LOS ESTRAGOS DE LA SUBCONTRATACIÓN (LA ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO COMO FACTOR DE RIESGO LABORAL) UGT Madrid Avda. de América, 25, 8ª planta • 28002 Madrid Tel.: 91 589 09 09 LOS ESTRAGOS DE LA SUBCONTRATACIÓN (LA ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO COMO FACTOR DE RIESGO LABORAL) LOS ESTRAGOS DE LA SUBCONTRATACIÓN (La organización del trabajo como factor de riesgo laboral) Juan José Castillo Catedrático de Sociología Universidad Complutense de Madrid [email protected] Informe realizado para la Secretaría de Salud Laboral de la Unión General de Trabajadores de Madrid. Contrato de Investigación UCM-UGT n. 256/03 Realiza: Secretaría de Salud Laboral y Medio Ambiente de UGT-Madrid Edita: Secretaría de Comunicación e Imagen de UGT-Madrid Imprime: Gráficas de Diego Depósito Legal: M-XXXXX-2004 ÍNDICE 1. PRESENTACIÓN............................................................................................1 1.1. L OS DATOS BRUTOS DE LA SINIESTRALIDAD:‘ DOCE PUÑALADAS ’...............3 1.2. T RABAJO DECENTE , SOCIEDAD DECENTE : ATACAR LAS CAUSAS............ 19 2. UNA LLAMARADA. .................................................................................... 23 2.1. L A ORGANIZACIÓN PRODUCTIVA Y DEL TRABAJO EN PRIMER PLANO........ 24 2.2. P RIMERA CAUSA : LA SUBCONTRATACIÓN................................................. 26 2.3. P ENSAR PARA ACTUAR. ........................................................................... 30 3. VERANO TRÁGICO, TAMBIÉN EN LA CONSTRUCCIÓN................. 35 3.1. L AS OBRAS DEL AVE: OTRO VERANO TRÁGICO EN 2002....................... 37 [Cuadro 3.1.: “Las 22 víctimas mortales en accidentes laborales en este verano (en Cataluña)”]...................................................................... 40 [Encarte 3.2.: “Hemorragia incesante”, editorial de El País, 30 agosto 2002] ............................................................................................................ 41 4. UNA PRERROGATIVA EMPRESARIAL: LA ORGANIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN................................................................................................... 43 5. LA GLOBALIZACIÓN: EL MANTO DEL REY DESNUDO.................. 51 5.1. L A GLOBALIZACIÓN DE LOS DESPIDOS...................................................... 56 5.2. LA DEGRADACIÓN DEL TRABAJO EN LOS EMPLEOS DE LA ‘SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN’................................................................................................... 59 5.3. OLEADA DE REGULACIONES DE EMPLEO , SUBCONTRATACIÓN MUNDIAL.66 La ampliación de la Unión Europea, sin agenda social....................... 72 Reorganización en Suecia en la telefonía móvil, despidos en España, empleos precarios allende los mares. .................................................... 76 El sector de la moda: ‘empresas internet’, subcontratación mundial.80 6. ¿NUEVAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO (NFOT), O, NUEVAS FORMAS DE INTENSIFICACIÓN DEL TRABAJO (NFIT)?. .............................................................................................................................. 85 6.1. L OS MISMOS NOMBRES, DISTINTAS REALIDADES..................................... 85 [Encarte 6.1.: “La revolución comienza en Ólvega. La estrategia de las multinacionales”, El Pais, 9 de julio de 2001].................................. 89 6.2. ‘PRODUCCIÓN LIGERA ’ Y JUSTO A TIEMPO : UNA CADENA INTENSIFICADA Y DESCUALIFICADA DE TRABAJO DISPERSO EN EL TERRITORIO. ......................... 92 6.3. LA EMPRESA LEAR CORPORATION EN CERVERA (LÉRIDA ): TOMA EL DINERO Y CORRE ............................................................................................... 97 7. ¿QUÉ HACER?. EL GOBIERNO NO RESPONDE..............................101 8. LO QUE LA SUBCONTRACIÓN ESCONDE: RIESGOS LABORALES DE UNA POBLACIÓN INVISIBLE… EN LAS ESTADÍSTICAS DE SINIESTRALIDAD...........................................................................................109 8.1. L OS TRABAJOS QUE NO QUIEREN LOS ESPAÑOLES ...............................109 8.2. INVISIBLES Y OCULTOS............................................................................113 9. CONCLUSIÓN.............................................................................................117 10. PARA SEGUIR LEYENDO… PARA ACTUAR...................................127 11. ANEXOS....................................................................................................135 11.1. DE AQUELLOS POLVOS VIENEN ESTOS LODOS: EL TRABAJO EN ESPAÑA VEINTE AÑOS DESPUÉS DEL ESTATUTO ..........................................................135 11.2. ¿QUIÉN LES HABLA?:...........................................................................162 RECOMENDACIONES DE UGT-MADRID .................................................167 PUBLICACIONES REALIZADAS DESDE LA SECRETARÍA DE SALUD LABORAL Y MEDIO AMBIENTE. UGT – MADRID..................................174 DIRECCIONES DE INTERÉS .......................................................................179 Los estragos de la subcontratación Presentación. UGT-Madrid viene denunciando como causa prioritaria de siniestralidad laboral, la precariedad laboral que estamos sufriendo los trabajadores. Precariedad producida por la externalización de la actividad productiva, manifestándose a través de la subcontratación en cascada de actividades propias de las empresas. Subcontratación que afecta a todos los sectores y que distorsiona las formas tradicionales de organización del trabajo, y, como consecuencia, nuestra forma tradicional de plantear la acción sindical, ya que lo que se pretende es desregular e individualizar los derechos de los trabajadores. Por este motivo UGT-Madrid a través de las actuaciones de estudio que desarrollamos dentro de Plan Director vimos la necesidad de realizar esta publicación. La experiencia demostrada en la investigación de la externalización productiva y más concretamente de la subcontratación, así como las numerosas y brillantes publicaciones e investigaciones y el profundo conocimiento de la materia, han hecho que este trabajo sea desarrollado por Juan José Castillo, al que agradecemos el esfuerzo de divulgar, que de manera coloquial y sencilla que ha supuesto el fenómeno de “las nuevas formas de organización del trabajo”, como hecho probado no solo de incrementos de siniestralidad sino también de endurecimiento de las condiciones de trabajo y de desequilibrio de las relaciones laborales. Los estragos de la subcontratación Agradecer el trabajo aquí plasmado a Juan José Castillo y su equipo de colaboradores, ya que el objetivo perseguido se ha cumplido, elaborar una herramienta, en base a su amplia experiencia, para delegados, cuadros sindicales y trabajadores que de manera sencilla nos traslade como nos han ido invadiendo las nuevas formas de organización del trabajo y lo que realmente se pretende con ellas. Marisa Rufino San José. Secretaria de Salud Laboral y Medio Ambiente UGT-Madrid Los estragos de la subcontratación Dedicatoria. Fina Alonso fue una niña obrera de fábrica allá por los años veinte del pasado siglo. Más tarde fue una joven intrépida que vio de cerca los riesgos permanentes de las calderas de vapor en las fábricas de conservas de pescado. En los años treinta fue la bellísima muchacha encargada de entregar un ramo de flores, en nombre de las obreras de Salvarrey, al Presidente de la República Española de visita en Laredo. Se dejó la salud durante muchos años en las fábricas, y en los muchos pequeños trabajos con que sacó adelante al orgullo de su vida, sus hijos. Nosotros, Francisco, Juan José y Santiago. Los mismos a los que, no sé bien si con ironía o convencida de tener como misión en esta tierra la transmisión de la vida, decía a veces que “nos había dado el ser”. Nos dio mucho más: la convicción de que nuestro deber era y es estar siempre con los de abajo. Y nos dio la nada, para seguirle en su decir, con su muerte súbita este bochornoso septiembre cántabro de 2003, a los noventa años cumplidos, y resistiendo hasta el final, con su voluntad de hierro, porque quizá tenía la esperanza de sus convicciones católicas, de que podría contemplar un mundo más decente, más cariñoso, más solidario. El que vivirán sus nietos, a los que adoraba. Dedico este libro, como un homenaje a su memoria y su ejemplo, a todas las trabajadoras y trabajadores que luchan diariamente por construir mundos del trabajo en los que puedan fundarse unas sociedades más justas, más humanas, más solidarias, donde su vida y la de todos, sea un Los estragos de la subcontratación futuro de esperanza. Y muy especialmente a los sindicalistas que, contra vientos y mareas, siguen creyendo que vale la pena dedicar su vida a defender y construir un mundo en el que el trabajo, el amor y la vida gobiernen nuestros destinos. Otoño de 2003 Los estragos de la subcontratación 1. PRESENTACIÓN. “El trabajo decente es sinónimo de trabajo productivo, en el cual se protegen los derechos, lo cual engendra ingresos adecuados con una protección social apropiada. Significa también un trabajo suficiente, en el sentido de que todos deberían tener pleno acceso a las oportunidades de obtención de ingresos. Marca una pauta para el desarrollo económico y social con arreglo a la cual pueden cuajar la realidad del empleo, los ingresos y la protección social sin menoscabo de las normas sociales y de los derechos de los trabajadores” Organización Internacional del Trabajo, Trabajo decente. Memoria del Director General, 1999 “Las políticas de trabajo decente dependen decisivamente de que se implante una política macroeconómica acertada que fomente el empleo y reduzca la pobreza”. Philippe Egger, OIT, 2001 “En muchos países la política laboral ha quedado subsumida en políticas económicas más generales que, con demasiada frecuencia, han venido a estar dominadas por intereses comerciales y financieros. Quienes defienden estos intereses han conseguido propagar la idea de que las políticas que favorecen sus intereses son beneficiosas para todos”. Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, 2001 Los análisis más tradicionales sobre las causas de los accidentes de trabajo, sobre las condiciones de trabajo de los trabajadores, suelen prestar poca atención a la propia forma de gestionar la fuerza de trabajo, tanto en los centros de trabajo, como en la sociedad, olvidando algo que conoce muy bien la investigación más establecida en la comunidad científica internacional: que la producción de bienes y servicios, en nuestras sociedades no está determinada ni impuesta por condicionantes tecnológicos, e incluso puede discutirse, ni siquiera por las llamadas “exigencias del mercado”. Los argumentos más establecidos demuestran, antes al contrario, que toda organización de la producción permite un margen de maniobra, 1 Los estragos de la subcontratación en la forma en que se combinan tecnologías, mercados y gestión de la fuerza de trabajo. Uno de cuyos pilares fundamentales, como es obvio, es la organización del trabajo, lo que no es más que una parte de la propia organización empresarial. Estos argumentos los hemos venido estudiando y mostrando en distintas publicaciones e investigaciones sociológicas. Lo que nos ahorra ahora una reiteración de su contenido que el lector interesado puede rastrear en el capítulo 10, “Para seguir leyendo… y actuar”. En la misma línea de trabajo con la que llevamos a cabo (también por encargo de UGT, de su Gabinete Confederal), el estudio sobre “Metodología para la detección de necesidades de formación en las grandes empresas”, este libro pretende, dirigiéndose especialmente a los responsables de salud laboral en las empresas o en las instituciones, pero también a un público más general, especialmente jóvenes que se incorporan por primera vez al trabajo, poner a su disposición una herramienta para interpretar la realidad, que se fundamenta en los últimos resultados de la investigación sociológica (Veáse el Anexo 2, ¿Quién les habla?). El objetivo fundamental de este texto es, de manera accesible y clara, que sea utilizable como un primer paso que pretende remontar lo que en la jerga de la prevención se llama “árbol de causas”, orientando en la reflexión sobre lo que podíamos llamar, irónicamente, causas primeras, es decir aquellas que están en el origen, que marcan y determinan la capacidad de actuación en el campo de la salud laboral. 2 Los estragos de la subcontratación Ello, pretendemos, redundará en una mayor y mejor capacidad de los trabajadores a la hora de negociar la organización de la producción, la organización de las empresas. Y, por otro lado, también, creemos que puede, por el lado empresarial, abrir y ampliar la capacidad de negociación y el margen de maniobra, muchas veces cerrado por la no consideración de las ‘buenas prácticas’, buenas para todos, que han permitido excelentes ejemplos de organización del trabajo, en la línea que la Unión Europea ha defendido en diversos proyectos, quizá el último el libro verde para una organización del trabajo europea. 1.1. Los datos brutos de la siniestralidad: ‘doce puñaladas’. Que la situación de nuestro país en la prevención de riesgos no es buena lo recordaba el Presidente del Consejo Económico y Social en Ávila (Diario de Ávila, 27.7.02). Jaime Montalvo afirmó que “somos el segundo país de la UE que más accidentes tiene”. Entre las posibles causas señaló la eventualidad de los contratos y ‘jornadas claramente abusivas que imponen algunas empresas a sus contratados’. Los estudios más solventes han permitido establecer algunas hipótesis acerca de las causas de la siniestralidad laboral. Suficientemente fundadas para establecer líneas de actuación negociadas y consensuadas. Desde luego, una de ellas el realizar estudios más profundos. Pero, entretanto, lo primero es actuar. 3 Los estragos de la subcontratación El Informe Durán 1 es un buen ejemplo de esta actitud, al llevar a cabo un análisis pormenorizado de los datos estadísticos y proponer un conjunto de medidas concretas. El índice de incidencia de los accidentes es buen reflejo de la concentración de accidentes en unas categorías de edad, que no son, más que otra manera de leer la situación que ocuparán en los procesos de producción: una tasa de incidencia en 1999 de 133,5, por cada mil ocupados, para los jóvenes entre 16 y 19 años frente a una tasa de 55,4 por mil para los mayores de 55 años. En la Comunidad de Madrid, para esos jóvenes entre 16 y 19 años, en el año 2000 el índice de incidencia era de 212,2 accidentes por cada mil asalariados. Frente a un 41,1 por mil para los trabajadores con edades comprendidas entre los 54 y los 59 años. Y si se compara a los jóvenes menores de 25 años, incluso con los ‘herederos’ de la contrarreforma laboral del 84, los trabajadores entre 25 y 44 años, el índice de incidencia es más del doble: 132 en los jóvenes, frente a 60,3 en los jóvenes-mayores de veinticinco años2. El primer rasgo del trabajador o trabajadora accidentable, y accidentado, es su juventud. Y con ella su baja capacidad de negociación 1 Federico Durán: Informe sobre riesgos laborales y su prevención. La seguridad y la salud en el trabajo en España, presentación de José María Aznar, Madrid, Presidencia del Gobierno, 2001, 320 p. 2 Consejo Económico y Social: La situación de los accidentes con baja en la Comunidad de Madrid en 2001 y avance de 2002. Especial referencia a su desagregación territorial, Madrid, CES, 2003, p. 46. 4 Los estragos de la subcontratación de posiciones de mercado más favorables para la consecución de 'buenos' puestos de trabajo: los contratos de duración determinada, concentran tasas de precariedad de hasta el 86,4 % para los jóvenes de 16 a 19 años, y del 69,6% para los de 20 a 24 años en 1998. La proporción de los accidentes ocurridos a personas con contrato temporal no ha dejado de crecer desde 1993, y todos los análisis manifiestan que el crecimiento general de la siniestralidad laboral, que se ha producido desde 1994, se ha concentrado en los trabajadores temporales, cuya tasa media triplica la que sufren los trabajadores con contrato indefinido. En la CAM, “por tipo de contrato en [el año] 2000, la incidencia de los accidentes laborales en Madrid fue cuatro veces más alta entre los trabajadores temporales que entre los que tienen contrato indefinido”3. O dicho de manera más clara: en un porcentaje de trabajadores temporales del 19,7%, según la Encuesta de Población Activa de 2001, en Madrid, se ‘concentran’ el 47,6 de los accidentes de trabajo. Es decir 2,4 veces más de los que les ‘corresponderían’ si los daños a la salud se distribuyeran de manera uniforme4. Según un informe presentado el 6 de noviembre de 2003 por José Ricardo Martínez, Secretario General de UGT-Madrid, y Cándido Méndez, 3 Consejo Económico y Social de Madrid: La situación de la Seguridad y la Salud en el Trabajo en la Comunidad de Madrid. Especial referencia a los jóvenes menores de 30 años, Madrid, CES, 2002, p. 114. 4 Consejo Económico y Social: La situación de los accidentes con baja en la Comunidad de Madrid en 2001 y avance de 2002. Especial referencia a su desagregación territorial, Madrid, CES, 2003, p. 63. 5 Los estragos de la subcontratación en los últimos ocho años los accidentes con baja en Madrid región aumentaron un 68,3% frente al 51% de la media nacional, lo que no refleja sino continuo aumento, desde 1995 a 2002. El perfil del accidentado es “un empleado joven, con antigüedad en la empresa menor de un año, con contrato temporal”5. --oOo-- Sabemos que la alta tasa de accidentabilidad en la sociedad española, está relacionada con un fenómeno en expansión en todo el mundo: se trata de la descentralización de la producción, de la proliferación de la fragmentación empresarial, de la subcontratación. Las relaciones entre una empresa 'cabeza' y una empresa 'mano', subordinada a aquella, pueden hacer que se transfieran las malas condiciones de trabajo y empleo hacia esas empresas 'mano', con poca capacidad de negociación de mercado en la cadena productiva. Lo que lleva a una concentración de los accidentes y de las malas condiciones de trabajo y empleo, y con ellas de los riesgos laborales, en un polo de esta nueva "división del trabajo entre empresas". El Director General de Trabajo del Gobierno Navarro ilustró su comparecencia ante la Comisión Durán con ejemplos extraídos de su práctica diaria, poniendo de manifiesto los problemas de coordinación en la organización en los centros de trabajo en los que participan distintas 5 “Cada tres días muere una persona en accidente laboral, según UGT”, El País.Madrid, 7 de noviembre de 2003. El País del domingo 9 de noviembre de 2003, incluye, por fin en sus páginas de “Economía” -se le quita ‘y trabajo’ los domingos (¡)-, a cinco columnas “El otro coste de los accidentes. Además de 1.104 muertos, la siniestralidad supuso 10.900 millones, el 1,57% del PIB, en 2002”. 6 Los estragos de la subcontratación empresas. En sus palabras, cada vez más accidentes se deben "a una maquinaria de una empresa que arrolla a un trabajador de otra empresa [en el mismo centro de trabajo]; un trabajador que arranca una máquina que acaba de apagar otro trabajador de otra empresa y provoca el accidente". La producción 'justo a tiempo', continuó, "aloca la producción", introduce un "estrés terrorífico", despliega, hasta límites difícilmente imaginables desde un despacho, la intensificación del trabajo. En el Informe se recogía esta constatación, de manera un tanto retorcida, pero clara. Al analizar la subcontratación se reconocía “la necesidad de estudiar esos entramados [las redes de empresas, la subcontratación en cascada] desde el punto de vista de las relaciones de cooperación o subordinación entre empresas, y de los efectos para la organización del trabajo en cada una de esas unidades, que, a su vez, determinarán las condiciones laborales imperantes, y su relación con un mayor o menor riesgo de accidentes”6. 6 Informe Durán, p. 211. Conviene decir aquí que, como miembro de la Comisión que preparó dicho informe, y a la vista de cómo se reflejaron mis propuestas, publiqué una breve nota en la revista Sociología del Trabajo, n. 44, 2001, pp. 145-155, “Accidentes de trabajo: la construcción social de la normalidad”, donde el lector interesado puede encontrar una interpretación mucho más clara que en el Informe. Por cierto, conviene también decir para los lectores del informe, que, tal y como finalmente se publicó, con muchos meses de retraso, se juntaron dos productos pensados como distintos: el primero, el Informe propiamente dicho, que ocupa sólo las páginas 15 a 100, pensado para su difusión masiva. Y, después, el Estudio, como se llamó y llama, donde se daba una versión más amplia y se incluía la documentación de base, los análisis estadísticos, etc. Por supuesto que esta ‘mezcla’ no es inocente: parece que el objetivo de quien encargó el proyecto era enterrarlo en alguna estantería. Más aún: en la p. 67 del Informe se recogía casi textualmente la cita anterior como una propuesta de la Comisión, olvidada como tantas otras, tanto por el Gobierno, como por el firmante de la Presentación, su Presidente. 7 Los estragos de la subcontratación Sabemos que las ocupaciones de los trabajadores accidentados son las peor colocadas en la división del trabajo dentro de las empresas o de los sistemas productivos. Son las que concentran las tres cuartas partes de los accidentes leves. Estos puestos están ocupados por trabajadores débiles en el marcado de trabajo y moldeados en sus expectativas por él, y fuertes en los puestos de trabajo, enormemente exigentes en cuanto a la carga de trabajo, a la intensificación del trabajo. Sabemos que los sectores de la construcción y el metal, 'explican' una gran mayoría de los accidentes en los últimos diez años. Puestos de trabajo duros y difíciles. Pero, también, sectores que concentran las más altas tasas de trabajo sin contrato fijo como la construcción, con puestos de trabajo descualificados, alta rotación e intensificación del trabajo. Todo ello potenciado por una creciente subcontratación en cascada que se ha convertido en causa ‘normal’ de accidentes. Pero conviene llamar la atención hacia el hecho de que, junto con esas ramas productivas, otras, que no suelen mencionarse al hablar de accidentes, 'explican' una buena parte de los mismos: comercio al por mayor y menor, hostelería, transporte y hasta Administración Pública. Datos que no apoyan los estereotipos de las buenas condiciones de trabajo en el llamado 'sector servicios'. Así, la representante del Gobierno Balear nos recordó en su comparecencia ante la ‘Comisión Durán’, que en 1998 la Comunidad Autónoma con mayor tasa de accidentalidad fueron las Islas Baleares, con una tasa de 102 accidentes por cada mil trabajadores, cuando la 8 Los estragos de la subcontratación media española era de 67 accidentes por mil trabajadores. Por supuesto que el sector de la construcción está en primera línea, pero nuestra informante, manejando datos de primera mano, quiso destacar, sobre todo, la accidentabilidad en el sector turístico-hotelero. En él se concentran algunos de los rasgos que hemos destacado. Una precariedad contractual generalizada: los contratos de tres meses, o menos, fueron el 48% del total. Como resultado de ello "destaca el fuerte peso de la contratación en ocupaciones de baja o nula calificación profesional previa". Y en el sector servicios, los llamados ‘servicios avanzados’ no están menos sujetos a degradación: la banca subcontrata y precariza, también, los empleos cualificados de la informática. El sector bancario está conociendo un ‘trasvase’ sistemático de los propios bancos a departamentos de informática creados como nuevas empresas o subsidiarias, o directamente transferidos a otras empresas. Ello supone el paso de estos trabajadores, ya sea de grado o ‘convencidos’ de que su futuro profesional tiene pocas esperanzas, de ser empleados del Banco Urquijo, pongamos por caso, a IBM (“lo que facilitará el ahorro de costes”, El País, 15.9.03). Y lo mismo viene sucediendo en el Banco Santander Central Hispano, o en el BBVA. El trabajo de programación se ‘mundializa’ y, desde luego se abarata. Los llamados ‘trabajadores del conocimiento’ empiezan a parecerse a los obreros descualificados de cualquier otro sector: “un grupo de programadores en la Universidad de Tsinhua, en Pekín, 9 Los estragos de la subcontratación trabajando para IBM, están escribiendo software usando la tecnología Java. Al final del día, envían su trabajo a través de Internet a un centro de IBM en Seattle [Estados Unidos, Costa Oeste]. Allí, los programadores trabajan en él y usan Internet para enviarlo a 5.222 millas, al instituto de Ciencia de la Computación en Bielorrusia, y al Grupo de Software de Latvia. Desde allí, el trabajo es enviado al Grupo Tata en la India, que vuelve a enviarlo otra vez al grupo de Tsingua, por la mañana, en Pekín. Vuelta a enviarlo a Seattle, y así sucesivamente, en una cadena mundial que nunca acaba hasta que el proyecto está terminado”. Un directivo de IBM lo llama “Java around the clock”: “es como si hubiéramos creado el día de 48 horas a través de Internet”7. Por otro lado, volviendo a los datos de la siniestralidad, también sabemos que el catálogo de enfermedades profesionales reconocidas en nuestro país no se ha renovado desde 1978. Y no es de extrañar, pues las bases de indemnización son más altas si se declara una enfermedad profesional. Y que por tanto, no es que no las haya, y en abundancia, sino que lo que no hay es un instrumento estadístico que las registre. Como si para evitar los terremotos se cerrarán las estaciones de observación de movimientos sísmicos. Y no están todos los que son: que nuestras autoridades laborales oficiales se preocupan más del maquillaje, de que no aparezcan 7 Christopher May: “Information society, task mobility and the end of work”, Futures, vol. 32, 2000, pp. 399-416. La cita en p. 405-6. 10 Los estragos de la subcontratación estadísticas de daños, que de evitarlos: CCOO denunciaba en agosto de 2003 que con los nuevos partes de recogida de la información de accidentes se ocultan el 25 por ciento de los mismos. Además, la estadística de accidentes laborales excluye a los inmigrantes sin papeles: 13 de los 37 muertos en accidente laboral en la provincia de Alicante eran indocumentados. Por lo que la siniestralidad laboral en esa provincia debe ser incrementada en un 35% en lo que a muertes en el trabajo se refiere (El País.Comunidad Valenciana, 13.7.03). Tampoco están los trabajadores autónomos en esta lista: “el 20% de la población activa ocupada, excluidos de las estadísticas oficiales. Según cálculos de la UPTA de UGT, muere un autónomo por accidente profesional cada día de trabajo” 8. En un estudio llevado a cabo por el Gabinete de Estudios Socioeconómicos de la Federación Nacional de Autónomos (ATA), que no se limita a los datos estadísticos oficiales, obviamente, 55 trabajadores autónomos murieron en la Comunidad Autónoma Andaluza durante el año 2002, en accidente laboral, 11 más que en el año 2001, situando a Andalucía a la cabeza de los accidentes de trabajo en autónomos, junto a Barcelona y Madrid (El País.Andalucía, 24.2.03). Sabemos mucho sobre las causas de los accidentes y de los riesgos laborales. Pero bastaría con las aportaciones del Informe Durán 8 Cándido Méndez, Secretario General de UGT: “Atacar las causas”. Debate sobre “El aumento de los accidentes laborales”, en El País, 15 de septiembre de 2002. 11 Los estragos de la subcontratación para comenzar a tomar medidas. Por ejemplo las propuestas contenidas en ese informe. Una de sus conclusiones más llamativas, basado en una análisis estadístico de muy alto nivel, es la relación explicativa entre accidentes y precariedad, esto es baja capacidad de negociar la propia salud en el trabajo por los trabajadores implicados. La demostración la recoge ampliamente el libro publicado, pero también todas las notas de prensa se hicieron eco de ello. En El País, por ejemplo, (9.3.01), Pilar Marcos y Carmen Parra, resumían que “una de las conclusiones es que ‘los [trabajadores] temporales soportan una incidencia mayor de accidentes laborales. Destaca que ‘en el periodo 1989-99, la incidencia fue dos veces más alta entre los asalariados con contrato temporal que entre quienes tenían contrato indefinido’. En esta línea, propone ‘prestar atención especial a la regulación actual de las subcontrataciones y de las empresas de trabajo temporal (ETT)’”. Como veremos más abajo (Capítulo 7, ¿Qué hacer?), reiteradamente el Gobierno del PP ha rechazado cualquier modificación del marco legal de la subcontratación, al igual que lo hizo con la Iniciativa Popular presentada por UGT, “Para la estabilidad y la Seguridad en el Empleo”, en septiembre de 2001. Buscando alguna coartada argumenta l, o ‘a pelo’: la más reiterada ha sido decir que “no esta demostrada la relación entre precariedad y accidentabilidad”. Vamos, que hay que creer, por orden del gobierno que el Everest es una colina… 12 Los estragos de la subcontratación Y, desde luego, armas le sirven quienes, como es el caso de Federico Durán, el mismo que dirigiera la elaboración del Informe Durán, diga en la prensa (y es de suponer que en otros foros y consultorías), un año después (El País, 15.9.02), que la siniestralidad en España “ha evolucionado, en el último decenio, positivamente. Se ha producido, pese al aumento de la tasa de siniestralidad, una ligera disminución de los accidentes graves y mortales”. Escribía esto después del “verano trágico en la construcción” de 2002 (veáse, más abajo, el apartado 3.1). Desde luego, con su propio informe en la mano, y a mediados de septiembre de 2002, sólo se puede pensar que se trata de edulcorar si no falsificar los hechos y los datos. Pero, para acabarlo de arreglar, dice que los accidentes mortales tienen su primera causa en patologías cardiovasculares: cualquier investigador sabe que los infartos son tan o más altos entre trabajadores que entre mandos, y que no se explican más que en relación con la presión e intensificación en el trabajo, y con el estrés producido por la inseguridad laboral, como comprobamos sobre el terreno estudiando la “reorganización” de Fasa-Renault a principios de los años noventa. Y la segunda causa de muertes laborales que le sirve a Durán para ‘borrar’ o, al menos, ‘difuminar’ el alcance de las muertes en el trabajo, se debe, dice, a accidentes de tráfico, los accidentes in itinere. No hay más que leer el informe, y no digamos recordar las interminables sesiones de la Comisión que lo elaboró, para saber que, 13 Los estragos de la subcontratación precisamente, la ‘nueva’ organización de la producción, descentralizada, subcontratada, fragmentada en empresas menores, lejanas unas de otras, por un lado; el aumento de los trabajadores ‘independendientes’, los falsos autónomos, que han de desplazarse a sus centros de trabajo. Los autónomos cuyas escalofriantes cifras de accidentes y muertes, que no recoge la estadística de siniestralidad, pero quedan imprecisamente recogidas en las estadísticas de accidentes de tráfico, profesionales, fueron de más de 500 víctimas para el año 2001. como Que si se incorporarán a estas cifras que Durán intenta reducir la aumentarían, al contrario, en un 50%. Pero bastaría ilustrárselo con unas cifras que, sólo para la construcción en Madrid, le podían hacer reflexionar: 25.000 obreros de la construcción viajan cada día a Madrid desde otras regiones, Castilla La Mancha fundamentalmente, pero también de Jaén: lo sabemos por la muerte en accidente de un obrero de esa procedencia, al final de la semana, agotado de viajes y horas extenuantes. Su domicilio estaba a más de 200 kilómetros de Madrid. ¿Hay que excluir los accidentes in itinere de la estadística? ¿O habrá que incluir a tantos y tantos trabajadores cuya vida es, en la práctica, un peregrinar de obra en obra, de campo en campo, como los 12 ecuatorianos muertos en Lorca, el 3 de enero de 2001, mientras iban, eluyendo a la Guardia Civil por carreteras secundarias, a trabajar en los campos? 14 Los estragos de la subcontratación En nuestro equipo de investigación, TRABIN, El trabajo invisible en España, acabamos de terminar un estudio sobre estos “trabajadores pendulares”, que van y vienen a diario, o semanalmente entre su casa y su curro: La reestructuración productiva y la movilidad laboral: los commuters castellano-manchegos en la construcción. Ahí estudian en detalle Jesús Oliva y María José Díaz, las implicaciones para la salud laboral, entre otros muchos aspectos, del permanente trasiego de esta mano de obra itinerante, cuya actividad es la columna vertebral de la supervivencia de muchos pueblos castellano-manchegos. Pero le bastaba a Durán, y le basta a cualquiera que quiera tener la ‘evidencia’ delante de sus ojos, acercarse a la estación de Atocha de Madrid, temprano por la mañana o por la tarde, casi noche, para constatar que una nube de autobuses cargada de fuerza de trabajo está moviendo la construcción madrileña. Y, por supuesto, los hay que viajan en coche, en furgoneta compartida… Y que se accidentan con demasiada frecuencia. Pero aún no han acabado las afirmaciones gratuitas. Y ésta es de calibre: no valen las respuestas “simplistas, la contratación temporal y la precariedad son la causa de los accidentes (…). “Si bien existe una asociación estadística entre temporalidad y siniestralidad, se trata de una relación compleja cuyo análisis permite descartar que una reducción de la temporalidad sea capaz, por si sola [y, ¿por qué habría de ir sola?] de reducir el riesgo de accidentes”. 