Concepto social de la discapacidad

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CONCEPTO SOCIAL DE LA DISCAPACIDAD
Diana Patricia Jiménez
Profesional de apoyo educativo
Corporación Síndrome de Down
OBJETIVO DE LA UNIDAD
Revisar la evolución del concepto de discapacidad, a través de las percepciones,
creencias y paradigmas de la sociedad hacia las personas con discapacidad y
comprender como éstas concepciones han influenciado las relaciones y las formas
de abordar a las personas con discapacidad tanto desde el ámbito general como
desde el ámbito educativo.
En la actualidad se percibe a las personas con discapacidad como sujetos de
derechos, reconociendo y garantizando la igualdad de oportunidades y la
participación en todas las áreas de la vida en comunidad (discapacidad como
cuestión de derechos humanos), lo cual implica un papel y responsabilidad
fundamental del entorno en valorar y responder a la diversidad de los seres
humanos.
COMO APORTA ESTA UNIDAD A LA EDUCACION INCLUSIVA?
La educación inclusiva solo puede ser posible, desde el respeto de los derechos
de las personas en condición de discapacidad, y de la convicción de que la
discapacidad es una condición resultante de la interacción entre una persona con
unas características particulares y una sociedad que tiene el deber de brindarle los
apoyos que requiere y de eliminar las barreras que limitan su participación y
aprendizaje. Esta unidad:
 Permite comprender que
el entorno
juega el rol fundamental en el
concepto de discapacidad, y que por ende el sistema educativo tiene una
responsabilidad inmensa en fortalecer su capacidad para responder a la
diversidad de los estudiantes.
 Señala cómo la calidad de vida de todos los estudiantes, su posibilidad de
desarrollar su proyecto de vida y su nivel de desarrollo, van a depender
directamente de la calidad de los apoyos, entendiendo por apoyo la
definición dada por Inclusión Internacional, como toda acción que fortalezca
la capacidad de la escuela para responder a las necesidades y
particularidades de todos los estudiantes.
Introducción
En la actualidad las personas con discapacidad se conciben como sujetos de
derechos; sin embargo, el cambio hacia este nuevo paradigma ha requerido de
muchos años y esfuerzos.
La historia de la discapacidad es una historia de marginación y discriminación de
los seres humanos, y esta visión ha marcado la forma de considerar y forjar no
solo las políticas sociales, sino los modelos de atención médica, de rehabilitación,
de educación; las representaciones sociales; y las actitudes hacia la discapacidad
que tiene el común de las personas no expertas en este tema.
Modelos para conceptualizar la discapacidad
Desde el análisis que realiza Palacios (2007) se puede consolidar tres modelos
globales que han influido en la forma de enfocar y responder a la discapacidad 1.
Modelo de la Prescindencia (no participación)
En éste se considera que las causas de la discapacidad son de origen religioso;
bajo esta concepción las PCD se asumen como innecesarias debido a que no
contribuyen a las necesidades de la sociedad, alojan mensajes demoniacos, son
castigos divinos, y que no merecen vivir. Con base en esta forma de “pensar” la
discapacidad la sociedad simplemente decide prescindir de las personas en esta
condición, por medio de políticas eugenésicas, asignándoles rótulos como
anormales y situándolas en espacios destinados para los pobres.
En este modelo hay dos paradigmas que son:
El eugenésico, el cual se sitúa en la antigüedad clásica. En las sociedades
antiguas como la griega y la romana, basándose
en motivos religiosos y políticos, se consideraba
no conveniente el crecimiento y desarrollo de las
personas con deficiencias. Las explicaciones
acerca de la discapacidad se asignaban a
eventos o cuestiones religiosas como castigo
hacia lo padres o como una advertencia del
poder de Di os; además se consideraba que las PCD no merecían vivir o que no
valía la pena que vivieran pues eran carga para la familia y para la sociedad, lo
cual originó practicas eugenésicas como el infanticidio (los espartanos arrojaban
desde la cima del monte Taigeto a niños con deficiencias o defectos).
