COMITÉ DE ÉTICA FEDERACIÓN EUROPEA DE ASOCIACIONES PSICOLÓGICAS (EFPA) RECOMENDACIONES PARA LA FORMACIÓN ÉTICA DE PSICÓLOGOS I. INTRODUCCIÓN Orientación de las recomendaciones Las recomendaciones contenidas en el presente documento se refieren a aspectos específicos, así como a perspectivas que deberían ser consideradas dentro de la formación ética profesional de los psicólogos, tanto en asignaturas especializadas como dentro de la enseñanza de las asignaturas propias de la carrera. Estas recomendaciones señalan los aspectos más relevantes en este ámbito y sugieren cómo se deberían abordar dentro de la formación profesional. También se ofrecen sugerencias a las asociaciones nacionales miembros de la Federación sobre cómo promover la formación ética de los psicólogos en sus países. La formación en ética profesional debería estar dirigida a ampliar el encuentro humano y la comunicación propia de las relaciones entre el psicólogo y sus clientes. Los profesores de las diferentes áreas de la psicología deberían estar al tanto de las cuestiones éticas explícitas o implícitas que podrían suscitarse en sus respectivos ámbitos de actuación. Requerimientos de calificación de las Asociaciones Nacionales El centro de atención de estas directrices es el profesional de la psicología, categoría que incluye también a docentes e investigadores en la disciplina. Conllevan asimismo implicaciones sobre el tipo de formación ética que deberían recibir los estudiantes de pregrado en psicología. El conocimiento y la sensibilidad hacia los temas éticos en el ejercicio profesional son componentes indispensables de la competencia profesional del psicólogo. En la promoción y evaluación de la probidad de sus miembros, las asociaciones nacionales deberían hacer énfasis en que las habilidades para la reflexión y la toma ética de decisiones son competencias fundamentales para el ejercicio profesional. Asimismo, es importante que las asociaciones profesionales mantengan estrecha comunicación a este respecto con universidades y demás instituciones que ofrezcan formación en psicología. Un nivel básico de conocimiento en ética profesional sería algo de esperar de los nuevos miembros de las asociaciones profesionales de cada país. Como miembro de una asociación nacional, el psicólogo está obligado a respetar el código de ética establecido por ésta, ajustando su práctica a dicho código. Cada asociación debería contar con un comité 1 permanente que considere y aconseje sobre temas éticos y ayude a los miembros a mantener altos patrones éticos en su trabajo. La asociación nacional debería asegurarse de que sus miembros reciban constante orientación ética, ofreciéndoles seminarios, talleres y otros espacios que permitan la reflexión al respecto. II. PROCESO Espacios para la formación ética Es de esperar que todos los programas de formación profesional en psicología avalados por la respectiva organización nacional incluyan temas de relevancia ética. Requerimiento que, a su vez, los programas deberían plantear con toda claridad a los docentes. Tanto los programas como sus asignaturas componentes deberían ser siempre evaluados en términos de los niveles de integración de los temas éticos a los demás aspectos de la formación profesional. Asimismo, los programas que preparan psicólogos para ejercer en áreas específicas (p. ej. Psicología organizacional, clínica o de la educación), deberían incluir seminarios que abordaran cuestiones éticas relevantes para la respectiva área de especialidad. Referencias para la formación ética Los psicólogos deberían conocer adecuadamente del código de ética de su asociación nacional, el cual, a su vez, debería haber sido desarrollado de acuerdo con el Metacódigo ético de la EFPA, con la legislación nacional pertinente y con las discusiones vigentes relacionadas con las áreas específicas de trabajo. La formación de los psicólogos debería prepararlos para dirigir su práctica profesional y resolver los dilemas que de ella se deriven de acuerdo con el código de ética nacional. También sería conveniente que los profesionales sean sensibles a las relaciones entre el código ético profesional, los principios éticos generales, las teorías éticas y la legislación nacional vigente. Asimismo, la formación ofrecida a los psicólogos debería permitirles apreciar y resolver dilemas surgidos en la práctica de la profesión a partir de principios éticos pertinentes, de las obligaciones surgidas desde diferentes componentes del código de ética, y de los conflictos entre consideraciones éticas y obligaciones legales. Los fenómenos sociales a los que se les concede relevancia ética dentro de la sociedad y son abordados en la discusión pública, tanto en general, como en relación con las áreas específicas en las que se desempeña el psicólogo son cuestiones de gran importancia para la consideración ética, entre otras razones porque tales discusiones reflejarán el contexto dentro del cual los clientes del psicólogo entenderán sus posiciones y derechos. 