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AÑO XHI
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lARCELONA 15 DE MARZO DE 1935
•
NÚH. 321
LA REVISTA BLANCA
SOCIOIOQIA. CIENCIA, ARTE • SEMANARIO ILUSTRADO
COIABOBADOKE»
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FaUri, Aiutol Canta r Hat* Tiaal.
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INFOMUCIÓN. Aim y OfnCA
U m A I I A : Fa^arica MaatMar. FaUf AMbí CarU MabNa r Jaa^ala
KHfnCA. NHOMACIA, HKTO.
MA y MNDICAUSMO: RaJalf
Dar.
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SUMARIOS
RAÍZ DE LAS IDEAS DE MARX Y ENGELS, Y RAÍZ DE LAS IDEAS DE PROUDHON Y BAKUNÍN, por X.
X.
X. — RICARDO MELLA, por SoUcUid
Gustavo. — EL GENERAL PRIM, DESDE REUS A PARÍS Y LONDRES,
por Felipe Aláiz. — LA PLAGA DEL PARO FORZOSO, por Germinal
Esgleas. — «Mi DON JUAN», novela, por Federico Urales. — EL ÚLTIMO BURGUÉS, por Benjamín ]arnés. — ¿LA ANARQUÍA, ES PROGRAMÁTICA?, por /. Quiñonero Gáivei. — REVISTA DE LIBROS. — CONSULTORIO GENERAL. — GLOSAS : MASCARADA, por Federica Montseny.
tlADUCOONISi laaaUi C C«U,
AdMlnlalrsclóa: Cali* Escornalb«« (antat Omtnatéé), 37
de las ideas de Marx y Engels y raíz
de las ideas de Proudhon y Bakunín
I
¿Qué raíz tienen las ideas de Marx y Engels?
¿Qué raíz tienen las ideas de Proudhon y Bakunín? Preguntas son estas que requieren investigación muy especial sobre la juventud de las cuatro
figuras. Los materiales no faltan, ciertamente. Hay
una edición que aproximadamente tiene 900 páginas con todo lo que se refiere a Karl Marx, que
vivió de 1818 a 1883; con todo lo que se refiere a
éste — hasta 1844 las poesías únicamente —. Hay
más de 300 págitias con escritos, poesías, cartas y
caricaturas de Engels (1820-1895) con material de su
período de antemarxista (1838-44) ignorado por completo hasta mucho tiempo después de su muerte.
En un miliar de páginas correspondientes a dos-volúmenes están las cartas y documentos de la juventud de Bakunín (1814-1876) llegando hasta 1845.
Hay también un volumen ruso reciente — que desconozco todavía — y contiene algunos centenares de
cartas hasta 1838 únicamente, además de existir artículos impresos antiguos. Sobre Proudhon (18091865) hay conjuntos de cartas y algunos escritos y
hasta 1841 y el notable estudio La Jeuriesse de
Proudhon por Daniel Halévy (Moulins, Allier, 1913,
150 páginas) cuya base, en parte, la forman docu-
mentos inéditos. Habría que consultar, pues, cerca
de 3 mil grandes páginas de documentación inicial.
Para calificarla habría necesidad de analizar detenidamente las corrientes intelectuales y sociales de
los años 1830-1844 en Francia, Alemania, Inglaterra
y Rusia. Envidio a quien tenga a mano instrumentos de trabajo y tiempo para escribir un libro sobre
tema tan sugestivo. Tras este estudio podrían situarse los resultados con efectiva competencia.
Marx, Engels, Proudhon y Bakunín, de antecedentes y carácter tan diferentes, fueron contrapuestos de 1842 a 1844. Ya toda la vida fueron amigos
muy relativos y enemigos auténticos, teniendo en
común una parte de sus raíces y siendo otra diferente. Tales atracciones y repulsiones hacen pensar
en el drama de un bosque cuando hay cuatro árboles y sólo espacio para dos. Engels no forma más
que un todo con Marx. Proudhon y Bakunín alternan. Cuando Proudhon alcanza su nivel está absorbido Bakunín por las cuestiones eslavas. Cuando
muere Proudhon inicia Bakunín sus diez años de
máxima actividad desde 1864 a 1874. Y así es como
Marx y Bakunín se enfrentan en ese período de
diez años, y como no hay tregua ni armisticio entre
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autoridad y libertad, se traba una lucha mortal que
dura todavía. Por poder que tenga la autoridad luj
acaba del todo con la libertad, porque es ésta el
principio de la vida y no puede desaparecer sin que
sobrevenga la muerte universal como ocurrió con
la extinción de diversas razas zoológicas en nuestro
globo terrestre.
Los cuatro jóvenes llegaron al socialismo deS'
pues del período de las primeras afirmaciones del
mismo (1792-1839) de Godwin a Blanqui en mayo
de 1839. Asistió Proudhon al desarrollo del socialismo francés sin participar en él una docena de
años antes de 1839 y tuvo ocasión de conocer de
cerca las ideas fourieristas. Bakunín, como Engels
y Marx no dedicaron atención seria al socialismo
hasta 1842. Ya en esta fecha se había pronunciado
Proudhon contra los sistemas existentes a partir de
1840. N o tardó Proudhon en atraer la atención a
los otros tres que veían ante ellos al niciar su actividad el socialismo de los grandes sistemas. Y respecto a Proudhon su crítica era independiente y admirable por la aspiración a la libertad si bien tenia
que ser necesariamente mucho más limitada en
ideas de las que se llaman positivas o prácticas.
Nada más hacedero y fácil que formular un sistema autoritario, ya que el sistema autoritario no es
más que un proyecto de ley entre mil proyectos de
leyj pero no sólo es difícil sino imposible reducir
y precisar la libertad en una fórmula, en una modalidad de las llamadas prácticas.
Para los hombres educados a la manera autoritaria como se educaban entonces y ahora en la inmensa mayoría, era difícil llegar a comprender el
matiz que acabamos de consignar y por ello son
modestos los orígenes libertarios. El libertario ¿nvestiga, inquiere, el autoritario cree haberlo encontrado todo y por lo mismo impone y define. Proudhcm y Bakum'n investigan durante el curso de su
vida. Marx y Engels creen haber hallado la libertad ya en 1844 cuando tienen aún el espíritu abierto y datando su socialismo de dos años antes, de
1842. En los cuarenta o cincuenta años que siguieron a 1844, Marx y Engels no hicieron otra cosa
que propagar su descubrimiento de la verdad imponiéndose ellos mismos ya en plena juventud una
cerrazón, un encierro en la celda de su teoría para
toda la vida, una especie de cadena perpetua. Debieron sentir el orgullo de los solitarios, la satisfacción de los exclusivistas. Recordemos sus raíces y
los factores en contacto con éstas.
Marx tenía la raíz personal del egocentrismo agresivo. Este egocentrismo agresivo le empujaba a
destruir lo que no podía dominar ni despreciar. Lo
mismo hubiera sido en todos los aspectos, en todas
las determi-naciones de la vida. Viendo que en su
tiempo eran los filósofos unas autoridades inviolables, viendo que eran los filósofos unos dictadores
desde Grecia a Hcgel — esta era el más notorio en
los años plenos de Marx — se asimiló el método de
los filósofos y se propuso dominar al mundo valién-
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dose de la dialéctica filosófica. Cuando leía un trabajo que le parecía intelectualmente de relieve, meditaba con verdadera porfía sobre la lectura y escribía una refutación. Su inteligencia le hizo ver
posteriormente sus equivocaciones y quemó con ira
los papeles en que las consignaba. Mientras estudiaba en Berlín se mezcló en un drculo de discusión libre — en 1837 — donde se cultivaba intensamente la crítica contra k religión y el Estado y se
cultivaba con audacia y vigor. Era el círculo Los
Libres integrado cutre otros, por los hermanos
Bauer y Max Stirner. Engels frecuentó este medio
en 1841-42 y trazó la silueta de Marx, la de Stirner
y la propia valiéndose de una poesía satírica de
verbo incisivo que describe los términos en que se
desarrollaba la lucha contra todos los poderes reaccionarios. Figura aquella poesía de Marx en im folleto que apareció en Suiza. Éste fué reimpreso,
aunque es hoy rarísimo. He aquí lo que dice de
Stirner:
«Ved al circunspecto Stirner al que odia el límite. Bebe hoy cerveza. Pronto beberá sangre o agua.
Cuando gritan los demás [muera el re;yl añade
Stirner: | muera el rey y la ley I» Ya ea 1812, comprendía, pues, Engels, el atiarquismo de Stirner,
tres años antes de aparecer el gran libro de éste.
Por lo que se refiere a Marx, escribe Engels de
él según la reputación que tenía entonces el modcdo:
«¿Quién galopa tras él? (tras Bruno Bauer). Es
un mozo moreno de Treves (en Trevcs nació Marx)
un monstruo blando («markhaft» alusión a Marx).
Anda sin saltar, y si salta lo hace sobre los talones; se excita en el colmo del furor.y como si quisiera hacerse con el cielo y traerlo a la tierra, tiende las manos lejos. Tiene el puño cerrado y rabia
sin tregua como si diez mil diablos le tiraran de los
pelos.»
¿Qué dice Engels de Oswald? Oswald es él mismo. He aquí k opinión de Engeb sobre Engels:
«...Y aquel que a la extrema izquierda mete tanto
ruido con sus piernas largas es Oswald; lleva traje
gris y pantalón color pimienta... Pimienta tiene
también por dentro este Montañés, el más radical
de todos. Maneja un (solo) instrumento: k guillotina; con la guillotina sólo sabe tocar una sola cavatina. Siempre la canción infernal, y siempre enrojece el estribillo: lFormad los batiMonesl j A ¡as
armas, ciudadanos 1...-D
Como se ve, Engels caracteriza con tino a los habituales de aquel medio. Tenía la preocupación revolucionaria política, de la revolución más roja. Stirner era netamente anarquista, Marx era k rabia a
todo pasto, la rabia permanente. Un hombre que
se caracteriza por semejante destúvel temperamental
no podía iniciar un socialismo humano, armonioso
y libre. En este socialismo, no podía Marx tener
parte. Lo que haría, lo que hizo, fué burlarse de él,
combatirlo.
En el porvenir de Marx tuvo viva influencia su
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casamiento en 1843 con una joven de la aristocracia.
La joven tenía en 1836 tan sólo diez y ocho años y
pudo casarse con Marx en la fecha primeramente
indicada. Ya había perdido al casarse Marx su cargo
de redactor de un diario liberal que dejó de publicarse en 1842. Para fundar uiv hogar, la carrera de
abogado. la de funcionario o profesor universitario,
no <rfrecfan garantías, y sobre todo, no ofrecían garantías inmediatas de cuantía suficiente. No había
otro recurso que el de escribir libremente y la profesión periodística. Dio impulso rápido al estudio,
y otras veces impuso a éste alguna lentitud. Como
hemos dicho antes, parecía sentir cierta comezón
de combatir lo que leía, lo que trataba de interpretar y comprender.
Escribió poesías lúgubres que se publicaron o quedaron inéditas cuando no fueron reducidas a la
hoguera, como la tragedia Oulanem y la novela humorística Scorpion y Félix. Dedicadas a su prometida, colecciona y copia canciones populares, extrayéndolas de colecciones escritas en dialectos alemanes y traducidas de otros idiomas. Se trata de
canciones de amor, no necesariamente trágicas (1839).
Tiene dificultades para conseguir un emjáeo. Las
carreras convencionales le son antipáticas o inasequibles. El día 15 de abril de 1841, la Universidad
•tie Jena le reconoce el grado de doctor en Filosofía
tras la caliñcaci&i de una tesis eruditísima: «Diferencia entre la filosofía de la naturaleza según Demócrito y según Epicuro», cuyo texto escribió Marx
de 1839 a 1841. Se le adjudica talento de relieve.
Dice de él un socialista que lo fué antes que él,
M. Hess (1812-72). en carta del 2 de septiembre
de 1841: «A la más profunda seriedad filosófica
asocia el espíritu más incisivo... Imagina a Rousseau,
Voltaire, Holbach, Lessing, Heine y Hegel en una
persona; unidos, no colocados uno junto a otro a
la desesperada, y tendrás al doctor Marx.» El autor
de estas líneas fué el mismo Hess a quien desacreditó en décadas inmediatas Marx; el pobre Hess
que inició a Marx en el socialismo francés y que
tuvo buena parte en el desarrollo científico del mismo, según Bakunín. quien les vio juntos y advirtió
el sufrimiento de Hess ante la poco recatada suficiencia de Marx.
N o tenía éste carácter para tratar con los editores : no podía ponerse de acuerdo con ellos. Bruno
Bauer le devolvió en 1840 cierta carta dirigida por
aquél a un editor. Y decía Bruno Bauer a su amigo
Marx, autor de la carta al editor, que en Ips términos usados por el filósofo de Treves. se podía
escribir a la lavandera, no a un editor a quien se
intenta predisponer bien. Se trataba de una revista
medio teológica y medio filosófica, redactada por
Marx, Bauer y Ludwtg Feííerbach, y se decía:
u I Plaza al buen Dios I s En un solo caso, naturalmente, porque los tres redactores echan a Dios deí
cielo y hasta lo procesan (carta de octubre de 1841).
La primera solución práctica fué para ]^^rx su
entrada en la Gaceta Renana, diario de Colonia. Se
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reveló Marx como periodista' de pluma batalladora,
como una de las primeras plumas de la oposición
liberal (1842). Creyó desde entonces que sus amigos
Los Libres de Berlín eran unos frivolos y rompió
con Stimer. Bauer y los demás camaradas de antaño.
Los tiempos eran de reacción, quedando suspendidos
los Anales de Ruge, en cuya publicación se insertó
el famoso artículo de Bakunín en octubre de 1841.
La censura acabó también con el diario de Colonia
donde trabajaba Marx, quedando éste sin empleo,
aunque unos magnates liberales le entregaron una
suma suficiente para arreglar sus asuntos. Se casó
en junio de 1843. Hubiera querido escribir en revistas radicales — con Herwegh en Zurich. o con
Ruge en Zurich o en Parfs —. Sólo salió un gran
cuaderno: Anndles ¡Memand-franfoises de P'arfs, en
la primavera de 1844. Habían colaborado Marx,
Engels, Ruge, Bakunín y otros. Siguió la ruptura
de Marx con Ruge y con Herwegh, hasta que se
consolidó la alianza absokita con Engels. Bakunín,
que se relacionó con Ruge, no conoció a Marx
hasta agosto y a Engels en septiembre de 1844.
Luego vio que salían de París; Engels sin tardar y
Marx muchos meses después. En este tiempo Marx
y Bakunín conocieron a Proudhon.
¿Quién era Engels? Hasta más de quince años
después de la muerte de éste no se conocieron sus
antecedentes antemarxistas, porque el propio Engels los tuvo en olvido voluntario hasta que los
difundió el doctor Gustav Mayer. Se le sabía originario de una familia del campo que vivía en una
pequeña zona industrial, donde se blanqueaban hilados sobre la pradera. Los Engels se dedicaron al
comercio de hilos y hasta tuvieron hilaturas. Su
padre poseyó una en Barmen. siendo socio de otra
en Manchester. La pequeña zona industrial, nativa
de Engels. es el valle de Wupperthal, donde radican
las grandes ciudades de Barmen y Elberfcld. Los
habitantes eran muy religiosos. El joven Engels había de heredar el comercio y la industria de su
padre, consistente en hilados de algodón. Se apartó
lentamente de las preocupaciones religiosas y, con
menos lentitud, de las preocupaciones conservadoras.
A pesar de ser como fué en el curso de su vida:
un hombre inclinado a pasarlo bien, se dice que
desde edad temprana le impresionó la miseria de
los trabajadores.
Fué empleado de despacho comercial en Bremen
desde 1837. En la gran ciudad libre pudo conocer
la literatura avanzada y clandestina, empezando a
escribir y usando seudónimos. Produjo sensación en
su tierra nativa con sus Cartas del VaDe de la
Wupper {1839). Se publicaron en una revist* de
Hamburgo. Eran una critica de la religión y de la
explotación que se hacía de los trabajadores en
Barmen. Se radicalizó, gustando, sobre todo, de
Boeme. Hizo un año de servicio militar en Berlín
(1841-42). Asistió a la Universidad y frecuentó el
Círculo de Los Ubres con el nombre de Oswald.
