industria auxiliar del
automóvil navarro, como confirmaba Juan Antonio Cabrero, secretario
general de UGT (El País, 2.10.02). Finalmente , el Comité de Empresa
aceptará la propuesta de la empresa de cerrar la fábrica cinco días, y 377
prejubilaciones de trabajadores. Una parte del problema se arregla, pero
los 1500 empleos de las subcontratas se perderán de todos modos.
“La conquista del Este” titula El País (13.10.02) la búsqueda de
costes más bajos en los países de la ampliación. Haciéndose eco de un
informe de la consultora Watson Wyatt, escribe Sebastián Tabarra desde
Barcelona: “un operario checo gana 3.985 Euros al año (663.000 pesetas)
por 12237 de sueldo medio (2,36 millones de pesetas) de un operario en
España. En Bulgaria los sueldos son aún más bajos.
Un empleado
búlgaro gana 3.023 Euros al año (502.984 pesetas), y 396 Euros más si
se incluyen los bonus o gratificaciones”.
En un curso de verano de la Universidad Complutense de Madrid,
celebrado el pasado verano, bajo el título “Consecuencias económicas y
27
“Valeo traslada su producción al Magreb. El grupo francés cierra su segunda planta catalana en
medio año”, El País, 13 de junio de 2003.
75
Los estragos de la subcontratación
sociales de la ampliación de la UE”, auspiciado por el Consejo Económico
y Social, se afirmó que no existe, por parte del Ministerio de Trabajo,
ningún estudio de la repercusión de la ampliación en el mercado de
trabajo en España. Los responsables gubernamentales que participaron
en el mismo, tanto de Trabajo, como de Economía, insistieron en que no
se producirían traslados de empresas españolas. Aunque, cautamente,
se destacaron “ciertos riesgos” para sectores “expuestos al desvío de
inversiones y a la competencia de los nuevos países, como el textil y el de
tecnología no intensiva, en especial los subsectores de componentes de
automoción, electrónica y equipos de oficina” (Fernando Utrera,
Secretario General de Comercio Exterior del Ministerio de Economía).
Desde luego el Sr. Secretario General no parece recurrir a muchos
informes. Y ni siquiera parece que lea los periódicos.
Reorganización en Suecia en la telefonía móvil, despidos en España,
empleos precarios allende los mares.
Los riesgos laborales derivados de la reorganización de las
grandes empresas, que concentran su poder financiero y corporativo,
pero se desmigajan en una miriada de centros repartidos urbi et orbe, o
sea en el mundo entero, buscando, como primera razón el abaratamiento
de los costes del trabajo, son más que evidentes en nuestro propio
entorno nacional.
76
Los estragos de la subcontratación
Degradación de las relaciones laborales, malas condiciones de
empleo,
precariedad,
accidentes,
daños
desgraciadamente, a la vista de todos.
a
la
salud
están,
Pero quizá el riesgo laboral
primero, el que daña las relaciones de vida, el que rompe la inserción
misma en una comunidad de trabajo, destruyendo la trama económicoproductiva en que las gentes fundamentan su existencia, es la destrucción
de puestos de trabajo, las ‘fábricas que vuelan’. Y esos vuelos, esa
“emigración”, aparentemente, elimina todos los “riesgos laborales”
tradicionales: si no hay trabajo, no hay accidentes. O, ‘muerto el perro, se
acabó la rabia’ que dice el refrán.
Pero
esas
brutales
operaciones
de
cirugía,
para
seguir
parafraseando la prosa periodística y empresarial, que amputa la vida de
toda una región o de un pueblo, no sólo daña y trastoca la sociedad como
un todo.
Es un prerrequisito para que la población, amenazada y
golpeada, se vuelva menos ‘exigente’ en sus demandas de condiciones
de trabajo y empleo a la hora de buscar una nueva ocupación que le
permita sobrevivir.
Ese efecto de interiorización del despotismo organizativo, que
tan inteligentemente describiera el investigador norteamericano Michael
Burawoy, hace ya casi veinte años, se convierte en una causa primera,
casi fundamental, de los posteriores riesgos en el trabajo: ¿Quién se
atreverá a exigir lo que, en nuestro país, mandan leyes, reglamentos y
convenios ante la posibilidad de verse nuevamente al aire frío y serrano
del paro de larga duración?.
77
Los estragos de la subcontratación
Por ello creemos de gran importancia el luchar por frenar, poner
coto y normas sociales, negociadas, desde luego, pero obligatorias, a
esas transformaciones que llegan como llovidas del cielo, o, mejor,
surgidas del infierno, de lo que se justifica como “consecuencias
inevitables de la globalización”.
Un ejemplo llamativo, por lo que simboliza, tanto como portavoz, y
nunca mejor dicho, de la modernidad tecnológica, como encarnación de lo
inevitable, es la fabricación de teléfonos móviles.
Flextronics es una empresa ‘multinacional’ (que también tiene, o
tenía…) una pequeña sede en España. Se puede decir, como lo hace la
crónica periodística, que es “el primer fabricante universal de móviles” 28.
Sus parques industriales, es decir, donde se hace la producción, están
allende los mares: en Brasil, México, China; y más cerca, en la Unión
Europea, en Hungría y Polonia.
Su éxito reside en que fabrican totalmente los móviles que grandes
empresas del mundo entero les traspasan, después de cerrar sus propios
centros productivos. Su éxito es la producción de series gigantescas:
fabrican los móviles de Ericcson, Philips, Alcatel, Lucent, Nokia, HP,
Motorola, Palm, Siemens…
Eso sí, conservan la marca de cada una de ellas. Como dicen
los responsables, “conservar la marca, desprenderse de la máquina”. Y
28
Ramón Muñoz: “Flextronics, el primer fabricante universal de móviles”, El País.Negocios, 15
de julio de 2001.
78
Los estragos de la subcontratación
de los trabajadores, claro. Para julio de 2001, observa Ramón Muñoz,
más de 300.000 trabajadores en total. Ni más ni menos.
Y la razón fundamental es más que evidente: los salarios bajos y
drásticamente más bajos que los países que hasta ahora fabricaban el
producto, ya sea en Suecia, ya sea en España, o en cualquier otro país
con ciertas normas de trabajo decente.
Para nuestro argumento ahora, Ericcson y Alcatel subcontrataron
toda la producción de móviles a Flextronics en 2001. Pasaron “de
fabricantes de móviles a marcas registradas”, como lo resume Ramón
Muñoz (El País, 11.8.02), poniendo a España como “un perfecto ejemplo
de ese proceso de desmantelamiento industrial”.
En la primavera del 2002, leemos en los periódicos: “Ericsson
elimina 20000 empleos” 29. De ellos, la mitad, se eliminarán en la propia
Suecia. En septiembre de 2002, Ericcson España anunció que llevará a
cabo un nuevo ajuste de personal que afectará a 700 empleados, lo que
representa casi un tercio de la plantilla tota l, que suma 2400 personas. Lo
que afecta a la planta de producción de móviles de Zamudio (Vizcaya),
106 empleos últimos se negocian en junio de 2003, a los centros de I+D y
de atención de GSM, ambos en Madrid, y a todo el departamento de
comercial.
Esto nos llega de Suecia.
29
El País, 23 de abril de 2002.
79
Los estragos de la subcontratación
Desde
Francia,
Alcatel,
además
de
los
10.000
despidos
anunciados en junio de 2001, anuncia, también en septiembre de 2002,
otros 9.000.
Su ‘plan’ consiste en reducir, a finales de 2003, sus
empleados a la mitad de los que eran a finales de 2000: pasar de 115.000
personas a 60.000.
Para España, 1.300 empleos que se ‘perderán’, sobre 4.500, antes
del fin de 2002.
Y que reaparecerán en algún lugar del mundo,
degradados.
El sector de la moda: ‘empresas internet’, subcontratación mundial.
La otra cara del enmascaramiento de las relaciones de trabajo, y
de los riesgos laborales que conlleva, es el poner siempre por delante,
como si la etiqueta de la ‘nueva tecnología’, eximiera de un análisis de los
procesos de trabajo subyacentes a cualquier producción de bienes o
servicios, las ‘autopistas de la información’.
Clasificar a los trabajadores como trabajadores “enredados”, puede
ser una buena estrategia argumental.
Su único defecto es que hace
olvidar que no hay tecnología que no pueda enmarcarse, en su utilización
concreta, en diversas formas de organización y de relaciones sociales. Y
que,
igualmente,
incorporar
relaciones
sociales
en
la
propia
configuración de los dispositivos técnicos y de las herramientas, sean
éstas el hardware, los ‘trastos’ o máquinas, o el software, o los
programas, las instrucciones, los condicionantes y las limitaciones (o
80
Los estragos de la subcontratación
posibilidades) de uso, determina las condiciones del trabajo de los
‘ejecutantes’, las posibilidades de despliegue profesional, y, por supuesto,
los riesgos laborales, físicos o psicológicos derivados del uso de esas
tecnologías.
Y aún hay más.
En muchas ocasiones, y el sector del textil-
confección es paradigmático, cuando se pone en primer plano la
utilización (o su posibilidad) de sofisticadas tecnologías, especialmente
las ligadas al uso de la informática y las redes), se oculta que éstas se
aplican en una parte del proceso de producción, generalmente en el
diseño, en la planificación, en la comercialización, en la gestión de ventas.
Pero, mucho menos, por no decir nada, en los procesos de trabajo
directo, que se realizan, aún hoy, en condiciones de subcontratación
generalizada, que llega a empresas menores, cooperativas, los hogares,
e incluso a los talleres de las cárceles, donde los reclusos han de recurrir
a la Justicia para que se les de de alta en la Seguridad Social. Ese fue el
caso de la cárcel de Ponent en Lérida, donde se hacían parasoles para
una empresa aragonesa, cajas de madera para las bodegas de Raimat y
componentes eléctricos para la empresa Lear Corporation, antes de que
emprendiera el vuelo hacia Polonia (El País.Cataluña, 5.5.01).
El asunto es bien conocido de los sindicatos que desde hace más
de quince años han dedicado estudios, acción sindical, y preocupación
por incorporar a todos esos eslabones perdidos del trabajo de confección
que están entre el diseño y la venta. En incluir al trabajador colectivo, al
cual el brillo fantasmagórico de la moda, de las nuevas tecnologías y de
81
Los estragos de la subcontratación
los gigantescos beneficios empresariales, deja permanentemente en la
sombra.
De ellos es difícil conocer, muchas veces, no ya los riesgos
laborales, es que no sabemos ni siquiera dónde están, quienes son. Pues
cambian y mudan sin cesar, según convenga a la estrategia empresarial
de ‘reducción de costes’.
“Zara es una empresa Internet. Con un sistema enteramente
basado en la comunicación electrónica, y procesado por Internet. Ha
reducido a dos semanas el tiempo necesario para rediseñar un producto
desde el momento en que se decide ponerlo en el mercado en cualquier
parte del mundo”. Son palabras de Manuel Castells, recogidas por Ana
Pantaleoni en El País.Ciberpaís, 26.7.01. Por supuesto, Zara “engloba
todas las fases de la cadena: diseño, fabricación, distribución y venta al
cliente”. Pero, en esta especie de ‘publirreportaje’ de 3 páginas, se
destaca la gran cadena de producción de la fábrica de Arteixo, pero no se
dice una palabra de la otra parte, la subcontratada. Un mes después, El
País.Negocios (26.8.01) informa de que una ONG, SETEM, ha comprado
acciones de Inditex, la empresa de la marca Zara, para averiguar dónde
se produce la ropa, quien la fabrica. Lo hacen dentro de una campaña
que llaman “ropa limpia”, “para controlar los procesos de producción
textiles”, y bajo su lupa está Inditex, Mango, Cortefiel, Burberry’s y Adolfo
Domínguez.
Antonio Codina, director de SETEM, asegura que “en un trabajo de
campo descubrimos en Tánger 300 talleres ilegales que trabajan para
82
Los estragos de la subcontratación
empresas españolas”. Entonces Inditex informa de que “el 50% de las
prendas se fabrican aquí (Arteixo), el 30% la confeccionan proveedores
de varios países europeos [que debe incluir Portugal, por supuesto,JJC], y
el 20% restante otros en una infinidad de lugares”.
La empresa ha encargado una especie de auditoria social a todos
los talleres que trabajan para la misma, según información de CCOO. Y
se está haciendo “en los 400 ó 500 talleres en Galicia, Castilla y León y
Portugal en los que unas 12000 personas cosen para Inditex”.
Así, hoy en día, las empresas, en todos los sectores productivos,
como ha descrito tan gráficamente Naomi Klein en su libro No logo. El
poder de las marcas, tejen y destejen una red mundial, en la que la
búsqueda del abaratamiento de los costes del trabajo, con ejemplos tan
sangrantes en lo que a condiciones de empleo, trabajo y derechos
sindicales ha recogido en ese libro, donde los salarios de un dólar (o un
Euro) al día son abundantes, apoyándose en las facilidades que les
aportan las nuevas redes de comunicación, pero también en la
‘complicidad’ de las autoridades políticas que o no crean o desmantelan
cualquier posibilidad para los trabajadores de pedir un trabajo decente, y
no tener que conformarse con un precario modo de subsistencia en el que
diariamente arriesgan su salud y su vida. “Empresas con departamentos
de marketing y ventas en Nueva York o Frankfurt [o Barcelona, Madrid, o
A Coruña, JJC] y con centros de investigación y diseño en el Silicon
Valley o Ginebra, [que] pueden continuamente mercadear para buscar los
más baratos centros de fabricación en Irlanda o Brasil, o en Penang en
China. Diseñadores de ropa de alta moda en Nueva York o Milán que
83
Los estragos de la subcontratación
“alquilan” subcontratistas en los Estados Unidos o Italia, los que, a su vez,
pueden escoger entre los s weatshops (empresas explotadoras) de China
o de Chinatwon [es decir, entre el tercer mundo lejano, o el tercer mundo
en casa propia, en los suburbios de San Francisco, Los Angeles o Nueva
York… o Madrid, JJC]”30.
30
R. Baldoz, Ch. Koeber; Ph. Kraft: The critical study of work. Labor technology and the global
production, Filadelfia, Temple University Press, 2001, pp. 9-10. Muy importante: ver las
informaciones contenidas en la página www.setem.org; y www.ropalimpia.org.
84
Los estragos de la subcontratación
6. ¿NUEVAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO (NFOT),
O, NUEVAS FORMAS DE INTENSIFICACIÓN DEL TRABAJO (NFIT)?.
6.1. Los mismos nombres, distintas realidades.
Desde mediados de la década de 1970 se desarrollaron muchas
experiencias de lo que entonces se llamó “nuevas formas de organización
del trabajo”.
Se trataba, fundamentalmente, de una respuesta
empresarial, que fue ampliamente apoyada por las instituciones públicas,
para contrarrestar la extrema división del trabajo a la que se había llegado
en los centros de trabajo. El emblema contra el que iban dirigidas esas
acciones era “el taylorismo”. Y las razones de fondo de ese movimiento
real en defensa de la “calidad de vida en el trabajo”, el motor de la
respuesta empresarial, estaba en la amplia movilización de trabajadoras y
trabajadores, de sus sindicatos, contra lo que llamaban éstos la “división
capitalista del trabajo”, sustituyendo, y poniendo radicalmente en cuestión
la “divisón científica del trabajo”, predominante.
Las grandes luchas obreras, tanto en Europa como Estados
Unidos, fueron el motor de aquellas innovaciones, que tuvieron, también
en España, sus emblemas. Una de las empresas más destacadas en ese
ámbito, aunque, desde luego, no la única, fue FASA-RENAULT en
Valladolid.
Aquellas ‘nuevas formas’ fueron fundamentalmente, la rotación de
tareas, la ampliación de tareas, el enriquecimiento del trabajo, y, la más
innovadora, ‘el trabajo en grupo’, que rompía de raíz con el individualismo
85
Los estragos de la subcontratación
y la fragmentación de la organización del trabajo basada en la
fragmentación de las tareas, en la división entre concepción y ejecución,
entre trabajo manual y trabajo mental.
Aquellas experiencias, como se les llamó, dejaron ejemplos que
aún hoy se muestran como hitos de la historia de la gestión del trabajo y
de la organización de la producción, como los de Volvo en Kalmar,
inaugurada en 1973; las “islas de producción” de la Olivetti de Ivrea, en
Piamonte; la “producción asíncrona de motores”, en la FIAT de Turín, que
unía la más sofisticada y compleja red de tecnologías informáticas e
ingenieriles, con la abolición del trabajo individual en el montaje completo
de un motor; etc.
Pero, lo que frecuentemente se olvida, cuando hoy en día, sobre
todo desde principios de los años noventa, con el despliegue de la
estrategia organizativa que se ha dado en llamar ‘producción ligera’ (lean
production, produzione snella, production maigre,…), es que las
similitudes entre los ‘grupos de producción’ que forman parte de este tipo
de organización, tiene como base, al contrario que en los años setenta y
parte de los ochenta, la iniciativa empresarial.
Que donde antes la introducción de una nueva organización iba,
necesariamente unida, dado el origen muchas veces sindical, a una
política de participación y convencimiento, de negociación, de puesta en
común de objetivos; hoy se trata de una imposición, casi siempre,
empresarial. Una decisión empresarial, casi nunca negociada, sino es en
aspectos puramente instrumentales y cosméticos. Que se doblan con la
86
Los estragos de la subcontratación
necesidad de obtener Certificados de Calidad, normas que tienen luego
un refrendo oficial, y que, en la práctica, como han mostrado las
investigaciones de Andrés Alas, Julio Fernández y Maxi Santos, en el
tejido empresarial del Sur de Madrid, o Arturo Lahera, en su espléndida
tesis doctoral sobre el sector de la máquina -herramienta en el País Vasco,
acaban convirtiéndose, para los trabajadores, en un nueva y sofisticada
versión de las instrucciones e imposiciones de los viejos manuales de
‘métodos y tiempos’.
Las diferencias van mucho más lejos: donde entonces se hacían
experiencias que luego se iban extendiendo gradualmente, ahora nos
hallamos con reconversiones dictadas desde la dirección que incluyen a
toda la fábrica (o lo que quede de ella si ha externalizado la producción).
Y un buen ejemplo, seguido por nosotros a lo largo de dos décadas, es,
precisamente la empresa FASA-RENAULT.
Desde 1990 está empresa recomenzó su andadura en el terreno de
la nueva organización, fundándose, desde luego en su ya larguísima
experiencia en ‘NFOT’, desde 1973.
Fueron entonces las “Unidades
Elementales de Trabajo”, la constitución de grupos por módulos o
unidades identificables, aplicada a toda la empresa la estrategia
emprendida, que termina (provisionalmente: nunca se termina una
reorganización del trabajo…) en 1995.
Simultáneamente
esta
forma
de
organización
nueva,
con
participación de los trabajadores ‘grupos de trabajo’, que no ‘trabajo en
87
Los estragos de la subcontratación
grupos’, se aplicó en la empresa con una estrategia de introducción del
‘justo a tiempo’, que ya había sido ensayado con anterioridad.