15 Los estragos de la subcontratación Total, tras constatar que, a septiembre de 2002, las propuestas contenidas en el informe no se han aplicado, parece que lo mejor es promover la prevención… y rezar, supongo. En la Comunidad de Madrid, el año 2001 se cerró con un incremento notable de la siniestralidad laboral: 196 muertos. Los obreros muertos se caracterizaban por ser eventuales, jóvenes y sin apenas formación. En los primeros ocho meses del año 2003, de enero a agosto, el total de accidentes registrados, no se olvide, creció un 1,5%. Las autoridades resaltan que el número de muertos descendió un 7,5%, pero las cifras brutas son más elocuentes: ‘sólo’ murieron 74 personas, frente a 80 el pasado año. -oOo- En Más allá de las nubes, de Michelangelo Antonioni, un director de cine que, busca argumento para su nueva película, se topa con una joven que le suelta, a bote pronto, nada más encontrarla, en la Riviera francesa, que ha matado a su padre de doce puñaladas. El director, interpretado por John Malkovich, sopesa ávidamente el utilizar este argumento en su película, pero lo descarta pronto porque, dice, nadie se creería lo de las doce puñaladas. Si hubieran sido tres o cuatro... Algo semejante nos sucede a los estudiosos de las situaciones de trabajo en nuestro país. Tan negativos son los datos que presentan las estadísticas disponibles sobre accidentes de trabajo que, a quienes intentamos una reflexión que vaya 16 más allá del 'no pasa nada' Los estragos de la subcontratación gubernamental, nos sucede como al director de cine de Antonioni: que nadie cree que sean doce las puñaladas que reciben los trabajadores. Estos datos reflejan los cambios globales impuestos por políticas continuadas de precarización laboral que tienen ejes matrices muy anclados en la política general. Se ha socavado así la base misma sobre la que las gentes pueden edificar la defensa de un trabajo decente, las condiciones de un trabajo que no les despoje de todo aquello que les permitía no sólo llevar a cabo su tarea con profesionalidad, aplicación, y hasta orgullo y entusiasmo, sino también construir su vida como ciudadanos y como personas. En ese clima, cualquier reticencia ante las imposiciones que 'voluntariamente' le solicite su empleador, podrá ser causa de perder su medio de vida. Por ello, acuciado por altas cifras y tasas de paro y precariedad, se arriesgará más, trabajará más rápido, e incluso se lo pensará mucho antes de ausentarse por una enfermedad. El alcance de lo que decimos queda reflejado en la Memoria de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Según reseña El País.Andalucía (1.6.03), “el ministerio público se propuso que, al margen del parte médico de lesiones extendido por los facultativos, la investigación judicial aclarara, a través de un informe de la policía judicial, las causas reales de los siniestros laborales. Sin embargo, los resultados han sido desalentadores, en la mayoría de los casos, porque el trabajador accidentado quiere ‘evitar las consecuencias negativas que de su reclamación ante los órganos jurisdiccionales pueda derivarse en su 17 Los estragos de la subcontratación relación con el empresario’”. “En otras ocasiones la resistencia del trabajador a continuar el procedimiento hasta sus últimas consecuencias viene motivada porque su relación laboral no está regularizada. Así, en gran número de casos, el perjudicado ‘no sólo renuncia al ejercicio de la acción legal que le pueda corresponder, sino que entorpece el curso de la investigación al negar incluso las circunstancias reales que rodean al hecho lesivo’”. Para reducir los accidentes de trabajo ha de preverse y potenciarse una intervención sistemática, en el mercado de trabajo y en los puestos de trabajo. Y esta intervención, meditada y negociada, pero radical por los estragos en vidas humanas y biografías rotas a los que asistimos, es una cuestión nacional, y hasta de Estado, que devuelva más capacidad de negociación de la propia venta de la fuerza de trabajo a los trabajadores, en condiciones propias de una potencia industrial como España. Disponemos de información e interpretación más que suficiente para decidir colectivamente qué modelo productivo queremos que se instale con urgencia en nuestro país. Porque el círculo se cierra y se reproduce: malos puestos de trabajo que, una vez creados, sólo pueden funcionar fabricando socialmente mano de obra dispuesta a jugarse la vida para ganársela. 18 Los estragos de la subcontratación 1.2. Trabajo decente, sociedad decente: atacar las causas. En un espléndido artículo publicado con ocasión del 1º de mayo de 2003, Carlos Trivilla, representante de UGT-Euskadi en el Consejo Económico y Social vasco argumenta la relación directa que existe entre la reclamación de un “trabajo decente para todas y todos”, y cómo los riesgos laborales, los daños a la salud, los accidentes de trabajo, el deterioro de la vida por el deterioro de la relación con el trabajo (o por su falta…) afecta a la vida y a la salud mental y física de los ciudadanos9. Ese es, como ya hemos señalado, y como el lector tendrá ocasión de comprobar, uno de los ejes de nuestro argumento: los riesgos laborales son producidos por la reorganización del trabajo, y más ampliamente fundados y anclados, como estructura de sometimiento y disciplinamiento externo a lo que antes eran los “centros de trabajo”, en la reorganización empresarial, en la fragmentación, la división del trabajo, intranacional e internacional. En su formulación, “calidad del trabajo y modelo de sociedad son dos realidades vinculantes. Asistimos a la economía política de la inseguridad que produce un efecto dominó sobre el conjunto de nuestras vidas y determina el modelo de sociedad”. “Por ello –termina- la defensa de la Paz y de la Libertad no es algo distinto de la lucha contra los bajos salarios, la ausencia de derechos laborales, los despidos libres, la 9 Carlos Trivilla: “Trabajo decente, sociedad decente”, El País.País Vasco, 1 de mayo de 2003, p. 4. 19 Los estragos de la subcontratación penosidad e inseguridad en el trabajo, las largas jornadas, en definitiva la lucha contra la explotación”. Atacar las causas requiere voluntad política de intervenir sobre la orientación general de la sociedad: de poco servirán las medidas pacatas y parciales que se tomen, “mientras [se] continúe con una política económica que, día a día, degrada más y más el mercado de trabajo, y lejos de combatir la cultura de la precariedad, la fomenta”, como ha escrito Cándido Méndez, defendiendo que los riesgos laborales se atacan mejor si se va a la raíz. Si la situación de precariedad está, estadística y sociológicamente, asociada a los riesgos y daños a la salud, debe combatirse en la fuente. Como propone el Secretario General de UGT, de lo que se trata es de restablecer una posición de negociación para los trabajadores que les permita defender su salud, y no tener que perder la vida mientras se la ganan. Es decir, la precariedad no es más que (ni más ni menos, habría que decir) un indicador del deterioro de la posición de los trabajadores en las relaciones laborales. Y de lo que se trata es de arbitrar medidas que acaben con las políticas macroeconómicas, llamadas, en mala hora “neoliberales”, que conciben el trabajo y el trabajador, como un recurso permanentemente disponible, peor considerado que una máquina sencilla, ‘flexible’ las veinticuatro horas del día y los 365 días del año, en aras de la ‘eficiencia’ empresarial. Hora es ya de decir que, como lo ha hecho Robert Reich, el que fuera ministro de Trabajo con Clinton, que “el reto del trabajo decente” 20 Los estragos de la subcontratación sólo puede ganarse si se maneja con prudencia el concepto de ‘flexibilidad’: “porque si significa simplemente que los empleadores tienen derecho a despedir a los trabajadores y a fijar los salarios como les venga en gana, el resultado puede ser un desempleo modesto pero también unos salarios muy bajos y una inestabilidad del empleo crónica. La ‘flexibilidad del mercado laboral’ es óptima cuando los trabajadores pueden pasar fácilmente a ocupar empleos nuevos y mejores”10. 10 Robert Reich: “El reto del trabajo decente”, Revista Internacional del Trabajo, 2002, p. 127. 21 22 Los estragos de la subcontratación 2. UNA LLAMARADA. “Tres muertos al incendiarse la refinería de Puertollano”. La llamarada de ese incendio, precedido de una explosión, ocupó el 15 de agosto de 2003 las primeras páginas de los periódicos nacionales. Y, por supuesto, también los primeros lugares de la información y de la preocupación de millones de españoles sorprendidos en el cambio de turno de las vacaciones de agosto. Y esas llamas se prolongaron durante muchos días después: no sólo por las protestas de los trabajadores, que ponían en evidencia aspectos fundamentales de la organización productiva que estaban en la base, que eran la raíz de ese accidente, y de otros muchos que lo habían precedido. También porque salían a la luz, a la luz de esas llamas, otras cuestiones que a nadie se le hubiera ocurrido sospechar: Repsol, la petrolera multinacional ‘ahorraba’ inversiones en sistemas de seguridad, en bomberos… Se prolongaron dos semanas, para desaparecer súbitamente de la actualidad periodística en el mes de septiembre. Como si, ahora sí, algún departamento de relaciones públicas de Repsol hubiera ‘invertido’ mucho en ‘apagar’ el fuego informativo que no dejaba a esta empresa en muy buen lugar. Otra vez volvían a aparecer en los periódicos los éxitos empresariales de una empresa cada vez más concentrada, que controla más inversiones no sólo en España, a la vez que pierde sus propios trabajadores, que ‘externaliza’, que subcontrata, que no es responsable 23 Los estragos de la subcontratación de la muerte o de los daños a la salud de las personas que trabajan en sus instalaciones. Porque pertenecen a otras empresas. Pero siguieron goteando las noticias. Aunque fuera –y esta cuestión tiene también su miga- en las páginas de sucesos. Ha llegado el otoño del 2003 y la última noticia es que ha fallecido el noveno trabajador que fue gravemente herido en la explosión de Repsol del 15 de agosto. Y, aún otro de los heridos sigue muy grave (El País, 26.9.03). Nueve muertos, por ahora, en un ‘trágico accidente’ dicen los responsables, precisamente, de que haya menos accidentes. Con la eterna cantinela de que se trata de un “error humano”. Las autoridades públicas y los responsables empresariales. Lágrimas de cocodrilo de quienes saben muy bien que si los accidentes se hacen ‘normales’, es decir, no son ya accidentes, sucesos extraordinarios e imprevisibles, se pueden rastrear e identificar sus causas, las razones estructurales que los han provocado. Se puede, con los conocimientos actuales, acumulados a lo largo de los años, remontar el ‘arbol de causas’, encontrarlas, y ponerles remedio. 2.1. La organiz ación productiva y del trabajo en primer plano. ‘Ningún fallecido estaba en nómina de la petrolera’. Así resume la prensa la situación de los trabajadores accidentados, muertos, cuando los trabajadores subcontratados de la planta de Repsol en Puertollano inician una huelga de tres días, el 19 de agosto. 24 Los estragos de la subcontratación Primera indicación importante sobre la organización del trabajo, la organización de la producción que pudiera remontarnos a las causas del accidente: hay 1.000 trabajadores subcontratados, de muy distintas empresas, que, en caso de accidente nunca aparecerán en las estadísticas de siniestralidad de Repsol. Y mucho menos las empresas de transporte. En total, se dice en la prensa de agosto, unos 1500 trabajadores. La empresa cuenta con 950 trabajadores de plantilla. Una muestra más del desconocimiento o la confusión voluntaria, que invisibiliza el trabajo: los trabajadores de subcontratas sobrepasan los 3000 trabajadores. Este año, la memoria de la Empresa ‘madre’, Repsol, volverá a recoger, pese a los ocho muertos de ahora, accidentes cero. Si se le aplica la que será nueva legislación bonus-malus, se le premiará por ocultar los riesgos y daños a la salud, que ha expulsado hacia otras empresas, nebulosas industriales se las ha llamado con acierto. Una ‘gestión de la calidad total’ excelente. Estos trabajadores, invisibles para las estadísticas, de medio centenar de empresas, en asamblea espontánea, demandan más medidas de seguridad, puesto que fallaron dos alarmas y un evacuador de gases. Instalación de detectores de gases y anomalías en todas las plantas y puestos de trabajo. Pero también una clínica con personal y con un médico (sólo hay un ATS); más personal capacitado para situaciones de emergencia; servicio de prevención de riesgos en las subcontratas. Aumentar las dotaciones contra incendios, etc. 25 Los estragos de la subcontratación Los sindicatos denuncian que Repsol deja en manos de pequeñas empresas subcontratadas tareas delicadas con personal que no tiene la formación precisa. Y ello desde hace años: las decisiones empresariales de externalizar la producción vienen de lejos, pero sobre todo pueden fecharse a partir de 1985, cuando las empresas llamadas ‘auxiliares’ asumen gran parte de las tareas de mantenimiento. Y si se rastrea en las hemerotecas o en la memoria de los trabajadores, se pueden encontrar trazas de accidentes que tienen también como involuntarios protagonistas a los trabajadores de las subcontratas de Repsol: en febrero del 2001 un trabajador de la contrata SODES, Manuel Gómez Llamas, murió arrollado por una furgoneta de la empresa subcontratada ‘La Puertollanense’. Otro está en coma profundo, contrata COSEMAP, por inhalación de gases tóxicos. Y otros dos, estos sí, de la plantilla de REPSOL murieron por las mismas causas. En abril de 2002 la Inspección de Trabajo abrió un acta de infracción a la misma empresa por la muerte de otro trabajador, Juan José Rico, por inhalación de ácido sulfhídrico. Cuatro trabajadores resultaron heridos, dos de ellos con quemaduras graves, en la planta de Repsol en La Coruña en abril de este mismo año 2003. 2.2. Primera causa: la subcontratación. Por tanto, si algo se pone en evidencia, y de manera llamativa en este desastre, en esta matanza, es que quienes se accidentan, quienes mueren en el trabajo, son sobre todo trabajadores que, porque la 26 Los estragos de la subcontratación empresa ha decidido una determinada organización del trabajo, están ocupados en las ramas desgajadas de la gran empresa, pero forman parte absolutamente inseparable de su proceso de producción. Por supuesto, encontrar la primera causa no debe detenernos en la reconstrucción del “árbol de causas”: es tan sólo un primer paso. Habrá ahora que conocer cuáles son las condiciones concretas de esa subcontratación. Habrá que hacer un análisis concreto de la situación concreta. La única manera de poder proponer cambios, de poder discutir y negociar con la empresa, con cada empresa, el modo en que la prerrogativa empresarial de organizar la producción, de organizar la empresa, puede combinarse con la preservación de la salud de los trabajadores, con la prevención de los riesgos laborales en el trabajo. Porque también en este caso, como en tantos otros que veremos más adelante, los responsables de esa ‘nueva organización de la producción’, suelen poner el grito en el cielo para decir que la subcontratación no es la causa de los accidentes. Que hay buenas y malas subcontrataciones, por decirlo así. Y suelen organizar su argumento con una lógica que se parece mucho a la lógica policial, en su más burda presentación: sólo puede haber un culpable. Y si se dice, como también veremos luego, que la precarización, los contratos temporales y eventuales, también explican muchos de los accidentes que hoy ocurren en nuestro país, dirán que no hay una “relación estadística directa”. 27 Los estragos de la subcontratación La Asociación de Empresarios Químicos de Tarragona (AEQT), según recoge El País.Cataluña (6.9.03), “rechazaron vehementemente que el uso de la subcontratación aumente los riesgos de accidentes en las empresas”. Y “se mostró contundente a la hora de rechazar que la subcontratación sea un factor de riesgo en la petroquímica”. Demasiada seguridad hay que decir, también ‘contundentemente’, cuando las estadísticas de siniestralidad señalan todo lo contrario, tanto en la petroquímica como en el resto de los sectores productivos en España. Pero, sobre todo, una posición que poco puede ayudar a encontrar las verdaderas causas de tanta destrucción de fuerza de trabajo, de tantas vidas truncadas. Hasta el editorialista de El País, que suele ser cauto en constatar este tipo de evidencias, aseguraba el 22 de agosto (“Subseguridad”) que “el accidente [de Repsol] ha replanteado el debate sobre la relación entre siniestralidad laboral y subcontratación. Tal relación está estadísticamente acreditada, pero la solución no está en la supresión de esa forma de contratación, sino en la adaptación a la misma de las medidas de seguridad necesarias”. Para decir que hay subcontrataciones y subcontrataciones no hace falta ir a Salamanca: lo sabe cualquiera. Y, precisamente, lo que nos importa es, precisamente, el identificar cuales deben ser las normas sociales, legales y reales, que permitan construir las que suelen llamarse ‘buenas prácticas’. Esto es, aquellas formas que permiten una actividad empresarial eficiente y rigurosa, combinada con el mayor bienestar y 28 Los estragos de la subcontratación realización personal para los trabajadores. Dicho rápidamente ahora, como lo viene defendiendo la Organización Internacional del Trabajo, que permitan un trabajo decente. M. Luz Rodríguez, profesora de Derecho del Trabajo en Ciudad Real lo reflejó en una hermosa y solidaria carta en El País del 24 de agosto, publicada bajo el título “Dolor e indignación”: “Muchas de mis alumnas y alumnos son de Puertollano e, incluso, algunos de ellos son trabajadores de Repsol.(…) Desde hace tiempo todos sabemos que las contratas y subcontratas –todos los trabajadores muertos lo eran de empresas contratistas y subcontratistas de Repsol- están siendo causa de una elevada siniestralidad laboral: o dicho más llanamente, de la muerte de cientos de trabajadores. (…) Son prueba de esta fatídica y trágica relación entre la descentralización productiva –las subcontratas de actividad- y los accidentes de trabajo. acuciarnos a la reflexión. contratas y Y ello debe Es posible que la libertad de empresa ampare esta nueva “moda” de organizar la empresa en forma descentralizada a través de contratas y subcontratas. Pero cuando esa libertad en la forma de organizar la empresa atenta contra el derecho a la vida e integridad física de los trabajadores y degrada, como lo está haciendo, las condiciones de trabajo, debe ponérsele límites. Es hora ya de que el Gobierno del PP tome conciencia de la necesidad de revisar la legislación en esta materia y poner límites a la descentralización productiva; en otro caso seguiremos lamentando la muerte de trabajadores”. 29 Los estragos de la subcontratación 2.3. Pensar para actuar. ‘Acuciarnos a la reflexión’. Una reflexión urgente. Una reflexión para la acción. A ello quiere contribuir este libro. Porque, literalmente, nos va la vida en ello. Para el sindicato, como lo ha mostrado continuamente en su actuación de los últimos años, incluídas varias presentaciones de Proyectos de Ley para regular la subcontratación (que veremos más abajo, en el Capítulo 7), este es un asunto prioritario. Porque, también, uno de los resultados perversos de la subcontratación y fragmentación empresarial, es quebrar su capacidad de actuación, segar la base de su implantación. Y ‘recoger’ luego la indignación de esos trabajadores a los que difícilmente pueden defender, como sucedió en Puertollano. Cándido Méndez lo decía llanamente en unas declaraciones a El País el 28 de agosto: “¿Son los subcontratados la parte más inerme del mercado laboral?.- “Los más inermes ahora mismo son los trabajadores inmigrantes sin papeles. Y luego, los subcontratados en las pequeñas empresas. En los sindicatos tenemos dificultades, porque este modelo obstaculiza claramente la afiliación. La precariedad, la temporalidad y la subcontratación la obstaculizan. Por lo tanto los esfuerzos sindicales se pueden percibir como insuficientes. Lo intentamos, pero ese intento no se ve compensado con una mejora en la situación laboral de estos trabajadores”. 30 Los estragos de la subcontratación Y, cuando lo intentan, pronto se ven respondidos con la contundencia del EPA (Estado de los Policías Antidisturbios): las pelotas de goma, los botes de humo y los cartuchos de sal: ese es el diálogo que se les ofrece por haber convocado una huelga, respaldada “por la práctica totalidad de los 3.000 trabajadores convocados”, 2.000 de ellos de las 70 empresas subcontratadas por REPSOL, participan en la protesta. Esto sucede el 9 de octubre de 2003, el día de la quinta jornada de protesta convocada en Puertollano por CC.OO. y UGT11. Bajo la ‘protección’ policial masiva, las negociaciones continúan: el punto de discrepancia más concreto y destacado, sobre unas demandas nada exigentes, por otra parte, es la pretensión empresarial de que los beneficios de una prima de 6 euros no se aplique a todos los trabajadores, al obrero colectivo, sino a los incluidos en determinados sectores. La lógica sindical da así de lleno en el centro de lo que debe ser la defensa de todos los trabajadores. Porque la empresa ya se ha despachado con el consabido “error humano”. El informe sobre el accidente, que los sindicatos no han suscrito, dice que “no se atendieron los sistemas de alarmas, registros y avisos del panel”, posiblemente, “por la singular atención prestada a otra sección de la unidad, que tenía un problema con el sistema de alimentación del catalizador”. 11 “Incidentes y heridos en una nueva protesta en Repsol de Puertollano. La policía se enfrenta a 2.000 trabajadores de subcontratas”, El País, 9 de octubre de 2003. El inicio de la protesta en “Los subcontratados de Repsol en Puertollano inician una nueva huelga de seis días. Los sindicatos aseguran que prácticamente los 3.000 obreros que se encuentran en esta situación siguen el paro”, El País, 29.9.03. 31 Los estragos de la subcontratación Bastaría con esto, para cualquier experto, para detectar que la causa está en la propia organización de la seguridad por parte de la empresa, pues, según indican los sindicatos, “no existían advertencias en los procedimientos escritos”. Por lo que cabe, como han hecho los sindicatos UGT y Comisiones Obreras, “achacar el accidente a una serie de errores en el diseño de la refinería”. Y, desde luego por la subcontratación de los sistemas de mantenimiento. Desconocemos hoy si se ha llevado a cabo un análisis científico, ergonómico, del accidente con verdadera capacidad de remontar el árbol de causas y permitir una intervención en la organización del trabajo de la refinería donde los “errores humanos” tengan que ser una excepción. Desconocemos igualmente si se ha hecho un estudio ecológico, es decir, de los peligros que supone una organización del trabajo y de las redes de empresas, para la sociedad puertollanense. Las movilizaciones cívicas masivas han ocupado las páginas de los periódicos. Y nos dan la razón, en la calle, de lo acertado de una interpretación de la organización del trabajo en el contexto social: a todos nos concierne el defender la salud y la vida. Una reflexión, como decíamos, que es necesaria, como trabajadores, como sindicalistas, como empresarios y, sobre todo, como ciudadanos. 32 Los estragos de la subcontratación A ella podemos contribuir, además, los científicos sociales, aportando los saberes acumulados a lo largo de los últimos cincuenta años sobre estos asuntos. En esta tarea, creo, debemos cumplir con el principal deber que nos impone nuestro oficio: mostrar los resultados de nuestra investigación –en mi caso, más de veinte años dedicado al estudio del trabajo, directo sobre el terreno, hablando y escuchando a los trabajadores, y también a los empresarios, que pueden mostrar otros caminos que los que emprenden muchos que, en lugar de emprendedores, debíamos llamar depredadores. Mostrar los resultados de la investigación, los hechos y las causas más verdaderas tal y como nos es posible interpretarlos hoy. Con el objetivo de facilitar una plataforma en la que todos los actores sociales, empresarios, responsables públicos, sindicatos, trabajadores directos, puedan negociar y llegar a acuerdos. Unos acuerdos donde la felicidad y el bienestar de la mayoría, de la sociedad en que vivimos, sea el objetivo prioritario. Hoy en día la lucha por la prevención y la eliminación de los riesgos laborales forma parte de la lucha por la ciudadanía, por la sociedad. Identificar los riesgos laborales derivados de las opciones de organización del trabajo es ir directamente a la búsqueda de las causas primeras de las malas condiciones de trabajo que, oscurecidas por 33 Los estragos de la subcontratación ideologías que no pisan los centros de trabajo, parecen cada vez más difíciles de identificar. Ello quizá nos lleve a tener que apuntar más alto en las medidas y lugares de la negociación colectiva, a las políticas económicas y laborales, a las políticas generales. Pero el esfuerzo vale la pena. Porque si no lo hacemos así estaremos poniendo parches, tapando agujeros, achicando agua, de un barco que no sólo navega a la deriva, sino que es teledirigido, como el Prestige, hacia el desastre y la catástrofe ecológica. Hacia la destrucción de la vida y la esperanza. 34 Los estragos de la subcontratación 3. VERANO TRÁGICO, TAMBIÉN EN LA CONSTRUCCIÓN. El sector de la construcción, también este verano de 2003 ha conocido una masacre. Sólo en la provincia de Alicante, en los meses de julio y agosto, murieron cinco trabajadores. Para la Comunidad Valenciana, hasta julio, 23 muertos más en accidentes que en igual periodo de 2002. Pero el drama estaba todavía por venir. En una semana, entre el 11 y el 18 de septiembre tres obreros perdieron la vida, tal y como recoge la prensa nacional y regional, “en la construcción ilegal de un hotel en la Vila Joiosa”. El hermano de Miguel Ángel Pérez, uno de los dos últimos trabajadores muertos en accidente de trabajo en la construcción, ilegal, denunció, según recoge la prensa valenciana, las pésimas condiciones laborales en las que trabajaba el fallecido:”’Miguel Ángel no quería ir a trabajar a esa obra, porque se casaba dentro de once días, y sabía que había muerto un trabajador esa misma semana’. ‘La empresa –en la que estaba empleado desde hace unos dos años- amenazó con despedirle, y por eso fue’. ‘Tenían que haber cuatro personas, dos arriba y dos abajo que amarrasen el arnés, pero, que yo sepa, allí sólo estaban mi hermano y el otro chico que también murió’”12. 12 Levante, Valencia, 19 de septiembre de 2003, que incluye la noticia en “sucesos”. Lo mismo se recoge en Información, Alicante, 19.9.03. Y El País.Comunidad Valenciana, 19.9.03, portada, “La Generalitat paraliza las obras ilegales de un hotel de La Vila ante la pasividad del alcalde”; y p. 3, “Oposición y vecinos advirtieron al alcalde hace dos meses de las irregularidades de las obras”. 35 Los estragos de la subcontratación La narración es aterradora y reveladora. Un joven que, por supuesto, estaba subcontratado. Atrium Beach, que pretende ser el mayor complejo hotelero de Europa, con 7.000 plazas, emitió inmediatamente un comunicado en el que se desvinculaba del siniestro, porque los fallecidos pertenecían a una empresa de Vitoria, Emilio Ventenillas. Y aún más el hecho de que, al día siguiente del accidente, el jefe de obra, secundado por los capataces, conminara a los 800 trabajadores ‘empleados’ en la obra, en muy distintas subcontratas, a volver al trabajo, y fuera obedecido, revela el clima de presión y miedo en el que se desarrollan las relaciones de trabajo en esta obra. Ambas cosas un clima propicio para que los riesgos laborales, ayudados por el ‘ahorro’ en medidas de prevención, sigan haciendo estragos. “Está todo en precario, y no es seguro transitar por los diferentes niveles de la obra”, declaró a los periodistas uno de los cinco trabajadores de una empresa de yesos de Valencia, subcontratada, que paró en señal de duelo: “Yo no he visto a ningún coordinador de seguridad”, remató. Pero este drama nos dice también mucho sobre el entorno social, sobre las responsabilidades, no sólo empresariales, sino políticas, implicadas en el caso. Sobre la no aplicación de, prácticamente, ninguna legislación vigente: ni en materia de prevención de riesgos, ni de contratación, ni de control municipal sobre las obras. En efecto, el promotor Hotel Luna, S.L. ha levantado 20 plantas, en lugar de las 10 que tenía en el proyecto. El alcalde de La Vila, José Miguel Llorca, del PP, dice ahora que ha “intentado siete veces paralizar 36 Los estragos de la subcontratación las obras”, sin llegar a poder hacerlo. Porque, además de los cambios de volumetría este edificio ni siquiera tiene licencia de obra. Toda la oposición política sospecha de cierta permisividad en el edil. Y parece lo menos que puede pensarse. Rafael Recuenco, Secretario General de la UGT-PV, escribió en El País. Comunidad Valenciana (4.9.03): “Si comparamos los accidentes producidos en nuestra Comunidad con el de Puertollano, seguramente encontraríamos un punto en común, “las contratas”. Las espectaculares imágenes, por la catástrofe humana, pero también por la dimensión económica, no se han producido en nuestra Comunidad, pero aquí este verano han caído unos cuantos trabajadores: jóvenes, menos jóvenes y entrados en edad, precarios; en la industria, en la construcción, en los servicios, o en el puerto de Valencia con dos nativos y algún otro que no cuenta, porque el barco es de bandera de conveniencia”. 3.1. Las obras del AVE: otro verano trágico en 2002. “Verano trágico en la construcción”. Así califica la situación El País.Cataluña (9-14.8.02): 14 víctimas mortales en un mes en Cataluña. Cada tres días mueren dos trabajadores. Tres de esos muertos lo han sido en las obras de construcción del AVE en Tarragona, y once en empresas subcontratadas. La gravedad de la situación ha llevado a la convocatoria de reuniones urgentes de las autoridades responsables y los sindicatos para 37 Los estragos de la subcontratación tratar de poner freno a esta ‘normalidad’. Accidentes normales llamó Charles Perrow a aquellos en que las circunstancias y el entorno los hacían perfectamente previsibles. Para proponer una política de actuación urgente, los actores sociales interpretan y analizan cuáles puedan ser las causas de tal desastre. También cualquier ciudadano, con algunos datos en la mano, puede sacar sus conclusiones: el 80% de los muertos lo han sido en la construcción y en empresas subcontratadas; el último albañil era un subcontratado temporal, como la mayoría de los otros muertos. Y por supuesto, los heridos graves que no entran en esta estadística. El País, edición nacional, del 10 de agosto afirmaba que estos datos ”expresan la relación entre la precariedad laboral y los riesgos de sufrir accidentes”. Pero, frente a lo que parece una hipótesis fundada para remontarse en el árbol de causas de los accidentes, la patronal catalana, por boca de Juan Rosell, se adelantó a culpar a las víctimas de su propia desgracia: hay muchas imprudencias. Y no se ha de buscar la causa en la temporalidad y la subcontratación. Lo mismo dijo la patronal CECOT. Su presidente, Eusebio Cima, descartó como causa de los accidentes la subcontratación. Los sindicatos destacan el escaso cumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Y una de las razones de ello es que la red de empresas que trabajan en la construcción del AVE es, dice 38 Los estragos de la subcontratación Carmen Simarro, de UGT, una red que se teje y desteje, sin que los sindicatos puedan llegar a empresas que no llegan a tener representatividad sindical. Monserrat Güell, delegada de trabajo de la Generalitat comparte esta interpretación: precariedad y subcontratación, redes de empresas volátiles hacen difícil el control del respeto a las medidas de prevención. Y la sangría sigue: en mayo de 2003 la Inspección de Trabajo abre expediente a una empresa del AVE en la estación de Lérida, Teulares, subcontratada por Cocisa, por la muerte de un trabajador. La razón: el operario no estaba protegido, como manda la ley, para trabajar en altura. Y no es el único accidente en ese mismo día (7.5.03)Emilio Benitez, de 28 años, de la empresa Paprimsa, sufrió heridas muy graves en la cabeza y se halla en coma. Los sindicatos reiteran que “el incremento de los accidentes mortales [se debe] a la combinación de temporalidad y subcontratación” (El País.Cataluña, 8.5.03). No todo son malas noticias: sindicatos y empresarios catalanes alcanzaron un principio de acuerdo, de mínimos, lo califican los sindicatos, para regular la subcontratación en la construcción a primeros de agosto de este año de 2003. 