IB EXTENDED ESSAY

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IB EXTENDED ESSAY
Mujer y libertad: personajes femeninos
y sus actitudes en pugna en los relatos “Mujeres
de ojos grandes”de Angeles Mastretta.
Caria Valeria Valdizán Abuhadba
Código: D-I004-026
Colegio Hiram Bingham
Resumen
Título
Mujer y libertad: personajes femeninos y sus actitudes en pugna en los relatos "Mujeres
de ojos grandes" de Ángeles Mastretta.
Hipótesis
Pretendo demostrar que los personajes femeninos exhiben actitudes en pugna al tratar de
convivir en condiciones de igualdad con los hombres y, al pretender liberarse de los
parámetros sociales impuestos.
Introducción
La monografía aborda el comportamiento de los personajes femeninos y sus actitudes en
pugna en una sociedad dominada por el hombre y, cómo, en sus intentos por liberarse de
los parámetros impuestos, elaboran un nuevo tipo de mujer para rescatar su esencia.
Argumentación
Primera parte: Paradigma social entre opresores y oprimidos en México pre y post
revolucionario.
Presenta una reseña de la sociedad mexicana entre los años 1850 y
1940 y de los roles masculino y femenino en relación con la clase
social alta en que se desarrollan los relatos.
Segunda parte: Personajes femeninos: Imagen vs. Identidad
Se analizan los personajes femeninos en la tradición literaria y la visión
de la mujer y sus roles en la cultura popular, para luego contrastados
con los personajes creados por Mastretta.
Tercera parte: Resistencia pasiva y actitudes en pugna
Se desarrollan partiendo del análisis de los 37 relatos, las actitudes en
pugna que mantienen los personajes femeninos y se plantea una
interpretación.
Conclusión
Los personajes femeninos presentan actitudes en pugna pues están en búsqueda de su
identidad, lo cual trae consigo errores y disyuntivas. Todas quieren ser felices y convivir
en igualdad con el género masculino; para logrado adoptan conductas a veces
sorprendentes, otras irracionales y algunas de complacencia. Además, se llega a concluir
que la obra también representa el cuestionamiento y la presencia de la propia identidad de
la autora como mujer, madre, artista, intelectual y ser espiritual dentro de los parámetros
culturales latinoamericanos.
Bibliografía básica
Bibliografía de referencia
Número total de palabras del resumen: 300
Número total de palabras de la monografía: 3923
AGRADECIMIENTOS:
A mi madre por tener la sabiduría de
recomendarme tan extraordinario libro
como es "Mujeres de ojos grandes" y
ayudarme a ampliar mi visión de la
vida, y del género
femenino. También a mi supervisora, la
Miss Raquel Martínez, por enseñarme
a ser perseverante y llevarme a
explorar tan mágico mundo como el de
la literatura.
Finalmente, quiero agradecer a todas
las mujeres de ojos grandes de nuestro
continente,
y especialmente a Ángeles Mastretta
por sus fascinantes relatos que nos
permiten, a las mujeres lectoras,
explorar nuestro mundo interior hacia
una intensa búsqueda de la auténtica
identidad.
Introducción
"Mujeres de ojos grandes" consta de 37 relatos en los cuales Ángeles Mastretta
ha creado historias sobre mujeres que viven subyugadas ante una sociedad machista y
patriarcal como la mexicana entre los años 1850 y 1940. Sus personajes ven más allá de
lo que está predeterminado en su cultura, y todas cuestionan el sistema tomando
diferentes actitudes y posturas, muchas de las cuales entran en pugna con la sociedad y
la clase social a la que pertenecen.
El presente trabajo pretende demostrar que los personajes femeninos exhiben
actitudes en pugna al tratar de convivir en condiciones de igualdad con los hombres y, al
pretender liberarse de los parámetros sociales impuestos.
La primera parte presenta el marco histórico de la sociedad mexicana entre 1850
y 1940 y, la relación entre hombres y mujeres en dicho contexto.
La segunda parte contrasta los personajes femeninos de la tradición literaria
latinoamericana culta y popular con los personajes creados por la autora, para así
determinar las innovaciones y aportes literarios.
La tercera parte analiza los 37 relatos y plantea una interpretación de las
actitudes en pugna de los personajes femeninos creados por Mastretta.
Las actitudes en pugna manifestadas por los personajes femeninos son una
respuesta, una resistencia pasiva, en contra de la sociedad patriarcal y machista en la
que les ha tocado vivir y, también son un intento de liberarse de los parámetros
impuestos. Se trata de una incesante búsqueda de una personalidad propia, camino al
encuentro de su identidad.
6
A su vez, la monografía permite comprender actitudes y posturas que tomaron
mujeres de la época retratada en su intento desesperado por romper los parámetros y la
monotonía de su situación. En relación con la actualidad, reconocemos muchos rasgos
sociales y culturales que se mantienen; pues aún se cree que el hombre es el fuerte y
quién debe ejercer el poder y el protagonismo social, relegándose a la mujer al hogar y
la familia; o en el caso de haber dado pasos adelante en su conciencia social, política,
educativa y laboral. Se les exige mantenerse bajo las normas y estructuras dictadas por
la ideología machista.
7
Argumentación
PRIMERA PARTE
Paradigma social entre opresores y oprimidos en México pre y post
revolucionario
1.1. Panorama de la sociedad mexicana aristocrática
Entre mediados del siglo XIX y comienzos del XX, la sociedad mexicana se
desenvolvía bajo normas dictadas por el hombre. El matrimonio era esencial y, para
logrado, la mujer no tenía voz ni voto. Los padres resolvían el destino al margen del
deseo que las hijas manifestasen.
