Revista del Laboratorio Clínico ISSN:1888-4008 Revista del Laboratorio Clínico Asociación Española de Biopatología Médica Asociación Española de Farmacéuticos Analistas Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular Volumen 3 Número HE4 – Nuevo biomarcador para cáncer de ovario AFP CA 125 CA 15-3 CA 19-9 CEA CYFRA 21-1 HE4 NSE* ProGRP PSA Total PSA Libre SCC LA PROTEINA EPIDIDIMAL HUMANA 4 (HE4) se ha introducido como nuevo biomarcador sérico para el estudio del cáncer epitelial de ovario y complementa al marcador CA 125. * en desarrollo t La combinación de ambos ensayos aumenta la sensibilidad en la detección de estadíos I/II de la enfermedad. t El uso conjunto de HE4 y CA 125 proporciona una mejor monitorización de la terapia en pacientes con cáncer de ovario. t La utilización conjunta de los marcadores HE4 y CA 125 aporta información preoperatoria más exacta del riesgo de malignidad en mujeres que presentan una masa pélvica. Put science on your side. Volumen 3 Número 4 Octubre-Diciembre 2010 • Págs: 151–206 Ensayos de Oncología en ARCHITECT 4 Octubre-Diciembre 2010 www.elsevier.es/LabClin Revista del Órgano oficial de expresión científica y profesional de la Asociación Española de Biopatología Médica, de la Asociación Española de Farmacéuticos Analistas y de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular Comité editorial Director Felip Antoja Ribó (Badalona, España) Clara Martínez Gaite (Madrid, España) Editoras María Dolores Ortega de Heredia (Madrid, España) Roser Ferrer Costa (Barcelona, España) Consejo editorial J.M. González-Buitrago (Salamanca, España) J.M. Guardiola Vicente (Majadahonda, España) V. Peg Rodríguez (Zaragoza, España) M. González Estecha (Madrid, España) B. Prieto García (Oviedo, España) J.C. Vella Ramírez (Burgos, España) Comité asesor J.A. Aguilar Doreste M. Esteban Salán R. Molina Porto (Las Palmas de Gran Canaria, España) (Galdakao, España) (Barcelona, España) N. Nogués Gálvez I. 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Esteve Poblador, E. Bosch Pardo y M. Ortuño Alonso Aplicación del análisis modal de fallos y sus efectos a la fase preanalítica de un laboratorio clínico 161 A. Giménez Marín, P. Molina Mendoza, J.J. Ruiz Arredondo, F. Acosta González, M. López Pérez, M. Jiménez Cueva, T. Cueto Santamaría, R. Olmedo Sánchez, M. López Somosierras, F. Rivas Ruiz y M.d.M. Pérez Hidalgo Modelo de coparticipación de los facultativos en la gestión clínica eficiente de las pruebas subcontratadas 171 A.R. Pons Mas, A. García-Raja, B. Antich Luque, B. Castanyer Puig, B. Barceló Martín, M. Riesco Prieto, A. Barceló Bennasar, M. Vila Vidal, M. Parera Rosselló y C. Gómez Cobo Comunicación de valores críticos: resultados de una encuesta realizada por la comision de la calidad extraanalítica de la SEQC 177 M.A. Llopis Díaz, R. Gómez Rioja, V. Álvarez Funes, C. Martínez Brú, M. Cortés Rius, N. Barba Meseguer, M. Ventura Alemany y M.J. Alsina Kirchner Notas técnicas ¿Elevación de albuminuria o posible contaminación con albúmina seminal? 183 R. Caballero Sarmiento, I. Martínez Navarro y M.P. Bermejo López-Muñíz Falsos negativos en la detección de componentes monoclonales por electroforesis capilar 186 J.L. García Álvarez, I. Ortega Madueño, M. Cruz Cárdenas Fernández y M. Arroyo Fernández Revisiones Variación biológica. Revisión desde una perspectiva práctica 192 C. Ricós, C. Perich, M. Doménech, P. Fernández, C. Biosca, J. Minchinela, M. Simón, F. Cava, V. Álvarez, C.V. Jiménez y J.V. García Lario Biobancos, laboratorios clínicos e investigación biomédica 201 J.M. Sánchez-Romero y J.M. González-Buitrago Nota de agradecimiento Nota de agradecimiento a los revisores de 2010 206 Vol. 3 Num. 4 October-December 2010 Editorial Alert signs on the complete blood count and the diagnostic usefulness of blood morphology 151 A. Merino Original articles Implementation of biological variation on analytical goals in the clinical laboratory 153 S. Esteve Poblador, E. Bosch Pardo and M. Ortuño Alonso Application of failure mode and effects analysis of the pre-analytical phase in a clinical laboratory 161 A. Giménez Marín, P. Molina Mendoza, J.J. Ruiz Arredondo, F. Acosta González, M. López Pérez, M. Jiménez Cueva, T. Cueto Santamaría, R. Olmedo Sánchez, M. López Somosierras, F. Rivas Ruiz and M.d.M. Pérez Hidalgo Multidisciplinary model in the efficient clinical management of requested tests 171 A.R. Pons Mas, A. García-Raja, B. Antich Luque, B. Castanyer Puig, B. Barceló Martín, M. Riesco Prieto, A. Barceló Bennasar, M. Vila Vidal, M. Parera Rosselló and C. Gómez Cobo Critical values reporting: Results of a Spanish laboratories survey 177 M.A. Llopis Díaz, R. Gómez Rioja, V. Álvarez Funes, C. Martínez Brú, M. Cortés Rius, N. Barba Meseguer, M. Ventura Alemany and M.J. Alsina Kirchner Technical notes Increased urine albumin or possible contamination with seminal albumin? 183 R. Caballero Sarmiento, I. Martínez Navarro and M.P. Bermejo López-Muñíz False negatives in the analysis of monoclonal components by capillary electrophoresis 186 J.L. García Álvarez, I. Ortega Madueño, M. Cruz Cárdenas Fernández and M. Arroyo Fernández Reviews Biological variation. A review from a practical perspective 192 C. Ricós, C. Perich, M. Doménech, P. Fernández, C. Biosca, J. Minchinela, M. Simón, F. Cava, V. Álvarez, C.V. Jiménez and J.V. García Lario Biobanks, clinical laboratorios and biomedical research 201 J.M. Sánchez-Romero and J.M. González-Buitrago Acknowledgement note Acknowledgement note to the Reviewers 2010 206 Rev Lab Clin. 2010;3(4):151–152 Revista del Laboratorio Clínico www.elsevier.es/LabClin EDITORIAL Signos de alarma en el hemograma y utilidad diagnóstica de la morfologı́a sanguı́nea$ Alert signs on the complete blood count and the diagnostic usefulness of blood morphology El Laboratorio Clı́nico, en todas sus disciplinas, tiene un papel fundamental en el diagnóstico de las enfermedades. El Laboratorio de Hematologı́a contribuye al diagnóstico de la mayorı́a de enfermedades hematológicas, e incluso no hematológicas, mediante el estudio de la sangre periférica, fluido orgánico fácilmente accesible, que constituye un eslabón analı́tico inicial. La sangre periférica es el punto de partida para realizar el análisis citológico de las tres series hematopoyéticas, ası́ como para la aplicación de otros métodos más complejos. El hemograma incluye la fórmula leucocitaria (recuento porcentual de las diferentes subpoblaciones leucocitarias) y la determinación de otras magnitudes celulares sanguı́neas, tales como recuento de leucocitos, hematı́es y plaquetas, concentración de hemoglobina, hematocrito y volumen medio de los hematı́es. Con el desarrollo de los sofisticados autoanalizadores hematológicos, la proporción de muestras sanguı́neas que requiere de un recuento diferencial manual es alrededor de un 15%. Sin embargo, el análisis de la citologı́a de sangre periférica es crucial para el diagnóstico de determinadas infecciones (mononucleosis infecciosa), parasitosis (paludismo), ası́ como para el diagnóstico diferencial de anemias y trombocitopenias, y para la identificación y caracterización de las diferentes hemopatı́as malignas (leucemias, linfomas). Aunque la solicitud de un examen citológico de sangre periférica suele obedecer a la observación por el clı́nico de determinados signos en el paciente, tales como palidez, ictericia, esplenomegalia, petequias, adenopatı́as, lesiones cutáneas, dolor óseo, fiebre, sudoración nocturna, pérdida $ El presente trabajo carece de conflictos de intereses, ya que no ha recibido ayuda financiera de empresas comerciales. de peso o hemorragias, también el facultativo del laboratorio tiene la responsabilidad de indicar la realización de la evaluación morfológica sanguı́nea al reconocer en el hemograma la presencia de determinados signos de alarma. Por este motivo, es de gran importancia una buena práctica en la interpretación de la hematimetrı́a y de la morfologı́a sanguı́nea. La determinación del hematocrito junto a la cuantificación de la hemoglobina permite la detección de una anemia. En las anemias y, dependiendo de su causa, los hematı́es pueden presentar diferente tamaño, ası́ como un variable contenido de hemoglobina. La medida de estas caracterı́sticas, mediante la valoración morfológica de los hematı́es, es de gran utilidad para establecer el origen de la anemia. Ası́, la morfologı́a eritrocitaria es de gran ayuda para realizar el diagnóstico diferencial de las hemoglobinopatı́as. Una hemoglobina muy disminuida y la observación al microscopio de hematı́es falciformes sugieren el diagnóstico de una anemia falciforme, mientras que se debe sospechar una b-talasemia menor por el hallazgo en el hemograma de una poliglobulia microcı́tica con cifras normales de hemoglobina. Una falsa disminución del número de hematı́es, junto a una elevación del VCM y marcada elevación de la CCMH en el hemograma, puede ser debida a la presencia de anticuerpos frı́os o crioaglutininas; mientras que una falsa elevación de las plaquetas y/o de los leucocitos puede obedecer a la presencia de crioglobulinas. La detección de estas alteraciones desde el laboratorio tiene un gran interés, por la repercusión que puede tener para el paciente una inadecuada interpretación de los resultados. Las causas más frecuentes de leucocitosis son los procesos infecciosos e inflamatorios agudos y crónicos, aunque también las enfermedades hematológicas agudas 1888-4008/$ - see front matter & 2010 AEBM, AEFA y SEQC. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. doi:10.1016/j.labcli.2010.07.002 152 (leucemias) o crónicas (sı́ndromes mieloproliferativos crónicos) son causa de leucocitosis. Desde el laboratorio se debe interpretar toda la información que aporta el estudio de las células sanguı́neas para realizar la correcta orientación diagnóstica del paciente hacia una enfermedad hematológica aguda o crónica. Ası́, en las leucemias agudas (LA) la leucocitosis suele acompañarse de plaquetopenia y/o anemia con presencia de blastos en sangre periférica. El estudio morfológico de los blastos es de gran interés en el diagnóstico inicial de una leucemia, tal como se describe en la reciente revisión publicada en un número previo de esta revista. Por el contrario, en los sı́ndromes mieloproliferativos crónicos la leucocitosis suele ir acompañada de trombocitosis, y de un porcentaje elevado de elementos jóvenes de la serie blanca (mielemia). Es relativamente frecuente que un paciente con una leucemia mieloide crónica, todavı́a no diagnosticada por su baja expresividad clı́nica, se realice una analı́tica por algún otro motivo, y el diagnóstico de la enfermedad se sugiera desde el laboratorio. Una leucopenia aislada constituye también un signo de alarma, ya que puede ser el primero en manifestarse en una enfermedad hematológica, como por ejemplo una LA, o un sı́ndrome mielodisplásico. Por este motivo, ante el hallazgo de una leucopenia será obligado realizar un análisis morfológico de los elementos sanguı́neos. Si la leucopenia está asociada a la presencia de un número elevado de blastos en sangre periférica, la orientación diagnóstica será una LA. En estos casos es especialmente importante la detección desde el laboratorio de la LA promielocı́tica, que puede cursar con complicaciones hemorrágicas muy graves y coagulación intravascular diseminada, para que el paciente inicie el tratamiento adecuado lo más pronto posible. Aunque una linfocitosis puede ser fisiológica en la infancia, o debida a infecciones bacterianas o vı́ricas, la EDITORIAL leucemia linfática crónica es también una causa frecuente de linfocitosis. La gran mayorı́a de las veces el diagnóstico de la leucemia linfática crónica se realiza por el hallazgo casual en una analı́tica de rutina de una leucocitosis junto a linfocitosis en un paciente de edad avanzada, por lo que el laboratorio tiene un papel importante en el reconocimiento de esta enfermedad. Una monocitosis puede deberse a infecciones bacterianas de tipo crónico, linfoma de Hodgkin, enfermedades del colágeno, tales como la artritis reumatoide, o el lupus eritematoso sistémico, y también a un sı́ndrome mielodisplásico/mieloproliferativo del tipo leucemia mielomonocı́tica crónica, por lo que ante una monocitosis es obligada la observación morfológica del frotis. En la leucemia mielomonocı́tica crónica la monocitosis se acompañará de alteraciones morfológicas displásicas en alguna de las series hematopoyéticas. En la actualidad, además del análisis citológico de las células sanguı́neas, se dispone de otras metodologı́as, tales como la citometrı́a de flujo o las técnicas de biologı́a molecular y citogenética, que son fundamentales para la clasificación diagnóstica definitiva del paciente. Sin embargo, la aplicación de los métodos mencionados tiene siempre como punto de partida la sangre periférica. Por este motivo, el laboratorio tiene un papel muy importante en la detección de los valores del hemograma que constituyan un signo de alarma, ası́ como en la correcta interpretación de las alteraciones morfológicas de las tres series hematopoyéticas en sangre periférica. Anna Merino Laboratori Core, Servei d’Hemoterapia-Hemostasia, CDB, Hospital Clı́nic de Barcelona, IDIBAPS, Barcelona, España Correo electrónico: [email protected] Rev Lab Clin. 2010;3(4):153–160 Revista del Laboratorio Clínico www.elsevier.es/LabClin ORIGINAL Implementación de la variabilidad biológica como objetivo de la calidad en un laboratorio clı́nico Sara Esteve Poblador, Eunice Bosch Pardo y Mario Ortuño Alonso Área de Diagnóstico Biológico, Hospital Universitario La Ribera, Alzira, Valencia, España Recibido el 26 de marzo de 2010; aceptado el 21 de junio de 2010 Disponible en Internet el 15 de septiembre de 2010 PALABRAS CLAVE Especificaciones de la calidad; Variabilidad biológica; Evaluación externa de la calidad Resumen Introducción: Para establecer el nivel de la calidad que los laboratorios deben alcanzar se han desarrollado diversos criterios. En la Conferencia de Estocolmo se estableció un modelo jerárquico para las especificaciones de la calidad analı́tica. El objetivo de este trabajo ha sido evaluar durante un año para múltiples magnitudes bioquı́micas, tanto en el área de rutina como urgencias, de las cinco propuestas de Estocolmo, la de la variabilidad biológica. Material y métodos: Se ha calculado mensualmente para cada magnitud la imprecisión, el error sistemático (ES) y el error total (ET), y por otra parte, se ha calculado el coeficiente de variación relativo (CVR). Resultados: Se han evaluado 29 magnitudes para rutina y 31 para urgencias. Para rutina los criterios de imprecisión, ES y ET fueron cumplidos en el 80%, 81% y 97%, respectivamente; y para urgencias en el 84%, 90% y 100%. El ión sodio fue la única magnitud que no cumplió ninguno de los tres criterios. Los peores resultados los registraron aquellas magnitudes con variabilidad biológica baja. Para el coeficiente de variación relativo (CVR), únicamente el ión sodio fue no conforme. No se han observado diferencias significativas al comparar las especificaciones de la calidad obtenidas para rutina y urgencias. Discusión: Aunque los resultados obtenidos son aceptables, la calidad analı́tica no está garantizada para algunas magnitudes y habrı́a que revisarlas. Los mejores resultados se obtienen utilizando el ET. Por tanto, el modelo de Estocolmo de especificaciones de la calidad debe ser implementado tanto en el laboratorio de rutina como en el de urgencia. & 2010 AEBM, AEFA y SEQC. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected] (S. Esteve Poblador). 1888-4008/$ - see front matter & 2010 AEBM, AEFA y SEQC. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. doi:10.1016/j.labcli.2010.06.003 154 S. Esteve Poblador et al Implementation of biological variation on analytical goals in the clinical laboratory KEYWORDS Quality specifications; Biological variability; External quality assurance Abstract Introduction: Various criteria have been developed to establish the quality that laboratories must achieve. At the Stockholm Conference a hierarchical model was established for analytical quality specifications. The aim of this study was to evaluate the biological variability in multiple biochemical parameters over one year. Materials and methods: Every month, each parameter, was calculated for imprecision, systematic error (SE) and total error (TE), as well as calculating the relative variation coefficient (RVC). Results: A total of 29 parameters were evaluated for routine and 31 for emergencies. For routine, the imprecision criteria, SE and TE were fulfilled in 80%, 81% and 97%, respectively; and for emergencies in 84%, 90% and 100% respectively. The sodium ion was the only parameter that did not fulfil any of the three criteria. The worst results were registered by those parameters with low biological variability. For the relative variation coefficient (RVC), only the sodium ion did not conform. There were no significant differences found between the results when comparing the quality specifications obtained between routine and emergency analyses. Discusion: Even though the results obtained are acceptable, the analytical quality cannot be guaranteed for some parameters and should be reviewed. The best results were obtained using TE. Therefore, the Stockholm model for quality specifications should be implemented in both routine and emergencies laboratories. & 2010 AEBM, AEFA and SEQC. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved. Introducción Para establecer el nivel de imprecisión que los laboratorios deben alcanzar se han desarrollado diversos criterios a lo largo del tiempo. Uno de los más conocidos es el descrito por Tonks1, en el que se afirma que la variabilidad analı́tica debe ser un 25% del intervalo de la variabilidad biológica, lo que equivale a una desviación estándar biológica. Más tarde, este criterio fue modificado por E. Cotlove2 en Aspen y las metas se redujeron a la mitad. Ya han pasado más de treinta años por lo que es necesario revisar estas metas e intentar aproximarse al nivel máximo de la calidad según el sistema seis sigma. Este nivel solo es alcanzable con un elevado desarrollo tecnológico que incluya automatización, robótica e informática y, por supuesto, unas muy buenas prácticas de laboratorio3. En la Conferencia de Consenso Internacional de Estocolmo de 19994 se estableció un modelo jerárquico de las especificaciones de la calidad analı́tica, entre las cuales se encuentran las derivadas de la variabilidad biológica. Este modelo propone unas recomendaciones para mejorar las prestaciones analı́ticas de los laboratorios basándose en cinco puntos5: 1. Evaluación del efecto de las prestaciones analı́ticas en los resultados clı́nicos. 2. Evaluación del efecto de las prestaciones analı́ticas en: a. Datos basados en componentes de la variabilidad biológica. b. Datos basados en el análisis de las opiniones de los clı́nicos. 3. Recomendaciones publicadas por profesionales de organismos expertos (locales, nacionales o internacionales). 4. Objetivos aportados por organismos reguladores y organismos evaluadores de la calidad externa. 5. Objetivos basados en recurrir al estado del arte: a. Los demostrados con datos de controles de la calidad externa. b. Los encontrados en publicaciones actuales sobre metodologı́a. Las principales aplicaciones de la variabilidad biológica son: el valor de referencia del cambio, evaluar las prestaciones analı́ticas, validar sistemas de medida y métodos analı́ticos, planificar y diseñar el control interno, establecer lı́mites de aceptabilidad de los programas de evaluación externa de la calidad y asegurar que los resultados son adecuados para su uso clı́nico6–9. Por tanto, la calidad analı́tica de los resultados de un laboratorio se puede estimar a través de indicadores como la imprecisión, el error sistemático (ES) y el error total (ET), comparándolos con las especificaciones de la calidad establecidas10,11. El grado de cumplimiento de dichas especificaciones asegura que los resultados satisfarán las necesidades médicas, ya que por debajo de ellas un laboratorio no puede garantizar la utilidad clı́nica de sus resultados. Otra herramienta menos estricta para el manejo de las metas analı́ticas de cualquier prueba de laboratorio es el coeficiente de variación relativo (CVR)12–14, el cual, permite evaluar la relación que existe entre la variabilidad biológica y la variabilidad analı́tica. Por otra parte, en el laboratorio clı́nico es frecuente tener que comparar dos procedimientos de medida de una misma magnitud para saber si los resultados generados por ambos procedimientos son intercambiables. Esto ocurre, cuando una misma magnitud se mide con equipos distintos en muestras )de rutina* y )de urgencias*. El objetivo de este trabajo es evaluar los indicadores de la calidad para varias magnitudes bioquı́micas durante el Implementación de la variabilidad biológica como objetivo de la calidad en un laboratorio clı́nico perı́odo de un año, siendo el criterio elegido el basado en la variabilidad biológica. Los indicadores que se van a estudiar son imprecisión, ES, ET y CVR. Utilizar las especificaciones de la calidad basadas en la variabilidad biológica junto a los datos aportados por el control externo nos puede dar información para tomar decisiones importantes de prestaciones analı́ticas y evaluación de métodos. Asimismo, se comparan los datos obtenidos para cada una de las magnitudes bioquı́micas en dos áreas del laboratorio (rutina y urgencias). Material y métodos Este estudio se ha realizado en el Área de Diagnóstico Biológico del Hospital Universitario La Ribera (Alzira), obteniendo los datos de los resultados del programa de calidad interno-externo Quality Control Service (QCSEasy 4) durante el año 2009. Los analizadores de bioquı́mica utilizados han sido un Modular DP (Roche Diagnostics, Alemania) para las muestras de rutina, y un Modular PPE (Roche Diagnostics, Alemania) para las muestras urgentes. Las magnitudes evaluadas para bioquı́mica de rutina y urgencias han sido las siguientes: Srm-albúmina, Srm-alanino aminotransferasa (ALT), Srm-amilasa, Srm-amilasa pancreática (AmilP), Srm-aspartato aminotransferasa (AST), Srm-bilirrubina total (BT), Srm-bilirrubina directa (BD), Srm-calcio (Ca), Srm-cloruro, Srm-colesterol, Srm-colesterol HDL (HDLc), Srmcolinesterasa, Srm-creatinina quinasa (CK), Srm-creatinina, Srm-ferritina, Srm-fosfatasa alcalina (FA), Srm-fosfato, Srmgamma glutamiltransferasa (GGT), Srm-glucosa, Srm-hierro, Srm-ión potasio (K), Srm-ión sodio (Na), Srm-lactato deshidrogenada (LDH), Srm-lipasa, Srm-magnesio (Mg), Srm-proteı́nas totales (PT), Srm-proteı́na C reactiva (PCR), Srm-transferrina, Srm-triglicérido, Srm-ácido úrico (AU) y Srm-urea. Se ha calculado mensualmente para cada magnitud la imprecisión, el ES y el ET, según las directrices proporcionadas 155 por la Comisión de la Calidad Analı́tica de la Sociedad Española de Bioquı́mica Clı́nica y Patologı́a Molecular (SEQC)15 para dichos cálculos. Los indicadores analı́ticos se han obtenido del siguiente modo: para la imprecisión, se calcula el coeficiente de variación analı́tico mensual (CV) obtenido con los resultados analı́ticos del control interno de la calidad de nuestro laboratorio para cada magnitud biológica, y se promedia para los doce meses de la evaluación (CV ¼100 (SD/X), siendo, SD la desviación estándar y X la media); para el ES, se calcula la diferencia entre la media mensual (Xm) y el valor diana (VD) del mismo material control del programa interno de la calidad (ES¼ 100 (XmVD)/VD); y para el ET, se calcula la diferencia entre el resultado del laboratorio individual y la media obtenida por los laboratorios usuarios del mismo método en el programa externo de la calidad (ET ¼100 (XiXn)/Xn, siendo, Xi el valor de nuestro laboratorio y Xn el valor obtenido por los demás laboratorios participantes). Las especificaciones de la calidad son las establecidas por la Comisión de la Calidad Analı́tica de la SEQC (http://www.seqc.es): para CV, deseable si o0,5 CVbi, mı́nimo si o0,75 CVbi y óptimo si o0,25 CVbi; para ES, deseable si o0,25(CVbi2 þCVbg2)1/2, mı́nimo si o0,375(CVbi2þCVbg2)1/2 y óptimo si o0,125(CVbi2þCVbg2)1/2; y para ET, deseable si o0,250 (CVbi2 þCVbg 2) 1/2 þK(0,50CVbi), mı́nimo si o0,375(CVbi2 þCVbg 2) 1/2 þK(0,75CVbi) y óptimo si o0,125(CVbi2 þ CVbg2)1/2þK(0,25CVbi), donde K¼1,65 para a¼0,05, y CVbi y CVbg, los coeficientes de variación intra e interindividual, respectivamente16–18. Se ha considerado que las diferentes magnitudes cumplen las especificaciones analı́ticas cuando el indicador es, inferior al nivel de exigencia mı́nimo, deseable, y/o óptimo según el caso. Para comparar los datos obtenidos para los tres indicadores de la calidad, en el área de rutina y urgencias de nuestro laboratorio se utiliza la prueba T de Student, considerándose significativa una po0,05. Tabla 1 Magnitudes que cumplen los lı́mites mı́nimos, deseables y óptimos, ası́ como las que no cumplen, para las especificaciones de la calidad obtenidas en rutina CV (%) Mı́nimo Deseable Óptimo No cumple Glucosa, colesterol, HDLc, ALP, magnesio Urea, AST, colinesterasa, albúmina, ferritina, ión potasio Triglicérido, ácido úrico, ALT, GGT, BT, BD, CPK, LDH, amilasa, fosfato, PCR, hierro Creatinina, proteı́nas totales, calcio, transferrina, ión sodio, cloruro ES Mı́nimo Deseable Óptimo HDLc, proteı́nas totales, magnesio Glucosa, colinesterasa, LDH, albúmina, fosfato Creatinina, urea, colesterol, triglicérido, ácido úrico, AST, ALT, ALP, GGT, BT, BD, CPK, amilasa, PCR, hierro, ferritina, ión potasio Calcio, transferrina, ión sodio, cloruro No cumple ET Mı́nimo Deseable Óptimo No cumple Cloruro – Glucosa, creatinina, urea, colesterol, HDLc, triglicérido, ácido úrico, AST, ALT, ALP, GGT, proteı́nas totales, BT, BD, colinesterasa, CPK, LDH, albúmina, amilasa, magnesio, fosfato, calcio, PCR, hierro, ferritina, transferrina Ión sodio Siendo, CV (%): coeficiente de variación analı́tico; ES: error sistemático; ET: error total. 