feOÄ CÁTttO A MAS HACJOUIS UMlDAß "ODISEA DEL HOMBRE Y SU ESPERANZA" CESAR MUÑOZ GARRIDO H e aquí una obra poética, recia, tronante, que a no dudarlo, figurará a breve plazo entre los libros preferidos del público. Más qué un anatema a la actual guerra, m á s que una revisión de los valores espirituales de nuestra época, e s el corazón de un hombre en quien el presente via crucis de la H u m a n i d a d ha golpeado despertando su instinto de hombre libre. «ODISEA D E L H O M B R E Y S U ESPERANZA.», con su potente sentido humano coloca de i n m e d i a t o a su autor; César Muñoz Garrido, en un plano envidiable entre los poetas de avanzada de América. «Las guerras no sólo se ganan con cationes», y el autor con esta Odisea, que es la de todos los h o m b r e s libres de este siglo, contribuye a la causa en que se empeflan las Naciones Unidas en su lucha por la democracia. Pocas obras de carácter universalista logran conjugar c o m o ésta, en forma más profunda, el sentido poético y el arte como función social. E d i c i o n e s Millantun se complace en presentar e s t o s cantos e m p a p a d o s del más puro sentimiento estético con el espaldarazo que merecen todas las g r a n d e s obras y los grandes escritores de la terrible hora presente. Ediciones Millantun odisea d e l h o m b r e y SU ESPERAMZA (CANTO A LAS NACIONES UNIDAS) Cesar Muñoz Garrido o d i s e a d e l H o M b r e Y su e s p e r a b a (CANTO A LAS N A C I O N E S EDICIONES MILLANTUN SANTIAGO DE 1S48 UNIDAS) CHILE CANCION GLORIOSA DEL RÍO YANG-TSE-KIANG Y la dulce canción del río Yang-Tse-Kiang Afluente de la gloria. Mandarín de espuma desbordante inundaba de gratitud tu inagotable geografía. Artet'ia fraternal de las estrellas. Primogénito río de dragones. Embriagaste de azul a Marco Polo, andarín de Venecia. La frágil porcelana bautizó tu alborada más joven. Eritcnces era el Thibet la pagoda infinita del planeta. Y la canción del río Yang-Tse-Kiang por las Harturas misteriosas era urna rubia espiga musical. País celeste. Factoría del sueño 'Encadenado al opio de la ausencia. Eras la quinta parte de la humanidad La quinta parte del silencio y la amustia. . El racimo desnudo de la lluvia oriental La dinastía inAacta de inmortales leyendas. Golpearon tu mejilla. Colocaste la otra Suda otoñal de bronce arrodillado. Y el naciente reptil amarillo ccsífr.ndió tu humildad celestial. Asaltó tu froentera de juncos v metales. Masacró el vecindario virginal de la seda y asedió el arco-iris triunfal de tu república con su hambrienta jauría militar. 6 CESAR MUÑOZ G A R R I D O Cooli, Cooli. Ciudadano del mundo. La gran muralla chin a de tu pecho encendido al invasor detuvo. Tu corazón de escombros infinitos. La fórvnuia ir.surrecta del arco de tu frente. Tu casaca de gloria y coraje estallante Tus vértebras, magnífico fusil de libertad. Tu juveaíai intrépida de sangre, forjaron en la diana del oriente el nuevo alerta universal. Y la canción del río Yang-Tse-Kiang deshojaba en sus párpados oblicuos la vanguardia de tu sangre fluvial. Ejércitos fantasmas de Tchu-Ste Estandarte del yunque proletario. Inaugurando un mundo sin rodillas de pie en; un mediodía de centauros. Provincias de metrallas amarillas. Amanecer de pómulos blindados. Por tus venas latiendo dinamita van horizontes de héroes cantando. Podrán destruir ebrios. La estrella dorada del molino El tórax diminuto del arroz El diamante crepuscular de Miatg Las carabelas tímidas de sal El tambor de canela manuscrito La altivez esmeralda del bambú. Pero nunca., Tu fabulosa resistencia mártir. Ni el parapeto republicano de tus corazones. Ni aún intimidar tu fortaleza de latitud humana con su turbia cuadrilla de escorpiones. CHINA Tierra madre de la eternidad. Tifones de langostas japonesas rebumban e:i tus adolescentes barricadas. ODISEA D E L H O M B R E Y SU ESPERANZA 6 ¡No pasarán! Atrincherados en su propia sangre ;us milicianos enntaüi. ¡No pasarán! Y el agresor no pasa. Cam aradas. Ahí en la antena oculta de un roble milenario pegado el tímpano al surco de la tierra como un toqui infalible he oídc vuestro gong sangrando al universo. Rugen tus bosques de elefantes mutilados Arrasan tus ciudades de azules laberintos Derrumban tus aldeas de mimbre y de palomas. Angélicos muchachos ¡Ay sepultados vivos! por el deliriun-tremens de víboras niponas. Las madres apacibles de amapola espectral gajo sanio de lágrimas Mendigas del pan y de la leche. Caen crucificadas en un volcán de bayonetas locas. Y la canción del río Yang-Tse-Kiang enjuga core sus manos de Verónica la sangre de tu rostro fraternal. Profundo cementerio vagabundo. Sudario palpitante del planeta. De trinchera en trinchera reconozco a tu pueblo insobornable. Plomo y vinagre en la garganta ronca inundación humeante de cadáveres. Tripulantes del sueño, crecida caravana de pupilas remotas soldados que murieron en el suburbio de los mares Mirad ahora avanzan con el fusil radiante de la aurora. Y al frente de tu escudo de sangre combatiente. Y al frente de tu ciclón de estrellas democráticas. Con su uniforme de banderas heroicas 8 CESAR M U Ñ O Z G A R R I D O vigila el horizonte ensangrentado de tu libertad GIiang-Kai-Shech brújula mariscal de la victoria. ¡Hurra! ¡Hurra! Juventud guerrillera de alborada del rubio corazón del Occidente florecen carreteras de esperanza. ¡Hurra! ¡Hurra! Multitud de soldados victoriosos. Camaradas de acero inolvidable cosí la granada oblicua entre los ojos. Hurra! ¡Hurra! Gran pueblo de pólvora fecunda. Tu odisea de sangre es inmortal Hombre librei del Asia el mundo te saluda. Y la canción del río Yarag-Tse-Kiang cantando la victoria se avalancha por los caminos de la humanidad. CANTO A LOS GUERRILLEROS ETIOPES El tambor de Africa resuena. El negro tambor de Africa retumba por todos los caminos de la tierra. ETIOPIA, ETIOPIA País de sol fulgente, de lluvias invencibles de azules cataratas, de alboradas gigantes. De aromas y de músicas, de risas y canciones tu corazón desnudo se estrellaba en los tanques. Los chacales fascistas, camisa negra de odio. Anatema maldito de gases y metrallas. Verdugos sanguinarios, Frío invierno de plomo abrieron tus arterias con sus salobres hachas. Entonces era el tiempo del grito sin licencia arrollando tu juventud atónita. Entonces era el tiempo del paladar oblicuo de vinagre masacrando tu raza nunca arriada. Era el tiempo sin tregua fusilando tu humildad de amores silenciosos tus fértiles hogares bombardeando. ETIOPIA, ETIOPIA Las vírgenes morenas de Dembea El guerrero indomable del viejo río Azul, triturado sublime del cocodrilo blanco Jinetes de la heroica Addis Abeba. Los pastores oscuros de la montaña santa del Godjam. Todos, sí, 10 C E * R \T TT Ñ O Z G A II R 1 D O todos los aMsänios de v&nzey encendidos con e! was pxu-o ¡.raje de los héroes bajaron por los valles de alborada a defender tu libertad. ¡Oh días grises de ios suicidios prolongados! por el eclipse de la gangrena insaciable. EU párpado del mundo wo se abría malditos días y malditas noches. Caían tus guerreros acribillados al vómito del tanque. La voz despavorida de tus tristes mujeres caía acorralada, acorralada digo, por el a-alvaje aullido del Caproni. Masacrado su abdomen de sangre maternal. Era el tiempo csi que la ronda morena de los ¡niños más tímidos, fué una rosa «recamada. Enioaces era el tiempo cuando el hijo de la hiena inaudita es decir, del hambriento chacal de Mussolini con la ssrigre infantil se pavoneaba. ¡Oh días grises sin sabor a días! A oirilks de tu sangre acuartelada tus guerreros de fuego defendían la juventud del hombre y su esperanza. Hermano negro, estabas solo, solitario, solo. Y con el rocico acero de tu valor sin lágrimas Y con la dinamita de tus sueños Y con el trópico inviolable de tu raza forjaste un fusil de heroico- gesto. Tu mascota fué un león en los combates y tu esplendor, de sangre universal. Fué íu bajiders un T;-?.utr.:no cls gloria gigante fraternal. ODISEA D E L H O M B R E Y SU ESPERANZA 10 Combatiente y de pie cotí in pä-egca de sr.,npre caíste ¡Oh Etiopía! Mercadería bíblica para la lira cnM.aíjreiilada La esclavitud encadenó tu ctrcrpo pero el volcán leopardo de tu pecho »10 detuvo su marcha. Hermano ¡negro Nazareno ciociiimo. Hermano negro d« la sonrisa blanca, de lis manos azulas. Ahora el júbilo pariwnchín de tus cascadas murmura el «mío y seña 3VICTORIA Y LIBERTAD! Ah! desde mi corazón cantinela perd'do .1 la dislaaícia reconozco el tambor de tus cenizas familiares. La vieja caravana 0:1c regresa triunfal. Avanzadas de áruoiraio revientan tus camino». Y vienen de ultratumba Ins guerreros caídos. Caminan de ultratumba midiendo cor. su ri norte la alLorada, con la mochila de ios svr'-ñaj nativos con la leyenda altiva del faul. Paladine« del nuir.do liberaron tu tierra ensrngreninda. Las b&nderas triunfales arrullan tu horizonte ¡Oh guerreros caídos! Dormid en paz, dormid. Desfiladeros de gioria hay en tu frente huracán de laurel on tus pupilas porque la herida de la humanidad floreció en Etiopía. El tambor de Africa resuena. El tambor victorioso del Africa retumba por todos los caminos de la tierra. ESPAÑA, MILICIANA DEL MUNDO Camaradas venid para gritar unidos: Nosotros jamás olvidaremos. Primero fué en España miliciana del mundo. Origen de la gloria y del metal Piedra filosofal de la ternura Primero fué en España, cantaradas En el Madrid heroico, en el Madrid eterno. Pueblo leal de olivares y estrellas cantando hacia la muerte morena de trigales on llamas. Pecho de barricada palpitante feumeaíiies las papilas proletarias. Junto a tu espléndida contextura de leones enarbolahas la libertad mundial en el fusil desnudo de tu sangre blindada. Por las calles corriendo, rojo acero con