infección e infestación verrugas

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Infecciones_de_la_piel
Infecciones de la piel
Contenido
• 1 INFECCIÓN E INFESTACIÓN
• 2 VERRUGAS
♦ 2.1 Características morfológicas
♦ 2.2 Patogenia
• 3 MOLUSCO CONTAGIOSO
♦ 3.1 Morfología
• 4 IMPÉTIGO
♦ 4.1 Características morfológicas
• 5 INFECCIONES MICÓTICAS SUPERFICIALES
♦ 5.1 Morfología
• 6 PICADURAS E INFESTACIONES POR
ARTRÓPODOS
♦ 6.1 Morfología
• 7 REFERENCIAS
INFECCIÓN E INFESTACIÓN
Aunque la piel es un órgano de protección, sucumbe con frecuencia al ataque de microorganismos, parásitos e
insectos. Se cree que existe un posible papel de las bacterias en la patogenia del acné común, y las dermatosis
resultantes de infecciones víricas son demasiado numerosas como para mencionarlas en una lista. En el marco del
paciente inmunocomprometido, infecciones cutáneas por lo general triviales pueden poner en peligro la vida del
paciente.
Existes otros muchos trastornos, como herpes simple y herpes zóster, exantemas víricos e infecciones fúngicas
profundas, y reacciones inmunitarias de la piel causadas por agentes infecciosos tales como el eritema anular
denominado eritema crónico migratorio, un indicador de la enfermedad de Lyme que causan manifestaciones
clínicas en la piel pero que no se abordan en este apartado. A continuación se describen las infecciones más
comunes cuyas manifestaciones clínicas primarias se hallan en la piel.
VERRUGAS
Las verrugas son lesiones comunes de los niños y adolescentes, aunque pueden encontrarse en cualquier edad.
Están causadas por los papilomavirus humanos. La transmisión de la enfermedad suele implicar un contacto
directo entre individuos o la autoinoculación. Las verrugas suelen ser autolimitadas y regresan de modo
espontáneo en 6 meses a 2 años.
La clasificación de las verrugas se basa en gran medida en la morfología y localización clínicas. La verruga vulgar
es el tipo de verruga más común. Las lesiones de la verruga vulgar se dan en cualquier localización, pero lo más
frecuente es que se presenten en las manos, sobre todo en las superficies dorsales y áreas periungueales, donde
aparecen como pápulas de color gris-blanco a tostado, planas a convexas, de 0,1 a 1 cm de diámetro, con una
superficie rugosa a modo de guijarros. La verruga plana es común en la cara o en las superficies dorsales de las
manos. Las verrugas son pápulas ligeramente elevadas, planas, lisas de color tostado generalmente menores que la
verruga vulgar. La verruga plantar y la verruga palmarse dan en las plantas de los pies y en las palmas de las
manos, respectivamente. Las lesiones rugosas y escamosas pueden alcanzar un diámetro de 1 a 2 cm, confluir, y
ser confundidas con callos ordinarios. El condiloma acuminado (verruga venérea) se da en el pene, genitales
VERRUGAS
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femeninos, uretra, áreas perianales y recto. Las verrugas venéreas se presentan como masas blandas, tostadas,
parecidas a la coliflor, que en ocasiones alcanzan muchos centímetros de diámetro.
Características morfológicas
Las características histológicas comunes a las verrugas incluyen la hiperplasia epidérmica que con frecuencia
tiene un carácter ondulante (así denominada hiperplasia epidérmica verrucosa o papilomatosa; y vacuolización
citoplásmica (coilocitosis) que afecta de modo preferente a las capas epidérmicas superficiales, produciendo halos
de palidez rodeando los núcleos infectados. La microscopía electrónica de estas zonas revela numerosas partículas
víricas en el interior de los núcleos. Las células infectadas pueden demostrar también gránulos de queratohialina
prominentes y aparentemente condensados y agregados intracitoplásmicos eosinofílicos irregulares como
resultado de los efectos citopáticos víricos. Estas alteraciones celulares no son tan prominentes en los condilomas;
de aquí que su diagnóstico se base principalmente en la arquitectura papilar hiperplásica que contiene zonas
cuneiformes de coilocitosis.