156 S. Esteve Poblador et al Tabla 2 Magnitudes que cumplen los lı́mites mı́nimos, deseables y óptimos, ası́ como las que no cumplen, para las especificaciones de la calidad obtenidas en urgencias CV (%) Mı́nimo Deseable Óptimo No cumple ES Mı́nimo Deseable Óptimo No cumple ET Mı́nimo Deseable Óptimo No cumple Colesterol, HDLc, magnesio Glucosa, creatinina, AST, ALP, colinesterasa, LDH, albúmina, fosfato, ferritina, ión potasio Urea, triglicérido, ácido úrico, ALT, GGT, BT, BD, CPK, amilasa, amilasa pancreática, lipasa, PCR, hierro Proteı́nas totales, calcio, transferrina, ión sodio, cloruro HDLc, proteı́nas totales, albúmina Glucosa, urea, colinesterasa, magnesio, ferritina, ión potasio Creatinina, colesterol, triglicérido, ácido úrico, AST, ALT, ALP, GGT, BT, BD, CPK, LDH, amilasa, amilasa pancreática, lipasa, fosfato, calcio, PCR, hierro Transferrina, ión sodio – – Glucosa, creatinina, urea, colesterol, HDLc, triglicérido, ácido úrico, AST, ALT, ALP, GGT, proteı́nas totales, BT, BD, colinesterasa, CPK, LDH, albúmina, amilasa, amilasa pancreática, lipasa, magnesio, fosfato, calcio, PCR, hierro, ferritina, transferrina, ión potasio, cloruro Ión sodio CV (%): coeficiente de variación analı́tico; ES: error sistemático; ET: error total. CV (%) ES ET 0,08 0,92 0,51 CV (%): coeficiente de variación analı́tico; ES: error sistemático; ET: error total. 120 100 80 60 Imprecisión ES 40 ET 20 0 e2 fe 009 b2 m 009 ar -2 ab 009 r-2 m 009 ay -2 ju 009 n20 ju 09 l-2 0 ag 09 o20 se 09 p2 oc 009 t-2 no 009 v2 di 009 c20 09 Se han evaluado 29 magnitudes para rutina y 31 para urgencias. Los datos procesados han sido para rutina, 348 de imprecisión y ES, y 319 de ET; y para urgencias 372 de imprecisión y ES, y 341 de ET. La imprecisión y el ES se han calculado para los 12 meses del estudio, mientras que el ET para los meses de febrero a diciembre. Teniendo en cuenta el nivel de exigencia considerado para cada magnitud, en las tablas 1 y 2 se indican las magnitudes con grado de cumplimiento óptimo, deseable y mı́nimo, ası́ como el no cumplimiento, tanto para rutina como para urgencias. Para rutina, los porcentajes de cumplimiento fueron, para CV, de un 17% (mı́nimo), 21% (deseable), 41% (óptimo) y, no cumplieron un 21%; para ES, de un 10% (mı́nimo), 17% (deseable), 59% (óptimo) y, no cumplieron un 14%; y para ET, de un 3,5% (mı́nimo), 93% (óptimo) y, no Valor p Cumplimiento % Resultados Tabla 3 Comparación de las especificaciones de la calidad obtenidas por rutina y urgencias en El CVR se calcula como el cociente entre el coeficiente de variabilidad analı́tica (CVa [%]) y el coeficiente de variabilidad biológica (CVbi [%]). En el criterio de evaluación de las metas analı́ticas basadas en el CVR hemos considerado un valor de CVR aceptable si es o1,0; alerta si está entre 1,0 y 2,0; y no conforme cuando es 42,0. Este cálculo y la especificación de la calidad derivada de el, no está incluido en el modelo de Estocolmo, pero lo hemos seleccionado como un modelo menos estricto12–14. Por último, se han comparado las medias de las especificaciones de la calidad obtenidas para cada una de las magnitudes bioquı́micas evaluadas por el equipo de rutina y por el de urgencias, considerando una diferencia permitida cuando era o0,33 CVbi. Para la realización de los cálculos estadı́sticos se ha utilizado el programa Excel 2003. Meses Figura 1 Evolución mensual del grado de cumplimiento de las especificaciones de la calidad en rutina, siendo ES, error sistemático y ET, error total. cumplieron un 3,5%. Para urgencias, los porcentajes de cumplimiento fueron para CV, de un 10% (mı́nimo), 32% (deseable), 42% (óptimo) y, no cumplieron un 16%; para ES, de un 10% (mı́nimo), 19% (deseable), 65% (óptimo) y, no Implementación de la variabilidad biológica como objetivo de la calidad en un laboratorio clı́nico cumplieron un 6%; y para ET, un 97% cumplieron las especificaciones óptimas y el 3% restante no cumplió. En rutina, no se cumplieron en ningún caso los criterios de imprecisión para creatinina, PT, calcio, transferrina, ión sodio y cloruro; los criterios de ES para calcio, transferrina, ión sodio y cloruro; y los criterios de ET para ión sodio. En urgencias, no se cumplieron los criterios de imprecisión para PT, calcio, transferrina, ión sodio y cloruro; los criterios de ES para transferrina e ión sodio; y los criterios de ET para ión sodio. En la tabla 3 aparecen los resultados obtenidos al comparar las especificaciones de la calidad (CV, ES y ET) obtenidas para rutina y urgencias. El grado de cumplimiento global para cada una de las especificaciones de la calidad por meses, aparece en las figuras 1 y 2, para rutina y urgencias, respectivamente, obteniéndose que para rutina los criterios de imprecisión, ES y ET fueron Cumplimiento % 120 100 80 60 Imprecisión 40 ES 20 ET 157 en e2 fe 009 b2 m 009 ar -2 ab 009 r-2 m 00 ay 9 -2 ju 009 n20 ju 09 l-2 0 ag 09 o2 se 009 p2 oc 009 t-2 no 009 v2 di 009 c20 09 0 Meses Figura 2 Evolución mensual del grado de cumplimiento de las especificaciones de la calidad en urgencias, siendo ES, error sistemático y ET, error total. imprecisión ES Cumplimiento % ET 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 l o o a a o o o o a a a a a o io o Lc CR ritin rrin cos inin rea tero érid ric ASTALTFA GT PT odi tas rur BT BD rasCK DHmin esi sfat alci ierr ilas D t e e s s po lo G L bú gn o C H m t H P er sf Glu ea U le lic o ú s n F C A e F an g d Al Ma Ió Ión Cr Co Tri Áci lin Tr Co Figura 3 Grado de cumplimiento de las especificaciones de la calidad para cada magnitud en rutina, siendo ES, error sistemático y ET, error total. imprecisión ES ET 100 90 Cumplimiento % 80 70 60 50 40 30 20 10 0 H l T T io io ro T D sa K H a io to io ro sa o T T L c R a a sa a a o do B B ra C D in es fa lc er la ilP asa D PC ritin rrin co tinin Ure ster éri úric AS AL FA GG P od tas oru L m n os a i i m ip s r u l e te C H m A L c o ú l a f i e n p C A lb ag F Fe ns G re es ol rigl cido ó n I A n M C C T Á i a ó l r I o T C Figura 4 Grado de cumplimiento de las especificaciones de la calidad para cada magnitud en urgencias, siendo ES, error sistemático y ET, error total. 158 S. Esteve Poblador et al Tabla 4 Coeficiente de variación relativo (CVR) de las magnitudes de bioquı́mica de rutina y urgencias CVR (%) Magnitud Rutina Urgencias Ácido úrico (mg/dl) Albúmina (g/dl) Amilasa (U/l) Amilasa pancreática (U/l) ALT (U/l) AST (U/l) BT (mg/dl) BD (mg/dl) Calcio (mg/dl) Colesterol (mg/dl) HDLc (mg/dl) Colinesterasa (U/l) Creatinina (mg/dl) CK (U/l) Ferritina (ng/ml) FA (U/l) Fosfato (mg/dl) Glucosa (mg/dl) GGT (U/l) Hierro (mg/dl) Cloruro (mmol/l) Ión potasio (mmol/l) Ión sodio (mmol/l) LDH (U/l) Lipasa (U/l) Magnesio (mg/dl) PCR (mg/l) PT (g/dl) Transferrina (mg/dl) Triglicérido (mg/dl) Urea (mg/dl) 0,22 0,63 0,18 NE 0,17 0,36 0,09 0,12 0,88 0,66 0,59 0,30 0,82 0,10 0,40 0,53 0,24 0,58 0,24 0,07 1,55A 0,38 2,77NC 0,20 NE 0,72 0,10 0,77 0,81 0,16 0,31 0,20 0,95 0,21 0,21 0,13 0,28 0,14 0,04 1,34A 0,52 0,56 0,27 0,44 0,10 0,46 0,32 0,27 0,34 0,12 0,10 1,37A 0,34 2,04NC 0,28 0,15 0,65 0,08 0,98 0,98 0,09 0,23 Siendo, A: nivel de alarma; NC: no conforme; NE: no evaluado. cumplidos en el 80%, 81% y 97%, respectivamente; mientras que para urgencias fueron cumplidos en el 84%, 90% y 99%. Las figuras 3 y 4 nos muestran la evolución mensual del grado de cumplimiento para cada magnitud. Para rutina, las magnitudes que no alcanzan el 50% de cumplimiento de alguna de las especificaciones son transferrina, ión sodio, cloruro, creatinina, proteı́nas totales y calcio; y para urgencias, transferrina e ión sodio. La tabla 4 muestra el CVR de las magnitudes de bioquı́mica de rutina y urgencias. Según los criterios elegidos, para ambas áreas se obtiene un CVR aceptable para la mayorı́a de las magnitudes evaluadas. En rutina el cloruro está en el nivel de alerta, y en urgencias el calcio y el cloruro. El ión sodio es no conforme en ambos casos. Por último, la tabla 5 nos muestra los resultados de las diferencias de las medias del control en los dos instrumentos (rutina y urgencias), obteniéndose un valor superior a 0,33 CVbi, únicamente, para calcio, creatinina e ión sodio. Tabla 5 Comparabilidad de los resultados de los análisis utilizando equipos diferentes Magnitud CVbi D 0,33 CVbi Ácido úrico (mg/dl) Albúmina (g/dl) Amilasa (U/l) Amilasa pancreática (U/l) ALT (U/l) AST (U/l) BT (mg/dl) BD (mg/dl) Calcio (mg/dl) Colesterol (mg/dl) HDLc (mg/dl) Colinesterasa (U/l) Creatinina (mg/dl) CK (U/l) Ferritina (ng/ml) FA (U/L) Fosfato (mg/dl) Glucosa (mg/dl) GGT (U/l) Hierro (mg/dl) Cloruro (mmol/l) Ión potasio (mmol/l) Ión sodio (mmol/l) LDH (U/l) Lipasa (U/l) Magnesio (mg/dl) PCR (mg/l) PT (g/dl) Transferrina (mg/dl) Triglicérido (mg/dl) Urea (mg/dl) 9,00 3,10 8,70 11,70 24,30 11,90 23,80 36,80 1,90 5,40 7,00 7,00 5,30 22,80 14,20 6,40 8,50 5,70 13,80 26,50 1,20 4,80 0,70 8,60 23,10 3,60 42,20 2,70 3,00 20,90 12,30 0,17 1,00 0,25 2,44 0,85 0,87 1,19 2,74 0,86n 0,76 0,22 0,18 2,02n 0,08 0,92 1,33 0,28 1,37 1,71 1,02 0,22 0,18 0,51n 0,71 3,36 0,23 0,99 0,57 0,50 1,64 1,02 2,97 1,02 2,87 3,86 8,02 3,93 7,85 12,14 0,63 1,78 2,31 2,31 1,75 7,52 4,69 2,11 2,81 1,88 4,55 8,75 0,40 1,58 0,23 2,84 7,62 1,19 13,93 0,89 0,99 6,90 4,06 Siendo, CVbi: coeficiente de variación biológico intraindividual; D: la diferencia entre las medias de los resultados de control para rutina y urgencias. n Magnitudes que no cumplen. Discusión El grado de cumplimiento de las especificaciones de la calidad (imprecisión, ES y ET), tanto en rutina como urgencias es bueno, con valores en rutina del 80%, 81% y 97%, para imprecisión, ES y ET, respectivamente; y valores en urgencias del 84%, 90% y 99%, respectivamente, lo cual se aproxima a lo observado por otros autores. Ası́, Garcı́a Lario et al19 en un trabajo publicado en el 2002, donde participaban seis laboratorios, y se estudiaron 22 magnitudes para la sección de rutina y 10 para la de urgencias, obtuvieron para rutina unos grados de cumplimiento del 79%, 58% y 98%, respectivamente, para imprecisión, ES y ET; y para urgencias, de un 49% y 91% para imprecisión y ET, respectivamente. Estos resultados son similares a los nuestros, si bien para ES nosotros obtuvimos un 81% de cumplimiento en rutina y un 90% en urgencias. En el estudio de Garcı́a Lario et al existe la limitación de que el ES para urgencias no fue Implementación de la variabilidad biológica como objetivo de la calidad en un laboratorio clı́nico valorable, dado que sólo disponı́an de resultados de un laboratorio. Más recientemente, en el año 2007, Batuecas et al20 estudiaron el grado de cumplimiento de las especificaciones de la calidad; para ello, evaluaron 25 magnitudes bioquı́micas para rutina y 15 para urgencias, obteniendo en rutina un grado de cumplimiento del 83,33%, 91,67% y 92,36% para imprecisión, ES y ET, respectivamente; y en urgencias, del 80,95%, 87,5% y 94,44%, respectivamente. Estos resultados son más similares a los nuestros. En este mismo estudio, las magnitudes que para rutina, no cumplieron las especificaciones de la calidad fueron albúmina, calcio e ión sodio; y para urgencias, amilasa, AST, calcio, creatinina e ión sodio. En nuestro caso, puesto que no encontramos diferencias significativas al comparar las especificaciones de la calidad para rutina y urgencias, observamos que para ambas áreas no se cumplen las especificaciones de imprecisión para PT, calcio, transferrina, ión sodio y cloruro; no cumplen para ES, calcio, transferrina, ión sodio y cloruro; y no cumple para ET el ión sodio. En general, las magnitudes responsables del incumplimiento suelen tener una variabilidad biológica muy baja15. Por otra parte, Dhatt GS et al21 al estudiar la imprecisión para 22 analitos durante 6 meses, mostraron que los criterios fueron seguidos por 18/22 (82%) de las magnitudes. Las especificaciones de la calidad para imprecisión fueron aceptables u óptimas, excepto para albúmina y calcio que no cumplieron con esta especificación. Cloruro, magnesio y proteı́nas totales no cumplieron ninguno de los lı́mites tolerables. Cabe destacar, que cada laboratorio evalúa un número de magnitudes diferentes para el área de rutina y urgencias, lo cual, en parte, podrı́a explicar las pequeñas diferencias encontradas en los grados de cumplimiento de los diferentes trabajos encontrados. En nuestro caso, como en la bibliografı́a consultada, para el ET se obtienen los mejores resultados, pues el lı́mite de aceptación es más permisible que el propuesto para imprecisión y ES, lo cual facilita un mayor grado de cumplimiento. Por otra parte, al analizar la evolución mensual, observamos un comportamiento que se mantiene constante durante el periodo de tiempo considerado para todas las especificaciones, tanto en rutina como en urgencias. Un criterio no incluido en el modelo de Estocolmo, y por tanto, no utilizado habitualmente en los laboratorios, pero que nosotros hemos elegido como menos exigente para el establecimiento de metas analı́ticas, es el CVR, es un cálculo que evalúa la relación que existe entre la variabilidad biológica y la variabilidad analı́tica, debe ser menor de 1, ya que de otra manera se presentarı́an resultados falsos positivos y negativos. Por ello, al aplicarlo a las magnitudes que no cumplen las especificaciones establecidas anteriormente (PT, calcio, transferrina, ión sodio y cloruro), observamos que el resultado es aceptable para PT y transferrina, mientras que, calcio y cloruro se mantienen en el nivel de alerta, y el ión sodio tampoco satisface este criterio. Terrés Speziale en varias trabajos12,14 publica datos de CVR para varias magnitudes biológicas, obteniendo para todas ellas valores inferiores a 1, los datos de la variabilidad analı́tica los obtiene de diez laboratorios que participan en un programa de evaluación externa de la calidad. 159 Finalmente, comparamos las especificaciones de la calidad obtenidas utilizando equipos diferentes. Para todas las magnitudes se cumple que los resultados obtenidos son comparables por ambos equipos a excepción de creatinina, calcio e ión sodio. Sin duda, las prestaciones tecnológicas son fundamentales a la hora de la obtención de estos resultados, junto a la formación del personal y la organización del trabajo. Por ello, las diferencias obtenidas al comparar los dos equipos pueden estar asociadas a la planificación del trabajo y del personal, diferente para cada una de las áreas. Las especificaciones de la calidad basadas en la variabilidad biológica son la base de la calidad en la práctica diaria del laboratorio. Para mejorar la prestación analı́tica de una prueba de laboratorio, el primer paso es evaluar la variabilidad analı́tica en el laboratorio clı́nico y mejorar su imprecisión, pues el nivel de la calidad requerido facilita la toma de decisiones clı́nicas, no solo para la calidad del funcionamiento del laboratorio, sino que también es esencial para asegurar la interpretación y utilización de los datos de laboratorio por los clı́nicos. Se concluye que los resultados obtenidos a través de los indicadores de la calidad son aceptables. La calidad analı́tica no está garantizada para algunas magnitudes con el criterio de la variabilidad biológica utilizado y se evidencia la necesidad de revisar los procedimientos analı́ticos, ası́ como la organización del trabajo y la formación, aunque quizás utilizando otro criterio si se garantice la calidad. El modelo de Estocolmo de especificaciones de la calidad debe ser implementado tanto en el laboratorio de rutina como en el de urgencia. Si bien, es necesario consensuar criterios de la calidad más estrictos como el seis sigma22, que nos llevarán hacia la acreditación de laboratorios, como se concluyó en la reunión de expertos en control de calidad en Sitges en 200923. El sistema sigma orienta cuales son los métodos de riesgo bajo, moderado y alto, estableciendo estrategias diferentes según el valor sigma establecido, siendo un método con valor sigma menor de 3 el que exige una estrategia de control máximo de la calidad (http:// www.westgard.com). Como limitaciones en este trabajo, hubieron meses no evaluados debido a la falta de datos del programa Interno y Externo de la Calidad. Ası́, para el área de urgencias, CV y ES se evaluaron durante 11 meses para ácido úrico y PCR, durante 10 meses para colinesterasa, durante 9 meses para fosfato y LDH, y durante 8 meses para CK; el ET fue evaluado durante el periodo de febrero a diciembre, con excepción del HDLc que sólo se evaluó en el perı́odo de 8 meses. Bibliografı́a 1. Tonks D. A study of the accuracy and precision of clinical chemistry determinations in 170 Canadian laboratories. Clin Chem. 1963;9:217–33. 2. Cotlove E, Harris EK, Williams GZ. Biological and analytical components of variation in long term studies of serum constituents in normal subjects. III. Physiological and medical implications. Clin Chem. 1970;16:1028–32. 3. Ricós C, Perich C, Álvarez V, Biosca C, Doménech MV, Jiménez CV, et al. Aplicación del modelo Seis-Sigma en la mejora de la 160 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. S. Esteve Poblador et al calidad analı́tica del laboratorio clı́nico. Rev Lab Clin. 2009; 2:2–7. 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Rev Lab Clin. 2010;3(4):161–170 Revista del Laboratorio Clínico www.elsevier.es/LabClin ORIGINAL Aplicación del análisis modal de fallos y sus efectos a la fase preanalı́tica de un laboratorio clı́nico$ Ángeles Giménez Marı́na,, Pedro Molina Mendozaa, José Joaquin Ruiz Arredondob, Federico Acosta Gonzálezc, Marisa López Péreza, Manolo Jiménez Cuevaa, Teresa Cueto Santamarı́ad, Rosa Olmedo Sánchezd, Mercedes López Somosierrase, Francisco Rivas Ruizf y Marı́a del Mar Pérez Hidalgog a Laboratorio Clı́nico, Hospital de Antequera, Málaga, España Hematologı́a, Laboratorio Clı́nico, Hospital de Antequera, Málaga, España c Microbiologı́a, Laboratorio Clı́nico, Hospital de Antequera, Málaga, España d Enfermerı́a de Hospital y Primaria, Laboratorio Clı́nico, Hospital de Antequera, Málaga, España e Laboratorio Clı́nico, Hospital de Antequera, Málaga, España f Unidad de Investigación del Hospital Costa del Sol, Laboratorio Clı́nico, Hospital de Antequera, Málaga, España g Documentación, Hospital de Antequera, Málaga, España b Recibido el 16 de noviembre de 2009; aceptado el 25 de junio de 2010 PALABRAS CLAVE Análisis modal de fallos y sus efectos; Seguridad del paciente; Errores en el laboratorio clı́nico; Fase preanalı́tica; Eventos adversos Resumen Introducción: La seguridad es una condición dinámica y debe ser la filosofı́a que sustente la mejora de la calidad en el ámbito sanitario. Las estrategias para reducir incidentes pasan por abordarlos desde un enfoque general para soluciones generales a largo plazo, admitir que los errores se producen (cultura), se notifican (sacan a la luz), y se analizan los factores causales, todo ello desde una actitud proactiva, preventiva y sistemática. Material y método: El Laboratorio Clı́nico del Hospital de Antequera propuso en el año 2006 realizar un análisis descriptivo modal de su fase preanalı́tica, proceso de alto riesgo para la seguridad del paciente, en el que se genera el mayor porcentaje de errores y dónde intervienen un importante número de profesionales, la mayorı́a ajenos al laboratorio cuya contribución al resultado final es decisivo; aplicando el análisis modal de fallos y sus efectos (AMFE). Resultados: En función del número de prioridad de riesgo, se propusieron acciones de mejora, rediseñaron procesos, se realizaron procedimientos e instrucciones y se implementaron indicadores para medir resultados en el tiempo y evaluar las actuaciones para una mejora continua. $ I Premio AEFA en Calidad e Innovación 2009. Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected] (A. Giménez Marı́n). 1888-4008/$ - see front matter & 2009 AEBM, AEFA y SEQC. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. doi:10.1016/j.labcli.2010.06.005 162 A. Giménez Marı́n et al Conclusiones: Lo importante, al hablar de seguridad en los laboratorios, es la fiabilidad en cuanto a ausencia de errores, y la utilidad de la información que generamos. En este sentido, el AMFE resulta ser una fuente de información importante para detectar fallos activos y los latentes del sistema. Además, la participación y difusión de este tipo de trabajos fomenta el compromiso y la responsabilidad de los profesionales en la seguridad. & 2009 AEBM, AEFA y SEQC. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. KEYWORDS Failure mode and effects analysis; Patient safety; Errors in clinical laboratory; Pre-analytical phase; Adverse events Application of failure mode and effects analysis of the pre-analytical phase in a clinical laboratory Abstract Introduction: Safety dynamics should be the philosophy that supports improved quality in the healthcare environment. Strategies to reduce incidents have been undertaken for long-term solutions, to identify that errors occur (culture) are highlighted and the causal factors are pro-actively, preventively and systematically analysed. Material and methods: In 2006 the Clinical Laboratory of Antequera Hospital proposed to carry out a descriptive analytical model to address the risk assessment for the safety of the high-risk patient, as this is the group in which the majority of errors is generated and study how this affects the professionals working in the laboratory, whose contribution to the final results is decisive, by applying the failure mode and effect analysis (FMEA). Results: Considering the number of risk priorities, improvement actions were proposed, processes re-designed and indicators, procedures and instructions were implemented to measure the results in order to evaluate and establish methods for continuous improvement within the laboratory. Conclusions: When looking at safety in the laboratory, the most important factors are the absence of adverse events (errors), reliability of the methods and the use of the information generated. As a result, the FMAE’s findings are an important source of information in detecting active and latent failures of the system. In addition, the participation and dissemination of this type of knowledge promotes the commitment and responsibility of the professionals in safety issues. & 2009 AEBM, AEFA and SEQC. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved. Introducción El acceso a una atención sanitaria segura es un derecho básico del ciudadano y debe reconocerse como uno de los fundamentos de la calidad en cualquier ámbito sanitario. Hablar de seguridad del paciente implica practicar una atención sanitaria libre de daños evitables, es decir, ausencia de accidentes, lesiones o complicaciones, producidas como consecuencia de la atención a la salud recibida, difı́cil de obtener ya que todo proceso lleva asociado un cierto grado de inseguridad intrı́nseca y la asociación de procesos, cada vez más complejos, tecnologı́a e interacciones humanas, favorece el riesgo de incidentes. En resultados, la gran mayorı́a de los procesos en la atención sanitaria son de alta calidad cientı́fica técnica y fallos graves son relativamente poco frecuentes si se comparan con el gran número de intervenciones que diariamente tienen lugar en cualquier entorno sanitario. Los laboratorios clı́nicos se han caracterizado siempre, dentro del mundo sanitario, por ser pioneros en promover la calidad de su producto introduciendo conceptos como )control de la calidad*, )garantı́a de la calidad*, )gestión de la calidad*, lo que nos ha permitido junto con la definición de indicadores de calidad analı́tica (imprecisión y error sistemático entre otros), tener aceptablemente bien controlada la fase analı́tica. Las tecnologı́as de la información, han contribuido a que logremos un producto final, informe analı́tico, rápido y fiable con alta calidad cientı́fica técnica. Si bien esto es ası́, no es menos cierto que nos hemos limitado a la esfera de indicadores internos de la calidad: tiempos de respuesta, calidad analı́tica, productividad, costes etc., y el nuevo entorno sanitario nos exige seguridad del paciente, es decir, ausencia de errores evitables. Errores en la práctica se recogen habitualmente en todos los laboratorios clı́nicos y hasta hace escasos años, la mayorı́a de los estudios se basaban en describir tasas de errores, su clasificación según la fase analı́tica1–3, causas, magnitud del daño y parte responsable del laboratorio3–7 (para revisión, véase Bonini et al8). Todos los estudios coinciden en que son en las fases extraanalı́ticas donde sucede el mayor número de errores, y más concretamente en la preanalı́tica, siendo además en ella, los más crı́ticos2–4,9,10. En los últimos años los estudios se han centrado en el análisis de las tasas de errores recopilados, relacionados con los ensayos del laboratorio y su impacto en la atención del paciente y proponiendo medidas de actuación4–7,10,11, siempre con carácter retrospectivo, es decir los incidentes ya han ocurrido, y en ningún caso desde una óptica proactiva. El Laboratorio Clı́nico del Hospital de Antequera propuso en el año 2006, como estrategia preventiva, realizar un análisis modal de fallos y efectos (AMFE) de su fase preanalı́tica, al tratarse de un proceso de alto riesgo para Aplicación del análisis modal de fallos y sus efectos a la fase preanalı́tica de un laboratorio clı́nico la seguridad del paciente, en el que se genera el mayor porcentaje de errores y donde intervienen un importante número de profesionales, la mayorı́a ajenos al laboratorio y cuya contribución al resultado final es decisivo. El AMFE tuvo su origen en el sector aeroespacial en la década de 1960 y es muy utilizado en la industria, fundamentalmente en el análisis del diseño del producto en el que la seguridad es un componente crı́tico de su buen funcionamiento. Su adaptación a la atención sanitaria, healthcare failure mode and effect analysis (‘análisis modal de fallos y efectos en la atención sanitaria’ [HFMEA]) fue realizada por la US Veteran Health Administration y la joint commission on the accreditation of healthcare (JCAHO) a finales de la década de los 90. Combina los conceptos del análisis de peligros y puntos crı́ticos (APPCC) con las herramientas y definiciones de root cause analysis (‘análisis de las causas últimas’ [RCA]). Requiere la intervención de un equipo de personas con funciones distintas pero complementarias y tipologı́as diferentes de forma que permitan amplia variedad de enfoques, que interaccionen, y tengan el objetivo común12,13. El AMFE permite evaluar fallos potenciales del sistema en el operan los profesionales, componentes u otros acontecimientos, que contribuyen a generar incidentes y sus causas. Siempre desde un enfoque proactivo; es decir, que aún reconociendo y aceptando que cualquier prestación sanitaria puede causar perjuicio al paciente, se identifiquen los componentes o fallos del sistema en los que operan los profesionales, antes de que ocurran los incidentes, establecer prioridades entre los fallos potenciales e implementar medidas para eliminar o reducir la probabilidad de que se produzcan. Objetivos El objeto del estudio fue en primer lugar, conocer qué factores sistémicos originarios de nuestro entorno, dan lugar a que cometamos errores, analizar las causas y establecer medidas para eliminarlos o reducirlos. En segundo lugar, implementar una serie de indicadores que nos permitieran evaluar resultados y su evolución en el tiempo. Material y método El Laboratorio Clı́nico del Hospital de Antequera es un servicio multidisciplinar en el que están representadas las especialidades de análisis clı́nicos, hematologı́a y microbiologı́a. Está organizado en áreas de conocimiento y unidades Petición analítica Cita previa Extracción espécimen 163 funcionales, en función de la tecnologı́a. El personal no facultativo es común y está representado exclusivamente por técnicos de laboratorio y administrativos. Dispone de un único SIL, sin gestor de peticiones, conectado al HIS e integrado con tecnologı́a web. Atiende a una población de 110.908 habitantes (censo 2006), repartida en 4 zonas básicas de salud, con 18 consultorios o centros periféricos de toma de muestras. Las extracciones las realiza el personal de enfermerı́a tanto de las plantas y servicios del hospital como de atención primaria. Como herramienta proactiva, sistemática y no punitiva, para detectar los fallos potenciales y sus causas, se utilizó el AMFE. Se comenzó recibiendo un grupo de profesionales del laboratorio, formación conceptual y metodológica sobre la herramienta AMFE. Posteriormente se eligió el objeto del trabajo: aplicarla al subproceso preanalı́tico dentro del proceso global de laboratorio, al ser el de mayor riesgo para la seguridad del paciente. A continuación se constituyó el equipo de trabajo multidisciplinar. Un facultativo de cada una de las especialidades que constituyen el laboratorio clı́nico (hematologı́a, microbiologı́a y análisis clı́nicos) y profesionales implicados en el proceso: dos técnicos de laboratorio, dos enfermeros (uno de primaria y otro procedente de la especializada) y un administrativo. Todos conocen el proceso y contribuyen con diferentes funciones, competencias y responsabilidades. A través de reuniones, se realizó el trabajo propiamente dicho dirigido por la directora del laboratorio clı́nico. 1.1 Presentación del proceso a analizar. 