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Preservar la Burriquita
con maestros de cultura popular
TyF/ Manuel Abrizo. Págs. 2-3
Fernando del Paso, entre la literatura y el humor
Discurso al recibir el Premio Cervantes en España. Págs. 4-6
Entre terremotos y golpes blandos
T/ Luis Navarrete Orta. Pág. 7
Domingo 24 de Abril de 2016 .Žs!×Os#ARACAS
2
La Patria Buena | Nº 279 s$OMINGODE!BRILDE
Suplemento dominical del
2EPRESENTACIONESDEESTADOSACUDIERONALDÏCIMOENCUENTRONACIONAL
Burras y burriquitas
deleitaron a San Casimiro
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QUIENSEENCARGARÓADEENSE×ARYMANTENERVIVAS
LASTRADICIONESVENEZOLANAS
T/ Manuel Abrizo
F/ Cortesía
U
na nutrida representación de burras y burriquitas provenientes de unos 14 estados
participó en el vistoso desfile
por las calles de San Casimiro con motivo del décimo encuentro nacional celebrado el
pasado sábado 15 de abril en
este poblado del sur del estado Aragua. Elpidio Boullón,
organizador de la festividad,
estimó que más de 100 cultores
se hicieron presentes en esta
cita anual que reúne a quienes
a lo largo y ancho de Venezuela mantienen vivo el baile de
la burriquita con todo su componente de humor, jocosidad,
creatividad e imaginación.
El colorido desfile, animado
por bandas musicales de la lo-
calidad, arrancó en horas de
la tarde desde la plaza Bolívar,
luego de la sesión solemne convocada por la cámara municipal
en la que se entregaron placas,
reconocimientos y se impuso
la orden la Burriquita de Oro
en reconocimiento a aquellos
cultores de dilatada trayectoria
que han enaltecido este género
folclórico venezolano.
Encabezando la bulliciosa
comparsa, detrás de la banda
show, iba Elpidio Boullón, montado sobre su burra, “La Embajadora”, seguido de los grupos
provenientes de los municipios
aragüeños, y luego los estados
invitados.
La orden Burriquita de Oro,
creada por el Consejo Legislativo del estado Aragua a
instancia de la Fundación
Cultural y Educativa Bernabé Boullón, le fue otorgada
en esta oportunidad a Delia
Milano, del estado Sucre; Magaly Loreto, de Apure; Edgar
Peña y Vicente Brando, del
estado Miranda; y Gribol Noguera, del municipio Linares
Alcántara, de Aragua; y post
mórtem a Lourdes Boullón,
nativa de San Casimiro e hija
de Elpidio Boullón. Lourdes
fue en vida una entusiasta y
tesonera aliada de su padre en
la tarea de organizar y mantener vivo este encuentro anual
de burros y burriquitas para
orgullo de San Casimiro y el
estado Aragua.
El profesor Alirio Nieves,
presentado como un hombre
de larga y meritoria trayectoria docente, maestro de varias
generaciones de sancasimireños, fue el orador de orden de
la sesión. Asistieron el alcalde
Carlos Granadillo Sierra; Alfredo Gualdrón, presidente de
la Cámara Municipal, acompañado del resto de los ediles;
Juan Carlos Luna, diputado
al Consejo Legislativo del estado Aragua y Guaiquirima
Castro, secretaria de cultura
de la gobernación del estado
Aragua.
El orador detalló en su discurso que el baile de la burriquita data de las costumbres
de algunos pueblos de España
que lo transculturizaron a Venezuela en la época de la conquista y colonización.
“…Y de ser un baile de vaquilla en España”, señaló, “ lo
convertimos en el bellísimo y
elegante baile de la burriquita, que si bien originalmente
comenzó a manifestarse en
la región oriental de nuestro
país pasó a transformarse
con el correr del tiempo en
una de las expresiones de cultura popular más difundida
en todo el ámbito nacional,
prueba de ello las nutridas y
numerosas creaciones de casi
todos los estados de nuestra
amada Venezuela”.
Más adelante el orador hizo
una sugerencia a las autoridades presentes, que fue recibida con aplausos por los
asistentes:
“Quisiera hacer un llamado a
las autoridades de Aragua para
hacer la propuesta de que sean
creados en los institutos educativos la figura del ‘maestro
de la cultura popular’, el cual
se ocuparía de incrementar a
través de estrategias pedagógicas la permanencia de todo
ese bagaje cultural que está a
punto de extinguirse como los
juegos tradicionales (trompo,
metras, gurrufíos, perinolas),
sumados a la organización de
actos culturales basados en
bailes como el Pájaro Guarandol, Los chimi chimitos, El
carite, El sebucán, El manare,
Los enanos y las muñecas, Las
calendas, La parranda de San
Pedro, La Burriquita, La Yora
y muchas otras manifestaciones autóctonas”.
INTERCAMBIO CULTURAL
Elpidio Boullón, a quien en San
Casimiro se le reconoce como el
alma de esta reunión de burriquitas, evento que ya se ha institucionalizado en todo el país,
señaló que este es el décimo
Encuentro Nacional de Burras
y Burriquitas de Venezuela.
Organixado por la Fundación
Cultural y Educativa Bernabé Boullón, la cual preside.
Bernabé Boullón, su padre, fue
un músico de grato recuerdo en
San Casimiro.