Asistió a las clases reaccionarias del filósofo Schel-
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ling, en otoño de 1841. Debió estar en el mismo
local que Bakunín, que no frecuentó a Los Libres
y que no conoció a Stirner hasta 1848. Escribió
Engels un folleto anónimo contra Schelling (1842).
Fué una obra lograda. Hubo momentos en que Ruge
supuso que oí autor era Bakunfo.
No era entonces socialista, pero se acercó al socialismo— como Marx—en 1842, atraído igual que
el mismo Marx y otros por el llamamiento de
M. Hess que preconizaba la unión de la filosofía
radical y del esfuerzo social emancipador naciente
entojices con nuevo vigor, colectivamente, en Inglatérra (Owen y carlismo), en Francia (comunismo y
fourierismo), también entre trabajadores alemanes,
en París y en Londres, en Suiza, etc., en ciudades
y pueblos. Se daba el caso, al propio tiempo, de
que la religión perturbada por la crítica de Strauss,
era borrada por los intelectuales radicales, por
Feuerbach, quien demostró que la divinidad es una
ficción creada por los hombres.
Se dio la conjunción de libertad intelectual (Feuerbach), de aspiraciones a la manumisión económica
y social (los trabajadores), de lucha independiente,
destrucción del pasado y ardor por el futuro (Balainínf. De permanecer unidos estos tres factores,
hubieran podido cooperar no momentáneamente, sino
con insistencia y permanencia de apoyo mutuo, valor y eficacia. De seguir proyectando su influencia
el socialismo viviría hoy un tiempo distinto del que
vive. Feuerbach, el mundo del trabajo y Bakunín
representan el ateísmo, el colectivismo y la anarquía de los veinticinco años posteriores, como a
los mismos años, contando desde 1840, en España,
anticlericalismo, asociación y federación, eran valores debidos al esfuerzo obrero en Cataluña y fuera
de Cataluña. Todo ello apoyado por Proudhon, que
desde 1840 levantó su piqueta demoledora contra
el Estado y también contra el socialismo autoritario.
Respecto a Inglaterra, podemos decir que Engels
llegó a Manchester en diciembre de 1842, y había
habido la huelga del mismo año. En Francia se
aproximaba el año 1848.
Todo esto no interesaba gran cosa a Marx, que
sólo en 1842 empezó a interesarse por el socialismo,
parándose en 1844 y combatiendo desde entonces a
tod«s los socialistas: Stirner, Feuerbach, Proudhon,
Bakunín, y desde éstos a Hess, Lassalle, etc. Alabar
a Proudhon ante Marx era una ofensa mortal apropiada para merecer las naturales consecuencias de
sil enemistad, y tales consecuencias son: odio primero y después las más viles calumnias. Así escribe
Baktmín en 1872 «a los hermanos de la Alianza
en España».
Cuando Engels iba a Manchester, en noviembre
de 1S42, visitó a Marx en el local del diario de
Colonia, donde estaba el segundo. Engels colaboró
en aquella publicación renana. Marx recibió a su
amigo con mucha frialdad. Mientras trabajaba Engels en su despacho de Manchester, pudo enterarse
de la pobre vida que llevabao los trabajadores in-
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gleses — de ahí su libro de 1845 — y estudiar el
socialismo, el cartismo, el tradeimionismo. Colaboró
en órganos socialistas ingleses. I-e invitó Marx a
colaborar en los Ármales Memand'jrangaises, y Engels se prestó a hacerlo. Estuvo unos diez días en
París, en septiembre de 1844, y ya desde entonces
íué un devoto de Marx, no revelando nada del
período antemarxista, si se exceptúa el tiempo de
sus experiencias en Inglaterra. Marx no vivió nunca
«A» contacto con los trabajadores y los desconoció
siempre. Engels vivió siempre en contacto con ellos.
¿Qué misión fué, en suma, la que se atribuyó
Marx desde 1844, cuando rompió con todo su pasado
filosófico, aunque conservando el método hegeliano
para el razonamiento sobre todo, para todo el razonamiento? ¿No aplicó posteriormente aquel método a las ciencias naturales?
Recuérdese la doctrina del automatismo sindical.
Afirma esta doctrina que al entrar el trabajador en
el sindicato se convierte automáticamente en sindicalismo revolucionario y que es una cosa inútil cualquier enseñanza anarquista o socialista, que es intento absurdo, un estorbo para la evolución natural.
Tal fué el punto de vista de Marx, para quien el
socialismo, tema de secta, era todo lo más un incidente históricamente inevitable, movimiento obrero
poco sazonado que se convierte en inútil cuando
llega a la madurez; actividad ociosa, perjudicial, que
necesariamente ha de ser eliminada. En pocas palabras, un sarampión infantil. Afirmó todo esto,
por ejemplo, en una carta del 23 de noviembre
de 1871, en plena Internacional, a pesar de que se
fundó la Internacional para que luchara la verdadera organización obrera en vez de luchar las sectas
socialistas o semisocialistas... El desarrollo de las
sectas socialistas y el del verdadero movimiento
obrero quedan siempre en relación inversa. Mientras
se justifican las sectas (históricamente), la clase
obrera no está madura todavía para consumar un
movimiento autónomo. Cuando llegue a tal madurez
todas las sectas son esencialmente reaccionarias. La
historia de la Internacional «/«é una lucha perma'
nente del Consejo general contra las sectas y las
tentativas de los aficionados que trataban de manifestarse en el seno de la Internacional contra el
verdadero movimiento de la clase obrera». Así habla Marx de los proudhonianos, de los grupos coJcctivistas, de los positivistas, de los partidarios de
Lassalle, de Bakunín... Tqdo lo cual quiere decir
que a pesar de que Marx no había fundado la Internacional, porque ésta fué obra de socialistas y
trabajadores organizados (tradeunionistas) que trataban de que penetrara el socialismo en las masas
obreras, se permitió atacar al socialismo de la Internacional en la Internacional misma, porque ella tenía
una esfera de acción asequible por sus condiciones
intelectuales conforme con U voluntad de la asociación expresada por sus Congresos. jSi se hubi^a
expresado así por lo menos desde el principio I Muy
al contrario, se hizo pasar por un socialista extra-
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ordinario, fuera de lo corriente: por un socialista
non plus ultra, sirviéndose del relieve que tem'a
para atacar al socialismo cuando lo hallaba en la
Internacional. Se comprenderá ahora perfectamente
que cuando el impulso socialista del Congreso hizo
que se malograra el antísocialismo velado que Marx
quiso inyectar en los delegados, tenían éstos miedo
de volver a Londres, y decían: «Marx estará muy
descontento». Conocían perfectamente el carácter del
hombre que rabiaba sin tregua «como si diez mil
diablos le tiraran de los i>elos», como dijo Engels
en 1842.
N o dejó de ocurrir lo mismo en 1844. cuando
concibió Marx la idea de la evolución automática
producida por el socialismo. Esta hipótesis fué construida a imagen y semejanza de la burguesía que
se colocó en el lugar de la aristocracia, al parecer
automáticamente a partir de 1789, para vencer automáticamente en 1830 y ante el ejemplo de actividad
aparentemente automática de los trabajadores ingleses organizados en trade-unions, reforzando la Reform Bill de 1832, yendo, como carlistas, hacia la
huelga general de 1842, y así sucesivamente. Creo
que Marx no tuvo en cuenta el enorme esfuerzo,
el progreso en ideas que se dio hasta 1789 en Francia y hasta 1832 en Inglaterra; creo que no tuvo
en cuenta la educación, la inspiración valerosa del
despertar ético y humanitario, de aquella creación
de inteligencias y voluntades necesarias incluso para
triunfar débilmente en el tradeunionismo. De la
misma manera necesitaron y necesitan los trabajadores el máximo valor moral y también la adecuada
capacidad intelectual que la propaganda socialista
educadora y militante puede dar intensa y copiosamente. Pero Marx quiso eliminar todas estas energías vitales para no dar al movimiento obrero, como
decía en carta a Engels, «el orgullo comunista de
la infalibilidad», o como se dijo después, la conciencia del socialismo «científico».
Las raíces de Marx fueron, a mi entender, las
falsas analo^s,
el automatismo evolutivo, varilla
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mágica de las transformaciones repentinas, instantáneas. Así fué como debilitó el esfuerzo efectivo,
el estudio, la educación, de la que no puede ptescindirse. El éxito de Marx se explica por el hecho
de que lo que propuso y lo que prometieron sus
sectarios presupone la vía del menor esfuerzo y un
tope blando de mínima resistencia. Las masas trabajadoras imaginaron la conquista del Poder mediante el voto, la domesticidad del capital mediante
reformas, la penetración del Estado por ministros y
funcionarios socialistas, la expropiación por el impuesto progresivo. Así fué como dieron de bruces
en tierra, así fué como se debilitaron hasta el punto
de no poder contener el avance de la reacción que
ganó terreno incesantemente.
El pobre Engels, aturdido por Marx en 1844, trataba de colaborar con él. De momento, en 1844-5
sólo tuvo probablemente este objetivo práctico: combinar el talento abstracto c improductivo de Marx
con su experiencia inglesa y su golpe de vista acostumbrado a las realidades. Cuando colaboran en
primer lugar para derrotar a Bruno y a Edgar
Bauer en la Scdnte FamiXte (1844-45), emfdea Engels
hoja y media, necesitando Marx más de, veinte para
expresar su resentimiento. Marx conquista a Engels
como colaborador único, indispensable. Engels se
deja atraer, aunque vive su propia vida la mayor
parte del tiempo. Las raíces de la observación de
Engels no se secaron nunca, porque contemplaba
abiertamente la realidad; pero quedaron aquellas
observaciones sumidas en lo arbitrario y ficticio áe
Marx. Se parece Engels a los convertidos de una
religión, los cuales no pueden ya nunca ver claro.
Marx es todo él fantasía, abstracción, ficción, artificio. Engels tiene una base real, pero su bello talento no pudo tener expansión desde 1844.
En el segundo artículo analizaré la raíz de las
ideas de Proudhon y la raíz de las ideas de Bakunín.
X. X. X.
(Traducido por F. Aíát^.)
"EL MUNDO AL DÍA"
Ha a p a r e c i d o e l v o l u m e n 1.°
EL P R O B L E M A DE LA T I E R R A
REFORMA
AGRARIA Y E X P R O P I A C I Ó N
SOCIAL
por FELIPE Al AlZ
Número suelio 30 ci».
Suscripcíóa por un semestre 1'80 pias.
E d i o i o n e s d« LA R E V I S T A B L A N C A . I-scornolbou. 37 • B a r c e l o n a
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GALERÍA DE HOMBRES CELEBRES
RICARDO MELLA
En 1882, época de expansión ideológica, después
de las cruentas persecuciones que la Restauración
borbónica había efectuado contra los internaciona'
listas en particular y contra el proletariado español
en general, vemos a Mella formar parte de la Redacción de La Propaganda, periódico que se intitulaba Semanario social. — Eco de la clase trabaja'
dora y que fué el faro que guió a los obreros de
Galicia hacia la Federación Regional de los Trabaja-
dores, fundada por los elementos internacionalistas
que se mantenían en pie en u n Congreso que tuvo
lugar en Barcelona el año 1881.
Aquí empieza la fecunda labor ideológica de Ricardo Mella. Espíritu ecléctico, ha disertado sobre todos los temas que abarca la cuestión social y la
sociedad futura. Ningún sistema, ninguna fórmula,
ningún credo ha escapado a su bisturí humanizador.
La igualdad económica, la libertad social, la evolución a un mundo nuevo en que ante el espíritu de
abnegación retrocederán todos los egoísmos primitivamente aitimates y socialmente tradicionales, han
sido siempre el objetivo exclusivo de sus escritos.
Del año 1882 al año 1914 que es cuando termina,
por así decirlo, su fiebre ideológica, I qué de disertaciones, qué de controversias, qué de d^niciones
sobre el ideal del porvenir!
Hablar de la labor ideológica de Ricardo Mella,
es hablar de la edad de oro del anarquismo español.
Mella compendia toda una época de iniciacióq y de
divulgación de los ideales emjticipadores que definió magistralmente en todos sus escritos.
Sus escritos de divulgación, pertenecen más a la
labor periodística que al libro, pues contados son
éstos los que escribió y en cambio son incontables
sus trabajos publicados en periódicos y revistas de
España y las Américas.
Su obra Lombroso y los anarquistas, es una de
las que más ediciones se han hecho y que en consecuencia más se ha leído. Su folleto La lejí del nú'
mero fué un éxito al publicarse a fines del siglo XIX.
La coacción moral es otro de sus interesantes folletos, lo mismo que Del amor, del cual se han hecho
varias ediciones y que actualmente se vende.
En los dos certámenes socialistas celebrados en
Reus, uno el año 1886 y el otro en Barcelona el
año 1889, Mella concurrió a ellos ganando varios
premios. O r e j a n d o esos dos certámenes se nota la
evolución sufrida en las ideas por Mella. En el primero, se ve, al través de sus producciones, al recalcitrante anarco-cokctivista y en el segundo al
hombre que estudia las ideas, las analiza, las pule,
las humaniza.
En los últimos años de su vida, si bien no aceptó el empuje de la evolución española de los ideales
anarco-colectivistas tratisformados en comunista-anárquicos, se sintió siempre anarquista sin adjetivar
su ideal ni darle otra calificación que la que él estimaba que lo concretaba todo: la Anarquía.
Pedro Sierra ha publicado dos notables tomos de
lo que podemos con razón llamar Obras completas
de acardo Mella.
Ideario y Esbozos y Conferencias son el título d e
los dos tomos a que aludimos haciendo un bien
con ello a la propaganda de las ideas.
La labor seria, serena, ecuánime de Ricardo Mella se demuestra con la lectura de los dos citados
tomos.
Ricardo Mella murió el año 1925 cuando aun habría podido producir mucho y bueno en favor de la
Anarquía, tan necesitada de hombres d e valer.
SOLEDAD GUSTAVO
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TIPOS ESPAÑOLES
El g e n e r a l Prinii desde Reus
a París y Londres
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¡Otra figura de b España convencional!
Cortesano de Isabel II y demoledor del trono
de Isabel II. Progresista y dictador. Aliado de
los turcos como agregado en la guerra de
Oriente y antimusulmán en Marruecos. Diplomático ae paz en Méjico cuando la cuestión
de Maximiliano podía producir choques con
ejércitos regulares, y general frenético contra
moros inermes. Demócrata y a la vez conde
de Reus, duque de Prim, vizconde del Bruch
y marqués de los Castillejos.
Este fué el hombre que dijo en octubre de
1870 al conde de Keratry: «No habrá República en España mientras yo viva». Y este es
el hombre loado por Castrovido, votante éste
de las deportaciones.
Nació Prim en Reus el día 6 de diciembre
de 1814. Reus es una especie de Jauja y a la
vez el solar de la apoplejía. ¿Contradicción?
No. Leed El cercle magic, la magnífica novela
catalana de Puig y Ferreter. Se afirma allí que
la mayor parte ae los ricachones del Campo
de Tarragona mueren de apoplejía, o lo que
es igual, de felicidad.
Los alimentos son excesivamente condensados. Avellanas, almendras, densos embutidos
caseros, vida sedentaria, vino y aceite para dar
y vender, frutas secas cargadas de fuerza como
una nube de electricidad. Los propietarios van
al café, dan una vuelta por el campo, seducen
a las mujeres adiposas. Y para deseng'asar,
mientras llega la muerte callada, van a Reus.
Reus es una pequeña Babilonia en días de
mercado.
Los propietarios que no tienen que dar
cuentas al ama de casa, se quedan después del
mercado. Reus se convierte para el propietario que se queda de noche en una boca de
Gargantúa. Otro Gargantúa es el propietario
mismo cuando todos se van al pueblo y queda aquella plaza de los pórticos o de la Constitución con unos cuantos paseantes que parecen tímidos y lo son, con unos cuantos guardias municipales que llevaban todavía años
atrás un ros de ceñido estrecho como aquel
ros de Prim...