2.1 Descripción gráfica del proceso y confección de un flujograma, identificando todos los subprocesos, externos e internos en los que hay que centrarse (fig. 1). 3.1 Para cada una de los subprocesos o áreas, se efectúa un análisis de los fallos que pueden darse, a modo de tormenta de ideas (brainstorming) (fig. 2). 4.1 Los fallos detectados se llevan a una tabla y, para cada uno, se valora el efecto que pueden tener en la atención sanitaria. Para ello, se puntúa el ı́ndice de gravedad (IG) de acuerdo a una escala de 0 a 10, siendo 10 el más grave; se le asigna el ı́ndice de probabilidad de aparición (IA) en una escala de 1 a 10; cuanto mayor sea el número más probabilidad de que ocurra, y se valora la posibilidad de detectarlo en nuestro entorno (ID). En este caso, la escala de valoración es inversa, cuanto mayor sea la probabilidad de detectarlo, menor valor numérico. Finalmente se calcula el ı́ndice de probabilidad de riesgo global (IPR) multiplicando los tres datos resultantes (IG*IA*ID ¼ IPR) estableciendo una clasificación de Pareto. 5.1 Por último se prioriza las modalidades de fallo reordenándolos por resultado Preparación muestras Transporte Recepción alicuotar Figura 1 Subprocesos de la fase preanalı́tica. Registro SIL 164 A. Giménez Marı́n et al Cita previa Petición analítica Solicitud analítica y normas de acceso al laboratorio I.T. Preparación del paciente -No hay formularios de petición -Lo rellenan a mano: ilegible No dan el contenedor apropiado -Faltan datos del paciente: incompleto -No se lee el código de barras Administración imputan a otro la analítica -Petición legible sin pegatina -Al prescribir se equivoca de paciente Extracción del espécimen Preparación de muestras Manual de toma de especímenes Se rompe el tubo Muestra mal centrifugada Recepción alicuotación Transporte Transporte de muestras Registro SIL Recepción y registro de muestras -Excesivo tiempo hasta recepción -No mantenimiento de la cadena de frío -Derrame de la muestra -Se pierde la muestra -Se olvidan en planta y urgencias Figura 2 Fallos que pueden ocurrir en los diferentes subprocesos. obtenido, de mayor a menor, y se analiza en qué factores causales se puede actuar y sus posibles soluciones. Se establecen acciones de mejora, rediseño de procesos y procedimientos y se implementan indicadores en las situaciones factibles, para medir resultados en el tiempo y evaluar las actuaciones. Resultados En nuestro proceso preanalı́tico se describieron 7 subprocesos diferentes: solicitud analı́tica, cita previa, extracción del espécimen, preparación de las muestras, transporte, recepción/alicuotación, y registro en el sistema informático del laboratorio (SIL) determinándose 27 posibles fallos, de los cuales 22, el 81,48%, suceden en escenarios externos y por profesionales ajenos al laboratorio. De todos los subprocesos, el de extracción, resultó el más susceptible de generar errores con 7, seguido de la solicitud analı́tica con 6. Ambos junto con la introducción de la petición en el SIL, son además donde ocurren los fallos más crı́ticos. La tabla 1 describe el bloque de resultados cualitativos, fallos detectados obtenidos tras el análisis de los diferentes subprocesos analizados, sus causas y posibles efectos que pueden generar en la atención sanitaria. A continuación, los fallos reordenados de mayor a menor, de acuerdo al resultado del NPR, se llevan a una segunda tabla seleccionando los de mayor impacto (tabla 2). Se observa que los fallos más crı́ticos, en tanto que pueden desencadenar que una analı́tica se le impute a otro paciente ocupan, con diferencia, los 6 primeros lugares de la tabla, seguidos de un grupo, también importante de fallos, que influyen en la calidad analı́tica, provocan retrasos diagnósticos, repeticiones y análisis adicionales. Para cada uno de los fallos, se analiza sobre que factores causales se podrı́a actuar y cual serı́a la solución. Es interesante que a la vez se prevea el coste que supondrı́a, y lo más importante, establecer indicadores que nos permitan evaluar y medir las actuaciones de mejora (tabla 2). En función de este análisis, se establecieron una serie de acciones de mejora, se rediseñaron procesos, se realizaron procedimientos e instrucciones y se hicieron las siguientes propuestas: 1. Formación en materia de seguridad: tomar conciencia de la posibilidad de cometer errores, y de cómo, nuestras propias pautas de conducta contribuyen en el resultado final. 2. Diseño de un circuito de declaración de eventos: crear una base de datos especı́fica para registro de errores de identificación por el laboratorio. Levantar )no conformidades* de eventos relacionados con errores en identificación. 3. Se presenta a la gerencia un informe relativo al uso y propuesta de unificación de etiquetas identificativas de pacientes con el número de historia. Simultáneamente se solicita un módulo informático de gestor de peticiones. 4. Revisión de los circuitos de transporte de muestras. 5. Realizar procedimientos y publicitarlos, haciendo especial hincapié en las funciones, competencias y responsabilidades de los diferentes profesionales implicados. Por parte del médico, prescribir correctamente el análisis, y por parte de la enfermerı́a, verificar siempre de forma positiva la identidad del paciente. 6. Presentar informe de resultados en atención primaria. Y a través de reuniones, establecer conjuntamente mejoras en el circuito de extracciones. 7. Formación en toma de muestras: formas de acceso de los profesionales a los laboratorios, extracción al vacı́o, identificación, transporte, criterios de rechazo de muestras. Durante el año 2007, los resultados de los indicadores de calidad de las muestras pasaron a informarse de forma trimestral, tanto a servicios hospitalarios como a los Lapsus del supervisor responsable o desabastecimiento almacén Rellenan a mano la petición e ilegible No hay gestor de peticiones. No hay pegatinas. Falta de concienciación Faltan datos demográficos del paciente: No hay gestor de peticiones. Se deja para que lo termine ATS. incompleto No tiene la Ha a mano. Desconocimiento del impacto Dr. y DUE Etiqueta defectuosa: no se lee el código Mala impresión de las pegatinas. Colocan mal los folios. No de barras del N.1 Ha hay un responsable Petición legible. Sin pegatina Informática no cubre todas las necesidades. No las imprimen identificativa del paciente en planta y AP. No hay un responsable Al prescribir la petición analı́tica, el Lapsus. Sobrecarga. No recogen una Ha Ca previa abierta y usan las mismas pegatinas médico se equivoca de paciente No se da el contenedor apropiado Lapsus. Desconocimiento de las instrucciones Las administrativas se equivoquen e Lapsus, sobrecarga, falta de fijación imputen la analı́tica otro paciente al dar la cita No trazabilidad petición/muestras Cita previa Extracción No utilizan sistema de vacı́o. Mala praxis. Desconocimiento Colocan mal las pegatinas codabar en las Personal de nueva incorporación. Mal procedimiento. muestras Desinformación. Lapsus Muestras sin identificar Lapsus. Sobrecarga Muestra inadecuada/defectuosa Lapsus. Circuito de preparar los tubos con antelación (AP) y extracciones a domicilio El ATS no verifica identidad del paciente Error de procedimiento de enfermerı́a antes de la extracción Error de contenedor de muestra (tubo Desinformación. Desconocimiento de las instrucciones. Mal inadecuado) o no se obtenga procedimiento Doble etiquetado de tubos y/o peticiones Reutilización de contenedores. Mal procedimiento No disponen de formularios de petición Solicitud analı́tica Posibles causas Posibles fallos Pasos del proceso Tabla 1 No se realiza el análisis. Nueva extracción. Retrasos No se realiza el análisis. Analı́tica incompleta. Retraso No se realiza el análisis. Nueva extracción. Retraso Datos incorrectos. No se realizan analitos. Retrasos. Repeticiones. Mala imagen Retraso analı́tico 7 1 2 7 96 98 1 1 7 14 4 256 6 8 2 8 8 2 7 7 10 6 10 600 Imputar la analı́tica a otro paciente 9 180 4 72 9 180 10 2 3 6 10 2 500 168 112 Imputar analı́tica a otro paciente No se procese el análisis. Retrasos Imputar la analı́tica a otro paciente 720 Imputar analı́tica a otro 10 9 8 pacienteþretraso Imputar analı́tica a otro 10 8 8 pacienteþretraso Introducir a mano. Imputar la analı́tica 8 7 2 a otro Error identificación, retraso, mala 6 7 4 asistencia Imputar analı́tica a otro paciente. 10 5 10 640 6 2 1 IG IA ID NPR Puntuación 3 Retraso en la asistencia Posibles efectos Aplicación del análisis modal de fallos y sus efectos a la fase preanalı́tica de un laboratorio clı́nico 165 Posibles fallos No hay GIPI. Peticiones a mano. Lapsus. Exceso de trabajo. Sin Se imputa analı́tica a otro paciente N.1 Ha o erróneo. Pegatina incorrecta. Confı́an en memoria No hay gestor de peticiones. Lapsus. Complejidad. Ilegible No se procesan. Volver ha realizar Siglas extracción. Retraso Las administrativas al crear la petición, la imputan a otro paciente Introducción incompleta de las pruebas analı́ticas Error de identificación muestra/ paciente No se realiza el análisis. Retrasos Mala calidad analı́tica/ retraso. Mala imagen Mala calidad analı́tica Retrasos. Mala calidad analı́tica. Anular análisis Repetir analı́tica. Contaminación No se realiza el análisis. Mala imagen del servicio Registro SIL Circuitos de transporte CPTM. Aprovechamiento de RRHH. Polı́tica gerencial Neveras tipo camping y sin acumuladores de frı́o. Lapsus. Delegaciones. Mal procedimiento. No hay celador enlace. Lı́quidos biológicos turno de mañana Contenedor mal cerrado ¿Fallo del tubo neumático? Olvido, desidia Se anula el análisis. Nueva extracción Retrasos Retraso. Anulación análisis. Mala calidad analı́tica Retraso por volver a centrifugar. Averı́a en analizador. Mala calidad analı́tica Posibles efectos Se transcribe mal el N.1 o ilegible. No tenemos alicuotador. Exceso de carga de trabajo. Lapsus Lapsus. Mal procedimiento. No se ha introducido la petición en el SIL Excesivo tiempo hasta recepción en laboratorio de los CPTM No mantenimiento de la cadena de frı́o. Se olvida las muestras en plantas de hospitalización y urgencias Derrames Se pierde la muestra Mala centrı́fuga. Mal procedimiento. Falta de tiempo para retraer el coágulo Lapsus. No llega el celador enlace Accidente. Fallo del procedimiento al centrifugar Posibles causas Recepción/ Error de identificación de muestra al alicuotación hacer la alı́cuota No se recibe las muestras y/o petición Transporte Muestra mal centrifugada Preparación Se rompe el tubo de muestras Se olvida la muestra en el CPTM Pasos del proceso Tabla 1 (continuación ) 2 84 9 144 6 7 8 2 3 84 5 6 8 240 10 5 10 500 7 4 10 6 10 600 4 252 9 315 7 9 7 5 96 12 24 3 216 4 1 1 8 9 3 8 3 4 8 3 IG IA ID NPR Puntuación 166 A. Giménez Marı́n et al Aplicación del análisis modal de fallos y sus efectos a la fase preanalı́tica de un laboratorio clı́nico 167 Tabla 2 IPR Posibles fallos Factores causales Posibles donde se puede actuar soluciones 720 Rellenan a mano la petición e ilegible Concienciación. Formación en seguridad. Publicitar resultados de indicadores Concienciación. Formación en seguridad. Publicitar resultados de indicadores Formación y desarrollo de competencias 640 Faltan datos demográficos del paciente: incompleto 600 El ATS no verifica identidad del paciente antes de la extracción 600 Error de identificación de Concienciación. muestra al hacer la Formación en alı́cuota seguridad. Carga de trabajo 500 Al prescribir la petición Concienciación. analı́tica, se equivoca de Formación en seguridad paciente Organización. Procedimiento. Formación en seguridad. Carga de trabajo 315 Se olvida las muestras en Procedimiento y plantas de hospitalización publicitarlo. y urgencias Organización. Concienciar 256 Muestra inadecuada/ Procedimiento y defectuosa publicitarlo. Extraer al vacı́o. Cambio de tubos 500 Las administrativas al crear la petición, la imputan a otro paciente 252 No mantenimiento de la cadena de frı́o 240 Introducción incompleta de las pruebas analı́ticas 216 Excesivo tiempo hasta recepción en laboratorio de los CPTM 180 Las administrativas se equivocan e imputan la analı́tica otro paciente al dar la cita 180 No trazabilidad petición/ muestras 168 Petición legible sin pegatina Organizativos. Procedimiento. Formación Carga de trabajo. Mejorar la petición analı́tica Recabando información e informando a la dirección. Organización Procedimiento. Formación en seguridad. Carga de trabajo Procedimiento. Formación en seguridad. Carga de trabajo Concienciación. Formación en Coste Responsable Indicadores de evaluación Gestor de Coste gestor peticiones. Pegatinas código de barras Gerencia y dirección laboratorio Tasa de peticiones ilegibles Gestor de Coste gestor peticiones. Pegatinas código de barras Gerencia y dirección laboratorio Tasa de peticiones que faltan datos Automatizar/ informatizar preanalı́tica Recursos Dirección de enfermerı́a y laboratorio Tasa de no conformidades por error de identificación del DUE Alicuotador automático Coste alicuotador Dirección de laboratorio Gestor de peticiones Coste gestor Médico prescriptor Gestor de Coste gestor peticiones. Pegatinas código de barras Gerencia y dirección laboratorio Diseñar circuitos Tiempo de recogida. Formación Dirección gerencia, de enfermerı́a y laboratorio Dirección de enfermerı́a y laboratorio Adquirir competencias: flebotomistas. Formación Tiempo Neveras termostatizadas Coste en neveras Automatización: Coste gestor gestor/escanear RRHH. Sin valorar Externalizar el transporte Automatización Recursos tarjeta sanitaria Gerencia y dirección laboratorio Dirección de laboratorio Dirección gerencia Tasa de no conformidades por error de identificación al prescribirla Tasa de error al crear la petición % de muestras inadecuadas. % de muestras defectuosas desglosadas N.1 de dı́as sin acumuladores de frı́o Tiempo de llegada de los CPTM Dirección gerencia Automatización de la preanalı́tica Costes Gerencia y automatización dirección laboratorio No conformidades Gestor de peticiones. Coste gestor Tasa de peticiones sin pegatina 168 A. Giménez Marı́n et al Tabla 2 (continuación ) IPR Posibles fallos Factores causales Posibles donde se puede actuar soluciones Coste seguridad. Publicitar resultados de indicadores 144 Se pierde la muestra en el Procedimiento. transporte Responsabilidades Pegatinas código de barras 112 Etiqueta defectuosa: no Unificar etiquetas. se lee el código de barras Actualizar material del N.1 Ha informático Impresoras láser Recursos Revisión de circuitos centros de salud, y un informe anual sobre seguridad del paciente. Desde el 2008 hasta la actualidad, todos los informes, incluidos los relacionados con la seguridad del paciente se realizan con carácter trimestral. 8. Se definieron los siguientes indicadores: tasa de peticiones realizadas a mano (sin pegatinas), tasa de peticiones ilegibles o incorrectas, tasa de errores en la identificación de paciente al introducir la petición en el SIL, tasa de no conformidades por error en la identificación del paciente al realizarle la petición y/o la extracción, % de incidencias en la calidad de las muestras desglosado en: muestra hemolizada, coagulada, no remiten muestra, muestra insuficiente, inadecuada, y muestra mal enrasada. Discusión El NPR, nos permite priorizar los fallos potenciales sobre los que debemos actuar, y en este sentido se establecieron tres grandes bloques: 1. Un primer bloque de fallos altamente crı́ticos en tanto que pueden desencadenar que una analı́tica se le impute a otro paciente. Los valores de NPR resultaron por encima de 500. Dentro de este bloque nos encontramos con fallos derivados de la forma y medio de solicitar una petición analı́tica (responsabilidad del médico) y su registro en el SIL (responsabilidad del laboratorio). Un tercer error de procedimiento, derivado de no confirmar la identidad del paciente antes de cualquier procedimiento invasivo (considerado 1 de los 6 objetivos nacionales de seguridad)14, en nuestro caso la toma de especimen, siendo responsabilidad de la enfermerı́a. Y un cuarto error, derivado de alicuotar las muestras de forma manual, responsabilidad del laboratorio. 2. En un segundo bloque, se agruparon los números de prioridad de riesgo entre 100 y 500, grupo de fallos altamente frecuentes y con repercusiones para el paciente ya que cuanto menos suponen una mala calidad analı́tica, no procesar el análisis, solicitar nueva extracción, retrasos en el diagnóstico, realizar pruebas Tiempo Responsable Gerencia y dirección laboratorio Dirección de enfermerı́a y laboratorio Gerencia informática laboratorio Indicadores de evaluación % de errores de identificación por pegatina defectuosa adicionales, generando un importante gasto. La mayorı́a derivan del no seguimiento de instrucciones, procedimientos, falta de comunicación, aspectos organizativos, definición clara de dependencias funcionales, formación y adquisición de competencias. 3. El resto de fallos, con un valor de NPR por debajo de 100, al igual que el grupo anterior, prácticamente en su totalidad generados por personal ajeno al laboratorio, se tuvieron en cuenta a la hora de implementar los procedimientos e instrucciones pero, bien por la remota aparición, o bien por la escasa probabilidad de detección, o escasa gravedad, no se evaluaron para su seguimiento. Esta herramienta tiene sus limitaciones, especialmente en el contexto sanitario. El AMFE se aplica en la industria antes de que salga al mercado el producto, es decir, está concebido para detectar o prevenir errores que nunca hayan ocurrido. Sin embargo, un laboratorio es un proceso ya existente, en marcha, y en este caso utilizar los resultados del NPR para tomar decisiones, como propone el AMFE, puede ser cuestionable. En el entorno sanitario, cualquier evento que pueda conducir a error de paciente, siempre deberı́a ser crı́tico. Sin embargo, observamos cómo dos tipos de errores con un NPR 180, (que las administrativas se confundan de paciente al dar la cita, o que no haya trazabilidad petición/muestras), quedan muy por debajo de un NPR de 500, por encima del cual, todos podrı́an conducir a error en la identificación del paciente. Krouwer13 propone utilizarlo conjuntamente con otras herramientas de metodologı́a reactiva como el root cause analysis ([RCA], ‘análisis de las causas últimas’) y failure review and corrective action system ([FRACAS], ‘revisión de los fallos y sistema de acción correctiva’). Son pocos los estudios disponibles de la aplicación del AMFE en los laboratorios clı́nicos, y en todos ellos su implementación se ha centrado en aspectos especı́ficos, tales como el banco de sangre15,16, Point-of-care testing (POCT)17. Capuzo et al, aplica la técnica a una pequeña muestra de analitos bioquı́micos y analiza todo el proceso por el que pasa las pruebas18. También se ha aplicado en el sector de la investigación del cáncer19. En una búsqueda en Google que relacionara AMFE y medicina, Chiozza y Ponzetti20, obtuvieron 3.000 trabajos, la mayorı́a de los cuales se trataba de ofertas de manuales, formularios, Aplicación del análisis modal de fallos y sus efectos a la fase preanalı́tica de un laboratorio clı́nico programas informáticos y de capacitación, presentando la revisión de tres estudios. No se ha encontrado ningún trabajo en el que se aplique la herramienta al proceso de laboratorio, concretamente a una de sus fases, la preanalı́tica. La seguridad es una condición dinámica y un análisis AMFE nos viene a reflejar, cómo estamos trabajando en un momento dado y en un laboratorio concreto. Lo importante de esta herramienta es que nos permite identificar dónde estamos cometiendo errores y analizar las causas que los originan, para priorizar y adoptar soluciones definitivas a la reducción de riesgos. En este sentido es importante señalar que el 81,48% de nuestros fallos tienen su origen en escenarios alejados del laboratorio (externalizaciones y descentralizaciones de tomas de especimenes) atendidos por profesionales que en su mayor parte nunca han trabajado en un laboratorio, y que asumen importantes cargas asistenciales y nuevas responsabilidades, probablemente en detrimento de competencias tradicionales como la venopunción, cuando )la competencia profesional requiere algo más que conocimiento, precisa de saber hacer, y aplicarlo*21. Quizás la dificultad de aplicar este tipo de metodologı́a preventiva a la calidad estriba en que requiere implementar un diseño sistémico previo y deliberado de procedimientos y procesos seguros junto a acciones correctivas22. Un enfoque ası́, resulta el mejor camino para trabajar en pro de la seguridad del paciente y poder responder a los incidentes relacionados con la seguridad; acepta que el error involuntario es natural en el ser humano, que los procesos y equipos fallan y que por tanto, los sistemas deben diseñarse y mantenerse de forma que se minimice la posibilidad de causar daño al paciente por error. En este contexto el Laboratorio Clı́nico del Hospital de Antequera comenzó simultáneamente a trabajar para su certificación por la Norma ISO 9001:2000 lo que le permitió hacer, de la seguridad del paciente, la estrategia integradora de su polı́tica de calidad. La Comisión Mixta (JC), anteriormente la JCAHO, subraya la validez del modelo AMFE para reducir errores y propone que todos los hospitales de cuidados de agudos lo realicen una vez al año con especial énfasis en los procesos de alto riesgo (Estándar LD 5.2, Manual de Acreditación, edición 2001)23. Recientemente el documento especı́fico ISO/TS 22367:2008, reducción del error a través de la gestión y mejora continua, acepta el AMFE como método de elección para identificar fallos potenciales dentro de un proceso, sus efectos y proponer medidas para disminuirlos24. Es importante destacar que la participación y difusión de este tipo de trabajos, fomenta el compromiso y la responsabilidad de los profesionales. Resulta ser además una fuente importante de información, ya que detecta fallos latentes del sistema que pueden llegar a hacerse inherentes a los procedimientos, generar puntos débiles, e influir en que se cometan errores; ası́ como fallos activos, acciones u omisiones )no seguras*, influidos por situaciones que favorecen los errores: estrés, asesoramiento inadecuado, carga de trabajo, desinformación, etc. Lógicamente las enseñanzas que se extraigan deben incorporarse a la práctica (aprendizaje activo) y comunicar los resultados en su conjunto para comprender los fenómenos, y centrarnos en examinar los fallos del sistema, 169 apartándonos de culpar a las personas, teniendo siempre presente la cultura de la organización como elemento central en todas las etapas. Por último comentar que, difı́cilmente se puede llegar a buen puerto sin el apoyo decisivo de la gerencia del centro. El proyecto no acaba aquı́, los futuros estudios continúan con la explotación de las bases de datos e indicadores implementados, que nos están permitiendo mostrar cuantitativamente los cambios en la calidad del servicio gracias a la introducción de esta metodologı́a AMFE. Hemos presentado la utilización de una metodologı́a novedosa en el ámbito sanitario, el laboratorio clı́nico, con objeto de conocer cuales eran nuestros factores sistémicos que nos conducı́an a cometer errores. Un AMFE no puede garantizar la seguridad absoluta pero puede ayudar a reducir la ocurrencia de eventos. Al hablar de seguridad en los laboratorios, lo importante es la fiabilidad, en cuanto ausencia de errores, y la utilidad de la información que generamos; es decir que resulte la necesaria y pertinente para el diagnostico, y que llegue en tiempo adecuado. El nuevo entorno sanitario nos exige centrarnos no solo en la eficacia de los resultados y en la eficiencia, sino además, en diseñar los procesos de forma que impidan o dificulten la posibilidad de cometer errores. Agradecimientos A todos los profesionales, facultativos y técnicos del Laboratorio Clı́nico del Hospital de Antequera. Bibliografı́a 1. Ricós C, Garcı́a-Victoria M, de la Fuente B. Quality indicators and specifications for the extra-analytical phases in clinical laboratory Management. Clin Chem Lab Med. 2004;42:578–82. 