la bandera roja de los puños. España, España Región fortificada de héroc3 madre del nuevo mundo Vl&naritial del lenguaje sublime de la pólvora. Granero azul de la esperanza. Te circundan hogueras, más hogueras y Madrid centinela se agiganta. )espertad Campeador que los traidores m abierto las puertas andaluzas del Sur las hordas malditas del fascismo. los mero.; enmascarados de odio 14 C E S A il M U Ñ O Z G A R R I D 0 que aullan por su noche africana. Al esclavo germano podrida escoria del planeta. Para venir a masacrar 'tu corazón centauro La seranea más próxima de tus fraguas risueñas. Y beber en el cráneo de tu raza kunortal el champagne ácido de las treinta monedas. Madres de angustia y trenzas enlutadas alzaban barricadas con la carne erizada de sus pechos. Y las novias azules herramientas del alba encendían la ofrenda sepulcral del acero. Ah! los niños cantaban 2a victoria y en España luchaba todo el pueblo. Miliciano español Tu sangre es la bandera líquida de la humanidad en el río vertical de las bayonetas. Amigo« recordad Los mineros de Asturias, mecha ardiendo Dinamitazo humano, Erguido en la trinchera del futuro la granada soaora entre las manos. Las brigadas del Ehro, eternamente clarinada de aurores y relámpagos. De pia en el plenilunio de kr, yunques con su overall de hazañas y de rayos Campesinos de olivo y semencera. Quijotescos guerreros del arado. De mina en minn un alba de fur.ilas furor de lluvia loca ¡MILICIANOS! El feiroviario azul de la distancia por túneles de obuses desafiando caminos de victoriosa muerte. De itinerarios sin regreso de furiosos kilómetros de rutas sin andenes. Hermanos, recordad El carrousel moreno de los niños de España indefensos claveles san mejillas, por los tanques teutones triturados de pronto. ODISEA D E L H O M B R E Y SU ESPERANZA Degollados 'por loe moros hambrientos, más que nunca Por los buitres fascistas bombardeados. Fué el festín de los generales traidores La ración cotidiana de ¡os vendepatrias El botín epiléptico de los almas de esclavo. Valencia «¿líitanquisia de la gloria Almería de cíelos calcinados Barcelona de ríos sumes-gidos Madrid fusil ardiendo entre los párpados. Cam aradas España no ha caído En caóa corazóta hay un Madrid eterno. Sobre cada pupila hay un fusil oculto y bajo cada escombro una canción de fuego. La fíente demolida del miliciano invicto avanza deoafis/ate, biei-ro, alcanfor, gangrena. Armadura de pólvora, estampido de sangre escudo del planeta. Escuadrillas heroicas de aviadores del pueblo gritarán: ¡Adelante! Los viejos camaradas del Qusnto Regimiento defensor de Madrid, encendido estandarte avanzarán por la trinchera azul del horizonte con la ametralladora fiel del gran rescate. Tt ¡»erá un campanario agonisante de humo el redoble del alba. De Norte a Sur coraje galopando granadas de sonrisas proletarias. Salud Salud al guerrillero cocturcio del carbón. Salud Listes-, Capitán del martillo Salud Salud al Campesino de la aurora y la hoz Salud Modesto 15 16 CESAR MUÑOZ G A R R I D O Salud Madrid fortaleza de águilas Salud Madre de los hombres libres raíz de la dulzura Pasionaria. Puño en alto los camaradas muertos os saludan cora el fusil dorado de la espiga. España, nuestra España leal aún no ha caído Preparad los fusiles milicianos esi cada pecho obrero hay una usina. Camaradas Vamos a despertarla entre dinamitazos. Fuego con los traidores Fuego con los vendidos Fuego con los fascistas. Y España irá surgiendo gloria y sangre palpitante ; leal de estrellas y de ruinas. ALERTA DE MADRUGADA A LOS CHECOESLOVACO Fragua de estrellas encendidas en la mitad de Europa. Afa! desde el Sur de mis sueños te veía, vigorosa de sol. Con esa precisa claridad que flamea en las banderas libres, en la mano extendida de los héroes anónimos que escondieron en el silencio el rojo álbum de sus cícatricM en el himno del hombre que canta al universo, en las rojas vertientes proletarias. Habrá que madrugar, amigos míos. De metal en metal ¡ CHECOESLOVAQUIA í En los trabajadores sudorosos del barrio de Smichov con su amanecer de usinas bajo el brazo. En los músicos conciudadanos, de los espléndidos violínes del Moldava« En los niños fragmentos infinitos del porvenir que encumbraban su infancia de golondrina inolvidable en tus cien torres misteriosas. En todos ellos florecía la dignidad humana. Frutas, vinos, canciones. De pie en el horizonte de los yunques humeantes, checos del Sur obrero proclamaban, la humilde chimenea del hogar, la ternura ahogada al río de unas trenzas el umbral fecundo, de los atardeceres, la futura sonrisa del trigal. Habrá que madrugar, madres del mundo tejiendo una bandera popular. 18 CESAR MUÑOZ G A R R I D O ¡ Checoeslovaquia! República de músculos leales. Capital de las águilas. Vanguardias jóvenes custodiaban el penacho de tu libertad Con la biblia insurrecta de Juan Hus Con el báculo eterno de Massaryk Con tu fusil de luna democrática. Y bajo el gris paragua munichista fuiste un silencioso plato de lentejas. Fieras desenfrenadas Anfitriones traidores Intérpretes de Judas En la tertulia de una mesa patíbulo En la tertulia del odio y la gangrena En la tertulia más negra del mundo robaron tu frontera. Habrá que madrugar con dinamita para borrar a Munich del planeta. Y tras el ultimátum de las arañas swásticas. Por el itinerario gutural de la muerte. La S. S. de asesino. Los reptiles pedunculados de la Gestapo El odio mecanizado con sus botas de oruga renegada, con su paso de ganso ccai su motor; rapiña por tus cielos abiertos, devorantes de trigos infinitos invadieron tus vértices de estrella proletaria. Habrá que madrugar todos los días. Fusiles, más fusiles camaradas, mirad, Checoeslovaquia está invadida. ¡Oh corazón del viejo mundo! Tus estudiantes fusilados reventados descuartizados matriculados en la carnicería de las culatas teutonas desfilarán eternamente erguidos por la universidad ski fin del horizonte» •ODISEA D E L H O M B R E V SÜ E 5 P 1 . R A N 2 A Con su diploma de metralla y pólvora. Con su cuajo d e libro Interrumpido. Con el abecedario de Ja f i a d a . Estudiantes, habrá que madrugar con un rojo poema de victoria. Desvalijaron sádicos. El panal delirante d t la abeja incansable. £1 crucifico silenciosa para fundir sus balas asesinas. <E1 campanario dorado de la agricultura que florecía en los manteles campesinos. O cáliz de Jesús de P n g a con sus treinta quilates d e ternura. El balido estival de los pastores que se columpiaba en el arco-iris del Otoño. La estrella navegable de cigüeñas que tal vez en su aldea se Hamo ROSALUNA. Y tu río sin tregua de sangre proletaria. Habrá que madrugar, hermanos míos y hacer t n a colecta de alborada. gHeidrich lia muerto! Angulo de la hidrofobia y la tortura Gris epilepsia de ametrallador«. ¡Un perro menos! Venid a respirar: Está Más Más Más más puro el aire liviana la tierra cercana la aurora claro el universo. Mis cuatro camaradas cardinales están de pie con su fusil tendido. Tú, vigQa él Oeste sin cuartel Tú el Norte de la lealtad Tú dame la contraseña del Este proletario Tú ¡ah! tú, hermano mío vigila el sor de la esperanza con tu casco acribillado y siempre listo, a 20 CESAR M U Ñ O Z G A R R I D O con tus pupilas de bayoneta calada ccsi tu celeste hombría cosí tus rojos latidos. ¡Lídice! ¡Qué heroico manantial de sangre! sobre tu pedio crepuscular. ¿Qué la habéis extinguido? Mirad En nuestro corazón está su campanario al pie del Mississippi a orillas del recuerdo cerca del Amazonas flameando en la victoria universal. ¡En marcha! Guardabosques dé las guerrillas guerrilleras. A lo lejos edifica la historia su perfil familiar. ¡En marcha! Campesinos de pólvora empuñada Obreros de los amaneceres milicianos Estudiantes del alfabeto trunco. ¡En marcha! Francotiradores del porvenir ¡Apuntad! y frente al mediodía de la gloria en marcha ¡ Disparad! Habrá que madrugar Checoeslovaquia con la bandera de tu libertad. Proletarios del mundo, camaradas, habrá que madrugar. • CANTO A POLONIA MARTIR ¡Oh Polonia crucificada al amanecer! ¡Con el lanzaso agudo subiendo por tu sangre. ¡Oh tus llagas insomnes! Tus costados abiertos Claveteada de angustia aún deslumhras bajo el madero inolvidable. El río de tus venas se desborda. Recién nacido y milenario. ^No hay estrella capaz para medir tu órbita de sangre, no hay almohada de lágrimas. A duras penas digo, un otoño volcado de amarillo. y una esponja vinagre. Aguila desgajada. Arrullaste la libertad del mundo. Has saciado la sed de los tiranos. Tres siglos de agonía te coronan Tres caídas de hiél Tres agujas de espanto. Andar despacio que esta tierra sufre como una madre de savia exprimida. Con tanto muerto acorralado al sueño ¡Ah tu Verónica se ahogó en el Vístula! Para tu sed de amor te dan salmuera con el hacha del odio uniformado. ¡Detente fariseo del Oeste! 