QUE REFORMA EL ARTÍCULO 329 DEL CÓDIGO PENAL

Anuncio
QUE REFORMA EL ARTÍCULO 329 DEL CÓDIGO PENAL FEDERAL, A CARGO DEL DIPUTADO
EFRAÍN MORALES SÁNCHEZ, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PRD
Honorable Asamblea:
El que suscribe, diputado Efraín Morales Sánchez, integrante del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución
Democrática, con fundamento en lo dispuesto en los artículos 71, fracción II, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, 55, fracción II, 56 y 62 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso
General de los Estados Unidos Mexicanos, someto a la consideración de esta honorable asamblea, la presente
iniciativa con proyecto de decreto que reforma el artículo 329 del Código Penal federal, al tenor de la siguiente
Exposición de Motivos
El tema del aborto trastoca diversos espacios sensibles de la vida individual y colectiva de una sociedad, ya que lo
moral, lo religioso, la libertad y la salud, son tan sólo algunas consideraciones, cuya mezcla o traslape hacen
complejo el diseño y puesta en marcha de una política legislativa idónea en la materia, que atienda realmente de
forma objetiva la situación problemática que se desea corregir, y que sea resultado de una seria reflexión sobre el
contenido necesario de la legislación, la cual sobreponga la razón, objetividad y cientificidad de los argumentos, a
los débiles fundamentos políticos e ideológicos.
Asunto de salud reproductiva, de justicia social, de derechos humanos, de libertades individuales de decisión,
etcétera, son marcos de referencia, a través de los cuales se ha analizado el aborto. Quienes están en contra de esa
práctica sobreponen el derecho de los no nacidos como un bien jurídico tutelado, mientras que los que están a favor
de ella, aluden a los derechos reproductivos y de libertad de las mujeres. Ambas posturas han desembocado en
grandes confusiones, contradicciones y confrontaciones respecto a la propia definición del problema público, y
respecto a la más viable alternativa de política legislativa para tratar de solucionarlo.
Tema tan controversial, ha implicado de entrada, la seria discrepancia respecto a la propia definición del término
aborto. Por un lado, la significación médica del aborto alude, generalmente, a la interrupción del embarazo antes de
que el producto sea viable. Ejemplo de ello, lo encontramos en The internacional diccionary of medicine &
biology, en el cual el término aborto refiere la expulsión del producto de la concepción antes de que el feto sea
viable, o la expulsión prematura del producto de la concepción por cualquier medio, antes de que el feto sea viable;
así también, en el Butterworth’s medical dictionary, aborto es la expulsión del feto antes de que sea viable; en el
Stedman’s medical dictionary, se define el aborto como la expulsión del embrión o feto del útero antes de la mitad
del segundo trimestre; en el Doriand’s illustrated medical dictionary, es la expulsión prematura del embrión o feto
no viable; y la Organización Mundial de la Salud1 define el aborto como la terminación del embarazo antes de que
el feto sea viable, es decir, capaz de vida independiente fuera del útero. La misma organización define el aborto
inducido como la terminación deliberada del embarazo antes de que el feto sea viable, y el aborto espontáneo como
la terminación espontánea del embarazo antes de que el feto sea viable. Lo que respecta al término médico de
viabilidad, por lo general, se considera a partir de los 180 días de gestación o sexto mes, cuando el feto ha
alcanzado un mínimo de 500 gramos de peso, y tiene posibilidades de sobrevivir extrauterinamente.
Por otro lado, y en desavenencia a esta postura de carácter médico, se encuentra la definición que ha construido y
establecido el legislador, para quien comúnmente el termino aborto hace referencia a la muerte del producto en
cualquier etapa del embarazo o preñez. Ejemplo de ello lo encontramos en el artículo 329 de nuestro Código Penal
federal, el cual estipula:
Artículo 329. Aborto es la muerte del producto de la concepción en cualquier momento de la preñez.
Así como en el nivel federal, la mayor parte de la legislación penal de los estados de la República Mexicana
coinciden en definir el aborto como la muerte del producto de la concepción en cualquier etapa de la preñez. Tal es
el caso de Aguascalientes, Baja California Sur, Baja California Norte, Campeche, Chihuahua, Coahuila, Colima,
Chiapas, Durango, estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Michoacán, Nayarit,
Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luís Potosí, Sonora, Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz,
Yucatán y Zacatecas.