2. Ventura S, Chueca P, Rojo I, Castaño JL. Errores relacionados con el laboratorio clı́nico. Quı́m Clı́n. 2007;26:23–8. 3. Wiwanitkit V. Types and frequency of preanalytical mistakes in the first Thai ISO 9002:1994 certified clinical laboratory, a 6 – month monitoring. BMC Clin Pathol. 2001. 4. Homanitz PJ. Errors in laboratory medicine. Practical lessons to improve patient safety. Arch Pathol Lab Med. 2005;129: 1252–61. 5. 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Pons Masa,, Ana Garcı́a-Rajaa, Bartomeu Antich Luqueb, Bartomeu Castanyer Puiga, Bernardino Barceló Martı́na, Marı́a Riesco Prietoa, Antonia Barceló Bennasara, Magdalena Vila Vidala, Magdalena Parera Rossellóa y Cristina Gómez Coboa a Servicio Análisis Clı́nicos, Hospital Universitario Son Dureta, Palma de Mallorca, España Unidad de Soporte de Gestión de Laboratorios, Hospital Universitario Son Dureta, Palma de Mallorca, España b Recibido el 2 de julio de 2010; aceptado el 23 de septiembre de 2010 Disponible en Internet el 9 de noviembre de 2010 PALABRAS CLAVE Adecuación demanda; Costes; Eficiencia; Consultor clı́nico Resumen Introducción: El uso del laboratorio es inadecuado (excesivo o innecesario) y es preciso controlarlo. Material y métodos: Elaborar una estrategia para gestionar, según criterios de medicina basada en la evidencia, la derivación de pruebas subcontratadas y comparar los resultados entre dos años consecutivos. Resultados: La demanda se ha reducido un 6,56% y los costes un 26,9%. Es de destacar que solo el 1,9 % de los peticionarios a los que se les ha denegado alguna prueba contacta con el laboratorio para reclamar o mostrar su disconformidad. Conclusiones: El profesional del laboratorio clı́nico debe implicarse como consultor clı́nico para mejorar la eficiencia de las pruebas de laboratorio. & 2010 AEBM, AEFA y SEQC. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. Multidisciplinary model in the efficient clinical management of requested tests KEYWORDS Appropriateness test; Costs; Efficiency; Clinical consultant Abstract Introduction: The use of the laboratory is inadequate and it is necessary to control it. Materials and methods: To elaborate a strategy to manage, according to evidence-based medicine criteria, the origin of requested tests and to compare the results between two consecutive years. $ Este trabajo corresponde a una comunicación cientı́fica presentada y premiada en el III Congreso Nacional del Laboratorio Clı́nico celebrado en Valencia del 14 al 16 de octubre de 2009. Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected] (A.R. Pons Mas). 1888-4008/$ - see front matter & 2010 AEBM, AEFA y SEQC. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. doi:10.1016/j.labcli.2010.09.002 172 A.R. Pons Mas et al Results: The demand has reduced by 6.56% and the costs by 26.9%. It is worth emphasizing that only 1.9% of the requesters, for which some test has been refused, contacts the laboratory to show disapproval. Conclusions: The professionals of the clinical laboratory must be involved in their function as clinical consultant to improve the efficiency of laboratory tests. & 2010 AEBM, AEFA and SEQC. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved. Introducción El aumento en la utilización de las prestaciones del laboratorio, con una tasa de crecimiento anual del 6,15%, es motivo de preocupación para los servicios de salud que generan un gasto sanitario cada vez mayor y tienen unos recursos limitados. Para algunos, el aumento de costes requiere un mayor control y contención, si bien esta perspectiva olvida el valor que aporta el laboratorio clı́nico1. Esta demanda inadecuada genera un uso excesivo del laboratorio que es contrario a la creación de valor. Las solicitudes de análisis innecesarios hacen que los costes aumenten sin que los resultados en salud mejoren; por ello, las organizaciones sanitarias se plantean como objetivo el uso eficiente del laboratorio2. Existe una gran variabilidad en la utilización del laboratorio entre paı́ses, entre regiones de un mismo paı́s y lo que es más llamativo, entre los mismos clı́nicos. Estas variaciones reducen el coste efectividad. Para adecuar la demanda a las necesidades clı́nicas y evitar el uso inapropiado, es imprescindible que los profesionales clı́nicos y los de los laboratorios trabajen conjuntamente3. El médico tiene que tener al analista como un colaborador y el analista tiene que actuar como un verdadero consultor. En la actualidad, se recomienda una mejora en la selección de análisis que implica realizar las solicitudes según algoritmos diagnósticos elaborados siguiendo criterios de la medicina basada en la evidencia4. Por otra parte, es imprescindible evaluar las nuevas ofertas, de manera crı́tica y rigurosa, antes de que se incorporen a la cartera de servicios, eliminar técnicas obsoletas y paneles fijados sin criterios clı́nicos y, en especial, evitar peticiones redundantes y repeticiones innecesarias5. Cada vez más, gestores y profesionales del laboratorio están de acuerdo en que se hace un uso excesivo, por inadecuado o innecesario, del laboratorio. Únicamente se debe solicitar una prueba diagnóstica (para cribado o diagnóstico) cuando su resultado pueda alterar el manejo del paciente. Se considera, por tanto, como uso inapropiado la solicitud de magnitudes que aportan información escasa o nula para la decisión clı́nica o la omisión de otras cuyo resultado es relevante para el proceso en cuestión. En el año 1987, Fraser y Woodford6, en una excelente revisión ya explicaban un uso excesivo del laboratorio, con una demanda muchas veces inapropiada e innecesaria. Al mismo tiempo, apuntaban que las estrategias deben orientarse a disminuir las solicitudes inapropiadas. Hipótesis de trabajo y objetivo La hipótesis de trabajo es que se derivan pruebas innecesariamente a laboratorios subcontratados y que, si se organiza una estrategia interna de control, con participación de todos los facultativos del laboratorio, se evitan gastos innecesarios y se inician actividades de control de la demanda con participación de todos los profesionales. Nos planteamos como objetivo desarrollar y evaluar una estrategia para la gestión de la derivación de pruebas a laboratorios subcontratados, para que sean los facultativos del laboratorio clı́nico (FEA) quienes, en función del área de conocimiento en la que desarrollan su trabajo, decidan la idoneidad de la solicitud de las pruebas siguiendo criterios de efectividad7, contacten con el clı́nico peticionario y, si procede, se involucren en la nueva acción. Material y métodos El Hospital Universitario Son Dureta (HUSD), referencia de la Comunidad Autónoma de la Islas Baleares, posee una cartera de servicios amplia. El laboratorio de Análisis Clı́nicos solo deriva a laboratorios subcontratados las pruebas que no puede realizar en sus instalaciones por falta de equipamiento, las que se solicitan con una frecuencia muy baja, las no incorporadas debido a restricciones presupuestarias o las pruebas novedosas que no se incluyen en la cartera hasta que no está evaluada su eficacia. Actualmente, para una actividad anual cercana a 5.000.000 de determinaciones, el porcentaje de derivaciones es inferior al 0,1%. Desde octubre de 2008, el área de extraanalı́tica del servicio extrae diariamente del sistema informático del laboratorio (LMX, Siemens Healthcares, España) un listado de las pruebas que son susceptibles de ser subcontratadas. Se prepara un archivo que se envı́a por correo electrónico a los FEA de todas las áreas de conocimiento que deciden, según criterios de la Medicina Basada en la Evidencia, si procede derivar estas pruebas y, además, son responsables de la validación clı́nica de los informes cuando se reciben los resultados del laboratorio subcontratado (fig. 1). En caso de que se decida que no está justificada su realización, en el informe aparece como código NREF, el siguiente comentario: )Esta prueba no está incluida en nuestra cartera de servicios. Necesitamos que contacte con el laboratorio para aportar los datos necesarios que nos justifiquen el envı́o a un laboratorio externo. Siempre que las condiciones de estabilidad lo permitan, la muestra se conservará 15 dı́as*. En caso de que se justifique la solicitud, la muestra es derivada al laboratorio subcontratado. Para conocer la eficiencia de esta iniciativa, comparamos la actividad subcontratada y el coste de la misma durante dos años consecutivos, teniendo en cuenta el tipo de prueba y los orı́genes de las peticiones (hospitalización, consultas externas, urgencias, atención primaria, hospital de dı́a, otros). El primer año (preintervención ¼PRE), incluye desde Modelo de coparticipación de los facultativos en la gestión clı́nica eficiente de las pruebas subcontratadas 173 Demanda analítica Petición LMX Sistema información Justificación Rechazada Aceptada Área conocimiento Proceso supervisado por el Área de extraanalítica Justificada Laboratorio exerno Figura 1 Diagrama de flujo del protocolo de actuación. octubre de 2007 a septiembre de 2008 y, el segundo año (postintervención ¼POST), desde octubre de 2008 a septiembre de 2009. Para valorar correctamente el coste de las pruebas subcontratadas a laboratorios externos, se han excluido aquellas determinaciones que normalmente se realizan en el propio laboratorio y que, por incidencias o necesidad de comprobaciones, han sido derivadas. También se han excluido las pruebas derivadas correspondientes al diagnóstico bioquı́mico y molecular de enfermedades metabólicas, solicitadas generalmente por el Servicio de Pediatrı́a y que tienen un tratamiento interno diferente. Resultados La tabla 1 refleja los datos correspondientes a la demanda anual de pruebas susceptibles de ser subcontratadas según origen peticionario en los 2 perı́odos. En la figura 2 se representa el coste de las pruebas subcontratadas en los perı́odos PRE y POST según origen peticionario. La figura 3 representa el número de pruebas subcontratadas aceptadas-rechazadas en el perı́odo POST según origen peticionario. En la figura 4 se observa la evolución del coste medio de las pruebas subcontratadas según origen peticionario. La tabla 2 representa el coste en euros de las pruebas subcontratadas PRE y POST. En la tabla 3 se detalla la relación de pruebas rechazadas por orden de frecuencia. Discusión La solicitud de pruebas subcontratadas ha disminuido un 6,56% durante el año de intervención. Este primer dato es Tabla 1 Demanda anual de pruebas subcontratadas según peticionario N.o pruebas Procedencia Otros Otros hospitales Consultas Hospital de dı́a Hospitalizados At. primaria Urgencias Total PRE POST 154 421 1.023 149 399 735 31 2.912 80 442 1.120 122 447 486 24 2.721 35.000 Pre 30.000 Post 25.000 20.000 15.000 10.000 5.000 0 ia ar n im Pr ió c en At Figura 2 euros. s e dí ad d al sp Ho iz al tro sp Ho s tro s le ita O it it C s os a ta ul s on h p os s ia nc e rg U O Pruebas subcontratadas perı́odos PRE y POST en 174 A.R. Pons Mas et al 1.200 No enviado 1.000 Externalizado 800 600 400 200 0 ia s ar n Co ió nc e At ta pi s Ho Figura 3 Pruebas perı́odo POST. e ld dí tro do a liz s tro ho s s le ta i sp O ta pi s Ho s s a lta u ns im Pr cia n ge Ur O subcontratadas recibidas- rechazadas Atención Primaria Urgencias Consultas Pre Post Hospital de día Otros hospitales Otros Figura 4 Hospitalizados Evolución coste medio pruebas subcontratadas. Tabla 2 Coste en euros de las pruebas subcontratadas PRE y POST Procedencia Otros Otros hospitales Consultas Hospital de dı́a Hospitalizados At. primaria Urgencias Total Coste PRE POST 4.627,25 9.565,92 28.823,07 5.132,18 11.424,21 20.480,75 499,67 80.553,05 1.576,51 8.231,64 25.892,03 2.464,84 9.811,91 10.420,61 480,21 58.877,75 muy relevante ya que, siguiendo la tendencia de los últimos años, la actividad general del laboratorio en este perı́odo ha aumentado en torno al 9%. Por tanto, el mero hecho de revisar las indicaciones y el contacto con los clı́nicos, entre otras acciones, consigue frenar el aumento natural anual de actividad. La solicitud de pruebas subcontratadas pasa de 2.912 a 2.721, cuando probablemente sin esta medida se hubieran sobrepasado las 3.000. La repercusión de la intervención ha sido mayor en atención primaria que en Atención Especializada; posiblemente con esta medida los clı́nicos de primaria se han ido limitando a su catálogo de pruebas y, a su vez, el laboratorio ha constatado la necesidad de revisar, actualizar y comunicar su cartera de servicios a Atención Primaria. El laboratorio dispondrá en breve de un nuevo sistema informático con posibilidad de petición electrónica (del propio hospital y desde Atención Primaria) que permitirá un mayor control de la demanda y un intercambio de información con los clı́nicos solicitantes. En el primer año de implantación de esta actuación se han informado con el comentario anteriormente citado (NREF) y, por tanto, denegado su realización, 486 pruebas de un total de 2.721 (17,86%). El rechazo se basa fundamentalmente en el diagnóstico o tratamiento que se indica en el formulario de solicitud de pruebas. Desgraciadamente, en la actualidad no disponemos de conexión informática con la historia clı́nica del paciente de Atención Primaria y, cuando no consta ni diagnóstico ni tratamiento que justifique la solicitud de las pruebas, se bloquea su envı́o externo. La historia clı́nica de los pacientes de Atención Especializada está accesible a través de la intranet del hospital, por lo que se rechazan menos pruebas. Ante los resultados expuestos, es importante destacar que de los 486 rechazos, tan solo en 9 ocasiones (1,9%) los peticionarios han contactado con el laboratorio, bien para intentar justificar la idoneidad de la prueba (n ¼ 8) o bien para confirmar su acuerdo con la decisión tomada (n ¼1). Se ha comprobado en la base de datos de los dos años estudiados si, en algún caso, las pruebas informadas como )NREF* se han solicitado de nuevo y a excepción de una determinación de estriol, no se han vuelto a solicitar estas pruebas a ningún paciente. El diagrama radial de la evolución del coste medio por prueba subcontratada por peticionario (fig. 4) demuestra que este se estabiliza tras el año de intervención y muestra una clara tendencia al ahorro, a excepción del Servicio de Urgencias. La regularidad (forma circular) del diagrama POST demuestra la práctica ausencia de desviaciones por procedencias. El ahorro en un año es de 21.675,30h. Los costes anuales de las pruebas subcontratadas pasaron de 80.553,05 h a 58.877,75 h, lo que indica una disminución del 26,9% de los mismos. El coste de las pruebas rechazadas hubiese supuesto un incremento del gasto de 11.183,08 h. La repercusión de la estrategia es mayor en los peticionarios que solicitan repetidamente pruebas que no están correctamente indicadas y aproximadamente el 70% de los rechazos se concentran en varias pruebas en las que se han aplicado medidas especı́ficas. Un ejemplo de ello es la solicitud de dietilamida del ácido lisérgico (LSD) procedente del programa de control de drogodepedencias, donde el porcentaje de rechazos ha sido del 99,65%. A pesar del dato, aún hay clı́nicos que siguen solicitándola insistentemente y que tampoco contactan con el laboratorio para reclamarla. El genotipo de apolipoproteı́na E es solicitada casi en su totalidad por un único clı́nico (87%). El procedimiento que se ha seguido en este caso es contactar con el responsable del Servicio de Neurologı́a y decidir conjuntamente la limitación de la solicitud de la prueba con fines asistenciales y no de investigación. Al revisar las Modelo de coparticipación de los facultativos en la gestión clı́nica eficiente de las pruebas subcontratadas Tabla 3 175 Relación de pruebas rechazadas por orden de frecuencia Prueba PRE POST No enviado Enviado No enviado (%) Dietilamida ácido lisérgico (LSD) Estriol suero Cistina orina Vitamina B6 plasma (piridoxina) Genotipo polipoproteı́na E sangre total Aldosterona suero Dihidrotestosterona suero Vitamina B1 (tiamina) sangre total CA-50 suero (marcador tumoral) Biotina suero Calcitonina suero CA-27.29 suero (marcador tumoral de mama) Estrona suero Serotonina suero Vitamina K1 suero Procolágeno III propéptido aminoterminal Suero Homocistina orina Inhibina B dimérica suero Vasopresina plasma (ADH) SCC antı́geno suero (antı́geno asoc. ca céls. escamosas) Acido fórmico orina Telopéptido N terminal colágeno I orina (NTX) Leptina suero Renina actividad (angiotensina) plasma Ácidos grasos libres (NEFA) Mercurio sangre total Cortisol saliva Fosfatasa alcalina ósea inmunológica suero Ácidos orgánicos orina 17-OH pregnenolona suero Gastrina suero Glucagón plasma Cistatina C suero Antitripsina alfa 1 fecal Histamina orina Vitamina C plasma Péptido natriurético cerebral (BNP) plasma 312 37 11 39 92 236 22 45 13 7 25 287 32 26 51 39 232 19 58 8 8 36 7 6 15 63 9 5 100 34 32 23 11 7 207 20 20 19 17 72 50 23 23 21 15 10 9 7 286 32 12 11 10 8 8 7 7 7 6 6 6 5 4 4 4 3 3 3 3 3 3 2 2 2 2 2 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 0 14 40 29 224 11 51 1 1 30 1 0 10 59 5 1 97 31 29 20 8 4 205 18 18 17 15 71 49 22 22 20 14 9 8 6 99,65 100,00 46,15 21,57 25,64 3,45 42,11 12,07 87,50 87,50 16,67 85,71 100,00 33,33 6,35 44,44 80,00 3,00 8,82 9,38 13,04 27,27 42,86 0,97 10,00 10,00 10,53 11,76 1,39 2,00 4,35 4,35 4,76 6,67 10,00 11,11 14,29 15 27 49 2 11 85 31 50 10 5 227 22 10 45 2 91 22 37 17 7 11 8 2 7 peticiones de esta prueba también detectamos la repetición inadecuada de pruebas genéticas al mismo paciente. Dentro de este grupo también se incluye el estriol: algunos clı́nicos utilizan un modelo de petición que incluye un perfil de estrógenos (estrona, 17b-estradiol y estriol), independientemente de la edad y de la situación clı́nica del paciente. Se ha consensuado con los clı́nicos un nuevo procedimiento de solicitud de los mismos. Otras pruebas se rechazan frecuentemente, bien por indicación claramente inadecuada (estriol, estrona), bien por efectividad de las mismas no del todo confirmada (genotipo apolipoproteı́na E, CA-50, CA-27.29, leptina). En cambio, hay otras que se envı́an generalmente, por ser pruebas bien indicadas y de uso habitual pero que el laboratorio no puede realizar por falta de equipamiento o reactivos (renina, aldosterona ¼Consulta Hipertensión Arterial, fructosamina ¼Consulta Endocrinologı́a). Como ya hemos comentado anteriormente, la implantación de la medida ha inducido una disminución del número de solicitudes que es muy manifiesto en algunas pruebas: estrona, serotonina y osteocalcina. Es posible que, aunque algunas de ellas no se hayan denegado directamente, el mero hecho de conocer la implantación de la medida haya podido tener algún efecto sobre su demanda. Este tipo de intervención favorece la comunicación con los clı́nicos y a veces se deciden conjuntamente formas de actuación que benefician a todos, como por ejemplo en la solicitud de proteı́na 14.3.3, en que, tras contactar en las dos ocasiones el laboratorio con el neurólogo, en un caso se cursa y en otro se congela a la espera de la evolución del paciente. La implantación de la estrategia no supone ningún incremento en los costes del personal: el no facultativo sigue el mismo protocolo de actuación que antes de la medida y el personal facultativo solo tiene que consultar un máximo de 3–5 peticiones al dı́a. El tiempo de respuesta no se ve afectado ya que la muestra se sigue enviando al dı́a siguiente de su recepción. 176 Conclusiones Las conclusiones de este estudio son las siguientes: 1) La estrategia aplicada ha demostrado ser un programa útil de adecuación de la demanda, tanto en efectividad como en eficiencia. 2) La distribución por áreas de conocimiento de la responsabilidad de conocer la adecuación de la solicitud se presenta como una buena herramienta para el desarrollo de la función de consultor clı́nico del analista. 3) Es recomendable ampliar esta estrategia a otro tipo de solicitudes. Bibliografı́a 1. Caballé I, Ibern P. Estrategia empresarial en el laboratorio clı́nico. En: Caballé I, editor. Gestión del laboratorio clı́nico. Barcelona: Elsevier Masson; 2007. A.R. Pons Mas et al 2. Van WC, Naylor CD. Do we know what inappropriate laboratory utilization is? A systematic review of laboratory clinical audits JAMA. 1998;280:550–8. 3. Robinson A. 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Rev Lab Clin. 2010;3(4):177–182 Revista del Laboratorio Clínico www.elsevier.es/LabClin ORIGINAL Comunicación de valores crı́ticos: resultados de una encuesta realizada por la comision de la calidad extraanalı́tica de la SEQC$ Marı́a Antonia Llopis Dı́az, Rubén Gómez Rioja, Virtudes Álvarez Funes, Cecilia Martı́nez Brú, Mariano Cortés Rius, Nuria Barba Meseguer, Montse Ventura Alemany y Marı́a Jesús Alsina Kirchner Comisión de la Calidad Extraanalı́tica, Comité de Garantı́a de la Calidad y Acreditación, Sociedad Española de Bioquı́mica Clı́nica y Patologı́a Molecular (SEQC) Recibido el 3 de marzo de 2010; aceptado el 13 de junio de 2010 Disponible en Internet el 6 de octubre de 2010 PALABRAS CLAVE Comunicación de valores crı́ticos; Seguridad del paciente; Valores de pánico; Valores de alerta; Encuesta Resumen Introducción: La detección y comunicación de valores crı́ticos es una de las funciones del laboratorio que más repercusión tiene sobre la seguridad del paciente. La Comisión de la Calidad Extraanalı́tica de la SECQ ha realizado unas encuestas para conocer la situación de los laboratorios españoles. Material y métodos: Se enviaron dos encuestas a 728 laboratorios participantes en el Programa de Garantı́a Externa de la Calidad de Bioquı́mica suero, para conocer diferentes aspectos relacionados con la comunicación de los mismos y el lı́mite establecido para diferentes magnitudes, diferenciando entre consulta externa y hospitalización. Resultados: La mayorı́a de los laboratorios encuestados tienen definidos valores crı́ticos (81,5 %) y es el facultativo del laboratorio quien los notifica (87,3 %) telefónicamente (91,1 %) al médico responsable del paciente (86,6 %). Un 58 % de laboratorios comprueba que el aviso se ha recibido, un 54,8 % no ha definido el plazo de entrega y el 87,9 % no utiliza un indicador para controlar este proceso. Las medianas obtenidas para la mayorı́a de constituyentes no difieren según el origen de los pacientes, siendo parecidas para consulta externa y hospitalización. Sin embargo, se encuentran diferencias en el nivel bajo del calcio y en el nivel alto de la creatinina, la glucosa y la urea. Conclusiones: Se observa una falta de estandarización y consenso en el tratamiento de estos valores. Debido a que su detección implica una actuación médica urgente, consideramos necesario que los laboratorios en colaboración con los clı́nicos desarrollen estrategias adecuadas para el establecimiento y notificación de estos valores. & 2010 AEBM, AEFA y SEQC. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. $ Este trabajo corresponde a una comunicación cientı́fica presentada y premiada en el III Congreso Nacional del Laboratorio Clı́nico celebrado en Valencia del 14 al 16 de octubre de 2009 Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected] (M.A. Llopis Dı́az). 1888-4008/$ - see front matter & 2010 AEBM, AEFA y SEQC. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. doi:10.1016/j.labcli.2010.06.002 178 M.A. Llopis Dı́az et al Critical values reporting: Results of a Spanish laboratories survey KEYWORDS Critical values notification; Patient safety; Panic values; Alarm limits; Survey Abstract Introduction: Detection and reporting of critical values have great implications on patient safety. The SEQC Committee for the extra-analytical quality assessment has carried out a survey in order to evaluate these in Spanish laboratories. Material and methods: Two surveys were distributed among 728 participants registered in the External Quality Assessment Scheme (clinical chemistry, serum). Participants were asked to provide information regarding reporting of critical values and their decision limits. Outpatient and in-patient reporting were considered separately. Results: Most laboratories (81.5 %) had their critical values already defined; physicians assumed the responsibility of notifying critical results in 87.3 % of cases; critical results were mainly informed by telephone (91.1 %); 58 % of laboratories further verified that such notifications were received; delivery time was not taken into account in 54.8 % of laboratories; 87.9 % did not employ any indicator to track this process. Median values obtained for most constituents did not differ and were similar for outpatient and hospital settings. Nevertheless, differences were found for the lower calcium critical value and for high critical values for creatinine, glucose and urea. Conclusions: Handling of critical values lacks standardization and a consensus among Spanish laboratories. Suitable strategies should be developed between laboratories and clinicians in order to correctly define and set up critical values, as their detection requires urgent medical action. & 2010 AEBM, AEFA and SEQC. