Reinventar la Universidad La construcción de un modelo posible o la metáfora de José Arcadio Buendía Reinventar la Universidad La construcción de un modelo posible o la metáfora de José Arcadio Buendía David Navarro Mejía Nevis Balanta Castilla © Universidad Distrital Francisco José de Caldas © Facultad Tecnológica © David Navarro Mejía, Nevis Balanta Castilla Primera edición, abril de 2016 ISBN: 978-958-8897-83-7 Dirección Sección de Publicaciones Rubén Eliécer Carvajalino C. Coordinación editorial Miguel Fernando Niño Roa Corrección de estilo Miguel Fernando Niño Roa Diagramación Astrid Prieto Castillo Editorial UD Universidad Distrital Francisco José de Caldas Carrera 24 No. 34-37 Teléfono: 3239300 ext. 6202 Correo electrónico: [email protected] Navarro Mejía, David Reinventar la Universidad : la construcción de un modelo posible o la metáfora de José Arcadio Buendía / David Navarro Mejía, Nevis Balanta Castilla. -- Bogotá : Universidad Distrital Francisco José de Caldas, 2016. 96. páginas ; 24 cm. ISBN 978-958-8897-83-7 1. Investigación en la universidad - Historia - Colombia 2. Educación superior - Historia - Colombia 3. Historia de la educación – Colombia 4. Pedagogía I. Balanta Castilla, Nevis, autor II. Tít. 378.007 cd 21 ed. A1528190 CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango Todos los derechos reservados. Esta obra no puede ser reproducida sin el permiso previo escrito de la Sección de Publicaciones de la Universidad Distrital. Hecho en Colombia Contenido INTRODUCCIÓN9 LOS MODELOS DE UNIVERSIDAD 13 EL ORIGEN Y LA HISTORIA DE LA UNIVERSIDAD COLOMBIANA 17 El sello originario y perfil de la Universidad 17 La Universidad en los inicios de la República 19 La Universidad en la Modernidad 20 EL PENSAMIENTO MODERNO SOBRE LA UNIVERSIDAD 25 La mirada de Heidegger 25 El punto de vista de Derrida 27 Otros puntos de vista 29 LA PEDAGOGÍA EN EL ÁMBITO DE LA UNIVERSIDAD 37 Un campo probable de la pedagogía universitaria 37 Una propuesta de trabajo 38 EL ESPACIO Y EL ESPÍRITU DE INVESTIGACIÓN EN LA UNIVERSIDAD 41 Un nuevo organón y un nuevo lexicón 41 Los enfoques de la investigación 42 Investigación y desarrollo 44 Investigación y cienciometría 46 UNA VISIÓN Y GENERACIÓN DE LO TECNOLÓGICO DESDE LA UNIVERSIDAD 49 La reflexión sobre la tecnología en el siglo XIX 49 La reflexión sobre la tecnología en el siglo XX 51 ESTUDIO DE CASO: LA UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS 55 El estado de la Universidad 56 Recursos humanos 56 Las contingencias en las finanzas y el presupuesto de la Universidad 59 Planta física y recursos técnicos 60 Aspectos académicos de la Universidad 61 La intervención social de la Universidad en su entorno 62 Perspectiva de la Universidad 63 Definir un sentido de autoevaluación permanente 63 La acreditación: un deber y una ruta de proyección académica 65 La reorientación de la carrera docente 68 El diseño de nuevos proyectos de desarrollo 71 La búsqueda de recursos por vías distintas al presupuesto ordinario 72 Un modelo consensual de gobierno, gestión y administración 75 CONCLUSIONES81 EPÍLOGO85 REFERENCIAS89 8 Introducción Este libro aparece en un momento en el que se considera necesario actualizar el debate en torno a la Universidad. Es en rigor pues, una revisitación al estudio de una de las instituciones clave de la cultura. Tiene el mérito de intentar articular coherentemente una fundamentación conceptual que sitúa a la Universidad en general en el contexto de la sociedad contemporánea y a la Universidad pública colombiana en el nuevo escenario de exigencias que hoy se le reclaman. Para ello se ha partido de una breve referencia sobre los modelos de Universidad que históricamente se han desarrollado desde sus inicios hasta la Modernidad. Como se podrá ver, esos modelos tienen dos grandes culturas como sustento: la cultura anglosajona y la cultura latina. Desde luego eso no quiere decir que en América Latina no haya modelos, pero como construcción conceptual es evidente que no existen, aunque sepamos las consecuencias que tuvo el Movimiento de Córdoba en la remodelación de algunas de sus instituciones universitarias más prestigiosas. En