39 Los estragos de la subcontratación [Cuadro 3.1.: “Las 22 víctimas mortales en accidentes laborales en este verano (en Cataluña)”] DATOS DEL TRABAJADOR Identidad Albert R. C., 38 años. Técnico electricista Francisco P.J., 41 años. Obrero Ramón G.G., 41 años. Obrero Joaquín F.C., 46 años. Albañil. A.T.C., 27 años. Operario. Salvador Manzano, 62 años. Operario. José G.M. 48 años. Operario. Empresa 40 Sector Fecha Lugar Circunstancias EMTE Eléctrico Subcontratado 1/9 Tossa de Mar Sufrió una descarga eléctrica Cary Valley Ibérica Químico Plantilla 1/9 Mollet del Vallés Explosión de un bidón de resina sintética líquida Cary Valley Ibérica Químico Plantilla 1/9 Mollet del Vallés Explosión de un bidón de resina sintética líquida Tomás y Gracia Construcción - 30/8 St. Pere de Ribes Caída desde una altura de 2 metros Promociones M-92 - 28/8 Parets del Vallés Caída desde 8,5 metros al hundirse el techo Santasusana Avicultura - 27/8 Balsareny Caída de un montacargas Construcción (AVE) Subcontratado 26/8 Lleida Eléctrico - Riudoms Romogan Construcción Subcontratado 12/8 Extun Construcción (AVE) IAR Ibérica Margila S.L. Cimlet Técnico eñectricista. Francisco Inbernol, 49 años. Albañil Norberto C.F., 35 años. Operario. Francisco Ortiz, 46 años. Operario. Francisco Martos, 54 años. DATOS DEL ACCIDENTE Situación laboral 21/8 La cesta elevadora chocó contra una viga Sufrió una descarga eléctrica Salou Caída desde una escalera de 12 metros Subcontratado 8/8 El Catlar Volcó la excavadora que estaba conduciendo Metalúrgico Plantilla Montcada i Reixac Explosión en la fábrica de electrodomésticos Construcción (AVE) Subcontratado 29/7 Montblanc Caída desde un viaducto de 12 metros de altura 1/8 Los estragos de la subcontratación DATOS DEL TRABAJADOR Identidad años. Operario José R.G., 27 años. Albañil. Trabajador de la limpieza. Empresa Sector DATOS DEL ACCIDENTE Situación laboral Fecha Lugar Circunstancias metros de altura Construcción Autónomo - Servicios Subcontratado 18/7 Girona Operario. - Construcción (AVE) Subcontratado 17/7 Vinaixa Operario. FCC Construcción Subcontratado 17/7 Operario. FCC Construcción Subcontratado 17/7 Camarero. - Restauración Plantilla Ferran Paregols, 24 años. Albañil. Estructuras F. Guillén Construcción (Instalaciones Subcontratado 16/7 F.C. Terrassa) Estructuras F. Guillén Construcción (Instalaciones Subcontratado 16/7 F.C. Terrassa) Terrassa Se desapuntaló la escalera y quedó sepultado J. Mayoral Villadoro Construcción Artesa Caída desde un elevador Catel Construcción (soterramiento Subcontratado 16/7 de vía férrea) Gurb La grúa que conducía chocó contra un tren Mariano Rodríguez, 53 años. Albañil. Antonio C.P., 49 años. Operario. Operario 19/7 Caída de un Vallgorguina andamio de 6 metros de altura - 17/7 Subcontratado 16/7 - Caída desde una altura de 17 metros Quedó atrapado Puerto de dentro de una Barcelona fosa séptica Quedó atrapado Puerto de dentro de una Barcelona fosa séptica Barberá del Explosión en el sistema de Vallés refrigeración Se desapuntaló la escalera y quedó Terrassa sepultado [Encarte 3.2.: “Hemorragia incesante”, editorial de El País, 30 agosto 2002] En los primeros seis meses del año se han registrado en España 574 muertos en accidentes laborales, casi un 10% más que el año anterior. Se trata de un dato en sí mismo escalofriante, que interpela a la conciencia de cuantos tienen responsabilidad en las medidas preventivas contra esa 41 Los estragos de la subcontratación sangría. Pero supone también la constatación de un fracaso: el de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, aprobada en 1995, y que no ha impedido que España registre una tasa de mortalidad en siniestros laborales que dobla la del conjunto de la Unión Europea. Albañiles, en el andamio sin red protectora, operarios que manipulan sustancias abrasivas sin guantes, utilización aleatoria del casco en las obras. En España sigue habiendo una escasa cultura de la seguridad en el trabajo, tanto en los empleados como en las empresas. El resultado, ese millar largo de víctimas, sitúa a España en el segundo lugar europeo, tras Portugal, en siniestralidad laboral. Los técnicos de la Administración dicen que faltan estudios sobre las causas de que se mantenga esa tendencia, pero todos los expertos admiten que existe una relación directa entre precariedad en el trabajo (lo que implica menor destreza y falta de hábitos de seguridad) y accidentes laborales. Pero, si es así, habría que idear planes específicos de reforzamiento de la seguridad en sectores como los de servicios, en que esa precariedad es mayor. De hecho, es en ese sector en el que se ha registrado el mayor incremento de siniestralidad en el semestre. No hace mucho, el presidente del Consejo Económico y Social (CES) elaboró un informe por encargo del Gobierno que concluía que las estadísticas subestiman la incidencia real de los accidentes, aunque desde el Ejecutivo se ha argumentado que el sistema de medición es en España más riguroso que en otros países, en cuyas estadísticas no se incluyen los accidentes en los desplazamientos hacia o desde el lugar de trabajo. Y que, aunque haya aumentado el número de personas fallecidas, se ha reducido el del número total de accidentes. El año pasado ocurrió lo contrario. Como en otros terrenos , el coste de no hacer –de no gastar en medidad preventivas- acaba resultando mucho mayor, desde su impacto social y también desde el económico, que el de invertir en seguridad. En 2000, el coste sanitario y en horas de trabajo perdidas provocado por el casi millón de accidentes registrado fue de unos 360.000 millones de pesetas, es decir de casi seis millones de euros al día. Esta otra sangría tampoco nos la podemos permitir. 42 Los estragos de la subcontratación 4. UNA PRERROGATIVA EMPRESARIAL: LA ORGANIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN. La organización de la empresa, la organización y distribución de los centros de trabajo, la decisión de “hacer” dentro o “mandar hacer a terceros” es la primera decisión empresarial cuando se decide ‘fabricar’ un producto. Ya sea éste un bien físico, un ordenador, un coche, por ejemplo; o un servicio, la atención a un cliente, la organización de un viaje, o la gestión de un expediente, pongamos por caso. O puede ser una mezcla de ambos, como suele suceder en la actualidad: servicios post-venta de reparación de ordenadores o coches, transcribir un informe, o hacer una película. Más aún, cuando una empresa decide vender en el mercado un producto o servicio, esta recurriendo a procesos de trabajo tanto material como inmaterial. Trabajo manual y trabajo mental o intelectual, como mostraba con rotundidad el biólogo Faustino Cordón, son inseparables. Decía que la primera decisión de la empresa es hacer o mandar hacer, to make or buy, en los manuales de gestión. Esa decisión primera, que puede ser modificada, ‘reestructurada’, o con la palabreja de moda “reingenierizada’ (reengineering). Y ello, como ya hemos visto, y tendremos ocasión de ver aún en detalle, tiene incalculables consecuencias para los trabajadores que concurren en un 43 Los estragos de la subcontratación proceso de producción, lo que Marx llamaba, con tanta precisión técnica, “el obrero colectivo” que produce un bien o un servicio. Esta primera decisión, primera por lo que marca las consecuencias sobre la organización del trabajo en ese proceso de producción, es hoy la característica más sobresaliente en, prácticamente, todos los sectores productivos. Una empresa, Ferrovial, pongamos por caso, contrata con la Administración Pública una gran obra, pongamos las obras de infraestructura del AVE. Quizá diseña los aspectos generales, pero empieza por subcontratar a otra la ejecución de un tramo de obra. Esta a su vez, subcontrata a otras aspectos parciales. Y estas a su vez, aún a otras, etc. etc. Y, como hemos visto, nunca hay accidentes ni muertos, ni riesgos laborales en Ferrovial. Están en otro sitio. En la construcción ya se da por normal esta fragmentación del trabajador colectivo. Pero hemos ido viendo aparecer una estrategia similar en casi todos los aspectos de la producción. Incluso en aquellos que parece algo insólito, como la cría de cerdos o terneros, donde las cadenas de producción y subcontrata asombraría a más de uno. Es más, bajo el paraguas de la competitividad, y desde hace años hemos visto aparecer empresas que nacen ya totalmente descentralizadas. Los norteamericanos, prontos a buscar un cajón donde clasificar, las han llamado “empresas manufactureras non manufacturing”: es decir, empresas que producen productos y no tienen ninguna planta 44 Los estragos de la subcontratación productiva. Únicamente diseñan, coordinan una miriada de empresas, y venden. Y facturan, por supuesto, acumulando todo el valor del trabajo producido en la red de empresas, lo que los economistas llaman la “cadena de valor”, y colocando a sus “fragmentos productivos” en condiciones de poder ofrecer tan sólo malas condiciones de empleo y trabajo. Y desde luego, todos los riesgos laborales que la “marca” de empresa ignora. Así viene sucediendo en nuestra región, por ejemplo, en el sector de la informática profesional, lo que ya estudiamos a finales de los años ochenta. Y se ha desarrollado en los últimos diez años en la producción de un bien ‘inmaterial’ como los programas informáticos, donde las “cadenas productivas”, apoyadas en el desarrollo mundial de internet pueden comenzar en California, pasar por Londres o Madrid, parar en Irlanda, la India o en Pyongyang, en China, durante la noche americana, y volver a California al alba del día siguiente. El trabajo intelectual calificado se ha fragmentado y abaratado. Mañana pagaremos royalties por un programa cuyo coste productivo ha sido irrisorio. Y cada vez más viene sucediendo con tantas empresas, en nuestro país y fuera de él, que cierran sus plantas productivas en los lugares donde los trabajadores han conseguido unas condiciones de empleo que incluyen la prevención y el cuidado de los riesgos laborales, y ‘emigran’ a lugares donde ese trabajo decente es aún una aspiración. Vacían su empresa, casi siempre con algún pretexto sobre baja productividad. Otras sin ningún rubor, en medio de beneficios excepcionales. 45 Los estragos de la subcontratación Y así se va consolidando un mundo productivo donde los riesgos laborales, gracias a esa estrategia de organización de la producción, a lo que ya se llamó hace años “nueva división internacional del trabajo”, se trasladan a esos nuevos lugares productivos. Allí pueden ser recibidos con todos los parabienes: algo, piensan, contribuirán al desarrollo local. Aquí, de donde emigran las empresas, lo que queda es un rastro de desolación y destrucción de redes sociales. Un caldo de cultivo para el incremento de enfermedades y riesgos, derivados del trabajo, pero que ahora aparecerán como sociales, y lo son. Como esas enfermedades cardiovasculares que tantos quieren no relacionar con el trabajo. Y se sabe mucho sobre esa consecuencia sobre la salud, aunque se difunda mal. Joan Benach y Marcelo Amable, profesores de Salud Laboral y Salud Pública en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, lo han resumido en forma clara: “Tener un trabajo precario, insatisfactorio, inseguro o de baja calidad se halla asociado con una mayor exposición a varios factores de riesgo laborales y a mayores problemas de salud(…). Las situación actual de desempleo, desprotección y precariedad laboral no depende de la libre elección de unos ciudadanos que no quieren trabajar sino, sobre todo, de políticas de empleo y del Estado del Bienestar inadecuadas y muy insuficientes”13. Por otro lado, esa estrategia de desregulación, de externalización y de subcontratación, tiene un efecto inmediato en la capacidad de negociación de los trabajadores y de sus sindicatos, ante la amenaza de 13 Joan Benach y Marcelo Amable: “El desempleo, la precariedad y sus consecuencias para la salud”, El País, 3 de septiembre de 2002, p. 31. 46 Los estragos de la subcontratación que “vuelen las fábricas” de un entorno social, local, regional o nacional, si los trabajadores “se ponen exigentes”. El ejemplo, que hemos seguido en detalle, en una larga investigación sobre el terreno, sobre las redes productivas de subcontratación de la empresa Volkswagen-Navarra, a lo largo del año 2001, incluyendo la negociación del convenio colectivo lo demuestra de forma palmaria 14. La presión social sobre los trabajadores para que acepten salarios que son la mitad de los que paga la empresa en Alemania, la refuerza la empresa con la amenaza de trasladar todas sus producciones, primero a Bratislava, luego a México y China. Hoy ha cumplido la amenaza y una mayor parte de la producción del ‘Polo’ se hace en Bratislava. A la mitad de precio, claro. Y las consecuencias sociales más generales, lo que los ahorros empresariales repercuten sobre la sociedad, es difícil de estimar y valorar. Pero no faltan, por supuesto. Pagamos colectivamente lo que una empresa se apropia individualmente. Por ejemplo, si se ofrece ‘generosamente’ un plan de prejubilaciones, hay un “ahorro de salarios a cargo del INEM”. Carmen Parra calcula que el ‘ajuste’ de Telefónica y otras grandes empresas, como Iberdrola, Altadis, Siemens, Grupo Repsol, Planeta, Tyco Microser, 14 Veáse, en “Para seguir leyendo”, nuestro libro Los obreros del Polo. Una cadena de montaje en el territorio, 2002. Y, especialmente, el artículo, publicado en Sociología del Trabajo, 2002, “Mujeres al final de la cadena”, donde se recogen las muy malas condiciones de trabajo y empleo de los fragmentos productivos de esta empresa-marca emblemática. Ver, también, el Capítulo 6 de este libro. 47 Los estragos de la subcontratación Electrolux, Auna, RENFE, y otras, cuesta, nos cuesta, 240 millones de Euros en prestaciones por desempleo15. Más preocupante es el destino de esos trabajadores que, en muchos casos, apenas pasados los 50 años ven sus “biografías rotas”. Como ya lo mostramos en 1998 entrevistando a los prejubilados de la empresa FASA-Renault, cinco años después de haber abandonado la empresa “voluntariamente”, el panorama que se presentó ante nuestros ojos era realmente desolador: divorcios, suicidios, infartos, y una añoranza, aún de poder volver al trabajo, con unos 58 años de media de edad16. Carlos Trevilla ha hecho un balance muy acertado recientemente: “Envejecer trabajando” (El País.País Vasco, 2.9.03): “un dato escalofriante sobre esta situación es que de los más de 600.000 prejubilados en España, el 20% está en el umbral de la pobreza”. Los lunes al sol, la extraordinaria película de Fernando León de Aranoa, es un documento que vale la pena ver y volver a ver para entender el mundo de aquellos a los que les han “expulsado del trabajo”, para utilizar el título de un estudio sociológico clarividente de Imanol Zubero. 15 Carmen Parra, “Ahorro de salarios a cargo del INEM”, El País.Economía, 27 de julio de 2003. Ver también, Carmen Parra: “Cincuentones no, gracias. La prejubilación afectó en 2002 a 20.000 trabajadores de grandes empresas y a un goteo de despidos individuales”, El País.Negocios, 26 de enero de 2003. 16 Veáse la referencia de “Biografías rotas”, texto incluido en A la búsqueda del trabajo perdido, 1998, en el capítulo 10, “Para seguir leyendo”. 48 Los estragos de la subcontratación Peor aún, si no fuera ya un drama que demanda una intervención inmediata de la sociedad lo que acabamos de argumentar, es el marco de expectativas y posibilidades que se crea para nuestros hijos, “los hijos de la desregulación”, como los han llamado Fernando Conde y José A. Gómez Yáñez (El País, 22.1.01): “La desregulación del empleo ha causado un profundo cambio en la relación de estos jóvenes con el trabajo. Sus currículos son una lista de empleos cortos, inestables y sin hilván que revela una acumulación de saber profesional. Empleos en los que se produce el hecho paradójico de que los que menos formación aportan estén mejor pagados que los que tienen más proyección de futuro (…). Los hijos de la desregulación están viviendo una experiencia de acceso a la edad adulta inédita y difícil de comprender por la generación precedente. Son una versión de la corrosión del carácter, en expresión de Richard Sennett, de las clases trabajadoras del nuevo capitalismo”17. 17 Fernando Conde dirigió la investigación Inestabilidad laboral, ocio y consumo de drogas, financiada por la CREFAT, base de este artículo. 49 50 Los estragos de la subcontratación 5. LA GLOBALIZACIÓN: EL MANTO DEL REY DESNUDO. La criada para todo, la justificación de tantos y tantos atentados contra la salud y el bienestar de los trabajadores, entre otras muchas cosas; la explicación de que lo que ocurre es tan inevitable como la lluvia, es hoy en día la ‘globalización’. Se han publicado cientos de libros y miles de artículos, unos mejores y otros más que peores. Muchos de ellos se escudan en la posición institucional o la categoría o el renombre de su autor, o autores, para difundir esta eterna ‘explicación’: hay causas objetivas, inevitables que están en la raíz de los desastres laborales, de los cierres de fábricas, de la precarización de los contratos, de las biografías que se destruyen, de los trabajos que cada vez se ofrecen como más indecentes: sin perspectiva profesional, sin expectativas de carrera, sin que las personas puedan aplicar los conocimientos y saberes de que disponen. A esta posición, que se difunde como si fuera una ciencia, la hemos llamado los sociólogos tecnologismo. En lenguaje más llano no quiere decir otra cosa que lo que se pretende es explicar lo social, las consecuencias sociales de una determinada organización productiva, como si fuera una imposición inevitable del desarrollo de la técnica. Y a ella se remiten científicos sociales (que lo son sólo en apariencia), políticos de alta responsabilidad, y políticos de medio alcance. Seguramente porque detrás de ellos hay un asesor, un 51 Los estragos de la subcontratación economista, un sociólogo, un politólogo (quien sabe, un filosofo o un simple paniaguado) que le prepara los discursos… y las leyes. Pero también porque existen lo que antes se llamaba intereses de clase: porque se defienden determinadas posiciones políticas, porque no conviene ‘mojarse’ en un conflicto donde las grandes empresas siempre tienen algo que ofrecer. El tecnologismo que hoy prevalece, como un manto que cubre la realidad de que siempre hay opciones en el uso y la aplicación de cualquier tecnología , de cualquier forma de organizar la producción en una empresa, y la forma en que ésta distribuye sus procesos productivos, se llama hoy ‘globalización’, a secas. Olvidando que hay millones de personas en el mundo que defienden una globalización alternativa, que cuente con las gentes y los pueblos del mundo. Olvidando que hay en las ciencias sociales un cuerpo de conocimientos consolidado en la comunidad científica internacional que demuestra que toda innovación tecnológica, toda reorganización productiva tiene siempre un margen de maniobra, un campo abierto a la negociación y al diálogo social. Pero, para que funcione como cierre de cualquier posibilidad de negociación, de plantear alternativas, de anclar las transformaciones en la sociedad, de dar participación a los actores sociales, y en primer lugar a los sindicatos, tiene que parecer que se trata de un camino único. Este invento, esta falacia, de que las consecuencias sociales las impone la innovación tecnológica, y de que poco se puede hacer 52 Los estragos de la subcontratación contra ella, sino ponerle parches, paños calientes, o llorar amargamente los ‘estragos del progreso’, ha conocido en los últimos cuarenta años distintas versiones: desde la ‘automatización’ de los años sesenta, pasando por ‘la informática’ en los setenta, hasta las “nuevas tecnologías” que inundaron las bases de datos y los periódicos en los años ochenta, para renovarse luego recurriendo a invocar la ‘red de redes’, internet, y acabando ahora en la ‘globalización’. El discurso es siempre el mismo: olvidarse de las relaciones sociales, de las personas, de las que llaman, siempre, ‘consecuencias sociales’, como si todo se derivara de un deus ex machina, de algo inevitable, contra lo que nada puede hacerse. He dedicado, junto con mi equipo de investigación en la Universidad Complutense, más de veinte años a escribir y publicar libros y artículos que muestran que estos caminos cerrados que nos quieren imponer como pensamiento único, son, al contrario, caminos siempre abiertos, llenos de posibilidades. Hemos mostrado que se pueden negociar los cambios, y que existen países, regiones y empresas, donde lo que se suele llamar “buenas prácticas” existen. Que para que una empresa avance, se desarrolle y sea ‘competitiva’ no es necesario que lo haga destruyendo la vida social y laboral de una región, de una rama productiva, de unos trabajadores concretos. Y lo hemos hecho no sólo a partir de la investigación de campo, concreta y anclada en la realidad de nuestro país, sino teniendo en cuenta la mejor investigación internacional. 53 Los estragos de la subcontratación Por ello causa sonrojo, si no vergüenza intelectual y desprecio político, en el más noble sentido de la palabra, el seguir encontrando interpretaciones de la evolución de la sociedad, de las transformaciones del trabajo y de sus consecuencias sociales que huelen a la más rancia naftalina de la derecha científica y política. Y que son aireadas por los medios de comunicación como si de verdad revelada se tratara. No es este el lugar para una discusión detenida de esta ‘literatura’, lo que nos ocuparía demasiado espacio18. Pero vale la pena tomar un par de ejemplos muy difundidos para mostrar con claridad lo que decimos. Porque es muy importante, a la hora de poder interpretar como la organización del trabajo incide en los riesgos laborales. Porque, lo que se nos puede presentar como un sesudo estudio sociológico, un ‘ladrillo’ ilegible, puede no ser más que una posición política cuyo objetivo no declarado es, simplemente, cerrar el debate, impedir cualquier negociación: ya se sabe, “los datos son los datos”. Un artículo publicado en la página más destacada de ‘Opinión’ (y nunca mejor dicho…) de El País (29.9.00), mientras en Praga se libraban las ya tradicionales batallas entre la policía y los que llamaban ‘antiglobalización’, los movimientos alternativos a la vía única por 18 Al final de este libro, en el capítulo, “Para seguir leyendo”, encontrará el lector algunas indicaciones breves. 54 Los estragos de la subcontratación antonomasia de imponer su globalización, por Guillermo De la Dehesa puede servir como tantos otros. Lleva por título, prometedor, por cierto, “¿Quién gana y quién pierde con la globalización?”, y lo firma como “Presidente del Center for Economic Police (sic) Research”. Cualquiera creerá que nos encontramos ante un científico social, con autoridad por tanto para aclararnos si nos ha tocado la lotería en el sorteo de la globalización. Pero hay que recordar que el señor Dehesa, que fuera en tiempos alto responsable político, fue más recientemente Presidente de las Cámaras de Comercio de España. El texto es un compendio de insensateces, de las que el autor se cura en salud nada más comenzar: “trato aquí de lanzar unas ideas muy generales y necesariamente burdas”, dice. “Para ello me veo obligado a hacer una clasificación simplista (…) de las personas entre capitalistas, es decir, que viven predominantemente de las rentas del capital propio invertido, y trabajadores, es decir, que viven fundamentalmente de las remuneraciones que perciben por su trabajo”. A estos últimos los clasifica en ‘cualificados’ y ‘no cualificados’, “lo que no representa tampoco adecuadamente la realidad”. Con semejante burdo bagaje, más la clasificación de los países en ‘desarrollados’ y ‘en desarrollo’ se nos regalan algunas conclusiones que no valdrían, si no fuera por el medio en que se difunden, y por la aureola de presunto centro de investigación al que se adscriben, ni para una charla de café: “la gran mayoría de los trabajadores de los paises en 55 Los estragos de la subcontratación desarrollo saldrán beneficiados con la globalización”; “los trabajadores más cualificados de los países desarrollados también saldrán beneficiados”; pero, sobre todo “la primera conclusión es que sus principales ganadores son todos los consumidores del mundo”. Le falta el tradicional, “¡uníos¡”. De “apóstol de la globalización” califica a Dehesa el catedrático de economía Emilio Ontiveros al comentar su libro Globalización, desigualdad y pobreza en El País.Negocios (5.10.03). Y que, en realidad se trata de un libro ‘partidista’ lo refleja, con sutileza reprochándole ignorar al Premio Nobel Stiglizt y otros libros fundamentales: “el propósito evangelizador habría quedado mejor satisfecho si en lugar de esas más de 200 referencias bibliográficas que amparan su discurso hubiera seleccionado de forma equilibrada los principales alegatos de una y otra parte”. 5.1. La globaliz ación de los despidos. Un año después, el 28 de octubre de 2001, el mismo periódico, que ha venido recogiendo en sus páginas una auténtica lluvia de cierres de empresas, reorganización de sus cadenas productivas, y despidos masivos de trabajadores, que acabarán maltrabajando en lo mismo, pero en una subcontrata, hace un balance de “La globalización de los despidos”. Klaus Zwickel, presidente de IG Metall, hace un balance extraordinariamente lúcido y concreto, con la cumbre de Génova como telón de fondo: “después de diez años de globalización, cada vez hay 56 Los estragos de la subcontratación menos dudas acerca de sus resultados: el mundo se ha hecho cada vez más injusto. La brecha entre los que están arriba y los que están abajo, entre los países pobres y los países ricos, es cada vez mayor; el desempleo ha aumentado a escala mundial y disminuye la esperanza de que nuestros hijos hereden un mundo digno de ser vivido”. Hay estudios, como el realizado por ocho economistas, dirigidos por Juan Ramón Cuadrado y Angel Iglesias, Catedráticos de Economía aplicada, y publicado por la Fundación BBVA, Cambio sectorial desempleo en España (2003), que prevén una demanda hasta el año 2006 de puestos de trabajo de alta cualificación, con un despliegue muy importante del llamado ‘sector servicios’: entre 1 y 1,5 millones de puestos de trabajo. Todo ello muy en la línea del desarrollo de la llamada “sociedad de la información”, a cuyo despliegue ‘empírico’ sigue contribuyendo el gran sociólogo español Manuel Castells, a quien no le importa, para mantener su fama de ‘guru de las nuevas tecnologías’ el retorcer los datos con tal de cuestionar lo que para quien está a pié de obra en la investigación social son hechos patentes: “la afirmación de que las economías adelantadas experimentarían un incremento desproporcionado de los puestos de trabajo escasamente remunerados de los servicios” 19. Las perlas que se ‘cuelan’ en este texto reciente no tienen desperdicio, ni tampoco refrendo empírico, como pretenden los autores: “los datos contradicen el vaticinio de que la introducción de las TIC (Tenologías de la Información y la Comunicación) presionaría las 19 Yuko Aoyama y Manuel Castells, “Estudio empírico de la sociedad de la información”, 2002, p. 135. Veánse los comentarios y referencia completa en “Para continuar leyendo”, al final de este libro. 57 Los estragos de la subcontratación rentas familiares a la baja”; o “se desmentía así la idea corriente de que la sociedad de la información se caracteriza por una cantidad desproporcionada de empleos de bajo nivel en el sector servicios”, lo que en modo alguno demuestran sus datos. Y ello, afirman, aunque, “dentro de una misma sociedad los cometidos concretos y las aptitudes que se requieren para una determinada profesión varían con el paso del tiempo, a veces muy acusadamente, en virtud del cambio tecnológico y la reestructuración organizativa”. Y, también aunque “la ocupación en el sector servicios se considera inestable, insegura y más conducente a situaciones de empleo atípico, esto es, empleo a tiempo parcial o temporal”, pues “es verdad que el empleo atípico esta aumentando en muchas economías industrializadas adelantadas”. También “está claro [aunque luego los autores lo olviden] que las categorías profesionales se ven profundamente afectadas por las relaciones laborales en cada país”. Tanto afectan las relaciones laborales a los puestos concretos de trabajo, que, en España, según un estudio realizado por dos catedráticos de la Universidad Autónoma de Barcelona, Educación formal y demanda de cualificación de la mano de obra en España (2003), 2,2 millones de españoles trabajan en puestos de trabajo muy por debajo de sus conocimientos y estudios. La crónica periodística lo resume así: “Licenciados que trabajan de peón”. Y no se trata de una metáfora periodística: un caso tomado al azar entre miles es el de Isabel Rodrigal, Licenciada en Sociología, empleada en Alta Gestión, una Empresa de Trabajo Temporal. En menos de un año pasó por doce empleos distintos. Por supuesto, ninguno relacionado con 58 Los estragos de la subcontratación su calificación profesional de socióloga. “Sin contar los nueve contratos como auxiliar administrativa en la central de Alta Gestión, su ETT, el historial de Isabel es: un mes como ayudante de cajera en una tienda de Loewe; mes y medio como auxiliar en otra oficina de Loewe; un mes en una empresa que escaneaba documentos; dos días en un concesionario de coches; dos semanas en una empresa de plantas naturales; una semana en Ericcson, de telefonista y archivando facturas; tres días en una ETT, metiendo papeles en sobres; tres días en una correduría de seguros, enviando cartas a empresas” (El País, 9.5.99). ‘Alta gestión’, trabajo de servicios, y sociedad de la información: un riesgo laboral del que nadie será culpable, la depresión y la vida personal truncada. 5.2. La degradación del trabajo en los empleos de la ‘sociedad de la información’. Cuando Juan Villalonga accedió a la presidencia de Telefónica en 1996, Telefónica de España tenía unos 67.000 trabajadores. A partir de entonces, y en oleadas sucesivas, que comprendieron, además una reestructuración permanente, creación y remodelación de empresas, transformaciones y creación y recreación de filiales, la empresa comenzó a “perder” empleos. En julio de 1999 uno de los innumerables, luego, expedientes de regulación de empleo, será destacado en la prensa como “el expediente de la discordia”: mano dura con los trabajadores, que se verán obligados 59 Los estragos de la subcontratación a negociar el plan, y ventajas salariales para la cúpula directiva que, se asegura, se ha multiplicados por cuatro. Las previsiones de entonces eran de que, al final del año 2000, habría en Telefónica unos 40.000 trabajadores, 27.000 menos que cuando llegó al poder, como amigo del Presidente del Gobierno. Pero los “ajustes” y las reorganizaciones siguen aún hoy mismo: el último expediente de regulación de empleo pretende prescindir de otros 15.000 trabajadores. ¿Será que se ha automatizado tanto la telefonía que sobran los trabajadores?. Si miramos hacia atrás, a 1998, empezamos a entender las razones de ese “adelgazamiento”, como dicen los gurús de las Escuelas de Negocios. En diciembre de 1998 trabajaban en el servicio de información, entonces el 1003, unos 3.200 trabajadores. La empresa, o sea Villalonga, defendía que “en el año 2000, si no cambia la rentabilidad del servicio, se procederá a su externalización completa”, es decir a subcontratarlo. La alternativa era que esos 3.200 trabajadores se redujeran a 147 para diciembre de ese mismo año. Pero las medidas ya estaban tomadas, y Telefónica había creado años atrás, una filial, Estratel, que, dirigida por altos ‘funcionarios’ de Telefónica, estaba ya absorbiendo, según los sindicatos, en diciembre de 1998, entre el 30 y el 60% de las llamadas al 1003. 