Don Elpidio reconoce el respaldo generoso que le brindan
tanto la alcaldía del municipio
San Casimiro y su cámara municipal como la gobernación
aragüeña a través de la secretaría de Cultura, el Consejo Legislativo regional, el Ministerio
de la Cultura y el de Turismo.
“Nuestro encuentro”, expresó, “se caracteriza por tener
Nº 279 s$OMINGODE!BRILDE|La
varios objetivos, uno de ellos
es el intercambio cultural entre pueblos hermanos, que casi
lo logramos a la perfección ya
que a nosotros nos visitan todos los años 14 o 15 estados con
un promedio de un poco más
de 100 burriquitas a nivel nacional. Hacemos el trabajo en
función de nuestra cultura popular ya que también uno de
los objetivos, aparte del intercambio cultural entre pueblos
hermanos, es la promoción y
difusión de nuestras tradiciones. Otro de los objetivos es
fortalecer la actividad turística de la región y, por supuesto, siempre hemos hecho un
trabajo interesante en función
de la patria, la cultura, desde
este pueblito anclado entre valles y montañas , llamado San
Casimiro al sur de nuestro
estado Aragua. Desde aquí,
desde este humilde pueblo,
para el mundo, hacemos un
encuentro nacional de burros
y burriquitas de Venezuela”.
El primer encuentro de burriquitas, recuerda don Elpidio, se
organizó en 1995 junto a Berna
María Capote, quien para entonces era directora de la casa
de la cultura. Luego se produjo
un receso hasta 2007, cuando
retomaron la iniciativa.
Con sus burras y burriquitas
vienen bailadores de Margarita, Anzoátegui, Vargas, Carabobo, Trujillo, Yaracuy, Apure, Mérida, Táchira, Distrito
Capital, Sucre, Delta Amacuro
y Cojedes, con cultores de San
Carlos y Tinaquillo.
De su propia carrera como
cultor y bailador cuenta que comenzó por accidente.
“Una vez que se hizo un trabajo cultural con un grupo de
jóvenes, yo salí a bailar burra y
Patria"UENA
Suplemento dominical del
,OSCUATRO
ELEMENTOS
me quedé con la manifestación.
Eso fue el 18 de diciembre de
1967. Este año cumplo 49 años
bailando burra, y en 2017 tendré, Dios mediante, con el favor
de Dios, mis bodas de plata, 50
años bailando burriquita por
Venezuela”.
AL QUE VISTE DE MARRÓN
Don Elpidio se reconoce como
el sucesor de Manuel Tovar,
un bailador de burriquita muy
jocoso que tenía un estilo muy
particular .
“Era una de esas burriquitas
pueblerinas que no tenían colectivo, ni técnicas, como ahora que se dictan talleres; antes
no era así. Manuel Tovar tenía
su burriquita y se iba a la plaza
Bolívar en las fiestas patronales de San Casimiro. También
en los Carnavales. Buscaba
las maneras de echarse un
traguito, con la burra se metía
en un bar de este pueblo, hoy
queda uno solo, a bailar la burra y con un jocosidad poética
le lanzaba versos a las perso-
nas para que le brindaran un
traguito de caña.
–¿Recuerda algún verso?
–Yo lo conocí siendo un muchacho. El veía a una persona
con una camisa color marrón
y le decía: “Esa persona que
veo/ que se viste de marrón/
le voy a dar un beso/ para que
me brinde un trago de ron”. Le
tiraba al público un pañuelo
rojo. La gente recogía el pañuelo y en la punta le amarraban una moneda. Ese era Manuel Tovar.
–¿Qué significa la burriquita para usted?
–Aparte de ser una manifestación cultural es un entretenimiento de los pueblos. Muchos
han tratado de hacer de la burriquita algo como más técnico,
yo pienso que cuando hablamos
de que es un entretenimiento
pasa a ser un baile libre. No es
una cofradía, como los Diablos
Danzantes. Yo lo digo, como es
un baile libre hay mucha creatividad en el cultor. Por ejemplo
la jocosidad, la indumentaria;
Elpidio Boullón refiere que cuando se introduce la burriquita
como tópico dentro del sistema
educativo venezolano se le describe como una combinación o
mezcla de teatro con danza. Sin
embargo, piensa que en ella se
conjugan otros elementos. Uno
de ellos es la artesanía porque,
se pregunta ¿quién hace la burra? El cultor que la elabora está
haciendo arte en ese momento.
“Esa burriquita una vez hecha
le damos vida con un personaje
central que es el bailador o la
bailadora. Luego le damos vida
con música y ahí tenemos otro
elemento. Cuando bailamos
sumamos otro elemento más .
Si utilizamos la mímica, la expresión corporal del bailados o
bailadora , estamos haciendo
hay unos que usan paltó, otro
una blusa. En mi caso yo uso
una blusa unicolor con adornos en las mangas, el cuello,
falda floreada, uso zarcillos, me
pongo collares, un sombrero
adornado con flores, alpargatas. Hay unos, por ponerte un
ejemplo, los bailadores del estado Mérida que usan una ruana.
Explica que en el llano usan
una burra con la cabeza más
grande que la de Aragua, sus
faldas son varios aros, usan mucho el estambre, y en la medida
en que van bailando van arrojando caramelos al público.