Aproximadamente igual es hoy Reus que
en la época culminante de Prim. Entonces
era Reus la segunda metrópoli de Cataluña,
antepuerto de Tarraco, centro de una de las
zonas rurales más bellas y fértiles de la península. Hoy mueren los propietarios con fas venas cargadas de malvasía, de moscatel, de caldo espeso del cercano Priorato, de substancia
colmada de toxinas. Vendrell y Valls dan,
como Reus, unos cogotes hinchados, unas
piernas gruesas, unos cuerpos pesados. Se sigue' muriendo de apoplejía de merendolas, de
francachelas. Se sigue muriendo de felicidad.
La Cataluña montaraz es distinta de la Cataluña plana y plena. Prim nació en un ambiente así, plano y pleno, con pocos imponderables, pocas vibraciones y muchas avellaneras. La sangre es casi una pasta.
Hubiera querido Prim que el mar llegara a
Reus desde Salou. ¿Que podían ser nueve kilómetros de tierra firme para Prim? Si no muere en la calle del Turco habría hoy una ría,
y los domingos de verano jadearía mucho menos aquel trenecito de Salou que no es costero sino tributario del mar por haber muerto
Prim antes de tiempo. Los ciudadanos de Tarragona no necesitan ir al mar en tren y los
de Reus sí; esta es la tragedia de Reus, una
tragedia como la de las Termopilas.
Los hijos de militar del siglo pasado acostumbran a ser militares también. No DC-•^.-.
e! padre siguiera la carrera de las :i.-:nas. Los
militares del siglo pasado, más que hombres
de armas tomar, eran poetas plácidos; unos coristas de la paz, cantores de algún certamen o
fiesta. ¿No terminabap las guerras con abrazos? Cuando iban a la guerra era para combatir a los cantonales, que eran grupos sin armas, para combatir a los cubanos que tampoco tenían muchas armas, para comoatir a los
obreros inermes, a los filipinos poetas.
¿Cuántos generales no eran a la vez poetas? ¿Y cuántos poetas no parecían generales
sazonando odas con bélico laurel? Los palatinos que no eran generales no eran palatinos.
De vez en cuando había que hacer una gucrrita. ¡Aquel duque de Osuna, aquel general
bonito que formó el triunvirato «del lindo
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pendón» con Prim y Topete! ¡Aquel conde
de Cheste, que escribía en verso sin darse
cuenta; aqud Ros de Olano, inventor del ros
y autor de poesías no más bellas que el ros!
¡ Generalitos petulantes como cadetes!
El padre de Prim era un militar poeta. Ha'
cía 1814 poco costaba ser poeta en Reus. El
hijo, por oposición a la poesía, quiso ser mili'
tar. Se moría de impaciencia por guerrear
contra los carlistas. Más adelante, ya guerrea'
ría contra los moros. Y se daría el caso extra'
ordinario de introducirse Prim entre un dilu'
vio de balas, entre cortinas de metralla, para
probar que era otro Santiago Matamoros.
¡Nada de guerra! Todo aquello sena poesía
y pacifismo, una letra endosada a los moros
que no debían nada, un espectáculo para ga'
nar categoría política.
¡Atroz disidencia española! Los generales
se califican como generales en el Parlamento
y como hombres civiles en los trances guerreros. Recuérdense los discursos amenazadores
de Prim, su fragor dialéctico, su «sentar la
mano» a los antagonistas políticos sin espada,
su agresión a Modesto Lafuente yendo éste
desarmado. O'Donnell fué a África a dar un
paseo. Miguel Primo de Rivera tiene triste
notoriedad no como general sino como gobernante. Martínez Campos no era pacifista consecuente en la trocha, como no lo era allí
Weyler porque la trocha era ventajista para
los batallones regulares; pero todos eran pacifistas ante ejércitos pertrechados.
La guerra del 59 en Marruecos fué un pugilato entre Prim y O'Donnell. Se trataba de
fanar la preferencia de Isabel II y nada más.
\ fin de aquella guerra se atribuye, con media verdad nada más, a imposiciones de Inglaterra. Inglaterra, después de la acción de WadRas es seguro que Uamó a capítulo a los gobernantes españoles y les hizo entrar en la
paz. ¿Era esta una paz forzada?
Leed estas líneas de la condesa de Ayerbe,
María Vinyals, publicadas en la revista Crónu
ca del 17 de febrero de 1935. Se refiere al general O'Donnell:
«El final de la guerra de África fué una de
las grandes amarguras en la vida del general.
Cuando regresó de allá y mi tío, en la intimidad de la casa, le preguntó apesadumbrado:
— Leopoldo,, ¿cómo ha podido usted ceder
a las imposiciones de Inglaterra?
El general, jugando distraídamente con
unas medallas benditas ^ue pendientes de una
cadenita de oro le había puesto en el cuello
la reina Isabel para que le preservasen de todo
peligro, respondió con los ojos llenos de lágrimas :
— No ha sido Inglaterra... El ejército esta-
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ba cansado y sin moral... Cuando yo llegué a
África, los oficiales me saludaron tirando por
el aire sus gorros y gritando: «¡Viva la
paz!».»
¿Qué cronista áulico ha dicho verdades semejantes? A pesar de que aquella indisciplina
era notoria, los periodistas nada dijeron de
ella. Estaban sirviendo todos ellos — Alarcón
el primero — de asistentes a los generales.
Nunca se escribirán tantos elogios, nunca
se derrochará tanto laurel como se derrochó
en España al regresar el ejército expedicionario.
¡ Escandalosa arbitrariedad la que ha de hacemos servir de blanco a los que no queremos
conocer los siglos pasados por lecturas oficia'
les! El siglo XIX, tan inmediato, es un siglo
desconocido. «Sacarlo en limpio» es una tarea
que requiere esfuerzos de luchador frente a
papeles contradictorios, a libros opuestos, a
arengas opuestas. Y esa labor de «sacar en
limpio» el siglo xix no habrá más remedio
que acometerla. En los Romanceros estudiaremos lo cómico. Un jirón de romance nos hará
entrever de pronto la verdad. El romance
cuando se rasga, deja ver el horizonte y no las
bambalinas.
La guerra de África tuvo su Romancero.
Pío del Castillo dedicó a aquellas operaciones
unos cuantos poemas en el libro Lecciones en
verso ¿Le la Htstoña de España {1860):
Bajo la verde oliva reposando
Sobre su muelle lecho de laureles.
El león español estaba, cuando
Osaron provocarle los infieles.
O'Donnell, cuanto experto, valeroso;
Prim, el rayo de Marte apellidado;
Echagüe el fuerte y Ríos el coloso...
Sobresale Prim entre todos los guerreros
como un arcángel bebido, aunque mejor podría llamársele «falso insensato»:
Del catalán Aquiles la bravura
El principio del año solemniza,
Y con una victoria lo inaugura.
Que con razón su nombre inmortaliza.
Prim fué el primero que en la turba impura
Cual rayo penetró que se desliza,
Y de la espada invicta a los reflejos
Su enseña alzó triunfante en Castillejos...
Pedro Antonio de Alarcón en su Diario de
un testigo de la guerra de África (1859) parece burlarse del lector. Es aquella obra una cínica adulación a las espuelas. Hay momentos
en que Alarcón — el donoso autor de El Co'
rregidor y la molinera — parece servir de
montura a los generales, en especial a Ros de
Olano.
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La servil musa popular también fué muy
fértil por aquel tiempo.
Allá en Sierra Bullones
Una morita lloraba
Porque se quería ir
Con el general Zabala.
¡ Zurra matraca!
Que llevan jaique,
Las babuchas en chancleta
¡ Zurra matraca!
Y la pierna al aire.
Los coros marciales que entonaban los voluntarios catalanes eran una calamidad:
A l'Africa, minyons...
Pero la apología más descompuesta de Prim
y de la guerra de África del 59 se debe a
Víctor Balaguer, el primer falsificador d e la
Historia de Cataluña. Jomadas de gloria es
nada menos el título del libro de aquel falsificador (1860). Al final se insertan ditirambos
de María Mendoza de Vives, Joaquín Rubio
y Ors — unos versos que no pueden ser peor e s — , Francisco J, Orellana, Adolfo Blanch,
Antonio de Bofarull, A. García Hermosa, Román de Lacunza y María Josefa Massanés de
González, además del propio Víctor Balaguer,
que se cubrió de ripios.
Los niños de las escuelas cantaron un himn o en la recepción d e la tropa que regresaba
de matar m o n t o s :
El clarín os llamaba al combate
Y acudisteis cual cumple al leal.
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Que no faltan jamás españoles
A vengar el honor nacional.
¿ N o os parece oir el himno d e una República latina? A la recepción asistieron las autoridades en bloque, sin exceptuar los señores
alcaldes de barrio, el obispo y la Sociedad
Carnavalesca del Borne.
Todo esto es grotesco. Pero cuatro versos
de otro Romancero retratan a Prim de cuerpo
entero. Se trata del Romancero colonial de
Luis Antonio de Vega, que recoge conceptos
dispersos, tradicionales hoy, sobre las guerras
pasadas.
Los moros creían que Prim, por sus rasgos
antrojjológicos, era descendiente de judíos; y
lo creían también porque Prim se sirvió preferentemente en la campaña de 1859-60 de
confidentes judíos contra los moros.
Éstos y los hebreos se odiaban a muerte.
En Argelia y en Palestina siguen odiándose
a muerte como en Marruecos a mediados de
siglo. Y he aquí que el romance se rasga y
vemos claro un momento.
Leed los versos que aluden a Prim en el
KomarKero colonid, cuyo carácter lo da precisamente el hecho de recoger el sentir moruno:
El general don Juan Prim
Tiene la barba galana.
Una sonrisa judia
Lleva en los rizos rizada.
F E L I P E ALÁIZ
(Concluirá)
»»»%»»%**»*»>»%»1t%%»%V»t»*%»M»%^»»»%%»%»»%»%%»%^»»%%»%%*%%%»>%»»»*%»»i»»»»%M^»>Vt%%»%^
CORREO LIBRE
F. Arqué. — Montauban. — Solidaridad Obrera de
Barcelona se publica y Tierra y Libertad no pudo
reaparecer la semana pasada. La dirección de Solí es x
Consejo de Ctento, 241, ba]os. La de Tierra y
Libertad, Unión, 19, 1.°, 2.*, Barcelona.
Cirilo Aliaga., — Torredembarra. — Puede usted
enviar los artículos sobre naturismo a que se refiere
en la suya. Si son interesantes, se publicarán, ya
que nosotros sentimos mucha simpatía por esa prác'
tica de vida.
A. Sosa. — Paríí. — Eí amigo AÍÍJR Nettlau,
amablemente, nos ilustra alrededor del extremo que
le era interesante. A su pregunta sobre qué libro
podría leer para documentarse acerca de la primera
república española, nos señala un vohtmen de Pi
y MargaU, olvidado por nosotros; La República
de 1873. Le traspasamos la respuesta.
]. García femándeZ. — Viüena. — Para publicar
una Novela Ideal rio ha de hacerse más que escrjbirla, de acuerdo con las medidas que alábamos a
otra incipiente novelista en el número pasado; en.-
viarla y procurar que sea lo bastante amena para
merecer los honores de la publicación. Las portadas
las mandamos hacer nosotros, ilustrando los pasa'
jes más salientes de las narraciones. En cuanto a
los Almanaques de La Novela Ideal son volúmenes
de lectura variada, desde la ciencia al cuento, pO'
sando por la astronomía y las ejemérides.
San. — 'Mimes. —> La revista Estudios continúa
publicándose en Valencia.
Estudios. — Valencia. — Martdad a Nimes las
revistas que os han pedido unos compañeros, pagando por adelantado la suscripción anual. Direc
ción de uno de ellos: /. Sánchez, 9, R«*e de la Cü'
seme, Nimes {Francia),
Un desheredado de la fortuna. — Difícil quiere
decir una cosa que se hace con muchas dificultades,
pero que puede hacerse. Imposible es una cosa que
no se puede hacer de ninguvta manera. Pero todo
esto os lo diría mejor e inmediatamente el más mO'
desto de los diccionarios. ¡ Qué garkis tenéis de gaS'
tar tiempo, papel, tinta y sellos]
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TEMAS DE ACTUALIDAD
La plaga del paro forzoso
Uno de los puntos débiles del sindicalismo consiste en su casi impotencia para poder retener agrupados a los explotados en las épocas de grandes
crisis económicas provocadas internacionalmente por
la competencia del capitalismo entre sí y por el
«exceso» de producción, limitada la capacidad de
consumo por los salarios bajos, por la miseria enseñoreada de la mayoría de hogares proletarios y por
miles de seres que carecen de lo má» indispensable
y que bien podría decirse que viven, si es vivir su
precario vegetar, del milagro.
En todo el mundo el número de los parados, de
los obreros en paro forzoso crece. N o se trata de
uno ni de ciento. En España, pese a las cifras de las
estadísticas oficiales, puede afirmarse que rebasa el
millón. Es algo que impone, mucho más cuando se
considera que en la mayoría de hogares de los trabajadores, la familia está constituida por varios
miembros y es uno solo de ellos el que gana, si
trabaja, el escaso pan para el sustento de todos.
La crisis de trabajo, mejor, la paralización de las
industrias, de las obras, de cuanto contribuye a
emplear el esfuerzo del productor a veces es un
arma de guerra que utiliza la burguesía (loc-kout
más o menos disfrazado) para desarticular a las
fuerzas proletarias y colocarlas en una situación de
inferioridad con relación a mejoras y condiciones
conquistadas; es arma política también dirigida
contra una fracción gobernante o contra un régimen, y otras veces es independiente por completo
de la voluntad del patrono, empresa o burguesía
afectada y se debe a las complejidades y determinismos del mismo sistema capitalista; pero la realidad, y la verdad que nadie puede negar, es que,
sea una u otra la causa de la crisis o de la paralización de trabajos, las víctimas, los que pagan las
consecuencias, los que sufren sus rigores implacables son siempre los trabajadores, los asalariados.
La ciencia y la técnica al servicio del capital,
con la invención y la utilización de nueva maquinaría agravan cada día el problema de la desocupación,
lanzando nuevos millares de proletarios a la miseria y a la desesperación. La máquina tiende a suprimir al hombre. Lo que debería contribuir a
aumentar el bienestar del género humano, a crear
ia abundancia, a suprimir el esfuerzo agotador del
hombre, en manos del capitalismo es el arma humaaicida que devasta y desoía los hogares proletarios, convirtiendo a los desheredados en míseros e
impresionantes espectros.
Cuando en los siglos xvili y XIX la máquina em-
pezó a competir con el hombre, a disputarle el pan
y se conocieron tambiés crisis formidables, los obreros, llevados de la desesperación, destrozaban las
máquinas, quemaban las fábricas; así pensaban
vengarse, creían acaso poder abatir al enemigo.
Pero el maquinismo no fué vencido. Gsntribuyó a
dar prepotencia a la burguesía, a la plutocracia, al
amparo del derecho romano de propiedad, respetado por las leyes civiles de la Revolución^ del 89-93
y por las democracias políticas que a su impulso
adquirieron preponderancia. La conspiración de Babeuf y de los Iguales, atacando ese derecho de propiedad, intentando realizar un principio de revolución social, de transformación económica, aunque
dentro de la falsa concepción del Estado, enemigo
irreducible de la Libertad, fué abatida. La máquina ha venido entronizándose y el proletariado ha
ido a remolque de ella, ha tenido que colocarse a
la defensiva hasta que, más consciente, con orientaciones emancipadoras mejor definidas ha sabido y
ha podido ver la raíz del mal y ha emplazado la
lucha en terreno firme para atacarla directamente.