2 Es relevante considerar dentro de la formación ética las concepciones actuales o en transformación respecto a las diferentes prácticas profesionales como un importante marco de referencia para el ejercicio de los psicólogos. La ética profesional de los psicólogos debe incorporar el desarrollo de los temas éticos dentro de la sociedad en la cual se desempeñan, y deberían estar preparados para defender puntos de vista divergentes en relación con el entendimiento común de los valores, aspecto al cual debería concedérsele prioridad en la formación. Cómo formar en ética Dado que las cuestiones éticas se refieren siempre a situaciones prácticas y concretas, se debe preparar a los futuros psicólogos en el manejo práctico de tales situaciones, así como en la identificación y evaluación de las dimensiones éticas relacionadas con las circunstancias propias del ejercicio profesional. Por ello, son los psicólogos con experiencia profesional relevante los más indicados para ser formadores en ética. Los psicólogos deben ser especialmente formados para abordar dilemas éticos con sus clientes, colegas y terceros relevantes para su ejercicio profesional. La comunicación debería dirigirse a enfocar y aclarar las responsabilidades más importantes de las acciones de los psicólogos. La formación en ética profesional debería ser nutrida por los dilemas éticos reales que encuentran los psicólogos en su ejercicio y por la identificación de cuestiones que otros han encontrado en su área profesional. Junto con una cuidadosa discusión de tales situaciones en relación con las dimensiones éticas, los juegos de rol sobre situaciones relevantes pueden ser un método apropiado para la formación. III. ASPECTOS IMPORTANTES DE LA FORMACIÓN EN ÉTICA El locus y rango de responsabilidad En su práctica profesional el psicólogo no tiene responsabilidad sólo con sus clientes, sino con la sociedad en general que otorga legitimidad a la profesión, así como con su asociación profesional, la cual sustenta el rol e identidad del psicólogo. Desde una perspectiva ética la responsabilidad del psicólogo sobre sus acciones no puede ser dividida o compartida; siempre recae sobre él. El psicólogo ha de reconocer que cada situación profesional es única y como tal amerita ser objeto de evaluación ética. El rango de responsabilidades del psicólogo y las situaciones en las cuales esas responsabilidades entran en escena deberían ser objeto de análisis durante la formación. Aun cuando la práctica haya devenido rutina e históricamente se tenga claro lo que es éticamente válido en ese marco, esto debería estar sujeto a una evaluación ética en cada nueva y única circunstancia. Los psicólogos deberían ser especialmente preparados para analizar sus relaciones profesionales en términos de su grado de 3 dependencia. Así, las relaciones del psicólogo con sus clientes pueden ser consideradas y analizadas respecto a las formas en las cuales ellas podrían interferir y afectar otras relaciones. Otro aspecto de relevancia dentro de la formación ética se refiere a las responsabilidades que conlleva a un psicólogo formar psicólogos o trabajar con profesionales no psicólogos bajo su mando. Es importante también que los psicólogos sepan qué tipo de apoyo pueden esperar de parte de su asociación profesional en el cumplimiento de sus responsabilidades. La ambivalencia en la posición ética Las cuestiones éticas suelen ser, con frecuencia, producto de una ambivalencia básica o de la divergencia de intereses involucrados en una situación. Esto demanda del psicólogo estar atento y ser capaz de reflexionar y expresar tales diferencias. El proceso ético básico suele tratar con frecuencia de dilemas humanos que no tienen una solución ideal; es sobre la base de un balance de juicios que puede llegarse a la mejor decisión. En la preparación y la docencia, los psicólogos deben apropiar la posición ética básica del trabajo profesional: el imperativo de conceder prioridad y respeto a las necesidades y derechos de sus clientes. La formación ética de psicólogos ha de hacerles comprender la importancia de ser conscientes de sus propios intereses, perspectivas subjetivas, limitaciones y posibles problemas personales cuando se trata de realizar evaluaciones éticas. Por otro lado, los psicólogos deberían estar avisados sobre sus propios derechos legítimos y saber cómo protegerse a sí mismos de ser indebidamente explotados. Los psicólogos deberían ser especialmente preparados sobre cómo informar a los clientes sobre sus responsabilidades éticas y sobre el punto en el cual el cliente puede declinar si no está satisfecho con el servicio ofrecido por el psicólogo. Identificar y dar prioridad a los valores Los psicólogos deberían ser animados y preparados para discutir su actuación profesional dentro del marco de los valores y a considerar a cuáles valores debería concedérsele prioridad sobre otros. Esto implica tener una metaperspectiva sobre los valores y sobre las posibles cuestiones que pueden tener lugar en diferentes situaciones profesionales. Los psicólogos deberían comprender la importancia de aplicar una evaluación proactiva a su propia práctica y de monitorear esa práctica en relación con los valores relevantes. Es también de particular importancia conocer y comprender los valores que asumen los clientes. Además de identificar valores, cada situación profesional única debería ser analizada en relación con los principales dilemas que pueden surgir y dificultar las decisiones. 