60 Los estragos de la subcontratación La diferencia: en Estratel abundaban los contratos a tiempo parcial y la precariedad; el convenio de Telefónica pasaba a mejor vida. Andrea Del Bono, en una tesis doctoral hoy publicada como libro, llevó a cabo un trabajo de investigación directa y sobre el terreno sobre las condiciones de empleo, sobre el tipo de trabajo, sobre las relaciones laborales en esta empresa pantalla de Telefónica de España. La ha publicado bajo el título Telefónica: la degradación del trabajo en la era de la información. Dirigí esa tesis y seguí muy de cerca, durante cuatro años, los estudios y las consecuencias de aquella “regulación” y de las condiciones de trabajo, de los riesgos laborales, consecuencia de esa transformación aparente, donde, en la práctica, lo que se hacía era simplemente acabar con unos puestos de trabajo regulados, con condiciones de trabajo y expectativas de carrera, para re-crearlos en otro contexto donde la precariedad se dobla con la falta de respeto por las pausas del trabajo en pantalla de ordenador, por ejemplo. Las contrataciones pueden ser de un día, o de unas horas. Y la organización del trabajo, utilizando instrumentos disciplinarios como el permanente control por ordenador, o la vigilancia directa, el ‘espoleo’ de las llamadas que han de atenderse, sin poder pararse mucho a comprender los problemas que se les plantean. Llevar a cabo un análisis que, simultáneamente, explique el ‘adelgazamiento’ de las grandes empresas, junto con el crecimiento de las subcontrataciones o empresas satélites a ellas vinculadas, es uno de los logros principales del libro de Andrea Del Bono. En él, Estratel, hoy 61 Los estragos de la subcontratación Atento, se analiza como una parte desgajada, funcional y necesaria para Telefónica. Una parte que no es otra cosa que el traslado de parte del trabajo a una empresa en que las condiciones de trabajo han perdido todas las buenas características que tenían cuando hacían lo mismo, pero dentro de la gran empresa. Los riesgos en el trabajo, acrecentados y exacerbados están ahora lejos de la empresa-madre, de la empresa que crea, con su reestructuración empresarial, una organización del trabajo propensa a la creación de nuevos riesgos, con, además, mucha menos capacidad de defensa e identificación de su origen por los trabajadores. Cuando el trabajo de la sociedad de la información se subcontrata, los trabajadores se convierten, según su propia expresión, en “contestadores automáticos”. Como lo han caracterizado investigadores del mismo fenómeno en el Reino Unido, lo que se ha conseguido es “colocar una cadena de montaje en la cabeza” de la gente. Crear un nuevo submundo del trabajo. La consecuencia es la degradación del trabajo, es el incremento del estrés, las depresiones, la agresividad entre compañeros, las ganas de encontrar “cualquier cosa” para salir de Estratel. Pero el ‘mercado obliga’ creando voluntarios forzosos, especialmente mujeres, que facilitan la altísima rotación que se da en estos puestos de trabajo. En 1999 Estratel se convierte en Atento Telecomunicaciones España, que se inserta en el Grupo Atento, también creado por 62 Los estragos de la subcontratación Telefónica, y compuesto por varias sociedades filiales en Europa, Latinoamérica, Asia y África. En el año 2002 tiene filiales en 13 países, con una plantilla total de 49.000 teleoperadores. En España dispone de una red de plataformas (17 centros) repartidas en 7 provincias (Barcelona, Bilbao, Madrid, Cáceres, La Coruña, Sevilla y Valencia) “más de 4000 puestos de atención que dan empleo a cerca de 9.000 personas”20. “Un call-center típico es una gran sala con cientos de puestos de trabajo equipados con un ordenador y un teléfono de manos libres” 21. En estos centros, excepción hecha de la atención telefónica cualificada (por ejemplo, mantenimiento de ordenadores), lo que nos encontramos es lo que podríamos llamar “nuevas formas de intensificación del trabajo”: descualificación, organización taylorizada (los ‘argumentarios’ escritos obligan a las teleoperadoras a seguir una secuencia que recuerda los viejos libros de Métodos y Tiempos, impidiéndoles salirse del guión marcado, o intentar resolver problemas que están atribuidos a una categoría superior e incluso a nadie); supervisión e incluso grabación de las conversaciones, primero aleatoriamente, luego todas; y si hay que poner un pretexto, se dice que se hace para estudiar la calidad, o para dar cursos de formación, o para que los “jefes” comprendan, oyéndolas, cuales son los verdaderos problemas de los clientes (¡); se caracterizan por una supervisión autoritaria, en condiciones degradadas y empobrecidas. 20 El entrecomillado está tomado de la página web www.atento.es. Un análisis actualizado de la situación general en España, actualmente, que comprende los principales ‘operadores’ del sector de telemarketing, en la investigación que ha realizado Andrea Del Bono, en nuestro equipo TRABIN, Call-centers: el trabajo de las teleoperadoras, 2003. 21 “Los ‘call-centers’ españoles crecen al ritmo del 30% en medio de la crisis económica”, El País.Ciberpaís, 11 de abril de 2002. 63 Los estragos de la subcontratación La calidad del servicio, que tanto se airea en la publicidad, se olvida por completo y lo que prima es la rentabilidad, el número de llamadas ‘atendidas’ (es un decir…). Juan Carlos Fouz, director de IZO System, empresa independiente especializada en el control de la calidad de centros de atención telefónica, afirma que “otra de las paradojas es que los salarios de los teleoperadores han sido muy malos hasta hace poco. Teníamos a 45.000 personas cabreadas atendiendo por teléfono a los clientes de las empresas”22. Quizá ahora entienda el lector el porqué de sus propios problemas con cualquiera de estos llamados centros de atención al cliente: no son suyos, son los problemas de la mayoría, consecuencia de lo que demasiado benevolentemente se sigue llamando ‘organización del trabajo’ por la empresa, organización que se paga en salud laboral, en estrés por los trabajadores, que han de soportar, sin medios para ponerle remedio, el aluvión de críticas que el ‘cliente’ quiere hacer llegar a la empresa. En lo que aquí nos concierne ahora, lo que tenemos es una degradación del trabajo, tanto en términos salariales y de garantía de empleo, como de riesgos laborales, que, para más inri no aparecerán nunca en las estadísticas del daño a la salud, ni del sufrimiento en el trabajo, como diría el maestro Alain Wisner: “el estrés está en el origen de la cuarta parte de las bajas laborales de más de dos semanas de todos 22 “El peligro latente de una telefonista malhumorada”, declaraciones recogidas por Daniel Castaño, en Ciberpaís, 11 de abril 2002. 64 Los estragos de la subcontratación los problemas de salud relacionados con el trabajo”, afirma Christina Roberts, directora de la Agencia Europea para la Salud y la Higiene en el Trabajo, con sede en Bilbao (El País, 26.1.03). Pero, además, esta forma de gestión, la subcontratación en cascada, puede tener consecuencias dramáticas cuando todo se subcontrata: la central que responde a la llamada de emergencia, y la trabajadora que trabaja bajo presión, pueden no conocer el territorio desde el que le llaman, y dispone sólo de una ayuda informática para localizarlo. El 28 de febrero de 2003, unos padres de la localidad de Aldea del Fresno, en la Comunidad de Madrid, pidieron ayuda urgente al teléfono de emergencias 112, para su hija de cinco años que se había atragantado cenando. La información se recibió con dificultad, dicen los responsables. La ambulancia fue enviada a la calle de Aldea del Fresno en la ciudad de Madrid. La niña murió en el Hospital 12 de Octubre, pues aunque pudo reanimarla otro equipo de emergencias que se hizo venir por la intervención de la policía local, de San Martín de Valdeiglesias, los daños cerebrales eran ya irreparables23. Los teleoperadores españoles, pese a todas las dificultades e imposiciones, han terminado por luchar por sus derechos, por organizarse sindicalmente–pese a las amenazas veladas o abiertas-, y han conseguido dos convenios colectivos, el segundo firmado en diciembre de 23 “Dos muertes en tres días negros del 061”, El Mundo, 8 de marzo de 2003. 65 Los estragos de la subcontratación 2001, lo que ha puesto límites y expectativas de mejora para los trabajadores. Pero la empresa ya ha viajado a donde esos mínimos logros no sean un obstáculo. Ahora Atento atiende a los clientes españoles desde un centro situado en Tánger, en Marruecos. Y pronto tendrá otro en Tetuán. A estos jóvenes marroquíes (650, en diciembre de 2002), se les cambia el nombre por uno español y se les da formación básica (por ejemplo: que sepan que Sabadell está en Barcelona, “porque sonaría raro si lo preguntan”). A ellos hay que recurrir, como recoge una crónica periodística, para “averiguar desde Sevilla un teléfono de Écija pasando por Tánger”. El sueldo de estos teleoperadores oscila alrededor de los 350 Euros brutos al mes, entre la mitad y un tercio de lo que cobran los teleoperadores de Atento en España. ¿Quién les va a hablar de sindicarse?24. 5.3. Oleada de regulaciones de empleo, subcontratación mundial. Así lo llama la prensa, repitiendo titulares, muchas veces a cinco columnas, a página entera, al menos desde hace cinco años. El País.Negocios de 6 de diciembre de 1998 decía en titulares: “Oleada de despidos en grandes empresas. Boeing, Siemens, Philips, Gillette, Alcatel, Volvo, Levis… recortan sus plantillas”. 24 Veánse las crónicas periodísticas en El País, 26 de julio de 2001; 29 de diciembre de 2002; y El País.Semanal, 17 de febrero de 2002. Y la información actualizada en www.atento.maroc: en febrero de 2002, Atento Marruecos “da trabajo a 1400 personas”. 66 Los estragos de la subcontratación En otras ocasiones, las noticias, destacadas, recogen puntualmente casos de grandes empresas que tienen gran repercusión internacional, y, casi siempre también en España. Hay muchas veces en que la “oleada de regulaciones de empleo” cubre, desgraciadamente tan sólo nuestro país, aunque pueda tratarse, nuevamente, de firmas internacionales, ya sean españolas o extranjeras. Toda la primera página de ‘Economía’ de El País de 13 de julio de este año 2003 recoge una larga lista de “Ajustes de plantilla en fase de tramitación”. Y, aunque no sea exhaustiva, basta para percibir el alcance que está teniendo esa ‘regulación’, paso primero para la subcontratación, ya sea en nuestro país o en algún nuevo “paraíso laboral”, donde los trabajadores puedan ser menos exigentes en materia de trabajo decente. Ajustes de plantilla en fase de tramitación Empresas Trabajadores afectados Plantilla Causa del ajuste de plantilla BV Baja voluntaria – P Prejubilaciones – ST Suspensión temporal – ERJ Expediente de Regulación de Jornada Telefónica Pérdida de cuota de mercado y competencia. Reduce el ajuste previsto para 983 trabajadores. Crisis en el sector de tecnología de la información. Desvío de la producción de Duomo de Getafe a Zaragoza. 15.000 40.600 750 3.050 2.000 4.000 Siemens 250 3.139 Siemens Controlmatic Valeo Planeta Toar Selecciones Americanas (1) 90 660 Compra por absorción. 402 62 24 450 560 72 Cierre de la planta de Abrera (Barcelona). Compra de CEAC. Suspensión de pagos. 48 160 Pérdidas en 2002. Tyco Microser 310 661 Wall Street Institute Puigneró 46 120 500 243 Auna Avanzit Traslado de producción de Madrid a Boecillo (Valladolid). Plan de reestructuración. Crisis en la empresa. 67 Los estragos de la subcontratación Ajustes de plantilla en fase de tramitación Empresas Trabajadores afectados Plantilla Causa del ajuste de plantilla BV Baja voluntaria – P Prejubilaciones – ST Suspensión temporal – ERJ Expediente de Regulación de Jornada Campesa Electrolux Sogecable Via Digital Agencia Efe Julia Tours 50 135 (2) 78 BV 250 BV 22 108 125 1.200 1.300 492 1.142 108 Iberdrola 3.168 P 9.308 RENFE BSCH BBVA SEAT 1.500 P 1.500 P (3) 1.200 P (3) 9.000 ST 31.109 22.662 30.061 14.000 Aceralia 6.000 ST 7.500 270 ERJ 270 Crisis del sector. 418 ST 500 Bajada en volumen de ventas. Curtidos Rodrigo Sancho Ford (planta de motores) Saint Gobain (VICASA) Textil-Lorca Trillo-Almaraz Frupo Repsol Paduana Coca-cola 80 113 168 380 BV 80 167 P Caída de las ventas. Caída de la dem anda. Fusión. Fusión. Despidos individuales. Suspensión de pagos. Cambio de producción de carbón a gas. Nuevas tecnologías. Reestructuración de la plantilla. Fusiones. Fusiones. Caída de la demanda. Desabastacemiento por huelga en subcontratas. Redistribución de la producción. Cierre de la empresa. Fusión de empresas y nuevas tecnologías. 32.600 130 700 Crisis en el sector. Apertura de nueva planta. 1. Antigua Belcor. 2. 135 trabajadores fijos más 80 temporales. 3. Previstas para este año. EXPEDIENTES DE REGULACIÓN DE EMPLEO (registrados en el M. de Trabajo) 1.800 1.744 1.750 1.700 1.650 1.600 1.590 1.550 1.500 2.002 2.003 Entre enero y abril 68 Fuente: El País. 13 de julio de 2.003 Los estragos de la subcontratación La trivialización de los titulares periodísticos (a los cuales se ha aficionado tanto en los últimos años el que antes fuera un excelente suplemento, El País.Negocios), ayuda a encubrir o edulcorar el alcance de lo que está sucediendo ante nuestros ojos. Y, desde luego, no aporta nada a la cada vez más necesaria regulación social y política de estas acciones. Cuando Tabacalera presente un ‘plan industrial’ (al menos no lo llaman, como tantos otros, ‘plan social’…) que afectaba a 1400 trabajadores en prejubilaciones, bajas incentivadas, etc., y a otros 300 ó 400 que tendrían que hacer frente a una movilidad no deseada el periódico titula “Tabacalera recurre a la cirugía” (El País.Negocios, 26.9.99). Si Daewoo, la marca coreana, se ‘reestructura’, lo que, obviamente repercutirá en las filiales españolas, tanto en automóvil como electrodomésticos (Demesa), otra vez El País.Negocios recurre a la metáfora que elide y elude el problema: “Daewoo mantiene su regimen de adelgazamiento”25. Así titula, precisamente dicho periódico “Una emigración rentable”, lo que luego subtitula: “las empresas españolas aumentan el traslado de su producción para abaratar los costes y elevar su productividad”. La crónica es de José María Tripier (25.5.03). 25 Sobre este importante asunto me extendí en mi libro A la búsqueda del trabajo perdido. Y no es una cuestión sin importancia cuando los despidos de trabajadores acaban apareciendo en los periódicos (y en los libros de gestión) como liberarse de la grasa sobrante, hacerse, las empresas con un ‘cuerpo danone’. 69 Los estragos de la subcontratación Y en ella se da cuenta de que, “el objetivo que se persigue [con la ‘emigración’] es, fundamentalmente, rentabilizar las inversiones a través de costes más baratos en la mano de obra, el suelo y los servicios, además de la obtención de atractivos beneficios fiscales, derivados de los incentivos que los países emergentes están introduciendo en sus legislaciones para atraer inversiones extranjeras”. Y, claro está, “los destinos más interesantes para instalar los nuevos centros de producción son los países de Europa del Este candidatos a la ampliación de la Unión Europea y el norte de África y, más concretamente, Marruecos, país en el que están instaladas ya cerca de 900 empresas españolas”. En ello están, en el sector textil-confección Zara, Mango o Pulligan. El 30% de la producción de este sector se hace fuera de España26. Tripier se refiere también al sector del calzado, sobre el que nos detendremos en el apartado 8.3, pero dedica una reflexión muy atinada en lo que concierne al sector del automóvil (al que dedicamos un capítulo más abajo, el 6). El traslado del 10% de la producción del SEAT-Ibiza de Martorell a Bratislava, en Eslovaquia, es comentado por un responsable de la Dirección General de Fondos Comunitarios del Ministerio de Hacienda así: “unos salarios entre cinco y ocho veces inferiores a los españoles, una mano de obra con formación técnica muy elevada, y unos incentivos 26 Sobre el textil-confección versa la investigación que en nuestro equipo TRABIN está llevando a cabo Obdulia Taboadella, “Del escaparate a la trastienda: mujeres y trabajo invisible en la confección gallega”, 2003. 70 Los estragos de la subcontratación fiscales mayores que los nuestros a las empresas que se instalen en sus territorios”. Esas son las razones fundamentales de la ‘emigración’. En algún caso, como las Zonas Económicas Especiales (ZEC) de Polonia, “las ayudas públicas pueden alcanzar hasta el 50% de la inversión, acompañadas de la exención fiscal en el impuesto sobre la renta para los beneficios obtenidos, durante 10 años”. Hay razones para las empresas. Pero lo que suena a hueco en los comentarios de nuestras autoridades políticas es la ignorancia de que todo cuanto se menciona como ‘ventajas’ esta ligado a la intervención pública, y se trata, por tanto, de un ‘mercado socialmente construido’. Algo que debiera hacerles reflexionar sobre la necesidad de pensar en nuestro propio marco socio-económico, en el contexto legal, en lo que, en última instancia, en ese o en otro campo es un resultado de las políticas que se lleven a cabo. No una tormenta de verano que llega sin que pueda evitarse. Porque, como veremos enseguida, este es un problema fundamental que plantea a España la ampliación de la Unión Europea. Un problema que ha dejado ya muchas huellas de empresas que ‘toman el dinero y corren’, faltando a los compromisos contraídos, olvidando liquidar las ayudas recibidas en nuestro país, creando la desolación en pueblos enteros: ahí están, en el sector automóvil Ólvega, Cervera, Martorell… 71 Los estragos de la subcontratación Pero, en cambio, lo que recuadra el articulista es que nuestro Ministerio de Economía ha declarado a los países de la ampliación ‘destino prioritario’, financiando con 110 millones de Euros las inversiones en Europa del Este… La ampliación de la Unión Europea, sin agenda social. La ampliación de la Unión Europea con diez nuevos miembros para el año 2004, a los que se añadirán dos más en 2007 creará, está creando ya, una situación ‘estructural’ más propicia a las deslocalizaciones y traslado de empresas españolas, a la búsqueda de salarios mucho menores que los españoles, y, además condiciones de ‘fomento’ propiciadas por políticas públicas que estimularán, que están estimulando, esa ‘emigración’ de empresas que hoy se extiende como mancha de aceite por muchos sectores productivos. Por supuesto, esta circunstancia no se se presentaría como se presenta si el desarrollo de la llamada ‘agenda social’ no estuviera durmiendo en el limbo de los justos: una política de aproximación y tendencia a la igualación de las retribuciones salariales, a igual trabajo igual salario. Una política de extensión y generalización al alza, y no a la baja, como muchos pretenden, de las conquistas europeas en el Estado del Bienestar. Una política de consolidación de las instituciones sociales y de los agentes sociales, potenciando, en lugar de ningunear la presencia sindical, etc. etc. 72 Los estragos de la subcontratación Mientras esto no se lleve a cabo, las buenas palabras de los responsables políticos no hacen sino poner en evidencia que la defensa de los derechos sociales ocupa un lugar de segundo orden, si es que ocupa alguno, en la agenda de las negociaciones permanentes que supone nuestra integración en la entidad ‘Europa’. “Los países de la ampliación accederán a la UE con salarios cinco veces más bajos”, titula El País (15.4.03). Lo que explica el interés de las multinacionales por esta especie de “tierra prometida” para sus inversiones. Que supondrá en tantos casos desinversiones en otros países, y desde luego en España. En efecto, tomando como referencia el salario mínimo en los países de la Unión, decir que existe una “diferencia abismal” no es una exageración. Bulgaria, con 56 Euros se sitúa en un extremo, al otro lado del cual está Luxemburgo con 1369 Euros: 24 veces más. Pero centrándonos en los países a los que, recientemente, se han producido traslados de empresas, especialmente en el sector del automóvil, como el de Lear, una empresa de cableados, cerrada en Cervera, Lérida, para llevarse más de 1000 puestos de trabajo a Polonia; o los de empresas ‘cabeza’, como los de VW-Navarra o SEAT-VW, que han trasladado una parte de su producción a Bratislava, Eslovaquia, que comentaremos en el apartado 6, el salario mínimo español de 526 Euros, mal puede ‘competir’ con los 201 Euros de Polonia, o los 212 de Hungría, o los 199 de la República Checa. 73 Los estragos de la subcontratación La SEAT trasladó ya en 2002 a Eslovaquia el 10% de la producción del modelo Ibiza. Y, por supuesto, como desarrollaré más abajo, las redes de subcontratación en torno a estas empresas hacen inevitable una ‘desinversión’ en cascada: en el caso de VW-Navarra, en 2001, los 5600 trabajadores en la empresa ‘cabeza’, se prolongaban en el territorio navarro en una red de más de 20.000 trabajadores en empresas satélites o ‘mano’. En Martorell esa “decisión empresarial” (así lo justificaba el entonces Ministro de Industria, Josep Piqué) se hara notar. Expertos sindicales y consultores del sector, estiman que se perderán, en el año 2003, unos 2000 puestos de trabajo. Y no sólo por el traslado de la producción de SEAT, y también de Nissan, sino porque los fabricantes de componentes también emprenderán el vuelo hacia esos mismos países de la Unión Europea, Polonia, Eslovaquia y la República Checa, en busca de menores costes salariales. El cierre de Valeo, Gates Vulcan, Lear, Stick-Perlita, Manfel Garraf… y los expedientes de regulación de empleo que afectan a 27 empresas auxiliares y de componentes, afectarán a 4000 trabajadores. El caso de Valeo, que traslada su producción al Magreb, buscando costes más bajos que los de su planta de cableados en Abrera (Barcelona), nos recuerda los ‘estragos’ personales, que van más allá e incluyen los riesgos laborales. El cierre supone el despido de 406 de sus 450 trabajadores. Estos, éstas, hay que corregir de inmediato, no pueden ser prejubiladas porque la media de edad es de 28 años. Y difícilmente serán recolocadas pues se trata de mujeres “con una preparación no 74 Los estragos de la subcontratación excesiva”. La empresa, según los sindicatos, se limitó a ofrecer “algunos puestos” en otras fábricas de Galicia, Zaragoza o Jaén27. Pero también habrá repercusiones en cadena más lejos, por ejemplo en la planta de VW en Pamplona. La empresa quiso despedir, en octubre de 2002, a 500 trabajadores de esta planta que, entonces, tenía ya sólo 5000 trabajadores. Y ello, se hacían eco los sindicatos, repercutiría en la pérdida de 1500 empleos más en la industria auxiliar del automóvil navarro, como confirmaba Juan Antonio Cabrero, secretario general de UGT (El País, 2.10.02). Finalmente , el Comité de Empresa aceptará la propuesta de la empresa de cerrar la fábrica cinco días, y 377 prejubilaciones de trabajadores. Una parte del problema se arregla, pero los 1500 empleos de las subcontratas se perderán de todos modos. “La conquista del Este” titula El País (13.10.02) la búsqueda de costes más bajos en los países de la ampliación. Haciéndose eco de un informe de la consultora Watson Wyatt, escribe Sebastián Tabarra desde Barcelona: “un operario checo gana 3.985 Euros al año (663.000 pesetas) por 12237 de sueldo medio (2,36 millones de pesetas) de un operario en España. En Bulgaria los sueldos son aún más bajos. Un empleado búlgaro gana 3.023 Euros al año (502.984 pesetas), y 396 Euros más si se incluyen los bonus o gratificaciones”. En un curso de verano de la Universidad Complutense de Madrid, celebrado el pasado verano, bajo el título “Consecuencias económicas y 27 “Valeo traslada su producción al Magreb. El grupo francés cierra su segunda planta catalana en medio año”, El País, 13 de junio de 2003. 75 Los estragos de la subcontratación sociales de la ampliación de la UE”, auspiciado por el Consejo Económico y Social, se afirmó que no existe, por parte del Ministerio de Trabajo, ningún estudio de la repercusión de la ampliación en el mercado de trabajo en España. Los responsables gubernamentales que participaron en el mismo, tanto de Trabajo, como de Economía, insistieron en que no se producirían traslados de empresas españolas. Aunque, cautamente, se destacaron “ciertos riesgos” para sectores “expuestos al desvío de inversiones y a la competencia de los nuevos países, como el textil y el de tecnología no intensiva, en especial los subsectores de componentes de automoción, electrónica y equipos de oficina” (Fernando Utrera, Secretario General de Comercio Exterior del Ministerio de Economía). Desde luego el Sr. Secretario General no parece recurrir a muchos informes. Y ni siquiera parece que lea los periódicos. Reorganización en Suecia en la telefonía móvil, despidos en España, empleos precarios allende los mares. Los riesgos laborales derivados de la reorganización de las grandes empresas, que concentran su poder financiero y corporativo, pero se desmigajan en una miriada de centros repartidos urbi et orbe, o sea en el mundo entero, buscando, como primera razón el abaratamiento de los costes del trabajo, son más que evidentes en nuestro propio entorno nacional. 76 Los estragos de la subcontratación Degradación de las relaciones laborales, malas condiciones de empleo, precariedad, accidentes, daños desgraciadamente, a la vista de todos. a la salud están, Pero quizá el riesgo laboral primero, el que daña las relaciones de vida, el que rompe la inserción misma en una comunidad de trabajo, destruyendo la trama económicoproductiva en que las gentes fundamentan su existencia, es la destrucción de puestos de trabajo, las ‘fábricas que vuelan’. Y esos vuelos, esa “emigración”, aparentemente, elimina todos los “riesgos laborales” tradicionales: si no hay trabajo, no hay accidentes. O, ‘muerto el perro, se acabó la rabia’ que dice el refrán. Pero esas brutales operaciones de cirugía, para seguir parafraseando la prosa periodística y empresarial, que amputa la vida de toda una región o de un pueblo, no sólo daña y trastoca la sociedad como un todo. Es un prerrequisito para que la población, amenazada y golpeada, se vuelva menos ‘exigente’ en sus demandas de condiciones de trabajo y empleo a la hora de buscar una nueva ocupación que le permita sobrevivir. Ese efecto de interiorización del despotismo organizativo, que tan inteligentemente describiera el investigador norteamericano Michael Burawoy, hace ya casi veinte años, se convierte en una causa primera, casi fundamental, de los posteriores riesgos en el trabajo: ¿Quién se atreverá a exigir lo que, en nuestro país, mandan leyes, reglamentos y convenios ante la posibilidad de verse nuevamente al aire frío y serrano del paro de larga duración?. 77 Los estragos de la subcontratación Por ello creemos de gran importancia el luchar por frenar, poner coto y normas sociales, negociadas, desde luego, pero obligatorias, a esas transformaciones que llegan como llovidas del cielo, o, mejor, surgidas del infierno, de lo que se justifica como “consecuencias inevitables de la globalización”. Un ejemplo llamativo, por lo que simboliza, tanto como portavoz, y nunca mejor dicho, de la modernidad tecnológica, como encarnación de lo inevitable, es la fabricación de teléfonos móviles. Flextronics es una empresa ‘multinacional’ (que también tiene, o tenía…) una pequeña sede en España. Se puede decir, como lo hace la crónica periodística, que es “el primer fabricante universal de móviles” 28. Sus parques industriales, es decir, donde se hace la producción, están allende los mares: en Brasil, México, China; y más cerca, en la Unión Europea, en Hungría y Polonia. Su éxito reside en que fabrican totalmente los móviles que grandes empresas del mundo entero les traspasan, después de cerrar sus propios centros productivos. Su éxito es la producción de series gigantescas: fabrican los móviles de Ericcson, Philips, Alcatel, Lucent, Nokia, HP, Motorola, Palm, Siemens… Eso sí, conservan la marca de cada una de ellas. Como dicen los responsables, “conservar la marca, desprenderse de la máquina”. Y 28 Ramón Muñoz: “Flextronics, el primer fabricante universal de móviles”, El País.Negocios, 15 de julio de 2001. 78 Los estragos de la subcontratación de los trabajadores, claro. Para julio de 2001, observa Ramón Muñoz, más de 300.000 trabajadores en total. Ni más ni menos. Y la razón fundamental es más que evidente: los salarios bajos y drásticamente más bajos que los países que hasta ahora fabricaban el producto, ya sea en Suecia, ya sea en España, o en cualquier otro país con ciertas normas de trabajo decente. Para nuestro argumento ahora, Ericcson y Alcatel subcontrataron toda la producción de móviles a Flextronics en 2001. Pasaron “de fabricantes de móviles a marcas registradas”, como lo resume Ramón Muñoz (El País, 11.8.02), poniendo a España como “un perfecto ejemplo de ese proceso de desmantelamiento industrial”. En la primavera del 2002, leemos en los periódicos: “Ericsson elimina 20000 empleos” 29. De ellos, la mitad, se eliminarán en la propia Suecia. En septiembre de 2002, Ericcson España anunció que llevará a cabo un nuevo ajuste de personal que afectará a 700 empleados, lo que representa casi un tercio de la plantilla tota l, que suma 2400 personas. Lo que afecta a la planta de producción de móviles de Zamudio (Vizcaya), 106 empleos últimos se negocian en junio de 2003, a los centros de I+D y de atención de GSM, ambos en Madrid, y a todo el departamento de comercial. Esto nos llega de Suecia. 29 El País, 23 de abril de 2002. 79 Los estragos de la subcontratación Desde Francia, Alcatel, además de los 10.000 despidos anunciados en junio de 2001, anuncia, también en septiembre de 2002, otros 9.000. Su ‘plan’ consiste en reducir, a finales de 2003, sus empleados a la mitad de los que eran a finales de 2000: pasar de 115.000 personas a 60.000. Para España, 1.300 empleos que se ‘perderán’, sobre 4.500, antes del fin de 2002. Y que reaparecerán en algún lugar del mundo, degradados. El sector de la moda: ‘empresas internet’, subcontratación mundial. La otra cara del enmascaramiento de las relaciones de trabajo, y de los riesgos laborales que conlleva, es el poner siempre por delante, como si la etiqueta de la ‘nueva tecnología’, eximiera de un análisis de los procesos de trabajo subyacentes a cualquier producción de bienes o servicios, las ‘autopistas de la información’. Clasificar a los trabajadores como trabajadores “enredados”, puede ser una buena estrategia argumental. Su único defecto es que hace olvidar que no hay tecnología que no pueda enmarcarse, en su utilización concreta, en diversas formas de organización y de relaciones sociales. Y que, igualmente, incorporar relaciones sociales en la propia configuración de los dispositivos técnicos y de las herramientas, sean éstas el hardware, los ‘trastos’ o máquinas, o el software, o los programas, las instrucciones, los condicionantes y las limitaciones (o 80 Los estragos de la subcontratación posibilidades) de uso, determina las condiciones del trabajo de los ‘ejecutantes’, las posibilidades de despliegue profesional, y, por supuesto, los riesgos laborales, físicos o psicológicos derivados del uso de esas tecnologías. Y aún hay más. En muchas ocasiones, y el sector del textil- confección es paradigmático, cuando se pone en primer plano la utilización (o su posibilidad) de sofisticadas tecnologías, especialmente las ligadas al uso de la informática y las redes), se oculta que éstas se aplican en una parte del proceso de producción, generalmente en el diseño, en la planificación, en la comercialización, en la gestión de ventas. Pero, mucho menos, por no decir nada, en los procesos de trabajo directo, que se realizan, aún hoy, en condiciones de subcontratación generalizada, que llega a empresas menores, cooperativas, los hogares, e incluso a los talleres de las cárceles, donde los reclusos han de recurrir a la Justicia para que se les de de alta en la Seguridad Social. Ese fue el caso de la cárcel de Ponent en Lérida, donde se hacían parasoles para una empresa aragonesa, cajas de madera para las bodegas de Raimat y componentes eléctricos para la empresa Lear Corporation, antes de que emprendiera el vuelo hacia Polonia (El País.Cataluña, 5.5.01). El asunto es bien conocido de los sindicatos que desde hace más de quince años han dedicado estudios, acción sindical, y preocupación por incorporar a todos esos eslabones perdidos del trabajo de confección que están entre el diseño y la venta. En incluir al trabajador colectivo, al cual el brillo fantasmagórico de la moda, de las nuevas tecnologías y de 81 Los estragos de la subcontratación los gigantescos beneficios empresariales, deja permanentemente en la sombra. De ellos es difícil conocer, muchas veces, no ya los riesgos laborales, es que no sabemos ni siquiera dónde están, quienes son. Pues cambian y mudan sin cesar, según convenga a la estrategia empresarial de ‘reducción de costes’. “Zara es una empresa Internet. Con un sistema enteramente basado en la comunicación electrónica, y procesado por Internet. Ha reducido a dos semanas el tiempo necesario para rediseñar un producto desde el momento en que se decide ponerlo en el mercado en cualquier parte del mundo”. Son palabras de Manuel Castells, recogidas por Ana Pantaleoni en El País.Ciberpaís, 26.7.01. Por supuesto, Zara “engloba todas las fases de la cadena: diseño, fabricación, distribución y venta al cliente”. Pero, en esta especie de ‘publirreportaje’ de 3 páginas, se destaca la gran cadena de producción de la fábrica de Arteixo, pero no se dice una palabra de la otra parte, la subcontratada. Un mes después, El País.Negocios (26.8.01) informa de que una ONG, SETEM, ha comprado acciones de Inditex, la empresa de la marca Zara, para averiguar dónde se produce la ropa, quien la fabrica. Lo hacen dentro de una campaña que llaman “ropa limpia”, “para controlar los procesos de producción textiles”, y bajo su lupa está Inditex, Mango, Cortefiel, Burberry’s y Adolfo Domínguez. Antonio Codina, director de SETEM, asegura que “en un trabajo de campo descubrimos en Tánger 300 talleres ilegales que trabajan para 82 Los estragos de la subcontratación empresas españolas”. Entonces Inditex informa de que “el 50% de las prendas se fabrican aquí (Arteixo), el 30% la confeccionan proveedores de varios países europeos [que debe incluir Portugal, por supuesto,JJC], y el 20% restante otros en una infinidad de lugares”. La empresa ha encargado una especie de auditoria social a todos los talleres que trabajan para la misma, según información de CCOO. Y se está haciendo “en los 400 ó 500 talleres en Galicia, Castilla y León y Portugal en los que unas 12000 personas cosen para Inditex”. Así, hoy en día, las empresas, en todos los sectores productivos, como ha descrito tan gráficamente Naomi Klein en su libro No logo. El poder de las marcas, tejen y destejen una red mundial, en la que la búsqueda del abaratamiento de los costes del trabajo, con ejemplos tan sangrantes en lo que a condiciones de empleo, trabajo y derechos sindicales ha recogido en ese libro, donde los salarios de un dólar (o un Euro) al día son abundantes, apoyándose en las facilidades que les aportan las nuevas redes de comunicación, pero también en la ‘complicidad’ de las autoridades políticas que o no crean o desmantelan cualquier posibilidad para los trabajadores de pedir un trabajo decente, y no tener que conformarse con un precario modo de subsistencia en el que diariamente arriesgan su salud y su vida. “Empresas con departamentos de marketing y ventas en Nueva York o Frankfurt [o Barcelona, Madrid, o A Coruña, JJC] y con centros de investigación y diseño en el Silicon Valley o Ginebra, [que] pueden continuamente mercadear para buscar los más baratos centros de fabricación en Irlanda o Brasil, o en Penang en China. Diseñadores de ropa de alta moda en Nueva York o Milán que 83 Los estragos de la subcontratación “alquilan” subcontratistas en los Estados Unidos o Italia, los que, a su vez, pueden escoger entre los s weatshops (empresas explotadoras) de China o de Chinatwon [es decir, entre el tercer mundo lejano, o el tercer mundo en casa propia, en los suburbios de San Francisco, Los Angeles o Nueva York… o Madrid, JJC]”30. 