Participación Ciudadana - contraloría del estado falcón

Anuncio
Discurso de Orden pronunciado por la Contralora
Provisional del Estado Falcón, Norka Andreina Ramírez
castro, con motivo del Sexto Aniversario de la Contraloría
de Sucre
En primer lugar, agradezco la generosidad que han tenido,
tanto el Concejo Municipal, como la Contraloría Municipal de
Sucre, de invitarme a compartir algunas reflexiones en el
marco del Sexto Aniversario que celebra la Contraloría
Municipal.
Propicia ocasión para recordar que nuestro país en estos
últimos años ha venido experimentando importantísimos
cambios en materia de Control Fiscal, resaltando la creación
del Sistema Nacional de Control Fiscal y, desde luego, el
rango constitucional que se le otorgó a las Contralorías
Municipales.
Nuestro marco jurídico refuerza y permite a las Contralorías
Municipales surgir como verdaderos órganos con autonomía
orgánica, funcional y administrativa.
Precisamente, esa autonomía orgánica y funcional es lo que
le otorga a los Contralores Municipales la facultad de dictar
las normas que sean necesarias para el funcionamiento de la
institución, entre ellas, todo lo referente a la estructura
organizativa de la misma, pudiendo el contralor (en este caso,
Contralora) como máxima autoridad, crear un departamento
para la Determinación de Responsabilidades Administrativas,
imposición de multas y formulación de reparos, o delegar
mediante resolución, tal facultad al funcionario que por su
capacidad y conocimiento en la materia considere
competente para ejercer tales atribuciones.
Todas estas competencias, características y atribuciones que
se les confiere a las Contralorías Municipales, sin lugar a
dudas, las erigen como órganos esencialmente técnicos, cuyo
funcionamiento debe regirse bajo expresos principios de
transparencia, eficiencia, apoliticismo, carácter técnico
en el ejercicio del control.
Las Contralorías Municipales tienen potestades de
investigación, potestades sancionatorias y resarcitorias. Si de
la investigación correspondiente de las actuaciones ordinarias
surgen indicios de irregularidades, se puede iniciar una
investigación que puede culminar en determinación de
responsabilidades administrativas; una multa, un reparo.
Además de las competencias señaladas, las Contralorías
Municipales, así como a los demás órganos de Control Fiscal,
están obligados a establecer nuevas fórmulas de Control
Ciudadano, mediante la promoción de mecanismos de control
en la gestión local, tomando en consideración la pertinencia,
suficiencia y contundencia de los sistemas de control y
Participación Ciudadana que deben preverse para garantizar
la transparencia de la gestión pública del municipio.
El impulso de la Contraloría Social, debe considerarse como
un aliado estratégico para las Contralorías Municipales a fin
de coadyuvar a través de la vigilancia por parte de la
comunidad sobre la adquisición de bienes, contratación de
servicios, obras, proyectos y programas.
Otros aspectos importantes que debemos tomar en cuenta en
nuestra labor diaria, son el protagonismo y la participación
ciudadana como factores claves para derrotar la impunidad y
prevenir con eficacia la corrupción, se requiere que seamos
oportunos en nuestras acciones, pero sobre todo servidores
públicos con un marcado perfil ético en el desempeño de las
funciones técnicas, con la finalidad de fortalecer nuestro
sistema de control, apoyados en nuestro órgano rector: la
Contraloría General de la República.
Como órgano de control fiscal, enmarcado en el Sistema
Nacional de Control Fiscal, tiene la misión de fomentar la
Participación Ciudadana como un instrumento eficaz de
control, facilitando al ciudadano los medios que le permitan
participar de manera directa y organizada, individual o
asociativa, en la actividad de control fiscal del municipio…
Es preciso promover la formación y educación del ciudadano,
a los fines de integrarlo en la delicada, necesaria, pero loable
función de controlar la correcta inversión de los dineros
públicos.