El balance de esta nueva etapa, que hemos analizado en
profundidad como emergencia de nuevos modelos productivos (veáse
el capítulo 10, “Para seguir leyendo…”) puede resumirse diciendo que,
donde antes había 2.500 trabajadores, tres años después ya sólo
quedaban 1.200.
Y, sobre todo, que éstos últimos hacían ahora más
motores que los anteriores 2.500.
El
trabajo
se
había
intensificado
gracias
a
la
nueva
organización. Se trabajaba el doble en la misma unidad de tiempo. No
hace falta resaltar que los daños a la salud, a medio pla zo, pero también a
corto plazo, eran previsibles.
Por eso nos parece más conveniente llamar a esta organización de
la producción “nuevas formas de intensificación del trabajo” (NFIT).
Si a estas diferencias se suma el hecho de que los años setenta y
ochenta conocieron, simultáneamente al desarrollo del trabajo en grupos,
una gran capacidad de influencia e intervención en lo que se viene
llamando desde entonces, “las condiciones de trabajo”, lo que hoy se
engloba bajo el rótulo de la ergonomía, entonces e l panorama ya no tiene
ninguna posibilidad de comparación.
En efecto, los sindicatos toman la iniciativa en esa área que los
italianos
88
llamaron
“el
ambiente
de
trabajo”,
produciéndose
una
Los estragos de la subcontratación
innumerable cantidad de intervenciones, libros, manuales y estudios que
acabaron pasando a ser patrimonio común no sólo de los trabajadores,
sino que se plasmaron en la creación de instituciones nacionales y
supranacionales.
Quizá el ejemplo más emblemático sea, aún hoy, la Fundación
Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo, la primera
Agencia de la hoy Unión Europea, junto con el CEDEFOP, para la
formación profesional, que nace en 1975.
Las aportaciones de estas instituciones, al igual que las
publicaciones de los sindicatos, son, desde luego un cuerpo de referencia
al que hay que recurrir para luchar, con conocimiento, por la prevención
de riesgos laborales, con especial interés para el objeto de este libro, la
organización del trabajo y su repercusión sobre esos riesgos, y más
ampliamente sobre la salud y la vida de los trabajadores, tanto dentro
como fuera de los centros de trabajo 31.
[Encarte 6.1.: “La revolución comienza en Ólvega. La estrategia de
las multinacionales”, El Pais, 9 de julio de 2001]
Ustedes como yo, queridos lectores, se habrán visto sorprendidos estas últimas
semanas, seguramente, por una revolución... publicitaria por supuesto.
La revolución aparece en las vallas publicitarias o en los anuncios televisivos
para promocionar un automóvil de la empresa (aparentemente) sueca Volvo.
"ReVOLvolution", la revolución de Volvo. Una vez más los vendedores de
coches nos revolucionan, sin que lleguemos a poder, plenamente, gozar ese
placer tan raro y exquisito. Porque es tan virtual esa revolución como lo son
31
Veáse la página web de la Fundación: www.eurofound.ie/.
89
Los estragos de la subcontratación
hoy ya los puestos de trabajo que han 'volado' en Ólvega, en la provincia de
Soria, soplados por la poco edificante actuación de la empresa Delphi Packard
España, que no ha respetado ni pactos, ni acuerdos, ni compromisos en su
espantada, consumada hace dos semanas.
La revolución, conservadora desde luego, comienza en Ólvega porque la
empresa Delphi fabricaba en ese emplazamiento, precisamente el cableado de
un único modelo de la empresa Volvo. Allí trabajaban más de quinientas
personas, muchas de ellas mujeres, en unas instalaciones que le habían salido
a la empresa 'baratas' pues se pagaron con financiaciones locales de muy
distinto tipo: algo más de mil millones se dijo en la sesión de 4 de abril del
Senado, hasta donde llegó el caso. Más otros mil millones de pesetas en
ayudas públicas.
La subcontratación generalizada en las organizaciones productivas actuales
tiene, entre otros muchos efectos, una función de pantalla, de oscurecimiento
de las relaciones sociales y de las tramas que teje una división del trabajo entre
empresas, regiones o países. Una de ellas es, precisamente, la externalización
de las peores fases de la fabricación de un coche, ese es nuestro caso,
trasladando así malas condiciones de empleo y trabajo a zonas invisibles,
lejanas de los idílicos parajes suecos donde se hace la "revolvolution". Y si
quien 'da la cara' (o da en la cara), quien rompe los platos, es Delphi, mejor
aún.
Volvo no verá mermada su imagen celestial por el descenso a la tierra soriana
de Ólvega. Ni por la inclusión de las cableadoras entre sus trabajadoras. Ni
mucho menos por tener que incluir en su revolución el purgatorio de los
próximos 'trasladados', desenraizados, dentro de España, con peores
condiciones de trabajo en cada deslocalización, hasta llegar a la próxima
meca: el sistema nervioso del coche se hará en Marruecos.
Así continúa la ficción del fin del trabajo, y nuestros sociólogos de despacho
(ahora electrónico) continuarán ganándose la vida creando sofisticadas
'explicaciones' que acaban siendo la coartada que justifica que la vida de miles
de personas sea ignorada, para que su trabajo desaparezca de la vista, como la
basura que se esconde bajo la alfombra. Pura escenografía.
He ido a Ólvega, he hablado con las trabajadoras, me he documentado sobre la
empresa, los procesos de fabricación y la forma de gestión de la fuerza de
trabajo. Mi trabajo profesional de sociólogo me ha llevado hasta allí.
90
Los estragos de la subcontratación
Pero es mi conciencia ciudadana la que me ha movido a escribir este artículo.
Para hacer saber que frente a actuaciones empresariales del tipo 'toma el
dinero y corre', que dejan asolado un territorio ("allá se las areglen"), he
encontrado, en las entrevistas con trabajadoras, en circunstancias durísimas
para ellas, una capacidad de lucha y de esperanza, de cambio y de mejora, una
integridad en la defensa de su dignidad como personas. Cableadoras de
Ólvega, de Sangüesa, de Belchite, en peores condiciones de empleo y trabajo,
aún, de Sos del Rey Católico, de los distintos pueblos que en las cercanías
trabajan en 'cooperativas', e incluso en sus casas. En condiciones tales que se
puede bien afirmar que tenemos el tercer o el cuarto mundo en casa. Pero, eso
sí, oculto a nuestros ojos, que son bombardeados por imágines televisivas de
'barbies' que se desnudan en el coche o revoluciones de pacotilla.
Debo decir que me he sentido abochornado, como sociólogo y como
ciudadano, del desarrollo del proceso: pactos colectivos que son violados
como el acuerdo marco de 17 de julio de 2000; autoridades públicas que
razonan, en sede parlamentaria, como si fueran consejeros delegados de la
empresa 'pantalla' de Volvo, Delphi; maniobras dilatorias y mentiras
declaradas y probadas; propuestas escapistas de sustituir con viento la
degradación del tejido productivo por parte de autoridades públicas;
"jugadas", como las califica en un editorial Heraldo de Soria, propias del
encarnizamiento: "Delphi-escribe el periódico- quiere rematar su salida de
Ólvega con una jugada que dejaría sin poder cobrar el paro a los trabajadores
que decidieran no aceptar el puesto de trabajo en Tarazona". La amarga
conclusión es que "vienen con todos los parabienes y se van sin mirar atrás'.
Esta es la revolución que empieza en Ólvega. Una revolución conservadora,
por supuesto. A la que sólo se puede poner coto, pues hoy son ellos y mañana
nosotros, con una decidida actuación pública que imponga una reglas del
juego donde no puedan tener lugar estos desafueros. A los ciudadanos nos
toca exigir una actuación así a quienes nos gobiernan.
Madrid, 13 de junio de 2001
Juan José Castillo, Catedrático de Sociología en la Universidad Complutense,
es miembro del Comité Internacional de Dirección de la red de estudios sobre
el automóvil y sus asalariados, GERPISA.
91
Los estragos de la subcontratación
6.2. ‘Producción ligera’ y justo a tiempo: una cadena intensificada y
descualificada de trabajo disperso en el territorio.
Los medios de comunicación difunden con insistencia ideas y
conceptos, en relación con el mundo del trabajo, en las que se nos dice
que estamos en la ‘sociedad de la información’ o ‘del conocimiento’; que
la formación y cualificación de la fuerza de trabajo es imprescindible para
‘competir globalmente’; que la participación de los trabajadores en las
que, dicen, son ‘nuevas formas de organización del trabajo’, debería ser
imprescindible; que nos encaminamos hacia una sociedad sin trabajo.
Tanto se insiste en ello que los ciudadanos de a pie, los trabajadores,
pero también, a veces, los expertos e investigadores, parecen acabar por
creérselo.
Sin embargo, lo que se ve desde abajo, lo que vivimos (y sufrimos)
parece no tener nada que ver con ese mundo ideal. Lo que vemos a
nuestro alrededor es que crece el número de parados o malocupados. Lo
que vemos es que cada día, cada año en las estadísticas, aumenta el
número, absoluto y relativo, de los accidentes del trabajo. Lo que vemos
es que aumenta el trabajo por turnos, desarticulando la vida laboral y
familiar, al igual que lo hace la llamada ‘descolectivización’ de las
vacaciones o el trabajo en sábado o domingo.
Lo que viven las gentes
nada tiene que ver con las fantasías futuristas del fin del trabajo, sino con
una transformación y empeoramiento del trabajo, tanto en sus
condiciones de empleo como en su contenido.
verdaderos trabajos se hubieran hecho invisibles.
92
Parece como si los
Los estragos de la subcontratación
Dentro de un amplio programa de investigación internacional
estamos llevando a cabo distintos estudios de caso que pretenden,
precisamente, hacer visible el trabajo de todos los trabajadores que
producen la riqueza de una nación o de una región.
En Navarra, a lo largo del año 2001, hemos intentado reconstruir el
proceso de trabajo que confluye en VW-Navarra. Esto es, identificar la
subcontratación en cascada que hace que se estime que son unos 20000
trabajadores y trabajadoras navarros lo que están implicados en el
‘Sistema Polo’, es decir, que trabajan para las empresas que hacen
piezas, subconjuntos, o trabajo, simplemente, para VW, tramados y
organizados por un sistema de entregas ‘justo a tiempo’.
A partir de una minuciosa
reconstrucción de esa red hemos
estudiado, hablando directamente con los trabajadores, las condiciones
de trabajo y empleo, así como la organización del trabajo.
A través de
este análisis mostramos un mundo real del trabajo muy distinto, por no
decir contrapuesto, al que ofrece la literatura de divulgación o la ‘literatura
de aeropuerto’. Con condiciones de empleo degradadas, con puestos de
trabajo intensificados, con vidas personales sometidas al ritmo que
impone una pretendida competencia “global”.
Condiciones que pretenden presentarse como inevitables, pero que
no explican por qué pueden hacerse coches competitivos con altos
salarios, con buenos horarios de trabajo, con una organización productiva
93
Los estragos de la subcontratación
respetuosa con la vida y el entorno, en Alemania; y lo mismo no parece
posible en Navarra, si no es recurriendo a la competencia basada en
salarios bajos y en puestos descualificados de trabajo.
Porque, siguiendo la cadena de montaje, que se traslada de VWNavarra a sus proveedores, descubrimos salarios y condiciones de
trabajo que indican claramente que la vía de desarrollo económico y
social de esta región no se está basando en competitividad tecnológica,
altas cualificaciones y profesionalidad, participación de los trabajadores y
salarios altos, considerando el sistema como un todo y no sólo VW y las
empresas de su inmediato entorno.
Lo que descubrimos es que la senda por la que se encamina
Navarra es la vía baja de la intensificación y fragmentación del trabajo, de
los bajos salarios. Una vía precaria que pone a Navarra continuamente
ante la amenaza del traslado de fragmentos productivos, de empresas,
porque siempre habrá algún lugar, sea en Europa o en África, donde esa
vía baja sea aún más baja que aquí: menores salarios, menores
‘exigencias’ de los trabajadores, más libertad empresarial. El caso de
Borgers, en Pamplona, desmantelada en un fin de semana de septiembre
de 2001, es emblemático: los trabajadores se encontraron un lunes con
que la empresa había ‘vaciado’ la fábrica. Así, sin más.
Hemos escrito un libro, al que acompaña una base de datos
documental y gráfica, en el que se recogen los resultados de nuestro
trabajo. Allí Nuestro enfoque ha privilegiado el estudio del conjunto de
94
Los estragos de la subcontratación
empresas y trabajadores y trabajadoras, el ‘obrero colectivo’ que
contribuyen a la fabricación del coche modelo ‘Polo’.
Hemos analizado las transformaciones productivas y los cambios
en el trabajo, hasta llegar a los puntos más lejanos de esta forma de
producir en red. De ello son buen ejemplo las cableadoras de Sangüesa,
las obreras de Sercab, que, a su vez, subcontrata a Mondecab en Aragón,
o a una miríada de bajeras e incluso domicilios, que hemos denominado
‘la cuenca del cableado’.
Algunas líneas de interpretación que se deducen de nuestro
estudio son de gran interés para discutir del futuro del desarrollo
económico y social de Navarra. Por ejemplo, llegamos a la conclusión de
que la organización en ‘justo a tiempo’, extendida en el territorio navarro,
se asemeja mucho a una cadena de montaje descentralizada. Y con ello,
los trabajos que encontramos son trabajos descualificados, repetitivos,
donde las perspectivas de futuro son limitadas. Lo que se requiere de “los
obreros del Polo” no son altas cualificaciones, sino una disponibilidad de
tiempo, una completa disposición para entrar o salir del sistema
productivo, según los requerimientos de la producción.
Lo que se
requiere es, sobre todo, un trabajo cada vez más intenso.
No se están generando puestos de trabajo, y tampoco empresas,
que protagonicen la que se ha llamado ‘vía alta del desarrollo económico’.
Presionados los actores sociales e institucionales por la permanente
amenaza
de
la
deslocalización
productiva,
por
el
traslado
de
producciones, de fragmentos del proceso productivo, a otros lugares, ya
95
Los estragos de la subcontratación
sea en España, ya en África, como ha sido el caso del cableado, se
fomenta una vía baja del desarrollo económico y social basada en la
precariedad contractual, en la degradación de los buenos trabajos.
Frente a esta situación, es evidente para todos los navarros, que es
imprescindible una construcción social de la economía, como decimos los
sociólogos, que permita un marco de relaciones sociales y laborales, que
pongan en primer lugar el buen trabajo y la vida. Construcción social
quiere decir acuerdos, negociaciones, pactos, mínimos a respetar.
Para todos es evidente que es imprescindible poner los medios, por
difícil que esa tarea se presente, para que el modelo de desarrollo de
Navarra, en un marco europeo y mundial globalizado, no deje de estar
anclado en lo local, en las personas. Sólo a partir de ese marco será
posible construir un futuro estratégico en el que uno de sus ejes
principales sea el conseguir mayor riqueza distribuida para todos. Mayor
felicidad para todos: ese era, para los clásicos de la economía su objetivo
fundamental.
96
Los estragos de la subcontratación
6.3. La empresa Lear Corporation en Cervera (Lérida): toma el dinero
y corre.
Las obreras de Lear, en Cervera, Lleida, estuvieron, en febero de
2002, en las primeras páginas de los periódicos, por lo menos en los
catalanes…32.
Una empresa de cableados para el automóvil con aparente arraigo
en el tejido social, que ha disfrutado de diversas ayudas institucionales
para su instalación, y que daba ocupación a 1.200 personas, la mayoría
de ellas mujeres, con los salarios más bajos del sector del metal en
España, cierra abruptamente sus puertas para trasladar su producción a
Polonia, donde, al parecer, los salarios son aún más bajos que en este
rincón de Lleida.
Cervera, con ocho mil habitantes, y las comarcas colindantes, se
ven así abocadas a una situación que se ha caracterizado como ‘desastre
social’. Lo peor de las muy distintas opiniones publicadas en la prensa,
es el hecho de que el gobierno regional catalán, da por inevitable el
traslado: ‘no se puede hacer nada frente al poder de una multinacional’.
Por cierto, a los 1.200 puestos de trabajo que desaparecen hay que
añadir la subcontratación en cascada de esta empresa, Lear, que lleva los
despidos hasta la cárcel: 102 presos, que trabajaban para Lear se irán
también al paro. Lo de ir, es una metáfora, claro.
32
Hemos recabado una documentación que supera las cuarenta referencias de artículos,
informaciones, artículos de opinión, que literalmente inundaron la edición catalana de El País,
sobre este asunto. En cambio, en la prensa de alcance nacional, la repercusión de este
desmantelamiento tuvo muy poca repercusión.
97
Los estragos de la subcontratación
Estos hechos, que recuerdan con demasiada similitud, la ‘fuga’ de
Delphi Unicables de Pamplona, y el desmantelamiento posterior de la
fábrica de cableado de Ólvega, en Soria, o las condiciones impuestas en
la subcontratación del cableado del motor del Polo a Sercab en
Sangüesa, a través de un nuevo intermediario, Bordnetze.
Una curiosa coincidencia en los dos casos mencionados, Ólvega y
Cervera: los cableados de ambas empresas iban destinados a la empresa
Volvo. Pero, en ninguno de ambos casos, la discusión pública menciona
a esta empresa: tan sólo se dirigen críticas y demandas a las empresas
pantalla, Delphi y Lear respectivamente. Una manera de oscurecer las
redes productivas en las cuales están inmersas dichas empresas.
Los estragos sociales de la ‘huida’ de Lear permanecen aún en
este pueblo. Y vienen de lejos. Lear compró la empresa en 1999 y la fue
descapitalizando poco a poco: cerró primero una nave, luego otra, luego
una tercera, deshaciéndose de un millar de trabajadores, antes de llegar
al cierre total, el que tuvo lugar en febrero de 2002, cuando la empresa
traslada, como dijimos, la producción a Polonia.
Angels Piñol y Lluis Visa contaban desde Cervera, el 17 de febrero
de 2002 (El País, 17.2.02), que los trabajadores se habían enterado por la
radio, aún en el tajo, del cierre de la fábrica. Y añadían: “queda ahora lo
peor: la sensación de estafa al ver como Lear ha bajado los sueldos a 601
euros (100.000 pesetas al mes) a base de reducir las primas por
98
Los estragos de la subcontratación
producción al aumentar el mínimo de piezas exigibles hasta cuotas casi
inalcanzables”.
Josep Ramoneda reflexionaba así en un espléndido artículo
publicado en El País.Cataluña, “La claudicación”, (12.2.02): “Porque de lo
que acaba de ocurrir en Cervera algunas cosas quedan claras: que ni
siquiera la Europa avanzada está a salvo de los ángeles exterminadores
de la globalización; que hay un desequilibrio enorme entre los
protagonistas –empresa, trabajadores y entorno-, porque unos tienen
todos los beneficios y los otros sólo obligaciones; y que las instituciones
políticas –la Generalitat, el Gobierno español- se declaran impotentes
para defender equilibradamente los intereses de unos y otros.
Una
impotencia que muchas veces parece directamente complicidad. (…) Las
autoridades dieron todo tipo de facilidades a Lear para que se instalara.