El segundo paradigma es el de marginación; muchas de las características de este
paradigma han sido una contante histórica. Aquí se destaca como ejemplo el
tratamiento que las personas con discapacidad recibían durante la Edad Media, en
donde estaban insertas dentro del grupo de los pobres y de los marginados,
recibiendo tratos de discriminación y exclusión. También existían creencias frente
a que las causas se relacionaban con designios de Dios, y se concebía a la
deficiencia como una situación inmodificable que se
debía aceptar con resignación. Se pensaba que las
PCD debían ser excluidas debido a
considerarlas
como objetos de maleficios o de advertencias divinas,
o se les consideraba como objetos de compasión y
lástima, generando la demanda a la caridad, al
ejercicio de la mendicidad y a ser objeto de diversión
de otros.
Modelo Rehabilitador
El segundo modelo es el rehabilitador (Aguado, A., citado
por Palacios, 2007). Mediante los avances científicos i las
personas con discapacidad dejan de ser consideradas
inútiles
o
innecesarias
siempre
y
cuando
sean
rehabilitadas. El problema pasa a ser de la persona que
tiene limitaciones; por eso es importante rehabilitarla
psíquica, física o sensorialmente. Se puede situar esta
visión en inicios del siglo XX al finalizar la Primera Guerra
Mundial; las causas se relacionaban con la guerra y los
accidentes laborales. Aquí el mutilado era una persona a quien le faltaba un
órgano, un sentido o una función; por lo cual se concibió la discapacidad desde el
daño o el perjuicio, y comenzó a ser vista como una insuficiencia, una deficiencia
que necesitaba ser normalizada o erradicada. Esta concepción llevo a la creación
e implementación de políticas destinadas a garantizar servicios de rehabilitación,
de atención terapéutica y social, conectada a compensaciones por parte de la
sociedad mediante pensiones de invalidez, beneficios de rehabilitación y cuotas
laborales. Como el objetivo principal era el de “normalizar”, las acciones de
respuesta fueron la educación especial, beneficios en rehabilitación terapéutica y
vocacional, y servicios de asistencia o institucionalización. Es decir, las personas
con discapacidad eran objeto de beneficios de servicios sociales pues se
consideraba que no eran capaces de enfrentarse y desenvolverse adecuadamente
en la sociedad (problema individual).
Desde la visión jurídica, la respuesta se relacionó
con legislación asistencialista y de seguridad social,
i
Durante los siglos XIV y XVII – época científica- se dieron grandes avances en las ciencias y en las artes. Se comprendió
mejor el funcionamiento del comportamiento y el funcionamiento del cuerpo humano. Hacia el siglo XVI se crean
instituciones para el manejo de las personas ciegas y sordas.
o como aspectos del derecho civil relacionados con la incapacitación y la tutela.
(Palacios; p.p. 17).
Desafortunadamente durante este período en algunos lugares también se
manejaba una visión de confinamiento institucional. Un ejemplo claro de
institucionalización es el trabajo de Reiko Hayashi y Masako Okuhira 2 quienes
retoman la historia del abordaje de las PCD en el Japón, desde la Primera y
Segunda Guerras Mundiales, siendo estos episodios los que impulsaron el
desarrollo de medidas asistencialistas para mitigar las secuelas físicas en los
soldados involucrados en las guerras. Estas medidas asistencialistas, extendieron
la atención hacia las personas con diferentes discapacidades, mediante una
estrategia que consistía en sacar a las personas de su esfera familiar para recluirla
en instituciones que, en ciertos casos no
contaban con la idoneidad para favorecer el
buen desarrollo de la vida de las PCD; algunos
de estos lugares se convirtieron en un foco de
maltrato, exclusión, y abuso. Las personas con
discapacidad no podían ser visitadas por sus
familiares o a lo sumo tres veces durante un
año y las mujeres eran sometidas a métodos como la histerectomía para evitar o
prevenir embarazos.