seguida se hace una presentación sucinta de la historia de la propia Universidad colombiana, donde básicamente se destaca la existencia, en líneas generales, de tres grandes corrientes fundadoras: una corriente confesional y clerical, la corriente estatal y, más recientemente, la corriente de iniciativa privada, que ha fundado importantes universidades de élite y de masas. La importancia de esta distinción es que arroja luces para entender la diversidad, heterogeneidad y dispersión del sistema de universidades en el país. En tercer lugar se perfilará un bosquejo de lo que puede considerarse como el pensamiento moderno de la Universidad, pero sin pretender agotar las referencias. Simplemente se han escogido las que en la opinión de los autores resultan pertinentes para el propósito de este ensayo. En este sentido es que deben ser entendidas las referencias a pensadores como Heidegger y Derrida, y las demás que se relacionan en el capítulo sobre el particular. De igual modo, se realizan algunas aproximaciones respecto al discurso de la investigación, la pedagogía y la tecnología, por cuanto son reflexiones que deben ocupar el quehacer de las universi9 David Navarro Mejía, Nevis Balanta Castilla dades. Es, desde luego, un punto de vista que puede o no, ser compartido, pues se asume el carácter aventurado que comporta en razón a las bases conceptuales desde las que se presenta una opción posible de trabajo. Pero en todo caso, se cree más positivo asumir una ruta de trabajo con todas las equivocaciones que eso implica, sin desconocer las nuevas exigencias académicas que se imponen a las universidades, que hoy reclaman una sensibilidad y preocupación mayor para asumir un ethos universitario respecto a la institución como colectivo, independientemente de las preferencias y las valoraciones individuales que como profesores o investigadores se dan cita en la Universidad. La novedad en este sentido es sobre todo la relevancia que se le otorga al discurso y la práctica sobre la pedagogía universitaria y sobre la tecnología, dado que en la Universidad colombiana creemos que todavía esos ámbitos de reflexión no son sistemáticos desde el punto de vista institucional. Se cree necesario advertir que los capítulos que conciernen al dominio de los modelos de Universidad, de la pedagogía, la investigación y la tecnología no pretenden indagar la gama de detalles, campos y ángulos desde los cuales se puede concebir su estudio. Naturalmente, las reflexiones que presentamos se hacen desde un punto de vista humanista, pese al declive de los programas de las humanidades y a que este campo no tiene el mejor aprecio en la actualidad, ni en las universidades colombianas, ni en las del extranjero1. En todo caso, el pensamiento humanista ha estado presente en las consideraciones que señalamos sobre la Universidad. Se cree por eso pertinente relacionar algunos de los textos que han servido de guía en la reflexión que se hace, pero admitiendo que existe una bibliografía mucho más amplia sobre el particular. De acuerdo con el punto de vista seleccionado, han sido útiles las reflexiones de pensadores destacados del área de humanidades, algunos de los cuales aparecen referenciados en la bibliografía final. Por último, se ha escogido un estudio de caso que se soporta en cifras y en la experiencia y el testimonio de los autores. Esto, desde luego, puede connotar un sesgo, pero se ha intentado hacer un esfuerzo de sistematización de la experiencia individual, que como estudiantes, docentes o gestores universitarios han acumulado los autores por más de 20 años. Y desde luego porque también socialmente el testimonio mismo, la historia de vida que detrás del análisis de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas se sustenta en el último capítulo, no lo invalida, por el contrario pretende ser un estímulo 1 A este respecto es ilustrativo sobre la visión que aquí propugnamos el planteamiento de Martha Nussbaum en dos textos clave: El cultivo de la humanidad y Sin fines de lucro. 