30 R. Baldoz, Ch. Koeber; Ph. Kraft: The critical study of work. Labor technology and the global production, Filadelfia, Temple University Press, 2001, pp. 9-10. Muy importante: ver las informaciones contenidas en la página www.setem.org; y www.ropalimpia.org. 84 Los estragos de la subcontratación 6. ¿NUEVAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO (NFOT), O, NUEVAS FORMAS DE INTENSIFICACIÓN DEL TRABAJO (NFIT)?. 6.1. Los mismos nombres, distintas realidades. Desde mediados de la década de 1970 se desarrollaron muchas experiencias de lo que entonces se llamó “nuevas formas de organización del trabajo”. Se trataba, fundamentalmente, de una respuesta empresarial, que fue ampliamente apoyada por las instituciones públicas, para contrarrestar la extrema división del trabajo a la que se había llegado en los centros de trabajo. El emblema contra el que iban dirigidas esas acciones era “el taylorismo”. Y las razones de fondo de ese movimiento real en defensa de la “calidad de vida en el trabajo”, el motor de la respuesta empresarial, estaba en la amplia movilización de trabajadoras y trabajadores, de sus sindicatos, contra lo que llamaban éstos la “división capitalista del trabajo”, sustituyendo, y poniendo radicalmente en cuestión la “divisón científica del trabajo”, predominante. Las grandes luchas obreras, tanto en Europa como Estados Unidos, fueron el motor de aquellas innovaciones, que tuvieron, también en España, sus emblemas. Una de las empresas más destacadas en ese ámbito, aunque, desde luego, no la única, fue FASA-RENAULT en Valladolid. Aquellas ‘nuevas formas’ fueron fundamentalmente, la rotación de tareas, la ampliación de tareas, el enriquecimiento del trabajo, y, la más innovadora, ‘el trabajo en grupo’, que rompía de raíz con el individualismo 85 Los estragos de la subcontratación y la fragmentación de la organización del trabajo basada en la fragmentación de las tareas, en la división entre concepción y ejecución, entre trabajo manual y trabajo mental. Aquellas experiencias, como se les llamó, dejaron ejemplos que aún hoy se muestran como hitos de la historia de la gestión del trabajo y de la organización de la producción, como los de Volvo en Kalmar, inaugurada en 1973; las “islas de producción” de la Olivetti de Ivrea, en Piamonte; la “producción asíncrona de motores”, en la FIAT de Turín, que unía la más sofisticada y compleja red de tecnologías informáticas e ingenieriles, con la abolición del trabajo individual en el montaje completo de un motor; etc. Pero, lo que frecuentemente se olvida, cuando hoy en día, sobre todo desde principios de los años noventa, con el despliegue de la estrategia organizativa que se ha dado en llamar ‘producción ligera’ (lean production, produzione snella, production maigre,…), es que las similitudes entre los ‘grupos de producción’ que forman parte de este tipo de organización, tiene como base, al contrario que en los años setenta y parte de los ochenta, la iniciativa empresarial. Que donde antes la introducción de una nueva organización iba, necesariamente unida, dado el origen muchas veces sindical, a una política de participación y convencimiento, de negociación, de puesta en común de objetivos; hoy se trata de una imposición, casi siempre, empresarial. Una decisión empresarial, casi nunca negociada, sino es en aspectos puramente instrumentales y cosméticos. Que se doblan con la 86 Los estragos de la subcontratación necesidad de obtener Certificados de Calidad, normas que tienen luego un refrendo oficial, y que, en la práctica, como han mostrado las investigaciones de Andrés Alas, Julio Fernández y Maxi Santos, en el tejido empresarial del Sur de Madrid, o Arturo Lahera, en su espléndida tesis doctoral sobre el sector de la máquina -herramienta en el País Vasco, acaban convirtiéndose, para los trabajadores, en un nueva y sofisticada versión de las instrucciones e imposiciones de los viejos manuales de ‘métodos y tiempos’. Las diferencias van mucho más lejos: donde entonces se hacían experiencias que luego se iban extendiendo gradualmente, ahora nos hallamos con reconversiones dictadas desde la dirección que incluyen a toda la fábrica (o lo que quede de ella si ha externalizado la producción). Y un buen ejemplo, seguido por nosotros a lo largo de dos décadas, es, precisamente la empresa FASA-RENAULT. Desde 1990 está empresa recomenzó su andadura en el terreno de la nueva organización, fundándose, desde luego en su ya larguísima experiencia en ‘NFOT’, desde 1973. Fueron entonces las “Unidades Elementales de Trabajo”, la constitución de grupos por módulos o unidades identificables, aplicada a toda la empresa la estrategia emprendida, que termina (provisionalmente: nunca se termina una reorganización del trabajo…) en 1995. Simultáneamente esta forma de organización nueva, con participación de los trabajadores ‘grupos de trabajo’, que no ‘trabajo en 87 Los estragos de la subcontratación grupos’, se aplicó en la empresa con una estrategia de introducción del ‘justo a tiempo’, que ya había sido ensayado con anterioridad. El balance de esta nueva etapa, que hemos analizado en profundidad como emergencia de nuevos modelos productivos (veáse el capítulo 10, “Para seguir leyendo…”) puede resumirse diciendo que, donde antes había 2.500 trabajadores, tres años después ya sólo quedaban 1.200. Y, sobre todo, que éstos últimos hacían ahora más motores que los anteriores 2.500. El trabajo se había intensificado gracias a la nueva organización. Se trabajaba el doble en la misma unidad de tiempo. No hace falta resaltar que los daños a la salud, a medio pla zo, pero también a corto plazo, eran previsibles. Por eso nos parece más conveniente llamar a esta organización de la producción “nuevas formas de intensificación del trabajo” (NFIT). Si a estas diferencias se suma el hecho de que los años setenta y ochenta conocieron, simultáneamente al desarrollo del trabajo en grupos, una gran capacidad de influencia e intervención en lo que se viene llamando desde entonces, “las condiciones de trabajo”, lo que hoy se engloba bajo el rótulo de la ergonomía, entonces e l panorama ya no tiene ninguna posibilidad de comparación. En efecto, los sindicatos toman la iniciativa en esa área que los italianos 88 llamaron “el ambiente de trabajo”, produciéndose una Los estragos de la subcontratación innumerable cantidad de intervenciones, libros, manuales y estudios que acabaron pasando a ser patrimonio común no sólo de los trabajadores, sino que se plasmaron en la creación de instituciones nacionales y supranacionales. Quizá el ejemplo más emblemático sea, aún hoy, la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo, la primera Agencia de la hoy Unión Europea, junto con el CEDEFOP, para la formación profesional, que nace en 1975. Las aportaciones de estas instituciones, al igual que las publicaciones de los sindicatos, son, desde luego un cuerpo de referencia al que hay que recurrir para luchar, con conocimiento, por la prevención de riesgos laborales, con especial interés para el objeto de este libro, la organización del trabajo y su repercusión sobre esos riesgos, y más ampliamente sobre la salud y la vida de los trabajadores, tanto dentro como fuera de los centros de trabajo 31. [Encarte 6.1.: “La revolución comienza en Ólvega. La estrategia de las multinacionales”, El Pais, 9 de julio de 2001] Ustedes como yo, queridos lectores, se habrán visto sorprendidos estas últimas semanas, seguramente, por una revolución... publicitaria por supuesto. La revolución aparece en las vallas publicitarias o en los anuncios televisivos para promocionar un automóvil de la empresa (aparentemente) sueca Volvo. "ReVOLvolution", la revolución de Volvo. Una vez más los vendedores de coches nos revolucionan, sin que lleguemos a poder, plenamente, gozar ese placer tan raro y exquisito. Porque es tan virtual esa revolución como lo son 31 Veáse la página web de la Fundación: www.eurofound.ie/. 89 Los estragos de la subcontratación hoy ya los puestos de trabajo que han 'volado' en Ólvega, en la provincia de Soria, soplados por la poco edificante actuación de la empresa Delphi Packard España, que no ha respetado ni pactos, ni acuerdos, ni compromisos en su espantada, consumada hace dos semanas. La revolución, conservadora desde luego, comienza en Ólvega porque la empresa Delphi fabricaba en ese emplazamiento, precisamente el cableado de un único modelo de la empresa Volvo. Allí trabajaban más de quinientas personas, muchas de ellas mujeres, en unas instalaciones que le habían salido a la empresa 'baratas' pues se pagaron con financiaciones locales de muy distinto tipo: algo más de mil millones se dijo en la sesión de 4 de abril del Senado, hasta donde llegó el caso. Más otros mil millones de pesetas en ayudas públicas. La subcontratación generalizada en las organizaciones productivas actuales tiene, entre otros muchos efectos, una función de pantalla, de oscurecimiento de las relaciones sociales y de las tramas que teje una división del trabajo entre empresas, regiones o países. Una de ellas es, precisamente, la externalización de las peores fases de la fabricación de un coche, ese es nuestro caso, trasladando así malas condiciones de empleo y trabajo a zonas invisibles, lejanas de los idílicos parajes suecos donde se hace la "revolvolution". Y si quien 'da la cara' (o da en la cara), quien rompe los platos, es Delphi, mejor aún. Volvo no verá mermada su imagen celestial por el descenso a la tierra soriana de Ólvega. Ni por la inclusión de las cableadoras entre sus trabajadoras. Ni mucho menos por tener que incluir en su revolución el purgatorio de los próximos 'trasladados', desenraizados, dentro de España, con peores condiciones de trabajo en cada deslocalización, hasta llegar a la próxima meca: el sistema nervioso del coche se hará en Marruecos. Así continúa la ficción del fin del trabajo, y nuestros sociólogos de despacho (ahora electrónico) continuarán ganándose la vida creando sofisticadas 'explicaciones' que acaban siendo la coartada que justifica que la vida de miles de personas sea ignorada, para que su trabajo desaparezca de la vista, como la basura que se esconde bajo la alfombra. Pura escenografía. He ido a Ólvega, he hablado con las trabajadoras, me he documentado sobre la empresa, los procesos de fabricación y la forma de gestión de la fuerza de trabajo. Mi trabajo profesional de sociólogo me ha llevado hasta allí. 90 Los estragos de la subcontratación Pero es mi conciencia ciudadana la que me ha movido a escribir este artículo. Para hacer saber que frente a actuaciones empresariales del tipo 'toma el dinero y corre', que dejan asolado un territorio ("allá se las areglen"), he encontrado, en las entrevistas con trabajadoras, en circunstancias durísimas para ellas, una capacidad de lucha y de esperanza, de cambio y de mejora, una integridad en la defensa de su dignidad como personas. Cableadoras de Ólvega, de Sangüesa, de Belchite, en peores condiciones de empleo y trabajo, aún, de Sos del Rey Católico, de los distintos pueblos que en las cercanías trabajan en 'cooperativas', e incluso en sus casas. En condiciones tales que se puede bien afirmar que tenemos el tercer o el cuarto mundo en casa. Pero, eso sí, oculto a nuestros ojos, que son bombardeados por imágines televisivas de 'barbies' que se desnudan en el coche o revoluciones de pacotilla. Debo decir que me he sentido abochornado, como sociólogo y como ciudadano, del desarrollo del proceso: pactos colectivos que son violados como el acuerdo marco de 17 de julio de 2000; autoridades públicas que razonan, en sede parlamentaria, como si fueran consejeros delegados de la empresa 'pantalla' de Volvo, Delphi; maniobras dilatorias y mentiras declaradas y probadas; propuestas escapistas de sustituir con viento la degradación del tejido productivo por parte de autoridades públicas; "jugadas", como las califica en un editorial Heraldo de Soria, propias del encarnizamiento: "Delphi-escribe el periódico- quiere rematar su salida de Ólvega con una jugada que dejaría sin poder cobrar el paro a los trabajadores que decidieran no aceptar el puesto de trabajo en Tarazona". La amarga conclusión es que "vienen con todos los parabienes y se van sin mirar atrás'. Esta es la revolución que empieza en Ólvega. Una revolución conservadora, por supuesto. A la que sólo se puede poner coto, pues hoy son ellos y mañana nosotros, con una decidida actuación pública que imponga una reglas del juego donde no puedan tener lugar estos desafueros. A los ciudadanos nos toca exigir una actuación así a quienes nos gobiernan. Madrid, 13 de junio de 2001 Juan José Castillo, Catedrático de Sociología en la Universidad Complutense, es miembro del Comité Internacional de Dirección de la red de estudios sobre el automóvil y sus asalariados, GERPISA. 91 Los estragos de la subcontratación 6.2. ‘Producción ligera’ y justo a tiempo: una cadena intensificada y descualificada de trabajo disperso en el territorio. Los medios de comunicación difunden con insistencia ideas y conceptos, en relación con el mundo del trabajo, en las que se nos dice que estamos en la ‘sociedad de la información’ o ‘del conocimiento’; que la formación y cualificación de la fuerza de trabajo es imprescindible para ‘competir globalmente’; que la participación de los trabajadores en las que, dicen, son ‘nuevas formas de organización del trabajo’, debería ser imprescindible; que nos encaminamos hacia una sociedad sin trabajo. Tanto se insiste en ello que los ciudadanos de a pie, los trabajadores, pero también, a veces, los expertos e investigadores, parecen acabar por creérselo. Sin embargo, lo que se ve desde abajo, lo que vivimos (y sufrimos) parece no tener nada que ver con ese mundo ideal. Lo que vemos a nuestro alrededor es que crece el número de parados o malocupados. Lo que vemos es que cada día, cada año en las estadísticas, aumenta el número, absoluto y relativo, de los accidentes del trabajo. Lo que vemos es que aumenta el trabajo por turnos, desarticulando la vida laboral y familiar, al igual que lo hace la llamada ‘descolectivización’ de las vacaciones o el trabajo en sábado o domingo. Lo que viven las gentes nada tiene que ver con las fantasías futuristas del fin del trabajo, sino con una transformación y empeoramiento del trabajo, tanto en sus condiciones de empleo como en su contenido. verdaderos trabajos se hubieran hecho invisibles. 92 Parece como si los Los estragos de la subcontratación Dentro de un amplio programa de investigación internacional estamos llevando a cabo distintos estudios de caso que pretenden, precisamente, hacer visible el trabajo de todos los trabajadores que producen la riqueza de una nación o de una región. En Navarra, a lo largo del año 2001, hemos intentado reconstruir el proceso de trabajo que confluye en VW-Navarra. Esto es, identificar la subcontratación en cascada que hace que se estime que son unos 20000 trabajadores y trabajadoras navarros lo que están implicados en el ‘Sistema Polo’, es decir, que trabajan para las empresas que hacen piezas, subconjuntos, o trabajo, simplemente, para VW, tramados y organizados por un sistema de entregas ‘justo a tiempo’. A partir de una minuciosa reconstrucción de esa red hemos estudiado, hablando directamente con los trabajadores, las condiciones de trabajo y empleo, así como la organización del trabajo. A través de este análisis mostramos un mundo real del trabajo muy distinto, por no decir contrapuesto, al que ofrece la literatura de divulgación o la ‘literatura de aeropuerto’. Con condiciones de empleo degradadas, con puestos de trabajo intensificados, con vidas personales sometidas al ritmo que impone una pretendida competencia “global”. Condiciones que pretenden presentarse como inevitables, pero que no explican por qué pueden hacerse coches competitivos con altos salarios, con buenos horarios de trabajo, con una organización productiva 93 Los estragos de la subcontratación respetuosa con la vida y el entorno, en Alemania; y lo mismo no parece posible en Navarra, si no es recurriendo a la competencia basada en salarios bajos y en puestos descualificados de trabajo. Porque, siguiendo la cadena de montaje, que se traslada de VWNavarra a sus proveedores, descubrimos salarios y condiciones de trabajo que indican claramente que la vía de desarrollo económico y social de esta región no se está basando en competitividad tecnológica, altas cualificaciones y profesionalidad, participación de los trabajadores y salarios altos, considerando el sistema como un todo y no sólo VW y las empresas de su inmediato entorno. Lo que descubrimos es que la senda por la que se encamina Navarra es la vía baja de la intensificación y fragmentación del trabajo, de los bajos salarios. Una vía precaria que pone a Navarra continuamente ante la amenaza del traslado de fragmentos productivos, de empresas, porque siempre habrá algún lugar, sea en Europa o en África, donde esa vía baja sea aún más baja que aquí: menores salarios, menores ‘exigencias’ de los trabajadores, más libertad empresarial. El caso de Borgers, en Pamplona, desmantelada en un fin de semana de septiembre de 2001, es emblemático: los trabajadores se encontraron un lunes con que la empresa había ‘vaciado’ la fábrica. Así, sin más. Hemos escrito un libro, al que acompaña una base de datos documental y gráfica, en el que se recogen los resultados de nuestro trabajo. Allí Nuestro enfoque ha privilegiado el estudio del conjunto de 94 Los estragos de la subcontratación empresas y trabajadores y trabajadoras, el ‘obrero colectivo’ que contribuyen a la fabricación del coche modelo ‘Polo’. Hemos analizado las transformaciones productivas y los cambios en el trabajo, hasta llegar a los puntos más lejanos de esta forma de producir en red. De ello son buen ejemplo las cableadoras de Sangüesa, las obreras de Sercab, que, a su vez, subcontrata a Mondecab en Aragón, o a una miríada de bajeras e incluso domicilios, que hemos denominado ‘la cuenca del cableado’. Algunas líneas de interpretación que se deducen de nuestro estudio son de gran interés para discutir del futuro del desarrollo económico y social de Navarra. Por ejemplo, llegamos a la conclusión de que la organización en ‘justo a tiempo’, extendida en el territorio navarro, se asemeja mucho a una cadena de montaje descentralizada. Y con ello, los trabajos que encontramos son trabajos descualificados, repetitivos, donde las perspectivas de futuro son limitadas. Lo que se requiere de “los obreros del Polo” no son altas cualificaciones, sino una disponibilidad de tiempo, una completa disposición para entrar o salir del sistema productivo, según los requerimientos de la producción. Lo que se requiere es, sobre todo, un trabajo cada vez más intenso. No se están generando puestos de trabajo, y tampoco empresas, que protagonicen la que se ha llamado ‘vía alta del desarrollo económico’. Presionados los actores sociales e institucionales por la permanente amenaza de la deslocalización productiva, por el traslado de producciones, de fragmentos del proceso productivo, a otros lugares, ya 95 Los estragos de la subcontratación sea en España, ya en África, como ha sido el caso del cableado, se fomenta una vía baja del desarrollo económico y social basada en la precariedad contractual, en la degradación de los buenos trabajos. Frente a esta situación, es evidente para todos los navarros, que es imprescindible una construcción social de la economía, como decimos los sociólogos, que permita un marco de relaciones sociales y laborales, que pongan en primer lugar el buen trabajo y la vida. Construcción social quiere decir acuerdos, negociaciones, pactos, mínimos a respetar. Para todos es evidente que es imprescindible poner los medios, por difícil que esa tarea se presente, para que el modelo de desarrollo de Navarra, en un marco europeo y mundial globalizado, no deje de estar anclado en lo local, en las personas. Sólo a partir de ese marco será posible construir un futuro estratégico en el que uno de sus ejes principales sea el conseguir mayor riqueza distribuida para todos. Mayor felicidad para todos: ese era, para los clásicos de la economía su objetivo fundamental. 96 Los estragos de la subcontratación 6.3. La empresa Lear Corporation en Cervera (Lérida): toma el dinero y corre. Las obreras de Lear, en Cervera, Lleida, estuvieron, en febero de 2002, en las primeras páginas de los periódicos, por lo menos en los catalanes…32. Una empresa de cableados para el automóvil con aparente arraigo en el tejido social, que ha disfrutado de diversas ayudas institucionales para su instalación, y que daba ocupación a 1.200 personas, la mayoría de ellas mujeres, con los salarios más bajos del sector del metal en España, cierra abruptamente sus puertas para trasladar su producción a Polonia, donde, al parecer, los salarios son aún más bajos que en este rincón de Lleida. Cervera, con ocho mil habitantes, y las comarcas colindantes, se ven así abocadas a una situación que se ha caracterizado como ‘desastre social’. Lo peor de las muy distintas opiniones publicadas en la prensa, es el hecho de que el gobierno regional catalán, da por inevitable el traslado: ‘no se puede hacer nada frente al poder de una multinacional’. Por cierto, a los 1.200 puestos de trabajo que desaparecen hay que añadir la subcontratación en cascada de esta empresa, Lear, que lleva los despidos hasta la cárcel: 102 presos, que trabajaban para Lear se irán también al paro. Lo de ir, es una metáfora, claro. 32 Hemos recabado una documentación que supera las cuarenta referencias de artículos, informaciones, artículos de opinión, que literalmente inundaron la edición catalana de El País, sobre este asunto. En cambio, en la prensa de alcance nacional, la repercusión de este desmantelamiento tuvo muy poca repercusión. 97 Los estragos de la subcontratación Estos hechos, que recuerdan con demasiada similitud, la ‘fuga’ de Delphi Unicables de Pamplona, y el desmantelamiento posterior de la fábrica de cableado de Ólvega, en Soria, o las condiciones impuestas en la subcontratación del cableado del motor del Polo a Sercab en Sangüesa, a través de un nuevo intermediario, Bordnetze. Una curiosa coincidencia en los dos casos mencionados, Ólvega y Cervera: los cableados de ambas empresas iban destinados a la empresa Volvo. Pero, en ninguno de ambos casos, la discusión pública menciona a esta empresa: tan sólo se dirigen críticas y demandas a las empresas pantalla, Delphi y Lear respectivamente. Una manera de oscurecer las redes productivas en las cuales están inmersas dichas empresas. Los estragos sociales de la ‘huida’ de Lear permanecen aún en este pueblo. Y vienen de lejos. Lear compró la empresa en 1999 y la fue descapitalizando poco a poco: cerró primero una nave, luego otra, luego una tercera, deshaciéndose de un millar de trabajadores, antes de llegar al cierre total, el que tuvo lugar en febrero de 2002, cuando la empresa traslada, como dijimos, la producción a Polonia. Angels Piñol y Lluis Visa contaban desde Cervera, el 17 de febrero de 2002 (El País, 17.2.02), que los trabajadores se habían enterado por la radio, aún en el tajo, del cierre de la fábrica. Y añadían: “queda ahora lo peor: la sensación de estafa al ver como Lear ha bajado los sueldos a 601 euros (100.000 pesetas al mes) a base de reducir las primas por 98 Los estragos de la subcontratación producción al aumentar el mínimo de piezas exigibles hasta cuotas casi inalcanzables”. Josep Ramoneda reflexionaba así en un espléndido artículo publicado en El País.Cataluña, “La claudicación”, (12.2.02): “Porque de lo que acaba de ocurrir en Cervera algunas cosas quedan claras: que ni siquiera la Europa avanzada está a salvo de los ángeles exterminadores de la globalización; que hay un desequilibrio enorme entre los protagonistas –empresa, trabajadores y entorno-, porque unos tienen todos los beneficios y los otros sólo obligaciones; y que las instituciones políticas –la Generalitat, el Gobierno español- se declaran impotentes para defender equilibradamente los intereses de unos y otros. Una impotencia que muchas veces parece directamente complicidad. (…) Las autoridades dieron todo tipo de facilidades a Lear para que se instalara. Terrenos a precio de saldo, infraestructuras, subvenciones, Lear arrambló con todo(…). Los gobernantes deberían ser capaces de ponerse de acuerdo para exigir unas condiciones y contrapartidas que impidieran que una empresa coja todo lo que le ofrecen y se largue cuando le de la gana(…) Porque sí pueden hacer más de lo que dicen: condicionando las ayudas, vigilando los salarios y buscando inversiones de calidad que hagan subir el nivel en vez de bajarlo(…)Ante tanta claudicación, habrá que empezar a preguntar para qué sirven los gobiernos”. 99 100 Los estragos de la subcontratación 7. ¿QUÉ HACER?. EL GOBIERNO NO RESPONDE. “El ‘dolor país’ se mide también por una ecuación: la relación entre la cuota diaria de sufrimiento que se redemanda a sus habitantes y la insensibilidad profunda de quienes son responsables de buscar una salida menos cruenta”. Silvia Bleichmar, Dolor país, Buenos Aires, Libros El Zorzal, 2002, p. 29. La política es el arte de lo posible, sí. Pero mediada por los intereses de clase, y a veces también por la incompetencia, la ignorancia y la más elemental visión de futuro. Mediada por la insensibilidad ante la realidad del dolor humano, pero también por la incapacidad de defender, como colectivo lo que podemos llamar “intereses nacionales”, esto es el bien de la mayoría, a corto y a medio plazo. Nada hay que pueda propiciar mejor las “buenas prácticas”, las “reestructuraciones con cabeza”, como las define un periodista, que, como hemos venido mostrando, sensu contrario, es decir, mostrando las reestructuraciones que están incrementando no sólo los riesgos, sino los daños a la salud, que crear las condiciones sociales, legales, económicas, de capacidad de actuación de los actores sociales, que den por hecho un marco que debe respetarse. Unas condiciones sociales que impidan lo que hoy es moneda corriente en nuestro país: el tratar a los trabajadores y trabajadoras como un recurso de libre disposición del empresario, sea éste tal empresario, como aquél idealizado por Schumpeter, con una ‘visión’ de su papel en la 101 Los estragos de la subcontratación sociedad, o sea éste el tan frecuente ‘aficionado’ que produce destruyendo recursos, ya sean humanos o ‘naturales’. ‘Aficionados’ que no respetan la legislación vigente en prevención de riesgos, que ahorran en protección a los trabajadores, a los que “les sale más barato” emplear emigrantes sin capacidad de defenderse de jornadas de trabajo agotadoras. ‘Aficionados’ que siempre encuentran algún chanchullo por medio del cual no cumplir con una licencia de obras. O ‘profesionales’ en el escaqueo sistemático de sus obligaciones como empleadores no dando de alta en la Seguridad Social a ‘sus’ obreros; en conseguir un andamio no homologado, en inventarse empresas ficticias con las que evadir sus responsabilidades… Y de esos hay demasiados para tomarlos como anécdota. Y no son sólo los ‘pistoleros’ de la construcción. En la última semana de agosto de 2003 un inmigrante indocumentado murió en accidente en las obras para instalar la grada de la pista de tenis donde se celebraría la semifinal de la Copa Davis en Málaga, entre España y Argentina. “La Federación de Tenis dio por buena la explicación de la contratista de las obras que sostuvo que el inmigrante fallecido se coló en el recinto y se encaramó a la grada por motivos desconocidos. La Inspección de Trabajo mantiene ahora que el obrero muerto era un trabajador contratado de forma ilegal, lo que obligó ayer a la Federación a emitir una nota en la que aclara ‘que se limitó a comunicar la versión de la constructora’”33. En mi pueblo le llaman a esto ‘escurrir el bulto’. 33 El País.Andalucía, 28 de agosto de 2003, “Versiones rocambolescas”. 102 Los estragos de la subcontratación Y aún hay versiones más “rocambolescas” de estos profesionales de la explotación y la cara dura: “En Villaverde del Río, la empresa Mármoles Caballero adujo el lunes [cuatro días antes], para explicar la muerte de un joven de 15 años, aplastado por una máquina que conducía, que el menor había robado la carretilla y le había hecho un puente para arrancarla”. El Partido Popular ha venido rechazando sistemáticamente, durante los últimos cuatro años distintas propuestas de legislar aspectos fundamentales de ese marco social que habría permitido que las condiciones en que se ejerce el trabajo en nuestro país, no hubieran propiciado la verdadera sangría de muertes, discapacidades, incapacidades, dolor y daños a la salud a la que asistimos en nuestro país. Ya rechazó, en el Congreso de los Diputados, el 21 de noviembre de 2000, la proposición de ley de iniciativa popular reguladora de la subcontratación en la construcción, promovida por Comisiones Obreras, con el apoyo de UGT, con más de 600.000 firmas de ciudadanos. Según recogió El País (22.11.2000), "la diputada del PP, Reyes Montseny, actuando como portavoz de ese partido, aseguró que no podía secundar la propuesta porque 'las normas reguladoras de contenido 103 Los estragos de la subcontratación intervencionista' van en contra de lo que defiende su grupo porque perjudican la economía de libre mercado"34. “’Políticas favorables al mercado’, ¿a costa de quién?”, se pregunta el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz. “Los principios que hasta aquí he expuesto no se pueden calificar de radicales, aunque desde el punto de vista del fundamentalismo del mercado que prevalece en ciertos círculos quizá lo parezcan”, añade, tras una argumentación ejemplar35. En junio de 2001, una proposición no de ley, presentada por el Grupo Mixto y por Izquierda Unida, que recogía la propuesta de iniciativa popular rechazada en noviembre del año anterior, fue recibida con la ausencia de la mayoría de los diputados del PP. Joan Saura dijo a los pocos que quedaban: “¿Cuá nta gente más tiene que morir para que ustedes, señores del Partido Popular, decidan tomar alguna medida para frenar la siniestralidad en la construcción?”. Sólo los Populares defendieron el voto en contra (El País, 13.6.01). En noviembre de ese mismo año 2001(El País, 21.11.01), la misma portavoz justificó el rechazo de las medidas urgentes para combatir la siniestralidad laboral, propuestas por Izquierda Unida, respaldada por el PSOE y por los partidos minoritarios de izquierda, “con el doble argumento de que el Gobierno ya toma medidas [¿¡], y que la mayoría de los accidentes de trabajo son leves”. 