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved. Introducción Los valores crı́ticos se definen como aquellos resultados de las pruebas del laboratorio que reflejan estados fisiopatológicos que pueden poner en riesgo la vida del paciente de forma inminente, a menos que se tomen las medidas terapéuticas oportunas (Lundberg, 1972)1. Puesto que son resultados que generan acciones médicas inmediatas, la comunicación a tiempo, precisa, completa e inequı́voca de estos valores crı́ticos es esencial para asegurar una atención médica adecuada y prevenir los resultados adversos ocasionados por los retrasos en el tratamiento. Sin embargo, y a pesar de su importancia para la seguridad del paciente no resulta sencillo cumplir con este objetivo, ya que con frecuencia surgen dificultades para comunicar este tipo de información. Desde que fueron definidos en 1972 por Lundberg1,2, ha ido aumentando progresivamente el número de laboratorios que establecen los lı́mites apropiados para los valores crı́ticos y los sistemas de comunicación efectiva. Diferentes agencias de acreditación como la Joint Comission on Accreditation of Healthcare Organizations (JCAHO)3 y el College of American Pathologists (CAP)4 los han incorporado a los requerimientos para la acreditación de laboratorios, estableciendo estándares y proponiendo sistemas de control de la efectividad del proceso. Asimismo, los requisitos para la comunicación de estos valores también se incluyen especı́ficamente en la Norma ISO 15189:20075. A pesar de que han transcurrido más de 30 años desde la primera publicación de Lundberg1, todavı́a existen discrepancias relevantes en cuanto a la definición de los lı́mites de aviso para los valores crı́ticos y a las estrategias que se siguen para su comunicación en diferentes instituciones6–12. La preocupación actual de las instituciones sanitarias para mejorar la seguridad del paciente ha renovado el interés por el establecimiento y comunicación de los valores crı́ticos del laboratorio13,14. Por ello, la implantación de estrategias adecuadas que aseguren la comunicación eficaz de estos valores es de interés en toda organización de la salud. La detección y aviso de estos valores crı́ticos es una de las funciones de los facultativos del laboratorio que más repercusión tiene entre los clı́nicos como queda demostrado en las encuestas de satisfacción15. La comunicación de estos valores crı́ticos puede reflejar tanto la eficacia clı́nica como la eficiencia logı́stica del laboratorio. La Comisión de la Calidad Extraanalı́tica de la Sociedad Española de Bioquı́mica Clı́nica y Patologı́a Molecular (SEQC), sensible a este tema, ha querido saber la situación actual de los laboratorios españoles a través de unas encuestas, para dar a conocer los resultados y poder compararlos con datos internacionales. Material y métodos El estudio se planteó en dos fases. En la primera fase, partiendo de la definición de valor crı́tico como aquel resultado del laboratorio que hace necesario el aviso inmediato al médico, se confeccionó una encuesta (tabla 1), la cual se distribuyó a los 728 laboratorios que participan en el Programa de Garantı́a Externa de la Calidad de Bioquı́mica suero, organizado por la SEQC. Los resultados se expresan en porcentaje. En la segunda fase, a los 157 participantes que habı́an contestado la primera encuesta, se les envió un segundo formulario para que registraran los valores crı́ticos que Comunicación de valores crı́ticos: resultados de una encuesta realizada a laboratorios españoles Tabla 1 Preguntas realizadas en la encuesta de la primera fase del estudio 1 ¿Qué nomenclatura utiliza para describir los valores crı́ticos? 2 Cuando se encuentra un valor crı́tico, ¿quién realiza el aviso? 3 ¿Tiene definidos los valores crı́ticos en su laboratorio? 4 ¿El sistema informático del laboratorio tiene un sistema automático de aviso de los valores crı́ticos dentro del laboratorio? 5 ¿El sistema informático del laboratorio tiene un sistema automático de aviso de los valores crı́ticos fuera del laboratorio? 6 ¿Quién recibe el aviso del valor crı́tico? 7 ¿Cómo se han obtenido los valores crı́ticos? 8 ¿Existe algún tipo de comprobación de que el aviso ha sido recibido? 9 ¿Cómo se avisan los valores crı́ticos? 10 ¿Tiene definido el plazo de entrega de un valor crı́tico, desde que se detecta hasta que se realiza el aviso? 11 ¿Tiene algún indicador que establezca el porcentaje de valores crı́ticos realmente avisados en relación a los valores crı́ticos detectados? 12 ¿Tiene establecidos distintos valores crı́ticos según especialidad, del origen peticionario y patologı́a? tenı́an establecidos en su laboratorio para una serie de magnitudes de bioquı́mica, coagulación, gasometrı́a, fármacos, hematologı́a y hormonas, diferenciando entre consulta externa y hospitalización. En esta segunda encuesta se calcularon la mediana y los percentiles 10 y 90 de los valores crı́ticos informados para cada una de las magnitudes. Resultados Primera encuesta La tasa de respuesta global fue del 21,5%. De los laboratorios que responden a la encuesta, la mayorı́a (81,5%) tiene definidos valores crı́ticos. Un 36,3% utiliza el término valor crı́tico, el 26,7% valor de alarma y el 21% valor de pánico. El 20,4% utiliza varios criterios para establecerlos (datos propios del laboratorio, bibliografı́a, clı́nicos, sociedades cientı́ficas), mientras que el 68,2% utiliza únicamente uno de los criterios, siendo el porcentaje de laboratorios que establecen los valores crı́ticos con sus propios datos similar a los que los establecen de la literatura (52,2 vs 48,4%). En la tabla 2 se describe el porcentaje de laboratorios que utiliza cada criterio. Solo en el 13,4% de los laboratorios se han establecido diferentes valores crı́ticos según especialidad, origen o patologı́a. Los facultativos del laboratorio realizan el aviso en un 87,3% de los casos, solo o en combinación con otro personal sanitario (tabla 3), y utilizan mayoritariamente el teléfono para comunicarlos (91,1%), solo o en combinación con otros medios (tabla 4). También son los facultativos clı́nicos quienes reciben este aviso en un 86,6% de los casos (tabla 5). Los sistemas informáticos del laboratorio tienen un sistema interno de aviso de los valores crı́ticos en un 58% de los laboratorios encuestados, mientras que solo un 10,8% de los Tabla 2 ¿Cómo se han establecido los valores crı́ticos? Establecidos por el laboratorio Laboratorioþbibliografı́a Laboratorioþbibliografı́aþconsensuados clı́nicos Laboratorioþconsensuados clı́nicos Bibliografı́a Bibliografı́aþconsensuados clı́nicos Consensuados clı́nicos Consensuados clı́nicosþsociedades cientı́ficas Otros No contesta Tabla 3 87,3% 61,8% 22,9% 1,9% 0,6% 5,1% 1,3% 1,9% 4,4% ¿Cómo se avisan los valores crı́ticos? Teléfono Teléfono solo TeléfonoþFAX Teléfonoþe-mail Teléfonoþaviso historia TeléfonoþFAXþcorreo electrónico Teléfonoþ FAXþ aviso en la historia FAX Correo electrónico Aviso en la historia No contesta Tabla 5 35,7% 12,7% 2,6% 1,3% 29,9% 3,2% 2,6% 0,6% 4,5% 6,9% ¿Quién realiza el aviso? Facultativos del laboratorio Facultativos del laboratorio únicamente Facultativos del laboratorioþPersonal de enfermerı́a Facultativos del laboratorioþOtros Facultativos del laboratorioþEnfermerı́aþSecretarı́a Personal de enfermerı́a Personal de secretarı́a Otros No contesta Tabla 4 179 91,1% 69,43% 12,74% 3,18% 2,55% 2,55% 0,64% 0,6% 0,6% 1,9% 5,8% ¿A quién se avisan los valores crı́ticos? Médico que atiende al paciente 86,6% Médico solo 36,6% Médico del pacienteþmédico de guardia 8,9% Médico del pacienteþpersonal de la planta 8,9% Médico del pacienteþpersonal de enfermerı́a 3,8% Médico del pacienteþpaciente 3,8% Médico del pacienteþmédico de guardiaþ 8,9% enfermerı́a Otras combinaciones con médico 16% Médico de la planta 1,9% Personal de enfermerı́a 2,5% Personal de secretarı́a 0,6% Paciente 0,6% Otras combinaciones sin la intervención del médico 1,9% Otras alternativas 3,8% 180 M.A. Llopis Dı́az et al Tabla 6 Medianas y percentiles (p10-p90) informados como valores crı́ticos para pacientes de consulta externa y hospitalización Consulta externa Lı́mite bajo ALT (U/l) a-amilasa (U/l) AST (U/l) Bilirrubina neonatal (mg/dl) Calcio (mg/dl) Cloruro (mmol/l) Creatinina (mg/dl) Fosfato (mg/dl) Glucosa (mg/dl) Ión potasio (mmol/l) Ión sodio (mmol/l) Urato (mg/dl) Urea (mg/dl) * 6,6 (6–7,43)* 75 (75–80) 1 45 2,8 120 (1–1,75) (31,4–50) (2,5–3)* (115–129) n Lı́mite alto 1.000 375 1.000 15 13 125 5 8,9 400 6,3 160 13 170 Hospitalización Lı́mite bajo (500–1.800) (130–1.000) (500–1.000) (14–20) (11,85–14) (115–130) (2,99–7,4)* (6,04–9) (300–500)* (6–7,7)* (150–162) (7,8–13,4) (51–245)* 11 15 12 9 26 14 22 14 26 27 27 17 21 n Lı́mite alto 388 (250–1.000) 6 (5,2–6,92)* 75 (70,5–80) 1 45 2,6 120 (1–1,5) (30–46,6) (2,5–2,8)* (115–129) 15 13 125 7,4 9 450 6,5 160 13 214 (15–20) (12–14) (115–130) (2,5–8)* (6,2–9) (320–500)* (6–7,7)* (150–168) (12–18,5) (80–250)* 8 8 21 10 17 9 21 21 21 12 14 Parámetros donde se obtienen más diferencias. laboratorios tiene un sistema externo. Un 58% de los laboratorios comprueba que el aviso se ha recibido, en el 38,2% se ha definido un plazo de entrega y solamente un 7,6% de los laboratorios tiene algún indicador que relacione el porcentaje de valores crı́ticos informados respecto a los que se deberı́an informar. Segunda encuesta La tasa de respuesta de esta segunda encuesta fue del 22,9%. La mayorı́a de las respuestas se obtuvo para las magnitudes de bioquı́mica. En la tabla 6 se presentan las medianas y los percentiles 10 y 90 para estas magnitudes tanto para hospitalización, como para consulta externa. Se decidió presentar solamente los resultados para los parámetros de bioquı́mica debido a la baja respuesta obtenida para el resto de magnitudes. Se observa una dispersión importante de criterio entre los laboratorios. Las medianas para la mayorı́a de los constituyentes son parecidas para consulta externa y hospitalización, siendo diferentes en algunos casos: creatinina lı́mite alto 5 y 7,5 mg/dl, calcio lı́mite bajo 6,6 y 6 mg/dl, glucosa lı́mite alto 400 mg/dl y 450 mg/dl, urea lı́mite alto 170 mg/dl y 214 mg/dl. En el caso del ión potasio los valores son distintos para ambos niveles: lı́mite bajo 2,8 mmol/l vs. 2,6 y lı́mite alto 6,3 vs. 6,5 mmol/l (consulta externa y hospitalización respectivamente). Discusión Respecto a la nomenclatura empleada, los resultados hallados contrastan con los obtenidos en el estudio de Dighe et al11 en una encuesta realizada a laboratorios subscritores del Clinical Laboratory News (AACC), ya que en su estudio se detecta que el término valor crı́tico es el más utilizado, como ası́ lo refieren el 78,1% de los laboratorios encuestados, mientras que solo un 14,2% los denominan valores de pánico. Sin embargo, en los laboratorios españoles encuestados, la utilización del término valor crı́tico es muy inferior (36,3%), mientras que los términos valor de alarma o pánico, están establecidos de forma similar y se utilizan en el 26, 8 y 21,6% de los laboratorios encuestados. Respecto a la forma de comunicar los valores crı́ticos, los resultados obtenidos concuerdan con otras encuestas. En los laboratorios españoles encuestados un 91,1% utiliza el teléfono, un 12,7% utiliza además el fax y un 2,5% además correo electrónico, mientras que solo fax lo utiliza un 0,6% de los encuestados. Howanitz et al10 en un estudio realizado sobre 623 laboratorios americanos encuentran que un 99,2% realiza la comunicación telefónicamente y un 29,5% mediante fax. Dighe et al11 obtuvieron que el 91,2% del personal del laboratorio utiliza el teléfono para comunicar los valores crı́ticos y un 18,7% utiliza una central de llamadas. Lippi et al9 en una encuesta a 150 laboratorios italianos asistentes al Congreso anual del 2006 de la Sociedad Italiana de Medicina del Laboratorio (SIMEL) también obtienen resultados similares a los nuestros ya que para los pacientes hospitalizados el 81% se notifican por teléfono y un 19% por fax u ordenador. En cuanto a quien comunica el aviso, en el estudio realizado por Howanitz et al10, para los pacientes hospitalizados, en el 91% de los laboratorios, el que da el aviso es el personal que ha realizado la prueba. Sin embargo, para los pacientes de la consulta externa este porcentaje disminuye hasta el 77,3% y para estos pacientes en un 17,2% de los casos es el personal de secretarı́a del laboratorio quien realiza el aviso. De forma similar, Dighe et al11 obtienen que en el 91,2% de los laboratorios, los valores crı́ticos son comunicados por el personal que realiza la prueba mientras que el 17,8% son comunicados por una central de llamadas. En ambos trabajos no especifican que categorı́a tiene el personal del laboratorio que avisa el valor crı́tico, mientras que en los laboratorios españoles es principalmente el facultativo del laboratorio quien realiza el aviso. Respecto a quien recibe el aviso, Dighe et al11 obtiene que en el 75,4% de los casos es el médico responsable del paciente quien recibe el aviso y en el 62,4% el personal de Comunicación de valores crı́ticos: resultados de una encuesta realizada a laboratorios españoles 181 Fosfato bajo (mg/dl) A 1 1 2 B 1 1,1 1,75 Ión potasio bajo (mmol/l) A 2,8 2,5 3 B 2,8 2,5 3 parámetros, excepto para el fosfato a nivel alto (8 mg/dl, para Howanitz frente a 8,9 mg/dl para la SEQC), y la glucosa tanto a nivel bajo (40 mg/dl para Howanitz frente a 45 mg/dl para la SEQC) como a nivel alto (Howanitz obtiene una mediana de 446 mg/dl mientras que en la mediana obtenida para los laboratorios españoles es de 400 mg/dl en pacientes ambulatorios y 450 mg/dl en hospitalizados). Los percentiles 10 y 90 son parecidos para los lı́mites altos de bilirrubina, calcio y urato, y para los lı́mites bajos de los iones sodio y potasio. También en el trabajo realizado por Kost et al7,8, en una encuesta realizada a laboratorios americanos, las medianas obtenidas son parecidas para la mayorı́a de los parámetros estudiados, excepto para el lı́mite alto de creatinina, glucosa y urea, y el lı́mite bajo de calcio. En alguno de estos parámetros las medianas coinciden con las obtenidas en los pacientes hospitalizados o en los pacientes de consulta externa, mientras que para otros difieren en ambos casos. En el caso de del lı́mite alto de creatinina, la mediana obtenida en el trabajo de Kost et al (7,4 mg/dl), difiere de la mediana obtenida en los pacientes de consulta externa de los laboratorios españoles (5 mg/dl), pero es igual a la hallada en los pacientes de origen hospitalario (7,4 mg/dl). Respecto al lı́mite bajo de calcio, Kost et al obtienen una mediana de 6,6 mg/dl que coincide con nuestra mediana para pacientes de consulta externa, pero difiere en los pacientes hospitalizados (6 mg/dl). Sin embargo, la mediana de la glucosa obtenida en su estudio (484 mg/dl) es distinta a las obtenidas en nuestro trabajo, tanto para consulta externa (400 mg/dl), como para hospital (450 mg/ dl). El mismo comportamiento sigue la urea a nivel alto, puesto que la mediana obtenida en el estudio de Kost et al (223 mg/dl) es distinta de las obtenidas en nuestro estudio para ambos orı́genes (173 mg/dl en consulta externa y 214 mg/dl en hospitalizados). En resumen, según los resultados obtenidos, en la mayorı́a de los laboratorios españoles que tienen definidos valores crı́ticos, es el facultativo del laboratorio quien los notifica telefónicamente al médico responsable del paciente. Las medianas obtenidas para la mayorı́a de constituyentes no difieren según el origen de los pacientes, siendo parecidas para consulta externa y hospitalización. Sin embargo, se encuentran diferencias en el lı́mite bajo del calcio y en el lı́mite alto de la creatinina, glucosa y urea. También, se observa una falta de estandarización y consenso entre los laboratorios españoles con respecto al tratamiento de los valores crı́ticos. Cabe destacar también que a pesar de la repercusión que tiene sobre la salud del paciente, un 18,5% de los laboratorios encuestados no los tienen definidos. Debido a que su detección implica una actuación médica urgente, los laboratorios deberı́an desarrollar estrategias adecuadas, conjuntamente con los clı́nicos para el establecimiento y notificación de estos valores, potenciando la utilización de nuevas tecnologı́as (aviso a la historia clı́nica informatizada, telefonı́a móvil, SMS, etc.) para permitir una comunicación segura a tiempo real. Fosfato alto (mg/dl) A 8 5,5 B 8,9 6,04 Ión potasio alto (mmol/l) A 6,2 6 6,5 B 6,3 6 7,7 Agradecimientos enfermerı́a. Estos resultados contrastan con los obtenidos en nuestra encuesta, donde el aviso lo recibe el médico que atiende al paciente en el 86,6% de los casos solo o en combinación con otro personal sanitario, mientras que el personal de enfermerı́a lo recibe solo en el 17,7% de los casos. En el trabajo de Lippi et al9 para los pacientes de consulta externa en el 97% de los casos, recibe el aviso el médico solicitante o su administrativo, mientras que para pacientes hospitalizados en un 77% de los casos el aviso se da a los médicos, en un 15% a las enfermeras y en un 8% a otro personal sanitario. Howanitz et al10, para los pacientes hospitalizados, el aviso lo recibe la enfermera en el 37,8% de los casos, en el 31,5% el personal administrativo, en el 18,3% la supervisora de enfermerı́a y solo en el 8,6% de los casos se comunica al médico que atiende al paciente. Sin embargo, para los pacientes de la consulta externa quien lo recibe en el 42,1% es el administrativo, en un 21,2% la enfermera y en un 16,7% el médico que ha solicitado el análisis. Estos resultados contrastan con los nuestros, ya que en los laboratorios españoles el personal administrativo participa en muy bajo porcentaje, tanto en el envı́o, como en la recepción del aviso del valor crı́tico, siendo el personal facultativo quien da y recibe el aviso mayoritariamente. A pesar del bajo número de laboratorios que contestó la segunda encuesta, se han obtenido resultados comparables a los obtenidos por Howanitz10 en 623 laboratorios americanos, para la mediana, el percentil 10 y el percentil 90. En la tabla 7 se observa que las medianas son bastante parecidas para todos los Tabla 7 Comparación de medianas y percentiles 10 y 90 (p50, p10, p90) obtenidos por Howanitz et al10 (A) con los calculados en la encuesta de la SEQC para los valores crı́ticos de consulta externa (B) p 50 p 10 Bilirrubina (mg/dl) A 15 12 B 15 14 Calcio bajo (mg/dl) A 6 6 B 6 5,2 p 90 18 20 7 6,92 p 50 p 10 p 90 Ión sodio bajo (mmol/l) A 120 110 125 B 120 115 129 Ión sodio alto (mmol/l) A 160 150 170 B 160 150 162 Calcio alto (mg/dl) A 13 12 B 13 11,85 14 14 Glucosa baja (mg/dl) A 40 40 50 B 45 31,4 50 Creatinina (mg/dl) A 5 3 B 5 3 10 7,4 Glucosa alta (mg/dl) A 446 299 693 B 400 300 500 Urea alta (mg/dl) A 171 107 B 170 51 10 9 214 245 Urato alto (mg/dl) A 12,8 9,9 B 13 7,8 14,7 13,4 Los autores agradecen a los laboratorios que han contestado las encuestas su participación en este estudio ya que gracias a su colaboración este trabajo se ha podido realizar. 182 Bibliografı́a 1. Lundberg GD. When to panic over abnormal values. MLO Med Lab Obs. 1972;4:47–54. 2. Lundberg GD. Critical (panic) value notification: an established laboratory practice policy (parameter)[editorial]. JAM. 1990; 263:703. 3. Joint Commission on the Accreditation of Healthcare Organizations: National Patient Safety Goals. Disponible en: http://www. jointcommission.org/AccreditationPrograms/LaboratoryServices/. 4. College of American Pathologist Laboratory Accreditation Checklist. [consultado 3/2/2010] Disponible en: http://www. cap.org/apps/docs/laboratory_accreditation. 5. ISO 15189:2007: Medical Laboratories: Particular requirements for quality and competence. International Organization for Standardization, Geneva, Switzterland. 6. Wagar EA, Stankovic AK, Wilkinson DS, Walsh M, Souers RJ. Assessment Monitoring of Laboratory Critical Values. Arch Pathol Lab Med. 2007;131:44–9. 7. Kost GJ. Critical limits for Urgent Clinician Notification at US Medical Centers. JAMA. 1990;263:704–7. 8. Kost GJ. Laboratory Critical Limits. JAMA. 1990;264:334–5. M.A. Llopis Dı́az et al 9. Lippi G, Giaverina D, Montagnana M, Salvagno GL, Cappelleti GC, Plebani M, et al. National survey on critical values reporting in a cohort of italian laboratories. Clin Chem Lab med. 2007;45:1411–3. 10. Howanitz PJ, Steindel SJ, Heard NV. Laboratory Critical Values Policies and Procedures. Arch Pathol Lab Med. 2002;126:663–9. 11. Dighe AS, Jones JB, Parham S, Lewandrowski KB. Survey of Critical Value Reporting and Reduction of False-Positive Critical Value Results. Arch Pathol Lab Med. 2008;132:1666–71. 12. Valenstein PN, Wagar EA, Stankovic AK, Walsh MK, Shneider F. Notification of critical results. A College of American Pathologists Q- Probes Study of 121 Institutions. Arch Pathol Lab Med. 2008;132:1862–7. 13. Worlth Health Organization, field review of patient safety solutions. 2008. [consultado 3/2/2010] Disponible en: http:// www.who.int/patientsafety/solutions/patientsafety/2008_fiel d_review/en/. 14. 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En este estudio se recomienda interpretar esta magnitud con precaución en los sujetos varones, ya que en determinadas circunstancias se puede encontrar albúmina en la orina posteyaculación por contaminación de la albúmina del semen. Por ello, en las albuminurias discordantes con la clı́nica, aconsejamos en los varones, la abstinencia sexual en las 24 h previas a la recogida de orina. & 2009 AEBM, AEFA y SEQC. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. Increased urine albumin or possible contamination with seminal albumin? KEYWORDS Albumin; Contamination; Urine Abstract The quantification of albumin in urine is commonly used in detection of early chronic kidney disease. This study shows experimentally that this parameter must be interpreted with caution in the male subjects, as in certain circumstances contamination by post-ejaculation albumin can be found in urine. Thus in the presence of albuminuria discordant with the clinical picture, men should be advised to practice sexual abstinence in the 24 hours prior to the urine collection. & 2009 AEBM, AEFA and SEQC. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved. Introducción Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected] (R. Caballero Sarmiento). La National Kidney Foundation1,2 establece como indicador de afectación renal incipiente la presencia de albuminuria entre 20 y 200 mg/L en los estadios 1 y 2 de la enfermedad 1888-4008/$ - see front matter & 2009 AEBM, AEFA y SEQC. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. doi:10.1016/j.labcli.2010.06.001 184 R. Caballero Sarmiento et al renal crónica que predice la pérdida de la función renal. La detección precoz es fundamental para la prevención de la pérdida de la función renal y sus complicaciones cardiovasculares3,4. La variación biológica intraindividual de la magnitud5, hace recomendable realizar tres medidas de albuminuria en un intervalo de tres meses para confirmar el diagnóstico6. El espécimen recomendado para el diagnóstico y la monitorización es la primera orina de la mañana2,7. Se ha descrito una mayor prevalencia de albuminuria en varones8, ası́ como la presencia de cantidades de albúmina en el semen que oscilan entre 3,8 y 250 mg/L9. 18 16 Albuminuria 14 12 10 8 6 Orina con agua Orina con semen Figura 1 Diagramas de caja de las medias y las sd de las orinas con agua y con semen. R2 lineal = 0,994 Verificar si la presencia de semen en la orina produce elevaciones de la albuminuria. Material y métodos Orina posteyaculación en un individuo voluntario sano que no tomaba medicación (con albuminuriao2 mg/L), con mediciones de albúmina urinaria al principio y al final de la micción. Solución de orina: mezcla de 5 orinas de mujeres sanas que no tomaban medicación. Solución de semen: mezcla de semen de 4 pacientes sanos que no tomaban medicación, sin leucospermia ni hemospermia. Preparación de soluciones control de orina y problema de semen, preparando las diluciones correspondientes con agua y semen respectivamente al 1:100. El estudio de la contaminación considera necesario el procesado de 12 muestras de solución control y 12 de solución problema según la fórmula que aparece en10 para una precisión de 0,5 mg/dL, un error a de 0,05 y un error b de 0,05 Las muestras se procesaron alternativamente para evitar el posible arrastre. La medición de la albúmina se realizó por inmunoturbidimetrı́a en un autoanalizador AU 5430. Se establece la significación del aumento de albuminuria con una t de Student para datos independientes, una vez estudiado el no alejamiento de la distribución normal de las dos variables por las pruebas de Kolmogorov-Smirnov y Shapiro-Wilk. Como criterio de causalidad se ha realizado un estudio dosis respuesta con 5 diluciones progresivas de las dos soluciones, control y problema. Se procesaron 3 replicados de cada solución y se midieron en la misma serie, colocando los primeros replicados en orden ascendente, el segundo pool en orden descendiente y ası́ sucesivamente para evitar los efectos sistemáticos de deriva. La comparación de los resultados observados de albúmina frente a los esperados se ha realizado mediante regresión lineal simple. Resultados 15 Diluciones de pool Objetivos 12,5 10 7,5 5 5 7,5 10 12,5 Esperados 15 Figura 2 Bandas de predicción del 95% de los individuos. En la orina del voluntario, la concentración de albúmina de la primera parte de la micción post-eyaculación fue de 6,65 mg/L, y la de la última parte de la misma fue de 2,45 mg/L. La albuminuria en las orinas con agua dio una media de 5,54 mg/L, y en las orinas con semen de 15,86 mg/L; la diferencia de las medias fue de 10,32 mg/L (fig. 1). Cuando se compararon las medias con la t de Student para datos independientes, siendo las varianzas diferentes por la prueba de Levene, y, asumiéndose esa desigualdad, el IC al 95% de la diferencia de las medias dio de 9,88 a 10,75 mg/L, quedando ası́ demostrada la existencia de una contaminación de la albúmina seminal sobre la medición de la albúmina urinaria. La prueba dosis respuesta dio una regresión lineal simple entre los datos esperados y los datos obtenidos al medir la ¿Elevación de albuminuria o posible contaminación con albúmina seminal? albuminuria. El coeficiente de regresión fue de 0,973 y su IC al 95% de 0,927 a 1,019 con una significación de 0,0005; y la constante fue de 0,009 mg/L con un IC al 95% de 0,528 a 0,509 mg/L. El coeficiente de determinación R2 corregido dio de 0,993, la desviación estándar de los residuales fue de Sy/x ¼0,2997 mg/L y su distribución normal. La linealidad fue casi perfecta y se adjunta una figura de los IC al 95% de las predicciones individuales (fig. 2). Las desviaciones porcentuales de aumento de la albuminuria han sido: 1,32%, 41,52%, 85,92%, 137,91% y 177,98% respecto a la concentración esperada de la solución basal. Discusión Los resultados observados en el voluntario sano son preliminares y no permiten obtener conclusiones definitivas, por lo que a la espera de estudios más exhaustivos se puede sugerir la posibilidad de la contaminación que planteamos. En el voluntario sano se evidencia un incremento de la albuminuria posteyaculación. Los resultados estadı́sticos permiten deducir como más probable, que las orinas contaminadas con semen no hayan interferido en el método turbidimétrico de medida por una posible turbidez, hecho que demuestra Elzanaty11, ya que la regresión lineal simple se ajustaba perfectamente a los datos de la muestra, y explicaba casi totalmente variación de la regresión por su R2 corregido de 0,993. Existe una relación causa efecto entre el semen y el incremento de la albuminuria, como lo demuestra la t de Student estadı́sticamente, y la variabilidad explicada por la regresión de 0,993 muestra una buena relación dosis respuesta. Otros estudios previos como los de Hirsch et al12 y el de Blumsohn et al13 no demuestran el incremento de la albúmina urinaria, discordancia que puede deberse a la medida de la albúmina en orina de 24 h en el primer estudio y en el caso del segundo estudio porque las muestras se recogieron tras abstinencia sexual durante el dı́a anterior. Conclusiones La albúmina seminal puede aumentar la albuminuria en los varones cuando se recoge la primera orina de la mañana tras la eyaculación. Esto explicarı́a, en parte, la mayor prevalencia de albuminurias positivas en varones sin correlación clı́nica. 185 Se recomienda, como norma preanalı́tica, la abstinencia sexual de al menos 24 h del varón que recoja su primera micción matinal para medir su albuminuria. Bibliografı́a 1. Miller WG, Bruns DE, Hortin GL, Sandberg S, Aakre KM, McQueen MJ, et al. On behalf of the National Kidney Disease Education Program-IFCC Working Group on Satandardization of Albumin in Urine. Current issues in measurement and reporting of urinary albumin excretion. 