PABLO.qxd 8/21/02 11:39 PM Page 1 Contribuye la descentralización a mejorar la gestión forestal? Las lecciones aprendidas del caso boliviano Junio, 2002 Pablo Pacheco B.* L a transferencia de poderes y responsabilidades sobre los recursos naturales y, en particular de los recursos forestales, está siendo aplicada en numerosos países como parte de programas más amplios de descentralización. Esta ha tenido como motivaciones principales las de reducir la burocracia gubernamental, democratizar los procesos de toma de decisiones y distribuir mas equitativamente los beneficios que se obtienen de los recursos forestales, así como regular más eficientemente las actividades de manejo forestal. No obstante, las cosas no son tan simples en la práctica y, muchas veces, la descentralización puede producir resultados ambiguos en términos de equidad social y conservación de los recursos forestales. Para responder a la pregunta de si la descentralización contribuye o no a mejorar la gestión forestal es preciso conocer mejor cuáles son los factores que influyen en sus resultados. Algunos estudios indican que una descentralización democrática, más que una simple descentralización administrativa, podría alcanzar mejores resultados en términos de promover una mayor equidad, eficiencia y desarrollo (Agrawal y Ribot 1999, Manor 2002). La primera tiene lugar cuando poderes y recursos son transferidos a autoridades representativas de las poblaciones locales, pero en condiciones donde ya existen o son creados mecanismos que hacen que dichas autoridades respondan tanto por sus decisiones como por los resultados de sus acciones a dichas poblaciones. Además, una descentralización democrática tendría que reconocer cierta discrecionalidad en la toma de decisiones de aquellas entidades que reciben los poderes para que logren ejercer una autoridad legítima (Kaimowitz y Ribot 2002). En Bolivia se han dado importantes pasos hacia la construcción de una descentralización democrática desde mediados de los años noventa con la implementación de la participación popular. Ella hizo de los municipios mas democráticos y de los gobiernos municipales actores claves en los procesos de desarrollo. Las reformas posteriores de las políticas sectoriales, sobre todo la forestal, consideraron que esos gobiernos debían recibir nuevas responsabilidades en la gestión forestal y al hacerlo modificaron sustancialmente el tradicional sistema institucional forestal. En ese sentido, la transferencia de funciones al nivel local se realizó en un contexto de reforma de las regulaciones para el manejo forestal con la aprobación de una legislación forestal lo que, en cierto modo, fue un factor que facilitó la transición hacia el nuevo escenario. Este documento tiene como intención analizar las principales lecciones aprendidas de la descentralización de la gestión forestal en Bolivia. Las reflexiones aquí presentadas provienen de los resultados de una investigación conducida por el Centro Internacional de Investigación Forestal (CIFOR) en colaboración con el Proyecto BOLFOR, la misma que contó con el apoyo financiero de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). La información proviene de entrevistas a informantes claves en dos diferentes períodos: marzo de 1998, y entre mayo y julio del 2000. El Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) y la Fundación TIERRA colaboraron en diferentes etapas de la investigación. La descentralización de la gestión forestal en Bolivia En Bolivia, el momento clave para la descentralización fue la aprobación de la Ley de Participación Popular en 1994, la que cambió de manera radical el papel de los gobiernos municipales. Esta fue seguida por la Ley de Descentralización Administrativa en el año siguiente, aunque sus resultados no fueron tan dramáticos como los de la participación popular. Estas leyes no dieron a los gobiernos municipales ninguna nueva función explícita relacionada con el manejo de los recursos naturales. Sin embargo, ellas contribuyeron de forma indirecta para que algunos gobiernos municipales se involucraran más activamente en asuntos de recursos naturales. Fue la nueva Ley Forestal de 1996, la que al haber sido aprobada en el nuevo contexto institucional generado por la participación popular, reconoció el PABLO.qxd 8/21/02 11:39 PM Page 2 2 papel de las municipalidades en la gestión forestal y transfirió algunas responsabilidades hacia los gobiernos municipales. Dicha ley es el principal instrumento legal que regula el uso de los recursos forestales para el país. Ella reemplazó a una otra legislación que estaba en vigencia desde hacía 20 años atrás y que fuera