Sin embargo, la reacción del proletariado no ha
sido unánime ni igualmente consciente. El capitalismo ha convertido el obrero en rival del obrero y
en muchas ocasiones, perdida la brújula segura de
la solidaridad, que es también verdadera palanca
capaz de transformar el mundo, los proletarios han
luchado entre sí, y luchan todavía, para obtener
una colocación, una plaza, un empleo cualquiera,
pasando a ser la conquista del pan cotidiano una
lucha de lobos entre hermanos y dejando tranquilo
al enemigo común y olvidando la causa verdadera
de la disputa fratricida. ¡Cuan triste, cuan desesperador es todo estol
La organización obrera ha seguido casi siempre
el vaivén del ritmo industrial capitalista. En épocas
en que la industria ha sido floreciente, en que el
trabajo ha sido solicitado, como la burguesía nunca
de por sí tiene ni una generosidad interesada, cuando los obreros, unidos en fuerte y solidario haz,
han presentado demandas ya sea de reducción de
jornada, ya de aumentos de salario, han obtenido
en parte satisfacción y han triunfado en sus luchas. Y es en épocas así cuando la organización ha
adquirido potencia. En los períodos de calma industrial, de crisis de trabajo, cuando el trabajador
ha tenido que colocarse a la ofensiva y ha perdido
una batalla y luego otra, la fuerza moral de la
unión ha sufrido quebranto y, poco a poco, ha ido
perdiendo casi toda su virtualidad efectiva. Los
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trabajadores se han ido separando de la organización, desinteresándose de la acción solidaria. Los
adeptos del sindicalismo de una época determinada,
aquellos que dieron auge numérico, volumen a los
organismos obreros, se hacen escurridizos. En ese
flujo y reflujo no hay solución de continuidad en
la lucha, persistencia en el combate, y de ello se
aprovecha la burguesía para infligir nuevas derrotas a los núcleos proletarios y prolongar su dominio
de clase.
El sindicalismo pierde consistencia al fallar su
base moral que es la solidaridad y la conciencia
obrera. Poco importa que la estructura de la organización sea más o menos perfecta, que la modalidad orgánica del Sindicato sea esta o aquella. Sindicato de oficio, de ramo o industria todos carecen
de eficacia si flaquea la solidaridad, si no hay conciencia entre los trabajadores.
La crisis de trabaja no afecta solamente al proletariado industrial. Los trabajadores del campo también la sufren. Hay en España más de medio millón de trabajadores del campo sin trabajo. Y quedan por cultivar millones de hectáreas de terreno
fértil y productivo. Se exige respeto a los señoríos.
El propietario de tierras no quiere que se cultiven.
Los productos agrícolas también se tiran muchas
veces para mantener precio en los mercados o porque los gastos de exportación suben mucho más
que lo que dan por ellas. El campesino percibe salarios irrisorios. Y hay hambre, mucha hambre en
el campo y en la ciudad, siendo la tierra óptima,
pudiendo producir en abundancia trigo, pan, alimentación para todos. El campesino está desorganizado, divorciado en parte, por incomprensión, del
proletariado industrial, también dividido entre sí.
La organización obrera debería preocuparse del
problema de tener bien organizados y controlados
a los parados. Es algo difícil, pero es necesario.
El obrero parado, aparte los casos de dignidad y
entereza individual, que los hay, se ofrece por cualquier precio al patrono con tal de que le dé trabajo. Se aceptan salarios de hambre, y el obrero
que trabaja, por temor a ser sustituido, también se
aviene a las condiciones más leoninas.
El paro forzó actúa como uno de los peores disolventes de la organización. Luego sobre él especulan
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los partidos políticos y se cotizan campañas electorales sobre la miseria de los trabajadores.
Si la organización obrera confederal, si la tendencia del sindicalismo consiguiera reunir en su
seno a los parados y animar y orientar su acción,
¡qué perspectiva se abrirían para un inmediato porvenir proletario de cara a la igualdad social 1
Para ello, sin embargo, precisaría que la solidaridad no fuera algo puramente formulario. Que el
sindicalismo tuviera virtualidad moral suficiente para
hacer sentir a los obreros que trabajan la necesidad
de luchar para dar ocupación a los parados, no
consintiendo tampoco despidos; y mediante la reducción de la jornada, conservando los salarios y
abriendo plaza para la colocación de compañeros
parados.
La ayuda que el Estado presta al capital en forma de anticipos, de préstamos «reintegrables», de
protección directa a las empresas, de política arancelaria, nada solventa. Mil millones para el paro
forzoso a nada llegan. Es como si la fortuna de
todos los Rotschilds fuera repartida entre los parias
del mundo. La parte que les correspondería no les
sacaría de la miseria.
Los trabajadores actualmente ocupados y los que
están en paro forzoso han de reflexionar y de comprender estas verdades. El peligro es para todos
igual. Por eso se impone su unión como una necesidad, su acción conjunta. No han de destruir la
máquina ni de pelearse entre sí. Precisa saber bien
dónde está el enemigo y contra él dirigir los golpes
certeros, hasta abatirle.
El sindicaliscmo de tendencia revolucionaria, lo
hemos dicho ya, tiene sus puntos débiles. Esa plaga del paro forzoso pone en descubierto uno de los
más importantes. Si aquél no es capaz de mantener la moral solidaria en los períodos más difíciles,
poco ha de poder como arma emancipadora del
proletariado. Y si la solidaridad nace de la conciencia del proletariado, jamás el sindicalismo, por
muy suficiente que se crea, puede sentir desprecio
por el adoctrinamiento ideológico de sus adeptos
creador y forjador de conciencias libres y revolucionarias.
GERMINAL ESGLEAS
Los que deseen conocer la trayectoria que ha seguido el pensamiento
humano, que lean
La Evolución de la Filosofía en España
Dos tomos, cuco pesetas.
Sin aumento de precio se sirven a reembolso
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FEDERICO URALES
MI
DON
JUAN
Novela sobre la vida de un extraordinario amador
de mujeres, con todas las aventuras y las luchas
a que ello da lugar
Continuación del Capítulo VI
— Pues vaya una manera de dormir, chico.
— ¿Qué hora es?
'—'Tarde, muy tarde.
, Y Lucía se fué corriendo a su habitación.
Cuando salió de ella, estaba como para que
se la comieran a besos. Luis ya la esperaba en
el salón y al verla le dijo:
—' ¿Eres tú o tu hija, Lucía?
—' I Quién fuera la de entonces y que tú
fueras el de entonces también!
— ¿Qué pasaría?
—Casi nada. Que tendría en el alma todas
las ilusiones y en el cuerpo todas las gracias.
— Puedes tenerlas de la misma manera.
— No hijo, no; que de primer amor no hay
mas que uno y de juventud tampoco hay mas
que una. ¿ Ves como no me hago ilusiones?
Callaron los dos un momento y Lucía dijo:
— Y ahora al grano. En primer lugar, que
mi hijo no quiere recibir más dinero tuyo, y
te advierto que ya no quería recibirlo desde
mocito; y en segundo término, que yo quiero
darle a mi hijo la alegría de entregarte la
mitad del dinero que me has enviado. Con
que echa la cuenta: 24 años a 12 meses uno:
doscientos ochenta y ocho meses. A.mil pesetas mes, doscientas ochenta y ocho mil
pesetas, que al llegar a Sevilla serán agregadas a tu cuenta corriente.
Luis se levantó de su asiento bruscamente
y empezó a maldecir del cielo, de la tierra, de
todas las criaturas, de todos los títulos de nO'
bleza, de la sociedad y del mundo. Y al echar
tales maldiciones daba grandes zancadas por
el salón y amenazaba con el puño a las figuras
de los cuadros que colgaban de las paredes
y a las de bronce que había en los ángulos.
Lucía iba siguiéndole mientras pronunciaba
las siguientes palabras.
— ¿Pero qué te Msa, Luis? ¿Qué te pasa?
¿Te has vuelto locoi*
Cuando Lucía ya iba a gritar socorro ereyendo que su amante había perdido la razón,
Luis exclamó:
— Déjame, déjame, porque soy capaz de hacer una barbaridad.
—' ¿Contra mí te atreverías?
—• No, contra ti n o ; contra todo el mundo
menos contra ti. Desde luego yo no admito
el dinero.
— Desde luego, si no lo admites tú, lo convierto todo en papel moneda y lo quemo.
—' ¿Por qué, vamos a ver, por qué?
—'Porque en adelante nuestro hijo ganará
para los dos y ni él ni yo necesitamos lo que
nos has enviado.
—' [ Ay, Lucía mía I ¡ Qué penas siembra
la riqueza! ¡ Qué disgustos producen los títulos nobiliarios! Si yo no hubiese sido rico
y noble, me hubiera podido casar contigo,
j Y qué feliz hubiera sido a tu lado! Has de
saber que estoy al borde de la ruina. Mis
fincas nada producen. Mis hijas y mi mujer,
como son nobles y creen ser millonarias, gastan muchísimo más que producen nuestras
rentas y ni yo ni ellas servimos más que para
gastarlas.
Lucía dijo conmovida por la actitud desesperada y triste de su primer y único amante:
—• Con mayor motivo, Luis, has de admitir
el dinero que te devuelvo, que es tuyo, que
tú me has ido adelantando mensualmentc sin
poder. Ven, ven. Siéntate a mi lado. Hablemos
de tus dificultades económicas. A ver si las
arreglamos entre los dos. De momento tú admites el dinero que te ofrezco, mejor dicho,
que te restituyo. ¿Tienes hipotecado algo?
— Aun no, pero son muchas nuestras deudas.
—^Pues estamos a tiempo para salvarlo todo.
Te ahorro dos mil pesetas mensuales. Luego
recibes un ingreso de más de un cuarto de
millón de pesetas...
—' Contigo, esa suma representa la felicidad.
Con la mujer que tengo y con sus hijas, que
no ha sabido criar, no hay para dos años. No
quiero, pues, que te sacrifiques inútilmente.
—^Por la no admisión del dinero no paso.
¿No tienes cuenta corriente en Sevilla?
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— Ni en Sevilla, ni en Madrid, ni en parte
alguna tengo yo cuenta corriente.
—^Pues yo te abriré en Sevilla, en Madrid
o donde tú digas, cuenta corriente por valor
de doscientas ochenta y ocho mil pesetas.
— Jamás creyera que en el mundo hubiese
mujeres como tú.
— ¿Aceptarás la devolución de tu dinero?
Hazte cargo que es un préstamo que me hiciste y que, ahora que puedo, te devuelvo.
— ¿De dónde has salido tú, amor mío, mi
querido amor mío? ¿De dónde has salido tú?
Tener un tesoro de tanto valor al lado y no
haberlo descubierto! Mejor, ¡ y no haberlo pO'
dido gozar!
— ¿Aceptas o no el dinero que te debo?
—' ¡ Qué he de aceptar, angelical criatura,
qué he de aceptar!
Quedó pensando Luis un momento y a poco
se le cayeron las lágrimas. Lucía le preguntó
emocionada:
—• ¿Por qué lloras ahora, por qué? ¿Es que
quieres arrancarme el alma?
—• Lloro la dicha perdida. Lloro la desgracia
de no haber tenido valor de rehusar los títulos
y la herencia de mis padres por ti, que valías
más que todas mis riquezas.
—'Pero yo sin ti no hubiera valido nada,
Luis. Si ahora puedo ser generosa es porque
antes lo fuiste tú conmigo.
—' ¿Qué vale lo que yo te di comparándolo
con lo que tú me diste?... Y ahora me devuelves lo que para ahogar la voz de mi conciencia te había ido entregando. En cambio,
mi mujer, no me dio nada, ni aun siquiera
una de tus virtudes, y tira su fortuna y la
niía... Son cuatro, tres hijas y mi esposa. Cada
semana un vestido, dos sombreros, un par de
zapatos, una docena de medias, un auto cada
mes. Una 'criada para cada una, tres chófers,
cien pesetas diarias para la compra. Un cocinero que cobra mil pesetas mensuales y la
vida. De repostería, venimos a gastar unas
20 pesetas diarias un día con otro. En fruta
diariamente gastamos más. ¿Tú crees que
hay riqueza en el mundo que pueda resistir
estos gastos? La cantidad que tu quieres darme y que para ti es importante, en casa se gasta
cada dos años. Si aceptase tu ofrecimiento, tú
quedarías pobre y yo también. De maneta que
guárdate el dinero y no me des el disgusto de
verlo quemado por tus lindas manos.
—Es que además podría entregarte cada
mes mil pesetas.
— Aunque me entregaras diez mil. No
quiero empobrecerte a ti, para no poder vivir
yo. Mi mal no tiene remedio, porque carezco
del valor necesario para dejarlas. Se morirían.
—^¿Por qué no las obligas a vivir en el
campo?
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—'Porque se escaparían. Huirían con los
chófers. Se vendrían a Madrid y contraerían
deudas que yo habría de pagar. Lo único que
me falta probar es el suiodio. Todo lo demás
está ya probado.
— Cálmate, porque si no vamos a perder los
dos la serenidad y de aquí saldría una tragedia.
Se me ocurre una idea: Delante de tus hijas
y de tu mujer nombras un apoderado. A ese
apoderado le autorizas para toda operación menos la de comprar y vender, y le encargas, delante de tu familia, que amolde los gastos a los
ingresos, prohibiendo, en absoluto, contraer
deudas y diciéndole que las que contraigan
serán de su cuenta. Cuando tus mujeres vean
que en gastar tienen un límite, ya verás como
se amoldan a los ingresos de sus rentas.
— ¿Y si a pesar de todo contraen deudas?
—^Que se paguen con los ingresos... Pero
todo esto has de decirlo muy serio y ponderándoles el peligro que de bancarrota corres.
—'No me parece mal la idea.
—'Yo creo que es la salvadora. Y a ti que
te vean lo menos posible. Con las doscientas
ochenta y ocho mil pesetas que yo te daré
tendrás para toda la vida.
—'No quiero ser el primet hombre digno
que viva de su amada.
— Si es un dinero tuyo, hombre! si es tuyo
el dinero que te devuelvo.
— Que lo sea; no lo quiero.
— Me obligarás a que lo entregue a tu
mujer.
— Será como si lo echaras al mar.
—^Pues lo quemaré.
— Tú guárdate el dinero, puede que algún
día te falte o que me falte a mí o que nos
unamos los dos y que a los dos nos falte.
—' No, no; lo depositaré en un Banco a tu
disposición. Luego tú harás de él lo que te
plazca.
—' Nunca lo utilizaré, y si algún día hiciera
una barbaridad, aquel dinero pararía en manos
de mi mujer. Guárdalo, Lucía. Guárdalo y así
yo sabré que si en cualquiera ocasión lo necesitara imperiosamente, está también a mi disposición.
—'Bueno pues, guarda tú la vida, y ya sabes
que si algún día lo necesitaras estara a tu disposición.
— Toda la sangre de mi cuerpo, gota a gota,
una a una, es para ti.
— ¿Harás lo que te he dicho?
—^Lo haré.
—^ ¿Y para tus gastos?
—' Venderé alguna de mis fincas. Las rústicas nada me producen. Cuando más cara está
la vida, menos dan mis fincas rústicas. Los
administradores, que si los colonos; los colonos, que si los obreros cada día quieren
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ganar más trabajando menos. Total, que entre
xmos y otros están matando la propiedad rús'
tica. Y luego las contribuciones, y después los
abusos. Si esto continua, la propiedad rústica
será una carga para los propietarios. Más negocio habrá de ser regalarlas que cultivarlas.
Después, esta es otra: si no la cultivas te la
quieren quitar y si la cultivas los gastos importan más que los ingresos; porque antes
que el negocio llegue a ti, ha pasado por cinco
manos, todas con bolsillos. Dentro de poco
no podrá vivir de la tierra más que el que la
trabaja por su cuenta, que será el único que la
cultivará a gusto y con coraje. Venderé una de
estas fincas, que nada me producen, a pesar de
que sacaré de ella muy poco dinero.
—^Y vete a vivir en otra. Has de estar
harto de placeres mundanos y de vida artificiosa y fingida. Retírate a una de tus fincas.
Con tu sola presencia producirá más... Si te
retiras a una de tus fincas y dejas a tus mujeres que se apañen con las rentas de las demás,
yo te haré alguna visita.
— ¿Cada cuando?