34 La propuesta fue amplísimamente difundida. Sociología del Trabajo, la publicó integra, precedida de un estudio de la situación de la accidentalidad y la organización de la producción de Justin Byrne, en su número 40, 2000. 35 En “Empleo, justicia social y bienestar de la sociedad”, 2002, pp. 14 y 23. 104 Los estragos de la subcontratación La señora Montseny no lee mucho, por lo que se ve. Para entonces ya estaba en circulación el Informe Durán, al que, le reprochó el diputado del PSOE Luis González Vigil, poco caso le ha hecho el Gobierno: “el Gobierno no ha puesto en marcha ninguna iniciativa de las propuestas en ese informe”. Y que, en todo caso “ya hay informes más que de sobra” para “tomar medidas para atajar esta lacra”. En febrero de 2002, la Unión General de Trabajadores presentó en el Congreso otra Iniciativa Legislativa Popular para mejorar la calidad del empleo, en la que se contemplaban una serie de medidas para reducir la temporalidad y la precariedad, y reducir la jornada de trabajo, con el fin de atacar las causas de la alta siniestralidad. Cuando se discutió la propuesta, en noviembre de 2002, la Iniciativa había llegado al Congreso avalada por 800.000 firmas de ciudadanos, y fue apoyada por todos los grupos parlamentarios, menos el PP, claro, que, con su mayoría absoluta impidió que ni siquiera fuera admitida a trámite. Entretanto, en ese mismo año 2002, el asunto de la siniestralidad siguió presente en sede parlamentaria. El 11 de septiembre el Presidente del Gobierno, anunció que iba a ofrecer a trabajadores y empresarios tres ‘planes’ contra la siniestralidad laboral: más inspección en la construcción; más actuación en los sectores en que se concentra la mayor parte de los accidentes; y una reforma de la normativa de Prevención de Riesgos Laborales. 105 Los estragos de la subcontratación Y, de paso, leyó unos datos: todo había mejorado respecto a 2001. Salvo los accidentes mortales que –dijo- “han evolucionado de forma negativa”, pero son sólo [¡¡]”el 1,5% del total”: 1.104 personas según la estadística oficial36. El Consejo de Ministros del 3 de enero de 2003 aprobó, finalmente, una serie de medidas legales, negociadas con sindicatos y empresarios, para endurecer las sanciones a las empresas que no cumplan con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, un sistema de premio-castigo en las cotizaciones ligado a las mayores o menores tasas de accidentes, reforzamiento de la Inspección de Trabajo, modernización de las Mutuas, y un mejor sistema de información sobre los accidentes. Cambios legales que informó en julio de 2003 el Consejo Económico y Social. El PSOE presentó en abril de este mismo año una proposición de ley para regular la subcontratación en cuya exposición de motivos se dice: “Frente a la concepción de que la competitividad y la globalización exigen un debilitamiento de los derechos de los trabajadores, esta ley introduce el principio de que la competitividad y la economía global no son procesos históricos que se deban desarrollar contra los derechos de los trabajadores, sino que sus derechos y la libertad de empresa no sólo son compatibles sino indisolubles”37. 36 “Izquierda Unida denuncia la siniestralidad laboral y Aznar replica que es competencia de las Autonomías”, El País, 12.9.02. 37 “Presentan una ley para regular las subcontratas”, Diario de Córdoba, suplemento especial ‘Construcción’, 24 de abril de 2003. 106 Los estragos de la subcontratación ¿Hasta cuándo seguirán boicoteando estos Políticos de la Muerte Anunciada las reformas que está demandando a gritos la sociedad española?. La respuesta está en manos de los ciudadanos. 107 108 Los estragos de la subcontratación 8. LO QUE LA SUBCONTRACIÓN ESCONDE: RIESGOS LABORALES DE UNA POBLACIÓN INVISIBLE… EN LAS ESTADÍSTICAS DE SINIESTRALIDAD. 8.1. Los trabajos que no quieren los españoles. Los debates que se basan en las estadísticas oficiales de siniestralidad reflejan una realidad en la que los riesgos en los que se han ‘cultivado’ indican ya, por si solos, una situación dramática. Una situación que de tanto tenerla ante nuestros ojos acaba haciéndose normal: el lector que nos haya seguido hasta aquí ha podido comprobar que, además de basarnos en investigaciones propias y ajenas, en la mejor investigación sociológica hoy disponible, hemos recurrido sistemáticamente a la información que queda reflejada en la prensa diaria. Pues bien las noticias que revelan los riesgos laborales que afronta la población trabajadora en España aparecen con demasiada frecuencia en los periódicos. Unas veces para dar cuenta de un accidente puntual, otras para dar cuenta de una catástrofe, muchas, muchísimas, para comentar los datos que acaban de publicarse. La mayoría de las veces estas noticias que salpican la información casi diaria, aparecen en las páginas de sucesos; como mucho, si la acción sindical toma fuerza colectiva en las de sociedad, o quizá, más 109 Los estragos de la subcontratación esporádicamente, cuando el debate llega a las instituciones, en las de política. Donde no aparecen prácticamente nunca es en las páginas de economía -trabajo. Como si nada tuviera que ver con las fusiones empresariales, la reorganización empresarial, la gestión de la fuerza de trabajo. Y ello, a mi juicio, plasma la forma en que se integra la salud en la producción… de beneficios. Que en ningún momento de la catástrofe de este verano en Repsol, un periódico de referencia como El País, haya incluido en sus páginas de economía, trabajo o negocios, el más mínimo análisis de la organización empresarial de esta empresa, de su relación directa con la muerte de nueve personas es muy revelador. Los accidentes de trabajo, como punta del iceberg que son de la situación de las condiciones y riesgos en que se lleva a cabo una actividad productiva, acaban siendo noticias tan repetidas y ‘normales’ como la situación del tráfico, la previsión del tiempo, o como mucho, el parte de los accidentes de tráfico con el que nos desayunamos cada lunes. Y, si esto es así, ¿qué decir de la ignorancia, en la interpretación de los riesgos laborales, inducidos por la reorganización del trabajo, cuando se trata de los inmigrantes?. Trabajadores en situación de ‘exigir’ 110 Los estragos de la subcontratación aún menos que los trabajadores españoles, y obligados a aceptar riesgos laborales que los nativos pueden aún eludir. Porque algunas informaciones tenemos: “uno de cada tres muertos en el tajo hasta julio [de 2002] era inmigrante”, titula El País (28.8.02), recogiendo los datos proporcionados por los sindicatos para la construcción en Madrid. Pero, además, esos datos son los mínimos, pues las tasas de siniestralidad entre inmigrantes se desconocen: tal es el peso de lo que aún País.Comunidad llaman algunos Valenciana, la 25.6.03). ‘economía Nunca sumergida’ aparecerán en (El las estadísticas oficiales. El 3 de enero de 2001 estaba muy cerca de Lorca, en la provincia de Murcia, cuando tuvo lugar un particular ‘accidente in itinere’. El diario La Verdad de Murcia titulaba a toda plana al día siguiente: “La explotación de inmigrantes se cobra 12 vidas en Lorca”. Las circunstancias de esta matanza son enormemente reveladoras: “Los trabajadores ecuatorianos iban hacinados en una furgoneta que fue arrollada por un tren”. Iban a trabajar al campo, para un empresario que enseguida quiso desentenderse del asunto. No eran ‘legales’. Iban por carreteras secundarias para evitar los controles de la Guardia Civil. “El cúmulo de irregularidades que rodean casi a diario –continuaba la información de La Verdad- las condiciones laborales de numerosos trabajadores inmigrantes en la Región confluyó ayer en la muerte de doce ecuatorianos bajo las ruedas de un tren. Una furgoneta en la que iban hacinados catorce ecuatorianos, con destino a una explotación agrícola, 111 Los estragos de la subcontratación fue arrollada por un tren de cercanías en un paso a nivel sin barreras cerca de Lorca”. El periódico dedicó 13 páginas y el editorial a la masacre, en un ejemplo de periodismo serio, riguroso, y que intenta ir a la raíz de los hechos. Un ejemplo admirable. Carlos M. Sánchez analiza todas las facetas del empleo de estos trabajadores, ‘contratados’ por una empresa temporal que acumulaba ya mas de 60 denuncias. Se daba información cumplida, igualmente, del empresario ‘destinatario’ de la mano de obra barata y totalmente débil en el mercado de trabajo. Ponía además en contexto otras quince muertes más de inmigrantes en las carreteras murcianas en un año. Y, además, nos describe muy gráficamente, y muy ‘sociológicamente’ el centro de trabajo: “La plantación de Lorca a la que ayer se dirigía la furgoneta que fue arrollada por el tren, era ayer un páramo desierto. Fantasmal. Nadie se afanaba en el bróculi, a pesar de que es la época de la siembra, y que, en explotaciones vecinas había decenas de jornale ros, sobre todo magrebíes, trabajando. No es que los compañeros de los fallecidos hubieran decidido no presentarse en señal de duelo. El asunto es más prosaico. Más grave. Sencillamente habían puesto pies en polvorosa. Muy pocos tienen los papeles en regla (…). A veces tener los papeles es incluso un impedimento para encontrar empleo. Muchos empresarios prefieren ilegales. Son más dóciles y más baratos. Tragan con todo”. 112 Los estragos de la subcontratación Andrés Pedreño, Profesor de la Universidad e Murcia, que forma parte de nuestro equipo de investigación TRABIN, ha estudiado en dos libros magistrales esta situación y ha hecho un balance de la misma en un excelente artículo publicado en Sociología del Trabajo (n. 42, 2001): “Del Ejido a Lorca: trabajo e inmigración”. Un año después del accidente, 20.000 inmigrantes continúan ‘sin papeles’ en Lorca, donde los empresarios agrícolas no tienen ningún problema en reconocer que siguen empleando a trabajadores sin documentación (El País, 8.1.02). Trabajadores que se arriesgarán, en el sentido más literal de la palabra, respirando plaguicidas tóxicos en los invernaderos de El Ejido, en Almería; que se extenuarán en los campos murcianos, también literalmente, de sol a sol, en la recogida de la fruta. Que vivirán en “un infierno en los campos de fresas de Huelva”, más de cien, que trabajaban como temporeros en ‘Doñana 2000’, en Almonte, procedentes de Ecuador, Marruecos, Lituania y Rumania… Y que no engrosarán, oficialmente, las cifras de los trabajadores expuestos a riesgos en el trabajo, y mucho menos las de los accidentados. 8.2. Invisibles y ocultos. Trabajadores invisibles para las estadísticas, socialmente imprescindibles. Una población cada vez más extensa, inmigrantes, mujeres, jóvenes que trabajan de ‘meritorios’, ‘becarios’ o precarios, “mendigos en la era de lo globalización”: todo vale con tal de abaratar el trabajo hasta conseguir la entrega de la fuerza de trabajo casi gratis. 113 Los estragos de la subcontratación Todo vale con tal de enrarecer el mercado y que jóvenes profesionales, como dijimos más arriba, acaben trabajando de peón. Y aún hayan de dar las gracias. “Un número no determinado de médicos del Insalud y de otros servicios de salud en las comunidades autónomas con competencias sanitarias trabaja en los hospitales sin contrato y sin sueldo durante los días de la semana en que no tienen guardias. Se trata de facultativos que han firmado un contrato eventual para guardias, pero que se ven obligados a trabajar también los demás días por motivos como la presión asistencial, la obediencia a los jefes de servicio, o el miedo a perder práctica profesional”. Si se niegan, no les vuelven a dar guardias. “Son dados de alta en la Seguridad Social únicamente el día de la guardia y luego dados de baja al siguiente”38. Jóvenes ingenieros trabajando en la cadena de montaje de Volkswagen. 16.000 jóvenes que solicitan una de las 2.000 que la SEAT saca a concurso para cubrir puestos de mayores de 60 años con contratos de relevo…39. Esa precarización generalizada, como escribía el maestro Pierre Bourdieu, está ya en todas partes. El tercer mundo puede estar en cada barrio de nuestras ciudades, en cada pueblo, a donde llegará una subcontrata de una subcontrata de una subcontrata, ya sea en una furgoneta o vía Internet. 38 39 El Mundo, 28 de abril de 2001. Lo de ‘concurso’ no es casualidad: El País, 23.4.02 titula “’Operación Triunfo’ en SEAT”. 114 Los estragos de la subcontratación Como trabajadores y como ciudadanos, la globalización que recurre a la ‘exportación’ de las fábricas buscando mano de obra barata y nada exigente en cuanto a riesgos laborales allende los mares, en las zonas francas, “libres de sindicatos” nos importa tanto por la solidaridad, como porque el camino puede ser de ida y vuelta. En la industria del calzado, por ejemplo, se comienza por convertir la empresa en una mera ‘marca’ y descentralizar la producción de los procesos de trabajo hacia talleres clandestinos, la ‘economía sumergida’, que en la comarca del Baix Vinalopó (Elda, Novelda, Villena, Elche), puede alcanzar en 1988 las 17.000 personas. La plantilla de esas fábricas era en 1985 de 45.000 personas. En 1997, oficialmente, eran ya sólo 25.000. Y continúa por llevar, directamente, la producción a China. Kelme o Yuma son dos empresas que han despedido a todos sus trabajadores. Pero siguen vendiendo calzado. “Los trabajadores chinos cobran poco, apenas generan cargas sociales y son disciplinados”. En 2002, según la Federación de Industrias del Calzado, se importaron de China 46 millones de pares de zapatos, el 45% de todas las importaciones. Allí en China, o aquí en Alicante o en Madrid o Toledo 40 , la situación de explotación, en condiciones infrahumanas, en la que hablar de riesgos laborales parece un adorno, es evidente. Un taller clandestino 40 “Como conejos en una madriguera. La GC sorprende a 26 rumanos escondidos en un ‘zulo’ de una fábrica textil de Toledo en la que trabajan”, El País, 26 de marzo de 2003. 115 Los estragos de la subcontratación se desmantela en Alicante, este mismo agosto, donde 14 trabajadores chinos, “dirigidos” por un chino, pero trabajando para un empresario (¿) español cosían pieles, un taller de calzado. La investigación comenzó debido a los fuertes olores y ruidos percibidos en el exterior. Los trabajadores “no salían del garaje ni de día ni de noche, dormían hacinados en literas, por turnos, rodeados de colas, pegamentos y 10 máquinas”. “Sin condiciones higiénicas ni sanitarias, el local carecía de ventilación y luz natural y guardaba productos tóxicos e inflamables como colas o pegamentos”. “El único contacto que los 16 chinos tenían con el exterior era el momento de recibir materiales o entregar los artículos manufacturados”41. Y en Madrid, una semana después, un taller textil es “desmantelado” por la policía, en el que trabajaban en Vallecas, 6 trabajadores ‘ilegales’. Nada dice la noticia de los ‘legales’. Y, mucho menos, como es habitual en estas noticias para quién trabajaban. Eso sí, también aquí las condiciones son ‘infrahumanas’, sin ningún tipo de higiene, sirviendo también como vivienda: “estaban sometidos a largas jornadas laborales, sin descanso ni para salir a comer” 42 . ¿Para qué empresa ‘limpia’ española funcionaban esas 11 máquinas de coser, dos planchadoras y dos botoneras?. 41 El País, 24 de agosto de 2003. El País.Madrid, 31 de agosto de 2003. Hay muchas otras noticias de prensa como ésta. Por ejemplo, El País.Madrid, 29 de mayo de 2001, que da cuenta del desmantelamiento de otro taller ‘de chinos’ en Usera, donde, en condiciones muy similares, 18 personas hacían ropa. El periodista recoge de los vecinos la sospecha de que hay, identificados, media docena de talleres semejantes en el mismo barrio. Y ya en mi libro A la búsqueda del trabajo perdido, recogí una gran cantidad de situaciones semejantes en torno a 1994-96. 42 116 Los estragos de la subcontratación En Mataró no hay ‘desmantelamientos’ policiales: allí se han constituido unos 60 talleres en las que trabajan chinos. Y han provocado una convulsión en el mercado de trabajo. “Es la bofetada de la globalización en casa”, dice Josep Maria Cortés: “los pequeños fabricantes de Mataró afirman que los talleres de los chinos trabajan a precios cinco o seis veces por debajo de los de mercado”43. La reorganización de la producción y del trabajo socava y diluye para la mayoría las grandes adquisiciones en materia de derechos laborales, de seguridad en el trabajo, de posibilidad de construir una biografía propia. Y con ello, los riesgos laborales crecen sin mesura: se harán evaluaciones de riesgos, como es tanta veces el caso, sin visitar los centros de trabajo. catástrofe. Es igual: nadie protestará hasta que ocurra una O hasta que un sindicato, un grupo de trabajadores, un colectivo de defensa cívica, luche por sus derechos. 9. CONCLUSIÓN. Para el lector que me haya seguido hasta aquí no creo que sea preciso ‘resumirle’ los argumentos desplegados, y presentárselos como ‘conclusiones’, puesto que están mostrados y reiterados a lo largo de todo el libro. 43 “El trabajo de la inmigración invisible”, El País.Cataluña, 16 de febrero de 2003. 117 Los estragos de la subcontratación En nuestro entorno más próximo, en Madrid, cualquier analista, cualquier trabajador, cualquier sindicalista, conoce los datos de una situación que se ha de cambiar con carácter de extrema urgencia. El Fiscal de Delitos Laborales de Madrid, Antonio Camacho, en una entrevista publicada en El País.Madrid en abril de 2002, resumía la situación en estos términos: “Hay infracciones en las obras, en la construcción, que ponen la piel de gallina”. Y explicitaba la difícil tarea de poner coto a esa generalizada situación de riesgo: “Ahora hemos conseguido que se incoen diligencias por delito por el mero hecho de poner en peligro la seguridad de los trabajadores, aunque no se produzca ningún resultado lesivo”. “Permitir que un obrero se suba sin cinturón a un andamio es un riesgo”. Las contrataciones precarias ponen más difícil la persecución de los delitos de riesgo: “los testigos son trabajadores de la empresa, ligados con contratos [precarios] a los empresarios. Y declarar como testigo contra la empresa puede dar lugar a que pierdas tu puesto de trabajo”. Los ‘datos’ nos son de sobra conocidos. Mal elaborados, con gigantescas lagunas, con una presentación que no permite un análisis sociológico serio y profundo. Por supuesto que pueden, deben, mejorarse. Entre los cambios que se han acordado entre gobierno, sindicatos y empresarios, en enero, figuraba la mejor información en los partes de los accidentes. Ahora, esos partes recogerán información, por ejemplo, sobre si el empleado estaba contratado por una empresa de trabajo temporal o qué tipo de contrato tenía. 118 Los estragos de la subcontratación Pero siendo esto realmente una mejora, lo que no se ha atendido para nada es la demanda hecha en la Comisión del Informe Durán, en largas discusiones con los excelentes profesionales de la estadística laboral que en ella participaron (Maite Giraldez, por ejemplo), de la necesidad de una estadística, más bien habría que decir una investigación social, utilizando todos los recursos metodológicos que fueran necesarios, ya sean encuestas ad hoc, estudios sectoriales, o investigación de casos, distinta de los partes de accidentes. Y la razón es más que evidente. Los partes de accidentes, que se recogen con fines de indemnización, no están concebidos como instrumento de conocimiento, de detección de causas, sino de instrucción de un procedimiento administrativo. Un estudio distinto, que no minusvalora la mejora de los partes, ni su explotación estadística, ha de diseñarse con otras características. Las de averiguar lo que realmente está sucediendo en el área de la salud laboral, de los riesgos laborales, sin que su ‘universo’, los trabajadores y trabajadoras objeto de su análisis, los procesos productivos, sean excluidos por no ser asalariados, por ser ‘autónomos’ (falsos autónomos, como sabemos), por tener o no tener ‘papeles’; porque las empresas son menores de 10 trabajadores, porque son clandestinas…. Todo el que trabaje en España, todo lo que se trabaje en España debe ser objeto de estudio. 119 Los estragos de la subcontratación Siempre está la excusa del dinero, de la financiación. Pero ni esa vale en este caso. Basta con que se coordinen actuaciones y se rentabilicen. Bastaría con que las “Encuestas Nacionales de Condiciones de Trabajo”, cuatro hasta la fecha, llevadas a cabo por el Instituto Nacional de Higiene y Seguridad en el Trabajo, dependiente del Ministerio de Trabajo, se hicieran medianamente bien. No es este el lugar para hacer una crítica técnica de esas Encuestas, lo que ya he hecho en otro lugar, pero baste con decir que, como puede comprobar cualquiera consultando el Informe Durán apenas se pudieron utilizar sus “resultados” en dicho informe. De hecho, de la última, aún estamos esperando algo más que el “avance de resultados”. Dicho en plata, no hay por donde cogerlas44. Y si al presupuesto de esa encuesta, se le sumara otra, también del propio Ministerio de Trabajo, casi menos utilizable que la anterior, la encuesta sobre “Condiciones de Vida y Trabajo”, se podría proponer un verdadero programa de investigación sobre los riesgos en el trabajo, sobre los daños a la salud. Se podría determinar con rigor cuales son las causas de los accidentes de trabajo. 44 Con mucha “imaginación sociológica” algunos autores, como es el caso ejemplar de Javier Pinilla, se puede decir algo con sentido basándose en esos ‘datos’: “Subcontratación, temporalidad y accidentes de trabajo”, Inguruak, n. 23, 2001, pp. 49-61. 120 Los estragos de la subcontratación La organización de la producción, la organización empresarial puede ser un factor de buenas condiciones de trabajo y de reducción de los riesgos laborales. Puede ser. Y, desde luego, ni en la investigación abundantísima que han desarrollado las ciencias sociales, ni en los innumerables informes de las instituciones especializadas, faltan ejemplos de esas buenas prácticas. Pero, desgraciadamente, lo que más abundan son otras prácticas que convierten a la organización del trabajo en la causa primera del aumento de riesgos, del deterioro de la salud en el trabajo, de los daños, de los accidentes. En identificar esas consecuencias hemos insistido en este libro, para mostrar el negativo de lo que, por supuesto, puede hacerse en positivo. Contra ellas, para construir ‘buenas prácticas’, se puede luchar desde abajo, con la permanente vigilancia, negociación, presión y demanda de los propios afectados, sí. Se puede hacer, mucho mejor, de forma organizada, recurriendo a la organización sindical, participando en las instituciones, no bajando nunca la guardia. Se puede y debe hacer, como hemos, creo, dejado bien claro, interviniendo en las orientaciones de las políticas generales. Se debe hacer (y aquí el ‘debe’ no tiene ninguna connotación moral, sino política) mirando al entorno, al sector productivo, a la economía regional y nacional. Esto es, teniendo en mente que no valen 121 Los estragos de la subcontratación defensas ‘particulares’, el tópico ‘sálvese quién pueda’. Aquellos hermosos versos de Beltold Brecht que nos advertían de que el ‘no va conmigo’ vale sólo hasta la mañana siguiente: hoy vienen a por los unos, pero el turno de los otros está esperando. La solidaridad y el compromiso con todas las trabajadoras y trabajadores, aquí, en nuestro tajo, ahí en nuestro país, o más allá en los submundos de la explotación globalizada es, hoy en día, la mejor defensa posible de nuestra vida y nuestro trabajo individual. Ese terrible “mundo ancho y ajeno” es el nuestro. Luchando por transformarlo, por hacerlo humano, sólo humano, luchamos también por nuestra propia supervivencia. La Organización Internacional del Trabajo ha comenzado un nuevo programa, mundial, sobre “seguridad socioeconómica” para aplicar políticas de trabajo decente. En a l s encuesta sobre seguridad de las personas, los aspectos considerados, en relación al trabajo, son éstos: - Seguridad del mercado de trabajo. Oportunidades de trabajo fundadas en unos niveles de empleo altos garantizados por la política macroeconómica. - Seguridad del empleo. Protección contra el despido arbitrario y estabilidad del empleo compatible con el dinamismo económico. 122 Los estragos de la subcontratación - Seguridad profesional. Un puesto de trabajo encuadrado en una profesión o ‘carrera’, lo que lleva consigo la delimitación de atribuciones, la salvaguardia del nivel profesional, el respeto a los límites de la profesión y a las cualificaciones propias del trabajo, etcétera. - Seguridad en el trabajo. Protección contra los accidentes y enfermedades del trabajo sustentada en normas relati vas a la salud y seguridad y en límites a la jornada laboral, al trabajo en horas intempestivas, al trabajo nocturno de las mujeres, etcétera. - Seguridad de formación profesional (desarrollo de las calificaciones profesionales). Posibilidades amplias de adquirir, conservar y renovar la capacitación profesional por medio del aprendizaje, la formación en el trabajo y otros métodos. - Seguridad de ingresos. Protección contra la pérdida de ingresos mediante sistemas de fijación de salarios mínimos, indización salarial, seguridad social integral, tributación progresiva, etcétera. - Seguridad de representación. Protección de la representación colectiva en el mercado de trabajo sustentada en sindicatos de trabajadores y asociaciones de empleadores de carácter independiente y en otras entidades capaces de representar los intereses de los distintos sectores de la población trabajadora”45. 45 Guy Standing: “De las Encuestas sobre la Seguridad de las Personas al índice de trabajo decente”, Revista Internacional del Trabajo, vol. 121, n. 4, 2002, p.488. 123 Los estragos de la subcontratación Una promesa institucional por la que todos debemos luchar. Aunque lo veamos como un sueño cuando miramos a nuestro alrededor. Como Antonio Machado dejando la España desolada por el fascismo y yendo hacia el exilio, nos preguntamos: “¿Llegaremos pronto a Sevilla?”. -oOo- Quiero dejar aquí constancia de mi profundo agradecimiento a la Secretaría de Salud Laboral de UGT-Madrid que me ha dado la oportunidad de escribir este libro. Y a Itziar Agulló que me ha ayudado en la búsqueda de documentación. Es como si en el sindicato hubieran adivinado lo que quería hacer hace mucho tiempo: poner al alcance de los trabajadores lo que de bueno pueda tener mi experiencia de investigación de muchos años, mi trabajo. En la Academia, y sobre todo los Mister Gradgrind que tan bien describió Charles Dickens en Tiempos difíciles, esos investigadores que no salen de su despacho si no es para ver números en lugar de obreros, quizá piensen que este es un libro “político”. Hoy, al terminar su redacción, leo en los periódicos unas declaraciones de Fernando Savater, a quien tanto admiro por sus escritos como por su valentía cívica. El mismo Savater que, en mis años mozos (y los suyos…) me ilustró magníficamente con su descripción de los perros 124 Los estragos de la subcontratación guardianes, como diría Paul Nizan, sobre quienes son esos ‘académicos’, en La filosofía tachada. Con sus palabras, que hago mías, me despido de ti, lector amigo, compañero, compañera: “Uno escribe siempre para otro ser humano. Todos estamos sumergidos en un mundo social y, por tanto, políticamente relevante. La gente que dice que no le interesa la política está haciendo una declaración política”. 125 126 Los estragos de la subcontratación 10. PARA SEGUIR LEYENDO… PARA ACTUAR. Mi artículo, “De aquellos polvos vienen estos lodos: el trabajo en España, veinte años después del Estatuto” de los Trabajadores, incluido en el libro En la jungla de lo social. Reflexión y oficio de sociólogo, Madrid-Buenos Aires, Editorial Miño y Dávila, 2003, pp. 137153, presenta una panorámica global de las políticas que han degradado la situación del trabajo en el conjunto de las relaciones sociales en España, analizando las políticas económicas y laborales, desde 1982, y las consecuencias que han tenido en el incremento de los daños a la salud. Se incluye como apéndice en este libro. Pero puede adquirirse en librerías el libro, puesto que hemos hecho referencia a distintos artículos contenidos en él en distintas ocasiones. www.minoydavila.com.ar También mi libro A la búsqueda del trabajo perdido, Madrid, Editorial Tecnos, 1998, contiene trabajos a los que he aludido a lo largo de este libro. Merecen leerse, por quien quiera profundizar en lo aquí dicho: “A la búsqueda del trabajo perdido (y de una sociología capaz de encontrarlo…)”, pp. 147-176, donde ya presenté una crítica sistemática, con documentación de la mitad de los años noventa, sobre este mismo argumento. 127 Los estragos de la subcontratación Y, para el análisis de las consecuencias sociales de las políticas de ‘adelgazamiento’ empresarial, y de la subcontratación, “Biografías rotas. Los extrabajadores, eslabones perdidos de los nuevos modelos productivos”,pp. 107-146, donde, en 1997, los trabajadores expulsados del trabajo, cuentan en primera persona su experiencia. El proceso de ‘expulsión’ está contado, tras una investigación sobre el terreno de tres años, en el capítulo primero del libro, “Nuevos modelos productivos: la organización del trabajo del futuro en España”, pp.2184, donde se da cuenta de la verdadera naturaleza de la introducción de las llamadas NFOT, ‘nuevas formas de organización del trabajo’: mayor carga de trabajo, mayor intensificación del trabajo para los que quedan dentro de la empresa: entre 1992 y 1995, pasan de ser 2.500 a ser tan sólo 1.211, en esta Fábrica de Motores. Pero producen, incluso, más motores que entonces, 354.000. Mi libro El futuro del trabajo, publicado por la Universidad Complutense, Madrid, 1999, recoge las ponencias presentadas en un Seminario Internacional Complutense, que tuvo lugar en 1988. Muchos textos son útiles de este libro, y mi propia presentación-balance del Congreso, plantea de manera clara y precisa las bazas en juego, tanto científicas como políticas (pp.1-12). Vale la pena destacar, ahora, el capítulo del maestro Arnaldo Bagnasco, que lleva la reflexión, como he intentado hacer en este libro, “De la Sociología del Trabajo a la sociedad”, pp. 137-157. 128 Los estragos de la subcontratación Un esquema-marco que puede servir para ser utilizado por los sindicatos en la forma de presentar y discutir con los trabajadores, en la FORMACIÓN, lo que se argumenta en este libro, está recogido en Juan José Castillo y otros: “División del trabajo, cualificación, competencias: una guía para el análisis de ls necesidades de formación por los trabajadores”, Sociología del Trabajo, n. 40, otoño del 2000, pp. 3-50. Este artículo recoge, de forma resumida, pues la investigación en la que basa, de más de 300 páginas, incluía un amplio número de estudios de caso realizados en empresas, fue realizada para la UGT en 1996, dentro del programa FORCEM. El artículo publicado en El País, “Fábrica de ciudadanos”, 3 de noviembre de 2002, reproducido en anexo, presenta las tesis principales, en sintonía con lo argumentado en este libro. Sobre los datos y la interpretación de las estadísticas de accidentes y daños a la salud: Mi artículo, en Sociología del Trabajo, n. 44, 2001-2002, pp. 145155, presenta unas claves muy concretas y claras para leer el Informe Durán. Federico Durán: Informe sobre riesgos laborales y su prevención. La seguridad y la salud en el trabajo en España, presentación de José María Aznar, Madrid, Presidencia del Gobierno, 2001, 320 p. 129 Los estragos de la subcontratación Tal y como finalmente se publicó, con muchos meses de retraso, se juntaron dos productos pensados como distintos: el primero, el Informe propiamente dicho, que ocupa sólo las páginas 15 a 100, pensado para su difusión masiva. Basta con esta lectura. El Estudio, como se llamó y llama, donde se daba una versión más amplia y se incluía la documentación de base, los análisis estadísticos, etc., ocupa el resto del libro. Publicarlos juntos, no es inocente: parece que el objetivo de quien encargó el proyecto era enterrarlo en alguna estantería: cuanto más ‘gordo’, menos lo leen. Por supuesto, se puede uno saltar el Prólogo. Para entender, bien, la ‘globalización’, Empezar por Enrique de la GARZA: “¿Fin del trabajo o trabajo sin fin?”, que se recoge en mi libro El futuro del trabajo, Madrid, Editorial Complutense, 1999, pp. 13-39. Y seguir por Luciano GALLINO: “La informalización del trabajo en los países desarrollados. Cómo y por qué las condiciones de trabajo en el Norte se están aproximando, a la baja, a las del Sur”, Sociología del Trabajo, n. 45, 2002, pp. 7-24. Y, también, Danièle LINART, en el mismo número, pp. 53-68, “Los asalariados y la mundialización. El caso francés”. En Francia se usa ‘mundialización’, en lugar de ‘globalización’. 