Las figuras se elaboran con diversos materiales: cartón, goma
espuma, semicuero, alambre.
“Yo fabrico una burra con
material de desecho. Todo lo
3
teatro mímico, por eso yo
digo que son cuatro elementos: la artesanía, la música,
la danza y el teatro”, asienta.
Considera que el baile de la
burra es un divertimento que
ejecuta un solo individuo , ya
sea hombre o mujer. Antiguamente la bailaban los hombres
únicamente. Hoy hay más mujeres que hombres bailando
burriquita..
“Hay pasos que uno improvisa, hay burras que tienen su
coreografía, hay agrupaciones
dancísticas con su coreografía
propia y esto es totalmente válido. En San Casimiro la burra
sale en carnaval, en las fiestas
patronales y en diciembre. Yo
salgo los 31 de diciembre a
despedir el año con mi burra.
Voy por las calles con una parranda familiar. Vamos tocando
puertas. La gente nos brinda un
traguito, una hallaca”, señala.
que no necesitamos podemos
darle un uso en la elaboración
de la burriquita”, dice.
Confiesa que para el acompañamiento musical se usa
mayormente la canción “La
Burra”, que interpreta Francisco Pacheco y su pueblo, aunque
ciertos cultores, incluyendo su
persona, ha compuesto canciones para acompañarse.
“Yo compuse una canción que
grabó el grupo Cuyagua. Se llama “La Burra de Elpidio”.
–¿Cómo dice la letra?
–Llegó la parranda/llegó el
parrandón/y baila la burra/ de
Elpidio Boullón/Ya se ve en los
rostros/las caras bonitas/la gente contenta/ con la burriquita
Caracas
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Parte de Literatura | Nº 279 s$OMINGODE!BRILDE
Suplemento dominical del
Fernando del Paso escribe por quienes
la muerte prematura les impidió expresarse
T/ Discurso al recibir el
Premio Cervantes en España
I/Loayza
F/ AFP
F
ernando del Paso, uno de
los mejores narradores
mexicanos del siglo XX,
recibió el Premio Cervantes –uno de los más prestigiosos
en lengua castellana– en el año
2015. En su discurso, proferido el
Día Internacional del Libro, el escritor que confiesa haberse debatido toda su vida entre su mano
derecha y su mano izquierda,
producto de la represión de sus
maestras católicas, comparte
brevemente sus primeras aproximaciones con la literatura.
Ante la mirada sorpresiva
e ingenua del niño Fernando,
apareció una biblioteca ajena
con libros en todas las lenguas y
géneros. Libros que en una corta temporada de visita a su tío
leyó con voracidad, aproximándose por vez primera a autores
de la talla de Tirso de Molina,
Lope de Vega, Góngora, Quevedo, Cervantes y otros.
No obstante confiesa que fue
la obra del poeta español Miguel
Hernández, quien “detonó” su
escritura, como él mismo lo expresa. Oficio que se sobrepuso incluso a todos los padecimientos y
procesos quirúrgicos a los que ha
sido sometido numerosas veces,
debido a una salud francamente
frágil y que se impuso como un
deber en nombre de los fallecidos,
a quienes la muerte temprana
arrebató su deseo de expresión.
Por otro lado, el escritor
mexicano aprovecha la ocasión
para advertir y denunciar públicamente las implicaciones de
la aprobación de una ley “opresora” que licencia a los cuerpos
policiales a apresar y a disparar en contra de cualquiera que
considere sospechoso obedeciendo a criterios autoritarios.
Del Paso avizora el nacimiento
de un Estado mexicano totalitario y lo anuncia sin vergüenza.
A continuación el discurso
íntegro del escritor ofrecido en
la ceremonia de la premiación.
“El amor en la literatura ha
perdido la fuerza de otros siglos”. Un digno merecedor del
Cervantes
Majestades, señor Presidente
del Gobierno, señor Ministro de
Educación, Cultura y Deporte,
señor Rector de la Universidad
de Alcalá, señora Presidenta de
la Comunidad de Madrid, señor
Alcalde de esta ciudad, autoridades estatales, autonómicas, locales y académicas, querida esposa e hijos, queridos parientes y
amigos que me acompañan, queridos todos, señoras y señores:
La del alba sería, cuando timbró el teléfono de mi casa y yo
pensé que si no era una tragedia
la que me iban a anunciar, sería
la mala obra de un rufián que
deseaba perturbar mis buenas
relaciones con Morfeo, o quizás
el mago Frestón. Pero no fue así,
por ventura: era mi hija Paulina
quien desde Los Cabos, Baja California, me anunciaba haberse
enterado que me habían otorgado este premio, lo cual cólmome
de dicha pese a que, desde ese
instante, las múltiples llamadas
telefónicas que recibí por parte
de amigos, parientes y periodistas, incluyendo los de España,
para ratificar la gran nueva, no
me dejaron volver a pegar el ojo.
Yo, ni tardo ni perezoso acometí
de inmediato la empresa de despertar a cuanto amigo y pariente tengo para informarles lo que
me habían comunicado.