—Siempre que sea de tu gusto me tendrás
a tú lado. Yo sólo vivo por mi hijo y por ti;
los demás me tienen sin cuidado. Y como tú
ahora eres más desgraciado que nuestro hijo,
por ti viviré, más que por él.
— No hables, no hables; porque cuanto más
te oigo hablar, más comprendo el tesoro que
perdí.
— Que aun puedes recuperar; sí Luis, que
aun puedes recuperar. Yo soy joven. Tú tienes
la vida de un hombre abandonado y amargado.
Con serenidad y satisfacciones del alma, te
equilibrarás y tendrás el aspecto de un hombre
de cuarenta y ocho años que son los que
cuentas. A los cuarenta y ocho años un hombre
bien portado es joven, y sin disgustos lo es
mucho más. Si aceptas mis condiciones con
fe y con entusiasmo, antes de separamos dormiremos una noche juntos.
— Por el premio, acepto.
—^No, no, por el premio. Has de aceptar
mis indicaciones por creerlas honradas y buenas
y porque aun puedes salvar tu salud y tu fortuna.
—^Lo comprendo perfectamente; ¿pero y
si haciendo la vida que me indicas, se presentan mi esposa y mis hijas al cortijo elegido por
mí y se empeñan en vivir a mi lado?
— J Ojalá, hombre, ojalá 1, pero no lo harán,
descuida, que no lo harán. Están acostumbradas a otra vida y la del cortijo les aburriría. No
obstante, pon que se queden a vivir contigo
en el cortijo y que abandonen la vida mundana y lujosa de Madrid. ¡No podrías desear
otra cosa I Tu fortiwia se rehacería en seguida
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y tendrías hogar y familia, que ahora no
tienes.
— ¿Y tú?
— Contentísima al verte a ti tranquilo y satisfecho.
— ¿Me permites que te de un beso?
—I No, no; aun no.
— ¿ Por qué no ahora, amor mío, mi único
amor, la única mujer que lo ha merecido?
— Porque podría tener consecuencias y yo
soy muy previsora. No quiero hijos engendrados en hora mala. Podría salir taciturno y
malhumorado... Nos estaremos unos días por
aquí; te solearás, te airearás, te remozarás
y cuando yo te vea sereno y despreocupado,
celebraremos el cambio con la gran noche, que
más grande será para mí que para ti, porque
para mí será como mi segunda noche de novios... ¡ Ah! y que el cortijo que elijas para
vivir tu nueva vida sea el de mi infancia.
— Es el de menos valor.
—^La riqueza está en nosotros.
—^Y en nuestro hijo.
—'Me alegro que te acuerdes de él. Nuestro
hijo pronto levantará el vuelo, y cuando lo
vea desprendido de su madre para amar a otras
mujeres, habrá llegado el momento de los dos.
— Es que quisiera emprender la nueva
vida pronto.
—'Antes mi hijo amará otras mujeres más
que a su madre, sin que nunca me olvide...
— Un beso.
— En la frente por ahora.
— En los ojos.
— Bueno, en los ojos.
Y se besaron y a los pocos días se cumplió la
promesa que Lucía le nizo.
En la cama los dos, Lucía dijo a Luis.
— Ahora me tienes que hacer un favor.
— Dichoso me sentiré.
— Tú, ni chistar.
— Bueno, habla.
— Ni chistar, que ya sabes que no puedo
pedirte nada que no me puedas conceder...
Prométeme que me lo vas a conceder.
— Si aun no conozco tu petición.
—^La que sea, que yo no he de pedirte
papeles ridículos. La que sea t^hl
—^,Bueno, la que sea.
—^ En el bolsillo del chaleco te encontrarás
diez mil pesetas. Con ellas paga nuestros gastos
del hotel.
— ¿Desde cuándo las mujeres han de pagar
los gastos que hacen los hombres?
— Desde que tenemos los niismos derechos
que vosotros, y cuando las mujeres, que aman
como yo te quiero a ti, están en mejores condiciones económicas cjue el hombre amado.
—I ¿Habré de sentir que te haya contado
mis penas y mis apuros?
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El ú l t i m o
Los escritores ultrarrojos suelen defender
una simplicísima clasificación de los hom»
bres. Los dividen en dos sectores: proletarios
y burgueses. Se atienen al máximo simplismo y, en tal sentido, ojieran par rotundas
antítesis.
Bajo el rótulo de «proletario» encie«an
todo un porvenir del mundo; bajo el de burgués, todo un pasado. Berdiaeff, en uno de
sus últimos libritos, dedicado a Carlos Marx
— a quien detenidamente ha estudiado — se*
fíala en el teorizante colectivista la misma
fragilidad lógica. Todos los contenidos vitales
aparecen radicalmente repartidos entre esos
dos conceptos. «El proletariado'—dice—^es
tanto como decir ateísmo, la burguesía es
tanto como religión. El proletariado implica
el materialismo, la burguesía el idealismo y
el espiritualismo. El proletariado expresa la
moral de lo colectivo, la burguesía la de lo
individual, etc.» Pero no es tan fácil amurallar estos sencillos compartimientos: con frecuencia se produce entre ellos una muy natural comunicación. Tan natural que, en cuanto se les deja al aire libre, los contenidos se
mezclan, se enlazan fraternalmente unos conceptos con otros, y se echa de ver...
Se echa de ver algo sorprendente — sorprendente para el que opera por antítesis — : que
no había tal división. Que el proletariado es
un burgués en canuto, o un burgués sin éxito; que el burgués es un proletario que ha
logrado hacer fortuna; que el ideario de ambos es fundamentalmente idéntico, aunque
circunstancialmente diverso; que uno y ptro
se nutren en la misma despensa doctrinal:
el materialismo histórico; que para uno y otro
la vida sólo tiene un sentido: el económico...
Lo demás, es retórica inflamada, esa pirotecnia verbal que tanto odiaba Lenín. Las raíces
del pensamiento burgués son las mismas del
pensamiento proletano. Las relaciones de explotador y explotado son vistas y utilizadas
con igual viveza o audacia por unos-y por
otros. Cuando el proletario vence, pasa a ser
explotador con igual o mayor intensidad que
lo fué el burgués vencido. En los pe<^ueños
ensayos colectivistas á que hemos aquí asistido, o asistimos, ya se ven las diferencias.
Dad a un proletario ocasión de convertirse
en burgués, y él lo hará inmediatamente, coii
mayor alegría de espkitu, y operará como si
toda la vida hubiera sido tal burgués.
Lo que no hará es operar como aristócrata,
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burgués
como noble, en el más alto sentido. Y por
aquí llegaríamos a una «clasificación» de los
hombres mucho más honda: la cifrada en su
actitud frente a la economía, frente — en definitiva— a la materia, al sentido materialista de la vida. Burgués y proletario apenas
son mis que matices de una misma «clase» de
hombres. Apetecen lo mismo, envidian a los
mismos. Que se entiendan o que se destrocen,
no quiere decir que piensen opuestamente;
apenas <juicre decir que entre ellos existe un
desequilibrio de fortunas. Su inquietud reviste con frecuencia las formas del desquite.
Que, como todas, nunca producirán una humanidad muy lucida, porque — decía Spencer
—- no se puede crear una conducta de oro con
instintos de plomo. No debemos aplaudir un
atropello porque haya sido engendrado por
la injusticia.
Los hombres se dividen en dos clases: nobles e innobles, de espíritu elevado y de espíritu rastrero; en aristócratas por derecho personal e intransferible — es decir, desligado»
de toda ascendencia o de toda fortuna precedentes —' y en plebeyos, dando a la- plebeyez
su sentido peyorativo de servidumbre al dinero, al placer chabacano, a la estrechez mental.
No se habla — repito —aquí de linajes ni
de herencias; se habla de individuos aislados.
Aunque gran parte de las cualidades físicas
— que modifican las morales — puedan ser
hereditarias. Los hombres no son burgueses
o proletarios: tienen o no tienen su sentido
aristocrático de la vida. Eso es todo. ¿Qué
quiere decir aquí aristocracia? En primer término, desdén al sentido materialista de la
historia. Por eso conocemos tantos mendigos
de alma aristocrática, y en España — pata
nuestra gloria-^más que en n i n ^ n a parte.
Acaso devienen anarquistas, pero jamás querrían ser llamados proletarios, es decir, burgueses sin éxito. Son siempre señores, cuando
no de tierras o personas, de sí mismos. Hombres orgullosos, es cierto, porque la aristocracia tiene su raíz en el orgullo — como ya
anotaba Vigny —. Hombres que no envidian.
Hombres vacunados, preservados de ese tifus
del resentimiento que amenaza contagiar a
todo el mundo. No reconocen caudillos, no
reconocen servidumbres. Saben que el líder
acaba por ser una forma nueva del señor
feudal. Y no han faltado líderes de horca y
cuchillo, en la historia contemporánea. Lo
mismo que en la Edad media.
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Mendigos que, cuando se quiere poner un vida? ¿Los arrollará la doble embestida de
precio dudoso a la satisfacción de sus nece- proletarios con o sin éxito? Lo que no deben
sidades materiales, han sabido decir — el caso nunca hacer es aislarse, sino trabajar en mees históricos
dio de las gentes. Su misión es crear valores
—i En mi hambre, caballero, sólo mando yo. nuevos, por encima de toda mezquindad, de
Expresión de máxima nobleza, de máxima todo afán de desquite: cadena sin fin, en que
aristocracia. «En mi hambre, es decir en mis un eslabón nunca podrá justificar su preceinstintos, sólo mando yo. Nadie conseguirá dente.
nada apelando a ellos, porque sobre ellos ten'
La nueva sociedad — coincidimos con Bergo tal dominio, que puedo rechazar cualquier diaeff — será de trabajadores, pero «deberá
invitación a la bajeza, a la plebeyez. Dentro conservar un principio aristocrático». En un
de mis andrajos, caballero, soy un príncipe. mundo mecanizado, no vale la pena de vivir.
No le envidio su jornal de líder, como no Sin auténticas jerarquías humanas, una sole envidio sus tierras al falso aristócrata. Soy ciedad no podrá nunca salir del caos. Jeraryo •— artista, profesor, hombre de ciencia, crea- quías que sólo puede establecer el espíritu, no
dor o transformador o destructor de alguna la violencia; menos, el rencor, mal o bien
cosa — el verdadero aristócrata. Esta miopía organizado.
o ceguera para encontrarle a la vida su sen¿Lucha de clases? Pronto la lucha de clatido económico, podrá alguna vez convertir' ses ha de resultar una antigualla. En todo
me en vagabundo, pero nunca en parásito.» caso, el último que venza, como siempre, será
Así hablo siempre el aristócrata, el hombre el que pueda reir. Pero no vale falsificar los
de espíritu, perseguido ayer por los falsos aris- documentos. Quien se apodere al fín de los
tócratas, perseguido ahora por la grey única «bienes materiales» de la tierra, ese será el
de burgueses y proletarios, hombres de la «ecO' último burgués. Al acabar la lucha «proletanomía», partidos turnantes en el poder mun- ria», ¿no comenzará a actuar como siempre,
el burgués que todo proletario lleva dentro?
dial.
¿Qué porvenir les aguarda a estos infeli- Y si vence el comunista, ese será el último
ces que aun persisten en oponer al bajo sen- burgués.
tido económico un alto sentido ético de la
BENJAMÍN JARNÉS
¿La anarquía, es programática?
La moneda o sus similares
Hablando metafísicamente, filosóficamente si se
quiere, se pueden decir muchas cosas que aunque
se contradigan pueden pasar; porque la metafísica
ni la filosofía son matemáticas. Pero hablando sociológicamente ya no se pueden decir tantas; porque
la sociología ya es el pensamiento y la razón aplicados matemáticamente a los problemas de la vida.
En la sociedad comunista-anarquista, la vida social
¿a qué habrá de estar condicionada? Mejor, para
si alguien entiende esto, lo transcribiremos aquí:
«En la sociedad comunista-anarquista la vida habrá
d« estar condicionada naturalmente para la máxima
garantía de la libertad individual, de la igualdad
social y de la equidad humana». ¿Condicionada a
qué?
Explicar a continuación que no debemos usar palabras sonoras ni rimbombantes, por no ser ellas
las que convencen, sino lo que expresan dejando
esto dicho, ¡no sé cómo habremos de explicarnos
para que todos nos entiendan! «La ilimitación y la
incondición son inexistentes: son afirmaciones y negaciones que no convencen. No puede existir nada
sin éstas; condicionado, en cuanto pierde su condición, se deteriora, desaparece o muere.» Que esto
lo diga un escolástico o un comunista de la ortodoxia
marxista, está bien; pero que lo diga un anarquista,
no está bien. Porque un par de zapatos está condicionado; el Código civil también está condicionado; como un ascensor en una escalera, también
está condicionado; todas estas cosas, cuando pierden su condición, desaparecen. Pero los hombres no
estamos condicionados más que bajo la Constitución y el Código; pero queremos librarnos de ella
sin imponer otras condiciones.
Traer aquí lo que significan las leyes o la palabra
«ley», para justificar que los hombres cuando hayamos desterrado todos los códigos aun continuaremos viviendo sometidos a nuestra propia «ley»,
«ley anarquista», es una cosa que considero agotar
todos los recursos de las palabras para hacerse com-
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prender y quedar en estado confuso. Porque las
leyes han sido los hombres los que las han hecho,
y los hombres somos los que las tenemos que desterrar de nuestros usos y de nuestras mentes. N o
puede importarnos nada sobre este particular la
«Ley de la Naturaleza»; nos importa la «Ley de
Orden Público» u otra cualquiera; porque podemos
decir: la «acción de la Naturaleza», la «acción de
Orden Público»; porque acción es por una parte y
por otra, puesto que si una ley nos protege y nos
ampara, también nos puede matar, sea de los hombres o de la Naturaleza. Mas, teniendo en cuenta
que no son las palabras las que convencen, sino las
que expresan, nada hay de particular que cuando
un anarquista oiga la palabra «ley» se horrorice y
la deteste y la combata por todas sus partes, porque
puede ser que en nombre de ella le hayan apaleado
muchas veces, y porque si tiene ojos, oídos y es
sensible, se dará que lo que ella expresa es la justificación del matar y robar.
Así es que considero que se puede sentir horror
cuando se oiga la palabra «ley», y se debe combatir
sin preámbulos de ningún género; lo mismo que
para sentirse libertario se debe hacer uso de las
pesas del sentido común, lo mismo que de la lupa
de la razón, y no dejar entremezclarse ni un adarme
ni una broza en las teorías anarquistas que, con muchas luchas y enconos, los hombres han podido
sostener hasta estos nuestros días; porque cada día
se va viendo más palpablemente que sólo las teorías
anarquistas hacen mella en las conciencias y pondrán
al mundo en el camino del progreso; por consiguiente, comenzar, antes y con tiempo a reformar,
con palabras que cada cual interpreta a su manera,
lo que sólo se puede rectificar bajo la práctica, veo,
para mí, que es un ansia mal comprendida, puesto
que como las ideas ya son viejas — relativamente —,
queremos ver algo más nuevo, sin darnos cuenta
que esto se encuentra practicando y no teorizando,
pues teóricamente ya está todo inventado en el orden
social.
* « *
Hemos dejado transcrito que no son las palabras
las que convencen, sino las que expresan, y apuntado, también, que es necesario explicar prácticamente lo que son las ideas. «La constitución del
comunismo libertario, pues, asentada sobre la trilogía sostenedora, necesita una nueva economía Of
ganizada integrante de un nuevo Derecho establecido,
que, en relación con los órganos sostenedores, la
ley del equilibrio por la igualdad de gravitación de
valores equivalentes.»
Este párrafo entre comillas, que acabo de transcribir, ahora me doy cuenta que no debo comentarto yo, sino remitir al lector a los números 295,
297,
299,
303 y 305
de LA REVISTA BLANCA; que
lea los artículos «Anarquía y comunismo
Necesidad previa de una estructuración
social futura», y que los comente él. Pues
que yo no entiendo lo que quiere decir,
él
libertario.
orgánicoen verdad
ni aun lo
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que en palabras dice. En cambio, él es sucesor de
un artículo que explica la abolición de la moneda
en la sociedad futura. Sin tener en cuenta que los
que han de abolir la moneda no la conocen más que
de nombre y en algunos sitios no cotidianamente,
sino temporalmente.