Patogenia
Se reconoce en la actualidad que los tipos clínicamente diferentes de verrugas inmediatamente descritos son
consecuencia no solamente de sitios anatómicamente diferentes en los que se originan, sino también de los
distintos tipos de HPV. Se han identificado más de 150 tipos de papilomavirus, muchos de ellos capaces de
producir verrugas en humanos. Puede identificarse el virus por hibridación molecular y por la reacción en cadena
de la polimerasa (PCR). Por ejemplo, las verrugas anogenitales están causadas predominantemente por los tipos 6
y 11 de HPV. En contraste, hay una tendencia a que las lesiones inducidas por el HPV de tipo 16 muestren cierto
grado de displasia. Se ha asociado también el HPV tipo 16 con un carcinoma in situ de células escamosas de los
genitales y con la papulosis bowenoide (lesiones genitales de adultos jóvenes con la histología del carcinoma in
situ pero con un curso biológico de regresión espontánea). Estos hallazgos son compatibles con observaciones
previas de la asociación de los tipos 16 y 18 de HPV con carcinomas del cuello uterino". La relación potencial del
papilomavirus con el carcinoma se ve reforzada por la infrecuente afección hereditaria denominada
epidennodisplasia verruciforme. En este trastorno los pacientes llegan a tener múltiples verrugas planas, algunas
de las cuales evolucionan hasta convertirse en carcinomas infiltrantes de células escamosas. Se han detectado los
genomas de los tipos 5 y 8 de HPV en algunos de estos tumores cutáneos. Así, los tipos de papilomavirus difieren
no sólo en la morfología de las lesiones que producen sino también en su potencial oncogénico.
MOLUSCO CONTAGIOSO
El molusco contagioso es una enfermedad vírica cutánea común, autolimitada, que está causada por un poxvirus.
El virus ADN tiene de modo característico una forma de ladrillo, una cápside con forma de pesa y mide 300 nm
de máxima dimensión, y representa así el mayor poxvirus patógeno en humanos y uno de los virus de mayor
tamaño en la naturaleza. La infección se suele diseminar por contacto directo, en especial entre niños y adultos
jóvenes. Si bien en personas inmunocompetentes las lesiones desaparecen espontáneamente en un período de
meses o años, es aconsejable tratarlas con curetaje o crioterapia para evitar su diseminación. En los adultos los
moluscos aparecen en los genitales como una enfermedad de transmisión sexual. Las personas con
inmunodepresión causada por el SIDA pueden desarrollar una enfermedad diseminada de molusco contagioso.
Como complicación general pueden aparecen infecciones bacterianas secundarias en la piel.
Clínicamente pueden presentarse lesiones múltiples en la piel y en las membranas mucosas, con una predilección
por el tronco y las áreas anogenitales. Las lesiones individuales son pápulas umbilicadas firmes, con frecuencia
pruriginosas, de color rosa, que generalmente varían en diámetro de 0,2 a 0,4 cm. De modo infrecuente se dan
formas «gigantes», con una dimensión de hasta 2 cm de diámetro. Puede expresarse un material a modo de
MOLUSCO CONTAGIOSO
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requesón desde la umbilicación central, que contiene gran cantidad de viriones. Al hacer un frotis de este material
sobre un portaobjetos y con la tinción de Giemsa se muestran con frecuencia cuerpos de molusco diagnósticos.
Morfología
En el examen microscópico, las lesiones muestran hiperplasia epidérmica verrucosa caliciforme. La estructura
diagnósticamente específica es el cuerpo molusco, que se da como una inclusión citoplásmica grande (de hasta 35
pm), elipsoide, homogénea, en las células de la capa granulosa y de la capa córnea. En la tinción de H-E, estas
inclusiones son eosinofílicas en la capa granulosa azul-púrpura y adquieren un tono azul pálido en la capa córnea
roja. En el interior de los cuerpos del molusco hay numerosos viriones.
IMPÉTIGO
El impétigo es una infección bacteriana superficial frecuente de la piel. Es muy contagioso y con frecuencia se
observa en niños por lo demás sanos, así como ocasionalmente en adultos con mala salud. Existen dos formas,
clásicamente referidas como impétigo contagioso e impétigo bulloso; difieren sencillamente en el tamaño de las
pústulas. Durante la última década se ha observado un cambio notable en el agente etiológico. Mientras que en el
pasado el impétigo contagioso estaba causado casi exclusivamente por estreptococos betahemolíticos del grupo A
y el impétigo bulloso por Staphylococcus aureus, todos los casos de impétigo en la actualidad tienden a estar
causados por Staphylococcus aureus.