Al aspecto positivo del enfoque rehabilitador con respecto al enfoque anterior, es
que considera que con los avances en la ciencia se podían mejorar las
condiciones de los seres humanos especialmente de las PCD. Se invirtieron
esfuerzos en el diseño y tratamiento para los “discapacitados”, pero se
conceptualizó que estas personas quedaban bajo la dependencia de los médicos,
educadores y cuidadores. La profesionalización y la medicación de la
discapacidad impulso la creación de instituciones y escuelas en diferentes países 3.
En las décadas de los 60´s y 70´s las personas con discapacidad inician procesos
de visibilización, en un primer momento, con el apoyo de la comunidad académica;
posteriormente
fueron
las
mismas
personas
con
discapacidad
quienes
promovieron las movilizaciones. Cabe resaltar la gran influencia del movimiento
Estadounidense de PCD y su modelo de “centros de vida independiente”; lo cual le
dio resignificación a lo que implicaba tener un proyecto de vida alejado de las
instituciones asistenciales, incluso del seno familiar 4.
Modelo Social
Es desde esta posición de vida independiente que se habla del tercer modelo, que
es el social; En este se consideran que las
causas que dan origen a la discapacidad son
sociales y que las PCD pueden aportar a las
necesidades de la sociedad en igual medida que
el resto de las personas, desde la valoración, el
respeto de su condición y el respeto de la
diferencia.
Es importante comprender que para llegar al modelo social se debe primero
retomar la visión desde la perspectiva ecológica en donde se empieza a
conceptualizar a la discapacidad como resultado de la interacción entre las
características de la persona y las respuestas que el medio da a éstas
características y condiciones. Esta nueva concepción –ecológica- de discapacidad
empieza a concebir el reconocimiento de los derechos humanos, la autonomía, la
integración, las capacidades y los apoyos, enfatizando en la interacción de las
PCD y el ambiente donde viven. Este planteamiento parte de una nueva cultura de
la discapacidad donde ésta es el resultado entre la interacción entre la persona y
el ambiente donde vive, y se apoya en la concepción de la propia capacidad del
individuo, en sus destrezas personales, en la posibilidad de desarrollar actividades
de manera independiente, a partir de los intereses y de las capacidades de
elección. A partir de esta nueva cultura el objetivo de todo proceso rehabilitador es
lograr la inclusión socialii más que la rehabilitación medico-funcional.
Esta
concepción ecológica de la discapacidad está constituida por cuatro componentes
entendidos como proceso, contexto, tiempo y persona. Dicha concepción plantea
que la PCD se ve influenciada por tres sistemas, cada uno de ellos relacionado
con los otros. El primero es el microsistema que hace referencia a las
características propias del individuo como la apariencia física, temperamento, tipo
de discapacidad; y su contexto cercano como familia, hogar y grupos de iguales
los cuales afectan al individuo de forma directa. El mesosistema comprende la
comunidad donde vive la persona y su familia y ésta afecta el funcionamiento del
microsistema; y el macrosistema refleja las influencias sociales, políticas y
culturales de la sociedad en general. Se observa que
una situación de discapacidad es un eje transversal en
cada sistema. El mesosistema también hace referencia
a la concepción integradora donde la sociedad debe
aceptar y trabajar con las PCD para garantizar
diferentes opciones dentro de la comunidad.
Desde el modelo social se vela por el respeto por la dignidad humana, la
igualdad y la libertad personal, garantizando la inclusión social, favoreciendo la
vida
independiente,
la
no
discriminación,
la
accesibilidad
universal,
la
normalización del entorno, entre otros. Bajo esta concepción la discapacidad es
una respuesta inadecuada de la sociedad, cuyas prácticas impiden los
desempeños y la participación de las personas con deficiencias 5.
El cambio
sustancial en este modelo es que las causas de la discapacidad no son
individuales sino que son preponderantemente sociales.