Terrenos a precio de saldo, infraestructuras, subvenciones, Lear arrambló
con todo(…). Los gobernantes deberían ser capaces de ponerse de
acuerdo para exigir unas condiciones y contrapartidas que impidieran que
una empresa coja todo lo que le ofrecen y se largue cuando le de la
gana(…) Porque sí pueden hacer más de lo que dicen: condicionando las
ayudas, vigilando los salarios y buscando inversiones de calidad que
hagan subir el nivel en vez de bajarlo(…)Ante tanta claudicación, habrá
que empezar a preguntar para qué sirven los gobiernos”.
99
100
Los estragos de la subcontratación
7. ¿QUÉ HACER?. EL GOBIERNO NO RESPONDE.
“El ‘dolor país’ se mide también por una ecuación: la relación entre
la cuota diaria de sufrimiento que se redemanda a sus habitantes y la
insensibilidad profunda de quienes son responsables de buscar
una salida menos cruenta”.
Silvia Bleichmar, Dolor país, Buenos Aires, Libros El
Zorzal, 2002, p. 29.
La política es el arte de lo posible, sí. Pero mediada por los
intereses de clase, y a veces también por la incompetencia, la ignorancia
y la más elemental visión de futuro. Mediada por la insensibilidad ante la
realidad del dolor humano, pero también por la incapacidad de defender,
como colectivo lo que podemos llamar “intereses nacionales”, esto es el
bien de la mayoría, a corto y a medio plazo.
Nada hay que pueda propiciar mejor las “buenas prácticas”, las
“reestructuraciones con cabeza”, como las define un periodista, que,
como hemos venido mostrando, sensu contrario, es decir, mostrando las
reestructuraciones que están incrementando no sólo los riesgos, sino los
daños a la salud, que crear las condiciones sociales, legales,
económicas, de capacidad de actuación de los actores sociales, que
den por hecho un marco que debe respetarse.
Unas condiciones sociales que impidan lo que hoy es moneda
corriente en nuestro país: el tratar a los trabajadores y trabajadoras como
un recurso de libre disposición del empresario, sea éste tal empresario,
como aquél idealizado por Schumpeter, con una ‘visión’ de su papel en la
101
Los estragos de la subcontratación
sociedad, o sea éste el tan frecuente ‘aficionado’ que produce
destruyendo recursos, ya sean humanos o ‘naturales’.
‘Aficionados’ que no respetan la legislación vigente en prevención
de riesgos, que ahorran en protección a los trabajadores, a los que “les
sale más barato” emplear emigrantes sin capacidad de defenderse de
jornadas de trabajo agotadoras. ‘Aficionados’ que siempre encuentran
algún chanchullo por medio del cual no cumplir con una licencia de obras.
O ‘profesionales’ en el escaqueo sistemático de sus obligaciones como
empleadores no dando de alta en la Seguridad Social a ‘sus’ obreros; en
conseguir un andamio no homologado, en inventarse empresas ficticias
con las que evadir sus responsabilidades…
Y de esos hay demasiados para tomarlos como anécdota. Y no son
sólo los ‘pistoleros’ de la construcción. En la última semana de agosto de
2003 un inmigrante indocumentado murió en accidente en las obras para
instalar la grada de la pista de tenis donde se celebraría la semifinal de la
Copa Davis en Málaga, entre España y Argentina. “La Federación de
Tenis dio por buena la explicación de la contratista de las obras que
sostuvo que el inmigrante fallecido se coló en el recinto y se encaramó a
la grada por motivos desconocidos. La Inspección de Trabajo mantiene
ahora que el obrero muerto era un trabajador contratado de forma ilegal,
lo que obligó ayer a la Federación a emitir una nota en la que aclara ‘que
se limitó a comunicar la versión de la constructora’”33. En mi pueblo le
llaman a esto ‘escurrir el bulto’.
33
El País.Andalucía, 28 de agosto de 2003, “Versiones rocambolescas”.
102
Los estragos de la subcontratación
Y aún hay versiones más “rocambolescas” de estos profesionales
de la explotación y la cara dura: “En Villaverde del Río, la empresa
Mármoles Caballero adujo el lunes [cuatro días antes], para explicar la
muerte de un joven de 15 años, aplastado por una máquina que conducía,
que el menor había robado la carretilla y le había hecho un puente para
arrancarla”.
El Partido Popular ha venido rechazando sistemáticamente,
durante los últimos cuatro años distintas propuestas de legislar aspectos
fundamentales de ese marco social que habría permitido que las
condiciones en que se ejerce el trabajo en nuestro país, no hubieran
propiciado
la
verdadera
sangría
de
muertes,
discapacidades,
incapacidades, dolor y daños a la salud a la que asistimos en nuestro
país.
Ya rechazó, en el Congreso de los Diputados, el 21 de noviembre
de 2000, la proposición de ley de iniciativa popular reguladora de la
subcontratación en la construcción, promovida por Comisiones Obreras,
con el apoyo de UGT, con más de 600.000 firmas de ciudadanos.
Según recogió El País (22.11.2000), "la diputada del PP, Reyes
Montseny, actuando como portavoz de ese partido, aseguró que no podía
secundar la propuesta porque 'las normas reguladoras de contenido
103
Los estragos de la subcontratación
intervencionista' van en contra de lo que defiende su grupo porque
perjudican la economía de libre mercado"34.
“’Políticas favorables al mercado’, ¿a costa de quién?”, se pregunta
el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz. “Los principios que hasta
aquí he expuesto no se pueden calificar de radicales, aunque desde el
punto de vista del fundamentalismo del mercado que prevalece en ciertos
círculos quizá lo parezcan”, añade, tras una argumentación ejemplar35.
En junio de 2001, una proposición no de ley, presentada por el
Grupo Mixto y por Izquierda Unida, que recogía la propuesta de iniciativa
popular rechazada en noviembre del año anterior, fue recibida con la
ausencia de la mayoría de los diputados del PP. Joan Saura dijo a los
pocos que quedaban: “¿Cuá nta gente más tiene que morir para que
ustedes, señores del Partido Popular, decidan tomar alguna medida para
frenar la siniestralidad en la construcción?”.
Sólo los Populares
defendieron el voto en contra (El País, 13.6.01).
En noviembre de ese mismo año 2001(El País, 21.11.01), la misma
portavoz justificó el rechazo de las medidas urgentes para combatir la
siniestralidad laboral, propuestas por Izquierda Unida, respaldada por el
PSOE y por los partidos minoritarios de izquierda, “con el doble
argumento de que el Gobierno ya toma medidas [¿¡], y que la mayoría de
los accidentes de trabajo son leves”.
34
La propuesta fue amplísimamente difundida. Sociología del Trabajo, la publicó integra,
precedida de un estudio de la situación de la accidentalidad y la organización de la producción de
Justin Byrne, en su número 40, 2000.
35
En “Empleo, justicia social y bienestar de la sociedad”, 2002, pp. 14 y 23.
104
Los estragos de la subcontratación
La señora Montseny no lee mucho, por lo que se ve. Para entonces
ya estaba en circulación el Informe Durán, al que, le reprochó el diputado
del PSOE Luis González Vigil, poco caso le ha hecho el Gobierno: “el
Gobierno no ha puesto en marcha ninguna iniciativa de las propuestas en
ese informe”. Y que, en todo caso “ya hay informes más que de sobra”
para “tomar medidas para atajar esta lacra”.
En febrero de 2002, la Unión General de Trabajadores presentó en
el Congreso otra Iniciativa Legislativa Popular para mejorar la calidad del
empleo, en la que se contemplaban una serie de medidas para reducir la
temporalidad y la precariedad, y reducir la jornada de trabajo, con el fin de
atacar las causas de la alta siniestralidad.
Cuando se discutió la propuesta, en noviembre de 2002, la
Iniciativa había llegado al Congreso avalada por 800.000 firmas de
ciudadanos, y fue apoyada por todos los grupos parlamentarios, menos el
PP, claro, que, con su mayoría absoluta impidió que ni siquiera fuera
admitida a trámite.
Entretanto, en ese mismo año 2002, el asunto de la siniestralidad
siguió presente en sede parlamentaria. El 11 de septiembre el Presidente
del Gobierno, anunció que iba a ofrecer a trabajadores y empresarios tres
‘planes’ contra la siniestralidad laboral: más inspección en la construcción;
más actuación en los sectores en que se concentra la mayor parte de los
accidentes; y una reforma de la normativa de Prevención de Riesgos
Laborales.
105
Los estragos de la subcontratación
Y, de paso, leyó unos datos: todo había mejorado respecto a 2001.
Salvo los accidentes mortales que –dijo- “han evolucionado de forma
negativa”, pero son sólo [¡¡]”el 1,5% del total”: 1.104 personas según la
estadística oficial36.
El Consejo de Ministros del 3 de enero de 2003 aprobó, finalmente,
una serie de medidas legales, negociadas con sindicatos y empresarios,
para endurecer las sanciones a las empresas que no cumplan con la Ley
de Prevención de Riesgos Laborales, un sistema de premio-castigo en las
cotizaciones ligado a las mayores o menores tasas de accidentes,
reforzamiento de la Inspección de Trabajo, modernización de las Mutuas,
y un mejor sistema de información sobre los accidentes. Cambios legales
que informó en julio de 2003 el Consejo Económico y Social.
El PSOE presentó en abril de este mismo año una proposición de
ley para regular la subcontratación en cuya exposición de motivos se dice:
“Frente a la concepción de que la competitividad y la globalización exigen
un debilitamiento de los derechos de los trabajadores, esta ley introduce
el principio de que la competitividad y la economía global no son procesos
históricos que se deban desarrollar contra los derechos de los
trabajadores, sino que sus derechos y la libertad de empresa no sólo son
compatibles sino indisolubles”37.
36
“Izquierda Unida denuncia la siniestralidad laboral y Aznar replica que es competencia de las
Autonomías”, El País, 12.9.02.
37
“Presentan una ley para regular las subcontratas”, Diario de Córdoba, suplemento especial
‘Construcción’, 24 de abril de 2003.
106
Los estragos de la subcontratación
¿Hasta cuándo seguirán boicoteando estos Políticos de la Muerte
Anunciada las reformas que está demandando a gritos la sociedad
española?. La respuesta está en manos de los ciudadanos.
107
108
Los estragos de la subcontratación
8. LO QUE LA SUBCONTRACIÓN ESCONDE: RIESGOS LABORALES
DE UNA POBLACIÓN INVISIBLE… EN LAS ESTADÍSTICAS DE
SINIESTRALIDAD.
8.1. Los trabajos que no quieren los españoles.
Los debates que se basan en las estadísticas oficiales de
siniestralidad reflejan una realidad en la que los riesgos en los que se han
‘cultivado’ indican ya, por si solos, una situación dramática.
Una situación que de tanto tenerla ante nuestros ojos acaba
haciéndose normal: el lector que nos haya seguido hasta aquí ha podido
comprobar que, además de basarnos en investigaciones propias y ajenas,
en la mejor investigación sociológica hoy disponible, hemos recurrido
sistemáticamente a la información que queda reflejada en la prensa diaria.
Pues bien las noticias que revelan los riesgos laborales que afronta
la población trabajadora en España aparecen con demasiada frecuencia
en los periódicos. Unas veces para dar cuenta de un accidente puntual,
otras para dar cuenta de una catástrofe, muchas, muchísimas, para
comentar los datos que acaban de publicarse.
La mayoría de las veces estas noticias que salpican la información
casi diaria, aparecen en las páginas de sucesos; como mucho, si la
acción sindical toma fuerza colectiva en las de sociedad, o quizá, más
109
Los estragos de la subcontratación
esporádicamente, cuando el debate llega a las instituciones, en las de
política.
Donde no aparecen prácticamente nunca es en las páginas de
economía -trabajo.
Como si nada tuviera que ver con las fusiones
empresariales, la reorganización empresarial, la gestión de la fuerza de
trabajo.
Y ello, a mi juicio, plasma la forma en que se integra la salud en la
producción… de beneficios.
Que en ningún momento de la catástrofe de este verano en Repsol,
un periódico de referencia como El País, haya incluido en sus páginas de
economía, trabajo o negocios, el más mínimo análisis de la organización
empresarial de esta empresa, de su relación directa con la muerte de
nueve personas es muy revelador.
Los accidentes de trabajo, como punta del iceberg que son de la
situación de las condiciones y riesgos en que se lleva a cabo una
actividad productiva, acaban siendo noticias tan repetidas y ‘normales’
como la situación del tráfico, la previsión del tiempo, o como mucho, el
parte de los accidentes de tráfico con el que nos desayunamos cada
lunes.
Y, si esto es así, ¿qué decir de la ignorancia, en la interpretación
de los riesgos laborales, inducidos por la reorganización del trabajo,
cuando se trata de los inmigrantes?. Trabajadores en situación de ‘exigir’
110
Los estragos de la subcontratación
aún menos que los trabajadores españoles, y obligados a aceptar riesgos
laborales que los nativos pueden aún eludir.
Porque algunas informaciones tenemos: “uno de cada tres muertos
en el tajo hasta julio [de 2002] era inmigrante”, titula El País (28.8.02),
recogiendo los datos proporcionados por los sindicatos para la
construcción en Madrid. Pero, además, esos datos son los mínimos, pues
las tasas de siniestralidad entre inmigrantes se desconocen: tal es el peso
de
lo
que
aún
País.Comunidad
llaman
algunos
Valenciana,
la
25.6.03).
‘economía
Nunca
sumergida’
aparecerán
en
(El
las
estadísticas oficiales.
El 3 de enero de 2001 estaba muy cerca de Lorca, en la provincia
de Murcia, cuando tuvo lugar un particular ‘accidente in itinere’. El diario
La Verdad de Murcia titulaba a toda plana al día siguiente: “La
explotación de inmigrantes se cobra 12 vidas en Lorca”.
Las
circunstancias de esta matanza son enormemente reveladoras: “Los
trabajadores ecuatorianos iban hacinados en una furgoneta que fue
arrollada por un tren”. Iban a trabajar al campo, para un empresario que
enseguida quiso desentenderse del asunto. No eran ‘legales’. Iban por
carreteras secundarias para evitar los controles de la Guardia Civil. “El
cúmulo de irregularidades que rodean casi a diario –continuaba la
información de La Verdad- las condiciones laborales de numerosos
trabajadores inmigrantes en la Región confluyó ayer en la muerte de doce
ecuatorianos bajo las ruedas de un tren. Una furgoneta en la que iban
hacinados catorce ecuatorianos, con destino a una explotación agrícola,
111
Los estragos de la subcontratación
fue arrollada por un tren de cercanías en un paso a nivel sin barreras
cerca de Lorca”.
El periódico dedicó 13 páginas y el editorial a la masacre, en un
ejemplo de periodismo serio, riguroso, y que intenta ir a la raíz de los
hechos. Un ejemplo admirable. Carlos M. Sánchez analiza todas las
facetas del empleo de estos trabajadores, ‘contratados’ por una empresa
temporal que acumulaba ya mas de 60 denuncias. Se daba información
cumplida, igualmente, del empresario ‘destinatario’ de la mano de obra
barata y totalmente débil en el mercado de trabajo. Ponía además en
contexto otras quince muertes más de inmigrantes en las carreteras
murcianas en un año.
Y,
además,
nos
describe
muy
gráficamente,
y
muy
‘sociológicamente’ el centro de trabajo: “La plantación de Lorca a la que
ayer se dirigía la furgoneta que fue arrollada por el tren, era ayer un
páramo desierto. Fantasmal. Nadie se afanaba en el bróculi, a pesar de
que es la época de la siembra, y que, en explotaciones vecinas había
decenas de jornale ros, sobre todo magrebíes, trabajando. No es que los
compañeros de los fallecidos hubieran decidido no presentarse en señal
de duelo. El asunto es más prosaico. Más grave. Sencillamente habían
puesto pies en polvorosa. Muy pocos tienen los papeles en regla (…). A
veces tener los papeles es incluso un impedimento para encontrar
empleo. Muchos empresarios prefieren ilegales. Son más dóciles y más
baratos. Tragan con todo”.
112
Los estragos de la subcontratación
Andrés Pedreño, Profesor de la Universidad e Murcia, que forma
parte de nuestro equipo de investigación TRABIN, ha estudiado en dos
libros magistrales esta situación y ha hecho un balance de la misma en un
excelente artículo publicado en Sociología del Trabajo (n. 42, 2001): “Del
Ejido a Lorca: trabajo e inmigración”.
Un año después del accidente, 20.000 inmigrantes continúan ‘sin
papeles’ en Lorca, donde los empresarios agrícolas no tienen ningún
problema en reconocer que siguen empleando a trabajadores sin
documentación (El País, 8.1.02). Trabajadores que se arriesgarán, en el
sentido más literal de la palabra, respirando plaguicidas tóxicos en los
invernaderos de El Ejido, en Almería; que se extenuarán en los campos
murcianos, también literalmente, de sol a sol, en la recogida de la fruta.
Que vivirán en “un infierno en los campos de fresas de Huelva”, más de
cien, que trabajaban como temporeros en ‘Doñana 2000’, en Almonte,
procedentes de Ecuador, Marruecos, Lituania y Rumania… Y que no
engrosarán, oficialmente, las cifras de los trabajadores expuestos a
riesgos en el trabajo, y mucho menos las de los accidentados.
8.2. Invisibles y ocultos.
Trabajadores
invisibles
para
las
estadísticas,
socialmente
imprescindibles. Una población cada vez más extensa, inmigrantes,
mujeres, jóvenes que trabajan de ‘meritorios’, ‘becarios’ o precarios,
“mendigos en la era de lo globalización”: todo vale con tal de abaratar el
trabajo hasta conseguir la entrega de la fuerza de trabajo casi gratis.
113
Los estragos de la subcontratación
Todo vale con tal de enrarecer el mercado y que jóvenes profesionales,
como dijimos más arriba, acaben trabajando de peón. Y aún hayan de
dar las gracias.
“Un número no determinado de médicos del Insalud y de otros
servicios de salud en las comunidades autónomas con competencias
sanitarias trabaja en los hospitales sin contrato y sin sueldo durante los
días de la semana en que no tienen guardias. Se trata de facultativos que
han firmado un contrato eventual para guardias, pero que se ven
obligados a trabajar también los demás días por motivos como la presión
asistencial, la obediencia a los jefes de servicio, o el miedo a perder
práctica profesional”. Si se niegan, no les vuelven a dar guardias. “Son
dados de alta en la Seguridad Social únicamente el día de la guardia y
luego dados de baja al siguiente”38.
Jóvenes ingenieros trabajando en la cadena de montaje de
Volkswagen. 16.000 jóvenes que solicitan una de las 2.000 que la SEAT
saca a concurso para cubrir puestos de mayores de 60 años con
contratos de relevo…39.
Esa precarización generalizada, como escribía el maestro Pierre
Bourdieu, está ya en todas partes. El tercer mundo puede estar en cada
barrio de nuestras ciudades, en cada pueblo, a donde llegará una
subcontrata de una subcontrata de una subcontrata, ya sea en una
furgoneta o vía Internet.
38
39
El Mundo, 28 de abril de 2001.
Lo de ‘concurso’ no es casualidad: El País, 23.4.02 titula “’Operación Triunfo’ en SEAT”.