La familia constituía un pilar importante de la sociedad, en ese contexto, las mujeres
debían casarse jóvenes, antes de los 20 años, sino la sociedad conservadora, llena de
parámetros y prejuicios confundidos entre los dogmas cristianos, las estigmatizaba. La
Iglesia determinaba las normas de comportamiento, encasillando la libertad.
La castidad y la pureza se consideraban características esenciales que toda mujer
debía conservar antes de llegar al matrimonio y, el sexo era un tema tabú. El placer fue
considerado algo inaudito. Las familias más conservadoras enseñaban a las mujeres que
durante el acto sexual debían elevar plegarias, como sucede con la tía Leonor1:
"En el único trance difícil, ella había seguido el consejo de su
madre: cerrar los ojos y decir un avemaría. En realidad,
varios avemarías, porque a veces su inmoderado marido
podía tardar diez misterios del rosario en llegar a la serie
2
de quejas y soplidos con que culminaba el circo...”
1
Personaje del primer relato.
2
MASTRETTA, A. Muieres de ojos grandes Editorial Seix Barral: Bogotá (1999) P.8
9
Aunque la sociedad mexicana estaba convulsionada por movimientos revolucionarios3
los hechos históricos no cambiaron la realidad de la mujer.
Las mujeres no podían aspirar a recibir instrucción y, por lo tanto, su acceso al campo
laboral y al desarrollo social, político o económico era restringido. Hombres y mujeres
cumplían roles definidos. La mujer debía complacer al hombre, cuidar los hijos y ocuparse
de la cocina y del hogar; mientras que el hombre estaba destinado al sustento del hogar y, a
su vez, ejercía el poder en la sociedad.
1.2. La relación entre hombres y mujeres
La relación entre géneros en la sociedad mexicana a fines del siglo XIX y principios
del XX puede calificarse como de amo-esclavo, de dominante-dominado; puesto que la
mujer vivía subordinada al hombre y se le adjudicaban roles pasivos.
La mujer mexicana, y en general la latinoamericana, se encontraba en una posición
marginal, y aún el machismo prevalece indefectiblemente en nuestra cultura. Además, la
mujer es percibida como inferior, sin capacidad de juicio: siempre necesitada de un
hombre que la ampare, la consienta y restrinja.
Por esta apócrifa inhabilidad, los hombres trabajaban y alcanzaban los mejores puestos
en cualquier ámbito. Refiriéndonos a la obra, si la mujer pertenecía a una clase
3 Benito
Juárez era un liberalista radical con ansias de revolución social. Él enfrentó al clero revelándose
contra sus leyes represoras y promovió el cambio. Con su muerte, se instituyó la dictadura de Porfirio Díaz, quién
también era liberalista, pero apoyó el capitalismo complaciendo los intereses de la nueva burguesía industrial.
10
alta se consideraba marginal trabajar pues tenían acceso a puestos bizantinos y de mala
remuneración. Por esto, las mujeres dependían del marido haciéndolas débiles, con
pocas opciones según reflejan los relatos de Mastretta. Además lo que unía a una pareja
no era amor ni respeto, sino el simple logro de subsistencia.
En cuanto a la política, éste era un recinto inhibido al sexo femenino. Los "machos”4
eran los únicos con suficiente intelecto y agallas para involucrarse en cuestiones de
poder; pero, si las mujeres incursionaban en estos asuntos, la razón primaria siempre era
el amor. Se involucraban siguiendo a su pareja, aunque, más adelante podían
identificarse con una causa adquiriendo un compromiso personal.
En "Mujeres de ojos grandes", los personajes femeninos se encuentran
completamente al margen de la situación política de su país. En los tiempos que se
desarrollan las historias ocurrían sucesos muy importantes como la Revolución
Mexicana (1910-1920)5 y la Guerra Civil Española (1936-1939)6; sin embargo estos
acontecimientos se mencionan solo de manera superficial y aislada:
"Así estaban las cosas cuando en España estalló una
guerra. La célebre república española estaba en peligro,
y Alzina no pudo encontrar mejor motivo para
escaparse de la dicha que aquella desgracia llamándolo
a la guerra como un entretenimiento menos arduo
7
que el amor.”
4 Regionalismo
popular mexicano que se refiere al hombre y su poder.
nivel mundial, la Primera Guerra Mundial (1914-1919), La Revolución Rusa (1914-1945)
6 En el relato sobre la tía Charo, número tres, el sacerdote que aparece no es en realidad un religioso sino un
refugiado de la Guerra Civil Española. Asimismo en el relato de la tía Celia, número 25, citado en esta página, el
personaje de Diego Alzina rompe su relación amorosa poniendo como pretexto que iba a luchar en su patria, España,
porque había estallado una guerra.
7 MASTRETT A, A. Op. Cit P .118 ( Relato número XXV)
5 También, a
11
Por otro lado, restricciones éticas y morales se imponían a la mujer por las "leyes"
de los varones con justificación divina, basándose en las rígidas normas de la Iglesia. La
sumisión al orden establecido se lograba exigiéndoles sutilmente que renuncien a su
libertad y que permanezcan reprimidas; a esta realidad ya se había referido un
dramaturgo noruego, Henrik Ibsen en 1878:
"Una mujer no puede ser auténticamente ella misma en la
sociedad actual, que es una sociedad exclusivamente masculina,
con leyes escritas por los hombres, con fiscales y jueces que
condenan la conducta de la mujer desde el punto de vista
8
masculino.”