2009;55:24–38. 2. National Kidney Foundation. Kidney disease outcomes quality Improvement (K/DOQITM) clinical practice guidelines for chronic kidney disease: evaluation, classification and stratification. Am J Kidney Dis. 2002;39:51–266. 3. Casado S, Vázquez A, Sierra M, Carmelo C. Microalbuminuria: Mecanismos y significado. Nefrologı́a. 1997;17:271–4. 4. Soriano Cabrera S. Definición y clasificación de los estadios de la enfermedad renal crónica. Prevalencia. Claves para el diagnóstico precoz. Factores de riesgo de enfermedad renal crónica. Nefrologı́a. 2004;24(Sup. 6):27–34. 5. González Sastre F. Bioquı́mica Clı́nica. Barcelona: Ed. Barcanova; 1994. 6. Villafruella JJ. Valoración rutinaria de la afectación renal en atención primaria: claves para el futuro. Nefrologı́a. 2005;25(Sup. 4):57–65. 7. Marcovecchio ML, Tossavainen PH, Acerini CL, Barret TG, Edge J, Neil A, et al. Maternal but not paternal association of ambulatory blood pressure with albumin excretion in young offspring with type 1 diabetes. Diabetes Care. 2010;33:366–71. 8. Hillege HL, Janssen WM, Bak AA, Diercks GF, Grobbee DE, Crijns HJ, et al. Microalbuminuria is common, also in a nondiabetic, nonhypertensive population, and an independent indicator of cardiovascular risk factors and cardiovascular morbidity. J Intern Med. 2001;249:519–26. 9. Lizana J, Blas E. Immunonephelometry of Specific Proteins in Human Seminal Plasma. Clin Chem. 1983;29:618–23. 10. Delgado M, Llorca J, Doménech JM. Estudios transversales, ecológicos e hı́bridos. Barcelona: Signo; 2005. 11. Elzanaty S, Erenpreiss J, Becker C. Seminal plasma albumin: origin and relation to the male reproductive parameters. Andrologia. 2007;39:60–5. 12. Hirsch IB, Farkas-Hirsch R, Herbst JS, Skyler JS. The effect of ejaculation on albumin excretion rate. J Diabetes Complications. 1992;6:163–5. 13. Blumsohn A, Price A, Morris BW, Griffiths H, Trevor A. The effect of semen contamination on the concentration of low molecular weight proteins, albumin and total protein in male urine. Ann Clin Biochem. 1991;28(Pt 2):187–8. Rev Lab Clin. 2010;3(4):186–191 Revista del Laboratorio Clínico www.elsevier.es/LabClin NOTA TÉCNICA Falsos negativos en la detección de componentes monoclonales por electroforesis capilar José Luis Garcı́a Álvarez, Isabel Ortega Madueño, Marı́a Cruz Cárdenas Fernández y Manuel Arroyo Fernández Servicio de Análisis Clı́nicos, Hospital Clı́nico San Carlos, Madrid, España Recibido el 12 de abril de 2010; aceptado el 16 de julio de 2010 Disponible en Internet el 15 de septiembre de 2010 PALABRAS CLAVE Electroforesis capilar; Componentes monoclonales; Interferencias electroforesis capilar Resumen La electroforesis capilar es una técnica rápida y automatizada que permite la detección de componentes monoclonales en suero con alta sensibilidad, estando ampliamente instaurada en los laboratorios clı́nicos. Se han descrito sin embargo, falsos positivos y negativos que plantean problemas a la hora de interpretar el trazado electroforético. Los falsos positivos son debidos fundamentalmente a sustancias exógenas no proteicas presentes en la muestra que absorben radiación en la región ultravioleta dando lugar a picos anómalos en el proteinograma. Los falsos negativos se deben en su mayorı́a a la baja concentración del componente monoclonal, aunque se han descrito también cuando se encuentran en alta concentración, debidos principalmente a las propiedades fı́sicoquı́micas de la paraproteı́na que provocan una separación incorrecta de la misma. Presentamos una serie de casos con componentes monoclonales de tipo IgA e IgM, detectados inicialmente por electroforesis de acetato de celulosa y presentes en la muestra en alta concentración, en los que la electroforesis capilar tuvo problemas para su detección. & 2010 AEBM, AEFA y SEQC. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. False negatives in the analysis of monoclonal components by capillary electrophoresis KEYWORDS Capillary electrophoresis; Monoclonal components; Capillary Abstract Capillary electrophoresis is a fast, automated and highly sensitive technique for the detection of monoclonal components in serum that is being increasingly introduced in clinical laboratories. Nevertheless, false negative and positive results have been reported, and thus the electrophoretic pattern may be difficult to interpret. False positive results are chiefly due to exogenous substances other than proteins present in serum, which Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected] (J.L. Garcı́a Álvarez). 1888-4008/$ - see front matter & 2010 AEBM, AEFA y SEQC. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. doi:10.1016/j.labcli.2010.07.001 Falsos negativos en la detección de componentes monoclonales por electroforesis capilar electrophoresis interferences 187 absorb at UV wavelengths and can produce an abnormal spike. False negative results are mainly due to very low concentrations of monoclonal components. However, high concentration monoclonal components may not be correctly detected due to the physicochemical properties of the paraproteins, which may cause anomalous separation. In this work, we study three cases with high concentration monoclonal components of the IgA and IgM classes. They were initially detected on cellulose acetate electrophoresis, but the capillary electrophoresis was not able to correctly detect them. & 2010 AEBM, AEFA and SEQC. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved. Introducción La electroforesis capilar (EC) es ampliamente utilizada en los laboratorios clı́nicos como técnica de rutina para la separación de las proteı́nas séricas, siendo una técnica rápida, automatizada y de alta sensibilidad para la detección de componentes monoclonales1,2. La separación de las proteı́nas por EC se realiza en un medio lı́quido y se caracteriza por la utilización de volúmenes muy reducidos de muestra que se hacen pasar por un tubo capilar de sı́lice expuesto a voltajes muy altos. La migración es dependiente de la carga neta de la proteı́na y está muy influenciada por el flujo electroosmótico. A diferencia de las técnicas electroforéticas en soporte sólido, la detección de las proteı́nas se basa en la lectura directa en el ultravioleta (200 nm, 214 nm) de la absorbancia de las uniones peptı́dicas. La técnica sin embargo, está sujeta a interferencias que dan lugar a falsos positivos y negativos en la detección del componente monoclonal (CM) y que pueden plantear problemas en la interpretación del trazado electroforético. Los falsos positivos, se deben principalmente a interferencias por sustancias no proteicas exógenas, tales como antibióticos y contrastes radiológicos que absorben a esas longitudes de onda3–5 dando lugar a la aparición de picos estrechos en el proteinograma sugerentes de un CM. Respecto a los falsos negativos, la mayorı́a de las ocasiones se deben a que el CM se encuentra en muy baja concentración o bien a que está superpuesto con otra banda6. También se han descrito casos excepcionales en los que la EC no detectó el CM a pesar de estar presente en la muestra en alta concentración, debido a caracterı́sticas fı́sico-quı́micas de la paraproteı́na tales como un alto punto isoeléctrico, grado de polimerización o tamaño molecular, que provocan una separación incorrecta en los equipos de EC7,8. El objetivo del trabajo es describir tres casos de pacientes con CM de tipo IgA e IgM, detectados inicialmente por electroforesis de acetato de celulosa y presentes en las muestras en alta concentración, en los que la EC presentó problemas para su detección. Material y métodos La detección del CM en los pacientes en el momento del diagnóstico, se realizó mediante electroforesis en acetato de celulosa en el sistema automático Hite 320 (Olympus GmbH). El CM se identificó mediante inmunofijación (Helena Bioscience Europe). El proteinograma sérico e inmunosustracción en el seguimiento posterior se realizó por EC en un analizador Paragon CZEs 2000 (Beckman Coulter). La confirmación de la presencia del CM se hizo mediante inmunofijación en el sistema Hydrasys Automate (Sebia). La cuantificación de las inmunoglobulinas en el diagnóstico y seguimiento se realizó por inmunonefelometrı́a en un nefelómetro Immages 800 (Beckman Coulter). Los valores de referencia de las inmunoglobulinas establecidos para adultos son: IgA 0,7–4,0 g/l, IgG 7–16 g/l, IgM 0,4–2,5 g/l. Resultados Caso 1 El primer caso es un varón de 82 años, diagnosticado en 1993 de macroglobulinemia de Waldenström. En el momento del diagnóstico se detectó mediante electroforesis en acetato de celulosa un CM tipo IgM kappa con migración en zona gamma. Los niveles de inmunoglobulinas medidos fueron de IgG 8,32 g/l, IgA 1,99 g/l, IgM 21,0 g/l. En un seguimiento posterior, una vez instaurada en el laboratorio la EC, al realizar el proteinograma se obtuvo un trazado electroforético normal, sin evidencia de la presencia de un CM (fig. 1a). La cuantificación de la fracción gamma por EC fue de 5,8 g/l. Por inmunonefelometrı́a las concentraciones de inmunoglobulinas de la muestra fueron: IgG 5,77 g/l, IgA 0,66 g/l, IgM 25,30 g/l. Ante esta disparidad de resultados en la cuantificación de las inmunoglobulinas, se realizó una inmunofijación, confirmándose la presencia de un componente monoclonal IgM kappa en alta concentración (fig. 1b). Se trató la muestra con b–mercaptoetanol con el fin de provocar la ruptura de los puentes disulfuro y se volvió a realizar la electroforesis, observándose tras el tratamiento, la presencia del componente monoclonal en la zona gamma. La cuantificación de la fracción gamma fue de 11,6 g/l (fig. 1c). Caso 2 El segundo caso es de una mujer de 59 años diagnósticada de gammapatı́a monoclonal de significado incierto (GMSI) IgA lambda en 2001. En la electroforesis de acetato de celulosa presentaba un CM en la zona b. Las concentraciones de inmunoglobulinas fueron de IgG 8,32 g/l, IgA 10,90 g/l, IgM 0,8 g/l. La paciente permanecı́a estable sin evidencia de evolución. Al realizar el seguimiento por EC se observó una imágen entre a2 y b (fig. 2a) semejante a la obtenida con muestras con alta concentración de bilirrubina (fig. 2c), no observándose ningún pico sospechoso de CM. La cuantificación de las inmunoglobulinas por inmunonefelometrı́a fue de IgG 8,57 g/l, IgA 7,39 g/l, IgM 0,46 g/l. Al comprobar que la concentración de IgA era elevada se realizó una 188 J.L. Garcı́a Álvarez et al G Albúmina α1 A κ M α2 β λ γ α2 α1 Albúmina β γ Figura 1 a) Proteinograma del suero del paciente del caso 1 antes de ser tratado con b-mercaptoetanol. b) Inmunofijación del suero del paciente del caso 1. c) Proteinograma del suero del paciente del caso 1 después de ser tratado con b-mercaptoetanol. (b) G A κ M λ G α2 Albúmina α1 α2 A M κ λ β β γ Albúmina α1 α2 β γ Figura 2 a) Proteinograma del suero del paciente del caso 2; en el recuadro pequeño se muestra una ampliación de la zona comprendida entre a2 y b b) Inmunofijación del suero del paciente del caso 2. c) Proteinograma e inmunofijación de una muestra de suero con una concentración alta de bilirrubina. inmunosustracción (figs. 3a–e) donde se observó que la zona sospechosa desaparecı́a al enfrentarla a los antisueros antiIgA y anti cadena ligera lambda (figs. 3b y e). Se realizó una inmunofijación en la muestra que confirmó la presencia del CM (fig. 2b). Caso 3 El tercer caso es de un varón de 88 años con un diagnóstico de mieloma múltiple IgA lambda en 1999. Por electroforesis de acetato de celulosa presentó una banda monoclonal en posición a2. Las inmunoglobulinas fueron de IgG 0,45 g/l, IgA 19,40 g/l, IgM 0,34 g/l. Permaneció estable hasta 2004, fecha en la que se inició el tratamiento. Por EC en el seguimiento se observó una imágen entre a2 y b (fig. 4a) semejante al caso anterior. Las concentraciones de inmunoglobulinas por inmunonefelometrı́a fueron: IgG 6,46 g/l, IgA 3,04 g/l, IgM 0,63 g/l. Dado que el paciente estaba en tratamiento se realizó una inmunofijación con el fin de evaluar el grado de respuesta (fig. 4b). En la inmunofijación se observó que el paciente mantenı́a en suero niveles apreciables de IgA lambda monoclonal. Para confirmar que la imágen se correspondı́a con el CM se realizó una Falsos negativos en la detección de componentes monoclonales por electroforesis capilar α2 Albúmina α1 α2 β γ Albúmina α1 β α2 β γ Albúmina α2 β α2 α1 Albúmina γ 189 Albúmina α1 α2 α1 α2 β γ β β γ Figura 3 Inmunosustracción realizada al suero del paciente del caso 2. En el trazado electroforético se observa que además de la zona de estudio parece que existe componente monoclonal superpuesto a la transferrina. a) Tratamiento del suero con antisuero anti-IgG. b) Tratamiento del suero con antisuero anti-IgA observándose que se produce la inmunosustracción de la banda que aparecı́a entre a2 y b, mostrándose en el recuadro pequeño una ampliación de la zona. c) Tratamiento del suero con antisuero anti-IgM. d) Tratamiento del suero con antisuero anti cadena ligera kappa. e) Tratamiento del suero con antisuero anti cadena ligera lambda observándose que se produce la inmunosustracción de la banda que aparecı́a entre a2 y b, mostrándose en el recuadro pequeño una ampliación de la zona. inmunosustracción (figs. 5a–e) donde se observó que se trataba de IgA lambda (figs. 5b y e). Discusión G α2 Albúmina α1 α2 A M κ λ β β γ Figura 4 a) Proteinograma del suero del paciente del caso 3, en el recuadro pequeño se muestra una ampliación de la zona comprendida entre a2 y b. b) Inmunofijación del suero del paciente del caso 3. En el seguimiento de las gammapatı́as monoclonales la cuantificación del CM se realiza en el proteinograma, mediante densitometrı́a en la electroforesis en soporte sólido o por espectrofotometrı́a ultravioleta si se trata de EC6. La cuantificación por inmunonefelometrı́a o inmunoturbidimetrı́a se utilizan como métodos complementarios de apoyo. La medición de las inmunoglobulinas por inmunonefelometrı́a da lugar a concentraciones superiores a las obtenidas mediante la densitometrı́a o la espectrofotometrı́a en la región ultravioleta, sobre todo si se trata de IgM donde la diferencia puede llegar a ser muy notable9. Sin embargo, una diferencia tan acusada como la encontrada en la muestra del primer caso, hizo sospechar la posibilidad de un problema en la detección de un CM, como posteriormente reveló la inmunofijación. La aparición del CM y el aumento de la fracción gamma sugieren que la estructura polimérica del CM dificultó la elución por el capilar. El 190 J.L. Garcı́a Álvarez et al α2 α1 Albúmina α2 β γ Albúmina α1 α2 β β γ α2 Albúmina α1 α2 β γ Albúmina α1 α2 β Albúmina α1 α2 γ β β γ Figura 5 Inmunosustracción realizada al suero del paciente del caso 3. a) Tratamiento del suero con antisuero anti-IgG. b) Tratamiento del suero con antisuero anti-IgA observándose que se produce la inmunosustracción de la banda que aparecı́a entre a2 y b, mostrándose en el recuadro pequeño una ampliación de la zona. c) Tratamiento del suero con antisuero anti-IgM. d) Tratamiento del suero con antisuero anti cadena ligera kappa. e) Tratamiento del suero con antisuero anti cadena ligera lambda observándose que se produce la inmunosustracción de la banda que aparecı́a entre a2 y b, mostrándose en el recuadro pequeño una ampliación de la zona. tratamiento con el agente reductor permitió detectarlo por EC tras obtener un monómero de menor tamaño. Ası́ pues, al valorar un CM IgM es conveniente el tratamiento de la muestra con un agente reductor como el b-mercaptoetanol o la penicilamina10 cuando exista una gran discrepancia entre las concentraciones de IgM cuantificadas por nefelometrı́a y el trazado electroforético obtenido por EC. En cuanto a los dos últimos casos, el trazado electroforético es similar al obtenido cuando la muestra contiene altas concentraciones de bilirrubina, ya que en los casos presentados el CM no aparece como un pico estrecho, sino como una imágen entre a2 y b sugerente de esa interferencia. La ausencia de bilirrubina alta en las muestras, junto a la cuantificación de las inmunoglobulinas por inmunonefelometrı́a y la historia previa del paciente nos alertó sobre la necesidad de realizar una inmunofijación para confirmar o descartar la presencia del CM. Destaca que en ambos casos el CM era del tipo IgM lambda. Por tanto ante cualquier imágen que haga sospechar una hiperbilirrubinemia es importante confirmar la misma y en caso negativo contemplar la posibilidad de que se trate de un componente monoclonal y realizar los métodos necesarios para su detección. Los tres casos descritos son un ejemplo de cómo el análisis del proteinograma junto a las concentraciones por inmunonefelometrı́a de las inmunoglobulinas y la historia clı́nica previa del paciente, evita falsos negativos en la detección de CM presentes en alta concentración y con problemas de separación por EC. Asimismo, ante la sospecha clı́nica de un CM y tras obtener un trazado electroforético normal, es conveniente la cuantificación de las inmunoglobulinas y si alguna está alterada realizar una inmunofijación. Bibliografı́a 1. Bossuyt X. Separation of serum proteins by automated capillary zone Electrophoresis. Clin Chem Lab Med. 2003;41: 762–72. 2. Henskens Y, De Winter J, Pekelharing M, Ponjee G. 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Disponible en: http://www.seqc.es/es/Publicaciones/ 1001/4/54/Documentos_de_la_SEQC_2009_%7C_Recopilacion_de_ documentos/. 7. Keren DF, Gulbranson R, Carey JL, Krauss JC. 2-Mercaptoethanol treatment improves measurement of an IgM K M-protein by capillary electrophoresis. Clin Chem. 2001;47:1326–7. 191 8. Bossuyt X, Marien G. False-Negative results in detection of monoclonal proteins by capillary zone electrophoresis: a prospective study. Clin Chem. 2001;47:1477–8. 9. Robert A, Kyle R. Sequence of testing for monoclonal gammopathies. Arch Pathol Lab Med. 1999;123:114–8. 10. Zetterberg H, Nilsson-Ehle H. False-Negative result in the detection of an IgM monoclonal protein by capillary zone electrophoresis. Clin Chem. 2004;50:1878–80. Rev Lab Clin. 2010;3(4):192–200 Revista del Laboratorio Clínico www.elsevier.es/LabClin REVISIÓN Variación biológica. Revisión desde una perspectiva práctica Carmen Ricósa,, Carmen Perichb, Marivı́ Doménechc, Pilar Fernándezd, Carmen Bioscae, Joana Minchinelaf, Margarita Simóng, Fernando Cavah, Virtudes Álvarezi, Carlos Victor Jiménezf y José Vicente Garcı́a Larioj a SEQC, Comisión de Calidad Analı́tica, Barcelona, España Laboratori Clı́nic Bon Pastor, ICS, Barcelona, España c Laboratori Clı́nic Manso, ICS-Barcelona, España d Laboratorio de Urgencias. Hospital La Paz, Madrid, España e Servei de Bioquı́mica Clı́nica Hospital Germans Trias i Pujol, ICS-Metropolitana Nord, Badalona, España f Laboratori Clı́nic Barcelone s Nord i Valle s Oriental, ICS-Metropolitana Nord, Badalona, España g Consorci de Laboratori Intercomarcal, ICS-Catalunya Central, Barcelona, España h Laboratorio de Bioquı́mica, Fundación-Hospital Alcorcón, Madrid, España i Laboratori Clı́nic L’Hospitalet, ICS-Metropolitana Sud, L’Hospitalet de Llobregat, España j Laboratoro de Bioquı́mica. Hospital Clı́nico, Granada, España b Recibido el 4 de mayo de 2010; aceptado el 19 de julio de 2010 PALABRAS CLAVE Variación biológica; Especificaciones de la calidad; Diferencias crı́ticas; Valor de referencia del cambio Resumen Los autores realizan una revisión exhaustiva sobre la variación biológica, con el objeto de resaltar su aplicación práctica en la rutina diaria del laboratorio clı́nico. Se describe brevemente el método de estimación de los componentes de la variación biológica y se detalla la base de datos actualizada bianualmente y disponible para los profesionales del sector. Se pormenoriza el uso práctico en el control interno del proceso analı́tico, en la evaluación de los datos del control interno y externo, ası́ como en la detección de errores analı́ticos y extraanalı́ticos. Finalmente, se explica con claridad cómo notificar la posibilidad de un cambio significativo en el estado de salud del paciente en el informe analı́tico. & 2010 AEBM, AEFA y SEQC. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. Biological variation. A review from a practical perspective KEYWORDS Biological variation; Quality specifications; Abstract This is an exhaustive review on biological variation, which aims to highlight its practical application in daily routine of clinical laboratories. Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected] (C. Ricós). 1888-4008/$ - see front matter & 2010 AEBM, AEFA y SEQC. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. doi:10.1016/j.labcli.2010.07.003 Variación biológica. Revisión desde una perspectiva práctica Delta-Check; Reference change value 193 The methodology to estimate the components of biological variation is summarised and a database, which is updated every two years and available to professionals of the area, is explained in detail. Daily application of data derived from biological variation in daily practice in internal and external quality control, as well as, in the detection of analytical and non-analytical errors is clearly explained. Last, but not least, examples are given on how to notify to clinicians on possible changes in patients health status. & 2010 AEBM, AEFA and SEQC. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved. Definiciones Los componentes de una muestra biológica están sometidos a variaciones por el hecho de pertenecer a un ser vivo. Son bien conocidas las variaciones relacionadas con la edad debidas al crecimiento, con el sexo (por ejemplo los cambios hormonales en las mujeres), con la dieta y el ejercicio fı́sico; como no, las modificaciones consecuencia de enfermedades y de su tratamiento; las variaciones dentro del dı́a y estacionales, ası́ como la variación debido al equilibrio entre el recambio metabólico y la regulación homeostática. Esta última es la que, de forma simplificada, se denomina )variación biológica* (VB). La VB tiene dos componentes: intra e interindividual. La variación biológica intraindividual es la fluctuación de la concentración de los componentes de los fluidos biológicos alrededor del punto de equilibrio. La variación biológica interindividual viene indicada por las diferencias en el punto de equilibrio de los componentes de los fluidos biológicos entre las distintas personas1. Estimación experimental Los componentes de la VB se pueden estimar experimentalmente tomando un número n de muestras a un número m de personas sanas que responden a algún criterio de selección definido (normalmente son voluntarios presuntamente sanos). Tanto n, como m, ası́ como el intervalo de tiempo transcurrido entre las tomas de muestras son irrelevantes (como se verá más adelante). Los factores clave son dos: la estandarización de la obtención y conservación de las muestras y el procedimiento de cálculo empleado. La estandarización de la toma de muestras requiere asegurar que todos los voluntarios mantienen sus condiciones de vida habituales y en el caso de sangre es conveniente que intervenga el mismo extractor para cada voluntario, el tiempo de aplicación del torniquete debe ser el mismo en todas las tomas de un mismo sujeto, y se debe respetar un breve descanso previo a la extracción. El diseño del experimento debe asegurar la conservación correcta de las muestras hasta su análisis; tanto si se van guardando hasta disponer de la última muestra y se procesan todas en una misma serie, como si se van analizando a medida que se van obteniendo. El análisis debe realizarse mediante un procedimiento rigurosamente controlado. Una vez obtenidos los resultados de todas las muestras, para cada constituyente estudiado se han de eliminar los valores extremos, ası́ como los posibles individuos extremos2. El siguiente punto importante es utilizar el análisis de la variancia (ANOVA) como método de cálculo de los componentes de la VB. Los datos obtenidos se sitúan en una matriz (datos de cada sujeto en filas, datos de cada muestra en columnas). Primero se calcula la variancia de todos los resultados de cada sujeto (por filas) y se calcula el promedio entre todas ellas, denominada variancia intraindividual más analı́tica, s2(IþA). A este valor se le resta la variancia analı́tica (s2A), obtenida intercalando materiales control durante el proceso analı́tico de las muestras, o bien duplicando algunas muestras y calculando la imprecisión mediante las diferencias entre duplicados. Ası́ se separa y obtiene la variancia intraindividual (s2I ). La variancia interindividual (s2G) se obtiene calculando la variancia de todos los resultados de todas las muestras (recuadro grande de la matriz de datos) y restándole la variancia intraindividual y la analı́tica (tabla 1). s2G ¼ s2T s2I s2A Resulta más práctico y, de hecho, la mayorı́a de los autores lo hacen ası́, expresar estos valores en porcentajes relativos a la media entre todos los datos (coeficientes de variación, intra e interindividual, CVI y CVG). La estimación de los componentes de la variación mediante un análisis de la variancia anidado, es un procedimiento válido y bastante robusto. Sin embargo, una condición implı́cita es la homogeneidad de las variancias (todos los datos forman parte de la misma población). En caso de que los datos no se ajustasen a una distribución normal, el primer paso serı́a realizar un estudio de valores aberrantes, bien por inspección visual o mediante pruebas estadı́sticas (p.e. test de Shapiro-Wilk)3. Si aún eliminando los valores aberrantes los datos observados no siguen una distribución normal, se procederı́a a la transformación de los mismos habitualmente mediante el uso de la escala logarı́tmica4 o bien calculando la raı́z cuadrada. Tabla 1 Aplicación del cálculo del análisis de la variancia (ANOVA) M1 S1 S2 S3 M2 M3 Variancia Var S1 Var S2 Var S3 S(IþA)2 M1, M2, M3: muestra n.1; S1, S2, S3: sujeto n.1; Var S1, S2, S3: variancia de los sujetos 1 a 3. 