114
Los estragos de la subcontratación
Como trabajadores y como ciudadanos, la globalización que
recurre a la ‘exportación’ de las fábricas buscando mano de obra barata y
nada exigente en cuanto a riesgos laborales allende los mares, en las
zonas francas, “libres de sindicatos” nos importa tanto por la solidaridad,
como porque el camino puede ser de ida y vuelta.
En la industria del calzado, por ejemplo, se comienza por convertir
la empresa en una mera ‘marca’ y descentralizar la producción de los
procesos de trabajo hacia talleres clandestinos, la ‘economía sumergida’,
que en la comarca del Baix Vinalopó (Elda, Novelda, Villena, Elche),
puede alcanzar en 1988 las 17.000 personas.
La plantilla de esas
fábricas era en 1985 de 45.000 personas. En 1997, oficialmente, eran ya
sólo 25.000.
Y continúa por llevar, directamente, la producción a China. Kelme o
Yuma son dos empresas que han despedido a todos sus trabajadores.
Pero siguen vendiendo calzado. “Los trabajadores chinos cobran poco,
apenas generan cargas sociales y son disciplinados”. En 2002, según la
Federación de Industrias del Calzado, se importaron de China 46 millones
de pares de zapatos, el 45% de todas las importaciones.
Allí en China, o aquí en Alicante o en Madrid o Toledo 40 , la
situación de explotación, en condiciones infrahumanas, en la que hablar
de riesgos laborales parece un adorno, es evidente. Un taller clandestino
40
“Como conejos en una madriguera. La GC sorprende a 26 rumanos escondidos en un ‘zulo’ de
una fábrica textil de Toledo en la que trabajan”, El País, 26 de marzo de 2003.
115
Los estragos de la subcontratación
se desmantela en Alicante, este mismo agosto, donde 14 trabajadores
chinos, “dirigidos” por un chino, pero trabajando para un empresario (¿)
español cosían pieles, un taller de calzado. La investigación comenzó
debido a los fuertes olores y ruidos percibidos en el exterior.
Los
trabajadores “no salían del garaje ni de día ni de noche, dormían
hacinados en literas, por turnos, rodeados de colas, pegamentos y 10
máquinas”. “Sin condiciones higiénicas ni sanitarias, el local carecía de
ventilación y luz natural y guardaba productos tóxicos e inflamables como
colas o pegamentos”. “El único contacto que los 16 chinos tenían con el
exterior era el momento de recibir materiales o entregar los artículos
manufacturados”41.
Y
en
Madrid,
una
semana
después,
un
taller
textil
es
“desmantelado” por la policía, en el que trabajaban en Vallecas, 6
trabajadores ‘ilegales’. Nada dice la noticia de los ‘legales’. Y, mucho
menos, como es habitual en estas noticias para quién trabajaban. Eso
sí, también aquí las condiciones son ‘infrahumanas’, sin ningún tipo de
higiene, sirviendo también como vivienda: “estaban sometidos a largas
jornadas laborales, sin descanso ni para salir a comer” 42 . ¿Para qué
empresa ‘limpia’ española funcionaban esas 11 máquinas de coser, dos
planchadoras y dos botoneras?.
41
El País, 24 de agosto de 2003.
El País.Madrid, 31 de agosto de 2003. Hay muchas otras noticias de prensa como ésta. Por
ejemplo, El País.Madrid, 29 de mayo de 2001, que da cuenta del desmantelamiento de otro taller
‘de chinos’ en Usera, donde, en condiciones muy similares, 18 personas hacían ropa. El periodista
recoge de los vecinos la sospecha de que hay, identificados, media docena de talleres semejantes
en el mismo barrio. Y ya en mi libro A la búsqueda del trabajo perdido, recogí una gran cantidad
de situaciones semejantes en torno a 1994-96.
42
116
Los estragos de la subcontratación
En Mataró no hay ‘desmantelamientos’ policiales: allí se han
constituido unos 60 talleres en las que trabajan chinos. Y han provocado
una convulsión en el mercado de trabajo. “Es la bofetada de la
globalización en casa”, dice Josep Maria Cortés: “los pequeños
fabricantes de Mataró afirman que los talleres de los chinos trabajan a
precios cinco o seis veces por debajo de los de mercado”43.
La reorganización de la producción y del trabajo socava y diluye
para la mayoría las grandes adquisiciones en materia de derechos
laborales, de seguridad en el trabajo, de posibilidad de construir una
biografía propia.
Y con ello, los riesgos laborales crecen sin mesura: se harán
evaluaciones de riesgos, como es tanta veces el caso, sin visitar los
centros de trabajo.
catástrofe.
Es igual: nadie protestará hasta que ocurra una
O hasta que un sindicato, un grupo de trabajadores, un
colectivo de defensa cívica, luche por sus derechos.
9. CONCLUSIÓN.
Para el lector que me haya seguido hasta aquí no creo que sea
preciso ‘resumirle’ los argumentos desplegados, y presentárselos como
‘conclusiones’, puesto que están mostrados y reiterados a lo largo de todo
el libro.
43
“El trabajo de la inmigración invisible”, El País.Cataluña, 16 de febrero de 2003.
117
Los estragos de la subcontratación
En nuestro entorno más próximo, en Madrid, cualquier analista,
cualquier trabajador, cualquier sindicalista, conoce los datos de una
situación que se ha de cambiar con carácter de extrema urgencia. El
Fiscal de Delitos Laborales de Madrid, Antonio Camacho, en una
entrevista publicada en El País.Madrid en abril de 2002, resumía la
situación en estos términos: “Hay infracciones en las obras, en la
construcción, que ponen la piel de gallina”. Y explicitaba la difícil tarea de
poner coto a esa generalizada situación de riesgo: “Ahora hemos
conseguido que se incoen diligencias por delito por el mero hecho de
poner en peligro la seguridad de los trabajadores, aunque no se produzca
ningún resultado lesivo”. “Permitir que un obrero se suba sin cinturón a un
andamio es un riesgo”. Las contrataciones precarias ponen más difícil la
persecución de los delitos de riesgo: “los testigos son trabajadores de la
empresa, ligados con contratos [precarios] a los empresarios. Y declarar
como testigo contra la empresa puede dar lugar a que pierdas tu puesto
de trabajo”.
Los ‘datos’ nos son de sobra conocidos. Mal elaborados, con
gigantescas lagunas, con una presentación que no permite un análisis
sociológico serio y profundo.
Por supuesto que pueden, deben, mejorarse. Entre los cambios
que se han acordado entre gobierno, sindicatos y empresarios, en enero,
figuraba la mejor información en los partes de los accidentes. Ahora,
esos partes recogerán información, por ejemplo, sobre si el empleado
estaba contratado por una empresa de trabajo temporal o qué tipo de
contrato tenía.
118
Los estragos de la subcontratación
Pero siendo esto realmente una mejora, lo que no se ha atendido
para nada es la demanda hecha en la Comisión del Informe Durán, en
largas discusiones con los excelentes profesionales de la estadística
laboral que en ella participaron (Maite Giraldez, por ejemplo), de la
necesidad de una estadística, más bien habría que decir una
investigación social, utilizando todos los recursos metodológicos que
fueran necesarios, ya sean encuestas ad hoc, estudios sectoriales, o
investigación de casos, distinta de los partes de accidentes.
Y la razón es más que evidente. Los partes de accidentes, que se
recogen con fines de indemnización, no están concebidos como
instrumento de conocimiento, de detección de causas, sino de instrucción
de un procedimiento administrativo.
Un estudio distinto, que no minusvalora la mejora de los partes, ni
su explotación estadística, ha de diseñarse con otras características. Las
de averiguar lo que realmente está sucediendo en el área de la salud
laboral, de los riesgos laborales, sin que su ‘universo’, los trabajadores y
trabajadoras objeto de su análisis, los procesos productivos, sean
excluidos por no ser asalariados, por ser ‘autónomos’ (falsos autónomos,
como sabemos), por tener o no tener ‘papeles’; porque las empresas son
menores de 10 trabajadores, porque son clandestinas….
Todo el que trabaje en España, todo lo que se trabaje en España
debe ser objeto de estudio.
119
Los estragos de la subcontratación
Siempre está la excusa del dinero, de la financiación. Pero ni esa
vale en este caso.
Basta con que se coordinen actuaciones y se
rentabilicen.
Bastaría con que las “Encuestas Nacionales de Condiciones de
Trabajo”, cuatro hasta la fecha, llevadas a cabo por el Instituto Nacional
de Higiene y Seguridad en el Trabajo, dependiente del Ministerio de
Trabajo, se hicieran medianamente bien.
No es este el lugar para hacer una crítica técnica de esas
Encuestas, lo que ya he hecho en otro lugar, pero baste con decir que,
como puede comprobar cualquiera consultando el Informe Durán apenas
se pudieron utilizar sus “resultados” en dicho informe. De hecho, de la
última, aún estamos esperando algo más que el “avance de resultados”.
Dicho en plata, no hay por donde cogerlas44.
Y si al presupuesto de esa encuesta, se le sumara otra, también
del propio Ministerio de Trabajo, casi menos utilizable que la anterior, la
encuesta sobre “Condiciones de Vida y Trabajo”, se podría proponer un
verdadero programa de investigación sobre los riesgos en el trabajo,
sobre los daños a la salud. Se podría determinar con rigor cuales son las
causas de los accidentes de trabajo.
44
Con mucha “imaginación sociológica” algunos autores, como es el caso ejemplar de Javier
Pinilla, se puede decir algo con sentido basándose en esos ‘datos’: “Subcontratación, temporalidad
y accidentes de trabajo”, Inguruak, n. 23, 2001, pp. 49-61.
120
Los estragos de la subcontratación
La organización de la producción, la organización empresarial
puede ser un factor de buenas condiciones de trabajo y de reducción de
los riesgos laborales. Puede ser. Y, desde luego, ni en la investigación
abundantísima que han desarrollado las ciencias sociales, ni en los
innumerables informes de las instituciones especializadas, faltan ejemplos
de esas buenas prácticas.
Pero, desgraciadamente, lo que más abundan son otras prácticas
que convierten a la organización del trabajo en la causa primera del
aumento de riesgos, del deterioro de la salud en el trabajo, de los daños,
de los accidentes.
En identificar esas consecuencias hemos insistido en este libro,
para mostrar el negativo de lo que, por supuesto, puede hacerse en
positivo.
Contra ellas, para construir ‘buenas prácticas’, se puede luchar
desde abajo, con la permanente vigilancia, negociación, presión y
demanda de los propios afectados, sí. Se puede hacer, mucho mejor, de
forma organizada, recurriendo a la organización sindical, participando en
las instituciones, no bajando nunca la guardia. Se puede y debe hacer,
como hemos, creo, dejado bien claro, interviniendo en las orientaciones
de las políticas generales.
Se debe hacer (y aquí el ‘debe’ no tiene ninguna connotación
moral, sino política) mirando al entorno, al sector productivo, a la
economía regional y nacional. Esto es, teniendo en mente que no valen
121
Los estragos de la subcontratación
defensas ‘particulares’, el tópico ‘sálvese quién pueda’.
Aquellos
hermosos versos de Beltold Brecht que nos advertían de que el ‘no va
conmigo’ vale sólo hasta la mañana siguiente: hoy vienen a por los unos,
pero el turno de los otros está esperando.
La solidaridad y el compromiso con todas las trabajadoras y
trabajadores, aquí, en nuestro tajo, ahí en nuestro país, o más allá en los
submundos de la explotación globalizada es, hoy en día, la mejor defensa
posible de nuestra vida y nuestro trabajo individual.
Ese terrible “mundo ancho y ajeno” es el nuestro. Luchando por
transformarlo, por hacerlo humano, sólo humano, luchamos también por
nuestra propia supervivencia.
La Organización Internacional del Trabajo ha comenzado un nuevo
programa, mundial, sobre “seguridad socioeconómica” para aplicar
políticas de trabajo decente. En a
l s encuesta sobre seguridad de las
personas, los aspectos considerados, en relación al trabajo, son éstos:
-
Seguridad del mercado de trabajo. Oportunidades de trabajo
fundadas en unos niveles de empleo altos garantizados por la
política macroeconómica.
-
Seguridad del empleo. Protección contra el despido arbitrario y
estabilidad del empleo compatible con el dinamismo económico.
122
Los estragos de la subcontratación
-
Seguridad profesional. Un puesto de trabajo encuadrado en una
profesión o ‘carrera’, lo que lleva consigo la delimitación de
atribuciones, la salvaguardia del nivel profesional, el respeto a los
límites de la profesión y a las cualificaciones propias del trabajo,
etcétera.
-
Seguridad en el trabajo. Protección contra los accidentes y
enfermedades del trabajo sustentada en normas relati vas a la
salud y seguridad y en límites a la jornada laboral, al trabajo en
horas intempestivas, al trabajo nocturno de las mujeres, etcétera.
-
Seguridad
de
formación
profesional
(desarrollo
de
las
calificaciones profesionales). Posibilidades amplias de adquirir,
conservar y renovar la capacitación profesional por medio del
aprendizaje, la formación en el trabajo y otros métodos.
-
Seguridad de ingresos. Protección contra la pérdida de ingresos
mediante sistemas de fijación de salarios mínimos, indización
salarial, seguridad social integral, tributación progresiva, etcétera.
-
Seguridad de representación. Protección de la representación
colectiva en el mercado de trabajo sustentada en sindicatos de
trabajadores
y
asociaciones
de
empleadores
de
carácter
independiente y en otras entidades capaces de representar los
intereses de los distintos sectores de la población trabajadora”45.
45
Guy Standing: “De las Encuestas sobre la Seguridad de las Personas al índice de trabajo
decente”, Revista Internacional del Trabajo, vol. 121, n. 4, 2002, p.488.
123
Los estragos de la subcontratación
Una promesa institucional por la que todos debemos luchar.
Aunque lo veamos como un sueño cuando miramos a nuestro alrededor.
Como Antonio Machado dejando la España desolada por el fascismo y
yendo hacia el exilio, nos preguntamos: “¿Llegaremos pronto a Sevilla?”.
-oOo-
Quiero dejar aquí constancia de mi profundo agradecimiento a la
Secretaría de Salud Laboral de UGT-Madrid que me ha dado la
oportunidad de escribir este libro. Y a Itziar Agulló que me ha ayudado en
la búsqueda de documentación.
Es como si en el sindicato hubieran adivinado lo que quería hacer
hace mucho tiempo: poner al alcance de los trabajadores lo que de bueno
pueda tener mi experiencia de investigación de muchos años, mi trabajo.
En la Academia, y sobre todo los Mister Gradgrind que tan bien
describió Charles Dickens en Tiempos difíciles, esos investigadores que
no salen de su despacho si no es para ver números en lugar de obreros,
quizá piensen que este es un libro “político”.
Hoy, al terminar su redacción, leo en los periódicos unas
declaraciones de Fernando Savater, a quien tanto admiro por sus escritos
como por su valentía cívica. El mismo Savater que, en mis años mozos (y
los suyos…) me ilustró magníficamente con su descripción de los perros
124
Los estragos de la subcontratación
guardianes, como diría Paul Nizan, sobre quienes son esos ‘académicos’,
en La filosofía tachada.
Con sus palabras, que hago mías, me despido de ti, lector amigo,
compañero, compañera: “Uno escribe siempre para otro ser humano.
Todos estamos sumergidos en un mundo social y, por tanto, políticamente
relevante. La gente que dice que no le interesa la política está haciendo
una declaración política”.
125
126
Los estragos de la subcontratación
10. PARA SEGUIR LEYENDO… PARA ACTUAR.
Mi artículo, “De aquellos polvos vienen estos lodos: el trabajo
en España, veinte años después del Estatuto” de los Trabajadores,
incluido en el libro En la jungla de lo social. Reflexión y oficio de
sociólogo, Madrid-Buenos Aires, Editorial Miño y Dávila, 2003, pp. 137153, presenta una panorámica global de las políticas que han degradado
la situación del trabajo en el conjunto de las relaciones sociales en
España, analizando las políticas económicas y laborales, desde 1982, y
las consecuencias que han tenido en el incremento de los daños a la
salud.
Se incluye como apéndice en este libro. Pero puede adquirirse en
librerías el libro, puesto que hemos hecho referencia a distintos artículos
contenidos en él en distintas ocasiones.
www.minoydavila.com.ar
También mi libro A la búsqueda del trabajo perdido, Madrid,
Editorial Tecnos, 1998, contiene trabajos a los que he aludido a lo largo
de este libro.
Merecen leerse, por quien quiera profundizar en lo aquí dicho: “A
la búsqueda del trabajo perdido (y de una sociología capaz de
encontrarlo…)”, pp. 147-176, donde ya presenté una crítica sistemática,
con documentación de la mitad de los años noventa, sobre este mismo
argumento.
127
Los estragos de la subcontratación
Y, para el análisis de las consecuencias sociales de las políticas de
‘adelgazamiento’ empresarial, y de la subcontratación, “Biografías rotas.
Los extrabajadores, eslabones perdidos de los nuevos modelos
productivos”,pp. 107-146, donde, en 1997, los trabajadores expulsados
del trabajo, cuentan en primera persona su experiencia.
El proceso de ‘expulsión’ está contado, tras una investigación sobre
el terreno de tres años, en el capítulo primero del libro, “Nuevos modelos
productivos: la organización del trabajo del futuro en España”, pp.2184, donde se da cuenta de la verdadera naturaleza de la introducción de
las llamadas NFOT, ‘nuevas formas de organización del trabajo’:
mayor carga de trabajo, mayor intensificación del trabajo para los que
quedan dentro de la empresa: entre 1992 y 1995, pasan de ser 2.500 a
ser tan sólo 1.211, en esta Fábrica de Motores. Pero producen, incluso,
más motores que entonces, 354.000.
Mi libro El futuro del trabajo, publicado por la Universidad
Complutense, Madrid, 1999, recoge las ponencias presentadas en un
Seminario Internacional Complutense, que tuvo lugar en 1988. Muchos
textos son útiles de este libro, y mi propia presentación-balance del
Congreso, plantea de manera clara y precisa las bazas en juego, tanto
científicas como políticas (pp.1-12).
Vale la pena destacar, ahora, el capítulo del maestro Arnaldo
Bagnasco, que lleva la reflexión, como he intentado hacer en este libro,
“De la Sociología del Trabajo a la sociedad”, pp. 137-157.
128
Los estragos de la subcontratación
Un esquema-marco que puede servir para ser utilizado por los
sindicatos en la forma de presentar y discutir con los trabajadores,
en la FORMACIÓN, lo que se argumenta en este libro, está recogido
en
Juan
José
Castillo
y
otros:
“División
del
trabajo,
cualificación,
competencias: una guía para el análisis de ls necesidades de
formación por los trabajadores”, Sociología del Trabajo, n. 40, otoño del
2000, pp. 3-50. Este artículo recoge, de forma resumida, pues la
investigación en la que basa, de más de 300 páginas, incluía un amplio
número de estudios de caso realizados en empresas, fue realizada para
la UGT en 1996, dentro del programa FORCEM. El artículo publicado en
El País, “Fábrica de ciudadanos”, 3 de noviembre de 2002, reproducido
en anexo, presenta las tesis principales, en sintonía con lo argumentado
en este libro.