escasamente implementada debido a interferencias políticas y alta corrupción. La nueva Ley Forestal ha establecido lo que se denomina “régimen forestal de la nación”, definido como el conjunto de normas que regulan el manejo de los bosques y definen los derechos forestales. Las nuevas regulaciones forestales parten de la premisa de que el manejo sostenible de los bosques es posible de ser alcanzado si es que son aplicadas ciertas prácticas de buen manejo forestal que lleven al aprovechamiento de especies menos valiosas y apliquen técnicas que permitan la regeneración natural del bosque. Para hacer efectivas esas prácticas en el terreno fue creado un nuevo sistema de fiscalización, junto con un sistema de regulaciones y la reforma del sistema impositivo para hacer menos atractivas las operaciones forestales no sostenibles. Distintos temas se interceptaron en el momento de definir el rol de los gobiernos municipales bajo el nuevo marco institucional del sector forestal. Entre los más importantes estuvieron los vinculados con el aprovechamiento forestal ilegal por poblaciones locales sin acceso formal a áreas de producción forestal, la necesidad de mejorar los sistemas de control y fiscalización del manejo forestal con la participación de las municipalidades y la proporción de los ingresos fiscales forestales que deberían ser destinados para beneficiar a las poblaciones residentes en las regiones donde se habían generado esos recursos (Pavez y Bojanic 1998). Las funciones que la Ley Forestal transfirió a las municipalidades son las siguientes: O O Dispone que los gobiernos municipales quedan a cargo de un conjunto amplio de tareas en apoyo del servicio forestal (Superintendencia Forestal, SF) en las acciones de fiscalización y control de crímenes forestales (extracción de productos forestales y desmonte ilegal); Crea reservas forestales municipales -con superficies de hasta 20% de los bosques públicos dentro de cada jurisdicción municipal- para ser dadas en concesión a grupos de extractores de madera en pequeña escala, quienes para ello deberían constituirse previamente en las así denominadas Asociaciones Sociales del Lugar (ASLs). Estas deberían ser asistidas por las municipalidades O en la elaboración e implementación de sus planes de manejo forestal. Transfiere a las municipalidades el 25% de las patentes forestales y de desmonte, recursos que en teoría deberían financiar la creación y funcionamiento de unidades forestales municipales (UFMs), encargadas de la puesta en práctica de las mencionadas funciones. La SF debe controlar el buen uso de esos recursos y hasta solicitar la retención de esos fondos. De la enumeración anterior se desprende que las municipalidades recibieron un número importante de funciones orientadas a garantizar el cumplimiento de la legislación forestal dentro de sus jurisdicciones, aunque éstas son bastante dependientes de recursos financieros para inspecciones de control y de capacidades técnicas sobre todo para la evaluación y elaboración de los planes exigidos para el manejo forestal y la autorización de desmontes. Los recursos que los gobiernos municipales tienen para poner en práctica esas funciones provienen exclusivamente de su participación de los recursos de patentes forestales y de desmonte, a no ser que ellos decidan invertir una parte de sus recursos propios, cosa que casi no sucede en la práctica. A excepción de las decisiones sobre las reservas forestales municipales, la capacidad de los gobiernos municipales para tomar decisiones discrecionales sobre el uso de recursos naturales dentro de sus municipios es bastante limitada y todas las decisiones sobre uso de recursos y resolución de conflictos continúan procesándose en los niveles departamental y nacional. Los diversos resultados en la práctica Las realidades de los municipios es bastante diversa en términos de las economías políticas locales, las que en parte influyen sobre las relaciones de poder local, los niveles de desarrollo institucional y la situación financiera de las municipalidades. Esas condiciones, que constituyen el escenario local donde la descentralización toma lugar, han contribuido a producir resultados diversos en el proceso de transferencia de responsabilidades hacia los municipios. La descentralización ha llevado a redefinir las relaciones de poder al nivel local y las elites locales han tenido gradualmente que reconocer la presencia de grupos que habían estado previamente marginados y ahora tienen que negociar con ellos (Pacheco y Kaimowitz 1998). En algún grado, la descentralización ha creado oportunidades para los grupos indígenas, PABLO.qxd 8/21/02 11:39 PM