194 C. Ricós et al Base de datos de variación biológica Para que estimar los componentes de la VB no fuera una tarea individual de cada laboratorio, a lo largo de más de una década diversos autores realizaron varias recopilaciones de los artı́culos publicados sobre este tema5–8. Pero debido a que estos primeros esfuerzos mostraban valores dispares, vio la necesidad de sistematizar mejor el proceso de recopilación, creando un criterio de selección de artı́culos unánime y bien discutido y elaborando una base de datos que, una vez aceptada con el máximo consenso posible, fuera actualizada regularmente. La Comisión de Calidad Analı́tica de la SEQC tomó las riendas para elaborar esta base de datos. Para ello, buscó los artı́culos en todas las bases de datos bibliográficos que tuvieron a su alcance que fueron 169. Los datos que habı́a que buscar en cada artı́culo se muestran en la tabla 2. Cada artı́culo fue examinado por dos miembros de la comisión y, en caso de encontrar datos discordantes, se revisaron los artı́culos en reuniones de la comisión hasta llegar al acuerdo. Entonces se empezó a producir la base de datos de VB. El método empleado para elaborar la base de datos se desarrolló en tres etapas: exclusión de datos, expresión de resultados y cálculo de especificaciones de la calidad: 1. Exclusión de datos, procedentes de artı́culos cuya variación analı́tica durante la experiencia es superior a la propia variación biológica intraindividual estimada. También se excluyeron los artı́culos que no habı́an sido expresamente diseñados para estimar componentes de VB, sino que obtenı́an unos valores sin aplicar una estandarización clara de la obtención de muestras ni un modelo de cálculo adecuado. Todos los estudios con obtención de muestras en un mismo dı́a fueron segregados, porque los valores eran siempre inferiores a los restantes. También se segregaron los datos de sujetos afectos de patologı́as, porque a priori no estaba claro que fueran iguales a los de personas sanas, para todas las magnitudes biológicas estudiadas. 2. Expresión de los resultados. Para cada magnitud, todos los datos compendiados se ordenaron según valor creciente de coeficiente de variación biológico intraindividual (CVI). Se examinó entonces si existı́a alguna relación aparente entre los valores de CVI obtenidos y otros datos del estudio (n.1 de sujetos, sexo, edad, estado de salud, ayuno, n.1 de muestras por sujeto, duración del estudio, año de publicación, etc.). En ningún caso se observaron relaciones y se expresó el CVI como la mediana entre los valores CVI y CVG de todos los artı́culos compendiados. Tabla 2 3. En la figura 1 se muestra, como ejemplo, una parte de los datos de glucosa en suero, compilados en la base de datos. Se muestran 12 artı́culos incluidos en la base de datos, con valores crecientes de CVI. Puede observarse que ni el número de sujetos del estudio, ni la duración total del mismo, ni su antigüedad, ni la frecuencia de toma de muestras son factores que se relacionan con la obtención de un CVI mayor o menor. Estos ejemplos, que se repiten en todas las magnitudes, demuestran que la mediana es el estimado que mide la tendencia central de CVI entre todos los trabajos compendiados. El mismo estadı́stico se aplica para estimar CVG. 4. Para el cálculo de las especificaciones para imprecisión, error sistemático y error total, se utilizaron las fórmulas bien conocidas y aceptadas previamente (tabla 3). El lı́mite de aceptabilidad para imprecisión se basó en la propuesta de Elevitch9, el de error sistemático en el trabajo de Gowans10 y el error total en Fraser11. La base de datos de VB inicial se presentó en la conferencia internacional de Estocolmo donde, tras debatir el método de elaboración, fue aceptada en su totalidad12. Las conclusiones de la conferencia, bien conocidas actualmente, recogieron los CVI CVG CVA 4,2 10,8 4,7 5,4 4,7 6,1 5,0 7,7 5,5 7,8 5,7 5,8 6,5 2,7 6,5 8,7 8,0 14,0 10,4 NC 13,1 3,2 13,2 NC 2,4 2,4 2,1 3,4 2,5 1,7 1,6 2,2 1,8 1,5 3,0 1,5 N Td Ms Media 40 27 14 20 68 48 9 1105 10 126 10 148 28 140 70 365 112 365 70 60 5 180 5 180 3 10 10 12 11 12 10 9 5 6 5 6 5,5 5,2 5,3 5,2 94 140 94 4,8 4,4 4,4 4,8 4,0 Uni Año mmol/l 1994 1989 1988 1989 1970 2002 1971 1978 1986 1985 1993 1985 mg/dl Figura 1 Ejemplo del contenido de la Base de Datos de VB, s-glucosa (parcial). Tabla 3 Fórmulas utilizadas para calcular las especificaciones de la calidad analı́tica Concepto (%) Fórmula CVA ESA ETA o0,5 CVI o0,25(CVI2þCV2G)1/2 o1,65* CVAþESA CVA: coeficiente de variación analı́tico; ESA: error sistemático analı́tico; ETA: error total analı́tico. Información recogida en la base de datos de variación biológica Concepto Dato Componentes de variación biológica y analı́tica Cálculos Descriptivos Observaciones CVI, CVG y CVA Individualidad. Diferencias crı́ticas Número de sujetos, tiempo (dı́as), número de muestras por sujeto Estado de salud, ayuno, autor, revista, año de publicación CVI: coeficiente de variación analı́tico intraindividual; CVG: ı́dem interindividual. Variación biológica. Revisión desde una perspectiva práctica MAGNITUD BIOLÓGICA 195 Especificaciones Variación Biológica Figura 2 Deseables CVI CVG CV(%) ES(%) ET(%) Srm- a-Amilasa 8,7 28,3 4,4 7,4 14,6 Srm- a-Amilasa pancreática 11,7 29,9 5,9 8,0 17,7 Srm- a-Caroteno 35,8 65,0 17,9 18,6 48,1 Srm- a-Fetoproteína 12,0 46,0 6,0 11,9 21,8 Srm- a-Tocoferol 13,8 15,0 6,9 5,1 16,5 Formato de la base de datos sobre especificaciones de la calidad, actualización 2010. Ejemplo parcial. datos de VB como especificaciones para el segundo de los cinco criterios jerárquicos propuestos13. Desde entonces, la base de datos se ha actualizado cada dos años, siendo la actualmente vigente la publicada en enero de este año y que es la sexta edición. Recopila 319 magnitudes biológicas (en el primer año se obtuvieron casi 250), descritas en 213 artı́culos de los que se han rechazado 12, procedentes de 182 autores de 15 paı́ses (demostrando que el origen geográfico de los sujetos estudiados no es relevante), y publicadas en 59 revistas (indicando que nuestra búsqueda es muy exhaustiva). Se encuentra publicada en las páginas web de Westgard14 y de la SEQC15, que son de amplia difusión en los idiomas inglés y español. En la figura 2 se muestra un ejemplo de la actualización 2010. Las dos columnas de la izquierda indican el tipo de muestra (suero, plasma, orina, etc.) y el nombre de la magnitud. Las dos columnas siguientes muestran los valores de VB intra e interindividual: CVI y CVG. Las tres columnas de la derecha muestran las especificaciones para la imprecisión, error sistemático y error total. Limitaciones y ventajas de la base de datos de VB La base de datos tiene algunas limitaciones, como la discrepancia entre valores procedentes de distintos autores, cuando hay pocas publicaciones. Es el caso de algunas hormonas (p.e. FSH en hombres, con estimados de CVI de 2 y de 9, y LH en hombre, con CVI de 12 y 30). Otra limitación es que en 90 de las 319 magnitudes compendiadas solo hay datos de un único trabajo y, por tanto, las especificaciones definidas podrı́an ser consideradas como )provisionales*. Finalmente, quedan todavı́a muchas magnitudes por estudiar (hay 319 y el petitorio de un laboratorio clı́nico importante puede contener unas 1.000 pruebas). Es decir, hay un reto para el futuro. Serı́a de máximo interés para la comunidad cientı́fica y el cuidado del paciente, que se estudiaran los componentes de la VB de las magnitudes con poca o nula información. A pesar de estas limitaciones, la base de datos tiene ventajas considerables, como son la amplia fuente de información recogida y el criterio para eliminar artı́culos )poco fiables*, que se aceptó en la propia conferencia de consenso de Estocolmo del año 1999. Una prueba de las confianza que dicha base de datos genera es el gran número de consultas que recibe, ocupando los dos primeros lugares del ranking en las dos páginas web donde se encuentra publicada. Aplicaciones prácticas de la base de datos de VB La última parte de esta revisión está dedicada a las aplicaciones prácticas de la base de datos. Desde nuestro punto de vista, las más importantes son: derivar especificaciones de la calidad analı́tica, obtener el )Delta-Check* y estipular el valor de referencia del cambio. Existen otras aplicaciones3, pero todavı́a no están integradas en la rutina diaria y, por ello, no entran dentro del alcance de esta revisión. 1. En la Conferencia Internacional de Estocolmo se consensuaron cinco criterios para definir las )especificaciones de la calidad analı́tica*, ordenadas según impacto decreciente en el uso médico de las pruebas del laboratorio. En el segundo lugar se reconoció que acotar la imprecisión, el error sistemático y, por ende, el error total por debajo de la variabilidad biológica asegura que la prestación analı́tica satisface los requisitos clı́nicos para el diagnóstico y el seguimiento de los pacientes, que son las decisiones médicas generales13. ¿En qué momentos de la práctica diaria del laboratorio se usan las especificaciones de la calidad? En nuestra opinión, en tres casos: Para diseñar la regla operativa de control interno de cada proceso analı́tico. Lo primero que el laboratorio debe hacer es definir su especificación de la calidad para cada magnitud biológica en términos de error total (ETD), lo segundo es conocer su error analı́tico en términos de coeficiente de variación (CVA), y lo tercero es calcular el incremento de error crı́tico que no debe superar, para garantizar la prestación de utilidad clı́nica. El incremento de error crı́tico (IEC) es el cociente ETD/1,96 CVA, siendo ETD el dato que aparece en la columna de la derecha de la base de datos sobre especificaciones de la calidad, para cada magnitud biológica, y CVA el coeficiente de variación obtenido en el propio laboratorio, promediando los valores mensuales procedentes del control interno, durante un tiempo 196 C. Ricós et al IEC <2 Regla operativa 1:2s 1:2,5s 1:3s 1:2s 1:3s 1:3,5s 1:2.5s 1:3s 1:3,5s (2-3) >3 N.º controles N=2 N=4 N=6 N=1 N=2 N=4 N=1 N=2 N=4 Pie de la figura 3 IEC = incremento de error crítico CORTISOL (Iyphocheck immunoassay-2) 15,0 10,0 5,0 % 0,0 -5,0 -10,0 ES CV lim ES ene-10 dic-09 nov-09 oct-09 sep-09 ago-09 jul-09 jun-09 may-09 abr-09 mar-09 feb-09 -15,0 lim CV Figura 4 Evaluación de los resultados del control interno del proceso analı́tico. Cortisol 40 30 20 10 0 -10 -20 ES Figura 5 dic-09 nov-09 oct-09 sep-09 ago-09 jul-09 jun-09 may-09 abr-09 -40 mar-09 -30 feb-09 mı́nimo de seis meses (para asegurar una situación estable del procedimiento analı́tico). La regla operativa es el intervalo de resultados del material control utilizado en el proceso analı́tico, que indica el correcto funcionamiento del mismo. Si el resultado control excede dicho intervalo, el usuario deberı́a parar el proceso analı́tico para investigar sus posibles fallos. La regla operativa se obtiene a partir del valor diana del material control al que se suma, en ambos sentidos, un múltiplo de la desviación estándar analı́tica (calculada según se ha descrito en el párrafo anterior). Se suele expresar mediante la simbologı́a N:L, donde N significa el n.1 de resultados control a considerar y L es el múltiplo de la desviación estándar analı́tica (s) que se ha de añadir, en ambos sentidos, al valor teórico del material control. Ası́, la regla 1:2 s significa que 1 resultado control debe estar entre los lı́mites marcados por su valor teórico 72 desviaciones estándar. El laboratorio puede obtener la regla operativa usando una gráfica )OPScharts*16 o alguno de los programa informáticos disponibles en nuestro mercado (Unity-Pros de Bio-Rad, CCIs de Vitro, etc.). En la figura 3 se ilustra como, en general, cuanto menor es el cociente ETD/1,96 CVA más restrictiva es la regla operativa de control interno (un múltiplo pequeño de la desviación estándar del laboratorio a ambos lados del valor central y un número de controles por serie medioalto). En el caso contrario, cuanto mayor es el cociente más permisiva podrá ser la regla operativa (intervalo respecto al valor central amplio y pocos controles por serie analı́tica). Para evaluar los resultados del control interno y emprender acciones correctivas, si procede. En la figura 4 se muestra el ejemplo de la determinación de cortisol con un material de control, durante el año 2009. Las barras verticales expresan el coeficiente de variación mensual y su lı́mite de aceptabilidad es la lı́nea discontinua de puntos y trazo débil, cuyo valor es la mitad del coeficiente de variación biológico intraindividual de cortisol. La lı́nea continua expresa el error sistemático (diferencia entre la media control mensual y el valor diana de dicho control) y sus lı́mites son las lı́neas discontinuas de guión ancho y trazo fuerte por encima y debajo del valor central, que derivan de la VB para error sistemático de cortisol. El laboratorio de la figura tuvo ene-09 Diseñar reglas operativas de control interno. Desviación porcentual Figura 3 Lim Evaluación de los resultados del control externo. una prestación satisfactoria para cortisol durante todo el año 2009. Para evaluar los resultados del control externo. En la figura 5 se muestran los resultados de cortisol enviados al programa de garantı́a externa de la calidad durante el año 2009, del mismo laboratorio. Las lı́neas punteadas horizontales indican los lı́mites de aceptabilidad a ambos lados del valor central, derivados de la VB para el error Variación biológica. Revisión desde una perspectiva práctica 197 analı́tico del propio laboratorio, obtenido promediando un mı́nimo de 6 valores mensuales para verificar la estabilidad del procedimiento analı́tico. total. Esta figura y la anterior muestran plena concordancia entre el control interno y externo para esta prueba, lo cual corrobora la prestación satisfactoria del laboratorio representado. Esta misma información puede ser facilitada por un programa de garantı́a externa de la calidad. En la figura 6 se muestra un informe mensual del programa de la SEQC para calcio. El gráfico del recuadro muestra como todos los resultados del laboratorio están dentro de la zona sombreada, que indica la VB aceptable para el error total, expresada en unidades de concentración (no en porcentaje). Se observa como el laboratorio representado cumple satisfactoriamente los requisitos de la categorı́a 2 de Estocolmo, aún cuando estos son muy restrictivos (la variación biológica intraindividual de calcio es sumamente estrecha). Cuando la diferencia entre dos resultados consecutivos de 2. Otra aplicación práctica de la base de datos de variación biológica es el )chequeo sistemático de diferencias entre resultados consecutivos* de un mismo paciente para una misma prueba, con el fin de detectar errores no analı́ticos ()Delta-Check*) o bien detectar diferencias entre resultados que exceden las explicables por la metrologı́a y la VB (valor de referencia del cambio, VRC). Se introduce en el sistema informático del laboratorio (SIL) la fórmula la misma prueba en un paciente es inferior al valor )DeltaCheck* calculado, se podrı́a inferir con una confianza del 95% (si Z¼1,96 o del 99% si Z¼ 2,57) que no hay errores en la última determinación y, por tanto, se puede liberar el resultado al SIL para elaborar el informe del paciente. Si la diferencia fuese superior al valor delta calculado, se podrı́a decir que la diferencia entre ambos resultados puede evidenciar un cambio en el estado del paciente o bien investigar si se ha producido un error por confusión de la muestra, interferencia analı́tica, etc. En cuyo caso, no se debe liberar el resultado al SIL hasta descartar que no existe error. La posible utilización de varios grados de confianza, responde a que en ciencias de la salud, es frecuente referirse a diferencias significativas (po0,05) y muy significativas (po0,01). La utilización del valor Z adecuado unilateral o bilateral para el grado de confianza deseado se resumen en la tabla 4. La evidencia de una diferencia entre dos resultados consecutivos de la misma prueba en un paciente, superior al valor VRC, también puede indicar un cambio en el estado de salud del paciente. Esta es la aplicación más relevante de la base de datos de variación biológica, el permitir establecer de forma objetiva el )valor de referencia del cambio (VRC)*, por cuanto es de gran trascendencia clı́nica y se da la circunstancia de que la mayorı́a de los laboratorios fallamos en su aplicación. Debe utilizarse en la interpretación de magnitudes con fuerte individualidad, es decir muy reguladas por el organismo. D Check ¼ VRC ¼ 21=2 zp ðCV2A þ CV2I Þ1=2 que contiene la raı́z cuadrada de 2 (porque se comparan 2 datos), el estadı́stico Z (obtenido de la tabla de la ley normal, para un riesgo preestablecido) y el coeficiente de variación biológico intraindividual de la magnitud que se estudia (obtenida de la base de datos de variación biológica). El cuarto factor es el coeficiente de variación Calcio O-cresoftaleína complexona 0207. Dimensión N.º de laboratorios 250 (2.080) Índice de desv. estándar 3 200 2 150 1 0 100 -1 50 -2 0 1,890 1,948 1,919 2,007 1,978 2,065 2,036 2,124 2,095 2,182 2,153 -3 2,241 E F M A M J J A S O N 2,212 2,270 mmol/l Núm. de labs. RESULTADOS Todos los labs. Por su método Por su instrumento Su valor 2,02 mmol/l (8,1 mg/dl) Total Aceptados Media s 755 444 105 718 422 100 2,08 2,08 2,04 0,07 0,07 0,07 Figura 6 Informe de los resultados del control externo en un programa de la SEQC. e s tá respecto a -1 ,0 8 % (-0 ,3 4 s ) la media del instrumento Límite mínimo <3,6 D 198 C. Ricós et al La individualidad se calcula mediante el cociente entre los coeficientes de variación biológicos intra e interindividual (CVI/CVG). Si el cociente es bajo (inferior a 0,6) existe fuerte individualidad y si es alto (superior a 1,4) existe muy poca individualidad. En la figura 7 se muestran CVI de seis individuos, que se encuentran dentro de los lı́mites de referencia poblacionales inferior y superior. Estos lı́mites poblacionales reflejan la variación biológica interindividual. A la izquierda se representa creatinina, con fuerte individualidad, donde un nuevo valor de cualquiera de los seis pacientes que no se situara dentro de su CVI podrı́a encontrarse fácilmente dentro del intervalo de referencia poblacional (que es mucho más amplio), pero estarı́a fuera del estado de equilibrio del individuo. No ocurre ası́ en hierro, ejemplo de la derecha, donde los valores de cada uno de los seis individuos son casi superponibles al intervalo de referencia poblacional (débil individualidad). Parece claro que, en las magnitudes con fuerte individualidad, serı́a mucho más informativo para el clı́nico comunicarle si existe diferencia clı́nicamente significativa entre el último resultado y el anterior del paciente, que limitarse a mostrarle si un resultado está fuera o dentro del intervalo de referencia poblacional. en la base de datos de variación biológica, el ı́ndice de individualidad es inferior o próximo a 0,6. Esto significa que para la mayorı́a de las magnitudes conocidas, la comparación exclusivamente con respecto a intervalos de referencia poblacionales tiene una utilidad limitada, especialmente cuando solo se dispone de un único dato analı́tico. Para estas magnitudes con alto grado de individualidad cuando, por el contrario, disponemos de más de un valor analı́tico, resulta de gran ayuda y utilidad la comparación aplicando el valor de referencia del cambio utilizando la fórmula anterior VRC ¼ 21=2 zp ðCV2A þ CV2I Þ1=2 ¼ 2; 77 ðCV2A þ CV2I Þ1=2 ¿Es muy frecuente la individualidad? La respuesta es sı́, puesto que en 276 de las 319 de las magnitudes incluidas Tabla 4 Extracto de la tabla de ley normal Probabilidad (confianza estadı́stica) (%) Z (unilateral) Z (bilateral) 99 95 90 2,33 1,65 1,28 2,57 1,96 1,65 Unilateral. Solo interesa si la variación con respecto al valor previo es en un sentido (mayor o menor). Bilateral: Si interesa considerar las variaciones con respecto al valor previo en ambos sentidos (tanto aumento como disminución). Límite superior de referencia Límite inferior de referencia 1 1 2 2 3 3 Sujeto Sujeto Límite inferior de referencia Idealmente este cálculo deberı́a estar implementado en el SIL; de hecho, ya comienza a haber laboratorios donde, en la pantalla de validación facultativa del SIL, queda marcada una diferencia significativa entre el resultado que se está revisando y el anterior. Pero, ¿puede el médico ver esta información? Desgraciadamente, ahora mismo muy pocos laboratorios notifican al clı́nico el valor de Referencia del cambio. En la tabla 5 se muestra un ejemplo de informe analı́tico, obtenido en un laboratorio de Escocia1. En este informe se muestran con sı́mbolos mayor o menor, resultados que sobresalen por encima (4) o debajo (o) del intervalo de referencia poblacional, utilizando un sı́mbolo o dos en función de lo alejados que se encuentren los resultados respecto a su lı́mite correspondiente. El laboratorio reserva el asterisco para indicar el valor de referencia del cambio, utilizando (*) para un cambio )significativo* y (**) para un cambio )muy significativo*, según la misma fórmula del )Delta-Check*. Este es el tipo de informe que )todos* los laboratorios deberı́amos utilizar, cuanto antes mejor. De lo contrario, estamos guardando dentro del laboratorio una información de vital importancia para el clı́nico. El problema )no* es la falta de conocimiento por parte del laboratorio, sino la incapacidad de la mayorı́a de los sistemas informáticos actuales, de reflejar en el informe final la diferencia encontrada entre un resultado actual y el 4 4 5 5 6 6 60 70 80 90 100 110 Creatinina (µmol/l) 120 130 Figura 7 Representación gráfica de la individualidad.De: Fraser CG. Biological variation: from theory to practice. AACC press 2001 Límite superior de referencia 0 5 10 15 20 25 Hierro (µmol/l) 30 Variación biológica. Revisión desde una perspectiva práctica Tabla 5 Notificación del valor de referencia del cambio en el informe Test Result Significance Unit RI Sodium Potassium Urea Creatinine Bilirubins Albumin Calcium 138 5,0 9,5 137 100 23 2,77 * mmol/l mmol/l mmol/l mmol/l mmol/l g/l mmol/l 135–147 3,5–5,0 3,3–6,6 50–100 Name 36–50 2,1–2,6 Tabla 6 ** 4 b 5 ** Valor de referencia del cambio en patologı́as Patologı́a Magnitud CVI (%) Cáncer de ovario Cáncer de mama Cáncer colorrectal Diabetes CA 125 CA 15,3 CEA HbA1C Microalbúmina a-Fetoproteı́na Fosfatasa alcalina 46 17 45 9 36 40 12 Patologı́a hepática Enfermedad de Paget RI: reference interval. Uratos diferencias (%) VRC combinado 199 únicamente en 7 magnitudes biológicas, que son claves en las seis patologı́as que se muestran en la tabla 6. Ası́ pues, en estos casos, el valor de referencia del cambio deberı́a calcularse tomando el CVI obtenido en individuos con patologı́a y no en individuos sanos. Existe la posibilidad de aumentar la potencia de predicción del cambio combinando dos magnitudes independientes, pero habituales en un protocolo asistencial. En la figura 8 se muestra un ejemplo de trasplante renal, donde el protocolo de seguimiento del hospital incluye la determinación seriada de varias pruebas. El laboratorio demostró que, en condiciones de estabilidad clı́nica, hay independencia entre las concentraciones de creatinina y urato en sangre, y aplicó la fórmula de cálculo del VRC para dos magnitudes a la vez18. Con la aplicación de esta aproximación a un grupo de pacientes trasplantados renales (monitorización del paciente en perı́odo de estabilidad clı́nica), en la figura se representa una diferencia consecutiva combinada, escogida aleatoriamente para pacientes que evolucionaron favorablemente (cı́rculos) y una diferencia previa al inicio de las complicaciones para los pacientes que posteriormente tuvieron complicaciones. Los resultados que superan el VRC combinado, representados por triángulos invertidos, se comprobó que correspondı́an a los pacientes que sufrieron complicaciones (insuficiencia renal aguda obstructiva, toxicidad frente al tratamiento, infección por citomegalovirus, rechazo agudo). Con esta revisión se pretende poner de manifiesto el gran papel que puede desempeñar el laboratorio clı́nico en el cuidado de la salud del paciente. Es nuestro deber como profesionales desempeñar este papel ahora mismo y en el futuro. 100 50 Bibliografı́a 0 -50 -100 -100 -50 0 50 100 150 Creatinina diferencias (%) estables i.r. aguda odstructiva infección citomegalovirus toxicidad FK506 rechazo agudo Figura 8 Valor de referencia del cambio combinando dos magnitudes. anterior del ismo paciente. Los laboratorios deberı́an insistir ante los fabricantes de sistemas informáticos para el laboratorio clı́nico de la importancia de incluir este tipo de cálculos en sus programas. Hay que tener en cuenta una salvedad importante: aunque todavı́a no hay un número de estudios substancial que permita un alto grado de evidencia, los datos publicados hasta la fecha muestran que el valor de referencia del cambio en patologı́as, si bien en muchas magnitudes es similar al obtenido en sujetos sanos (valores CVI que aparecen en la base de datos de VB), no siempre es ası́. En un estudio realizado por la comisión de calidad analı́tica de la SEQC17 se vio que, partiendo de los datos compilados en nuestra base de datos, existen valores CVI superiores 1. Fraser CG. Biological variation: from theory to practice. AACC press 2001. Traducción española: Comisión de Calidad analı́tica. Variación biológica: de la teorı́a a la práctica. SEQC. Comité de Publicaciones. Barcelona; mayo 2003. ISBN:84-89975-13-2. 2. Ricós C, Jiménez CV, Hernández A, Simón M, Perich C, Álvarez V. Biological variation in urine samples used for analyte measurements. Clin Chem. 1994;40:472–7. 3. 