El hombre guiado por el machismo consideraba vergonzoso expresar
abiertamente su amor. Por ello lo encubría, transfiriéndolo en el inmenso amor que
demuestra hacia su hija y su madre; ambas son las únicas a quienes puede amar sin
justificarse. Además, otra característica machista, en cuanto al afecto, es la relación
entre amigos. La amistad llega a ser más fuerte que el amor por una mujer. Esto se
aprecia en los personajes Daniel Rodoreda y Armando Ruiz 9.
La relación entre mujeres y hombres no era equitativa; no tenían los mismos
derechos y oportunidades, al menos legalmente; por el contrario, era una situación
arbitraria, de posesión, donde la mujer subyugada10 es considerada ciudadana de
segunda categoría.
8
IBSEN, H. Casa de muñecas Alianza Editorial: Madrid (1998) P.11 (prólogo en el cual se cita el
discurso que pronunció Ibsen en Roma, con ocasión del estreno de su drama.)
9 Éstos personajes amaban a la misma mujer, la madre de Amanda Rodoreda; sin embargo Armando se va para
evitar herir a Daniel. Esta es otra manera en que los hombres transfieren sus sentimientos de amor hacia la mujer
porque podría considerarse debilidad en una sociedad machista.
10 Refiriéndonos a que pertenecía a su su padre y más adelante, cuando se casaba, al marido. Siempre estaba
destinada a depender.
12
SEGUNDA PARTE
Personajes femeninos: Imagen vs. Identidad
2.1. La mujer en la tradición literaria latinoamericana
Para abordar el problema del personaje femenino en el ámbito literario,
consideramos importante reconocer lo que es atribuido a cada sexo en la tradición,
según el código simbólico cultural que es base de la misma.
Este código manifiesta que lo masculino es sinónimo de actividad y conciencia, y
está relacionado con la imagen del cielo, el sol y el fuego11, mientras que lo femenino
indica pasividad e inconciencia, atribuyéndosele la imagen del agua, la luna y los
concernientes naturales de la tierra12.
Más aún, lo varonil representa lo valorado y lo femenino aquello que debe
reprimirse y censurarse. Los hombres en la literatura tradicional siempre son signo de
creación, transformación o destrucción; son heroicos y poseen fortaleza física, impulso
espiritual, la palabra y el saber. En cambio el personaje femenino representa lo
contrario: el no hacer y la inconciencia.
Conjuntamente, la mujer representa lo deseado, reprimido y temido. Siempre hay
dos clases de mujeres: la fatal, la hechicera y la que impulsa a la muerte, como lo
11 El cielo se relaciona con lo activo y con el espíritu, el sol simboliza la fuerza heroica, generosa,
creadora y regente y el fuego remarca su cualidad espiritual representando el elemento místico.
12 La tierra simboliza la pasividad, el agua representa la fertilidad y el flujo del inconsciente, y la luna está asociada
con el ciclo menstrual, y al relacionarse con la noche, indica lo maternal, lo oculto y lo indeliberado.
13
representa Circe; o su contraria: la buena, pura, que presenta inspiración artística o
intelecto, como Sofía13 En ocasiones simbolizan la justicia o la libertad, y más
comúnmente, la ciudad, la casa, la naturaleza o el vientre materno.
En la literatura producida por hombres, la mujer se convierte en un signo del orden
patriarcal. Su identidad es la maternidad, y simboliza el comienzo de la vida. Se
establece su rol de madre y esposa acarreando con las diferentes conductas que los
varones le atribuyen al sexo femenino. Por esta razón se encuentran dos estereotipos
marcados: la fatal y la virginal.
El personaje "virginal" muestra lo que debe ser, plasma los valores de la sociedad
patriarcal y burguesa, y ejemplifica modelos sociales a seguir. Este personaje es como la
Virgen María: pasivo, inocente y subordinado al sexo opuesto; presenta valores como la
pureza y la castidad y lleva a cabo los roles sociales impuestos: matrimonio y
maternidad14.
También existe su contraparte, lo que no debe ser, lo prohibido y sancionado. Este
personaje femenino está representado por las imágenes de pecadora, bruja y mujer fatal.
En el siglo XIX, personajes femeninos que irrumpieran en el erotismo se consideraban
abominables e inmorales y se les calificaba de aciagas y demoníacas, no sólo por su
participación activa en el ámbito sexual, sino también en su rol pasivo como tentación
13
Ambas, Sofía y Circe, son personajes mitológicos tradicionales en la cultura occidental.
Un buen ejemplo de este estereotipo sería el personaje protagónico de la novela "María" escrita por Jorge Isaacs en
1867 (fecha que coincide dentro del periodo de tiempo en que se ambienta "Mujeres de ojos grandes")
14
14
para el sexo opuesto.15 Más allá de lo ideológico, también la visión física de la mujer
cambiaba según fuera ella perteneciente a los dos diferentes estereotipos.16
En la literatura producida por hombres existen personajes femeninos que dan vuelta
a los estereotipos y trasgreden lo convencional; por ejemplo, el personaje de Marina
Baura17 que es calificada como marimacho18 pues conlleva negocios y manda sobre los
hombres o, como María19 que no sigue lo estipulado, siendo calificada de inaccesible,
misteriosa y manipuladora.
En general, los personajes femeninos creados por hombres no contienen las más
auténticas características femeninas, y es presumible que el varón la muestre sometida
pues le teme, ya que, culturalmente, subyace la idea de que es insaciable, y puede
entregarse a otros.
En cuanto a la literatura escrita por mujeres20, éstas repetían los modelos
tradicionales de la literatura masculina, dejando de lado aspectos de la feminidad.