En marzo del año pasado,
cuando tuve el honor de recibir
en la ciudad mexicana de Mérida
el Premio José Emilio Pacheco a
la Excelencia Literaria, hice un
discurso que causó cierto revuelo. Sé muy bien que esas palabras
despertaron una gran expectativa en lo que se refiere a las palabras que hoy pronuncio en España. Las cosas no han cambiado
en México sino para empeorar,
continúan los atracos, las extorsiones, los secuestros, las desapariciones, los feminicidios, la
discriminación, los abusos de
poder, la corrupción, la impunidad y el cinismo. Criticar a mi
país en un país extranjero me da
vergüenza. Pues bien, me trago
esa vergüenza y aprovecho este
foro internacional para denunciar a los cuatro vientos la aprobación en el Estado de México de
la bautizada Ley Atenco, una ley
opresora que habilita a la policía
a apresar e incluso a disparar en
manifestaciones y reuniones públicas a quienes atenten, según
su criterio, contra la seguridad,
el orden público, la integridad, la
vida y los bienes, tanto públicos
como de las personas. Subrayo:
es a criterio de la autoridad, no
necesariamente presente, que
se permite tal medida extrema.
Esto pareciera tan solo el principio de un estado totalitario que
no podemos permitir. No denunciarlo, eso sí que me daría aún
más vergüenza.
Quizá debí haber comenzado
este discurso de otra forma y decirles que yo nací en el ámbito de
la lengua castellana el 1 de abril
de 1935 en la ciudad de México.
“Felicidades señora, es un niño”,
dicen que dijo el médico que estaba exhausto de maniobrar una
y otra vez con los fórceps, antes
de ponerme, no de patitas sino de
orejitas en el mundo y quien al
ver por primera vez mis entonces
diminutos órganos reproductores, coligió con gran perspicacia
que yo era un varón, rollizo no,
pero tampoco escuálido: yo no
quería nacer y a veces todavía
pienso que no quiero nacer.
Me cuentan que lloré un poco
y ¡Oh, maravilla! lloré en castellano: y es que desde hace 81
años y 22 días, cuando lloro,
lloro en castellano; cuando
me río, incluso a carcajadas, me río en castellano y
cuando bostezo, toso y estornudo, bostezo, toso y estornudo en castellano. Eso
no es todo: también hablo,
leo y escribo en castellano.
Pancho y Ramona, el Príncipe Valiente, Lorenzo y Pepita, Tarzán y Mandrake fueron mis primeros personajes
favoritos, y yo no podía esperar
a que mi padre despertara
para que me leyera las
historietas dominicales
a colores, de modo que
me di prisa en aprender
a leer en la preprimaria
en la que me inscribieron mis padres, dirigida
por dos señoritas que no
eran monjas pero sí muy
católicas y tan malandrines que me daban
con grandes bríos y denuedo reglazos en la mano
izquierda –yo soy zurdo–
cuando intentaba escribir
con ella, sin obtener su objetivo: no soy ambidextro, soy ambisiniestro. Más tarde mi mano
izquierda se dedicó a dibujar y
fue así como se vengó de la derecha. Pero aprendí a leer con
los dos ojos, y con los dos ojos y
entre los rugidos de los leones
me las vi con Don Quijote de La
Mancha. En efecto, un hermano
de mi padre que tenía una gran
biblioteca virgen –nadie la leía:
compraba los libros por metro–,
me invitó a pasar 15 días en su
casa, muy cercana al zoológico, desde donde se escuchaban
a distintas horas del día los estentóreos rugidos de los leones
y yo me dije: ¿leoncitos a mí? y
me zambullí en la literatura de
los clásicos castellanos: desde
entonces estoy familiarizado
con todos ellos: Tirso de Molina,
Lope de Vega, Garcilaso, Góngora, el Arcipreste de Hita, Quevedo, Baltasar Gracián y varios
otros. Fue allí también, en la
casa de mi tío, donde me enfrenté con Don Quijote en desigual y
descomunal batalla: él, las más
de las veces jinete en Rocinante
o a horcajadas en Clavileño y yo,
en miserable situación pedestre.
No obstante mi Señor y Sancho
Panza estaban ilustrados por
Gustave Doré y eso me sirvió de
báculo. Salí de su lectura muy
enriquecido y muy contento de
haber aprendido que la literatura y el humor podían hacer
buenas migas. De esto colegí
que también los discursos y el
humor podían llevarse.
De ahí continué leyendo, apasionado, a numerosos y muy buenos escritores españoles. Antonio
Montaña Nariño, un escritor colombiano ya fallecido, entró a la
agencia de publicidad donde yo
trabajaba y me presentó a su amigo, el hispano-mexicano José de
la Colina. Pronto ellos se transformaron en mis primeros mentores
literarios y me dieron a conocer a
Benito Pérez Galdós, Ramón Menéndez Pidal, Ramón Gómez de
Nº 279 s$OMINGODE!BRILDE|Parte
la Serna, Ramón María del Valle
Inclán, Antonio y Manuel Machado, Rafael Alberti y otros autores
que me hicieron enamorarme
profundamente de la lengua. En
aquel entonces yo me regocijaba
mucho leyendo a estilistas como
Gabriel Miró. Antonio y José me
dieron también a conocer a Joyce,
Faulkner, Dos Passos, Erskine
Caldwell, Julien Green, Marcel
Schwob y otros muchos grandes
autores de las literaturas anglosajona y francesa.