La Participación Ciudadana activa y decidida permitirá que los
proyectos a ser financiados con el presupuesto municipal,
sean llevados en forma coherente y en total correspondencia
con las verdaderas necesidades y problemáticas de las
comunidades.
En este contexto, más que nunca el ejercicio de la
participación ha de estar consciente y alerta de que para
transformar hay que cambiar el individualismo por lo
colectivo, lo competitivo por la solidaridad, el consumismo por
lo recreativo, la desesperanza por la esperanza, el miedo y el
terror por la fe, el desprestigio por la dignidad, la satanización
del otro por el reconocimiento del otro, y el odio por amor.
Es de considerar que la Participación Ciudadana y
Protagónica está basada en valores democráticos,
humanísticos con horizonte ético-político, en búsqueda de un
Estado de Derecho y de Justicia Social, para el respeto a la
vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la
responsabilidad social, los derechos humanos, el pluralismo,
la dignidad, el reconocimiento del otro como ser humano,
comprendiendo que el otro o la otra no es más que su propio
espejo, es un estado constante de proyección.
Por lo tanto, la Participación Ciudadana al ejercerse
responsablemente a través del ejercicio de la Contraloría
Social, jamás dirá algo de lo que no tenga prueba, dado que
está sujeta al Estado de Derecho; sus valores individuales
son sustituidos conscientemente por los valores del colectivo.
Debemos ejercer la Participación Ciudadana de forma crítica
y autocrítica, consciente de que se está rompiendo el
paradigma, cambiando un modelo de democracia
representativa por un modelo de democracia participativa
principalmente desde el ámbito cotidiano, dado que es en los
pequeños espacios donde se debe profundizar la democracia,
en los diferentes escenarios, como la familia, la comunidad, el
trabajo, entre otros.
Los riesgos que corren las personas que ejercen
responsablemente la Contraloría Social son de distinto tipo;
se pueden encontrar con fuertes cuestionamientos por parte
de las personas más cercanas, intentos de resquebrajar la
moral a través de chismes, calumnias e incertidumbres
dirigidas a dividir el grupo contralor y hasta incluso, pueden
llegar a ser víctimas de hostigamiento y persecución.
Por lo tanto, la Contraloría Social debe basarse en sólidos
principios éticos, actuar de forma transparente sin
anonimatos, realizar críticas lógicas, constructivas y
propositivas, no simplemente ser un crítico de oficio, y sobre
todo realizar actividades de manera constante, perseverante y
positiva.
La Contraloría Social ejercida de forma ética y humanista es
el ejercicio donde el pueblo participa y forma parte de los
asuntos públicos. Por lo tanto, al ejercer esta forma de
participación se debe estar consciente de los obstáculos y
resistencias a las que la ciudadanía se enfrenta.
Tenemos que proteger la denuncia, es un arma formidable
que tienen los sistemas democráticos contra la corrupción.
Debemos seguir trabajando de la mano con los Consejos
Comunales y otras formas de organización, entendiendo que
estos son órganos de participación y protagonismo del
pueblo, de articulación e integración entre las diversas
organizaciones comunitarias, grupos sociales y los
ciudadanos y ciudadanas que conforman y hacen vida en una
comunidad determinada, que de una u otra manera carecen
de conocimientos en materia de Contraloría Social y quien
mejor que un especialista en Control para orientarlos.
Nuestra constitución contempla claramente la Participación
Ciudadana en su artículo 62, el cual señala lo siguiente:
“Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de
participar libremente en los asuntos públicos, directamente o
por medio de sus representantes elegidos o elegidas.
La participación del pueblo en la formación, ejecución y
control de la gestión pública es el medio necesario para lograr
el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto
individual como colectivo.
Es obligación del Estado y deber de la sociedad, facilitar la
generación de las condiciones más favorables para su
práctica”.