10 Introducción para que otros contribuyan a un mejor esclarecimiento del tipo y modelo de universidades con las que cuenta hoy Colombia y con las que sería deseable construir en la perspectiva. En consecuencia, el modelo de Universidad que se prefigura en los últimos 25 años de la Universidad Distrital, es ante todo para conceptuar una experiencia que solícita ser teorizada y sistematizada, en especial para bien de la Universidad pública, pero, desde luego, para toda la Universidad colombiana. De dicho caso, con todo lo positivo que puede ofrecer, se colige la necesidad de construir un modelo que le dé proyección académica a la Universidad pública, y le ofrezca una garantía de futuro deseable para bien del país y la sociedad en las que inscribe su misión. 11 Los modelos de Universidad Construir un ideal de Universidad posible en Colombia, acorde con las exigencias de nuestro entorno y cultura propia, requiere conocer y preguntarnos por la historia y los modelos de Universidad que hoy existen en el mundo, premisa que se asume como válida para la Universidad colombiana. En principio, se debe saber que es una institución que tuvo su origen en el medioevo y que nació como un escenario para el cultivo del saber y la búsqueda de la verdad. Fue también un espacio para las élites y los letrados, por lo regular, provenientes de la Iglesia; era en esencia una institución para la preservación de la tradición. Luego están los llamados modelos de Universidad, que brevemente se pueden relacionar así: el modelo alemán de Universidad, cuyo principal inspirador fue Alejandro von Humboldt, quien fundó en 1810 la Universidad de Berlín, hoy conocida como la Universidad Humboldt. “Concibió y organizó la Universidad como una institución dedicada a la investigación y a la formación de científicos” (Porta, 1998, p. 32). Por otra parte, “su modelo de Universidad va ligado a una concepción del hombre, considerado como individuo que necesita libertad para poder alcanzar el grado máximo de desarrollo de sus capacidades” (Porta, 1998). Este modelo, conocido también como científico-educativo, además de la oferta de cursos de tipo general, introdujo una modalidad de enseñanza en seminarios, modalidad en apariencia practicada hoy por muchos en las universidades colombianas, pero que no tiene el sentido original con que se desarrolló en el modelo alemán de Universidad. En los seminarios “el profesor aceptaba a los estudiantes que consideraba suficientemente preparados” (Porta, 1998, p. 33), y en ellos “no había profesores que leían en cátedra los libros de texto, ni alumnos que pasivamente los escuchaban, sino compañeros que trabajaban en común en laboratorios, bibliotecas y en investigación” (Porta, 1998). Pero es perceptible que el modelo de seminarios de nuestras universidades tiene un enfoque más clerical, dado que los profesores parecen más sacerdotes predicando la palabra de Dios, que 13 David Navarro Mejía, Nevis Balanta Castilla realizando un ejercicio colectivo de afirmación del saber y construcción del conocimiento. Aparece igualmente el modelo de Universidad educativa. Sus principales exponentes, en su origen, son las distinguidas universidades de Oxford (1187) y Cambridge (1250). Este modelo de Universidad se caracteriza porque en los llamados Colleges, adjuntos a las universidades, obligaban a los estudiantes a residir en ellos y procuraban formar a sus alumnos para que asimilasen unas normas y un estilo de vida; desarrollando sus cualidades de liderazgo para la Iglesia y para el Estado. En efecto, por medio de este modelo se impulsaba el cumplimiento del deber y la conformidad como las más altas virtudes que había que fomentar en los estudiantes. La forma de enseñanza esencial de este modelo de Universidad es el sistema tutorial. En este enfoque se presume que los padres confiaban sus hijos a la Universidad, la cual asumía el lugar de estos. De esta forma, un profesor asumía un reducido número de alumnos, de cuya formación moral y científica se ocupaba de forma muy directa, velando especialmente por el mantenimiento de los valores espirituales de la Iglesia anglicana. Por su elevado costo, este siempre ha sido un modelo de Universidad especialmente elitista. Existe además el llamado modelo de Universidad napoleónica, cuyo arquetipo más representativo