22 C E S A R M ü Ñ 0 Z C, A Ii I M I M ) Polonia es inmortal como el sudor varonil del planeta. Ha subido al calvario tantas veces, inextinguible, diáfana venciendo al centurión de su destino. Como sílaba alguna con sus llagas a cuestas. Con la casaca tibia de sus insurrecciones Con la rosa sin fin de su esperanza Con su rebelde estrella. i Oh Vía Crucis! Púrpura inacabable. Mejor forjada que una roca, porque en cada caída, igual que Cristo te agigantas. En verdad os digo: Su bandera rehén es un himno perpetuo de victoria. ¡Detente fariseo del Oeste! Eis inútil. Os juro que el espíritu polaco es un destacamento de avanzada que se dilata más y más con la última niebla de la aurora. Es inútil. Su sangre sale a recorrer el mundo. Chopin dirige la orquesta de los mares sin límites. Aquí sobre la América aún brilla la espada de Kosimwka. Es inútil. Aunque nadie k> sepa (ahora lo sabrán) Sus muertos con su fusil sin tiempo, a medianoche escriben en el muro de mi corazón i VIVA LA LIBERTAD! ]Oh Polonia! El anticristo te ha crucificado Ahí en la cruz quebrada por el peso del crimen. Contra las toneladas exactas de la muerte. Si hermano, también sé. ODISEA DEL H O M B R E Y SU ESPERANZA 21 Que lo« cuatro jinete» del Apocalipsis, con espuelas de Krapp sin cuartel coronáronte las sienes. Partanioi camaradas. Las tres horas terminan. Mirádla Ahí ( caída en la emboscada de la historia trasmontando una muerte ski rodillas. ¡Fusil al hombro camaradas! Nadie puede lavarse las manos con Polonia. Nadie puede negarla, ni sin tes ni después que cante el gallo musical de la aurora. Nosotros, los condiscípulos de la democracia sabemos. Que en cada barricada donde la libertad estuvo acorralada. Su sangre familiar ardía siempre en la primera fila. Subversiva del alba Aliada de la tierra De gloria redimida. Partamos Ya es la hora. Del fusil que predica su evangelio de fuego De la parábola viuda de la ametralladora De la biblia sonora de la dinamita. ¡A desclavar su cuerpo! ¡Oh enfermeras de yodo inexpugnable! Traed vuestro celeste rocío u« miiagäo. Madre dame tu bálsamo para sus mejillas. Las águilas aliadas sacarán las espLias qua treíispassn su frente. LI G61gota de su alma coagulada izará un estandarte an cada herida. 24 C E S A R MUÑOZ G A R R I D O ]Oh tierra dolorosa d e lágrimas! Siempre te miraremos con pupilas de orgullo sobrehumano. La tierra alborotada de fusiles derriba sus cadenas con tu bandera rígida. ¡Oh campanas de cobre sublevado! ¡Oh campanarios libres! Anunciad que Polonia resucita. • ODISEA TRIUNFAL DE GRAN BRETAÑA.— Una aurora boreal para el grumete y un arco-iris para el aviador. Inglaterra, la V de la Victoria para la sangre de tu corazón. El mar, el mar, atleta de la espuma de sales fidedignas, de horizontes gigantes. Salpicado de fusiles de música, de linternas sin párpados de bocinas cordiales de insurrectas mareas de entusiasmos jaguares. Inglaterra, Inglaterra de la azul aventura. Inglaterra la rubia vigía de los mares. Capitana del viento y de las golondrinas las arengas de Ulises navegan per tu sangre. Desde Nelson al Sur, la Rosa de los Vieaitos. ¡Oh isla del tesoro de nuestra libertad! Fortificada estrella de cazatorpederos Alboradas británicas de nubuloso acero astilleros de gloria, centinelas del mar. Y en la proa sangrienta de tus islas con la batuta de las siete mares Churchill, el capitán. LONDRES G asnead a fluvial del horizonte. 26 CESAR MUÑOZ G A R R I D O LONDRES Mártir aliada de la inmensidad. LONDRES Veterana indomable de las torres. Capital del escombro. Estatua del infierno. Tu roja arquitectura de sangre derramada inaugura avenidas de volcanes eternos. Parapeto del cielo. León erguido de pólvora. Madre angustia estridente. Albión de dinamita. Sangre, sudor y lágrimas forjando la victoria. Ciudadela del mundo. Tus campanas retumban de gajos infantiles galopando en el aire y los ojos revientan de granadas nocturnas. Fortaleza de halcones. Tu frente bombardeada. Tu latitud de sangre se alzaba furibunda y en cada herida un ángel blindado desfilaba. Trinchera victoriosa de la Real Fuerza Aérea. Escuadrillas heroicas hacia el alba te escudan Capital del Atlántico. Baluarte del planeta. Y erguido en el hangar del porvenir puliendo el engranaje de la gloria Churchill, el profeta. Por siglos oceánicos tu casco acorazado de gaviotas. ¡Aguas arriba, Capitán! En cada promontorio En cada continente En cada isla remota hay guerreros británicos, silenciosos de cal que murieron cantando su último Tipperarv con, el fusil silvestre de la fraternidad. Capitanes indómitos en la tierra, centauros de cenizas y arengas en el mar. Cantimplora trenzada. Soldados del desierto. ODISEA D E L H O M B R E Y SU E S P E R A N Z A 27 Paladines del Africa, tumbados de espejismos Oíd los radiogramas de los tambores negros, proclamando un oasis de aleluyas el sudario crepuscular del NQo la incógnita aborigen de la jungla el Octavo simún de 1« victoria y el arenal desertor del granito. Y en el timón furioso de la historia con su estrella civil a la vanguardia Churchill, el marino. ¡Al ataque! Indúes del turbante antiaéreo Australianos de alegre dinamita Neozelandeses de polvorín ardiendo Ingleses de inolvidables biceps Surafricanos voluntarios de acero Escoceses de gaitas aurorales Canadienses del fusil gigantesco. Familia de la fraternidad Familia del corazón auténtico. Y entre el pan camarade del amor y la trinchera muscular dal miwíla Churchill, el héroe. ¡Alerta Capitán! ¡Submarino a estribor! Periscopio diabolico del torpedo traidor, del naufragio profundo, del mástil sumergido. Explosiones de sangre Metrallas de arrebol Tentáculos de yodo Itinerario oblicuo. Par las rutas marinas de la libertad sin límites desde el golfo azul de la victoria hasta el anillo ecuatorial. Marineros ¡Hundid al submarino! Artilleros ¡Hundid a los corsarios! Moribundo petróleo retorcido. 28 CESAR MUÑOZ G A R R I D O ¡Aguas arriba Capitán! Y asomado a la aurora de los mares escoltando la marcha del futuro Churchill, el gentleman. ¡Oh Gran Bretaña! !Qué densidad de gloria por tus islas alertas! ¡Qué magnitud de músicas el Támesis florece! ¡Qué dúctil el acero dorado de tus trenzas! Campanas de Westmister ¡llorar por los grumetes! Para los marineros predilectos del mar muertes, ahí en sus puestos de combate, con su intrépida blusa de tormentas con su corazón mástil. Traed mi Capitán: El mensaje inalámbrico de la Buena Esperanza Un convoy de hipocampos celestes de Tobruck Un carrillóm de rubios caracoles de Chipre Una azul carabela de leopardos de Malta La brújula sin límites perdida en Singapur. Y traed marineros: Las sonatas bravias del Guf Streen sin anclas La odisea polar de los fiordos noruegos Las alboradas ágiles y eternas del Pacífico Las olas golondrinas de las Columnas de Hércules Los aires enigmáticos del Océano Indico Las sirenas que imprimen la Carta del Atlántico y el perfil almirante de los vientos alisios. Van por islas de ausencia cual faros vertebrados cabalgatas marinas de heroicos navegantes. Por su actitud de lluvia fieros dioses sonámbulos La reiina auroral de los puertos errantes. La consigna estelar de la torre de mando Capitán no están muertos. solamente insondables. ODISEA. DEL I I Q \ 1 B R E Y SU E S P E R A N Z A 29 Qué transmitan los buzos oceánicos cc.fi su azul alfabeto de altamür NEPTUNO Son marinos británicos su sueño castodiad. Juventudes obreras, juventudes. Mecánico del Sui* iacasisabie Campesinas de la jo?ial íisetnomía de espigas Guardiamarinas del yunque indómito del mar. Muchachadas de las rubias broncerías de Coventry Metalúrgicos de la oratoria de los altos I-cmiOs médula del ecero del trimfo del aluminio atlé'ico del carbón ¡nocturnal. Ferroviarios del overol liviano de kilómetros Carpinteros estupefactos de virutas Proletarios del Támesis triunfal Albañües del rebelde andamio londinense el ladrillo del mv-r.do florece en vuestras manos con el ysivo-cc-nduclo de la fraternidad. Celestes aviadores del invencible tijera! de la victoria Taaaquistas del blindaje universal Grumetes del inmortal tatuaje antifacista Os veo en la trinchera planetaria juramentados por 1¡¡ fiberí; (!. ¡Al combate! ¡Al combate! Con Con Con Con Con los fusiles encendidos al araanecey los r1 - *-, .y—tJ-4 »— el más p. - o ' -* t * '• í '» 1 1' <1 - < U . ¡Al combate! ¡Al cómbale! Vae:!ra sangre es la bandera aliada de la humanidad. ¡Aguas arriba Gran Bretaña! Bayoneta florida de laureles la KHorlad espera ta üc.-jacb. SALUDO DE ESPERANZA AL LEON DE BRABANTE. ¡Oh león de Brabante! Desde muy lejos oigo tus rugidos abriéndose paso entre la aguda selva de las bayonetas ínvasoras. Tu exactitud de sangre mutilada La roja cicatriz de tu horizonte remontando la historia se agiganta. U<n día, duro como un hacha que calaba los huesos. amaneciste de pólvora cercado por el mismo sicario que asesinó a tu padre. Era el motor atropellando al hombre Era la era del escombro a solas Con su gangrena verde Con su camisa parda Con su araña salobre. Para tí un canto sin fronteras atlético Invencible como tus cachorros. Tal vez nosotros, digo, todos los poetas del mundo. Unidos de metáforas blindadas de diptongos centáuricos de homérico sudor. Deberíamos tejer un canto ¡Qué cortina de fuego universal! para la estrella púrpura que divide el planeta desde tu corazón. No preguntéis de quién es esta columna de ceniza sin nombre, este casco de guerra traspasado 32 CESAR MUÑOZ G A R R I D O este cráneo desierto este chaixo vita!. ¡Oh Bélgica emparedada viva! Tus sueños rehenes han tatuado CO« caracteres de fuego los muros de la historia. Y tu sonríes coa el gesto espartano del mediodía porque sabes, que la sangre vertida es el tributo inexorable para salvar la libertad que cayó desgarrada en la última tóichsra. Mi voz desenvainada de pie te saluda gritando frente al mar. ¡Salud fusileros incógnitos! Por vosotros aquí la libertad no ha muerto. Aquí la vida afila sus puñales. El atnor patrio gira en los gatillos Todos los corazones encienden fulminantes. Fusiles de nadie y de iodos. De lea que nunca he visto, de los que no conozco. Os presiento furiosos er? la casa de piedra azul donde cayó una movía con un ajuar sie incrédulos cipreces. Implacables en el molino tutelar de la harina robada. Scaoros en los campanarios flamencos maniatados. Tendidos a las doce en punto de la muerta. Heroicos en la columna vertebral de la espiga. Despídete traidor. Aunque estés hundido en el sótano de la medianoche Cea el alma prófuga y teñida por el miedo y el odio. ODISEA D E L H O M B R E Y SU E S P E R A N Z A 33 Hay cien mil fusiles incógnitos que os miran. Despídete