Page 3 3 colonos y pequeños extractores de madera. En cierta medida, ella también ha debilitado la posición de concesionarios, hacendados y propietarios ausentistas. No obstante, las elites locales existentes previa a la descentralización no han perdido su poder y, en algunos casos, fortalecer a los gobiernos municipales también ha llevado a fortalecer a esos grupos de poder local. La complejidad de las dinámicas de poder al nivel local hace difícil cualquier generalización. Las nuevas regulaciones forestales y de tierras han abierto nuevas oportunidades, al menos en el papel, para los pueblos indígenas. Estos grupos pueden reclamar áreas en propiedad colectiva y tener acceso exclusivo a los recursos forestales en esas áreas. En las municipalidades donde la participación indígena es importante en la política local, ellos han recibido apoyo para consolidar sus demandas territoriales y en casos donde la política local es dominada por elites tradicionales ello ha tenido el efecto opuesto. No obstante, la titulación de tierras ha resultado ser un largo y burocrático proceso y posiblemente solo una parte de la tierra demandada será efectivamente titulada. Es poco lo que los gobiernos municipales pueden hacer en ese sentido. Los grupos indígenas que han optado por desarrollar actividades forestales comerciales han tenido que adaptar sus prácticas de manejo al conjunto de regulaciones en relación a ciclos de corta, diámetros de corta, etc. La mayoría de ellos tienen dificultades para realizar inventarios forestales y muchos de ellos carecen de habilidades gerenciales para negociar su producción en buenos términos. Eventualmente, la prohibición del uso de la motosierra ha limitado sus opciones para beneficiarse mas de los recursos forestales a su disposición (Stocks 1999). La creación de las reservas forestales municipales representa una importante oportunidad para los pequeños extractores de madera. No obstante, el proceso de delimitación y asignación de concesiones forestales ha resultado ser bastante burocrático y concentrado en el gobierno central, el que depende de un proceso de saneamiento liderado por el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA). Pese a los importantes rezagos experimentados no se creó un mecanismo mas ágil para que las municipalidades pudieran delimitar sus reservas para darlas en concesión a grupos locales. En algunas municipalidades, las áreas seleccionadas para ser clasificadas como reservas municipales tenían conflictos de sobreposición con otros derechos de uso y, en otros casos, algunas municipalidades simplemente quedaron sin áreas disponibles para ese efecto. Las actividades de control sobre actividades forestales informales han dificultado la vida de colonos y pequeños extractores de madera que subsistían de esas actividades, aunque la implementación de medidas de control ha variado mucho en los municipios dependiendo de la influencia de esos grupos en la política local y/o de las vinculaciones de las autoridades locales con grupos haciendo uso ilegal de recursos forestales. En consecuencia, la mayor parte del control contra extracción ilegal ha sido desarrollada por la SF y el apoyo que ha recibido de las municipalidades ha sido variable. Los gobiernos municipales han estado más dispuestos a controlar el desmonte ilegal por los ingresos que ello representa para las municipalidades. Los mayores esfuerzos contra la extracción ilegal de recursos forestales han estado orientados contra compañías madereras y/o propietarios ausentistas y, en algunos casos, las municipalidades han resguardado las áreas protegidas contra la invasión de empresas madereras y mineras (por ejemplo, Reserva de la Biosfera Pilón-Lajas, y Parque Nacional Noel Kempff Mercado). La respuesta de las municipalidades en relación a áreas protegidas, no obstante, ha variado mucho dependiendo de la constelación local de fuerzas. En lugares donde colonos y motosierristas resisten a las áreas protegidas, ello puede tener efectos importantes en las decisiones de las municipalidades. En otros casos, gobiernos locales adoptan crecientemente un discurso verde por los beneficios potenciales que podrían recibir de actividades de conservación. La mayor parte de las municipalidades no tiene como prioridad la inversión en actividades para el sector forestal y bastante pocas tenían desarrollado algún plan para promover el desarrollo de iniciativas productivas vinculadas con aprovechamiento de recursos forestales. No obstante, la parte de los recursos destinados al sector forestal se ha incrementado gradualmente en los presupuestos municipales debido a la obligatoriedad de las