fue la Universidad de París. El modelo tuvo como guía el pragmatismo y la búsqueda de una Universidad profesional con una enseñanza superior que, en determinados casos, se practicaba fuera de la Universidad. El propósito fue básicamente formar profesionales y funcionarios para la Francia posrevolucionaria. Desde mediados del siglo XIX y hasta bien entrado el XX, las universidades de la América hispánica tuvieron una fuerte influencia de este modelo de Universidad. Este modelo también se caracteriza por una fuerte reglamentación desde el Estado, lo cual, al contrario del modelo alemán, limita severamente la autonomía de las universidades. De igual forma, cabe mencionar el modelo de Universidad organizacional, cuya existencia se ubica en Norteamérica. En este sentido, los modelos lo constituyen la Universidad de Harvard (1636) y de Princeton (1746), las cuales arrastran la herencia de las universidades británicas. Este modelo, basado en el College y en un sistema de tutorías, iría perdiendo vigencia a medida que la exigencia de ofrecer educación superior a un mayor número de jóvenes, se fue haciendo una necesidad inaplazable. De ahí que estas universidades recogen la idea de “ser lugares en que los estudiantes de 14 Los modelos de Universidad todas partes son recibidos y no han pretendido ser lugares donde todos los asuntos son estudiados” (Porta, 1998, p. 46). El modelo también está centrado en la investigación, la cual se negocia con organismos y empresas financiadoras. En este arquetipo de Universidad existe “una organización de producción y control, centrada en la investigación” (Porta, 1998, p. 48). En síntesis, esta Universidad: […] además de las actividades investigadoras y docentes, se ocupa de la orientación del estudiantado; considera que el presupuesto constituye un instrumento político y de gestión de la Universidad; presta atención a la financiación, a la transferencia de tecnología y a las relaciones públicas. (Porta, 1998) Cabe resaltar igualmente que este modelo de Universidad “responde a una sociedad centrada en el crecimiento económico y la innovación tecnológica, que deja un tanto de lado la formación cultural y en valores de amplios sectores de la población” (Porta, 1998, p. 49). Por último, se ha hablado del modelo que tiene su origen en la génesis de la Universidad Autónoma de Barcelona (1919). Este modelo de Universidad surgió al amparo de la lucha contra la injerencia estatal en la enseñanza y paralelo a las luchas autonómicas de la región de Cataluña, España. Su sello más notable fue la implantación de una enseñanza que reivindicara la libertad y que ofreciese una formación cultural extensa, profunda y humanista a los estudiantes. Su espejo, en alguna medida, lo fueron las universidades de modelo de investigación y docencia, intentando dejar atrás el modelo napoleónico que prevalecía en la España de entonces. Es en cierto modo, un modelo de Universidad que intenta recoger lo mejor de los mencionados anteriormente2. 2 A partir de los estudios de Burton Clark, también se han relacionado algunos tipos de universidades, con arreglo a sus fines y a los énfasis que ponen en sus propósitos. Se han inventariado así los siguientes tipos o modelos: la Universidad clásica, la Universidad académica, la Universidad social, la Universidad empresarial y la Universidad emprendedora. Cada una de las cuales haría como centro de su quehacer la investigación, la docencia, la discusión y resolución de problemas sociales, el uso del conocimiento para la rentabilidad empresarial y la gestión del conocimiento para el incremento de la actividad económica. Esa clasificación que puede ser válida también, nos parece que aún le falta maduración, si bien se puede observar que corresponde a lo que es hoy en buena parte el mundo de la educación universitaria. Recuperado de: file:///D:/Users/sacadtec/Downloads/Dialnet-BurtonClarkYSuConcepcionAcercaDeLaUniversidadEmpre-4242056%20(1).pdf 15 El origen y la historia de la Universidad colombiana Cabe hablar ahora de la Universidad colombiana. Jorge Yarce y Carlos Mario Lopera en una investigación sobre el particular reseñan apartes de la descripción que