La infección afecta por lo general a la piel expuesta, en particular la de la cara y manos. Inicialmente es una
mácula eritematosa, pero sobrevienen rápidamente múltiples pústulas pequeñas. A medida que se rompen las
pústulas, se forman erosiones superficiales, cubiertas de suero que se va secando, dando el característico aspecto
clínico de costra de color miel. Si no se extirpa la costra se forman nuevas lesiones en la periferia y puede
producirse un daño epidérmico extenso. En los niños se da una forma de impétigo bulloso.
Características morfológicas
El rasgo microscópico característico del impétigo es la acumulación de neutrófilos por debajo de la capa córnea, a
menudo con formación de una pústula sub- córnea. Por medio de tinciones especiales se pone de manifiesto la
presencia de bacterias en estos focos. Acompañan a estos hallazgos alteraciones epidérmicas reactivas
inespecíficas e inflamación dérmica superficial. La rotura de las pústulas da lugar a la formación de una capa de
suero, neutrófilos y restos celulares que forman la costra característica. Las lesiones vesiculosas pueden mostrar
acumulación de líquido y neutrófilos por debajo de la capa córnea.
Es de interés señalar que la patogenia de la formación de vesículas en el impétigo (así como en el síndrome de la
piel escaldada por estafilococos) se relaciona con la producción bacteriana de una toxina que de modo específico
desdobla la molécula de desmogleína l, responsable de la adhesión intercelular en las capas epidérmicas más
elevadas114 (recuérdese que en el pénfigo foliáceo, que también exhibe un plano similar de formación de
vesículas, la desmogleina 1 está comprometida no por una toxina sino por un autoanticuerpo).
INFECCIONES MICÓTICAS SUPERFICIALES
En oposición a las infecciones fúngicas profundas de la piel, donde la dermis o el subcutis está afectado de modo
principal, las infecciones fúngicas superficiales de la piel quedan confinadas a la capa córnea, y están causadas
principalmente por dermatófitos. Estos organismos crecen en el suelo y en los animales y producen lesiones
clínicas diversas y características.
INFECCIONES MICÓTICAS SUPERFICIALES
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La tiña de la cabeza suele producirse en niños y sólo de modo infrecuente se observa en lactantes y adultos. Es
una dermatofitosis del cuero cabelludo que se caracteriza por placas cutáneas asintomáticas, con frecuencia sin
pelo, asociadas con eritema leve, formación de costras y escamas. La tiña de la barba es una infección por
dermatófitos del área de la barba que puede afectar a hombres adultos; es un trastorno relativamente infrecuente.
La tiña corporal, por otra parte, es una infección fúngica superficial común de la superficie corporal que afecta a
personas de todas las edades, pero en especial a los niños. Los factores predisponentes incluyen un exceso de
calor y de humedad, exposición a animales infectados, y dermatofitosis crónica de los pies o de las uñas. El tipo
más común de tiña corporal es una placa ligeramente eritematosa, redonda, que se expande, con un borde elevado
descamativo. La tiña crural se da más frecuentemente en las áreas inguinales de los hombres obesos durante el
tiempo cálido. El calor, la fricción y la maceración predisponen a su desarrollo. La infección suele aparecer en
primer lugar en la parte superointerna de los muslos, con extensión gradual de placas húmedas de color rojo que
tienen bordes elevados y descamativos. La tiña del pie (pie de atleta) afecta al 30 al 40% de la población en algún
momento de su vida. Hay un eritema difuso y descamación, con frecuencia localizado inicialmente en los
espacios interdigitales. No obstante, se ha demostrado recientemente que la mayor parte de la reacción tisular
inflamatoria es el resultado de sobreinfección bacteriana y no está relacionada directamente con la dermatofitosis
primaria135. La diseminación a las uñas o una infección primaria de éstas recibe la denominación de
onicomicosis. Produce un cambio de color, engrosamiento y deformidad de la placa ungueal. La pitiriasis
versicolor suele producirse en la parte superior del tronco y tiene un aspecto muy distintivo. Causadas por
Malassezia furfur, una levadura más que un dermatófito, las lesiones constan de grupos de máculas de todos los
tamaños, más pálidas o más oscuras que la piel circundante, con una escama periférica fina.
Dependiendo de las lesiones y de las localizaciones se realizan tratamientos tópicos o por vía oral. Entre los
medicamentos más utilizados están: derivados imidazólicos (itraconazol, clotrimazol, tioconazol, sertaconazol,
etc.), ciclopiroxolamina, alilaminas (naftifina, terbinafina) y griseofulvina. Aparte de los tratamientos médicos son
necesarias una serie de medidas higiénicas para aumentar su eficacia y evitar recidivas.