invasor. Tétano galopante. Nadie os mandó a llamar. Despídete que al cruzar la frontera firmaste tu sentencia de muerte. ¡Apunten los francotiradores! El cazador furtivo del otoño. El herrero preciso de la lluvia. El fusil veterano del catorce. La generación perdida mirad, no está perdida. Con su muerte incuba la victoria. Purifica la tierra de traidores. Construyendo la estrella de la vida. Hermanos míos ¡Adelante! Aún no empieza la batalla. Lieja novia del fuego, germina sobre vuestro silencio adolescente. ¡Oh león de los colmillos inmortales! Ahijado de la valentía. A todas horas mueren tus cachorros por la buena causa. Los que partieron a engrosar las filas lejanas de la libertad. Las brigadas rebeldes al Oeste Los jinetes del alba sin espuelas Las milicias aliadas de ultramar. Empinado al porvenir Veo tu melena agitada en el sublime regreso. Mortífera. Espléndida. Multiplicada por la sangre caída. Integra como la democracia universal. ; Apuntad por última vez fusileros incógnito i! 31 CESAR M U Ñ O Z G A R R I D O Invasores. Traidores. Habéis escupido al cielo. Habéis abierto la Caja de Pandora. ¡Fusiles disparad! ¡Oh león de Brabante! Acosado Baleado Con tus uñas de acero escarbas la veta de la libertad. No estás solo. Mira, luchando igual que tú sobre los continentes ¡A toda máquina! Se acerca un día de gloria uniformadotus rugidos sangrientos ío inauguran triunfa!. * CANTO A FRANCIA COMBATIENTE Quien dice Francia, dice heroicamente libertad.. 1.a sangre de les tuyos es un impacto al rojo abierto en mi garganta ¡Oh FRANCIA Universal! Nosotros Tus hijos adoptivos.—Los que llevamos el gorro frigio puesto « i el corazón, (así como una estrella nsitura!) Los que agitamos la bandera tronante de la Mar-eileza La casaca ensangrentada y plena de • tus revoluciones Nosotros, los discípulos de tu «¡instalación espiritual con tu azul esperanto gritamos al unísono : ¡ESPO¡IR! ¡ESPOIR! Oh madre primogénita Cuando Cuando Cuando Cuando Cuando tu nombre era un nudo en la garganta de la humanidad el último clarinazo de la fraternidad caía de rodillas la igualdad agonizante ya se había batido en retirada la libefi-tad desgarraba sus trenzas de sangre jacobina en tu espalda apuñaleada y ciega retumbaba la muerte. ¡Valor! - - Aún la patria tiene un puño indomable Alerta a la vanguardia del porvenir. ¡De frente! inexpugnables cantinelas, Para los días terribles una espada, desenvainada y fuerte. — ¡Ay! De tus propias > cenizas arrasadas . . . . surgiste ¡Oh Francia Combatíante! 36 C E S A R M U Ñ O Z G A R R I D O Tu odisea es la odisea de la libertad empapada de sangre. Del tricolor unánime Desterrado Proscrito relampagueando por el coliseo planetario. A marcha forzada invadiendo la gloria con la audaz plenitud de los centauros. Las brigadas legítimas de Fort Lamy equipadas del más fiero heroísmo. Los voluntarios fidedignos del Camerún con el simún final de las granadas. Tus tripulantes por los mares libres ordeñando un insomnio siembraminas. ¡BIR HAKEIN! Bayoneta calada en medio de la historia. Mirad. Con pasos kilométricos Ardidos legionarios de la voz empuñada Con la cantimplora azul del Lago Chad bautizan el primer resplandor de la victoria. ¡Vía libre! Framcia espera. ¡Más vigor fogonero! Francia lucha ¡Más rápido metralla! Es por haber enseñado a sonreír al mundo a costa de tu sansre. A derribar cadenas y coronas divinas, que no eran tan divinas. Inaugurando el calendario de los días furiosos. Por lis Derechos del Hombre que es toda mi heredad Por la confluencia exacta de tu espíritu que rige el ímpetu del sueño. Por ser el portaestrella de la vida Por haber sembrado el fuego frenético de la libertad Estás encadenada igual que Prometeo. ¡ Pueblo auténtico. los cuervos prusianos picotea*! tu frente! ODISEA D E L H O M B R E Y SU ESPERANZA 34 Tus huesos de cal republicana conocen el santo y seña de las resurrecciones. Porque te amamantaste Con la leche inicial de las barricadas más fecundas. Con la pólvora rígida de los húsares descamisados de la noble causa Con la dinamita auroral de la Comuna. De tus lágrimas ¡Qué puñales de acero forjaría antes del amanecer. De tu sangre. ¡Qué bandera no haría el puño de mi corazón! ¡Oh brújula innegable! Te veo imantada al verbo más intrépido. Bajo la niebla hundida de Tolón Con la espina dorsal acribillada. Saludando al destino con el mismo calibre de la muerte. Tu mano náufraga, frente al horizonte cercado de arrecifes fanáticos, se agita irreductible. ¡Oh mano de Francia! Que en el patrullaje de los siglos llevabas la batuta del genio aún al despedirte siembras la libertad intangible del mar. ¡Tocad a rebato! Ya ensilla Juana de Ajrco su caballo de nubes. Ya afila Robespierre la gillotina inmutable de la medialuna. Ya imprimen los comuneros la prédica clandestina del alba con el autógrafo de los truenos latinos. ¡Abajo la Bastilla! ¡Abajo la línea Maginot de los traidores! ¡Abajo la cruz de fuego de los vendepatrias! Yo pondría las manos en el fuego, si fuese necesario servirte de testigo. Porque la muerte empieza donde tu amor termina. Elkw pisotearon balearon saquearon y arrasaron el plexo solar del mundo. CESAR 38 MUÑOZ G A RR I D O ¡Oh pueblo de los pueblos! Te vistieron Con la blusa agujereada del rehén Con la pródiga angustia de la tierra Con el silencio de los extramuros. Tu espíritu deslumhra como un albatro prisionero. ¡Mermamos esperad! La Francia Combatiente salió a buscar refuerzos por la tierra por la trinchera de la democracia fué a defender los flancos de vuestra libertad. ¡Barco aliado a la vista! Entonces desplegarás tus alas Implacables Titánicas Furiosas Derribando los metales verdugos. ¡Oh Francia, tú, nuestra Francia inmortal! Con la victoria sobre la mano izquierda. £1 corazón desnudo al paso de la aurora por el arco del triunfo marcharás CANTO A LA UNION SOVIETICA. La verdadera aurora can su rojo semblante de rocío. Los mares juveniles con su martillo de hielo amotinado. La simiente de Octubre. El otoño con su preñez de harina. La estrella roja acuartelada en la frente del hombre El sudor quinquenal de la esperanza. Los yunques fraternales La odisea celeste de las cataratas El rubí de los surcos. Al marchar con los nuevos apóstoles del alba hicieron de tu tierra la patria primogénita del mundo. ¡Oh madre Unión Soviética! La Vía Láctea de tu frente hoy brilla como nunca de roja sangre vertical de herramientas verídicas de diástoles profundos de soldados que avanzan COR la nieve valiente a la cintura. Por tí la libertad viste de rojo esn la nueva estructura de la vida. La cal juramentada de tus Iiuepos va sembrando una aurora socialista. ¡Viva! ¡Viva el Ejército Rojo! Es decir, la ciudadanía más pura de la tierra. Ella viene del corazón fidedigno de Lenín de la espiga insurrecta. 40 CESAR M U Ñ O Z G A R R I D O Como quien dice inolvidable, de roca viva, de metales acérrimos sangre incondicional milita entre sus venas. El acero de pie se transfigura En batallón ardiendo En fieros pararrayos En granada octubreña. ¡Adelante! Pueblo de mariscales proletarios De banderas fecundas De coraje fluvial Del molino más alto. ¿Qué trinchera? Se compara a tu pecho combatiente Al alba antitanquista de tu estepa A tu pecho de halcón huracanado. Mirad hermanos Ahcra que la jauría del hierro analfabeto invade con sus negros colmillos La esmeralda íntegra de tu primavera Tus polígonos de rosas proletarias Tus nítidos invernaderos de heroísmo Tus ciudades de fortaleza humana Tu cintura de músicas agrícolas Tus cabellos de espigas agitadas Tus alboradas stajanovistas ¡Oh tierra carnarada! Nosotros, tus parientes, tus hijos , los del puño en alto. Con el fusil candente de la espina dorsal Con el pecho invadido de cólera y ceniza Te vemos en la primera fila de los héroes Por nosotros, luchando Por nosotros, sufriendo heroicamente ardida. ODISEA D E L H O M B R E Y SU ESPERANZA 41 Salud Madre Soviética. Tan pródiga de altura. Salud taller del mundo. Tan exacto de hombría. Salud bandera roja de la sangre desnuda. ¡Oh gloriosa nodriza! Hablamos de tus niños que al respaldo del trigo maduraban. Hablamos de tus bosques lívidos de ahorcados. Hablamos de tus hijas, delantal de la angustia y de su rubio vientre masacrado. ¡Oíd! Clarines minerales retumban bajo tierra. Superando a la muerte su sombra se adelanta. ¡Buscadlos! En el parac&ídas ski tregua de la nieve. En los claros de escarchas espectrales. En todas las pupilas proletarias. Y aquí en el surco musical de mi frente en la línea leal del corazón. Están de pie vestidos de proclamas. 3 Al Oeste! ¡Al Oeste! Los filiales soldados de vanguardia. Obreros colosales de roja leche antifadsta. Campesinos leales de tuétano inmutable. Esta es la g u a r a justa. Por los pueblos hermanos. ¡Sin cuartel aniquila 1 A ellos. El decreto chispeante del fusil Un óxido final de bayoneta La hoz menguante de la dinamita. Abrid de par en par las puertas de la historia y corre d los umbrales. 