de su historia ha hecho Diana Soto en otra investigación al respecto3. En efecto, se destacan varios periodos históricos de la Universidad, así: la Universidad colonial, la Universidad republicana y la Universidad en la Modernidad colombiana, atravesados cada periodo, como es de suponer, por las disputas y turbulencias políticas de cada época, así como por las doctrinas y prácticas de enseñanza en boga. El sello originario y perfil de la Universidad Según Yarce y Lopera (2002), en la Universidad colonial (1605-1826) se destacan dos etapas: la primera de ellas tiene como punto de partida 1580 con el inicio de los estudios superiores y finaliza en 1736 cuando ingresa el movimiento ilustrado en el Virreinato de la Nueva Granada con la expedición geodésica. Sin embargo, la enseñanza ilustrada en la Universidad santafereña se da propiamente a partir de 1757. El segundo subperíodo llega hasta 1826 cuando se estructura la Universidad republicana. Los antecedentes de la Universidad en la colonia se sustentan en la Real Audiencia de 1550 con la aprobación que se ofrece a las fundaciones universitarias. Fue así como se creó la Universidad Santo Tomás en Santafé de Bogotá (1580) bajo la dirección de la comunidad domínica. Los jesuitas organizaron a su vez la Universidad Javeriana (1623) y los agustinos fundaron la Universidad de San Nicolás de Mira (1703). 3 Por lo tanto, este capítulo es una adaptación del texto que redactaron Yarce y Lopera para una consultoría al Icfes, que a su vez, se apoyaba en el proyecto de investigación de Diana Soto sobre la Historia y prospectiva de la Universidad Latinoamericana y en el subproyecto Historia de la Universidad colombiana.1774-1992. No obstante, nos hemos permitido las glosas personales del caso y una ampliación brevísima del asunto, así como el tono y el estilo que corresponde al conjunto del presente ensayo. 17 David Navarro Mejía, Nevis Balanta Castilla En ese momento cada una de estas universidades administró un Colegio Mayor, entre los cuales se destacaron el de Nuestra Señora del Rosario (1645), creado en la administración del arzobispo virrey Caballero y Góngora. También se organizaron fuera de la capital el Colegio-Universidad de San Pedro Apóstol (1806), localizado en la Villa de Mompox, bajo la administración del Cabildo Civil, el cual se orientó a formar a la elite criolla y española con la formación prioritaria de abogados y sacerdotes. Como se puede prever, en este periodo el clero orientaba y administraba las universidades bajo el método de la filosofía escolástica que fue el que predominó en la época. Las universidades Santo Tomás y Javeriana eran las únicas que podían otorgar grados a los civiles que recibían los estudios en los Colegios Mayores del Rosario y San Bartolomé, respectivamente. Los planes de estudio se dividían, a su vez, en la clásica división entre trivium y cuadrivium con el método escolástco de la dictatio y la disputatio. Sin embargo, en el segundo subperiodo de esta época, comenzaron a surgir cada vez más voces que reclamaban un mayor peso del sector civil en el control de la educación universitaria que se ofrecía. Eso explica que a partir de 1767 a través del fiscal Franciso Antonio Moreno y Escandón se intentó crear la primera Universidad pública para el virreinato. Se trataba de una Universidad en la cual el Estado tuviera por primera vez el control sobre la educación superior en la administración y supervisión de los estudios que se impartieran. La propuesta de Moreno y Escandón solamente se aplicó durante 5 años (1774 a 1779), pero con ella los contenidos y el método escolástico se reformaban en un nuevo plan de estudios. Finalmente, la comunidad de los dominicos ganó esta disputa y logró conseguir el monopolio educativo en la capital, al ser la única institución que otorgaba grados a los civiles para entonces. Un segundo intento de reconfigurar la visión de la Universidad en nuestro territorio fueron los esfuerzos que se sintetizan en las constituciones y el plan de estudios que elaboró el ilustrado criollo Eloy Valenzuela para el ColegioUniversidad de San Pedro Apóstol en la Villa de Mompox. Se considera que estos