También desde luego a excelentes escritores españoles
como Rafael Sánchez Ferlosio,
Juan José Armas Marcelo, Juan
Marsé, los hermanos Goytisolo,
Fernando Savater, Camilo José
Cela, Javier Marías, Arturo Pérez- Reverte y a quién detonó
toda mi vocación literaria: el
poeta Miguel Hernández, autor
de El rayo que no cesa.
Recuerdo que hace algunos
años en una universidad francesa, cuando comencé a dar una
lista de los escritores que según
yo me habían influido, una persona del público señaló que yo
no había mencionado a ningún
escritor español y me dijo que
cómo era posible. Yo le contesté:
los españoles no me han influido,
a los españoles los traigo en la
sangre, y agregué a la enumeración aquellos latinoamericanos
que son parte de mis lecturas
más importantes y por lo tanto
de mi vida como Borges, Onetti, Carpentier, Lezama Lima,
Cortázar, Asturias, Vargas Llosa, García Márquez, Neruda,
Huidobro, Gallegos, Guimarães
Rosa y César Vallejo y entre los
mexicanos Juan Rulfo, Octavio
Paz, Carlos Fuentes, Mariano
de ,ITERATURA
Azuela, Martín Luis Guzmán,
sin olvidar a Fernández de Lizardi y a nuestra amada monja
Sor Juana Inés de la Cruz.
Los maravillosos sonetos de
Miguel Hernández me motivaron a escribir Sonetos de lo diario, publicados por Juan José
Arreola en Cuadernos del Unicornio en 1958. Pero en realidad
mi primera incursión en el mundo castellano tuvo lugar cuando
era yo muy peque: “Nano Papo
quiee cuca pan quiquía”, que mi
madre interpretaba fielmente:
“Nano Papo” era: “Fernando del
Paso”, “quiee cuca pan quiquía”
quería decir “quiere azúcar pan
y mantequilla”. Algunas tías
malhumoradas pronosticaron
que yo no iba a dar pie con bola
con el lenguaje. Se equivocaron
de palmo a palmo. Poco después,
al parecer insatisfecho con el
Suplemento dominical del
eufemismo familiar que se le
asignaba a los glúteos, los llamé
“las guinguingas” y pronto este
neologismo fue adoptado por
toda la familia. La publicación
de los Sonetos me sirvió para conocer a Arreola y a Juan Rulfo,
quien sabía todo lo que había que
saber sobre novela mexicana,
española, rusa, inglesa, italiana,
alemana, y, en fin, sobre novela
mundial. Comencé entonces a escribir José Trigo, un libro reflejo
de mi obsesión por el lenguaje,
mi fascinación por la mitología
náhuatl y que obedecía a tantos
otros propósitos, que lo transformaron casi en un despropósito.
Pero ahí está, tan campante, a
sus 50 años de edad: fue publicado en 1966. Seguí después con
Palinuro de México, una especie
de autobiografía inventada, una
recreación literaria de mi vida
como niño y adolescente, conjugada en varios tiempos verbales:
lo que fui, lo que yo creí que era,
lo que no fui, lo que hubiera sido,
lo que sería, etc. Y después vino
Noticias del Imperio, la novela
sobre los emperadores Maximiliano y Carlota en la que me propuse darle a la documentación
el papel de la tortuga y a la imaginación el de Aquiles. Desde
muy peque el melodrama de estos dos personajes, el saber que
habíamos tenido en México un
emperador austriaco de largas
barbas rubias al que fusilamos
en la ciudad de Querétaro y una
emperatriz belga que vivió, loca,
hasta 1927, cuando Lindbergh
cruzó el Atlántico en avión, me
había fascinado. Por supuesto,
en cuanto ganó Aquiles la novela quedó terminada. He escrito
también libros de poesía, libros
5
para niños y dos obras de teatro.
Una de ellas que he soñado que
algún día se represente o se lleve
a escena en este país: La muerte
se va a Granada, sobre el asesinato de Federico García Lorca.
Toda mi vida ha continuado la
riña entre mi mano izquierda y
mi mano derecha. Ninguna de
las dos ha triunfado y esto ha
significado para mí un conflicto
muy profundo. Sin embargo mi
mano derecha se ha impuesto, no
sé si soy escritor, pero sé que no
soy pintor, nunca he dejado de escribir para dibujar y siempre he
dejado de dibujar para escribir.
Sin embargo la lucha más prolongada que he sostenido en la
vida ha sido contra mi propia salud. Desde que era muy peque y
me operaron de algo que se llama
“adenoides” hasta el momento actual, en que supero las secuelas,
largas y dolorosas, de dos series
de infartos al cerebro de carácter
isquémico, he estado cuando menos 15 veces en el quirófano: por
una apendicitis, por dos hernias,
dos tumores benignos, un desgarre en el corazón, un stent en la
arteria femoral superficial de la
pierna derecha, otro en la arteria
coronaria izquierda, dos oclusiones intestinales y entre otras cosas dos operaciones de las que llaman “a corazón abierto”. Además
de recurrentes ataques de gota y
una fractura del tobillo derecho.
Tan mal he estado en los últimos
tiempos que cuando alguien me
vio me dijo: “Pero hombre, ¿así va
usted a ir a España?” y yo le contesté: “yo a España voy así sea en
camilla de propulsión a chorro o
en avión de ruedas”.