Morfología
Las características histológicas de todas las dermatofitosis son variables, dependiendo de las propiedades
antigénicas del organismo, de la correspondiente respuesta del huésped, y del grado de sobreinfección bacteriana.
La histología puede adoptar la forma de una dermatitis eccematosa leve. Las paredes celulares fúngicas, ricas en
mucopolisacáridos, se tiñen de rosa brillante a rojo brillante con la tinción de PAS. Se hallan presentes en la capa
córnea anucleada de la piel lesional, pelo o uñas, y el raspado de estas áreas y el posterior cultivo de los
organismos suele producir colonias que permiten la clasificación definitiva de la especie causal.
PICADURAS E INFESTACIONES POR ARTRÓPODOS
Los artrópodos son ubicuos y todos nosotros somos susceptibles a las picaduras y otras molestias que causan. Los
artrópodos incluyen Araclinida (arañas, escorpiones, garrapatas y ácaros), hi- secta (piojos, chinches, abejas,
avispas, pulgas, moscas y mosquitos) y Chihpoda (ciempiés). Todos causan lesiones cutáneas pero hay una gran
variabilidad en los patrones clínicos de reacción. Algunas personas sufren síntomas mínimos, otras molestias
considerables y algunas pueden morir como consecuencia de una picadura. Los artrópodos pueden producir
lesiones de varios modos: por efectos irritantes directos de partes de insectos o secreciones; por respuestas de
hipersensibilidad inmediata o tardía (incluida la reacción anafiláctica) a partes corporales o secreciones retenidas
o inyectadas; por efectos específicos de los venenos (p. ej., el veneno de la araña viuda negra produce calambres
intensos y dolor insoportable; el veneno de la araña reclusa marrón contiene potentes enzimas que producen
necrosis tisular), y sirviendo como vectores para invasores secundarios, como virus, bacterias, rickettsias y
parásitos.
PICADURAS E INFESTACIONES POR ARTRÓPODOS
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Macroscópicamente las picaduras de artrópodos pueden ser pápulas o nódulos urticariales o inflamados, en
ocasiones con ulceración. Las lesiones individuales pueden durar varias semanas. En el caso de la picadura
causada por la garrapata Ixodes dammini, el vector de la espiroqueta que causa la enfermedad de Lyme, se
desarrolla una placa eritematosa expansiva característica (eritema crónico migratorio). Una necrosis extensa
puede ser consecuencia de la picadura de la araña ermitaño marrón y es necesario efectuar una escisión quirúrgica
radical del área afecta. La pediculosis está causada por el piojo de la cabeza, ladilla y piojo corporal. La
enfermedad es pruriginosa, y el piojo o sus huevos, unidos a los tallos pilosos, pueden ser vistos por lo general a
simple vista. En la pediculosis del cuero cabelludo, el impétigo y el desarrollo de adenopatías cervicales pueden
ser complicaciones frecuentes, especialmente en niños. El piojo del pubis puede ser transmitido por contacto
sexual. La infección por el piojo corporal (enfermedad de los vagabundos) se suele caracterizar por áreas de
hiperpigmentación y manchas de arañado (excoriaciones). La sarna es una dermatosis contagiosa pruriginosa
causada por el acaro Sarcoptes scabici. El acaro hembra horada por debajo de la capa córnea, produciendo
madrigueras (lineales, estrías mal definidas, de una longitud de 0,2 a 0,6 cm) en la piel interdigital, palmas,
muñecas, piel periareolar de las mujeres y piel genital de los hombres.
Morfología
El cuadro histológico de las picaduras de artrópodos es muy variado. La lesión clásica muestra un infiltrado
perivascular cuneiforme de linfocitos, histiocitos y eosinófilos en el interior de la dermis. Puede haber una zona
central de necrosis epidérmica muy focal, y directamente por debajo de ella pueden encontrarse partes de la boca
del insecto (el sitio de la picadura se denomina punctum). En algunas picaduras se observa histológicamente una
reacción principalmente urticariforme, mientras que en otras el infiltrado inflamatorio es tan florido y denso que
puede asemejarse superficialmente al linfoma cutáneo. La espongiosis, resultante de vesículas intraepidérmicas,
se halla presente en algunas muestras biópsicas y, en ciertos marcos, las picaduras de insectos pueden asemejarse
al penfigoide bulloso.
Una correlación cuidadosa con una historia clínica de exposición a insectos y el hallazgo clínico de lesiones
agrupadas o lineales facilitan el diagnóstico anatomopatológico.
REFERENCIAS
REFERENCIAS
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