Y más adelante en su artículo 70, nuestra Carta Magna
contempla los Medios de Participación Ciudadana, tales
como: “En lo político, la elección de cargos públicos, el
referendo, la consulta popular la revocatoria del mandato, la
iniciativa legislativa, constitucional y constituyente, el cabildo
abierto y la asamblea de ciudadanos y ciudadanas.
En lo social y económico; las instancias de atención
ciudadana, la autogestión, la cogestión, las cooperativas en
todas sus formas, incluyendo las de carácter financiero, las
cajas de ahorro, la empresa comunitaria y demás formas
asociativas guiadas por los valores de la mutua cooperación y
la solidaridad.
La descentralización y la participación, concibiéndolas como
fórmulas aptas para provocar los cambios esperados, o
cuando menos, generadoras de rutas que permitan explorar
la búsqueda de esos nuevos escenarios que se entienden
como requerimientos necesarios de cumplir para encontrar
salidas a las situaciones de insatisfacción y mejorar, en líneas
generales, las condiciones operativas del Estado y las
aspiraciones y cualidades cívicas de la población.
Nuestra Constitución recoge un conjunto de disposiciones
que, de alguna manera configuran principios básicos para la
Participación Ciudadana en el ordenamiento jurídico del
país, El hecho de estar incorporados estos principios como
normas alojadas en ese texto, aporta un efecto de indudable
importancia, pues se consagran, en la mayoría de los casos,
no como simples disposiciones programáticas, sino como
verdaderos derechos y deberes constitucionales, lo que los
coloca en la base misma de todo el sistema jurídico patrio,
adquiriendo así, el carácter de postulados o principios básicos
fundamentales y, en consecuencia, fuente de inspiración de
todo el sistema.
Somos una familia contralora y tenemos que fortalecerla
a través del Sistema Nacional del Control Fiscal; el
propósito es que en toda Venezuela tengamos un criterio
unificado del control.
Es propicia esta sesión para invitar a La Contraloría de Sucre
en sus primeros seis años, a que se siga fortaleciendo como
una institución técnica, fuerte, apolítica, para continuar
asumiendo el gran desafío de enfrentar los retos que surgen
cada día, siempre velando por la correcta y transparente
administración del Patrimonio Público Municipal, apoyada por
un Capital Humano motivado, capacitado y comprometido,
dentro de un esquema de valores de identidad, compromiso y
honestidad.
No se concibe un Estado moderno y democrático, si este
adolece de órganos de control fiscal externos. La existencia
de sólidos y eficaces órganos de control fiscal externos, es
una de las características del Estado moderno, y en buena
medida, la magnitud de su trabajo refleja la salud de cualquier
régimen constitucional.
Los órganos de control fiscal externos son, a diferencia de los
que realizan el control interno, aquellos que no forman parte
de la administración activa, ubicándose fuera de ella y sin que
exista ninguna especie de subordinación ó dependencia.
Para garantizar su independencia y buen funcionamiento, las
Contralorías de los Estados, de los Distritos, Distritos
Metropolitanos y de los Municipios, gozan de autonomía
orgánica, funcional y administrativa, fundamentándose
además por los principios que rigen el Sistema Nacional de
Control Fiscal, contemplado en el Artículo 25 de la Ley
Orgánica de la Contraloría General de la República y del
Sistema Nacional de Control Fiscal.
Esos principios son:
Capacidad financiera e independencia presupuestaria.
Apoliticismo partidista.
El carácter técnico de Control Fiscal.
La oportunidad en el ejercicio del control y en la presentación
de resultados.
La economía en el ejercicio del control fiscal.
La celeridad,
Y la participación ciudadana en la gestión contralora.
El modelo de control fiscal que crea la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela y descrito en las leyes
especiales que lo regulan, es participativo, porque junto a la
observancia de las normas y al cumplimiento del rigor de los
procedimientos fiscalizadores, está abierto a la intervención
de la comunidad organizada y en general de los ciudadanos
interesados en el manejo de los recursos públicos; está
fundamentado en valores éticos y principios técnicos, de los
propios del ámbito del control, como la objetividad, la
imparcialidad y el apoliticismo partidista.