Sobre los datos y la interpretación de las estadísticas de
accidentes y daños a la salud:
Mi artículo, en Sociología del Trabajo, n. 44, 2001-2002, pp. 145155, presenta unas claves muy concretas y claras para leer el Informe
Durán.
Federico Durán: Informe sobre riesgos laborales y su prevención.
La seguridad y la salud en el trabajo en España, presentación de José
María Aznar, Madrid, Presidencia del Gobierno, 2001, 320 p.
129
Los estragos de la subcontratación
Tal y como finalmente se publicó, con muchos meses de retraso,
se juntaron dos productos pensados como distintos: el primero, el
Informe propiamente dicho, que ocupa sólo las páginas 15 a 100,
pensado para su difusión masiva. Basta con esta lectura.
El Estudio, como se llamó y llama, donde se daba una versión
más amplia y se incluía la documentación de base, los análisis
estadísticos, etc., ocupa el resto del libro.
Publicarlos juntos, no es
inocente: parece que el objetivo de quien encargó el proyecto era
enterrarlo en alguna estantería: cuanto más ‘gordo’, menos lo leen. Por
supuesto, se puede uno saltar el Prólogo.
Para entender, bien, la ‘globalización’,
Empezar por Enrique de la GARZA: “¿Fin del trabajo o trabajo sin
fin?”, que se recoge en mi libro El futuro del trabajo, Madrid, Editorial
Complutense, 1999, pp. 13-39.
Y seguir por Luciano GALLINO: “La informalización del trabajo en
los países desarrollados. Cómo y por qué las condiciones de trabajo en el
Norte se están aproximando, a la baja, a las del Sur”, Sociología del
Trabajo, n. 45, 2002, pp. 7-24.
Y, también, Danièle LINART, en el mismo número, pp. 53-68, “Los
asalariados y la mundialización. El caso francés”. En Francia se usa
‘mundialización’, en lugar de ‘globalización’.
130
Los estragos de la subcontratación
Sobre lo que dicen los ‘gurús’, según el público que les
escucha,
Puede
contrastarse,
y
ojearse,
como
mucho,
AOYAMA,
Yuko;
CASTELLS, Manuel: “Estudio empírico de la sociedad de la información.
Composición del empleo en los países del G7 de 1920 a 2000”, Revista
Internacional del Trabajo, vol. 121, 2002, núm. 1-2, pp. 133-171.
Castells dice cosas más legibles, menos ‘aparatosas’, más
‘verdaderas’, y más próximas a lo que nosotros escribimos, en el texto
que recoge su intervención oral en una reunión organizada por los
sindicatos y organizaciones ciudadanas en Barcelona: CASTELLS,
Manuel; ESPING-ANDERSEN, Gösta: La transformación del trabajo,
Barcelona, Los Libros de la Factoría, 1999, 175 p.
Sobre las propuestas para desarrollar, en el mundo, un trabajo
decente, por parte de la Organización Internacional del Trabajo,
Puede
verse,
para
empezar
OIT:
Trabajo
decente,
Ginebra,
Organización Internacional del Trabajo, 1999, 92 p. [Memoria del Director
General para la Conferencia Internacional del Trabajo, 87ª reunión, 1999]
Y, si quieren seguirse las últimas propuestas y desarrollos, hay que
leer el texto de EGGER, Philippe: “Hacia un marco programático para
promover el trabajo decente”, Revista Internacional del Trabajo, vol.
121, 2002, núm. 1-2, pp. 173-188. La perspectiva que recoge el artículo
es una síntesis de la reunión que tuvo lugar en 2001 sobre problemas y
políticas en materia de trabajo decente, y se hace en nombre de la OIT.
131
Los estragos de la subcontratación
Todos los documentos de la reunión, de un enorme interés para
investigadores o sindicalistas, pues recoge, incluso, las presentaciones
en power point, que pueden ser utilizadas directamente, están en la
página web:
http://training.itcilo.it/decentwork
Dos textos excepcionalmente buenos, útiles, y muy sensatos y de
fácil lectura, en el mismo número de la Revista Internacional del Trabajo,
son los de
REICH, Robert B.: “El reto del trabajo decente”, Revista
Internacional del Trabajo, vol. 121, 2002, núm. 1-2, pp. 123-131. El ex
ministro de trabajo de Clinton vincula aquí la lucha por el trabajo decente
con un desarrollo sostenido de la economía, y, finalmente con el
argumento de que si a la gente no se le da una salida decente, podrá
haber otros ’11 de septiembre’.
Y, sobre todo, el artículo de STIGLITZ, Joseph E.: “Empleo,
justicia social y bienestar de la sociedad”, Revista Internacional del
Trabajo, vol. 121, 2002, núm. 1-2, pp. 9-31. Las ideas de este Premio
Nobel de Economía (2001), refrendan y coinciden con la perspectiva de la
necesidad de abandonar, como él dice, “el fundamentalismo del
mercado”. Un texto que se lee de un tirón: “lo que yo reclamo no es una
vuelta a la lucha de clases, sino un simple reconocimiento de principios
inveterados:
132
existen
disyuntivas
y
opciones
negociables;
hay
Los estragos de la subcontratación
incertidumbre; las diferentes políticas afectan de modo diferente a los
distintos grupos…”.
Se puede completar esta panorámica, con otro artículo de otro
Premio Nobel de economía, que ha contribuido con sus escritos a la
defensa científica de los derechos de los trabajadores, desde una
perspectiva global de la economía y del nivel de vida: SEN, Amartya:
“Trabajo y derechos”, Revista Internacional del Trabajo, vol. 119, n. 2,
2000, pp. 129-139.
Y con un artículo breve, pero muy sugerente, de BECK, Ulrich:
“Libertad o capitalismo: el incierto futuro del trabajo”, El País, 24 de
febrero 2002, pp.17-18.
Y
con
RUBERY,
Jill;
GRIMSHAW,
Damian:
“Las
nuevas
tecnologías y el problema de la calidad del trabajo”, Revista Internacional
del Trabajo, vol. 120, n. 2, 2000 pp. 199-229.
Sobre los malos trabajos que genera (si se le permite) la
moderna ‘sociedad de la información’,
Veáse el artículo de Andrea Del Bono: “Call centers, ¿el trabajo del
futuro?. El caso de Estrategias Telefónicas S.A. (Estratel)”, Sociología del
Trabajo, n. 39, 2000, pp. 3-31. Se trata de la empresa creada ad hoc, o
sea, expresamente, por Telefónica, para trasladar y abaratar sus servicios
de atención telefónica. El número de Sociología del Trabajo lleva un título
inequívoco: Telefónica: mal trabajo sin opciones.
133
Los estragos de la subcontratación
Quien quiera profundizar en el asunto debe remitirse al libro de
Andrea, que fue su tesis doctoral en la Complutense, Telefónica. Trabajo
degradado en la era de la información, Madrid-Buenos Aires, Editorial
Miño y Dávila, 2002. Puesto que, misteriosamente, el libro no ha sido
reseñado en ningún periódico ni revista, ni siquiera las profesionales de
las ciencias sociales, salvo Sociología del Trabajo, se recomienda
dirigirse a www.minoydavila.com.ar.
134
Los estragos de la subcontratación
11. ANEXOS.
11.1. De aquellos polvos vienen estos lodos: el trabajo en España
veinte años después del Estatuto46.
Juan José Castillo
"A esa economía mezquina y miope hay que oponer una
economía de la felicidad, que tomaría buena nota de
todos los beneficios, individuales y colectivos,
materiales y simbólicos, asociados a la actividad (como
la seguridad), así como de todos los costes, materiales y
simbólicos, asociados a la inactividad o a la
precariedad".
Pierre Bourdieu, 1996 [1999,p.58]46 .
1. La perspectiva.
El suelo, la base sobre la que van creciendo las ideas hechas, el
sentido común, lego o científico, la ideología dominante como se decía
poco ha, en lo que concierne a las políticas de empleo y salario, entre
otras, está tramado y abonado por algunas ideas matrices, su cuna, que
46
Primeras versiones de este texto fueron presentadas en Valencia, 23 de noviembre de 2000, en
las Jornades de Tardor dedicadas al tema "Veinte años del Estatuto de los Trabajadores:
perspectivas jurídicas, sociológicas y económicas", organizadas por la Facultat de Ciències
Socials. Y,, poco más tarde, el 28 de noviembre de 2000, en el XIV Encuentro Internacional de
Ciencias Sociales de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México:"Globalización y
democracia en el Tercer Milenio", en la jornada sobre "El impacto social de las políticas de
empleo y salario en los bloques económicos". Quiero agradecer aquí la atenta lectura de Paloma
Candela y Santiago Castillo, así como las observaciones hechas en los debates en ambas
ocasiones. Por otro lado, quiero destacar que la intervención en Valencia, anterior a la mía, de
Luis Toharia me confirmó en las ideas básicas que organizan este texto.
Departamento de Sociología III (Estructura Social); Universidad Complutense de Madrid; Campus
de Somosaguas; 28223 Madrid; correo electrónico: [email protected]
135
Los estragos de la subcontratación
se repiten hasta la saciedad en los medios de comunicación, en la
producción científica (o aparentemente tal), y que acaban anclándose en
las cabezas de las personas, facilitando un aparente consenso sobre lo
que ha de hacerse (o no hacerse) en materia de políticas de empleo y
salario.
La primera de ellas es la persistente repetición (en este 'bloque
económico' en que me ha tocado vivir, pensar y actuar), de la presunta, y
pronta, desaparición del trabajo.
Viejos tecnologismos y determinismos,
siempre teñidos de intereses de clase, que venimos oyendo desde hace
más de ciento cincuenta años: recuérdese aquel Píndaro de la fábrica sin
hombres, Andrew Ure, tan excelentemente identificado por Marx: con la
nueva tecnología que suponía la máquina de vapor, decía, se acabaron
las veleidades del obrero cualificado que pronto ya no sería necesario en
las empresas.
La lluvia provocada por gurús que vaticinan el fin del trabajo es,
desde hace años, perseverante. Fina a veces y torrencial las más, libros
que se han convertido en best-sellers, literatura de aeropuerto, que ha
predicho que el trabajo desaparece (Rifkin,por ejemplo) o que es un 'valor
en trance de desaparición' (Méda, también como ejemplo).
Primero fueron, en los años ochenta, las llamadas 'nuevas
tecnologías', mágicas palabras que servían para justificar como
inevitables políticas económicas, laborales o de 'reajuste', que iban
construyendo un mundo (y destruyendo otro, sobre todo) donde todas las
bazas parecían tener que situarse en las manos de los ahora llamados
136
Los estragos de la subcontratación
'emprendedores'. Pronto, con las nuevas tecnologías, que una sociedad
no podía permitirse no adoptar, encadenó la 'flexibilidad', connotada
condensación de políticas laborales, económicas e industriales, que sólo
propugna o impone esa 'ductilidad' por el lado de los trabajadores que han
de adaptarse a cuanto les sea propuesto o impuesto por esos mismos
'empleadores' en aras de la rentabilidad empresarial.
La argumentación y la conclusión de muchas políticas laborales
está servida simultáneamente: ¿quién podrá justificar algún argumento en
contra de unas políticas cuyos objetivos son la modernidad, las 'nuevas
tecnologías', el estar al día, y el ser flexible y abierto?.
La argumentación y la conclusión de muchas políticas laborales
está servida simultáneamente: ¿quién podrá justificar algún argumento en
contra de unas políticas cuyos objetivos son la modernidad, las 'nuevas
tecnologías', el estar al día, y el ser flexible y abierto?.
El caso es que, una vez que esas ideas se han hecho
predominantes y se han impuesto en una sociedad, una vez convencido
todo el mundo, o casi, de que "esto es lo que hay", o dicho con palabras
bañadas de aparente científismo, que la desaparición del empleo es
'estructural', el marco de expectativas, aspiraciones, deseos o ilusiones
biográficas de las personas estará construido y limitado. Sólo es cuestión
de tiempo el lograr que las gentes aspiren únicamente a aquello que se le
137
Los estragos de la subcontratación
ha dicho por activa y por pasiva que es lo realista, lo único posible dentro
de lo existente 47.
Para nuestro argumento, aquí y ahora, esta naturalización de lo
social "crea un caldo de cultivo que refuerza el terreno de la justificación
de
políticas
económicas,
laborales,
industriales,
formativas"
48
,
consiguiendo altos niveles de consenso social, como si fueran políticas de
'salvación nacional', como lo ha sido para Europa y España,
particularmente, en el caso de las llamadas 'políticas de juventud':
reducción de salarios mínimos, condiciones degradadas de contratación
respecto a los 'mayores', reducción de los derechos sociales, etc.49
2.
Académicos globalizados.
Algunos científicos sociales han contribuido, y en no poca medida,
a esa naturalización, formulando historias simplistas y dicotómicas de la
evolución de las sociedades y del papel del trabajo en ellas, que acaba
justificando políticas de empleo que se presentan, como se las ha
llamado, como "amortizadores sociales", como si fueran logros, desde
47
Sobre las políticas de empleo como creadoras de marcos que moldean las imágenes del trabajo
ya argumenté en "Crisis del trabajo y cambios sociales. El futuro presente", publicado en 1987, y
ahora recogido en El trabajo del sociólogo,1994.
48
El trabajo del futuro, p. 3. "La deriva hacia el 'liberalismo' se realizó de manera insensible, y por
tanto, imperceptible, como la deriva de los continentes, y ocultó así a las miradas sus efectos más
temibles a largo plazo", Pierre Bourdieu, Contrafuegos, p. 147.
49
Sobre esto volveré con el ejemplo del Plan de Inserción para jóvenes que desencadenó en
España una huelga general de gran repercusión social en 1988.
138
Los estragos de la subcontratación
abajo imprescindibles, en estos nuevos tiempos que bautizan, poco
rigurosamente, pero modas obligan, como de 'globalización'.
Así, en lugar de atender a un análisis fino y detallado de los
cambios de largo plazo, sustantivos y de fondo, en las tendencias y
modos de regulación de las sociedades, ya sean estas las nuestras,
'sociedades industriales avanzadas', o su anverso, en los muchos otros
lugares del mundo a los que ha de dirigir su mirada si quiere entender la
complejidad creciente en la que vivimos 50 ; en lugar de ello, digo, se
fabrica una imaginería que contrapone el antes (pocas veces concretado
en fechas, tiempos o ritmos) con un hoy, un después, absolutamente
contrapuesto a aquellos buenos y felices tiempos51.
Se dirá, entonces, que ha habido unos cambios estructurales
(siempre palabras poco precisas pero que añaden aparente autoridad
científica), entre, "comienzos de los ochenta" (antes) y después de 1995,
por ejemplo, en la antigüedad media de los trabajadores en las empresas.
O que "en las últimas décadas el sistema productivo ha dado un vuelco
extraordinario hacia el sector servicios", como si esa categoría puramente
estadística nos diera alguna indicación: en el caso de España, la
hostelería y la restauración son sectores especialmente propicios a los
contratos llamados 'basura' por los sindicatos, a la intensidad en el
50
Así, por ejemplo, en un estudio publicado en 1984 planteamos como la reorganización
productiva en curso, la descentralización productiva y la eventual emergencia de distritos
industriales, estaba, y está, íntimamente vinculada con la reorganzición interna de las empresas, y
la entonces floreciente cosecha de las llamadas "nuevas formas de organziación productiva"
(incluido en Castillo, 1991,Las nuevas formas de organización del trabajo, pp. 21-35). Veáse
Beck, The brave new world of work, 2000.
51
Lo ha resumido muy bien Alain Cottereau, en Billiard, 1995, p. 95: "Notre société fonctionne
plus que jamais avec des mithologies, des paradis perdus ou des enfers perdus".
139
Los estragos de la subcontratación
trabajo, a las largas jornadas y, según los datos de 1999, a los accidentes
laborales. No le veo a este cambio estadístico su utilidad como signo de
modernización alguna si no se baja al terreno concreto y vivido de lo que
pueden estar reflejado en ellos, y que sólo pueden adquirir sentido
analizando las transformaciones ocurridas en las relaciones sociales.
De esta forma, una parte de la sociología académica contribuye a
reforzar
los
lugares
comunes,
la
ideología
básica,
el common
knowledge,contra el que debiera situarse el conocimiento científico,
construyendo saberes que permitan abrir posibilidades de transformación
de lo existente. Se 'inventa' así un antes de 1980, por indicar una fecha
especialmente importante desde la perspectiva de las relaciones laborales
en España, en que se promulga el Estatuto de los Trabajadores; un antes
con el que se constrasta un 'hoy' donde todo es diferente: globalización,
predominio de los trabajos en el sector servicios, condiciones de empleo
en las que el paro y la precariedad son la norma...
Como
si 'antes' la
economía no estuviera 'globalizada', todos los trabajadores estuvieran en
la economía oficial y regular, con buenas condiciones de contrato,
capacidad de negociación y presencia sindical en las empresas, y los
contratos fueran indefinidos: un paraíso perdido del mismo género que las
caracterizaciones y conceptos passe partout que permitían hablar con
trazos gruesos de 'fordismo', sin gran preocupación por matizar sus
contenidos, y que ahora se resuelven invocando la 'nueva economía' o el
papel revolucionario del uso de las redes telemáticas o de internet52.
52
Ya provocamos la desazón de estos poco críticos sociólogos críticos con un tema de portada de
la revista Sociología del Trabajo, n. 21, primavera de 1994 "Un fordismo que nunca existió",
140
Los estragos de la subcontratación
Puede decirse, como lo ha hecho Michel Callon para la ciencia
económica, que estos sociólogos, no interpretan la sociedad, sino que la
fabrican y cons truyen 53 , justificando así, aunque aparentemente, según
sus declaraciones, sus propósitos sean otros, la situación existente y, con
ella las políticas de empleo y salario que les proporcionan pingües
ingresos de investigación y oportunidades de valorización académica. No
es de extrañar, por tanto, que den por hecho que, en su orientación
actual, estas políticas, encaminadas a poner paños calientes a una
situación que, según ellos, se ha desclasado, que no tiene intereses, sino
que tan sólo lucha por abrise paso en un mundo de flujos y relaciones
sociales mundializado, es la mejor de las políticas posibles.
Sus análisis, que adoptan un tono semiculto, en el que repiten
simplemente la ideología dominante, acaban tomando al pié de la letra las
'exposiciones de motivos' que preceden a la legislación y medidas de
políticas de empleo, hasta creer que realmente su objetivo es,
simplemente, la 'creación de empleo'. Y ni siquiera se detienen a analizar
la forma en que se aplican esas normas, cómo las gestionan los actores
sociales, o en que medida acaban constituyendo tan sólo una cortina de
humo que oculta las verdaderas transformaciones de fondo que están
ocurriendo ante sus ojos.
proponiendo estudios directos sobre el terreno, en relación con los actores sociales. Veáse "¿De
qué fordismo me hablas?", incluído en El trabajo del sociólogo.
53
"Economics, in the broad sense of the term, performs, shapes and formats the economy, rather
than observing how it functions"; "economy is embedded not in society but in economics". Michel
Callon, The laws of the market, 1998, pp. 3 y 30.