Muchas escritoras por pudor expresaban la auténtica feminidad indirectamente. Además,
no trataban temas importantes como el parto, el aborto y la menstruación, pero si
15 Un buen ejemplo sería el personaje femenino Beatriz del libro "La gloria de don Ramiro" publicado por Enrique
Larreta en 1908.
16 La que representa lo que "debe ser" será descrita como ángel de manos blancas como el nácar, larga cabellera y
ojos claros y su imagen se reduce sólo al rostro; mientras que el personaje de lo que "no debe ser" presentará
características eróticas, como una boca tentadora, busto y caderas preponderantes: siempre enfatizando su cuerpo
(del cuello para abajo).Igualmente, las partes de su cuerpo se plasman de acuerdo a su clase social. El mostrar los
pies o los senos es para las mujeres de estratos más bajos, y cuando se cubren con sedas y pieles representan la clase
social alta.
Protagonista de la novela "Doña Bárbara" (1929) escrita por Rómulo Gallegos.
Marimacho se refiere a mitad mujer, mitad hombre. Se califica de esta manera a las mujeres poco
femeninas, con rasgos homosexuales.
19 Personaje femenino de la novela corta "El túnel" publicada por Ernesto Sábato en 1948.
20 Éste siempre ha sido un grupo minoritario.
17
18
15
abordan temas tradicionales como el padre, el esposo, la familia, la amistad entre
mujeres y la cocina.
En muchas de esas obras se reitera el rol doméstico y son marginadas de la vida
política, legal y económica. Escritoras más modernas han introducido el arte culinario,
el cuerpo, la ira y la violación sexual. Pero, no obstante, queda pendiente reflejar el
mundo interior femenino al igual que aspectos más propios y complejos de "ser"mujer.
2.2. La visión del personaje femenino y del rol de la mujer en la cultura popular
Así como hemos planteado el concepto de mujer en la sociedad mexicana dentro
de una clase social alta en que se desenvuelven los personajes de "Mujeres de ojos
grandes”21, y la visión de lo femenino desde el punto de vista de la literatura culta,
consideramos interesante revisar cómo es estereotipada por el folklore popular.
Existe la mujer rabiosa que destila hiel y es mentirosa. La dispendiosa que
presenta la idea chauvinista de que la mujer malgasta el dinero. La mujer liberada que es
criticada bajo el nombre de "mujer moderna" porque adopta roles masculinos como
trabajar o en el vestir exhibiendo partes de su cuerpo (senos o piernas) que no deberían
ser expuestas.
El folklore también expresa que la mujer debe llegar virgen al matrimonio y
critíca a aquellas que pasados los treinta o cuarenta siguen siendo vírgenes, y están
21
Desarrollado en la Primera Parte y, en el apartado 2.1.
16
condenadas a permanecer solteras para siempre. Sin embargo, dicen que las vírgenes
están siempre al acecho de hombres solteros.
También se halla la mujer-suegra que refleja gran carga machista. En la literatura
popular no existen suegras buenas, quizás suegros buenos sí. Las suegras son vistas
como algo insoportable, sin las cuales el mundo y el matrimonio serían mejor.
Sobre las monjas y beatas afirman que son falsas y no merecen la protección de
Dios. La mujer de buenas maneras se considera sinónimo de "casa sucia y puerta
barrida”22. Por otro lado, las mujeres son acusadas de habladoras, y de ser propensas a la
infidelidad; además, se afirma que enloquecen por los hombres.23
El prejuicio llega al extremo de señalar que las mujeres feas deberían morir, y
que la prostituta y la tonta deben ser tratadas con látigo. Más aún, la mujer "sexy" es fea
de cara pero "buena de cuerpo"; mientras que la viuda rica "llora por un ojo mientras
guiña por el otro", y la viuda fea es paciente y espera. Asimismo, se dice que es tan
ociosa la mujer que sólo trabaja espoleada por un hombre.
En el folklore popular también se muestra la idea machista de que la mujer es
inútil, y por lo tanto debe ser sometida por el hombre y, aunque se las considera
necesarias, se les resta valor, pues se afirma que abundan por doquier.
Esta expresión popular quiere decir guarda mucho las apariencias, pero no cuida su casa o su familia tan bien
como debería o aparenta ante el resto de la gente.
23 Otros refranes populares remarcan el prejuicio contra la mujer, por ejemplo la mujer de cabello largo tiene "poco
ceso", y la mujer celosa merece una paliza.
22
17
2.3. Los relatos de Ángeles Mastretta
Las mujeres que Mastretta retrata pertenecen a una clase social alta, pero también
recrean ciertos estereotipos de la literatura tradicional; sin embargo, llegan a revelarse
contra la sociedad a la que están sujetas "sacándole la vuelta" al sistema sin perder su
status24
Mastretta muestra cómo las mujeres eran relegadas25 sin colocarlas en segundo
plano, pues en "Mujeres de ojos grandes", las tías26 son los personajes centrales de sus
historias (Ver Anexos)27.
Ángeles Mastretta señala lo importante que era para las mujeres cumplir
convenciones sociales; y como se les privaba de su libertad y no se les permitía escoger su
camino. La religión regía sus vidas imponiéndoles castidad, pureza, y el matrimonio como
leyes importantes; no podían emanciparse del todo puesto que su deber era proyectar la
imagen exigida: madre, esposa y ama de casa perfecta.
Mastretta, quien nació en Puebla, México en 1949, plasma en sus personajes
aquello que ella rechaza de la sociedad que se desarrollaba en su país hasta poco antes de
su nacimiento, y de la cual quedan vestigios revelándose con su libertad creadora:
"...cuando invento un personaje también allí está lo que yo siento.”28
Se revelan contra el sistema patriarcal y machista.