Los inicios de este modelo se ubican a mediados de los años setentas en Estados
Unidos e Inglaterra debido a que las propias personas con discapacidad tomaron
la iniciativa de buscar sus propios cambios políticos. Los movimientos de las PCD
ii
A partir de Céspedes G. La inclusión social se comprende como “meta del proceso de rehabilitación que incluye el
acceso a todos los servicios y recursos existentes en la comunidad, centrándose en las necesidades y deseos
individuales, llegando a un proceso de integración como vía hacia la normalización que es parte fundamental en el
desarrollo de la sociedad” (p.p. 2).
lucharon y condenaron su estatus de “ciudadanos de segunda clase”, y
reorientaron la atención hacia las consecuencias y el impacto de las barreras
sociales y ambientales que dis-capacitaban a las personas con deficiencias. Los
movimientos y la participación política de las PCD abrieron un nuevo frente en el
área de los derechos civiles y la legislación antidiscriminatoria.
El movimiento por los derechos de las PCD, en general, es simple y sencillamente
la sumatoria de todas las acciones que a través de los años construyen una
historia de retrocesos, avances y retos, pero que, sin embargo, no pueden
comprenderse sin el esfuerzo y la lucha de la sociedad civil (organizaciones de y
para personas con discapacidad, familia, etcétera). Así pues, la lucha por la
igualdad de las PCD ha sido un largo esfuerzo en el cual las organizaciones civiles
han expuesto sus planteamientos y propuestas6.
El modelo social busca la inclusión de las PCD a través de la igualdad de
oportunidades, realizando los cambios y tomado las medidas necesarias para
garantizar que dicho proceso sea una realidad y logrando la participación plena de
las PCD en la totalidad de las áreas de la vida en comunidad. Este cambio
requiere la introducción de cambios sociales y políticos, lo cual se constituye
desde un asunto o tema de derechos humanos. Es decir, las soluciones frente a
las desventajas de las PCD parten del respeto a los valores esenciales que son el
fundamento de los derechos humanos.
Gracias a esta forma de conceptualizar la discapacidad se han construido e
implementado diferentes formas de dar respuesta a las necesidades de las PCD
que se basan en los valores intrínsecos que
fundamentan
a
los
derechos
humanos.
Esto
contribuye a que se reconozca y se visibilice a las
PCD desde su condición de ser humano en igualdad
de derechos y dignidad, y que la condición que las
acompañan (la discapacidad) requiere de determinadas condiciones o medidas
especificas para garantizar el goce y el ejercicio de los derechos en igualdad de
condiciones que las demás personas sin discapacidad. Para ello, desde el
derecho se utilizan una serie de acciones como las medidas de acción positiva,
discriminación positiva, ajustes razonables, como el establecimiento de principios
que tienen repercusiones importantes sobre las políticas de discapacidad como
no-discriminación, vida independiente, accesibilidad universal, dialogo civil, diseño
para todos, transversabilidad de políticas en materia de discapacidad, entre otros.
Estos principios buscan un mismo objetivo: que las personas con discapacidad
puedan tener iguales oportunidades que el resto de personas en el diseño y
desarrollo de sus propios planes de vida. (Palacios, p.p. 23 – 24). Conjuntamente,
como afirma Amor Pan7, las PCD tienen la posibilidad de vivir a plenitud y en
plenitud de derechos, pero a pesar de este gran avance, aún algunas sociedades
tienen la falsa idea de que las personas con discapacidad especialmente con
discapacidad intelectual, no pueden alcanzar esta plenitud, por lo cual no asignan
recursos necesarios para el alcance de este objetivo; y enfatiza que en el fondo
son las actitudes las que a menudo obstaculizan el ejercicio de los derechos de las
PCD. No obstante en la actualidad la sociedad esta cambiando para considerar a
las PCD como sujetos políticos y de derechos.
Por medio de este modelo y de los avances legislativos se pretende que la
diferencia (la discapacidad) sea valorada como parte de la diversidad humana,
reconociendo que toda vida humana goza de igual valor en dignidad, que puede
tener la posibilidades de tomar las decisiones que le afecten en lo que se relaciona
a su desarrollo como sujeto moral, y que las PCD gozan del derecho a participar
plenamente en todas las actividades económicas, políticas, sociales y culturales,
del mismo modo que sus semejantes sin discapacidad. Es decir, se reclama una
igualdad inclusiva de la diferencia.
De igual forma que las anteriores concepciones han tenido gran incidencia en la
construcción de imaginarios, en la política, la cultura, y la economía, la han tenido
en la educación.