Los que propugnamos por una sociedad mejor,
será preciso que aborrezcamos la moneda, y que
cuando detestándola hablemos de ella, no la mezclemos con signo de cambio alguno de la sociedad
futura; pues en la sociedad futura, ni la colectividad, ni el individuo, serán capaces de valuar el
trabajo a nadie; quiere decir esto, que el individuo
producirá lo que pueda y consumirá lo que necesite
sin términos medios.
Considero que la discusión del signo de cambio
en una sociedad socialista-anarquista, es una cosa
secundaria. N o obstante, hoy es de las de primera
fila; porque el que carece de todo sólo piensa en
las monedas con que saciarse, y se le hace un poco
cuesta arriba suponer siquiera que sin monedas podrá satisfacer su necesidad nunca contentada. Pues
la idea de la colectividad forma en su mente un
conglomerado de personas insatisfechas que se apretujan para ir a saciar sus ansias a un sitio convenido por todos y donde tendrá que contentarse con
lo que le toque. Por esto, con la moneda o -el signo
de cambio, él ve mejor satisfechas sus necesidades,
pues puede para ello ir donde le plazca. Y por esto
hemos de considerar que la conciencia revolucionaria
no se forma por un programa más explícito en lo
económico y lo social que ningún otro. Pues, ¿no
se han dado cuenta los que hablan con el programa
en la mano, de la cantidad de confusiones que se engendran en las mentes infantiles de los trabajadores
y el resultado lastimoso que ellas dan?
Un hombre del pueblo, de edad corriente, es
capaz de cambiar durante un mes en todas sus
ideas, y en su conciencia por consiguiente, proponiéndose verdaderamente conseguir una cosa. Sin
embargo, vemos cuan poca es la diferencia de unas
generaciones para otras, y el problema es el mismo.
Esto, aparentemente, no nos dice nada; en realidad, dice que los hombres de lo último que se ocupan es de sí mismos, y de lo qtie más se ocupan
es de conservar las formas superfluas de la apariencia y de los prejuicios.
Pues bien, los anarquistas hemos de decir: Tú
eres quien debes revolucionarte para hacer la revolución, y tú eres quien debes estructurarte tu programa de forma que satisfaga las aspiraciones de
todos los demás, al par que las tuyas propias. ¿Esto
es imposible? Imposible es si te encierras en tu
torre de marfil con tus sueños, o en la costra inmunda de pasividad. Pero si te pones en actividad y
haces uso del sentido común y del libre acuerdo,
tú serás el primero que comenzarás a hacer concesiones al acuerdo que mejor convenga a todos y
menos ofenda a los deseos o gustos de cada cual.
Pero esto no sale ni de uno, ni de dos, ni de unas
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Demasiado mal se hace cuando en la propaganda
se halaga el sentimiento burdo de las multitudes
— forzosamente — cuando se pone de manifiesto las
consecuencias del Estado y de la burguesía y se les
invita a que tomen parte en la vida activa de la
sociedad, porque son ellos mismos los que la sostienen. Es preciso que las multitudes se den cuenta
de la responsabilidad que entraña su pasividad en el
orden económico social y que se remita a los sin'
dicatos no a charrar insulsamente, sino a poner de
manifiesto lo que se ha producido donde trabaja,
cotejarlo con lo de meses anteriores, o años, y teniendo en cuenta el estado y calidad de los útiles
y material en uno y otro tiempo, vea cómo se produce más y mejor y si podrá o no vivir un socia»
lismo anarquista.
Es muy bonito ver la cara de simpatía y hasta
de boleos que ponen las personas cuando están
oyendo recitar o explicar cómo se vivirá en la sociedad del porvenir o de mañana, cuando nos estamos muriendo de asco en esta y no somos capaces
de reaccionar en ella, sino que habrán de dárnoslo
mascado en la de mañana, y con eso ya hay bastante; y para eso si nos explican cómo comeremos y
no hemos comido; o cómo será el carnet y sus
páginas, con el que adquiriremos de todo y no tenC'
mos una perra gorda; o cómo habremos desterrado
los vicios y hoy somos unos perniciosos; y, en fin,
nos pueden explicar cómo será la sociedad en general y nosotros quedamos adormecidos y amodorrados
como si nos hubiesen contado un cuento de hadas.
No es extraño que haya muchos compañeros anarquistas que de ninguna manera estén de acuerdo
con eso; pero no ya porque, como dicen otros, sea
antilibertario, antianárquico, o poner barreras a la
A estas personas llega el tribuno, que puede ser polibertad del individuo. N o ; no puede ser por eso,
lítico o apolítico, o la colectividad: expone sus ideas
ni mucho menos; pues las cosas concretas son
y dice; «Bueno, quitaréis la moneda; pero en cambio
siempre más claras que las cosas confusas; las cosas
me daréis otra cosa equivalente». Y he aquí que para
terminadas son siempre más concisas y más positiél la moneda no desaparece en el sentido que debe
vas que las cosas en proyecto y en el aire. Pero
desaparecer, sino como signo de cambio burgués.
como de lo que se trata es de hacer la revolución
Mientras que la desaparición de la moneda es en
con hombres todo lo más conscientes que se pueda,
su sentido de equivalencia, es decir, en su sentido
puntos de vista sobre los problemas que a todo&
adquisitivo, de valor como productor o como valor
atañen por igual, les da' un cierto barniz de cosa
de mercancías acumuladas; ahí es donde la moneda
imprescindible e inmutable, y de la multitud indedebe desaparecer y con ella los signos y carnets de
cisa salen unos que van a votar y otros a esperar
equivalencia. Con respecto a lo económico, no hay
ninguna cosa que valga más qué otra; ni ninguno que venga la revolución social. Al tribuno le dicen
hombre acertado y listo, y lo discuten entre sí como
que en su trabajo haga más que otro, ni que conlas beatas discuten a sus sacerdotes religiosos, y dan
suma más que otro.
por bueno todo cuanto el tribuno haya dicho na
Por consiguiente, hemos de tener en cuenta el
porque lo hayan comprendido, sino porque les satisestado mental, el estado físico-económico y social
fizo los pensamientos que ellos no fueron capaces
del individuo y no predisponerlo hablándole de prode exteriorizar. En consecuencia: explicar de un*
gramas, de signos de cambio o de carnets; a ese
manera redonda o programática las ideas anarquisúltimo estado de la conformidad que es el encontas, es hacer círculo o lazo con lo que es expansión:
trarse las cosas simples y hechas y darse al descuido
y línea recta, no ya porque concretar sea un prede que todo se andará. N o ; es preciso que se desjuicio o perjuicio, sino porque concretar el detalle
pierte en el individuo el estímulo a estudiar y ver
par sí mismo el medio mejor de encauzar las cosas cuando aun la generalidad no se ha puesto en práctica, es el último de la conformidad y de la suges-~
que satisfagan las aspiraciones de cada uno y corone
tión
revolucionaria.
así el éxito revoludonario de todos.
ideas u otras; esto sale de la actividad de los hom'
bres conscientes, de voluntad y buena fe, aplicada
a los problemas de la vida práctica, progresando
siempre en el libre acuerdo, en la anarquía, que
es el libre acuerdo en la colectividad, y siempre
dispuesto a enmendar. Esto difiere mucho de ser
programa, y si a los programas se tiene que hacer
caso, como a las colectividades, yo llamaría imbécil
a quien tal hiciera; pues veamos las colectividades
como a los programas acarrean.
Las personas de cerebro atrofiado — entiéndase
esto: me refiero a las personas cargadas de prC'
juicios, y no a los seres anormales que los psicólo'
gos llaman anencéfalos —, como las de cerebro no
atrofiado, piensan y no siempre son capaces ni se
encuentran dispuestas a exteriorizar lo que piensan;
el medio en que se encuentran, como las necesidades que sufren, son los que martillean su cerebro
y son su personalidad hecha pensamientos. Ellos de
por sí se bastarían con su pensamiento, porque
piensan cómo solucionarían sus problemas y vivirían
muy bien su vida; pero los que tienen prejuicios,
se encuentran con que las leyes se lo impiden y con
el temor de su honor y de no molestar al vecino;
y sus pensamientos se los guardan como cosa íntima que no pueden ver la luz del día; los otros no
siempre saben hacer uso de la dialéctica para decir
lo que piensan, y no siempre tienen la confianza
de que sus pensamientos coinciden con los del otro,
y sólo se expresan en las confidencias, y no siempre a las claras. Y he ahí a las multitudes necesitadas e indecisas dispuestas a devorar un hueso reformista, como a desbordarse diciendo granujas como
una bandada de perdices.
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¿Qué tenemos que concretar hoy en día? ¿Acaso
no andan por ahí una multitud de folletos y hasta
de libros que te explican de una manera clara y bien
concisa cómo podrá vivirse en comunismo libertario
y nadie los lee?
Si a nosotros k> que nos hace falta son estadísticas
locales, comarcales, regionales, etc., todo lo más
exactas que sea posible, que los trabajadores sepan
o puedan saber lo que producen y lo que consumen
tanto de productos locales como del exterior; donde
hay posibilidades de abrir nuevos trabajos que rindan producto acto seguido y compense la escasez
que pueda producirse o se haya producido por otra
p a r t e ; en fin, un género de estadística que ponga
al detalle todo cuanto pueda h»ber en la localidad
de más o de menos y cómo podrá cambiarse, exportarse o importarse lo más rápido posible, para no
escasear de nada, o que los otros no escaseen y que
vean las posibilidades de éxito a día.
Pero no detallar con qué habremos substituido la
moneda, pues la moneda no tiene substitución;
la moneda, como todo cuanto pueda substituirla,
REVISTA
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debe desaparecer por completo; ni explicar el proceso de la nueva economía bajo el atávico concepto
de nueva ley, pues ello engendra en la mentalidad
de los trabajadores la última conformidad con respecto al régimen actual, que es la que al preguntarse
cómo nos entenderemos económicamente y socialmente, y tropezar con la «nueva ley» que, dispuesta
por todos, habrá de acatarse irremisiblemente, y el
nuevo signo o carnet no encuentra ni más ni menos
que es una nueva forma impuesta por la colectividad del curso de la sociedad actual. Y, a la vez,
las ideas anarquistas sufren el deterioro de ser rechazadas por personas que, aunque piensan, no
saben lo que piensan, pues las ideas anarquistas en
la práctica son para ellas un desbarajuste donde
cada cual tira por donde le place y hace lo que la
da la gana; y esto es lo que hay que hacer comprender, que las ideas anarquistas, bajo la práctica,
son el libre acuerdo, y no lo que a cada uno le da
la gana groseramente.
J. QUIÑONERO GXLVEZ
DE L I B R O S
Tierra, Trabajo, Capital y Privilegio: Marceliano Rico y Rico. — Casa Editorial Maucci. —
Barcelona.
«Estudios elementales de economía política y de
moral social, al alcance de todos», se subtitula este
volumen.
En realidad, se trata de una especie de curso de
economía simplificada, que no deja de tener su interés para cuantos desean documentarse de manera
rápida y sencilla.
La consecuencia sacada por Rico y Rico de sus
estudios, no puede ser, sin embargo, más modesta.
Apeius llega a un georgismo tibio, de visión rudimentaria y de soluciones menguadas.
Pero la parte puramente documental o informativa de la obra merece ser tenida en cuenta.
E v o l u c i ó n Proletaria : Anselmo Lorenzo. — Prólogo de Fernando Tarrida del Mármol. — Editorial Maucci. — Barcelona.
H e aquí reunidos, en un solo libro, dos nombres
augustos del anarquismo. Se trata de una obra síntesis del pensamiento social y filosófico de Anselmo
Lorenzo. Tarrida abre, con su prólogo, la puerta
del bello y rico edificio.
Nos hallamos, realmente, ante un volumen excepcional. Anselmo Lorenzo es más conocido como
organizador de multitudes, como hombre de lucha,
que como filósofo, como creador de ideas. Y Tarrida dice precisamente que es esta la característica
más afirmada y más poderosa del autor de El Pro»
letañado Militante.
Hemos leído con honda melancolía este buen libro. Tarrida y Lorenzo, asociados en él, los dos
muertos, evocan ante nosotros todo un período rico
y heroico del anarquismo, difícilmente superable.
¿Dónde están hoy los hombres como ellos, que
honraron doblemente a las ideas: con la fuerza de
sus inteligencias y la ejemplaridad de sus vidas?
Lamentemos también que la pobreza de nuestras
editoriales obligue a que sean casas de ediciones
burguesas las que recopilen y conserven los tesoros
de nuestra literatura.
Por lo demás, la presentación de Eiiolucíóti Proletana es correctísima.
Almanacco libertario pro vittime politiche:
1 9 3 5 : Editor responsable: Cario
nebra.
Frigerio.—Gi-
Es este ya el séptimo año que Cario Frigerio, el
infatigable camarada que en Ginebra sostiene y
alienta las ediciones sociales, siendo con Bertoni ei
exponente del anarquismo en el país de Calvino,
publica su Almanaque anual.
El destinado a 1935 es un volumen pletórico de
literatura, ilustrado con profusión de grabados. Una
reproducción de Gustavo Doré decora su portada,
siendo, en conjunto, mejor, a ser posible, que los
de afios anteriores.
Dirección: Cario Frigerio. — Casella Póstale Stand
218. — Ginebra (Suiza).
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CONSULTORIO GENERAL O
«%%% HACE SEIS AÑOS QUE PADEZCO DE ESPERMATO'
RREA DEBIDO AL ABUSO DE LA MASTURBACIÓN; ME HE
QUITADO DE ESE VICIO Y NO OBSTANTE AUN SIGUE.
H E PROBADO UNA RECETA SUYA. DUCHAS Y TÓNICO
SALVE Y NO ME HA DADO RESULTADO. ¿PODRÍA INDICARME EL DOCTOR K L U G OTRA? ( L E ADVIERTO QUE
SOY VEGETARIANO). — M . N .
Hay que ser muy constante, pero si continúan lo
mejor es hacerte visitar por u n médico, q u e según
las circunstancia podría intentar una pequeña operación.
..««« T E N G O EN EL BAJO VIENTRE UN DOLOR CONTINUO MUY MOLESTO; DE VEZ EN CUANDO SE ME CORRE A LOS FLATOS. P O R LA NOCHE CUANDO ESTOY
ACOSTADO ME PONE EN VELA EL RUIDO DE LOS INTESTINOS. APENAS FUMO NI BEBO. CASO DE QUE FUESE
ESTREÑIMIENTO, ¿QUÉ PODRÍA TOMAR PARA CURÁR-
*»*» T E N G O UN HERMANO QUE CUENTA 27 AÑOS Y
HACE CINCO QUE LE SALE MUCHA SANGRE DE LA NARIZ. S E HA DADO EL CASO DE SALIRLB DOS VECES AL
DÍA. ¿ Q U É HACER PARA CURARLE?.— J . Sintes.
Ponerse un algodón em.papado en agua oxigenada o antrpirina al lo por ciento. Cuando le salga
sangre, mejor la antipirina.
*w» M I MADRE CUENTA 54 AÑOS; HA TENIDO 8 H I JOS, PASANDO BASTAiniB MISERIA CUANDO ÉRAMOS PEQUEÑOS. T I E N E EL VIENTRE ABULTADO. A VECES LE
HACE DAÑO ASÍ COMO LOS RÍÑONES. TAMBIÉN SUFRE
DEL CORAZÓN; S I ANDA UN POCO SE AHOGA. ¿QuÉ
REMEDIO NOS DA EL DOCTOR KLUG PARA ESAS ENFERMEDADES? — J. Sintes.
Sin visitarla es imposible aconsejar. Podría ensayar tres tabletas al día de Calcio Coromina.
MELO? — U n amigo.