municipalidades para implementar sus UFMs y a las necesidades de recursos de esas unidades para desarrollar su trabajo. Pese a lo anterior, los recursos asignados para la instalación y funcionamiento de dichas unidades representa, con algunas excepciones, un porcentaje bajo del presupuesto total. Las acciones desarrolladas por las UFMs Los recursos que las municipalidades reciben provenientes de patentes forestales son bastante PABLO.qxd 8/21/02 11:39 PM Page 4 4 desiguales. Hasta 1999, solo 30 de un total de 110 municipalidades habían recibido el 84% de esos recursos. Debido a ello, la mayor parte de ellas no tienen los recursos suficientes para instalar UFMs en condiciones óptimas y, con algunas pocas excepciones, los gobiernos municipales no están dispuestos a invertir en ellas parte de sus recursos propios. En los casos de las municipalidades que mas recursos reciben, no todos los ingresos que obtienen por concepto de patentes forestales son destinados para el funcionamiento de dichas unidades puesto que las urgencias de inversión se originan en otros sectores (Flores y Rider 2000, de Urioste 2000). En muchos casos las UFMs no cuentan con planes de trabajo o cuando éstos se elaboran no siempre se implementan en la práctica. También sucede que los planes de trabajo de las UFMs sufren severos recortes presupuestarios cuando se incluyen en los Planes Anuales Operativos (POAs) municipales. En general, los gobiernos municipales asignan únicamente recursos mínimos para financiar el personal y los gastos de operación mas urgentes de las UFMs. No todas las UFMs están en condiciones de cumplir con las funciones que les asigna la Ley Forestal con los mismos grados de prioridad. El tipo de actividades que ellas desarrollan tienen fuerte relación con la disponibilidad de recursos financieros y con las demandas de las poblaciones locales y grupos de influencia en los municipios. En general, las UFMs se han concentrado en la clasificación de áreas forestales y el apoyo a la creación de ASLs, el control de las actividades de aprovechamiento ilegal, el apoyo a la elaboración de planes de manejo y de desmonte, y la fiscalización de desmontes ilegales y el control de quemas (Pacheco 2000). El papel de las UFMs ha sido importante en facilitar la puesta en marcha de operaciones forestales por las ASLs. Para ello, las UFMs han establecido acuerdos de colaboración, bajo esquemas bastante diversos, con proyectos forestales (como el caso del Proyecto BOLFOR y PROMAB), o con ONGs de diverso tipo, para suplir sus deficiencias técnicas y de recursos, aunque usualmente esos acuerdos han sido promovidos mas activamente por los agentes externos interesados en dinamizar el nuevo sistema de manejo forestal. Estas acciones de colaboración se han traducido en recursos para la elaboración de inventarios y planes de manejo forestal. Las UFMs se han involucrado poco en actividades de inspección a actividades forestales informales en parte porque no perciben una participación en el dinero proveniente de los remates de madera decomisada a los infractores y también por la relación ambigua de las autoridades municipales con actividades ilícitas de extracción de madera. Cuando las UFMs participan en el control de actividades informales generalmente lo hacen a solicitud de las unidades operativas de la SF. No obstante, en algunos municipios, las UFMs se han involucrado activamente en inspecciones de intervención ilegal en áreas destinadas a reservas forestales municipales. Las UFMs han tenido mayor interés en el proceso de autorización de desmontes y control de desmontes ilegales, ello en razón a que las municipalidades reciben una proporción de los recursos de las patentes de desmonte. La mayoría de UFMs han estado apoyando a los pequeños propietarios en la elaboración de sus planes de desmonte en colaboración con la SF. Este trabajo supone un beneficio potencial para las municipalidades pero también implica un cierto costo administrativo el que las UFMs no siempre están en condiciones de asumir. Las relaciones de las UFMs con la SF han sido ambiguas pese a que desde esta última existe la preocupación por generar una mayor colaboración a nivel local, particularmente en la fiscalización y control de la actividad informal. En algunos casos, las unidades operativas de la SF han logrado establecer buenas relaciones de coordinación con las UFMs basados en la necesidad de ampliar su capacidad operativa y de legitimar sus acciones ante las poblaciones y gobiernos municipales. En otros casos, ambas reparticiones se encuentran bastante distanciadas. Las prefecturas departamentales han sido las mayores ausentes de este