En la primera etapa, los chicos con discapacidad estaban totalmente excluidos de
toda alternativa educativa. Posteriormente aparece la educación especial que por
primera vez les hace visibles como estudiantes y como personas con capacidades
de aprender. La educación segregada surgió como respuesta a la idea de que las
escuelas mayoritarias eran incapaces de proporcionar niveles adecuados de
apoyos educativos a niños con “necesidades educativas especiales”. Los
partidarios de la educación segregada argumentan que ésta es más eficiente
porque posibilita la consolidación de espacios especiales, recursos, maestros y
equipos especializados. La educación especial ha sido apoyada especialmente
por las personas sordas y sus organizaciones bajo la argumentación de que esta
es la única forma de garantizar la continuidad de su cultura y de los sistemas de
comunicación no auditivos, respetando la identidad de las personas sordas lo cual
favorecerá la participación efectiva en la sociedad. Esta perspectiva ha causado
una división entre las organizaciones de personas con sordera y otras
organizaciones de personas con discapacidad, quienes afirman que los sistemas
de educación especial contribuyen en la segregación de las PCD y que esto debe
abolirse. También consideran que las instituciones “especializadas” obstaculizan
las posibilidades de los niños con discapacidad para hacer amistades con niños
sin discapacidad y en algunos casos todavía se tiene el imaginario de que la
educación especial da prioridad a la deficiencia y aparta lo educativo, recibiendo
menos aspectos educativos que sus pares sin discapacidad 8.
Desde el modelo rehabilitador surge la idea de “integración”, que busca
proporcionar al niño todos los apoyos requeridos para que pueda incorporarse a
un sistema educativo que permanece inmodificable. Si bien avanza hacia la
importancia y el derecho de los estudiantes con discapacidad de ser parte de la
educación formal, lo hace desde la perspectiva del esfuerzo individual, en donde el
cambio debe darse en el estudiante y no en la escuela. Este enfoque tiene gran
influencia del enfoque médico y
terapéutico. Hoy en día se cuestiona a este
enfoque el que sigue conceptuando que el problema está en la PCD y no
considera
aspectos relacionados con procesos sociales, políticos y de
organización que no dependen del individuo con discapacidad; igualmente se le
critica el riesgo de etiquetar a la persona con diagnósticos y de bajar con esto las
expectativas frente a su futuro desempeño; igualmente el que continúe
describiendo a los estudiantes no por sus capacidades sino por aquellas
condiciones que dificultaba u obstaculizaba su aprendizaje, fruto del predominio de
la perspectiva individualizada.
Bajo el modelo social surge la perspectiva de inclusión educativa, en la cual es
el entorno el que debe garantizar el acceso de todos los estudiantes al sistema
educativo formal, dando un paso significativo hacia el respeto y valoración de la
diversidad
y hacia la asignación de la responsabilidad de la participación y
aprendizaje de los estudiantes en condición de discapacidad al sistema educativo
y no al estudiante. La educación inclusiva va más allá de la inclusión educativa
pues plantea que no es suficiente que los estudiantes con discapacidad estén en
el sistema educativo, sino que el punto clave es la trasformación del sistema
educativo en su cultura, políticas y prácticas, para que pueda acoger a todas las
personas y garantizar el éxito en su participación y aprendizaje. (Blanco, 1999;
citado por Díaz y Fernández, 2004).
Es así como se ha avanzado desde la visión donde el niño con discapacidad
asistía a la escuela solo para relacionarse y socializar con su grupo etáreo a una
visión donde las escuelas adecuaban “aulas especializadas” donde los niños
tienen su propio currículo, su profesor y apoyos específicos, y donde solo
comparten con otros espacios culturales o de recreo, a una educación inclusiva
que enfatiza la participación y el aprendizaje activo de los niños con discapacidad
en todos los espacios y procesos educativos mediante curriculos, didácticas y
prácticas pedagógicas flexibles.