Dentro de la época en que se desarrolla la obra, mediados y fines del siglo XIX y principios del XX. 26 En "Mujeres
de ojos grandes", Angeles Mastretta crea una narradora que une todos los relatos, la cual se refiere a todas las mujeres de
los 37 relatos como sus tías.
27 En los anexos se presenta un resumen de los 37 relatos.
28 LA VERY, lE. Entrevista a Ángeles Mastretta: La escritura como juego erótico v multiplicidad textual
Revista Anales de Literatura Hispanoamericana: Número 30 (2001) P. 315
24
25
18
Los personajes retratados en "Mujeres de ojos grandes" son considerados
representantes del "bello sexo”29; que sufren múltiples restricciones por ser mujeres 30.
Sin embargo, no son ordinarias, mantienen los ojos abiertos y dispuestos a ir "más allá":
"Son mujeres que a pesar de que no
rompen con su medio ni son drásticas ni
tienen tesis, porque hubieran sido falsas
con tesis feministas, son siempre capaces
de ver más allá de donde están paradas y
más allá de lo que ve su mundo, de
soportar incluso la adversidad por ser
capaces de ver más allá...”31
El mensaje que subyace es una búsqueda, más allá de la imagen, de la identidad;
y de alguna manera logran su libertad sexual y social y hasta rompen esquemas, aunque
no explícitamente. Llevan dentro de sí mismas la satisfacción de no ser una mujer más,
de ser diferente y haberse liberado.
Considerando el análisis desde el punto de vista de la creación del personaje
femenino en la literatura tradicional latinoamericana32 podemos afirmar que, Ángeles
Mastretta creó personajes con rasgos tradicionales pero que, a su vez, trasgreden normas
impuestas como es el caso de la tía Clemencia que se entregó a su novio y luego a otros
hombres, pero nunca contrajo matrimonio.
De la misma manera que lo eran todas las mujeres de México en el siglo XIX y comienzos del siglo XX.
Estas implicaciones son: no estudiar ni participar en la política; ocuparse de la casa y de cosas del ámbito
personal o privado.
31 LA VERY, JE. Artículo cit. P. 336
29
30
32
Esto está relacionado con lo explicado en el apartado 2.1.
19
Aunque la autora no ha desarrollado ciertos temas estrictamente femeninos como
la menstruación, el aborto, la violación; sí ha expuesto algunos como el parto
, el
33
maltrato físico y psicológico34, y la fisonomía corporal como en el primer relato cuando
describe Leonor:
"...su vientre planísimo. Tenía
una espalda pecosa y unas caderas
redondas y firmes.. .sus piernas
eran largas y doradas, el vello de
su pubis era un mechón rojizo
35
y altanero...”
A su vez ha reflejado ciertos estereotipos de la literatura tradicional; por ejemplo,
la idea de que el matrimonio es esencial, como sucede a Cristina, quien al llegar a los 21
años soltera, inventó un matrimonio ficticio para no ser mal vista; o que la mujer debía
ocuparse de las labores caseras y del esposo, aún reprimiendo sus sentimientos internos
como sucede con la tía Fernanda (Relato 6).
Pero, en uno de los relatos, la mujer rompe con el estereotipo lingüístico que se le
atribuye, pues no debía usar el lenguaje procaz36. El lenguaje es parte del poder, ya la
mujer se le restringe. Solamente la tía Laura logra romper con tal estereotipo
En cuanto a la visión de la mujer en la cultura folk1órica y popular 37, Mastretta
recrea algunas creencias como en el caso de tía Natalia que, por ser fea, debe descender
socialmente para poder conseguir un amor, y rescinde conviviendo con un pescador.
En el decimoquinto relato, se relata el parto de la tía Eugenia.
En el relato número nueve la tía Clemencia abandona su hogar pues era víctima de maltratos por parte de su
esposo.
35 MASTRETTA, A Ibid P. 7
36 Este código lingüístico era aceptado como exclusivamente masculino.
37 Este tema fue desarrollado en el apartado 2.2.
33
34
20
Además se ve reflejado en sus personajes la idea de que la mujer debe llegar virgen al
matrimonio, por ejemplo, en la tía Leonor.
También refleja la creencia popular de la mujer "liberada", como en el caso de la
tía Clemencia que frecuentaba muchos hombres, negándose a contraer matrimonio. Más
aún, plasma la creencia de que la mujer es infiel como en el caso de las tías Amalia
Ruiz, Leonor y Magdalena, quienes son infieles a sus maridos.
Por otro lado, presenta el estereotipo de la mujer que adopta roles masculinos
como lo hacen la tía Elvira Almada, quién tuvo un padre desafortunado en los negocios
y al morir, ella realiza sus planes haciendo grandes negocios y triunfando; y Concepción
Esparza, quien casada con un hombre inútil decide emanciparse administrando un exitoso
restaurante.
En conclusión, los personajes femeninos creados por Mastretta reflejan una
mezcla de estereotipos literarios creados por hombres con una base de cultura popular
machista, que se refleja también en su primera novela "Arráncame la vida" (1985).
21
TERCERA PARTE
Resistencia pasiva y actitudes en pugna
3.1. Las actitudes en pugna
Las 37 mujeres toman diferentes actitudes y reacciones en respuesta a lo que viven
en su sociedad. Estas actitudes, aunque en muchos casos bastante diferentes, son una
manera de desafío y combate ante la sociedad patriarcal y machista en que les tocó
desenvolverse.