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González-Buitragob,c,d, a Banco Nacional de ADN, Centro de Investigación del Cáncer, Salamanca, España Director del Biobanco, Hospital Universitario de Salamanca, Salamanca, España c Unidad de Investigación, Hospital Universitario de Salamanca, Salamanca, España d Departamento de Bioquı́mica y Biologı́a Molecular, Universidad de Salamanca, Salamanca, España b Recibido el 7 de julio de 2010; aceptado el 1 de septiembre de 2010 Disponible en Internet el 28 de octubre de 2010 PALABRAS CLAVE Biobanco; Muestras; Tejidos; Plasma; Lı́quidos biológicos; ADN; ARN Resumen Los biobancos son instituciones públicas o privadas sin ánimo de lucro dedicadas a la recogida, el procesamiento, el almacenamiento y la distribución de especı́menes biológicos humanos, junto a los datos asociados con esas muestras. El Instituto de Salud Carlos III ha creado y financiado una red de biobancos hospitalarios cuya finalidad es el almacenamiento de muestras para investigación. Esta red de biobancos pretende integrarse en la Red Europea de Infraestructuras en Biobancos y Recursos Moleculares (BBMR), cuyo objetivo es favorecer la realización de estudios en gran escala. Se revisan los principales aspectos, tanto organizativos, como operativos de los biobancos y su relación con los laboratorios clı́nicos y la investigación biomédica. & 2010 AEBM, AEFA y SEQC. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. Biobanks, clinical laboratorios and biomedical research KEYWORDS Biobank; Samples; Tissues; Plasma; Biological fluids; DNA; RNA Abstract Biobanks are non-profit public or private institutions for the collection, processing, storage and distribution of human biological specimens, linked to associated data of those samples. The Instituto de Salud Carlos III has set up and funded a hospital biobank network focused on the storage of samples for research. This network is expected to integrate into the Biobanking and Biomolecular Resources Research Infrastructure (BBMR) whose objective is to favour large-scale studies. The main organisational and operational aspects of biobanks are reviewed as well as their relationship with clinical laboratories and biomedical research. & 2010 AEBM, AEFA and SEQC. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved. Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected] (J.M. González-Buitrago). 1888-4008/$ - see front matter & 2010 AEBM, AEFA y SEQC. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. doi:10.1016/j.labcli.2010.09.001 202 Introducción Las colecciones de muestras biológicas son una herramienta esencial para el avance de la investigación biomédica, tanto la experimental como la clı́nica. Los biobancos son instituciones públicas o privadas sin ánimo de lucro dedicadas a la recogida, el procesamiento, el almacenamiento y la distribución de especı́menes biológicos humanos, junto con los datos asociados a esas muestras. Los biobancos, considerados como infraestructuras que agrupan colecciones de muestras, son fundamentales para el avance del conocimiento cientı́fico en el área de la biomedicina. Una gran parte de nuestro conocimiento biomédico actual se ha obtenido con la ayuda de colecciones de muestras que han proporcionado el material necesario sobre el que validar, en muestras de origen humano, los resultados experimentales llevados a cabo en los laboratorios de investigación biomédica. La creación de los biobancos ha generado nuevos aspectos éticos y legales importantes con relación al consentimiento informado, la confidencialidad, la propiedad del material biológico y la información con él relacionada, el acceso al banco, los intereses comerciales y los usos discriminados de los resultados de la investigación1. En esta revisión se consideran los principales aspectos tanto organizativos como operativos de los biobancos y su relación con los laboratorios clı́nicos y la investigación biomédica. Evolución histórica El almacenamiento de muestras biológicas se lleva realizando desde hace mucho tiempo. Empleando la técnica de inclusión en parafina descrita en el siglo XIX por Wilheim His, entre otros, los patólogos almacenan los bloques de parafina donde se encuentran incluidas las muestras o las preparaciones ya teñidas por si es necesaria su revisión posterior o su comparación con otras preparaciones. Este tipo de almacenamiento se efectúa a temperatura ambiente y a partir de estas primeras colecciones surgen los bancos de tumores. El almacenamiento de las muestras lı́quidas y sólidas sin incluir en parafina se produjo más tarde. Eran necesarios congeladores que alcanzaran temperaturas de ultracongelación para preservar adecuadamente las muestras y con una capacidad de almacenamiento lo suficientemente grande como para que fueran útiles en los servicios hospitalarios. A partir de este momento comenzó el almacenamiento de muestras congeladas, entre ellas el suero, lo que dio origen a las serotecas que hoy conocemos. En los laboratorios clı́nicos tiene dos usos principales. Por un lado, se utilizan cuando es necesario comprobar el resultado de alguna magnitud ya medida o cuando quiere realizarse alguna determinación no hecha previamente. Por otro, se dispone de una colección de muestras que permite analizar parámetros nuevos y evaluar su utilidad clı́nica. El principal problema con estas colecciones de muestras es que en la mayorı́a de las ocasiones no se recogen datos epidemiológicos del paciente, los datos recogidos, tanto clı́nicos como epidemiológicos, no se recopilan de forma adecuada y, además, suelen recogerse sin que el paciente J.M. Sánchez-Romero, J.M. González-Buitrago haya sido informado y, por supuesto, sin el documento de consentimiento informado. Biobancos e investigación De acuerdo con Riegman et al2, los biobancos de muestras humanas pueden tener diversos diseños de acuerdo con los posibles objetivos. Se pueden resumir prácticamente en tres tipos principales: Biobancos poblacionales. Su principal objetivo es obtener biomarcadores de susceptibilidad e identidad de la población y su sustrato operativo es el ADN de la lı́nea germinal de un número muy grande de donantes sanos, representativos de un paı́s/región concreta o cohorte étnica. Biobancos de enfermedades con fines epidemiológicos. Su actividad se centra en los biomarcadores de exposición, utilizando un número muy grande de muestras, normalmente siguiendo un diseño caso-control y estudiando ADN de la lı́nea germinal o marcadores séricos, asociados a gran cantidad de datos recogidos de los donantes. Biobancos generales de enfermedades. Se centran en biomarcadores de enfermedad gracias al almacenamiento de colecciones prospectivas o retrospectivas de muestras asociadas a datos clı́nicos y algunas veces asociadas a ensayos clı́nicos. Estos datos normalmente no se recogen para un proyecto de investigación concreto, excepto en los ensayos clı́nicos. En el año 2009 el Instituto de Salud Carlos III, a raı́z de la publicación en el BOE de la Ley 14/2007 de Investigación Biomédica ha creado y financiado una red de biobancos hospitalarios cuya finalidad es el almacenamiento de muestras para investigación. Esta red de biobancos pretende integrarse en la Red Europea de Infraestructuras en Biobancos y Recursos Biomoleculares (Biobanking and Biomolecular Resources Research Infrastructure, BBMR), cuyo objetivo es poner en marcha una red de biobancos en Europa para favorecer la realización de estudios a gran escala, facilitando el acceso a las muestras y los datos relacionados con las mismas a través de los paı́ses miembros de la Unión Europea. Los biobancos de los hospitales tienen como misión fundamental apoyar la investigación tanto de grupos del propio hospital como de otros grupos nacionales o internacionales, recopilando y almacenando diferentes tipos de muestras y los datos asociados que se estimen de interés. Ası́ pues, estas muestras podrán ser utilizadas, además de por los investigadores del hospital, por cualquier grupo nacional o internacional en proyectos de investigación cooperativos, siempre que los fines para los que se soliciten sean exclusivamente de investigación y de interés cientı́fico. El biobanco debe disponer de un impreso de solicitud de muestras en el que conste el tı́tulo del proyecto, el investigador principal, una descripción detallada del proyecto con indicación de los parámetros que se van a analizar y la duración y fuentes de financiación. La solicitud será evaluada por los comités éticos y cientı́ficos del biobanco de los que depende su aprobación. Biobancos, laboratorios clı́nicos e investigación biomédica Componentes fundamentales de un biobanco De una manera genérica, el funcionamiento de un biobanco se basa en los siguientes procesos: Sistema de gestión. Recogida de las muestras. Almacenamiento de las muestras. Recogida de datos. Almacenamiento de los datos. Gestión de la calidad. 203 Durante una intervención quirúrgica, puede ocurrir que se elimine un tejido como parte del tratamiento. Esto sucede en la extirpación de un tumor, la resección de parte de un órgano con una enfermedad inflamatoria o incluso la reparación de un traumatismo. Normalmente, tras revisar la patologı́a para el cuidado del paciente que es el proceso prioritario, queda una cantidad significativa de tejido que puede enviarse al biobanco. Es fundamental que la muestra de tejido se lleve desde el lugar donde se ha obtenido al lugar donde se procesará lo más rápidamente posible. Células Sistema de gestión El biobanco debe disponer de un sistema de gestión de las muestras que almacena para garantizar su trazabilidad e integridad. Este sistema de gestión puede estar o no certificado por un sistema de certificación entendido este como la acción llevada a cabo por una entidad reconocida como independiente de las partes interesadas, mediante la que se manifiesta que se dispone de la confianza adecuada en que un producto, proceso o servicio debidamente identificado es conforme con una norma u otro documento normativo especificado. El sistema de certificación más frecuente es el ISO y el aplicado en los biobancos, de manera genérica, es el UNE-EN-ISO 9001:2000, aunque se esta empezando a plantear la posibilidad de acogerse a la norma UNE-EN-ISO 15189:2007 enfocada a laboratorios clı́nicos, con los que los biobancos comparten similitudes. Recogida de las muestras La organización y el desarrollo de la recogida de las muestras es uno de los aspectos fundamentales de los biobancos. Para ello deben disponer de procedimientos normalizados de trabajo (PNT) que son los documentos escritos que describen la secuencia especı́fica de las operaciones y los métodos que se aplican en el biobanco para una finalidad determinada y proporcionan una manera única según la cual se deben realizar las operaciones cada vez que se repiten. Estos PNT definirán todas las actividades llevadas a cabo en el biobanco, incluyendo, entre otras, el tipo de muestras que pueden ser conservadas, el modo de obtenerlas y cómo conservarlas. Los principales materiales biológicos humanos que se almacenan son los especı́menes de tejidos, células, lı́quidos biológicos, ADN y ARN. Tejidos Las muestras de tejidos se recogen mediante biopsia o en el curso de una intervención quirúrgica. La biopsia puede proporcionar una porción de tejido adicional para el biobanco si el paciente ası́ lo refleja en un consentimiento informado. Este tejido adicional solo se envı́a al biobanco cuando las muestras principales de la biopsia han proporcionado un diagnóstico inequı́voco. El material de biopsia normalmente es una cantidad muy pequeña de tejido. Las células pueden obtenerse a partir de tejidos o a partir de los lı́quidos biológicos. A partir de los tejidos, los principales pasos son la fragmentación del tejido, la digestión con las enzimas especı́ficas, el filtrado de la suspensión celular, el lavado de las células y la formación de la suspensión celular adecuada. Los protocolos dependen del tipo de tejido, pero siguen este esquema básico: una vez obtenida esta suspensión celular, las células que interesen se aı́slan mediante centrifugación diferencial o alguna otra técnica fı́sica de separación. La obtención de células a partir de lı́quidos biológicos se suele hacer empleando técnicas de centrifugación. Lı́quidos biológicos Los principales lı́quidos que pueden almacenarse son: sangre, suero o plasma, orina, lı́quido cefalorraquı́deo, lı́quidos de cavidades y saliva. Los lı́quidos biológicos se obtienen de acuerdo con los procedimientos habituales en los laboratorios clı́nicos3. Uno de los temas controvertidos es si la muestra más adecuada para su almacenamiento es el suero o el plasma. Dado que no existe un protocolo definido, el biobanco debe proceder de manera conservadora al respecto y proceder al almacenamiento de plasma. ADN y ARN El ADN y el ARN pueden obtenerse de sangre periférica, biopsias de tejidos u otro tipo de material biológico que posea células nucleadas. Almacenamiento de las muestras Las muestras llegan al biobanco en diversos formatos de transporte desde el lugar donde se han obtenido y con distintos requerimientos de almacenamiento. Tejidos El formato más habitual para las muestras de tejidos sólidos es el que emplean los servicios de anatomı́a patológica, en donde la muestra se ha fijado en formol y luego se ha incluido en parafina. El bloque de parafina es útil tanto para la conservación de la muestra como para su manipulación, mediante corte de secciones finas para su tinción y posterior 204 observación al microscopio. Estas muestras en parafina se almacenan a temperatura ambiente, lo que simplifica enormemente los requerimientos de almacenamiento. Otro formato común es el tejido que no se ha fijado en formol y que se ha congelado rápidamente. Para ello se incluye el tejido en un compuesto formado por glicoles y resinas solubles en agua que proporciona una matriz adecuada para el corte en el criostato a temperaturas inferiores a 10 1C. Este compuesto no deja residuos en las láminas cortadas por lo que impide la aparición de fondo en las tinciones histológicas. Una vez incluido en el compuesto mencionado es necesaria una rápida congelación, por lo que se procede a la inmersión del bloque en un lı́quido criogénico como el isopentano enfriado a 160 1C. Se puede emplear como método alternativo la inclusión del bloque en nitrógeno lı́quido, aunque este método es menos recomendable por los daños provocados en el tejido. Una vez congelado el tejido se puede almacenar a 80 1C en congeladores o a 196 1C en nitrógeno lı́quido. Lı́quidos biológicos, ADN y ARN La forma habitual de almacenamiento de estas muestras es criopreservadas a temperaturas de 80 1C/ 196 1C dependiendo de las posibilidades de almacenamiento con las que cuente el biobanco. A la temperatura del nitrógeno lı́quido a la presión atmosférica se detienen todas las reacciones bioquı́micas por lo que el único factor limitador del tiempo de almacenamiento es la radiación cósmica que puede afectar a la integridad del ADN/ARN. De acuerdo con González Alvaro et al4, se ha estimado que este tiempo oscila entre 5.000 y 10.000 años por lo que la congelación a 196 1C se considera definitiva. Crioconservación Los tejidos con células viables o las células viables que quieran almacenarse para un uso futuro necesitan crioconservarse. El objetivo de las técnicas de crioconservación es alargar el tiempo de almacenamiento reduciendo las demandas metabólicas de las células a bajas temperaturas sin que se pierda su viabilidad debido a la congelación y descongelación. Para la crioconservación se utilizan agentes crioprotectores como el dimetilsulfóxido (DMS) o el glicerol, un medio de cultivo equilibrado y un complemento proteico. La congelación se hace de forma controlada, disminuyendo la temperatura a una velocidad de 1 1C/min hasta alcanzar 80 1C. Los crioprotectores evitan la formación de cristales de hielo intracelulares durante la congelación y equilibran la presión osmótica y la concentración de agua intracelular y extracelular durante la congelación. Los tejidos crioconservados una vez congelados se almacenan a 80 1C en un congelador o a 196 1C en nitrógeno lı́quido. Recogida de los datos. Consentimiento informado Hasta hace poco tiempo, la gran mayorı́a de las muestras que se almacenaban para investigación en los depósitos J.M. Sánchez-Romero, J.M. González-Buitrago hospitalarios se obtenı́an sin consentimiento informado. Porteri et al5 han realizado una propuesta de modelo de consentimiento informado para la recogida, el almacenamiento y la utilización de materiales biológicos con fines de investigación. De acuerdo con estos autores dos reglas principales gobiernan el modelo propuesto: 1. El consentimiento informado debe proporcionar a los donantes una información suficiente para tomar decisiones sobre los usos presentes y futuros de sus materiales biológicos. 2. Debe considerar los fines biológicos y genéticos especı́ficos de la investigación que se va a realizar. El donante será informado sobre la finalidad de su donación y se le responderá a las dudas que pueda plantear. Se le indicará con claridad que el objetivo de su donación es la investigación biomédica. El modelo de consentimiento informado (CI) cumplirá los requisitos establecidos en la Ley de Investigación Biomédica (LIB) y se establecerán los mecanismos necesarios para garantizar el cumplimiento de los derechos de autonomı́a de decisión y confidencialidad de los donantes, permitiendo a su vez el uso de las muestras no solo en proyectos de investigación propios del hospital, sino en proyectos de grupos extrahospitalarios, siempre que el proyecto que presenten esté en la misma lı́nea de investigación de esa enfermedad y sea aprobado por los comités cientı́ficos y éticos correspondientes. En el caso de los proyectos de investigación internacionales cabe la posibilidad de restringir el uso de las muestras a que en estos proyectos se incluya un grupo de investigación nacional, tal y como se contempla en la actualidad en las normas de cesión de muestras aplicadas por el Banco Nacional de ADN. Almacenamiento de los datos La Sociedad Americana de Genética Humana (ASHG)6 diferencia entre estudios retrospectivos y prospectivos. Los estudios de investigación retrospectiva emplean muestras existentes que fueron recogidas con un fin diferente al que se presenta en el proyecto de investigación que las solicita al biobanco en el que se encuentran almacenadas. En su mayor parte estas muestras retrospectivas proceden de las colecciones almacenadas en los bancos de tumores. Los estudios prospectivos son aquellos en los que la recogida de nuevas muestras es parte del diseño del estudio. Con independencia del estudio, la ASHG define cuatro tipos de identificación que pueden emplearse para almacenar las muestras: Anónimo. Materiales biológicos recogidos originalmente sin identificadores y que es imposible ligarlos con sus orı́genes. Anonimizado. Materiales biológicos identificados originalmente pero a los que se han borrado de forma irreversible todos los identificadores y es imposible ligarlos con sus orı́genes. Identificable. Materiales biológicos no identificados con fines de investigación pero que pueden ligarse a sus orı́genes mediante un código. La descodificación sólo puede hacerla el investigador u otro miembro del equipo. Biobancos, laboratorios clı́nicos e investigación biomédica Identificada. Materiales biológicos que llevan unido los identificadores, como el nombre, el número de paciente u otra localización a la que puede acceder el investigador. En nuestro paı́s y de acuerdo con la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD) y su Real Decreto de desarrollo (RD 1720/2007 de 21 de diciembre), los datos de salud son datos personales especialmente protegidos que requieren medidas de seguridad alta, tanto en los archivos informáticos como en los fı́sicos. Las muestras deben identificarse con un sistema de doble codificación y empleo de un tercer código cuando la muestra se distribuya a los investigadores. Únicamente el responsable del fichero de datos del biobanco podrı́a conocer la ligazón entre los códigos de las muestras. La identidad del donante queda oculta en todo momento a los investigadores e incluso al personal del biobanco. El biobanco debe contar, de manera ideal, con un sistema de accesos zonales controlados que impida el acceso a sus instalaciones a personas no autorizadas. Adicionalmente, con este sistema se posibilita el registro y seguimiento de las personas autorizadas que acceden al biobanco con el fin de garantizar, de la mejor manera posible, la confidencialidad y seguridad de las muestras y los datos asociados. Comité Cientı́fico Externo El biobanco debe adscribirse a un Comité Cientı́fico Externo (CCE) que puede ser el Comité Ético de Investigación Clı́nica (CEIC) del hospital. Además de cumplir el requisito de la LIB de evaluación por comités externos a la institución. Gestión de la calidad Los programas de gestión de la calidad tienen como objetivo inmediato que el producto satisfaga unos requerimientos dados, ası́ como garantizar que todos los procesos que se llevan a cabo en el biobanco queden documentados. El biobanco debe establecer un programa de gestión de la calidad de las muestras almacenadas. Este sistema debe cubrir todas las actividades del biobanco, entre ellas la manipulación de las muestras, la seguridad, el registro, el almacenamiento y la distribución de las muestras. Biobancos de tejidos para trasplante Dentro del conjunto de biobancos hay instalaciones dedicadas al almacenamiento de tejidos para trasplantes7. Los principales tejidos que se almacenan son: piel, hueso, válvulas cardı́acas, córneas, tejidos reproductores y tejidos hematopoyéticos. Estos tejidos para los trasplantes tienen dos orı́genes principales: los donantes vivos y los donantes fallecidos. La gran mayorı́a de los huesos, la piel y las válvulas cardı́acas que se utilizan para trasplante, ası́ como el tejido ocular, proceden de donantes fallecidos. A diferencia de la donación de órganos sólidos cuya extracción debe hacerse mientras se mantiene la circulación sanguı́nea, el tejido del donante fallecido puede obtenerse durante las horas posteriores al fallecimiento y hasta 24 h después si se 205 refrigera el cuerpo. Deben obtenerse muestras de sangre del donante si es posible antes del fallecimiento o si no posmortem para analizarse y detectar la posible infección por VIH, hepatitis B y C, sı́filis, en cuyo caso se rechazará el órgano o tejido. La piel suele obtenerse de las personas fallecidas y suele emplearse la de la espalda, las piernas o los brazos. Para ello, se desinfecta antes de recogerse y se introduce en medio de cultivo que contiene un antibiótico hasta que se utiliza o hasta que se congela. La piel puede almacenarse a 2–8 1C durante varios dı́as o crioconservarse y almacenarse durante varios años. El hueso se lava para eliminar la sangre, los elementos de la médula y otros tejidos y se introduce en soluciones de antibióticos. Se congelan a temperatura entre 60 1C y 150 1C. Las válvulas aórtica y pulmonar se obtienen a partir de los donantes de órganos fallecidos cuando el corazón no puede utilizarse para el trasplante debido a acontecimientos como una parada cardı́aca. Se obtienen por disección en el quirófano. Se crioconservan y almacenan en nitrógeno lı́quido. Las córneas se obtienen en medio estéril y se colocan en un medio de cultivo asimismo estéril. Las corneas se almacenan a 4 1C y deben trasplantarse en 48–72 h. Los tejidos reproductores (espermatozoides, embriones) se obtienen de los donantes, se crioconservan y se almacenan a 196 1C en nitrógeno lı́quido. Finalmente, las células progenitoras hematopoyéticas pueden obtenerse de la médula ósea, la sangre periférica o la sangre de cordón umbilical. Conclusiones Los biobancos son estructuras fundamentales para la investigación biomédica. La implantación en España de una red de biobancos hospitalarios integrada a su vez en una red europea de infraestructuras de esa categorı́a va a ser muy importante en el futuro para la realización de estudios a gran escala con un número elevado de muestras solo alcanzable con estas estructuras. Bibliografı́a 1. Godard B, Schmidtke J, Cassiman JJ, Aymé S. Data storage and DNA banking for biomedical research: informed consent, confidentiality, quality issues, return of benefits. A professional perspective. Eur J Hum Genet. 2003;11(Supp 2):S88–122. 2. 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Rev Lab Clin. 2010;3(4):206 Revista del Laboratorio Clínico www.elsevier.es/LabClin Nota de agradecimiento a los revisores de 2010 Relación de revisores que han participado durante el año 2010 en la valoración crı́tica de los artı́culos presentados a REVISTA DEL LABORATORIO CLÍNICO para su publicación: Elena Abarca Inmaculada Alarcón Torres Concepción Alonso Cerezo Montserrat Alsina Donadeu Marı́a Jesús Alsina Kirchner Luisa Álvarez Virtudes Álvarez Funes Francisco V. Álvarez Menéndez Cristina Amado Fernández Juan Antoja Ribó Manuel Arroyo Fernández Bernardino Barceló Eugenio Berlanga Escalera Pilar Bermejo Barrera Francisco Blanco Vaca Lluı́s Bonamusa Oliva Luis Borque Larrea Antonio Buño Soto Rafael Calafell Clar Marı́a Teresa Casamajó Dalmau Teresa Casas Pina Ernesto Casis Sáenz José Antonio Castilla Francisco J. Cepeda Piorno Maria del Patrocinio Chueca Rodrı́guez José Ángel Cocho de Juan Ma Ángeles Cuadrado Cenzual Aitor Delmiro Magdalena 1888-4008/$ - see front matter doi:10.1016/j.labcli.2010.11.001 José Manuel Egea Caparrós Margarita Esteban Salan Begoña Ezquieta Zubicaray Daniel Fatela Cantillo José Vicente Garcia Lario Miguel Garcia Montes Ana Garcı́a Raja Alba Cecilia Garzón González José Manuel Gasalla Herraiz Marı́a Luisa Gil del Castillo Rubén Gómez Rioja José Manuel González de Buitrago Montserrat González Estecha Sı́lvia Gra cia Garcı́a Marı́a Luisa Granada Ybern Celia Guardia Llobet Roser Güell Miró J. Manuel Hernández González José Marı́a Hernández Pérez Mercedes Ibarz Escuer Natividad López Andrés Carmen Mar Medina José Luis Marı́n Soria Franklim Marques Nuria Martı́n Casabona Marı́a Jesús Martı́nez de Osaba Madariaga Montserrat Mauri Dot Anna Merino Rafael Molina Porto Josefina Mora Brugués Ma del Mar Muñoz Pérez José Antonio Noguera Velasco Raluca Oancea Marı́a Dolores Ortega Anna Maria Padrós Fluvia Carme Perich Alsina Josep Piqueras Carrasco Aı́da Pitarch Velasco Belén Prieto Garcia Marta Pumarola Batlle Francisco Ramón Bauzá Carmen Ricós Aguila Manuel S Rodrı́guez Oliva Maria Angels Sala Sanjaume Isabel Sánchez Prieto Marı́a Desamparados Sarabia Meseguer Avelina Suárez Moya Elena Sulleiro Igual Pedro Luis Tornel Osorio Josep Torres Nicolau Isabel Tovar Zapata Jaume Trape Salvador Ventura Pedret Carme Villa Blasco Maria Dolors Xirau Vergés