documentos, inspirados en el pensamiento ilustrado, junto al plan de Francisco Antonio Moreno y Escandón, son el inicio de la Modernidad en la Universidad. También ejerció influencia el grupo de la Expedición Botánica liderada por el gaditano José Celestino Mutis, quien asesoró a la elite criolla neogranadina y a los virreyes, y se enfrentó con los dominicos al tratar de introducir en el Colegio Mayor del Rosario a Copérnico y Newton. Así pues, todo este espectro 18 El origen y la historia de la Universidad colombiana de visiones de Universidad son las que finalmente le otorgan una identidad en este periodo. Sin embargo, cabe resaltar que la Universidad colonial no logró institucionalizar la Universidad pública ni las reformas ilustradas, pero sí alcanzó, con profesores ilustrados, junto con la Expedición Botánica y las tertulias, una nueva mentalidad sobre la necesidad de los estudios “útiles y prácticos”, lo cual repercutió en la elite criolla neogranadina durante el proceso de independencia4 (Yarce y Lopera, 2002, p. 26). La Universidad en los inicios de la República El periodo de la Universidad republicana (1826-1843), coincide con el inicio de la construcción del nuevo país y la influencia del modelo borbónico de Carlos III, que propició el control de la Universidad por parte del Estado. Esta visión de Universidad se cristalizó bajo el modelo napoleónico en la reforma de Francisco de Paula Santander en 1826, con los objetivos de formar “buenos” ciudadanos y construir la nueva nación. Con la independencia, la elite se aprestó así a organizar el nuevo Estado e influenciada por la corriente de la Ilustración, se marcó como objetivo fundamental el impulsar una educación donde las “ciencias útiles” marcaran la pauta dentro de la concepción de la educación pública. La sustentación legal del modelo napoleónico que apenas comenzaba su andadura en la Francia posrevolucionaria se concretó en el Decreto de marzo 18 de 1826 que reflejó el pensamiento de Francisco de Paula Santander sobre la Universidad, y el cual dispuso también el establecimiento de universidades centrales del Estado colombiano en Caracas, Bogotá y Quito, lo mismo que ordenó la creación de universidades seccionales. Las universidades se organizaron en las facultades de filosofía, medicina, teología, ciencias naturales y jurisprudencia5 (Yarce y Lopera, 2002, p. 27). Pese a los esfuerzos por reorientar el rumbo de la Universidad con la creación de universidades desde el propio Estado, la Universidad promovida por Francisco de Paula Santander no consolidó cambios significativos en la 4 En este caso se atribuye también un papel destacado a las publicaciones Papel Periódico y el Semanario de la Nueva Granada en la difusión del pensamiento ilustrado. 5 Se sostiene que en ese momento las teorías económicas y políticas inglesas ingresaron y fueron conocidas en los claustros universitarios, en especial textos de Jeremías Bentham, los cuales serían motivo de polémica hasta finalizar el siglo XIX. A este respecto puede verse también un panorama general en el texto del maestro Jaime Jaramillo Uribe, La personalidad histórica de Colombia (1998). 19 David Navarro Mejía, Nevis Balanta Castilla enseñanza que venía de la Colonia. No obstante representó el primer intento serio de control del Estado mediante un currículo moderno dentro de cierta libertad de cátedra para los profesores de literatura y ciencias naturales. Y terminó con el monopolio de las comunidades religiosas con el permiso de colegios-seminarios que tenían control curricular por el Estado. Esta etapa se cerró con el abandono de la presidencia de Francisco de Paula Santander en 1837. Posteriormente, en 1841 se vive un cambio fundamental, liderado por Mariano Ospina Rodríguez durante la presidencia de Pedro Alcantara Herrán, quien le encargó la tarea de reformar la Universidad. De esta manera nació en Colombia el concepto de Universidad pública actual, pues desde ese momento se concibe que las universidades son financiadas por el Estado (1842), concepto que se cimentó en una nueva relación educación-economía, la expansión de la escolaridad, la diversificación del curriculum y la