141
Los estragos de la subcontratación
3.
Cambiando de chaqueta.
Las políticas de empleo son presentadas, en esta óptica, como una
descripción, y no como una interpretación de transformaciones de más
hondo calado.
Como si estas actuaciones, puntualmente aireadas y
difundidas, estuvieran plenamente integradas en el mecanismo, en la caja
negra, del funcionamiento de los sistemas económicos: lograr una mayor
tasa de incorporación de la mujer al mercado de trabajo, un casi
imperceptible descenso de las tasas de empleo precario, una menor
marginalidad de los jóvenes ante el empleo...
Se tiende por tanto -carrera académica obliga- a estar dentro y
fuera del sistema de maquillaje de una realidad que se hace tan dura en
sus datos desnudos, que parece excesiva a todas luces. Como el director
de cine de Más allá de las nubes, de Michelangelo Antonioni y Wim
Wenders, que reflexiona, tras la confesión que la protagonista de uno de
su 'cuadros' le hace, de que ha matado a su padre de doce puñaladas,
sobre cuántas podrá él incluir en su guión para que sea creible para el
público. Y tolerable para quien financia sus investigaciones, diríamos del
sociólogo, porque tanto ensañamiento, las doce puñaladas de la
protagonista, piensan, no las creería nadie.
Y vendrán entonces las clasificaciones, que ya muestran un sesgo
interesado: políticas activas o pasivas, por ejemplo. Las buenas son las
primeras, claro, las que, al menos según las declaraciones de intenciones
van destinadas a crear empleo, mientras que las pasivas, las pensiones,
142
Los estragos de la subcontratación
por ejemplo, se connotarán siempre como gastos sociales que ojalá
pudieran evitarse. Aquí también las metáforas, a poco que se analicen,
son bien reveladoras. No se escatimarán ideas hechas, por ejemplo,
sobre los parados, a los que conviene 'estimular' dejándolos al viento
serrano del mercado para que así se muevan, busquen y rebusquen
empleos del tipo que fuere: y si para ello han de renunciar a utilizar sus
saberes o calificaciones, tanto da. La cuestión es, finalmente, "vincular
bienestar con trabajo", esto es, en la aparente neutralidad de las palabras
'activar' a los perceptores de subsidios del Estado de Bienestar, por muy
canijo que el desarrollo del mismo pueda ser54.
Como fué dicho por una autoridad política de primer orden en
España, lo que importa es crear empleo, el cómo y su contenido importa
poco.
Veáse esta perla escogida al azar entre la parafernalia de
disposiciones legales para el fomento del empleo: "en congruencia con la
finalidad de esta norma, el derecho a la prestación o al subsidio por
desempleo se extinguirá cuando los beneficiarios rechacen participar en
acciones de formación profesional, rehusando adquirir la capacidad
necesaria para acceder a un puesto de trabajo e instalándose de forma
insolidaria en la protección por desempleo"55.
54
Un espléndido análisis de los problemas y de las situaciones que se dan en un contexto europeo
es el contenido en M. Heikkilä, Linking welfare to work, Dublín, European Foundation, 1999.
Todos los textos son imprescindibles, pero destaco el de Dirk Geldof, "New activation policies:
promises and risks", pp. 13-26.
55
Exposición de motivos, Real Decreto-Ley 1/1992, de 3 de abril de medidas urgentes sobre
fomento del empleo y protección por desempleo, Boletín Oficial del Estado, 7 abril 1992, p.
11644. Un conocido sociólogo escribió entonces en El País, sábado 23 de mayo de 1992, p. 12,
"La huelga y yo", por Manuel Castells: "Haré huelga a la huelga [general]. Porque reivindico mi
derecho a cuestionar este modo obsoleto de hacer política"; "si hago huelga, entonces estoy de
acuerdo con la picaresca del subsidio de desempleo que todos conocemos y que tanto cuesta a los
contribuyentes".
143
Los estragos de la subcontratación
4.
Políticas generales: las grandes reformas.
Por mi parte prefiero identificar y destacar políticas generales,
globales, que forman parte de un diseño político a largo plazo, y que
están en los orígenes de la situación actual del mercado de trabajo, de la
identidad de las y los trabajadores o del declive sindical.
Las políticas de empleo y salario actuales no son más que una
pequeña parte de esos haces estratégicos. Son sus flecos o adornos. Y
en su aplicación actual, producto de negociaciones o presiones (¡aún
posibles¡) de los trabajadores y de sus sindicatos. Partos del 'diálogo
social' que pretende suavizar las consecuencias de los movimientos de
fondo provocados por la intervención sobre la sociedad que está en el
origen de los 'males' a los que ahora se pretende poner remedio con
políticas de medio alcance, muchas veces contradictorias entre sí.
Un caso ejemplar es el de las políticias de prejubilaciones, o
jubilaciones anticipadas, que han producido una auténtica sangría o
pérdida de conocimientos, saberes y desintegración de grupos y
colectivos de trabajo. Y ello por no hablar de los trastornos personales
familiares y sociales que esas políticas indiscriminadas han tenido en
distintos países europeos, y muy especialmente en España durante la
década de los noventa
56
.
Hoy las políticas tanto europeas como
españolas, intentan justamente lo contrario: restaurar los daños hechos
56
Sobre ello hemos publicado "Biografías rotas", un capítulo incluído en A la búsqueda del trabajo
perdido.
144
Los estragos de la subcontratación
por esas políticas de empleo, que se basaron en ideas hechas sobre el
presunto desgaste o incapacidad de los "trabajadores envejecidos", un
fleco más de la ideología del fin del trabajo.
Y no sólo por motivos
demográficos: descienden los tamaños de las cohortes, sino también
porque ahora se evalúa mejor el papel que juega en la producción y
reproducción de la sociedad el saber tácito, los saberes informales, la
experiencia, la coherencia aportada al grupo de trabajo, por esos
trabajadores que han pasado de "envejecidos" a "experimentados", tanto
en la jerga sociológica como en la de los decisores políticos57.
Si tomamos el caso español como ejemplo, y el periodo de los
últimos dieciocho años, esto es desde 1982 hasta el presente, la política
general de empleo se ha distinguido por una toma de partido global por el
debilitamiento de la posición de negociación en las relaciones laborales
en cuanto corresponde a los trabajadores.
Desde el punto de vista de la intervención normativa, leyes,
decretos, reglamentos, circulares..., hay dos momentos de especial
relieve: 1984, cuando se promulga la primera reforma laboral que cambia
sustancialmente las reglas del juego para los actores sociales,
introduciendo una plétora de posibilidades de contratación (hasta catorce
distintas), lo que está en el origen de las altas tasas de contratación
57
Veáse la investigación de Jesús Villena "Conocimiento, cualificación y experiencia: la exclusión
de los trabajadores mayores en los procesos de innovación yla pérdida de la memoria colectiva",
en Castillo y Villena, 1998, pp. 287-305. Digo rectificación de políticas en el texto y eso es más la
expresión de un deseo que una realidad: mientras reviso este texto, la fusión de dos grandes
empresas eléctricas en España se 'suaviza', otra vez, con políticas de prejubilaciones que afectan a
la mitad de la plantilla de las mismas , con un coste muy importante para el sistema público de
seguridad social (Veáse El País, 5 de octubre de 2000).
145
Los estragos de la subcontratación
temporal y rotación en los puestos de trabajo; contratos precarios que
llegaron antes de finales de la década de los ochenta a ser un tercio de la
población asalariada.
El segundo momento álgido de esa política general en relación
con el trabajo, o contra el trabajo se podría decir en el sentido anglosajón,
es una nueva (cuando ya parecía imposible) reforma laboral que
introduce, en 1994, las empresas de trabajo temporal, un reducido
número de contratos que, con nombres distintos, acabaran siendo
utilizados por los empleadores como lo eran los antiguos: para convertir
en trabajadores temporales, subcontratar y externalizar ya no servicios
especializados, sino partes enteras de los procesos de producción o de
control, por supuesto, pagando menores salarios por ello 58.
Muchas más intervenciones 'globales' ha habido en ese periodo,
puntuales unas, otras de alcance también tan importante como las
emprendidas en las fechas mencionadas: baste mentar los distintos
acuerdos que convergen en 199759.
58
Un ejemplo de contribución sociológica a la normalización e inevitabilidad de las grandes
reformas: Enrique Gil Calvo escribe en El País, el 4 de enero de 1994, ante la convocatoria de
huelga, y descalificando a los sindicatos: "Una huelga general tan aparentemente inútil sólo para
camuflar su negativa [la de los sindicatos] a comprometerse con las inevitables reducciones de los
costes laborales". La argumentación sindical puede verse en Martin y Santos, 1993-94, "Proyecto
del gobierno sobre reforma del mercado de trabajo: garantismo versus regulación".
59
Veánse, como ejemplo, en MTAS, 1997. En la Conferencia Internacional, "The social
dimension of employment: institutional reforms in labor markets", organizada por el IESE en
Barcelona, 18-19 de septiembre de 2000 se presentaron las "Claves de una nueva reforma laboral
en España". Un resumen de la intervención del actual Ministro de Trabajo en ABC, 20 de
septiembre de 2000, "Aparicio aboga por sentar las bases de la reforma laboral antes de fin de
año".
146
Los estragos de la subcontratación
Las transformaciones, los impactos sociales, de esas políticas
generales, son, a mi juicio, visibles tan sólo con contemplar la evolución
de algunos indicadores económicos, demográficos o sociales. Lo ilustraré
inmediatamente con un ejemplo muy relevante.
Pero antes conviene indicar que la deriva que se acentúa a partir
de 1984, la primera contrarreforma del mercado de trabajo,
con un
Partido Socialista que se enfrenta y separa de su propio sindicato, la
UGT, crece ensoberbecida, con intervenciones de responsables de la
política general de empleo, de alto nivel, y de sus sociólogos asesores.
Los mismos sociólogos o economistas 'críticos', sin matáfora ni
equivalente funcional, que ahora son defensores mayores de las políticas
de 'parches', y los beneficiarios de los contratos de investigación, del
fomento de la 'empleabilidad'60, y de otras coberturas retóricas que, según
pomposamente declaran ahora, a poco que se les invite a una mesa
redonda, vienen a paliar, los barros y lodos que han generado aquellos
polvos que ellos mismos implantaron bajo forma de normas y cambios de
las reglas del juego de las relaciones laborales, la que fue -a su decir de
entonces- su contribución a la modernización de España.
La Huelga General de diciembre de 1998 en España tuvo como
detonante de su convocatoria la propuesta del Ministerio de Trabajo que
pretendía hacer legal un contrato precario para los jóvenes aún más
degradado de lo que permitían los numerosos tipos de contrato de la ley
60
Una consigna que, como lo ha escrito Wolfgang Streeck, supone orientar las políticas públicas
no hacia la desmercantilización de los individuos, sino, antes al contrario, y en teoría, a crear
condiciones iguales para su conversión en mercancías (Streeck, 2000, p. 14).
147
Los estragos de la subcontratación
de 1984, y ello, aún con menor salario. El éxito de la convocatoria de
huelga obligó al gobierno a retirar aquel proyecto de ley y a negociar con
los sindicatos todos los puntos que habían motivado la convocatoria de la
misma, que incluían aspectos de vivienda, jubilaciones, discriminación
laboral de la mujer, los jóvenes, y todo un abanico de temas que
devolvieron al 'diálogo social' un aire de vitalidad que pronto se agotó, una
vez que las políticas de desestruturación de la clase obrera recobraron el
aliento 61.
Pero, para mi argumento aquí, lo que se puede destacar es el
hecho de que la degradación del marco general laboral parecía un camino
por el que la política general amenazaba con volver a pasar y a pisar,
siempre, fuerte.
Aquellos finales de los ochenta contemplaron un buen ciclo para la
economía, que sin embargo no abordó los primeros noventa con síntomas
de crecimiento, sino todo lo contrario. El buen clima económico repunta
nuevamente a partir de 1995, precisamente con una nueva contrarreforma
laboral aprobada en 1994.
Y esta vez la huelga general convocada,
expresamente contra esa contrarreforma legal, en enero de ese año, no
pudo parar su implantación.
Pues bien, en ese marco, la evolución de un indicador indirecto de
la situación de las relaciones laborales, como son los accidentes de
61
F. Valdés Dal-Ré, "La flexibilidad del mercado de trabajo: teoría e ideología", 1999, pp. 128130.
148
Los estragos de la subcontratación
trabajo dice algo sobre las tendencias de medio plazo de nuestras
sociedades. Las tendencias que generan las políticas generales, y entre
ellas, claro está, las políticas de empleo y salario, y que se están
convirtiendo en las condiciones, las reglas del juego 'normales', de
despliegue de la conversión de la fuerza de trabajo en trabajo efectivo.
A través suyo, de los datos sobre accidentes, y pese a ser esos
datos únicamente el registro estadístico de 'daños súbitos a la salud', y
por tanto no dar información alguna sobre desgastes prematuros de la
salud, sobre trastornos psicológicos, sobre la carga de trabajo, y tan sólo
indirectamente, tras elaboración, de la intensidad en el trabajo; pese a
ello, digo, nos pueden abrir los ojos, darnos indicios, de impactos
sociales, de cambios en las relaciones laborales.
Tanto el volumen global, como la tasa de incidencia, esto es el
número de accidentes por cada mil trabajadores cubiertos por la
contingencia de la seguridad social62, son notablemente altos en España,
más que en la mayoría de los países de la Unión Europea. Y lo son a lo
largo de las dos últimas décadas. Que esa evolución, creciente también
en los datos de los meses que han transcurrido de este año 2000, se de
en una economía que ha visto reducido el peso de sectores más
'propensos al accidente', como la construcción metálica, por ejemplo, no
deja de ser sorprendente. ¿Dónde y cómo se producen esos accidentes,
'daños súbitos a la salud', en una estructura económica que trata cada vez
más procesos inmateriales?.
62
Si estamos ante una economía más
No se olvide que el registro de datos se hace con fines de indemnización.
149
Los estragos de la subcontratación
'moderna' y que, por ello, contiene en sí misma menos riesgo de
accidente físico, ¿a qué se debe este crecimiento?.
Mi argumento es que esos datos reflejan los cambios globales
impuestos por políticas continuadas de precarización laboral que tienen
ejes matrices muy anclados en la política general, y a la que las 'políticas
de empleo aliviadoras' pueden contrarrestar en poco.
Es poner una
barrera de pajas y barro a un rio avasallador.
Se ha socavado así la base misma sobre la que las gentes pueden
edificar la defensa de un trabajo decente, las condiciones de un trabajo
que no les despoje de todo aquello que les permitía no sólo llevar a cabo
su tarea con profesionalidad, aplicación, y hasta orgullo y entusiasmo,
sino también construir su vida como ciudadanos y como personas.
Y en ese clima, cualquier reticencia ante las imposiciones que
'voluntariamente' le solicite su empleador, podrá ser causa de perder sus
medios de vida.
Y por ello, acuciado por cifras y tasas de paro
superiores al veinte por ciento de la población activa, y porcentajes de
precariedad que superan en muchos sectores la mitad de la población
ocupada, se arriesgará más, trabajará más rápido, e incluso se lo pensará
mucho antes de ausentarse por una enfermedad, como han documentado
profusamente los sindicatos. Y sin esa red de la seguridad de su trabajo,
150
Los estragos de la subcontratación
de su equipo de compañeros, de capacidad de defensa, se accidentará
más63.
Pues bien, los años 1984 y 1994, años clave como he indicado del
cambio radical de rumbo en el marco de las relaciones laborales son,
ambos, punto de inflexión y de inicio de dos fases distintas pero
perfectamente identificables de crecimiento acelerado y continuo de los
accidentes laborales, coincidentes, como digo, con la introducción de dos
grandes orientaciones de la política general respecto del trabajo y los
trabajadores.
En 1984 el índice de incidencia de la siniestralidad, es decir,
número de accidentes por cada mil obreros, era de 53,3. Para 1990 ya se
había situado en 68,6. En los dos años siguientes hay un descenso
relativo del índice, hasta que llega la nueva reforma de 1994. Y entonces,
de un índice de incidencia, de 54,6 en 1993, se pasará a 60,6 en 1996, a
68,3 en 1998 y a 72,8 en 1999. Y continúa creciendo en los meses que
van de este año milenario: entre 1994 y 1999 la cifra de accidentes ha
crecido en algo más de 600.000, esto es un doce por cien acumulativo
anual64.
63
Aumentan los accidentes en la estadística, pero, como es obvio para quien trabaja con estos
datos, los accidentes reales son muchos más: porque la estadística no recoge los accidentes de los
trabajadores llamados 'autónomos', una categoría muy importante, por ejemplo, en el sector de la
construcción, uno de los más castigados por los accidentes laborales en España. De 1,3 millones de
activos en ese sector en 1998, 300.000 son autónomos. Las estadísticas de tráfico descubren la
escalofriante cifra de 417 conductores profesionales muertos el pasado 1999, la mayoría
trabajadores autónomos. Estos muertos se añaden a los más de 1.500 recogidos en la estadística de
accidentes (El Mundo, 6 de febrero de 2000, p. 8, "El transporte por carretera tiene el récord de
siniestralidad laboral").
64
Anuario de Estadísticas Laborales y de Asuntos Sociales, 1999, Ministerio de Trabajo y Asuntos
Sociales. El indice de incidencia es el "número de accidentes con baja acaecidos durante la jornada
151
Los estragos de la subcontratación
Y no caben muchas matizaciones: si analizamos los datos de que
disponemos sobre quienes son los 'perdedores', los que reciben más
daños a la salud como categoría, nos encontramos con contratados
precarios, jóvenes, sin experiencia en el trabajo concreto por la alta tasa
de rotación en su ocupación, o sea por ocupar muy distintos puestos de
trabajo en un año: la media de la renovación de contratos es de casi
cuatro por año, pero no será raro encontrar doce, quince, veinte contratos,
y se supone, trabajos distintos en un año. Según datos aportados por los
sindicatos, "hay un millón doscientos mil trabajadores a los que se les
realizan diez o más contratos a lo largo de un año en la misma
empresa"65.
Pierden su salud o su vida, por tanto, los trabajadores 'fabricados'
por las grandes reformas laborales: sin contrato, con contratos, en
ocasiones de días o de horas, jóvenes obligados a serlo hasta los 35
años. Obligados a ofrecerse ('voluntariamente', claro) en el mercado de
trabajo como fuerza de trabajo débil, sin capacidad de negociación. Para
ser utilizados en los procesos de producción todo lo 'fuerte' que permita el
desgastar
aceleradamente
sus
competencias
y
cualificaciones,
desprovistos de los saberes de un oficio o de un equipo, como una pieza
que aún cuesta maquinizar o introducir en un circuito impreso.
de trabajo por cada mil trabajadores expuestos al riesgo". La evolución de este indicador corre
parejo con la evolución del ciclo económico y del empleo, lo que viene a corroborar nuestro
argumento, puesto que los puestos de trabajo creados son en su inmensa mayoría precarios. En los
primeros siete meses de 2000 los accidentes del trabajo han crecido un 10,82 por ciento sobre el
mismo periodo de 1999 (El País-Negocios, 30 de septiembre 2000.