proceso. A no ser por acciones puntuales realizadas por la prefectura de Santa Cruz destinadas a equipar a las UFMs y capacitar a los técnicos trabajando en ellas, éstas reparticiones públicas se han interesado poco en implementar las funciones que les fueron transferidas por la legislación forestal. Un balance de las principales lecciones Las respuestas varían en función a disponibilidad política, recursos y capacidades Las diversas respuestas de las municipalidades al proceso de transferencia de responsabilidades en la gestión forestal pueden ser explicadas en parte por diferencias en la disponibilidad política de las autoridades municipales para aplicar las actividades de regulación dictaminadas desde el nivel central. Cuando ella existe, las capacidades técnicas y los recursos para solventar esas acciones son elementos decisivos para explicar la efectividad y resultados de sus acciones. PABLO.qxd 8/21/02 11:39 PM Page 5 5 Mayores posibilidades de control social y participación llevan a mejores resultados Municipalidades donde existe una mayor participación de los actores en las decisiones sobre las áreas prioritarias de intervención y donde los gobiernos municipales toman mas en cuenta las opiniones de los usuarios del bosque pueden alcanzar mejores resultados en la práctica. Lo anterior puede mejorar la eficiencia de la inversión municipal en el apoyo a iniciativas de manejo forestal y permite movilizar mejor los recursos humanos y capital de los grupos locales. Poca discrecionalidad para toma de decisiones limita acción de los gobiernos locales Los gobiernos municipales están forzados a seguir las normas definidas a nivel nacional y ellas son difíciles de implementar cuando los estándares son demasiado exigentes para las poblaciones locales. En ese contexto, los gobiernos municipales no cuentan con poderes discrecionales para tomar decisiones sobre asignación y uso de los recursos. Una descentralización más legítima implica el conferir poderes discrecionales a los gobiernos locales para ejercer su autoridad. Ajuste a nuevas regulaciones forestales ha tenido mayores costos entre los mas pobres Las barreras burocráticas, la complejidad de las normas y los estándares poco flexibles se convierten en barreras para que las poblaciones mas pobres puedan tener acceso a los recursos forestales. Además, el proceso de transición y de adecuación institucional al nuevo régimen forestal al aumentar los costos de cumplimiento para pequeños productores y extractores de madera en pequeña escala ha afectado en mayor medida a las poblaciones de menores ingresos. Escaso diálogo entre instituciones promueve dispersión de esfuerzos y recursos Concebido como un sistema de colaboración entre diversos niveles, en la práctica se han generado tensiones institucionales a nivel local entre la SF, con las prefecturas y los gobiernos municipales. Estas tensiones, mediadas por intereses políticos e interferencias de elites locales, entre otros factores, han sido difíciles de resolver por la inexistencia de mecanismos para promover arenas de negociación entre agentes para resolver conflictos y/o procesar demandas. Promoción de manejo forestal es disociada de factores que aseguren sus beneficios Las regulaciones forestales y las responsabilidades transferidas a las municipalidades han puesto exagerado énfasis en el control de la informalidad y del crimen forestal. Pocos esfuerzos se han hecho en promover un ambiente económico e institucional que favorezca las iniciativas de manejo forestal sostenible. Bastante poco se ha hecho en mejorar el acceso de los usuarios del bosque a infraestructura productiva, redes de crédito, información de mercados, transferencia de tecnología y otros. Esas acciones podrían contribuir a aumentar los beneficios del manejo forestal sostenible y a comprometer más activamente a los actores en el manejo de recursos forestales. Conclusiones y recomendaciones Es bastante difícil separar los efectos de la descentralización de aquellos que provienen de otros procesos como las reformas de la política sectorial, o por cambios en la economía. Sin embargo, ello de ningún modo constituye un impedimento para examinar la influencia que la participación de las municipalidades en la gestión forestal ha tenido sobre el papel de los actores locales en relación al uso de los recursos y los beneficios que ellos obtienen de esos recursos. Lo anterior tiene estrecha relación con el tipo de poderes y responsabilidades que se transfieren al nivel local y la forma como esas responsabilidades se aplican en la realidad. En Bolivia, la descentralización de la gestión forestal ha implicado algunas