Se pueden identificar ocho reacciones y actitudes distintas en las tías, aunque en
algunos casos un mismo personaje presenta más de una de ellas. La infidelidad es una
actitud en pugna; está presente en siete de las mujeres: Leonor, Magdalena, Rebeca,
Teresa, Natalia, Meli y la madre de Amanda Rodoreda.
La infidelidad se puede considerar como una rebelión contra el machismo. Es una
manera de buscar la igualdad. Pero, también estaría reflejando al resentimiento de la
mujer al no poder elegir libremente su pareja. Además, es una manera que ellas
encuentran de ser auténticas, pues no eligen a cualquier hombre como amante, sino a
uno que complemente o satisfaga sus carencias.
También, se halla "liberalidad" en dieciséis de ellas: Elena, Chila, Eloisa, Natalia Esparza,
Clemencia, Magdalena, Rebeca y su nieta, Laura, Celia, Teresa, Natalia, Inés, Elvira, Meli y
Concepción, pues, rompiendo esquemas, encuentran la forma de desenvolver sus sentimientos y
ser auténticas consigo mismas.
22
..
\
La subyugación está también presente en veinte de las tías: Leonor, Charo, Cristina,
Valeria, Isabel, Rosa, Paulina, Verónica, Rebeca, Laura, Mónica, Ofelia, Femanda,
Fátima, Carmen, Chila, Eugenia, Cecilia, Mari y Natalia, quienes son reprimidas y
oprimidas por convirtiéndose en víctimas del sistema.
La sumisión es una actitud adoptada por cinco de las tías: Valeria, Femanda,
Fátima, Mónica y Ofelia ya que no encuentran otra manera de conllevar el machismo al
que son condenadas. Otras seis tías caen en enfermedad, locura o depresión como
consecuencia de la constante presión y frustración que viven. Éstas son: Femanda,
Carmen, Teresa, Inés, Marcela y Daniela.
Se hallan, en menor proporción, tres diferentes actitudes en pugna: La ilusión
presente en la tía Jacinta; la avaricia encontrada en la anciana del relato número veinte y
la mentira expuesta por la tía Charo. Sin embargo, se trata se una reacción ante su
limitada vida llena de injustos parámetros.
23
Elegir a la escritora mexicana y su obra "Mujeres de ojos grandes" para realizar
la monografía me permitió descubrir la difícil y ardua labor que tuvieron las mujeres
latinoamericanas, con las cuales me siento identificada, hace un siglo, y hasta algunas
décadas cercanas, al tener que sobrellevar el machismo predominante en la sociedad y
todos los parámetros y limitaciones que esto significó en sus vidas. Al conocer estas
historias pude descubrir que la misma autora, al escribirlas, realiza la búsqueda de su
reafirmación personal y de género.
Cabe destacar, además, que a través de sus personajes, Mastretta intentaba expresar
sus propias carencias, anhelos y objeciones contra la sociedad en que le ha tocado vivir.
Por otro lado, analizando los relatos fue posible comprender que, al crear sus
historias la autora siguió tanto los estereotipos presentados por la tradición literaria culta,
creada principalmente por hombres, como los estereotipos de la cultura popular, también
instituidos por varones.
La escritora no puede "salirse" o "innovar" totalmente lo ya existente, ya sea a
nivel culto o a nivel folklórico. Por lo tanto, es posible que ella misma aún esté en
proceso de liberarse del sistema patriarcal en el plano de la escritura, pues el lenguaje
también es una institución donde el hombre ejerce poder. Mastretta intenta abrirse un
camino dentro de la literatura para encontrar una identidad, y para esto se vale de lo ya
creado por el sexo opuesto, sin dejar de presentar nuevas realidades.
Los personajes femeninos de sus relatos presentan actitudes en pugna, pues
representan mujeres que intentan romper con el sistema, acabar con la sumisión y, a
veces, no saben cómo hacerlo, pues como la autora, son mujeres que están construyendo
su identidad y en el camino imitan, se equivocan y toman diferentes posturas ante la
25
vida. En el intento de hallar una nueva mujer con una personalidad auténtica que les
permita aflorar todo su ser, lo cual no es una tarea fácil, en las condiciones machistas en
que deben desenvolverse, los "traspiés" abundan.
Por tales razones se hallan tantas actitudes contrapuestas, avances y retrocesos; y,
muchas veces más de una actitud contradictoria en la misma mujer, pero así es el camino
hacia la identidad y estas actitudes en pugna están, de alguna manera, justificadas.
Considero además que todas las mujeres quieren ser felices, todas quieren convivir sin
parámetros, en una sociedad equitativa y, que en la búsqueda hacia la ansiada libertad arrastran
al hombre y a la sociedad entera pues lograr tal equilibrio psicológico, exige al varón cambios
en su sentir y en su actuar.
Finalmente, quisiera expresar que uno de mis ideales mediante esta monografía fue
brindar un homenaje a Ángeles Mastretta por su eximio trabajo al retratar a las mujeres
y presentar una problemática social tan lamentable como es el machismo, que aún hoy
vivimos en nuestras sociedades latinoamericanas. Sus obras conforman un llamado a las
mujeres oprimidas para emprender la búsqueda de su identidad; búsqueda en la que
debemos "atravesar" la falsa imagen que nos han creado y "vemos" al otro lado del
espejo, sin temor.
26
Bibliografía Básica
DE CARVALHO-NETO, Paulo
Folklore de la mujer
oprimida. Cómo el sexismo v
el chauvinismo tradicionales
ven a la mujer brasileña.
Revista Folklore Americano.