La excepción a esta definición la encontramos en la legislación penal del estado de Querétaro, la cual define el
aborto a través del artículo 136 de su Código Penal, como la muerte del producto de la concepción hasta antes del
nacimiento; asimismo, en Puebla, el Código Penal, en su artículo 277 define el aborto como la expulsión del
producto de la preñez antes del tiempo en el que el feto puede vivir. Y finalmente, tenemos la definición del aborto
para el Distrito Federal, la cual de acuerdo a la reforma a su Código Penal publicada el 26 de abril de 2007 en la
Gaceta Oficial del Distrito Federal, en su artículo 144, define el aborto como la interrupción del embarazo después
de la duodécima semana de gestación.
Derivado de lo anterior, es de llamar la atención que el término aborto se encuentra establecido en la legislación
mexicana bajo diferentes connotaciones o definiciones, y en casi todas ellas no priva ni es de relevancia
significativa el criterio y significado médico del término.
En torno a este tema, como sabemos, existen diferentes posturas, casi siempre correlacionadas a sectores
específicos de la sociedad, y esa pluralidad de concepciones, que comúnmente deriva en importantes confusiones,
nos obliga de entrada, como parte del poder público al servicio de las demandas sociales, a definir adecuadamente
el asunto o problema público, en busca siempre de criterios objetivos, claros y científicos. Y una exigencia que,
precisamente, nos puede permitir llegar a una adecuada definición de los problemas públicos, y posteriormente
traducirla en normas que sean el punto de partida para la implementación de políticas públicas eficaces y eficientes,
requiere definir claramente los términos involucrados, como es el caso del término aborto.
Debemos estar conscientes que a partir de una definición establecida en el marco jurídico, las diversas instancias
gubernamentales estructuran, en gran medida, sus acciones y ponen en marcha su maquinaria institucional. Es por
ello, que lo que dicta el marco jurídico es la base de información para el tomador de decisiones. Por tanto, la
adecuada definición de los términos en la ley, así como su correcta y justa interpretación contribuye a construir
eficazmente la definición de los problemas públicos. Y en tanto no está definido adecuadamente un término en la
ley, se pasa por alto el principio de racionalidad lingüística de la norma, el cual refiere claridad, precisión y
objetividad de los preceptos legales, así como el principio de racionalidad jurídico-formal, el cual refiere
integralidad, congruencia y armonía entre las leyes.
Si aspiramos como país a tener una legislación avanzada en materia de aborto, considero que una forma sensata de
contribuir a objetivizar el gran debate en torno a una cuestión pública como lo es su penalización/despenalización,
es haciendo que prevalezca en la ley la certeza respecto a la definición del propio término, rescatando y resaltando
en todo momento su carácter médico, ya que independientemente de las polarizadas posturas en torno al término,
debe predominar la conciencia respecto a que, primero y antes que nada, es un asunto que compete a las ciencias de
la salud, y es a partir de este criterio que la legislación debe definirlo, aspecto que hasta nuestros días ha sido
omitido en la mayor parte de ella.
Definir en la ley el término aborto con un significado médico, sin duda, no resuelve el gran problema que encierra
el intenso debate sobre su práctica, sin embargo, puede contribuir determinante y significativamente a organizar y
racionalizar el curso de las acciones públicas, es decir, incidir de una mejor forma a la toma de decisiones
gubernamentales en pro del derecho a la salud de la población en general.
Por lo anteriormente expuesto y fundado, someto a la consideración de esta honorable asamblea, la siguiente
iniciativa con
Proyecto de Decreto por el que se reforma el artículo 329 del Código Penal Federal
Único. Se reforma el artículo 329 del Código Penal Federal, para quedar como sigue:
Código Penal federal
Título decimonoveno
Delitos Contra la Vida y la Integridad Corporal
Capítulo VI
Aborto
Artículo 329. Aborto es la interrupción del embarazo por la expulsión del embrión o feto, por cualquier vía,
antes de que éste sea viable, es decir, antes de que alcance las veinte semanas de gestación y los quinientos
gramos de peso.
Transitorios
Único. El presente decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
Nota:
1. Citado en la Carpeta Informativa Sobre el Aborto, elaborada por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública del la H. Cámara
de Diputados, abril de 2007.
Dado en el Palacio Legislativo de San Lázaro, a 22 de octubre de 2007.
Diputado Efraín Morales Sánchez (rúbrica)
Descargar