42 O E S A R MUÑOZ G A R R I D O Esta es la joven guardia del planeta. De arcilla universal De insomnio incomparable De acero indiscutible De petróleo incansable Los camaradas de armas san fronteras. Por tu nivea casaca de coraje encamada de gloria. Yo te saludo ¡Oh Madre predilecta! Por tu sabor de centauro y obús Por tu mediodía de tronantes clarines Por tus vetas de hazañas torrenciales Per tu estatura de gigantes relámpagos Por tu perfil de sal inexpugnable. Porque eres la más anctha barricada de la libertad defendiendo la avanzada del hombre y su heroico estatuto. Por nuestro anhelo terrenal Por nuestros vínculos espirituales Por la luz del futuro. Aquí en la casamata de mis puños tengo las cinco puntas de tu estrella. Mi corazón, una granada nómade Tomadlo, que si cae ea tu triic'iera florecerá en los pétalos de Octubre cual rojo juramento de la tierra. ¡En marcha! La más liviana infantería del aire que la brújula auténtica. Voroshilov Budiony TimO'shenko Zhukov y Stalin la agitan en la diestra. u R S S. Con paso doble marcha la libertad por tu bandera. Soldados ¡De frente a la victoria! El universo, es el roj» soviet de las estrellas. CANTO DE NAVIDAD A LOS NIÑOS DE HOLANDA. ¡Ah! las glorias de un pueblo comienzan en su sangre. Holanda vencedora del mar Reino de la ternura ultramarina. Tu arrogancia de albatros al amanecer La Rosa Náutica de tu cabellera esculpieron tu proa de odiseas anfibias. De babor a estribor Siempre fué Holanda la nodriza de las rubias sirenas Tulipán de Occidente novia del caracol. A través de los siglos tus grumetes ski brújulas, tus viejos navegantes avanzados de hierro con su sangre desnuda con sus hachas intrépidas trajeron de altamar: El dique de la aurora para tu azul el Un puente levadizo para tu sangre nórdica La canción de las islas para tu corazón. ¡Qué sabor a violiries tenían tus trigales! ¡Qué escafandra de pr-érr-^as ceñía tu cintura! Con su liviana acústica azul de golondrina giraban tus molimos con su harina de músicas. Venid niños de Holanda Mirad la nochebuena El rostro de Jesús florece a la distancia Ahora, digo shora 44 CESAR MUÑOZ G A R R I D O olor a tierra gris, a lunas invadidas, a venda de hospital alcanforada y muerta. A lluvia gangrenada, a sillas de recuerdos, A tumbas fugitivas de luciérnagas. Venid niños de Holanda Tocad de trenza en tronza las campanas del mundo. Por el perfil sangrante de la palabra Rotterdam desciende el arrabal del bronce destruido. Ura carrousel de escombros de ultratumba galopa y las letras vocales sucumben de rodilla«. Cien mil niños sin tacto Cien mil niños de indefensos latidos Cien mil niños de osamentas atónitas. Las calles desbocadas por los mares del Norte. El silabario trunco de los. dientes de leche La madre con su (»liga sonámbula de pólvora. La sonrisa caída a tres metros de sangre La aguja y el dedal de las mujeres tristes Muerta la institutriz de las llaves azules Todo eso y mucho más El huésped sin carnet El cadáver sin fecha El vecino sin órbitas. Niños de Holanda ¡Niños! empinados al mar, llorad a solas. ¡Cuánta muerte de azufre sin razón! vino a crucificar tus molinos de estrellas Los Shikas coa su avidez de sangre vertical. La soldadesca unánime del crimen. Los burgomaestres del cáncer deypatriado azolaron tu corazón atlántico de espumas la huella digital de tus canales tu estatura de anémonas. Cantaradas decidme ¿Serán de este planeta? Niños muertos de Holanda De esqueletos ski nombre golpead de puerta en puerta. ODISEA D E L H O M B R E Y SU ESPERANZA 45 Caperucita Roja está roja de sangre. Aplastó a Pulgarcito la bota de un von kluv. Cenicienta es ceniza en el vientre de un tanque y a la Bella Durmiente la reventó un obús. Mirad, mirad todos mirad Azul ronda de huérfano« solloza entre los mástiles. Mambrú se fué a la guerra, Mambrú no volverá. Los niños ahorcados en el árbol de Par.cua serátri los campanarios holandeses del mar. Esconded las sandalias de las sorpresas vírgenes por el balcón del sueño no subirá Noel. Allá en el horizonte coagulado de mártires fué el primer fusilado rumbo al amanecer. Era el más viejo y a la vez el más jóven amigo de lo.; niños. Era el agrimensor de la alegría Era el Capitán de las cigüeñas. Niños de Holanda De tus ojos al mar ¡qué nadie duerma! Por la carretera geográfica de la victoria vuestros ojos serán semillas de fusiles. Verdugos, lo« veréis heroicamente abiertos a la eternidad. En el instinto dorado de la espiga E« la gris fisonomía de los yunques En la clorofila húmeda de los eucaliptos En la columna madre de las lágrimas En el kindergarten musical de los ríos. Y será un ojo abierto, inmensamente abierto de Polo a Polo. Más allá de las islas de las lluvias ein Iregua Abierto, más abierto que el ojo que persiguió a Caín por los planetas. Un ojo abierto De De De De fuego circular con su niña de angustia sueño asesinado a orillas de la tarde. madre acorralada, de estranguladas cunas azotadas mejillas y de esponjas vinagres. 46 CESAR MUÑOZ G A R R I D O Sobre la Cruz de Hierro el ojo abierto En la almohada caliente del traidor. En la garra sangrienta del verdugo el ojo acusador. Ven Rembrandt a pintar esta anatomía de tu patria a la aurota. Tejedores flamencos tejed cien mil banderas clandestinas. Proletarios Empuñad la potencia oculta de los minerales. Dinamiteros Volad las guarniciones de la muerte parda. Camaradas Abrid la exclusa del mes florido de los tulipanes. ¡Aliados al asalto! El capitán de Flamdes nos espera en las dársenas con el eclipse eterno de su sangre insurrecta. El pueblo con el azul firmamento de su lealtad La noche con su clave patriótica de estrellas. Campesinos la tierra ensangrentada al fusil señalad. El 0« dará un otoño más puro que la harina y hasta 1<>$ mismos muertos de pie dispararán. Niños Por los niños de Holanda id a tejer alrededor del mundo con la bandera de la democracia, la ronda de la fraternidad. • CANTO A LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA. Salud América del Norte. Agitada de océanos En marcha contra los últimos tiranos. ¡ Huirá! ¡ Hurra! ¡Hurra! A la vanguardia de los puebloj. Eres el refuerzo de la libertad que en el mundo se encuentra acorralada, ¿Quién vive? La avanzada Tu pueblo con el Tu Ejército con el Tu pendón con su de los centinelas. sudor triunfal del horizonte. perfil aerodinámico de los héroe». celeste guarnición de estrellas. ¡Adelante la América! Rubia Piel Roja Judía Mestiza Negra. Con la armadura dél búfalo lejano del Oeste Con la canoa boreal del Mississippi. ¡Hurra! ¡Hurra! ¡Hurra! 48 CESAR MUÑOZ G A R R I D O Las muchachadas ágiles del Hudson con su cotona de harina insurrecta. Los leñadores tronantes de Oregon tallando el firmamento con sus hachas. Los centauros rurales de Arizona con la espuela furiosa de los mares. Todos fuertes y unidos. Como el salto intrépido del Niágara Disparando el cañón del Colorado Puliendo la bayoneta juvenil de Florida. ¡Viva! ¡Viva! Los pioneers de la democracia. Con la patrulla de los hombres libres por la trinchera terrenal avanzan. La frente de relámpago. La dinamita al hombro Las granadas maduras Las pupilas blindadas. He aquí una nación en marcha a la victoria. Coa lá arcilla vertical de Jefferson Con el himno generoso de Washington Co:i la misma levadura de l.'ncc'a Con la energía exacta de Walt Whitman. Adiós. Adiós Adiós Adiós Adiós al eco de los dioses caídos por los de fíladeros. la vieja guardia de los bosques gigantes ríos vecinos de caudalosa infancia fieros volcanes de artillería roja. América del Sur grita: ¡ Presente! Los cíclopes ceñudos de los Andes os saludan con el puño auroral del Aconcagua. Los niños os despiden con su ración de luna distraída Los mares os bendicen con sus banderas cósmicas. Vuestra patria es la fuente de la juventud. El arsenal de la hazaña más pura. La odisea atlética de los metales El andamiaje de la edad futura. ¡Oh tierra ciudadana! La adolescencia vegetal Je América al ritmo de tu sangre se dilata. ODISEA D E L H O M B R E Y SU E S P E R A N Z A Con Con Can Con Coa Con 49 la dulce ternura de los cañaverales. el sueño infalible del salitre. la convalecencia prolongada del caucho la intrepidez celeste del petróleo el galope circular del motor la arenga del cobre estupefacta. ¡Abrid lea hangares! Encended el trimotor del alba. Tus pámpanos de aviones maduran a la aurora. La victoria florece en tus tomos mecánicos Tus hélices olímpicas surcara el universo. ¡Ras! ¡Ras! ¡Ras! Por los tigres voladores Por tus expedicionarios de cascos pensativos Por los que sostienen la antorcha rígida de la libertad ¡Dádme el alto! Que en columna de a dos , hacia la muerte, con el fusil azul de la esperanza maJrchan los camaradas de Baatan. ¡ Hurra! ¡Hurra! ¡Hurra! Los de la hazaña virgen Los del amanecer inexplorado. La dinamita humana del Corregidor. Por vosotros la gloria conoce su camino ¡Ah! las dianas nos traen vuestro último adiós. De frente se adelanta. Tu marinería saturada de heroísmos anfibios marchando a la vanguardia de los fusileros insulares. De los Ejércitos ultramarinos De isla en isla hasta el alba del último cartucho amasando la historia con su sangre. 50 CESAR MUÑOZ G A R R I D O ¡Alerta! Las voces de mando desde el fondo inflexible de América invaden mi garganta. (Vista al frente! ¡En marcha! Estadounidense del corazón gigante Los puntos cardinales se amotinan para formar tu insignia de coraje. De píe junto a vosotros está la gran familia americana. Canadienses de fuegos invencibles Mejicanos de guerrillas leales Dominicanos de hierros esmeraldas Salvadoreños de indo!