¿Dije antes que “todavía pienso que no quiero nacer”? ¡Pamplinas! Fue una bravuconada.
La vida ha sido bastante cuata
conmigo. Quise escribir y escribí. Nunca escribí para ganar
premios, pero ya ven ustedes,
aquí estoy. Quise casarme con
Socorro y me casé con ella.
Quisimos tener hijos y tuvimos
hijos. Quisimos tener nietos y tuvimos nietos. Y desde hace unos
dos años tenemos una bisnieta:
Cora Kate McDougal del Paso.
Espero que algún día sus padres
le recuerden que su bisabuelo le
deseó que ella agradezca haber
venido al mundo a compartir
la vida con todos nosotros, aunque no sé en qué lengua lo hará,
puesto que nació en la tierra de
James Joyce, Irlanda, y parece
destinada a vivir en ese país.
También desde aquí le mando
mil besos a nuestra otra casi
bisnieta, Ximena, a quien le digo
casi bisnieta porque es la nieta
de un casi nuestro hijo, Arturo.
Hay más, les voy a contar una
historia. Seré breve, es la misma
Continúa en la página siguiente
6
Parte de Petróleo | Nº 279 s$OMINGODE!BRILDE
Suplemento dominical del
historia que conté en la Caja de
las Letras: Hace mucho tiempo
el joven poeta mexicano tabasqueño, José Carlos Becerra, obtuvo una beca Guggenheim y
con ella se fue a Londres con el
propósito de comprar un automóvil con el cual recorrer toda
Europa. Una madrugada, camino a Bríndisi, en Italia, no se
sabe qué sucedió: tal vez se quedó dormido al volante, el caso es
que se desbarrancó y se mató. Yo
llegué también con mi beca Guggenheim a Londres pocos meses
después y me alojé en la casa del
mismo amigo mutuo, Alberto
Díaz Lastra, en donde él se ha-
bía alojado. Allí, José Carlos olvidó una camisa que yo heredé.
Desde entonces, cada vez que yo
sentía pereza de escribir, desánimo o escepticismo, me ponía la
camisa y comenzaba a trabajar.
Consideré que yo tenía un deber
hacia aquellos artistas, hombres
y mujeres, cuya muerte prematura les impidió decir lo que tenían
que decir. Por eso esa camisa tiene tanta importancia en mi vida.
Depositarla en la Caja de las Letras no significa que no vuelva
yo a escribir: la magnificencia e
importancia del Premio de Literatura Española Cervantes, me
obliga moralmente a hacerlo y
así lo haré: me pondré la camisa,
así sea metafóricamente, una y
otra vez, hasta que se acabe (no
la camisa sino mi vida).
Pero no vine aquí para contar
mi vida y mis obras, ni para comentar mis penas. Tampoco a
hablar de las guinguingas de nadie, ni siquiera de las de Don Quijote, aturdidas y compungidas
como debieron estar, tras tantas
tan tremendas tundas que le
propinaron durante su azarosa
profesión caballeril. Vine y estoy
aquí hoy, 23 de abril de 2016, en el
que se conmemora el aniversario número 400 de la muerte de
Miguel de Cervantes Saavedra,
discurso en ristre y con los colores de España en el pecho, muy
cerca del corazón, para agradecer: a sus majestades los Reyes de
España Felipe VI y doña Letizia,
por su muy generosa hospitalidad; por su hospitalidad también
a la ciudad de Alcalá de Henares,
a su Alcalde, y al Rector de esta
Universidad; al Ministerio de
Educación, Cultura y Deporte
así como al Instituto Cervantes;
al jurado del Premio Cervantes
por su decisión, riesgosa diría yo,
en la medida en que juzgó como
tal a mi literatura. Agradezco
también a mis amigos y familiares presentes, a oíslo Socorro y a
mis hijos: Fernando que descanse en paz, a Alejandro, Adriana
y Paulina el gran apoyo que me
han dado toda la vida. Socorro:
perdóname si alguna vez te hice
daño: te pido perdón en público.
Asimismo y profundamente a la
Providencia, a la casualidad o a
la causalidad el haberme hecho
súbdito de la lengua castellana,
a mi país México y a mis padres
por haberme dado este lenguaje
y sobre todo, gracias a ti, España,
mil gracias.
Por cierto, también sueño en
español
España
Nº 279 s$OMINGODE!BRILDE|Parte
de ,ENGUA
Suplemento dominical del
Correo de la palabra
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Entre terremotos y golpes blandos
I/ Vargas
E
n los últimos meses, en la
Patria Grande hemos estado viviendo situaciones,
para decir lo menos, bastante críticas. A las ya prolongadas crisis económica y, en particular, política, se agregan, –para
terminar de enturbiar el panorama– las catástrofes naturales.
Múltiples factores, entre los que
se cuentan –sin excluir los errores propios– el macroproyecto de
restauración imperial, atentan
contra la estabilidad democrática
y la paz de nuestras naciones.
Guerra económica, guerra
mediática y guerra sicológica
integran, entre nosotros, el condumio diario para el gran festín
restaurador. A eso se suma una
prolongada sequía que ha afectado severamente el suministro
eléctrico y que ha provocado
multitud de incendios en todo
el país, los cuales, a su vez, han
afectado seriamente la agricultura y la salud de la población. Y
para remate, con un devastador
terremoto grado 7,8 en Ecuador
y las inundaciones en Uruguay y
Chile, el banquete está servido.