130 Los estragos de la subcontratación Sobre lo que dicen los ‘gurús’, según el público que les escucha, Puede contrastarse, y ojearse, como mucho, AOYAMA, Yuko; CASTELLS, Manuel: “Estudio empírico de la sociedad de la información. Composición del empleo en los países del G7 de 1920 a 2000”, Revista Internacional del Trabajo, vol. 121, 2002, núm. 1-2, pp. 133-171. Castells dice cosas más legibles, menos ‘aparatosas’, más ‘verdaderas’, y más próximas a lo que nosotros escribimos, en el texto que recoge su intervención oral en una reunión organizada por los sindicatos y organizaciones ciudadanas en Barcelona: CASTELLS, Manuel; ESPING-ANDERSEN, Gösta: La transformación del trabajo, Barcelona, Los Libros de la Factoría, 1999, 175 p. Sobre las propuestas para desarrollar, en el mundo, un trabajo decente, por parte de la Organización Internacional del Trabajo, Puede verse, para empezar OIT: Trabajo decente, Ginebra, Organización Internacional del Trabajo, 1999, 92 p. [Memoria del Director General para la Conferencia Internacional del Trabajo, 87ª reunión, 1999] Y, si quieren seguirse las últimas propuestas y desarrollos, hay que leer el texto de EGGER, Philippe: “Hacia un marco programático para promover el trabajo decente”, Revista Internacional del Trabajo, vol. 121, 2002, núm. 1-2, pp. 173-188. La perspectiva que recoge el artículo es una síntesis de la reunión que tuvo lugar en 2001 sobre problemas y políticas en materia de trabajo decente, y se hace en nombre de la OIT. 131 Los estragos de la subcontratación Todos los documentos de la reunión, de un enorme interés para investigadores o sindicalistas, pues recoge, incluso, las presentaciones en power point, que pueden ser utilizadas directamente, están en la página web: http://training.itcilo.it/decentwork Dos textos excepcionalmente buenos, útiles, y muy sensatos y de fácil lectura, en el mismo número de la Revista Internacional del Trabajo, son los de REICH, Robert B.: “El reto del trabajo decente”, Revista Internacional del Trabajo, vol. 121, 2002, núm. 1-2, pp. 123-131. El ex ministro de trabajo de Clinton vincula aquí la lucha por el trabajo decente con un desarrollo sostenido de la economía, y, finalmente con el argumento de que si a la gente no se le da una salida decente, podrá haber otros ’11 de septiembre’. Y, sobre todo, el artículo de STIGLITZ, Joseph E.: “Empleo, justicia social y bienestar de la sociedad”, Revista Internacional del Trabajo, vol. 121, 2002, núm. 1-2, pp. 9-31. Las ideas de este Premio Nobel de Economía (2001), refrendan y coinciden con la perspectiva de la necesidad de abandonar, como él dice, “el fundamentalismo del mercado”. Un texto que se lee de un tirón: “lo que yo reclamo no es una vuelta a la lucha de clases, sino un simple reconocimiento de principios inveterados: 132 existen disyuntivas y opciones negociables; hay Los estragos de la subcontratación incertidumbre; las diferentes políticas afectan de modo diferente a los distintos grupos…”. Se puede completar esta panorámica, con otro artículo de otro Premio Nobel de economía, que ha contribuido con sus escritos a la defensa científica de los derechos de los trabajadores, desde una perspectiva global de la economía y del nivel de vida: SEN, Amartya: “Trabajo y derechos”, Revista Internacional del Trabajo, vol. 119, n. 2, 2000, pp. 129-139. Y con un artículo breve, pero muy sugerente, de BECK, Ulrich: “Libertad o capitalismo: el incierto futuro del trabajo”, El País, 24 de febrero 2002, pp.17-18. Y con RUBERY, Jill; GRIMSHAW, Damian: “Las nuevas tecnologías y el problema de la calidad del trabajo”, Revista Internacional del Trabajo, vol. 120, n. 2, 2000 pp. 199-229. Sobre los malos trabajos que genera (si se le permite) la moderna ‘sociedad de la información’, Veáse el artículo de Andrea Del Bono: “Call centers, ¿el trabajo del futuro?. El caso de Estrategias Telefónicas S.A. (Estratel)”, Sociología del Trabajo, n. 39, 2000, pp. 3-31. Se trata de la empresa creada ad hoc, o sea, expresamente, por Telefónica, para trasladar y abaratar sus servicios de atención telefónica. El número de Sociología del Trabajo lleva un título inequívoco: Telefónica: mal trabajo sin opciones. 133 Los estragos de la subcontratación Quien quiera profundizar en el asunto debe remitirse al libro de Andrea, que fue su tesis doctoral en la Complutense, Telefónica. Trabajo degradado en la era de la información, Madrid-Buenos Aires, Editorial Miño y Dávila, 2002. Puesto que, misteriosamente, el libro no ha sido reseñado en ningún periódico ni revista, ni siquiera las profesionales de las ciencias sociales, salvo Sociología del Trabajo, se recomienda dirigirse a www.minoydavila.com.ar. 134 Los estragos de la subcontratación 11. ANEXOS. 11.1. De aquellos polvos vienen estos lodos: el trabajo en España veinte años después del Estatuto46. Juan José Castillo "A esa economía mezquina y miope hay que oponer una economía de la felicidad, que tomaría buena nota de todos los beneficios, individuales y colectivos, materiales y simbólicos, asociados a la actividad (como la seguridad), así como de todos los costes, materiales y simbólicos, asociados a la inactividad o a la precariedad". Pierre Bourdieu, 1996 [1999,p.58]46 . 1. La perspectiva. El suelo, la base sobre la que van creciendo las ideas hechas, el sentido común, lego o científico, la ideología dominante como se decía poco ha, en lo que concierne a las políticas de empleo y salario, entre otras, está tramado y abonado por algunas ideas matrices, su cuna, que 46 Primeras versiones de este texto fueron presentadas en Valencia, 23 de noviembre de 2000, en las Jornades de Tardor dedicadas al tema "Veinte años del Estatuto de los Trabajadores: perspectivas jurídicas, sociológicas y económicas", organizadas por la Facultat de Ciències Socials. Y,, poco más tarde, el 28 de noviembre de 2000, en el XIV Encuentro Internacional de Ciencias Sociales de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México:"Globalización y democracia en el Tercer Milenio", en la jornada sobre "El impacto social de las políticas de empleo y salario en los bloques económicos". Quiero agradecer aquí la atenta lectura de Paloma Candela y Santiago Castillo, así como las observaciones hechas en los debates en ambas ocasiones. Por otro lado, quiero destacar que la intervención en Valencia, anterior a la mía, de Luis Toharia me confirmó en las ideas básicas que organizan este texto. Departamento de Sociología III (Estructura Social); Universidad Complutense de Madrid; Campus de Somosaguas; 28223 Madrid; correo electrónico: [email protected] 135 Los estragos de la subcontratación se repiten hasta la saciedad en los medios de comunicación, en la producción científica (o aparentemente tal), y que acaban anclándose en las cabezas de las personas, facilitando un aparente consenso sobre lo que ha de hacerse (o no hacerse) en materia de políticas de empleo y salario. La primera de ellas es la persistente repetición (en este 'bloque económico' en que me ha tocado vivir, pensar y actuar), de la presunta, y pronta, desaparición del trabajo. Viejos tecnologismos y determinismos, siempre teñidos de intereses de clase, que venimos oyendo desde hace más de ciento cincuenta años: recuérdese aquel Píndaro de la fábrica sin hombres, Andrew Ure, tan excelentemente identificado por Marx: con la nueva tecnología que suponía la máquina de vapor, decía, se acabaron las veleidades del obrero cualificado que pronto ya no sería necesario en las empresas. La lluvia provocada por gurús que vaticinan el fin del trabajo es, desde hace años, perseverante. Fina a veces y torrencial las más, libros que se han convertido en best-sellers, literatura de aeropuerto, que ha predicho que el trabajo desaparece (Rifkin,por ejemplo) o que es un 'valor en trance de desaparición' (Méda, también como ejemplo). Primero fueron, en los años ochenta, las llamadas 'nuevas tecnologías', mágicas palabras que servían para justificar como inevitables políticas económicas, laborales o de 'reajuste', que iban construyendo un mundo (y destruyendo otro, sobre todo) donde todas las bazas parecían tener que situarse en las manos de los ahora llamados 136 Los estragos de la subcontratación 'emprendedores'. Pronto, con las nuevas tecnologías, que una sociedad no podía permitirse no adoptar, encadenó la 'flexibilidad', connotada condensación de políticas laborales, económicas e industriales, que sólo propugna o impone esa 'ductilidad' por el lado de los trabajadores que han de adaptarse a cuanto les sea propuesto o impuesto por esos mismos 'empleadores' en aras de la rentabilidad empresarial. La argumentación y la conclusión de muchas políticas laborales está servida simultáneamente: ¿quién podrá justificar algún argumento en contra de unas políticas cuyos objetivos son la modernidad, las 'nuevas tecnologías', el estar al día, y el ser flexible y abierto?. La argumentación y la conclusión de muchas políticas laborales está servida simultáneamente: ¿quién podrá justificar algún argumento en contra de unas políticas cuyos objetivos son la modernidad, las 'nuevas tecnologías', el estar al día, y el ser flexible y abierto?. El caso es que, una vez que esas ideas se han hecho predominantes y se han impuesto en una sociedad, una vez convencido todo el mundo, o casi, de que "esto es lo que hay", o dicho con palabras bañadas de aparente científismo, que la desaparición del empleo es 'estructural', el marco de expectativas, aspiraciones, deseos o ilusiones biográficas de las personas estará construido y limitado. Sólo es cuestión de tiempo el lograr que las gentes aspiren únicamente a aquello que se le 137 Los estragos de la subcontratación ha dicho por activa y por pasiva que es lo realista, lo único posible dentro de lo existente 47. Para nuestro argumento, aquí y ahora, esta naturalización de lo social "crea un caldo de cultivo que refuerza el terreno de la justificación de políticas económicas, laborales, industriales, formativas" 48 , consiguiendo altos niveles de consenso social, como si fueran políticas de 'salvación nacional', como lo ha sido para Europa y España, particularmente, en el caso de las llamadas 'políticas de juventud': reducción de salarios mínimos, condiciones degradadas de contratación respecto a los 'mayores', reducción de los derechos sociales, etc.49 2. Académicos globalizados. Algunos científicos sociales han contribuido, y en no poca medida, a esa naturalización, formulando historias simplistas y dicotómicas de la evolución de las sociedades y del papel del trabajo en ellas, que acaba justificando políticas de empleo que se presentan, como se las ha llamado, como "amortizadores sociales", como si fueran logros, desde 47 Sobre las políticas de empleo como creadoras de marcos que moldean las imágenes del trabajo ya argumenté en "Crisis del trabajo y cambios sociales. El futuro presente", publicado en 1987, y ahora recogido en El trabajo del sociólogo,1994. 48 El trabajo del futuro, p. 3. "La deriva hacia el 'liberalismo' se realizó de manera insensible, y por tanto, imperceptible, como la deriva de los continentes, y ocultó así a las miradas sus efectos más temibles a largo plazo", Pierre Bourdieu, Contrafuegos, p. 147. 49 Sobre esto volveré con el ejemplo del Plan de Inserción para jóvenes que desencadenó en España una huelga general de gran repercusión social en 1988. 138 Los estragos de la subcontratación abajo imprescindibles, en estos nuevos tiempos que bautizan, poco rigurosamente, pero modas obligan, como de 'globalización'. Así, en lugar de atender a un análisis fino y detallado de los cambios de largo plazo, sustantivos y de fondo, en las tendencias y modos de regulación de las sociedades, ya sean estas las nuestras, 'sociedades industriales avanzadas', o su anverso, en los muchos otros lugares del mundo a los que ha de dirigir su mirada si quiere entender la complejidad creciente en la que vivimos 50 ; en lugar de ello, digo, se fabrica una imaginería que contrapone el antes (pocas veces concretado en fechas, tiempos o ritmos) con un hoy, un después, absolutamente contrapuesto a aquellos buenos y felices tiempos51. Se dirá, entonces, que ha habido unos cambios estructurales (siempre palabras poco precisas pero que añaden aparente autoridad científica), entre, "comienzos de los ochenta" (antes) y después de 1995, por ejemplo, en la antigüedad media de los trabajadores en las empresas. O que "en las últimas décadas el sistema productivo ha dado un vuelco extraordinario hacia el sector servicios", como si esa categoría puramente estadística nos diera alguna indicación: en el caso de España, la hostelería y la restauración son sectores especialmente propicios a los contratos llamados 'basura' por los sindicatos, a la intensidad en el 50 Así, por ejemplo, en un estudio publicado en 1984 planteamos como la reorganización productiva en curso, la descentralización productiva y la eventual emergencia de distritos industriales, estaba, y está, íntimamente vinculada con la reorganzición interna de las empresas, y la entonces floreciente cosecha de las llamadas "nuevas formas de organziación productiva" (incluido en Castillo, 1991,Las nuevas formas de organización del trabajo, pp. 21-35). Veáse Beck, The brave new world of work, 2000. 51 Lo ha resumido muy bien Alain Cottereau, en Billiard, 1995, p. 95: "Notre société fonctionne plus que jamais avec des mithologies, des paradis perdus ou des enfers perdus". 139 Los estragos de la subcontratación trabajo, a las largas jornadas y, según los datos de 1999, a los accidentes laborales. No le veo a este cambio estadístico su utilidad como signo de modernización alguna si no se baja al terreno concreto y vivido de lo que pueden estar reflejado en ellos, y que sólo pueden adquirir sentido analizando las transformaciones ocurridas en las relaciones sociales. De esta forma, una parte de la sociología académica contribuye a reforzar los lugares comunes, la ideología básica, el common knowledge,contra el que debiera situarse el conocimiento científico, construyendo saberes que permitan abrir posibilidades de transformación de lo existente. Se 'inventa' así un antes de 1980, por indicar una fecha especialmente importante desde la perspectiva de las relaciones laborales en España, en que se promulga el Estatuto de los Trabajadores; un antes con el que se constrasta un 'hoy' donde todo es diferente: globalización, predominio de los trabajos en el sector servicios, condiciones de empleo en las que el paro y la precariedad son la norma... Como si 'antes' la economía no estuviera 'globalizada', todos los trabajadores estuvieran en la economía oficial y regular, con buenas condiciones de contrato, capacidad de negociación y presencia sindical en las empresas, y los contratos fueran indefinidos: un paraíso perdido del mismo género que las caracterizaciones y conceptos passe partout que permitían hablar con trazos gruesos de 'fordismo', sin gran preocupación por matizar sus contenidos, y que ahora se resuelven invocando la 'nueva economía' o el papel revolucionario del uso de las redes telemáticas o de internet52. 52 Ya provocamos la desazón de estos poco críticos sociólogos críticos con un tema de portada de la revista Sociología del Trabajo, n. 21, primavera de 1994 "Un fordismo que nunca existió", 140 Los estragos de la subcontratación Puede decirse, como lo ha hecho Michel Callon para la ciencia económica, que estos sociólogos, no interpretan la sociedad, sino que la fabrican y cons truyen 53 , justificando así, aunque aparentemente, según sus declaraciones, sus propósitos sean otros, la situación existente y, con ella las políticas de empleo y salario que les proporcionan pingües ingresos de investigación y oportunidades de valorización académica. No es de extrañar, por tanto, que den por hecho que, en su orientación actual, estas políticas, encaminadas a poner paños calientes a una situación que, según ellos, se ha desclasado, que no tiene intereses, sino que tan sólo lucha por abrise paso en un mundo de flujos y relaciones sociales mundializado, es la mejor de las políticas posibles. Sus análisis, que adoptan un tono semiculto, en el que repiten simplemente la ideología dominante, acaban tomando al pié de la letra las 'exposiciones de motivos' que preceden a la legislación y medidas de políticas de empleo, hasta creer que realmente su objetivo es, simplemente, la 'creación de empleo'. Y ni siquiera se detienen a analizar la forma en que se aplican esas normas, cómo las gestionan los actores sociales, o en que medida acaban constituyendo tan sólo una cortina de humo que oculta las verdaderas transformaciones de fondo que están ocurriendo ante sus ojos. proponiendo estudios directos sobre el terreno, en relación con los actores sociales. Veáse "¿De qué fordismo me hablas?", incluído en El trabajo del sociólogo. 53 "Economics, in the broad sense of the term, performs, shapes and formats the economy, rather than observing how it functions"; "economy is embedded not in society but in economics". Michel Callon, The laws of the market, 1998, pp. 3 y 30. 141 Los estragos de la subcontratación 3. Cambiando de chaqueta. Las políticas de empleo son presentadas, en esta óptica, como una descripción, y no como una interpretación de transformaciones de más hondo calado. Como si estas actuaciones, puntualmente aireadas y difundidas, estuvieran plenamente integradas en el mecanismo, en la caja negra, del funcionamiento de los sistemas económicos: lograr una mayor tasa de incorporación de la mujer al mercado de trabajo, un casi imperceptible descenso de las tasas de empleo precario, una menor marginalidad de los jóvenes ante el empleo... Se tiende por tanto -carrera académica obliga- a estar dentro y fuera del sistema de maquillaje de una realidad que se hace tan dura en sus datos desnudos, que parece excesiva a todas luces. Como el director de cine de Más allá de las nubes, de Michelangelo Antonioni y Wim Wenders, que reflexiona, tras la confesión que la protagonista de uno de su 'cuadros' le hace, de que ha matado a su padre de doce puñaladas, sobre cuántas podrá él incluir en su guión para que sea creible para el público. Y tolerable para quien financia sus investigaciones, diríamos del sociólogo, porque tanto ensañamiento, las doce puñaladas de la protagonista, piensan, no las creería nadie. Y vendrán entonces las clasificaciones, que ya muestran un sesgo interesado: políticas activas o pasivas, por ejemplo. Las buenas son las primeras, claro, las que, al menos según las declaraciones de intenciones van destinadas a crear empleo, mientras que las pasivas, las pensiones, 142 Los estragos de la subcontratación por ejemplo, se connotarán siempre como gastos sociales que ojalá pudieran evitarse. Aquí también las metáforas, a poco que se analicen, son bien reveladoras. No se escatimarán ideas hechas, por ejemplo, sobre los parados, a los que conviene 'estimular' dejándolos al viento serrano del mercado para que así se muevan, busquen y rebusquen empleos del tipo que fuere: y si para ello han de renunciar a utilizar sus saberes o calificaciones, tanto da. La cuestión es, finalmente, "vincular bienestar con trabajo", esto es, en la aparente neutralidad de las palabras 'activar' a los perceptores de subsidios del Estado de Bienestar, por muy canijo que el desarrollo del mismo pueda ser54. Como fué dicho por una autoridad política de primer orden en España, lo que importa es crear empleo, el cómo y su contenido importa poco. Veáse esta perla escogida al azar entre la parafernalia de disposiciones legales para el fomento del empleo: "en congruencia con la finalidad de esta norma, el derecho a la prestación o al subsidio por desempleo se extinguirá cuando los beneficiarios rechacen participar en acciones de formación profesional, rehusando adquirir la capacidad necesaria para acceder a un puesto de trabajo e instalándose de forma insolidaria en la protección por desempleo"55. 54 Un espléndido análisis de los problemas y de las situaciones que se dan en un contexto europeo es el contenido en M. Heikkilä, Linking welfare to work, Dublín, European Foundation, 1999. Todos los textos son imprescindibles, pero destaco el de Dirk Geldof, "New activation policies: promises and risks", pp. 13-26. 55 Exposición de motivos, Real Decreto-Ley 1/1992, de 3 de abril de medidas urgentes sobre fomento del empleo y protección por desempleo, Boletín Oficial del Estado, 7 abril 1992, p. 11644. Un conocido sociólogo escribió entonces en El País, sábado 23 de mayo de 1992, p. 12, "La huelga y yo", por Manuel Castells: "Haré huelga a la huelga [general]. Porque reivindico mi derecho a cuestionar este modo obsoleto de hacer política"; "si hago huelga, entonces estoy de acuerdo con la picaresca del subsidio de desempleo que todos conocemos y que tanto cuesta a los contribuyentes". 143 Los estragos de la subcontratación 4. Políticas generales: las grandes reformas. Por mi parte prefiero identificar y destacar políticas generales, globales, que forman parte de un diseño político a largo plazo, y que están en los orígenes de la situación actual del mercado de trabajo, de la identidad de las y los trabajadores o del declive sindical. Las políticas de empleo y salario actuales no son más que una pequeña parte de esos haces estratégicos. Son sus flecos o adornos. Y en su aplicación actual, producto de negociaciones o presiones (¡aún posibles¡) de los trabajadores y de sus sindicatos. Partos del 'diálogo social' que pretende suavizar las consecuencias de los movimientos de fondo provocados por la intervención sobre la sociedad que está en el origen de los 'males' a los que ahora se pretende poner remedio con políticas de medio alcance, muchas veces contradictorias entre sí. Un caso ejemplar es el de las políticias de prejubilaciones, o jubilaciones anticipadas, que han producido una auténtica sangría o pérdida de conocimientos, saberes y desintegración de grupos y colectivos de trabajo. Y ello por no hablar de los trastornos personales familiares y sociales que esas políticas indiscriminadas han tenido en distintos países europeos, y muy especialmente en España durante la década de los noventa 56 . Hoy las políticas tanto europeas como españolas, intentan justamente lo contrario: restaurar los daños hechos 56 Sobre ello hemos publicado "Biografías rotas", un capítulo incluído en A la búsqueda del trabajo perdido. 144 Los estragos de la subcontratación por esas políticas de empleo, que se basaron en ideas hechas sobre el presunto desgaste o incapacidad de los "trabajadores envejecidos", un fleco más de la ideología del fin del trabajo. Y no sólo por motivos demográficos: descienden los tamaños de las cohortes, sino también porque ahora se evalúa mejor el papel que juega en la producción y reproducción de la sociedad el saber tácito, los saberes informales, la experiencia, la coherencia aportada al grupo de trabajo, por esos trabajadores que han pasado de "envejecidos" a "experimentados", tanto en la jerga sociológica como en la de los decisores políticos57. Si tomamos el caso español como ejemplo, y el periodo de los últimos dieciocho años, esto es desde 1982 hasta el presente, la política general de empleo se ha distinguido por una toma de partido global por el debilitamiento de la posición de negociación en las relaciones laborales en cuanto corresponde a los trabajadores. Desde el punto de vista de la intervención normativa, leyes, decretos, reglamentos, circulares..., hay dos momentos de especial relieve: 1984, cuando se promulga la primera reforma laboral que cambia sustancialmente las reglas del juego para los actores sociales, introduciendo una plétora de posibilidades de contratación (hasta catorce distintas), lo que está en el origen de las altas tasas de contratación 57 Veáse la investigación de Jesús Villena "Conocimiento, cualificación y experiencia: la exclusión de los trabajadores mayores en los procesos de innovación yla pérdida de la memoria colectiva", en Castillo y Villena, 1998, pp. 287-305. Digo rectificación de políticas en el texto y eso es más la expresión de un deseo que una realidad: mientras reviso este texto, la fusión de dos grandes empresas eléctricas en España se 'suaviza', otra vez, con políticas de prejubilaciones que afectan a la mitad de la plantilla de las mismas , con un coste muy importante para el sistema público de seguridad social (Veáse El País, 5 de octubre de 2000). 145 Los estragos de la subcontratación temporal y rotación en los puestos de trabajo; contratos precarios que llegaron antes de finales de la década de los ochenta a ser un tercio de la población asalariada. El segundo momento álgido de esa política general en relación con el trabajo, o contra el trabajo se podría decir en el sentido anglosajón, es una nueva (cuando ya parecía imposible) reforma laboral que introduce, en 1994, las empresas de trabajo temporal, un reducido número de contratos que, con nombres distintos, acabaran siendo utilizados por los empleadores como lo eran los antiguos: para convertir en trabajadores temporales, subcontratar y externalizar ya no servicios especializados, sino partes enteras de los procesos de producción o de control, por supuesto, pagando menores salarios por ello 58. Muchas más intervenciones 'globales' ha habido en ese periodo, puntuales unas, otras de alcance también tan importante como las emprendidas en las fechas mencionadas: baste mentar los distintos acuerdos que convergen en 199759. 58 Un ejemplo de contribución sociológica a la normalización e inevitabilidad de las grandes reformas: Enrique Gil Calvo escribe en El País, el 4 de enero de 1994, ante la convocatoria de huelga, y descalificando a los sindicatos: "Una huelga general tan aparentemente inútil sólo para camuflar su negativa [la de los sindicatos] a comprometerse con las inevitables reducciones de los costes laborales". La argumentación sindical puede verse en Martin y Santos, 1993-94, "Proyecto del gobierno sobre reforma del mercado de trabajo: garantismo versus regulación". 59 Veánse, como ejemplo, en MTAS, 1997. En la Conferencia Internacional, "The social dimension of employment: institutional reforms in labor markets", organizada por el IESE en Barcelona, 18-19 de septiembre de 2000 se presentaron las "Claves de una nueva reforma laboral en España". Un resumen de la intervención del actual Ministro de Trabajo en ABC, 20 de septiembre de 2000, "Aparicio aboga por sentar las bases de la reforma laboral antes de fin de año". 146 Los estragos de la subcontratación Las transformaciones, los impactos sociales, de esas políticas generales, son, a mi juicio, visibles tan sólo con contemplar la evolución de algunos indicadores económicos, demográficos o sociales. Lo ilustraré inmediatamente con un ejemplo muy relevante. Pero antes conviene indicar que la deriva que se acentúa a partir de 1984, la primera contrarreforma del mercado de trabajo, con un Partido Socialista que se enfrenta y separa de su propio sindicato, la UGT, crece ensoberbecida, con intervenciones de responsables de la política general de empleo, de alto nivel, y de sus sociólogos asesores. Los mismos sociólogos o economistas 'críticos', sin matáfora ni equivalente funcional, que ahora son defensores mayores de las políticas de 'parches', y los beneficiarios de los contratos de investigación, del fomento de la 'empleabilidad'60, y de otras coberturas retóricas que, según pomposamente declaran ahora, a poco que se les invite a una mesa redonda, vienen a paliar, los barros y lodos que han generado aquellos polvos que ellos mismos implantaron bajo forma de normas y cambios de las reglas del juego de las relaciones laborales, la que fue -a su decir de entonces- su contribución a la modernización de España. La Huelga General de diciembre de 1998 en España tuvo como detonante de su convocatoria la propuesta del Ministerio de Trabajo que pretendía hacer legal un contrato precario para los jóvenes aún más degradado de lo que permitían los numerosos tipos de contrato de la ley 60 Una consigna que, como lo ha escrito Wolfgang Streeck, supone orientar las políticas públicas no hacia la desmercantilización de los individuos, sino, antes al contrario, y en teoría, a crear condiciones iguales para su conversión en mercancías (Streeck, 2000, p. 14). 147 Los estragos de la subcontratación de 1984, y ello, aún con menor salario. El éxito de la convocatoria de huelga obligó al gobierno a retirar aquel proyecto de ley y a negociar con los sindicatos todos los puntos que habían motivado la convocatoria de la misma, que incluían aspectos de vivienda, jubilaciones, discriminación laboral de la mujer, los jóvenes, y todo un abanico de temas que devolvieron al 'diálogo social' un aire de vitalidad que pronto se agotó, una vez que las políticas de desestruturación de la clase obrera recobraron el aliento 61. Pero, para mi argumento aquí, lo que se puede destacar es el hecho de que la degradación del marco general laboral parecía un camino por el que la política general amenazaba con volver a pasar y a pisar, siempre, fuerte. Aquellos finales de los ochenta contemplaron un buen ciclo para la economía, que sin embargo no abordó los primeros noventa con síntomas de crecimiento, sino todo lo contrario. El buen clima económico repunta nuevamente a partir de 1995, precisamente con una nueva contrarreforma laboral aprobada en 1994. Y esta vez la huelga general convocada, expresamente contra esa contrarreforma legal, en enero de ese año, no pudo parar su implantación. Pues bien, en ese marco, la evolución de un indicador indirecto de la situación de las relaciones laborales, como son los accidentes de 61 F. Valdés Dal-Ré, "La flexibilidad del mercado de trabajo: teoría e ideología", 1999, pp. 128130. 148 Los estragos de la subcontratación trabajo dice algo sobre las tendencias de medio plazo de nuestras sociedades. Las tendencias que generan las políticas generales, y entre ellas, claro está, las políticas de empleo y salario, y que se están convirtiendo en las condiciones, las reglas del juego 'normales', de despliegue de la conversión de la fuerza de trabajo en trabajo efectivo. A través suyo, de los datos sobre accidentes, y pese a ser esos datos únicamente el registro estadístico de 'daños súbitos a la salud', y por tanto no dar información alguna sobre desgastes prematuros de la salud, sobre trastornos psicológicos, sobre la carga de trabajo, y tan sólo indirectamente, tras elaboración, de la intensidad en el trabajo; pese a ello, digo, nos pueden abrir los ojos, darnos indicios, de impactos sociales, de cambios en las relaciones laborales. Tanto el volumen global, como la tasa de incidencia, esto es el número de accidentes por cada mil trabajadores cubiertos por la contingencia de la seguridad social62, son notablemente altos en España, más que en la mayoría de los países de la Unión Europea. Y lo son a lo largo de las dos últimas décadas. Que esa evolución, creciente también en los datos de los meses que han transcurrido de este año 2000, se de en una economía que ha visto reducido el peso de sectores más 'propensos al accidente', como la construcción metálica, por ejemplo, no deja de ser sorprendente. ¿Dónde y cómo se producen esos accidentes, 'daños súbitos a la salud', en una estructura económica que trata cada vez más procesos inmateriales?. 62 Si estamos ante una economía más No se olvide que el registro de datos se hace con fines de indemnización. 149 Los estragos de la subcontratación 'moderna' y que, por ello, contiene en sí misma menos riesgo de accidente físico, ¿a qué se debe este crecimiento?. Mi argumento es que esos datos reflejan los cambios globales impuestos por políticas continuadas de precarización laboral que tienen ejes matrices muy anclados en la política general, y a la que las 'políticas de empleo aliviadoras' pueden contrarrestar en poco. Es poner una barrera de pajas y barro a un rio avasallador. Se ha socavado así la base misma sobre la que las gentes pueden edificar la defensa de un trabajo decente, las condiciones de un trabajo que no les despoje de todo aquello que les permitía no sólo llevar a cabo su tarea con profesionalidad, aplicación, y hasta orgullo y entusiasmo, sino también construir su vida como ciudadanos y como personas. Y en ese clima, cualquier reticencia ante las imposiciones que 'voluntariamente' le solicite su empleador, podrá ser causa de perder sus medios de vida. Y por ello, acuciado por cifras y tasas de paro superiores al veinte por ciento de la población activa, y porcentajes de precariedad que superan en muchos sectores la mitad de la población ocupada, se arriesgará más, trabajará más rápido, e incluso se lo pensará mucho antes de ausentarse por una enfermedad, como han documentado profusamente los sindicatos. Y sin esa red de la seguridad de su trabajo, 150 Los estragos de la subcontratación de su equipo de compañeros, de capacidad de defensa, se accidentará más63. Pues bien, los años 1984 y 1994, años clave como he indicado del cambio radical de rumbo en el marco de las relaciones laborales son, ambos, punto de inflexión y de inicio de dos fases distintas pero perfectamente identificables de crecimiento acelerado y continuo de los accidentes laborales, coincidentes, como digo, con la introducción de dos grandes orientaciones de la política general respecto del trabajo y los trabajadores. En 1984 el índice de incidencia de la siniestralidad, es decir, número de accidentes por cada mil obreros, era de 53,3. Para 1990 ya se había situado en 68,6. En los dos años siguientes hay un descenso relativo del índice, hasta que llega la nueva reforma de 1994. Y entonces, de un índice de incidencia, de 54,6 en 1993, se pasará a 60,6 en 1996, a 68,3 en 1998 y a 72,8 en 1999. Y continúa creciendo en los meses que van de este año milenario: entre 1994 y 1999 la cifra de accidentes ha crecido en algo más de 600.000, esto es un doce por cien acumulativo anual64. 