« estallante Cubanos de pupilas intrépidas Costa Rica. Naútica de los ángeles Guarda-costas haitianos del Caribe Hondurenos tatuados de huracanes Jamaicanos del fusil estridente Nicaragüenses de pólvora tronante Guatemala. Rubí de los grumetes Panameños de voz aiolvidable Venezolanos de fluvial ensueño Colombianos de auroras verticales Brasileros del celeste Amazonas Ecuatorianos del trópico insondable Uruguayos de atléticas victorias Paraguayos de dinamita grande Peruanos hijos del sel incaico Argentinos de espuela resonante Bolivianos de manantial erguido* y Chilenos dé pimías torrenciales. Todos escoltando tu marcha sin cuartel ¡Al Eiste y al Oeste! Desde Alaska, témpano enardecido. Al Cabo de Hornos vestido de huracanes. ¡Levar ancla! Tu quilla de gloria inoxidable decapita a Neptuno. El corazón púrpura de una estrella filial abraza tu bandera. O D I S E A D E L H O M B R E Y SU E S P E R A N Z A 51 Un horizonte de sirenas nocturnas con su cerrado puño antiíacista abre paso al convoy de las cuatro libertades. Fraterniza en nú canto la Rosa de los Vientos. Hablo a tus marineros duros como el diamante. Saludo a tus guerreros endomingados de metales indómitos. Veo a tus aviadores de sangre aeronaval. En el looping-the-loop de kx halcones ¡Oh prometeos de la democracia! construyendo la aurora universal. En marcha América del Norte. Ya siembra tu bandera su racimo de estrellas federales Profética Tempestuosa Sublime Tu sangre multiplica su antorcha fraternal. ¡Huirá! ¡ Hurra! ¡Hurra! En el surco final de la victoria germina inexorable el polen fiero de la libertad. CANTO AL PUEBLO HEBREO Los arroyos nómades cantan por vosotros. Silenciosas rapsodias otoñales Musicales vendimias de rocío Letanías de estrellas laceradas. ¡Valor! Vosotros, los nacidos em la calle más triste de la tierra. En los ghettos crecidos de !a angustia En el surco familiar de las lágrimas Donde la cigüeña más pura de la nieve era la última mortaja, ¡ Ah tu nariz caída al peso de los siglos! Bajo la ruda diestra de los años. Cada herida en tu carne es una barricada compatriota de un sueño sin fronteras, ¡Oh raza judía! Los pañales del mundo tejiste con tu sangre. Ahora no el cordero de pálidos balidos Ahora es el pogroms, follaje de gemidos el látigo verdugo del huésped torturante. Mi pluma es diapasón de sangre requerida. j Valoír! Azules peregrinos de sandalias sin rumbo Fugitivos pastores de pies ensangrentados Remotos emigrantes de ángelus taciturnos Diminutos rabíes de ojos desorbitados Celestes filatélicos da insomnio golondrina CESAR 54 MUÑOZ G A R R I D O Tímido« relojero* del silencioso horario. Madres de tranzas melancólicas Niños de suicidada« sienes. ¡Valor! Las siete vacas gordas del verdugo h&m muerto al píe de Stalingrado» Encienden hogueras los hunos hambrientos en sus madrigueras. Las llamas escriben hacia el porvenir Alertas fecundos. Y en cada mirada Cuando nace el día florece un fusil. Como un profeta derrotado en el rubio evangelio de una biblia otoñal. He visto Tus filiales v¡clines ahorcados Tus bíblicas palomas en rehenes El muérdago caído a orillas del umbraL Y «n el tabernáculo rojo de la vida De sangre anegados De odio uniformado« Caín y Goliat. Cierra la ventana. El lobo se acerca. Ya incendió la luna de la sinagoga. Son los arios puros de las uñas viles. Petras diluviales qu» arrasan la aurora. ¡No miréis atrás! Igual que en Sodoma tendrán su castigo todos los canes. ODISEA D E L H O M B R E Y SU F 8 P E I M N Z A Hermano, Tu* sandalias mudas pisan la tristeza Tu voz patriarcal bendice el arado. Tu infancia sin niño« retumba en Judea Tin «abado« tristes son mis días vastagos. Fuiste la nodriza que acunó la historia Como a una nodriza todos te olvidaron. De estatuas de sal cuajaron tu boca De esponja* hiriente« tus remoto« párpado«. | Despertad! Lo« acurrucados en la cisterna del sSwicío Lo« que ski levadura el pan amatan j Valor! Lo« que sin anclas rebuscan el arsénico También «1 arrebol madura en catarata. Oíd al veredicto cabal de la justicia. Las siete plagas surcan la cárcel del verdugo. El maná de la muerte Las trompetas volcanes Tiembla el becerro de oro que ha masacrado al mundo. Adío« Adiós Aquellos que despliegan en los mástil«« su alma peregrina igual que una bandera ensangrentada. Adiós Adiós A la« madre« preñadas de gaviotas qua «n el último puerto aÚK agitan su pañuelo de lágrima«. 55 56 CESAR MUÑOZ G A R R I D O Adiós Adiós David con el arpa de los siete mares sembrará tu destino De miel dorada De leche cantarína De aceite pensativo. Adiós Adiós Forasteros errantes. Tal vez nos hallemos por la tierra un día. ¡Ah! Con el madero de la Cruz del Sur yo os tallaré un báculo. Cantar de cantares a la amanecida.. Hermanos del mundo. Vamos, todos vamos buscando con ellos tierra prometida. ;OH ANTORCHA DE GRECIA! ¡Oh aalo.cha de Grecia! Aún, antes de la maratón celeste de los siglos, digo, antes de la conjugación de los diversos mares, del verbo liberado En la víspera infinita, ahí, heroicamente ahí en la armonía dinámica del corazón de Prometeo surgiste con tus brazos agitados ¡Oh antorcha universal! Lejos, pero a la vez tan cerca de nosotros. MU ojos, por los ojos de los antepasados de mis antepasados te vieron alumbrando en las estoicas alborada» espartanas. Sublime de titanes, más sublime en el arco del triunfo de los horizontes atenienses, « i las pupilas septentrionales de Homero., en la diana de nadie que jineteaba los párpados de tus guerreros al amanecer, en la primera barricada de la libertad. Por el himno verdadero del ciudadano libre tus argonautas empapados de gloria inagotable desafiaban con el pecho desnudo su oráculo de flechas. Hoy como ayer retumba el mar Egeo con sus tamborea cíclopes. ¡A las armas! Vendimiadores del pámpano de estrellas. ¡A las armas! 58 CESAR MUÑOZ G A R R I D O Los del rebelde litoral dentellado. ¡A las armas! Centinelas de las bahías maternales. Grecia tu bandera de músicas marinas invita como un águila al combate. De isla en isla. De! archipiélago de tedas las distancias regresan tus guerreros en el centauro de tu sangre pródiga. Se incorporan del mármol destruido, del bronce de la lluvia calcinado, del cósmico- granito inmemorial. ¡Oh pueblo heleno injertado de héroes filiales! Camino mil estadios hacia tus laberintos, hacia tu sueño náutico. Desde tu frente acribillada de est-sllas Aquiles salta al mundo con su talen resucitado. Ulises derrotando su glacial ostracismo se une a tu vanguardia con su3 flechas olímpicas. Y entreveo a Leónidas en medio de su sangre que avanza con las Termopilas a cuestas escribiendo su último mensaje al gran pueblo de Grecia. Aquí renace la longitud del héroe desde tu azul perfil mediterráneo. Todos de pie y alertas al pronunciar el nombre de mis hermanos de armas tan lejanos. jQué amargo sorbo de cicutas! En cada sístole del péndulo, al final de la calle, un niño acumulado de silencio un niño con sus tímidos pulmones fugitivos muere de hambre. Salid vecinos de la democracia por la flauta de Pan. Traed la estrella láctea de las ganaderías de Occidente. ODISEA D E L H O M B R E Y SU ESPERANZA 55 Las manzanas peninsulares de California al mar La miel silvestre de veinticuatro quilates del ardiente Ecuador Del Sur verde de Chile la sustancia infinita de Chillan el caracol dorado de la trilla la uva moscatel de un parrón otoñal. La sonrisa aromática de los cafetales de Centro América Los dátiles parlanchines de la pulpa del Africa La ternura agraria de las provincias canadienses La canela estival de alguna isla aún 110 descubierta. Dadme el Sésamo Abrele de todos los grsneros Dadme la Alfombra Mágica de los guerrilleros pensativos Dádme la proclama de la espiga cordial para amasarla, aquí en el horno ardido de mi corazón y enviarla como un saludo de esperanza. Tú, dime ¿qué das? Mira que en cada fragmento del reloj muere un niño de hambre. ¡Deténte! Dime tú ¿qué haces? Bien sabes que todo hombre de esqueleto vertical lleva su perfil ensangrentado como un portaestandarte hacia la victoria humana. O estás con nosotros O estás contra nosotros. He aquí la barricada circular del planeta. El mar con su filípica de espuma antifacista El aire con su roja fonética de angustia La tierra huraña con sus fuegos fátuos. Dime tú ¿qué das? Grecia la que nos amamantó con la odisea da su juventud la que nos dió la llave rural del pensamiento, el ángulo preciso entre el sueño y la luna. Mírala 60 C KM R - M Ü Ñ O Z G A R R I D O defendiendo la aldaba azul de] mundo que también es la aldaba de tu puerta ofendida. Mírala ahí de pie en el meridiano heroico de su sangre. La Rosa de los Vientos moribunda y su hombría de acero penetrante. Despierta ¡Oh Hércules! Por tus columnas abre paso a los acorazados henchidos de victoria. ¡Penélope! Teje desde tus trenzas las banderas aliadas. Barre con tu tridente los mares a la aurora. ¡Neptuno! Arriba ¡Más arriba forastero! Mira, ya vienen aviadores desde los altos hornos de la democracia. Atletas de las nubes de músculos solares de oceánicas pupilas con la clave encendida de las constelaciones. Júpiter con su índice relámpago les señala el hangar infinito del coliseo universal. Mercurio, rapta la arenga primordial de los dioses para condecorar sus hélices intrépidas. Cruzando el horizonte Saturno trae a cuestas su pista circularArriba ¡Más arriba forastero! ¡Oh antorcha de Grecia! En tu esplenddr florece el Ave Fénix de la libertad. CANTO A LA SANGRE NORUEGA. Por encima del hombro de la historia veo un desfiladero de sangre escandinava. Es tu sangre Noruega. De pie como el rocío de una estrella aurora!. Rotunda Esbelta Náufraga. Con su elevada estatura de águilas marinas. Con sus fiordos arteriales de música avanzando hacia el mar. Sangre capitaneada de antiguos navegantes. Sangre azul de los vikings. Hoy como entonces, región de los remeros audaces, tus primogénitos navegan por el camino de los cisnes con su adelantado corazón de prOa en el crucero de la libertad. Hasta el mar de mi patria como urt guerrero desterrado llegan vuestras canciones de espuma guerrillera. Las aguas nórdicas Os saludan con sus más puros monumentos de hielo. El cielo con su litoral de arco-iris olímpico El círculo pelar con su azul madreperla. Los grumetes del mundo con su fiero tatuaje Los niños fusilados de gaviotas La arenga náutica de los caracolas Los pueblos más leales. ¡Paso libre! 