Los vientos huracanados que
vienen del Norte ya echaron por
tierra el ensayo kichnerista e instalaron en la Casa Rosada un obsequioso socio de Wall Street. A
las primeras de cambio, el “magro” multimillonario, como un
huracán del Caribe –primera similitud con la violenta naturaleza– está derribando el andamiaje
de una democracia levantada
con el esfuerzo de multitudes.
Más cerca de nosotros, en el
coloso brasileño, los sismógrafos
acaban de indicar una sacudida
bastante brusca del piso político
de una luchadora social de larga
y honesta trayectoria. Un golpe
parlamentario –o golpe suave–
es como un fuerte temblor que
desquicia el equilibrio social y
político por el desplazamiento,
inducido, de una supuesta falla
tectónica. Léase traición de la
socialdemocracia que, en alevosa alianza con la derecha tradicional, decidió compartir con
los gringos la inmensa riqueza
carioca. Además, ya es tiempo de
liquidar ese contubernio comunistoide de Venezuela con casi
todo el resto de Latinoamérica.
La estrategia es clara: socavar
las bases de sustentación de gobiernos democráticos antiimperialistas es como mover placas
tectónicas para generar terremotos de variada intensidad.
Los temblores de hace años, que
solo fueron anuncios de futuros
sacudimientos, como el Caracazo, ahora son movimientos de alto
grado sísmico que quieren ser
instrumentalizados por una
casta de viejos políticos enmohecidos y, para colmo, ensoberbecidos por magras conquistas.
También en estos días han coincidido con la desestabilización
política intensas lluvias en casi
todo el continente. Cuando se
asocian a corrientes de aire, se
producen temporales, tempestades y hasta huracanes, vocablos
que también forman parte del
repertorio de la actividad sociopolítica. En sentido metafórico,
se habla de tempestad cuando se
trata de perturbaciones sociales.
El DRAE recoge la expresión
“levantar tempestades” con el
significado de “producir disturbios, desórdenes, movimientos
de indignación”. Aunque sea casual la coincidencia, no dejan de
ser interesantes las similitudes
lingüísticas entre fenómenos que
son autónomos. Cuando se habla
de sismos, generalmente se trata
de movimientos telúricos, pero
hay también sismos sociales y
políticos. Se juega peligrosamente a este tipo de sismos cuando hay sectores que promueven
programáticamente los conflictos para generar crispamiento,
zozobra, malestar, descontento
y hasta rabia. Ese es el caldo de
cultivo de los desalientos, los
desengaños y los arrepentimientos que culminan, a veces, en la
deslealtad y la deserción.
En eso lo acompañan muchos
medios de comunicación. Para
combatir esa tendencia hay que
denunciar la manipulación mediática y decir la verdad. Sobre
todo, no sobredimensionar o
descontextualizar los hechos.
Siempre recuerdo que, cuando
se comentaba un lío de pareja,
mi mamá decía: “El que no tiene
la razón siempre convierte un
vientecito en un ventarrón”
Caracas
7
8
Parte de Música | Nº 279 s$OMINGODE!BRILDE
Suplemento dominical del
¡Marianito…
0RINCIPALESTANGOSDESUAUTORÓA
Tango
Coautoría / Letra
Año
ó “Cuartito azul”
Mario Battistella
1939
qué querés que te diga!
ó “Tan solo tú”
Marvil
1940
ó “Muchachita porteña”
Alberto Vacarezza
1940
ó “En esta tarde gris”
José María Contursi
1941
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en medio del auge televisivo y
fueron mis maestros Tito Lusiardo y Virginia Luque, cuando
las películas que nos atosigaban
eran las mexicanas y las argentinas, imbuidas en el cine de oro
latinoamericano. Pasado el episodio de “Milonga sentimental”
me enfrento a “Taquito militar”,
una milonga con ribetes revolucionarios (eso lo supe después)
escrita por el personaje que hoy
ocupa nuestra atención. Primero porque compuso, aparte de
la citada canción, unas cuantas
que “el pibe” de La Vega no dejaba de silbar: “Uno”, “Esta tarde
gris” y “Adiós pampa mía”. “Suficiente, suficiente……” acotaría
el maestro Calcaño”; en segundo
término porque Mariano Alberto Martínez, más conocido por
su nombre artístico Mariano o
Marianito Mores, se despidió
de este mundo el pasado 13 abril
cuando solo le faltaban dos años
para celebrar su centenario.
ó “Gricel”
José María Contursi
1942
ó “Uno”
Enrique Santos Discépolo
1943
EL “TAQUITO” DEL TANGO
SINFÓNICO
ó “Yo tengo un pecado nuevo”
T/ Ángel Méndez
F/ Cortesía
¿U
n salsero al que
le gusta el tango?... Pues sí,
ese soy yo. Pasa
que cada quien es fruto de su
entorno, de lo que ha visto, de lo
que ha vivido y sentido. Los olores traen recuerdos y la música
presenta situaciones irreversibles; cuadros que se proyectan
en nuestro presente aunque
hayan pasado más de 50 años…
¡Y qué querés que te diga! ¡También soy gardeliano!