Número 36 (Julio-diciembre,
1983)
GUERRA-CUNNINGHAM, Lucía
ENSAYOS. El personaje
literario femenino y otras
mutilaciones
Revista Hispanoamericana.
Año XV. Número 43 (Abril,
1986)
Gaithesburg, USA.
El macho vencido. La sátira
HOLZ, Kart
social en la novela
Arráncame la vida de
Ángeles Matretta Revista
Anuario de Letras:
Universidad Nacional
Autónoma de México.
Volumen XXXII (1994)
28
LA VERY, J.E.
Entrevista a Ángeles
Mastretta: La escritura como
juego erótico v multiplicidad
textual.
Revista Anales de Literatura
Hispanoamericana.
Número 30 (2001)
MASTRETTA, Ángeles
Mujeres de ojos grandes
Editorial Seix Barral
México, 2000
29
Bibliografía de
referencia
HERRAMIENTAS DE INTERNET
Angeles Matretta.La muier v su obra
http:// ensayo.rom.uga.edu/filosofos/
mexico/mastretta/introd.htm
Literatura y mujeres de Laura
Freixas
http://www.pangea.org/dona/2001/p
ublica/literaturaymujeres.htm
La novela Latinoamericana
http://www.monografias.com/trabajo
sl0/nola/nola.shtml
http://usuarios.lycos.es/DELIBROS/
valores.htm
http://www.nexos.com.mx/internos/s
aladelectura/letrasmexicanas/de_beer
2.asp
LIBRERIA LAROUSSE
Gran Larousse universal
Plaza y Janés S.A. Editores:
Barcelona, España (1979)
31
ILUSTRACIONES
Carátula:
Portada de "Mujeres de ojos grandes" de Ángeles
Mastretta, publicada por la Editorial Seix Barral (2000). La
ilustración es la pintura titulada "Dolores del Río" (1938)
del pintor mexicano Diego Rivera.
Introducción:
Foto en blanco y negro de un pueblo campesino de
México.
Argumentación:
Pintura titulada "Autorretrato con cama" (1937) de la
pintora Mexicana Frida Kahlo (1907 - 1954).
Conclusión
"Autorretrato dedicado a León Trotsky" (1937) de Frida Kalho.
Kalho le dedicó a León Trotsky ese trabajo. Ellos mantuvieron
un romance cuando él se encontraba exiliado por Stalin, en
México.
Bibliografía Básica:
Óleo sobre tela titulado "Vendedora de Flores" (1949) del
pintor Diego Rivera, quien fuera esposo de Frida Kahlo.
Bibliografía de referencia: "Retrato de Dolores Olmedo" (1955) pintado por Diego
Rivera.
Anexos:
"Retrato de Natasha Gellman" (1943), cuadro también de
Diego Rivera.
33
Resumen de la obra
El presente resumen presenta los 37 relatos, es decir, 37 historias de
mujeres, agrupados según el tipo de personajes que se encuentren en él; es decir,
están clasificados en los que rompen estereotipos y los que siguen el esquema
tradicional.
Entre los personajes que siguen el esquema tradicional encontramos catorce de las tías.
Tía Leonor (relato número uno) está casada con un notario, Alberto Palacios, por interés, y le
han enseñado a rezar mientras tiene relaciones sexuales. Más tarde, se reencuentra con Sergio,
su primo y primer amor, y se sugiere que viven un romance.
Tía Cristina Martínez (relato número cuatro) llega a los 21 años soltera y le urge
casarse, entonces crea una propuesta ficticia de matrimonio, viaja a España regresando
después de un año viuda y será bien vista por la sociedad. Tía Valeria (relato número
cinco) fue siempre fiel y decía amar a su marido, pero se liberaba de la insatisfacción
imaginando romances. Tía Fernanda (relato número seis) es abandonada; sufre, pero se
aferrará al rol de madre y ama de casa perfecta.
La tía Carmen (relato número siete) es engañada por su marido, y luego de un
dificil proceso, lo perdona. Tía Isabel (relato número ocho) pierde a su padre, sin
embargo sigue comunicándose con él después de muerto38. Tía Rosa (relato número
38 Este relato Ángeles Matretta parece más ligado al estilo real-maravilloso que caracterizó al "Boom"
de la Narrativa Latinoamericana; e incluso parece una referencia directa a los relatos de Gabriel García
Márquez o al mexicano Juan Rulfo.
34
diez) era cucufata
39
y criticaba e11ibera1ismo de su hermana, hasta que la comprende y acepta
su forma de ser.
Fátima (relato número dieciocho) tuvo un noviazgo de diez años con un
hacendado, José Limón, y cuando él muere, no volvió a amar. En el relato número veinte
se nos presentan dos mujeres, tía Cecilia y una viejecita avara que muere solitaria. Cecilia
se casó y un día llegó hasta su tienda de antigüedades una joven para venderle objetos
valiosos que había visto en casa de la difunta anciana. Esto le produce alegría pues la
joven heredera prefiere desprenderse de piezas "valiosas" para vivir feliz.
Tía Mónica (relato número veintiséis) estaba casada y era soñadora. Descargaba
toda su energía en la cocina y calmaba su ansiedad comiendo las galletas sin parar. La
tía Ofe1ia (relato número treinta) era sabia y nunca hablaba de sus infortunios,
mostrando siempre una sonrisa. Las gemelas Gómez (relato número treinta y uno)
estudiaron en un colegio de monjas, se casaron y tuvieron hijos hasta que Marce1a
murió de cáncer y Jacinta quedó a cargo de todo, lo cual la obligó a madurar.