65
El País (Economía y Trabajo), 25 octubre 2000, p. 72.
152
Los estragos de la subcontratación
En un reciente Informe General sobre Siniestralidad66 se concluye:
"el crecimiento general de la siniestralidad laboral que se ha producido
desde 1994 se debe al crecimiento de la siniestralidad que sufren lo
trabajadores temporales", cuya tasa media triplica la que sufren los
trabajadores con contrato indefinido.
Y en ese contexto, una ley como la Ley de Prevención de Riesgos
Laborales (1995-6), que suponía la traslación a la legislación española de
una Directiva europea, y que se podía esperar que venía a parar esa
auténtica hemorragia de vidas humanas, de capacidades humanas, de
salud, es decir una intervención mayor, pero subordinada en relación a las
grandes tendencias de fondo que traman la política general; una ley que
ha apostado fuerte en su texto por la regulación de los límites que los
procesos de producción y su organización deben contener, no ha
producido una reducción en las cifras estadísticas, en el registro oficial de
daños. No sólo eso, sino que las cifras de accidentes siguen creciendo
hasta hoy mismo, hasta el punto de que la alarma social ha llevado al
Presidente del Gobierno a recabar de una comisión de expertos un
informe especial sobre el asunto.
Las explicaciones de que ni está ley, ni un llamado "Plan de
Choque contra la Siniestralidad", consensuado por el Gobierno con los
distintos actores sociales al final de 1998, hayan producido el 'impacto' de
reducir la accidentabilidad, son muchas, y algunas complejas. Pero, en mi
opinión, el que está ley, como ha sido dicho con crudeza, exista sólo en el
66
Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo: Informe general de Siniestralidad
Laboral en España, Madrid, INHST, 2000, p. 15.
153
Los estragos de la subcontratación
papel, y sus presuntos beneficios no sean tan explícitos como se
esperaba (al menos en el preámbulo o exposición de motivos de la
misma), radica sobre todo en el deterioro general de la capacidad de
negociación de los trabajadores que ha traido consigo una precarización
que, con un arranque o andante con motto que se puede situar en 1984, y
con allegros vivaces como los de 1994, se exacerba y se enracina en la
sociedad un poco más cada día.
La implantación de este marco o telón de fondo, donde el
trabajo pierde posiciones y fundamentos, se hizo con el apoyo de los
forceps científico-ideológicos que más convenían a la ideología (social y
científica) de cada momento: las nuevas tecnologías en los ochenta, por
ejemplo, hábilmente simultaneadas con las políticas de reestructuración y
'saneamiento' industrial de los mismos años 67 .
El Partido Socialista,
seguro de poder imponer en vía parlamentaria sus proyectos de ley, al
detentar la mayoría absoluta de la Cámara, inició con su llegada al poder
en 1982, un parteaguas que está en la base de la situación actual.
5.
Cambiar de política general.
"Se empieza, pues, a sospechar -concluye el maestro Bourdieu en
su intervención "Actualmente la precariedad está en todas partes"- que la
precariedad laboral no es el producto de la fatalidad económica,
67
Veánse, para esos años, M. Castells y otros: Nuevas tecnologías, economía y sociedad en
España, 1986, con un prólogo de Felipe González.
154
Los estragos de la subcontratación
identificada en la famosa 'mundialización', sino de una voluntad política"68.
Una voluntad política de largo plazo, perseverante, continuada en sus
líneas maestras y sólo divergente en lo cosmético, en la apariencia, con el
cambio de mayoría gubernamental 69 .
En esta dirección las políticas
estatales, mediadas en Europa muy débilmente en este punto por las
políticas europeas (y si no reléase en esta dirección el emblemático
Informe Delors), ni siquiera la no tan lejana Cumbre de Luxemburgo 70, se
han confrontado, y no siempre, con políticas industriales y de empleo, de
más bajo nivel, claro está, pero también más generalizadas, y por tanto
con importante
repercusión social, más pegadas a las necesidades
locales y de colectivos específicos apadrinados por las Comunidades
Autónomas, los gobiernos regionales en España.
Mi conclusión, desde luego, es que lo que una política general ha
construido como la realidad social que es la nuestra actualmente, se
puede contrarrestar, refundir o destruir también con política.
Y el primer paso que nos toca dar, como científicos sociales, como
argumentaba tan lógicamente Michel Serres, es ir a la raiz de lo que nos
exige nuestro oficio, llevando al límite nuestra capacidad de conocer, y
68
Pierre Bourdieu, Cortafuegos, p. 124.
Incluso, como han puesto de relieve intervenciones de analistas cualificados, las formas de
gestión de la reforma laboral de 1997, y la actualmente en curso de negociación, entre el gobierno
y los interlocutores sociales, se ha caracterizado por un desarrollo y profundización de las vías del
diálogo social que se contrapone con la reforma impuesta y no negociada de 1994. Ahora bien: lo
que hoy es posible negociar no es sino una versión del "despotismo hegemónico" tan certeramente
identificado por Burawoy ya en 1985: se 'negocia' lo inevitable.
70
Veáse Aragón y Cachón, "Mercado de trabajo, empleo y políticas de empleo: Consideraciones
desde una perspectiva europea", 1999, pp. 70-73. Veáse la crónica de EL País, sobre la 'Cumbre
del Empleo", 21 de noviembre de 1997, p. 63, "30.000 sindicalistas exigen en Luxemburgo a los
Quince políticas concretas contra el paro".
69
155
Los estragos de la subcontratación
comprometiéndonos
con
los
resultados
de
nuestra
indagación.
Desnaturalizar las situaciones que se dan por inevitables.
Que se
pretende han sido traídas por corrientes mundiales que no podemos
evitar. Si los caminos pueden ser diversos, podemos escoger, podemos
tener, como ha dicho Jean-Paul Fitoussi, "la libertad de elegir".
Así aportaremos datos, hechos, palabras, interpretaciones que,
transformadas en hechos sociales, encarnados como fuerza social, junto
con tantos otros, salgan a la calle metafórica y realmente.
Así, contra 'recetas' y curanderos de diversa procedencia
formativa, que en muchos casos fueron los inspiradores de las grandes
reformas, hay que ir a las causas primeras y fundantes de este orden
económico.
Contra esta violencia estructural, estructurada y 'legitimada' por
gurús massmediáticos, hay que pedir y hacer política global. Una política
global fundada sobre lo que realmente sabemos sobre la sociedad, sobre
las distintas sociedades, que coloque a las personas, a la inmensa
mayoría, en el lugar que hoy ocupan las cotizaciones de las bolsas de
comercio.
Sobre las líneas maestras de esa política no sería difícil llegar a
acuerdos de principio.
Se puede, como recoge Fitoussi de la propuesta de Dan Usher,
partir de preguntas como ésta: "¿Es propensa ésta o aquella reforma a
156
Los estragos de la subcontratación
incrementar la adhesión de las poblaciones a la democracia, o por el
contrario de debilitarla?".
Se pueden, luego, articular políticas concretas, que estén
implicadas en esas ideas generales.
Por ejemplo el abanico tan
sugerente, que como investigador social y como político ha propuesto
recientemente Riccardo Petrella, hablando de la formación profesional71.
Se puede, incluso pese a las trampas que supone esa perspectiva,
preguntarse, como lo ha hecho Kelly72, si las consecuencias sociales, es
decir los impactos sociales negativos para la constitución de ciudadanos
más libres y más sabios, podrán poner en cuestionamiento el
funcionamiento de la propia "maquinaria económica". Digo que se puede
hacer ese planteamiento, pensando en movilizar a ciertos actores en
función de sus propios intereses, aunque muchos no veamos mucho
futuro a esa perspectiva. Ni siquiera como argumento interno a la propia
argumentación 'productivista', de 'competitividad' en productos altos en
calidad y contenido, y sobre todo, en beneficios, claro.
Pero, sobre todo, como lo ha escrito con gran agudeza y
concreción un sociólogo español, en la prensa diaria, esos objetivos se
pueden identificar si desde la izquierda -en Europa, en su argumentoestamos "dispuestos a pagar el precio de empuñar los valores de la
igualdad.
Tanto en el interior de cada país como en la perspectiva
71
Me refiero a su intervención en mayo de 1999 en el congreso organizado por el INOFOR
portugués, en Lisboa, sobre "División del trabajo, competencias, cualificación", cuyas actas
acaban de publicarse, en septiembre de 2000.
72
Veáse Kelly, 2000, p.17.
157
Los estragos de la subcontratación
mundial. Sobre todo hoy, cuando la glorificación del dinero, el empleo
precario, la neocolonización de los países del Sur, la exaltación del éxito,
la privatización de las funciones públicas, la sustitución del Estado social
por el Estado penal, han entronizado la desigualdad como una realidad
natural e inalterable" 73, lo que deja poco espacio para una solidaridad
tradicional de tipo redistributivo. "Sólo si las inseguras nuevas formas de
empleo pagado se convierten en un derecho a múltiples trabajos, un
derecho a la discontinuidad, un derecho a escoger las horas de trabajo,
un derecho a un tiempo de trabajo consagrado en los convenios
colectivos; sólo entonces pueden asegurarse nuevos espacios para la
coordinación del trabajo, la vida y la actividad política"74
En todo caso, y por lo que nos concierne como científicos sociales
(y como ciudadanos) quizá lo prioritario sea decir alto y claro aquellas que
son nuestras conclusiones como investigadores.
Los 'estragos del trabajo', por homenajear aquí aquel valiente libro
del sindicato francés CFDT, no pueden seguir mereciendo tan sólo
buenas palabras, políticas de 'parcheo', o cientos de números, que
encantarían al Mr Gradgrind de turno tan bien retratado por Dickens, ése
científico social que vive sobre, de y por la ciudad obrera, y para el que
sólo existen los obreros si los enumeran las estadísticas.
73
José Vidal-Baneyto, "¿Cabe la izquierda en Europa?", en EL País, Madrid, 4 de noviembre de
2000, p. 12. La negrita es mía, JJC.
74
Ulrick Beck, The brave new world of work, 2000, p. 7.
158
Los estragos de la subcontratación
Para decirlo una vez más como Voltaire, las buenas palabras no
encajan bien con las masacres.
Madrid, otoño de 2000
REFERENCIAS:
ARAGÓN, Jorge; CACHÓN, Lorenzo: "Mercado de trabajo, empleo y
políticas de empleo: consideraciones desde una política europea", en
Cuadernos de Relaciones Laborales, n. 15, 1999, pp. 51-76.
ARANGO, Luz Gabriela; LÓPEZ, Carmen Marina: Globalización, apertura
económica y relaciones industriales en América Latina, Santafé de
Bogotá, Facultad de Ciencias Humanas-Centro de Estudios Sociales,
1999, 406 p.
BECK, Ulrich: The brave new world of work, Oxford, Balckwells-Polity
Press, 2000, 202 p. [Original alemán de 1999]
BILLIARD, Isabelle (coord.): Identités, santé, insertion sociale et nouvelles
formes d'emploi et de travail, París, MIRE [Mission de Recherche et
Expérimentation], 1995,313 p.
BOURDIEU, Pierre: "El mito de la 'mundialización' y el Estado Social
europeo", en Contrafuegos. Reflexiones para servir a la resistencia contra
la invasión neoliberal, Barcelona, Anagrama, 1999, pp. 43-63.
CALLON, Michel: The laws of the market, Oxford, Blackwell-The
Sociological Review, 1998, 278 p.
CASTELLS, Manuel et alii: Nuevas tecnologías, economía y sociedad en
España, Madrid, Alianza Editorial, 1986, 2 vols.
CASTILLO, Juan José (ed.): Las nuevas formas de organización del
trabajo. Viejos retos de nuestro tiempo, Madrid, Ministerio de Trabajo,
1991, segunda edición.
159
Los estragos de la subcontratación
CASTILLO, Juan José: A la búsqueda del trabajo perdido, Madrid,
Editorial Tecnos, 1998, 213 p.
CASTILLO, Juan José(ed.): El futuro del trabajo, Madrid, Editorial
Complutense, 1999, 162 p.
CASTILLO; Juan José ; VILLENA, Jesús (eds.): Ergonomía: conceptos y
métodos, Madrid, Editorial Complutense, 1998, 395 p.
CONSEJO ECONÓMICO Y SOCIAL: España 1999. Economía, trabajo y
sociedad. Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral, Madrid,
CES, 2000, 631 p.
ESTEFANÍA, Joaquín: Aquí no puede ocurrir.
capitalismo, Madrid, Taurus, 2000, 343 p.
El nuevo espíritu del
FITOUSSI, Jean-Paul: "El modelo social europeo: la libertad de elegir", en
El País (Madrid), martes 1 de agosto de 2000, p. 11-12
HEIKKILÄ, Matti (ed.): Linking welfare and work, Dublín, European
Foundation for the Improvement of Living and Working Conditions, 1999,
91 p. [disponible en http://www.eurofound.ie]
KELLY, G.M.: "Empleo y conceptos del trabajo en la nueva economía
mundial", en Revista Internacional del Trabajo , vol. 119, n. 1, 2000, pp. 535.
MARTÍN, Fernando Angel; SANTOS, Julio: "Proyecto del gobierno sobre
reforma del mercado laboral: garantismo versus regulación", en
Sociología del Trabajo , nueva época, n. 20, invierno 1993-94, pp. 117149.
MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES: Diálogo social y
estabilidad en el empleo, Madrid, MTAS, 1997, 111 p.
NAVARRO, Federico: El tratamiento de la política de empleo en la Unión
Europea, Madrid, Consejo Económico y Social, 2000, 143 p.
NEGRI, Nicola; SARACENO, Chiara: "Povertà, disoccupazione ed
esclusione sociale", en Stato e Mercato, n. 59, agosto 2000, pp. 175-210.
160
Los estragos de la subcontratación
OLIET, Alberto: "La concertación social en el periodo socialista: la crisis
de un modelo de intercambio", Política y Sociedad, Madrid, Facultad de
Ciencias Políticas y Sociología, en prensa.
PERRET, Bernard; ROUSTANG, Guy: L'économie contre la société.
Affronter la crise de l'integration sociale et culturelle , París, Éditions du
Seuil, 1993, 282 p.
RIZZA, Roberto (ed.): "Politiche del lavoro e
precarizzazione
lavorativa",
monográfico
de
Lavoro,(Bolonia), n. 78-79, 2000, 348 p.
nuove forme di
Sociologia
del
[SAMPAIO, Jorge (promotor)]: A reforma do Pacto Social. Coloquio
promovido pelo Presidente da República, Lisboa, Imprensa NacionalCasa da Moeda, septiembre 2000, 494 p.
SEN, Amartya: "Desigualdad y desempleo en la Europa contemporánea",
en Revista Internacional del Trabajo , vol. 116, n. 2 (verano), 1997, pp.
169-187.
STREECK, Wolfgang: "Il modello sociale europeo: dalla redistribuzione
alla solidarietà competitiva", in Stato e Mercato , n. 58, abril 2000, pp. 3 -24
[Discurso presidencial de la SASE, junio 1999]
THERBORN, Göran (ed.): "Globalizations are plural", monográfico doble
de International Sociology, vol. 15, n. 2, 2000, 432 p.
VALDÉS DAL-RÉ, Fernando: "La flexibilidad del mercado de trabajo:
teoría e ideología", en Castillo, J.J. (ed.): El futuro del trabajo, Madrid,
Editorial Complutense, 1999, pp. 119-136.
161
Los estragos de la subcontratación
11.2. ¿Quién les habla?:
Juan José CASTILLO, es Catedrático de Sociología en el
Departamento de Estructura Social, Universidad Complutense de Madrid.
Co-dirige la revista Sociología del Trabajo, Madrid, Editorial Siglo XXI. De
1990 a 1998 fue Presidente del Comité de Investigación "Sociología
del Trabajo", de la Asociación Internacional de Sociología.
En los últimos diez años ha publicado: El trabajo del sociólogo,
Madrid, Editorial Complutense, 1994.
La Sociología del Trabajo en
América Latina, monográfico de la Revista de Economía y Sociología del
Trabajo, 1994. Sociología del trabajo: un proyecto docente, Madrid,
Centro de Investigaciones Sociológicas-Siglo XXI, 1996. Novos modelos
de produçao: trabahlo e pessoas, Lisboa, Editorial Celta, 1998 (con Ilona
Kovacs). A la búsqueda del trabajo perdido, Madrid, Tecnos, 1998.
Teamwork in the automobile industry: radical change or passing fashion?,
Basingstoke, Macmillan, 1998, [Co-Editor], editado también en francés por
La Découverte. Ergonomía: conceptos y métodos, Madrid, Editorial
Complutense, 1998[Co-Editor]. El futuro del trabajo, Madrid, Editorial
Complutense, 1999.
Which way forward for the Sociology of work?,
número monográfico de Current Sociology, vol. 47, 2, 1999. - Estudios del
trabajo en El Caribe, Universidad de Puerto Rico, Proyecto Atlantea,
1998,(co-editor). Identification, assessment and recognition of nonformal learning in Spain, Luxemburgo, Oficina de Publicaciones de las
Comunidades Europeas-CEDEFOP, 1999, (co-autor).
162
Los estragos de la subcontratación
Sus libros más recientes son:
-
Arqueología industrial en Madrid: la memoria del trabajo
y el patrimonio industrial del sudeste madrileño, 1905-1950, Aranjuez,
Editorial Doce Calles, 2002,[Coautor]
-
En la jungla de lo social. Reflexión y oficio de
sociólogo, Madrid-Buenos Aires, Editorial Miño y Dávila, 2002.
-
Los obreros del polo: una cadena de montaje en el
territorio,[coautor], Madrid, Editorial Complutense, 2002.
-
La democracia industrial, de Sidney y Beatrice Webb [1898],
edición y estudio preliminar de Juan José y Santiago Castillo;
Madrid, Fundación Largo Caballero, 2003.
Entre otras publicaciones, no incluidas en libros, se destacan:
- "¿Nuevas formas de trabajo o precarización del empleo?",
en F. Valdés Dal-Ré, editor: Sindicalismo y cambios sociales, Madrid,
Consejo Económico y Social, 1994, pp. 59-74.
- "Globalización y reestructuración productiva: impactos sociales y nuevas
perspectivas. Los 'nuevos' modelos productivos", en Ensaios FEE, (Porto
Alegre, Brasil), año 18, n. 1, 1997, pp. 148-180.
163
Los estragos de la subcontratación
- "Arqueología industrial en Madrid: un programa de investigación en las
ciencias sociales del trabajo", en Revista Latinoamericana de Estudios del
Trabajo, año 5, n. 9, 1999, pp. 173-189.[Co-autor]
- "La sociología del trabajo entre dos siglos", en Sociología del Trabajo, n.
39, primavera de 2000, pp. 111-134. (co-autor)
- “División del trabajo, cualificación, competencias: una guía para el
análisis de las necesidades de formación por los trabajadores”, en
Sociología del Trabajo, nueva época, n. 40, otoño de 2000, pp. 3-50
[Coautor]
- “La sociología del trabajo hoy: la genealogía de un paradigma”, en
Enrique De la Garza (ed.): Tratado Latinoamericano de Sociología del
Trabajo, México, FCE, 2000, pp. 39-64.