Lo del tango, así como lo de las
rancheras, me viene de chico,
cuando con Barbarita, a quien
mi hermano llamaba “Varón”,
le entraba al baile con el propio
“pibe” mientras ella limpiaba la
casa. La locación no era la calle
Corrientes, claro que no; se trataba de la calle Las Dos Rosas en La
Vega de mi infancia... De repente,
inspirada y atrevida, Barbarita soltaba la pulidora, se iba al
“picó” y colocaba aquella música
rápida. Me miraba, retadora, y yo
me iba al centro de la sala para
danzar con ella. La música rápida era una milonga compuesta
por Sebastián Piana en 1931, con
la cual se popularizó este género
gaucho por los lados del Sur, llamada “Milonga sentimental”…
“Milonga pa’ recordarte, Milonga sentimental. / Otros se quejan
llorando, yo canto pa’ no llorar. /
Tu amor se secó de golpe, nunca
dijiste por qué. / Yo me consuelo
pensando, que fue traición de mujer… / Varón, pa’ quererte mucho,
/ Varón, pa’ desearte el bien, / Varón, pa’ olvidar agravios porque
ya te perdoné. / Tal vez no lo sepas nunca, / tal vez no lo puedas
creer, / tal vez te provoque risa /
¡verme tirao a tus pies!”.
Y claro, aprendí a bailar tango a punta de televisión. Crecí
Mariano fue peronista y eso
nunca lo ocultó. Su talento, su
vena de compositor, lo llevaron
a ser admirado por el máximo
representante de “los descamisados”. Evita Perón confesó en
un almuerzo que en lo que a música se refería, su canción favorita era el tango “Uno. “Uno busca
lleno de esperanzas el camino
que los sueños prometieron a
sus ansias. / Sabe que la lucha
es cruel y es mucha, pero lucha
y se desangra por la fe que lo empecina. / Uno va arrastrándose
entre espinas, y en su afán de
dar su amor / sufre y se destroza, hasta entender, que uno se
ha quedao sin corazón…”.
El tango de Marianito era otra
cosa. Su música, unida a la de legendarios colegas y poetas como
Francisco Canaro, José María
Contursi o Enrique Santos Discépolo, íconos de este género,
trascendía cualquier sentimiento, por ello no debe sorprendernos que Perón le haya puesto el
ojo a nuestro personaje en su proyecto de llevar la música popular
a los grandes salones. “Taquito
militar”, elegida por votación popular como “La milonga del siglo
XX”, fue una pieza emblemática,
un “tango maldito” que representó el proyecto de construir un
puente entre la música popular y
la llamada música “culta”, lo que
ó “Cada vez que me recuerdes” José María Contursi
1944
ó “Cristal”
José María Contursi
1944
ó “Copas, amigos y besos”
Enrique Cadícamo
1944
ó “A quién le puede importar”
Enrique Cadícamo
1945
ó “Adiós pampa mía”
Canaro-Ivo Pelay
1945
ó “Sin palabras”
Enrique Santos Discépolo
1946
ó “Cafetín de Buenos Aires”
Enrique Santos Discépolo
1948
ó “Una lágrima tuya”
Homero Manzi
1949
ó “Tu piel de jazmín”
José María Contursi
1950
ó “El patio de la morocha”
Cátulo Castillo
1951
ó “Taquito militar”
Dante Gilardoni
1952
ó “La calesita”
Cátulo Castillo
1953
ó “El firulete”
Rodolfo Taboada
1953
ó “Fandango”
1953
Alberto Laureano Martínez
ó “Tanguera”
1953
1955
ó “Adiós”
Alberto Laureano Martínez
1957
ó “Luces de mi ciudad”
Luis Iturraste / Carlos Petit
1958
ó “Porque la quise tanto”
Rodolfo Taboada
1961
ó “Tan solo un loco amor”
Martín Darré
1962
ó “Frente al mar”
Rodolfo Taboada
1963
ó “Ahora te llaman Lulú”
Rodolfo Taboada
1964
ó “Oro y gris”
León Benarós
1966
ó “Sabor de adiós”
Silvio Soldán
1968
provocó una fuerte oposición entre los grupos conservadores. El
diario La Nación, por ejemplo,
cuestionó esta política peronista
llamándola “sarampión populista”. Julio Cortázar en su novela
El examen, publicada en 1950,
transmite el sentir opositor al señalar que “el Teatro Colón bajo
el peronismo no es sino la degradación de algo hermoso”.
“Taquito militar” fue el tema
que simbolizó aquel proyecto de
vinculación de “lo culto” con lo
popular. Fue calificado por Ricardo Horvath en su libro Esos
tangos malditos como tal por su
raigambre peronista, “que por
esa causa fueron discriminados,
censurados o silenciados”. El
tema fue estrenado en el Teatro
Colón y dedicado al ministro de
Guerra, general Franklin Lucero. Contaba Mores que durante
el peronismo se llegó a pensar
en crear otra orquesta sinfónica nacional para interpretar
música popular, cuyo director
iba a ser el mismo Marianito,
pero el derrocamiento de Perón
frustró aquellos planes de promoción de la música popular.
Hoy día el tango es Patrimonio
Musical de la Humanidad. Nunca han podido los conservadores, los retardatarios, frenar la
voz del pueblo. Marianito Mores
representaba esa masa informe,
siempre descontenta; por eso sus
canciones no morirán
Caracas
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