Tía Daniela (relato número treinta y tres) era bella e inteligente; amó a un hombre
que la abandonó sumiéndola en depresión pues fue criada débil y supeditada, hasta que Elide,
una amiga, la ayudó a superar la decepción y valorarse. Finalmente, tía José Rivadeneira
(relato número treinta y seis) quien tuvo una hermosa hija de ojos muy grandes, refleja el rol
maternal.
39 Peruanismo que se aplica a las mujeres que están muy pegadas a las convenciones sociales y morales, y que
además siguen de cerca el dogma cristiano, pero en apariencia.
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Dentro de los otros 23 personajes que rompen el estereotipo, encontramos
mujeres con características feministas, y otras que sólo enfrentan las reglas machistas y
los esquemas sociales. Por supuesto, las feministas infringen las convenciones.
Se identifican rasgos feministas en seis de las mujeres en cuestión. La tía Chila
(relato número nueve), mujer que es maltratada por su marido, reacciona abandonando
su familia y emancipándose, sin embargo es víctima de la crítica social.
En el relato número trece se transmite una idea feminista acerca de los hombres,
pues también son dañados por la sociedad machista. Se aprecia el dolor en la pareja de
tía Mercedes cuando éste le cuenta su "primera vez”40. Tía Natalia Esparza (relato
número dieciséis) que se fue en busca del mar, su sueño; vivió con un pescador y volvió
más tarde a Puebla para convertirse en una pintora madura y famosa, aunque solitaria.
La tía Clemencia (relato número diecisiete) se entregó a su novio y nunca se
casó. Continuó con esa actitud por el resto de su vida, negándose a atar su libertad. Tía
Magdalena (relato número diecinueve) le fue infiel a su esposo, y éste al descubrirlo, no
hizo más que perdonarla. Este relato desarrolla la idea feminista de que la mujer
también puede explorar una nueva relación sin ser sancionada. Finalmente, la tía Amalia
Ruiz (Meli; relato número treinta y cuatro) tiene un amante y se adoran, pero cuando
éste le empieza a traer problemas, decide dejarlo porque la relación se volvería
convencional.
Las demás, 17, rompen con el sistema en que les tocó vivir. La tía Elena (relato
número dos) audaz y valiente, acompañó a su padre en la hazaña de recoger vinos de lo
que fue su hacienda antes de la revolución. Tía Charo (relato número tres) era chismosa
40 Este término se refiere a la primera experiencia sexual.
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e intenta descargar su conciencia confesándolo a un sacerdote, quién en realidad era un
refugiado de la Guerra Civil Española. ¿Qué es mas grave? ¿Mentir o hablar demasiado?
La tía Paulina (relato número once) se entrega a un músico, quien luego la deja, y,
aunque se casa con otro hombre, no lo olvida. Tía Eloisa (relato número doce) era atea, al
casarse nunca adoptará la Fe. Tía Verónica (relato número catorce), una ingenua adolescente,
rompe el sexto mandamiento y, sólo quedará tranquila su conciencia cuando la absuelve un cura.
Tía Eugenia (relato número quince), su marido y Georgina Dávila comparten una
relación de tres. Tía Mari (relato número veintiuno) murió y fue cremada; una de sus
amigas se llevó un poco de sus cenizas, este hecho sugiere una relación secreta o un
mundo alternativo. Rebeca Paz (relato número veintidós) tenía 103 años y vivía
agonizante; no se dejó morir hasta manifestar su deseo de ser enterrada lejos de su
esposo quien en vida, la hizo sufrir sobretodo cuando asesinó a su amante.
La tía Laura (veintitrés) era utilizada por su marido. En público la trataba como
una reina y en casa ni la miraba. Ella soportó la situación pero, en una reunión social,
reveló todo su odio vociferando e insultando como camionero. Martha y Pilar (relato
número veinticuatro) se re encontraron después de 12 años, complacidas con sus éxitos.
Pilar, una cantante famosa y Martha, exitosa cocinera, descubrieron que seguían siendo
auténticas a pesar de la fama y el dinero.
La tía Celia (relato número veinticinco) se entregó a Diego Alzina, quién la deja
para luchar en la Guerra Civil. Celia se casó con un pianista y más tarde, Alzina vuelve,
pero ella no lo perdonará. Tía Teresa (relato número veintisiete) tenía un amante y lo
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visitaba con frecuencia, pero cuando se despedían eran como extraños. Tal situación terminó por
enloquecerla.
Tía Natalia (relato número veintiocho) tenía un esposo perfecto, pero la
convivencia se hizo rutinaria y ella empezó a frecuentar un amante. Cuando descubre
que su marido también tenía un romance, continuó su relación. Inés Aguirre (relato
número veintinueve) se entregó a un desconocido, nunca lo pudo olvidar y enloqueció
como la tía Teresa.
Tía Elvira Almada (relato número treinta y dos) tuvo un padre desafortunado en
los negocios pero cuando muere, ella hizo en su honor grandes negocios y triunfó,
liberándose de su rol social tradicional. La madre de tía Amanda Rodoreda (relato
número treinta y cinco), en vida, amó a dos grandes amigos: Daniel Rodoreda y Antonio
Sánchez. Había dudas sobre la paternidad de Amanda, por esto, ella decidió casarse con
Antonio. Concepción Esparza (relato número treinta y siete) se casó un hombre inútil,
ella se emancipa y administra un exitoso restaurante y cría sola a sus hijos. Al llegarle la
muerte, se va molesta, pues estaba empezando a ser feliz, sin cargas ni ataduras,
dedicada a su pasión: pintar.
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