El reto ahora es hacer que la educación sea cada
vez más inclusiva trabajando conjuntamente para
lograrlo,
eliminando
nuestros
propios
límites
conceptuales, aprovechando nuestra capacidad para
diseñar un mundo diferente, abandonando la idea de un sistema escolar
homogéneo, permitiendo que cada estudiante avance en función de sus
necesidades y capacidades particulares y que el sistema pueda responder y
adaptarse a las necesidades de cada individuo a la mano de un profesorado que
valora y está preparado para atender la diversidad.
AUTOEVALUACION
A continuación podrá resolver unas preguntas sencillas relacionadas al tema
anterior “nuevo concepto de discapacidad” con las cuales usted pondrá en juego el
manejo y comprensión de este contenido. Procure responder sin devolverse al
texto.
1. Bajo que modelo se consideraba las personas con discapacidad como
innecesarios para la sociedad:
a. Modelo de la participación
b. Modelo eugenésico
c. Modelo de rehabilitación
2. Bajo el modelo de la marginación existían pensamientos sociales
relacionados con:
a. Misericordia, lastima y exclusión
b. Bendición desde la religión
c. Aceptación y apoyo social.
3. Si se consideraba a las PCD como seres incapaces de desenvolverse
adecuadamente en la sociedad, entonces requerían de:
a. Educación especial
b. Pensiones de invalidez
c. Servicios de rehabilitación, atención terapéutica, vocacional y social.
4. En las décadas de los 60´s y 70´s las personas con discapacidad inician
procesos de visibilización gracias a:
a. Modelos de centros de vida independiente
b. Proyectos de vida de las PCD
c. Cambios en la políticas focalizadas a las personas con discapacidad
5. Desde el modelo relacional la discapacidad se comprende como:
a. Las personas pueden aportar a la sociedad si reciben apoyo.
b. Valoración y respeto por la diferencia.
c. Como resultado de la interacción entre las características de la persona
y las respuestas que el medio da a éstas características y condiciones.
6. La concepción ecológica de la discapacidad involucra:
a. La autonomía y la independencia.
b. El reconocimiento de los derechos humanos, la autonomía, la
integración, las capacidades y los apoyos.
c. El cambio de la sociedad para eliminar la discapacidad gracias a la
rehabilitación medico-funcional.
7. Los sistemas dentro la concepción ecológica de la discapacidad son:
a. Proceso, contexto, tiempo y persona.
b. Características del individuo.
c. Características del individuo, de la comunidad y las influencias sociales,
políticas y culturales.
8. Es falso o verdadero:
El mesosistema hace referencia a la concepción integradora donde la sociedad
debe aceptar y trabajar con las PCD para garantizar diferentes opciones dentro de
la comunidad. __(F)__ __(V)__
9. Bajo el modelo social la discapacidad es:
a. Una respuesta inadecuada de la sociedad impidiendo los desempeños y
la participación de las personas con deficiencias.
b. Causa del individuo con deficiencia.
c. Una consecuencia de la baja participación política de las PCD.
10. Gracias a los cambios legislativos las PCD gozan de:
a. Igualdad y dignidad.
b. Derecho a participar en actividades económicas, políticas, sociales y
culturales al igual que personas sin discapacidad.
c. Toma de decisiones en relación con sus estados de salud.
De 8 a 10: Excelente. Tu visión ha cambiado entendiendo que la discapacidad es
un asunto de todos.
De 7 a 5: Bueno. Vas por buen camino, como miembros de la sociedad y de la
comunidad educativa podemos favorecer oportunidades de transformación hacia
la inclusión de las PCD:
Menos de 5: Aceptable. Recuerda: las concepciones de discapacidad han dejado
atrás visiones de eliminación, dependencia, exclusión y discriminación. Somos
docentes y como tal hacemos parte del cambio en los procesos de inclusión.
En educación:
11.
Hace poco tiempo la educación de las personas con discapacidad,
especialmente con discapacidad intelectual, era desde una visión de:
a. Entrenables pero no educables para procesos académicos.
b. No entrenables ni educables, por lo cual eran excluidos.
c. No existían respuestas educativas.