*w. A MI PADRE, HACIENDO UN AGUJERO EN UN
CONDUCTO DE UNA PIPA PARA FUMAR SE LE ESCAPÓ
LA AGUJA QUE ESTABA HIRVIENDO Y SE LE CLAVÓ EN
LA MANO IZQUIERDA ENTRÁNDOLE POR EL DEDO MEÑIQUE Y SALIÉNDOLE POR EL DEDO DEL MEDIO. FUI..«.v» M I COMPAÑERA S E QUEJA DE PICAZÓN EN EL
MOS AL MÉDICO Y RECETÓ QUE SE PUSIERA ALCCMíOL
ANO, NO SABEMOS SI DE LOMBRICES O DE LAS ALMO- DE 90 GRADOS; NO CONOCIMOS NINGUNA MEJORÍA
RRANAS QUE LE QUEDARON DESPUÉS DEL PARTO.
HINCHÁNDOSELE AÚN MÁS LA MANO. HEMOS VISITADO
¿ P U E D E DECÍRNOSLO EL DOCTOR K L U G ? — M a n u e l
LUEGO A UN CURANDERO QUE LE HACE SALIR BASTANOliva.
TE PUS, PERO HACE MUCHAS NOCHES NO PUEDE DORMIR POR EL DOLOR QUE SUFRE. ¿QUÉ NOS ACONSEJA
Nadie mejor para saberlo que vosotros si examiEL DOCTOR K L U G ? — J . Sintes.
náis los excrementos. Si encontraseis lombrices, tome
la enferma u n poco de calomelanos; si son hemoQue vuelva al médico, y si no puede, que se dé
rroides, baños de asiento fríos.
baños muy calientes con cocimiento de tomillo en
toda la mano.
El polvo, muy fino, d e carbón podría curarte seguramente. Toma tres cucharaditas de polvo de
carbón de pino.
*w» H A Y UN COMPAÑERO QUE CUANDO QUIERE ORINAR NO LO HACE CON FACILIDAD; DEBAJO DEL CONDUCTO SIENTE UNA FUERTE PICAZÓN. M E CONSTA QUE
NO PUEDE SER MAL VENÉREO. ¿ Q U É MEDIO PUEDE
EMPLEAR PARA CURARSE? — P . C.
Quizá será una uretritis catarrosa; puede darse baños de asiento templados.
w»
U N A COMPAÑERA HA TENIDO DOS PARTOS; EN
EL PRIMERO TUVO LA REGLA NORMAL DESPUÉS DE DAR
A LUZ Y EN EL SECUNDO LA TUVO DOS MESES, PERO
AL DETENSR A SU COMPAÑERO LE DESAPARECIÓ, NO
SABEMOS SI A CAUSA DE LA IMPRESIÓN. ¿ L E PUEDE
CAUSAR ALGUNA ENFERMEDAD? LA LECHE LA TIENE
BUENA. ¿PUEDE ESTAR EMBARAZADA?—Manuel Oliva.
No puede saberse sin reconocerla.
.v>««
»*»% A MI FUTURA COMPAÑERA, CUANDO TENÍA 15
AÑOS LE SALIÓ UN BULTO EN LA PIERNA IZQUIERDA,
DEL DIÁMETRO DE UN DURO, EN LA RODILLA, ALGO
ABULTADO. LA VISITÓ UN MÉDICO Y CON UNA POMADA
DESAPARECIÓ EL BULTO. A LOS 1 7 AÑOS LE DOLÍA
MUCHO LA CADERA DE LA PIERNA DERECHA; SEGÚN
LOS MÉDICOS FUÉ UN TUMOR BLANCO; GUARDÓ CAMA
2 2 MESES Y LE DESAPARECIÓ EL DOLOR. AHORA CUENTA 2 5 AÑOS Y LE DUELE LA PIERNA IZQUIERDA Y LA
CADERA DE LA DERECHA. ¿ P U E D E DECIRME EL DOCTOR
KLUG QUÉ CLASE DE ENFERMEDAD PADECE Y CÓMO
CURARLA? — Joaquín Castañeda.
Los tumores blancos son producidos por el bacilo
de Koch, y debe empicarse un tratamiento reconstituyente muy enérgico. Nada más puedo decirte sin
verla.
T E N G O UNA NIÑA QUE CUENTA AHORA 15 ME-
SES Y DESDE QUE NACIÓ LLEVA UNA PIERNA A RASTRAS, COMO SI ESTUVIERA PARALÍTICA. LA NIÑA NO
ANDA AUN SOLA Y FUÉ AMAMANTADA CON BIBERONES
DE LECHE CONDENSADA. ¿QUÉ ME ACONSEJA EL DOCTOR K L U G PARA REMEDIAR S U DEFECTO FÍSICO? —
Carmen González.
Dale iVigantol.
V»»,
T E N G O 26 AÑOS Y DESDE HACE MUCHO TIEM-
PO, CUANDO HABLO DEBO RESPIRAR FUERTE PORQUE
SE ME AGOTA LA RESPIRACIÓN. POR LO DEMÁS ME ENCUENTOO BIEN. ¿QUÉ CAUSAS PUEDEN PRODUCIR ESTE
TRASTORNO Y CÓMO EVrfARLO? — Prometeo.
Se trata seguramente d e una dificultad de la respiración por la nariz. N o creo tenga importancia.
R
•*w»
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¿ E L TABACO, ES PERJUDICIAL PARA LAS FACULTA-
DES MENTALES Y AL MISMO TIEMPO PARA EL OÍDO? —
D. F.
Sí.
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261
PERO AHORA NO PUEDE CORRER NI TRABAJAR. ¿ Q u É
LE ACONSEJA EL DOCTOR K L U G ? — Silvestre Junquera.
Sin verlo e s difícil aconsejar.
•*». TENGO U N HERMANO QUE Tiiare 26 AÑOS, TUVO
UNA LESIÓN SIFILÍTICA HACE APROXIMADAMENTE TRES
AÑOS; LE APLICARON DOS TRATAMIENTOS NEOSALVARSÉNICOS, RECOMENDÁNDOLE EL MÉDICO QUE A LOS SEIS
MESES SE SOMETIERA A OITIO TRATAMIENTO, LO CUAL
NO HIZO. Mí HERMANO HA SIDO TRATADO NUEVAMENTE DURANTE 50 DÍAS, CON LOS PRODUCTOS DEL ABATE
MiZCO, S m RESULTADO SATISFACTORIO. ¿QUÉ HACER
PARA CURARLE? — U n lector d e L A REVISTA BLANCA.
Repetir el neosalvarsán y darle bismuto y cuantos
médicos s e precisen hasta q u e la W a s e r m a n sea n e gativa. C o n la sífilis n o s e p u e d e jugar.
V.»» T E N G O U N A NIÑA D E 18 M E S E S ; DESDE LA
EDAD DE DOS O TRES MESES QUE LE SALIÓ UNA ERUPCIÓN EN LA CARA, QUE AL RASCARSE SE LE CONVIERTE
EN UNA POSTILU SANGUINOLENTA. ES DE ADVERTIR
QUE SI LA NIÑA SE PONE BUENA O ENGORDA SE LE
REPRODUCE CON MXS FUERZA. HEMOS CONSULTADO
VARIOS MÉDICOS Y NOS HAN ACONSEJADO NO CURÁRSELO, PUES SE LE RETIRARÍA INTERIORMENTE Y AUN
SERÍA PEOR. ¿ N o HABRÍA FORMA DE CURARLA SIN
MAYORES PERJUICIOS? — Un lector de LA REVISTA
BLANCA.
Sería preciso ver si padece de alguna enfermedad
de los intestinos. Además se le podría dar preparados calcicos, por ejemplo el calcio Sandoz, granular.
.vw» PUEDEN PEGAR LAS ENFERMEDADES VENÉREAS
OTROS ANIMALES DEL SEXO FEMENINO QUE NO SEA LA
MUJER. ¿ P O R EJEMPLO UNA YEGUA, BURRA O MULA?
— Un lector de LA REVISTA BLANCA.
»,v« ¿CÓMO PODRÍA DESGASTAR LA DENTADURA SIN
QUE ME OCASIONE ESCALOFRÍO? M E INTERESA PARTICULARMENTE. — Victoria Eldense.
Oflicamente sufren las enfermedades venéreas los
llamas hembras. Los animales que citas no sé de
ningún escritor que haya relatado ningún caso.
No debes hacerte nada en la boca por motivos
estéticos, pues los dientes no son para tenerlos bonitos, sino para poder comer bien.
»~*»
SOY AFICIONADO A LA LECTURA, PERO NOTO
UNA FLAQUEZA DE MEMORIA QUE NO ME PERMITE RECORDAR NADA DE LO QUE LEO. ¿A QUÉ PUEDE SER
DEBIDO ESTO? — Un lector de LA REVISTA BLANCA.
A un estado de debilidad nerviosa que puede curar con un reconstituyente cualquiera.
*»*» M E SALEN UNOS GRANOS EN LAS EXTREMIDADES
DEL CUERPO QUE SE VAN ALTERNANDO; UNAS SEMANAS ME SALEN Y OTRAS NO. CUANDO HACE CALOR
SIENTO PICAZÓN EN TODO EL CUERPO. N o TENGO NINGÚN VICIO NI HAGO NINGÚN EXCESO DE CARNE Y
ADEMAS TOMO DUCHAS MATINALES. ¿QUÉ PUEDO HACER PARA EVITARME DICHA MOLESTIA? — U n joven libertario.
Podrías tomar caldo Sandoz, granular.
«*~% ¿ Q U É CONCEPTO TIENE EL DOCTOR KLUG DE
LAS OBRAS DE LUIS KUHNE «LA NUEVA CIENCIA DE
CURAR» Y «LA EXPRESIÓN DEL ROSTRO»? — ] . S.
Portillo.
<La otra pregunta ha sido contestada a otro consultante.)
Kuhne fué un observador, pero muy poco culto
y su desconocimiento de la ciencia dio lugar a que
cayese en muchos errores. Hay mucha exageración
en sus obras; en mi libro que L^ REVISTA BLANCA
publicará próximamente, hablaré extensamente.
•vw^ TENGO 32 AÑOS Y DESDE LOS 25 ME SALEN
MUCHÍSIMOS BARRILLOS POR LA CARA. ¿QUÉ PUEDO
HACER PARA QUE ME DESAPAREZCAN? — M. R. T .
Sería preciso verte. Puedes, no obstante, ponerte
en la cara un poco de alcohol alcátvforado por las
noches. Quizá esto podría curarte.
««M SUFRO DE UN EXTRAORDINARIO PICOR EN LOS
TESTÍCULOS DESDE HACE DOS AÑOS. CUANDO MÁS
.vw. CUENTO 20 AÑOS Y PADEZCO DE IMPOTENCIA.
MB MOLESTA ES POR LA NOCHE EN LA CAMA Y CUANFui A VER A UN MÉDICO Y ME RECETÓ PÍLDORAS CARDO EL FRÍO APRIETA. ¿ C o N QUÉ PODRÍA CURARLO?
DENAL Y SOBREALIMENTACIÓN. ¿PUEDO CURAR CON
— U n corresponsal.
ESTO? — Modesto Castellví.
C o n dermosa Cusí anticongestiva c o n tumenol.
~w» ¿(HAY A L G Ú N MEDIO SENCILLO Y SEGURO PARA
HACER DESAPARECER EL VELLO? — Victoria Eldense.
H a y muchos depilatorios q u e puedes comprar e n
cualquier perfumería.
.WM., T E N G O U N AMIGO D E 21 AROS AL QUE HACE
U N O S I 8 MESES COMENZÓ A ATACARLE UN TERRIBLE
DOLOR E N EL JUEGO DE LA CADERA. ESTUVO SIN PODER. ANDAR MUCHO TIEMPO, LUEGO ESTUVO UN POCO
MEJÓRv^yiSníS, VARIOS MÉDICOS Y UNOS LE DECÍAN
QUE ERA REUMA Y OTROS OXTICA; SE SACÓ DOS RADIOGRAFÍAS Y EN EL HXmSO NO TIENE NADA! TOMÓ
INYECCIONES 0E CALCIO Y BAÑOS DB SOL. MEJORÓ
BASTANTE Y AHORA YA PUEDE ANDAR SIN COJEAR,
Cada impotente cura de un modo distinto. Yo
sin más detalles no te podría aconsejar. Probablemente tú no tienes impotencia, sino miedo y perdiendo el miedo serás perfectamente normal.
•.•^ UNA COMPAÑERA SUFRE DE UN DOLOR QUE LE
SOBREVIENE CON NERVOSIDAD Y FRÍO; EL DC«X)R LE
ATACA SOBRE LA PARTE DEL HÍGADO Y AL CABO DE
UN RATO SE LE PASA A LOS RÍÑONES, SALIÉNDOLE UN
BULTO DEL TAMAÑO DE UNA NARANJA. ALGUNAS VECES LE DAN VÓMITOS; EL DOLOR LE EMPEZÓ, CON INTERMITENOAS, HACE 15 AÑOS. ¿QuÉ OPINA SOBRE
ESTA DOLENCIA EL DOCTOR Ki-UG? — Juan Salinas.
Sin visitarla no puedo aconsejar con certeza.
DR. KLUG
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S
.^w, ¿Qué CRITERIO SUSTENTÁIS SOBRE LA INICIATIVA DE REDACTAR UN PERIÓDICO ANARQUISTA EN CATALÁN? ¿CRÉEIS QUE ELLO ES UN ARMA EFICAZ PARA
CONTRARRESTAR LA LABOR DE LOS ELEMENTOS INTERESADOS EN QUÉ PERSISTA EL ODIO ENTRE EL PROLETARIADO CATALÁN Y EL CASTELLANO? ¿ESTX EN PUGNA LA APARICIÓN DE DICHO PERIÓDICO CON LAS IDEAS
ANARQUISTAS? — David Vidal.
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DEMÁS ANIMALES DE TODAS LAS ESPECIES Y LOS VEGETALES, CASO DE QUE LA EDAD DEL PLANETA LO PERMITIERA, ¿SERÍA POSIM.E OTRA VEZ LA EXISTHÍOA
DEL HOMBRE POR MEDIO DE LA EVOLUQÓN DE LA
VIDA? — Ramón Bosch.
No, porque la edad del hombre ya ha pasado.
La tierra hoy no produciría el animal humano, sea
el que fuere el origen del hombres lo mismo si fué
No es de ahora que existe en Cataluña una co- mónera, que gusano, que simio con facultad evolutiva. Se producirían otros seres; no el hombre. La
rriente propicia a publicar un periódico anarquista
evolución sigue su ciclo; la vida continúa, no reescrito en lengua catalana. Nosotros no tenemos
trocede jamás.
nada que objetar a ello. En Valencia, en los tiempos de la Internacional, se publicó un semanario
en lengua valenciana, titulado El Chorndler, cuya
*~v» PABLO IGLESIAS, ¿FUÉ DIPUTADO ANTES DE LA
colección está en casa. Muchos compañeros vascos
DICTADURA Y AL TRAVÉS DE ÉSTA? — JoSÍ Pascual.
han sostenido el criterio de que sería preciso reFué diputado p u c h o antes de la dictadura; en
dactar un periódico anarquista en vascuence, para
llegar al corazón de los campesinos, que apenas co- 1918 se le reeligió otra vez para el cargo. Durante
la dictadura no había diputados. Sok» Largo Cabanocen otra lengua que la éuskara.
llero fué Consejero de Estado.
El criterio que inspira a los que en Cataluña tienden a lo mismo, es, sin embargo, más que otra cosa
un vago prurito de catalanidad. Nosotros hemos •v*v» ¿CUÁNDO ENTRARON LOS SOCIALISTAS EN EL
PARLAMENTO ESPAÑOL? ¿FUÉ EN 1909? — fosé Pascreído siempre, a pesar de haber nacido en Catacual.
luña, que lo lógico, entre anarquistas, era escribir
aquellas lenguas que mayor sentido de universaliLos socialistas entraron en el Parlamento espadad podían dar a las ideas. Y hemos escrito en casñol mediante una coalición con los republicanos.
tellano, porque era el idioma de las Américas latiA partir de aquella fecha, han ido teniendo reprenas y de muchos pueblos de Iberia. Si existiese una
sentantes parlamentarios en la Cámara española,
lengua internacional que conociesen todos los homhasta llegar al advenimiento de la República, en que,
bres, en esa lengua internatíonal escribiríamos. El
merced también a otra coalición con los republicaanarquista, universalista ante todo, ha de tender
nos, consiguieron tener la formidable mayoría que
a la universalidad, a los amplios horizontes, a cuan- tantas leyes, hoy aplicadas contra ellos, legisló en
to signifique derribar fronteras y ensanchar relación
las Constituyentes.
entre los humanos. Este es nuestro criterio.