63 Aumentan los accidentes en la estadística, pero, como es obvio para quien trabaja con estos datos, los accidentes reales son muchos más: porque la estadística no recoge los accidentes de los trabajadores llamados 'autónomos', una categoría muy importante, por ejemplo, en el sector de la construcción, uno de los más castigados por los accidentes laborales en España. De 1,3 millones de activos en ese sector en 1998, 300.000 son autónomos. Las estadísticas de tráfico descubren la escalofriante cifra de 417 conductores profesionales muertos el pasado 1999, la mayoría trabajadores autónomos. Estos muertos se añaden a los más de 1.500 recogidos en la estadística de accidentes (El Mundo, 6 de febrero de 2000, p. 8, "El transporte por carretera tiene el récord de siniestralidad laboral"). 64 Anuario de Estadísticas Laborales y de Asuntos Sociales, 1999, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. El indice de incidencia es el "número de accidentes con baja acaecidos durante la jornada 151 Los estragos de la subcontratación Y no caben muchas matizaciones: si analizamos los datos de que disponemos sobre quienes son los 'perdedores', los que reciben más daños a la salud como categoría, nos encontramos con contratados precarios, jóvenes, sin experiencia en el trabajo concreto por la alta tasa de rotación en su ocupación, o sea por ocupar muy distintos puestos de trabajo en un año: la media de la renovación de contratos es de casi cuatro por año, pero no será raro encontrar doce, quince, veinte contratos, y se supone, trabajos distintos en un año. Según datos aportados por los sindicatos, "hay un millón doscientos mil trabajadores a los que se les realizan diez o más contratos a lo largo de un año en la misma empresa"65. Pierden su salud o su vida, por tanto, los trabajadores 'fabricados' por las grandes reformas laborales: sin contrato, con contratos, en ocasiones de días o de horas, jóvenes obligados a serlo hasta los 35 años. Obligados a ofrecerse ('voluntariamente', claro) en el mercado de trabajo como fuerza de trabajo débil, sin capacidad de negociación. Para ser utilizados en los procesos de producción todo lo 'fuerte' que permita el desgastar aceleradamente sus competencias y cualificaciones, desprovistos de los saberes de un oficio o de un equipo, como una pieza que aún cuesta maquinizar o introducir en un circuito impreso. de trabajo por cada mil trabajadores expuestos al riesgo". La evolución de este indicador corre parejo con la evolución del ciclo económico y del empleo, lo que viene a corroborar nuestro argumento, puesto que los puestos de trabajo creados son en su inmensa mayoría precarios. En los primeros siete meses de 2000 los accidentes del trabajo han crecido un 10,82 por ciento sobre el mismo periodo de 1999 (El País-Negocios, 30 de septiembre 2000. 65 El País (Economía y Trabajo), 25 octubre 2000, p. 72. 152 Los estragos de la subcontratación En un reciente Informe General sobre Siniestralidad66 se concluye: "el crecimiento general de la siniestralidad laboral que se ha producido desde 1994 se debe al crecimiento de la siniestralidad que sufren lo trabajadores temporales", cuya tasa media triplica la que sufren los trabajadores con contrato indefinido. Y en ese contexto, una ley como la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (1995-6), que suponía la traslación a la legislación española de una Directiva europea, y que se podía esperar que venía a parar esa auténtica hemorragia de vidas humanas, de capacidades humanas, de salud, es decir una intervención mayor, pero subordinada en relación a las grandes tendencias de fondo que traman la política general; una ley que ha apostado fuerte en su texto por la regulación de los límites que los procesos de producción y su organización deben contener, no ha producido una reducción en las cifras estadísticas, en el registro oficial de daños. No sólo eso, sino que las cifras de accidentes siguen creciendo hasta hoy mismo, hasta el punto de que la alarma social ha llevado al Presidente del Gobierno a recabar de una comisión de expertos un informe especial sobre el asunto. Las explicaciones de que ni está ley, ni un llamado "Plan de Choque contra la Siniestralidad", consensuado por el Gobierno con los distintos actores sociales al final de 1998, hayan producido el 'impacto' de reducir la accidentabilidad, son muchas, y algunas complejas. Pero, en mi opinión, el que está ley, como ha sido dicho con crudeza, exista sólo en el 66 Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo: Informe general de Siniestralidad Laboral en España, Madrid, INHST, 2000, p. 15. 153 Los estragos de la subcontratación papel, y sus presuntos beneficios no sean tan explícitos como se esperaba (al menos en el preámbulo o exposición de motivos de la misma), radica sobre todo en el deterioro general de la capacidad de negociación de los trabajadores que ha traido consigo una precarización que, con un arranque o andante con motto que se puede situar en 1984, y con allegros vivaces como los de 1994, se exacerba y se enracina en la sociedad un poco más cada día. La implantación de este marco o telón de fondo, donde el trabajo pierde posiciones y fundamentos, se hizo con el apoyo de los forceps científico-ideológicos que más convenían a la ideología (social y científica) de cada momento: las nuevas tecnologías en los ochenta, por ejemplo, hábilmente simultaneadas con las políticas de reestructuración y 'saneamiento' industrial de los mismos años 67 . El Partido Socialista, seguro de poder imponer en vía parlamentaria sus proyectos de ley, al detentar la mayoría absoluta de la Cámara, inició con su llegada al poder en 1982, un parteaguas que está en la base de la situación actual. 5. Cambiar de política general. "Se empieza, pues, a sospechar -concluye el maestro Bourdieu en su intervención "Actualmente la precariedad está en todas partes"- que la precariedad laboral no es el producto de la fatalidad económica, 67 Veánse, para esos años, M. Castells y otros: Nuevas tecnologías, economía y sociedad en España, 1986, con un prólogo de Felipe González. 154 Los estragos de la subcontratación identificada en la famosa 'mundialización', sino de una voluntad política"68. Una voluntad política de largo plazo, perseverante, continuada en sus líneas maestras y sólo divergente en lo cosmético, en la apariencia, con el cambio de mayoría gubernamental 69 . En esta dirección las políticas estatales, mediadas en Europa muy débilmente en este punto por las políticas europeas (y si no reléase en esta dirección el emblemático Informe Delors), ni siquiera la no tan lejana Cumbre de Luxemburgo 70, se han confrontado, y no siempre, con políticas industriales y de empleo, de más bajo nivel, claro está, pero también más generalizadas, y por tanto con importante repercusión social, más pegadas a las necesidades locales y de colectivos específicos apadrinados por las Comunidades Autónomas, los gobiernos regionales en España. Mi conclusión, desde luego, es que lo que una política general ha construido como la realidad social que es la nuestra actualmente, se puede contrarrestar, refundir o destruir también con política. Y el primer paso que nos toca dar, como científicos sociales, como argumentaba tan lógicamente Michel Serres, es ir a la raiz de lo que nos exige nuestro oficio, llevando al límite nuestra capacidad de conocer, y 68 Pierre Bourdieu, Cortafuegos, p. 124. Incluso, como han puesto de relieve intervenciones de analistas cualificados, las formas de gestión de la reforma laboral de 1997, y la actualmente en curso de negociación, entre el gobierno y los interlocutores sociales, se ha caracterizado por un desarrollo y profundización de las vías del diálogo social que se contrapone con la reforma impuesta y no negociada de 1994. Ahora bien: lo que hoy es posible negociar no es sino una versión del "despotismo hegemónico" tan certeramente identificado por Burawoy ya en 1985: se 'negocia' lo inevitable. 70 Veáse Aragón y Cachón, "Mercado de trabajo, empleo y políticas de empleo: Consideraciones desde una perspectiva europea", 1999, pp. 70-73. Veáse la crónica de EL País, sobre la 'Cumbre del Empleo", 21 de noviembre de 1997, p. 63, "30.000 sindicalistas exigen en Luxemburgo a los Quince políticas concretas contra el paro". 69 155 Los estragos de la subcontratación comprometiéndonos con los resultados de nuestra indagación. Desnaturalizar las situaciones que se dan por inevitables. Que se pretende han sido traídas por corrientes mundiales que no podemos evitar. Si los caminos pueden ser diversos, podemos escoger, podemos tener, como ha dicho Jean-Paul Fitoussi, "la libertad de elegir". Así aportaremos datos, hechos, palabras, interpretaciones que, transformadas en hechos sociales, encarnados como fuerza social, junto con tantos otros, salgan a la calle metafórica y realmente. Así, contra 'recetas' y curanderos de diversa procedencia formativa, que en muchos casos fueron los inspiradores de las grandes reformas, hay que ir a las causas primeras y fundantes de este orden económico. Contra esta violencia estructural, estructurada y 'legitimada' por gurús massmediáticos, hay que pedir y hacer política global. Una política global fundada sobre lo que realmente sabemos sobre la sociedad, sobre las distintas sociedades, que coloque a las personas, a la inmensa mayoría, en el lugar que hoy ocupan las cotizaciones de las bolsas de comercio. Sobre las líneas maestras de esa política no sería difícil llegar a acuerdos de principio. Se puede, como recoge Fitoussi de la propuesta de Dan Usher, partir de preguntas como ésta: "¿Es propensa ésta o aquella reforma a 156 Los estragos de la subcontratación incrementar la adhesión de las poblaciones a la democracia, o por el contrario de debilitarla?". Se pueden, luego, articular políticas concretas, que estén implicadas en esas ideas generales. Por ejemplo el abanico tan sugerente, que como investigador social y como político ha propuesto recientemente Riccardo Petrella, hablando de la formación profesional71. Se puede, incluso pese a las trampas que supone esa perspectiva, preguntarse, como lo ha hecho Kelly72, si las consecuencias sociales, es decir los impactos sociales negativos para la constitución de ciudadanos más libres y más sabios, podrán poner en cuestionamiento el funcionamiento de la propia "maquinaria económica". Digo que se puede hacer ese planteamiento, pensando en movilizar a ciertos actores en función de sus propios intereses, aunque muchos no veamos mucho futuro a esa perspectiva. Ni siquiera como argumento interno a la propia argumentación 'productivista', de 'competitividad' en productos altos en calidad y contenido, y sobre todo, en beneficios, claro. Pero, sobre todo, como lo ha escrito con gran agudeza y concreción un sociólogo español, en la prensa diaria, esos objetivos se pueden identificar si desde la izquierda -en Europa, en su argumentoestamos "dispuestos a pagar el precio de empuñar los valores de la igualdad. Tanto en el interior de cada país como en la perspectiva 71 Me refiero a su intervención en mayo de 1999 en el congreso organizado por el INOFOR portugués, en Lisboa, sobre "División del trabajo, competencias, cualificación", cuyas actas acaban de publicarse, en septiembre de 2000. 72 Veáse Kelly, 2000, p.17. 157 Los estragos de la subcontratación mundial. Sobre todo hoy, cuando la glorificación del dinero, el empleo precario, la neocolonización de los países del Sur, la exaltación del éxito, la privatización de las funciones públicas, la sustitución del Estado social por el Estado penal, han entronizado la desigualdad como una realidad natural e inalterable" 73, lo que deja poco espacio para una solidaridad tradicional de tipo redistributivo. "Sólo si las inseguras nuevas formas de empleo pagado se convierten en un derecho a múltiples trabajos, un derecho a la discontinuidad, un derecho a escoger las horas de trabajo, un derecho a un tiempo de trabajo consagrado en los convenios colectivos; sólo entonces pueden asegurarse nuevos espacios para la coordinación del trabajo, la vida y la actividad política"74 En todo caso, y por lo que nos concierne como científicos sociales (y como ciudadanos) quizá lo prioritario sea decir alto y claro aquellas que son nuestras conclusiones como investigadores. Los 'estragos del trabajo', por homenajear aquí aquel valiente libro del sindicato francés CFDT, no pueden seguir mereciendo tan sólo buenas palabras, políticas de 'parcheo', o cientos de números, que encantarían al Mr Gradgrind de turno tan bien retratado por Dickens, ése científico social que vive sobre, de y por la ciudad obrera, y para el que sólo existen los obreros si los enumeran las estadísticas. 73 José Vidal-Baneyto, "¿Cabe la izquierda en Europa?", en EL País, Madrid, 4 de noviembre de 2000, p. 12. La negrita es mía, JJC. 74 Ulrick Beck, The brave new world of work, 2000, p. 7. 158 Los estragos de la subcontratación Para decirlo una vez más como Voltaire, las buenas palabras no encajan bien con las masacres. Madrid, otoño de 2000 REFERENCIAS: ARAGÓN, Jorge; CACHÓN, Lorenzo: "Mercado de trabajo, empleo y políticas de empleo: consideraciones desde una política europea", en Cuadernos de Relaciones Laborales, n. 15, 1999, pp. 51-76. 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Novos modelos de produçao: trabahlo e pessoas, Lisboa, Editorial Celta, 1998 (con Ilona Kovacs). A la búsqueda del trabajo perdido, Madrid, Tecnos, 1998. Teamwork in the automobile industry: radical change or passing fashion?, Basingstoke, Macmillan, 1998, [Co-Editor], editado también en francés por La Découverte. Ergonomía: conceptos y métodos, Madrid, Editorial Complutense, 1998[Co-Editor]. El futuro del trabajo, Madrid, Editorial Complutense, 1999. Which way forward for the Sociology of work?, número monográfico de Current Sociology, vol. 47, 2, 1999. - Estudios del trabajo en El Caribe, Universidad de Puerto Rico, Proyecto Atlantea, 1998,(co-editor). Identification, assessment and recognition of nonformal learning in Spain, Luxemburgo, Oficina de Publicaciones de las Comunidades Europeas-CEDEFOP, 1999, (co-autor). 162 Los estragos de la subcontratación Sus libros más recientes son: - Arqueología industrial en Madrid: la memoria del trabajo y el patrimonio industrial del sudeste madrileño, 1905-1950, Aranjuez, Editorial Doce Calles, 2002,[Coautor] - En la jungla de lo social. Reflexión y oficio de sociólogo, Madrid-Buenos Aires, Editorial Miño y Dávila, 2002. - Los obreros del polo: una cadena de montaje en el territorio,[coautor], Madrid, Editorial Complutense, 2002. - La democracia industrial, de Sidney y Beatrice Webb [1898], edición y estudio preliminar de Juan José y Santiago Castillo; Madrid, Fundación Largo Caballero, 2003. Entre otras publicaciones, no incluidas en libros, se destacan: - "¿Nuevas formas de trabajo o precarización del empleo?", en F. Valdés Dal-Ré, editor: Sindicalismo y cambios sociales, Madrid, Consejo Económico y Social, 1994, pp. 59-74. - "Globalización y reestructuración productiva: impactos sociales y nuevas perspectivas. Los 'nuevos' modelos productivos", en Ensaios FEE, (Porto Alegre, Brasil), año 18, n. 1, 1997, pp. 148-180. 163 Los estragos de la subcontratación - "Arqueología industrial en Madrid: un programa de investigación en las ciencias sociales del trabajo", en Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo, año 5, n. 9, 1999, pp. 173-189.[Co-autor] - "La sociología del trabajo entre dos siglos", en Sociología del Trabajo, n. 39, primavera de 2000, pp. 111-134. (co-autor) - “División del trabajo, cualificación, competencias: una guía para el análisis de las necesidades de formación por los trabajadores”, en Sociología del Trabajo, nueva época, n. 40, otoño de 2000, pp. 3-50 [Coautor] - “La sociología del trabajo hoy: la genealogía de un paradigma”, en Enrique De la Garza (ed.): Tratado Latinoamericano de Sociología del Trabajo, México, FCE, 2000, pp. 39-64. - “Pasión y oficio: Beatrice Webb en la fundación de la sociología”, presentación del texto “Diario de una investigadora”, Revista Española de Investigaciones Sociológicas, n. 93, enero-marzo 2001, pp. 183-187, seguido, pp. 189-201 del texto citado. - “El patrimonio industrial y la memoria del trabajo en la Comunidad de Madrid”, en Butlletí d’Arqueologia Industrial i de Museus de Ciència y Tècnica, primer trimestre de 2001, [Coautor] - “Conclusion: The Sociology of Work today: looking forward to the future”, en D. Cornfield y R. Hodson (ed.): Worlds of work. 164 Los estragos de la subcontratación Building an international Sociology of Work, Nueva York, Kluwer Academic / Plenum Publishers, 2002, pp. 346-359. - “Accidentes de trabajo en España: la construcción social de la normalidad”, en Sociología del Trabajo, nueva época, n. 44, invierno 2002, pp. 145-155. - “Mujeres al final de la cadena: el entorno productivo de VW-Navarra”, en Sociología del Trabajo, nueva época, n. 47, invierno 2002-2003, pp. 3-40 [Co-autor] Investigaciones en curso: - "Para una recuperación de la memoria del trabajo en la Comunidad de Madrid". “Inventario del Patrimonio Industrial de la Comunidad de Madrid, IPICAM” (2000-2005). Proyectos financiados por la Consejería de Educación y Cultura de la CAM, actualmente en su cuarto año de desarrollo. Directores del equipo de investigación: Paloma Candela, JJC y Mercedes López García. - "El trabajo invisible en España: una evaluación y valoración del trabajo realmente existente, de su condición, problemas y esperanzas", Proyecto que incluye seis equipos de investigación de distintas universidades españolas. Investigador principal, Juan José Castillo. Programa Nacional de Promoción General del Conocimiento, (BSO2000-0674), 2001-2003. 165 166 Los estragos de la subcontratación 167 Los estragos de la subcontratación 168 Los estragos de la subcontratación RECOMENDACIONES DE UGT-MADRID La Seguridad y la Salud en el trabajo forman parte de las condiciones de trabajo, por lo que deben ser negociadas en los convenios colectivos. A través de la negociación colectiva debemos de superar los mínimos establecidos en la LPRL, garantizando las mismas condiciones de trabajo, en lo que respecta a la seguridad y salud para los /as trabajadores /as de todas las empresas y de todos los sectores. Las propuestas que desde UGT-Madrid se hacen para intentar solventar esta situación, irán encaminadas hacia: • Exigir el cumplimiento de la Ley 31/95 de Prevención de Riesgos Laborales y de sus reglamentos de desarrollo, así como requerir la aplicación de la Ley 54/2003, de 12 de diciembre, de reforma del marco normativo de Prevención de Riesgos Laborales. • Garantizar una adecuada formación e información a los trabajadores y empresarios, desarrollando actuaciones específicas en esta materia dirigidas principalmente a jóvenes e inmigrantes, colecti vos especialmente sensibles. • Exigir que se establezca la codecisión en las Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales, es decir, que el empresario y el Comité de Empresa decidan con que mutua van a contratar las contingencias profesionales. • Requerir el desarrollo reglamentario del Real Decreto 171/2004, de 30 de enero, por el que se desarrolla el artículo 24 de la Ley 31/95 de 169 Los estragos de la subcontratación Prevención de Riesgos Laborales en materia de coordinación de las actividades empresariales, con el objetivo de eliminar la problemática actual y así disminuir las cifras de siniestralidad en nuestra comunidad debido al incumplimiento de esta. • Promover una Iniciativa Legislativa Popular para la Estabilidad y Seguridad en el Empleo que permita alcanzar una serie de objetivos como son: asegurar que la contratación indefinida sea la regla general limitando la contratación temporal y garantizando la seguridad y salud en el trabajo. • Regular y controlar la subcontratación ya que es uno de los factores determinantes en la elevada siniestralidad laboral en nuestra Comunidad, como se demuestra en este libro. • Triplicar el número de Inspectores de Trabajo y acercar nuestra ratio (1 inspector por cada 20.000 trabajadores) a la Europea, actualmente situada en 1 inspector por cada 5.000. • Prestar especial atención al sector servicios dado el incremento generalizado en las cifras de siniestralidad, con el fin de poder reducir la accidentalidad laboral en el mismo. • Desarrollar investigaciones encaminadas al estudio de la siniestralidad laboral en la Comunidad de Madrid teniendo en cuenta su división territorial. • Instar a los poderes públicos a tutelar la defensa de la salud de los trabajadores, resaltando la necesidad de llegar a acuerdos con los agentes sociales para la adopción de medidas eficaces a medio y largo plazo para la mejora de las condiciones de trabajo. En este sentido es necesario avanzar en un nuevo Plan Director de Prevención de Riesgos Laborales para nuestra Comunidad. 170 Los estragos de la subcontratación La Negociación colectiva sectorial ha de ser el instrumento a través del cual podamos superar los mínimos establecidos en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, y para ello hemos de pactar: E Creación de comisiones paritarias de Seguridad y Salud en cada uno de los convenios del sector. E Estudio de las condiciones de trabajo y evaluación de los riesgos del sector y Plan de Prevención para cada sector prestando especial atención a los colectivos sensibles como jóvenes, y mujeres embarazadas y en situación de lactancia. E Plan de formación para el sector y programas de seguimiento. Establecer la temporalización de los planes de prevención. E Creación de delegados sectoriales y territoriales reforzando las actuaciones de los Delegados de Prevención. E Disposición de créditos horarios adicionales que permitan cumplir con las funciones del Delegado de Prevención. E Protocolos de Vigilancia de la salud que garanticen una vigilancia específica con relación a los riesgos evaluados y no eliminados. E Plantear el rechazo a que las mutuas gestionen la Incapacidad Temporal como contingencia común; a través de un informe de los órganos de representación de los trabajadores. E Ha de integrarse el medio ambiente en la negociación colectiva, para ello, sería conveniente que se incluyera una cláusula específica de medio ambiente cuyo contenido mínimo establezca derechos a información de los representantes de los trabajadores sobre el comportamiento ambiental de la empresa, y, formación a los / as 171 Los estragos de la subcontratación trabajadores / as y sus representantes, tanto en aspectos genéricos de sensibilización como en temas más específicos de carácter técnico y normativo. Establecer en los convenios colectivos la regulación que evite y reprima determinadas conductas que son socialmente dolorosas: o Acoso moral: - Introducción de cláusulas en las que la empresa no admita actitudes que posibiliten acoso moral. - Realización de protocolos de actuación sobre prevención y solución de reclamaciones en materia de acoso. NO OLVIDES QUE... Desde UGT- Madrid trabajamos para mejorar tus condiciones laborales, especialmente aquellas que se refieren a la seguridad y salud en el trabajo. Uno de nuestros objetivos es desarrollar actividades de promoción de la salud de los trabajadores/ as y mejorar las condiciones de trabajo existentes en la empresa, de forma que podamos disminuir la siniestralidad existente en nuestra Comunidad. Para conseguir este objetivo, contamos con un instrumento eficaz: la negociación colectiva. Es importante que contemos con representación de los trabajadores/ as en todas las empresas, ya que a través de ésta haremos llegar al 172 Los estragos de la subcontratación empresario nuestras propuestas, dado que los trabajadores / as somos los que mejor conocemos nuestro puesto de trabajo y las condiciones en que desarrollamos el mismo. Los Delegados de prevención y los Comités de Seguridad y Salud en el Trabajo son los órganos de defensa de los intereses de los trabajadores / as, vigilan el cumplimiento en las empresas y centros de trabajo de la legislación vigente en materia de prevención de riesgos laborales y promueven la participación de los trabajadores / as, desarrollando una política preventiva y de promoción de la seguridad y salud; en definitiva ejercen una labor de vigilancia y control de las condiciones de higiene y seguridad en el desarrollo del trabajo en la empresa. Ante cualquier problema, no dudes en acudir a ellos o a tu sindicato, UGT. 173 Los estragos de la subcontratación PUBLICACIONES REALIZADAS DESDE LA SECRETARÍA DE SALUD LABORAL Y MEDIO AMBIENTE. UGT – MADRID. A continuación se detallan las publicaciones realizadas desde la Secretaría de Salud Laboral y Medio Ambiente, que tenéis a vuestra disposición. • Boletín Informativo Nº 1 (Octubre 2002). Tema del mes: “Firmado el Plan Director en Prevención de Riesgos Laborales de la Comunidad de Madrid”. • Boletín Informativo Nº 2 (Noviembre 2002). Tema del mes: ”Convenio para la realización de actividades en el sector de la construcción en el marco del Plan Director en Prevención de Riesgos Laborales”. • Boletín Informativo Nº 3 (Diciembre 2002). Tema del mes: “El acoso psicológico en el trabajo o “Mobbing””. • Boletín Informativo Nº 4 (Especial Diciembre 2002). Tema del mes: “Balance de actividades de UGT-Madrid dentro del Plan Director en Prevención de Riesgos Laborales”. • Boletín Informativo Nº 5 (Julio 2003). Tema del mes: ”Inicio de los nuevos convenios de colaboración firmados en el marco del Plan Director de Prevención de Riesgos Laborales 2002-2003”. • Boletín Informativo Nº 6 (1º quincena Septiembre 2003). Tema del mes: ”Los riesgos psicosociales”. • Boletín Informativo Nº 7 (2º quincena Septiembre 2003). Tema del mes: ”Enfermedades profesionales”. 174 Los estragos de la subcontratación • Boletín Informativo Nº 8 (1º quincena Octubre 2003). Tema del mes: ”Sustancias y preparados peligrosos”. • Boletín Informativo Nº 9 (2º quincena Octubre 2003). Tema del mes: ”Trabajos al aire libre y estrés térmico”. • Boletín Informativo Nº 10 (Noviembre 2.003). Tema del mes: “Siniestralidad laboral en la Comunidad de Madrid” • Boletín Informativo Nº 11 (Noviembre 2.003). Tema del mes: “Mutuas y accidentes de trabajo y enfermedades profesionales de la Seguridad Social” • Boletín Informativo Nº 12 (Diciembre 2.003). Tema del mes: “Jornadas de Madrid: presente y futuro de la prevención de riesgos laborales” • Boletín Informativo Nº 13 (Mayo 2004). Tema del mes: “Inicio de los nuevos convenios de colaboración. Prórroga del Plan Director de Prevención de Riesgos Laborales de la Comunidad de Madrid 20022003” • Boletín Informativo Nº 14 (Mayo 2004). Tema del mes: “Delegados de Prevención” • Cuadernillos Informativos y Trípticos de Prevención de Riesgos Laborales sectoriales : Ø General. Ø Servicios Públicos. Ø Trabajadores de la Enseñanza. Ø Jóvenes. Ø Hostelería y Comercio. Ø Servicios. 175 Los estragos de la subcontratación Ø Alimentación y Trabajadores de la Tierra. Ø Inmigrantes. Ø Transportes. Ø Productos Metálicos. Ø Madera. Ø Construcción. Ø Saneamiento Público. Ø Industria Química y Textil. Ø Mujeres. • Manuales dirigidos a los siguientes sectores: Ø Construcción. Ø Madera. Ø Sector del Mueble. Ø Productos Metálicos. Ø Saneamiento Público. Ø Trabajadores de la Enseñanza. Ø Transportes. • Manuales Informativos: Ø Mutuas. Ø Enfermedades Profesionales. Ø Riesgo Eléctrico. Ø Manual de Autoprotección del trabajador. Ø Manual de Pyme’s. Ø Legislación sobre (también en CD). 176 Prevención de Riesgos Laborales Los estragos de la subcontratación Ø Delegados de Prevención. Ø Organización del Trabajo. Ø Salud Laboral y Trabajo a Turnos y Nocturno. Ø Actualización del Conviene Saber. Ø Plan Director en Prevención de Riesgos Laborales • Estudios de investigación: Ø Sector de la Enseñanza Ø Sector de Hostelería. Ø Sector de Comunicación. Ø Sector de Servicios Públicos. Ø Condiciones de Seguridad y Salud en las depuradoras de la Comunidad de Madrid. Ø Situación de la Negociación Colectiva en Madrid en Materia de Seguridad y Salud. Año 2002. • Cuadernillos informativos de Medio Ambiente: Ø Nº1: Contaminación atmosférica. Ø Nº2: Contaminación acústica. Ø Nº3: Contaminación del suelo. Ø Nº4: Contaminación y depuración de aguas. Ø Nº5: Residuos. Ø Nº6: Energías renovables. Ø Nº7:Herramientas medioambientales: Evaluación del Impacto Ambiental y Sistemas de Gestión Medioambiental. Ø Nº8: Medio Ambiente Urbano y Agendas 21. 177 Los estragos de la subcontratación • Curso Básico de Prevención de Riesgos Laborales en CD-ROM con formato multimedia, dirigido a autónomos. • Manual “El medio Ambiente desde el puesto de Trabajo”. • CURSOS DE FORMACIÓN impartidos en la escuela de formación de UGT-Madrid Masercisa: § Cursos para activos y parados de “Prevención de Riesgos Laborales” (nivel básico y superior) en las especialidades de Seguridad y Ergonomía. § • Elaboración de informes-Técnicos de : - • 178 Cursos Básicos de Medio Ambiente. Estadística de siniestralidad. Negociación Colectiva. Síndrome del Edificio Enfermo. Mobbing. Artículo 24. Coordinación de actividades empresariales. Y otros. Información y asesoramiento técnico y jurídico. Los estragos de la subcontratación DIRECCIONES DE INTERÉS ORGANISMOS DE UGT- MADRID Secretaría de Salud Laboral y Medio Ambiente UGT - Madrid. Avda. América 25 – 28002 Madrid Telf: 91 589 09 09 e-mail: [email protected] Oficina Técnica para la Prevención de Riesgos Laborales UGT - Madrid. C/ Alcántara, 67 - 69, bajo dcha. - 28006 Madrid Telf: 900 36 36 37 e-mail: [email protected] Secretaría Ejecutiva Confederal: Área de Salud y Laboral y Medio Ambiente C/ Hortaleza, 88 - 28004 Madrid Telf: 91 589 09 52 / 19 e-mail: [email protected] UNIONES COMARCALES Unión Comarcal Norte UGT - Madrid Avda. Valdelaparra, 108 - 28100 Alcobendas Telf: 91 662 08 75 e-mail: [email protected] Unión Comarcal Sur UGT - Madrid C/ Concha, 2 - 28300 Aranjuez Telf: 91 891 01 65 e-mail: [email protected] Unión Comarcal Este UGT - Madrid C/ Simón García de Pedro, 2 - 28805 Alcalá de Henares Telf: 91 888 08 18 e-mail: [email protected] Unión Comarcal Oeste UGT - Madrid C/ Huesca, 2 - 28941 Fuenlabrada Telf: 91 690 40 68 e-mail: [email protected] 179 Los estragos de la subcontratación FEDERACIONES REGIONALES FETE (Trabajadores de la enseñanza) Avda. América, 25 - 3ª planta- 28002 Madrid Telf: 91 589 73 79 e-mail: [email protected] FES (Servicios) Avda. América, 25 - 2ª planta- 28002 Madrid Telf: 91 589 75 92 e-mail: [email protected] MCA (Metal, Construcción y Afines) Avda. América, 25 - 4ª planta- 28002 Madrid Telf: 91 589 73 54 e-mail: [email protected] FCHTJ (Comercio, Hostelería, Turismo y Juegos) Avda. América, 25 - 5ª planta- 28002 Madrid Telf: 91 589 73 62 e-mail: [email protected] FIA (Industrias Afines) Avda. América, 25 - 6ª planta- 28002 Madrid Telf: 91 589 75 76 e-mail: [email protected] FTA (Trabajadores Agroalimentarios) Avda. América, 25 - 6ª planta- 28002 Madrid Telf: 91 589 72 10 e-mail: [email protected] FTCM (Transportes, Comunicaciones y Mar) Avda. América, 25 - 7ª planta- 28002 Madrid Telf: 91 589 73 90 e-mail: [email protected] 180 Los estragos de la subcontratación FSP (Servicios Públicos) C/ Marcelino Álvarez, 21 - 28017 Madrid Telf: 91 589 70 45 e-mail: [email protected] JUBILADOS Y PENSIONISTAS Avda. América, 25 planta baja - 28002 Madrid Telf: 91 589 73 65 OTROS ORGANISMOS Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales C/ Guzmán el Bueno, 133, 9-E - Edificio Britania - 28003 Madrid Telf: 91 535 75 49 Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo C/ Torrelaguna, 73 - 28027 Madrid Telf: 91 363 41 00 www.mtas.es/insht/principal/consul_cnnt.htm Dirección General de Trabajo de la Comunidad de Madrid C/ Princesa, 5 - 28008 Madrid Telf: 91 580 92 06 Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo C/ Ventura Rodríguez, 7 - 28008 Madrid Telf: 900 71 31 23 e-mail: [email protected] Inspección de Guardia del IRSST Telf: 91 420 58 07 181 Los estragos de la subcontratación Inspección Provincial de Trabajo C/ José Abascal, 39 - 28003 Madrid Telf: 91 347 70 00 Inspección de Guardia Telf: 91 363 73 04 Consejería de Sanidad y Servicios Sociales C/ O’Donell, 50 - 28009 Madrid Telf: 91 586 70 00 Servicio Madrileño de Salud Plaza Carlos Trías Beltrán, 7 - 28020 Madrid Telf: 91 589 71 93 Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo C/ Gran Vía, 33 - 48009 Bilbao Telf: 94 479 43 60 182 LOS ESTRAGOS DE LA SUBCONTRATACIÓN (LA ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO COMO FACTOR DE RIESGO LABORAL) UGT Madrid Avda. de América, 25, 8ª planta • 28002 Madrid Tel.: 91 589 09 09 LOS ESTRAGOS DE LA SUBCONTRATACIÓN (LA ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO COMO FACTOR DE RIESGO LABORAL)