- “Pasión y oficio: Beatrice Webb en la fundación de la sociología”,
presentación del texto “Diario de una investigadora”, Revista Española de
Investigaciones Sociológicas, n. 93, enero-marzo 2001, pp. 183-187,
seguido, pp. 189-201 del texto citado.
-
“El patrimonio industrial y la memoria del trabajo en la
Comunidad de Madrid”, en Butlletí d’Arqueologia Industrial i de Museus de
Ciència y Tècnica, primer trimestre de 2001, [Coautor]
-
“Conclusion: The Sociology of Work today: looking
forward to the future”, en D. Cornfield y R. Hodson (ed.): Worlds of work.
164
Los estragos de la subcontratación
Building an international Sociology of Work, Nueva York, Kluwer
Academic / Plenum Publishers, 2002, pp. 346-359.
-
“Accidentes de trabajo en España: la construcción social
de la normalidad”, en Sociología del Trabajo, nueva época, n. 44, invierno
2002, pp. 145-155.
-
“Mujeres al final de la cadena: el entorno productivo
de VW-Navarra”, en Sociología del Trabajo, nueva época, n. 47, invierno
2002-2003, pp. 3-40 [Co-autor]
Investigaciones en curso:
-
"Para una recuperación de la memoria del trabajo en la
Comunidad de Madrid". “Inventario del Patrimonio Industrial de la
Comunidad de Madrid, IPICAM” (2000-2005). Proyectos financiados por la
Consejería de Educación y Cultura de la CAM, actualmente en su cuarto
año de desarrollo. Directores del equipo de investigación: Paloma
Candela, JJC y Mercedes López García.
-
"El trabajo invisible en España: una evaluación y
valoración del trabajo realmente existente, de su condición,
problemas y esperanzas", Proyecto que incluye seis equipos de
investigación de distintas universidades españolas. Investigador principal,
Juan José Castillo. Programa Nacional de Promoción General del
Conocimiento, (BSO2000-0674), 2001-2003.
165
166
Los estragos de la subcontratación
167
Los estragos de la subcontratación
168
Los estragos de la subcontratación
RECOMENDACIONES DE UGT-MADRID
La Seguridad y la Salud en el trabajo forman parte de las condiciones de
trabajo, por lo que deben ser negociadas en los convenios colectivos.
A través de la negociación colectiva debemos de superar los mínimos
establecidos en la LPRL, garantizando las mismas condiciones de trabajo,
en lo que respecta a la seguridad y salud para los /as trabajadores /as de
todas las empresas y de todos los sectores.
Las propuestas que desde UGT-Madrid se hacen para intentar solventar
esta situación, irán encaminadas hacia:
•
Exigir el cumplimiento de la Ley 31/95 de Prevención de Riesgos
Laborales y de sus reglamentos de desarrollo, así como requerir la
aplicación de la Ley 54/2003, de 12 de diciembre, de reforma del
marco normativo de Prevención de Riesgos Laborales.
•
Garantizar una adecuada formación e información a los trabajadores y
empresarios, desarrollando actuaciones específicas en esta materia
dirigidas
principalmente
a
jóvenes
e
inmigrantes,
colecti vos
especialmente sensibles.
•
Exigir que se establezca la codecisión en las Mutuas de Accidentes de
Trabajo y Enfermedades Profesionales, es decir, que el empresario y
el Comité de Empresa decidan con que mutua van a contratar las
contingencias profesionales.
•
Requerir el desarrollo reglamentario del Real Decreto 171/2004, de 30
de enero, por el que se desarrolla el artículo 24 de la Ley 31/95 de
169
Los estragos de la subcontratación
Prevención de Riesgos Laborales en materia de coordinación de las
actividades empresariales, con el objetivo de eliminar la problemática
actual y así disminuir las cifras de siniestralidad en nuestra comunidad
debido al incumplimiento de esta.
•
Promover una Iniciativa Legislativa Popular para la Estabilidad y
Seguridad en el Empleo que permita alcanzar una serie de objetivos
como son: asegurar que la contratación indefinida sea la regla general
limitando la contratación temporal y garantizando la seguridad y salud
en el trabajo.
•
Regular y controlar la subcontratación ya que es uno de los factores
determinantes en la elevada siniestralidad laboral en nuestra
Comunidad, como se demuestra en este libro.
•
Triplicar el número de Inspectores de Trabajo y acercar nuestra ratio (1
inspector por cada 20.000 trabajadores) a la Europea, actualmente
situada en 1 inspector por cada 5.000.
•
Prestar especial atención al sector servicios dado el incremento
generalizado en las cifras de siniestralidad, con el fin de poder reducir
la accidentalidad laboral en el mismo.
•
Desarrollar investigaciones encaminadas al estudio de la siniestralidad
laboral en la Comunidad de Madrid teniendo en cuenta su división
territorial.
•
Instar a los poderes públicos a tutelar la defensa de la salud de los
trabajadores, resaltando la necesidad de llegar a acuerdos con los
agentes sociales para la adopción de medidas eficaces a medio y largo
plazo para la mejora de las condiciones de trabajo. En este sentido es
necesario avanzar en un nuevo Plan Director de Prevención de
Riesgos Laborales para nuestra Comunidad.
170
Los estragos de la subcontratación
La Negociación colectiva sectorial ha de ser el instrumento a través del
cual podamos superar los mínimos establecidos en la Ley de Prevención
de Riesgos Laborales, y para ello hemos de pactar:
E
Creación de comisiones paritarias de Seguridad y Salud en cada uno
de los convenios del sector.
E
Estudio de las condiciones de trabajo y evaluación de los riesgos del
sector y Plan de Prevención para cada sector prestando especial
atención a los colectivos sensibles como jóvenes, y mujeres
embarazadas y en situación de lactancia.
E
Plan de formación para el sector y programas de seguimiento.
Establecer la temporalización de los planes de prevención.
E
Creación de delegados sectoriales y territoriales reforzando las
actuaciones de los Delegados de Prevención.
E
Disposición de créditos horarios adicionales que permitan cumplir
con las funciones del Delegado de Prevención.
E
Protocolos de Vigilancia de la salud que garanticen una vigilancia
específica con relación a los riesgos evaluados y no eliminados.
E
Plantear el rechazo a que
las mutuas gestionen la Incapacidad
Temporal como contingencia común; a través de un informe de los
órganos de representación de los trabajadores.
E
Ha de integrarse el medio ambiente en la negociación colectiva, para
ello, sería conveniente que se incluyera una cláusula específica de
medio ambiente cuyo contenido mínimo establezca derechos a
información de los representantes de los trabajadores sobre el
comportamiento ambiental de la empresa, y, formación a los / as
171
Los estragos de la subcontratación
trabajadores / as y sus representantes, tanto en aspectos genéricos
de sensibilización como en temas más específicos de carácter
técnico y normativo.
Establecer en los convenios colectivos la regulación que evite y reprima
determinadas conductas que son socialmente dolorosas:
o Acoso moral:
- Introducción de cláusulas en las que la empresa no admita
actitudes que posibiliten acoso moral.
- Realización de protocolos de actuación sobre prevención y
solución de reclamaciones en materia de acoso.
NO OLVIDES QUE...
Desde UGT- Madrid trabajamos para mejorar tus condiciones laborales,
especialmente aquellas que se refieren a la seguridad y salud en el
trabajo.
Uno de nuestros objetivos es desarrollar actividades de promoción de la
salud de los trabajadores/ as y
mejorar las condiciones de trabajo
existentes en la empresa, de forma que podamos disminuir la
siniestralidad existente en nuestra Comunidad. Para
conseguir este
objetivo, contamos con un instrumento eficaz: la negociación colectiva.
Es importante que contemos con representación de los trabajadores/ as
en todas las empresas, ya que a través de ésta haremos llegar al
172
Los estragos de la subcontratación
empresario nuestras propuestas, dado que los trabajadores / as somos
los que mejor conocemos nuestro puesto de trabajo y las condiciones en
que desarrollamos el mismo.
Los Delegados de prevención y los Comités de Seguridad y Salud en el
Trabajo son los órganos de defensa de los intereses de los trabajadores /
as, vigilan el cumplimiento en las empresas y centros de trabajo de la
legislación vigente en materia de prevención de riesgos laborales y
promueven la participación de los trabajadores / as, desarrollando una
política preventiva y de promoción de la seguridad y salud; en definitiva
ejercen una labor de vigilancia y control de las condiciones de higiene y
seguridad en el desarrollo del trabajo en la empresa.
Ante cualquier problema, no dudes en acudir a ellos o a tu sindicato,
UGT.
173
Los estragos de la subcontratación
PUBLICACIONES REALIZADAS DESDE LA SECRETARÍA DE SALUD
LABORAL Y MEDIO AMBIENTE. UGT – MADRID.
A continuación se detallan las publicaciones realizadas desde la
Secretaría de Salud Laboral y Medio Ambiente, que tenéis a vuestra
disposición.
•
Boletín Informativo Nº 1 (Octubre 2002). Tema del mes: “Firmado el
Plan Director en Prevención de Riesgos Laborales de la Comunidad
de Madrid”.
•
Boletín Informativo Nº 2 (Noviembre 2002). Tema del mes: ”Convenio
para la realización de actividades en el sector de la construcción en
el marco del Plan Director en Prevención de Riesgos Laborales”.
•
Boletín Informativo Nº 3 (Diciembre 2002). Tema del mes: “El acoso
psicológico en el trabajo o “Mobbing””.
•
Boletín Informativo Nº 4 (Especial Diciembre 2002). Tema del mes:
“Balance de actividades de UGT-Madrid dentro del Plan Director en
Prevención de Riesgos Laborales”.
•
Boletín Informativo Nº 5 (Julio 2003). Tema del mes: ”Inicio de los
nuevos convenios de colaboración firmados en el marco del Plan
Director de Prevención de Riesgos Laborales 2002-2003”.
•
Boletín Informativo Nº 6 (1º quincena Septiembre 2003). Tema del
mes: ”Los riesgos psicosociales”.
•
Boletín Informativo Nº 7 (2º quincena Septiembre 2003). Tema del
mes: ”Enfermedades profesionales”.
174
Los estragos de la subcontratación
•
Boletín Informativo Nº 8 (1º quincena Octubre 2003). Tema del mes:
”Sustancias y preparados peligrosos”.
•
Boletín Informativo Nº 9 (2º quincena Octubre 2003). Tema del mes:
”Trabajos al aire libre y estrés térmico”.
•
Boletín Informativo Nº 10 (Noviembre 2.003). Tema del mes:
“Siniestralidad laboral en la Comunidad de Madrid”
•
Boletín Informativo Nº 11 (Noviembre 2.003). Tema del mes: “Mutuas
y accidentes de trabajo y enfermedades profesionales de la
Seguridad Social”
•
Boletín Informativo Nº 12 (Diciembre 2.003). Tema del mes:
“Jornadas de Madrid: presente y futuro de la prevención de riesgos
laborales”
•
Boletín Informativo Nº 13 (Mayo 2004). Tema del mes: “Inicio de los
nuevos convenios de colaboración. Prórroga del Plan Director de
Prevención de Riesgos Laborales de la Comunidad de Madrid 20022003”
•
Boletín Informativo Nº 14 (Mayo 2004). Tema del mes: “Delegados de
Prevención”
•
Cuadernillos Informativos y Trípticos de Prevención de Riesgos
Laborales sectoriales :
Ø General.
Ø Servicios Públicos.
Ø Trabajadores de la Enseñanza.
Ø Jóvenes.
Ø Hostelería y Comercio.
Ø Servicios.
175
Los estragos de la subcontratación
Ø Alimentación y Trabajadores de la Tierra.
Ø Inmigrantes.
Ø Transportes.
Ø Productos Metálicos.
Ø Madera.
Ø Construcción.
Ø Saneamiento Público.
Ø Industria Química y Textil.
Ø Mujeres.
•
Manuales dirigidos a los siguientes sectores:
Ø Construcción.
Ø Madera.
Ø Sector del Mueble.
Ø Productos Metálicos.
Ø Saneamiento Público.
Ø Trabajadores de la Enseñanza.
Ø Transportes.
•
Manuales Informativos:
Ø Mutuas.
Ø Enfermedades Profesionales.
Ø Riesgo Eléctrico.
Ø Manual de Autoprotección del trabajador.
Ø Manual de Pyme’s.
Ø Legislación
sobre
(también en CD).
176
Prevención
de
Riesgos
Laborales
Los estragos de la subcontratación
Ø Delegados de Prevención.
Ø Organización del Trabajo.
Ø Salud Laboral y Trabajo a Turnos y Nocturno.
Ø Actualización del Conviene Saber.
Ø Plan Director en Prevención de Riesgos Laborales
•
Estudios de investigación:
Ø Sector de la Enseñanza
Ø Sector de Hostelería.
Ø Sector de Comunicación.
Ø Sector de Servicios Públicos.
Ø Condiciones de Seguridad y Salud en las depuradoras de la
Comunidad de Madrid.
Ø Situación de la Negociación Colectiva en Madrid en Materia
de Seguridad y Salud. Año 2002.
•
Cuadernillos informativos de Medio Ambiente:
Ø Nº1: Contaminación atmosférica.
Ø Nº2: Contaminación acústica.
Ø Nº3: Contaminación del suelo.
Ø Nº4: Contaminación y depuración de aguas.
Ø Nº5: Residuos.
Ø Nº6: Energías renovables.
Ø Nº7:Herramientas
medioambientales:
Evaluación
del
Impacto Ambiental y Sistemas de Gestión Medioambiental.
Ø Nº8: Medio Ambiente Urbano y Agendas 21.
177
Los estragos de la subcontratación
•
Curso Básico de Prevención de Riesgos Laborales en CD-ROM con
formato multimedia, dirigido a autónomos.
•
Manual “El medio Ambiente desde el puesto de Trabajo”.
•
CURSOS DE FORMACIÓN impartidos en la escuela de formación de
UGT-Madrid Masercisa:
§
Cursos para activos y parados de “Prevención de
Riesgos Laborales” (nivel básico y superior) en las
especialidades de Seguridad y Ergonomía.
§
•
Elaboración de informes-Técnicos de :
-
•
178
Cursos Básicos de Medio Ambiente.
Estadística de siniestralidad.
Negociación Colectiva.
Síndrome del Edificio Enfermo.
Mobbing.
Artículo 24. Coordinación de actividades empresariales.
Y otros.
Información y asesoramiento técnico y jurídico.
Los estragos de la subcontratación
DIRECCIONES DE INTERÉS
ORGANISMOS DE UGT- MADRID
Secretaría de Salud Laboral y Medio Ambiente
UGT - Madrid. Avda. América 25 – 28002 Madrid
Telf: 91 589 09 09
e-mail: [email protected]
Oficina Técnica para la Prevención de Riesgos Laborales
UGT - Madrid. C/ Alcántara, 67 - 69, bajo dcha. - 28006 Madrid
Telf: 900 36 36 37
e-mail: [email protected]
Secretaría Ejecutiva Confederal: Área de Salud y Laboral y Medio Ambiente
C/ Hortaleza, 88 - 28004 Madrid
Telf: 91 589 09 52 / 19
e-mail: [email protected]
UNIONES COMARCALES
Unión Comarcal Norte UGT - Madrid
Avda. Valdelaparra, 108 - 28100 Alcobendas
Telf: 91 662 08 75
e-mail: [email protected]
Unión Comarcal Sur UGT - Madrid
C/ Concha, 2 - 28300 Aranjuez
Telf: 91 891 01 65
e-mail: [email protected]
Unión Comarcal Este UGT - Madrid
C/ Simón García de Pedro, 2 - 28805 Alcalá de Henares
Telf: 91 888 08 18
e-mail: [email protected]
Unión Comarcal Oeste UGT - Madrid
C/ Huesca, 2 - 28941 Fuenlabrada
Telf: 91 690 40 68
e-mail: [email protected]
179
Los estragos de la subcontratación
FEDERACIONES REGIONALES
FETE (Trabajadores de la enseñanza)
Avda. América, 25 - 3ª planta- 28002 Madrid
Telf: 91 589 73 79
e-mail: [email protected]
FES (Servicios)
Avda. América, 25 - 2ª planta- 28002 Madrid
Telf: 91 589 75 92
e-mail: [email protected]
MCA (Metal, Construcción y Afines)
Avda. América, 25 - 4ª planta- 28002 Madrid
Telf: 91 589 73 54
e-mail: [email protected]
FCHTJ (Comercio, Hostelería, Turismo y Juegos)
Avda. América, 25 - 5ª planta- 28002 Madrid
Telf: 91 589 73 62
e-mail: [email protected]
FIA (Industrias Afines)
Avda. América, 25 - 6ª planta- 28002 Madrid
Telf: 91 589 75 76
e-mail: [email protected]
FTA (Trabajadores Agroalimentarios)
Avda. América, 25 - 6ª planta- 28002 Madrid
Telf: 91 589 72 10
e-mail: [email protected]
FTCM (Transportes, Comunicaciones y Mar)
Avda. América, 25 - 7ª planta- 28002 Madrid
Telf: 91 589 73 90
e-mail: [email protected]
180
Los estragos de la subcontratación
FSP (Servicios Públicos)
C/ Marcelino Álvarez, 21 - 28017 Madrid
Telf: 91 589 70 45
e-mail: [email protected]
JUBILADOS Y PENSIONISTAS
Avda. América, 25 planta baja - 28002 Madrid
Telf: 91 589 73 65
OTROS ORGANISMOS
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
C/ Guzmán el Bueno, 133, 9-E - Edificio Britania - 28003 Madrid
Telf: 91 535 75 49
Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo
C/ Torrelaguna, 73 - 28027 Madrid
Telf: 91 363 41 00
www.mtas.es/insht/principal/consul_cnnt.htm
Dirección General de Trabajo de la Comunidad de Madrid
C/ Princesa, 5 - 28008 Madrid
Telf: 91 580 92 06
Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo
C/ Ventura Rodríguez, 7 - 28008 Madrid
Telf: 900 71 31 23
e-mail: [email protected]
Inspección de Guardia del IRSST
Telf: 91 420 58 07
181
Los estragos de la subcontratación
Inspección Provincial de Trabajo
C/ José Abascal, 39 - 28003 Madrid
Telf: 91 347 70 00
Inspección de Guardia
Telf: 91 363 73 04
Consejería de Sanidad y Servicios Sociales
C/ O’Donell, 50 - 28009 Madrid
Telf: 91 586 70 00
Servicio Madrileño de Salud
Plaza Carlos Trías Beltrán, 7 - 28020 Madrid
Telf: 91 589 71 93
Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo
C/ Gran Vía, 33 - 48009 Bilbao
Telf: 94 479 43 60
182
LOS ESTRAGOS DE LA SUBCONTRATACIÓN (LA ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO COMO FACTOR DE RIESGO LABORAL)
UGT Madrid
Avda. de América, 25, 8ª planta • 28002 Madrid
Tel.: 91 589 09 09
LOS ESTRAGOS DE
LA SUBCONTRATACIÓN
(LA ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO COMO FACTOR DE RIESGO LABORAL)
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