62 CESAR MUÑOZ G A R R I D O A los compatriotas de la aurora boreal A los escampavías nutridos de esmeraldas A los dragaminas heroicos de ultramar. Noruega A h o r a cuando hablamos de tu pueblo atrincherado en su propia esperanza. Tu espíritu desbordante se despliega al Oeste en línea de combate. Las horcas se derrumban Las cadenas revientan al golpe de tu sangre. Tu grito timonero del horizonte invade a la alborada. ¡Arrojadlos al mar! Lejanos tripulantes del Atlántico Os he visto alineados en el bitácora de la democracia con el rompeolas de vuestro corazón desnudo surcando los océanos. Los truenos anudados a los cuernos gigantes. Las vírgenes de los escudos entonan sus rapsodias Sobre sus cabelleras cabalgan huracanes. Ahora es necesario. Un amanecer vikings para tu estrella náufraga. La intrepidez de los mástiles nómades para el periplo de tu liberación. El hacha que derriba los bosques guardaespaldas del silencio otoñal. El servicio secreto de tu geografía para todos tus hijos que no se rinden al látigo verdugo. El polvorín celeste de la lluvia que cae en tus mejillas laceradas. La índole del héroe sin cálculo. Todo eso y mucho más. ¡Oh Noruega! ¡Qué diámetro posible para tu gota de sangre sin aurora! ¡Qué sílaba portuaria! ODISEA D E L H O M B R E Y SU ESPERANZA 59 Valor hermanos míos, porque el canto del mar es vuestro canto. Amputado de lágrimas Bien mirado de gloria Acantilado de humanidad. En la proa del norte nos aguardan tus archipiélagos de estrellas Tus dársenas ansiosas de ternura Tus bahías menguantes Tus mc-ntañas enérgicas. ¡Al combate! Por el rescate de tu libertad ahora desterrada. Apuremos el paso militante. A marcha forzada si fuese necesario. Por tí Noruega siempre se debe avanzar. Porque la herencia de tus mártires tiene la dimensión dal universo. Tus hijos fusilados son las columnas de nuestra libertad. ¡A estribor! Siempre ¡A estribor! Que ahí está tu semblante de cazatorpederos. ¡Oh estrella del mar! Atada de pies y manos te vendieron en la medianoche. Nadie conoce el precio, pero sí a los traidores. Vivías asomada al porvenir con tu capote de nieve palpitante. Hoy estás arrasada pero no> vencida. Tu corazón madura en los velámenes de las gaviotas forasteras. A la sombra de la mejor palabra que llevo a flor de labios En los cabrestantes de todos los puertos de la tierra. De frente combatiendo. CESAR 64 MUÑOZ G A R R I D O Con la pureza única de Jos leñadores de Narvik Con la luna flechera de los cazadores de Laponia Con la canoa de ice-bergs de los pescadores de Bergen. En los niños nevados de Oslo con su color de muerte distraída. En los estibadores legítimos de la primera niebla de la madrugada. En los guerrilleros anónimos de la bruma de Trondhjem ¡Paso libre! A la juventud dinamitera Al abanico rojo de la ametralladora A la bayoneta del rictus sin cuartel. Por el puente final del arco-iris Las escuadrillas democráticas despejarán tu cielo encapotado. De nubes asesinas y de siervos caínes. ¡Ah Noruega! Bajarás hasta la orilla crispada de tus mares heroicamente renacida con tus llagas al hombro a enjugp* de ternura tu amanecer de sangre. Las campanas del triunfo anunciarán que tu libertad ha regresado, a sangre y fuego. Inflexible Erguida Marchando soberana. ¡De marineros! Izad prisa vuestro estandarte en el palo mayor del porvenir. Más allá de la órbita de Marte En las estrellas proletarias. Ahí en la adolescencia de la sangre noruega. Miradla más próxima del mar se incorpora infinita la nave insignia de la victoria aliada. BIENVENIDA A LOS GUERRILLEROS. Aquí no hay lagrimales. Sólo sangre y más sangre. Distrito terminal de las tierras eslavas. Sabor a insomnio muerto, a puñal enterrado a voz deshabitada. Aquí ya no hay aldeas de cascadas frutales ni domingos azules. Solamente guerreros de huesos democrático« luchando en el cénit de la sangre del mundo contra el lobo rabioso del facismo contra el nuevo orden del verdugo. Vendrán tu« guerrilleros de alborada y en su azul horizonte de centauros traerán tu bandera. ¡ Yugoeslavial Aquí, sólo hay mujeres de fusile« bronceado* barricada florida, fiera trenza desnuda. Leales yugoeslavos del corazón del Sur, amurallada frente olímpica de rayos, rojos de dinamita múltiples de granada« repentino« de pólvora fulminantes de astucia maduros de relámpago*. Combatientes hermanos de la enana sobre vuestras empuñaduras de águilas triunfales el porvenir florece ¡PUNTERIA! Gran pueblo Capitán de Capitanea 6 CESAR M U Ñ O Z G A R R I D O Vendrán tus guerrilleros Madrespiga escribiendo tu nombre heroicamente con »u sangre encendida. YUGOESLAVIA Plaza fuerte de la humanidad Estrella rural de la alegría Recinto adelantado de la libertad. Los atilas autómatas con su odio secular de mauser decapitaron el himno Stradivarius del Danubio, tu musculatura de sol primaveral y los paracaidistas, satélite* del buitre asesinos del alba bajaron por tus vértebras de trigo sarraceno a masacrar la flor de los Balkanes. Vendrán tus guerrilleros tana herradura de tu sangre a la mar. Tus bosques de ahorcados amanecen girando. Gargantas änfinjtas, ojos de hiél fnal. Las manos cosechando un coágulo de estrellas y la tierra a lo lejos, con su adiós espectraL Ellos mueren gritando en el cielo de nadie ¡Viva la libertad! Da aurora ensangrentada a la última aldea Ahí está Yugoeslavia. Su corazón adriátko conjurado de espionas sus trencas campesinas, su trigal de esperanzas sus fraguas de amapolas militantes su vegetal cintura amotinada» A través de los mares reconozco tus vértices de gloria. En d sudario equinoccial de Sarajevo En los laberintos de alboreados de la Sumadija En los pantanos insurrectos del Drin En la fosa común de la Herzegovina En la bigornia atlétka de los Monte« Dimáneos En las cataratas de sangre danubiana ODISEA DEL H O M B R E Y SU E S P E R A N Z A 67 En ta rebelde banderín desplegado. Vendrán tus guerrilleras galopando por el suburbio de la Vía Láctea A tus muerto« vengar. Tus mártires van enterrados de píe en nuestro corazón. Su perfil aguileno con la última sílaba del alba florece puño en alto. Serbios del fusil que derrumba Mortt&aegrLnos leñadores celestes Eslovenos de robles tiroteados. Habitantes sin tregua dormid aquí en la gruta de mis manos. Carnerada En el ángulo azul de tus bosques ardidos se presiente tu mochila de gloría guerrillera. La harina solidaria de la estrella del norte O surco hijo de la barricada La hidráulica triunfal del porvenir. ¡A la carga! Caballería espléndida del frente campesino. ¡A la carga! Guerrillero* fantasmas del puño proletario. ¡Bienv«nidosí Francotiradores del amanecer Dinamiteros del horizonte Antitanquistae de la libertad. ¡A la carga! Con Con Con Can la la la el heroica trinchera de tus bosques bayoneta anfibia de tu sangre bandera aliada de tus ríos santo y seña de la humanidad. Vendrán tus guemHeros {BIENVENIDOS! Yugoeslavia empujando la victoria De pie la t k m grite: ¡TRIUNFARAN! ESTRUCTURA DEL HOMBRE BIOGRAFIA AL R O J O — STALIN. En la trinchera heroica del destino tu corazón señala el planetario vértice firme donde el campesino se dió la mano con el proletario. Nace desde tus vértebras de acero una antorcha con su espada infinita. Enaltecido oasis del obrero. Bandera roja de la dinamita. f u puño en alto inauguró un jardín derribando en su marcha el p a n salobre para sembrar la estrella de Lenín en la frente del hombre. Eres como un saludo de ternura ardiendo en el taller de la alborada. Habita en tu perfil la arquitectura de la palabra camarada. Con ella, la semilla del futuro tallaste heroicamente coa tu mano. Nunca ha tenido un Capitán más puro todo el género humano. Tu edad gigante empuja la victoria sepultando el relámpago sin brillo. Un yunque de rubíes es la historia con la hoz y el martillo. Más de un almud tronante de alegría más de un amanecer te debe el mundo. Un soviético amor, más todavía un sindicato de héroes rotundo. CESAR MUÑOZ La nieve de la estepa, tan celeste ha subido a tus sienes quinquenales que es más preciso el arco de tu frente que los arcos triunfales. Tu rojo nombre por la tierra avanza con su overral de usina predilecta. Tiene la dimensión de la esperanza de par en par abierta. G A R R I D O BIOGRAFIA EN AZUL.— CHURCHILL. Viejo lobo de mar. Los huracanes «o pudieron con él. Era más fuerte que los negros galeotes de la muerte su pecho, capitán dé capitanes. De cantos marineros. León marino. En la proa del mundo vigilante, la libertad era una Albión humeante y el Támesis la raya del destino. Sus brazos de leal amanecida con su luz de bitácoras boreales florecían de grúas maternales remontando el tridente de la vida. No el Arca de Noé. La de Inglaterra cercada en un diluvio de chacales. Los colmillos más fieros y bestiales su valor sepultó bajo la tierra. La brújula genuina de su frente. Sangre, sudor y lágrimas al hombro, Una bandera arriba del escombro y la esperanza y su fusil celeste. El sinónimo azul de la victoria desciende con su nombre de la mano. Y el firmamento es como un ciudadano tendido en la trinchera de la gloría. ¡Oh geográfica carta de alegría! De su acento renace en I03 hogar« la levadura de los siete mares para amasar el pan de cada día. 74 CESAR MUÑOZ G A R R I D O Mambrú el guerrero en sus arterias late. Salud Mambrú( exclama todo el mundo. Y Atila retrocede furibundo de la primera línea de combate. Cazador de horizonte. En su elegancia Neptuno deposita su diamante. Del humo de su habano salta errante la Rosa de los Vientos, su fragancia. Sólo la libertad sabe su ruta. Es quien detiene el vaso de cicuta y extremece al germano en su frontera. Abre los cielos su ademán titánico. Los mares rugen con el león británico Y la victoria agita su bandera. BIOGRAFIA AMERICANA. ROOSEVELT En el asta del cielo americano su voz fué un estandarte de avanzada sembrando con la estrella de su mano la libertad vestida de alborada. La biblia deshojada de su frente es tan firme, tan dulce, que la gloria desde su corazón grita ¡Presente! cuando su voz desfila por la historia. Son sus brazos abiertos, fraternales la bahía de América más pura. Por sus siemes, las cuatro libertades marchan, de nieve invicta hacia la altura. Su sonrisa cordial cuando amanece es el ángulo recto que inaugura el surco donde Washington florece, donde Cristo es amor y arquitectura. Late en su sangre un eco jacobino. Del Niágara el lenguaje del futuro. Es el Gran Capitán y el buen vecino del evangelio humano más seguro. Los dos océanos como dos canciones al alba van sirgando un sueño náutico que escolten todas las generaciones con el sol fidedigno del Atlántico. El vientre de la tierra más leal. El racimo de estrellas más fecundo. El más heroico Ejército boreal lleva su nombre de celeste escudo. 