4 Las bases de la teoría y la práctica ética Los psicólogos deberían estar familiarizados con las teorías y dimensiones deontológicas básicas y con las formas en que éstas se relacionan con la teoría y práctica profesional de la psicología. La preparación ética debe permitir a los profesionales confrontar valores y teorías éticas generales con las teorías y métodos que fundamentan su práctica profesional. Es importante que los psicólogos comprendan que no existe una única teoría o dimensión ética que abarque por sí sola todos los aspectos posibles de una situación que implique dilemas éticos. Balancear y aplicar diversas dimensiones es con frecuencia necesario para realizar la evaluación ética y elegir una vía de acción. La evaluación ética dentro de un esquema discursivo Muchos dilemas éticos sólo pueden ser resueltos dentro de un esquema discursivo. Sólo cuando los valores, intereses y dilemas son planteados dentro de una comunicación abierta es posible identificar la información relevante para una evaluación ética. Hay que señalar que la discusión de dilemas éticos no implica diluir la responsabilidad del psicólogo, sino que busca siempre aclarar sus responsabilidades profesionales. La preparación, asesoría y supervisión son necesarias para dominar ciertas discusiones de manera constructiva. La práctica discursiva debe dirigirse a plantear lo mejor alternativa de acción, no a decidir cuál de las partes tiene la razón. Distinguiendo entre profesional y privado La formación y preparación de psicólogos debe permitirles lograr claridad sobre los límites y relaciones entre vida profesional y vida privada. La preparación debería enfocarse especialmente en cómo comunicar sobre tales fronteras y limitaciones en la relación con los clientes y otros actores relevantes, con el fin de evitar relaciones dobles o de explotación. Los psicólogos deberían comprender que la comunicación clara sobre los límites entre la vida profesional y la privada es importante también para protegerse ellos mismos de ser explotados. Relaciones con los colegas Los psicólogos operan en el contexto de una asociación profesional, de manera que sus prácticas repercuten en esta comunidad profesional y, por tanto, en otros psicólogos. El ejercicio de los psicólogos es evaluado tanto en términos de las expectativas de la asociación profesional, como en los de la sociedad en general. Los psicólogos deberían asumir la responsabilidad de ofrecer información y apoyo sobre temas éticos a sus propios colegas. Asimismo, deberían ser formados para poder realizar críticas sobre cuestiones éticas a sus colegas, así como para recibirlas de éstos. La preparación de los psicólogos debería dirigirse también a hacerlos capaces de brindar apoyo 5 y ayuda a sus colegas sin violar los legítimos derechos e intereses de los clientes o de terceros. Situaciones que acentúan la conciencia ética Si bien toda acción profesional requiere de conciencia y reflexión ética, los psicólogos deberían recibir preparación para identificar y comprender algunas áreas de práctica que demanda especial sensibilidad ética, lo cual no va en detrimento de la necesidad de que los psicólogos demuestren conciencia ética en su ejercicio cotidiano. Las áreas de práctica profesional que acentúan la necesidad de conciencia ética pueden ser identificadas por su potencial de conflictos, sus niveles de interdependencia o por la posibilidad de manipulación de parte de clientes o terceros. En general, las nuevas áreas de práctica demandan siempre una mayor conciencia ética. Cómo comportarse ante críticas y quejas El comportamiento ético es particularmente necesario cuando los psicólogos se enfrentan a críticas sobre su trabajo. Es importante hacer que los psicólogos comprendan que una de las situaciones más arduas de la evaluación ética tiene lugar cuando se plantean serias críticas o quejas respecto a su propio trabajo. Esta es una situación que tiene el potencial de suscitar o perpetuar un comportamiento antiético. La preparación debería permitir a los psicólogos apreciar sus reacciones personales en estas situaciones y reflexionar sobre ellas. Los psicólogos deben estar al tanto de los procedimientos de su asociación nacional para responder y evaluar las quejas de clientes y terceros. Asimismo, deben recibir orientación sobre cómo comunicarse con los reclamantes, con los comités éticos o con otros estamentos que tienen la facultad de evaluar el comportamiento del profesional. Versión de Bruno Jaraba Editor Página Tribunales 6