Es independiente porque garantiza una razonable autonomía
funcional de los órganos de auditoría interna, que incluye la
estabilidad de sus titulares, quienes junto a los contralores
estadales y municipales deben seleccionarse por concurso.
Es universal, porque en su cobertura no hay excepciones y
todo lo que concierna al patrimonio público, desde la
concepción de los programas públicos, la aplicación de los
recursos y su directa administración, hasta los resultados que
se obtengan de su inversión, son de la incumbencia de los
organismos contralores, en la esfera de sus respectivas
competencias legales.
Es democrático, porque se fundamenta en los intereses
colectivos, atiende a ellos y debe acatamiento al
ordenamiento jurídico y a las instituciones, como uno de los
mecanismos para la salvaguarda y la estabilidad del Estado
democrático, social, de derecho y de justicia.
Es integral y complementario, porque agrupa en una relación
de interdependencia y funcionamiento coordinado el control
interno con el control externo.
Es normativo y sistémico, porque fue establecido por la
Constitución de la República como sistema nacional de
control fiscal, desarrollado en la ley especial que lo regula y
sujeto a la rectoría normativa y operativa de la Contraloría
General de la República.
Es transparente, porque se ejerce manteniendo la claridad y
la transparencia en cada uno de sus procesos.
Es además preventivo y correctivo, porque todos sus actos
están dirigidos a promover la eficacia, la probidad y la
legalidad de la actuación gubernamental en la gestión de los
recursos fiscales; pero también es punitivo, porque cuenta
con mecanismos para combatir la impunidad y aplicar con
firmeza y severidad las sanciones ejemplares, disuasivas y
reparatorias, siempre con apego al respeto del derecho a la
defensa y al debido proceso, legalmente establecidos.
En resumen, este es nuestro modelo de control fiscal, que no
se quede en un simple marco teórico porque tenemos que
estar convencidos de que en el contexto de ese sistema de
control fiscal estamos construyendo la Contraloría que el
pueblo desea y necesita, independientemente del ámbito
territorial al que se haga referencia, nacional, regional y/o
municipal. Por ello es necesario mantener el carácter técnico
y el profesionalismo en sus actuaciones para el desarrollo y
consolidación del sistema.
Recordemos, que la Contraloría es el instrumento técnico de
los ciudadanos, en su derecho a fiscalizar el manejo de la
Hacienda Pública.
Su carácter técnico consiste en que sus actuaciones y
decisiones se enmarcan en un contexto jurídico, financiero y
contable sobre base científica, que incluye observaciones,
recomendaciones
o
la
imposición
de
sanciones
administrativas, cuando eventualmente en el ejercicio de sus
funciones de control se detecten actos, hechos u omisiones
contrarios a una disposición legal o sublegal, se haya
causado daño al patrimonio público o la procedencia de
acciones fiscales.
Señores, una reflexión final….
El cambio social comienza en cada uno de nosotros cuando
actuamos con honestidad y responsabilidad, respeto y
conciencia hacia nosotros mismos y hacia los demás en todo
momento.
Abandonemos la tendencia hacia la mediocridad, la
irresponsabilidad, la impuntualidad, la corrupción, el
ventajismo, el incumplimiento, la mentira, la justificación de
nuestras faltas, la deslealtad, la crítica y el juicio a la ligera y
así….podremos merecernos una mejor condición de vida y
por consiguiente una nueva República.
Desde la Contraloría General de la República y la Contraloría
del Estado Falcón, queremos seguir trabajando de manera
armónica, articulada, mancomunando los esfuerzos, siempre
de la mano de la comunidad en sus diversas formas de
organización.
“Contralores somos todos”
Felicitaciones a la Contraloría del Municipio
Sucre
Descargar