**v»
*v«
DESCONOZCO CONSIDERABLEMENTE
EL PROBLE-
MA SEXUAL í QUISIERA QUE ME INDICARAIS ALGÚN LIBRO QUE TRATE DE DICHO PROBLEMA CON TODA (XARIDAD Y EN SVS MXS VARIADOS ASPECTOS. — David
Vidal.
Esta pregunta puede hallarse contestada con la
respuesta que damos a otra parecida. Libros de esa
naturaleza hay muchos; tantos, que uno no sabe
casi cuáles señalar. La Educación Sexual, de Marestan; La Iniciación Sexttat, de Bess&de, y dos o
tres de k malograda Hildegart, merecen ser señalados particularmente. Además existen, cbmo clásicos en la materia, los del doctor Suárez Casan, famosos ya hace casi medio siglo.
U N BURGUÉS DE HISTORIAL REACCIONARIO DA
UNA LIMOSNA A LOSTOABAIADORESMÁS NECESfrADOS
EN UNA IGLESIA; Y DOS INDIVIDUOS QUE SIMPATIZAN
CON LAS IDEAS ÁCRATAS CONTRIBUYEN AL REPARTO DE
DICHA LIMOSNA. U N O ES LECTOR DE «LA REVISTA
BLANCA» Y HA TOMADO PARTE EN VARIOS MÍTINES DE
CARÁCTER ANARQUISTA, Y EL OTRO PERTENECE A U N
GRUPO DE LA F . A . I . ¿ Q U É COIKEPTO MERECEN DE
«LA REVISTA BLANCA» INDIVIDUOS QUE ASÍ OBRAN? —
Corresponsal.
Todas estas cosas pueden suceder ahora; no sucedían en otras épocas, cuando en el anarquismo
militaban las mejores conciencias y las individualidades más íntegras, más austeras y más honradas.
Es este rebajamiento de la moral individual y de la
colectiva, lo que nos ha llevado al estado de cosas
*»~s ¿POR QUÉ LA REDACCIÓN DE ESTA REVISTA NO
en que hoy nos hallamos. Y si no volvemos por
DEDICA UN ESPACIO EN SUS PÁGINAS A COMENTAR LAS los fueros de la idea, noble, grande, limpia; y de
CINTAS CINEMATOGRÁFICAS — ESPECTÁCULO HOY EL sus hombres, de conductas acrisoladas y ejemplares,
MÁS CONCURRIDO POR EL PUEBLO — QUE SEAN DIG- estamos perdidos. El descrédito acabará con nosNAS DE ELLO? S I SE HICIESE UNA CRftlCA DE LAS otros antes que las persecuciones autoritarias.
PELÍCULAS BtreNAS, COMO HIZO EL CAMARADA PEIRATS CON l-A CINTA «EsKIMO», LOS QUE VEMOS EN EL .WM ¿ Q U É PODRÍA OCURRIR CON U N ABONADO A
CINE UNA DIFUSIÓN DE LA CULTURA, HALLARÍAMOS EN UNA COMPAfíÍA DE SEGUROS CONTRA LA SALUD, QUE
ELLA UNA ORIENTAOÓN. — M. Vilá.
ENFERMASE Y COMO SERÍA NATURAL, QUISIESE COBRAR LA INDEMNIZACIÓN QUE REQUIRIERA LA ENFERiLa idea nos place y la recogeremos con gusto,
MEDAD, NO HABIENDO PAGADO EL ABONADO WMDI
procurando buscar quien se encargue de dedicar seHACE VARIOS MESES, NO POR MOROSIDAD, SINO POR
manalmente un comentario a los films más imporNEGLIGINOA, POR ABANDONO, POR («OSlftí DE LA
tantes que se estrenen en Barcelona.
COMPAffÍA? — P. J.
«v%. Sí DESPUÉS DE UNA GUERRA, NO QUEDARA EN
LA TIERRA NINGÚN HOMBRE CON VIDA, TAN SÓLO LOS
Que no cobraría, por mucho que reclamase.
[Buenas son las compañías de Seguros para pagtr,
N C
R
SI tienen u n pretexto, por pequeño que sea, que
les exima de hacer entrega de cantidad alguna I
.VM«
¿PUEDEN CONSIDERARSE Y ESTIMARSE CAMARA-
DAS DE BUENA FE Y DE SENTIMIENTOS ANARQUISTAS,
AQUELLOS QUE SE SUSCRIBEN A UN PERIÓDICO LÍBER'
TARIO Y NO PAGAN? — Antonio Prados Prados.
Nosotros creemos que no, ya que la base de toda
propaganda de ideas es la Prensa que las defiende;
si no se apoya económicamente esa Prensa, no hay
propaganda posible. El que no la ayuda, pudiendo
hacer u n esfuerzo — dejamos aparte los casos excepcionales — carece de sentimientos libertarios y
de la buena fe precisa para ser anarquista.
*w,
¿PUEDE
«LA REVISTA
BLANCA»
INDICARME EL
NOMBRE Y DIRECCIÓN DE OTRA REVISTA LIBERTARIA
QUE NO SEA LA REVISTA «ESTUDIOS»? — A . Prados
Prados.
Tiempos
celona.
Nuevos.
Calle Unión, 19, i.", 2.", Bar-
*W» ¿ E S COMPATIBLE PERTENECER A LA JUVENTUD
LIBERTARIA O A ALGÚN GRUPO ESPECÍFICO, Y SER
PARTIDARIO DEL BAILE? — M. Vilá.
No somos enemigos de Terpsícore. Sin embargo,
estimamos que tales frivolidades están reñidas con
la hombría precisa para ser anarquista; máxime en
momentos en que las circunstancias exigen de cada
uno una labor útil.
La segunda pregunta se ve contestada en otra
parte de este mismo Consultorio.
.M«% E N NUESTRO CENTRO DE ESTUDIOS SOCIALES
NECESITAMOS UN LIBRO QUE TRATE DE ASTRONOMÍA
GENERAL, PARA ENSEÑAR A NIÑOS DE 6 A 12 Y MÁS
AÑOS DE EDAD, PERO QUE CARECEN DE INSTRUCCIÓN,
LA MAYORÍA. ¿ Q U É LIBRO NOS ACONSEJÁIS? — Calvo.
Todas las obras de Flammarión, que escribía en
forma amena y comprensible, muy sencilla, son útiles para este caso. Existen también algunos volúmenes de Astronomía Popular, pero que adolecen
de algunos defectos y de muchas limitaciones científicas.
-wv*. ¿DÓNDE PODRÍA HALLAR LA DIRECCI&Í DEL EDITOR DE LA OBRA «VIDA DE TOLSTOI», DE ROMAIN
ROLLAND?—Calvo.
Editorial Claridad: Casilla de Correo 736. Buenos
Aires (Argentina).
««.«
¿ Q U É IDIOMA SE ENSEÑA M Á S : EL IDO O EL
ESPERANTO? ¿CUÁL DE LOS DOS MERECE MÁS ATEN-
ci&í, DESDE EL PUNTO DE VISTA PRÁCTICO? —Calvo.
Brindamos la respuesta a los compañeros especializados en la enseñanza del Ido y del Esperanto.
«vv. DESPUÉS DE LA CARTILLA FILOLÓGICA, ¿QUÉ LIBRO EXISTE EN LA ESCUELA MODERNA DE FERRER? —
Calvo.
Correspondencia Escolar y la serie de libros instructivos editados por la editorial pedagógica creada
por Ferrer: Ciencias naturales, de Odón de Buen;
Historia de la Tierra, de Sauerwein; NocKmes so'
263
bre las primeras edades de la Humanidadi
Evolu'
don de los seres vivientes; Cómo se jorma una in'
teligencia, del doctor Tolosa Latour; Las AveniU'
ras de Nono, de Grave; Sembrando Flores, de
Urales, etc., etc.
*wi,
¿CÓMO PODRÍA APRENDER A CONSULTAR LA E S CALA, PARA TOMAR LA MEDIDA POR KILÓMETROS DE
UN PUNTO A OTRO DEL MAPA? ¿CÓMO SABER EL SIGNIFICADO DE AQUELLAS RAYITAS Y NÚMEROS QUE ES-
TÁN AL BORDE DEL MAPA? — Uno que desea saber.
Adquiriendo libros de geografía completos, en los
que se expliquen y se enseñen a descifrar los meridianos.
En los propios mapas, puede aprenderse a consultar la escala, midiendo las distancias entre dos
puntos y graduándolas según la multiplicación de
la misma.
*»*»
APARTE DE «TEMAS SUBVERSIVOS», « E L DOLOR
UNIVERSAL», « M I COMUNISMO», «LA VERDADERA REVOLUCIÓN SOCIAL», ¿HAY TRADUCIDA AL ESPAÑOL ALGUNA OBRA MÁS DE SEBASTIÁN FAURE? ¿ E N CASO DE
QUE LA HAYA, DÓNDE PODRÍA ADQUIRIRLA? — Uno
que desea saber.
Además de las obras que tú señalas, sólo existen
dos folletos: Doce pruebas de la inexistencia de
Dios, editado por nosotros, y Hacia la dicha, este
último editado en Buenos Aires y que nosotros también podemos facilitar.
Caso de que algún lector conozca otra traducción
de Faure, ignorada por nosotros, que haga el favor
de decirlo al camarada interesado en documentarse
sobre esta materia.
*vv»
¿ E X I S T E EN FOLLETO EL LIBRITO DE ISAAC PUEN-
TE QUE TRATA SOBRE LA REALIZACIÓN DEL COMUNISMO
LIBERTARIO EN ESPAÑA? S I EXISTE, ¿DÓNDE ENCONTRARLO? — San.
Dirígete a Tierra y Libertad,
Urúón, 19, i.°, 2.*
»**» ESTOY EN LA ARGENTINA, SOY DE ESTA NACIONALIDAD (OFICIALMENTE), PERO QUISIERA AYUDAROS A
HACER LA REVOLUCIÓN EN ESPAÑA. ¿QUÉ ES MEJOR,
QUE OS AYUDE DESDE ACÁ O QUE VAYA (YA QUE PUEDO) A PARTICIPAR DIRECTAMENTE CON VOSOTROS EN LA
LUCHA ENTABLADA? — Enrique.
Estimamos que en todas partes es preciso hacer
labor y que la revolución no ha de hacerse sólo en
un país determinado, sino en todo el orbe. Cuantos
más revolucionarios haya desparramados por el mundo, más probabilidades existen de que se haga una
revolución mundial. De forma que es mejor que
labores donde estás a que te expongas a inutilizarte tú mismo en un ambiente que te será extraño y que a lo mejor te produce una desilusión.
.v»v» ¿DÓNDE PODRÍA ADQUIRIR LAS SIGUIENTES OBRAS
DE P R O U D H O N : «FILOSOFÍA DE LA MISERIA», « D I S CURSO CONTRA T H I E R S » , «LAS C0NFESIC»IES DE UN
REVOLUCIONARIO»?—M. Casado.
Algunas de estas obras están completamente agotadas. En todo caso, has de ver si las hallas en
alguna librería de viejo.
GLOSAS :: MASCARADA
He dedicado una glosa al Carnaval. Ahora voy a dedicar otra a una mascarada.
¡Oh] Es un Ksujet" curioso el que se me ha ocurrido. Nació en la calma de mi casa,
bien sentada ante una mesa en donde aun no falta el pan; bajo techo seguro, con la perspectiva
de una cama bien abrigada, escuchando las noticias de Prensa que da diariamente Radio Barcelona.
Después de la reseña de la Rúa; después de la descripción detallada del curso de la segunda
jornada carnavalera, el locutor, como al desgaire, soltó la noticia: «Entre unos vagones arrinconados de la estación marítima, ¡os guardias del puerto habían enccmtrado el cadáver de un
niño de quince años, muerto de hambre y de frío».
¿Estampa curiosa, verdad? ¡Cómo huele a Steinlen, al Casas de la época demoledoral
Cuando los artistas estaban inficionados de romanticismo revolucionario y amaban los temas trágicos, en que se mostraban al rojo vivo las lacras y los crímenes de la sociedad.
Este niño ha tenido la ocurrencia de morir de hambre y frío precisamente un día en que
los desocupados gastaban en confetti y serpentinas más de lo suficiente para nutrir su estómago
desfallecido, para pagarle una cama en cualquier asilo de noche. Pero, ¡ qué queréis I Su vida,
obscura y anónima en la gran vorágine de la urbe, no interesaba a nadie. Para salir del anonimato era preciso morir.
Recuerdo aquellos versos muchas veces musitados en mi adolescencia: aQue más le valiera
al que pobre nace, del sol esplendente los rayos no ver». Los hallé en una colección vieja; un
periódico de mediados del siglo pasado, titulado El Obrero, de socialismo tímido: eran los albo'
res de la Internacional.
Este niño ha muerto ahora, en pleno siglo XX y en el año 1935 de la Era Cristiana, como
hubiera podido morir cincuenta años antes. \ Que haya un cadáver más, no importa al mundo I
No por ello será menos laboriosa la digestión de los poderosos, ni menos lucidos el baHe de
disfraces ¿Le la ópera, o del Liceo, o del Casino: el nombre del local no hace la cosa. Lo importante estriba en la presencia de las mujeres, que, con la careta sedvodora, se sienten MesaU'
ñas lúbricas y no piensan, ni por asomo, que en aquella misma hora puede estar, expirando, de
hambre y frío, un niño de quince años que quizá tiene madre o la ha tenido, que nació palpitante y desnudo y para el que la sociedad no ha tenido cuna ni amparo, pan ni lecho.
Recuerdo también una bellísima crónica de Antonio ZoZaya, el que después aprobó el asesinato de «Seisdedos», su nieto, su nuera y la desgraciada Manuela Lago. Aquel escrito, hecho
en una época en que Zozaya tenía corazón y carecía de intereses creados, titulábase «Las
cunas frías».
Era una invocación estremecedora a la sensibilidad humana, al espíritu de solidaridad de la
especie, a la ciencia, a la sociología, a los filósofos, a los estadistas, a cuantos pretenden haber
domeñado la vida, haber edificado sobre cimientos sólidos una civilización que merezca el nombre de tal; haber contribuido al sostenimiento y desarrollo progresivo de una sociedad habitable
para los hombres, pidiéndoles, exigiéndoles que calentasen la cuna fría de un niño muerto de
hambre hace treinta y cinco años.
Hoy muere, en pleno Carnaval barcelonés, esta otra criatura desamparada, perdida en plena
utbe, sin que sirva para nacía la pomposa beneficencia, caridad organizada a expensas y bajo ei
control del Estado. En un Barcelona, üeno de hospitales, de clínicas, de dispensarios, de asilos,
un niño muere de hambre y de frío, mis triste, más espantosamente que un perro vagabundo.
\Qué tremenda mascaradal La risa de Momo adquiere el rictus trágico de la carcajada goyesca. La ronda de las brujas del Novedades, doruie lucen sus pechos y sus piernas un centenar
de mujeres bonitas, se despoja de toda carnalidad y aparece en esta realidad espantosa: el cadáver encogido del niño muerto, de este ser indefenso, perdido en la inmensa capital, sin unos
labios que calentaran su rostro, sin unas manos que protegieran su infinita, su indescriptible
orfandad.
¡Qué trágica mascaradal, ¿verdad? jOfil ¡Brindo el tema a quien quiera desarrollarlo en
toda su magnitud, a quien quiera hacer de él el motivo para una carrotfi alegórica en el próximo
Carnaval de 19361
FEDERICA MONTSENY
IMPRESOS COSTA,
Nueva de la Rambla, 45
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