experiencias positivas como la transferencia de rentas forestales al nivel local, la entrega de parte de los recursos forestales a la administración municipal y la posibilidad de que ellos sean manejados por grupos locales, además de la oportunidad de las municipalidades para fiscalizar el manejo forestal. Ello ha abierto indudables espacios de participación a grupos antes marginados. Por otro lado, las decisiones sobre las normas y estándares siguen concentradas en el nivel nacional y los gobiernos locales influyen muy poco sobre esas decisiones. Lo anterior porque todavía existen barreras que impiden la transferencia de mayores poderes discrecionales a autoridades locales. La descentralización democrática es un proceso en construcción y sus resultados pueden ser aminorados o amplificados dependiendo del juego de poderes entre actores locales, pero también, como se tenía acostumbrado en el pasado, debido a decisiones tomadas en el ámbito del gobierno central. Hasta ahora, la descentralización ha tenido avances en equidad, aunque todavía modestos por un lento y difícil proceso de implementación de la legislación. Poca evidencia existe para determinar las repercusiones de la descentralización en promover un manejo más PABLO.qxd 8/21/02 11:39 PM Page 6 6 sostenible y/o la conservación de los recursos forestales. Al respecto, se requieren perspectivas de mas largo plazo para tener evaluaciones mas completas sobre sus impactos en los bosques. En Bolivia, diferentes acciones pueden ser emprendidas para desarrollar el proceso de construcción de una descentralización mas democrática en la gestión de los recursos forestales. En lo que sigue se proponen algunas acciones. El orden en el que ellas son enumeradas no implica ninguna jerarquía de prioridad porque todas ellas son igualmente importantes: 1) En lo que hace a aspectos normativos y de regulación debería tenderse a entregar mayores poderes discrecionales a los gobiernos municipales sobre decisiones de uso de recursos, así como tender a la simplificación de las normas forestales que discriminan contra grupos más pobres impidiéndoles aprovechar mejor los pocos recursos que tienen disponibles. En ese orden, la flexibilización de las normas debería atender sobre todo a esos sectores antes que a grupos que tradicionalmente han detentado las decisiones y ejercen presión política al nivel central; 2) En relación a la gestión forestal propiamente dicha, deberían integrarse las acciones de promoción del manejo forestal con perspectivas mas integrales de desarrollo del sector forestal, así como evaluar e implementar mecanismos creativos de compensación a los municipios por acciones de conservación de áreas forestales. Asimismo, deberían desarrollarse sistemas efectivos y de bajo costo, utilizando tecnologías disponibles, orientados a monitorear el uso del suelo y, particularmente, a controlar la conversión forestal no autorizada a otros usos del suelo; 3) Es también preciso reformar el sistema político e institucional a través de ajustes para, sino anular, reducir la mediación partidaria en la elección de autoridades municipales, así como para dar mas peso a las opiniones de los gobiernos locales en las decisiones sobre la política de recursos naturales y aumentar las opciones de participación de los mas pobres. Por último, pero no por ello menos importante, es preciso alentar una mayor colaboración interinstitucional y diálogo entre esas instituciones con los diferentes grupos de usuarios de los recursos del bosque. *El autor es candidato a PhD en la Universidad de Clark University, Worcester, MA. Es investigador asociado del Centro Internacional de Investigación Forestal (CIFOR), Bogor, Indonesia y del Instituto de Pesquisa Ambiental da Amazônia (IPAM), Belém, Brasil. Las opiniones emitidas en este trabajo son de exclusiva responsabilidad del autor y no comprometen a las instituciones a las que se encuentra vinculado. El autor agradece la colaboración del personal de la Superintendencia Forestal y de BOLFOR por su apoyo para la elaboración de este trabajo. Este agradecimiento se hace extensivo a las alcaldes, concejales, técnicos de proyectos y líderes de organizaciones campesinas, indígenas y de madereros, entrevistados en los municipios, por su disponibilidad para compartir su conocimiento sobre sus diversas realidades locales. Centro para la investigación forestal internacional Referencias Agrawal, A. y J. C. Ribot. 1999. Accountability in decentralization: A framework with South Asian and West African Cases. The Journal of Developing Areas, Vol. 33:473-502. de Urioste, J. 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