76 CESAR MUÑOZ Con el índice azul del Chimborazo Bolívar le saluda. Y a su paso cóndores arden de la Cruz del Sud. Y cuando América es dinamitazo Ponce de León comprende su fracaso. ¡Esta es la fuente de la juventud! -GARRIDO HITLER. Caín le abrió el camino contra la raza humana. Después le amamantaron las putrefactas hienas. Y el Instinto satánico de la tribu germana cual charco de vampiros desembocó en sus venas. Su pezuña extendida manchó el cíelo de sangre crucificando el alba con sus garras filudas. Desde el Apocalipsis de su insomnio vinagre va Atila cabalgando al pestilente Judas. A su paso de ganso se estrangulan metales. La víbora cobarde de su ademán obscuro sobre el rehén descarga sus odios infernales. jAh Dios Mío! la araña de su nombre yo os juro no la podrás pesar ni aún con los chacales, haced otra balanza. Este es un arlo puro! HIROHITO.— Mirad, todas las furias han hallado su báculo en su mirada oblicua de alacranes traidores. Una avidez de sangre cabalga su tentáculo y una casta fanática sus dientes roedores. No es el durazno en flor su oriente preferido. Son los dragones negros de lenguas insolentes. El opio samurai del puñal escondido que en el alba del mundo ha clavado sus dientes. Un cdio milenario y una hie<na inaudita en su sombra amarilla, aullando se dan cita. Su perfil de tarántula frente a la humanidad Se enturbia de harakiri. Mientras que de rodillas se hunde el sol naciente al golpe de las quillas Y el mar exclama unánime ¡Paso a la libertad! MUSSOLINI. Aserrín petulante. Salteador de las greyes. Un eclipse rapiña has sido por la historia. De los Alpes al mar, tu hueca vanagloria clausuraba la ruta de las más altas leyes. Consueta de la muerte. Tu mentón es la escoria que denuncia la estirpe del chacal aullante. Cómo ha sangrado el verbo constelado del Dante en la garra cobarde de tu negra oratoria. Una fuga de azufre señala tu destino. En la fosa maldita del último tirano se transfigura en hiena tu dialecto asesino. Al despuntar el día, alguien nos grita: hemano. Desde las catacumbas vuelve el hombre latino y cual al hijo pródigo le estrechamos la mano. LAS TREINTA MONEDAS. Con las treinta monedas iba Judas. Ojos turbios, la mano putrefacta. A lo lejos, la mejilla de Cristo, roja de sangre y golondrina. bajo la cruz temblaba. Judas miraba a la aguadora azul de las pupilas tristes, pero ésta, escupíale la cara. Los esclavos leprosos le escupían. Y los perros huíein de las treinta monedas que sangraban. La última ramera de Israel Por las treinta monedas le cobijó en sus brazos. Y Judas se ahorcó con una de sus trenzas. Mas le dejó las entrañas podridas Y las treinta monedas que sangraban. Fué la herencia maldita de los siglos por las venas profundas de la humanidad. Desde entonces, por las treinta monedas que aún sangran Franco Laval Paveltch Quisling. Seyss Ynquart lepra del siglo veinte, vendieron a su patria. ¡Oh lujosos señores de morfina y monóculo! Majestuoscs genérales de regia chaivetera ensangrentada. 84 CE8AR MÜKOZ G A R R I D O Diplomáticos de smoking intachable y cien condecoraciones Gente de sociedad perdida, que se baña en champagne, que explota y mata. ¡Ah las treinta monedas amigos míos! jAh las treinta monedas ¡Cómo sangran! Es la sangre de Judas. Solamente esa sangre. Y ellos rezan por Cristo en los templos del mundo. Se persignan sus manos sanguinarias Sedientos aún de sangre se arrodillan al final de la cruz. Poro en la Amte llevan la marca de Caín la marca del verdugo y las treinta monedas que aún s&ngrah. Traidores de aquí y de allá Entre el Entre el Entre la hay una oro y la sangre odio y la espiga cruz y el tanque barricada. Pues la sangre que cae, es la sangre inmortal. Roja de luz gigante Pura Invencible Fiera. Y por la libertad los pueblos masacrados crucificados y ahorcado* junto ceci la mejilla de Cristo se rebelan. No os tratéis de esconder. No hay muralla posible. No hay mar No hay sombra alguna No hay universo entero que escondan vuestros rostros de traidores malditos. ¡Oh Son Son San Son las las las l«s las treinta monedas os delatan! treinta monedas de la traición de Judas. treinta monedas por vender a la patria. treinta monedas que brillan en la garra del odio treinta monedas ¡qué aún sangran! ANATEMA A LA QUINTA COLUMNA. Y llegaron un día, venían muertos de hambre. En los ojos grisáceos una humildad extraña. Viajaban cual medigos Era gente emigrante que venía de lejos, con las manos vacías, sin fé sin pan sin patria. América rasgó sus bahías de cóndores. Ai borde de la mesa se colocó otra silla. El pan se dividió entre el vino y las flores. Entonaba el arado la canción de la espiga y las vendimiadoras, novias de trenzas largas perseguían el trébol de cuatro hojas. Se les dio tierra y patria. Tierra fecunda de ríos formidables Patria gigante de primavera eterna. Y la gente al pasar le« saludaba — Bienvenidos sean. Levantaron sus casas. Fué la casa del odio. Sus gavillas malditas, una vil arrogancia. Cantaron sus canciones hipócrita* y altivas Y escupían la tierra que los alimentaba. Y con el mismo acero del arado Y con el mismo fuego de la fraternidad forjaron sus puñales sanguinarios. ¡América de pie! 86 CESAR MUÑOZ GARRID O Mirad «I viejo mondo distinto de sí misaso y «demás de los otros. Ahí un río preñado de osamentas azules. Ahí todos los muertos en la tierra de nadie que era la tierra de ellos. Ahí la sangre Lafayette derramada contra el lejano muro de la aurora. Ahí los ahorcados en su nudo de espanto. Ahí el penúltimo rehén cavándose su fosa. Ahí el casco sin nadie salpicado de estrellas. Ahí clama Kosciusko con el muñón sangriento de Polonia. ¿Cómo te llamas? No pregunto por el sonido hueco de tu nombre. Quiero saber el destino exacto de vuestro corazón. Extiende tus manos de turista. Mira Esta es América. Esta es la libertad, la inextinguible libertad que pretendes derribar cca tu bomba de tiempo. Fuera, más afuera. Espías diplomáticos. Siervos paracaidistas Cónsules del grisú hitleriano. Hermanos de Occidente A despejar la ruta panamericana de la fraternidad. Del facista que acecha en la esquina del mundo. Al fmal de sus tímpanos gritad: ¡ Guadalaj ara I y arrancarán desnudos. De los colonos nazis Emigrantes que no correspondieron al tiempo ni al espacio. Incediarios del Sur Papagayos del trópico: Periscopios galeotes del Caribe. Del japonés traidor Saboteador nocturno Del oblicuo zarpazo Del puñal samurai ODISEA D E L H O M B R E Y 3U E S P E R A N Z A 87 Del ojo diminuto. Quintacolumnistas Arrojad ese smoking neutral Arrojad ese frack pusilánime Arrojad el sayal pacifista. Os acordáis del día cuando Madrid fué traicionado. Cuando el pase de ganso desfilaba sobre vuestras sonrisas. Os delata el sabor del Judas del cenáculo La voz de la codicia. Fuera, más afuera. Con vuestro idioma despatriado. Con la insolencia de vuestros ademanes Que aquí sólo el olvido está olvidado. Este es el tiempo de la dinamita. Del horario sin tregua del guerrero De los altos disparos. Arrojad de una vez el sayal pacifista. Escoria de la escoria putrefacta. Ratas apolilladas de la lista negra. Navegante Colón cierra tus mares para el alma de esclavo no es América. Aquí los vientos alisios con su oceánico estandart« } sin látigos ocultos. Aquí la raza atlética de la libertad sin desertores de última hora. Aquí los Andes con sus cóndores hermitaños sin negros gavilanes emboscado«. Aquí la electricidad sumada a la ternura sin aisladores hipócritas. Aquí la fuente de la juventud intrépida sin petulancia asesina. Aquí los desterrados que no» piden refuerzos con el rojo lenguaje de sus cicatrices. Aquí la veta de los metales más dignos empujando el futuro victorioso. Aquí ningún traidor junto a la santabárbara. Que cada uno de nosotros camine a la vanguardia. 88 CESAR M U Ñ O Z G A R R I D O América ha quemado sus naves. i VIVA AMERICA! El destacamento de la libertad saldrá al amanecer. En fila india si es preciso. ¡Oíd las dt&nas! Hay que medir ccui nuestra sangre con nuestros músculos con nuestro sudor Con la bandera de la democracia la superficie de la tierra. ¡Oh! Patria mía. Llevemos nuestra estrella solitaria a los soldados caídos por la libertad, de trinchera en trinchera. I N D I C E ——oooPágS. César Muñoz Garrido C anción Gloriosa del ííío Yang-Tse-Kiftng Canto a los Guerrilleros Etíopes "" Kspaña, Miliciana del Mundo Alerta de Madrugada a los Checoeslovacos Canto a Polonia Mártir . ... Odisea Triunfal de Gran Bretaña Saludo de Esperanza al León de Brabante . Canto a Francia Combatiente Canto a la Unión Soviética Canto de Navidad, a los Niños de Holanda Canto a los Estados Unidos de Norteamérica . . . Canto al Pueblo Hebreo ¡Oh Antorcha de Grecia! Canto a la Sangre Noruega Bienvenida a los Cuarrilleros 5 0 17 2i 25 31 35 39 43 47 53 57 til t¡5 E S T R U C T U R A D E L HOMBRE Biografía al Rojo.—Stalin ... Biografía en Azul. Churchill Biografía Americana. — Ilousevelt Hitler Hiröhito Mussolini Las Treinta Monedas Anatema a la Quinta Columna 71 73 75 77 79 81 83 85