transmisión del conocimento. La Universidad en la Modernidad La etapa de la Modernidad en el caso de la Universidad en Colombia se distribuyó en dos periodos largos que, a su vez, englobaron varios subperiodos: los inicios de la Modernidad en la Universidad (1842-1920); y el Reformismo de la Universidad (1920-1992). El primer periodo se caracterizó por las luchas partidistas que dieron lugar a grandes cambios, sometíendose esta al gobierno de turno, por el control del Estado y la dirección del sector civil sobre la Universidad: por el bajo presupuesto; por los debates de la moral laica opuesta al control de la Iglesia; por los debates sobre la enseñanza de Bentham y por la rígida disciplina para controlar la institución (2002, p. 28). Este periodo se inició en todo caso con la Reforma de Ospina Rodríguez, quien dispuso la orientación de la educación hacia “lo práctico y lo útil” con la inclusión de la enseñanza de las ciencias naturales, y ordenó para cada Universidad una facultad de Ciencias y Matemáticas, pues lo prioritario era formar en “asuntos industriales y ciencias útiles”. Se apoyó para impartir esta formación en los antiguos colegios santanderinos, pero fracasó por falta de dinero. Se impulsó además una “severa disciplina”, incluyendo la formación religiosa. De esta manera, la educación estuvo controlada por el Estado, pero era influenciada poderosamente por el clero. Se siguió todavía con el modelo napoleónico de Universidad con el centralismo de la Junta de Instrucción del Gobierno y también se impusieron exámenes de ingreso para los alumnos y 20 El origen y la historia de la Universidad colombiana se acabaron los concursos docentes para el cargo de los profesores pues se centralizaban los nombramientos. Como consecuencia empezaron a faltar profesores. Por su parte, durante el gobierno de José Hilario López el laicismo hizo predominar la moral laica y las libertades individuales, incluida la enseñanza frente a la Iglesia. Con la Resolución del 19 de agosto de 1853, se eliminó el requisito del título profesional para ejercer una profesión liberal, excepto la farmacia. Con la Ley del 15 de mayo de 1850, las universidades se suprimieron y a cambio se les convirtió en colegios nacionales. Este ambiente dio lugar después a un viraje de la Universidad durante el llamado periodo Radical (1867-1880) cuando se propició la llamada reforma universitaria de José María Samper en 1867. Desde ese momento el positivismo entró en el ambiente educativo y las influencias francesas e inglesas se pusieron de moda. Pero se provocó el hecho quizá más importante, con la creación de la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia en 1867, bajo el criterio de ofrecer una educación gratuita para hacerla más democrática (2002, p. 29). Todavía en este periodo la mujer no tiene ingreso en la Universidad, aunque en 1872 se fundó la primera Escuela Normal Femenina. Por último, la Regeneración suspendió la relativa autonomía ganada en el periodo radical y se generó una nueva concepción de Universidad al privilegiar el modelo de Universidad confesional que naciera desde el periodo colonial. El siglo XIX terminó con el llamado plan Zerda en 1892, el cual estableció la continuidad del control estatal de la Universidad y priorizó la educación profesional. Pero este periodo culminó con la Ley 39 de 1903 de Antonio José Uribe, y con la propuesta del general Uribe en 1909, quien reformó la Universidad Nacional en agosto de 1911, dándole autonomía a esta institución (2002, p. 30). Por otra parte, el periodo de Reformismo Universitario se inició con la irrupción de los estudiantes en la escena universitaria y nacional, propiciada por los ecos del llamado Manifiesto de Córdoba en 1918. En ese momento el país tenía más de cuatro millones de habitantes, ocho universidades públicas y tres privadas, concentradas estas últimas en Bogotá. En este contexto, se organizó el movimiento estudiantil ligado al movimiento latinoamericano, lo cual en cierto modo dio lugar a una apertura ideológica en la Universidad colombiana6. 6 Es conocido que uno de los líderes más notables de dicho movimiento en Colombia, Germán Arciniegas, 21