12. El origen de la educación segregada fue:
a. Consolidación
de
espacios,
recursos,
maestros
y
equipos
especializados.
b. Respuesta a la idea de que las escuelas mayoritarias eran incapaces de
proporcionar niveles adecuados de apoyos educativos.
c. Respeto por la identidad y las deficiencias de cada grupo de personas
con discapacidad.
13.La integración de las PCD involucra:
a. Cambio de los apoyos educativos.
b. Aspectos
relacionados
con
procesos
sociales,
políticos
y
de
organización.
c. Suministrar todos los apoyos necesarios para que el niño pueda
incorporarse a un sistema educativo que permanece inmodificable.
14. La inclusión educativa es:
a. Una visión desde la cual el entorno debe garantizar el acceso de todos
los estudiantes al sistema educativo formal, respetando la diversidad.
b. Responsabilidad de los docentes y directivas.
c. Un derecho.
15. La educación inclusiva es:
a. La garantía del acceso a la educación.
b. La trasformación del sistema educativo en su cultura, políticas y
prácticas, para garantizar el éxito en la participación y el aprendizaje.
c. La oportunidad de que la PCD se relacionen y socialicen con niños de
similar edad.
16.La educación inclusiva requiere de docentes que:
a. Trabajen conjuntamente.
b. Creen y diseñen oportunidades que permitan que cada estudiante
avance en función de sus necesidades y capacidades particulares.
c. Cambien el sistema pueda responder y adaptarse a las necesidades de
cada individuo valorando la diversidad.
Respuestas
5: Eres un docente que comprende la educación inclusiva y estas dispuesto a
transformar tus practicas educativas.
De 3 a 4: La verdadera inclusión requiere de cambios en nuestras acciones
diarias. Eres un actor importante en el proceso de transformación.
Menos de 3: Somos parte de cambio, la nueva concepción de discapacidad debe
permear todas las esferas de la sociedad. Empieza con un cambio positivo en ti.
1
REFERENCIAS
Palacios, A.; Bariffi, F. (2007). La discapacidad como una cuestión de derechos humanos.
Una aproximación a la convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad. Grupo Editorial Cinca, S.A. Madrid – España.
---------------- (2008). El modelo social de discapacidad: Orígenes, caracterización y
plasmación en la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad. Grupo Editorial Cinca, S.A. Madrid – España.
Hayashi, R.; Okuhira, M. El movimiento por los derechos en el ámbito de la discapacidad en
Japón. Pasado, presente y futuro. En: Barton, Len. (2008). Superar las barreras de la
discapacidad. Ediciones Morata. Primera Edición.
2
Moreno, M. Pistas para el diálogo entre salud pública y discapacidad: Hacia la comprensión
de la evolución del concepto de discapacidad. En: Cuadernos del Doctorado de Salud
Publica y Discapacidad No. 8. 2008. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá.
3
Jiménez, Mena, Meza, Monroy, Paz, Samaca & Sorsa. (2009). Las personas con
Discapacidad: Avances y retrocesos en Colombia. Algunas reflexiones. Teoría y Contexto de
la Discapacidad II. Maestría en Discapacidad e inclusión social. Bogotá: Universidad
Nacional de Colombia. Documento sin publicar.
4
Cuervo, C; Trujillo, A; y Pérez, L. (2008). Modelo Conceptual Colombiano de Discapacidad e
Inclusión Social. Maestría en Discapacidad e inclusión social. Cuadernos de trabajo 1.
Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
5
Documento: Las personas con Discapacidad: Avances y retrocesos en Colombia. Algunas
reflexiones. [Nota 4].
6
Amor Pan, J. R. (2007). Dignidad Humana y Discapacidad Intelectual. Artículo electrónico.
En: Revista Latinoamericana de Bioética. Volumen 8. Edición 13. Página 88 - 105. Julio –
diciembre 2007.
7
Barnes, C. Un chiste “malo”: ¿rehabilitar a las personas con discapacidad en una sociedad
que discapacita? En: Brogna, P. (2009). Visiones y Reflexiones de la Discapacidad. Fondeo
de Cultura Económica. México.
8
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